Por Yanis Romanidis, Catedrático de Universidad y sacerdote Elenortodoxo
Índice de Contenido
- 1 TEOLOGÍA PATRÍSTICA: Breve historia de la vida del padre Ioanis Romanidis. Introducción y prólogo
- 2 Qué es el ΝΟΥΣ (nus) del hombre
- 3 ¿Quién es el “psicópata”, según los Padres de la Iglesia.
- 4 Sobre la divergencia, caída y depravación del Cristianismo Occidental de la conducta ética Ortodoxa.
- 5 Que es la Ortodoxia
- 6 El propósito o fin social de la Ortodoxia
- 7 Cuál la condición de la reconciliación con Dios.
- 8 Sobre el significado del dogma.
- 9 Sobre la caída de Adam.
- 10 Cuál es la esencia de nuestra Tradición Ortodoxa.
- 11 La Ortodoxia no es una religión.
- 12 Quienes son teólogos de la Iglesia
- 13 Sobre la oración del corazón o noerá .
- 14 El método científico de la Teología y quién es el inspirado por Dios.
- 15 Sobre religión
- 16 Sobre las dos fes o creencias
- 17 Sobre apologética o confesional en el tema de la psique
- 18 Sobre los pensamientos y los conceptos en el hombre.
- 19 Cuál es el dogma básico de la Tradición Patrística.
- 20 Que es la experiencia de la zéosis.
- 21 Sobre el Eros
- 22 Sobre terminología, lemas y conceptos en la Teología.
- 23 Sobre los dos tipos de apocálipsis, revelación.
- 24 Sobre la objetividad en la investigación y en la Teología.
- 25 Cuál es la columna vertebral de la Tradición Ortodoxa
- 26 Quién es el “profeta” en el Nuevo Testamento.
- 27 Sobre el Misterio de Crismación, Crisma o Unción
- 28 Sobre laicos y clérigos y sobre la Iglesia.
- 29 Sobre Francocracia y sobre Hisijasmo.
- 30 Sobre “conservadores” y “liberales”.
- 31 30 Sobre θεοπνευστία zeopnefstía intuición o inspiración divina.
- 32 Sobre si la teología ortodoxa es una ciencia positiva o si la Ortodoxia es religión
- 33 Diferencia entre Ortodoxia y herejía.
- 34 Cuál es la consideración metafísica u ontológica de la Teología.
- 35 Sobre la zéosis
- 36 Quien es Dios y quien es el hombre
- 37 Cristo en el Antiguo y en el Nuevo Testamento
- 38 Sobre la Santa Trinidad- Quién es Dios
- 39 La Santa Escritura según el prisma de la Teología Occidental
- 40 Sobre la ουσία usía esencia o sustancia de Dios
- 41 Discernimientos Patrísticos en la Santa Trinidad
- 42 Discernimiento entre sustancia y energía de Dios
- 43 Sobre el Misterio de la Divina Εύχαριστία Efjaristía
- 44 Sobre Logos, Encarnación y relación con el mundo
- 45 Sobre el Misterio de la Santa Trinidad
- 46 Sobre la experiencia de la zéosis y sobre los tres estadios de la vida espiritual.
- 47 Sobre las energías de Dios
- 48 La consideración metafísica de la religión (1980)
- 49 Sobre Monaquismo
- 50 Ortodoxia e ideología
- 51 Sobre el existencialismo
- 52 51 Sobre Teología
- 53 El στοχασμός stojasmós la reflexión filosófica intelectual o meditación en la Teología Ortodoxa
- 54 Teología Occidental y la ciencia moderna
- 55 Cuál es la diferencia entre ortodoxos y heréticos.
- 56 Quién es el verdadero teólogo
- 57 Acerca de la Oración
- 58 La condición espiritual actual en Grecia (1983)
- 59 Sobre los Sínodos
- 60 La Ortodoxia como religión oficial del estado Romano
- 61 Sobre la música eclesiástica.
- 62 Segunda parte: Sobre la enseñanza de los herejes y cómo los afrontaron los Padres.
- 63 Cómo los Padres afrontaron a los heréticos
- 64 Sobre la filosofía de la Edad Media y la Teología Escolástica.
- 65 Cómo teologizan los Padres.
- 66 Las bases de la experiencia de zéosis
- 67 El discernimiento Patrístico y el filosófico entre sustancia y energía.
- 68 Sobre la existencia de Dios y acerca de la creación del cosmos-mundo.
- 69 Los heréticos y sus enseñanzas
TEOLOGÍA PATRÍSTICA: Breve historia de la vida del padre Ioanis Romanidis. Introducción y prólogo
Estimado en CristoDios, lector, se sugiere antes de leer el texto informarse sobre los términos teológicos helénicos de nuestro léxico: https://www.logosortodoxo.com/minilexico
El Padre Ioanis Romanidis nació en Pireo el 2-3-1927. Se marchó de Grecia el 15 de Mayo 1927 (apenas 72 días de su nacimiento) y sus padres de origen Capadocio emigraron a Estados Unidos, se instalaron en Manhattan de la ciudad de Nueva York. Sus Padres habían nacido en Kastrópolis de Arabiso de Capadocia, donde había nacido el Imperador Romano Mauriccio; sus padres tenían incorporada la monologa noerá oración del corazón y llevaban la tradición cristiana ortodoxa de Capadocia, y que el padre Ioanis se jactaba de eso diciendo que: yo soy Capadocio. Estudió en el colegio Helénico de Brooklyn de Massachusetts y de la Escuela Teológica de Yale que fue decano, también Catedrático de la Universidad Teológica de Atenas y de la Escuela filosófica de la Universidad de Harvard (Schol of Arts and Sciences), Catedrático de la Universidad Aristotélica Teologíca de Tesalónica y visitante continuo como profesor de la Escuela Teológica de san Juan el Damasceno de la Universidad de Balamand de Líbano desde 1970.
Fue un sacerdote casado que nacieron sus dos hijas, pero la mayor parte de su vida la ha vivido como un hieromonje del mundo y como un científico.
Durmió en Señor el 1 de Noviembre de 2001, en Atenas.
Para que sean comprendidos los siguientes capítulos, deberemos presentar algunos datos del padre Ionanis Romanidis sobre su biografía y su personalidad, especialmente aquellos que conectan con su logos teológico y la base de su enseñanza filocálica. Porque el Padre Ioanis combinaba su formación científica en grandes centros teológicos científicos de su época, con su aprendizaje, estudio y práctica en la níptico-flicálico-hisijasta tradición de la Iglesia Ortodoxa En esta combinación se debe su enseñanza teológica.
El distinguido didáscalos de Universidad, el Padre Ioanis con el don de discernimiento nos ofreció una dogmática de “otra especie”. Tanto han calado y revolucionado sus logos y sus mensajes que en el mundo de la Universidad se llega hablar de una época de pre Romanidis y post Romanidis. Sus logos son “cáusticos” candentes, ardientes y claros, tenemos la convicción que operarán, energetizarán terapéuticamente en muchos.
Nota de pre-prólogo, por Damasceno Monje Aghiorita
Este libro contiene el texto de las transcripciones de las homilías sobre la enseñanza “Patrística Ortodoxa Dogmática” del difunto profesor, historiador, filósofo, teólogo y protopresbítero Ioanis Romanides, tal como esta enseñanza fue comprendida, enseñada y dada en la Universidad Aristotélica de Tesalónica durante el período de enseñanza del primer semestre del año 1983.
El lenguaje del Padre Ioanis en muchos puntos es candente. Este texto de las entregas orales no constituye un libro tipo de colección científica, por su naturaleza, sino más bien un intento de introducir al lector en el espíritu y en la verdad de la Tradición Ortodoxa. Pero principalmente tiene como objetivo impartir al lector el reconocimiento de que la Tradición Ortodoxa es aquella en la que está depositado no sólo el método teológico por el cual uno puede llegar a conseguir las condiciones y requisitos de modo que pueda ser sanado “psicoterapiado” y ver, contemplar a Dios o la Luz increada, a medida de los posible para el ser humano, sino que también este método está ofrecido a todo hombre hasta nuestros días. Y como Dios es Luz, este método, cuando es aplicado correctamente, no es más que un camino hacia la Luz increada.
En el texto de las homilías del Padre Ioanis, se hace mucha referencia a la catarsis del corazón de los pazos. El Padre Ioanis aquí trata mucho del cómo se hace esta catarsis. El proceso de la catarsis está entregado y depositado en la Tradición Ascética de la Iglesia, de la que el texto representativo es “la Escalera o Climax” de san Juan el Sinaíta. El que quiere ocuparse y profundizar sobre la catarsis del corazón, puede comenzar su estudio o investigación dentro de este texto de la “Escalera” de san Juan el Sinaita.
Estas entregas orales, además de lo señalado antes, se está reflejando por parte del Padre Ioanis, el cómo la Tradición Ortodoxa se ha enseñado, proyectado y vivido en Helas-Grecia durante el período después de la revolución y liberación Helénica del 1821 hasta nuestros días, cuál es la importancia y el papel de la Tradición Ortodoxa en nuestra época, cuáles son las condiciones y requisitos de su supervivencia y cuáles eran y son los enemigos de ella. Es decir, de su parte, se hace un intento simultáneamente con la presentación de los cimientos de la Tradición Ortodoxa y una crítica de su importancia y su aplicación diacrónica. Y esto se hace en el marco de la proyección de la Tradición Ortodoxa y del valor eterno, que es el propósito de este ensayo.
El logos del padre Ioanis como es verdadero también es oportuno en nuestros días, para el resurgimiento de la Tradición Ortodoxa Patrística tanto en el espacio de la Iglesia Ortodoxa como ecuménicamente, porque se observa un fenómeno triste de que la Enseñanza y Teología Patrística sea desconocida por muchos tanto aquí como en el extranjero; en cambio la confusión que impera en los círculos académicos teológicos sobre los temas teológicos claves; por ejemplo qué es “Paraíso e Infierno”, pues, la demostración es que es por falta de conocimiento de los criterios teológicos Patrísticos. El lector verá que el logos del padre Ioanis a veces es cáustico. Sin embargo creemos que esta candencia puede funcionar obrando terapéuticamente.
Santa Montaña de Athos enero del 2004, por Damasceno hieromonje Aghiorita.
Prólogo por el padre y catedrático Gheorgios Metalinós
Damos la bienvenida de la edición de los textos del memorable, respetado y admirado por todos los ortodoxos de todos los pueblos del Profesor Dogmatólogo y presbítero Ioannis Romanidis. Cada vez que converso con alumnos del Padre Ioanis compruebo que hay una fuerte impresión y emoción que los provocaba el logos del Padre Ioanis. Cuando daba clases las aulas estaban abarrotadas, no sólo de estudiantes de teología sino de otras secciones, de otras facultades que estaban impresionados y atraídos de sus enseñanzas.
El distinguido profesor de Universidad y clérigo ha ofrecido una dogmática “de otro tipo o forma original”, más allá de los prototipos o modelos escolásticos, el academismo, intelectualismo y el racionalismo que aún pesaban y tenían como encarcelada nuestra Teología académica.
Con su logos revivía y reeditaba la enseñanza patrística, que no consiste en una mera exposición de pasajes patrísticos, sino la penetración al espíritu y a la experiencia de estos, a través de la relación cordial de ellos con nuestro Dios Trinitario. Estos testimonios para el profesor p. Ioanis Romanidis, junto con mis propias comprobaciones estudiando sus obras, me han convencido de que Universitariamente podemos referirnos de una época de pre Romanidis y una época post o meta Romanidis. Porque por primera vez la Teología universitaria ha conocido en su persona, la interconexión de la Historia y el Culto de la Iglesia Ortodoxa, como expresión de la experiencia del cuerpo eclesiástico y el testimonio de vida en Cristo, y no una gnosis-conocimiento científico autónomo sin la inmediatez de la lucha del creyente para la sotiría redención, sanación y salvación.
Este libro asume así, también el carácter de contribución en la historia de nuestra teología académica, empezando por la Escuela Teológica de la Academia Jónica (1824) y sobre todo en cuanto al curso de dogmática, que constituye el corazón de la enseñanza teológica y la científica introducción a la Fe de la Iglesia. Estoy seguro, que no sólo los expertos y los estudiantes, sino también el cuerpo amplio de la Iglesia se beneficiarán de estas entregas escritas, a causa del eclesiasmo y del tradicionalismo de su Autor, que veía y vivía la Teología Dogmática como una liturgia eclesiástica. El padre Ioanis siempre hablaba y enseñaba de corazón, por eso le agradecemos de corazón por su esfuerzo y trabajo que tanto beneficio producirá.
Protopresbítero George D. Metalinós, Decano Escuela Universidad Teológica Atenas
TEOLOGÍA PATRÍSTICA
Primera Parte: Datos de la Ortodoxa Teología y antropología
Qué es el ΝΟΥΣ (nus) del hombre
La terapia de la ψυχή (psijí) psique, alma del hombre es la principal preocupación de la Iglesia Ortodoxa. La Iglesia siempre sanaba y cura “psicoterapia” en la ψυχή (psijí). Había comprobado desde la tradición Hebrea y del mismo Cristo y los Apóstoles que en el lugar del corazón natural del hombre funciona algo que los Padres lo llamaron “νοῦς nus”. Es decir, tomaron el nus tradicional que significa “διάνοια” (diania, dianús, mente, intelecto o cerebro) y logos e hicieron una diferenciación. Llamaron nus a esta energía noerá , la cual funciona en el corazón espiritual del hombre sano psíquicamente. No conocemos cuando se hizo esta modificación, porque ocurre que algunos Padres llaman con la misma palabra nus también a la lógica, pero también a la noerá energía cuando ella baja y opera al espacio del corazón.
Entonces desde esta perspectiva la noerá energía del nus es una y única energía de la psique, la cual en el enkéfalos (cerebro) funciona como lógica, pero la misma funciona a la vez en el corazón como nus. O sea, el mismo instrumento (órgano) nus ora incesantemente en el corazón, se entiende en los que tienen incesante noerá oración del corazón, y a la vez piensa en el cerebro, por ejemplo, en problemas matemáticos o cualquier otra cosa.
Debemos decir que esto que el Apóstol Pablo llama nus, se identifica con eso que los Padres llaman diania (mente, intelecto, inteligencia) es una diferencia en la terminología. Cuando el Apóstol Pablo dice “oraré con el espíritu” (1ªCor. 14,15), comprende esto que dicen los Padres “oraré con el nus” y cuando dice “oraré con el nus” (1ªCor. 14,15), se refiere a la diania (mente, intelecto o cerebro). El nombre “nus” de los Padres no es el nus del Apóstol Pablo, sino su espíritu (el humano no el divino). Cuando dice “oraré con el nus y el espíritu, o psalmodiaré con el nus y el espíritu” (1ªCor. 14,15), y cuando dice “el Espíritu de Dios co-testifica nuestro espíritu” (Rom 8,16), con la palabra espíritu se refiere a esto que los Padres llaman nus y con la palabra nus da a entender la diania, la lógica de la mente.
En su expresión “el Espíritu de Dios co-testifica a nuestro espíritu” (Rom 8,16), habla para dos espíritus: Para el Espíritu de Dios y el espíritu humano. Este espíritu humano, por una extraña evolución en la época de San Macario el Egipcio pasó a llamarse nus y sólo los nombres logos y diania quedaron y se refieren a la lógica del hombre. Así se identificó el “νοῦς nus” con “πνεῦμα pnevma, espíritu” o sea el corazón de la psique o espiritual (como esencia). Porque el sitio del espíritu del hombre está en el corazón según San Pablo3. (Corazón no el físico sino el centro psicosomático de su existencia, donde llega la respiración).
- Que significa que el Espíritu de Dios habla en nuestro espíritu, el Dios habla en nuestro corazón con la Jaris gracia la energía increada del Espíritu Santo, (Filocalía tomo 4º pág.-281). San Gregorio Palamás, en el segundo logos sobre los Santos Hisijastas, cita que el “corazón” es el órgano soberano hegemónico de toda nuestra existencia; allí está el nus y todos los loyismí de la psique. Aquí San Gregorio con el término corazón no se refiere al corazón físico sino el profundo corazón (psico-espiritual), mientras que con el término nus no da a entender la diania (mente, intelecto), sino la noerá energía del corazón, la que emana de la esencia del nus o sea del corazón. Los términos corazón y nus como sustancia se identifican. Por eso añade San Gregorio: El nus es lo más interior, el cuerpo profundísimo de nuestro cuerpo, o sea el corazón. Con estos se identifica también el término espíritu, el humano. (Filocalía t.4ºpág. 282.)
Así la adoración, el culto con la lógica se hace según san Pablo con el nus (o sea, con la diania, mente, lógica), mientras que la oración noerá del corazón, se hace con el espíritu humano, que es oración espiritual o noerá , es decir, la oración del corazón.4 Nos dice Ierotheo Vlajos en su libro “Πρόσωπο pósopo persona, rostro en la Tradición Ortodoxa, pág, 24: «El hombre tiene dos centros gnósticos o de conocimiento. Uno es el nus que es el órgano, instrumento adecuado para recibir la apocalipsis-revelación de Dios, la que a continuación se formula con la lógica, y el otro centro es la lógica (razón), el logos que conoce el mundo sensible, visible que nos rodea».
Así esto que dice el Apóstol Pablo: “pero en la Iglesia quiero hablar cinco palabras con mi nus para instruir a otros y no miles de palabras con la lengua” (1ª Cor. 14,19), significa que prefería decirles cinco logos para catequizar a los demás, en vez de orar noeramente-espiritualmente con el nus. Esto que dice el Apóstol Pablo se interpreta por algunos monjes de que el Apóstol habló para la oración de Jesús, es decir, “Kirie Jesús Cristo eleisón me” que es constituida de cinco palabras. Pero aquí el Apóstol Pablo habla sobre logos con los que estaba catequizando a los demás. (Ver Filocalía) Porque ¿cómo se puede hacer catequesis con oración noerá , si la oración noerá del hombre es interior y los demás alrededor de él no oyen nada? Pero la catequesis se hace con culto, enseñanza y adoración lógica. Enseñamos y hablamos mediante la lógica o el logos que es la comunicación habitual entre los hombres. (Ver Filocalía)
Pero comunicación entre sí, tienen también los que tienen la noerá oración dentro en su corazón. Es decir, que pueden sentarse juntos y comunicarse con el otro de forma noerá (espiritualmente) sin que hablen, o sea, que entre ellos hay comunicación y comunión espiritual. Esto naturalmente sucede en ellos incluso estando lejos el uno con el otro. Y estos también tienen el χάρισμα (járisma) carisma, don, de perspicacia (clarividencia y premonición). Con el carisma de perspicacia buscan y rastrean las huellas de los pecados de cada hombre, mientras tanto que con sus pensamientos, me refiero al de prever, ven y hablan de cosas, acontecimientos y hechos futuros. Realmente existen este tipo de hombres carismáticos y si los visitáis y os confesáis con ellos, saben todo lo que habéis hecho en vuestra vida antes que abráis vuestra boca para contárselo.
Léete también en nuestra Wep: “El uso de la noerá energía y de la energía lógica del hombre”, según San Gregorio Palamás https://www.logosortodoxo.com/san-gregorio-palamas/el-uso-de-la-noera-energia-y-de-la-energia-logica-del-hombre-segun-san-gregorio-palamas/
¿Quién es el “psicópata”, según los Padres de la Iglesia.
Toda persona es un psicópata, según el concepto y sentido Patrístico de la palabra. No es necesario que uno sea esquizofrénico para ser psicópata. El término “ψυχοπάθεια psijopacia”, psicopatía desde el punto de vista Patrístico, es que esta enfermedad está en aquel hombre que en su interior no funciona correctamente la energía noerá , de su nus. Es decir, del hombre que está lleno de loyismí (pensamientos simples o compuestos con la fantasía, ideas, o reflexiones), no sólo malos, sino “buenos” también.
Ver también “La religión es una enfermedad y la Ortodoxia su terapia y sanación” traducido en español por nosotros. https://www.logosortodoxo.com/la-religion-es-una-enfermedad/
Aquel que tiene loyismí, buenos o malos dentro de su corazón es considerado desde el punto de vista Patrístico como un psicópata. Aunque estos loyismí sean éticos, morales, los más éticos, o no éticos, inmorales o cualquier otra cosa. Es decir, según los Padres de la Iglesia, aquél que no ha pasado por la catarsis (limpieza, purgación y sanación) de la psique de los pazos y no ha llegado al estado de la iluminación por la Jaris (gracia, energía increada) del Espíritu Santo, es un psicópata. Pero no en el sentido de la Psiquiatría mundana. El psicópata para el psiquiatra es otra cosa. Es aquel que padece de psicosis, es el esquizofrénico. Pero para la Ortodoxia uno que no ha pasado por la catarsis de su psique de los pazos y no ha llegado a la iluminación ¿es normal o no es normal? Este es el caso.
¿Quién es el Cristiano Ortodoxo normal en la tradición Patrística? Si querréis verlo esto claramente, leed el oficio del Santo Bautismo y de la Santa Mirra o Unción que se celebra en el Patriarcado de Konstantinópolis (Constantinopla) el Jueves Santo; leed el oficio de la inauguración de los santos Templos. Allí veréis que significa naós (templo) del Espíritu Santo, allí veréis quién es el iluminado.
Todos los oficios o misas como también la tradición ascética de la Iglesia, se refieren principalmente en los tres estados espirituales: a) la catarsis de los pazos de la psique y del cuerpo, b) la iluminación del nus del hombre por la Jaris-gracia la increada energía del Espíritu Santo y c) la zéosis o glorificación de la psique y del cuerpo del hombre. Pero principalmente hablan de la catarsis y de la iluminación, porque los oficios de la Iglesia son expresiones del culto lógico. ¿Entonces el Ortodoxo normal quién es? ¿El bautizado y no “catartizado”, sanado ni iluminado o el catartizado, sanado e iluminado? Naturalmente el último, este es el Ortodoxo normal.
¿Entonces en qué se distinguen los ortodoxos normales de los otros ortodoxos? ¿En el dogma? Claro que no. Tomemos a los Ortodoxos en general. Entre ellos tienen el mismo dogma, la misma tradición y el mismo culto común. Dentro de un templo sagrado puede que estén, por ejemplo, trescientos Ortodoxos. De ellos sólo cinco puede que estén en estado de iluminación, los otros puede que no estén. Sin embargo los otros, puede que no tengan ni idea de lo que es la catarsis.
Entonces se hace la pregunta: ¿Los Cristianos Ortodoxos normales, entre ellos, cuántos son?
Desgraciadamente sólo son los cinco.
Pero la catarsis y la iluminación son estados concretos de terapia, que se pueden averiguar y verificar por Yérontas, padres experimentados e iluminados, guías espirituales. Entonces aquí tenemos criterios claros y ciertos que son terapéuticos, medicinales; acaso ¿no son criterios claramente medicinales? Si el nus es un órgano fisiológico de cada hombre, porque no sólo los Helenos o los Ortodoxos tienen nus, sino también los Musulmanes, Budistas y todo el mundo; entonces todo el mundo tiene la misma necesidad de catarsis (sanación) e iluminación. La terapia instructiva es una. ¿Existen muchas terapias instructivas para esta enfermedad, y es realmente enfermedad o no?
Sobre la divergencia, caída y depravación del Cristianismo Occidental de la conducta ética Ortodoxa.
Sin embargo, en estos temas los Ortodoxos actuales tienen dificultad de contestar, porque actualmente se han alejado de ésta tradición, ya no piensan en los contextos de enfermedad, sanación y terapia. No consideran la Ortodoxia como una “instrucción terapéutica, sanadora”, aunque todas las bendiciones y oraciones de la Iglesia son muy claras sobre este tema. En efecto, ¿quién es el Cristo para los Cristianos Ortodoxos? ¿No se nombra repetidamente dentro de las bendiciones, las oraciones y los troparios de la Iglesia, como “el médico de nuestras psiques y cuerpos?
¡Si buscáis en la tradición Papista o la Protestante, éste título para el Cristo, como médico, no existe en ninguna parte! El Cristo, sólo en la tradición Ortodoxa se le llama “médico” (también en la Divina Liturgia!
¿Pero, por qué esta tradición ha desaparecido de los papistas y los protestantes y cuando les hablamos de instrucción terapéutica se extrañan?
Porque en la teología de ellos ha desaparecido la necesidad de catarsis (sanación) e iluminación, la necesidad de cambio interior metania. ¡Para ellos, aquel que cambia no es el hombre, sino el Dios! El hombre para ellos no cambia, la única cosa que hace el hombre es que se convierte en chico bueno. Y cuando el hombre, de mal chico que era, se hace chico bueno, entonces el Dios le ama. ¡De otra manera el Dios le detesta! ¡Si se mantiene como chico malo, entonces el Dios no le ama! ¡Es decir, si el hombre se convierte en chico bueno, entonces también Dios cambia y se convierte bueno; entonces allí cuando donde no le amaba, ahora le ama! Cuando el hombre se hace chico malo, el Dios se enfada y cuando se hace chico bueno, el Dios se alegra! Desgraciadamente esto ocurre y se hace en Europa.
Pero lo malo es que no sólo en Europa se hace esto, sino también por algunos aquí en Helas-Grecia; muchos dentro de la Iglesia están dominados de este espíritu. (¿Esto pasa también en los Ortodoxos de España?). ¡Ha llegado a degradarse la Ortodoxia como una religión donde el Dios cambia de disposición, humor y animo! Cuando el hombre es bueno el Dios le ama, cuando es malo el Dios no le ama9. ¡Es decir, el Dios castiga y da premio, recompensa. Entonces la esencia de la Ortodoxia hoy en día, (1983) en una parte de helenos-griegos y en otros países, es una eticología o moralismo. ¡Esto es lo que enseñaban a los niños, las organizaciones para-eclesiásticas en sus catequesis, que tienen prototipos, modelos occidentales que corroían han el espíritu Ortodoxo!… Si uno quiere saber el cómo ha llegado esto que lea la historia sobre todo de Adamantios Koraís, después de la revolución del 1821.Todo esto ocurrió por agentes y gobernantes (masones) locales en combinación con poderes extranjeros contra la persecución del Hisijasmo y del Monacato tradicional, que es la única terapia “psicoterapia” correcta de la psique del hombre…
Pero comencemos por otra parte.
Supongamos un investigador científico que no tiene relación con las religiones, un ateo si queréis, que investiga sobre tradiciones religiosas y llegando a la Tradición Ortodoxa, escarba, descubre y describe estas cosas. Entonces dice: mira que pasa aquí. Esta tradición habla para la psique, para la energía del nus de la psique y para instrucción y tratamiento terapéutico concreto. Después este hombre investigando llega a reconocer que, si esta instrucción terapéutica o psicoterapéutica se aplica en las comunidades de los hombres, tendrá resultados muy beneficiosos para la salud personal, pública y social. Después continuando la búsqueda, comprueba desde cuándo apareció esta tradición, cuáles son sus fuentes, cuántos siglos acertadamente fue aplicada en la praxis (en acción y hecho), dónde se aplicó y continuando encuentra porque no existe hoy en la mayoría de los Ortodoxos esta tradición, y por qué la Ortodoxia sufrió alteración. Y el investigador continúa y encuentra que esto ha ocurrido, porque fue perseguido el Hisijasmo y el monacato tradicional, que es el portador y transmisor de esta tradición. (No sólo se ha perseguido el Hisijasmo, sino que la mayor parte del mundo no sabe que existe, ni que quiere decir).
¿Pero, por qué fue perseguido?
Porque los lugares que florecía y prosperaba, empezaron a occidentalizarse culturalmente, tal y como ocurrió en Rusia con la reforma de “Pedro el grande” y una parte también en Helas-Grecia después de la revolución de 1821. El contemporáneo historiador Toynbee dice que la cultura Ortodoxa hoy se asimila y se absorbe poco a poco por la cultura occidental. (10. La palabra occidental no se entiende geográficamente sino culturalmente y religiosamente que significa la tradición occidental, papista, protestante y cultural). Ha escrito un libro entero, donde distingue las civilizaciones existentes actualmente solo en cinco, de las veinticinco que había al pasado.
Estas cinco civilizaciones y culturas son: a) la cultura y civilización Hindú, b) la cultura y civilización de Extremo Oriente (China, Japón), c) cultura y civilización Europea, d) la cultura y civilización Ortodoxa y e) la cultura y civilización primitiva que hoy en día existe aún en regiones de Australia y África. Toybee tiene la teoría que todas las culturas actualmente se están occidentalizando.
En el pasado esta occidentalización, se intentó hacer por los Occidentales, mediante la misión y envío de misionarios religiosos occidentales. Los europeos en el pasado mandaron, y aún hoy en día también mandan ejércitos de misioneros para que conviertan no sólo los demás países cristianos sino para occidentalizarlos también. Por eso existen también en Helas-Grecia todos estos heréticos y todavía actúan. Pero esta misión, dice Toybee, fracasó en los países idólatras de África y en cualquier otra parte, porque los sacros misioneros separaban entre ellos los hombres. Por ejemplo, en una familia de idólatras ocurría que uno se hiciera Luterano, el hermano Anglicano, el otro bautista, el primo metodista, la prima pentecostal, la suegra Evangelista etc., entonces, no sólo rompieron sus países en pequeños trozos de parte religiosa, sino las mismas familias. Se demostró que este tipo de misión sacra tuvo un gran fracaso en la occidentalización de los hombres del tercer mundo.
Τoynbee, pues, en el año 1948 propuso una nueva solución. Esta occidentalización se debe hacer mediante la tecnología y la economía.
Apuntes
- «… La agapi (amor desinteresado, altruista) hacia los enemigos constituye el criterio infalible de la verdad y la universalidad de la Iglesia. En la enseñanza de san Siluán y del Yérontas Sofronio, los hombres no se distinguen en amigos y enemigos o buenos y malos, sino en conocedores y no conocedores de Dios. Allí donde se reconocen enemigos, significa que se ha desechado parte del cuerpo de la humanidad y se falsifica la universalidad. La aplicación y el cumplimiento del mandamiento de la agapi hacia los enemigos, significa que el hombre abarca y abraza todos los hombres y se convierte en καθόλικος kazolikós universal. Y a nivel eclesiástico la agapi hacia los enemigos constituye el criterio que confirma la universalidad. Verdadera Iglesia es aquella que mantiene viva la agapi hacia los enemigos (Pag 350). Esta afirmación es trascendental y muy oportuna en nuestra época». (G. Mantzaridis comentario sobre el libro de Zacarias Zacaru con el título: Teología del Yérontas Sofronio, editado por santo Monasterio ortodoxo de san Juan Bautista, Essex Inglaterra, 2000).
Que es la Ortodoxia
Sin embargo dentro de esta evolución, a la vez también hay el contraataque de los Ortodoxos, de la civilización y la cultura Ortodoxa. ¿Pero qué es la cultura o civilización Ortodoxa? ¿Es civilización en el sentido de la cultura Occidental? No. No es cultura la Ortodoxia, aunque Toybee la llame cultura. ¿Por qué? Porque la Ortodoxia es ciencia y sobre todo ciencia médica, de acuerdo con los criterios actuales. No es cultura. La Ortodoxia no es un sistema político o social. Porque se refiere a la sanación y la salvación personal del hombre, es decir, la sanación y salvación de su psique. La Ortodoxia se basa en estos dos logos: “el Logos se hizo sarx (cuerpo o carne)” (Jn 1,4) y “en el Hades no hay metania (conversión, confesión, introspección y arrepentimiento).
Por supuesto que dentro de la Ortodoxia existen las condiciones para crear una civilización con su propia cultura. Sin embargo no es cultura, tampoco es una religión como todas las demás religiones; la Ortodoxia se destaca y difiere de las otras religiones por un único elemento que no existe en las otras; este elemento es antropológico y terapéutico; la Ortodoxia es una instrucción curativa que sana la personalidad humana, es terapia ”psicoterapia”.
El médico correcto y justo se preocupa para la terapia de todos los enfermos sin discriminación ni distinciones. No separa a un lado algunas personas para curarlas, terapiarlas y sanarlas. No le interesan sus status sociales, sus niveles de estudios, sus situaciones económicas, sus religiones o sus comportamientos éticos. El médico correcto ve sólo un ser humano y se acerca a él, sea enfermo o no; y si está enfermo, se interesa e intenta terapiar, sanar y curar al hombre del mal, lesión o dolencia. Está obligado a curarlo. En la tradición Ortodoxa es algo más que esto y exactamente en esto está basado nuestro “contraataque”.
Dios no ama sólo a los Santos, sino a todos los hombres sin excepción alguna; todos los pecadores, todos los infernados o demonizados, aún al mismo diablo. Quiere tratar, terapiar, curar y salvar a todos. Quiere, pero no puede curar a todos porque ellos no quieren. Esto, el que Dios es agapi (amor, energía increada) y quiere curar a todos y ama a todos igual, se comprobó y se comprueba por la experiencia de los hombres que consiguieron la zéosis, es decir la glorificación, los que vieron a Dios, comunión, unión y visión de la luz increada de Dios, mediante la energía increada Jaris-gracia
El Dios no puede curar a todos porque no quiere forzar y violar la voluntad del hombre. Le respeta y le ama. Pero no puede curar a uno por la fuerza. Sana sólo a los que quieren curarse y los que se lo piden. Normalmente una persona que tiene una enfermedad física o psíquica va por su voluntad al médico para curarse y no por la fuerza, si aún mantiene su cordura. Lo mismo es la instrucción terapéutica Ortodoxa. Uno sólo por su cuenta, sin presión, ni coacción, libremente debe presentarse en la Iglesia, en las personas adecuadas que tienen la iluminación, la experiencia y posean el método curativo, terapéutico “psicoterapéutico” de la tradición Ortodoxa, y en aquellos debe hacer obediencia para encontrar su terapia, sanación y curación.
¿Ahora bien, cuál es el aspecto social del tema?
Tenemos el ser humano, a cualquier hombre que vive dentro de una sociedad y tiene que actuar como monada o unidad social saludable. La terapia que antes hemos mencionado de la energía del nus de la psique, esta misma terapia cuando se acaba, crea automáticamente un hombre social; es decir, un hombre psíquicamente saludable que está preparado para actuar socialmente en todos los sectores. Entonces aquel que está curado, automáticamente es ordenado silenciosamente médico para los demás, los no sanados. Porque la ciencia médica que se llama Ortodoxia difiere de las demás ciencias en que: aquel que se ha sanado se convierte automáticamente en terapeuta, sanador. La misma aplicación de la instrucción que ha realizado para sí mismo, se convierte el medio de terapia de los demás. Por esto no se entiende un hombre curado que no tenga hijos espirituales; es decir, tener otras personas bajo la dependencia espiritual de él, a las que instruye y conduce a la terapia y sanación.
En la antigua Iglesia no existía terapeuta concreto oficial o específico, porque cada cristiano era terapeuta. Esta era la misión de la antigua Iglesia. La misión de la Antigua Iglesia no era como es hoy en día en la Iglesia Ortodoxa (1983), que algunas veces consiste en anunciar de nuestros bellos dogmas o nuestra tradición de veneración y culto, como si fuera una mercancía en venta…
Por ejemplo, decimos: ¡mirad chicos, nosotros tenemos los más bellos dogmas, la más bella alabanza, veneración y culto, la más hermosa psalmodía, los más bellos hábitos, mirad qué bonito es el bolso del Obispo, etc., e intentamos deslumbrarlos con los bastones, con nuestras sotanas y estolas, para hacer misión. Por supuesto que tiene un significado y algún éxito la misión que se hace de esta manera, pero no es la auténtica misión como aquella de la antigua Iglesia.
La misión actual consiste principalmente en lo siguiente: ilustramos e iluminamos a hombres que son supersticiosos y los hacemos Cristianos Ortodoxos, sin intentar “psicoterapiarlos”, sanarlos y curarlos. Así intercambiamos o sustituimos su dogma anterior con uno nuevo. Intercambiamos su superstición por otra superstición. Cuando la Ortodoxia es ofrecida y presentada así, ¿en qué se diferencia de la superstición? ¿Cuando la Ortodoxia se presenta y se ofrece así como un Cristianismo que no “psicoterapia”, no sana, ni cura, a pesar de que su principal misión es la terapia, entonces en qué se diferencia de la superstición?
Hay cristianos en Occidente que ellos también tienen dogmas y aceptan algunos Sínodos; es decir, los heréticos, que con sus dogmas aparentemente no se ve tan grande la diferencia en relación con los dogmas Ortodoxos. La diferencia no es caótica, como entre Cristianos e idolatras. ¿Entonces, si los dogmas Ortodoxos no tienen una sorprendente aparentemente diferencia con los dogmas de los heterodoxos cristianos y si la enseñanza dogmática que se enseña hoy en día en Helas-Grecia es independiente sin tener relación con la instrucción terapéutica de la tradición Ortodoxa, desde este punto de vista, ¿en qué se diferencia la tradición Ortodoxa de la tradición de los heterodoxos? ¿Por qué alguien que no es Ortodoxo tiene que creer en la Ortodoxia y no en otro dogma Cristiano, puesto que los dos no son ofrecidas como instrucciones y caminos hacia la terapia “psicoterapia” sanación, sino como superstición?
Hoy en día se habla de cambiar la νοοτροπία nootropía mentalidad (las formas de pensar y actuar) del hombre, de cambio del dogma, de cambio de modo de contemplar y considerar la vida, y esto lo consideramos metania. Es decir, hoy la metania se identifica sólo con la aceptación de Cristo. O sea, aceptamos a Cristo y cómo lo aceptamos, vamos a la Iglesia, encendemos alguna vela, nos convertimos en buenos chicos; y si somos niños o jóvenes vamos a la catequesis o si somos mayores vamos en alguna asamblea o reunión, y se supone que vivimos la metania, o sea, que estamos “metanoizados” convertidos y arrepentidos. O si hicimos algo malo en nuestra vida, arrepintiéndonos pedimos perdón por lo que hicimos, y esto lo llamamos metania. Pero esto no es metania. Esto es simplemente arrepentimiento, que es el principio de la metania. No se hace la catarsis purgación, limpieza y sanación de los pazos a la psique del hombre con un simple arrepentimiento. Para que sea sanada y purificada la psique del hombre de los pazos tiene prioridad el temor a Dios y la metania que continúa durante el estadio de la catarsis y se completa con la iluminación, es decir, la iluminación del nus del hombre por la Jaris, la energía increada del Espíritu Santo.
Por tanto, si los Ortodoxos no se ocupan de esta instrucción terapéutica, ¿en qué se diferencian de los no Ortodoxos? ¿En el dogma? Y para que les sirve el dogma Ortodoxo, cuando no lo usan para “psicoterapiar”, sanar y curar sus psiques. El dogma así no les beneficia en nada.
Cuál la condición de la reconciliación con Dios.
La condición y estado de reconciliación con Dios, el que uno le convierte a ser amigo de Dios, ¿cuál es desde el punto de vista Ortodoxo? Observad los oficios de la Iglesia. El Bautismo se identifica con la catarsis (sanación). Antes preceden los exorcismos, que es la liberación del hombre de los efectos, influencias y derechos de los malos astutos y malignos espíritus en él. Durante el Bautismo la triple inmersión y emersión al agua, es concedida la absolución de los pecados y son eliminadas las energías del diablo que están al interior del hombre. Después sigue el Crisma o Unción que es la Iluminación; es un estado de iluminación del hombre por la Jaris (Gracia) increada, es decir, la energía increada del Espíritu Santo. (…después de la parcial iluminación por el Crisma el nuevo-iluminado camina hacia el Pentecostés, la completa, total iluminación del Espíritu Santo, el infinito e interminable perfeccionamiento).
En los antiguos Cristianos los nuevo-ilumiados12, una vez bautizados el Santo Sábado y haber recibido la Jaris-gracia increada del Bautismo y con la santa Crismación que seguía, completaban la iluminación inicial, la que se esperaba recibir durante el día del Pentecostés, es decir, cincuenta días después del Bautismo de ellos.
- Es decir, aquellos que habían recibido la nueva iluminación, en la cual desde no iluminados se convertían en parcialmente iluminados, es decir, iluminados parcialmente de la Jaris, proceso que comenzaba antes del Bautismo, durante la catequesis de ellos, pasaba por el Bautismo y se completaba, de una manera, con el oficio de la Crismación.
¿Pero qué es la completa, plena iluminación del hombre? Es la visita del Espíritu Santo en el nus, o sea, en el corazón del hombre. Es decir, tal y como en el Pentecostés con la bajada del Espíritu Santo se hizo la completa iluminación de los Apóstoles, lo mismo quiere la Iglesia que se repita en algún momento del camino espiritual en cada uno de sus miembros creyentes. Por lo tanto, todo el proceso de la catequesis de los nuevo-iluminados en la antigua Iglesia terminaba con el Pentecostés personal, es decir, con la visita del Espíritu Santo, el cual viene y habita dentro al corazón del hombre y ora a favor de éste. Naturalmente esta plena iluminación no sucedía a todos los hombres en tiempo tan corto, porque no todos tenían las mismas condiciones y requisitos.
Por supuesto que durante el día del Pentecostés, los Apóstoles no adquirieron sólo una completa iluminación, sino que llegaron a la zéosis o glorificación. Por lo tanto, si el Pentecostés es el prototipo, modelo del perfeccionamiento espiritual del hombre, entonces el destino y finalidad de cada Cristiano es la zéosis. Ver a Dios, al Creador, es decir, a Cristo en doxa-gloria luz increada. Esto sucedió a todos los Santos de la Iglesia. Por eso en la fiesta del Pentecostés inmediatamente el Domingo siguiente festejamos la memoria en general de Todos los Santos de la Iglesia deificados o glorificados, los que han alcanzado la zéosis, a quienes estamos llamados a imitar. Esta es la columna vertebral de la estructura catequética de la Iglesia.
Sobre el significado del dogma.
