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Nov 10 2023

150 capítulos físicos, teológicos, éticos y prácticos San Gregorio Palamás Filocalía tomo 4

150 capítulos físicos, teológicos, éticos y prácticos

San Gregorio Palamás

Filocalía tomo 4

Capítulos físicos 1-29

  1. Que el mundo tiene un principio, la naturaleza también lo enseña, y la historia lo certifica, y los inventos de las artes y las leyes y las autoridades políticas lo demuestran claramente. Conocemos a los inventores de casi todas las artes, a los legisladores de las leyes y a aquellos que tuvieron el poder, autoridad en diversos países. Incluso conocemos a aquellos que escribieron sobre cualquier cosa desde el principio.

Ninguno de ellos vemos que supere el nacimiento o génesis del mundo y el tiempo, que Moisés describió. Y Moisés mismo, quien escribió el principio del génesis o nacimiento del mundo, con tantas obras y palabras maravillosas, nos dio pruebas indiscutibles de la verdad de sus palabras, para convencer a casi todos los hombres y hacer que se rieran de aquellos que argumentaron lo contrario. Porque también la naturaleza de este kosmos mundo, teniendo siempre necesidad de un nuevo principio para todo y no pudiendo existir en absoluto sin él, revela desde las mismas cosas su primer principio, que no tenía otro principio.

  1. Que el mundo no tiene solo un principio, sino que también tendrá un fin, la misma naturaleza del mundo lo presenta como posible, ya que parece estar muriendo constantemente por partes. Sin embargo, una fe segura e indiscutible sobre esto nos la proporciona la profecía de los hombres divinos y, sobre todo, de Cristo, el Dios de todos. Y es necesario que los creyentes los crean como verdaderos, no solo los piadosos, sino también los impíos, ya que los ven como verdaderos en todas las demás cosas que predijeron. Podemos aprender de ellos que este mundo entero no caerá en la inexistencia absoluta, sino que cambiará como nuestros cuerpos, ya que se disolverá y se transformará, se metamorfoseará hacia lo divino con la dinami (poder, fuerza y energía) del Espíritu Santo, para ser análogo a nosotros.
  2. Los sabios helenos/griegos afirman que el cielo gira debido a la naturaleza de la psique-alma cósmica, y esto lo enseñan tanto la justicia como la lógica. ¿Qué justicia? ¿Qué lógica? Porque si el cielo no gira por su propia naturaleza, sino por la naturaleza de la psique-alma cósmica, que según dicen, abarca todo el mundo, ¿cómo es posible que la tierra, el agua y el aire no giren también?

Aunque, según ellos, la psique-psique-alma cósmica tiene movimiento perpetuo, la tierra es estable por su propia naturaleza, al igual que el agua, que ocupa la parte inferior. De la misma manera, el cielo se mueve siempre circularmente por su propia naturaleza, ocupando la parte superior. ¿Qué tipo de psique-alma cósmica es, según la cual se mueve el cielo? ¿Es acaso lógica? Entonces, sería autosuficiente o independiente y no movería el cuerpo celestial con los mismos movimientos siempre.

Porque las cosas independientes a veces se mueven de una manera y otras veces de otra. ¿Y qué rastro de lógica vemos en esta esfera más baja, es decir, en la tierra, o en sus vecinos cercanos, es decir, el agua, el aire o incluso el fuego? Porque, según ellos, todos estos también son parte de la psique-alma cósmica. ¿Y cómo algunos son animados y otros no? Y esto, según ellos.

Y no se trata de cualquier cosa, sino de todas las piedras, todos los metales, toda la tierra, el agua, el aire y el fuego. Porque ellos dicen que incluso el fuego se mueve por su propia naturaleza, no por la psique-alma cósmica. Dado que esta psique-alma cósmica es común, ¿cómo es posible que solo el cielo se mueva por su naturaleza y no por la suya propia? Supongamos que esta psique-alma cósmica que, según ellos, mueve el cuerpo celeste no es lógica, ¿cómo es posible? Porque, según ellos, es la fuente de nuestras psiques-almas. Pero si no es lógica, ¿será estética, sensible o física?

Pero no vemos ninguna psique-alma cósmica mover un cuerpo sin órganos. Sin embargo, no vemos ningún miembro orgánico ni de la tierra ni del cielo, ni de ninguno de los otros elementos, ya que cada órgano se forma mediante la composición de diferentes naturalezas, mientras que cada elemento tiene una naturaleza simple, incluido el cielo. Por lo tanto, la psique-alma cósmica es la entelequia, tendencia a la perfección de un cuerpo orgánico que tiene vida en potencia. Sin embargo, el cielo, al no tener miembros ni parte orgánica, no puede vivir o existir.

Entonces, ¿cómo puede tener psique-alma cósmica aquello que no puede tener vida? Por lo tanto, cayeron en especulaciones y silogismos vanos desde sus corazones y mentes insensatas, inventaron una psique-alma cósmica que ni existe, ni ha existido, ni existirá en el futuro. Y declararon que esta psique-alma cósmica es la creadora, gobernante y providencia de todo el mundo sensible, así como la raíz y fuente de nuestras psiques-almas, o más bien, de todas las psique-almas.

Y ellos afirmaron que la psique-alma cósmica misma debe su nacimiento en un νούς nus (espíritu); sin embargo, dicen que este nus es diferente en esencia del Supremo Nus, al cual llaman Dios. Estas son las doctrinas  y dogmas de sus puntales sabios en sabiduría y teología. No es en absoluto mejor su culto que el de aquellos que divinizan a bestias y piedras; o más bien, es mucho peor. Porque las bestias, el oro, las piedras y el cobre son algo, aunque sean las últimas en la creación. Sin embargo, una psique-alma cósmica que mueve las estrellas, ni siquiera existe, ya que no es nada en absoluto, aparte de una invención y un mito de una διάνοια diania (mente, intelecto) enferma.

  1. Porque, dicen, es necesario que el cuerpo del cielo se mueva, y más allá no hay lugar para avanzar, vuelve hacia sí mismo, y así su movimiento es rotación. Muy bien. Si entonces tuviera un espacio, iría hacia arriba, como el fuego, e incluso más que el fuego, porque es más ligero que él. Sin embargo, este movimiento no se debe a la naturaleza de alguna psique-alma (cósmica), sino a la naturaleza de la ligereza. Por lo tanto, si el movimiento del cielo es rotativo, y esto proviene de su propia naturaleza y no de la psique-alma, entonces el cuerpo celeste no gira debido a la naturaleza de la psique-alma, sino por su propia naturaleza. Por lo tanto, no tiene una psique-alma, ni existe una psique-alma celestial o cósmica. La única psique-alma lógica/racional es la humana, que no es celestial, sino supra-celestial, y esto no en términos de ubicación local, sino por su naturaleza, ya que es una sustancia/esencia noerá espiritual (creada).
  2. El cuerpo celestial no tiene la capacidad de avanzar ni de extenderse hacia arriba. No porque no haya lugar más allá. Porque, después más allá de él, hay una esfera de éter que lo rodea, y no avanza hacia arriba, no porque no haya lugar para avanzar, – el ancho del cielo ya está extendido alrededor de este. Pero no se extiende más allá de esto, porque esto es más delgado. Por lo tanto, está por encima de este por razones naturales. No es porque no tenga un lugar por encima de este, por eso el cielo no se extiende hacia arriba, sino porque no hay ningún cuerpo más delgado y ligero que este.
  3. Ningún cuerpo es más alto que el cuerpo celestial. Sin embargo, esto no significa que el espacio por encima del cielo no admita otro cuerpo, sino que cada cuerpo es contenido por el cielo, y no hay ningún cuerpo más allá. Sin embargo, si pudiera pasar allí, entonces, como creemos los piadosos, no sería inaceptable en el lugar por encima del cielo. Porque Dios, que llena todas las cosas y se extiende incluso más allá del cielo hasta el infinito, existió antes del mundo y llenaba, como lo hace ahora, todo el lugar del mundo. Esto no impidió de ninguna manera la existencia de un cuerpo en ese lugar. Por lo tanto, no habrá ningún obstáculo fuera del cielo para que no haya lugar, como el que contiene el mundo o el que se formó dentro del mundo, para que haya un cuerpo dentro de él.
  4. Entonces, ¿cómo es que, dado que no hay obstáculos, el movimiento del cuerpo celestial no se dirige hacia arriba, sino que regresa sobre sí mismo y se mueve cíclicamente? Esto se debe a que tiene la propiedad de aparecer en la superficie de todas las demás cosas, como lo más fino y ligero de todos, está por encima de todos los cuerpos y es extremadamente móvil. Algo que está completamente comprimido es pesado y ocupa la posición más baja, mientras que algo ligero ocupa la posición más alta y, al mismo tiempo, es muy móvil. Por lo tanto, dado que el cuerpo celeste se mueve naturalmente por encima de la superficie de los demás, y lo que tiene esta propiedad no puede separarse de ellos, necesariamente corre constantemente alrededor de ellos, ya que son esféricos. Y esto no se debe a la naturaleza de alguna psique-alma, sino a la naturaleza de su propio cuerpo, ya que se mueve sucesivamente de un lugar a otro. Este movimiento caracteriza especialmente al cuerpo celestial, al igual que el estado contrario de quietud o de reposo es una característica de los cuerpos con propiedades o cualidades opuestas.
  5. Uno podría ver esto también en los vientos cercanos, que, durante su movimiento alrededor de las regiones, por encima de la superficie de las cuales se encuentran, no se separan de ellas ni avanzan hacia arriba en absoluto. Υ esto no se debe a que no haya lugar, sino porque lo que está por encima de estos es más ligero. Permanecen en la superficie de aquellos sobre los que se encuentran porque, por naturaleza, son más ligeros que estos. Y se mueven alrededor de estos no debido a la naturaleza de alguna psique-alma, sino debido a su propia naturaleza. En este sentido, creo que el sabio Salomón también quiso mostrar una semejanza moderada en todo, al dar a los vientos el mismo nombre que al cuerpo celeste, escribiendo: «El viento va en círculos en su recorrido y regresa completando sus círculos» (Eclesiastés 1:6). Pero la naturaleza de los vientos se encuentra a una distancia a la del cuerpo celeste, y también es muy diferente en velocidad, tanto como se queda atrás de su ligereza.
  6. Según los sabios helenos/griegos, la tierra tiene dos zonas habitables, suaves y templadas. Y cada una dividida en otras dos, lo que hace un total de cuatro. Por eso afirman que existen cuatro tipos o géneros de seres humanos en la tierra que no pueden comunicarse entre sí. Porque, según estos sabios, hay seres humanos que habitan en la zona opuesta a nosotros, separadas de nosotros por la franja caliente o ardiente de la tierra. Frente a ellos viven, en su opinión, aquellos que están debajo de esa zona. De manera similar, también hay quienes viven debajo de nosotros. Los primeros los llaman «opuestos o contrapuestos», en referencia a nosotros, mientras que a los segundos los llaman «antípodas» y «revertidos». Y todo esto porque no conocen que, aparte de una décima parte de la esfera terrestre, casi todo el resto está cubierto por las aguas del abismo.
  7. Uno podría conocer que, aparte de la conocida tierra habitable, no hay otro lugar en la tierra que sea habitable, porque está cubierto por las aguas del abismo. Basta con pensar que existe alícuotas, simetría y equilibrio en los cuatro elementos (tierra, agua, aire, fuego) que componen el mundo, y que la esfera de cada uno de ellos tiene un tamaño diferente, según su densidad. Aristóteles también está de acuerdo en esto y afirma que hay cinco elementos (agregando el éter), colocados esféricamente en cinco regiones o espacios. Y siempre el más pequeño está contenido en el más grande; la tierra en el agua, el agua en el aire, el aire en el fuego y el fuego en el éter. Y este es el kosmos/mundo.
  8. Por lo tanto, el éter obviamente tiene un volumen múltiplo en comparación con el fuego (que lo calienta, por eso se llama «quemador»). El fuego tiene un volumen múltiplo en comparación con la esfera del aire, al igual que el aire en comparación con el agua, y el agua en comparación con la tierra, que está muy comprimida y tiene el menor volumen de los cuatro elementos bajo el cielo. Por lo tanto, dado que la esfera del agua tiene un volumen múltiplo en comparación con la tierra, si estas dos esferas, es decir, la tierra y el agua, tuvieran el mismo centro, el agua inundaría toda la tierra y no dejaría ninguna parte para ser utilizada por los animales terrestres, ya que cubriría por completo la superficie y dejaría toda la tierra en una gran profundidad. Sin embargo, dado que el agua no cubre toda la superficie de la tierra, como por ejemplo, la tierra que rodea nuestra área habitable, necesariamente la esfera del agua tiene un centro diferente. Entonces, debemos investigar cuán lejos y dónde se encuentra este centro; ¿Está más abajo que nosotros o más arriba? La segunda opción es imposible, porque parte de la superficie del agua la vemos debajo de nosotros. Por lo tanto, el centro de la esfera del agua está más abajo que nosotros y debajo del centro de la tierra. Queda por examinar cuán lejos está este centro desde el centro de la tierra.
  9. Quizás alguien podría entender cuán lejos está el centro de la esfera del agua desde lo que creemos que está debajo de nosotros, si piensa de esta manera: En la superficie de la esfera terrestre, que es la parte habitable por nosotros, se toca prácticamente la superficie del agua que vemos debajo de nosotros, al igual que debajo de nosotros está la tierra que pisamos. La parte habitable por nosotros en la tierra es aproximadamente una décima parte de su circunferencia. Esto se debe a que la tierra tiene cinco zonas, y la mitad de una de ellas es habitable por completo (es decir, una décima parte de la tierra en total). Por lo tanto, si alguien quisiera traer una esfera que contuviera la esfera de la tierra y tocara una décima parte de su superficie, encontraría que esta esfera tiene aproximadamente el doble de diámetro y ocho veces el volumen de la esfera interna, y su centro estaría en el extremo inferior de la tierra imaginado por nosotros. Esto se revela también en el diagrama.
  10. Representemos la esfera de la Tierra con un círculo, dentro del cual marcamos las letras α, β, γ, δ, y la esfera del agua con otro círculo que contiene al primero y toca el décimo superior de su superficie; fuera del segundo círculo marcamos ε, ζ, η, θ. Entonces, encontraremos el extremo inferior hacia nuestro lado del círculo interior, es decir, β, que es el centro del círculo exterior. Este, aunque tiene el doble de diámetro, se demuestra geométricamente que da como resultado una esfera ocho veces mayor, ya que cuando se duplica el diámetro de una esfera, su volumen se octuplica. Cierto que, sucede que una octava parte de esta esfera acuosa se ha mezclado y se encuentra dentro de la tierra. Por eso, muchas fuentes brotan de ella, abundantes corrientes de ríos fluyen continuamente, numerosos golfos de los mares se vierten en ella y se forman numerosos lagos. Prácticamente, no hay casi ningún lugar en la tierra donde se pueda cavar y no se encuentre agua fluyendo desde abajo.
  11. Aparte de nuestra conocida οικουμένη icumeni (tierra habitable), no existe ninguna otra, como enseña el diagrama y la lógica. Es decir, si el centro de la tierra y del agua fuera uno solo, toda la tierra sería completamente inhabitable, así que mucho menos, si el agua tiene como centro el extremo inferior con respecto a nosotros extremo de la tierra, aparte de la conocida οικουμένη icumeni tierra habitada que se encuentra en la parte superior de la esfera acuosa, todas las demás partes de la tierra serían imposibles de habitar, porque estarían cubiertas de mucha agua. Sin embargo, como se demostró anteriormente, solo sobre la tierra habitada existe psique-alma lógica en-somatizada o encarnada, que es una, la que nosotros tenemos; sigue que solo en la tierra habitada habitan también los animales terrestres.
  12. La visión se forma a partir de colores y formas diversas; el olfato, a partir de vapores u olores; el gusto, a partir de jugos o sabores; el oído, a partir de sonidos; el tacto, a partir de la aspereza o suavidad de las superficies. Las informaciones proporcionadas por los sentidos provienen de cuerpos, pero no son cuerpos en sí, aunque son de naturaleza corpórea. Esto se debe a que no provienen de los cuerpos de manera tan simple, sino de las formas o géneros (las cualidades físicas) de los cuerpos. Sin embargo, naturalmente, no son idénticos a las «formas o géneros» corporales; son solo sus huellas, que se separan completamente de ellos. Y esto se hace evidente en la vista y especialmente en las cosas que vemos en un espejo.

 

  1. Por lo tanto, estas imágenes extraídas de los sentidos que son las que se apropia la parte fantasiosa de la psique-alma, no las propias percepciones sino las imágenes que, como dijimos, existen en ellas, y las separa completamente de los cuerpos y las “formas o géneros”; y las almacena como tesoros y las proyecta según su necesidad, ya sea cuando está presente el cuerpo correspondiente o no. Así, la parte fantasiosa de la psique-alma hace que todas estas imágenes sean visibles para sí misma, incluso las imágenes de la audición, del gusto, del olfato y del tacto.

 

  1. La fantasía o imaginación de la psique-alma está en la frontera entre lo lógico/racional y lo sensible (los sentidos). Por lo tanto, estas imágenes que recibe la imaginación o fantasía de los sentidos, después de separarse de los cuerpos y ahora inmateriales o incorpóreas, son vistas y revueltas por el nus (espíritu de la psique), generando diversos tipos de loyismí (pensamientos simples o unidos con la fantasía) a medida que reflexiona y razona de muchas maneras, ya sea con pasión o con apázia sin pazos impasible, o en un estado intermedio, con error, engaño o sin él. Y digo la mayoría, y no todas las verdades y errores, virtudes y vicios, engaños y maldades, tienen su origen en los pensamientos derivados de la imaginación o fantasía, porque ocurre que cada pensamiento del nus con la mente se origine a partir de estas imágenes y para estas, pero es posible encontrar algunos que no pueden someterse a los sentidos y que el nus con la mente las convierte en pensamientos.

 

  1. Es digno de gran admiración y atención cómo de lo efímero, transitorio y perceptible, se generan en la psique-alma belleza duradera o fealdad, riqueza o pobreza, gloria o deshonra (infamia), y, en general, o luz espiritual que proporciona vida eterna o la oscuridad espiritual e intelectual que castiga la psique-alma.

 

  1. El νους nus (espíritu del corazón), utilizando la fantasía o imaginación como vehículo y comunicándose a través de ella con los sentidos, adquiere una gnosis-conocimiento mixto. Por ejemplo, supongamos que alguien ve con la vista al sol poniéndose, y la luna siguiendo al sol con su parte orientada hacia él, y en los días posteriores se aleja gradualmente y se ilumina más, hasta que llega frente a él, y luego poco a poco se acerca desde el otro lado y su luz disminuye cada vez más y la deposita de nuevo donde comenzó a iluminarse. Después de registrar todas estas imágenes con el nus y la mente, porque tiene las imágenes anteriores en la fantasía o imaginación y la presencia diaria en la percepción sensible, obtiene del sentido o de la percepción sensible, la fantasía y el entendimiento, el conocimiento de que la luna toma su luz del sol, pero su órbita está más cerca a la tierra y mucho más baja que la del sol.

 

  1. Similarmente, podemos decir lo mismo acerca del sol. Los eclipses y las conexiones que ocurren en ellos, los movimientos y las distancias entre los otros planetas y las diversas formaciones que crean, y en general, todo lo que sabemos sobre los fenómenos celestiales, incluso las causas de la naturaleza, los métodos y todas las artes y, en general, todo el conocimiento que se extrae de comprensiones individuales y parciales, todo esto lo hemos reunido a través de la percepción sensible y la imaginación o fantasía a través del nus con la mente. Y ninguna de estas formas de conocimiento puede llamarse espiritual, sino más bien física, ya que no puede recibir las realidades y cosas del Espíritu.

 

  1. ¿De dónde hemos aprendido algo cierto y verdadero sobre Dios o sobre el mundo entero o sobre nosotros mismos? ¿No es de la enseñanza del Espíritu? Esta enseñanza nos enseñó que solo Dios es el Ων Ser verdadero y siempre Ων Ser-Existente, inmutablemente Ων Ser-Existente y que no recibió su ser de la inexistencia, ni se encamina hacia la inexistencia. Y que es tres-hipostático (tres hipostasis, bases subsistenciales) y omnipotente. Este en seis días trajo los seres o existencias de la nada a la existencia con el logos, o mejor dicho, los creó inmediatamente, como dice Moisés: «En el principio, Dios creó los cielos y la tierra» (Génesis 1:1). No, por supuesto, de la nada o del vacío, ni sin todos los intermediarios. La tierra estaba mezclada con agua, y cada uno de los dos llevaba tanto el aire como los diferentes animales vivos y las plantas correspondientes. El cielo, por otro lado, conllevaba varias luces y fuegos, sobre los cuales tiene su existencia el universo. Así que Dios, al principio, creó los cielos y la tierra, como materia que recibe todo y tiene la capacidad de producir todo, refutando correctamente desde entonces a aquellos que erróneamente piensan que la materia existía por sí sola.

 

  1. Después de esta creación inicial, el Dios, que creó todas las cosas de la no existencia, embelleciendo de alguna manera y adornando aún más el mundo, en seis días otorgó a cada uno el conjunto apropiado de atributos que completaban su ornamentación, distinguiéndolos a cada uno solo con Su propio mandato, como si sacara de la caja fuerte de tesoros por tipo o género lo que había colocado en ellos, disponiéndolos y componiéndolos armoniosamente, excelentemente y adecuadamente uno respecto al otro, cada uno respecto a todos y todos respecto a cada uno. Y la tierra inmóvil la colocó en el centro del inmenso círculo del cielo, conectándola de manera completamente sabia con los intermediarios del siempre móvil cielo, para que siempre el mismo mundo permaneciera el mismo, estable y en movimiento. Es decir, después de que los cuerpos siempre móviles y extremadamente veloces se colocaron alrededor, naturalmente lo inmóvil, la tierra, ocupó el medio, para que su inmovilidad sea la contrapartida del movimiento, de modo que no se moviera como un cilindro o una esfera mundial.

