Πάθος (pazos), son las fuerzas psíquicas que han tomado el camino equivocado, (Yérontas Paísios el Athonita). Πάθος (pazos), como la misma palabra lo testimonia, proviene del verbo πάσχω (pasjo) padezco, sufro e indica una enfermedad interior. En la terminología Patrística se define como todo movimiento anormal y no natural de las fuerzas de la psique. Los pazos son direcciones equivocadas, que tienden a obtener las distintas fuerzas de nuestra psique. La sujeción en ellos, aleja nuestra existencia del camino hacia al “como semejanza”. La palabra significa algo que ocurre a la persona a modo de experiencia en la que queda afectada pasionalmente. Resulta una alteración de la psique (alma) o del cuerpo, como el padecer, el tener una afección, defecto de carácter, enfermedad, calvario, adicción, hábito, apego y a veces es un autoengaño. Está claro que, según la naturaleza humana, cada pazos se energiza y activa por su propia fuerza psíquica. Así discernimos entre pazos físicos, psíquicos y espirituales, es decir, entre los del nus (espíritu humano, como la soberbia, vanagloria, etc.), los del logos (en la diania o mente como la incredulidad, la crítica destructiva, la perversidad, etc.), y los sensibles (como el hedonismo, rencor, ira, gula, etc.). El pazos define algún apetito o instinto, como la ira, el deseo, el ansia, la ilusión, la envidia, fervor religioso, deseo imparable, obsesión, manía por ejemplo política o futbolística… que forzosamente ocupan la psique. También Πάθος= padecimiento, sufrimiento, sufrir un calvario o un martirio o una peripecia, también el Pazos-Pasión de Cristo, o los Pazos de la Semana Santa, calvario. También tenemos los pazos in-perversos o nobles como el hambre, la sed… Pero aquí no hablaremos de los pazos buenos…
En la Filocalía de los Santos Padres Nípticos, encontramos un análisis minucioso de los pazos malos o pecaminosos sobre el nacimiento y la terapia de ellos, siguiendo la tradición espiritual y ascética ortodoxa que se fundamenta en la Santas Escrituras, en la que continuamente nos remiten. Con estas observaciones finas sobre los pazos, la Filocalía ofrece un servicio valioso a la Iglesia. Todos los pazos nacen de algún pecado que se repite y así se consolida en la psique una tendencia pecadora, compulsiva y adictiva que con el tiempo llega a ser una segunda naturaleza, influyendo así en los pensamientos y decisiones, dominando la voluntad que sella toda la composición del estado psíquico. Los pazos principales, según los Padres de la Filocalía y por consiguiente de la Iglesia, son:
1- Gula, el dominio de la panza ante la comida, bebida y sus ansiedades.
2- Lujuria manía sexual y prostitución.
3- Avaricia, el deseo, ansia, codicia de acaparar riquezas.
4- Ira
5- Acedia o pereza desgano por obrar trabajo, ascesis físico o espiritual
6- Pena, tristeza, aflicción o depresión,
7- Soberbia, orgullo
8 -Vanagloria el deseo de alto honor, alabanza y gloria mundana.
Los Santos Padres hacen un análisis de estos “loyismí”. Algunos Padres distinguen siete pazos principales; el pazos de la soberbia lo dividen en dos: orgullo y vanagloria.
El tema de los pazos de la psique es ignorado por muchos y son considerados como congénitos con la fisis-naturaleza, en cambio se trata de situaciones parafísicas-no naturales, anormales, de los cuales el punto de partida es el loyismós. Y es un fenómeno sorprendente que una sustancia noerá (espiritual), bondadosa y Divino-creada “a imagen y a semejanza de Dios” que es la psique junto con el cuerpo, adquiere estos pazos tiránicos a causa del mal uso de su libertad.
Se ve extraño el fenómeno que los pazos mortales, -mortales porque la psique muere espiritualmente-, son formados progresiva y gradualmente de conceptos, ideas y nociones. Pero es conocido de la filosofía clásica y se había aceptado que la costumbre, hábito crea una segunda fisis-naturaleza. En definitiva, los distintos pazos son estereotipos de loyismí que se han repetido y se han vivido. La repetición de un pensamiento, una idea y una fantasía obtiene la fuerza análoga, sea maligna o benigna.