Los Padres recalcan que la sotiría redención, sanación y salvación no viene con el dogma Ortodoxo por sí solo. No es el dogma el que sana y salva al hombre. El dogma simplemente abre el camino del hombre para llegar a la catarsis y a la iluminación. Pero sin el dogma Ortodoxo uno no llega a la catarsis y a la iluminación. Sin la ορθή (orzí) correcta conciencia dogmática, sin la praxis Ortodoxa y sin la vida litúrgica Ortodoxa, uno no llega a la catarsis y a la iluminación. El dogma y la vida litúrgica no son los medios para llegar a la catarsis de la psique y a la iluminación, pero son condiciones y requisitos imprescindibles, son los cimientos necesarios para que uno sea conducido a la catarsis y a la iluminación. Es decir, el dogma no es un medio automático que nos conduce por sí solo a estos estados y estadios espirituales.
Sobre la caída de Adam.
Los Padres dicen que durante la caída el nus hombre se obscureció, entenebreció. Se oscureció el nus de Adam; no se ocupan los Padres de él como Adam, sino con el nus de Adam; el cual Adam enfermó debido a que se obscureció su nus. Los Padres hablan del nus incongruente e imprudente. En todas partes de la escritura Patrística el tema de la caída de Adam es el obscurecimiento (ofuscación, cerrojo) del nus del ser humano.
¿Pero cómo sabemos nosotros que el hombre cayó? ¿Por la descripción histórica de la caída que se refiere la Santa Escritura? ¿Además qué significa caída y Paraíso? ¿Qué era el Paraíso?
Hay dos tradiciones Patrísticas sobre este tema, que las resume y nos las da San Juan el Damasceno, sin que el mismo se posicione en alguna de las dos tesis sobre éste tema.
Una tradición nos dice que en el Paraíso, el nus de Adam estaba iluminado y la otra tradición dice que el nus del Adam estaba en visión, contemplación de la luz (increada) y unión con Dios, o sea, en estado de continua zéosis o glorificación. Y que esto era el Paraíso, es decir, estar viendo, contemplando la doxa (gloria, luz increada) de Dios. La tradición Alejandrina, como también la de Kapadocia (San Basilio el Magno), dicen que con el nus estaba en visiones, contemplaciones divinas. La tradición de Antioquia dice que el nus estaba simplemente iluminado (San Juan Crisóstomo).
Los Padres conocen por sus experiencias en qué consiste esta iluminación del nus y está depositado en la Tradición de que la iluminación del hombre es la residencia del Espíritu Santo en el interior, al corazón del hombre; entonces el hombre se convierte en tempo del Espíritu Santo; por lo tanto, entonces el mismo Espíritu Santo de Dios opera en el nus del hombre y le ilumina. Y así este hombre está iluminado. Así de esta forma estaba el nus de Adam, dice la tradición de la Antioquía.
Si el nus del Adam, antes de la caída estaba iluminado o en continua visión, expectación divina o continua zéosis, san Juan el Damasceno, en esto no se posiciona en ninguna tesis. ¿Por qué? Porque aquello que le interesaba a este Padre de la Iglesia, era dar las dos explicaciones: cómo estaba el nus y cómo se obscureció.
¿Pero nosotros cómo sabemos que el nus del Adam se obscureció?
Simplemente porque notamos, sentimos y conocemos en nosotros mismos, en las profundidades de nuestro ser, que tenemos el nus obscurecido y este nus obscurecido necesita terapia, sanación. Sin embargo, la terapia consiste en la catarsis, la iluminación y la zéosis, es decir, tiene tres fases. La zéosis es la completa, plena terapia, sanación y curación.
¿Pero qué significa nus oscurecido o entenebrecido?
Significa que la noerá energía (espiritual intuitiva humana) del corazón (del nus) del hombre no energiza, no opera, no funciona correctamente. La noerá energía empieza a energizar, operar correctamente, sólo cuando el hombre haya superado la catarsis (sanación, purgación) y llega a la iluminación. Después de la caída el nus está oscurecido. ¿Por qué? Porque está lleno de loyismí (pensamientos simples o compuestos con la fantasía, ideas, reflexiones) y se ha obscurecido por ellos. ¿Cuándo ocurre esto, cuándo se obscurece y se ofusca el nus por los loyismí? Esto sucede cuando los loyismí de la diania (que es el cerebro, mente, intelecto) descienden al corazón y se convierten en loyismí del nus. Cuando se ha hecho la confusión de los loyismí entre la lógica (la diania, mente, cerebro) y el nus (corazón); es decir, existen loyismí en el nus que no deberían estar allí, porque pertenecen a la lógica (mente, intelecto). El nus debe de estar totalmente vacío de loyismí, de manera que pueda venir el Espíritu Santo a habitar y permanecer en el interior del hombre.
Cuál es la esencia de nuestra Tradición Ortodoxa.
Ahora, el tema es cuál es la esencia de la tradición Ortodoxa. La tradición Ortodoxa ofrece el método de terapia “psicoterapia”, cómo sanar el nus, es decir, cómo “psicoterapiar” sanar su ψυχή (psijí) psique, alma. Esta terapia tiene tres fases, tal y como dijimos: catarsis, iluminación y zéosis o glorificación. La zéosis, o sea, la contemplación y unión con Dios es la plena terapia o sanación. Este método e instrucción terapéutica que se ofrece por la Παράδοσις (Parádosis con mayúscula quiere decir “entrega o tradición divina” del verbo παραδίνω paradino entrego) de generación en generación, que sus portadores son hombres quienes han llegado a la iluminación y a la zéosis y se hicieron terapeutas, sanadores de otros. Es decir, no es una simple transferencia de conocimientos de libros, sino una transferencia y sucesión de experiencia, experiencia de iluminación y zéosis.
Pero se observa en el Antiguo Testamento que el estado de iluminación y zéosis lo tenían solamente los Patriarcas y los Profetas de los Israelitas. Esto es un fenómeno histórico. Antes de los Profetas tenemos los Patriarcas. Antes de Moisés tenemos a Abraham. Pero leemos en el Antiguo Testamento que existe conciencia del estado de iluminación y zéosis. El mismo Abraham era visionario de Dios o de la divina luz increada, o sea, alcanzó la zéosis, esto se ve claramente. Por otro lado, de la época antes de Abraham tenemos elementos de la Tradición Hebrea que existía la iluminación y la zéosis en los progenitores de Abraham, por ejemplo Noé. Es decir, ésta tradición de iluminación y zéosis es transmitida y transferida, no aparece así de la nada. No aparece así de repente en el siglo 11º o 12º antes de Cristo.
Existe el Nuevo Testamento y el Antiguo. En el Nuevo Testamento es más fácil la verificación, porque es delimitado el tiempo de su duración. Pero el Antiguo Testamento contiene 1500 años de historia. Ahora bien, dentro de este período tenemos una columna vertebral, que es la tradición de iluminación y zéosis que es transmitida de Profeta a Profeta, y a la vez es también la esencia de la tradición Ortodoxa: La transmisión y transferencia de la experiencia de iluminación y zéosis es de generación en generación. Esta está extendida en el Antiguo Testamento crónicamente desde Abraham hasta San Juan el Bautista. Esta es la tradición Profética, la tradición de los Patriarcas y de los Profetas.
Pero antes de éste período tenemos el primer período que se extiende desde Adam, mediante Noé, hasta Abraham. Hoy se han acreditado arqueológicamente dichos acontecimientos históricos del Antiguo Testamento, por lo menos hasta la época de Moisés. Y hoy en día no hay nadie que pueda dudar el Antiguo Testamento como texto de un valor histórico muy grande. Pero también antes de Moisés hasta los tiempos de Abraham los arqueólogos han encontrado elementos que verifican las referencias en el Antiguo Testamento sobre la persona de Abraham.
Por tanto, vemos que la esencia de la tradición Ortodoxa no es el libro de la Santa Escritura, sino la transferencia de esta misma experiencia, la de iluminación y zéosis sucesivamente desde Adam hasta nuestros días.
La Ortodoxia no es una religión.
En muchos predomina la percepción de que la Ortodoxia es una de las muchas religiones que existen, y que Su principal objetivo es la preparación de los miembros de la Iglesia para la vida después de la muerte, o sea, asegurarse un lugar en el Paraíso para cada Cristiano Ortodoxo. Así se considera que el dogma Ortodoxo es un aseguramiento, salvaguarda más porque es Ortodoxo, y que, si uno no cree en el dogma Ortodoxo, eso es un motivo más para que este hombre vaya al infierno, además de los posibles pecados personales que eventualmente le mandarían allí.
Aquellos de los Cristianos Ortodoxos que creen que esta cosa es la Ortodoxia, estos la han comparado exclusivamente con la vida futura. ¡Estos no hacen muchas cosas en esta vida, sino que esperan a morir para ir al Paraíso, porque cuando vivían eran Ortodoxos Cristianos!
Otra corriente de Ortodoxos que se mueve en el espacio de la Iglesia, son los no interesados para la otra vida, sino principalmente por la vida de aquí; es decir, cómo les ayudará la Ortodoxia a pasarlo bien aquí en esta vida. Este tipo de Ortodoxos Cristianos oran a Dios, solicitan a los curas que pidan por ellos, (oraciones, santificaciones, bendiciones etc.), para que el Dios les ayude a pasarlo bien en ésta vida, para que no estén enfermos, para que sus hijos sean bien establecidos socialmente, para que tengan una buena dote, para que sus chicos encuentren y se casen con una buena chica y sus hijas con un buen chico, que tengan un buen trabajo, que les vayan bien los negocios y ganen en la bolsa o en su industria etc. El resultado es que vemos que estos cristianos no se diferencian mucho de los creyentes de las demás religiones, que aquellos hacen más o menos las mismas cosas. (El logos o discurso del Padre Ioanis Romanidis a veces es candente tal como nos hemos referido en principio, al prólogo).
Es decir, por lo explicado anteriormente, la Ortodoxia tiene éstas dos cosas o características comunes con las demás religiones. En primer lugar, preparar los creyentes de modo que después de la muerte vayan al Paraíso, como cada uno lo imagina; en segundo lugar, que sean preparados como cristianos, para asegurarse que en ésta vida no pasen aflicciones, tristezas, enfermedades, guerras, desastres etc., es decir, que el Dios arregle todo esto según las necesidades y deseos de ellos. Así para estos los segundos, la religión juega un papel muy importante en esta vida y sobre todo en sus vidas diaria.
¿Pero en el fondo quién de los Cristianos, antes mencionados, se interesa si existe o no Dios? ¿Quien le busca? Para ellos la cuestión no es si existe o no Dios, puesto que lo mejor sería que existiera, para así poder implorarle y pedirle que satisfaga nuestras necesidades, de manera que vayan bien nuestros trabajos y tengamos éxisto, felicidad y bienestar en esta vida.
Así vemos que el hombre tiene una fuerte tendencia en querer creer que existe Dios, porque es una necesidad para el hombre que exista Dios, para asegurar lo que antes hemos dicho. Entonces, ya que para el hombre es una necesidad que exista Dios, ¡entonces Dios existe!
Si el hombre no tuviese la necesidad de un Dios y pudiera asegurarse independientemente por su cuenta las cosas cotidianas de la vida de una manera distinta, entonces no sabe uno cuántos hombres creerían en Dios; esto se ve bastante también aquí en Helas-Grecia.
Así vemos muchos hombres que mientras antes eran indiferentes por la religión, al final de sus vidas se convierten en religiosos, quizás después de un acontecimiento que les asustó y les dio miedo y temor. Porque ya no pueden vivir sin pretender que les ayude algún Dios, es decir, prevención por superstición. Por estas razones, la naturaleza del hombre le ayuda a hacerse religioso. Eso no es válido sólo para los cristianos ortodoxos, sino para todas las religiones. En todas partes la naturaleza del hombre es la misma. Así que el hombre después de su caída –obscurecido, obtuso por su naturaleza o más bien de una forma antinatural- está propenso a fluir hacia la superstición.
Ahora la pregunta es la siguiente: ¿Dónde se detiene la superstición y dónde empieza la verdadera Fe? En éstos temas la posición de los Padres y sus enseñanzas son muy precisas. Si un hombre sigue o más bien cree que sigue la enseñanza de Cristo y simplemente cada domingo va a la Iglesia, toma la Comunión continuamente, usa los curas para que le hagan oraciones, misas, etc16., sin profundizar en estos temas, permaneciendo en la letra o la palabra de la Ley y no en el Espíritu de la Ley, ¿éste particularmente se beneficia de la ortodoxia?
- Cosas de las cuales por supuesto que hacen los Cristianos verdaderos, y no es malo hacer todas estas cosas, lo malo es permanecer uno sólo en estas cosas.
Continuando, otra persona que reza exclusivamente para la vida futura, para sí mismo y para los demás y se desinteresa totalmente para ésta vida, ¿éste particularmente se beneficia de la Ortodoxia? Una tendencia está representada por el cura de su parroquia, más todos aquellos que se reúnen alrededor de él con el espíritu anterior; y la otra tendencia es representada de un “Yérontas” (guía espiritual), con varios monjes en su alrededor en un monasterio, generalmente por un archimandrita que está jubilado y espera morir.
- Es decir, que es el guía espiritual padre de ellos y los monjes sean ignorantes en relación con el Hisijasmo.
Mientras que éstas dos tendencias no están centradas en la catarsis y la iluminación, en el punto de vista y sentido Patrístico, están equivocadas sobre aquello que persiguen. Cuando están centradas en la catarsis y la iluminación y aplican la instrucción ascética de la Patrística Ortodoxa, para la adquisición de la noerá oración del corazón, sólo entonces las cosas se ponen sobre la base correcta. Estas dos tendencias son hipérboles (exageraciones) hacia los dos extremos, no tienen un eje común. El eje único y común que sostiene la Ortodoxia y la mantiene en cohesión y unida, el uno y único eje sobre todos los temas que le preocupan, y el cual eje pone siempre las cosas sobre la base correcta, es cuando se tiene en cuenta el eje ortodoxo: catarsis-iluminación-zéosis.
Los Padres no se interesan exclusivamente qué le ocurrirá al hombre después de la muerte, sino principalmente les interesa que le pasará en ésta vida. Después de la muerte no hay terapia del nus, entonces debe en ésta vida empezar la terapia, psicoterapia” o sanación, porque “en el Hades no hay Metania (conversión, introspección, arrepentimiento y confesión)”. Por eso, la teología Ortodoxa no es súper-cósmica o supra-mundana, ni futuróloga, tampoco esjatológica, sino que es endocósmica. Porque el interés de la Ortodoxia es el hombre en éste mundo, en ésta vida, no después de la muerte.
Ahora bien, ¿la catarsis y la iluminación para qué se necesitan? ¿Para que el hombre vaya al Paraíso y evite el Infierno? ¿Para eso se necesitan? ¿En qué consiste la catarsis y la iluminación y por qué son perseguidas por los ortodoxos?
Para que uno encuentre la razón y tenga respuesta a ésta pregunta, debe tener la llave básica que es ésta: todos los hombres encima de la Tierra tienen el mismo final, en el punto de vista y sentido teológico Ortodoxo. Si uno es ortodoxo, budista, hinduista, agnóstico, ateo o cualquier otra cosa, es decir, cualquier y todo hombre sobre la tierra está predestinado a ver la doxa (gloria, luz increada) de Dios. Verá la doxa-gloria increada de Dios durante el final común de toda la humanidad, en la Segunda Parusía (presencia) de Cristo. Todos los hombres verán la doxa-gloria increada de Dios y desde ésta perspectiva tendrán el mismo fin. Por supuesto que todos verán la doxa-gloria increada, pero con una diferencia: Los salvados la verán como Luz dulcísima increada, sin poniente u ocaso y los infernados verán la misma gloria pero como fuego consumador que les estará quemando. Esto, el que veremos todos la doxa-gloria increada de Dios es un acontecimiento esperado. El que uno vea a Dios, o sea Su Gloria, Su Luz increada, es algo que se realizará, lo queramos o no. Pero la vivencia y experiencia de ésta luz increada será de una manera en unos y de otra manera en los otros.
Entonces la obra de la Iglesia y de los curas no es ayudarnos a ver ésta doxa-gloria luz increada, porque esto de cualquier modo se hará. La obra de la Iglesia está en el cómo cada hombre verá a Dios. No está en si verá a Dios. La obra de la Iglesia está en cómo anunciar, predicar a los hombres de que existe el Dios verdadero, y que el Dios se apocalipta-revela sea como Luz increada, sea como fuego consumador y que todos los hombres durante la segunda Parusía de Cristo veremos a Dios18, (ver San Nikita Stizatos Filocalía); además, preparar a sus miembros de modo que no vean a Dios como fuego sino como Luz increada19.
- Claro que una experiencia parcial de expectación, visión a Dios tenemos todos los hombres inmediatamente de nuestra salida de la psique del cuerpo, es decir, la muerte biológica.
Esta preparación de los miembros de la Iglesia, como también de todos los hombres, que quieren ver a Dios como Luz increada, es la esencia de la instrucción terapéutica, la que debe empezar y terminar desde ésta vida. En ésta vida se tiene que hacer la terapia y terminarla. Porque después de la muerte no hay metania. Esta instrucción terapéutica es la esencia, el principal contenido y preocupación de la Tradición Ortodoxa y Su Iglesia; además, es constituida de los tres siguientes estadios de gradual ascensión espiritual: La catarsis de los pazos, la iluminación y la zéosis, por la Jaris (Gracia energía increada) del Espíritu Santo. Sucede también esto: Si uno no ha llegado por lo menos en un estado de iluminación mínima o parcial, en esta vida, no puede ver a Dios como Luz increada ni en esta vida ni tampoco en la otra. (Ver san Simeón el Nuevo Teólogo: “Logos 75”.)
Así pues, está claro que los Padres de la Iglesia se interesan para el hombre tal y como está hoy, en este momento. Además que, todo ser humano necesita terapia “psicoterapia”, cada uno tiene la responsabilidad delante de Dios a empezar esta obra desde hoy, en esta vida; porque en esta vida puede, no después de la muerte. Y este mismo hombre es el que decidirá si seguirá éste camino de terapia o no.
Cristo dijo: “YoSoY el camino” (Jn. 14,16). ¿El camino hacia qué? No sólo para la otra vida. Cristo es el camino en ésta vida. Cristo es el camino hacia Su Padre y nuestro Padre. Cristo se “apocalipta”, revela primero en ésta vida y nos indica el camino hacia el Padre. Este camino es el mismo Cristo. Si el hombre no puede ver en ésta vida a Cristo, por lo menos en sentido y sentimiento espiritual, no verá al Padre, es decir, la Luz increada de Dios ni en la otra vida.
- Ver, “El prósopon persona, rostro de la Tradición Ortodoxa”, Por Ierotheo Vlajos pag 162: “…Con la Segunda Parusía, Presencia de Cristo todos los hombres resucitarán y serán juzgados por sus obras. Los pecadores que no consiguieron el ojo espiritual no desaparecerán, quedarán como personas ontológicas, pero no tendrán la participación de Dios. Los justos participarán y tendrán comunión con Dios. Tal y como dice San Máximo el Confesor: los pecadores vivirán el continuo malestar, en cambio los justos el continuo bienestar, felicidad”.
Quienes son teólogos de la Iglesia
Ahora bien, ¿quiénes son los teólogos de la Iglesia? Son sólo aquellos que llegaron a la zeoría (expectación, contemplación). La zeoría contemplación consiste en la iluminación y la zéosis. La iluminación es un estado incesante, que existe y está energizada, en energía operativa día y noche, en sueño aún cuando se está durmiendo, “yo camino y mi corazón está en vela…”, (ver Cantar de los Cantares, 5,2). En cambio la zéosis es un estado durante el cual uno ve la doxa (gloria, luz increada) de Dios y dura lo que Dios quiere.
Un iluminado puede que no llegue nunca en la zéosis. El Dios que la regala, juzga si es necesario conducir a un iluminado a la zéosis. El que uno no sea conducido a la zéosis, puede significar que es mejor para su psique, porque en caso contrario la zéosis le podría perjudicar, por ejemplo, conducirle al orgullo y a soberbia espiritual. Es decir, el Dios conduce a uno a la zéosis, cuando no peligra espiritualmente y cuando le es imprescindible, sea para apoyarle y fortalecerle, sea para prepararle para alguna misión.
Así la experiencia de la zéosis no es automática. Es decir, no puede un iluminado adquirirla, porque él mismo quiera conseguirla. Un iluminado más bien evita pedirla a Dios. Pero cuando la necesita, el Dios condesciende y la da, le indica Su Doxa-Gloria, Su Luz increada. Por ejemplo, un asceta que vive en el desierto, en aislamiento de los hombres con muchas privaciones y esto lo hace por el amor a Dios, entonces mientras se ha catartizado (sanado), viene el Espíritu Santo le consuela y le regala experiencias de la zéosis.
Un asceta verdadero nunca está sólo, por lo menos tiene dentro de su corazón el Espíritu Santo que ora incesantemente en su interior y le hace compañía en su aparente soledad. Este es el estado o condición de iluminación. Pero cuando el mismo Espíritu Santo cree que debe divinizarle o glorificarle, entonces le regala en espacios de tiempo también la experiencia de la zéosis, cuando hace falta y es necesario mientras sea para su propio bien; por ejemplo, para fortalecerle después de un ataque demoníaco. Esto se ve claramente en las vidas de los Santos. En ellos, los dos estadios de zeorías (contemplaciones) que son la iluminación y la zéosis, la gnosis increada (conocimiento) de Dios es claramente empírica, por experiencia vivida. No es gnosis metafísica, o sea, resultado de meditación intelectual filosófica.
Sobre la oración del corazón o noerá .
El tema de la noerá oración del corazón es muy interesante. La oración del corazón no hay ninguna duda que es un estado claramente empírico. Ni tampoco un psiquiatra puede negar que la oración noerá del corazón no es una experiencia pura y clara. Nuestra diferencia con los psiquiatras no sería el acontecimiento por sí mismo, sino la causa que produce la noerá oración del corazón. Es decir, si el tema en cuestión se pone bajo el punto de vista de las ciencias positivistas, por ejemplo, psicólogos, psiquiatras, patólogos, biólogos, etc., como un fenómeno digno de ser observado y estudiado, estos hombres estarán obligados, aplicando el método científico de investigación, a plantear hipótesis y conjeturas.
Es cierto que la Iglesia tiene depositada su propia experiencia del fenómeno. Uno que tiene la noerá oración del corazón en su interior, “escucha” el mismo esta oración que sea dicha dentro de su corazón. Además, existe la tradición de hace centenares de años sobre ésta situación de estado espiritual. De parte de los santos se ha dado una concreta interpretación de esta tradición de la noerá oración de corazón y en base de esta interpretación la Iglesia conoce que la noerá oración del corazón es una experiencia espiritual y que es el resultado de la Jaris (Gracia, increada energía) del Espíritu Santo energizada, activada y operativa en el corazón del hombre. Esta es una tradición de largos siglos y nadie puede negar su existencia, porque existen muchos escritos de los Padres sobre éste tema, incluso en la Santa Escritura también se refiere sobre ella. Además, existen hoy muchos hombres, que viven entre nosotros, que conocen, por su propia experiencia personal, la noerá oración del corazón, porque viven teniéndola energizada, operativa en sus interiores.
Entonces, mientras éstos científicos admitan ésta realidad, después deberán de formar sus propias suposiciones y conjeturas para explicar este fenómeno de la noerá oración del corazón. Por supuesto que entre ellos habrá algunos que dirán que es un descubrimiento de los curas, ¡particularmente también aquí en Helas-Grecia! Dirán que estas cosas las dicen los curas y son producto de sus fantasías. Ojalá que los curas se ocuparan de éstas cosas aquí en Helas-Grecia y (en Cataluña y en España también).
Por otro lado, otros de estos científicos quizás dirán que esto es producto de una especie de hipnotismo. ¡Tenía una discusión con el tema en cuestión con médicos y sobre todo con catedráticos de la universidad, los cuales decían que esto era una especie de hipnotismo! Aunque esto fuera así para ellos: un psiquiatra está obligado a ocuparse sistemáticamente con este tema.
En lo relativo al hipnotismo realmente es una experiencia. Pero el psiquiatra deberá poder comprobar si la noerá oración del corazón es una especie de hipnotismo o no. El hipnotismo puede conducir y producir alucinaciones, que significa desorden sobre la correcta composición de impresiones empíricas que tiene el hombre dentro de su memoria. Pero todos los elementos que componen una alucinación están tomados de los sentidos. Porque el hombre que ha llegado a la alucinación, no llega porque ha perdido el contacto con las cosas sensibles, sino porque su memoria se ha descarrilado y la composición de impresiones que se hacen dentro de su cerebro no es otra cosa que un desorden de la clasificación de estas impresiones. Así tenemos los desequilibrados, como aquellos que sueñan despiertos. Es decir, los elementos de los sentidos que componen una alucinación existen. Aquel que está en alucinación, puede que vea algo que no existe en aquel momento y no esté delante de él, pero que en realidad existe.
- Esto sucede con los alucinógenos como por ejemplo el LSD. Claro está que alucinaciones puede tener cualquiera también durante la hipnosis, cuando en uno la energía demoníaca es introducida por el hipnotista, entonces es cuando un hipnotizado viene en contacto con espíritus malos astutos y malignos.
A lo que concierne al hipnotismo, aquel que es hipnotizado es introducido en un estado de coma; es decir, como si se encontrara en coma y mientras se encuentra en este estado recuerda cosas del pasado y contesta a las preguntas de aquel que le ha hipnotizado. Entonces, como está hipnotizado, no tiene contacto con la realidad.
Ahora bien, en lo que respecta a la noerá oración del corazón, no tenemos que hacer con algo existente que ya se puso en la memoria, lo cual es rellamado por la memoria y así el hombre sueña. No ocurre lo mismo como en una alucinación, donde uno ve algo, pero sin que en ese momento exista realmente en su alrededor aquello que ve en aquel momento, ni es percibido por sus sentidos en este momento. En el caso de la noerá oración del corazón lo que sucede y siente el corazón del hombre sucede y toma parte en el mismo momento y lo siente. No es algo del pasado, es una experiencia del presente. También es para que uno esté vigilante sobre su espíritu (nus), cosa que ocurre durante la noerá oración del corazón, -es decir, no estar hipnotizado no estar en alguna alucinación,- y a la vez estar viviendo algo muy claro, lúcido y puro en su interior, dentro de su corazón, alguien otro que ora en su interior a cuenta suya “con inefables gemidos divinos” (Rom 8,26), entonces uno no está hipnotizado ni alucinando, esto no ocurre con el hipnotismo. Durante la noerá oración del corazón, el hombre tiene plena conciencia que algo familiar propio a su naturaleza y energizado, operativo en su interior, pero esto no toma parte en su interior por el mismo, lo cual no sólo lo vive claramente sino que a la vez lo observa y puede voluntariamente co-participar.
El peso de la demostración de esta verdad, de esta experiencia no pertenece a los Ortodoxos, los cuales la contienen, sino a los científicos que la dudan o la quieren investigar. Por otro lado, si los científicos dan su propia interpretación sobre este fenómeno de la noerá oración del corazón, ellos mismos tendrán que explicar si su propia interpretación es la correcta. Porque los Ortodoxos sobre la noerá oración del corazón tienen la tradición de siglos sobre la interpretación de esta, de la que la verdad es indiscutible para los Ortodoxos. Y es indiscutible esta interpretación, porque no es una interpretación de la experiencia pasada, la que no se puede verificar o repetir, sino que es una interpretación viva, verdadera y actual, experiencia y realidad del día de hoy que constantemente se repite y se continúa transmitiendo de generación en generación dentro de la Iglesia Ortodoxa.
La Iglesia en su lenguaje que es el lenguaje eclesiástico, dice por boca del Apóstolos Pablo: “No hablamos con la sabiduría humana, sino con la dinami fuerza y energía increada del Espíritu” (Rom 8,26). ¿Qué quiere decir con esto? ¿Por qué el Apóstol confronta la fuerza del Espíritu Santo con la sofía-sabiduría de este mundo? Porque el hombre que se ha convertido en templo del Espíritu Santo, es decir, al que en su interior, en su corazón ha venido y ha morado el Espíritu Santo, este hombre siente vivamente dentro de su corazón la fuerza, es decir, la energía increada del Espíritu Santo, y así no se convence por palabras ni de argumentos filosóficos o teológicos de otros de que se ha hecho templo del Espíritu Santo, sino que tiene conocimiento por su inmediata experiencia personal de que es templo del Espíritu Santo; porque percibe, siente y escucha en su interior el Espíritu Santo que hace de sacerdote y psalmista o cantor dentro de su corazón. Es decir, aquella cosa que da a éste hombre la absoluta certeza y confirmación de que su cuerpo se ha convertido en templo de Dios, es una co-testificación del Espíritu Santo al espíritu (nus) del hombre, puesto que el Espíritu Santo ha venido y ha acampado, habitado en su corazón. Este estado lo describe el Apóstol Pablo cuando dice que: “El Espíritu de Dios clama dentro en nuestros corazones ¡Abba! el Padre” (Gal. 4,6). Es decir, en nuestro interior grita, clama el Espíritu Santo dirigido al Padre, diciendo: “¡Padre mío!”.
Por tanto, esto, que describe el Apóstolos Pablo, ¿es una realidad o una fantasía? ¡Volaba en los cielos el Apóstolos Pablo cuando decía esto! Si os fijáis bien lo que dice en su epístola a los Romanos capítulo 8º, veréis que habla sobre la oración real en el corazón del hombre. Pero no es sólo el Apóstol que habla así. También David en los Salmos habla así y también el Antiguo Testamento habla así. Por eso vemos aquí cuál es la razón por la que los antiguos Cristianos se preparaban para la oración del corazón; primero memorizaban todo el libro de los Psalmos. Por eso para ellos el libro de los Psalmos tenía esta gran importancia, porque les ayudaba a trabajar la noerá oración del corazón.
Hoy no sé cuantos Cristianos han leído todo el Psaltiri (el libro de los Salmos). En los antiguos años lo leían entero en el sepulcro encima del muerto, antes del entierro, quizás entonces sería la única vez que leían el Psaltiri entero. Lo leía el cura y si había algún salmista o lector también le ponía para que lo leyera. En los antiguos años, para que fuera uno ordenado obispo tenía que demostrar que sabía el Psaltiri. (Canon 2 del 7 Sínodo Ecuménico). ¿Por qué? y ¿por qué el Psaltiri tenía tan grande interés e importancia en la Iglesia? Debido a que el Psaltiri contiene oraciones relacionadas con la oración del corazón. Porque la noerá oración del corazón en la tradición Hebrea, en la tradición Profética y también en la antigua tradición Cristiana, se hacía también con el Psaltiri. Por esta razón el Apóstol Pablo dice: “oraré y psalmodearé con el espíritu (el nus) y también con la diania (mente, intelecto o la lógica” (1 Cor 14,15). Entonces la noerá oración del corazón no se hace sólo con palabras sino también psalmodeando, es decir, con salmos. Por eso tenemos indicios de la Tradición de que la noerá oración del corazón se hacía también con los Salmos. Uno de estos ejemplos es San Juan el Kasiano, quien enseñaba la oración noerá con los Salmos. Hay muchos testimonios sobre este tema30.
- En el “Gerontikón Rumano”, que ha escito el padre Ioanikio Balan, se refiere un caso de un Cristiano láic quien tenía noerá oración del corazón, recitando continuamente los Salmos.
Por lo tanto, ¿hace falta alguna demostración filosófica para estos temas?, no, puesto que aquellos que creen y han alcanzado en este estado de noerá oración del corazón poseen en su interior esta experiencia. Además, dado que existe esta experiencia, ¿para qué se necesita la metafísica? ¿Para qué se necesita y en qué ayuda la filosofía. ¿Fue ayudado alguien esencialmente en su vida por alguna filosofía para adquirir este estado de la noerá oración, que energiza y opera incesantemente en el corazón, de modo que uno sea convertido en templo del Espíritu Santo?
Cuando alguien no tiene esta experiencia y quiere adquirirla, entonces va y es enseñado de los que tienen esta experiencia. Habitualmente, esta experiencia de la noerá oración del corazón -aunque existen excepciones- es el requisito y condición imprescindible para que uno llegue a la experiencia de la zéosis o glorificación, durante la cual adquiere experiencia de la doxa-gloria luz increada de Dios. Esta experiencia de la zéosis es exclusivamente regalo de Dios, que lo regala Él a los que quiera, cuando quiera y al tiempo que quiera y no depende del intento del hombre. Pero el requisito previo bajo condiciones normales es tener uno la noerá oración del corazón.
El método científico de la Teología y quién es el inspirado por Dios.
Ahora bien, tal y como el estudiante que es interesado para astronomía, lee de sus libros sobre las estrellas y luego observa las estrellas en el cielo, y más tarde, cuando crezca y desea estudiarlos mejor y conocerlos de más cerca, se va a la Universidad, entonces, estudia a través de los telescopios y ve las cosas que no podía ver a simple vista; así lo mismo se hace también en la vida espiritual. El Cristiano que quiere ver, contemplar la doxa (gloria, luz increada) de Dios, debe pasar por ciertas etapas o estadios de experiencias y ascensiones espirituales. Estas etapas, como hemos dicho, son los estadios: catarsis, iluminación y zéosis o glorificación. La plenitud del estado de iluminación viene cuando el hombre haya adquirido la incesante noerá oración del corazón que actúa, opera en su corazón y se ha convertido, literalmente, Templo del Espíritu Santo.
En la ciencia, en cualquier ciencia “positivista”, no existe un correspondiente estado de iluminación, es decir, como una experiencia particular determinante. En las ciencias positivistas sólo existe el correspondiente estado de la zéosis, por supuesto que cumpliendo las analogías. Es decir, igual que aquel que se encuentra en estado de la zéosis, ve, contempla la doxa (gloria, luz increada) de Dios, así también el científico ve el objeto deseado que está estudiando y observando a través de los instrumentos adecuados de su ciencia (por ejemplo, telescopio, microscopio…). Es decir, apenas uno empiece a ocuparse con una ciencia natural, inmediatamente llega a la visión de su objeto de su conocimiento y tiene contacto inmediato con este.
Los científicos son inspirados de las cosas que observan. El biólogo de los animales y de las plantas que observa; el microbiólogo de los microbios que ve en el microscopio, etc. Por lo tanto, diríamos que microbiólogo es un inspirado-microbiótico, el astrónomo es un astro-inspirado. Es decir, cada uno de ellos es inspirado por el objeto de su estudio.
Por lo tanto, el teólogo –no aquel que consigue un título de teología, sino aquel que se hace digno de ver a Dios-, ¿por correspondencia qué debería ser? Por supuesto θεόπνευστος (zeópnefstos, inspirado por Dios o por inspiración divina). ¿Y quién es el θεόπνευστος (zeópnefstos)? Es aquel quien ha visto, contemplado a Dios (ha visto la luz increada).
Después, aquel que alcanza la iluminación, ¿por qué se llama iluminado? Porque tiene en su interior el Espíritu Santo y le está enseñando. ¿Y cómo le enseña? Con la noerá oración del corazón. Es decir, el Espíritu Santo ora en el corazón de él y le enseña y le informa lo que tiene que decir. Un hombre así está informado en cada momento cuál es la voluntad de Dios para cualquier cosa. Por lo tanto, el maestro de su oración es el mismo Espíritu Santo. Es decir, en la Teología, el mismo Dios es también el objeto del intento o esfuerzo cognitivo o gnóstico del hombre, pero también el maestro del hombre, que le conduce hacia este conocimiento, es decir, la gnosis increada (conocimiento increado) de Dios, que no es otra cosa que la contemplación, visión de la Luz increada.
También en las ciencias positivistas, uno para llegar allí a dónde quiere llegar, ¿no debe ser enseñado por otro de su ciencia? ¿Sólo de los libros será enseñado o también de científicos vivos y correctos? Por supuesto que deberá ser enseñado también de científicos correctos. El estudiante tendrá que ir a la Universidad y adherirse a un profesor que conoce el objeto que quiere conocer; y también adquirir una convicción de que realmente su maestro conoce muchas cosas sobre el objeto que el mismo quiere aprender. Por supuesto que, el estudiante conoce que el profesor no lo sabe todo. Esto lo aprende del mismo profesor, quien, si es coherente y honesto, deberá revelar a su estudiante con claridad lo que conoce y lo que no conoce, sobre su ciencia. Por lo tanto, el estudiante aprender de su profesor lo que aún no es conocido como también lo que sí es conocido sobre la ciencia que ha escogido.
También aprende el método o los métodos de lograr y adquirir la gnosis (conocimiento), es decir, el método de investigación y también cómo discernir de las gnosis entre las cosas y realidades conocidas y desconocidas, las útiles y las inútiles, y también cómo ampliará la gnosis de su objeto con nuevas y más investigaciones. Así pues, cuando el profesor es sincero y le informa sobre lo que conoce y lo que no, además le enseña el método de la investigación, entonces el estudiante puede poco a poco ir progresando y convertirse él mismo en especialista sobre su ciencia, igual que el profesor.
De todo esto uno ve que el método empírico de aprendizaje de una ciencia, en lo que respecta los temas esenciales de la metodología, corresponde plenamente con el método Patrístico de teognosía (conocimiento de Dios), es decir, de la teología. También la iluminación a lo que respecta a la metodología es un estado empírico, como también la zéosis, y que no tiene nada que ver con la metafísica o el saber filosófico. La instrucción del estado de la iluminación, en lo que respecta la metodología, no difiere de la correspondiente metodología de los estudiantes de cualquiera de las ciencias positivistas. Con el fin de llegar uno al estado de la iluminación, deberá adherirse a un padre espiritual o Yérontas, quien habrá llegado ya en este estado y está dispuesto a enseñarle el método de la teognosía (conocimiento de Dios) o teología y ayudarle en su ascensión espiritual.
Sobre religión
Ahora la pregunta es: ¿La religión se identifica con una enseñanza sobre la inmortalidad de la ψυχή (psijí) psique, alma, y también de una enseñanza sobre la existencia de Dios para la vida futura? ¿Además, se identifica con la prevalencia de la justicia plena? Es decir, ¿debemos tener religión, porque tiene que haber un Dios justo, quien hará el juicio final de todos los hombres, de modo que sean castigados los injustos al Infierno y los justos (los chicos buenos) al Paraíso? Si la respuesta es sí, entonces existe la religión, por un lado para dominar finalmente la justicia y por otro lado, para que no quede insatisfecho el deseo del hombre por la ευδαιμονία (efdemonía) felicidad, bienestar material. Es decir, ¿es posible que el chico bueno no viva una vida feliz después de la muerte? ¡No es posible! Aunque en esta vida ha vivido con injusticia. Es decir, todos estos que han sufrido injusticias o los buenos chicos, ¿es posible que sean reivindicados, justiciados en la vida futura? ¡No es posible! ¿Y no deberán vivir allí una vida agradable y feliz? ¡Por supuesto que sí! ¡Pero para que pase esto, deberá haber una vida después de la muerte, y también un Dios bueno, quien deberá hacer un reparto bueno y equitativo! ¿Es así o no es así? Deberá existir, según la percepción medieval, es decir, la teología occidental.
Sin embargo, en relación con todo esto viene la moderna psicología y lo derrumba todo. Nos dice que todas estas percepciones son psicológicas, porque el hombre tiene el sentido de la justicia en su interior, ¡que es aquello que le exige y requiere que sean castigados los chicos malos y premiados los chicos buenos! Y como realización de la premiación en esta vida falla, la fantasía humana plantea y proyecta la idea de que todas estas deberán cumplirse en otra vida y por eso el hombre débil, como también el hombre aquel que ama la justicia, tiene sentimientos profundos y serios de justicia, se convierte en religioso y cree en los dogmas de la religión que sigue. Por estas razones cree, es decir, el dogma al que cree le sirve para su necesidad psicológica para la atribución de justicia. Estas razones no tienen fundamentos filosóficos o metafísicos, sino sólo cimientos y fundamentos psicológicos.
Pero lo correcto sobre este razonamiento anterior es que, si alguna vez tendrían que prevalecer la justicia y la felicidad para los hombres buenos, deberían prevalecer en esta vida. Porque estos hombres no saben si van a tener otra vida, puesto que los argumentos que nos hemos referido sobre la existencia de la otra vida son claramente psicológicos y no argumentos científicos; es decir, no son argumentos que están basados, cimentados en la experiencia y en la metodología científica.
Así que estos hombres creen en una otra vida después de la muerte simplemente porque así ellos lo quieren creer. Por eso la esencia de la religión de ellos es que existe una otra vida donde será castigada la injusticia y premiada la justicia.
Así que por estas razones, uno ve hoy en día que hombres serios de Europa y América ya no aceptan estos fundamentos de la religión y muchos científicos han rechazado la religión y se han conducido al agnosticismo, mientras que los correspondientes de Europa oriental al ateísmo. (Estas cosas se han dicho el año 1983). Los últimos años uno encuentra muchos comunistas quienes han abandonado el ateísmo duro del pasado y se han hecho agnósticos. Y desde este punto de vista se parecen a los agnósticos de Europa y América. Por otro lado, hay personas religiosas en los países comunistas y en los Estados Unidos, los cuales continúan creyendo en la vida después de la muerte, debido a que, como hemos explicado, quieren creer, pero sin tener argumentos científicos para el sostenimiento de estas convicciones suyas. Esta es la situación general (1983).
Ahora bien, ¿cuál es la posición de la Ortodoxia sobre todas estas cosas y realidades? ¿La Ortodoxia es ella también una religión que se interesa sobre el destino póstumo del hombre? O ¿es una religión que se preocupa por esta vida aquí, y que a base de esta será trazada también la otra? Por supuesto que lo segundo. Los Padres explican esta razón con una frase: “En el Hades no hay metania”, es decir, después de la muerte no es posible la metania (introspección, conversión, arrepentimiento y confesión). Algunos teólogos nuevo-helenos han copiado la metodología de los latinos y de los protestantes y siguiendo a Adamantio Koraís que es el maestro de ellos, se han desviado totalmente de la tradición Patrística de la Ortodoxia.