 

  1. Entonces, el Maestro Genial, asignó tal posición a los dos extremos del todo, es decir, al cielo y a la tierra, y todo este mundo, de manera armoniosa, por así decirlo, lo estableció y lo puso en movimiento. A cada uno de los intermediarios le asignó lo adecuado. Y a otros los ubicó en la parte superior y les ordenó moverse en los cielos y girar con el límite superior del todo, muy sabiamente y de manera ordenada sin cesar, y aquí se incluyen todos los que son ligeros, activos y capaces de cambiar en algo útil por debajo de ellos. Estos están elevados por encima del medio con tanta gran sabiduría de modo que pueden romper incluso el exceso de frío que hay allí, pero también retienen su propio exceso de calor en su lugar, y de alguna manera también contienen el exceso de movimiento de las partes más altas con su movimiento inverso, de modo que también se mantienen en su lugar con su movimiento inverso, y nos proporcionan las muy beneficiosas diferencias estacionales, las medidas de los intervalos de tiempo y, cuando profundizamos en ellos, el conocimiento de Dios, quien los creó, los ordenó y los adornó. Por lo tanto, aquellos que se desplazan en las alturas, de esta manera se les permitió moverse así con muchos movimientos por dos razones: para la belleza del mundo y por una utilidad variada. Los otros, sin embargo, los colocó en la parte inferior y alrededor del medio, es decir, aquellos que tienen peso y una naturaleza variable, que se hacen y se deshacen, se dividen y se unen, y tienden a cambiar en algo útil. Los ubicó de manera armoniosa según su interacción mutua, para que todo esto pueda llamarse verdaderamente «κόσμος kosmos mundo», es decir, adorno o decorado.

 

  1. Así, pues, se hizo el primer ser en la creación, y luego el siguiente, y después de eso, otro, y así sucesivamente, y después de todos los demás, el ser humano. Quien fue digno de tener tanta honra y provisión por parte de Dios, para que este mundo sensible se hiciera antes que él para él, el reinado de la realeza de los cielos se preparara desde el principio del mundo (Mateo 25:34) antes que él para él, que precediera la consulta de Dios sobre él y luego fuera formado por la mano de Dios a su imagen (Génesis 1:26), de modo que no recibiera todo, como los otros animales, de la materia y del mundo sensible, sino solo el cuerpo. Sin embargo, la psique-alma la recibió de las realidades superiores, las súper-cósmicas, o más bien del mismo Dios, con un soplo misterioso, inefable, (Génesis 2:7), para que fuera algo grande y maravilloso, superior a todo, para supervisar y gobernar todo, y por lo tanto, conocer a Dios, recibirlo y ser un resultado que muestre más que cualquier otra criatura la altísima grandeza del Artífice o Creador. Y no solo es receptivo de Dios y Su χάρης jaris (gracia, energía increada) con esfuerzo, sino que también puede unirse a Él en una hipóstasis (base substancial o subsistencial).

 

  1. Estas y otras cosas similares que son la verdadera sabiduría y el conocimiento salvífico y que conducen a la bienaventuranza superior, ¿quién las comprendió, o quién las demostró, quién Euclides, quién Marino, quién Tolomeo, o también, quién Empédocles, quién Sócrates, quién Aristóteles y quién Platón, con sus métodos lógicos o sus pruebas matemáticas? O más bien, ¿qué sentido las ha percibido? ¿Qué nus e intelecto las ha concebido? Y si aquellos que filosofaron por naturaleza y a sus semejantes les pareció baja e indigna la sabiduría espiritual, esto también demuestra la superioridad de esta. Casi tanto como sienten los animales la sabiduría de aquellos y todos sus conocimientos, o, si prefieres, como los niños pequeños, que consideran más importantes los dulces que tienen en la mano que la corona real, así también están aquellos en relación con la verdadera y sublime sabiduría y enseñanza del Espíritu.

 

  1. No solo conocer a Dios, en la medida de lo posible, es incomparablemente mejor que la filosofía de los helenos/griegos, sino que solo conocer cuál es la posición del hombre junto a Dios supera toda la sabiduría de ellos. Porque solo el hombre de entre todas las criaturas terrenales y celestiales fue creado a imagen de su Hacedor, para mirar hacia Él, amarlo, y ser solo iniciado y adorador de Él, y preservar esta belleza con fe, inclinación y disposición hacia Él. Todo lo demás, lo que la tierra y este cielo tienen, el hombre debería considerarlos inferior a sí mismo y completamente carente de nus (espíritu) y logos (lógica). Los sabios helenos/griegos no pudieron comprender esto en absoluto y deshonraron la naturaleza humana, faltaron al respeto a Dios y honraron y adoraron la creación en lugar del Creador (Romanos 1:25). En otras palabras, atribuyeron nus (espíritu) a las cosas sensibles pero insensatas, a los insensibles astros, y a cada uno, según su tamaño, le dieron un poder y una autoridad correspondientes. Fue lamentable su veneración hacia aquello que, después de llamar dioses, otorgaron a estos el poder sobre todo. Entonces, ellos a través de la filosofía centrada en lo sensible y en lo que lo rodea, de hecho, una oscuridad espiritual, intelectual y punitiva, ¿no han causado en sus psiques-almas vergüenza, deshonor y extrema pobreza?

 

  1. La gnosis-conocimiento de que fuimos hechos a imagen del Creador no nos permite deificar ni al mundo inteligible. Porque este «a imagen» no se refiere al cuerpo, sino a la naturaleza del νούς nus (espíritu de la psique), de la cual nada es mejor por naturaleza. Porque si hubiera algo mejor, lo «a imagen» estaría en eso. Entonces, dado que lo mejor dentro de nosotros es nuestro nus, y aunque, es a imagen de lo divino, sin embargo, fue creada por Dios, ¿no es fácil entender, o mejor dicho, no es obvio que el Hacedor de nuestra parte noerá-espiritual es el Hacedor de todo lo noeró-espiritual? Cada naturaleza noerá-espiritual, es decir, todos los ángeles, son siervos junto con nosotros y a imagen/icona del Creador. Aunque son superiores a nosotros porque no tienen cuerpo y se acercan más a la naturaleza completamente incorpórea e increada. O más bien, aquellos de entre ellos que mantuvieron su orden y aceptan el propósito por el cual fueron creados, aunque son co-sirvientes con nosotros, son respetables para nosotros y muy superiores en orden. Pero aquellos que no mantuvieron su orden, sino que se rebelaron y desobedecieron el propósito para el cual fueron creados, se alejaron tanto como pudieron de aquellos que se acercan a Dios y cayeron del honor y la dignidad que tenían. Y mientras intentan arrastrarnos a la caída y la degradación, no solo son inútiles, deshonrosos e indignos, sino también adversarios y extremadamente enemigos dañinos y hostiles para el género humano.

 

  1. Pero estos fisiólogos y astrólogos que se jactan de conocerlo todo, dado que no pudieron comprender nada de lo que hemos dicho a través de la filosofía, además llamaron al gobernante de la oscuridad y a las fuerzas debajo de él, no solo superiores, sino también dioses. Los honraron con templos, les ofrecieron sacrificios y cultos y se sometieron a sus órdenes destructivas. Y, con razón, estos los engañaron mucho con los rituales impíos y purificaciones que contaminaban y añadían maldita y abominable jactancia y arrogancia, y con profetas y profetisas que desviaban y engañaban a las personas tanto como pudieron lejos de la verdad real.

 

  1. Conocer a Dios o conocer al hombre y su valor (cosas que ahora incluso los cristianos simples conocen) es un conocimiento mucho más alto que la fisiología, la astrología y toda la filosofía que las rodea. Además, el nus y el intelecto humano que conoce su propia enfermedad y debilidad y busca “psicoterapiarla” y sanarla es incomparablemente superior a conocer y explorar los tamaños de las estrellas y las razones de las naturalezas, los nacimientos de las cosas terrenales y los períodos o las órbitas de los cuerpos celestes, los cambios y salidas de las estrellas, las inmovilidades y sus retrocesos, las distancias y conjunciones entre ellas, y, en general, las diversas relaciones que surgen de su multitud móvil. Porque el nus (espíritu de la psique) con su intelecto que ha conocido su debilidad y enfermedad, ha encontrado de dónde puede buscar la psicoterapia y salvación, acercarse a la luz (increada) del conocimiento-gnosis y recibir sofía-sabiduría verdadera que no se desvanece con este siglo.

 

  1. Cada naturaleza lógica y noerá (espiritual y intelectual), ya sea ángel o humano, tiene vida, en la que reside como una existencia inmortal y no es susceptible de corrupción. Nuestra propia naturaleza lógica y noerá (espiritual y intelectual) de la psique-alma, no solo tiene vida como ουσία usía esencia/sustancia, sino también como energía, ya que vivifica el cuerpo con el que está unida. Por eso se llama vida del cuerpo. La vida que se refiere a algo más es una energía de la vida; porque nunca se llama esencia/sustancia en sí misma, si se refiere a algo más. Pero la naturaleza espiritual de los ángeles no tiene este tipo de energía la vida, ya que no recibió de Dios un cuerpo unido a ella desde la tierra, para recibir por eso una dinami (fuerza y energía) vivificante. Por lo tanto, también es receptiva a los opuestos, es decir, la maldad y la bondad. Y esto lo demuestran los ángeles malvados y astutos que cayeron por soberbia. Por lo tanto, los ángeles también son de alguna manera compuestos, tanto por su usía esencia/sustancia particular como por una de las dos cualidades opuestas, es decir, la virtud y la maldad. Por eso se demuestra que ellos mismos tampoco tienen la bondad como esencia/sustancia.

 

  1. La psique-alma de cada uno de los animales irracionales es la vida del cuerpo que anima. Y no tienen esta vida como sustancia, sino como energía, porque existe en relación con algo más y no en sí misma. Porque vemos que esta (vida-psique-alma) no tiene nada más allá de lo que opera y actúa a través del cuerpo. Por eso, cuando el cuerpo se desintegra, inevitablemente ella también se desintegra, porque es tan mortal como él, y todo lo que es ella, es y se dice en relación con el cuerpo mortal. Por eso, cuando el cuerpo muere, ella también muere con él.

 

  1. La psique-alma de cada ser humano es también la vida del cuerpo que anima y tiene la energía vital en relación con algo más hacia al que se manifiesta, es decir, hacia el cuerpo que es vivificado por ella. Tiene la vida no solo como energía, sino también como ουσία esencia/sustancia, porque vive por y en sí misma. Porque vemos que tiene una vida lógica y espiritual claramente diferente de la vida del cuerpo y de las cosas que se energizan, operan y se realizan a través del cuerpo. Por eso, cuando el cuerpo se desintegra, ella no se desintegra con él. No solo no se desintegra con el cuerpo, sino que también permanece inmortal, porque la vida que ella tiene en sí misma no se manifiesta en relación con otra cosa, sino que constituye su usía esencia.

 

  1. La psique-alma lógica y espiritual tiene como usía esencia/sustancia la vida, pero es receptiva a los contrarios, es decir, la maldad y la bondad. Por lo tanto, se demuestra que no tiene la bondad como usía esencia, ni tampoco la maldad, sino más bien como unas cualidades que se encuentran en uno u otro dependiendo de su disposición. Y no se encuentra localmente, sino cuando la psique-alma espiritual, que ha recibido la independencia o libre albedrío del Creador, se inclina hacia una de las dos y quiere vivir de acuerdo con ella. Por eso, la psique-alma lógica y espiritual es de alguna manera compuesta, por su energía que mencionamos anteriormente. Esta energía, por supuesto, al manifestarse en relación con algo más (el cuerpo), no puede crear composición. La composición se crea a partir de la esencia de la psique-alma y de cualquiera de las cualidades contrarias mencionadas anteriormente, es decir, la virtud y la maldad.

 

  1. El supremo Nus, el bien supremo, la naturaleza que está por encima de la vida y la divinidad, debido a que es completamente inmune a los contrarios u opuestos, es evidente que tiene la bondad no como cualidad, sino como esencia. Por eso, todo lo bueno que alguien pone en su nus y mente existe en Él, o más bien, Él es la bondad y está por encima de ella. Y todo lo que alguien piensa sobre Él es bueno, o más bien, es bondad y una bondad suprema. En Él también existe y está la vida, o más bien, Él es la vida. Porque la vida es bondad, y la vida en Él es bondad. Y la sofía-sabiduría existe en Él, o más bien, Él es la sabiduría; porque la sabiduría es bondad, y la sabiduría en Él es bondad. También la eternidad y la bienaventuranza y en general cualquier bondad o bien que alguien piense. Y no hay diferencia entre la vida, la sabiduría, la bondad y cosas similares. Porque esta Bondad incluye todo de manera concentrada, unificada y sencilla, y la conocemos y la llamamos así por todas las bondades o todos los bienes. Cualquier bien que uno piense y dice acerca de Ella es verdadero, uno y auténtico. Ella, sin embargo, no es solo lo que realmente se entiende por aquellos que entienden con un nus e intelecto divino y teologizan hablando con un lenguaje divinamente inspirado, sino que no tiene cabida en nuestro nus y logos, está por encima de ellos en una condición unificada y supra-lógica. Es decir, es una Bondad absolutamente buena y sobresalientemente bondadosa, y solo de esto se entiende y se llama así. Por supuesto, el Creador y Señor de la creación es una Bondad absolutamente buena y sobresalientemente bondadosa, y tiene la bondad como Su esencia, como se demuestra por Sus propias energías y acciones hacia la creación. Por eso, es completamente inmune a la contrariedad hacia la bondad, es decir, a la maldad. Porque no es contrario a ninguna existencia.

 

  1. Esta Bondad absolutamente buena y sobresalientemente bondadosa también es la fuente de la bondad. Porque esto también es un bien, bondad, y de hecho el bien supremo, y no podía faltar de la absoluta Bondad. Ahora bien, la perfección y supremacía de esta Bondad es Νούς Nus, nada más puede surgir de Ella como fuente, excepto el logos. Logos, por supuesto, no como el logos de nuestra palabra hablada, porque este no es del nus, sino del cuerpo que es movido por el nus. Tampoco como nuestro lenguaje interno o el logos íntimo innato, porque este se forma en nosotros teniendo como tipos o modelos los sonidos. Finalmente, no como nuestro logos de la διάνοια diania (mente, intelecto) o de pensamiento, aunque sea sin sonidos, realizado con movimientos completamente incorpóreos; porque también este logos de la diania es posterior a nosotros y necesita pausas y largos períodos de tiempo, y avanza detalladamente y escalonadamente, yendo desde el comienzo imperfecto hacia la conclusión final. Pero el Logos que emana de la divina Bondad es equivalente a nuestro logos innato (la voz interior, íntima), que está en nosotros desde que fuimos creados a Su imagen; este logos es la gnosis-conocimiento que siempre coexiste con el nus (espíritu de la psique). Por lo tanto, la Gnosis (conocimiento)-Logos que siempre coexiste con el supremo Nus de la perfecta e infinita Bondad que no tiene ninguna falta, es idéntico/a a lo que Ella es, excepto que proviene de Ella. Por eso, el supremo Logos es y se llama por nosotros Hijo, para que conozcamos con certeza que es perfecto con Su propia hipóstasis perfecta, porque tiene su existencia del Padre y no es inferior al Padre según la esencia, sino que es idéntico a Él, aunque no en cuanto a la hipóstasis; esto se distingue en que el Logos provino con un nacimiento divinamente apropiado o nacimiento de modo divino zeoprepés de el Padre.

 

  1. Dado que la Bondad que como una fuente surgió con nacimiento de la Bondad-Nus, es el Logos, y un logos sin espíritu (aliento) no puede ser comprendido por nadie que tenga nus con entendimiento, por eso el Logos de Dios tiene el Espíritu Santo, que también procede del Padre. Este Espíritu no es como aquel que coexiste con nuestro logos oral o discurso oral. Tampoco es como aquel que coexiste, aunque de manera incorpórea, con nuestro logos innato y con el intelectual de la diania (intelecto); porque esto es un impulso del nus (espíritu de la psique) que se desarrolla en el tiempo a través de nuestro logos (discurso) y necesita los mismos intervalos y avanza desde lo imperfecto hacia lo completo. En cambio, el Espíritu del Logos supremo es de alguna manera un amor inefable del Padre hacia el Logos que nació de manera inefable e incomprensible. El mismo Espíritu-Eros (Amor ardiente) lo tiene también el amado Logos y Hijo hacia el Padre. Sin embargo, lo tiene en común con Él, que proviene del Padre y descansa en Él debido a Su naturaleza común. Del Logos, que se encarnó y convivió entre nosotros, aprendimos el nombre de la procedencia diferente del Espíritu desde Padre, y que este no solo es del Padre sino también (es y se envía) del Hijo. Nos dijo: «El Espíritu de la verdad, que procede del Padre» (Juan 15, 26). De esto aprendemos que no es solo el Logos, sino también el Espíritu que procede del Padre, pero no por nacimiento, sino por emanación o procedencia. Además, es también del Hijo, quien lo tiene del Padre, ya que es Espíritu de verdad, sofía-sabiduría y logos. Porque la verdad y la sabiduría son Logos adecuado para el Generador o Genitor. Este Logos se regocija con el Padre, que se alegra por Él, según lo que Él mismo dijo a través de Salomón: «Yo estaba con él regocijándome en sus delicias» (Proverbios 8, 30). No dijo que estaba regocijándose, sino que estaba alegrándose junto con él en sus delicias. Esta alegría pre-eterna del Padre y del Hijo es el Espíritu Santo, porque es de ambos en uso (por eso también se envía desde ambos a aquellos que son dignos), pero solo del Padre en existencia (por eso solo procede de Él en cuanto a existencia).

 

  1. El Έρως eros (amor ardiente), que es la imagen de este Έρως eros supremo, también lo tiene nuestro nus (espíritu de la psique), que fue creado a imagen de Dios, hacia el conocimiento-gnosis que proviene de Él y que existe ininterrumpidamente en Él. Este έρως eros proviene del νούς nus y está dentro del nus, brotando de él junto con el logos más interno e íntimo. Una prueba evidente de esto, incluso para aquellos que no pueden ver las profundidades de su interior, es el deseo insaciable de las personas por el conocimiento-gnosis. Pero en ese nus arquetípico, en esa completa y superperfecta Bondad en la que nada es imperfecto, el divino Έρως eros (el Espíritu) es idéntico a todo lo que esa Bondad es, excepto que Él proviene de Ella. Por eso, este Έρως eros también es llamado por nosotros Espíritu Santo y otro Paráclito (Juan 14:16), como acompañante del Logos, para que sepamos que es perfecto, con Su perfecta hipóstasis (persona o base subsistencial) propia, y no difiere esencialmente del Padre, sino que es idéntico al Hijo y al Padre, aunque no según la hipóstasis; esto se distingue en que el Έρως eros -Espíritu proviene de Dios Padre con una procesión divina o zeoprepés de modo divino. Y así, estudiamos a un Dios verdadero y perfecto, en tres hipostasis (personas) verdaderas y perfectas. No triple, en absoluto, sino simple, porque no es una triple bondad ni una trinidad de bondades; es una Trinidad santa y venerable, y adoramos la Bondad suprema, que fluye incesantemente de Sí misma hacia Sí misma y se ha establecido pre-eternamente en Sí misma θεοπρεπές zeoprepés de modo divino. Es ilimitada y se define solo por Sí misma; es el límite de todo, se extiende más allá de todo y no excluye a ninguna de las criaturas y existencias fuera de Sí.

 

  1. Además, la naturaleza noerá-espiritual y lógica de los Ángeles también tiene nus y logos desde el nus y eros hacia al logos, que también proviene del nus y coexiste siempre con el logos y el nus, y podría llamarse también espíritu, ya que por naturaleza sigue al logos. Pero este espíritu no es vivificador, porque no recibió de Dios un cuerpo terrenal unido a él para recibir también un vivificador y una dinami fuerza cohesiva para ello. En cambio, la naturaleza noerá-espiritual y lógica del psique-alma humana, al ser creada junto con un cuerpo terrenal, recibió el vivificador espíritu de Dios, y con él contiene, anima y da vida al cuerpo unido a ella. De esto se hace evidente para aquellos que pueden entender que el espíritu del hombre que da vida a su cuerpo es έρως eros espiritual-noeró. Tiene su existencia a partir del nus y pertenece al logos; está dentro del nus y al logos y contiene en sí mismo tanto el logos como el nus. Y la psique-alma tiene por naturaleza tal afinidad amorosa con el cuerpo a través del espíritu, de modo que nunca quiere abandonarlo, ni lo abandona, a menos que sea forzada por una grave enfermedad o una lesión externa.

 

  1. La naturaleza espiritual-noerá y lógica de la psique-alma, ya que solo ella posee nus, logos y espíritu vivificante, es la que más ha sido creada a imagen de Dios, incluso más que los ángeles incorpóreos. Este privilegio es inmutable y, aunque uno no entienda su valor y no viva ni se comporte de acuerdo con el Dios que la creó a su imagen. Por eso, después de la transgresión de los primeros en ser creados en el Paraíso, en cuando sufrimos, antes de la muerte del cuerpo, la muerte de la psique-alma, que es la separación de la psique-alma de Dios, y perdimos lo ‘como a semejanza’, no perdimos lo ‘como a imagen’ de Dios. Por lo tanto, cuando la psique-alma se aparta de la relación con lo peor (lo sensible) y se adhiere con amor a Dios y se somete a Él mediante las virtudes y las obras de la virtud, es iluminada por Él y embellecida a medida que mejora y obedece Sus mandamientos y exhortaciones, de las cuales recibe la vida verdaderamente eterna. Con esto, la psique-alma también inmortaliza también el cuerpo unido a ella, que alcanzará la resurrección prometida en el momento designado y se convertirá en partícipe de la doxa-gloria increada eterna. Sin embargo, cuando no evita la relación con lo peor y su caída en él, de donde causa deshonra y desgracia en la imagen de Dios, se aleja y es desterrada de Dios, quien es la realmente la vida bienaventurada y verdadera. Por lo tanto, dado que ella misma fue la primera en abandonar a Dios, es justamente abandonada por Él.
  2. La que es después de la suprema Trinidad naturaleza trinitaria, es decir, el psique-alma humana, como ha sido creada por Ella a Su imagen más que otras naturalezas y es noerá (mental con nus), lógica (logos) y espiritual (eros), debe mantener su orden y seguir solo a Dios, solo bajo Su yugo debe entrar y solo a Él debe someterse y obedecer. Además, solo debe dirigirse a Él y adornarse a sí misma con la memoria incesante y la zeoría contemplación de Él y con amor ferviente y apasionado hacia Él. Así con esto atrae de manera maravillosa a sí misma, o más bien, atrajo alguna vez, el misterioso, incomprensible y secreto esplendor de su naturaleza; y entonces tiene verdaderamente lo «como a imagen/icona y semejanza a Dios » y se vuelve jaritificada (agraciada, con la jaris), sabia y divina. Porque es enseñada por este esplendor, ya sea con una presencia manifiesta, o con un enfoque invisible, a amar más a Dios que a sí misma y a su prójimo como a sí misma, y a conocer y mantener su propia valía y orden, y a amarse a sí misma verdaderamente. Por otro lado, aquel que ama la injusticia, odia su propia psique-alma (Salmo 10, 5), y al desgarrar y destrozar lo «a imagen de Dios» que tiene, sufre algo similar a aquellos que, por locura, sin darse cuenta, desgarran sus carnes miserablemente. Porque él también, sin darse cuenta, destruye y desgarra miserablemente su belleza innata, destrozando sin sentido el adorno interior trinitario y sobrenatural de su psique-alma, que es creado por la agapi, amor. ¿Hay algo más injusto y más perjudicial que uno no recuerde y no quiera ver constantemente y amar a Aquel que lo creó y lo adornó a Su imagen, y por lo tanto le dio el poder del conocimiento y de la agapi, amor, y a aquellos que lo usan bien, les concede también Sus donaciones inefables y la vida eterna?