Cuando decimos absolución de los pecados, principalmente debemos de comprender como terapia de los pazos. Muchos Padres Helenos consideran los pazos como males negativos por naturaleza, una enfermedad y defecto de la psique. Otros Padres, sin embargo, consideran los pazos como instintos que Dios sembró en el hombre y que por naturaleza son bienes positivos, aunque pueden deformarse por los pecados. De acuerdo con la segunda consideración, los pazos deberán reeducarse y no desarraigarse. Es preferible volver a educarlos y transformarlos que oprimirlos, para finalmente usarlos de forma fructífera y no negativa.
San Gregorio el Sinaíta en la Filocalía nos enseña que los pazos se llaman de muchas maneras y se dividen en somáticos (o físicos) y psíquicos. Los somáticos se subdividen en dolorosos y pecaminosos. Los primeros se subdividen en pazos de enfermedad y de instrucción. Los psíquicos en logísticos, anhelantes e irascibles. Los logísticos se subdividen en fantasiosos e intelectuales. Y de estos unos son voluntarios que se deben al mal uso y abuso de las cosas y otros son involuntarios que se hacen por necesidad y por eso se llaman no pecaminosos, por el ejemplo, el hambre, la sed… Los Padres los llamaron instintos, costumbres y hábitos naturales que se han de vigilar.
Los pazos son distintos pero se intercomunican entre sí y se ayudan. Los somáticos con los de la parte irascible, los logísticos con los del nus y estos con los mentales de la diania (mente, cerebro intelecto), la fantasía y la memoria. (Filocalía t. 4º, v. 77 y 78)
El Metropolita Ierózeos Vlajos en su libro “Psicoterapia Ortodoxa, capítulo: Ortodoxa patología” nos dirá al respecto: «Durante la visita del Señor en Bizesdá que tenía cinco galerías y en éstas yacían multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos que esperaban el movimiento del agua (Jn 5,3). Como el Santo Bautismo es el “Misterio inicial” por el cual nos introducimos en la Iglesia, podemos decir que extendiendo el simbolismo, la Iglesia es la Bizesdá espiritual, el centro terapéutico espiritual y el hospital. Todos los Cristianos Ortodoxos saboreando la agapi (amor, energía increada) de Dios, a la vez sentimos nuestra miseria espiritual. Porque la Jaris (gracia) que es energía increada de Dios, ilumina nuestro interior y por eso vemos la fuerza de los pazos dentro de nosotros y la ley del pecado en nuestros miembros, (siendo como un pecado la enfermedad o fallar nuestro objetivo). Y por eso nos sentimos enfermos. Esta sensación y percepción es el principio de la terapia; o mejor dicho: es el inicio de la contemplación de Dios, puesto que la metania y el luto espiritual para el hombre carnal son imposibles. Sólo el que participa de la Jaris energía increada de Dios vive y experimenta esta realidad interior.
En los hospitales hay una sección especial que se llama patológica. También en la Iglesia, que es el Hospital espiritual existe la sección patológica. No intentamos crear confusión sobre estos términos, sino que creemos firmemente que el logos sobre los pazos es patología. Estas referencias son necesarias porque están relacionadas con la conducta y la ética ortodoxa. Tenemos la certeza que el logos para que sea ortodoxo debe discernirse de algunos elementos básicos. En principio se debe hacer referencia a la caída del hombre de la vida divina y el estado trágico a causa de la caída. Después se debe hablar del renacimiento con el Santo Bautismo y a continuación del continuo renacimiento que se hace dentro de la Iglesia. No es ortodoxa la enseñanza sobre el renacimiento, cuando se insinúa como un acontecimiento momentáneo que se hace con la fe exterior a Cristo, porque el renacimiento continúa durante toda la vida y el perfeccionamiento no tiene fin. Tenemos el caso de Apóstol Pedro que se hizo digno de la contemplación de la increada Luz en el monte Tabor, donde sus ojos (físicos y psíquicos) se metamorfosearon y así vieron la Doxa=Gloria increada del Señor, y a pesar de esto unos días después negó a Cristo. Cierto que aquel momento grande de teofanía le condujo a la metania y al llanto. La caída se vio muy grande comprándola con la gran visión. De todos modos aquí observamos el hecho que, la fuerza de la ley del pecado fue tan grande que se condujo también en caída después de la certeza de la deidad de Cristo. Existe el alivio de que el Apóstol Pedro cuando vio la doxa=gloria de Dios se encontraba antes del Bautismo que se hizo durante el día del Pentecostés. La naturaleza del Apóstol aún no se había fortalecido por la increada energía del Espíritu Santo.