Sobre las dos fes o creencias
En el hombre hay dos tipos de fe o creencias. Una fe es la encefálica (del cerebro o diania-mente, intelecto) que es la aceptación lógica, racional de la fe. El hombre aquí admite algo con la lógica, razón y cree en esto que acepta. Pero ésta no es la fe que reconcilia o justifica al hombre. Cuando la Escritura dice que el hombre sólo con la fe se sana y se salva no quiere decir simplemente con la aceptación: “Porque gratis por la jaris (gracia, energía increada) sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es regalo de Dios; no es fruto por obras, para que nadie se gloríe” (Ef. 2, 8-9). La otra fe es la fe cordial, del corazón, porque ésta fe no existe en la lógica o razón, es decir, en la diania o lógica (mente, intelecto o cerebro), sino en el espacio o lugar del corazón (el corazón espiritual, el centro de nuestra existencia). Esta fe es regalo de Dios, es decir, no la recibirá el hombre si Dios no quiere regalársela, y se llama fe íntima, innata. A esta fe a Cristo rogaba que le regalara el padre del joven epiléptico del Evangelio, “Señor ayuda mi falta de fe o incredulidad” (Marc 9,24). Es cierto y claro que él creía, pero con la lógica, razón; no tenía la profunda, intima fe, que es regalo de Dios.
Pero la fe íntima profunda proviene de la experiencia de la Jaris (gracia, increada energía del Espíritu Santo). Entonces, si es experiencia de la Jaris, ¿qué puede ser para el Ortodoxo la fe íntima, profunda? Es la noerá oración del corazón. Por lo tanto, cuando el hombre tiene la noerá oración del corazón en su corazón, que es la oración del Espíritu Santo, entonces tiene a la vez la fe íntima, y por la fe, mediante la oración, percibe y ve cosas invisibles. Por eso, cuando sucede este tipo de visión, expectación se llama θεωρία contemplación (zeoría, palabra compuesta de Zeó oró, Dios veo).
Esta visión generalmente se realiza de dos τρόπος tropos (métodos, maneras, formas, modos). Una es con la oración del Espíritu Santo en el corazón, cuando el hombre no ha llegado aún en la zéosis (glorificación, expectación y unión con Dios por la Jaris), entonces puede y ve, pero mediante la oración, o con la zéosis durante la cual cesa o se suspende esta misma fe íntima, como también la esperanza y queda sólo la ἀγάπη (agapi, amor) hacia Dios, como regalo de Dios. Además esto es lo que quiere decir el apóstol Pablo cuando dice: “Cuando llegue lo perfecto, cesa la esperanza y la fe y queda sólo la ἀγάπη agapi (amor energía increada)” (1 Cor 13, 10-13). Porque la fe y la esperanza han cumplido con su propósito y fin, y el hombre ha llegado a ver al que cree y espera, es decir, a Dios, al cual ahora conoce y al que sólo ama, ya que Aquel que ve es Agapi amor desinteresado, altruista increado). Además esta agapi es la zéosis. En la zéosis cesa, queda abolida la gnosis-conocimiento y la profecía, cesa la lengua, que es la oración del corazón y queda sólo la agapi. El apóstol Pablo lo dice muy claro y bellamente, como también los Padres de la Iglesia interpretan muy correctamente estos temas. Toda la Filocalía habla sobre estos temas.
(La Ortodoxía es fe en apocálipsis no es una religión)
Sobre apologética o confesional en el tema de la psique
El teólogo Ortodoxo no está obligado a proponer y aceptar la existencia de una ψυχή (psijí) psique, alma de los Francos, “tipo Platónica”, porque los Francos siguieron a Platón en el asunto de la psique o alma. Los Padres no siguieron a Platón en estos temas. San Juan el Crisóstomo, san Basilio el Grande, san Gregorio de Nicea, etc, no siguieron a Platón, Aristóteles, en general a los filósofos helenos sobre estos temas, ellos como capadocios tenían otra tradición.
Dese el punto de vista de la ciencia moderna, el Ortodoxo no está obligado hacer Apologética, por ejemplo, en cuestión de la inmortalidad de la psique, sobre la existencia de la psique espiritual, como también sobre la epistemología-gnoseología metafísica como hacen los Latinos. Para nada está obligado. De hecho, yo diría esto: más bien, está obligado hacer lo contrario, es decir, no intentar hacer Apologética, en vez de ella simplemente mostrar y proyectar sólo las posiciones patrísticas sobre estos temas.
El Cristianismo apareció en una época que dominaba la idolatría y entre helenos-griegos y latinos sobre los temas de la psique predominaban diversos filósofos, Pitagorios, Platónicos, Aristotélicos, Neoplatónicos etc… La mayoría de estas filosofías, que a la vez eran religiones, tenían también seguidores, como el Neoplatonismo que era religión pura. Es cierto que los que quieren salvar a Platón, para que no sea calificado como fundador de religión, dicen que él no tenía un sistema religioso. Pero yo sospecho que el antiguo sistema Platónico era también religioso. Es decir, no sólo el Platonismo era una religión, sino el mismo Platón fundó su religión, puesto que incorpora sus convicciones religiosas dentro de su sistema filosófico. Platón no separa su religión de la filosofía.
Por supuesto que para Aristóteles es difícil para uno sostener algo así, puesto que él no aceptó la inmortalidad individual del hombre. Para Aristóteles el hombre como individuo no es ψυχή (psijí psique, alma), al menos desde este punto de vista el Aristotelismo no es religión. Pero desde otro punto de vista, el aristotelismo es también religión, porque el mismo Aristóteles creía en los dioses de entonces, puesto que el mismo era hombre religioso como todos los demás de su época. De hecho, no era ajeno a la fe de la magia, es decir, en la percepción mágica de la religión.
Sobre los pensamientos y los conceptos en el hombre.
¿Cuál es el origen de los pensamientos, conceptos y significados de los seres humanos? Ya desde al filosofía antigua Helénica e incluso hasta hoy en día se habla, si los predicados del pensamiento humano (conceptos, palabras) están predeterminados o es algo que cada uno lo adquiere por separado, es decir, después del nacimiento. Este problema lo vemos claramente que existe también en la problemática de Aristóteles.
Luego, durante la Edad Media, este tema se vuelve examinar. Así llegamos a la época de la Ilustración avanzando hasta la época contemporánea.
Hoy en día sobre este tema se han ocupado también las ciencias positivistas. Vemos psicólogos, psiquiatras, biólogos, médicos, bioquímicos, etc. investigando el tema de la procedencia y de la creación de los pensamientos en el hombre, aplicando métodos empíricos de investigación. Es decir, hoy en día este tema no es tan sólo cuestión de elaboración y proceso lógico por parte del hombre (de los que hacen filosofía o metafísica) o reflexión intelectual meditativa, sino que es también un tema de investigación empírica.
Actualmente (1983) se está hablando la cuestión si el lenguaje humano está predeterminado a existir en la naturaleza humana o es adquirido. De la gnoseología o epistemología vemos que cada lengua tiene un crecimiento increíble con el paso del tiempo, de modo que desde un siglo a otro hay diferencias significativas en una lengua o idioma. Así que nadie puede estar seguro de que cuando lee textos antiguos, entiende perfectamente estos textos y el vocabulario de aquella época. Es decir, cómo y con qué sentido se utilizaban entonces las palabras concretas.
De este modo uno al comparar el heleno-griego antiguo con el heleno-griego moderno, ve que hay muchas palabras que por un lado se salvan en el griego moderno, pero hoy estas palabras han cambiado el significado y no tienen el mismo que tenían en la antigüedad. Sin embargo lo que es importante es que los lemas o los términos son muy acostumbrados en los Padres de la Iglesia como portadores de conceptos y significados concretos. Por lo tanto, nosotros para poder entender correctamente los Padres, no sólo debemos conocer los términos o lemas que ellos utilizan o utilizaron para hablar y enseñar, sino también entender sus correspondientes conceptos y significados. Y cuando decimos Padres, no sólo damos a entender sólo a los del Nuevo Testamento sino también los del Antiguo. Los Padres del Nuevo Testamento se refieren a los Profetas del Antiguo Testamento como los Padres de nuestros Padres; por eso celebramos el Domingo de los Padres santos Antepasados. Por tanto, el propósito no es sólo saber los términos o lemas de los Padres, sino también los conceptos, nociones y significados que están contenidos en estos lemas o términos.
De toda la tradición Patrística vemos que los Padres recalcan que, el que uno identifique los términos, lemas o los conceptos con el mismo Dios, esto es el principio de la idolatría. Y esto porque el Dios no se identifica literalmente con ningún concepto humano. Lo increado de Dios no se expresa literalmente con conceptos, sino supuestamente y fraudulentamente damos nombres a Dios, (por ejemplo, que es bueno, caritativo, bondadoso…). Esto lo sabemos de la experiencia de los Profetas y de los Padres, de la experiencia de la zéosis o glorificación de ellos, y que durante la zéosis los conceptos sobre el Dios cesan, quedan suspendidos. En esta experiencia se verifica exactamente este acontecimiento, es decir, ningún concepto creado corresponde a la realidad de Dios. Sobre el Dios no hay absolutamente ninguna identificación ni similitud de los conceptos o nombres con la realidad que es el mismo Dios.
Por esta misma razón durante la experiencia de la zéosis o glorificación es comprobado que el Dios no es ni Mónada o Unicidad ni Trinidad. Exactamente sobre este tema tenemos buenas descripciones por san Dionisio el Areopagita y por san Gregorio de Nicea con las que están de acuerdo todo el resto de los Padres de la Iglesia, debido a que tienen la misma o similar experiencia que ellos.
Cuál es el dogma básico de la Tradición Patrística.
Existe la opinión de que la Teología que se llama apofática (por reducción o sí a lo que no es) es una filosofía influenciada por los Neoplatónicos. No hay ninguna duda que hay una similitud en la terminología entre Neoplatónicos y los Padres de la Iglesia. También los Neoplatónicos (Plotino y compañía) tienen una teología apofática. Pero aquí hay una diferencia esencial. La característica de los Neoplatónicos es “la éxtasis”, que para los Padres de la Iglesia es una experiencia demoníaca. Dicen que durante “la éxtasis” la parte logística (o racional) de la psique del hombre se sale del espacio y del tiempo como también del pensamiento secuencial y se une supuestamente con lo inalterable o invariable. O sea, dicen los Neoplatónicos que se supera el tiempo y todo lo variable o alterable. Dentro de éste proceso, según ellos, el cuerpo es algo malo o lo negativo; de todos modos el cuerpo no participa en ésta experiencia de la éxtasis de los Neoplatónicos.
Toda la Teología apofática de ellos es restar del pensamiento humano todos los defectos del limitado pensamiento humano. Es decir, la liberación de los defectos del pensamiento del hombre, ésta es la fuente de la teología apofática de los Neoplatónicos. Se esfuerzan por liberarse, no de las cosas creadas, sino de las variables o alterables. Y esto porque en el principio o predicado básico y metafísico de los Neoplatónicos no existen este tipo de conceptos como creación de la nada o del cero y existencia increada; es decir, no hay discernimiento entre creado e increado. En cambio, el predicado fundamental, el dogma básico de la teología Cristiana es el discernimiento preciso entre creado e increado, como también que entre lo creado e increado no hay ninguna similitud. Este es el dogma básico y fundamental, no sólo de parte de la tradición Patrística, sino también de la tradición Hebraica hasta hoy en día.
Que es la experiencia de la zéosis.
Pero, también en la tradición Occidental tenemos la teología escolástica medieval, que mezcla y confunde los predicados creado e increado con los predicados variable e invariable (o alterable con inalterable). Ellos identifican los unos con los otros y este tipo de teología de ellos es Aristotélico-Platónica.
Aristóteles habla de móvil-inmóvil (o movimiento estacionario). Dice que existen 49 inmóviles, los cuales son energía pura y no se mueven sobre sí mismos, sino que provocan movimiento a otros. Es decir, mueven los otros por la atracción, tal y como el imán. La entelequia es aquella que realiza el movimiento en cada lugar que existe. Para ella aquello que está en dinami (potencia) se convierte y se hace energía. Por ejemplo, la semilla del árbol, cuando cae en la tierra y encuentra las condiciones adecuadas de crecimiento, brota y se convierte en energía-árbol. Entonces, cuando es árbol en dinami potencia, aún no se ha perfeccionado, porque no se ha completado el desarrollo en su interior. La finalización o perfeccionamiento de la semilla se consigue cuando se hace árbol.
Pero según Aristóteles existen los inmóviles que mueven que no tienen dentro de sí la dinami potencia, sino que son energía pura por su naturaleza. Sostiene que siempre existían, existirán y mueven todo por la atracción. Cada cosa que se altera o varía de dinami potencia en energía camina hacia su perfección y la fuerza de atracción que conduce a éste perfeccionamiento tiene como principio los inmóviles que mueven. Estas cosas dice Aristóteles.
Por otro lado ahora, vemos en los Neoplatónicos las mismas ideas que Aristóteles sobre éstos temas. Platón por lo que sabemos, no se ocupó sobre éste tema. Pero en los Padres de la Iglesia vemos a san Dionisio el Areopagita (discípulo de san Pablo) a quién se le acusa, a veces, de Platonizante o Neoplatonizante, y el cual dice claramente que el Dios no sólo es el Inmóvil que mueve sino que también es movido. Es decir, el Dios no sólo mueve todo, sino que Él mismo también se mueve, o sea, que tiene también un elemento pasivo en su interior. Estas cosas, claro está, las escribe contra a los Aristotélicos y los Neoplatónicos. Esto es una gran demostración que san Dionisio el Areopagita no tenía ninguna relación con los Neoplatónicos, simplemente usa el lenguaje de la época y es normal que lo usen también los Neoplatónicos.
Esta idea pues, de que el Dios es sólo “inmóvil que mueve” (movimiento estacionario), sino que también es movido, para Neoplatónicos y Aristotélicos es herejía, y significa que los Padres no filosofan y superan el principio de la antífrasis contradicción*. Para los Padres la expresión de que el Dios por una parte es inamovible móvil, y por otra también movido, significa que no existen predicados humanos que podamos atribuir a Dios, y si esto se intenta hacer, caemos entonces en contradicciones racionales. Sin embargo, la verdad sobre el Dios no proviene de la filosofía, sino de la experiencia de la zéosis. ¿Por qué? Porque los Padres conocen por su experiencia que los conceptos o significados que usamos sobre Dios se anulan, quedan abolidos y cesan cuando contemplamos o vemos al mismo Dios, es decir, aquella realidad que es el mismo Dios. *(Una ley de la lógica de Aristóteles dice que una cosa no puede ser a la vez su contraria, o sea, algo no puede ser a la vez por ejemplo blanco y negro; será blanco o negro pero no las dos).
Así pues, los conceptos que usamos sobre Dios son sólo los medios para ayudar a alguien a ver, contemplar a Dios. Cuando uno ve a Dios, entonces la fe y la esperanza cesan, se anulan y queda sólo la ἀγάπη (agapi) amor. Esto lo dice claramente San Pablo (1 Cor 13,13). Es decir, la fe y la esperanza en Dios junto con todo lo relacionado con ellas, sean conceptos o significados, se anulan cuando uno ve a Dios, que es ἡ Ἀγάπη (i Agapi, la amor, luz y energía increada). Los conceptos y significados se sustituyen entonces por la misma expectación, contemplación del amado. Entonces el hombre es glorificado deificado, es decir, ve a Χριστός Cristo en δόξα (doxa, gloria, luces de luz increada), y participa en la doxa-gloria increada de Cristo y participa y experimenta por la comunión con Dios.
Los hombres por costumbre generalmente afrontan a sus semejantes en base a las percepciones que ya están formadas sobre ellos. Al contrario, aquel que contempla cara a cara a Cristo, como cuando la experiencia de la zéosis, es decir, en aquel que “se apocalipta-revela” el Cristo con Su Θεανρώπινα Zeanzrópina (Divino-humana) fisis-naturaleza glorificada, no puede guardar en su nus ningún concepto humano, ni significado u opinión anterior que posiblemente había formado sobre Cristo; porque no existe absolutamente nada en la creación material e inmaterial, excepto el cuerpo humano de Cristo que se asemeje con la increada realidad de la gloria increada del glorificado Cristo, el cual ahora lo ve frente a frente. Simplemente admite a Cristo tal y como le ve o lo contempla cara a cara. No puede describirle, ni hablar sobre Él con objetividad y argumentos. Porque no existen palabras humanas que puedan describir la increada realidad de Cristo, Su divina naturaleza; y esto porque no existe ninguna similitud entre lo creado e increado.
Aquí debemos recalcar lo siguiente: la zéosis de la tradición Cristiana no tiene nada que ver, ni tiene relación con ningún tipo de éxtasis. No tiene que ver sólo con la parte logística o racional de la psique del hombre, porque durante la experiencia de la zéosis participa y está en comunión todo el hombre, o sea, su cuerpo también con todos los sentidos físicos en pleno funcionamiento. El hombre cuando contempla a Cristo en doxa-gloria increada se encuentra en un estado de plena vigilia o alerta. Entonces el hombre no contempla y percibe sólo con su diania (mente, intelecto) sino también con su cuerpo.
Si leéis el libro de Job, veréis allí que se refiere a “la sarx (cuerpo, carne) de Job vio a Dios” (Job 42,5). Es decir, que participaba todo el cuerpo de Job en la percepción y visión en la gloria increada de Dios. Esta es una muy buena tradición Hebraica. En la duración de la glorificación del hombre, o sea, durante la experiencia de esta zéosis, su cuerpo no pierde el contacto con el ambiente. Pero esto bajo la condición de que el hombre por las experiencias anteriores de visiones, contemplaciones se había acostumbrado a ver la gloria increada de Dios. El hombre sólo al principio, durante las primeras experiencias puede ser desorientado y puede hasta cegarse provisionalmente por el excesivo y desorbitado resplandor de la Luz increada, pero sin perder sus sentidos espirituales. Noeramente (espiritualmente) piensa normal, tal y como piensa cada hombre. Sus sentidos físicos del cuerpo puede que sufran una alteración, porque el hombre no está aún acostumbrado a la Luz increada, y puede que provisionalmente quede ciego, como ocurrió a San Pablo, cuando vio por primera vez a Cristo glorificado en el camino hacia Damasco. Entonces no se quedó ciego en el sentido de que se estropearon sus ojos, sino que se cegó, se deslumbró provisionalmente por el desorbitado resplandor de la Luz increada, es decir, la doxa, gloria increada de Cristo. Y cuando recuperó sus sentidos, entonces volvió a ver normalmente; no le ocurrió algún milagro y volvió a ver. Simplemente por un tiempo no veía porque había quedado deslumbrado.
La Luz increada, cuando es vista, es mucho más luminosa en intensidad que la luz del sol y de distinta naturaleza que este. Es la misma Luz increada de la Metamorfosis. Pero esta Luz increada ni siquiera es la luz como la conocemos, comprendemos y concebimos. ¿Por qué? Porque supera y transciende la luz!
El hombre que se encuentra en este estado de glorificación, cuando ha pasado y terminado la visión de la Luz, continúa relacionándose con sus semejantes del ambiente cotidiano durante todo el espacio del tiempo que dura esta energía zeótica divinizadora o deificante sobre él. Esto lo vemos claramente en la vida de los Santos. Es decir, vemos que este hombre se encuentra en un estado sobrenatural y continúa relacionándose con los demás en su alrededor con la única diferencia que no come, no bebe, no duerme, no hace sus necesidades físicas durante este estado, porque se encuentra en una situación sobrenatural y le mantiene en la vida sólo la energía increada Jaris (gracia) del Espíritu Santo. Entonces si este estado dura cuarenta días y noches, tal y como sucedió a Moisés en el monte Sinaí (Ex. 34,28-31), este hombre durante todos estos días no se cansa, no tiene hambre, ni come, ni bebe, ni duerme, etc.. Es decir, está liberado de los pazos (apetitos, pasiones y necesidades biológicas) decentes y naturales de su cuerpo. Y esto sucede porque se hace una inhibición de la función del sistema digestivo como también del sueño y el hombre se metamorfosea en ángel terrenal. Por lo demás, se comporta como los otros: camina, habla, se relaciona con los demás, puede enseñar etc., y a la vez se encuentra en este estado de zéosis.
En la tradición laica, sobre todo en los pueblos, en los antiguos tiempos en el período bajo el imperio Turco en los lugares de Asia Menor, tenemos descripciones donde el cura del pueblo se encontró en un estado así durante la Divina Liturgia. Pero continuó leyendo, psalmodeando, haciendo discursos, diciendo oraciones y terminando la Divina Liturgia u oficio. ¿Por qué? Porque, por un lado, durante la zéosis cesa la noerá oración del corazón, es decir, la continua noerá oración cordial, pero por otro lado, esto no quiere decir que cesa obligatoriamente el culto lógico, es decir, la oración lógica que se hace con el cerebro, con la diania (mente, intelecto), y no cesa puesto que esta se hace para la catequesis de los demás, Por supuesto que para el mismo sacerdote que entra en estado de zéosis durante la Divina Liturgia, ya no es necesaria la oración lógica, pero hace falta para los que participan y siguen la Divina Liturgia. Así que el sacerdote continúa celebrando la Divina Liturgia y la acaba.
De estas descripciones de la tradición “laica” o seglar, hoy algunos “snob” teólogos o “tiologos” de Universidad se burlan, sin saber que en estos temas la tradición “laica” está en los marcos de las experiencias de iluminación y zéosis, por las que existe detrás toda una tradición Patrística, que nos interpreta y nos explica teológicamente estos fenómenos.
Así pues, vemos que en estos fenómenos no tenemos ninguna identificación con los éxtasis de los Neoplatónicos y de la Escuela Media Platónica, si tenemos en cuenta lo que dice el mártir y Santo Justino el Filósofo en su interpretación de la Escuela Media Platónica. Porque existe la opinión entre los historiadores de la filosofía que el Platonismo no es una religión sino que se regionaliza o se hace religión por los Neoplatónicos, es decir, de Plotino y sus discípulos.
Pero si leemos al mártir Justino, allí en el “Diálogo hacia Trifón”, en su inicio San Justino describe que él mismo se hizo discípulo y seguidor de la filosofía Platónica, cómo encontró un filósofo Platónico, quien se encargó de enseñarle y que esperaba de un momento a otro ver a Dios! Esto significa que el santo y mártir Justino, que vivió mucho antes que la aparición de la filosofía Neoplatónica, se ocupaba de ejercicios espirituales y creía que mediante estos ejercicios de un momento a otro sufriría un éxtasis y así vería, contemplaría a Dios!
Esto demuestra que su maestro no era un simple filósofo, parece ser que era una especie de padre espiritual – guía o gurú diríamos hoy, quien conducía a experiencias religiosas, que para nosotros no son más que experiencias demoníacas. Por los teólogos Hisijastas se hacen grandes conversaciones sobre estos temas. Así vemos a San Gregorio Palamás, acusando las experiencias Platónicas como demoníacas. Hoy en día como ésta terminología, la palabra “demoníaca”, no suena bien en los oídos de algunos, pueden sustituirla con las palabras “alucinaciones” o “experiencias parapsicológicas”, de acuerdo con la terminología de la Psiquiatría o Parapsicología actual; porque realmente estas cosas son alucinaciones que suceden a los que buscan y sufren el éxtasis. Sin embargo, para los santos Padres de la Iglesia todos estos fenómenos son claramente demoníacos.
Sobre el Eros
Según los Platónicos, el Dios no tiene eros (amor ardiente) para el hombre, sino que el hombre hacia Dios. Pero según ellos, el eros es una carencia, porque el hombre, dicen que tiene eros hacia algo que le falta. Según sus puntos de vista esto ocurre en todas las secciones, incluso hasta en las relaciones de Dios con el hombre. Esta carencia se llama eros en la antigua filosofía Helénica. Este eros lo tiene aquel que no está completo o perfeccionado. Entonces el eros es para el incompleto, imperfecto. La perfección según ellos es katastolí represión o contención del eros. Así sólo el hombre como incompleto tiene eros, en cambio el Dios como completo no tiene eros. El Dios no puede tener eros, porque es perfecto, independiente o autosuficiente y por esta causa según ellos es el inamovible que mueve.
Por lo tanto, vamos a ver ahora lo que es válido en la tradición Ortodoxa. Allí donde san Dionisio el Areopagita dice que el Dios es también movido, dice otra cosa también: que hay algunos que discuten y pelean sobre el tema de si es Dios el eros o la agapi; responde que es la misma cosa. Ellos dicen que no es la misma cosa. Otra cosa es eros y otra es agapi. Así dicen que Dios tiene agapi, pero no tiene eros hacia el hombre, en cambio el hombre tiene eros, pero debe de tener agapi. Sin embargo san Dionisio apelando a su propia experiencia de zéosis o glorificación, concluye que Dios no tiene sólo agapi para el hombre sino eros también. Además dice que para Dios agapi y eros es la misma cosa40. Pero, ¿quién de los Platónicos podría decir que Dios tiene eros para el hombre? Esto es imposible en ellos.
- Por Ieróteo Vlajos, Monasterio Natividad de la Zeotocos, en su libro el “Prósopon (persona, rostro) en la Tradición Ortodoxa”, pag 104: “El Dios es Persona, Prósopon y ama al hombre, por eso san Máximo el Confesor siguiendo a san Dionisio el Areopagita dice: “Lo divino, los teólogos unas veces lo llaman eros y otras veces agapi, algunas veces erotizado y agapitó (amado). Entonces como existe como eros y amor, se mueve; como erotizado y agapitó (amado), mueve hacia sí mismo todas las cosas receptivas de eros y de agapi”. (O sea el eros y la agapi las dos palabras son con el mismo significado, amor desinteresado, altruista y no egoísta, podríamos definirla en español, no caridad como está traducido por muchos en Occidente).
Sobre terminología, lemas y conceptos en la Teología.
Los Padres recalcan que todos los términos, lemas y concepciones que tiene el hombre son creaciones del intelecto, de la intelectualización, cognición de la mente o lógica humana; es decir, que no bajan del cielo significados y conceptos, ni dichos o lemas. El Dios no crea el mismo en los hombres concepciones, ni lemas. Y de ésta perspectiva los Padres con base la experiencia de su zéosis, subrayan que cada lengua o idioma humana es creación del hombre. El hombre es quien creó la lengua con la que se comunica con su semejante. Lengua divina no existe. Es decir, el Dios no tiene Su propia lengua que la dio al hombre, ni tampoco el Dios se comunica con los hombres con una lengua particular que la ha dado a los que se comunican con Él. El lenguaje es resultado de las necesidades humanas. Es decir, se creó y se formalizó de los hombres para servir a las relaciones y necesidades de comunicación de los seres humanos.
Entonces la lengua no es esto que dice Dante y algunos Protestantes como también los “teólogos, tiólogos” Franco medievales, ni esto que dicen los Musulmanes para el Corán de que la lengua y el Corán descendieron del cielo e insisten sobre todo que en el cielo existe el increado Corán etc… Sobre este tema tenemos una conversación interesante que se hizo entre san Gregorio de Nicea y los Eunomianos. Los eunomianos creían que existe una lengua divina y la cual Dios la “apocaliptó” reveló a los Profetas. En esta lengua, decían, pertenecen los nombres que el Dios que se refieren los Profetas. Entonces los nombres de Dios, decían los eunomianos, que son esencia de Dios y que estos nombres de Dios, que se refiere la Santa Escritura, son portadores de concepciones y significados que corresponden a la realidad que es el Dios. Una cosa así naturalmente que no sucede.
De acuerdo con lo anterior, pues, no podemos discernir entre lenguas divinas y humanas. No existe alguna lengua divina con la que el Dios habla a los hombres. Ni existen formas de discernir quiénes de las palabras son adecuadas para la Teología y quiénes no lo son. No hay un discernimiento preciso entre terminología permitida y terminología no permitida. El único criterio, que se puede utilizar en la terminología es el criterio de la elegancia. Es decir, que existen nombres que no son decentes para ser utilizados sobre Dios, por ejemplo el Dios no es un chulo, en cambio otros son decentes y elegantes y se pueden utilizar cuando uno habla de Dios, como por ejemplo “Dios es Luz, eros, amor…”.
En estos contextos o marcos, toda la gnoseología (logos del conocimiento) que es puramente empírica, es algo, que por lo menos para los Ortodoxos y quizás también para otros cristianos es muy útil. Más bien diría uno que la Ortodoxia es demasiado moderna. Porque, cuando los Padres escribían no habían imaginado e intuido que más tarde sería desarrollada una tradición Fránquica de los Francos, la cual se habría formado por Agustín. Porque los Padres de Oriente no conocían a Agustín. Pero aquellos que conocieron algo de él, no le dieron mucha importancia, sobre todo en los primeros años. No habían leído a Agustín ni se habían imaginado que se desarrollaría toda una tradición Occidental entre Godos, Francos, Lombardos, Normandos etc., la que tendría como único guía o conductor de la teología a Agustín; quién desgraciadamente abrazó y adoptó la gnoseología (epistemología) del Platonismo, Neoplatonismo y Aristotelismo. Esto significa que la gnoseología de Agustín, o sea, el método de teognosía (conocimiento a Dios) que aplicaba era claramente Aristotélico-Platónica y totalmente distinta de aquella de los Padres de la Iglesia.
Aquello que distingue la Teología de san Agustín del resto de los Padres, es que él acepta la ουσία (usía, esencia) del Platonismo, que son los arquetipos de Platón. Es decir, que todo en el mundo es una copia o calco de unos arquetipos. Ciertamente esto es algo que los Padres lo suspenden y además existe excomunión del cuerpo de la Iglesia de aquellos que aceptan los arquetipos de Platón, porque la aceptación de ellos es una forma de idolatría. (Ver Sinódico de la Ortodoxia). Hoy en día no sé si existe alguna persona seria que acepte ésta enseñanza.
Entonces, de acuerdo con lo anterior, uno ve que para los Ortodoxos no existe distinción entre secular y religioso en el espacio de la terminología. Es decir, no existen palabras mundanas, seculares y religiosas, sino sólo palabras seculares, que se usan en los conceptos y significados sobre el Dios basta que sean decentes, elegantes y respetuosas.
Por lo tanto, vemos que en el Antiguo Testamento, el Yahvé se describe como una roca. Pero ¿el Dios es roca? Según el espíritu de la filosofía Platónica, uno debería de usar sólo lemas conceptuales, (o sea, para el Dios usar términos sólo con contenido espiritual, no material). Como, por ejemplo nus, diania-mente intelecto, logos, hipóstasis, usía-esencia, trinidad, uno, etc. Pero vemos que la Santa Escritura utiliza palabras como montaña, roca, agua, río, cielo, sol etc. Es decir, si tomamos el Antiguo Testamento vemos que allí son adjudicados muchos nombres sobre el Dios, que no están tomados de la forma, la naturaleza del hombre, sino de la Creación irracional. En cambio, la energía increada de Dios se describe como nube, fuego, luz etc.
En la tradición Hebrea antes y durante los Profetas y también en los Profetas era conocido que el Dios no tiene ninguna icona-imagen dentro en la Creación material, es decir, que el hombre no puede hacer ninguna figura de Dios. Cualquier figura de Dios en el Antiguo Testamento es prohibida. Por eso los hebreos no tenían imágenes-iconas en el Antiguo Testamento.
La única e inalterable icona-imagen de Dios es el Logos de Dios que se humanizó, se hizo hombre, es decir, el Cristo. Otras iconas o imágenes excepto a Cristo no tiene el Dios. El hombre común no es imagen-icona de Dios. Sólo el Θεάνθρωπος (Zeánzropos Dios-hombre) Jesús Cristo es icona-imagen de Dios. Nada, excepto a Cristo (sobre su naturaleza humana), no es imagen de Dios en el mundo creado.
- Adán se creó como, a imagen de Jesús Cristo. El hombre no es con exactitud imagen de Dios, sino que es imagen-icona de Jesús Cristo.
Entonces como Dios no tiene ninguna similitud o semejanza dentro del cosmos-mundo creado y como en este mundo creado no existen conceptos y significados que se puedan atribuir a Dios e identificarlos con Él, por esta razón estamos libres de tomar cualquier concepto y nombre y atribuirlo a Dios, pero de forma apofática (sí a lo que no es). Es decir, que por un lado atribuimos un nombre a Dios y por otro se lo quitamos (Los Padres acostumbran a decir: es y no es). Por ejemplo, decimos que Dios es Luz, pero a la vez hacemos también la reducción que Dios es γνόφος (gnofos, nube o tiniebla invisible, luz que transciende toda la luz). Esto no lo decimos porque Dios no es Luz, sino porque la supera, la transciende, Dios no es resta, sino trascendencia. Esto se clarificará más abajo.
Aquí tenemos una diferencia esencial entre la Teología apofática de los Padres de la Iglesia y la Teología apofática de los “teólogos” escolásticos medievales de Occidente, la que aún existe en sus manuales. Si tomamos los manuales de la dogmática de los Papistas vemos la siguiente paradoja: dicen que existe un camino por el cual atribuimos nombres a Dios, pero a la vez también otro camino de reducción o privación, durante el cual restamos estos nombres de Dios no para que no sean atribuidos a Él, sino para limpiar estos nombres de todos sus defectos.
Una cosa así no se encuentra en los Padres de la Iglesia, el método que usan para atribuir nombres a Dios es muy sencillo. Es decir, ponen y quitan nombres. Usan contrastes y antítesis Pero esta regla o canon derrumba toda la filosofía Aristotélica. Porque los Padres cuando hablan para el Dios anulan la ley de las contradicciones o contrastes de Aristóteles44, y a la vez a Dios atribuyen contrastes o antítesis.
- Una ley de la lógica de Aristóteles dice que una cosa no puede ser a la vez también su contraria; es decir,, algo no puede ser a la vez por ejemplo blanco y negro; será blanco o negro pero no las dos.
Esto significa que los Padres no aceptan los cánones o reglas de la lógica o racionalidad cuando se ocupan de temas teológicos sobre el Dios. ¿Por qué? Porque las reglas de la lógica, en cuanto son válidas, valen sólo para las creaciones de Dios. Para el Dios no son válidos los cánones de racionalidad o de la filosofía. Ningún sistema filosófico se puede aplicar a Dios como tampoco ningún sistema de la lógica. (Porque el Logos de Dios es lógico, ilógico y hiperlógico, por la sencilla razón que el logos humano que es limitado, por consecuencia no puede llegar al ilimitado e increado Logos de Dios). Y aquellos que creen que por las matemáticas puras pueden caminar hacia Dios, para los Padres son ingenuos. Sencillamente porque entre lo creado e increado no existe ninguna similitud. Lo que vale para lo creado, no es válido para la realidad increada, que es Dios. Porque no existen cánones o leyes de las cosas creadas que se puedan aplicar a las realidades increadas. (Para el Dios 1+1+1=1, dice un padre).
Todo lo que dicen los Padres sobre el Dios, no proviene de la meditación filosófica intelectual. Es decir, los Padres no se sienten en sus despachos para hacer Teología así de manera escolástica. Porque la meditación o reflexión intelectual en los Padres está prohibida cuando se trata de teologizar. Por eso el único modo sensato para estudiar uno la Santa Escritura no es la meditación intelectual, es decir, que intentemos comprender a Dios con la lógica deduciendo y restando, sino con la oración. ¿Pero cuál oración? La noerá oración del corazón. Porque cuando viene el Espíritu Santo y visita al hombre orando y en el interior del corazón del hombre, entonces el hombre se ilumina, se metamorfosea y es capaz de comprender correctamente los conceptos del Antiguo y del Nuevo Testamento, y como está iluminado, puede que sea conducido a la zéosis.
Y si ha llegado a la zéosis, entonces conoce de la misma experiencia de la zéosis lo que significan exactamente los conceptos y los lemas que encuentra en la Santa Escritura. Por lo tanto, aquí llegamos a una clave interpretativa o hermenéutica: los conceptos y los lemas que son usados en la Santa Escritura por los glorificados o deificados que han escrito la Santa Escritura, como también los escritos de los Padres de la Iglesia y de los Santos, son θεόπνευστα (zeópnefsta, inspirados por el Dios, o por la Jaris la increada energía divina), en el sentido que todos ellos tienen la experiencia, sea de la iluminación, sea de la zéosis, y a base de esta experiencia escribieron lo que está escrito por ellos. Es decir, como tienen ésta experiencia, lo que han escrito es θεόπνευστο (zeópnefsto), inspirado por el Dios.
Sobre los dos tipos de apocálipsis, revelación.
Por eso tenemos dos tipos de apocalipsis-revelaciones. Tenemos la apocálipsis-revelación que es la noerá oración del corazón y tenemos también la otra apocálipsis que se llama zéosis. Es cierto que la segunda apocálipsis que es la zéosis (glorificación, expectación y unión con la energía increada Jaris-Gracia, la acción es de Dios no del hombre). La zéosis es la clave principal con la que nosotros comprendemos y concebimos plenamente la apocálipsis o revelación de la iluminación. Por lo tanto, aquí vemos que encontramos una percepción sobre apocálipsis-revelación y sobre inspiración divina, que es puramente empírica y nada más.
Pero en ésta apocálipsis de zéosis, el Dios no apocalipta-revela palabras, ni una nueva terminología. ¿Por qué? Porque, cuando viene el Espíritu Santo y ora en el corazón del hombre, no ora con nuevas palabras que trae consigo, sino con palabras conocidas dentro del hombre, tomadas de la experiencia humana. Por ejemplo, la bendición o oración que hace el hombre con su lógica, ésta misma oración utiliza el Espíritu Santo, entonces ésta misma oración se hace noerá oración bendición del corazón. Es decir, dice el hombre o el monje “Jesús Cristo, Señor eléisónme, o ten misericordia, caridad, o compasión de mi” con su cerebro. Ahora cuando viene el Espíritu Santo en su corazón, entonces esta misma frase se convertirá en noerá oración cordial, dentro de su corazón. A partir de entonces con ésta frase ya orará su corazón y no su cerebro. Así cuando el Espíritu de Dios ora en el interior del hombre, ora con las mismas palabras que usaba anteriormente este hombre. Por eso tenemos esta tradición de la noerá oración del corazón, que se hace con salmo o con frases hechas oración. Entonces el mismo salmo o las palabras de la oración, se convierten en bendición y oración del corazón. (Es habitual en los Padres como en todos los Helenos que la oración noerá del corazón la llamamos también bendición).
Entonces en la experiencia de la iluminación no tenemos ninguna apocálipsis, revelación de nuevas palabras o terminología. Es decir, no podemos decir que vino en los Padres el Espíritu Santo y apocaliptó-reveló una terminología: Una Esencia y tres Hipostasis o lo consubstancial. Esto no es apocálipsis-revelación, sino una terminología teológica, que se usó por los Padres para afrontar a los heréticos (erráticos). No es apocálipsis-revelación de Dios, puesto que la misma iluminación no es apocálipsis de Dios. Simplemente en el estado de iluminación se hace una unión, conexión con los ya conocidos términos, lemas y concepciones del hombre provenientes de la tradición de la piedad, (es decir, de todo que conoce sobre su fe), los conceptos y significados sea del Antiguo sea del Nuevo Testamento. Pero se utilizan nombres sacados de la experiencia común, de forma que todos puedan comprenderlos.
Pero en la zéosis cuando se apocalipta-revela el mismo Dios, todos los términos, lemas y concepciones cesan, se suspenden. Según los Padres de la Iglesia, cuando el hombre teologiza,45 lo hace en base de la experiencia que ha cosechado en su interior y a base de la co-testificación del Espíritu Santo en su interior y a base de la experiencia de los que han conseguido la zéosis, que está depositada en la tradición de la Iglesia. En esta Teología, mientras el mismo se encuentra en estado de iluminación, usa como guías conductores a los glorificados, los que llegaron a la zéosis. Es decir, los términos, lemas y conceptos que utilizaron y entregaron en la Iglesia los glorificados que consiguieron la zéosis, fallecidos o también vivos.
- Y está prohibido teologizar, si uno no se encuentra por lo menos en el estado de la iluminación. Esta tesis Patrística, la expresó claramente San Gregorio el Teólogo en su conocido “A´ Logos Teológico c.27 contra los Evnomianos”: No es propiedad o cualidad de cada uno teologizar sobre Dios. Sobre todo de estos que vienen de abajo, es decir de las cosas terrenales (se refiere a los eunomianos). Y añadiría que no siempre, ni en todos ni tampoco en cualquier situación o estado, sino que algunas veces, en algunos y si cumplen ciertas condiciones y requisitos. No es para todos, sino para los que se han examinado profundamente, y que han alcanzado la zeoría contemplación, antes pasando por la catarsis de la psique y del cuerpo, o por los menos ahora están catartizándose, en el estadio de la catarsis (limpieza, purgación y sanación). (Logos 27 Teológico A´, PG 36,16 A-B).
Aquí tenemos, pues, la llave de oro de la tradición Patrística: El que teologiza se encuentra en estado de iluminación y teologiza a base de la experiencia entregada de los que alcanzaron la zéosis, (Antiguo y Nuevo Testamento y los textos de los Padres de la Iglesia). También ora a base de la experiencia depositada de los glorificados o deificados. Así se explica por qué la más importante oración de la Iglesia son los Salmos de David. Los Salmos son el cimiento de la vida Litúrgica de la Iglesia Ortodoxa. Después tenemos las odas, himnos etc., por los que nos habla el apóstol Pablo.
Todo esto junto con la infraestructura de la vida Litúrgica, la que instruye y prepara al hombre de manera que pueda llegar al estado de la iluminación, mientras haya luchado y se ha catartizado, sanado o purgado de los pazos. Y cuando el hombre llega al estado de la iluminación, este hombre utiliza estas bendiciones, los himnos y las oraciones que escucha en la Iglesia. Es decir, el Espíritu Santo ora en el hombre en estado de iluminación con las oraciones y bendiciones de la tradición Litúrgica. Y cuando uno se encuentra en este estado de iluminación, entonces teologiza. No simplemente a base de su experiencia personal, sino también a base de su experiencia pero la que co-testifica el Espíritu Santo.