 

  1. Uno de los peores enemigos de nuestra psique-alma y excepcionalmente peor que los demás es la serpiente antigua y espiritual, que se convirtió en mensajero de su maldad hacia los seres humanos con su consejo malicioso. Es tan inferior y peor que todos, ya que deseó con orgullo igualarse en poder con su Creador, del cual, sin embargo, fue justamente abandonado, así como él mismo primero lo había abandonado primero. Y el diablo abandonó tanto a Dios que se volvió contrario y enemigo Suyo, y fue declarado oponente. Por lo tanto, si Aquel es la Bondad y Vivificador de todos los seres vivos, él es la maldad en sí mismo y mortificador (de la muerte física y espiritual). Dado que Aquel tiene como esencia la Bondad y es por naturaleza completamente inmune al mal, de modo que nadie que tenga maldad debe acercarse a Él, cuanto más aleja de Él al creador y líder del mal y la causa del mal también a los demás. El astuto malo, ahora, debido a que su esencia es la vida y no el mal, por eso permanece también inmortal en ella. Su esencia, por supuesto, fue susceptible al mal y él mismo fue honrado con libre albedrío para someterse voluntariamente y adherirse a la fuente eterna de la Bondad y, de esta manera, convertirse en partícipe de la verdadera vida. Sin embargo, debido a su propia voluntad y elección se entregó y se dio a maldad, privado de la verdadera vida y justamente expulsado de ella, de la cual él mismo se marchó primero. Y se convirtió en un espíritu muerto, no en esencia (porque no hay esencia de muerte), sino porque renunció a la verdadera vida. Por lo tanto, él, al no sentir cansancio en su impulso hacia el mal y añade mal sobre mal miserablemente, se convierte a sí mismo en un espíritu mortificador y se apresura a guiar también al ser humano hacia la participación de su propia necrosis-mortificación.

 

  1. El diablo, el mediador y causador de la necrosis o mortificación, en aquel tiempo antiguo, utilizó en el Paraíso de Dios (Génesis 3, 1) a la serpiente, que es astuta (se mueve en espiral), porque él mismo es astuto en sus formas e inimaginablemente tramposo. No que él se convirtiera en una serpiente, ya que tal cosa solo por la fantasía se puede hacer, pero entonces tuvo miedo de probarlo, por temor a ser descubierto. Sin embargo, al no confiar en un encuentro abierto, prefirió la mala astucia a través de la serpiente, con la que pensó que permanecería oculto y en el anonimato. Quería, al aparecer como amigo, sugerir e introducir lo peor y, con un discurso paradójico (paradójico porque la serpiente perceptible no era lógica ni hablaba en ese momento), sorprender a Eva, quien lo escucharía y hacerla completamente de su lado con sus artimañas. Así, la enseñaría de inmediato a someterse a lo peor y convertirla en esclava de aquello sobre lo que tenía el derecho legítimo de reinar, porque solo ella, entre todas las criaturas sensibles, fue honrada con logos (y lógica) y fue creada por la mano de Dios a Su imagen/icona. Sin embargo, Dios también concedió, para que el hombre vea el consejo que le dio el peor, -cuán peor no es la serpiente que el hombre- y que entienda claramente que no es en absoluto beneficioso. Entonces, debería considerar completamente indigna su sumisión al evidentemente peor y mantener su fe en el Creador, obedeciendo Su mandato. Y así convertirse fácilmente en vencedor de aquel que cayó de la vida real, tomar justamente la bienaventurada inmortalidad y vivir eternamente teniendo a Dios en su interior.

 

  1. Nada es mejor que el ser humano para pensar y formar opiniones, y a través de ellas conocer y obtener lo que le beneficia. Solo necesita mantener su orden y conocer a sí mismo y a su único mejor, el Dios. Y debe cumplir y obedecer lo que aprende de Él, mientras que cuando piensa en lo que no ha aprendido de Él, debe buscar y pedir Su consejo. Porque incluso los ángeles, aunque son superiores en valor que nosotros, sin embargo, sirven en los consejos de Dios relacionados con nosotros, siendo enviados para favorecer aquellos que en el futuro heredarán la salvación (Hebreos 1:14) – no todos los ángeles, por supuesto, sino aquellos que son buenos y han mantenido su orden. También tienen nus, logos (lógica) y espíritu (eros, amor) de Dios, unidos por naturaleza estos tres, y deben obedecer al nus Creador y Logos y Espíritu, al igual que nosotros. Tienen muchas ventajas sobre nosotros, pero, como dijimos y diremos de nuevo, no son a imagen del Creador. Porque nosotros hemos sido hechos a imagen de Dios, más que ellos.

 

  1. Los ángeles han asumido servir al Creador con poder y solo han heredado ser gobernados; no se consagraron a gobernar sobre sus inferiores a menos que para ello sean enviados por el Gobernante de todo. Pero Satanás deseó gobernar con orgullo y soberbia a pesar de la opinión del Creador y, después de dejar su orden junto con los ángeles apóstatas que se rebelaron con él, fue justamente abandonado por la verdadera Fuente de la vida y la luz, y se vistió de muerte (espiritual) y oscuridad eterna. Sin embargo, el ser humano no solo fue puesto a gobernar, sino también gobernar sobre todas las cosas en la tierra (Génesis 1:28). Por eso, el archí-malvado Satanás lo envidió y utilizó todos los medios para derrocarlo desde el principio. Pero, como no podía usar la violencia porque estaba impedido por el Gobernante o Soberano de todo, que creó la naturaleza lógica libre, independiente y autónoma, presentó al hombre con mala astucia y dolo el consejo que lo derrocaría y degradaría desde el principio. Y engañó, o más bien persuadió a los humanos para que despreciaran, no tuvieran nada en cuenta y desobedecieran el mandamiento de Dios, o más bien se opusieran y actuaran en contra. Y entonces, después de convertirse en participantes de su rebelión, también convertirse en co-participantes de la oscuridad eterna y la necrosis o mortificación.

 

  1. En algún momento, incluso la psique-alma lógica se mortifica, aunque tenga la vida como su sustancia/esencia. Esto nos lo enseñó el gran Pablo cuando escribió: «La viuda y desamparada verdaderamente tiene puesta su esperanza en Dios y persevera día y noche en las súplicas y en las oraciones. Pero la que lleva una vida alegre y derrochadora, aunque viviendo físicamente, está muerta espiritualmente a causa de sus pecados» (1Timoteo 5: 5-6). No es inapropiado suponer que esto también se refiere a lo que estamos hablando ahora, es decir, sobre la psique-alma lógica. La psique-alma que ha perdido a su Novio espiritual, si no tiene contrición y πένθος penzos (duelo, luto o tristeza según Dios) y no sigue el camino estrecho de la μετάνοια metania lleno de sufrimientos y tribulaciones, sino que está en dispersión y entrega de sí misma a los placeres o hedonismo, esta psique-alma, aunque vive (porque en su esencia es inmortal), ha muerto. Porque es susceptible y receptiva a la peor muerte, así como a la mejor vida. Pero incluso si Pablo se refiere a una «viuda» como aquella que ha perdido a su esposo físico y vive en placeres mundanos y en lo carnal, ciertamente también significa que ha muerto en cuanto a la psique-alma. Él mismo dice en otro lugar: «nos vivificó o despertó espiritualmente con Cristo, cuando realmente estábamos muertos por el pecado y los delito» (Efesios 2:5). También se refiere a la muerte de la psique-alma el dicho: » Hay pecado que conduce a la muerte espiritual» (1Juan 5:16). Además, el Señor, quien ordenó a alguien que dejara que los muertos enterraran a sus muertos (Mateo 8:22), ciertamente reveló que esos enterradores estaban muertos en cuanto a la psique-alma, porque vivían de manera carnal.

 

  1. Los antepasados primer creados del género humano, al alejar de sí mismo voluntariamente la memoria y la zeoría contemplación de Dios y desobedecer Su mandamiento, y quedaron de acuerdo con el espíritu muerto de satanás y comieron del árbol prohibido en contra de la voluntad del Creador, se desnudaron de las prendas luminosas y vivificantes del resplandor celestial y se convirtieron, ¡ay!, en semejantes al satanás, y ellos mismos muertos en espíritu. Sin embargo, como Satanás no es solo un espíritu muerto, sino que también mortifica a quienes se acercan a él, y dado que aquellos que se convirtieron en partícipes de su mortificación o necrosis, tenían también cuerpos a través de los cuales se llevó a cabo la consejería mortífera, transmitieron, -¡ay!- también a sus cuerpos aquellos espíritus de la necrosis, muertos y mortíferos. Y el cuerpo humano se habría descompuesto inmediatamente y habría vuelto a la tierra de donde fue formado si no lo hubiera sostenido la divina providencia y dinami (poder, potencia y energía), para esperar la decisión de Aquel que todo lo gobierna y lo opera solo con Su logos, sin el cual nada de lo que hace puede tener lugar. Y esta decisión siempre se toma con justicia. Porque, como dice el divino Salmista: «El Señor es justo y ama la justicia» (Salmo 10:7).

 

  1. Según las Escrituras, Dios no creó la muerte (Sabiduría de Salomón 1:13). Pero incluso impidió que se produjera la muerte mientras fuera necesario y según lo permitiera Su justicia para evitar e impedir que aquellos a quienes Él hizo independientes cayeran en ella. O sea, les dijo de antemano Su voluntad que conducía a la inmortalidad, y para preservarlos lo más posible, hizo que Su consejo vivificador fuera un mandamiento. Y claramente predijo y amenazó que la desobediencia a Su mandato vivificante sería θάνατος zánatos la muerte, para que, ya sea por el deseo de Dios, o por Su conocimiento, o por el temor, evitaran la muerte. Porque Dios busca, conoce y puede hacer lo que es beneficioso para todas las criaturas. Si solo lo conociera, pero no lo buscaba, entonces evitaría lo que conocía bien. Si solo lo amara, pero no lo supiera o no pudiera hacerlo, entonces, a pesar de quererlo, lo deseado y conocido seguiría siendo irrealizable. Así que, buscando en gran medida y sabiendo y siendo capaces de nuestro propio interés, todo lo que nos viene de Él, aunque no lo queramos, sin duda viene para nuestro propio interés; pero en lo que se nos da voluntariamente, como independientes, hay un gran temor de que pueda ser perjudicial. Cuando, con la providencia de Dios, se nos ha prohibido una sola cosa de todas, como en el caso del Paraíso (Génesis 2, 16-17), ya sea en el Evangelio por el Señor, ya sea por los Profetas a los israelitas, ya sea en la ley de la jaris gracia increada de los Apóstoles del Señor y sus sucesores, entonces es claramente inútil y perjudicial desearlo por uno mismo y se apresure hacia ello. Y si alguien más nos lo propone y nos lleva a apresurarnos hacia ello, ya sea instigándonos con palabras, ya sea arrastrándonos con una apariencia amigable, él es claramente un enemigo de nuestra vida y un adversario.

 

  1. Por lo tanto, ya sea por anhelo de Aquel que anhela que vivamos (¿por qué, de hecho, nos formó para vivir si no lo deseaba mucho?), o conociendo que Aquel conoce mejor que nosotros lo que es beneficioso para nosotros, Él que nos dio el conocimientos-gnosis y es Señor de los conocimientos-gnosis (1 Reyes 2:3); o por temor a Su poder omnipotente, no debimos ser engañados, arrastrados ni convencidos por todas estas cosas entonces, y quebrantamos Su mandato y consejo, de la misma manera en que no debemos desobedecer ahora las órdenes salvadoras y los consejos que nos da después de eso. Así como ahora aquellos que no prefieren resistir valientemente contra el pecado, desprecian los mandamientos divinos y siguen el camino opuesto, es decir, a este que conduce a la muerte interna y eterna, a menos que “psicoterapien” y sanen con la metania su psique-alma; así también en el caso de la pareja de los primeros en ser creados, como no resistieron las palabras de satanás que los persuadieron a desobedecer a Dios y pasaron por alto el mandamiento, inmediatamente se cumplió el veredicto anunciado por Aquel que juzga con justicia. De acuerdo con esto, tan pronto como comieron del árbol, murieron. Y entonces entendieron en la práctica o en praxis-hecho lo que significaba el mandato olvidado de la verdad, y de la agapi-amor, de la sabiduría y del poder, y se escondieron por vergüenza después de quedarse desnudos (Génesis 3:7-8) de la doxa-gloria increada que vivifica de una manera divina también a los espíritus inmortales, sin la cual la vida de los espíritus es y se considera mucho peor que muchas muertes.

 

  1. Por lo tanto, el teólogo Gregorio también revela que no era aún beneficioso para los primeros humanos creados comer del árbol. Él dice: ‘Esa planta era una zeoría contemplación divina, en mi opinión, que solo los más perfectos pueden intentar. Pero no es bueno para aquellos que todavía son imperfectos y la desean vorazmente, al igual que la comida perfecta no es beneficiosa para los que todavía son bebés y necesitan leche’. Pero incluso si alguien no quiere relacionar metafóricamente ese árbol y su fruto con la zeoría contemplación divina, creo que no es difícil entender que no era beneficioso para los primeros en ser creados, porque todavía eran imperfectos. O sea, creo que, con su sentido o percepción sensible, lo vieron y comieron de él, y que era el árbol más agradable de todos los que había en el Paraíso. Sin embargo, la muy agradable comida de los sentidos o el placer sensorial excesivo, realmente no es bueno en todos los aspectos ni para todos, sino que es buena para aquellos que pueden usarla de manera que no los venza cuando sea necesario y para la doxa-gloria del Creador. Pero para aquellos que no hacen un uso adecuado de ella, no es bueno. Por eso creo que ese árbol se llamó ‘el árbol que da el conocimiento-gnosis del bien y del mal’ (Génesis 2, 17). Porque solo los perfectos en la zeoría contemplación divina y la virtud pueden entrar en contacto con las delicias sensoriales de manera que no alejen la atención de sus nus (espíritu de la psique) de la zeoría contemplación espiritual de Dios y de los himnos y oraciones hacia Él, sino que conviertan las bellezas del mundo en material y motivo para elevarse hacia Dios, y controlen por completo el placer sensorial o el hedonismo con el movimiento espiritual del nus hacia lo superior. Y si el placer sensorial, sensual y hedonismo, es inusualmente grande y poderoso, entonces aún más, debido a su inusual naturaleza, no deben vaciar la parte lógica o logística de sus psiques-almas hacia lo que, aunque sea malo, parece bueno para quienes están completamente dominados por esto y vencidos.

 

  1. Por lo tanto, para los primeros padres, que debían vivir en aquel sagrado lugar del Paraíso y nunca olvidar a Dios, era beneficioso entrenarse aún más y, de alguna manera, como niños, ejercitarse en lo que es realmente bueno y perfeccionarse en la costumbre de la zeoría contemplación divina, en lugar de, mientras aún eran imperfectos, experimentar con cosas que se encuentran en un estado intermedio, -ni buenas ni malas-, y que, dependiendo de la fuerza de aquellos que las utilizan, se inclinan fácilmente hacia el bien o el mal. Y especialmente en cosas que por sus naturalezas atraen y dominan los sentidos y absorben completamente el nus con la mente y facilitan las malas acciones y presentan como fidedigno al líder y creador de estos pazos, cuyo principio, -después del diablo-, es la codicia, glotonería y el ávido consumo de deliciosas comidas. Porque si, según la historia sagrada, solo la vista del árbol hizo que la serpiente fuera fácilmente aceptada y una consejera confiable, ¿cuánto más la abundante comida proveniente de él? ¿Así que, no es obvio que no era beneficioso para los primeros padres probarlo con el sentido? ¿Entonces, ya que comieron, no deberían haber sido expulsados inmediatamente del Paraíso de Dios (Génesis 3, 23-24), para que no convirtieran el lugar divino en una sala de reuniones, un consejo y un taller del mal? ¿Y no debían sufrir inmediatamente la muerte del cuerpo los transgresores? Sin embargo, el Señor mostró magnanimidad.

 

  1. La decisión de la muerte (espiritual) de la psique-alma la puso en el camino de la ejecución la transgresión, según la justicia del Creador; después de que los primeros en ser creados la abandonaron, los dejó sin forzarlos, porque los había hecho independientes y autogobernados. Por lo tanto, aquella decisión fue anunciada filantrópicamente con benevolencia por Dios de antemano (Génesis 2, 17), por las razones que hemos desarrollado. Sin embargo, suspendió y pospuso en ese momento la decisión de la muerte corporal; y cuando finalmente la comunicó, desde la profundidad de la sofía-sabiduría y exceso de filantropía, reservó su cumplimiento para el futuro. Porque no dijo a Adán «vuelve a la tierra», sino «eres tierra y a la tierra volverás» (Génesis 3, 19). De esto se deduce para aquellos que escuchan con discernimiento que Dios no creó la muerte (Sabiduría de Salomón 1, 13) ni de la psique-almas, ni del cuerpo. Porque ni antes dijo imperativamente «moráis cuando comáis», sino que dijo «moriréis cuando comáis»; ni ahora dijo «vuelve a la tierra», sino «volverás», anunciando y permitiendo y no impidiendo, con justicia, lo que sucedería.

 

  1. Por lo tanto, la muerte estaba destinada a ocurrir a esos padres antepasados, como también nos espera a nosotros que aún vivimos. Nuestro cuerpo se volvió mortal. Y esto es, por así decirlo, una larga muerte, o más bien muchas muertes, que se suceden una tras otra, hasta que finalmente llegamos a la única y última y de largos siglos muerte. Nos convertimos, en otras palabras, en la corrupción, y mientras nos vamos convirtiendo, nos descomponemos, hasta que dejamos de convertirnos y descomponernos. Y en realidad nunca somos los mismos, aunque parezcamos iguales a aquellos que no prestan atención. Como el fuego, cuando agarra un fino tallo desde el extremo, es diferente una vez y otra y su duración está medida por la longitud del tallo, así también nosotros, que cambiamos de manera similar, cada uno tiene su propia medida de la duración de su vida.

 

  1. Para que no ignoremos completamente el exceso de filantropía, benevolencia y la profundidad de la sofía-sabiduría de Dios, diremos por qué, mientras pospuso el fin de la muerte, prolongó aún más la vida del ser humano. Primero mostró que castiga con misericordia, o más bien, que descuida el castigo justo, para que no nos desesperemos por completo. También dio tiempo para la μετάνοια metania y una vida agradable a Dios desde el principio. Consoló con las sucesivas generaciones la tristeza de la muerte. Aumentó el género humano con descendientes, de modo que al principio el número de nacimientos superara con creces el número de muertes. En lugar de un Adán, que con la belleza de la planta sensible se volvió lamentable y pobre, elevó a muchos que adquirieron de lo sensible la bienaventurada y bendita riqueza del conocimiento divino, la virtud, el conocimiento y el favor divino. Testigos son Set, Enós, Enoc, Noé, Melquisedec, Abraham y todos los que fueron contemporáneos de ellos, ya fueran anteriores o posteriores, que se destacaron como iguales o similares a ellos. Sin embargo, entre todos estos, ninguno vivió completamente sin pecado, de modo que pudiera igualar la derrota de los antepasados y sanar la herida de la raíz del género humano y ser suficiente para la santificación, la bendición y el regreso a la vida de todos los posteriores; y Dios esto lo conocía de antemano. Por eso, en cada época hizo una elección tanto de las generaciones como de las tribus, de donde brotaría la tan alabada vara (la Virgen María), (Luc 1:23, Núm 17, 23) de la cual brotaría la flor que llevaría a cabo la salvación de todo el mundo.

 

  1. ¡Oh, profundidad de riqueza, sabiduría y filantropía de Dios (Rom 11:33)! Si no hubiera muerte y si la raza humana no fuera ahora mortal y antes de la muerte, -porque es de raíz mortal-, no adquiriríamos en la práctica (a través de Cristo) los primeros frutos de nuestra inmortalidad, no seríamos rescatados al cielo y la naturaleza humana no estaría entronizada a la diestra de la divina Majestuosidad en los cielos (Hebreos 8:1), por encima de cualquier principio y autoridad angelical. Así que Dios sabe cómo convertir, desde su filantropía y benevolencia, las desviaciones autoimpuestas de nuestra libre voluntad en lo mejor, con Su sabiduría y poder.