Lo mismo vemos también en el Apóstol Pablo. Aunque sentía su estrecha comunión con Cristo hasta llegar a decir “ya no vivo en mí, sino que es Cristo el que vive en mí” (Gal. 2,20). A pesar de esto expresaba todo el dolor de la humanidad diciendo: “veo otra ley en mis miembros del cuerpo que se enfrenta a la ley de mi espíritu y queda preso en la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Desgraciado de mí! ¿Quién me liberará y redimirá de este cuerpo dentro del cual por el pecado domina la muerte?” (Rom 7, 23-24)
Los Padres llegan hasta el punto de explicar la diferencia entre “pazos” y “pecado”.” Pazos” es lo que se mueve sobre la psique y la acción pecadora es la que se contempla en el cuerpo…
La enseñanza sobre los pazos la desarrolló en muchos puntos el Señor y está escrita en los Evangelios. El Señor motivado por los Fariseos que le preguntaron: “¿Por qué tus discípulos no siguen la tradición de los ancianos sino que comen el pan sin lavarse las manos?”(Mc 7,5), giró la atención hacia el hombre interior al decir: “Porque de dentro del corazón de los hombres salen los malos pensamientos y los pazos: adulterios, fornicaciones, homicidios, hurtos, avaricias, maldades, engaños, lujuria, mal ojo, blasfemia, insulto, soberbia, insensatez. Todos estos pazos malos y maldades salen del interior y contaminan al hombre”(Mc. 7,22-23).
Explicando la parábola de la semilla del sembrador y sobre todo la que “cayó entre los espinos”, dice que los pazos son aquellos que ahogan la semilla y no le dejan dar los frutos: “La que cayó entre espinos, éstos son los que oyeron, pero yéndose se ahogan por las codicias, ansiedades, las riquezas y los placeres de esta vida y se ahogan y no fructifican.” (Lc 8,14)
Los pazos tanto somáticos como psíquicos son difíciles de discernir, porque los demonios que los promueven generalmente se esconden y no podemos distinguirlos. Por eso se necesita un buen terapeuta conocedor de esta vida escondida interior, el cual tiene que ser recipiente del Todo Santo Espíritu para discernirlos y sanarlos según el temperamento de cada persona, su estado espiritual y para darle el correspondiente fármaco espiritual. El autoconocimiento de nuestros pazos se enlaza estrictamente con la metania y la confesión. En la Ortodoxia tenemos los Misterios no innovados sino tal y como los enseñó y entregó el Cristo a los Apóstoles y los Yérontas (ancianos experimentados, o guías) que con la Jaris increada tienen el grandísimo don del discernimiento y han conseguido la apazia (sin pazos) que es la salud de la psique. La terapia de las enfermedades de nuestra psique que son los pazos, y en consecuencia el oscurecimiento de nuestro nus, es necesaria e imprescindible.
La ortodoxia es una ciencia terapéutica para el decaído mundo actual y éste es su mensaje: hay enfermedad y a la vez terapia. En los cinco tomos de la Filocalía de los Santos Padres Nípticos existe una antropología y psicoterapia sublime que desarrolla minuciosamente el tema de los pazos y la sanación de ellos.» (Desgraciadamente la Filocalía en Occidente y la poca que hay en castellano está mal traducida).
Del libro “Enfermedad de la psique y salud” por el mismo autor.
En las págs. 143 a la 144, le preguntan: “Nos gustaría que nos hablara sobre los pazos. ¿Qué son exactamente?