Por lo tanto, en base a esta certeza estudia los escritos o tratados de los que consiguieron la zéosis, que están en el Antiguo y Nuevo Testamento, los textos Patrísticos, los tratados de los sumarios de los Sínodos de la Iglesia, las vidas y los logos de los Santos, los textos Litúrgicos de la Iglesia, entonces ya puede hacer una interpretación correcta. Y si él mismo tiene la suerte de la experiencia de la zéosis, entonces no sólo puede interpretar correctamente, sino que puede teologizar correctamente y se convierte en teólogo de la Iglesia.
Por lo tanto, existe una diferencia básica de aquel que ha llegado a la zéosis que es el verdadero teólogo y del teologante o sea, del que está en el estado de la iluminación, aunque éste tiene un pequeño sabor de la experiencia de la zéosis. Por consiguiente, teologiza el teólogo pero también los teologantes. Pero al teologizar los teologantes, esto no quiere decir que son teólogos, son aprendices. Teólogo en el sentido estricto de la palabra se convertirá cuando llegue a la zéosis y vea, contemple a Cristo en doxa (gloria, luz increada), donde se le “apocalipta”, revela toda la verdad, tanta como la que puede el hombre conocer en esta vida. Porque el Cristo es la Verdad, la que está en-hipostasiada (personificada).
Por tanto, hasta que uno no consiga la zéosis, simplemente es teologante, es decir, alumno de la Teología. Graduado de esta Teología es el que ha conseguido la zéosis, el glorificado. Hoy en día, claro está, tenemos los teólogos titulados, aquellos que han sacado el título en una escuela o universidad teológica. Estos se autoproclaman teólogos, pero no tienen ninguna relación y nada que ver con los verdaderos teólogos de la tradición Patrística. Sobre quién es el teólogo de verdad, si uno utiliza los criterios de apóstol Pablo, como de los Padres de la Iglesia, por ejemplo, de San Simeón el Nuevo Teólogo, entonces verá que la actual Teología moderna Ortodoxa, que está influenciada por la Teología Rusa, no es Teología Patrística, sino una deformación, distorsión y camuflaje de la Teología Patrística, porque se ha escrito por hombres que no tenían las condiciones y requisitos espirituales referidos anteriormente. Sólo si uno utiliza severa y estrictamente criterios científicos, puede conseguir alguna objetividad en su investigación y en sus conclusiones.
Sobre la objetividad en la investigación y en la Teología.
¿Pero qué entendemos al decir objetividad en la investigación? En las ciencias positivistas la objetividad se adquiere con la observación y el análisis. Por ejemplo, ¿cómo sabemos que existen más o menos 100.000 genes dentro de una célula? Los hemos observado con un microscopio electrónico, los hemos fotografiado y contado. 46. Todo esto se ha dicho en año 1983. Desde entonces hasta hoy se han hecho enormes progresos sobre este tema.
Lo mismo se hace también en la astronomía, es decir, al macrocosmos. Antes del 1926 todos los astrónomos creían que hay un solo galaxia. ¡Pero hoy en día (año 1983) con los radiotelescopios, los astrónomos conocen que hay por lo menos 100 millones de galaxias en el universo! Es decir, uno ve y confirma por la experiencia de la observación. Esta objetividad que existe en las ciencias positivistas y que proviene de la observación, la experimentación y la medición es la columna vertebral de las ciencias positivistas.
La característica particular de la objetividad de las ciencias positivistas es la repetitividad del experimento, la reproducción y la verificación del resultado. Es decir, muchos científicos en distintas partes del mundo pueden paralelamente certificar aquello que algún compañero de ellos ha descubierto primero. Es decir, que el conocimiento científico recibe la confirmación y la redefinición de otros investigadores en distinto lugar y tiempo. Por lo tanto, el testimonio de muchos científicos de renombre es lo que crea y define la objetividad de las ciencias positivistas.
Ahora bien, en la Teología Patrística, ¿qué puede ser objetivo y cuánto puede variar de la objetividad?
Las diferentes teologías que se utilizan actualmente en la Ortodoxia, son simplemente estimaciones sobre lo qué es la Tradición Patrística. Son cálculos subjetivos.
¿Pero cómo un teólogo actual puede lograr la objetividad en su Teología?
Porque el problema es el siguiente:
Debido a que el teólogo Ortodoxo tiene la fe Ortodoxa desde niño, por costumbre acepta como dada la verdad de su fe. Es decir, como es Cristiano Ortodoxo, de antemano cree, acepta y admite como verdadera la enseñanza de Cristo, acepta como verdadera la enseñanza de los Padres y las decisiones de los Sínodos Ecuménicos y Locales, admite el Derecho Canónico de la Iglesia, etc. Por lo tanto, un teólogo moderno Ortodoxo, ¿cómo puede adquirir objetividad en su método teológico bajo de estas condiciones? Este es el principal problema actualmente.
Cuál es la columna vertebral de la Tradición Ortodoxa
Lo que ocurre es que tenemos en las manos un tesoro, la Teología de la Tradición Ortodoxa, que es el resultado y culminación de experiencias de siglos que son repetidas, renovadas y descritas de los hombres deificados o glorificados de distintas épocas. Tenemos las experiencias de los Patriarcas, los Profetas, y después las experiencias de los Apóstoles, las cuales todas estas las llamamos zéosis o glorificación. Es glorificado el Profeta, significa que ve, contempla la doxa (gloria, luz increada) de Dios. Es glorificado el Apóstol significa que contempla la doxa increada de Cristo. Viendo el Apóstol la doxa de Cristo, comprueba y verifica de su propia experiencia que la doxa increada de Cristo en el Nuevo Testamento es la doxa increada de Dios en el Antiguo Testamento. Por lo tanto, el Cristo es el Yahvé y el Eloim del Antiguo Testamento.
En lo referente al Espíritu Santo, lo qué es -como en el Antiguo Testamento no está claro- se comprueba por la experiencia de los Apóstoles. Porque en ellos tenemos la repetición de la experiencia de los Profetas, pero con la diferencia que ahora al Yahvé del Antiguo Testamento se ha añadido la naturaleza humana de Cristo. Porque los Apóstoles fueron glorificados o deificados después de la Encarnación y los tres notables parcialmente durante la Metamorfosis en el Monte Tabor; pero todos plenamente durante el Pentecostés, donde alcanzaron el punto más alto que puede llegar un hombre en esta vida.
Después de los Apóstoles tenemos las experiencias de los deificados o glorificados que son los Padres de la Iglesia, como también los Santos que llegaron a la zéosis. Esta sucesión de la experiencia de la zéosis está y continúa hasta hoy en día 48. Por tanto, esta experiencia de la zéosis, es la columna vertebral de la tradición Ortodoxa y también el cimiento de los Sínodos Ecuménicos y Locales, del Derecho Canónico de la Iglesia y vida Litúrgica de ella hasta hoy.
- En las últimas décadas en la Iglesia ha habido muchos santos deificados, entre ellos los conocidos: Yérontas Paisios el Aghiorita, Padre Sofronio de Essex y Aghiorita, Yérontas y ahora Santo Porfirios, Yérontas Jacobo de la isla de Evia, Yérontas José de las Cuevas, Yérontas Efrén de Catunakia Athos…
Así pues, si un teólogo Ortodoxo se sostiene en esta Tradición, es decir, se convierte en estudioso de la Tradición Patrística, y si el mismo pasando a través de la catarsis y la iluminación llega a la zéosis, no sólo para entender, sino para comprobar él mismo también en Espíritu Santo la verdad de esta Tradición, sólo entonces podemos decir que logra la objetividad de su método empírico.
Quién es el “profeta” en el Nuevo Testamento.
Toda enseñanza de la Iglesia sobre la divina Jaris (gracia, energía increada) está basada en la enseñanza sobre la Santa Trinidad y sobre la Encarnación del Divino Logos increado.
Dice el Apóstol Pablo: “Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas” (1Cor 12,28).
Más tarde predominó la idea de que el profeta del que habla el apóstol Pablo era el obispo de la Iglesia de los primeros Cristianos. Por lo tanto tenemos: primero los Apóstoles, después los Obispos y después los Presbíteros, los cuales desde este aspecto son los didáscalos-maestros de la Iglesia.
Ahora bien, si leemos el 14º capítulo de la 1 Epístola a los Corintios de Apóstol Pablo, vemos que allí se refiere claramente que en la parroquia de Corinto había muchos profetas, es decir, cristianos con el carisma profético y de prever. Porque escribe: “para que hablen los profetas en grupos de dos o tres” (1Cor 14, 29). Porque habían profetas por lo menos tres, y posiblemente más, seis o siete. Aquí los profetas de Corinto no eran todos obispos.
¿Pero qué significa la palabra profeta del apóstol Pablo? Lo qué significa se ve por el hecho que en otro punto el apóstol escribe que no se ha apocaliptado-revelado el Misterio de Dios en generaciones anteriores, tal y como se ha apocaliptado en la suya, es decir, tal y como “se ha revelado-apocaliptado ahora a los apóstoles y a los profetas” (Ef 3,5). Esto no significa que el Cristo no se había apocaliptado-revelado en el Antiguo Testamento, tal y como se ha revelado-apocaliptado ahora a los apóstoles y a los profetas. Es decir, aquí no está hablando sobre los Profetas del Antiguo Testamento, sino para los Profetas de la Iglesia.
Esto significa que:
- a) Apóstol es aquel a quien se ha apocaliptado-revelado el Cristo en doxa (gloria, luz increada). Por esto en el capítulo 15 de la 1 Epístola a los Corintios, el Apóstol Pablo enumera todos aquellos a los que se ha manifestado y aparecido el Cristo después de Su Resurrección, pero también después del Pentecostés, porque allí no hace distinción entre las apariciones de Cristo antes y después del Pentecostés.
Por lo tanto el atributo inicial de cualquier Apóstol, no sólo era ser discípulo de Cristo antes de Su Resurrección, sino el hecho que el Cristo se ha revelado-apocaliptado en éste en doxa-gloria (luz increada) después de Su resurrección. Por eso el apóstol Pablo escribe: “No conozco a Cristo en carne sino en espíritu” (2Cor 5,6). Porque para que conociese a Cristo en carne, significaría que se habría relacionado con Él antes de Su Crucifixión, lo cual nunca sucedió. Después de Su Crucifixión, Entierro y Resurrección no conocemos a Cristo en carne sino en espíritu. Es decir, vemos a Cristo espiritualmente con los ojos de nuestra psique y en doxa (gloria, luz increada) durante la experiencia de la zéosis (deificación o glorificación).
- b) Profeta es aquel al que también se le ha sido apocaliptado-revelado el Cristo. Las veces que el Cristo se manifiesta después de Su Resurrección, aparece dentro de esta doxa (gloria, luz increada) y exactamente esta experiencia adquiere uno cuando ve a Cristo en doxa increada, y automáticamente le constituye en Apóstol o Profeta. Esto significa que el profeta por el que habla Pablo es aquel que ha llegado a la zéosis (glorificación o deificación). Y esto se ve claramente de aquello que dice Pablo, antes decir “… los que ha puesto el Cristo en la iglesia, primero los apóstoles. Segundo los profetas…”, que es esto: “…y si un miembro recibe doxa (luz increada), todos los miembros con él se alegran y gozan” (1Cor 12,26).
Además, es ya ampliamente aceptado que aquellas cosas que escribe san Dionisio el Areopagita para los obispos de entonces, no están muy lejos de la realidad. Es decir, igual que el profeta para el Apóstol Pablo es aquel que ha llegado a la zéosis, así también para san Dionisio, el obispo es aquel que ha llegado a la zéosis. Efectivamente, de estos profetas del Apóstol Pablo provinieron los obispos de la Iglesia de entonces. 54 (Ver también sobre Padres del Romanicismo o de la época Románica, por el mismo autor: «Predominó en llamarse profeta al obispo dirigente de la parroquia y el resto presbíteros, mientras que al principio se acostumbraba llamarse todos presbíteros. Es digno de apuntar que la Iglesia de Corinto tenía por lo menos cinco profetas (1Cor 14,29). A Pablo no le preocupan tanto los nombres obispo o presbítero, ya que como profetas los considera, junto con los Apóstoles, como cimientos de la Iglesia (Ef 2,20). La ordenación de ellos como en el caso de los apóstoles fue directamente de Cristo mediante la zéosis (Ef 3,5) y a continuación mediante el reconocimiento de esta zéosis o glorificación, deificación, con los co-glorificados, co-deificados.)
San Nikita Stizatos nos informa que existen hombres que se han ordenado directamente obispos por el mismo Dios, aunque no son reconocidos por los hombres como obispos; es decir, que tienen el mismo poder espiritual que el obispo.
Parece que en la parroquia de Corinto de entonces hubo un conflicto, porque los que tenían géneros de lengua que son las distintas formas de la noerá oración del corazón o espiritual o que algunos de estos creían que podían ser equiparados con todos los demás. Por eso el Apóstol Pablo para poner un orden en la Iglesia, nos dice que los primeros en la Iglesia son los Apóstoles, después los profetas, después los maestros y termina con los del género de lenguas.
En los capítulos 12, 14 y 15 de la 1 Epístola a los Corintios, el apóstol Pablo hace una interpretación completa de la Eclesiología Ortodoxa. De esto se ve claramente que las parroquias del apóstol Pablo todos los miembros del Cuerpo de Cristo eran θεόκλητος zeóklitos llamados de Dios. Y esto porque todos habían recibido la visita del Espíritu Santo en sus corazones. Es decir, eran llamados de Dios θεόκλητος55 zeóklitos miembros del Cuerpo de Cristo, ya que habían sido ordenados por el mismo Espíritu Santo. Y como los Apóstoles habían llegado a la zéosis glorificación, divinización, de la misma manera los profetas eran aquellos que también habían llegado a la zéosis, mientras que desde didáscalos-maestros hacia abajo eran los que habían llegado a la iluminación.
(55 Idem que antes pág.7: «Apóstol Pablo recalca sobre todo que el Dios pone a cada uno dentro en la Iglesia. Comienza con los apóstoles y los profetas que han llegado a la zéosis y acaba con los “géneros de lengua” (1Cor 12,28). Estos estadios son resultados del bautismo en Espíritu que se distingue del bautismo en agua, como se ve hasta hoy de los oficios del bautismo y de la crismación o unción. Los que se encuentran en esta enumeración constituyen el Sacerdocio real. Los particulares, que son los laicos, no tienen el bautismo en Espíritu y no son enumerados aún por Pablo entre los miembros que el Dios ha puesto dentro en la Iglesia.)
Sobre el Misterio de Crismación, Crisma o Unción
Ahora bien, si combinamos las informaciones con las cosas que se refieren en las oraciones del oficio de la Santa Mirra, se ve claramente que el Misterio de Crismación era considerado un Misterio para los que ya habían recibido la visita del Espíritu Santo en sus corazones, es decir, para los iluminados.
Se ve también que en la antigua Iglesia el Misterio de Crismación no se celebraba junto con el Misterio del Bautismo. El Misterio del Bautismo se celebraba en remisión de los pecados, mientras que el Misterio de Crismación se destinaba para los que ya se habían hecho miembros del Cuerpo de Cristo. Porque se supone que en ellos ya había venido en sus corazones el Espíritu Santo y oraba sin cesar, es decir, eran θεόκλητος (zeóklitos llamados de Dios). El Misterio de Crismación se celebraba como sellamiento de este acontecimiento. Por eso en la celebración de este Misterio el sacerdote, cuando crismaba al Cristiano, clamaba: “Sello, donación del Espíritu Santo”. Este sello era la confirmación de la Iglesia de que el aquel cristiano que apenas se había crismado se encontraba en situación de iluminación. Por eso en la Tradición Latina el Crisma o Crismación se llama “confirmatio” confirmación. Confirmación de que aquel cristiano una vez haya pasado por la catarsis había llegado al estado de iluminación. Por lo tanto viene la Iglesia, le sella y ya es considerado miembro del Cuerpo de Cristo.
Así que en la antigua Iglesia sólo después del Misterio de Crismación, el bautizado era considerado miembro de la Iglesia. Con el Bautismo recibía la remisión de los pecados y con la Crismación se hacía miembro de la Iglesia. Hoy en día el Crisma o Crismación se hace a los niños inmediatamente después del Bautismo.
Sobre laicos y clérigos y sobre la Iglesia.
Pero dentro de estos marcos vemos un desarrollo curioso en la historia de la Iglesia, durante la cual el sacerdocio real (1Ped 2,9) de la Iglesia no permaneció cualitativamente lo que era desde el principio57.
57 Ver Ierotheo Vlajos, idem pág.96: “…El renacimiento del hombre, el descubrimiento del principio hipostático tiene como resultado de ser desarrollada intensamente la agapi (amor, energía increada) para todo el mundo. Y esto se expresa con la oración y el sacrificio por todo el mundo. El corazón arde de agapi. Entonces el hombre sale de los límites restrictivos de su ego o yo y se introduce con agapi en la hipostasis (base substancial) del otro. Vive en un grado la kenosis (vaciamiento) de Cristo y la agonía de Él en Getsemaní. Clama por todo el mundo. En la vida de muchos santos vemos que tenían este corazón compadeciente por toda la creación, incluso hasta del diablo. Esta oración sacrificadora que se hace a través y dentro de la experiencia de la divina visión de la luz increada y el descubrimiento de la persona o personalidad, se llama sacerdocio real. Y los que oran noerá sin cesar, es decir, con el nus o espíritu y energía del corazón, tienen el llamado sacerdocio espiritual o santidad.”
Es decir, en principio, en la época de los primeros cristianos tenemos los laicos y los clérigos. El apóstol Pablo llama a los laicos particulares y los Padres de la Iglesia son aquellos que interpretan o hacen hermenéutica a los particulares del apóstol Pablo como laicos. Laico es aquel que se ha bautizado pero aún no ha sido llamado por lo alto de manera que sea convertido ya sacerdocio real, es decir, clérigo. Como clérigo se consideraba como θεόκλητος (zeóklitos, llamado de Dios), es decir, aquel que había recibido dentro de su corazón la visita del Espíritu Santo y Su energía increada y que el Espíritu con la energía increada comienza a orar en el interior del hombre. Es decir, aquel que se ha convertido en templo del Santo Espíritu (de la jaris, energía increada) y por eso miembro del Cuerpo de Cristo, o sea, de la Iglesia.
Por eso el apóstol Pablo dice: “…los que ha puesto el Dios en la Iglesia….”, ya que antes dijo: “vosotros sois cuerpo de Cristo” (1Cor 12,27). Es decir, el mismo nos da la definición lo qué es Cuerpo de Cristo.
Más tarde sabemos de los Padres que vino la época en que se ordenaban como clérigos a hombres que en la antigua Iglesia se considerarían como laicos. Después estos hombres serían ordenados también como obispos. San Simeón el Nuevo Teólogo hace un desarrollo completo sobre este tema.
Esto significa que se introdujo en la tradición de la Iglesia a ordenar como clérigos hombres que no tenían las cualidades de ser clérigos de la Iglesia. No tenían las condiciones espirituales para el sacerdocio o la santidad.
Contra esta situación anormal se sublevó San Simeón el Nuevo Teólogo con tan gran éxito, de manera que la Iglesia le nombró Nuevo Teólogo. Desde su época hasta San Gregorio Palamás, dentro de la Iglesia pasó un gran conflicto sobre el tema de la elección de los obispos. Por causa de ésta “disputa Hisijasta”, como se le denominó, al final triunfó la línea de San Simeón el Nuevo Teólogo, y se estableció que los obispos de la Iglesia fueran escogidos de los monjes de la tradición Hisijasta de la catarsis, iluminación y zéosis.
Sobre Francocracia y sobre Hisijasmo.
Esta línea se mantuvo durante todo el período de la esclavitud turca o turcocracia. Cierto es que se hizo lo mismo durante la esclavitud de los Francos o Francocracia que fueron antes que la Turcocracia. Una parte grande de la Romanidad que después fue esclavizada por los turcos, antes ya había sido esclavizada por los Francos.
Es digno de mencionar que los Francos, que antes estuvieron bastantes siglos en tierras de Grecia y de Oriente Medio, lucharon mucho por conquistar y poner a su dominio los Ortodoxos Cristianos bajo los obispos Francos. Porque no permitían la ordenación de obispos Ortodoxos. Esto no nos tiene que parecer extraño, porque Francocracia, tenemos también en la reciente historia, porque en el caso de las islas de Dodecaniso* que estaban esclavizados por Italia, los Francos no permitían poner obispo Ortodoxo. *(Son las 12 islas del mar Egeo, Rodas, Patmos, Kos etc.) Puesto que el programa de los papistas era subyugar a los Cristianos Ortodoxos bajo el mandato de los obispos Francos. Esto es Francocracia-La Francocracia no es tan sólo la Edad Media, es decir, antes de la Turcocracia; tenemos Francocracia en Grecia también después de la liberación de los Turcos (Revolución y liberación Elena en el año 1821).
Lo que tiene importancia es que durante todo el período que tuvieron y gobernaron las tierras de la Romiosini o Romanidad, los Francos, sabían muy bien que la fuerza de la Ortodoxia era la tradición Hisijasta. Porque la piedad Hisijasta era aquella que daba siempre la fuerza a los Ortodoxos para aguantar la esclavitud. ¿Por qué? Porque aquel que tiene la noerá oración del corazón no tiene miedo a nada, si dentro de su corazón tiene la atestiguación del Espíritu Santo, que le informa que contiene la verdadera fe sobre Dios y a la vez, las actitudes, conductas y virtudes correctas sobre Dios, éste hombre está en situación de sufrir cualquier tortura o suplicio para la realeza increada de los Cielos. Esto lo sabían no sólo los Francos, sino los Turcos también. Por lo tanto, era conocido desde hace siglos que la fuerza de la Ortodoxia era y es el Hisijasmo.
¡Los Francos consideraban que el Hisijasmo no era tradición Patrística, sino tergiversación de la tradición Patrística! Más no aceptaron nunca que esta tradición era auténtica tradición Cristiana, de los primeros Cristianos, a pesar del hecho que ésta misma tradición había existido durante varios siglos también en Occidente.
Desgraciadamente esta tradición se perdió en manos de la tradición de los conquistadores de la Romiosini o Romanidad Occidental, es decir, se perdió en manos de la tradición de los Normandos, Godos, Francos, Burgundos, Lombardos, como también de todos los Germánicos. Esto quiere decir que el Hisijasmo no era un fenómeno de Oriente, sino que el Hisijasmo era un fenómeno que existía en todo el Cristianismo de la antigüedad.
Además, si uno hace interpretación correcta del Apóstol Pablo, ve que repetidamente el apóstol Pablo habla para la noerá oración del corazón, la cual es el corazón del hisijasmo, en el aspecto de metodología. Esto da a entender que el Apóstol Pablo cuando dice “oraré y psalmodaré con el espíritu (nus) y con la lógica” (1 Cor 14,15), ésta es la noerá oración del corazón, tal como lo interpretan los Padres de la Iglesia. Si quieren comprobarlo esto, vean la interpretación de San Juan el Crisóstomo (boca de oro), así podrán ver cómo interpreta los pasajes de las epístolas de San Pablo. Por lo tanto la tradición Hisijasta no es Bizantina, sino antigua tradición Cristiana.
Pues, mientras los Francos investigaron ésta fuerza de la Ortodoxia, ¿qué hicieron para hacerla desaparecer? Pusieron como meta la disolución y desaparición del Hisijasmo, después de la constitución de la nueva Grecia, es decir, después de la revolución del año 1821 y de ésta obra se ocupó Adamantio Koraís.
Éste proclamó la guerra contra el Hisijasmo entonces cuando la meta de los Rusos y de los Europeos era el desarraigo y el enterramiento del Hisijasmo que pertenecía a la tradición Cristiana, o sea, esto ocurrió después de la revolución de 1821. Así llegamos hoy al punto que esta tradición se considera como un caso antiguo, un detalle, un fenómeno pasado de la Tradición Ortodoxa. Desde luego, en los libros de texto, a partir de 1821, que se usaban y aún usan en ciertos colegios, nos informan que este Hisijasmo es una herejía, una nimiedad, una tradición que no vale nada. (Año 1980, hoy en día las cosas cambiaros, el hisijasmo vuelve a tener un gran auge).
Recapitulando, decimos que primero tenemos la revolución de San Simeón el Nuevo Teólogo y después tenemos la re-graduación de la Jerarquía por lo menos de esta tradición, después llegamos hasta la revolución del 1821 con esta misma tradición y al final viene la época que hay después de la Revolución Helénica, la cual intenta enterrar casi esta tradición.
¿Pero a continuación qué ocurre? El enterramiento de esta tradición se extiende también en los lugares de los Patriarcados Ortodoxos! Esta obra se ocupó de acabarla el entonces Archiobispo de Atenas Meletio Metaxákis, del cual se ve que era un gran Masón; y digo se ve, porque los mismos Masones sostienen que Meletios Metaxakis era Masón. Éste Metaxakis pues, primero se hizo Archiobispo de Atenas, después Patriarca de Alejandría y finalmente Patriarca de Kostantinopla. Por lo tanto con ésta ronda que hace Metaxakis, de Atenas al Patriarcado de Alejandría, también fue Metropólita de Kitio, y después de Constantinopla, por donde pasó en todas partes entierra al Hisijasmo y la tradición Hisijasta.
Sólo en Antioquia no podía ir, porque Antioquia se había revuelto contra la Romanidad Ortodoxa desde el siglo anterior y ya Antioquia no aceptaba obispos heleno-ortodoxos; menos mal sino que Metaxakis hubiese ido también a Antioquia y porque no hasta Jerusalén. Sospecho que los Papistas y los Protestantes fueron partícipes en todo éste movimiento y desarrollo, porque ellos esto desde siempre lo tenían y lo tienen como meta enterrar al Hisijasmo.
A continuación tenemos lo siguiente: El gran especialista de los Papistas sobre temas ortodoxos era un tal Jugie. Éste escribió un libro en latín sobre enseñanza dogmática de la Iglesia de Oriente, en el cual anuncia la muerte del Hisijasmo, diciendo: “Podemos decir que el Hisijasmo ya está borrado, terminado”. Lo mismo dijo también un contemporáneo historiador griego, el cual anunció triunfalmente la muerte del Hisijasmo y de esta forma los Neohelenos no tenemos problema de identificación nacional!
Últimamente, un teólogo papista llamado Stiernon, escribió un largo artículo en Francés sobre el Palamismo. En este artículo, cita toda la bibliografía y todo el movimiento sobre el pasado del Hisijasmo. Empieza su obra de la siguiente manera: “Jugie, cuando escribía en su libro sobre enseñanza dogmática, anuncia en aquel libro la muerte del Hisijasmo, es decir, la inexistencia del Hisijasmo”. Este artículo de Stiernon se escribió alrededor de 1973. En este libro hace una revisión de toda la bibliografía sobre las obras Palámicas a su conveniencia. Cierto es que entonces habían pocas obras sobre el Hisijasmo, así como traducciones de obras Patrísticas hechas por monjes de uno y dos siglos antes. Los monjes, en los monasterios, habían hecho traducciones sencillas y bellas en lenguaje simple de muchas obras de San Gregorio Palamás. Claro que a Jugie no le interesaba investigar sobre estas bellas obras de los monjes, sino que se interesaba saber solo que material quedaba en las bibliotecas de las Escuelas Teológicas sobre el Hisijasmo, en las cuales entonces se habían olvidado del Palamismo y del Hisijasmo. Y continua Stiernon: “Pero en pocos años aparecieron miles de docenas de trabajos sobre Palamás y así se revivió la enseñanza del Hisijasmo dentro de las Escuelas Teológicas de la Ortodoxia.
Hoy sucede que el interés por el Hisijasmo está en espectacular aumento. Hoy por hoy, en relación con el tema, se han traducido en muchas lenguas muchas obras y hay muchos heterodoxos que se bautizan Ortodoxos a causa del Hisijasmo. (Sólo en Alemania se han bautizado más de 300.000 personas los últimos años). Ocurre también que nos encontramos en una encrucijada sobre éste tema, un conflicto de poderes ocultos, y que muchas veces los estudiantes no se percatan de ésta guerra sucia de los poderes ocultos que llegan a calumniar y a difamar no sólo temas teológicos, sino también no teológicos, con el propósito de debilitar este auge del Hisijasmo.
Concretamente un círculo de Atenas de poderes fácticos, intenta con eslóganes despreciar y burlarse del Hisijasmo. Porque estos que se esconden detrás de estos eslóganes, no son capaces de hacer una conversación teológica, científica y seria sobre los temas de la historia, de los dogmas y sobre la enseñanza dogmática de los Padres de la Iglesia, sino que son portadores del espíritu de investigaciones científicas, que se hacen en ciclos Protestantes, los cuales tienen condiciones, premisas y bases totalmente distintas de los Ortodoxos, sobre la investigación del Antiguo y Nuevo Testamento. Lanzan pues eslóganes, pisotean y además desprecian los líderes del Hisijasmo en Helas-Grecia y en el extranjero.
Estos mismos intentan confundir y poner en conflictos la misma Iglesia Ortodoxa Katólica y Apostólica de Grecia, la cual ya hace mucho tiempo tiene clara su tesis sobre el Hisijasmo. Sobre todo uno de sus obispos, Pantaleimoón Karanikolas, obispo de Corinto, ha hecho grandes obras sobre los textos Patrísticos. Él ha confeccionado los «códigos o códices claves de los Santos Cánones y él ha traducido el libro “Peripecias de un peregrino anónimo” escrito en ruso.» No obstante la misma Jerarquía de la Iglesia de Helas-Grecia se ha puesto de parte de los teólogos conductores para resurgimiento y renacimiento de esta tradición Hisicasta.
A pesar de esto se hace un esfuerzo contrario de aquellos otros que filosofan y esjatologan (hacen tratados esjatológicos). Ya que los verdaderos esjatólogos son los Hesicastas, los que están en la hisijía ortodoxa real. Porque la verdadera Esjatología es el Hisijasmo. En los últimos años se han hecho múltiples trabajos sobre los Padres y se han confeccionado muchas “claves o llaves de oro” de los Santos Cánones. Por tanto, aquellos que ponen como pretexto temas sociopolíticos esconden su suciedad para enterar la Ortodoxia. Por eso no seáis ingenuos, el Cristo dijo que seamos prudentes como las serpientes.
Sobre “conservadores” y “liberales”.
Ahora han lanzado el nombre de “conservadores” contra los partidarios de esta tradición del Hisijasmo. ¿Pero en Occidente qué significa conservador?
En Occidente conservador es aquel que identifica la Santa Escritura con la apocálipsis-revelación de Dios al mundo, al hombre. Porque antiguamente los Protestantes y los Papistas creían en pie de la letra la inspiración divina de la Santa Escritura, es decir, que el Cristo por el Espíritu Santo dictó a los Profetas y los Evangelistas en pie de la letra la Santa Escritura; y que los escritores de la Santa Escritura se sentaban como escritores y escribían lo que oían del Espíritu Santo.
Pero ahora con la crítica Bíblica esta línea se ha tirado por los aires. Por lo que el mundo Protestante se ha dividido en conservadores y liberales. Los Luteranos están divididos en conservadores y liberales. En América existen iglesias Luteranas separadas. Unos son liberales y los de Misouri Synod son conservadores. Unos aceptan la Santa Escritura como apocalipsis-revelación absoluta y los otros no.
Lo mismo ocurre también con los Bautistas. Los Bautistas liberales no aceptan la Santa Escritura al pie de la letra como inspiración divina y apocálipsis-revelación, en cambio los otros la aceptan como apocálipsis e inspiración divina al pie de la letra. Lo mismo ocurre con todas las confesiones Protestantes de América. Es decir, desde este aspecto se han dividió en liberales y conservadores.
Ahora uno se pregunta, ¿esta separación se puede aplicar en la tradición Ortodoxa? Es decir, ¿existen Padres conservadores y Padres liberales desde este aspecto? ¿Existe algún Padre de la Iglesia que enseñe al pie de la letra la θεοπνευστία inspiración divina de la Santa Escritura? ¿Existe algún Padre de la Iglesia que identifica la Santa Escritura con la experiencia de la zéosis. Por supuesto que no, no existe nadie. Puesto que la experiencia de la zéosis es apocálipsis-revelación de Dios al hombre. Sobre todo desde el aspecto de Teología Dogmática el que uno identifique la Santa Escritura con la Apocálipsis-Revelación que es experiencia de la zéosis y que supera los verbos, dichos y conceptos, es herejía pura.
Por tanto, uno que acepta esta línea Patrística, ¿puede calificarse como conservador según la consideración anterior Protestante? Los Protestantes liberales cuando oyen esta línea de los santos Padres, dicen: ¡Esto es liberalismo! Los Protestantes conservadores dicen: ¡esto es herejía! O sea para ellos nosotros los Ortodoxos somos heréticos, es decir, los que seguimos a los santos Padres.
Entonces uno se preguntará:
¿Quiénes son los Ortodoxos liberales y quiénes los conservadores?
La respuesta es que son los que teologizan de la manera Protestante. Por eso algunos “teólogos” (de academia) en Helas-Grecia se han separado en liberales y conservadores. Los liberales son los que siguen a los Protestantes liberales y los conservadores son los que siguen a los Protestantes conservadores en estos temas.
Pero la tradición Patrística, ¿puede ser incluida dentro de estas calificaciones y consignas?
Por supuesto que no.
Un Hisijasta teólogo de la Iglesia Ortodoxa Oriental será considerado en Occidente como liberal.
¿Por qué?
Porque no identifica el texto escrito con los dichos, verbos y conceptos de la Santa Escritura con la Apocálipsis-Revelación.
Por tanto, ya que la Apocálipsis-Revelación es experiencia de la zéosis que supera la noesis comprehensión, percepción con el nus, como también los dichos, verbos y conceptos, esto significa que esta etiqueta de conservador y liberal no puede ser puesta a los portadores de la tradición Ortodoxa. Por eso los Padres no son conservadores ni liberales. Sencillamente existen Padres Santos de la Iglesia, los cuales han llegado sólo a la iluminación y hay santos de la Iglesia que han llegado a la zéosis que son también santos de la Iglesia pero simplemente son más glorificados o gloriosos que los anteriores.
Esto es la tradición patrística, el llegar uno a la iluminación o a la zéosis una vez que haya pasado primero de la catarsis y la iluminación. La tradición Ortodoxa no es más que esta instrucción terapéutica, “psicoterapéutica”, en la que se realiza la catarsis del nus (como energía) o corazón (como esencia), la iluminación del nus y la zéosis del nus y del hombre entero. Por tanto, dentro de estos marcos ¿existe algún iluminado liberal o conservador? Por supuesto que no. Porque, estás iluminado o no lo estás. Has alcanzado la zéosis o no la has alcanzado. Te has tratado y sanado con la terapia o no te has sanado, “psicoterapiado”, más que esto no hay otra diferenciación.
30 Sobre θεοπνευστία zeopnefstía intuición o inspiración divina.
El término teológico θεοπνευστία zeopnefstía intuición o inspiración divina, está compuesto de θεός zeós dios y πνεύμα pnevma espíritu.
Ahora vamos al tema de la θεοπνευστία zeopnefstía inspiración divina. Entre los Protestantes y los Papistas se ha creado la impresión que ha influenciado mucho también el moderno pensamiento Ortodoxo, de que la Divina Escritura ha sido dada por Dios a la Iglesia. En esto están todos de acuerdo, Protestantes, Papistas y Ortodoxos. Además, Ortodoxos y Papistas están de acuerdo en que Dios dio también la Santa Parádosis (entrega y tradición divina) en la Iglesia. Los Protestantes, en el tema de la Tradición parece ser que revisan y reconsideran algunos de sus pensamientos y tesis.
Pero ocurre hoy un fenómeno paradójico que la Iglesia Ortodoxa afronta: En el Antiguo y Nuevo Testamento, como también en la Tradición, uno encuentra opiniones, que hace más o menos 250 años atrás, la ciencia las ha demostrado equivocadas, con el avance en la investigación que tuvieron las ciencias positivas. Ciertamente esto crea un problema serio a uno que no comprende correctamente lo que dan a entender los Padres cuando hablan sobre la inspiración divina θεοπνευστία zeopnefstía. Este problema concierne principalmente sobre el estudio e investigación de la Santa Escritura.
En la Tradición de los Francos que siguió a Agustín, la apocálipsis-revelación fue identificada con la apocálipsis-revelación de conceptos de parte de Dios al hombre; no sólo conceptos sino lemas también, es decir, términos y palabras que acompañaban estos conceptos. Pero si uno acepta ésta opinión entonces tenemos la llamada inspiración divina θεοπνευστία zeopnefstía por letra de la Santa Escritura, durante la cual Dios dicta de alguna manera los lemas y conceptos a los escritores de la Santa Escritura. Pero una vez que se adopte esta línea, entonces el resultado es que Dios es el mismo escritor de la Santa Escritura y no los Profetas o los Evangelistas.
Por tanto, como la Teología Occidental siguió esta línea, entonces con la aparición de la ciencia moderna se ha provocado un gran problema; en efecto, la ciencia moderna ha revocado algunas posiciones de la Santa Escritura, como por ejemplo, la edad del mundo, entonces es como si Dios fuera un mentiroso en las cosas que el mismo antiguamente había dictado.
La opinión común que ha dominado sobre inspiración divina θεοπνευστία zeopnefstía es que la obra de la zeopnefstía se delimita sólo en lo que se ha presentado y expuesto en la Santa Escritura. Cuando decimos inspiración divina θεοπνευστία zeopnefstía inmediatamente viene en nuestra mente y nus (espíritu) la Santa Escritura, es decir, los Profetas, los Apóstoles y los Santos. Ahora bien, si uno es también conservador, enseguida vendrá en mente también algún Sínodo ecuménico además de la Santa Escritura. Porque para un hombre de este tipo las decisiones de los Sínodos también son de inspiración divina θεοπνευστία zeopnefstía, o inspiraciones divinas. Y si aún es más conservador trae en su mente también los Santos Padres. Y sí es muchísimo más conservador trae en su mente también los Cánones de la Iglesia, la vida Litúrgica de la Iglesia, las vestimentas, etc…Esto último es totalmente conservador. Es decir, si la base es el 50 y lo máximo el 100, éste es el 100; ¡o sea que tiene el 100% de conservadurismo!
Pero lo que es importante es lo siguiente: La inspiración divina θεοπνευστία zeopnefstía se ha llegado a considerar que cubre gran parte del espacio de la vida eclesiástica, por no decir la totalidad de este espacio. En la teología ortodoxa actual hay mucha confusión sobre este tema. Es decir, en lo que es, qué significa y dónde se encuentra la inspiración divina θεοπνευστία zeopnefstía.
Allí donde están de acuerdo todos los cristianos ortodoxos es que la Santa Escritura es de inspiración divina. Sin embargo, aún no estamos examinando qué es inspiración divina θεοπνευστία zeopnefstía, es decir, en cuánto la Santa Escritura es realmente de inspiración divina. De momento quedemos con esto: que la Santa Escritura es inspiración divina θεοπνευστία zeopnefstía.
En base a esto es válido aquello que se refiere en la Santa Escritura, de que el Cristo ha prometido a los Apóstoles que mandaría el Espíritu Santo, el Cual los conduciría “a toda la verdad completa” (Jn 16,13). Por tanto, el Cristo es Aquel que envía el Espíritu Santo que procede del Padre y el Espíritu Santo es el que conduce a toda la verdad completa.
Pero ahora surge la pregunta: ¿a quiénes exactamente da Cristo el Espíritu Santo y a quiénes exactamente conduce a la verdad completa o total?
Los papistas responden que el Espíritu Santo se ha dado en principio a los Apóstoles y mediante los Apóstoles lo reciben también todos los obispos, cuando están ordenados y que en Él participan también los curas de alguna manera. Esta convicción de los papistas se ve claramente de la manera o forma que son ordenados los obispos de ellos, durante la cual los obispos que los ordenan dicen: ¡toma Espíritu Santo! Esto da la impresión de que el ordenado ha vivido toda su vida hasta entonces sin el Espíritu Santo, y que lo toma o recibe en aquel momento de su ordenación.
La obra de interpretación de la Santa Escritura es sin duda obra del Espíritu Santo. El Espíritu Santo es Aquel que conduce a los intérpretes a la correcta interpretación de la Santa Escritura.
¿Pero cómo se hace esto?
En la ciencia médica, por regla general, cuando dicen que tal fármaco sana a tal enfermedad, conocen por investigaciones anteriores cómo funciona en el interior del organismo el tratamiento terapéutico de este fármaco. En cada ciencia cuando decimos que algo sucede, éste algo por regla general puede ser comprobado o identificado. Pero aquí tenemos la pregunta:
¿Cómo y a quiénes el Espíritu Santo conduce o guía y en qué consiste esta conducción?
Aquello que dicen algunos, que, cuando un Sínodo Ecuménico decide algo, esto es infalible, porque el Sínodo es de inspiración divina etc…, es como si nos obligaran a aceptar como infalible la enseñanza de lo que decide y manifiesta el Sínodo Ecuménico. Esto también es el del infalible papa.
Por supuesto que un Sínodo Ecuménico enseña sin error y que es imprescindible para nuestra fe etc… Sí, pero, ¿cómo se convierte y se hace infalible? ¿Por qué es infalible? ¿Por qué sus decisiones son infalibles?
La teología moderna Ortodoxa habla mucho de la inspiración divina θεοπνευστία zeopnefstía. De lo que he leído, hablan sobre la inspiración divina θεοπνευστία zeopnefstía, pero no he encontrado descripción sobre inspiración divina de la que están hablando.