 

  1. Muchos culpan a Adán por haber cedido tan fácilmente al consejo del astuto maligno y haber desobedecido el mandamiento divino, causando así la muerte para nosotros. Pero no es lo mismo que alguien quiera, sin saberlo, probar una hierba venenosa que desear comerla después de aprender, a través de la prueba, que es mortal. Aquel que toma el veneno mientras tiene experiencia y, por lo tanto, se inflige una muerte miserable a sí mismo, es más censurable que aquel que comete y sufre esto porque no lo sabe. Por eso, cada uno de nosotros es más digno de culpa y condenación que Adán. ¿Pero quizás dirán que ese árbol ya no está entre nosotros? ¿Y que el mandamiento de Dios no concierne a nosotros, prohibiéndonos comer de él? Este mismo árbol, quizás no esté entre nosotros, pero el mandamiento de Dios está presente en nosotros ahora. Y aquellos que obedecen este mandamiento y viven de acuerdo con él, son liberados de la responsabilidad de sus propios pecados y de la maldición y de la condenación ancestral. Pero aquellos que lo transgreden ahora y en vez de esto, prefieren la sugerencia, la indicación y el consejo del astuto maligno, es imposible que no decaigan de aquella vida y conducta del Paraíso y que no sean arrojados al infierno-gehena del fuego eterno que Dios amenazó.

 

  1. Entonces, ¿cuál es el mandamiento de Dios que nos concierne? La μετάνοια metania. Y la recapitulación y esencia de esto es que no nos acerquemos ya a lo prohibido. Después de haber sido expulsados de aquel lugar de la delicia divina y justamente excluidos del Paraíso, y habernos precipitado en este abismo, y haber sido condenados a coexistir y convivir junto con los animales salvajes irracionales, y haber perdido ya toda esperanza, -en la medida en que depende de nosotros-, regresar al Paraíso, el Dios mismo quien impuso la justa pena en ese momento, o más bien, permitió justamente que nos llegara, ahora descendió hasta nosotros por su excesiva bondad, por su gran compasión y por nuestro bien. Y después de haber consentido en hacerse hombre como nosotros, pero sin pecado, para enseñarnos y salvarnos como uno semejante a los semejantes, nos dio el consejo y el mandamiento salvífico de la μετάνοια metania, diciéndonos: «Μετανοείτε metanoíte arrepentíos, convertíos y confesaos, porque el reinado de la realeza increada de los cielos ha llegado» (Mat 4:17). Antes de la encarnación del Logos de Dios, tanto como el cielo está separado de la tierra, así de lejos estaba de nosotros el reinado de la realeza increada de los cielos. Pero después de que el Rey de los cielos vino y estuvo dispuesto a unirse a nosotros, el reinado de la realeza increada de los cielos llegó a todos nosotros.

 

  1. Ahora que el reinado de la realeza increada de los cielos está cerca de nosotros, gracias a la condescendencia del Logos de Dios hacia nosotros, no nos alejemos de él viviendo sin μετάνοια metania, impenitentes. Más bien, evitemos la miseria de aquellos que viven en la oscuridad bajo la sombra de la muerte (Luc 1:79). Adquiramos las obras de la μετάνοια metania: humildad, katánixis (dilatación del corazón, compunción), luto o duelo espiritual, un corazón lleno de mansedumbre, sed de justicia, pureza, paz y espíritu pacificador, capacidad de soportar aflicciones y sufrimientos, alegrarnos con persecuciones por causa de la verdad y la justicia, pérdidas, insultos, calumnias y padecimientos. Porque la realeza increada de los cielos, o más bien, el Rey de los cielos, -oh inexpresable regalo- está dentro de nosotros (Lucas 17:21). A Él debemos adherirnos siempre con las obras de la μετάνοια metania, amando con todo nuestro corazón y fuerza a Él, que nos amó tanto.

 

  1. El amor a Dios se manifiesta a través de la ausencia de pazos y la abundancia de virtudes. El odio hacia el mal, que proviene de la ausencia de los pazos, estimula e impulsa el deseo y la adquisición de bienes. Aquel que es amante y poseedor de bienes, ¿cómo no amaría especialmente al Señor bondadoso y bueno, el único proveedor y guardián de todo bien, en Quien reside de manera eminente y a Quien tiene dentro de sí mismo con amor, como dice el Apóstol: «El que permanece en la agapi-amor, permanece en Dios y Dios en él» (1 Juan 4:16). Uno puede ver que no solo la agapi (amor incondicional) a Dios nace de las virtudes, sino que las virtudes también nacen de la agapi amor incondicional y desinteresado. Por eso, el Señor en el Evangelio a veces dice: «El que guarda mis mandamientos y los aplica, ese es el que me ama» (Juan 14:21), y otras veces: «El que me ama, aplicará y guardará mis mandamientos-logos» (Juan 14:23). Pero ni las obras de las virtudes son loables y útiles en aquellos que las realizan sin agapi amor incondicional, ni la agapi amor incondicional sin obras. Lo primero lo revela claramente con muchos ejemplos el Apóstol Pablo al escribir a los Corintios: «Aunque haga todas estas cosas, si no tengo agapi amor incondicional, nada soy y de nada me beneficio» (1Corintios 13:3), y lo segundo lo expresa el discípulo altamente amado por Cristo, diciendo: «No amemos de palabras ni de lengua, sino de hecho y en verdad» (1 Juan 3:18).

 

  1. El Padre supremo y adorado, es el Padre de la autoverdad, es decir, del Hijo unigénito. También tiene el Espíritu de la verdad, el Espíritu Santo, como el Logos de la verdad reveló claramente. Por lo tanto, aquellos que Le adoran y Le creen con el Espíritu y el Hijo, es porque reciben la acción y la energía increada del Espíritu y del Hijo, -porque el Apóstol dice: «Es el Espíritu el cual veneramos y oramos que nos ayuda en nuestra debilidad y enfermedad» (Rom 8:26), y también Jesús dijo: «Nadie viene al Padre sino por mí» (Juan 14:6), dice el Hijo unigénito de Dios, “aquellos que adoran de esta manera al Padre supremo con el Espíritu y la Verdad (el Hijo), ellos son los verdaderos adoradores de Él (Juan 4:23).

 

  1. Dios es Espíritu, y aquellos que lo adoran deben hacerlo en Espíritu y en Verdad (Juan 4:24), es decir, deben entenderlo incorpóreamente o espiritualmente, ya que Él es Incorpóreo. Porque así lo verán verdaderamente en todas partes con su Espíritu y su Verdad. Dios, como Espíritu, no tiene cuerpo, por lo tanto, no está en un lugar específico ni está limitado por fronteras locales. Por lo tanto, cualquiera que diga que Dios debe ser adorado en un lugar específico en el cielo o en la tierra no está diciendo la verdad, y su adoración no es verdadera. Porque Dios, como un ser inmaterial o incorpóreo, no está en ningún lugar en particular, pero como Dios está en todas partes, -porque si existe una montaña o un lugar o una estructura donde Dios no esté, entonces estaríamos limitando a Dios. Por lo tanto, está en todas partes porque es ilimitado. Entonces, ¿cómo está en todas partes? No como contenido en un lugar, sino del todo? Por supuesto que no. Porque entonces de nuevo sería cuerpo. Por lo tanto, como contiene y abarca todo, Él que está dentro de Sí mismo, en todo y más allá de todo, es adorado, venerado por Sus verdaderos fieles con Su Espíritu y Su Verdad (Juan 4:23).

 

  1. El Ángel y la psique-alma, al ser inmateriales o incorpóreos, no están en un lugar determinado, pero tampoco están en todas partes. Porque no contienen todo, sino que también necesitan Aquel que todo lo contiene. Por lo tanto, también están dentro de Aquel que los contiene y abarca todo, y son definidos y delimitados apropiadamente por Él. La psique-alma, que contiene el cuerpo para el cual fue creada, está en todas partes en el cuerpo, pero no como en un lugar ni como contenido en él, sino porque lo contiene y le da vida, teniendo en este asunto la «imagen de Dios».

 

  1. El ser humano fue creado a imagen de Dios más que los ángeles, no solo porque tiene dentro de sí un poder unificador y vivificante, sino también porque tiene el poder de gobernar. Esto se debe a que en la naturaleza de nuestra psique-alma, por un lado, está lo hegemónico, la parte que gobierna y lidera (el νους nus espíritu de la psique), y por otro lado, la parte naturalmente subordinada y obediente, es decir, la voluntad, el apetito, la percepción, los sentidos o la percepción sensible y en general, todo lo que fue creado por Dios junto con el nus para acompañarlo. Aunque nosotros, debido a una disposición pecaminosa, a veces sucumbimos a algunas de estas partes, no solo en contra del Dios Pantocrátor/Todopoderoso, sino también en contra de nuestro gobernante innato (el nus). Dios, por lo tanto, al darnos el poder y la fuerza de gobernar, también nos dio autoridad sobre toda la tierra (Génesis 1:28). Los ángeles no tienen un cuerpo unido a ellos para que esté sujeto a su nus. Sin embargo, aquellos ángeles caídos tienen una voluntad noerá (espiritual e intelectual) malvada, mientras que los ángeles buenos tienen una voluntad constantemente buena, de modo que no necesitan un gobernante. El poder terrenal, el malvado no lo tenía, pero lo agarró, y de ahí se hace evidente que no fue creado gobernante de la tierra; pero los buenos ángeles, después de nuestra caída y debido a nuestra degradación de valor, fueron encargados por el Todopoderoso de supervisarla y vigilarla, aunque no completamente, por filantropía y amor del Dios. Porque, como Moisés escribe en su Cántico (Deuteronomio 32:8), Dios determinó las regiones de los Ángeles cuando distribuía las naciones. Esta división se produjo después de Caín y Seth. Y los descendientes de Caín se llamaron humanos, mientras que los descendientes de Seth se llamaron hijos de Dios. Yo creo que Dios designó así estos nombres, anunciando de antemano la descendencia de la cual se iba a encarnarse Su Unigénito Hijo.

 

  1. Se puede aún argumentar que, junto con muchas otras cosas, nuestro conocimiento trinitario muestra que nosotros, más que los ángeles, estamos hechos a imagen de Dios. Esto se debe no solo a que es trinitario, sino también porque incluye todos los tipos de γνωσις gnosis conocimiento. Es decir, solo nosotros, entre todas las creaciones, tenemos junto con lo espiritual y lo lógico también lo sensible. Lo sensible, unido por naturaleza a lo lógico, ha dado lugar a una innumerable cantidad de artes, ciencias y gnosis-conocimientos. Podemos cultivar la tierra, construir y producir cosas que no existían, por supuesto, no desde la nada, ya que solo Dios puede hacer eso. De hecho, prácticamente nada de lo que Dios hace se destruye; solo, cada uno, después de nuestra intervención, se transforma en otra forma. Además, solo a los seres humanos Dios les dio la capacidad de que el logos invisible del nus sea percibido por el oído, difundido a través del aire, incluso aún pueda ser registrado corporalmente y ser visto a través del cuerpo. Con esto, Dios nos guía hacia la fe en la venida encarnada y revelación del Logos supremo. Ninguna de estas cosas se encuentra en los ángeles.

 

  1. Sin embargo, aunque hasta ahora hemos demostrado ser «a imagen» de Dios más que los ángeles, aún nos quedamos atrás en cuanto a ser «a semejanza de Dios» (Génesis 1:26), especialmente en comparación con los ángeles buenos. Y dejando de lado todo lo demás por ahora, la perfección de ser semejantes a Dios proviene y se hace de la divina iluminación que viene de Dios. Esto es lo que carecen los ángeles malvados, por lo que están sumidos en la oscuridad, mientras que los nus (espíritus) celestiales poseen abundantemente estas iluminaciones divinas y, por lo tanto, se les llama «segundas luces» y «emanaciones» de la Primer Luz (increada). Creo que nadie ignora esto entre aquellos que estudian con cuidado y sabiduría las Escrituras inspiradas de Dios. A partir de esto, los ángeles buenos también tienen conocimiento de los sensibles. No los perciben, por supuesto, con la fuerza y energía natural de los sentidos, sino que los conocen con una dinami (poder, fuerza y energía) divina, de la cual nada presente, pasado o futuro puede ocultarse.

 

  1. Aquellos que participan en esta iluminación, la tienen en cierto grado y, en consecuencia, según el grado que poseen, tienen también el conocimiento-gnosis de los seres. Todos aquellos que estudian con diligencia a los Apóstoles y los Teólogos divinamente inspirados saben que los ángeles también participan en esta iluminación (luz), que es increada y que no se identifica con la esencia/sustancia divina. Sin embargo, aquellos que piensan lo contrario, blasfeman al respecto y sostienen que es una creación o una sustancia de Dios. Cuando la consideran una creación, no admiten que ella es la luz de los ángeles. Por eso, consultemos al venerable teósofo Dionisio el Areopagita, quien en pocas palabras aclara estos tres puntos. Él dice que los nus divinos se mueven cíclicamente y se unen a las sin principio e ilimitadas iluminaciones del Bien y de la Bondad. Es evidente para todos que con «nus divinos» se refiere a los ángeles buenos. Al mencionar estas iluminaciones en plural, las distingue de la esencia/sustancia de Dios, ya que esa es única y absolutamente indivisible. Y después de llamarlas increadas e interminables, claramente nos las presenta como increadas.

 

  1. Desde esta divina iluminación y luminosidad, viendo nuestra naturaleza desnuda por la transgresión, el Logos de Dios, en Su gran compasión, se compadeció de su fealdad y, tomando esta naturaleza sobre Sí mismo por Su gran misericordia, la mostró nuevamente a los tres discípulos elegidos sobre el monte Tabor, vestida con una mayor doxa gloria, luz increada, (Mat 17:1-2). En otras palabras, presentó lo que una vez fuimos y lo que seremos a través de Él en el futuro, si preferimos vivir de acuerdo a Su voluntad aquí, como también lo menciona el de la lengua de oro Juan (Crisóstomo).
  2. Adán también participaba de esta divina iluminación y gracia increada antes de la transgresión, como si realmente llevara una vestimenta de doxa-gloria. Así que no estaba desnudo, sino que estaba adornado con esplendor incomparable, más que aquellos que ahora llevan coronas adornadas con mucho  oro y piedras preciosas. El gran Apóstol Pablo llama a esta gracia increada y divina iluminación nuestra «morada celestial» y dice: «Gemimos en esta tienda nuestra corruptible y provisional, anhelando y deseando sobrevestirnos de aquella casa nuestra celestial, es decir, el nuevo cuerpo incorruptible, inquebrantable y glorioso que se nos dará por el cielo; supuesto que seamos hallados vestidos de este cuerpo nuevo y no desnudos” (2Cor 5:2-3). Pablo recibió esta promesa de esta divina iluminación y vestidura de Dios cuando iba de Jerusalén a Damasco (Hechos 9:3-4). Para decirlo de acuerdo con Gregorio, el Teólogo por nombre y realidad, antes de purificarse de las persecuciones, entró en contacto con el Perseguido, o más bien, con un pequeño rayo de al gran Luz Increada.

 

  1. La Divina Supra-esencialidad nunca se llama en plural. Sin embargo, la divina e increada jaris-gracia y la energía del Dios, que se divide indivisiblemente, como el rayo del sol que calienta, ilumina y vivifica, da vida, hace crecer y transmite el esplendor a los iluminados y se ve en los ojos de quienes lo ven. Por lo tanto, similar a los rayos solares, aunque esta imagen es tenue, la divina energía de Dios no se llama solo una, sino también muchas según los Teólogos. Por ejemplo, San Basilio el Grande, dice lo siguiente: «¿Cuáles son las energías y operaciones del Espíritu? Inexpresables en tamaño, innumerables en cantidad. Porque, ¿cómo entenderíamos lo que está más allá de los siglos? ¿Cuáles eran sus fuerzas, energías y operaciones antes de la creación inteligible? Por lo tanto, antes de la creación inteligible y más allá de los siglos (porque incluso los siglos son creaciones inteligibles), nadie dijo nunca que eran dinamis fuerzas, energías y operaciones creadas, ni lo pensó. Por lo tanto, son increadas las dinamis fuerzas y energías del divino Espíritu, aunque son mencionadas como muchas por los Teólogos y se despliegan sin división desde la única e indivisible esencia del Espíritu».

 

  1. La energía increada de Dios, que se divide indivisiblemente, se menciona en plural también por los Teólogos, como se demostró anteriormente claramente por San Basilio. Por lo tanto, la divina y deificante iluminación, alumbramiento y jaris gracia no es esencia, sino energía increada de Dios, por eso no se presenta solo en términos cronológicos, sino también en una variedad de formas, ya que se concede a cada uno según su capacidad. Y según la idoneidad de aquellos que la reciben, transmite en ellos más o menos el deificante esplendor o la deificante iluminación.

 

  1. Estas energías son siete, según el profeta Isaías. Y en hebreo, el número siete significa «mucho». Dice, por tanto: » Y brotará un tallo del tronco de Jesé, y un brote crecerá de sus raíces y sobre él reposarán siete espíritus: espíritu de sabiduría y de prudencia, espíritu de conocimiento y de piedad, espíritu de voluntad y de fortaleza y de temor del Señor» (Isaías 11:1-3). Estos siete espíritus son considerados creados por aquellos que tienen opiniones heréticas y se mantienen en su insensatez. A estos y a aquellos que mencionamos en los extensos argumentos en contra de ellos, los hemos inspeccionado y refutado para siempre. Pero también el Teólogo Gregorio, al referirse a estas energías divinas del Espíritu, dice que el profeta Isaías prefiere llamar a estas energías del Espíritu «espíritus. Sin embargo, el mismo Isaías, el más elocuente de los Profetas, no solo mostró claramente, a través del número siete, la diferencia entre estas energías divinas sobre la esencia divina, sino que también reveló que son increadas al usar el verbo «reposarán o descansarán». Este verbo implica una supremacía. Por lo tanto, aquellos que reposan en el cuerpo que el Señor tomó de la naturaleza humana, ¿cómo pueden ser considerados creados o creaciones?

 

  1. Nuestro Señor Jesús Cristo expulsaba a los demonios «con el dedo de Dios», como se menciona en Lucas 11,20, y «con el espíritu de Dios», como se dice en Mateo 12, 28. El «dedo de Dios», como dice San Basilio, es una de las energías del Espíritu. Entonces, si una de estas energías es el Espíritu Santo, también lo son las otras, como Él mismo nos enseñó. Sin embargo, esto no significa que haya muchos dioses o muchos Espíritus. Estas son proyecciones, manifestaciones y energías naturales del único Espíritu, y en cada una de ellas está el Uno que energiza y opera. Los kakodoxos herejes, al afirmar que estas son creaciones, degradan en creación o en creado siete veces el Espíritu de Dios. Pero que se avergüencen siete veces. Porque el Profeta que habló de estas cosas, diciendo que son «siete ojos del Señor que recorren, vigilan y supervisan toda la tierra» (Zacarías 4, 10), y Juan, quien escribe en el libro Apocalipsis: «La jaris gracia y la paz sean para ustedes de Dios y de los siete Espíritus que están delante del trono de Dios y de Jesús Cristo», claramente revelan y muestran a los creyentes que estos son el Espíritu Santo.

 

  1. El Dios y Padre, al anunciar a través del profeta Miqueas el nacimiento en carne del Unigénito y queriendo mostrar al mismo tiempo que la divinidad del Hijo es sin principio, dijo: «Y sus salidas son desde el principio, desde los días del siglo o de la eternidad» (Miqueas 5, 1). Las «salidas, éxodos», como explicaron los Padres, significan las energías (increadas) de la Deidad. Estas son dinamis potencias y energías del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, que las declaran como creadas, aquellos que abrazan y apoyan con pasión las opiniones de los kakodoxos herejes. Pero que al menos reconsideren y usen la razón, aunque sea tarde, y comprendan quién es Aquel que existe «desde el principio». Quién es el que, según David, dice: «Tú existes desde siempre o desde el siglo», lo que significa lo mismo que «desde los días de la eternidad»? Y que consideren con sensatez que Dios dijo a través del Profeta que estas «salidas, éxodos» son «desde el principio», no dijo en absoluto que fueron hechas, construidas o creadas. Y San Basilio el Grande, quien teologiza con el espíritu de Dios, no dijo que fueron hechas, sino que las energías del Espíritu existían antes de la creación espiritual e inteligible y más allá de los siglos. Entonces, solo Dios es eternamente dinámico, operativo y omnipotente porque tiene dinamis potencias y energías eternas.

 

  1. También afirman los líderes de la opinión opuesta, en clara contradicción con los Santos, que lo increado es uno, la naturaleza divina. Todo lo que difiere de ella, sin duda es creado. Y así, hacen una creación o creado tanto el Padre como el Hijo y el Espíritu Santo. Porque la energía de los Tres es una y la misma, y al que la energía es creada, el mismo no es increado. Por eso, la energía de Dios no es creada o creación, -fuera de esta blasfemia- sino el resultado que se deriva de ella. Por eso, el venerable Damasceno enseñó que las diversas energías de la naturaleza divina son esenciales, es decir, sus movimientos naturales. Y dado que crear es cualidad propia de la energía divina, como dijo el Santo Cirilo, ¿cómo puede ser esto una creación? A menos que sea una acción de otra energía, y esa otra, otra más, y así sucesivamente hasta lo infinito, buscando y proclamando incesantemente la energía increada.

 

  1. La ουσία usía esencia/sustancia divina y la energía divina son inseparables, presentes en todas partes, y la energía divina es cabida incluso en nosotros, los creados, porque, según los Teólogos, se divide indivisiblemente sin división o se fracciona sin fraccionarse, mientras que la usía esencia/sustancia divina permanece completamente indivisible según ellos. Por eso, también san Juan Crisóstomo, después de decir que «la gota o rocío de la jaris gracia llena todas las cosas con conocimiento-gnosis; a través de ella se realizan los milagros, se perdonan los pecados», y así mostrando que la gota de la jaris gracia es increada, se apresura a mostrar que es una energía y no una usía esencia/sustancia; incluso distingue la energía divina de la usía esencia divina y la hipóstasis del Espíritu, y agrega: «Me refiero a la parte de la energía». El Paráclito, por supuesto, no se divide. Por lo tanto, la jaris gracia divina y la energía son cabidas a cada uno de nosotros, porque esta se divide indivisiblemente sin división. Pero la usía esencia de Dios, al ser completamente indivisible por su naturaleza, ¿cómo puede ser participable o cabida en cualquier creación?