«Esto es un capítulo muy grande de la instrucción ascética de los Padres de la Iglesia. Sobre los pazos hablan muchos hombres, como también muchos sistemas antropocéntricos, pero conciben cosas muy distintas sobre estos que entiende nuestra Tradición Ortodoxa. Por eso creo que es necesario que digamos algunos de manera natural sin poder agotar este gran tema. Según la enseñanza de los santos Padres los pazos no son fuerzas que han venido a nuestro interior y, por consiguiente, que resulte necesario desarraigarlos. Son energías de la psique que se han deteriorado y corrompido. Es necesario que se metamorfoseen, transformen. Hablando sobre la psique del hombre hemos visto que ella se divide en lo que concierne a la patología, en tres fuerzas que son: la logística, la anhelante y la irascible. Estas tres es necesario que giren hacia Dios. Pero cuando no se dirigen hacia Dios estarán contra Él y contra nuestros hermanos. Así tendremos los llamados pazos. Por eso el pazos es un movimiento contranatural de la psique. San Juan el Sinaita utiliza unos ejemplos para hacer esto muy claro. Es natural engendrar para tener hijos, pero nosotros lo hemos convertido en lujuria y prostitución. Resulta natural la ira para ir contra el diablo, pero nosotros la utilizamos contra nuestros hermanos. Es natural el celo por envidiar las virtudes de los santos y también adquirirlas, pero nosotros utilizamos esta situación para ir contra nuestros hermanos. Es natural el deseo de gloria de manera que con esta anhelemos la Realeza increada de los Cielos, pero nosotros el deseo lo utilizamos para cosas vanidosas y temporales que no tienen importancia. Resulta natural el orgullo que conecta con la gloria para ir contra los demonios. La alegría es natural, pero aquella que nace estando en Cristo. Disponemos de resentimiento para utilizarlo contra los demonios y la independencia para usarla para el verdadero ejercicio espiritual y nosotros la utilizamos para el insaciable derroche. Así pues los pazos son una energía en movimiento y acción contranatural de las fuerzas de la psique.»
Es necesario recalcar que la terapia de los pazos no es trabajo sólo del hombre o sólo de Dios. Deben estar en cooperación los dos. Es decir, Dios y el hombre. Esta es la sinergia de Dios y el hombre. Todo dentro en la Iglesia es Zeantrópino (divino-humano). En principio se tiene que dar la Jaris (gracia, energía increada) de Cristo. La catarsis del hombre que es la terapia, sanación se hace con la energía increada de Cristo, la que se ofrece junto con toda la vida espiritual que vive el cristiano ortodoxo dentro en la Iglesia Ortodoxa. El Apóstol Pablo en sus epístolas insiste con frecuencia esta realidad. El hombre que vive por su carne tiene en su interior la energía de los pazos. Pero cuando recibe la Jaris de Cristo, entonces se libera del hombre antiguo y del mundo del pecado. “Porque mientras estábamos en la carne, los pazos pecaminosos que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra” (Rom 7: 5-6).
La palabra psicópata proviene del heleno-griego ψυχοπαθής (psijopazís, psicópata) que está compuesta de las palabras ψυχή (psijí alma, psique) y πάθος (pazos). Los Santos Padres helénicos más bien hacen uso literal de esta palabra, por lo tanto para ellos todo hombre que tiene pazos es un psicópata. Actualmente también según el contexto la palabra se usa en este sentido. A continuación pondré una tesis muy clarificadora del inmemorable Padre Romanidis, porque creo que es muy importante.
PADRE ROMANIDIS (de su libro: “Teología Patrística Ortodoxa”)
Capítulo 2º: ¿Quién es el psicópata según los Padres de la Iglesia?
«Cada persona es psicópata, según el significado de la noción Patrística. No es necesario que uno sea esquizofrénico para ser psicópata. El término “psijopatia” en la literatura Patrística existe en aquel hombre que no funciona correctamente la energía de su nus (la noerá) en su interior, es decir, de la persona que está llena de loyismí (pensamientos simples o compuestos, reflexiones), no sólo malos, sino buenos también.
Aquel que tiene los loyismí buenos y malos dentro de su corazón será considerado por parte de la Patrística como un psicópata. Por muy éticos que fueran estos loyismí, o todo lo contrario, aquel que no ha pasado por la catarsis de los pazos de la psique y no ha llegado al estado de iluminación por la Jaris, (energía increada) es un psicópata, según la concepción de los Padres de la Iglesia. Pero no en el sentido de la ciencia Psiquiatría moderna. El psicópata para el psiquiatra es otra cosa. Es aquel que padece de psicosis y de esquizofrenia. La Ortodoxia se pregunta: ¿si el que no ha pasado la catarsis (sanación) de los pazos de su psique y no ha llegado a la iluminación, es normal o no? Esta es la cuestión.