Hemos dicho que Ortodoxos, Papistas y Protestantes están de acuerdo que la Santa Escritura es de inspiración divina-zeopnefstía.
Pero, ¿qué significa inspiración divina-zeopnefstía? Y si está salvaguardada en alguna parte, ¿dónde está?
Pero, dirá alguno: Bien, ¿pero inspirados divinamente-zeopneftos, eran solamente los Profetas y los Apóstoles? ¿Después de los Apóstoles no tenemos hombres de inspiración divina-zeopnefstía? ¿No tenemos escritos de inspiración divina-zeopnefstía excepto los de la Santa Escritura? ¿Y si es así, quiénes son y cómo sabemos que estos hombres son θεόπνευστος-inspirados de Dios?
Sabemos que los Profetas eran θεόπνευστος inspirados por Dios. Del mismo modo también los Apóstoles eran θεόπνευστος inspirados de Dios.
¿Pero además de estos, quiénes eran los θεόπνευστος inspirados de Dios y cuáles son los distintos estadios o niveles de la inspiración divina-zeopnefstía, y cómo se pueden discernir? ¿Cómo el hombre es θεόπνευστος inspirado de Dios y cómo sabemos que no es inspirado del diablo o por fantasías, alucinaciones e ilusiones presuntuosas?
Cuando Cristo dijo que nos daría el Espíritu Santo, que nos conducirá a toda la verdad, no habló de Sínodos Ecuménicos. Es decir, no dijo que esto se hace en los Sínodos Ecuménicos de la Iglesia. Es decir, esta novedad sobre la infalibilidad de los Sínodos no está contenida en la Santa Escritura. Cristo simplemente dijo que el Espíritu Santo será el que nos conducirá a la verdad cabal. Pero con anterioridad, es decir, antes de esto, dijo que “si tenéis agapi (amor humano desinteresado y el divino increado) entre vosotros, yo y mi Padre vendremos y habitaremos en vuestro interior”, y también dijo que, “ahora me estáis viendo, pero después no me estaréis viendo. Pero si tenéis agapi, otra vez me estaréis viendo. Y el Espíritu Santo vendrá y habitará en vuestro interior y os conducirá a toda la verdad completa”.
Todas estas cosas que dice Cristo y son mencionadas en el Evangelio de Juan y que los curas las leen el Jueves Santo, son capítulos básicos e importantes.
¿Pero por qué son capítulos básicos? Esta oración de Jesús, la Sacerdotal, ¿por qué tiene importancia tan grande? ¿Por qué el Cristo ora para la unidad de los Apóstoles? ¿Sobre qué unidad ora? ¿Quizás, de las Iglesias? ¿Cuál es esta unidad?
Esto que dice: “os conducirá a toda la verdad completa”, cuando lo dice Cristo, por supuesto que lo da a entender dentro de ciertos marcos y contextos.
¿Cuáles son estos?
Estos capítulos, 14 hasta 17 del Evangelio de Juan hacen un desarrollo completo sobre la situación o estado espiritual de los Apóstoles en relación de la agapi y mencionan cuáles serán los resultados de esta agapi. Pero la plenitud de esta agapi es apocaliptada-revelada en la experiencia de la zéosis. La zéosis es la plenitud o plena forma de la agapi. Por esta agapi, que emana de la experiencia de la zéosis, es realizada la plena terapia del hombre.
Esta agapi empieza a ser energizada y operativa, cuando venga el Espíritu Santo en el interior del hombre, entonces el hombre se convierte en residencia y templo del Espíritu Santo, trayendo consigo también el Padre y el Hijo; Entonces en el hombre habita toda la Santa Trinidad entera.
¿Pero cómo el hombre conoce que se ha hecho residencia del Espíritu Santo? ¿Cómo es comprobado esto?
El verdadero padre espiritual conoce cuándo su hijo espiritual ha recibido el Espíritu Santo y se ha convertido y hecho templo del Espíritu Santo. Tenemos criterios Patrísticos concretos y específicos sobre este tema.
¿Cuáles son estos?
Cuando Cristo habla sobre el derramamiento o efusión del Espíritu Santo en la Iglesia y a los fieles, no habla en abstracto, no quiere decir que enviará el Espíritu Santo en toda la Iglesia en general; ni tampoco, porque los obispos y los curas tienen una inter-sucesión y alternancia con las ordenaciones, lo recibirá toda la Iglesia en general. Ni tampoco que debido a la ordenación de los obispos hay la garantía segura de que el Espíritu Santo estará habitando de forma permanente en la Jerarquía. Porque no es la existencia del obispo la garantía que un Sínodo está imbuido o infundido por el Espíritu Santo. La prueba está en que ha habido muchos obispos en la Iglesia que fueron condenados como heréticos. Si estos obispos tuviesen el Espíritu Santo, no llegarían a la herejía. Por tanto, la ordenación de un obispo no demuestra ni garantiza que en este obispo resida el Espíritu Santo. Por consiguiente, no es la jaris-gracia del Sacerdocio lo que conduce la Iglesia “a toda la verdad”.
Cristo aquí habla de otra cosa. Los Padres lo dicen claramente, que aquí Cristo habla de dos situaciones o estados. Por un lado, habla sobre la iluminación y por otro lado, habla sobre la zéosis. Cuando Cristo dice “para que todos sean uno”, ¿a quiénes se refiere? Por supuesto para los Apóstoles. Es decir, ruega al Padre para que se hagan uno los Apóstoles, “ἵνα ὦσιν ἓν καθὼς ἡμεῖς para que sea uno, así como nosotros” (Jn 17,11). Pero no dice εις is una (unidad) sino ενen uno. Pero ¿cómo el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son uno?
Respuesta: están unidos es uno, por la doxa-energía (luces de luz increada) y la esencia increada. No están unidos por o como Personas o por Hipostasis pegadas, porque las Personas o Hipostasis en la Santa Trinidad, dicen los Padres, no están pegadas entre sí. Lo común en la Santa Trinidad es la esencia increada y la natural energía de la esencia, es decir, la doxa (gloria luces de luz increada). Entonces, ¿sobre o según qué son uno el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, con el cual uno también nosotros nos haremos uno, es decir, entre nosotros y la Santa Trinidad? La respuesta es uno por la doxa.
Es decir, como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son uno sobre y por la doxa, porque la tienen común, así también nosotros todos participamos en la doxa de Dios, es decir, cuando aquellos de nosotros se han hecho dignos de la Jaris (energía increada) del Espíritu Santo, de la Luz increada. Porque cuando un hombre es glorificado, divinizado, entonces se hace partícipe de la doxa increada de la Santa Trinidad, entonces se une también con la Santa Trinidad, pero también con aquellos de sus co-humanos o semejantes que en aquel momento están unidos ellos también con la doxa increada de Dios.
Así que por lo que está orando Cristo en la Cena Mística es, primero para la catarsis de ellos, después para la iluminación de ellos y finalmente para la zéosis de ellos. Por lo tanto “os conducirá en toda la verdad” no se refiere en general a todos los hombres, sino especialmente a los que tomarán parte de la experiencia de la zéosis. Es decir, cuando el hombre llega, alcanza la zéosis, solamente entonces está conducido a toda la verdad. Por lo tanto, “toda la verdad”, (no sobre el mundo creado, sino sobre el Dios), se hace conocida sólo por la experiencia de la zéosis.
En efecto, como todos los Padres tenían esta experiencia o similar, porque estaban en estado, sea de iluminación, sea de zéosis, por eso todos ellos tienen exactamente la misma percepción y conocimiento sobre la Santa Escritura y hacen todos la misma interpretación de la Santa Escritura en los puntos básicos e importantes y la misma interpretación de los textos de los otros Padres de la Iglesia.
De todo lo anterior se deduce:
¿Los que están en estado de iluminación o de zéosis, ellos son inspirados de Dios-zeopnefstos o no lo son?
Respuesta: naturalmente que ellos son inspirados de Dios-zeopnefstos. Porque inspiración divina-zeopnefstía significa que uno esté inspirado de Dios. ¿En contraposición hacia qué? Hacia al que está inspirado por el diablo y los demonios; éste será el diabolo-inspirado y demonio-inspirado.
La forma más elevada o alta de Apocálipsis-revelación respecto a la inspiración divina-zeopnefstía fue aquella que sucedió a los Apóstoles durante el día del Pentecostés. La llave pues, de la teología Ortodoxa en relación con la inspiración divina-zeopnefstía es el Pentecostés. Si uno llega a entender el significado y la importancia del Pentecostés para la tradición Patrística, entonces aunque no sea teólogo, por lo menos sabrá qué es Teología y qué es teólogo. Igual que no hace falta que uno sea médico para saber qué es un médico y qué es la ciencia de la medicina, del mismo modo uno puede saber qué es Teología, quién es el teólogo y quién es teologante, sin que el mismo sea teólogo o teologante.
Sobre si la teología ortodoxa es una ciencia positiva o si la Ortodoxia es religión
Ahora la pregunta es si la Teología es ciencia o no es ciencia. Y si lo es, ¿qué tipo de ciencia es? Hoy en día la Teología es una de las ciencias teóricas, pero con el sentido y significado actual secular, mundano de la palabra teorético y no en el concepto y sentido de la palabra patrística θεωρητικός (zeoritikós) contemplativo.
Desde la perspectiva Patrística, la Teología por supuesto que es una ciencia teorética, porque tiene que hacer con la teoría, esta la que hace uno ser teólogo. En la tradición patrística la palabra θεωρία (zeoría teoría) significa la visión, contemplación, (Θεό-ορώ zeó-oró dios-veo). Es decir, contiene zeoría-teoría el que ve o contempla la Luz increada. Y teológicamente uno lo ve de dos maneras:
Primero ve a través de la fe íntima interior, es decir, a través de la noerá oración del corazón; en efecto, la noerá (con el nus) oración del corazón es un tipo o forma de θεοπτία zeoptía visión divina, en la que el hombre ve a Dios en el sentido que percibe y siente a Dios orando en su interior. Esta αίσθησις észisis (sentido, percepción y sentimiento) se llama νοερά αίσθησις noerá észisis espiritual y es una experiencia pura, lúcida y clara.
Esta νοερά αίσθησις noerá észisis espiritual es la primera categoría o grado de la zeoría contemplación. La segunda categoría o grado es la misma θεοπτία zeoptía visión divina, es decir, avistamiento, expectación de la Luz increada, durante la cual es cesada, suspendida la noerá oración del corazón o de Jesús.
Por la zeoría contemplación es sanado el nus del hombre. Por tanto, ya que se trata sobre la terapia de un enfermo, del cual el nus no funciona, esto significa que esta Parádosis (entrega divina y tradición) no se puede considerar como una ciencia teorética en el sentido y significado actual de la palabra teorético, sino todo lo contrario, es una ciencia puramente positiva, o por lo menos a la misma medida que es ciencia positiva la ciencia psiquiátrica.
Lo digno de mencionar aquí es que, mientras el psiquiatra no siempre conoce con precisión de qué padece su enfermo y no siempre conoce exactamente qué es necesario para el enfermo para así ser terapiado, sanado, la Teología Ortodoxa y terapéutica siempre conoce de qué padece el hombre, cada hombre, y precisamente en qué consiste la terapia.
La Teología Ortodoxa no tiene ninguna relación con la intelectual reflexión imaginativa o filosófica, ni con cualquier forma de éxtasis, ni tampoco con el dialogismo-meditación (tipo yoga, etc.). La catarsis del corazón es un proceso o método concreto que no tiene relación con las cosas anteriores. Se trata de la catarsis del corazón de los pazos, de modo que el hombre encuentre su salud psíquica y este proceso es el mismo para todos los hombres.
Durante y por la catarsis son expulsados del nus del hombre no sólo los pensamientos malos sino también los buenos. Esto tiene un valor e importancia muy grande. Porque, cuando el nus se ha catartizado, (purgado, limpiado y sanado) de todos los pensamientos, sólo entonces el hombre entero catartizado puede recibir el arrendamiento de la Jaris (gracia, energía increada) del Espíritu Santo en su corazón. Es decir, entonces viene el Espíritu Santo y ora incesantemente en el corazón del hombre.
La parábola del sembrador en su esencia es enseñanza sobre la forma o método de adquisición de la noerá oración del corazón. La semilla brota, crece y florece. El florecimiento es un estado de iluminación, durante el cual la noerá oración del corazón es energizada y operativa a cuenta del hombre incesantemente, por el Espíritu Santo. El mayor florecimiento podemos decir que es la zéosis.
Ahora bien, ¿la Ortodoxia es religión o no? Existen muchas personas, entre ellas yo también, que sostenemos que la Ortodoxia no es una religión. Porque la religión equivale a superstición. El hombre religioso es un supersticioso, que posee algunas imaginaciones fantasiosas o alucinaciones sobre Dios y el cual hombre recurre supersticiosamente a la religión, sea para ayuda propia, es decir, para poder salir de sus dificultades en este mundo, sea por miedo a la muerte, sea por la pobreza, sea por inseguridad psicológica. Por eso vemos ricos que sean religiosos; la religión no es monopolio de los pobres. Esto por supuesto que los marxistas no pueden comprenderlo, ya que creen que si se elimina la pobreza y el hombre sea liberado del miedo de morir por el hambre, después no hace falta que sea religioso; la religión le será inútil. Pero el comunismo (año 1980) promete “el oro y el moro”, basta que pueda dominar como un régimen político. El comunismo como idea por supuesto que es bella, como comunidad de igualdad. (Año 1980). Pero en la praxis no puede ocurrir o ser realizado. Para que pueda haber igualdad pragmática es debido antes prevalecer la terapia de la personalidad humana, si esta no es terapiada, sanada, cualquier sistema ideológico o político, por muy perfecto que sea no se puede aplicar. Porque siempre habrá en este sistema hombres codiciosos, interesados y no ideólogos realistas, los cuales corroen el sistema.
Diferencia entre Ortodoxia y herejía.
En la Edad Media en los gobernantes era muy conocida la cuestión de cuál es la diferencia entre Ortodoxia y herejía y entre los gobernantes también. ¿Cuál es la diferencia? La diferencia es muy sencilla. En la herejía no existe la terapia del nus del hombre. Pero en la Ortodoxia es terapiado, sanado el nus, el corazón del hombre. En la Ortodoxia existe terapia de la personalidad humana y como demostración de ello tenemos a los Santos.
Los heréticos eran algo así como los curanderos o los matasanos en la medicina y prometían una vida después de la muerte. En esta vida no daban ni dan terapia a los creyentes y no ofrecían más de lo que da una superstición. Las herejías eran y son religiones para después de la muerte. Hereje era aquel que sus dogmas no eran Ortodoxos; así sus herejías no le permitían llegar a la catarsis y a la iluminación. La Jaris, gracia energía increada del Espíritu Santo, no viene a terapiar, sanar cuando uno no tiene conciencia dogmática correcta-ορθή (orzí), ortodoxa. Pero la Ortodoxia ofrece ésta terapia y conduce al hombre a la catarsis y a la iluminación.
La ciencia de la medicina, entre otras cosas, se interesa también por el ambiente natural del hombre, adecuado de manera que sea y permanezca también sano psíquicamente. Porque un ambiente saludable ayuda al hombre a tener también salud psicosomática. Tal como la medicina preventiva. Es decir, el médico debe de interesarse para un concreto ámbito o entorno social de vida saludable. Pero su principal atención es la salud somática o corporal, es decir, en curar los hombres de las concretas patologías y padecimientos.
Pues, lo mismo ocurre con el correspondiente cura o sacerdote de la Iglesia Ortodoxa que tiene la conducta, la experiencia y el espíritu Patrístico. Su principal atención es la salud psíquica de los hombres, tal como lo vemos descrito anteriormente y no como lo entiende la ciencia psiquiátrica. Es decir, para que todos los hombres encuentren el reinado de la Realeza increada de Dios, que está escondida en sus interiores, esta es la principal atención, según San Mateo: “buscad primero la realeza increada de Dios y Su justicia” (Mt 6,33).
¿Pero esto cómo se hace? Esto se consigue con la energitización y el funcionamiento del nus del hombre. Esta energitización es el núcleo del esfuerzo del sacerdote Ortodoxo con experiencia, espíritu y conducta Patrística. Y por extensión el ciclo de su esfuerzo e interés llega a todos los temas sociales. Pero esto no significa y por extensión también la Iglesia, deben de sustituir Su obra principal que es la terapéutica con todas las otras cosas de la periferia (contorno).
San Dionisio el Areopagita durante toda la edad media era el Teólogo por excelencia de la tradición Ortodoxa. Todos los Padres apelan a Él, después de San Máximo el Confesor, como la eminencia o autoridad más grande de la Iglesia Ortodoxa. Hoy ciertamente por costumbre, sobre todo después de la consagración de los tres Jerarcas -San Gregorio el Teólogo, San Basilio el Magno y San Juan El Crisóstomo (Boca de oro)- que los consideramos como los principales Padres de la Iglesia.
A pesar de esto, San Dionisio el Areopagita jugó un papel determinante en la formación de la tradición Patrística. El mismo San Juan el Damasceno sigue al pie de la letra a San Dionisio el Areopagita. Por lo tanto, si uno quiere ver como pensaban nuestros antepasados durante la Edad media, está obligado a tener en cuenta y muy en serio a San Dionisio el Areopagita, sin el prejuicio o ideas preconcebidas de quién es exactamente san Dionisio el Areopagita. (Quien nada tiene que ver con el neoplatonismo y los gnósticos).
Cuál es la consideración metafísica u ontológica de la Teología.
Ya hemos dicho que entre el Dios y las creaciones no hay ninguna similitud. Y como no hay ninguna similitud, significa que no hay ninguna analogía entre creado e increado.
Ahora bien, ¿la consideración metafísica68 de la teología cuál es? Para haber ontología metafísica en la Teología debe haber una analogía entre creado e increado.
68 O la consideración ontológica de la teología, porque desde la época de la iluminación Francesa los términos ontología y metafísica se identifican.
En la tradición filosófica y teológica de Occidente hay dos analogías, es decir, dos comparaciones distintas. En la Teología Ortodoxa al contrario, estas cosas no existen. ¿Por qué? Simplemente porque los Padres recalcan que entre creado e Increado, o entre creaciones y Dios no hay ninguna similitud. Esto significa que no hay ninguna analogía entre ellos, es decir, punto de comparación o cotejo; que significa que a Dios no podemos conocer mediante las creaciones, conocer lo increado, es decir, a Él o Su energía increada.
En la tradición de Occidente la analogía, la que han aceptado los occidentales de que existen dos analogías, tienen dos formas de la siguiente manera: es la analogía entis (del όν on o ser) y la analogía fidei (o de la fe).
La analogía entis fue sostenida de los que siguieron a Agustín. Pero en Agustín existen también las dos analogías y en él hay una confusión entre el método filosófico de investigación de los dogmas de la Iglesia y de la investigación aghiográfica. Es decir, en su investigación además de la Santa Escritura utiliza también el método racionalista y el método de meditación filosófica intelectual.
Para evolución histórica de la teología Occidental tiene una importancia y valor grande también la contribución de Guillermo Ockham, el cual es el padre del Nominalismo y quien ha hecho un ataque general contra la analogía entis. Los nominalistas suspenden, rechazan todo tipo de distinción entre divina esencia-usía y cualidades o atributos, es decir, divina esencia-usía y energías y sostienen que la distinción está solamente según el nombre, (por eso se llaman nominalistas).
A causa del Guillermo Ockahm había sido creada una tradición que no aceptaba la analogía entis entre creado e increado. Es decir, que de la filosofía no podemos rastrear las gnosis sobre el Dios increado. Él hizo un ataque general contra los arquetipos de Platón, es decir, contra los universalia de la tradición Platónica con argumentos filosóficos muy fuertes y convincentes y casi anuló a los Platónicos anteriores de la tradición occidental, provocando así una crisis grave y grande en la teología occidental.
Esto para la tradición Ortodoxa tiene una importancia grande, ya que la enseñanza sobre los arquetipos de Platón y de los Neo-platónicos oficialmente había sido condenada por la Iglesia Ortodoxa. En el “Sinodikón de la Ortodoxia”, que lo leemos el Domingo de la Ortodoxia, existe la condenación oficial de esta enseñanza de Platón y de los Neoplatónicos y ya quedan anatematizados oficialmente por la Iglesia Ortodoxa los que aceptan esta enseñanza sobre los arquetipos de Platón. Y esto porque la percepción y concepción platónica sobre Dios es claramente antropomorfa.
Sobre los géneros de arquetipos en el nus de Dios, esta enseñanza esencialmente anula la Divina libertad y constituye la base gnoseológica de la llamada teología escolástica y tradición filosófica, es decir, de la teología de los papistas, según la cual creen que existe la analogía entis o analogía del ser y una analogía de la fe entre las creadas esencias y los increados arquetipos de géneros o ideas que se supone que existen dentro del nus de Dios. Así que según ellos uno puede rastrear las cosas sobre la Divina usía-esencia increada, si se penetra o infiltra en la esencia-usía y en concepto y sentido universal de los seres όντων mediante la lógica o razón humana.
Pero esta enseñanza, como dijimos, fue condenada por la Iglesia Ortodoxa de Oriente durante el 7º Sínodo Ecuménico. De esta manera es consolidado y consagrado el punto de vista Patrístico de que entre las cosas creadas y lo increado, es decir, entre las creaciones y el Dios increado no hay ninguna similitud.
La anterior percepción Platónica sobre Dios, la siguió Agustín y toda la tradición Occidental. Pero Guillermo Ockham no anuló la analogía de la fe, la cual, según él, es la Santa Escritura. O sea que para él en la Santa Escritura son descritas las cosas y las realidades sobre Dios tal y como son en realidad. Y dice que sólo mediante la Santa Escritura uno puede conocer a Dios.
Según la analogía de la fe hay analogía entre el Dios increado y las creaciones. Pero no desde el pensamiento filosófico que es la analogía entis, sino por la apocálipsis-revelación de Dios a los hombres, que está depositada en la Santa Escritura.
O sea, dice que la analogía de la fe de que el Dios apocalipta-revela al hombre las cosas sobre el Sí Mismo en la Escritura y que el hombre no puede conocer correctamente a Dios por la filosofía.
Es cierto que aquí hace un ataque contra el método filosófico de Agustín, pero no contra el método teológico que está basado en la Santa Escritura, es decir, en la analogía de la fe.
Esta analogía de la fe la sigue también Lutero, el fundador del Protestantismo. Es cierto que Lutero ha enseñado correctamente que existen dos fes o creencias. Una fe es la encefálica del cerebro por la aceptación lógica. Y esta fe el hombre la recibe con su lógica, razón y cree en esto que acepta. Pero esta no es la fe la que justifica o reconcilia al hombre. Cuando la Santa Escritura dice que el hombre sólo por la fe se sana y se salva, no da a entender simplemente la aceptación de la fe lógica sino la fe íntima o interna.
Lutero observó que en la Santa Escritura es referido que realmente hay otra fe que es regalo de Dios y que esta fe es energizada, activada y operativa en el espacio del corazón. Pero llegó hasta este punto y no avanzó más allá. Es decir, no lo completó este tema profundizando en la percepción Patrística sobre la fe íntima, interna, en el fondo interior del corazón del hombre.
En la tradición ortodoxa ni tampoco hay analogía de la fe. Porque entre la enseñanza de la Santa Escritura y la verdad sobre Dios no hay analogía de la fe. ¿Por qué? Porque entre Dios y creaciones no hay en absoluto ninguna similitud. Por esta razón los conceptos de la Santa Escritura son conceptos que quedan abolidos o suspendidos. Son abolidos durante la experiencia de la zéosis. Antes simplemente son ayudantes imprescindibles, ortodoxos, correctos y precisos como conductores, guías sólo hacia Dios.
La Santa Escritura es el conductor hacia Dios, pero la descripción de Dios en la Santa Escritura no tiene ninguna similitud con el Dios. Habla sobre Dios, habla sobre la Verdad, pero no es la Verdad. Es el conductor hacia la Verdad y el Camino que es el Cristo. En efecto, las palabras en la Santa Escritura son simplemente símbolos, los cuales contiene algunos conceptos. Pero estos conceptos son todos humanos y conducen hacia Dios, hacia el Cristo y nada más.
En este caso, uno leyendo simplemente la Santa Escritura no puede teologizar correctamente sólo con base la Santa Escritura. Si hace esto, no hay duda que se hará herético. Porque la correcta hermenéutica o interpretación de la Santa Escritura sólo se puede hacer, cuando el estudio o la lectura de la Santa Escritura es acompañada de la experiencia de la iluminación y de la zéosis. Sin iluminación ni zéosis no se puede interpretar correctamente la Santa Escritura.
De la misma manera que cuando uno lee simplemente los libros de la cirugía no puede ser un médico quirurgo, si no participa en las clases de medicina en la Universidad y no se ha ejercitado en la cirugía junto con otro quirurgo experimentado, así también en cualquier otra ciencia positiva, uno debe practicar para poder por la práctica o ascesis y la experiencia avanzar hacia la comprobación y verificación de la teoría. Es decir, la teoría se verifica si es verdadera por la praxis y por la gnosis empírica.
De la misma manera uno que no aborda la Santa Escritura mediante expertos, es decir, mediante hombres que tienen la misma experiencia con los Profetas o los Apóstoles que son los Padres de la Iglesia no puede cerciorarse y asegurarse sobre la verdad de la Santa Escritura. La base, el cimiento de esta experiencia es la iluminación y la zéosis divinización, es decir, δοξασμός doxasmós glorificación o deificación.
Sobre la zéosis
En cuanto a la zéosis, en la Escritura Ortodoxa se ha escrito mucho, y de parte de algunos, se da la impresión de que la zéosis es una inyección o vacuna de Deidad (!), que se hace al hombre mediante los Misterios de la Iglesia. Algunos creen que existen los Misterios (sacramentos) de la Iglesia para que los Cristianos Ortodoxos vayan y reciban inyecciones de Deidad, al tomarlos.
Por ejemplo, como dice san Simeón el Nuevo Teólogo en sus Bendiciones sobre la Divina Comunión o Eucaristía para el Cuerpo y la Sangre de Cristo que “me deifica y me alimenta”, algunos piadosos creen que reciben una inyección de Deidad y que así adquieren el billete para el Paraíso, es decir, ¡que tienen el Paraíso en su bolsillo!
Pero estas cosas san Simeón las dice para sí mismo; es decir, quiere decir que él después de la Divina Comunión a menudo llegaba a tener una participación de la gracia (Jaris increada de Dios), o sea, que tenía experiencias de zéosis. Pero nosotros ¿tenemos participación con Dios después de cada Divina Comunión? ¿Podemos estar sosteniendo que teníamos participación en la Deidad, es decir, de la deificante o divinizante gracia (Jaris increada de CristoDios), o simplemente hemos comulgado de los Inmaculados Misterios, sin conocer ni tener la percepción y el sentimiento de que tenemos la deificante Jaris increada de CristoDios? Desgraciadamente, a estos desbarajustes han llegado hoy en día en Helas-Grecia (año 1980), por estas cosas que escriben algunos piadosos sobre la zéosis.
Pero en la tradición Patrística zéosis nos es una inyección o vacuna de la Deidad, sino la zeoptía-visión de la luz increada, la glorificación. Es decir, el hombre una vez que ha llegado a la iluminación, durante la cual viene el Espíritu Santo y ora en su interior, entonces está en condiciones de ser conducido a la zeoptía-visión divina o zéosis. Cuando Dios lo quiera le conduce a la zéosis y entonces ve a Cristo en doxa-gloria increada.
Esta visión de Cristo en doxa-gloria increada es la zéosis y sólo esta. En los escritores latinos Ortodoxos existe también el término correspondiente que es glorificatio, que significa glorificación. Por eso la palabra zéosis no se encuentra en la tradición Latina Ortodoxa. Así vemos al Apóstol Pablo en la 1 Epístola a los Corintios decir: “y si un miembro δοξάζεται doxállzete es glorificado, todos los miembros con él se alegran y se gozan” (1Cor 12,26). Es decir, cuando es glorificado un miembro de la parroquia, entonces todos los miembros se alegran y se congratulan junto con él, naturalmente, a causa del vínculo de la agapi. En cambio, el que es glorificado automáticamente es hecho profeta.
Esta glorificación, a que se refiere el Apóstol Pablo, en la tradición Patrística es la zéosis, la que hace que un cristiano sea convertido en teólogo. También existe el término δοξασμός doxasmós glorificación en los Padres, pero predominó la zéosis, que es una descripción teológica de la glorificación. Porque el hombre, para poder ver a Dios, debe convertirse, por la gracia (Jaris, energía increada), a Dios, y así tener participación de Dios.
El hombre por sí solo no puede ver a Dios, por mucho que lo intente. Sólo cuando Dios glorifica al hombre, el hombre hecho dios mediante Dios ve a Dios. Y a causa de esta experiencia, el profeta David y los que han sido deificados como él, dijeron: “En Tu Luz increada contemplamos, vemos la Luz increada” (Sal 35,10). El hombre sólo cuando está dentro de la Luz increada, cuando está inundado de la Luz increada y hecho luz por la gracia (jaris) ve, contempla la Luz increada. El hombre es glorificado, significa que todo su cuerpo, todo su ser está dentro de la Luz increada. Y, puesto que se encuentra dentro de la Luz, ve la Luz increada dentro de la cual existe.
Pero a la vez ve también a su alrededor, todo el ambiente natural inundado y regado de la Luz increada. Esta Luz increada baña, ilumina y traspasa todo.
Aquel que ve, ve la Luz increada de la Deidad traspasar toda la creación. Esto expresa la frase “Dios es presente en todo u omnipresente”, como también el verso del himno angélico “el cielo y la tierra están plenos de Tu doxa-gloria”. Esta plenitud de doxa del cielo y de la tierra, es decir, de la Luz increada de Dios se llama krasis: aleación, conglomerado o complexión (mezcla).
La realeza increada de Dios no es otra cosa sino esta doxa-gloria, Luz increada de Dios y es increada y omnipresente o presente en todo. Pero el hombre no participa de ella, aunque se encuentra dentro de ella. Participa de ella sólo durante la experiencia de la iluminación o de la zéosis, por lo tanto esta doxa o realeza increada es apocaliptada-revelada en él cuando cumple las condiciones del corazón catartizado purgado, limpiado, sanado y lúcido. Durante la iluminación, la Luz energía de la doxa increada de Dios está en el interior, en cambio durante la zéosis participan en la visión también los ojos naturales del hombre. La venida de la realeza increada de Dios no es más que esta apocálipsis-revelación de la doxa-gloria increada de Dios al hombre.
Entonces, en la experiencia de la zéosis, uno ve aquello que ya existe en su alrededor y en su interior y lo cual simplemente es apocaliptado-revelado para conocerlo. Así conoce aquello que creía, porque lo ha visto. Conoce, ya que existe esta krasis (aleación, mezcla o conglomerado) entre la doxa increada de Dios y las creaciones.
Quien es Dios y quien es el hombre
Entre la increada doxa-gloria de Dios y los somas-cuerpos no hay ninguna similitud. Cuando los Padres dicen que no conocemos la esencia de Dios, sino que sólo conocemos algunas energías de Él, aquí usan la palabra conozco, pero no analógicamente, proporcionalmente, es decir, no con el significado acostumbrado de la palabra. Cuando los Ortodoxos decimos que conocemos la energía de Dios, no quiere decir esto que la conocemos como tal, como conocemos la energía de las creaciones. La gnosis-conocimiento de la doxa-gloria increada de Dios no es como la gnosis de las energías físicas-naturales (térmica. nuclear, eléctrica, movimiento, gravedad, etc.) que tiene un biólogo, un físico, un astrónomo, un arqueólogo, etc., porque en estas cuando decimos conozco, significa que tengo gnosis-conocimiento de un objeto o fenómeno o algo que es visible y puedo describirlo. ¿Y por qué lo puedo describir? Porque se parece con alguna otra que ya conozco. Es decir, hay semejanza con aquello que quiero describir con alguna otra cosa.
Después existe a la vez la diferencia también. Es decir, la base de la creada gnosis-conocimiento es la semejanza y la diferencia. Cuando existen estas dos entonces algo puede ser descrito, o sea, se somete en descripción y clasificación, por género, especie, etc. Estos acusativos, o sea, la semejanza y la diferencia son los cimientos de las gnosis conocimientos humanos.
Pero según Aristóteles, es válida también la ley de las antítesis-contrariedades, el cual dice que uno y la misma cosa no puede ser a la vez su contrario. Por ejemplo, algo no puede ser a la vez blanco y negro. Será blanco o negro. Igualmente no puede ser a la vez pequeño y grande, pesado y ligero, existente e inexistente, bueno y malo, etc.
Pero los Padres no siguen ésta ley de Aristóteles, cuando se ponen a teologizar. Es decir, en la Teología Patrística no se usa, queda abolida, suspendida ésta ley. Pero los heréticos aceptaban esta ley, la usaban (y siguen usándola). ¿Pero por qué los Padres no siguen la ley de las antítesis de Aristóteles, es decir, la ley de la lógica de Aristóteles? Porque entre lo increado y creado no existe ninguna similitud. Puesto que no existe ninguna similitud tampoco puede existir una descripción de lo increado; ni diferencia puede existir, puesto que no hay ninguna similitud.
En las creaciones existe relativa similitud y diferencia. ¿Pero en las creaciones en qué consiste la similitud? Consiste primero en ésta misma esencia. Todas las creaciones y también las materiales, tierra, aire, estrellas, calor, agua, vapor, nubes, todo lo visible, es decir, lo material, como también todo lo invisible y material, como las distintas formas de energía, son compuestas de la misma usía-esencia o sustancia, como demostró Einstein con la ley de equivalencia de la masa y energía. Esta esencia universal en la filosofía se llama materia, en cambio en la Teología se llama χοῦς (jus,) barro y tierra. (χοῦς jus nombre especial que se hizo lo físico y material del hombre)
Segundo, en lo visible y material existe similitud en la estructura. Todos los somas-cuerpos materiales son constituidos de átomos, los cuales entre sí tienen una relativa similitud. Por lo tanto, desde ésta perspectiva existe una relación de todas las creaciones materiales.
La diferencia de ellos consiste en si ésta esencia universal se encuentra con la forma de una energía física, natural o de forma condensada, es decir, de la materia integrada estructuralmente por átomos de las creaciones entre sí.
Lo mismo sucede también con las células de los organismos vivos. Aquí también existe respectivamente relativa similitud y relativa diferencia. Pero la relativa similitud entre organismos vivos irracionales (físicos y animales) y los humanos, consiste en que la misma estructura material está formada por el aspecto de unidades estructurales (o sea, átomos y células), en cambio, la diferencia de ellos está en la inexistencia de los unos y en la existencia de los otros por la inmortalidad de la por esencia psique, creada como icona-imagen de Dios, como también de la noerá (espiritual) energía de la misma psique.
La relativa similitud entre ángeles y humanos es la inmortalidad, lo lógico, lo descriptible, la libre voluntad o independencia etc., en cambio entre demonios y ángeles la relativa similitud consiste en su fisis o naturaleza y la diferencia entre ellos está en la doxa-gloria. Los ángeles están glorificados por la Jaris (Gracia energía increada), en cambio los demonios están (endemoniados, infernados o entenebrecidos) privados de la Divina doxa-gloria luz increada.
Pero entre Dios y las creaciones no existe en absoluto ninguna similitud. Por lo tanto, cuando decimos que existe diferencia entre creado e increado, no se trata de la diferencia de la ciencia o de la filosofía (es decir, la relativa diferencia), sino de absoluta diferencia.* Por eso llegan los Padres a decir: “Si las creaciones son seres o entes, Dios no es ser ente y si Dios es ser ων, entonces las creaciones son no seres ων”. Esto porque dijimos que no existe ninguna similitud entre lo creado e increado.
71 Ver Metropolita Ieróteo Vlajos, idem pág. 238: «…Entre lo creado e increado uno es el puente, uno es el punto que los une. Este es Cristo, el Prósopon-Persona en el cual se une incambiablemente, inseparadamente, indivisiblemente la divina fisis-naturaleza con la humana o explicándome mejor, la naturaleza divina tomó la naturaleza humana en la Hipostasis (base subsistencial, sustancial o esencial) del Logos increado. Por eso el hombre que es como icona-imagen de Dios, lo cual como icona es semejanza en dinami (potencia), viviendo dentro en la Iglesia y unido con Cristo puede hacerse y convertirse en energía prósopon-persona. Ciertamente el hombre desde su nacimiento es prósopo en dinami-potencia, pero debe con la dinami-fuerza y energía increada de Cristo energitizar éste principio hipostático (subsistencial). Se convierte y se hace persona en comunión con Dios… Con la vida askítica-práctica ο ejercicio espiritual y mistiríaca (participando en los Misterios Ortodoxos y ortodoxamente) se energetiza el principio hipostático del hombre. (En la Ortodoxia los Misterios siguen tal como los entregó Cristo a los Apóstoles y ellos a los Padres Santos, no se ha quitado ni una i “yota”).»
Pero esto significa que, puesto que no existe ninguna similitud entre Dios y las creaciones, la misma Santa Escritura no se puede utilizar como puente hacia Dios. Porque la Santa Escritura utiliza conceptos. Todos los conceptos que utiliza, sin excepción alguna, están tomados de las creaciones del mundo. No existe ni una creación que no sea descrita.
Todos los nombres de Dios en la Santa Escritura son tomados por la experiencia del hombre. Todos son nombres descritos. ¡Pero cuando uno llega a la experiencia de la zéosis, comprueba que Dios es ἀνώνιμω-anónimo (innominable, no tiene nombre)! Porque no existe ni un nombre humano o angélico o concepto que se pueda atribuir a Dios, que sea capaz de poder atribuir la existencia οντότητα (ontotita realidad o existencialidad) de Dios. Porque Dios no se parece con nada de lo que el hombre conoce. Por eso, delante de la expectación de Dios todos los nombres y conceptos se suspenden o quedan abolidos 72.
- «San Dionisio, sobre Teología Mística. Introducción: Vladimir Loski logos filosófico pág.23: “en lo respectivo para los nombres que atribuimos a Dios, nos apocaliptan revelan Sus energías que bajan hacia nosotros, pero no nos lleva cerca de su inaccesible, inabordable usía-esencia. Para San Gregorio de Nicea cada concepto que se refiere a Dios es una imitación, imagen o figura engañosa, un ídolo. Siguiendo nuestro criterio y opinión natural, los conceptos que se forman, hacen que nos basemos en una representación mental o imaginativa, que crea ídolos sobre Dios, en vez de que nos apocalipten revelen al mismo Dios. Solo existe un nombre para expresar la divina Naturaleza: es la admiración, el elogio y el asombro que se apodera de la psique (que tiene fe), cuando piensa sobre Dios.»
Existe un pasaje muy bonito de San Dionisio el Areopagita que lo utilizan los Padres y dice que finalmente Dios no es ni Monás-Unidad, ni Trinidad 73. Porque Dios no es aquello que piensa el hombre sobre Dios o algo que podría pensar.
73 San Dionisio el Areopagita, idem antes pag 45: Decimos, pues, que la causa del todo, que lo transciende todo, no es esencia ni es sin vida, ni es sin logos (causa), ni es sin nus ni tampoco es cuerpo. Ni tiene figura o forma, cualidad, cantidad, volumen o masa. Ni se encuentra en un lugar definido, ni viene en contacto, ni tiene sentidos y sensaciones, ni se ve, ni se hace sensible, ni se confunde, ni se perturba, ni se molesta por los pazos pasiones materiales, ni por debilidad se somete de los pazos-pasiones de los sentidos, ni tiene necesidad de luz, ni padece alguna alteración o desgaste, división, reducción, flujo, ni ninguna cosa más que les pasa a los sensibles, no es nada de todo esto.
Más, ascendiendo decimos que no es psique ni nus, ni es logos, ni concepto o comprehensión. Ni se expresa, ni se concibe, ni se entiende. Ni tampoco es número, clase, tamaño, pequeñez, igualdad, desigualdad, semejanza o desemejanza. Ni se para, ni se mueve, ni se queda quieto, no es fuerza, ni es luz. Ni vive, ni es vida. Ni es esencia, sustancia, tampoco es sofía-sabiduría, ni es siglo ni tiempo. Ni con el nus uno puede tener contacto con Ella (la Causa del todo), ni es ciencia ni gnosis-conocimiento, ni es verdad.
No es realeza (reino) ni sofía-sabiduría. Tampoco es uno ni unidad o deidad o bondad, no es espíritu tal como nosotros sabemos. Ni paternidad, ni adopción, ni nada de cualquier cosa que concierne a nosotros o alguna otra cosa de las realidades y seres conocidos. No pertenece a los no seres, ni tampoco a los seres y tampoco ellos conocen qué es. Ni ella conoce con la gnosis qué son los seres. Ni existe logos ni palabra para ella, ni nombre ni gnosis-conocimiento. Ni es oscuridad ni tampoco luz. No es engaño ni verdad. No se puede de ninguna manera definir catafáticamente (añadiendo) o apofaticamente (restando) y lo que proviene de ella, cuando añadimos o restamos, en ella no sumamos ni restamos nada. Como la Causa es uniforme y perfecta del todo, supera cada definición e intención, y a la vez supera toda resta o superioridad de Aquel que simplemente se ha librado del todo y que sobrepasa y trasciende todo».
Nosotros. por ejemplo, decimos que Dios es uno. Es cierto que cuando el hombre dice uno, entonces imagina un número, la unidad. Es decir, que Dios es uno como cualquier ser humano. Lo mismo ocurre cuando decimos que Dios es tres Personas. Sin embargo, Dios no es ni tres, ni tres sujetos u objetos, ni uno de ellos, ni objeto o sujeto es el Dios.
Cuando el hombre piensa, siempre piensa con la forma o marco de: sujeto-objeto. El sujeto es lo que observa y el objeto aquello que es observado.