 

  1. Dios tiene tres cosas: la esencia, la energía y la Trinidad de las Hipostasis (bases subsistenciales o personas) divinas. Consideremos el caso de aquellos que han sido dignos de unirse a Dios para ser uno con Él, según el logos del Gran Pablo: «Pero el que se une al Señor, un espíritu es con Él» (1Cor 6:17). Por lo tanto, dado que se ha demostrado anteriormente que los dignos no se unen en usía esencia con Dios, y ya que todos los Teólogos testifican que Dios es incognoscible y no participado en Su usía esencia, y dado que la unión hipostática del hombre con Dios se hizo exclusivamente en el Θεάνθρωπο zeánzropo (Dios-Hombre) Logos, queda claro que aquellos que han sido dignos de unirse a Dios lo hacen en términos de energía, y que el espíritu, a través del cual uno se une y se hace uno con Dios, se llama y es la energía increada del Espíritu, no la usía esencia/sustancia de Dios, aunque esto desagrade a los opuestos que sostienen lo contrario. Ya que Dios, en la profecía de Joel 3:1 y Hechos 2:17, no dijo «derramaré mi espíritu», sino «derramaré de mi espíritu sobre todos los que creen».

 

  1. Con seña de Dios se movían Moisés, David y todos los que, al desechar las inclinaciones de la carne, se hicieron receptivos a la energía divina, se movían por el Espíritu de Dios y se convertían en vivas imágenes/iconas de Cristo. O más bien, se convirtieron en lo mismo que Cristo y no meramente en una simple representación o reflejo. Y la pureza de Cristo y de los Santos es una. Como canta el divinamente inspirado Salmista: «La luminosidad de Dios está sobre nosotros» (Salmo 89:17). Porque, según el Gran Basilio, las psiques-almas portadoras del Espíritu que recibieron el resplandor del Espíritu también se vuelven espirituales y transmiten la jaris gracia a otros. De aquí proviene la previsión o prognosis del futuro, el conocimiento de los misterios, la comprensión de lo oculto, los diversos carismas, la ciudadanía o el estado celestial, el coro de los Ángeles, la morada divina, la asimilación a Dios y, finalmente, la zéosis divinización, que es lo más alto que uno puede desear.

 

  1. En esta jaris gracia, luminosidad y unión con Dios, los ángeles aventajan a los humanos. Por eso son segundas luminosidades, ministros o liturgos de la Luminosidad Suprema. Las dinamis (potencias y energías) noerás o espirituales y los espíritus litúrgicos son también segundas luces, reflejos de la Primera Luz, y la primera naturaleza luminosa después de la Primera, porque se iluminan desde ella. El ángel es una segunda luz, un flujo o participación de la Primera Luz. Por su movimiento circular, los nus espíritus divinos se unen a las sin principio e interminables iluminaciones del Bien y la Bondad. Porque, para los seres eternos, la luz es Dios mismo y nada más. Y así como el sol es para las cosas sensibles, Dios es para las cosas inteligibles. Él es la primera y suprema luz que ilumina toda la naturaleza lógica. Y como dice san Juan Crisóstomo, si escuchas al Profeta diciendo: «Vi al Señor sentado en un trono» (Isaías 6:1), no pienses que vio la usía esencia de Dios, sino una imagen de Él en condescendencia, y ni siquiera la vio tan claramente como las potestades celestiales lo hacen.

 

  1. Cada naturaleza está muy lejos y completamente ajena a la naturaleza divina. Porque si Dios es naturaleza, entonces las demás cosas no son naturaleza. Y si las demás son cada una naturaleza, entonces Él no es naturaleza. Del mismo modo, si las demás son seres, entonces Él no es un ser. Si Él es el Ser, entonces las demás no son seres. Esto se aplica también a la sofía-sabiduría, la bondad y, en general, a todas las cosas relacionadas con Dios o dichas en relación con Dios, cuando se teologiza ortodoxamente, correctamente y de acuerdo con los Santos. Ahora bien, Dios es y se llama naturaleza de todos los seres, porque todos participan de Él y existen a través de esa participación. No me refiero, por supuesto, a la participación en Su usía esencia, ´lejos de esta blasfemia- sino en Su energía. Así que Dios es la entidad o el ser real de todos los seres, una especie (forma) dentro de las especies, una sabiduría para aquellos que adquieren sabiduría, y, en general, Él es todo para todo. Sin embargo, Él no es naturaleza, porque Él está por encima de todas las naturalezas; no es un ser, porque está por encima de todos los seres; no es ni tiene una especie (forma), porque está por encima de todas las especies (formas). Entonces, ¿cómo nos acercamos a Dios? ¿Acaso nos acercamos a través de Su naturaleza? Pero ninguna criatura tiene comunión o cercanía con la naturaleza suprema. Por lo tanto, si alguien se acerca a Dios, ciertamente se acerca a Su energía. ¿De qué manera? ¿Participando en ella de manera natural? Pero esto es común a todas las criaturas. Por lo tanto, uno se acerca o se aleja de Dios no a través de sus cualidades naturales, sino a través de lo que hace con su libre albedrío y predisposición. Y la elección es cualidad exclusiva de los seres lógicos. Por lo tanto, solo estos entre todo lo demás se pueden acercar o alejar a Dios; se acercan a través de la virtud o se alejan a través de la maldad. Solo ellos son receptivos a la miseria o la bienaventuranza. Pero nosotros debemos esforzarnos por alcanzar la bienaventuranza y felicidad.

 

  1. Comparando entre sí, algunas creaciones se llaman propias o afines de Dios por naturaleza y otras son ajenas a Él. Son propias o afines de Dios las naturalezas espirituales que solo pueden ser percibidas por el nus espíritu. Totalmente ajenas a Él son las naturalezas que se encuentran en el ámbito de los sentidos. Y aún más allá de ellas están las naturalezas completamente inanimadas e inmóviles. En comparación entre sí, las creaciones se llaman afines o propias a Dios por naturaleza o ajenas, extranjeras a Él. Sin embargo, en sí mismas, todas son completamente ajenas a Dios por naturaleza. Porque es imposible expresar cuán lejos está la naturaleza espiritual de Dios o cuán distantes están la percepción sensible y las sensibles de las cosas y realidades espirituales. Dado que, por naturaleza, estamos tan alejados de Dios, ¡ay de nosotros si no nos acercamos a Él con una buena intención, con buenas obras y modos de vida!

 

  1. La lengua inspirada de Dios y común de los sagrados Teólogos, el portador de Dios, Damasceno, dice en el segundo de sus capítulos teológicos: «Aquel que desea hablar o escuchar sobre Dios debe saber claramente que las cosas de la teología y de la Divina Economía no son todas inefables, ni todas pronunciables; ni, ciertamente, todas conocidas, ni todas desconocidas. Conocemos que están por encima de todo logos, incluso los logos que permiten su expresión con palabras, porque su significado trasciende los logos. No están fuera del logos debido a una deficiencia o falta, sino que están más allá de nuestro logos, el que habita dentro de nosotros y el que nosotros mismos hacemos que otros oigan. Porque ni el logos o el lenguaje oral pueden explicarlos y representarlos, ni el otro, el innato íntimo logos, puede lograrlos por sí mismo a través de un esfuerzo excesivo y arduo. Por lo tanto, no debemos permitirnos hablar de nada en cuanto a Dios, sino que debemos recurrir a la enseñanza de los Santos que hablan sobre las cosas espirituales con la iluminación del Espíritu, especialmente cuando los adversarios nos lo exigen.

 

  1. Se dice que en la entrada de la escuela de Platón había una inscripción que decía: «Que nadie que no sea geómetra entre». Totalmente no-geómetra es aquel que no puede concebir y distinguir lo indivisible como divisible. Porque es imposible que haya un fin sin aquello que se completa. Y casi todo el asunto de la Geometría trata sobre los límites, que a veces se definen y se proyectan sin los límites perceptibles, a través del nus que separa lo inseparable (la forma de la materia). Ahora bien, aquel que aún no ha aprendido a separar con el nus el cuerpo de las cosas relacionadas con el cuerpo, ¿cómo escuchará acerca de la naturaleza en sí misma, que no solo es inseparable de las cosas naturales, existiendo dentro de ellas, sino que tampoco puede existir sin ellas? ¿Cómo escuchará acerca de las cosas universales como universales, que están dentro de las particulares y se separan de ellas solo por medio del nus y el logos, que se piensan antes de las muchas y realmente no existen sin las muchas? ¿Cómo escuchará y entenderá acerca de las realidades intelectuales y espirituales? ¿Cómo escuchará cuando decimos que cada uno de nosotros tiene nus y conceptos, y que cada uno de nosotros es el nus de sus conceptos? ¿Cómo escuchará y no se va a reírse de nosotros y no nos interrumpirá acusándonos de decir que cada ser humano tiene dos y muchos nus o espíritus? Y aquel que no puede escuchar ni hablar sobre estas cosas indivisibles como divididas, ¿cómo podrá decir o aprender algo sobre Dios? Porque en lo que respecta a Dios, se aplican y se dicen muchas uniones y discernimientos (divisiones) según los Teólogos. Pero las uniones prevalecen sobre las distinciones (discernimientos) y las preceden; ni las eliminan ni son obstaculizadas por ellas. Por lo tanto, los opuestos no aceptan ni pueden aprender la división o discernimiento indivisible en Dios y la unión dividida o discernida, que escuchan que decimos según los Santos, es decir, que Dios es, en un sentido, incomprensible y, en otro sentido, comprensible, pero sigue siendo Uno. Es incomprensible en cuanto a Su ουσία usía esencia, comprensible a través de Sus obras, a través de Sus divinas energías, es decir, a través de Su voluntad eterna para nosotros, a través de Su providencia eterna para nosotros, a través de Su sabiduría eterna para nosotros y, para decirlo según san Máximo, a través de Su poder, sabiduría y bondad infinitos. Y porque nosotros afirmamos que estas cosas son necesarias, los opositores y aquellos que les siguen nos acusan de aceptar muchos dioses y muchos increados, y que hacemos a Dios compuesto. Porque ignoran que Dios se divide indivisiblemente y se une dividuamente (dividido), y, a pesar de esto, no sufre multiplicación ni composición.

 

  1. El Gran Pablo, la boca de Cristo, el recipiente de la elección (Hechos 9, 15), el vehículo más ilustre del divino nombre, dice: «Las cosas invisibles de Dios, es decir, Su eterna dinami ( poder, energía) y deidad, se ven por el nus a través de las creaciones desde la creación del mundo» (Rom 1, 20). ¿Entonces, la usía esencia de Dios se ve a través del nus mediante las creaciones? De ninguna manera. Esto es la locura de los kakodoxos maliciosos herejes y, antes de ellos, la caída ruinosa de Eunomio. Porque él también, antes que ellos pero similar a ellos, escribió en sus discursos que aparte de las creaciones no se puede concebir nada más que esta usía esencia de Dios. Pero el Apóstol Pablo enseña todo lo contrario. Es decir, después de haber enseñado previamente que «lo conocible de Dios es manifiesto» (Romanos 1, 19) y después de haber demostrado que hay algo más que este conocible de Dios, que Él mismo reveló a todos los que tienen nus con entendimiento, después añadió: “…lo invisible de Dios, su eterno poder y su divinidad, se dejan ver a la diania (mente, intelecto, cerebro) y se hacen visibles y perceptibles a través de las cosas creadas…” (Rom 1,20). Y lo qué es «conocible de Dios», lo aprenderás de la siguiente manera. Los Padres teóforos (portadores de Dios) explican y dicen que Dios tiene algo desconocido, que es Su usía esencia, y algo conocido, que son las cosas relacionadas con la esencia, es decir, la bondad, la sabiduría, la fuerza, la divinidad, o sea, la grandeza, las que el mismo Pablo llamó invisibles, pero concebibles a través de las creaciones. ¿Y las cosas que se conciben en relación con la usía esencia de Dios, ¿cómo pueden ser creaciones? Por lo tanto, la energía de Dios, que se concibe a través de Sus creaciones, es increada y no es ουσία usía esencia/sustancia. Porque, como vimos, no se refiere solo al singular, sino también al plural.

 

  1. Las creaciones revelan la sabiduría, la habilidad y el poder de Dios, pero no Su ουσία usía esencia/sustancia, dice el Gran Basilio, contradiciendo a Eunomio, quien afirmaba que la usía esencia de Dios se revela a través de las creaciones. Por lo tanto, incluso la energía que se manifiesta a través de las creaciones de Dios es increada y no es usía esencia. Y aquellos que defienden que la usía esencia divina no difiere en nada de la energía divina son claramente Eunomianos.

 

  1. Entonces, el sabio Gregorio de Nicea, hermano de san Basilio el Grande tanto en carne como en virtudes y conductas, en sus discursos dirigidos a los críticos, dice que después de comprender la belleza y la grandeza de los prodigios de la naturaleza, obtenemos diversas nociones sobre Dios y a partir de ellos expresamos cada una de estas nociones con un nombre particular. En otras palabras, de acuerdo con la magnitud y la belleza de las creaciones, concebimos al Creador (Genesiurgo) de ellas (S. Sól. 13, 5). Lo llamamos Creador porque es su Hacedor; Poderoso, porque tenía la fuerza y poder de hacer usía esencia Su voluntad; y Justo, como un Juez imparcial. También hemos tomado la palabra «Dios» de Su actividad supervisora, expectativa o contemplativa (del verbo » θεώμαι zeome«). Así que, incluso a partir de esta palabra, aprendimos una energía específica o particular de la naturaleza divina, pero no comprendimos la usía esencia de Dios.

 

  1. Dionisio el Areopagita, el teólogo más eminente después de los venerados Apóstoles, después de aclarar el discernimiento en Dios en términos de Hipostasis (bases subsistenciales o personas), dice: «También es una distinción (discernimiento) divina la admirable progresión bondadosa de la divina unión, que, unida supremamente, se multiplica y se expande en sí misma desde la bondad». Luego agrega: «Llamamos discernimiento o distinción divina a las bondadosas progresiones de la Tearquía. Donando, por lo tanto, a todas las existencias y derramando sobre ellas las participaciones y transformaciones de todos los bienes, se discierne mientras permanece unida (una) y se multiplica singular y múltiplemente sin dejar de ser Una». Y aún más abajo dice: «Estas distinciones (discernimientos) comunes y unidas de la totalidad de la deidad, es decir, las bondadosas progresiones, nosotros intentaremos alabarlas en la medida de lo posible». Con esto, San Dionisio muestra claramente que, además de la distinción (discernimiento) hipostática en Dios, hay otra. A esta distinción paralela a la distinción hipostática, la llama discernimiento o distinción de la deidad. Porque el discernimiento en las Hipóstasis no es una distinción de la deidad. Y dice que en las divinas progresiones y energías, Dios se crece y se multiplica, y dice que la misma progresión también son las progresiones. Sin embargo, en el discernimiento (distinción) hipostático, lo divino no se multiplica ni se divide –ay de esta blasfemia-, ni se separa como Dios, porque nuestro Dios es una Tríada, pero no triple. También muestra que estas progresiones y energías son increadas, porque las llama divinas y dice que son distinciones (discernimientos) de toda la deidad, y dice que la misma Tearquía en estas divinas progresiones y energías se crece y se multiplica a Sí Misma sin recibir nada de fuera, en absoluto -fuera de esta blasfemia. Pero también promete que finalmente alabará estas progresiones. Sin embargo, agrega «en la medida de lo posible», mostrando que estas superan toda alabanza, a pesar de que él mismo es el más eminente de los compositores de himnos divinos.

 

  1. El mismo espectador de Dios, Dionisio, después de haber dicho anteriormente que la progresión adecuada es una distinción (discernimiento) divina, agrega: «Las progresiones increadas están unidas según la distinción divina». Aquí, con la palabra «progresiones», se refiere a todas las progresiones y energías de Dios. Agrega que son «increadas» para que nadie piense que son resultados, como, por ejemplo, la usía esencia de cada ser o la vida sensible en los seres vivos, o el logos y el nus (espíritu de la psique) que existen en los seres lógicos. ¿Cómo pueden ser estas «increadas» si son, de hecho, creaciones? Y ¿cómo pueden las progresiones increadas y transmisiones ser creaciones, cuando la transmisión existe naturalmente dentro del que la transmite, como vemos que sucede con la luz?

 

  1. El Gran Dionisio, avanzando, alaba estas progresiones y energías de Dios con otros nombres apropiados divinos y las llama «participaciones» y «auto-participaciones», y muestra en muchos lugares de sus discursos que estas están más allá de los seres, y dice que son ejemplos de los seres que pre-existen en Dios en una unión supra-esencial. Entonces, ¿cómo pueden ser estas creadas creaciones? Luego, complementa, enseñando qué son estos «ejemplos»: «Ejemplos decimos que son los logos esenciativos de los seres pre-existentes en unidad en Dios, los cuales la teología llama destinos y voluntades divinas y bondadosas, que distinguen y crean los seres. Según estos, el Dios Supra-esencial determinó de antemano y creó todos los seres». Entonces, ¿cómo pueden ser las predestinaciones y las voluntades divinas que crean los seres, creaciones o creadas? Y ¿cómo no es evidente que quienes consideran que estas progresiones y energías de Dios son creadas están degradando de manera cruel la providencia de Dios como creada o a una creación? Porque las voluntades divinas y las participaciones divinas y las donaciones de la divina Bondad, la causa de todas las cosas, es la energía que hace que existan (esenciativa) y que tengan vida (vivificante) y que sean sabias (sapiencial) y, en general, la energía creativa y cohesiva de los seres creados.

 

  1. Por lo tanto, la participación de la Autoexistencia no participa en nada de ninguna manera, como dice el Gran Dionisio. Sin embargo, las otras participaciones, como participaciones y principios de los seres, no participan en absoluto en nada, como por ejemplo, ni la providencia participa en la providencia ni la vida en la vida; pero como tienen existencia, se dice que participan en la Autoexistencia, porque sin Ella ni existen ni participan, por ejemplo, la previsión o prognosis no existiría ni sería participada sin la gnosis-conocimiento. Así que, estas, como auto-participaciones, no son en absoluto creadas. Por lo tanto, según San Máximo, nunca tuvieron un principio, sino que se consideran atributos esenciales de Dios, y no hay un tiempo en el que no existieran. Los opuestos, sin embargo, a la Auto-vida, la Auto-bondad y similares, las consideran impíamente como creaciones porque participan en la denominación común de los seres, y no ven que, aunque se llaman seres, son más allá de los seres, como dice el Gran Dionisio. Por lo tanto, aquellos que ponen auto-participaciones en la misma categoría que las creaciones, debido a esto, fácilmente considerarían al Espíritu Santo como una creación, ya que el Gran Basilio dice que el Espíritu Santo participa en los nombres divinos apropiados.

 

  1. Si alguien dice que solo la Autoexistencia es participación, porque solo Ella no participa sino que es participada, que se dé cuenta de que no piensa con sensatez sobre las otras participaciones. Pues, las criaturas vivas o las santas o las buenas, no se dice que viven por participación y se santifican y se hacen buenas solo porque viven y participan en la Autoexistencia, sino porque participan en la Autovida, en la Autosantidad y en la Autobondad. Y la Auto-bondad, u otras similares, no se convierten en Auto-vida por la participación de otra Auto-vida. Por lo tanto, como Autovida también pertenece a las participadas y no a las que participan. Entonces, lo que no participa en la vida pero es participado y vivifica a quienes viven, ¿cómo puede ser una creación o creado? Lo mismo se aplica también a las otras participaciones.

 

  1. Ahora que hable con nosotros también San Máximo el Confesor, quien en sus comentarios escribe que estas progresiones de Dios son la providencia que creó las existencias o los seres: «Y las providencias creativas y bondades son comunes en la tres-hipostática (de tres hipostásis) Mónada, es decir, las que crean esencias, vidas y sabidurías». Al decir que son muchas y discernidas, demostró que ellas no son la usía esencia de Dios, porque esa es una y completamente indivisible. También al decir que son comunes en la Mónada tres-hipostática (de tres hipostasis, bases subsistenciales), nos mostró que no se trata del Hijo o del Espíritu Santo, ya que ni el Hijo ni el Espíritu son una energía común de las tres Hipóstasis. Por último, al llamarlas no solo providencias y bondades, sino también creadoras, demostró que son increadas. De lo contrario, sería creado el creador por otro ser creador, y así sucesivamente hasta el infinito, lo cual no se puede concebir, por lo tanto, nos lleva a los extremos de la utopía. Así que las progresiones y energías de Dios son increadas y ninguna de ellas es usía esencia, ni hipóstasis.

 

  1. El Creador y Gobernante de todo, en Su incomprensible exceso de bondad, otorgó a todo ser una hipóstasis (base subsistencial) diversa, polimorfa y deseó que algunos de los seres tuvieran solo existencia o el ser, mientras que otros, además del ser o existencia, tuvieran la vida. De estos últimos, algunos tienen vida espiritual noerá (con nus) y otros solo vida sensible, mientras que algunos tienen una vida mixta de ambas. También quiso que aquellos que recibieran de Él una vida lógica y espiritual o noerá, mediante su inclinación voluntaria hacia Él, lograran la unión con Él y, de esta manera, vivieran divinamente y sobrenaturalmente, habiendo sido considerados dignos de Su divinizante jaris (gracia) y energía. Porque la voluntad de Dios es génesis o nacimiento de los seres, ya sea que sean creados desde la nada o mejorados de diversas maneras. Para esta diferencia en la voluntad divina con respecto a los seres, aquella una providencia y bondad, o para decirlo de otra manera, la condescendencia de Dios hacia los seres inferiores por bondad, es y se llama por los teólogos divinamente sabios, muchas providencias y bondades, que se separan indivisiblemente y se diversifican en separaciones (los seres). Así, una de ellas se llama dinami (potencia y energía) previsora o prognóstica de Dios, otra creativa y unificadora o cohesiva. De estas, según el Gran Dionisio, algunas se llaman substantivaciones, otras vitalizaciones y otras sapienciales (o las que crean substancia, vida y sabiduría). Cada una de ellas es común al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, y en cada una de ellas, por amor a nosotros es voluntad divina y bondadosa, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son energía y dinami potencia que crea substancia, vitaliza y da sabiduría. El mismo las llamó transmisiones incontenibles e ininterrumpidas, excluyéndolas por encima de todo lo creado y enseñando que existen naturalmente en Aquel que las transmite.