¿Quién es el cristiano ortodoxo normal en la tradición Patrística? Si queréis ver esto claramente hay que leer el oficio del santo Bautismo y de la Santa Mirra (confirmación) que se celebra en el Patriarcado de Constantinopla el Jueves Santo y también en el oficio de la Bendición de los Santos Templos. Allí veréis que significa el naós templo del Espíritu Santo y quién es la persona iluminada.
Todos los oficios y la tradición ascética de la Iglesia Ortodoxa, se refieren principalmente a tres estados espirituales: a) la catarsis de los pazos de la psique y del cuerpo, b) la iluminación del nus del hombre por la Jaris increada que es la energía increada del Espíritu Santo y c) la zéosis o glorificación de la psique y del cuerpo del hombre. Principalmente hablan de la catarsis y de la iluminación porque los oficios son expresiones del culto lógico. Entonces el ortodoxo normal ¿quién será? ¿El bautizado y no sanado, purificado? ¿El no iluminado? ¿O el que está catartizado (sanado) e iluminado? Naturalmente el último será el ortodoxo normal.
¿Entonces en que se distinguen los ortodoxos normales de los otros ortodoxos? ¿En el dogma? Claro que no. Tomemos a los ortodoxos en general. Entre ellos existen los mismos dogmas, la misma tradición y el mismo culto. Dentro de un templo sagrado puede que estén, por ejemplo, trescientos ortodoxos y de ellos sólo cinco puede que estén en estado de iluminación mientras los otros a lo mejor no. Muchos, puede que no tengan ni idea de lo que es la catarsis. Entonces surge la pregunta: ¿Cuántos cristianos ortodoxos normales habrá entre ellos? Desgraciadamente sólo serían los cinco mencionados.
Pero la catarsis y la iluminación son estados concretos de terapia que se pueden verificar por los experimentados e iluminados padres espirituales. A partir de aquí tendremos criterios médicos claros y ciertos. Si el nus es un órgano fisiológico de cada hombre y no sólo los Helenos u ortodoxos en general tienen nus, sino también los musulmanes, budistas y todo el mundo, entonces la humanidad tendrá la misma necesidad de catarsis (sanación) e iluminación. La terapia sanadora es una. ¿Existen muchas terapias para esta enfermedad? Y Realmente es enfermedad o no?».
Ἀπάθεια apázia, sin pazos
La ἀπάθεια apázia como término proviene de los Estoicos. La ἀπάθεια apázia para ellos significaba la absoluta imperturbabilidad-ataraxía de la psique, con el dominio de la lógica o la parte logística de ella. Sin embargo al cristianismo adquiere un significado y sentido mucho más positivo y sustancial. No es sólo la imperturbabilidad-ataraxía, sino también liberación de los pazos. En la Teología Níptica es la nipsis. Es la superación de lo parafísis-antinatural, anormal y vuelta a la “belleza ancestral”.
La “Ἀπάθεια” apázia, sin pazos, es una impasibilidad, sin pasiones ni padecimientos y afecciones. Es la psique inamovible hacia el mal. Es la liberación de la psique de los movimientos contranaturales de la atracción de los pazos. Es el final de la ascesis del ejercicio espiritual. La apazia es paz y serenidad, movimiento enérgico y operativo del nus y la psique. No consiste en la paralización y desarraigo de las fuerzas y energías de la psique, como en la filosofía de los estoicos o de las religiones orientales (hinduismo, budismo), sino su metamorfosis por las virtudes y su giro total hacia Dios. La apazia es un regalo de Dios.
En el libro de Ieroteo Vlajos “Enfermedad de la psique y salud”, en las págs: 151-152, se pregunta: ¿Cómo considera la “ἀπάθεια apázia” (sin pazos) la Ortodoxia?
«Creo que del análisis anterior se desprende que la ἀπάθεια apázia, según la enseñanza ortodoxa, no es la insensibilidad de la parte pasional de la psique, porque esta enseñanza es de los filósofos estoicos, sino la transformación de las fuerzas de la psique. Así pues, no es un estado negativo sino principalmente positivo, es decir, el giro de las fuerzas de la psique hacia Dios y la plenitud en el hombre de la Jaris la energía increada de Dios. Es cierto que la apázia no es una situación estática sino un desarrollo continuo. Los Padres hablan de varios grados de ἀπάθεια apázia.