Cuando decimos que el Padre ama al Hijo, aquí no tenemos relación sujeto-objeto. Es decir, aquí no es el uno, el Padre, el sujeto del amor y el otro el Hijo, el objeto del amor, tal como equivocadamente creyó san Agustín, que llamó a Dios Autoamor, para así hacer una Teología sobre la Santa Trinidad. Porque como no existe sujeto ni objeto, entonces Dios no es el sujeto ni el objeto de Su amor.
Por lo tanto, no existen en Dios tres Personas como en una familia.
Existen teólogos de procedencia Rusa que dicen que Dios es personal. Es decir, que no es el Dios de la filosofía, que es un invento de la reflexión y meditación, sino que es un Dios personal. (Teoría del Personalismo). Lo mismo dicen también en la teología Occidental.
Pero en la teología de la tradición Patrística Dios no es personal; ¡sobre todo Dios ni si quiera es Dios! Es decir, Dios no corresponde en nada que pueda el hombre pensar; ni las relaciones de Dios con el hombre son personales; tampoco son relaciones de sujeto-objeto.
Por lo tanto, cuando hablamos para relaciones personales entre Dios y los hombres nos equivocamos; y por extensión de lo que estamos hablando ahora; unos cuantos hablan de relaciones interpersonales o de comunión de personas-prósopos, como en el prototipo de las relaciones de las Personas-Prósopos de la Santa Trinidad. Todas estas comparaciones son erróneas. Las relaciones de Dios y los hombres no son como las relaciones entre los humanos. ¿Por qué? Porque Dios no es un compañero.
Lo descrito anteriormente era válido hasta la Encarnación. Pero después de la Encarnación del Logos de Dios, mediante y a causa de la Encarnación, tenemos relaciones personales con Dios. Ahora bien, tenemos relaciones con Dios como Θεάνθρωπος Zeánzropos, Dios-Hombre, como Hijo de Dios e hijo del hombre. Porque Dios se hizo hombre.
Esto significa que la encarnación trajo una especial relación entre Dios y los hombres, entre Cristo y los hombres, esta relación no existe por el aspecto de la Santa Trinidad entre Dios y los hombres. No tenemos con la Santa trinidad, con la increada Deidad, la relación que tenemos con Cristo, con el cual tenemos relación personal solamente. Es decir, no tenemos con el Padre ni con el Espíritu Santo la relación que tenemos con Cristo, sólo con Cristo tenemos relación personal. La Santa Trinidad vino en relación personal con el hombre, sólo por la Encarnación, sólo con Cristo. Esta relación no existía antes de la Encarnación. Porque antes de la Encarnación, no teníamos relaciones con Dios como hombre encarnado.
Dios no es hombre según lo Increado. En Su increabilidad, o sea, Dios no es hombre ni se asemeja al hombre. Por lo tanto, cuando Dios se hizo hombre, no se hizo Dios a algo que se asemejaba a Sí mismo. Encarnación no quiere decir que Dios tomó una fisis-naturaleza que tenía alguna semejanza con Su propia Fisis-naturaleza. No existe absolutamente ninguna similitud entre la fisis-naturaleza de Dios y la fisis-natura del hombre.
Por esa razón los Padres recalcan que el hombre no es icona-imagen de Dios. Icona-imagen de Dios idéntico es sólo el Logos, el Hijo. El Logos es la icona-imagen del Padre. Por eso, como el Logos es icona-imagen del Padre, Cristo es icona del Padre como Logos. Pero también de la contra-dación de las cualidades o atributos incluso el Logos encarnado, es decir, la naturaleza-fisis humana de Cristo es ella también imagen del Padre;; o sea la fisis-naturaleza humana de Cristo es icona del Padre a causa de la Encarnación.
El hombre no es imagen de Dios. Cierto es que se dice que el hombre es imagen de Dios, pero fraudulenta, abusivamente. Literalmente el hombre es creado “como icona-imagen de Dios”, es parecido y no imagen exacta de Dios. Cristo es la icona-imagen de Dios y el hombre es la imagen-icona de Cristo; es decir, el hombre es imagen de imagen, de aquella imagen de Cristo. Lo qué es exactamente lo “como imagen de Dios” como se refiere en la Santa Escritura, se apocaliptó reveló plenamente sólo en la Encarnación76. 76 Es decir, en la Encarnación finalmente se apocaliptó-reveló, que el hombre se había creado como imagen cronológicamente del posterior prototipo suyo, o sea de Cristo. Porque el destino del hombre era desde el principio crecer convirtiéndose y haciéndose como Cristo, es decir dios por la Jaris (gracia energía increada); llegar al “como semejanza”. En energía del como icona-imagen significa semejanza con Cristo por la misericordia, caridad. Por lo tanto, el hombre como es imitador ya de Cristo se convierte y se hace también él icona-imagen del Padre por la jaris participando de la doxa-gloria increada de Cristo.
Así cuando uno llega a la zéosis (es decir, al como semejanza), entonces se convierte y se hace semejante a Cristo por la jaris, es decir, se convierte por la jaris dios. Entonces se convierte y se hace similar a Cristo y no se diferencia de Él, sino solamente en la fisis-naturaleza. Cristo no es por la jaris dios, sino Dios por naturaleza.
El Logos increado cuando se encarnó se hizo hombre por naturaleza. No se hizo el Logos hombre por la jaris, sino que se hizo por naturaleza hombre; es decir, durante la Encarnación no se hizo una simple adopción, ahijamiento. Dios Padre no adoptó (ahijó) durante la Encarnación a un hombre para habitar en su interior y de esta manera hacer al hombre aquel Dios, sino que el mismo Logos, el Hijo de Dios, se hizo por la Encarnación hombre por naturaleza.
Así en la persona-prósopo de Cristo se unieron la divina naturaleza con la humana. Al prósopo-persona de Cristo coexisten la Divina fisis-natura del Logos y la fisis-natura humana inconfundible, inmutable e indivisiblemente unidas. Cristo no es un simple hombre sino Θεάνθρωπος Zeánzropos, Dios-hombre, Dios y ser humano a la vez, pero discernidas las cualidades o calidades de las dos naturalezas-fisis. Teniendo en vista a Cristo vemos, contemplamos el encarnado Hijo de Dios. El Logos, el Hijo de Dios, está después de la Encarnación para siempre unido con la naturaleza humana en la persona, rostro de Cristo. (Ver en relación “Eortodromion” de san Nicodemo el Aghiorita)
El hombre se convierte y se hace por la jaris (gracia, increada energía) templo del Espíritu Santo, cuando llega en el estado de iluminación, en cambio cuando llega a la zéosis, se hace y se convierte por la jaris dios, semejante a Cristo por la jaris. Nunca por naturaleza. Por eso también la unión del hombre con Dios no es hipostática, tal como ocurre en Cristo. Existe solo una unión de Dios con el hombre y esta unión es la del Hijo y Logos de Dios con la naturaleza humana en la persona-prósopo de Cristo.
El hombre se une sólo con la energía de Dios, que es la Jaris (Gracia increada energía). No se une nunca con la esencia-usía, ni con la hipóstasis del Logos. Se une solo con la naturaleza-fisis humana de Cristo durante la Divina Comunión. Es decir, el hombre se une con la ya divinizada, resucitada y glorificada naturaleza humana de Cristo y por medio de Ella se une con la increada energía de la naturaleza humana de Cristo 78, que es la Divina Jaris (gracia) increada. Ella, la Jaris, es la que sana y salva, ella es la que resucita y terapia la psique y cuerpo del hombre.
78 Porque la naturaleza-fisis humana de Cristo es la fuente por naturaleza de la increada gloria, a causa de la unión hipostática con Dios Logos.
Cristo en el Antiguo y en el Nuevo Testamento
En el Nuevo testamento el Apóstol Pablo nombra a Cristo “Kirios-Señor de la doxa-gloria”. Si uno busca en el Antiguo Testamento quien es nombrado allí Señor de la doxa-gloria, ¿qué encontrará?
Kirios-Señor de la doxa-gloria, en la tradición Hebraica, es el Ángel de la gloria, que aparece en los Profetas del A. Testamento, a través del cual se hacen en ellos las apocalipsis-revelaciones de la presencia de Dios. Según el Apóstol Pablo, éste Kirios-Señor de la gloria es Aquél que fue crucificado por los Hebreos, es decir, el Logos encarnado.
En el Nuevo Testamento ocurre lo siguiente: Tal como en el Antiguo Testamento el Profeta ve al Ángel de la gloria, durante la experiencia de la zéosis y mediante éste Ángel, el cual es el Logos no encarnado, el Hijo, le es revelado-apocaliptado Dios, exactamente de la misma manera después de la Encarnación en cada apocálipsis-revelación de Dios a los Santos del Nuevo Testamento, es decir, en cada experiencia de zéosis está presente Cristo.
El Apóstol Pablo escribe, que en esta generación de los Apóstoles y de los Profetas (del Nuevo Testamento) es apocaliptado-revelado algo que nunca había vuelto a suceder en los hombres (Ef 3,5). La apocálipsis-revelación de Dios en el Nuevo Testamento, es decir, después de la resurrección de Cristo, para el Apóstol Pablo no era nada más que la apocálipsis-revelación de Cristo en doxa-gloria increada.
Esta experiencia de la apocálipsis revelación de Dios en la historia humana (sea como no encarnado Ángel de la doxa-gloria en el Antiguo Testamento, o sea como Cristo en doxa-gloria del Nuevo Testamento) es la columna vertebral también de la tradición Hebraica del Antiguo Testamento, como de la tradición Cristiana del Nuevo Testamento y también de la tradición Patrística. Y os traigo un ejemplo de testificación personal, dentro de los marcos de la tradición Patrística; es la experiencia de San Gregorio el Teólogo, quien durante la batalla que había dado contra los Evnomianos apeló no solo la testificación y la experiencia de la zéosis de los Profetas del Antiguo Testamento y de los Apóstoles, sino también de la propia experiencia personal suya.
Sobre la Santa Trinidad- Quién es Dios
Por la experiencia de la zéosis o glorificación son apocaliptadas-reveladas algunas diferenciaciones. Por ejemplo, ¿cómo conocemos que hay discernimiento entre las Personas-Hipostasis de la Santa Trinidad? ¿Cómo conocemos que hay tres Luces, las cuales son una Luz increada?
Los santos Padres de la Iglesia no empiezan de la Santa Escritura a teologizar. Sino que, para entender la Santa Escritura, empiezan de su propia experiencia de zéosis. Por eso en la argumentación de los Padres cuando concretamente luchan contra los heréticos, no apelan sólo la Santa Escritura, sino también su propia experiencia de zéosis o glorificación. Por tanto, de su propia experiencia conocen muy bien que Dios es Luz increada. ¡Pero Dios no es solamente Luz, sino que Dios es también skotos-oscuridad o tiniebla! Por supuesto que no como la creada oscuridad o tiniebla que es falta de luz, la oscuridad o tiniebla creada no tiene hipostasis propia, ya que no existe, tal como hemos dicho que no hay ninguna similitud entre Dios y las creaciones. ¿De dónde pues, los santos Padres saben esta cosa, de que Dios es Luz increada y también Skotos-oscuridad o tiniebla?
Por supuesto que de la Santa Escritura, de los Profetas del Antiguo Testamento, puesto que en toda la tradición hebraica no hay ninguna similitud entre Dios y las creaciones. Pero esto lo saben de su propia experiencia. Los mismos al haber visto a Dios, conocen a Dios y entienden las cosas y las realidades que han escrito los Profetas y los antes que ellos Santos de la Iglesia sobre este tema. También habiendo leído los escritos de los Profetas, cuando ven a Dios, inmediatamente reconocen y son informados de que aquello que ven es lo mismo de lo que describen aproximadamente los Profetas.
Los Profetas cuando hablaban sobre las apocalipsis-revelaciones de Dios, narraban que en sus experiencias se apocaliptaba-revelaba un Ángel de Dios, al cual le llamaban Yahvé, Señor de la Gran Voluntad, etc.
Éste Ángel, quien en el Antiguo Testamento se llama Dios y Yahvé, siempre estaba o existía en las apocalipsis-revelaciones de Dios a los Profetas.
Dios nunca en el Antiguo Testamento es apocaliptado-revelado sin que sea a través de este Ángel, es decir, mediante de Yahvé. Esto significa que en el Antiguo Testamento tenemos clara referencia a las dos personas-hipostasis de la Santa Trinidad. Estos son el Ángel (Hijo) y el Dios (Padre).
Esta es la enseñanza fundamental de todos los santos Padres de la Iglesia, Occidente y Oriente, Latino-hablantes y Heleno-hablantes, con la única excepción de Agustín. Todos los Padres Latino-hablantes de la Iglesia, como por ejemplo, Tertuliano, Cipriano de Caledonia, Novaciano, Ilario etc., es decir, todos los que han escrito sobre el dogma de la Santa Trinidad en Occidente en la lengua latina, siguen la misma tradición con la única excepción de Agustín.
De la experiencia de los santos Padres de la Iglesia, ¿qué conocemos sobre la Santa Trinidad?
Conocemos que la Santa Trinidad de los Padres es Luz, Luz, Luz, y una Luz increada. Dios es simultáneamente tres Luces y una Luz. Decimos en el Símbolo de la fe: “Creo en un Dios… y en un Señor Jesús Cristo… Luz de Luz…” etc. Por lo tanto el Logos es Luz de Luz, Dios de Dios. Esta enseñanza sobre la Santa Trinidad no es simplemente enseñanza de la Santa Escritura, sino que es también enseñanza que sale de la experiencia de la zéosis, durante la cual se hace la confirmación de la enseñanza de la Santa Trinidad. Y la enseñanza de la Santa Escritura coincide con la experiencia personal de los santos Padres de la Iglesia.
Los santos Padres encontrándose dentro de la Luz increada, ven mediante la Luz increada la Luz increada. Así el santo Padre, cualquier Padre, a través de la Luz increada, la cual le inunda durante la experiencia de la zéosis, ve la Luz increada. Es decir, mediante el Logos increado ve al Padre dentro de la Luz increada en Espíritu Santo. El santo Padre encontrado en la Luz increada del Espíritu Santo, mediante la Luz increada de Cristo ve la Luz increada, al Padre. Esta experiencia gnoseológica, la cual es repetida en la Iglesia en cada época y generación, da la gnosis increada y la confirmación de que hay tres Luces, las cuales son una Luz increada. De estas tres Luces, una Luz emana de la supraglorificada bajo el sol naturaleza humana de Cristo. Éste es el Dios. Y estos son los tres confines o fronteras de la gnosis humana.
Pero cuando hablamos sobre el dogma de la Santa Trinidad utilizamos conceptos, logos y palabras. Pero los conceptos están tomados de la experiencia humana. Es decir, hablamos de cosas y realidades que son humanas. Pero, cuando por ejemplo decimos luz, no podemos tener en nuestro cerebro conceptos o imagen de la Luz increada. ¿Por qué? Porque si no tenemos la experiencia de la Luz increada, inmediatamente viene en nuestro cerebro, mente una imagen de la luz creada del sol y no una imagen de la Luz increada.
Cuando nosotros decimos Luz increada, ¿qué entendemos? Entendemos una Luz que no es creación o no formada. Pero diciendo la palabra, aunque estemos hablando de la Luz increada, automáticamente en nuestra fantasía es formada la imagen de la luz creada, porque nuestra memoria tiene almacenada a esta luz. Nuestro pensamiento entonces va inmediatamente en la imagen de la luz del sol, o de la luz eléctrica o del fuego etc.
Después pensamos también la oscuridad, de la cual lo diferenciamos, y decimos la Luz increada no es oscuridad, pero es luz y la correlacionamos otra vez con el medio, es decir, con la luz creada mediante la cual vemos. Así con todo esto creamos una fantasía sobre la Luz increada, la cual no tiene ninguna relación con la verdad sobre la Luz increada. Finalmente nosotros nos quedamos siempre englobados en nuestra gnosis creada y nuestra experiencia sobre la luz creada.
Cuando se encuentran dos Profetas del Nuevo Testamento, por ejemplo, de la época del Apóstol Pablo o dos santos de hoy en día, que los dos han visto la Luz increada y tienen la misma experiencia, entonces estos pueden estar hablando sobre la Luz increada y entender el uno al otro de lo que dicen (aunque sean de distintos países con lengua distinta). Porque hablan el mismo lenguaje.
Pero nosotros hablando sobre la Luz increada, no hablamos de y por nuestra propia experiencia, sino de experiencias de otros que han visto la Luz increada.
Lo mismo sucede por ejemplo entre dos astrónomos que han visto dentro del telescopio una cosa invisible de nuestros ojos. Ellos hablan sobre su común experiencia, por tanto en el mismo lenguaje. Pero, cuando nosotros leemos los libros de ellos sobre esta estrella, sin haber visto y tener las imágenes, ¿es la misma cosa? No. Una cosa es que uno tenga experiencia personal sobre algo y hablar sobre esto y otra cosa es que simplemente haya leído libros sobre esto.
Por lo tanto, según todo esto, ¿la Santa Escritura qué es, en qué se diferencia de un libro de la Astronomía? Astrónomo es aquel que ve, observa y estudia las estrellas y no aquel que simplemente sólo lee sobre estas cosas. Por tanto, si sólo leo la Santa Escritura, si leo también los tratados de los santos Padres de la Iglesia, incluso libros sobre la Teología Ortodoxa, ¿esto significa que soy teólogo? ¿Quién es aquel que entiende plenamente la Santa Escritura, como también los tratados de los Santos Padres? ¿Aquél que simplemente lee o aquel que ya tiene experiencia personal sobre las cosas que son descritas? Naturalmente aquel que tiene experiencia en Espíritu Santo. Esto es lo que dicen los Padres sobre aquel que simplemente lee: el que simplemente lee la Santa Escritura o sus tratados y después habla por las cosas que ha leído, es simplemente un teologante. ¿Pero en realidad es teólogo literalmente? Por supuesto que no.
La Santa Escritura según el prisma de la Teología Occidental
¿Si alguien quiere encontrar una interpretación precisa sobre algún tema de la ciencia Médica, ¿se dirigirá al estudiante o al catedrático de Medicina? Pues se dirigirá a un profesor de la Medicina. Así es también en la Teología. Pero existen varios estadios de la teología. En el Antiguo Testamento tenemos los profetas. ¿Pero qué son estos profetas?
La tradición de Agustín y de la Edad Media Francolatina dice que Dios habló a los profetas del Antiguo Testamento y que los profetas escucharon de Dios palabras. Esta tradición existe aún hoy en día en la Teología Occidental, porque en ella el profeta es identificado con aquel que ha recibido mensajes de Dios.
Pero en la Tradición Hebraica, el profeta es aquel que se ha glorificado o ha alcanzado la zéosis. Es decir, aquel que ha visto la doxa-gloria del Ángel o de distinta manera, al Ángel estando en gloria. Sobre todo, Moisés en su experiencia que tuvo en “la zarza ardiente pero sin ser consumida”, en esta misma experiencia, en la zarza, está presente Dios Padre, que es la Luz increada, presente también está el Hijo-Logos, que es la Luz increada mediante la cual Moisés ve la primera Luz y junto con lo presente está el Fuego-Πῦρ (pir) que es el Espíritu Santo. Esta es la interpretación Patrística de esta “apocálipsis” revelación de Dios, es decir, que allí está presente la Santa Trinidad.
Por lo tanto, Moisés se encuentra dentro de un Fuego que no quema, no se consume y no destruye quemando la zarza. La zarza permanece intocable, cosa que ciertamente significa que no se trata de un fuego creado, porque si este fuego fuera creado, la zarza se quemaría totalmente. A no ser que se hiciera un milagro allí, conclusión que llegaría fácilmente cualquiera, si no acepta la enseñanza e instrucción sobre la zéosis, entonces terminará llenando sus bolsillos de milagros leyendo el Antiguo Testamento.
Por lo tanto, vemos que en la tradición Ortodoxa, lo visible de la zarza ardiente sin ser consumida, no es un milagro. Simplemente era una apocálipsis-revelación de la doxa-gloria increada de Dios. Para Agustín y sus iguales era ¡un gran milagro, porque Dios no dejó el fuego creado quemar la zarza!
Uno leyendo el Antiguo Testamento con gafas Occidentales, lo encontrará lleno de milagros. Pero si lo lee con las gafas Patrísticas, no existen milagros en los casos de las Teofanías. Simplemente existen y son descritas apocalipsis-revelaciones de la doxa-gloria increada de Dios.
Lo mismo sucede también en el Nuevo Testamento, en los casos análogos. Aquel que no concibe y no comprende la experiencia de la zéosis y lee la Divina Escritura, es decir, aquel que no se encuentra dentro de la tradición Patrística, que está heredada de la tradición Hebraica y no posee las llaves interpretativas Patrísticas no puede interpretar correctamente la Santa Escritura.
Sobre la ουσία usía esencia o sustancia de Dios
Ahora en lo referente a la usía-esencia de Dios en los dos Testamentos hay los siguientes discernimientos:
1 En el Antiguo Testamento
existen:
- El Dios, el Yahvé y el Espíritu de Dios.
- El Dios, el Señor de doxa (gloria luz increada) y el Espiritu de Dios.
- El Dios, el Ángel y el Espíritu de Dios.
Es decir, en el Antiguo Testamento hay clara y cierta terminología sobre la Santa Trinidad
2 En el Nuevo Testamento
Aquí son añadidos además de los términos anteriores también los términos Padre e Hijo. Es decir, la única diferencia en la terminología sobre Dios en el Nuevo Testamento es que son añadidos los términos Padre y Hijo.
Esta diferencia fue añadida a causa de la Encarnación. A causa de la Encarnación es apocaliptado-revelado en el Nuevo Testamento el Dios como Padre y el Ángel como Hijo. Excepto esta diferencia, no hay otra, como hemos dicho entre el Antiguo y el Nuevo Testamento sobre la terminología sobre Dios.
Pero aparte de la enseñanza sobre Dios, Ángel y Espíritu existen también otros discernimientos que conciernen la Santa Trinidad. Son aquellas distinciones entre la usía-esencia increada de Dios y la energía increada de Dios, como también entre las Hipostasis de Dios, es decir, cuáles son las características de las cualidades de cada hipóstasis.
¿Pero estos discernimientos que se hacen por los santos Padres son filosóficos? Es decir, ¿provienen del pensamiento filosófico de los Padres o son resultado de la experiencia de la zéosis o glorificación!
Respuesta: En la tradición Patrística este discernimiento no es resultado de meditación filosófica, sino que proviene totalmente de la experiencia de la zéosis.
Pero en la teología occidental el discernimiento que hacen los teólogos de occidente sobre este tema es resultado no sólo de la utilización de los elementos expuestos de la Santa Parádosis (divina entrega y tradición), sino también de la meditación filosófica intelectual. Exactamente a causa de este hecho los Occidentales han caído en herejías. Es decir, hacían discernimiento metafísico y no empírico, por la experiencia de zéosis o glorificación.
Discernimientos Patrísticos en la Santa Trinidad
El discernimiento Patrístico entre usía-esencia y energía como también entre las tres hipostasis de Dios, está basado única y exclusivamente en la experiencia de la zéosis. En el Antiguo Testamento el discernimiento entre Dios, Ángel y Espíritu existe por la experiencia de los Profetas. En el Nuevo Testamento el discernimiento entre Padre, Hijo y Espíritu Santo proviene de la experiencia de la zéosis en referencia a la Encarnación. Los Apóstoles y los Padres teniendo la misma experiencia con los Profetas comprobaron y certificaron la Luz increada en Luz increada por la Luz increada.
En el Nuevo Testamento el Padre no está encarnado ni el Espíritu Santo. De la experiencia de la zéosis o glorificación es acreditado que encarnado es sólo una Luz, el Logos increado. Por lo tanto hay una unión entre la naturaleza humana de Cristo y lo increado, la cual unión no contiene tres Luces, sino solamente una Luz increada. En todos los Padres, la Luz una no está encarnada. Encarnada sólo está “lo por la Luz”. Después de la Encarnación “lo por la Luz” se hace por la fisis-naturaleza humana de Cristo. En la Luz (del Espíritu Santo), por la Luz de Cristo vemos la fuente de la Luz increada (el Padre). Aquí “lo por la Luz” conecta y enlaza inmediatamente con lo “en la fisis-natura humana de Cristo”. Por la natura humana de Cristo, por el Logos increado encarnado vemos al Padre en Espíritu Santo.
La experiencia de la zéosis es la que da la interpretación correcta y exacta sobre las cosas que son referidas en la Santa Escritura.
Por supuesto que no se excluyen las otras interpretaciones de la Santa Escritura, que son interpretaciones de los heréticos. Por ejemplo, de los Arrianos, de los Eunomianos, de los Monarquianos, de los Dinámicos, de los Nestorianos, etc. ¿Por qué todas estas interpretaciones no pueden ser correctas y sea correcta sólo la interpretación Ortodoxa? ¿Por qué, por ejemplo estoy obligado desde la perspectiva científica llegar a aceptar la conclusión de que sólo los Ortodoxos han hecho interpretación ortodoxa, correcta y ningún herético ha hecho interpretación correcta?
Aquí naturalmente no cabe ninguna tesis de la teología de los modernos teólogos que dicen: los obispos de la Iglesia, que constituyen los miembros del Sínodo Ecuménico tienen de Dios el Espíritu Santo, ya que en la ordenación canónica y, cuando se reúnen en Sínodo, o en un Sínodo Ecuménico sentencian infaliblemente, etc. Y aquí no cabe ninguna tesis de este tipo de teología, porque a uno no le ilumina el Espíritu Santo así simplemente porque tiene la ordenación canónica o porque participa en el Sínodo, aunque sea Ecuménica porque lo necesita la Iglesia o porque se hace oración común por todos los miembros del Sínodo. Son necesarias otras presuposiciones y condiciones esenciales, es decir, que el Obispo se encuentre en estado o situación de Iluminación y Zéosis (es decir, que se haya convertido en templo del Espíritu Santo).
Después vienen los papistas y dicen sus propias invenciones, es decir, ¡si el Papa decide algo esto es infalible! ¡Es decir, como si hubiese un arbitraje en la Iglesia, que es el Espíritu Santo, de modo que decida la Iglesia mediante un arbitraje sobre quién de los teólogos tiene razón o cuál teología es correcta y ortodoxa! ¿Pero esto es la obra del Espíritu Santo? ¿Así se busca, se indaga y se investiga la verdad de la Iglesia?
Discernimiento entre sustancia y energía de Dios
Cuando en la tradición Ortodoxa hablamos de discernimiento entre esencia y energía de Dios, entendemos la energía natural de la esencia, la que se distingue de la esencia de Dios. Pero la energía natural de la esencia de Dios no es algo distinto y separado de la esencia de Dios. No es una cosa la esencia y otra cosa la energía de la esencia. Algunos teólogos, a veces, hablan sobre la energía increada de Dios y dan a entender como si fuera distinta a la esencia increada de Dios. Dicen que una cosa es la esencia de Dios y otra cosa la energía de la esencia de Dios.
Realmente, esta impresión es la que puede percibir uno cuando lee los Padres, es decir, que una cosa es la esencia y otra cosa es la energía de Dios. Pero los Padres se expresan así sólo para recalcar el discernimiento entre esencia y energía de Dios. Lo que estos teólogos no observan, es que los Padres dicen que la energía increada de Dios es la energía natural de la esencia de Dios, es decir, que es energía esencial. O sea, la esencia de Dios tiene una energía natural que debe su existencia a la esencia. Esta energía natural de la esencia es de la que hablan los Padres.
La otra cosa que recalcan los Padres es que esta energía natural de la esencia de Dios es absolutamente simple, como la esencia también es simple. Pero ésta energía simple «se divide sin ser dividida en partes divididas». ¿Pero, qué significa esto? Desde el punto de vista del principio de no contradicción de Aristóteles, esto es una necedad. Entonces, ¿qué significa racionalmente «se divide sin ser dividida en partes divididas?» Es decir, ¿significa que ésta energía se divide o se fracciona permaneciendo entera, siendo indivisible? O sea ¿cómo algo se puede dividir en muchas partes y a su vez permanecer indivisible en uno? ¡Realmente es así, esta energía simple «se divide sin ser dividida en partes divididas»! Esto es lo que dicen los Padres: lo dice San Gregorio el Teólogo. Esta misma expresión existe en San Juan el Damasceno y en San Gregorio Palamás. Los Santos Padres dicen que esta energía simple se multiplica. ¿Cómo? Sin ser multiplicada. ¿Dónde? En muchos.
¿Pero qué significa esto? Significa que cuando el profeta alcanza la zéosis o glorificación, durante la cual entra en contacto con Dios, ve que esta energía simple existe en todas las creaciones. Una es la energía de Dios pero muchos son sus efectos. Y esta energía única, en cada cosa es una energía; y dentro de cada una de estas energías Dios todo entero está presente!
Dios, cuando crea al mundo, no lo crea según esencia, sino según energía y voluntad. Por lo tanto, existe unión entre la energía increada de Dios y las creaciones.
La energía de Dios es muy simple. Pero se distingue entre energía creadora de Dios, energía previsora, energía catártica (o sanadora) de Dios, energía iluminadora de Dios, energía deificante (de la zéosis) de Dios. Entre estas formas de la una y única energía de Dios no hay identificación. Si existiera similitud, entonces todas las creaciones participarían, por ejemplo, en la energía deificante de Dios. ¿Pero qué significaría esto? Significaría que todas las creaciones verían a Dios. ¿Cómo sabemos que no existe similitud? Por la experiencia de la Divina Jaris (Gracia increada), la Iglesia sabe muy bien que la energía iluminadora de Dios, por ejemplo, no es la misma que la energía de la zéosis. ¿Por qué? Porque aquellos que llegan a la zéosis son los Santos. Los otros no llegan a la zéosis.
Por lo tanto, lo que se divide en partes no significa que lo que es grande, es decir, el Dios, al dividirse se haga pequeño, o sea, se disminuya, sino que el Dios permanece íntegro y entero.
Sobre el Misterio de la Divina Εύχαριστία Efjaristía
Esto es exactamente también la esencia del Misterio de la Divina Efjaristía. ¿En efecto qué dice allí en las oraciones el sacerdote después de la consagración de los Dones Divinos? ¿No dice: “Se fracciona el pan de la vida, el que es fraccionado y no dividido, el que es comido y nunca gastado…”? ¿Qué significan todas estas cosas? Pues, significan que en el Misterio de la presencia de Dios en el Nuevo Testamento participa también la naturaleza humana de Cristo. Por lo tanto ahora el modo de presencia, revelación y manifestación de Dios al hombre es también a través de la naturaleza humana de Cristo, la cual ahora también «se divide sin ser dividida en partes divididas!»*
Así, de la experiencia de la zéosis conocemos que la única y simple energía increada de Dios «se divide sin ser dividida en partes divididas»*. Pero aquello que se hace durante la Divina Efjaristía es consecuencia de la Encarnación. Después de la Resurrección del Señor conocemos a Cristo solo a través de la doxa-gloria, es decir, en la doxa-gloria increada. Ahora no conocemos a Cristo según la carne. Pero esto no significa que Cristo no está encarnado. Cristo es encarnado y tiene completa la naturaleza humana, la cual ahora, sin duda, después de Su Ascensión está glorificada. *Alternativa: Se fracciona sin fraccionarse en fracciones.
Cuando por la comunión participamos del Cuerpo y de la Sangre del Señor, no tomamos en nuestro interior sólo un trozo de Cristo, sino que cada uno que comulga toma en su interior a Cristo todo entero. Pero no por ello hay muchos Cristos. Uno es el Cristo y éste Cristo, que es uno, se encuentra todo entero en cada fiel que participa por la comunión en los Misterios Inmaculados. Es decir, encima del Patena?, allí donde es troceado el cordero de Dios por el sacerdote, no es troceado el Cristo, sino que es multiplicado sin multiplicarse en muchos. Es decir, el Cristo todo entero existe en cada trozo del Pan Divino (perla). Este es el Misterio de la presencia-parusía de Dios en el hombre.
Ahora bien, sucede lo mismo también en los Profetas del Antiguo Testamento. El Cristo allí se revela no encarnado. Se revela el Logos, el Ángel. Pero simultáneamente, entonces, estaba presente también el Ángel, es decir Dios también en el Profeta, pero también en el resto de la creación.
Sobre Logos, Encarnación y relación con el mundo
Por tanto, estas diferenciaciones o discernimientos constituyen la enseñanza Ortodoxa sobre la esencia y la energía increadas de Dios, que es demasiado simple. El fundamento de esta enseñanza es esta experiencia de la zéosis o glorificación, deificación. Ninguna filosofía es introducida aquí. Estos discernimientos, que hacen los Padres de la Iglesia, no son el resultado del pensamiento filosófico, porque saben por su propia experiencia que en la experiencia de la zéosis el glorificado o deificado se une con Dios por la energía increada.
Pero la unión hipostática de Cristo con el Dios Logos no es de esta naturaleza. El Cristo no está unido con el Logos por la energía increada o simplemente por y medio de la voluntad de Dios; sino que el Cristo está unido (Su naturaleza humana) con el Logos increado por la naturaleza increada.
Sobre el Misterio de la Santa Trinidad
La zéosis (glorificación, deificación o divinización) del hombre es su participación de la energía increada de Dios. Pero la zéosis de la natura-fisis humana de Cristo se debe a Su unión con la esencia-usía de Dios inalterablemente e inmutablemente. El hombre, el Santo ve la energía increada de Dios. Pero el Cristo ve y conoce su esencia-usía. Porque tenemos unión hipostática del Logos con la naturaleza humana de Cristo en la persona o rostro de Cristo.
Así el hombre participando de la energía increada de Dios sólo conoce las cosas y realidades que Dios le apocalipta-revela. Si el hombre durante la experiencia de la zéosis participase de la esencia de Dios, poseería toda la gnosis increada que posee la Santa Trinidad. Y el hombre ya que conoce que no posee toda la gnosis increada de la Santa Trinidad, por esta razón está considerado como blasfemia que el hombre diga que participa de la esencia increada de Dios. De la esencia increada de Dios el hombre es totalmente no partícipe.
Los poseedores de la Divina esencia-usía son sólo el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. La esencia de Dios la conoce solamente el mismo Dios. El Padre conoce Su esencia, el Hijo conoce Su esencia y el Espíritu Santo conoce Su esencia. Por lo tanto, la gnosis increada de la esencia increada de Dios es propiedad solamente de las tres Hipostasis-Personas de la Santa Trinidad. Esta gnosis no es propiedad de los seres humanos. Porque el hombre conoce sobre las realidades y las cosas sobre Dios sólo las que conoce por apocálipsis-revelación durante la experiencia de la zéosis.
Pero esta gnosis de la experiencia de la zéosis no es gnosis. Porque la gnosis humana está fundamentada en la similitud y la diferencia. Pero aquí como no hay ninguna similitud entre creado e increado, esta gnosis increada sobre Dios no es como la gnosis humana. ¡Por eso esta gnosis de la experiencia de la zéosis se llama también agnosia (ignorancia o desconocimiento)! Y se llama agnosia, porque el hombre que se hace digno de la experiencia de la zéosis, trasciende de sí mismo. ¿Por qué? Porque durante la experiencia de la zéosis el hombre se va, sale de todo lo que sabía hasta entonces, y es introducido al espacio de lo increado, donde no conoce nada y así conoce a Dios a través de Dios. El medio de la gnosis increada es el mismo Dios increado. Entonces conoce al Padre en Espíritu Santo por el Logos. Por eso el Cristo dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Jn 14,9). Esto se refiere al hecho de que el hombre sólo a través de Dios, y después de la Encarnación a través de Cristo, puede conocer a Dios.
Ahora bien, en esta gnosis increada participa también la diania (la lógica, mente, intelecto) y el nus (la energía noerá y la sensible) los sentidos y el cuerpo del hombre. Participa el hombre entero; por lo tanto el hombre es divinizado, deificado o glorificado; es deificado o divinizado también el cuerpo por eso perfuma, no sólo su psique. Porque el hombre entero participa en la experiencia de la zéosis y el hombre entero ve. ¿Pero qué ve? Esta es la cuestión. Qué ve. No ve color, ni figura, ni dimensiones, ni luz ni tiniebla. No ve nada que sea parecido, similar o igual con las realidades y cosas humanas, a excepción de la naturaleza glorificada o divinizada de Cristo, que es el centro de esta apocálipsis-revelación. Y viendo a Cristo, entonces ve al Padre en Espíritu Santo.
Ahora llegamos a lo siguiente: Otra es la relación entre las tres Personas de la Santísima Trinidad, es decir, la coexistencia o inter-compenetración o el inter-circundado de las tres Personas-Hipostasis, y otra es la relación de la naturaleza humana de Cristo con el Logos y otra es la unión de los hombres que han alcanzado la zéosis o han sido divinizados, deificados o glorificados con Dios. Especialmente en estos dos últimos casos son dos cosas diferentes desde el punto de vista de la experiencia humana. Debido a que el divinizado, glorificado o deificado estando unido con Dios Padre por medio de la naturaleza humana de Cristo, comprueba que de diferente manera participamos nosotros los seres humanos con lo increado y de distinta manera participa la naturaleza humana de Cristo con lo increado y otra relación tienen entre sí las Personas-Hipostasis de la Santísima Trinidad.
Por tanto, para poder hacer una clasificación correcta y precisa de esta experiencia y realidad espiritual, los Padres hicieron los anteriores discernimientos. ¿Con qué propósito final? No los hacían para conocer mejor algún misterio, sino que las hacían para luchar contra los heréticos, quienes hacían interpretaciones equivocadas sobre estos temas. Esta obra de los Padres, es decir, utilizar este tipo de terminología especial, no se hizo para la comprensión de algún dogma, porque el propósito del dogma no es su comprensión, sino su anulación o suspensión, la cual sucede cuando el hombre se ha unido con el mismo Misterio que expresa el dogma. Entonces el dogma queda abolido, que de todos modos nunca fue entendido desde aspecto racional. El dogma queda abolido o suspendido, puesto que ya existe la unión con el mismo Misterio.
Sin embargo, la unión con el Misterio no significa que es anulado el Misterio. El Misterio permanece. El hombre unido con la Santa Trinidad está unido con Alguien, el cual se escapa de todos los conceptos, significados y comprehensiones de los hombres. Porque cuando el hombre tiene visión, expectación y experiencia del Misterio, es decir, cuando es encontrado en situación de zéosis enfrenta algo indescriptible. No sólo las Hipostasis de Dios son indescriptibles –excepto la hipóstasis humana de Cristo- sino también la energía increada de Dios en realidad es indescriptible. La gnosis increada de la energía increada de Dios no forma parte en las facultades gnoseológicas del hombre. La gnosis de las energías increadas de Dios trasciende las capacidades y habilidades humanas.
Por esta razón, cuando decimos que en Dios es superada la ley de las antítesis de Aristóteles, esto no sólo es sobre la esencia increada de Dios, sino también sobre la energía increada de Dios. Cuando los Padres, por ejemplo, dicen que el Dios “habita dentro de la luz increada e inaccesible” (1 Tim 6,16), o dentro del Skotos Tiniebla o Gnofos Luz que supera a toda luz, “había densas tinieblas debajo de sus pies” (Sal 17,10), como también que el Dios es λόγος logos, άλογος alogos irracional y υπέρλογος hiperlogos-supralógico, no sólo dan a entender la esencia-usía increada de Dios, sino Su energía increada.
Por consiguiente, la llamada Teología Apofática (si a lo que no es, confirmación negativa) no solo vale para la esencia increada de Dios sino también para Su energía increada. La energía increada de Dios no tiene ninguna similitud con las formas de energías de este mundo. En efecto, ¿qué creación, qué energía «se divide sin ser dividida en partes divididas»?
Sólo el hecho de la presencia, de la apocálipsis-revelación de Dios al glorificado o divinizado, hace conocido el hecho que no existe ninguna similitud, no sólo entre la esencia increada o las hipostasis de Dios con las creaciones, sino también entre la energía increada de Dios y las creaciones.
La experiencia de la zéosis trasciende la fuerza y energía gnóstica del hombre. En la Teología Apofática tenemos todas estas expresiones, tal y como las conocemos, como “conocer desconocidamente o sin saber” o “conocer supraconocidamente”, etc.
Esta extraña terminología de los Padres de la Iglesia es resultado del hecho que el Dios como objeto gnóstico o cognitivo no sucumbe, no incurre a las dinamis fuerzas cognitivas o gnósticas del hombre. Entonces desde este aspecto los discernimientos que se hacen por los Padres entre esencia y energía o entre las hipostasis de la esencia, no tienen ninguna relación con la metafísica, ontología, de Aristóteles, Platón, etc. Con ninguna de estas cosas tienen relación. Pero se observa que, los Padres cambiaban de terminología de vez en cuando y hacían una adaptación de su terminología, para encontrar los términos según las necesidades de cada época. Pero esto no lo hacían para entender mejor la enseñanza de la Iglesia, sino para refutar y golpear las herejías que brotaban. Porque la comprensión de la enseñanza de la Iglesia viene de la iluminación y de la zéosis y no de un proceso filosófico, literario o filológico sobre esta enseñanza.
El propósito del dogma, formulado por los Padres, no es su comprensión, sino por el dogma la unión del hombre con el Dios. Cuando suceda que el hombre ha podido unirse con Dios por la Jaris (gracia, energía increada), es decir, cuando se le ha sido apocaliptado el Misterio de Dios, entonces el dogma queda anulado o abolido.
Sobre la experiencia de la zéosis y sobre los tres estadios de la vida espiritual.