 

  1. Al igual que el sol, que emite calor y luz sin disminuirlos, estos los posee como energías inherentes y esenciales, de la misma manera, las divinas transmisiones, al existir inalteradas e ininterrumpidas en Aquel que las transmite, son energías naturales y esenciales de Él. Por lo tanto, también son increadas. Y, como cuando el sol se pone y abandona a los humanos, no queda rastro de su luz solar en la tierra, mientras que cuando brilla, es imposible que el ojo que disfruta de su luz no se una a ella y, a través de ella, al sol que irradia la luz. Del mismo modo en que el calor del sol, aunque no tenga una relación directa con el sol a través de un rayo no las abandona, contribuye de manera significativa a la generación y el crecimiento de las substancias perceptibles o sensibles y a la diversidad de líquidos o zumos y las cualidades; de manera similar, de una manera vaga en relación con las cosas sensibles, solo aquellos que entran en contacto con la luz sobrenatural y divina participan auténticamente en la jaris gracia deificadora y con ella se unen con Dios. Todo lo demás es resultado de la energía divina creativa y aparecen por la jaris gracia, es decir, de forma gratuita, desde la inexistencia, pero no adornados por la jaris gracia, que es el nombre del esplendor de Dios.

 

  1. Esta luminosidad y la energía deificadora de Dios, que aquellos que participan en ella se vuelven divinos, es una jaris gracia divina, pero no la naturaleza de Dios. No porque esté ausente de aquellos que tienen la jaris gracia, como difaman maliciosamente los oponentes, -ya que la naturaleza de Dios está en todas partes-, sino porque no se participa en ella, ya que, como demostramos previamente, no existe ninguna creación que pueda hacerse partícipe de Ella. Y la energía divina y jaris gracia del Espíritu, aunque está en todas partes e inseparable de Él, para aquellos que, debido a su impureza, no son receptivos, es inaccesible, no es participable como si estuviera ausente. Es decir, así como las representaciones o reflejos de las caras no se forman en todas las superficies, sino solo en aquellas que tienen cierta suavidad y transparencia, de la misma manera, la energía del Espíritu no llega a todas las psiques-almas, sino solo a aquellas que no tienen malicia, distorsión o corrupción. Y nuevamente, el Espíritu Santo está presente en todos, y para aquellos que están limpios de pazos, revela Su poder, pero no en aquellos cuyas mentes están manchadas con las manchas del pecado.
  2. Al igual que la luz del sol es inseparable de sus rayos y del calor que se transmite a través de ellos, pero para aquellos de entre quienes la reciben son ciegos, la luz es no participable, y solo el calor a través de los rayos se hace perceptible, ya que es completamente imposible que aquellos que carecen de ojos puedan percibir la luz; mucho más, ninguno de aquellos que reciben la luminosidad divina puede tener comunión con la usía esencia/sustancia divina. Porque no hay absolutamente ninguna criatura que tenga la capacidad de ser receptiva de la naturaleza del Creador..
  3. Que digan junto con nosotros que la energía divina participante no es creada ni la usía esencia de Dios, dando testimonio común, Juan el Bautista de Cristo, junto con Juan, el discípulo más amado de Cristo, y Juan Crisóstomo. Uno de ellos, escribiendo los logos en su Evangelio, Juan el Bautista y Precursor de Cristo, diciendo que el espíritu no se da con medida a Cristo por parte de Dios Padre (Juan 3, 34), y Juan Crisóstomo explicando y escribiendo: «Aquí, por espíritu, se entiende la energía del Espíritu. Porque todos nosotros recibimos la energía del Espíritu con medida, mientras que Cristo la tiene ilimitada y toda la energía. Y si su energía es ilimitada, mucho más lo es su ουσία usía esencia/sustancia». Al decir que el espíritu es energía, o más bien, el espíritu de Dios, como dijo Juan el Bautista, y que esta es ilimitada, reveló que es increada. Al decir que nosotros recibimos la energía con medida, reveló la diferencia entre la energía increada y la ουσία usía esencia/sustancia increada. Porque nadie recibe jamás la esencia de Dios, ni sumados todos juntos, si supusieras algo así; solo la energía, y cada uno según el grado de su catarsis (purgación, purificación). Avanzando, san Juan el Crisóstomo muestra también otra diferencia entre la esencia o sustancia increada y la energía increada, diciendo: «Si la energía del Espíritu es ilimitada, in-medible mucho más lo es ουσία usía esencia/sustancia».

 

  1. Si, de acuerdo con las habladurías de los opositores y de aquellos que piensan como ellos, la ουσία usía esencia/sustancia divina no difiere en absoluto de la energía divina, entonces la creación, que pertenece a la energía, no difiere en absoluto del nacimiento y la emanación o procedencia, que pertenecen a la usía esencia. Pero si la creación no difiere del nacimiento y la emanación o procedencia, entonces las criaturas o creaciones no tendrán ninguna diferencia con lo que es engendrado y lo que es emanado o procedido. Y si esto es así, según ellos, entonces el Hijo de Dios y el Espíritu Santo no difieren en absoluto de las criaturas. Y así, todas las criaturas serán engendradas y emanadas del Dios Padre, y la creación será deificada, y Dios se unirá con las criaturas. Por esta razón, el divino Cirilo, al mostrar la diferencia entre la usía esencia y la energía de Dios, dice que el nacimiento pertenece a la naturaleza divina, mientras que la creación pertenece a la energía divina. Y aún más, declara expresamente que la naturaleza y la energía no se identifican.
  2. Si la usía esencia divina no difiere en absoluto de la energía divina, entonces el nacimiento y la emanación o procedencia no difieren en absoluto de la creación. El Dios y Padre, crea a través del Hijo en Espíritu Santo. Así que, según opinión de los opositores y sus seguidores, también engendra y emana a través del Hijo en Espíritu Santo.

 

  1. Si la usía esencia divina no difiere en absoluto de la energía divina, entonces no difiere en absoluto de la voluntad. Y el Hijo, el único engendrado de la usía esencia del Padre, también sería creado por Su voluntad, según los opositores, por supuesto.

 

  1. Si la usía esencia de Dios no difiere en absoluto de la energía divina, y dado que los Padres teóforos (portadores de la luz increada o de Dios) testifican que Dios tiene muchas energías, incluyendo providencias y bondades, como hemos demostrado anteriormente, entonces Dios tendría también muchas usías esencias. Sin embargo, nadie del linaje de los cristianos ha dicho ni pensado algo así.

 

  1. Si las energías de Dios no difieren de la usía esencia divina, entonces no hay diferencia entre ellas. Supongamos entonces que la previsión o prognosis de Dios no difiere en absoluto de Su voluntad, entonces, o Dios no conoce ni prevé todo, ya que Él no quiere todo lo que sucede, o Él quiere incluso lo malo, ya que conoce y prevé todo. Si Él no conoce ni prevé todo, es equivalente a decir que no es Dios. Si, por otro lado, no es bueno y bondadoso, es igualmente equivalente a decir que no es Dios. Por lo tanto, la previsión o prognosis difiere de la voluntad divina y, entonces, cada una de ellas difiere de la usía esencia divina.

 

  1. Si las energías divinas no difieren entre sí, entonces la fuerza creativa no difiere de la prognosis o previsión. Dado que Dios comenzó a crear en algún momento, también comenzó a prever. ¿Y cómo puede ser Dios aquel que no prevé todo desde la eternidad?

 

  1. Si la energía creativa de Dios no difiere en absoluto de la divina previsión o prognosis, entonces las creaciones co-caminarán simultáneamente con la previsión o prognosis de Dios y habrían sido creadas sin principio, ya que Dios las habría creado sin un principio, precisamente porque también Él prevé (pronostica o pre-conoce) sin principio, y las cosas que prevé, son previstos sin principio (anárquicamente). ¿Y cómo puede ser Dios si Sus creaciones no son en absoluto posteriores a Él?

 

  1. Si la energía creativa de Dios no difiere en absoluto de Su previsión o prognosis, entonces el acto de crear no está sujeto a la voluntad, ya que ni siquiera la previsión/prognosis está sujeta a la voluntad. Por lo tanto, Dios no crea porque lo quiere, sino solo porque esto está en Su naturaleza. ¿Pero cómo puede ser Dios aquel que crea sin voluntad?

 

  1. Dios mismo está dentro de Sí mismo, ya que las tres hipostasis divinas coexisten y se inter-penetran e inter-circunden perpetuamente y coexisten sin confusión una en la otra. Además, Dios está dentro de todo, y todo está dentro de Dios, Dios como Aquel que sostiene, contiene y une, y todo como aquello que es contenido y unido por Dios. Por lo tanto, todo participa en la energía unificadora o cohesiva de Dios, pero no en Su esencia. Por eso, los Teólogos, el que Él es omnipresente y está en todas partes, dicen que es energía de Dios.

 

  1. Aquellos que han complacido a Dios y han alcanzado el propósito para el cual fueron creados, es decir, la θέωσις zéosis divinización, deificación porque Dios nos creó para hacernos partícipes de Su deidad o divinidad (2Pedro 1, 4), ellos también están en Dios, ya que son divinizados o deificados por Él, y Dios está en ellos, ya que Él los diviniza o deifica. Por lo tanto, también ellos participan en la energía divina, aunque de manera diferente, y no en la usía esencia de Dios. Es por esto que los teólogos dicen que la divinidad o deidad es nombre de la energía divina.

 

  1. La naturaleza supra-esencial, trascendente y supra-bondad, si es supra-bondad, supereminente y similares, no puede ser nombrada, ni concebida, ni examinada teóricamente o contemplativamente en absoluto, porque está más allá de todo y es incomprensible, y reside por encima de los nus-espíritus superiores con una dinami (poder, potencia y energía) ilimitada. Nunca puede ser comprendida ni expresada por ningún nombre que se Le atribuya, ni en la era presente ni en la futura (Ef 1:21). Ni siquiera puede ser concebida por logos que se forma en la psique-alma o ser expresada con la boca. No hay ningún contacto o participación, ya sea perceptible, sensible o intelectual o espiritual, ni siquiera imaginación o fantasía. Por eso, los teólogos consideran que Su descripción más cercana es la perfecta incomprensión mediante el uso de negaciones, que describen y formulan todo lo que Ella es y se dice en general, mediante supresión superior y eminente. Por lo tanto, no es legítimo llamarla ni usía esencia ni naturaleza de manera literal, para aquellos que tienen un conocimiento superior de la verdad. Y dado que también es la causa de todas las cosas, y todo está contenido y alrededor de Ella y debido a Ella es todo y Ella es antes que todo, y en general e ilimitadamente todo lo tiene contenido en Su interior, por todo esto podemos llamarla en un sentido abusivo o de manera figurativa, pero no literal, usía esencia y naturaleza; y principalmente, podemos llamarla progresión y energía esencial de Dios. Porque incluso el gran San Dionisio el Areopagita considera esto como el nombre teológico real de la usía esencia del Ser que realmente es.

 

  1. Se pueden encontrar casos en seres creados y en Dios donde el nombre de la naturaleza se atribuye también a las cualidades naturales. Así, el más teológico de los Gregorios dice en alguna parte de sus himnos: «Mira, la naturaleza de mi Rey da felicidad». Claro está que dar felicidad no constituye naturaleza de nadie, sino una cualidad o característica natural del que hace el bien. Y respecto al fuego, se podría decir que está en su naturaleza que se eleve hacia arriba y que ilumine a quienes lo ven, pero ni el movimiento hacia arriba ni la iluminación son la naturaleza del fuego, sino el principio de su movimiento. Por lo tanto, las cualidades naturales también se llaman «naturaleza», como dice el gran Dionisio en algún lugar: «Es natural para el Bien o la Bondad producir y salvar», es decir, esto es una propiedad o cualidad de Su naturaleza. Cuando escuches que los Padres dicen que la usía esencia de Dios es in-participable, debes entender que se refieren a aquello que no sale de sí mismo ni se manifiesta. Cuando de nuevo escuches que es participable, debes entender el progreso, la manifestación y la energía de Dios, que son una cualidad o característica natural de Él. Cuando aceptes ambos con este significado, estarás de acuerdo con los Padres.

 

  1. Incluso la parte más pequeña de laουσία usía esencia/sustancia tiene todas sus dinamis potencias y energías. Por ejemplo, el fuego brilla, ilumina, disuelve y quema todo lo que se le acerca, tiene por naturaleza moverse por sí mismo y elevarse hacia arriba, y en general tiene todas las cualidades del fuego del cual es parte. De manera similar, una gota de agua tiene todas las cualidades del agua, y una pepita de metal tiene todas las cualidades del metal del cual se separó. Entonces, si suponemos que participamos en aquella usía esencia incognoscible de Dios, ya sea en su totalidad o en una pequeña parte, cada uno sería pantodínamos omnipotente. Sin embargo, esto no lo tenemos ni todos juntos, incluso si contamos a la creación en su conjunto. Esto es claramente demostrado por el Apóstol Pablo cuando testifica que incluso aquellos que son afortunados de tener los dones o carismas deificantes o divinizadores del Espíritu no los tienen todos, sino que a unos se les da el logos de sabiduría, a otros el logos de conocimiento, y a otros algo más por el mismo Espíritu (1 Corintios 12: 8). Además, Juan el Crisóstomo rechaza de antemano la confusión de los opuestos al decir que nadie los posee todos, para que nadie piense que la χάρις jaris (gracia, energía increada) es naturaleza. Pero ningún hombre sensato consideraría creada la jaris gracia que se diferencia aquí a la naturaleza divina. Porque no existe el miedo que alguien crea y piense nunca que la creación es naturaleza de Dios. Y, aunque la jaris gracia del Espíritu difiere de la naturaleza divina, no se separa de ella, sino que más bien atrae hacia la comunión con el Espíritu Santo a aquellos que han sido dignos de recibirla.

 

  1. De todo lo que se participa en la usía esencia, tiene también tantas hipostasis. Así como uno puede encender tantas velas desde una sola vela, crea tantas hipostasis de fuego. Por lo tanto, según la opinión de nuestros oponentes, si la esencia de Dios es participada, y especialmente si participa en todo, entonces no sería tri-hipóstasis o tri-personal, sino multi-hipostasis o multi-personal. ¿Pero quién, de aquellos que han sido educados y nutridos con los dogmas (verdades, logos) divinos, no sabe que esto es un préstamo de los herejes Masalianos? Es decir, que aquellos que alcanzan la cumbre de la virtud participan en la usía esencia de Dios, -por supuesto, tal como ellos mismos la entienden. Nuestros oponentes se esfuerzan por superar esta blasfemia y afirman que no solo aquellos que sobresalen en virtud, sino todos en general, participan en la usía esencia divina, bajo la absurda pretensión de que Dios está presente en todas partes. Sin embargo, el gran teólogo Gregorio, corrigiendo desde entonces las opiniones insensatas tanto de aquellos como de estos, dice: «Cristo fue llamado así por Su deidad o divinidad, que es la unción de Su naturaleza humana. Esta unción santifica, no por la energía, como solía hacerlo (en el Antiguo Testamento) con los otros ungidos, sino por la presencia entera de Aquel que unge». Y los Padres teósofos, en un concilio suyo, decidieron que, ciertamente, la deidad o divinidad reside en aquellos que han hecho la catarsis o han sido purgados y purificados según corresponde, pero no según Su naturaleza divina. Por tanto, ni por usía esencia ni por alguna hipóstasis se convierte alguien en partícipe de Dios. Ninguna de estas dos opciones se divide o se comunica en absoluto a nadie. Por lo tanto, en estas cuestiones, Dios es completamente inaccesible, no tiene cabida para todos, aunque, en relación con estas cosas, está presente en todas partes. Sin embargo, la energía, la fuerza y el poder comunes de la naturaleza tres-hipostática se dividen o comparten de diversas maneras según los participantes, y por eso se hace accesible y tiene cabida a aquellos que han recibido la jaris gracia. Porque el Espíritu Santo, para usar las palabras de San Basilio el Grande, no se comparte igualmente con los dignos, sino que distribuye su energía según su fe, y es simple en usía esencia, pero diverso según sus dinamis energías y fuerzas.

 

  1. Lo que se dice que participa en algo, tiene una parte de eso, porque si no participa en una parte, sino en el todo, entonces sería propiamente dicho que lo tiene y no que participa en ello. Por lo tanto, lo participado es divisible, ya que el participante debe participar en una parte de ello. Sin embargo, la usía esencia de Dios es completamente indivisible, por lo tanto, también es completamente in-participable. Que la energía divina tiene la cualidad de dividirse o expandirse, lo afirma claramente San Juan Crisóstomo en muchas partes de sus escritos. Por lo tanto, esta es la que se participa por aquellos que han sido dignos de la divinizadora jaris gracia divina. Escucha nuevamente al mismo, que tiene lengua de oro, y es un experto en el lenguaje, enseñando claramente ambas cosas; es decir, que la energía de Dios es lo que se divide indivisiblemente y se participa, y no la esencia indivisible de la cual proviene la energía divina. Primero citando el pasaje evangélico «Todos hemos recibido de su abundante riqueza» (Jn 1:16), dice: «Si en el caso del fuego, donde lo que se divide es la usía esencia y el cuerpo, y lo fraccionamos y no lo fraccionamos, ¿cuánto más es válido y se aplica esto a la energía y especialmente a la energía de una usía esencia incorpórea?»

 

  1. Digamos también esto: cuando alguien participa en la usía esencia de algo, es necesario que tenga una usía esencia común con lo participado, y hasta cierto punto, la misma. ¿Quién ha oído alguna vez que Dios y nosotros tenemos una usía esencia común en algún punto? Y esto, cuando el Gran Basilio dice: «Las energías de Dios descienden hacia nosotros, pero Su usía esencia permanece inaccesible». Y el divino Máximo el Confesor dice: «Todo lo que es Dios, también será aquel que se divinizará o habrá logrado la zéosis por jaris gracia, excepto en la identidad en la usía esencia». Así que ni siquiera aquellos que se han divinizado o logrado la zéosis por la jaris gracia no pueden participar en la usía esencia divina. Sin embargo, es posible que participen en la energía divina. Esto se ve en las palabras de los Santos. «Es hacia aquí donde me guía la luz medida de la verdad, para ver y sentir el esplendor de Dios», dice san Gregorio Teólogo. «Y el esplendor de nuestro Dios está sobre nosotros» (Salmo 89, 17), dice el salmista Profeta. Y san Máximo, que se cuenta entre los Santos, proclama por escrito que la energía de Dios y de los Santos es una y que ellos son imágenes/iconas vivas de Cristo, y más bien iguales a Él por Su jaris gracia, en lugar de simplemente similares o parecidos.

 

  1. Dios es el mismo dentro de Sí mismo, y las tres divinas Hipostasis-Personas coexisten e inter-circundan una a la otra naturalmente, totalmente, eternamente e indivisiblemente, y al mismo tiempo sin confundirse ni mezclarse, de modo que tienen Su única y una energía, lo cual no se encuentra en ningún ser creado en absoluto (porque, por supuesto, la energía es similar en seres homogéneos, pero debido a que cada hipóstasis opera por separado, también la energía es separada). Sin embargo, esto no ocurre en las tres divinas y adorables Hipostasis (Personas). Porque allí la energía es verdaderamente una y la misma, ya que es un movimiento de la divina voluntad, que comienza desde el Padre como causa primordial, continúa a través del Hijo y se manifiesta en y con el Espíritu Santo. Esto se evidencia por los resultados, ya que de ellos conocemos cada energía natural. Lo que sucede con las golondrinas, que cada una construye su nido similar al de las demás pero separado, o con los escritores, que cada uno escribe una página separada, incluso si es el mismo texto, no ocurre en el caso del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, es decir, no vemos un resultado particular de cada una de las tres Hipostasis-Personas, sino que toda la creación es obra de los Tres. Y a través de la creación, hemos sido instruidos por los Padres para entender que es una y la misma la divina energía de las tres adorables Personas, y no separada para cada uno y simplemente similar del uno con el otro.

 

  1. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo están uno dentro del otro sin mezclarse ni confundirse, y de esto conocemos que Su movimiento y energía son exactamente una y la misma. Por lo tanto, la vida y la dinami (poder, fuerza y energía) que el Padre tiene en Sí mismo no es diferente de la que tiene el Hijo, ya que el Hijo también tiene la misma vida y la misma dinami que el Padre. Lo mismo se aplica al Hijo y al Espíritu Santo. Y aquellos que piensan que no hay ninguna diferencia entre la energía divina y la usía esencia divina, porque nuestra vida no es otra sino Dios mismo, y como Él es la vida eterna no en relación con otro, sino por Sí mismo, estos hombres son impíos e ignorantes. Ignorantes, porque aún no han aprendido que la Suprema Trinidad no es «algún otro», sino el mismo Dios, y sin embargo, esto de ninguna manera impide que la Mónada o Unidad difiera de la Trinidad. Y son impíos porque anulan tanto la usía esencia como la energía, una mediante la otra. Es decir, lo que se refiere a otro no es usía esencia. Y lo que es en sí mismo no se refiere a otro. Si, por lo tanto, estas cosas (usía esencia y energía) no difieren en absoluto entre sí, se anulan mutuamente. O más bien, excluyen de catálogo de los piadosos a aquellos que dicen que estas cosas no difieren en absoluto entre sí.

 

  1. Sin embargo, nosotros confesamos que el Hijo de Dios es para nosotros vida en términos de causa y energía, y que Él mismo es vida en sí mismo, completamente independiente de cualquier otra cosa, y decimos que ambas las tiene de modo o forma increada. Lo mismo confesamos acerca del Padre y del Espíritu Santo. Por lo tanto, también esta Vida nuestra, que nos vivifica como causa de los seres vivos, no es nada más que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Porque nuestro Dios trino o tres-hipostático se llama nuestra vida como causa. Pero incluso cuando la vida divina se teologiza, no como causa ni en relación con algo más, sino en sí misma y completamente independiente de cualquier otra cosa, sigue siendo nada más que el Padre, y ciertamente también el Hijo y el Espíritu Santo. Todo esto no impide en absoluto a aquellos que creen que Dios es increado, no solo en cuanto a su esencia y sus Hipostasis/Personas, sino también en cuanto a la común energía divina de los Tres. Porque teologizamos a un solo Dios en tres Hipostasis/Personas, que tienen una misma esencia y una dinami fuerza y una energía divina, y todo lo demás que se considera en relación con la usía esencia. Todo esto se dice también la suma y la plenitud de la deidad/divinidad según las Escrituras (Col 2:9) y se consideran y se teologizan de la misma manera para cada una de las tres santas Hipostasis/Personas.