San Máximo el Confesor sostiene cuatro grados de ἀπάθεια apázia. El primero es introductorio y consiste en la abstención de las energías de los pazos. En este estado el hombre evita la ejecución mediante el cuerpo de los impulsos de la psique. El segundo se encuentra en personas virtuosas, es decir, el rechazo, desprendimiento y despedida de los apasionados y compulsivos pensamientos perversos de la mente. El tercero se observa en los glorificados y es la total inmovilización del deseo hacia los pazos. El cuarto lo encontramos en los perfectos. Es la total catarsis, (sanación, purificación) hasta las mismas fantasías. Lo último es propio de los teólogos (en sentido heleno-ortodoxo), es decir, de aquellos que alcanzaron la comunión con Dios, la zéosis y se liberaron de las propias fantasías. Es cierto que hablando sobre la apázia no podemos ignorar que existe la verdadera y la falsa. La verdadera se da cuando el hombre está pleno de la Jaris increada de Dios y es templo del Espíritu Santo. La falsa apázia es un arte del Diablo para hacer creer al hombre que no tiene pazos y a continuación atacarle con el propósito de provocar su catástrofe total. En todo caso la verdadera agapi (amor desinteresado) es la que discierne la apázia real de la falsa. Naturalmente la agapi (amor desinteresado) hacia Dios y al prójimo que manifiesta la transformación de los pazos es indicio de que el hombre se ha hecho templo del Espíritu Santo. Entonces se energiza y opera en su interior la oración incesante del corazón.»
Los Padres generalmente aconsejan tener mucho cuidado en el tema de ἀπάθεια la apazia, porque es posible que uno no sea turbado por los pazos cuando las cosas están ausentes, pero cuando aparezcan entonces perturban al nus. Generalmente el hombre sin pazos está pleno de carismas y tiene las virtudes como frutos del Espíritu Santo.
Cierto que cuando decimos ἀπάθεια apazia no queremos decir que al hombre no le combate el diablo. El enemigo de nuestra vida sigue molestando también al hombre que ha logrado la ἀπάθεια (sin pazos), puesto que tentó al mismo Señor al desierto con las tres tentaciones, pero la ἀπάθεια apázia es de los combatientes que cuando están atacados por los diablos, permanecen incompatibles e inafectados, San Diádoco de Fótica , Filocalía.
“Sí los πάθος pazos son la enfermedad de la psique, la ἀπάθεια apázia es el estado sano de ella. La apazia “es resurrección de la psique antes que el cuerpo”, san Juan el Clímaco.
“La ἀπάθεια apázia es la entrada en la tierra prometida”, san Elías el Presbítero, Filocalía.
“Aquel que se ha acercado a la montaña de la ἀπάθεια apázia, subiendo según su catarsis, por la belleza de las creaciones hacia el Creador, recibe inundaciones de la luz increada del Espíritu Santo”, San Nikitas Srizatos , Filocalía.
“La ἀπάθεια apázia tiene un gran valor y es alabada por los santos Padres porque es liberación del nus. Sí los pazos esclavizan y aprisionan al nus, la ἀπάθεια apázia le libera y le conduce hacia el conocimiento de Dios y las existencias. Entonces es el camino de la gnosis (increada). Resultado de esta gnosis es adquirir el gran carisma del discernimiento. El hombre en Jaris (gracia, energía increada), puede separar lo bueno de lo malo, las energías creadas e increadas, las energías satánicas de las energías increadas de Dios. La ἀπάθεια apázia es la madre que da a luz el discernimiento que es líder de las virtudes” San Máximo el Confesor, Filocalía.
“En todo caso cuando el hombre no es molestado por ningún pazos y el divino anhelo crece en su corazón, y cuando no teme la muerte considerándola como un sueño, entonces ha adquirido el nuncio de la sanación y salvación y “la realeza (estado interior de energía increada) de los cielos circula en el interior probando y disfrutando de una alegría inenarrable”, san Teógnosto, Filocalía.
El hombre de la ἀπάθεια apazia, no ve, no escucha, ni siente el pecado y la energía de los pazos. En un Monasterio de Athos se ve el letrero: «Aν πεθάνεις πριν πεθάνεις, δεν θα πεθάνεις όταν πεθάνεις» si te mueres antes de morir, cuando te mueras no morirás. Es decir, la muerte (θάνατος zánatos) de los pazos conduce a la αθανασία (azanasía) inmortalidad! Así sea. ¡Esto es la belleza de la Ortodoxia!!! Amín.