Ahora bien, leyendo el Antiguo Testamento, ¿a quiénes vemos que ha alcanzado a zéosis, glorificación, divinización o deificación? En el Antiguo Testamento son los Profetas y en el Nuevo son los Apóstoles. Pero en el Nuevo Testamento el que alcanzó primero la zéosis es san Juan el Bautista; después algunos de los Apóstoles. Porque en el Monte Tabor sólo estaban tres de los Apóstoles. Incluso hasta en la Metamorfosis, aquellos que sabemos bien que alcanzaron la zéosis en el Nuevo Testamento fueron, por supuesto además de la Zeotokos, san Juan el Bautista y después los tres Apóstoles, Pedro, Santiago o Jacobo y Juan. Todos los Apóstoles fueron glorificados, deificados o divinizados sólo durante el Pentecostés. Durante el Pentecostés todos los Apóstoles y también los setenta llegaron a la zéosis, por supuesto a excepción de Judas el traidor, quien fue sustituido por Matías. Y no sólo los Apóstoles llegaron a la zéosis durante el Pentecostés sino también muchos más, y en aquel mismo día fueron bautizados.
Después vemos el fenómeno paradójico de que el primero de los idólatras, el primero en el Nuevo Testamento, que había alcanzado la zéosis fue Cornelio el Ecatóntarco, quien llegó a la zéosis antes de su bautismo. Él parece con Job del Antiguo Testamento, quien, a pesar de que no era judío, sino idólatra, alcanzó la zéosis. Pero tenemos también otro ejemplo de hombre quien alcanza la zéosis, y después se bautiza, aquel del Apóstol Pablo.
El Espíritu “por donde quiere sopla” (Jn 3,8). Por eso también Pedro dice en caso de Cornelio: “Quién soy yo para discrepar con el Espíritu Santo, que ha dado a Cornelio Jaris (Gracia) igual con aquella que hemos recibido nosotros en el Pentecostés, de modo que no le bautice?” Pero una cosa es que no hayan limitaciones a la voluntad de Dios para conducir a alguien a la zéosis, y otra cosa es cuando decimos que todos participamos de la zeótica o divinizante Jaris (gracia, energía increada), porque esto es insensatez. En efecto, la energía zeótica increada de Dios opera sólo a los que alcanzan el estado de zéosis por la Jaris de Dios.
Pero esta energía zeótica increada de Dios opera en estadios, es decir, gradualmente. En el primero de Su estadio es y se llama esplendor o simple brillo. Los que sufren este brillo o esplendor sencillo de la doxa-gloria increada de Dios dura desde un segundo hasta unos minutos, es decir, muy poco. Después viene el segundo estadio, durante el cual hablamos sobre la θέα zéa visión, expectación de la Luz increada. Los que sufren la θέα zéa de la Luz increada son los zeóticos glorificados, divinizados o deificados. Y después llega el tercer estadio de los perfeccionados, durante el cual hablamos de una continua θέα zéa. Estas son las clasificaciones de la energía increada zeótica, glorificadora o divinizante de Dios.
La energía iluminadora increada de Dios no es la misma cosa. Porque ella es la iluminación del corazón por el Espíritu Santo, que es identificado en el estadio anterior con la noerá oración del corazón. En el estadio o grado inferior de la iluminación, que el hombre se llama neo-iluminado, por regla general este estadio no está acompañado por la noerá oración del corazón. Este es el estadio de los nuevo-bautizados durante el Santo Sábado, el de los neo-iluminados. Por supuesto que se supone que los neo-iluminados desde neo-iluminados se convertirán en iluminados con más catequesis desde la Pascua hasta el Pentecostés.
Por supuesto que es seguro que uno no alcanza la noerá oración del corazón durante el día del Pentecostés, es decir, dentro de los cincuenta días, porque puede ser que haga falta cien días o uno, dos, tres años o puede ser que nunca llegue. Pero esto depende principalmente del nuevo-iluminado, es decir, cuánto lucha y practica reglamentariamente, y a medida de cómo tiene la debida orientación de yérontas-guía espiritual experimentado. Si no ha llegado nunca, significa, según la Tradición Patrística, que este hombre ha caído en algún estancamiento espiritual.
La catarsis del hombre de los pazos de la psique y del cuerpo no se hace simplemente con la gnosis. Por supuesto que hace falta la gnosis del dogma, la gnosis del contenido de la Santa Escritura, la gnosis de la oración, etc. Es decir, la ayuda lógica del hombre para hacer sus cálculos y comprobar en qué consiste su terapia, incluso en decidir si quiere ser terapiado, “psicoterapiado” sanado o no. Así el hombre calcula y evalúa los posibles efectos y resultados de su decisión y decide libremente.
Todo esto es un proceso de la lógica del hombre. Por supuesto que el Espíritu Santo que opera a través de la conciencia en la diania (mente, cerebro) y en el corazón del hombre, le ayuda a tomar la decisión correcta; pero no le obliga, si él no quiere. Pero una vez que el hombre decida seguir el camino estrecho y torcido el que conduce a la Vida increada, entonces comienza la instrucción de parte de Dios hacia el hombre.
El título universitario uno lo puede conseguir con favores. Pero el título o grado de la iluminación uno no lo consigue con favores, sino con su merecimiento, con su práctica y con su lucha. Estás iluminado o no lo estás. Estás deificado, divinizado o glorificado o no lo estás. ¡Pero según la moderna teología, cuando uno es bautizado se llama nuevo-iluminado y es considerado templo del Espíritu Santo!
- Es decir, independientemente si a uno se le ha hecho la catequesis o no, independientemente si se ha iluminado por el Espíritu Santo o no, es decir, de forma mágica, (Ver Eortodomion de san Nicodemo el Aghiorita, tomo 1, pag 289): «El divino Cirilo de Jerusalén incita a los catecúmenos a que sean bautizados siendo catartizados primero. Porque según la analogía de la fe y de la pureza es dada la Jaris (gracia, energía increada) del Espíritu Santo (Catequesis 1)».
¡Hoy en día sobre todo oímos los curas en sus kerigmas decir que, puesto que estamos bautizados, somos templos del Espíritu Santo, y ya que somos templos del Espíritu Santo, todas estas cosas que escribe el Apóstol Pablo son válidas para todos nosotros! Pero leyendo a san Juan el Damasceno y en concreto las cosas que escribe sobre las sagradas reliquias de los Santos de nuestra Iglesia, todos estos versículos del Apóstol Pablo sobre quién es el templo del Espíritu Santo, los atribuye sólo a los Santos. San Juan el Damasceno explica también el por qué los Santos eran los Santos de la Iglesia. Explica que aquellos eran templos realmente del Espíritu Santo y sólo a los Santos llama templos del Espíritu Santo. La demostración está en sus santas reliquias. ¡Que significa que todos nosotros, si todos estamos bautizados somos templos del Espíritu Santo, entonces, de acuerdo con lo que dicen los modernos teólogos, todos nosotros dejaremos santas reliquias y nos haremos Santos después de nuestra salida hacia al Señor! Pero esta cosa no sucede.
Si uno lee a los Padres con atención, se ve que hay una diferenciación entre la enseñanza de los Padres sobre los Misterios de la Iglesia y la enseñanza contenida en los manuales sobre los Misterios de la Iglesia. Esta es la razón por la que la moderna Ortodoxia se encuentra en un estadio de alejamiento de la tradición Patrística y de la Ortodoxia. Por eso hace falta retorno en ella. (1980, gracias a Dios el lema de la Iglesia helena “retorno a los Padres o a la tradición Patrística” y en parte gracias al sacerdote y teólogo Romanidis hoy en día en la actual Ortodoxia todo esto se ha rectificado).
Por tanto, tenemos la glorificadora-zeótica energía increada Jaris (gracia) y tenemos la Jaris increada la catártica (limpiadora, purgadora y sanadora). El primer estadio de la vida espiritual es el de la catarsis. Y este estadio o etapa es obra del Espíritu Santo. El Espíritu Santo es Aquel que catartiza (limpia, purga y sana), ilumina y diviniza, (glorifica o deifica). El proceso de la catarsis y de la iluminación es también obra del mismo catecúmeno, pero también obra del padre espiritual del catecúmeno, el cual abre los ojos de la psique del catecúmeno y lo prepara para el Bautismo.
86 Ver “Eortodomion” de san Nicodemo el Aghiorita, pag 25o: Apuntar aquí cuatros cosas que siguen, por orden: a) Precede el oír con la catequesis, o oír con fe, dice Pablo en el capítulo III a Gálatas. b) la fe cordial, íntima interior, c) la confesión por la boca, “porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para sotiría, salvación” dice Pablo en los Romanos y d) sigue el Bautismo sellando la fe y la confesión.
Es cierto que el padre espiritual debe encontrarse en situación de iluminación, de modo que pueda introducir a los otros hacia la iluminación y el Bautismo también del agua, es decir, de la remisión de los pecados, pero también del Espíritu87 que es la visita del Espíritu Santo en el corazón del bautizado y la iluminación del corazón hombre88.
87 Ver “Eortodomion” de san Nicodemo el Aghiorita, pag 250: «…Primero el Señor catartiza y segundo ilumina… Por lo tanto el que quiere y ama a ser iluminado de Dios, primero debe catartizarse de los pazos por los divinizantes mandamientos o logos de CristoDios: “Porque a donde está la catarsis, allí está la iluminación” dice san Gregorio el Teólogo en su Logos sobre Teofania; en efecto, sin lo primero lo segundo no se da. Si uno busca iluminarse sin antes catartizarse, vana e infructuosamente se esfuerza…»
88 En este caso no se trata de niños sino sobre mayores de edad, los cuales se habían bautizado cuando eran niños, pero después pecaron y no se arrepintieron, pero el padre espiritual iluminado los conduce hacia el segundo bautismo, que son de las lágrimas de la metania, y a continuación hacia el tercer bautismo, el bautismo del Espíritu, que sigue al bautismo de las lágrimas del corazón, dado que existen las condiciones espirituales de parte del arrepentido. El bautismo del Espíritu introduce ya al hombre catartizado al estado de la iluminación, en el cual el hombre recibe el regalo de la oración incesante del corazón, entonces el hombre se hace literalmente templo del Espíritu Santo.
Por lo tanto, en la Antigua Iglesia tenemos primero los nuevo-iluminados, es decir, los nuevo-bautizados, después continúa en ellos la catequesis y la instrucción ascética de parte del padre espiritual, y, cuando el padre espiritual diga sobre uno que está preparado para la iluminación, entonces aquel es traído en el templo y se ilumina o es ungido por la Santa Mirra. Después en posterior estadio viene el Espíritu Santo y habita fijo en el interior del hombre, porque tiene agapi (amor desinteresado, altruista y no egocéntrico), aplica los mandamientos-logos de CristoDios, etc…
Si desean comprobar a estos estadios, por favor, lean los capítulos 14 hasta 17 del Evangelio de san Juan. Estas cosas están claramente allí y esta es la razón por la que los leemos en los templos durante el Jueves Santo.En la antigüedad, para los que trataban de bautizarse durante el Santo Sábado, se hacía una hermenéutica y catequesis sobre lo que le iba a suceder durante el santo Bautismo, según el cual serían aceptados los nuevos iluminados de manera que puedan ser introducidos normalmente y sean dirigidos correctamente hacia la nueva experiencia espiritual. Desde la nueva iluminación deberían llegar a la plena iluminación durante el día del Pentecostés. Es decir, la iluminación de ellos debería ser completada en cincuenta días, desde el Sábado Grande hasta la fiesta del Pentecostés, sin que esto sea absoluto, como ya hemos dicho. En este espacio se hacía la catequesis sobre los estadios de la vida espiritual. Por esta razón leen en los templos el Evangelio según Juan entre la Pascua y el Pentecostés; porque el Evangelio según Juan es el Evangelio de la iluminación y de la zéosis, mientras que los Evangelios según Mateo, Marcos y Luca son los Evangelios de la catarsis.
Con base a estos discernimientos, además de las otras energías increadas de Dios, tenemos la zeótica, la iluminadora y la catártica, esta última es la de los catecúmenos. Es decir, en estas energías increadas la catártica, la iluminadora y la zeótica participan sólo los Cristianos Ortodoxos. No todos los Cristianos ni tampoco todos los Ortodoxos, sino aquellos de los Ortodoxos que poseen las condiciones espirituales adecuadas.
Además de estas energías increadas tenemos la creadora energía increada, en la que participan todas las creaciones; la cohesiva y conservadora energía increada de Dios, en la cual participan también todas las creaciones. Todo dentro del universo participa de la cohesiva y de la conservadora energía increada de Dios, porque el Dios conserva y mantiene el mundo. Además de estas existe también la provisora energía increada de Dios (la Divina Providencia), las increadas energías agapítica, infernadora, sapiencial, lógica, cognitiva o gnóstica etc.
Sobre las energías de Dios
Según la tradición Patrística, la energía increada de Dios como también la esencia-usía increada, es simple, sencilla. De la esencia increada de Dios las creaciones no participan. Pero de la energía de Dios que es la natural energía de la esencia divina, sí que participan de ella. Pero no es comulgado, participado de la misma manera de todas las creaciones. Existe distinta participación o comunión de la energía de Dios por las creaciones, pero existen también distintas clases de energías increadas de Dios, como dijimos, las cuales se puede participar. Es decir, que las energías de Dios se disciernen la una con la otra.
Por esta razón los Padres se refieren que una simple natural energía increada de Dios se divide en varias clases de energías increadas y en muchos receptores. ¿Pero cómo? ¡Indivisiblemente (o infraccionalmente)! Se divide indivisiblemente, es decir, se multiplica sin multiplicarse. Permanece simple, a pesar de eso se multiplica en muchas, o sea, en las muchas creaciones. La energía increada de Dios «se divide sin ser dividida en partes divididas».
Δόξα (doxa), la gloria luz increada de Dios es el nombre, el término que se le atribuye en el Antiguo Testamento para la única y simple energía de Dios, la cual «se divide sin ser dividida en partes divididas». Por esta razón en el Nuevo Testamento la habitación (morada) de Dios que es ésta, la misma gloria de Dios, la cual es una, se multiplica y se convierte en muchas habitaciones. “En la casa de mi Padre, hay muchas habitaciones” (Jn.14,2). Y por ésta razón la Iglesia dice, que el Padre ha preparado para cada hombre una habitación, para que vaya a vivir allí, siempre y cuando se haga digno del reinado de la realeza increada de Dios. Esta habitación es la doxa-gloria increada, la cual se multiplica sin multiplicarse y se hace habitación para cada uno que llegó a la zéosis. Estas habitaciones son solamente para los de la zéosis. Esto mismo significa, cuando Cristo dice “en la casa de mi Padre hay muchas habitaciones”. Cristo quiere que cada creyente llegue a la zéosis, para que se haga ésta habitación, es decir, Su gloria habitáculo de cada creyente. Por lo tanto, la aspiración de cada creyente debe ser habitar en un monasterio, casa así de este tipo.
Estas diferenciaciones, que nos hemos referido, provienen de la experiencia de la zéosis, de la iluminación y aún de la experiencia de la catarsis; porque uno que participa en la catarsis algo entiende de estas cosas, porque lee los Padres de la Iglesia, entiende la Santa Escritura y acepta sus enseñanzas y comprende bastante, de manera que pueda, con la ayuda de un padre espiritual, distinguir antes de llegar a la iluminación y a la zéosis, en qué estadio espiritual se encuentra, cómo también si se encuentra en el camino correcto o en el engaño.
Antiguamente estas cosas eran muy conocidas entre los Ortodoxos, antes de la aparición de las modernas escuelas de Teología Ortodoxa, porque estas realidades las enseñaban los monjes en los pueblos, dónde habían monasterios y el laós pueblo se dirigía hacia los monjes para aprender las “letras Patrísticas”,” las Divinas y Sagradas Letras o los Logos Divinos”.
La consideración metafísica de la religión (1980)
La ortodoxia se interesa principalmente sobre esta vida aquí y ahora. Los Padres recalcaban que “después de la muerte no hay metania”. Pero muchos de los nuevo-helenos teólogos siguiendo a su maestro Adamantio Korais tienen una percepción metafísica sobre el tema y han copiado la metología de los francolatinos y de los protestantes en este tema de la religión. (Año 1980, ahora no es lo mismo). El este período que ellos se marcharon a estudiar Teología en Europa Occidental y en Rusia, pero también en Estados Unidos después de la guerra, ya había comenzado una disputa desde muchos años antes entre los empíricos por un lado que son los herederos de la Ilustración, de la Revolución Francesa del año 1789, y los metafísicos por otro lado. La distinción básica entre empíricos y metafísicos en esencia está que la línea empírica es la observación, en cambio de la metafísica es la reflexión filosófica.
Entonces todos los religiosos eran seguidores de la metafísica incluso hasta hace poco, en cambio los empíricos eran agnósticos y algunos entre ellos ateos. ¿Por qué? Debido a que la esencia de la línea empírica ni siquiera es la filosofía. Es cierto que se presenta como filosofía empírica o como filosofía de los empíricos. Ellos prevalecieron en Estados Unidos sobre los metafísicos y han hecho una obra grande a favor de la Ortodoxia, porque fueron destructivos para teología nuevo-helénica moderna y los modernos teólogos.
Los Marxistas son empíricos. Porque el Marxismo comenzó sobre bases empíricas y por eso llegó allí donde ha llegado. El cimiento o base del Marxismo y el cimiento o base de la Teología Patrística desde el aspecto científico es el mismo, entonces podrían entre sí los Marxistas y los teólogos Patrísticos entenderse y ponerse de acuerdo.
Pero el marxismo chocó con la religión. Sí, ¿pero con cual religión? No con la Apocalipsis-Revelación, sino con la religión que se identifica con la metafísica. En particular uno de estos metafísicos, que identificó la suerte del helenismo con la metafísica, es Adamantios Korais.
La diferencia esencial entre empirista y metafísico es que el principal rasgo del metafísico es la tendencia a identificarse con la realidad, algo que parece lógicamente cierto. Por supuesto, que un hombre puede tener una certeza razonable de algo con argumentos racionales.
Pero si esta no está sujeta a verificación y comprobación empírica, ¿cómo uno puede estar seguro acerca de lo que está pensando y concluye lógicamente? ¿Debido a que es un simple pensamiento? ¿Cómo uno puede identificar su pensamiento con la certeza? El metafísico hace esta cosa, pero el empirista acepta y clasifica en grupos lo que recae en su percepción por observación empírica.
Dentro de estos marcos los Calvinistas tienen una dificultad junto con los Papistas. Pero los Luteranos viven en otro mundo en torno a estos temas.
Ahora bien, aquel que es ateo, ¿por qué no cree? Debido a que no tiene el regalo del Espíritu Santo, el regalo de la fe íntima. ¿Y aquél que dice que cree es realmente creyente? No siempre. Tal como, por ejemplo, los Calvinistas, los cuales dicen muchas veces que creen porque están predestinados.
Pero de esta manera caminan la vía anticientífica, es decir, aquel camino que no es consolidado de alguna realidad empírica; ni tampoco tienen consolidación metafísica por las cosas que creen. Es cierto que ellos esto lo conocen, porque son intelectuales y saben cómo son las cosas, pero continúan moviéndose de esta manera. Por esto sin embargo se observa que los Calvinistas y los Luteranos recurren al Existencialismo. Pero lo mismo ocurre también con los Protestantes Estados Unidos, los cuales en los anteriores añaden también al sentimentalismo. Los protestantes de Estados Unidos son muy sentimentalistas, tanto en su culto como en su manera de comportarse. (Año 1980)
Sobre Monaquismo
Durante los primeros años de la existencia de la Iglesia, en los primeros Cristianos tenemos un sistema de vida comunista. El que tiene un poco de mente sana y lee las Praxis-Hechos de los Apóstoles, ve claramente que entonces todos lo tenían todo en común. Y el que querría ser bautizado, debería dar todo lo que tenía al fondo común de la parroquia. Nadie tenía propiedad personal. Todo era común. De hecho, tenemos el famoso ejemplo de Ananías, quien con su esposa mintió y murió inmediatamente.
Algunos sostienen que esta situación existía sólo en la parroquia Apostólica. Pero san Justino el filósofo y mártir había dicho a los idólatras que: “Nosotros los Cristianos lo tenemos todo en común”. Si tenemos en cuenta que Justino el mártir murió sobre el final del II siglo dC y él no tenía en cuenta que había alguna parroquia que no tenía todo en común, significa que la institución de propiedad común duró más o menos doscientos años. Después empezó a disolverse y entonces apareció el monaquismo cenobítico (vida en común).
Cuando aparece por primera vez el monacato se llama “vida Apostólica”. Esta forma de vida cenobítica teniendo todo en común, fue salvaguardada a través de los siglos en el monacato Ortodoxo. Pero este monaquismo Ortodoxo para que tenga éxito, primero debe preceder un cambio interior al hombre. Un cambio en la actitud de vida que es debido a la metania.
Es decir, en esto debe preceder un cambio y una liberación interior, de modo que pueda ser conseguido la forma de vida cenobítica o en común, o para los comunistas la forma de vida comunista, que están de acuerdo Marx y Lenin. Así desde el aspecto sociológico, es decir, sobre su estructura social exterior, no hay ninguna diferencia entre Comunismo y monaquismo cenobítico Ortodoxo. Entre ellos, acuerdo hay también en la necesidad de un cambio interior del hombre. Porque los Padres esto dice también. En la Iglesia el santo Bautismo es lo que trae este cambio en potencia en el hombre.
Pero el núcleo del monaquismo Ortodoxo que ha florecido durante tantos siglos, es la instrucción ascética. Los santos Padres para conseguir este cambio al hombre, esto que llaman buena alteración, de modo que este cambio sea efectivo en energía y acción, dicen que hace falta al hombre la instrucción ascética. Por eso en el monaquismo existen la continencia y autodominio, la pobreza por libre voluntad o sin propiedades, el ayuno y la oración.
Pero estas cosas no son sólo para los solteros, desde el aspecto Patrístico, sino que son también para los casados. La demostración es que uno de los mayores escritores de la Iglesia es un obispo casado 93, san Gregorio de Nicea –hermano de san Basilio el Grande- quien por cierto, ha escrito un libro muy bello sobre la castidad. Algunos creen que la castidad consiste sólo a la virginidad biológica. Pero no es esto el espíritu de los santos Padres. Cuando los Padres hablan de continencia, autodominio, abstinencia y ayuno, se refieren también para los casados 94. La instrucción ascética de la Iglesia Ortodoxa es para todos los Cristianos, casados y solteros. El éxito de la instrucción ascética de la Iglesia Ortodoxa, por lo menos históricamente, fue registrado principalmente en los centros monásticos de la Iglesia Ortodoxa. Antiguamente los monasterios no sólo estaban fuera en los desiertos, sino que estaban en las ciudades. La misma Konstantonópolis estaba llena de monasterios y es por eso por lo que se le llama el Gran Monasterio.
La tendencia actual es expulsar a los monasterios de las ciudades y marcharse en las montañas, para que no influyan a los hombres y sea infectado el Neo-helenismo. Por supuesto que, para que progrese la sociedad civil, para que sean sostenidos los burgueses, que son los portadores de la cultura Europea y American, era necesario alejar el monaquismo de las ciudades como peligroso.
Ortodoxia e ideología
En el proceso de la catarsis, iluminación y zéosis ante nosotros tenemos una ciencia. ¿Pero esta realidad se puede ser politizada? Es decir, ¿pueden los Ortodoxos, por ejemplo, decir que sólo los de la Izquierda pueden tener noerá oración del corazón?, o ¿aquel que tiene noerá oración del corazón está obligado a ser de Derecha o de Izquierda? Por supuesto que no.
Por lo tanto, tenemos una ciencia que se llama Ortodoxia, la cual nunca se puede comparar con la política. Porque el que ama a su prójimo se preocupa para su semejante, quienquiera que sea este sobre sus convicciones y creencias. Lo que preocupa al Ortodoxo Cristiano en los temas ideológicos primero es si la Iglesia tiene la libertad de realizar Su obra, que es sanar, terapiar o “psicoterapiar” a Sus enfermos. La Iglesia debe tener esta libertad.
Por tanto, aquella ideología que impide la Iglesia a realizar Su obra, llámese Marxismo o derecha Masonería96, llámese como quiera, para la Iglesia es la misma cosa. 96. La Nueva Era o New Hage, diríamos hoy. Es Su enemigo e igualmente se tiene que defender. Sucede hoy (1980) tener por una parte los de Derecha que son dirigidos por los masones, y por otra parte los de Izquierda que son dirigidos de Moscú, la cual hoy en día acepta la religión, pero permite una propaganda ilegal y deshonesta. Como por ejemplo, la antigua metrópolis de Lenigrand, hoy santa Petrúpolis, la metrópolis de la Rusia zarista la han hecho un museo de ateísmo. Desgraciadamente este es el comunismo en realidad y praxis. Es cierto que el comunismo no está obligado a aplicarse de esta manera, pero en realidad en la praxis es aplicado siempre en contra y en perjuicio de la Iglesia. Pero la Iglesia, cuando se enfrenta a una lucha deshonesta contra ella, está obligada a defenderse. Por tanto, de acuerdo con lo anterior, ¿la Iglesia está obligada a apoyar cierta ideología? Por supuesto que no. La ciencia médica debe apoyar cualquier partido político para la salud somática y psíquica del pueblo. Pero el médico como médico está obligado a tener criterios médicos en este caso.
Sobre el existencialismo
Un seguidor del existencialismo no cree en la ontología. Para el existencialista no existe la ontología. Existe la fenomenología. Existe la fenomenología filosófica, es decir, lo que se ve, lo fenómeno, en contraste con lo ontológico, es decir, hacia aquello que según la ontología existe. La realidad ontológica es aquella que existe para el metafísico, mientras que lo fenoménico es para aquello que se ve que existe.
Y por un lado la ontología trata a través de la metafísica introducirse a la esencia del όν on ser (de aquello que existe), por eso se llama ontología y es idéntica a la metafísica. Por lo tanto para sus seguidores la ontología es la ciencia que investiga la esencia de las cosas, pero por la filosofía y la reflexión.
Por otro lado, la fenomenología dice que la investigación de la esencia del όν on ser es un esfuerzo perdido. Y se limita sólo al fenómeno como visible. Los existencialistas consideran que uno no puede introducirse a la esencia de las cosas, por lo tanto está dentro de los marcos de la fenomenología, debido a que se ocupan de las cosas tal y como existen, convencidos de que el hombre no puede proceder más allá de los visibles o fenómenos que conoce, que para ellos es la misma existencia. Por eso los existencialistas, por regla general, rechazan la metafísica o por una parte no la rechazan pero ponen un gran signo de interrogación, no vaya a ser que alguna vez se encuentre la manera o modo de poder a ocuparse sobre este tema. Pero también los positivistas hacen lo mismo.
Ahora bien, de acuerdo con lo que hemos dicho anteriormente, los discernimientos que hacen los Padres entre Padre, Hijo y Espíritu Santo esencialmente no son ontológicos ni fenomenológicos, porque no se ocupan de una gnosis que ya existe en el hombre y con la que analizan filosóficamente. Porque hablan de sus experiencias personales de la zéosis. En efecto, hablan de su experiencia personal, aquella de la zéosis. En cambio, la experiencia de la zéosis es una gnosis no humana, sino una gnosis (increada) que la da el mismo Dios al hombre y la cual “no es de este mundo”, es increada. Y puesto que el Dios no se hace conocido al hombre según Su esencia, debido a que el misterio de Dios permanece misterio también durante la zéosis del hombre, no hay ningún requerimiento o ninguna exigencia desde el aspecto de la teología Ortodoxa para uno que ha alcanzado la zéosis hablarnos para preguntas que ponen distintas formas de la intelectualidad humana (metafísica, positivismo, existencialismo, etc.). Y esto debido a que las preguntas que ponen varios filósofos conciernen principalmente en las creaciones. Por extensión, ellos se ocupaban con lo cuánto y a qué medida se puede hacer una cosa conocida de las cosas que no pueden ser percibidas por la percepción del hombre y las cuales no pueden ser examinadas por la comprobación empírica. Por eso en la Teología Ortodoxa utilizar términos como metafísica, ontología, existencialismo, fenomenología etc. no ayuda en nada.
51 Sobre Teología
Los Padres cuando hablan sobre Dios, empiezan por la Santa Escritura, como también lo que han dicho los Padres anteriores a ellos. Después, hasta que adquieran la experiencia de la iluminación no teologizan. Porque antes que lleguen a la iluminación son simplemente alumnos. Es decir, aprenden cerca de los padres espirituales, los cuales, les preparan para la iluminación. O sea, les dan a leer el Antiguo y el Nuevo Testamento, se sientan juntos e interpretan la Santa Escritura para que se orienten históricamente sobre la Tradición Ortodoxa, les dan a ocuparse sobre la noerá oración del corazón, comparten su propia experiencia de sanación, ayunan, etc. y generalmente los ejercitan de manera que se efectúe la catarsis del nus, como a la vez la manera que se expulsan los loyismí, pensamientos del nus, buenos y malos. Así, teniendo limpio y claro el nus, estos alumnos puedan recibir la visita del Espíritu Santo.
Cuando viene el Espíritu Santo y empieza a orar en sus interiores, sólo entonces empiezan a teologizar.
Dentro de éste curso y procedimiento se lleva a cabo la terapia del hombre. En realidad esto se consigue con práctica y lucha continua, intensa y tiempo prolongado. Durante esta lucha y ejercicio, la Jaris (Gracia, energía increada del Espíritu Santo) se retira repetidas veces, hasta que el luchador katartiza sus pazos y le convierte en experto contra los pazos.
En toda esta lucha y ejercicio no ayuda absolutamente nada y de ningún modo la filosofía. Porque finalmente lo que se catartiza no es la lógica, la diania-intelecto del hombre, sino el nus (espíritu, corazón) del hombre. La lógica, la diania-menteintelecto (lo racional) del hombre se catartiza rápidamente al principio, en el estadio de empezar. El nus, el corazón del hombre se necesita mucho más tiempo para catartizarse, sanarse si se cumplen las condiciones askíticas, prácticas y ejercicios espirituales.
Tal como ya hemos dicho, otra cosa es la diania del hombre (la mente- el cerebro) y otra el nus. En las ciencias humanas, aquello que se ilumina de la gnosis-conocimiento científico, es la diania, la lógica racional del hombre. Pero el verdadero teólogo se ilumina doblemente. En él se debe iluminar la lógica por la Catequesis, pero principalmente se ilumina el nus, es decir, su corazón (el espíritu humano no divino).
Pero en la Teología Occidental, como sus teólogos identificaron la iluminación del Espíritu Santo con la armonización de la lógica de acuerdo con los arquetipos de Platón, los cuales, según ellos están dentro de Dios y según Agustín ocurrió que la iluminación se identifica en que el hombre debe conocer estos arquetipos, si no es directamente, por lo menos mediante las creaciones. Concretamente a través del estudio, de la meditación y la filosofía sobre la Santa Escritura. Así dicen que el hombre conociendo los arquetipos, automáticamente conoce las leyes de la verdad, del comportamiento moral, etc.
Para la tradición teológica Occidental tiene mucha importancia la ontología (existencialismo o metafísica), porque la ontología es el cimiento de los discernimientos teológicos que se formulan en la teología Occidental. Y eso porque los Occidentales se apartaron de la experiencia de la iluminación y de la zéosis de la Tradición Patrística. Por lo tanto, teologizan racionalmente, en vez de poner como base la experiencia de la iluminación y de la zéosis; por un lado los Protestantes creen que la única fuente de la verdad es la Santa Escritura, por otro los papistas creen que es el Magisterio de la Iglesia Romana, la Santa Escritura, los textos de los Padres de la Iglesia y la tradición oral de la Iglesia; la conclusión es que los dos llegan y se sientan simplemente a leer estos libros, creyendo que durante el tiempo que los están leyendo está el Espíritu Santo en sus interiores, el Cual les ilumina a comprender correctamente aquello que leen. Por cierto, los Protestantes, como creen que el c-járisma, don de interpretación de las Escrituras se dio en toda la Iglesia, la lectura de la Santa Escritura la hace toda la congregación, es decir, todos los miembros de la Confesión Protestante indistintamente si alguien es sacerdote o no.
Pero en la Iglesia Papista creen que el Espíritu Santo se dio principalmente a la Jerarquía, (creen que el Espíritu Santo va desde el papa a los cardenales y bajando hasta el último miembro). Por eso durante las ordenaciones sus obispos o los cardenales dicen al ordenado: ¡“Toma Espíritu Santo”! Tal como dijo a los Apóstoles “Tomad Espíritu Santo”, así se supone que ellos tienen y dan el Espíritu Santo. Y se da el Espíritu Santo a sus cardenales para que puedan ellos junto con el papa que también se supone que tiene el Espíritu Santo, pronunciarse correctamente sobre temas que les preocupan…
Pero en la Tradición Ortodoxa tenemos los Profetas, los Apóstoles y los Santos, los cuales no son simplemente autoridades por sí mismos, sino que son autoridades por y de su propia zéosis y solamente eso. Por lo tanto, cada uno que llega a la experiencia de la zéosis, se convierte él también en autoridad, porque participa él también en la autoridad, autenticidad de aquellos. Éste no dice nada distinto de lo que han dicho aquellos, porque adquirió la misma experiencia común de ellos. Aquellos que tienen la misma experiencia, dicen las mismas cosas.
La definición de Ontología o Metafísica, es una ciencia la cual se ocupa con aquello que no cambia, con aquello que permanece inalterable, con el “ὄντως ὄν” (ontos on- en realidad ser, existencia) o más bien con aquello que permanece inalterable por un espacio del tiempo, lo cual no se puede revisar. (Prueba lo reciente del papa Benedicto que ahora dice que el limbo no existe antes si). Ocurre que hoy las ciencias positivas han demostrado que en el mundo creado todo es relativo, todo cambia. Por eso hoy se ha abandonado totalmente el aspecto de que exista algo “ontológico”, por el aspecto de permanente, inalterable (inamovible). Por la ciencia de la Astronomía sabemos que más o menos hace 15 billones de años, se cree más o menos que es la edad del universo, el mundo cambia continuamente y junto con él todas las creaciones.
En cambio en la Ortodoxia, cuando hablamos de Dios, decimos que Dios “existía siempre y existirá siempre”. ¿Pero qué significa? ¿Nos revela esto qué es Dios o qué no es? ¿Nos descubre el ser o la existencia de Dios? Por supuesto que no, porque no es algo apofático. Es decir, la expresión anterior significa que Dios no es como estas cosas del mundo creado que cambian, se alteran y los cuales se crearon, existen por algún tiempo y después dejan de existir. Dios siempre existía antes que este mundo y existirá después de este mundo, inalterable. Esto significa que Dios es eterno, siempre es el mismo e inmortal por su fisis-naturaleza. Esta expresión nos expresa lo que no es Dios, no lo que es.
Pero la ciencia Metafísica es la ciencia del ὄν (on, ser o existencia), según sus seguidores, no del no ser. O sea, estudia aquello que existe, que es, no aquello que no es, que no existe.
Sin embargo, los Padres cuando hablan de Dios, dicen que Dios es desconocido por Su esencia-usía. No conocen el “ser” de Dios, lo que es, el “ὄντως ὄν” (ontos on- en realidad ser, existencia). Afirman aún que no podemos conocer nunca a Dios por Su esencia. Solo sabemos que existe. ¿Cómo lo sabemos?. Porque nos apocaliptó-reveló Su doxa (gloria, luz increada). Por lo tanto, cuando uno ve la Luz de Dios, no entiende, no conoce, no puede conocer “lo que es Dios”. Por eso decimos que Dios es “Misterio”
El στοχασμός stojasmós la reflexión filosófica intelectual o meditación en la Teología Ortodoxa
La palabra Στοχασμός stojasmós quiere decir reflexión, pensamiento, meditación y reflexión filosófica. Aquí utilizaremos la palabra pensamiento para este término.
Pero en la teología Ortodoxa existe también la reflexión, tal y como existe en las ciencias positivas. En las ciencias positivas cada investigador, para avanzar en su investigación, proyecta continuamente hipótesis o suposiciones y no se atreve a adoptar estas suposiciones y hacerlas axiomas o reglas antes de que sea examinada su certeza por la experiencia, es decir, gnosis empírica con base los métodos científicos. En las ciencias positivas no podría haber progreso si no existiese la reflexión sobre las gnosis adquiridas. Con base a esta reflexión los científicos crean las teorías y proyectan sus hipótesis, las cuales a continuación examinan con la observación y el experimento si son correctas, ortodoxas.
Pero la reflexión intelectual que hay en Teología Ortodoxa, disminuye continuamente cuanto uno avanza hacia la teognosía, porque esta reflexión intelectual es controlada y limitada continuamente bajo la Luz increada de la apocálipsis-revelación de la doxa-gloria increada de Dios. Las reflexiones intelectuales y las suposiciones son reemplazadas de la gnosis. Uno cuando va avanzando de la catarsis a la iluminación, la reflexión intelectual es reducida. Plena abolición de la reflexión intelectual sucede cuando el hombre alcanza la zéosis, es decir, llega cara a cara con la misma Verdad, la cual es apocaliptada-revelada y la cual es el mismo Dios.
La Parádosis (santa entrega y tradición) de la Iglesia permanece inalterable a través de los siglos, a lo referente a la apocálipsis-revelación de Dios al ser humano. Y esto debido a que la apocálipsis-revelación de Dios al hombre es la misma a través de los siglos. “Era, es y siempre es” la misma en todos los divinizados, glorificados o deificados desde la época de Adán hasta ahora. Todos los glorificados o deificados (Profetas, Apóstoles, Santos) reciben la misma experiencia, es decir, se les es apocaliptado-revelado el Cristo. La única diferencia en esta experiencia es que en el Antiguo Testamento el Cristo es apocaliptado-revelado como el Ángel de la Gran Voluntad; en cambio en el Nuevo Testamento donde interviene la Encarnación del Logos increado en la persona de Cristo, el Cristo es apocaliptado-revelado con su naturaleza humana glorificada, divinizada o deificada con el tropo (método, modo, forma o manera) análogo que fue apocaliptado-revelado en el Monte Tabor en los tres Apóstoles.
Todo esto significa que en la Teología Ortodoxa la gnosis sobre Dios simplemente se comprueba la re-apocaliptada-re-revelada a los que han alcanzado la zéosis (o en los deificados, glorificados o divinizados) de cada época. Esta gnosis, la apocálipsis-revelación de Dios al hombre, es siempre de la misma naturaleza, pero tiene graduaciones, es decir, distinto grado de plenitud en cada deificado. Cuando el Dios es apocaliptado-revelado a la medida que el Dios quiere y que el hombre concreto puede recibir, caber la apocálipsis-revelación de Dios. El mayor grado de apocálipsis de Dios al hombre es aquel del Pentecostés. Entonces el Espíritu Santo condujo a todos los Apóstoles “en toda la verdad”.
Teología Occidental y la ciencia moderna
En la Edad Media los Europeos tenían una percepción geocéntrica sobre el universo. Creían que la tierra era el centro del universo y las estrellas giraban alrededor de la tierra. Después llegan los primeros astrónomos de la época moderna, concretamente Galileo y demuestra que no gira el sol sobre la tierra sino que la tierra sobre el sol. Esta conclusión la dedujo de las observaciones que hacía con su telescopio. Es decir, demostró aquello que sostenía con la observación, no con argumentos filosóficos.
Las autoridades eclesiásticas de Occidente de entonces, no se convencieron, a pesar de que él mismo incitaba a los mismos obispos a mirar y comprobar por sí mismos a través de su telescopio y les explicaba lo que veía y faltó poco a que lo quemaran encima de las llamas, como hereje, por la Santa Inquisición! En consecuencia, se obligó a él mismo a declararse arrepentido (!), para evitar su muerte.
Desde entonces se creó la sospecha que lo conocido sobre el mundo físico no era tal como lo describían los teólogos hasta entonces, (los cuales, en Occidente, eran los estudiosos e intelectuales de la sociedad de la época). Pero el mundo era de otra manera y de diferente manera de la que se había descrito hasta entonces.
En la Edad Media Aristóteles adquirió un prestigio muy grande, de forma que su autoridad era de un valor igual que el de la Santa Escritura. 99 Aristóteles sostenía que la tierra es plana y no redonda. Entonces la Santa Escritura se interpretaba obligatoriamente a base de las percepciones de Aristóteles. ¡Aquel que discrepaba y estaba en desacuerdo con Aristóteles, su vida peligraba, podía perder su vida!
Por esta razón, entre los científicos de las ciencias positivas de Occidente existe una empatía o apasionamiento subconsciente hacia la persona de Aristóteles y no porque él mismo no fuera un filósofo e investigador importante de las cosas físicas, sino porque la Edad Media de los Francos se basó demasiado en Aristóteles. Una de las causas por la que tenemos hoy este importante desarrollo de las ciencias positivas en Occidente es que los científicos positivistas, por un largo período de tiempo ejercieron severos criterios al sistema lógico de Aristóteles, para llegar donde llegaron. Cierto es que el objetivo de ellos era derrumbar la autoridad de la Iglesia, sobre temas de ciencias positivas.
Esto es obvio que causó muchos problemas en la Tradición Occidental y no sólo a los Papistas, sino también a los Protestantes, los cuales ahora la mayoría de ellos quieren nos hacernos entender de que son modernos y olvidan que los mismos Reformistas (Lutero etc.) también estaban entregados en la antigua percepción sobre el mundo.
Esta antigua percepción sobre el mundo, se ve claramente también en las percepciones de los Occidentales de la Edad Media, en temas como el Paraíso-Infierno, como también la relación de la tierra con el Paraíso y el Infierno. Aquí tenemos los poemas de Dante, quien en realidad era muy supersticioso y cerrado de mente, el cual no tenía ni idea sobre la tradición Patrística, tal como la conocemos nosotros. Por la parte Ortodoxa era un simple oscurantista y sobre todo perteneciente a la Edad Media. Dante era el Padre del Renacimiento y fue un chico dedicado a la tradición teológica y religiosa de los Francos y nada más.