 

  1. Algunos niegan esta energía divina, y a veces dicen que es creada, otras veces que no difiere en absoluto de la usía esencia divina, y a veces introducen otra nueva herejía kakodoxa e impía, dogmatizando y afirmando que la única energía increada del Padre es Su Unigénito Hijo. Y para respaldar esta opinión, citan las palabras de San Cirilo, quien dice: «La vida que el Padre tiene en Su interior no es otra que el Hijo. Y la vida que está en el Hijo no es otra que el Padre. Así que se verifica lo que Él dijo: ‘Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí’ (Juan 14:11)». Por lo tanto, nosotros, de manera muy concisa, señalaremos el significado de estas palabras de San Cirilo y refutaremos la impiedad y la kakodoxía de aquellos que, desde su oscura ignorancia, se oponen a nosotros. Por lo tanto, argumentan erróneamente que el Hijo no sólo es desemejante al Padre, sino también inferior, porque no tiene existencia (o el vivir) y la vida desde su naturaleza, sino que las recibió posteriormente y las tiene por participación y adición, y porque toma y recibe la vida del Padre, según el dicho: «Así como el Padre tiene vida en su interior, así también le dio al Hijo tener vida en su interior» (Juan 5:26). Por lo tanto, a aquellos que explican con tanta impiedad este pasaje evangélico, el divino Cirilo se opone con las palabras antes mencionadas. Porque el Dios se llama vida tanto en términos de energía, como Él que vivifica, da vida a los vivos; porque Él es la vida de los viven por naturaleza, como Creador de la naturaleza, pero también de los que viven la vida divina, como Dador de la jaris gracia (energía increada). Sin embargo, también se le llama vida en Sí mismo, no en relación con otra cosa, sino de manera absoluta, libre e independiente. San Cirilo, queriendo aún más demostrar que en ambos aspectos el Hijo no difiere en absoluto del Padre y que si el Hijo recibe algo del Padre, esto no significa que sea inferior ni en tiempo (o crónicamente) segundo que Padre en cuanto a la usía esencia, pero junto con más cosas dice también esto: «El Hijo no tiene existencia porque recibe algo del Padre, sino porque existe, recibe algo». Y el mismo concluye: «Por lo tanto, no forzará al Hijo el hecho de que recibió algo del Padre a ser inferior o secundo, en tiempo, en cuanto a la usía esencia». No acepta, por lo tanto, que la vida que tiene el Padre y del Padre recibe el Hijo, sea la usía esencia divina.

 

  1. Además, San Cirilo, deseando mostrar que el Hijo de Dios, aunque en términos de energía se llama vida en relación con los seres vivos porque los vivifica y se le llama su vida, sin embargo, no es desemejante al Padre en esto, sino que por su naturaleza Él es vida para ellos y los vivifica, al igual que el Padre, y escribe a continuación: «Si el Hijo no es vida por Su naturaleza, ¿cómo se demostrará verdadero aquello que dijo: “El que cree en mí tiene vida eterna” (Juan 6:47), o lo otro: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo les doy vida eterna” (Juan 10:27-28)? Por lo tanto, puesto que la vida es Su cualidad natural y está inherente en Su esencia, promete darla a aquellos que creen en Él». Entonces, ¿cómo puede haber alguna posibilidad de pensar que el Hijo no tiene vida, sino que la recibió del Padre? Así que se avergüencen los insensatos que, cuando escuchen que la vida es un atributo natural de Dios, dicen que esta es la usía esencia de Dios. Por supuesto, el Padre, el Hijo o el Espíritu Santo no nos otorgan Su usía esencia a nosotros, los creyentes. Lejos de tal impiedad.

 

  1. Luego, San Cirilo, refutando con la misma fuerza a aquellos que piensan y siguen los pensamientos del diablo, dice: «Ya que el Hijo provino del Padre, tomó todas Sus naturales cualidades (atributos o características). Una de ellas es la vida». Al decir «una de las cualidades o atributos del Padre», mostró claramente que estas son muchas. Si, por lo tanto, esta vida es la usía esencia de Dios, entonces, según aquellos que piensan así, Dios tiene muchas usías esencias. Además de la impiedad, pues, es una gran falta de conocimiento identificar el ser (la esencia) con los atributos o cualidades, incluso en algo. Mucho más absurdo y estúpido es decir que no hay diferencia entre el ser y los atributos o cualidades, es decir, el uno y los más que uno, los múltiples. Porque es totalmente imposible y absurdo que algo sea uno y muchas cosas, en relación con el mismo punto.

 

  1. Por lo tanto, el divino Cirilo, al decir que uno de los atributos o cualidades del Padre es también la vida, mostró que aquí no llama vida a la usía esencia de Dios. Pero ahora, traigámoslo a que diga en sus propias palabras que son muchos los atributos de Dios. Continuando con el mismo tema, él dice: ‘El Padre se refiere a tener muchas prerrogativas y ventajas. Pero el Hijo no está desprovisto de ellas’. ¿Cómo pueden entonces estas muchas prerrogativas y ventajas de Dios ser la usía esencia divina? Cirilo, deseando revelar algunas de estas prerrogativas y ventajas que el Padre tiene, menciona a Pablo, quien dice: “Al Dios incorrupto, inmortal, invisible y único sabio” (1 Tim 1:17). A partir de esto, se demuestra aún más que ninguno de los atributos o cualidades de Dios es Su usía esencia. Entonces, ¿cómo podría la inmortalidad, la invisibilidad y en general todas las características que son de sustracción y apofáticas (afirmativas por vía de negación), todas juntas o cada una por separado, ser usía esencia? Porque la usía esencia no es más que eso o aquello que está definido. Pero incluso si se añaden los atributos de Dios, que los teólogos expresan y afirman catafáticamente de forma positiva, nuevamente ninguno revela la usía esencia de Dios, aunque cuando es necesario, utilizamos los nombres de todos estos para la divina Supra-esencialidad que es completamente anónima.

 

  1. Los atributos necesariamente se buscan en quién pertenecen. Y si no pertenecen a nadie, entonces no son atributos o cualidades. Sin embargo, si resulta que pertenecen a algo, y eso es la usía esencia, que según los opuestos no difiere en absoluto de todas las cualidades (atributos) juntas y de cada una por separado, ya que las cualidades son muchas, entonces esa única usía esencia será muchas esencias, y lo uno en esencia será muchos en esencia, y por lo tanto, tendrá muchas esencias. Pero si es uno y tiene muchas usías esencias, entonces necesariamente es compuesto. De entre estas producciones tan impías de la ignorancia de ellos, el venerable Cirilo, deseando liberar a aquellos que se persuaden de ellas, escribe en sus tesoros: ‘Si lo que existe solamente en Dios es, en efecto, también Su usía esencia, entonces Él está compuesto de muchas esencias, ya que son muchas las cosas que existen por naturaleza solo en Dios y en ninguna otra de los seres o existencias. Es decir, es Rey y Señor, incorrupto e invisible, y además de estas hay innumerables otras, todas las que las divinas Escrituras afirman sobre Él. Entonces, si cada una de estas cualidades (atributos) está en la categoría de la usía esencia, ¿cómo podría ser compuesto el simple Dios? Sin embargo, esto es el pensamiento más absurdo’.

 

  1. El sabio Cirilo en asuntos divinos demostró de muchas maneras que, aunque el Hijo es vida y se dice que tiene vida en su energía y actividad, ya que nos da vida y es la vida de los seres vivientes, no es desemejante (o desigual) en esto al Padre, porque también el Padre vivifica, da vida. También quiso demostrar que, incluso cuando no se relaciona con algún otro, sino que se dice libre y absolutamente que el Hijo es vida y que tiene vida, en ese caso tampoco es desemejante (desigual) al Padre en cuanto a la vida. Porque cuando decimos que Dios es nuestra vida como Aquel que nos vivifica, pero totalmente libre y absolutamente, entonces llamamos a Su usía esencia por la energía natural que constituye Su Cualidad (atributo), tal como también lo llamamos sabiduría y bondad y todo lo demás. Por lo tanto, deseando demostrar esto, dice: ‘Cuando decimos que el Padre tiene vida en Sí mismo (Juan 5:26), entonces llamamos vida al Hijo, que es otro en cuanto a la Hipóstasis y no sobre la vida, por eso no se entiende ninguna composición o duplicidad en Él. Y cuando nuevamente decimos que el Hijo tiene vida en Sí mismo, nos referimos a la vida absoluta, al Padre. Porque, ya que es vida no en relación con algún otro, sino absolutamente en Sí mismo, el Padre y el Hijo están uno en el otro, como el mismo Señor dijo: ‘Yo estoy en el Padre y el Padre está en Mí’ (Juan 14:11)’. Por lo tanto, el divino Cirilo dice estas cosas para mostrar que junto al Padre, la vida que Él tiene en Sí mismo, es decir, el Hijo, es también otro y no, no otro. Y aquellos que dicen que el Hijo no es en absoluto diferente en relación con el Padre y que la vida que Él tiene en Sí mismo es siempre la misma que la del Padre, porque no difiere en absoluto, promulgando estas enseñanzas y asegurando que esta vida es el Unigénito Hijo del Padre, se asocian no con la enseñanza del santo Cirilo, sino sin duda con la de Sabelio.

 

  1. ¿Pero no causará la mayor condena a los opositores que afirmen que el venerable Cirilo presenta contradicciones? Porque decir ahora esto y luego aquello, mientras ambos son verdaderos, esto ocurre en cualquiera que teologiza piadosamente. Pero decir cosas opuestas a uno mismo no es una característica de una persona sensata. Así que Cirilo dijo correctamente que el Hijo tiene la vida desde la naturaleza, la cual da a aquellos que creen en Él, y así demostró que no solo la usía esencia de Dios, que nadie puede recibir, sino también Su energía natural, se llama vida, que aquellos que fueron vivificados por Él tomaron por la jaris gracia, de modo que ellos mismos puedan salvar—es decir, puedan hacer inmortales en espíritu— a aquellos que antes no vivían en el espíritu, y a veces incluso resucitan a algunos que murieron en alguno de sus miembros o parte o incluso en todo su cuerpo. Entonces, ¿cómo podría aquel que demostró estas cosas tan clara y correctamente afirmar luego que la usía esencia de Dios se llama vida, contradiciendo y anulando así lo que dijo sobre la energía divina? En efecto, así de esa manera necia afirman aquellos que ahora distorsionan o más bien difaman las palabras de san Cirilo.»

 

  1. La energía y la potencia no son llamadas solo por los Santos al Unigénito Hijo de Dios, sino también al Espíritu Santo, porque poseen las mismas potencias y energías invariables que el Padre. Porque Dios también se llama dinami (poder, potencia y energía) según el gran Dionisio el Areopagita, porque Él tiene dentro de Sí toda dinami por encima de todas las dinamis y cosas. Por eso, cuando cualquiera de estas dos Hipostasis (el Hijo y el Espíritu) se llama poder o energía o potencia se debe entender o decir que está conjuntamente con Él. Así como también san Basilio el Grande dice que el Espíritu Santo es una dinami santificadora, que tiene usía esencia, existencia, e hipóstasis. No dijo que las energías del Espíritu son hipóstasis o en-hipostasiadas, y de esto se deduce que las separó de las creaciones. Porque todo lo que proviene del espíritu es en-hipostasiado o hipóstasis como creaciones, ya que Dios creó usías esencias con cualidades (atributos).

 

  1. La teología apofática (afirmación negativa) no se opone ni anula la teología catafática (afirmación positiva), sino que muestra que todo lo que se dice catafáticamente acerca de Dios es verdadero y se dice piadosamente, pero Dios no posee estas cualidades de la misma manera que nosotros. Por ejemplo, Dios tiene gnosis-conocimiento de todos los seres o existencias, y nosotros también tenemos conocimiento de algunas. Sin embargo, nosotros conocemos las cosas tal como son y existen, mientras que Dios las conoce no como cosas que se hicieron y existen, ya que las conocía antes de su creación. Por lo tanto, aquel que dice que Dios no conoce las existencias o seres tal como existen no está en desacuerdo con aquel que afirma que Dios conoce las existencias o seres, y mientras existen las conoce. Hay una teología catafática (afirmación positiva) que tiene fuerza de teología apofática (afirmación negativa). Como cuando alguien dice que todo conocimiento se refiere a un sujeto, es decir, a lo que conocemos; sin embargo, el conocimiento de Dios no se refiere a ningún sujeto. Esto significa que ‘Dios no conoce los seres (existencias) como estas que existen’, y ‘no tiene el conocimiento de los seres (existencias), es decir, no lo tiene igual que nosotros. De esta manera, cuando decimos que Dios no existe, lo decimos en un sentido supremo (porque Dios trasciende toda existencia). Sin embargo, aquel que lo dice para demostrar que no tienen razón los que dicen afirman que Dios existe, es evidente que no está utilizando la teología apofática en un sentido supremo, sino más bien en un sentido de carencia, como si Dios no existiera en absoluto, lo cual es una impiedad excesiva. Desgraciadamente, esto les sucede a aquellos que intentan a través de la teología apofática negar que Dios tiene usía esencia y energía increada. Nosotros, sin embargo, admitimos tanto la teología catafática como la apofática, ya que una no anula la otra, más bien nos sostenemos en cada una de ellas en un espíritu piadoso.

 

  1. Para refutar completamente todas las tonterías de los oponentes y demostrar que son una locura sin fin, creo que un pequeño logos patrístico es suficiente: ‘El sin principio (el Padre), el principio (Hijo) y junto con el principio (el Espíritu) son un solo Dios. Pero el principio no se separa, porque es principio desde el Sin Principio, porque no es Su naturaleza el principio, al igual que tampoco lo es en Él lo sin principio. Estas son características o cualidades de la naturaleza, no son naturaleza”. Entonces, dado que no son naturaleza, sino atributos de la naturaleza, ¿alguien los llamaría creados? Solo si alguien está loco. Si ahora estas son increadas y son cualidades o atributos naturales de Dios, ¿es compuesto Dios por esto? De ninguna manera, porque no difiere de la naturaleza divina. Tal vez, si las cualidades naturales de Dios son su naturaleza, entonces Dios es compuesto; sobre esto junto con los demás Padres lo enseña de manera detallada también el Gran Cirilo. Así que, lee los discursos, logos contra Eunomio del Gran Basilio y su hermano en carne y espíritu, Gregorio de Nisa. Allí encontrarás claramente que los opuestos están de acuerdo con Eunomio y aprenderás las objeciones que les presentan para que puedas manejarlas constantemente.

 

  1. Los Eunomianos creen que la ουσία usía esencia del Padre y del Hijo no es la misma, porque piensan que todo lo que se dice acerca de Dios se dice en cuanto a la usía esencia, y discuten que generar (engendrar) y lo generado (nacido) son diferentes, lo que implica diferentes usías esencias. Otros, por otro lado, argumentan que no es el mismo Dios el que tiene tanto la usía esencia divina como la energía divina, porque creen que todo lo que se dice acerca de Dios se refiere a la usía esencia y discuten que, debido a una diferencia entre la esencia y la energía, hay muchos y diferentes dioses. En todos estos casos, se puede mostrar que lo que se dice acerca de Dios no se refiere solo a la usía esencia, sino también de manera relacional, es decir, en relación con algo más que no es Él. Como se dice que el Padre es «Padre» en relación con el Hijo, ya que el Hijo no es el Padre. También se dice que Él es el «Kirios, Señor» en relación con la creación, que es Su servidora. Esto se debe a que Dios es el Señor-Kírios de todas las creaciones que fueron hechas en algún tiempo y siglo, así como de los siglos mismos. Y la soberanía es una energía increada de Dios y difiere de la usía esencia, porque se refiere a algo más (la creación) que no es Él.

 

  1. Los Eunomianos, en cambio, llaman « usía esencia » a todo lo que se dice acerca de Dios, con el fin de dogmatizar que la in-generación o no nacimiento es una usía esencia y, así degradar, tanto como pueden, al Hijo a ser una creación, como diferente del Padre. Lo que pretenden es no hacer, como dicen, dos dioses, uno el no engendrado o no nacido y el otro el secundario, como engendrado o nacido. Estos argumentos también son imitados por los opuestos, quienes afirman que todo lo que se dice acerca de Dios es usía esencia, con el fin de subordinar indebidamente en creación o creada la energía divina; que aunque la energía divina no se separa, difiere de la usía esencia de Dios, como que provenida de ella y es participada por las creaciones, porque todo participa en la providencia que emana de la deidad, la causa de todo. Y su pretexto es, como dicen, no hacer dos deidades, es decir, la tres-hipostática (tres hipostasis) Usía Esencia que está por encima de todo nombre, causa y participación, y de ella proviene la energía de Dios, que es participada y se nombra. Sin embargo, no comprenden que, al igual que Dios y Padres es llamado Padre en relación con el Hijo y tiene y es increado el ser Padre, aunque «Padre» no signifique usía esencia, de la misma manera, Dios tiene increada también la energía, aunque la energía difiere de la usía esencia. Y cuando decimos «una deidad», incluimos todo lo que es Dios, tanto la esencia como la energía. Por lo tanto, son aquellos que dividen indebidamente la única deidad de Dios en creadas e increadas.

 

  1. Lo contingente accidental es lo que sucede y pasa, y por ello también nos referimos a las cosas inseparables que son contingentes. Desde un punto de vista, lo que es contingente es también la cualidad natural, ya que puede aumentar o disminuir; igual, por ejemplo, es el conocimiento en la psique-alma lógica. Sin embargo, en Dios no ocurre nada de esto, ya que permanece completamente inmutable, y por esta razón no podemos decir nada contingente acerca de Él. Sin embargo, lo que se dice acerca de Dios no significa necesariamente usía esencia. Esto se debe a que se le atribuye a Él incluso el «hacia qué,» que es relacional y no denota esencia, sino una relación con otra cosa. Esto es así también para la energía divina en Dios. No es esencia ni contingente, aunque algunos teólogos la llaman contingente desde un punto de vista específico para mostrar que existe en Dios y no es Su usía esencia.

 

  1. Además, la energía divina, aunque que es contingente, como se dice, cuando se considera dentro de Dios no causa composición. Esto nos lo enseña Gregorio el Teólogo al escribir sobre el Espíritu Santo: «El Espíritu Santo es o bien de las cosas que existen por sí mismas, o bien de las que se consideran en relación con otra cosa. De estos, lo primero, los expertos lo llaman usía esencia, mientras que lo segundo es contingente. Por lo tanto, si esto es contingente, entonces será la energía de Dios. ¿Qué más podría ser? ¿O de quién? Esto escapa de alguna manera a la composición». Está declarando claramente que si esto es de las cosas consideradas dentro de Dios, y por eso no es esencia sino contingente, y se le llama espíritu, entonces no puede ser nada más que la energía de Dios. Esto lo indica al decir: «¿Qué más podría ser? ¿O de quién?» y prepara la conclusión de que nada más, ni cualidad, ni cantidad, ni algo similar puede considerarse dentro de Dios, sino solo energía, y añade: «Esto escapa de alguna manera a la composición». ¿Cómo la energía, mientras se considera dentro de Dios, no causa composición? Porque solo Dios tiene una energía inalterable; energiza y opera solo, pero no sufre cambios ni se transforma en el proceso de la energía.

 

  1. El Teólogo Gregorio demostró en otro punto que esta energía es increada, al contrastarla con la creación. «De nuestros sabios», dice, «algunos consideraron que el espíritu es energía, otros creación, y otros Dios». Aquí, por lo tanto, llama Dios a la misma hipóstasis. Al contrastar la energía con la creación, demostró claramente que esta no es una creación. Sin embargo, un poco más abajo, llamó a esta energía movimiento de Dios. Entonces, ¿cómo no es increado el movimiento de Dios? Sobre esto, el teoforo portador de Dios. Juan Damasceno, escribe en el capítulo 59: «La energía es la acción dinámica y movimiento esencial de la naturaleza. Energética es la naturaleza de la cual proviene la energía. Activo, operación es el resultado de la energía. Y energiza quien utiliza la energía, es decir, la hipóstasis».

 

  1. Además de lo anterior, el Teólogo Gregorio dijo: «Si es energía, entonces o no energizará o no operará, sino que será energizada o actuada y dejará de existir tan pronto como se complete». A partir de esto, los opositores concluyeron y afirmaron que esta energía divina es creada. Ignoraron que también se dice que las cosas increadas se energizan, como lo demuestra en otro lugar el Teólogo al escribir: «Si el Padre es un nombre de energía, entonces también habrá actuado o energizado el omoúsio consustancial. También dice Juan Damasceno: «Cristo se sentó a la derecha del Padre, gestionando o energizando divinamente la providencia de todas las cosas». Pero incluso el hecho de que «descansara» no contradice que la energía sea increada. Porque en la creación, Dios comienza y cesa, como lo dice Moisés, que Dios descansó de todas las obras que comenzó a hacer (Génesis 2:2). Así que esta creación que Dios comienza y cesa es la energía natural e increada de Dios.

 

  1. Juan Damasceno, después de decir que la energía es el movimiento dinámico y esencial de la naturaleza, y con el propósito de demostrar que la energía a la que se refirió el Teólogo Gregorio no solo es operada o energizada y cesada, agregó: «Debemos entender que la energía es movimiento y más bien es operada o energizada que energiza, opera, como dice el Teólogo Gregorio en su discurso sobre el Espíritu Santo: ‘Si es energía, entonces es evidente que no actuará, energizará, sino que será actuada, energizada y dejará de existir tan pronto como se complete’. Por lo tanto, es evidente que aquellos que dicen lo contrario, dogmatizando y afirmando que esta energía de la que habló Gregorio el Teólogo es creada, degradan locamente y erróneamente a creación o creada la propia energía natural y esencial de Dios. Juan Damasceno, al indicar que no solo es actuada, operada sino que también energiza, actúa, la presenta como increada. Además, he demostrado en otros extensos argumentos y logos míos, que él no está en desacuerdo con el Teólogo Gregorio en esto.

 

  1. Las propiedades hipostáticas se dicen en relación a Dios la una respecto a la otra. Y las Hipostasis (Personas) difieren entre sí, pero ciertamente no en la usía esencia. A veces, Dios se llama en relación con la creación. Por lo tanto, no puede decirse que la Santa Trinidad, como se dice eterna, sin principio, grande, buena, Dios, y se llame así también Padre, porque no cada una de las tres divinas Hipostasis (Personas) divinas es Padre, solo una de ellas. Y es el Padre desde el cual y hacia el cual se refieren todas las demás. En relación con la creación, ya que es la obra común de las Tres, que fue hecha de la nada, y dado que la adopción de los hijos de Dios se lleva a cabo con la jaris gracia increada común que se otorga por las Tres, la Trinidad puede llamarse Padre. Los versículos: «El Señor tu Dios es uno» (Deuteronomio 6: 4) y «Uno es vuestro Padre celestial» (Mateo 23: 9), que llaman a la Santa Trinidad Señor y Dios nuestro, y en concreto “Padre nuestro”, que nos regenera con Su jaris gracia increada, se dicen, como dijimos, en relación. Y el Padre solo, en relación con el consustancial Hijo, se llama Padre; el mismo también se llama origen o principio en relación con el Hijo y el Espíritu. Y en relación con la creación, el Padre se llama origen o principio, pero también como Creador y Señor de todas las criaturas o creaciones. Por lo tanto, cuando el Padre se llama de esta manera en relación con la creación, se llama principio u origen también el Hijo, y no hay dos orígenes o principios, sino uno solo. Porque el Hijo también, en relación a la creación, se llama origen o principio, como también Señor en relación a Sus siervos, Sus creaciones. Así que el Padre y el Hijo, junto con el Espíritu, son uno solo origen o principio, un solo Señor, un solo Creador, un solo Dios, un solo Padre, un solo Proveedor y un solo Supervisor, y todo lo demás. Y ninguna de estas características es usía esencia, porque si fueran usía esencia, no se llamaría en relación con otra cosa.

 

  1. Estados o situaciones, disposiciones, lugares, tiempos y cualquier otra cosa similar no se interpretan literalmente en relación con Dios, sino que se expresan metafóricamente. El hecho de que Él cree y energiza u opera es algo que solo podría decirse verdaderamente acerca de Dios. Porque solo Dios crea, y Él mismo no cambia ni sufre en lo que respecta a Su usía esencia. Y solo Él, a través de todo, crea cada cosa, y solo Él, puede crear desde la absoluta inexistencia, debido a Su energía omnipotente, tiene la capacidad de hacerlo. De acuerdo con esta energía omnipotente, se dice en relación con la creación y posee y dispone de cualquier habilidad y capacidad. Es decir, Él mismo no puede padecer absolutamente nada en Su naturaleza divina, pero puede agregar a las creaciones si así lo quiere. Porque la capacidad sufrir o padecer, retener o adquirir algo en su usía esencia es un atributo de debilidad o enfermedad; mientras que la capacidad de crear, retener y agregar a las creaciones, cuando lo quiere, es un atributo de poder divino y omnipotencia.

 

  1. Todos los seres se agrupan en diez categorías: usía sustancia/esencia, cantidad, cualidad, en relación o sobre qué, lugar, tiempo, acción, pasión, padecer, posesión, estar, y otros que se consideran dentro de la usía esencia. Sin embargo, Dios es una usía esencia supra-esencial, en la que solo se consideran lo «en relación, o sobre qué» (referencia a algo más) y «realizar», que no le agregan ninguna composición o alteración. Porque Dios hace todas las cosas sin sufrir nada en Su usía esencia. También es el Creador en relación con la creación, el principio y el Kírios-Señor de la misma, porque la creación se origina y tiene principio de Él y se subordina a Él. También es nuestro Padre, que nos renueva con Su jaris gracia increada. Es también Padre con respecto al Hijo, que no tiene principio de tiempo en absoluto. Es Hijo con respecto al Padre. Y el Espíritu es la «procesión, procedencia” del Padre, coeterno con el Padre y el Hijo, y tienen una y la misma ουσία usía esencia/sustancia. Aquellos que afirman que Dios es solo usía esencia y que nada se considera dentro de ella, están construyendo un Dios que no tiene «el realizar y el energizar «, ni lo «en relación o sobre qué». Pero si ese Dios que ellos imaginan no tiene estas cualidades, entonces no es una verdadera energía, ni Creador, ni posee energía alguna, ni es principio, ni Creador y Señor, ni Padre para nosotros por la jaris gracia. Por lo tanto, ¿cómo puede ser todas estas cosas cuando no tiene el poder considerar en Su usía esencia lo » sobre qué o en relación » ni «el realizar»? Además, se niega la deidad trinitaria de tres hipostasis si no se considera lo » sobre qué o en relación» dentro de la esencia de Dios. Y si no es tres-hipostático (de tres hipostasis), no es Kírios-Señor de todo, ni Dios. Por lo tanto, aquellos que sostienen las ideas de los opuestos son ateos.

 

  1. Dios tiene incluso algo que no es ουσία usía esencia/sustancia. Sin embargo, dado que no es usía esencia, no se puede decir que sea contingente. Porque lo que no solo no se pierde, sino que tampoco sufre ningún aumento o disminución, no puede considerarse e incluirse en los contingentes. Y dado que no es ni contingente ni usía esencia, esto no significa que sea completamente inexistente, sino que existe y existe verdaderamente. No es contingente, porque es completamente inmutable. Y no es usía esencia, que no pertenece a las cosas que existen en sí mismas. Por lo tanto, algunos teólogos dicen que es contingente de alguna manera, que solo quieren mostrar esto, es decir, que no es usía esencia. Cada uno de los atributos hipostáticos y cada hipóstasis no son ni usía esencia ni contingente en relación con Dios. Entonces qué, ¿por esta razón, se considera completamente inexistente? ¡De ninguna manera! Del mismo modo, pues, también la divina energía de Dios no es usía esencia ni contingente, pero tampoco es completamente inexistente. Y para decir lo que todos los teólogos aceptan: si Dios crea porque lo quiere y no porque lo tiene en Su naturaleza, entonces una cosa es la voluntad divina y otra es la naturaleza divina. Por tanto, dado que la voluntad de Dios difiere de Su naturaleza y no es usía esencia, ¿por eso es completamente inexistente? No, por supuesto. Pero existe y pertenece a Dios, quien no tiene solo usía esencia, sino también voluntad, mediante la cual crea. Y si alguien quiere, puede llamarla contingente en cierto sentido, ya que no es usía esencia ni contingente, ya que no causa ninguna composición o alteración. Por lo tanto, Dios tiene tanto esto que es usía esencia como lo que no es usía esencia, aunque no se llame contingente, es decir, la voluntad divina y la energía (increada).

 

  1. Si la ουσία usía sustancia/esencia no tiene una energía que difiera de ella, es completamente inexistente y una simple concepción de la diania (mente, intelecto). Porque el ser humano como especie no piensa no intelectualiza, no tiene opinión, no ve, no huele, no habla, no escucha, no camina, no respira, no come, y en general, no tiene una energía diferente de su usía esencia que muestre que existe como una hipostasis (base subsistencial). Por lo tanto, el ser humano como especie es completamente sin hipostasis Sin embargo, el ser humano que tiene una energía inherente, innata, diferente de su usía esencia, ya sea una o varias, o todas las que mencionamos, se reconoce como un ser que existe como una hipóstasis y no como sin hipóstasis. Y dado que estas energías no se consideran en uno o dos o tres, sino en muchos, demuestran que el ser humano se divide en innumerables hipostasis.
  2. Dios, según la piedad que por Su jaris gracia, es decir, la de Su Iglesia, tiene energía inherente, innata la energía que Le hace manifiesto y, por lo tanto, es diferente de Su ουσία usía sustancia/esencia. Porque Él prevé y provee para todas los seres, los crea, los sustenta y es su Señor, y los transforma según Su voluntad, como Él mismo conoce. Por lo tanto, se demuestra que existe como una hipóstasis y no es simplemente una usía esencia sin hipóstasis. Y dado que todas estas energías no se consideran como una, el Dios se nos revela que existe en tres Hipostasis. Pero aquellos que afirman lo contrario, diciendo que Dios no tiene una energía innata que Lo hace manifiesto y, por lo tanto, difiere de Su usía esencia, afirman que Dios no existe como una hipóstasis y hacen completamente sin hipóstasis a Dios de tres hipostasis o trinitario. Con esto, superan en maldad a Sabelio de Libia, ya que su impiedad es aún peor que la herejía.

 

  1. La energía de las tres divinas Hipostasis no es una sola porque es similar, como sucede en nosotros, sino que es verdaderamente una y numérica. Aquellos que siguen lo opuesto no pueden decir esto, porque sostienen que no existe una energía divina común a las Tres, sino que sus Hipóstasis dicen ser energías unas de otras, ya que según ellos no hay una energía divina común. Por lo tanto, tampoco así pueden decir que la energía de las tres Hipóstasis es una, sino que al negar la una y luego la otra energía, de nuevo hacen completamente sin hipóstasis a Dios tres-hipostático o de tres hipostasis.

 

  1. Aquellos cuyas psiques-almas están enfermas, debido a la perniciosa herejía, enseñando que la energía de Dios es creada y difiere de Su usía esencia, argumentan que Dios tiene creado también Su “crear” o poder creativo, es decir, Su fuerza creadora. Porque no es posible para alguien energizar, actuar y crear sin energía, de la misma manera en que no puede existir sin existencia. Así como no es posible que aquel que afirma que la existencia de Dios es creada, crea que tiene su propio ser increado, de la misma manera no es posible que aquel que sostiene que la energía de Dios es creada, creer que Él tiene lo increado en energizar y crear.

 

  1. No es la energía de Dios, como afirman los charlatanes opositores, las cosas que son y se dicen creaciones de Dios por los piadosos, ¡lejos de tal impiedad! Creaciones son los resultados de la energía divina. Porque si las criaturas fueran la energía divina, o serían increadas (un pensamiento insensato, ya que entonces existirían antes de ser creadas), o Dios antes de las creaciones no tendría energía (una pensamiento impío). Pero, por supuesto, Dios es eternamente activo y pantodínamos omnipotente. Por lo tanto, las creaciones no son la energía de Dios, sino lo que fue energizado y formado, independientemente de cómo se llamen. La energía de Dios es increada y coeterna con Dios, según los Teólogos.

 

  1. La energía no se conoce a través de la ουσία usía sustancia/esencia, sino que a través de la energía sabemos que la sustancia/esencia existe, pero no lo que es. Por lo tanto, Dios se nos hace conocido que existe, no a través de Su usía esencia, sino a través de Su providencia, según los Teólogos. La energía difiere de la usía esencia/sustancia en esto: lo que informa es la energía, y lo que conocemos a través de ella que existe, es la usía esencia/sustancia. Sin embargo, los defensores de la kakodoxa herejía impía que se apresuran a convencer a los demás de que la energía divina no difiere en absoluto de la usía esencia/sustancia divina, al negar así aquello que informa, se apresuran a convencernos de que no conocemos que Dios existe, al igual que ellos no conocen. Pero aquel que no lo conoce esto, es el más ateo y el más insensato de todos.

 

  1. Cuando ellos dicen que Dios, por supuesto, tiene energía, pero de ninguna manera diferente de Su usía esencia/sustancia, intentan oscurecer su herejía de esta manera y, con sofismas, tratar de engañar y seducir a quienes los escuchan. Porque así también aquel Sabelio de Libia solía decir que el Padre y Dios tiene también Hijo, que no difiere en nada de Él. Así como Sabelio se demostraba que hablaba de un Padre sin el Hijo, ya que negaba la diferencia en las hipostasis de ellos, de la misma manera, ahora, cuando afirman que la energía divina no difiere en absoluto de la usía sustancia/esencia divina, se ven obligados a pensar que Dios no tiene ninguna energía. Porque si estas no difieren en nada, entonces Dios no tiene la fuerza y energía creativa y operativa o energética, ya que nadie puede energizar u operar sin energía, según los Teólogos, del mismo modo que no puede existir sin existencia. Por lo tanto, la idea de que la energía divina no difiere en nada de la usía sustancia/esencia divina es claro para aquellos que piensan ortodoxamente, correctamente, también de esto: la energía energiza a lo otro que no es lo que energiza u opera. Es decir, Dios energiza, opera y crea las creaciones, mientras Él mismo es increado. Y la noción de “sobre qué” siempre se dice con respecto a uno sobre lo otro. El Hijo se dice con respecto al Padre, pero el Hijo nunca es el Padre del Padre. Del mismo modo, lo «sobre qué» es imposible que no difiera en nada de la usía esencia/sustancia o no se considere en la usía esencia, sino que sea lo mismo usía esencia, por lo tanto, ni la energía puede ser en ningún momento sin la usía esencia ni se considera que es idéntica a la usía esencia, aunque esto no les guste a los opositores herejes.

 

  1. El Gran Basilio, en sus escritos teológicos, al hablar de Dios, dice que la energía no es ni quien energiza u opera ni el resultado de la energía. Por lo tanto, la energía difiere de la ουσία usía esencia/sustancia. El divino Cirilo, hablando también sobre Dios, teologiza que crear es un atributo de la energía, mientras que engendrar es un atributo de la naturaleza; la naturaleza y la energía no son lo mismo. Y el teoforo (portador de Dios), Damasceno también dice que el nacimiento es una obra de la naturaleza divina, mientras que la creación es una obra de la voluntad divina. Él mismo, en otro punto, afirma claramente que una cosa es la energía y otra lo que tiene el poder o fuerza de energizar, operar. Por lo tanto, la energía es el movimiento esencial de la naturaleza, mientras que lo que energiza u opera es la naturaleza de la que proviene la energía. Por tanto, en muchos puntos la energía difiere de la usía esencia/sustancia divina, según los santos Padres.

 

  1. La ουσία usía esencia/sustancia de Dios es completamente anónima, sin nombre, ya que es completamente inconcebible para el nus humano. Por lo tanto, la nombramos a partir de todas Sus energías, sin que ninguno de los nombres difiera en significado de los demás. Porque de cada uno y de todos estos nombres, nada más se nombra sino aquella oculta usía esencia/sustancia que nadie puede conocer exactamente qué es. Sin embargo, en lo que respecta a Sus energías, cada nombre tiene un significado diferente. ¿Quién no sabe que las energías de la creación, la soberanía, el juicio, la providencia y la adopción por la jaris gracia de Dios son diferentes entre sí? Por lo tanto, aquellos que llaman creadas a estas energías naturales, como diferentes entre sí y en relación con la naturaleza divina, ¿qué más están haciendo que subyugar a Dios en creado o creación? Porque las creaciones son lo que se crean, se gobiernan, se juzgan y, en general, todas las cosas similares, y no el Creador, el Soberano y el Juez, ni la propia energía del juicio o de la soberanía o de la creación, que naturalmente se consideran dentro de Dios.

 

  1. La ουσία usía esencia/sustancia de Dios, como es anónima completamente sin nombre, ya que está por encima de nombre según los Teólogos, también es incognoscible y no participable según ellos, ya que es trascendente más allá de participación. Por lo tanto, aquellos que desobedecen ahora la enseñanza del Espíritu transmitida por nuestros santos Padres y nos injurian por estar de acuerdo con los Padres, dicen que se hacen muchos dioses, o un Dios compuesto, si la energía divina difiere de la usía esencia de Dios y si se considera algo dentro de la esencia de Dios. Sin embargo, ignoran que no es el energizar u operar y la energía, sino el padecer o sufrir y el padecimiento o pasión lo que produce la composición. Mientras Dios energiza u opera sin que Él mismo padezca o se altere en nada. Por lo tanto, Dios no es compuesto porque Él energiza, opera. Además, Dios tiene Su referencia (el «sobre qué») también hacia la creación, porque es el principio u origen y el Soberano de ella. Pero, esto no se incluye en las creaciones. Entonces, ¿cómo se pueden hacer muchos dioses porque Dios tiene energía, ya que es un Dios, o más bien porque Dios mismo es la esencia/sustancia divina y la energía divina? Todas estas cosas son claramente habladurías y delirios de sus locuras.

 

  1. El Señor dijo a Sus discípulos que «hay algunos de los que están aquí que no morirán antes de ver venir con dinami (poder, potencia y energía) la realezade Dios» (Marc 9, 1). Y seis días después, después de llevar consigo a Pedro, Jacobo y Juan, subió al monte Tabor y allí su rostro resplandeció como el sol y sus ropas se volvieron blancas como la luz (Mat 17, 1-2). Los discípulos ya no podían ver, o más bien, porque no tenían la fuerza para mirar ese resplandor, cayeron con el rostro en la tierra (Mat 17, 6). Sin embargo, según la promesa del Salvador, vieron la realeza increada de Dios, esa divina y inefable luz, que los Grandes Gregorio y Basilio llaman divinidad o deidad, diciendo: «Era luz la divinidad o deidad la que se manifestó a los discípulos en la montaña», y: «la belleza del verdadero Todopoderoso es Su deidad o divinidad que puede ser percibida, comprendida y contemplada». Porque San Basilio el Grande también dice que esa luz es la belleza de Dios que solo puede ser percibida y contemplada por los Santos con la dinami (poder, potencia y energía) del Espíritu Santo. Por eso, dice nuevamente: «Pedro y los hijos del trueno vieron Su belleza en el monte, brillando más que el resplandor del sol, y fueron considerados dignos de ver con sus propios ojos los preludios de Su presencia». El teólogo Damasceno, junto con Juan Crisóstomo, llamaron a esa luz natural un rayo de la divinidad o deidad, el primero escribiendo: «Ya que el Hijo fue engendrado sin principio, eternamente por el Padre, también tiene eternamente el rayo natural de la deidad/divinidad, por lo que el esplendor de la divinidad se convirtió en el esplendor del cuerpo», y el Crisóstomo diciendo: «El Señor apareció tan brillante en la montaña porque Su divinidad/deidad reveló Sus rayos».

 

  1. Esa inefable luz divina, la deidad/divinidad y la realeza de Dios, la belleza y el esplendor de la naturaleza divina, la visión y el gozo de los Santos en la vida eterna, el rayo natural y la doxa-gloria de la divinidad/deidad, los herejes maliciosos la llaman fantasma y creación. Mientras que aquellos que no aceptan blasfemar como ellos esta divina luz, sino que piensan y dicen que Dios es increado tanto en esencia/sustancia como en energía, los difaman en todas partes como ditheitas (dos dioses). Pero que se avergüencen ellos. Ya que tanto la usía esencia/sustancia divina como la divina luz son increadas, tenemos un solo Dios en una divinidad/deidad. Porque, como hemos demostrado anteriormente de muchas maneras, tanto la ουσία usía esencia/sustancia divina como la energía divina son del mismo Dios, es decir, la χάρις jaris gracia divina y este resplandor divino.

 

  1. Los malintencionados herejes, después de atreverse ante el sínodo a declarar y a intentar convertir en fantasma y creación aquella divina luz que brilló de Cristo en el Tabor, y después de haber sido inspeccionados de muchas maneras sin que cambiaran de opinión, fueron castigados con una condena escrita a un anatema y una maldición. Porque blasfeman con respecto a la economía encarnada de Dios y, de manera delirante, califican la divinidad/deidad de Dios como creada, y en la medida de lo posible, degradan al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo a ser meras creaciones. Aunque la divinidad/deidad de los Tres es una y la misma. Y cuando sostienen que respetan una divinidad increada, es como si dijeran abiertamente que existen dos divinidades/deidades en Dios, una creada y una increada. Así luchan por superar en impiedad a todos los antiguos kakodoxos herejes.

 

  1. En otras ocasiones, tratando de encubrir con arte su kakodoxa herejía, afirman que la luz que brilló en el Tabor es increada y también es la usía esencia de Dios, y así, de esta manera blasfeman en esta situación de muchas formas. Porque los Apóstoles vieron esa luz, y estos individuos erróneamente creen y dicen que la ουσία usía esencia/sustancia de Dios es visible. Pero escuchemos el que dice: «Nadie ha subido a un soporte para ver la sustancia y la naturaleza de Dios y revelarla y hablar en relación de ello» (Jeremías 23, 28). Y no solo ningún ser humano, ni siquiera un Ángel. Los mismos Serafines con seis alas, debido a la intensidad del resplandor que proviene de allí, cubren sus rostros con sus alas (Ησ. 6, 2). Por lo tanto, ya que la preeminencia y supra-esencialidad de Dios nunca se ha manifestado a nadie, cuando los herejes dicen que es esta luz, testifican que esta luz es completamente invisible y que no lo vieron en el Tabor ni los tres Apóstoles prominentes ni el Señor les había prometido de verdad tal cosa. También testifican que Pedro no dice la verdad cuando dice: «Hemos visto su doxa-gloria (luz increada) mientras estábamos con él en aquel monte santo» (2 Pedro 1, 16-18), ni el Evangelista que dice: «Y mientras permanecían despiertos, Pedro y los otros dos vieron su doxa-gloria» (Lucas 9, 32), ni alguien más que afirmó el discípulo especialmente amado de Cristo, Juan, vio desnuda en el monte la misma divinidad/deidad del Logos. Por lo tanto, vieron, y realmente vieron, aquel resplandor divino e increado, mientras que Dios permaneció invisible según Su supra-esencial ocultación, así, pues, que exploten los líderes de la herejía y sus seguidores.

 

  1. Cuando uno pregunta a estos herejes que afirman que esa luz era la ουσία usía esencia/sustancia de la divinidad/deidad: «¿Parece, pues, que la usía sustancia/esencia de Dios se manifiesta?», entonces se ven obligados a revelar su engaño y dolo, diciendo que dijeron que esto era la usía esencia/sustancia de Dios porque a través de ello se manifestó la usía sustancia/esencia de Dios, porque ella se ve a través de las creaciones de Dios. Y así, los desgraciados, hacen de nuevo una creación o creada la luz de la Metamorfosis del Señor. Pero lo que se ve a través de las creaciones no es la esencia/sustancia, sino la energía creativa de Dios. Entonces hablan impíamente y están de acuerdo con Eunomio, cuando dicen que la usía esencia/sustancia de Dios se ve a través de las creaciones. Tan fructífero es el campo de su impiedad. Por lo tanto, evitemos a estos y la comunión con ellos, como una amenaza mortal para la psique-alma y una hidra de muchas cabezas, y como una corrupción variada de la piedad.

Traducido por xX Χρῆστος Χρυσούλας, jJ Jristos Jrisulas www.logosortodoxo.com

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