Lo mismo es válido también para Boccacio y Petrarch, los cuales se les considera también a ellos como compadres del Renacimiento Europeo. El Renacimiento Europeo y el llamado Humanismo no es otra cosa sino un regreso a los antiguos estudios clásicos Helénikos. Es decir, es un regreso a la época Clásica y un renacimiento de las letras de la antigua Grecia en general y de la filosofía. Este renacimiento de la antigua filosofía clásica helénika no lo provocó el mismo Dante, debido a que ya había empezado dos siglos antes. Dante, está demostrado, que era seguidor de Tomás de Aquino y su obra: la Divina Comedia es una atribución poética de la Teología de Tomás de Aquino. Pero se ha demostrado que la interpretación de Tomás de Aquino sobre Aristóteles no era correcta, o sea, era una interpretación tergiversada.
Pero ocurre que después del desarrollo de las ciencias positivas en Occidente, principalmente en los estudios revolucionarios que empiezan con la Astronomía y el sistema astronómico que se consagra por Galileo y sus sucesores, motiva que sea tambaleada seriamente la autoridad de Aristóteles. Así llegamos hasta el punto de que hoy en día no haya ningún hombre serio -excepto claro de algunos helenos que viven en Grecia- que sea seguidor de Platón o de Aristóteles; ya no existen seguidores de ellos. Cierto es que existen los estudiosos sobre ellos, que estudian a cualquier genio de la historia de la humanidad.
Pero este discernimiento entre filósofo y filosofía histórica no está bien comprendido o percibido desde que volví aquí en Grecia, (década de los 50) observé que los Neohelenos sólo estudian con gran amor hombres del pasado, con los que están de acuerdo. Es decir, aquí tenemos el bueno y el malo. ¡Si alguien es bueno nos gusta y todo lo que dice es correcto! En cambio, si no nos gusta lo que dice, todo lo que dice no es correcto; o sea será blanco o negro! Es decir, se hace una simplificación y una tergiversación de la realidad histórica. (El Padre Romanidis creció desde los 3 meses en América, fue filósofo, teólogo, historiador y Sacerdote.)
Por lo tanto, si decimos que Platón es muy importante, significa que debemos aceptar lo que Platón enseña. ¡Porque, como Platón es importante, entonces debe enseñar la verdad! Si alguien no enseña la verdad es un inútil. Así que, si Platón no enseña la verdad, entonces es un inútil! Pero así se hace una confusión.
Pero esto, en combinación con el patriotismo Neohelénico significa que todos los antiguos Helenos eran muy importantes y Platón y Aristóteles también. Así pues, sólo por esta razón, hoy tiene que haber seguidores de Platón y Aristóteles! Cierto es que no sé si hoy día, aquí en Grecia, existe algún seguidor de Platón, pero entre los de cultura religiosa existía una cierta debilidad hacia Platón. Es cierto que hoy en día entre los filosofantes religiosamente en los círculos helénicos hay una cierta debilidad y una tendencia en declinar hacia Aristóteles. Pero los últimos años aparecen también algunos que se acercan más al existencialismo.
Para demostrar pues, que los Padres de la Iglesia son modernos, decimos que los Padres son Platónicos, ¡si está de moda Platón! Pero si la moda sugiere que para que uno sea moderno tiene que ser Aristotélico, entonces desentierran las referencias de los Padres hacia Aristóteles, para indicar como por ejemplo, que San Juan el Damasceno, se había ocupado de Aristóteles y hace interpretaciones relativas; así crean un Padre Aristotélico de manera que se salve la reputación de la Tradición Patrística…
Pero aquellos que estudiaron en Europa o en América, vieron que no tienen mucha popularidad ni Platón ni Aristóteles y para el mundo Anglosajón por un lado predomina la lógica del positivismo y por otro lado, principalmente en Francia, el existencialismo. Los existencialistas se dividen en ateos y religiosos.
Por lo tanto, para sostener la Ortodoxia y no caiga abajo, estudian los existencialistas religiosos! Cierto es que no sé si los entienden, pero por lo menos los leen. Vienen pues en Grecia y escriben libros sobre el existencialismo para así introducir a la juventud helena emanaciones de existencialismo, de manera que nos hagamos nosotros también modernos. Así cada vez que los leemos nos hacemos más modernos y nos monizamos (nos hacemos con la cultura del mono) y modernos de verdad no nos hacemos nunca. (año 1983).
(Por el traductor, xX, jJ: Tengo la impresión de que en las actuales Españas y en Catalunya, que vivo desde 1974, pasa lo mismo, nos modernizamos agarrándonos a la cultura del mono, monas y del “botellón” y nos hemos convertido en humanocéntricos e individualistas hasta la médula).
Cuál es la diferencia entre ortodoxos y heréticos.
En lo concerniente a la tradición no es la misma cosa la moderna Ortodoxia con la Ortodoxia Tradicional. Está claro que hay algo común, la Santa Escritura; pero ella es parte de la Tradición. El problema es, cuál es la esencia de la Tradición y cuál es el núcleo de la Tradición. Esto uno lo encontrará, si aborda el tema tal como lo haría en una ciencia positiva.
En la Tradición Ortodoxa aparte de la Tradición oral tenemos también los textos escritos. Tenemos el Antiguo y Nuevo Testamento, tenemos las decisiones Prácticas de los Sínodos Ecuménicos y Sínodos Locales, tenemos los textos escritos de los Padres de la Iglesia, etc. Pero textos así también tienen en cantidad los Papistas y los Protestantes. Por lo tanto, el tema es ¿cuál es la diferencia básica entre ortodoxos y fieles de otros dogmas Cristianos? ¿Porqué unos son ortodoxos y los otros son heréticos? ¿Cuál es la diferencia esencial entre ortodoxos y heréticos? (La palabra herético con el sentido ortodoxo y significado auténtico que es confundido, errático, equivocado).
Creo que la diferencia la podemos comprender, si tomamos como ejemplo la ciencia de la medicina. Allí tenemos los médicos que pertenecen al Gremio de la Medicina. Si uno no es médico no puede ser miembro del Gremio de Medicina, entonces no puede ejercer el oficio de médico. Para que uno sea médico legal, debe ser no sólo licenciado de una Escuela de Medicina reconocida, sino también miembro del Gremio de los Médicos. Lo mismo vale para los abogados. En estas ciencias existe una continua prueba, porque si uno se sale del camino sobre el correcto ejercicio de su profesión, entonces se le condena por el organismo oficial de la institución colegial en el cual pertenece y se le expulsa del Cuerpo.
En la Iglesia también ocurre lo mismo. El correspondiente proceso dentro del Cuerpo de la Iglesia, la expulsión, es decir, la separación de uno de Sus miembros se llama excomunión (o aforismós); y cuando se trata del cese de un axioma se llama deposición o destitución. Así pues los heréticos son excomulgados del cuerpo de la Iglesia. Tal como en la Medicina un curandero, falso médico (o matasanos) no es posible que se le permita terapiar, así lo mismo en la Iglesia a un herético no se le permite terapiar, sanar las psiques de los hombres. Como es herético no conoce y no puede terapiar “psicoterapiar” y sanar.
Por lo tanto, como no es posible que haya nunca una unión de algún gremio de curanderos con Médicos del gremio de la Medicina, así también nunca es posible una unión entre los Ortodoxos y los heréticos. Un verdadero médico no es aquel que simplemente ha estudiado muchos libros de medicina, sino aquel que ha terminado los estudios y está licenciado por una Escuela de Medicina de una Universidad, pero a la vez por un importante espacio de tiempo ha sido instruido y ha practicado como interino al lado de un maestro con experiencia de reconocida capacidad en operar, terapiar y sanar enfermos.
Quién es el verdadero teólogo
Ahora bien, ¿quién es el teólogo verdadero? ¿Es teólogo sólo aquel que ha leído muchos libros de teología y está informado sobre la literatura en relación? Pero él se parece, por ejemplo, a un microbiólogo que ha leído muchos libros sobre su ciencia, pero no ha utilizado nunca un microscopio, ni tampoco hizo varias análisis de laboratorio etc. En todas las ciencias positivas, aquel que su logos o razón tiene el prestigio y la autoridad en su ciencia, siempre es aquel que tiene su experiencia del objeto o el fenómeno al que se refiere y lo cual ha estudiado, es decir, es aquel que tiene la experiencia de la observación y entiende los fenómenos observados.
En la terminología Patrística esta experiencia de la observación de las energías del Espíritu Santo se llama θεωρία zeoría contemplación. El primer escalón de la zeoría es la experiencia de la auto-energizada o auto-operativa oración del Espíritu Santo en el corazón del hombre, la experiencia de la noerá oración del corazón o de Jesús. Con la oración del corazón cuando está energetizada por la Jaris (gracia, energía increada) del Espíritu Santo, empieza a apuntalarse, cimentarse la fe íntima interna al hombre. Por la experiencia de la divina Jaris del Espíritu Santo el Cristiano empieza a contemplar a Dios, conocer a Dios. El Cristiano ahora teniendo la ayuda de la Jaris del Espíritu Santo, con conductores, guías el Antiguo y el Nuevo Testamento, es decir, los Profetas y los Apóstoles como también los Padres de la Iglesia, los cuales interpretan en Espíritu Santo el Antiguo y el Nuevo Testamento, puede también el mismo hacer interpretación correcta de la Santa Escritura y profundizar en los logos, dichos y conceptos de la Santa Escritura y de los textos de los santos Padres de la Escritura.
En algunos casos, en espacios de tiempo, este Cristiano sube en estadios o grados más altos de zeoría contemplación, por ejemplo, en alumbramiento o resplandor, o cuando Dios lo quiera, en participación, comunión de la Luz increada, es decir, a la zéosis o glorificación. Desde el aspecto Patrístico teólogo es aquel que ha alcanzado al zéosis. Debido a que entonces se hace inequívoco, inconfundible y no errante, por lo tanto puede teologizar sin miedo a caer en engaño y error. La Iglesia el título de teólogo por excelencia lo ha dado en muy pocos Padres, aunque muchos Santos han teologizado. Los teologantes en contraposición son los que han llegado sólo al estado o grado de la iluminación, es decir, al estado de la incesante noerá oración del corazón, y como han sido iluminados por la Jaris (gracia, energía increada) del Espíritu Santo, por esto pueden teologizar sobre la experiencia de uno que ha alcanzado la zéosis, el decir, del deificado, glorificado o divinizado, pero sin que los mismos produzcan Teología. Es cierto que existen también los teologantes intelectuales, debido a que simplemente han leído algunos libros teológicos, pero esto no está permitido ni aceptado de parte de los santos Padres de la Iglesia.
Acerca de la Oración
Si alguna vez os encontráis en reuniones de los Papistas o Protestantes, domina la costumbre de hacer oraciones improvisadas. Esta tradición proviene principalmente de la revolución Protestante, entonces leían muy cuidadosamente el Antiguo y Nuevo Testamento. Es decir, entonces leían en el Evangelio de que viene el Espíritu Santo y ora en el interior del hombre. Así el hombre, según ellos, es movido a orar por el Espíritu Santo, el Cual viene en su interior. Según ellos, pues, la demostración de que uno tiene el Espíritu Santo en su interior es que este hombre está orando. Porque el Espíritu Santo que tiene en su interior le mueve, estimula e inspira a orar. Por tanto, debido a que los Protestantes durante la época de su Reforma había esta interpretación, esta se ha mantenido hasta hoy en día en ellos. Es decir, creen que el hombre cuando quiere orar, entonces obligatoriamente viene el Espíritu Santo, el cual le estimula e inspira a rezar correctamente.
Pero en la santa Parádosis (entrega y tradición) Ortodoxa domina otra cosa. Cuantas veces la Santa Escritura habla sobre el Espíritu Santo orando al interior del hombre, es decir, cuando dice que el Espíritu Santo ora en el interior del Profeta o en el interior del Apóstol, no habla sobre oración lógica mental o racional, sino sobre noerá (espiritual) oración del corazón. Es decir, que este culto no es lógico sino noeró o espiritual. (102) Es decir, la oración se hace con el corazón al que mueve la divina Jaris (Gracia energía increada) y no de la lógica o de la mente o cerebro.
Así que existe el culto lógico que se hace con la mente lógica o cerebro del hombre, el cual ofrecemos a Dios cuando leemos o salmodiamos en los oficios de la Iglesia. Por ejemplo, la Divina Liturgia, es culto lógico o racional, como cultos lógicos o racionales son los imprimidos en los textos de todos los oficios de la Iglesia. Pero el culto noeró (con el nus) del corazón, que es cualitativamente forma de culto superior, no es culto que se ofrece por el hombre a Dios por iniciativa del hombre. Y esto porque en algún estadio del desarrollo espiritual del hombre vino el Espíritu Santo en el corazón de este hombre y ha traspasado el culto a Dios desde el cerebro-enkéfalo en el espacio o área del corazón (espiritual). Por lo tanto, en este hombre se hace ya el culto a Dios de forma noerá – espiritual en el espacio del corazón (espiritual). Entonces la diania (mente, cerebro) observa la noerá oración del corazón, pero ella no participa ni está asociada con formas racionales o lógicas. Simplemente está escuchando la oración del Espíritu Santo dentro del corazón. Esta es la oración del Espíritu Santo en el interior del corazón del hombre.
Cuando el Espíritu Santo ora de forma noerá -espiritual (con el nus) en el interior del hombre, como antes hemos dicho, entonces este hombre en este período es convertido y hecho templo del Espíritu Santo y efectivamente el espacio del corazón se convierte en altar de este templo. Y esto el hombre lo siente. El ser humano entonces se hace espectador de la oración del corazón (o de Jesús) del Espíritu Santo (1 Ped 2,9). Entonces el corazón del hombre se convierte en cura o sacerdote y salmista, y éste hombre vive por experiencia la santidad o sacerdocio místico-interior. Entonces es convertido y hecho miembro del Sacerdocio Real. Entonces es convertido en energía y acción miembro del Cuerpo de Cristo, es decir, de la Iglesia, porque el mismo Espíritu Santo le ha introducido al Cuerpo místico de Cristo, en la verdadera Iglesia realmente. El Crisma o Unción, que recibía el Cristiano en la antigua Iglesia, era exactamente la confirmación de que este Cristiano se había hecho miembro del Cuerpo de Cristo.
Cuando el hombre, en el que está energizada u operativa la oración del Espíritu Santo en el corazón, quiera orar lógica o racionalmente 104, puede hacer esto y orar con otras palabras de las que escucha místicamente en el corazón. Pero también puede dejarse repitiendo y recitando aquellas palabras u oraciones que se están escuchando en el interior de su corazón.
104 Leyendo o salmodiando algo dentro del templo o haciendo una oración improvisada o repitiendo una oración monóloga.
Pero en la santa Parádosis Ortodoxa uno que no se encuentra en el estado o situación de la noerá oración del corazón, no hace oraciones improvisadas, sino que ora lógicamente utilizando las oraciones de los oficios de la Iglesia. Porque la oración improvisada, espiritualmente es muy peligrosa para los que no tienen las correspondientes condiciones espirituales105. El ejemplo es el Fariseo del Evangelio, quien cayó en orgullo. Aquel que sabe cómo orar correctamente es el Paráclitos, es decir, el Espíritu Santo, el Cual enseña al hombre cómo orar correctamente, como también el hombre que posee la instrucción y enseñanza por el Espíritu Santo de cómo orar correctamente.
Esta situación o estado por el que habla el Cristo, cuando dice que vendrá el Espíritu Santo y habitará en vuestros interiores y junto con el Espíritu Santo vendré yo también y vendré junto con mi Padre y habitaremos en vuestro interior, -esto lo dice claramente el Cristo-, y nos dice también cómo esto se hará, también nos dice “pedid y se os dará” (Mt 7,7) y habla sobre la oración y la agapi (amor desinteresado, altruista), todas estas realidades cuando uno las combina, ¿qué conclusión saca? Cuando el Cristo habla de una situación, durante la cual, cuando venga el Cristo y el Espíritu Santo y habite en el interior del hombre, ¿este hombre sabrá que estas cosas se están haciendo en su interior; o quizás cuando se van haciendo estas cosas en un hombre, éste no lo sabrá, no podrá comprenderlo? Es decir, ¿cuando viene el Espíritu Santos en el interior del hombre, viene desapercibidamente o inadvertidamente? ¿O posiblemente vendrá, debido a que lo ha dicho algún Obispo o cura?
Recuerdo que recién ordenado sacerdote, cuando yo decía aquello que dice el Apóstol Pablo de que: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es” (1 Cor 3,16 -17) y estábamos discutiendo, hablando y decíamos que hacíamos moralismo sobre las cosas que decía el apóstol Pablo. Pero el Apóstol Pablo dirigiéndose a la parroquia de Corinto, en el punto que decía que nosotros somos templo del Espíritu Santo, nosotros somos miembros del cuerpo de Cristo, y tenéis el Espíritu Santo en vuestro interior, etc., si habéis leído cuidosamente, veréis que en qué tipo de creyentes se refiere. Porque dice: “Así que, quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete para que la iglesia reciba edificación” (1 Cor 14,5). Es decir, se refiere a los que hablan lenguas, o sea, en aquellos que poseían distintas formas de noerá oración del corazón.
Dicen que los sacerdotes desde el púlpito: sabéis, mis queridos cristianos, no hay que preocuparse… Mira, el Apóstol Pablo dice que el Espíritu Santo está en nosotros y nos guía y que el Espíritu conoce nuestras necesidades y cómo orar…etc. Es decir, hacen una homilía, hablan de alguna oración del Espíritu Santo dentro del hombre, la cual este hombre no siente ni sabe que es energizada en su interior, ni la distingue en su interior, es decir, la que el hombre no escucha que se está celebrando internamente, en sus interiores.
Pero aquella oración del Espíritu Santo, por la que habla el apóstol Pablo, ¿es percibida sensiblemente o no? Es decir, ¿el apóstol Pablo habla así vaga e indefinidamente sobre una oración del Espíritu Santo, sobre una participación vaga al Cuerpo de Cristo? ¿O nos da unos elementos vividos por experiencia sobre el cómo sucede esto? O sea, ¿existe la percepción interna y el sentimiento noeró (espiritual por el nus del corazón) o no en aquellas cosas que habla así el apóstol Pablo?
Pero leyendo a los santos Padres de la Iglesia, vemos lo siguiente: que es imposible que uno sea templo del Espíritu Santo y no lo perciba ni lo entienda, es decir, que el mismo no tenga la percepción y el sentimiento de que es templo del Espíritu Santo. Porque “el Espíritu mismo co-testifica a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” (Rom 6,16). Pero el Espíritu ¿cómo co-testifica a nuestro espíritu? ¿No es esto la noerá oración del corazón? Y si esto no es la noerá oración del corazón, ¿entonces qué es? ¿Es alguna imaginación o fantasía de algún hombre fantasioso y vanidoso?
Por tanto con la frase: “el Espíritu mismo co-testifica a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”, no se entiende nada más que la noerá oración del corazón. Y este sentido noeró, espiritual o percepción y sentimiento noeró (con el nus, espiritual), esta situación o estado interno, esta experiencia del Cristiano, cuando es energizada por la jaris (gracia, energía increada) del Espíritu Santo, esta es la santa tradición Patrística de generación en generación. Con base a esta, un padre espiritual conoce cuándo un hijo espiritual suyo ha llegado de la catarsis a la iluminación. ¿Puede o no puede un padre espiritual esto saberlo y cómo lo sabe esto? Es decir ¿sabe si un hijo espiritual suyo ha llegado a la iluminación? Por todas estas cosas y realidades que hemos dicho. Así que cuando hablamos sobre Teología empírica hablamos de empírica piedad no de pietismo. La Teología es la piedad empírica, por experiencia; no son palabras sino algo muy específico, concreto y comprobado.
La condición espiritual actual en Grecia (1983)
Ahora (1983), sucede que nos encontramos en una encrucijada en la historia de la Iglesia, donde el mismo falso médico matasanos o curandero, es decir, el padre espiritual que no puede orientar y conducir correctamente o sanar y no tiene conocimiento que es un curandero o matasanos. ¿Pero el curandero está en situación de reconocer a un médico real, cuando se encuentre con él o no? La respuesta es, si tiene su conciencia obtusa o depravada, no lo reconocerá. Esto sucedió con Judas, el cual conoció a Cristo, pero no como los demás Apóstoles. Judas no entendió quién era el Cristo. ¿Por qué? Debido a que espiritualmente no estaba en orden. Es decir, Judas se demuestra que era un curandero o matasanos y no pudo salvarse ni él mismo.
Estos tiempos los cristianos hemos llegado al punto de ser difícil de separar y distinguir al verdadero padre espiritual de aquel que es falso. Hemos llegado al punto que no podemos discernir los médicos espirituales buenos de los malos, o de otra manera, no podemos discernir el santo dentro de la multitud. Y esto nos ha pasado porque hemos sustituido la Teología Patrística con el tipo de teología occidental, con Teología de dogmas y con teología intelectual o filosófica de la Biblia, es decir, no la empírica que es la que conduce a la catarsis de la psique de los pazos. Hemos expulsado la tradición hisijasta y la hemos sustituido con dogmas o con el pietismo. Y esto sucedió a partir de la revolución de 1921 por Adamantios Koraís.
Hoy en día la Teología Ortodoxa da la capacidad y la oportunidad a alguien a investigar y detectar el médico real y distinguirlo de un matasanos o curandero. Es decir, podemos hoy en día detectar al verdadero padre espiritual, aquel que está en situación de sanar o terapiar, entre muchos otros. Además que el lema de la Iglesia de Helas-Grecia es retorno a los santos Padres, a la tradición hisijasta, que en parte se está cumpliendo, la prueba está que el monaquismo está en auge y gracias a Dios tenemos padres iluminados y Padres que han alcanzado la zéosis, conduciéndonos ortodoxamente. Tales como los nuevos Santos Athonitas Porfirio y Paísios, san Justino Pópovits, Dimitri Staniloae, José el Hisijasta, Tsalikis, Sofronio Sajarof…etc.
Sobre los Sínodos
En algunos existe la convicción de que la Santa Parádosis (Tradición) es guardada y protegida por los Sínodos de los obispos. Pero los Sínodos de los obispos (Ecuménicos o Locales) en los primeros Cristianos no eran como los actuales sínodos de las Iglesias Ortodoxas. Porque se constituía de obispos que eran poseedores del método terapéutico de la Iglesia y el propósito o finalidad de la constitución del Sínodo era la conservación del método terapéutico y no simplemente del dogma y del orden litúrgico de la Iglesia. Por lo tanto, el obispo correcto es el poseedor del método terapéutico “psicoterapéutico” de la Iglesia. En aquellos años la obra de un Sínodo de obispos era más esencial. Era la conservación del método terapéutico e instrucción de la Iglesia.
Pero esta conservación tiene dos lados: Interiormente, dentro de la Iglesia, se ocupan por la conservación de la correcta educación e instrucción de la práctica espiritual o la ascética. Exteriormente consistía en la conservación del dogma como guía, conductor hacia la terapia de la psique. También interiormente consistía en la protección del dogma de las herejías, que siempre provenían de personas que no contenían el método correcto terapéutico. Siempre, cuando aparece una novedad dentro de la Iglesia, automáticamente esto significa que el introductor de esta novedad, no sólo no se encuentra en la correcta percepción y comprensión sobre el dogma, sino que tampoco se encuentra en un estado espiritual adecuado, correcto.
Estas percepciones o comprensiones se han sistematizado por los grandes Padres de la Iglesia, como son de San Dionisio el Areopagita, de San Juan el Damasceno, de San Simeón el Nuevo Teólogo, etc. Como también de los discípulos de San Gregorio Palamás, de san Nicodemo el Aghiorita… Pero encontramos datos de manera sistematizada también en las obras de San Irineo, de San Ignacio el Teoforo, porque esta es una tradición continúa desde el siglo 1º. Los mismos elementos también los encontramos en el Apóstol Pablo, como también en todo el Nuevo Testamento. Estos datos podemos encontrarlos si buscamos e investigamos allí donde están, cuando tenemos criterios correctos.
San Macario el Egipcio, que desarrolla sistemáticamente estos temas, dice que: ¡los Cristianos que no tienen la bendición u noerá oración del corazón (o de Jesús), no se diferencian esencialmente de las otras religiones! La diferencia de estos Cristianos en relación con otras religiones es que ellos creen sólo intelectualmente y racionalmente a Cristo, además simplemente aceptan los dogmas cristianos, en cambio los otros no los aceptan. Pero esta fe intelectual, racional de estos Cristianos no les ayuda ni beneficia, porque no existe terapia, es decir, catarsis de sus corazones de los pazos (patologías, padecimientos de pasiones, emociones, apegos y vicios). Es decir, desde el aspecto o punto de vista de terapia de la personalidad humana no se benefician y su comportamiento es el mismo que los no Cristianos. Esto se ve por la vida que están haciendo.
Por lo tanto, ¿cuál es la diferencia de un hombre así –de nombre Cristiano Ortodoxo- y un Musulmán por ejemplo, cuando el Ortodoxo no sólo no lucha para terapiarse, sanarse sino aún más, mientras está enfermo psíquicamente, ni siquiera se imagina que existe un método terapéutico eficaz para su enfermedad dentro de la Iglesia? ¿En el dogma está su diferencia? ¿Pero para qué necesita el dogma cuando lo tiene en su armario y lo reverencia, sino lo usa como guía conductor hacia la terapia? ¡Es decir, cuando suplica y reverencia la letra del dogma y no lo que debería hacer, alabar el espíritu del dogma que está escondido dentro de la letra!
La Ortodoxia como religión oficial del estado Romano
Ahora teniendo en cuenta todo esto, vemos el por qué el estado Bizantino pretendió tener como religión oficial la Ortodoxia y porqué hizo tantos intentos y esfuerzos muchas veces para que sea salvaguardado íntegro el dogma ortodoxo. ¿Por qué lo hacía? ¿Para simplemente salvaguardar el dogma o más bien, debido a que el dogma Ortodoxo concreto era una condición de terapia para los ciudadanos, la cual terapia llevaría a una mejora social, a través de la terapia de la personalidad de cada uno de los ciudadanos? Más bien lo segundo. El himno nacional de Imperio Bizantino, decía: “Señor salva tu pueblo y bendiga tu herencia; regala victorias a los reyes contra los bárbaros y guárdalos por la Cruz de Tu gobierno”
Este himno expresa la ideología –si podríamos llamarlo así- la aplicación de la enseñanza Ortodoxa, fe y vida en la Nación a nivel interregional o internacional. Ya que el estado había observado la contribución social y el beneficio que sería derivado de la enseñanza de la Ortodoxia y del método terapéutico si se aplicase, entonces instituyó y proyectó la Ortodoxia como religión oficial del Estado, de manera que el Estado llenarse de parroquias, en las cuales los sacerdotes ejercían esta instrucción terapéutica. Así las parroquias con el tiempo aumentarían y junto con ellas aumentarían los ciudadanos sanos y por extensión el mismo estado. Naturalmente la Iglesia no dijo no y cooperó con el Estado.
Pero sucede que este poder que fue dado a la Iglesia, junto con la necesaria organización administrativa eclesiástica, fue creado un mal necesario tipo empleados fijos del estado. Es decir, muchos que representaban posiciones oficiales eran hipócritas fingían de Ortodoxos, mientras no lo eran, así la Iglesia empezó a secularizarse.
A pesar de todo esto la Iglesia tenía como obra paralela proteger el Estado de los médicos espirituales matasanos o falsos, es decir, de los heréticos. Los Sínodos Ecuménicos se cuidaban exactamente de esta cosa. Los Sumarios de los Sínodos Ecuménicos encontramos la frase: “Ha opinado el Espíritu Santo y nosotros”. Es decir; perece bien al Espíritu Santo y en nosotros. Esto lo decían los que se encontraban en estos Sínodos, porque tenían en posesión la noerá oración del corazón, por la cual eran informados sobre la verdad de los Términos que formulaban.
Pero hoy en día escasea la noerá oración del corazón en los obispos; si se reúne un Sínodo de obispos y se levantan durante la inauguración y todos juntos dicen la oración: “Rey de los Cielos, Paráclitos, el Espíritu de la verdad…etc”, ¿seguro que vendrá el Espíritu Santo a iluminarlos porque son obispos canónicos y se reúnen en Sínodo y hacen oración? Sin embargo el Espíritu Santo no opera así. Es decir, bajo de estas condiciones. Son necesarias también otras condiciones. Es necesario que el orante, cuando viene al Sínodo, tenga ya energizada y operativa la noerá oración del corazón en su interior, para que le ilumine la Jaris (gracia, energía increada) de Dios. En los pseudosínodos los que llegaban no poseían esta situación orativa o estado de oración.
Pero los antiguos obispos tenían esta experiencia espiritual y, cuando acudían como Soma-Cuerpo, sabían qué les informaba el Espíritu Santo en sus corazones sobre un tema específico y concreto. Y cuando estaban tomando decisiones sabían que estas decisiones eran correctas. Debido a que estaban en estado de iluminación, en cambio algunos de ellos habían alcanzado también la zéosis o glorificación.
Por lo tanto, vemos que en la antigua Iglesia dominaba el elemento carismático, es decir, dominaban los miembros con los carismas del Espíritu Santo, mientras que los elementos institucionales, es decir, los típicos eclesiásticos y administrativos seguían. Esto es muy claro en la Iglesia Antigua y también en los Sínodos Ecuménicos, desde el primero hasta el noveno Sínodo Ecuménico que se hizo en el tiempo de san Gregorio Palamás siglo 14, el octavo Sínodo Ecuménico es la de san Fotio el Grande.
Esta forma de co-testificación del Espíritu Santo en el interior del corazón, la conocen muy bien los que tienen operativa o energizada la interna noerá oración del corazón. La noerá oración del corazón es una constatación empírica y una confirmación de la terapia o sanación del nus del hombre. Dicha terapia es factible para todos los hombres, una vez que cumplan las condiciones del método terapéutico. Es decir, no estaba destinada o diseñada sólo para algunos monjes, es decir, sólo para algunos que visten sotanas, sino para todos los hombres. Porque en la Santa Escritura en ninguna parte se ve que está haciendo un discernimiento entre espiritualidad monástica y espiritualidad laica. La Santa Escritura habla sólo de una espiritualidad. ¿Habéis encontrado alguna vez en la Santa Escritura algún pasaje que hable por separado sobre una espiritualidad de laicos o de espiritualidad para clérigos? Tal cosa no existe en la Santa Escritura. La espiritualidad en Cristo es una para todos los creyentes.
Esta espiritualidad en Cristo es la esencia de una instrucción terapéutica, la cual es ofrecida de Cristo a todos los hombres. Está diseñada para todos los hombres. No es solamente para los monjes o los curas o los que tienen estudios o los intelectuales, los burgueses o los pobres, porque ella en su interior no tiene nada de intelectualidad; ni tiene relación con las cosas visibles y los fenómenos exteriores del hombre, sino con las cosas interiores y ocultas.
Sobre la música eclesiástica.
Ahora hablaremos algo sobre la música eclesiástica.
La finalidad o propósito de la música eclesiástica es provocar recogimiento o doxología, alabanza y no sentimentalismo, emoción. En la tradición Occidental tenemos desde la Edad Media, es decir, de parte de los Francos se consagró en que uno no pueda discernir las canciones eróticas de los cantos religiosos. Si escucháis los Papistas o los Protestantes psalmodear dentro en sus templos, enseguida os dais cuenta que cantan, no psalmodean dentro en el templo. Los troparios los cantan de una forma erótica.
Los papistas cuando cantan himnos a la Panayía (Todasanta), no solo son las frases eróticas, sino también su música es erótica. (Con guitarras y panderetas). Es decir, erototropizan o erotizan con la Panayía y con Cristo! Uno escucha a un miembro sensacional, emocional, con una música sentimentalista. Con la emoción, sensacionalismo y el sentimentalismo intentan provocar una religiosidad sentimental, emocional a sus miembros. Por tanto, como la Tradición de ellos tiene éste carácter emocional, sentimental, por esta razón los hombres serios en América y en Europa no se religionan no se hacen religiosos, porque no se convencen con éste tipo de sentimentalismos. Los que se religionan allí, son hombres de tipo sentimental, sensual, los cuales no son prudentes, ni consecuentes, ni fiables en la investigación. Me refiero en la investigación en general. Porque un Europeo o Americano prudente, es normal que sea ateo bajo éstas condiciones y que no sea ni Papista ni Protestante. Cierto es que es fuerte esta frase, pero ésta es la realidad. Porque un científico serio no es posible a aceptar nunca los cimientos de la teología Papista y Protestante. Esto, en combinación con la manera sentimentalista de rendir culto, aleja mucha gente seria del Papismo y del Protestantismo. Por eso uno ve sus templos vacíos.
Temo que lo mismo le pasará la Iglesia Ortodoxa, si permite el pietismo, el sentimentalismo y la intelectualización, meditación que conquisten el lugar de la teología Ortodoxa, porque la crisis que creo que hoy pasa la Iglesia (año 1983), será Su última. Después de ésta crisis no habrá nada de pie para que se remueva, derrumba y pase o sufra alguna crisis.
Segunda parte: Sobre la enseñanza de los herejes y cómo los afrontaron los Padres.
Cuando uno alcanza la zéosis revive todas las fases de la Apocálipsis-Revelación (Metamorfosis,-Pentecostés), que significa que el deificado o glorificado, revive todas las verdades que fueron apocaliptadas-reveladas a los Apóstoles. Entonces comprueba empíricamente que la Teología Ortodoxa tiene un carácter circular y el ciclo tiene como núcleo la Encarnación. El núcleo es el Logos encarnado. Esto es el fenómeno cíclico que tiene un núcleo o si quieren un fenómeno helicoidal que tiene un eje y este eje es el increado Logos encarnado.
Por tanto, viendo al Logos vemos al Padre en Espíritu Santo. Viendo al Logos vemos la Iglesia. Viendo al Logos vemos la Κοινωνία kinonía comunión de los Santos. Viendo al Logos vemos todos los Misterios de la Iglesia.
Sin la zeoría contemplación de este núcleo uno no ve las cosas correctas. Cuando el ser humano durante la experiencia de la zéosis llega en este núcleo, entonces, debido a que llega a serle apocaliptada-revelada toda la verdad, se convierte ya inequívoco, sin engaños sobre las realidades y las cosas divinas. 113. Pero esto no quiere decir que este hombre es convertido infalible como el “papa” en la Iglesia, porque la Iglesia se expresa sin engaño ni error sólo como Cuerpo de Cristo, es decir, Sinódicamente. Y como la apocálipsis-revelación sobre los divinos Misterios es la misma en todos los que alcanzan la zéosis, por eso hay identificación de enseñanza en todos los glorificados o deificados. Esta es la tradición Patrística de la que se refieren los Ortodoxos.
Y cuando uno se separa de este núcleo de la experiencia y de esta enseñanza, incluso de la historia de esta enseñanza, si intenta hacer teología o teologizar es imposible que no caiga en algún error o herejía. Si no cae en herejía, por lo menos cae en mala interpretación de la Santa Escritura o de la Santa Parádosis (entrega y tradición divina).
Así que los Padres que tenían esta experiencia de la zéosis, sabían que por ella son convertidos en dioses por la Jaris (gracia, energía increada); pero no por naturaleza. Pero Cristo, que es el Logos increado encarnado, ¿es Dios por la jaris o por naturaleza? Arrio decía que el Logos encarnado es por la jaris (gracia) Dios. Los Padres decían: no, Cristo es Dios por naturaleza. Arrio sostenía que el Logos encarnado es por la jaris la fuente de la doxa (gloria, luz) increada del Padre. Arrio por un lado, no negaba que Cristo es la fuente de la doxa increada, pero por otro lado sostenía que Cristo no es la fuente natural de la doxa increada, sino por la jaris increada es fuente de la doxa increada. Decía que, puesto que la naturaleza-fisis humana es creación, por lo tanto Cristo es Dios por la jaris (gracia, energía increada).
Cómo los Padres afrontaron a los heréticos
Arrio sostenía que el Logos increado ha nacido de el Padre antes de los siglos. A pesar de esto, es acusado de san Atanasio el Grande de que sostenía el nacimiento del Logos en el tiempo. ¿Pero por qué? Debido a que añadía lo «que hubo algún tiempo que entonces no existía o no era ἦν πότε ότε οὐκ ἦν». El “algún πότε” y “entonces ότε” son adverbios temporales. Porque cuando dice «que hubo algún tiempo que entonces no existía o no era ἦν πότε ότε οὐκ ἦν», esto significa que hubo un espacio de tiempo que el Logos no existía. Literalmente significa esto. Pero dentro de estos marcos de la Teología Apofática todo lo que uno diga sobre Dios está limitado en los predicados temporales o del tiempo. Cualquier palabra que uno utilice sobre Dios, no puede evitar las dimensiones del tiempo. ¿Por qué? Por ejemplo, cuando decimos: el Logos nace del Padre; literalmente desde el punto de vista esto de “el logos nace del Padre” puede significar que una vez ha nacido del Padre o que perpetuamente nace del Padre o que en el tiempo nace del Padre. Lo mismo sucede también cuando alguien dice: El Logos ha nacido de el Padre.
Los santos Padres para enmarcar su enseñanza y cercar o vallar la enseñanza de la Iglesia están obligados a utilizar varias terminologías. Ciertamente los Padres dicen que el Logos antes de los siglos nació del Padre. Pero lo que recalcan los santos Padres es que el pensamiento humano es correspondido sólo en la experiencia humana. Por lo tanto, cada pensamiento, cada captación y percepción racionalista del hombre corresponde sólo a las diarias experiencias humanas. El hombre no puede romper las limitaciones de su naturaleza creada, de modo que pueda captar y concebir lo increado. Esto según los Padres de la Iglesia es absolutamente imposible. El hombre puede pensar sobre lo increado de que existe; de que existe algo que no se ha creado, lo cual siempre existe y lo cual no se asimila o parece con las creaciones. Pero todos estos predicados no son positivos. Son completamente negativos. Estas no son posiciones o tesis, sino negaciones. Cuando decimos que el Dios es increado, no decimos qué es Dios, sino simplemente decimos lo que no es Dios. La palabra increado significa simplemente que el Dios no es creación. Pero esto nos dice lo qué no es Dios, no lo que es. Por tanto, hemos dicho lo que no es Dios.
Ahora vamos a decir lo qué es Dios. No existe ningún nombre que pueda definir lo qué es Dios, debido a que el hombre por su naturaleza nunca puede captar y concebir a Dios. La causa fundamental de este hecho es que el hombre es creado, creación. Ha sido creado para conocer a Dios, pero el hombre por sí mismo no posee la facultad de conocer a Dios. Cuando el mismo Dios es apocaliptado-revelado al hombre, sólo entonces el hombre conoce a Dios. Y esto es dado o se hace por la Luz increada, por la Jaris (gracia, energía increada) del Espíritu Santo. Por eso los Padres muchas veces se ocupan de la frase: “En tu luz (increada) vemos la luz (increada)”. Es decir, sólo estando dentro de la Luz increada de Dios veremos la Luz increada de Dios. Así que sólo cuando uno se encuentra dentro de la Luz increada ve la Luz increada. Exactamente como sucede con la luz natural. Cuando uno se encuentra en la oscuridad no ve absolutamente nada. Sin embargo, cuando se encuentre dentro de la luz entonces ve la luz.
Por tanto, este principio gnoseológico, es un principio dominante en los Padres de la Iglesia. Pero lo aparentemente extraño es que los Padres toman esta Luz increada de Dios y lo identifican con el Skotos o Gnofos (nube oscura suprailuminada) y utilizan alternativamente Luz y Tiniebla o Skotos. Por lo tanto, esto de “en tu luz contemplamos la luz” y lo de “en tu gnofos o nube oscura contemplamos tu gnofos” significa la misma cosa para los Padres. Porque Dios no es ni Luz ni Skotos o Gnofos; y esto porque Dios nos es creación para parecerse con algo creado, tal como es la luz o la oscuridad, tiniebla.
Por tanto, ya que nuestras fuerzas gnoseológicas son atribuidas a las cosas y realidades creadas y no se extienden en las cosas y realidades increadas, por esta razón el hombre conoce sólo las creadas. Por consiguiente, cualquier terminología que usemos sobre Dios, esta terminología está tomada de la experiencia diaria del hombre y no de una facultad del hombre para describir lo increado. Esta percepción Patrística sobre la gnoseología está sujeta dentro de los marcos modernos de la investigación, la cual se hace sobre los temas gnoseológicos y la cual hoy en día (año 1983) se hace por los neurólogos, los biólogos, los psicólogos, los antropólogos y poco de los psiquiatras.
Todas las ciencias que se ocupan con estos temas, están de acuerdo sobre el funcionamiento gnoseológico de la existencia humana. Todo en el hombre está tomado, de lo que sabemos hasta hoy en día, de las experiencias diarias del hombre. Incluso los pensamientos abstractos que el hombre hace y los cálculos matemáticos, todo esto ya es aceptado de que son dimensiones de la existencia material del cosmos-mundo y de ninguna existencia espiritual inmaterial o intangible.
La acusación, sin embargo, de san Atanasio contra Arrio, de que enseña en “tiempo” el nacimiento del Logos increado, proviene de la misma expresión de Arrio, la cual aprovecharon los Ortodoxos y a continuación bombardeaban a los Arrianos sobre este tema. Tanto bombardearon a los Arrianos que fueron obligados a responder. Pero con la pérdida de muchos de estos escritos de los heréticos se han perdido también estas respuestas.
Los Padres acusaban a Arrio de que enseñaba que lo “en tiempo” nacimiento del Logos increado. La demostración de los Padres es que el Arrio se refiere en lo que “«hubo algún tiempo πότε y entonces ότε». Sí, pero se salvan algunos escritos dichos de Arrio y los Arrianos, en los cuales los Arrianos se quejan sobre esta acusación de parte de los Ortodoxos, es decir, de que enseñan “en el tiempo” nacimiento del Logos y sostienen que están calumniados, ya que los mismos enseñan que el Logos nació de el Padre “antes de los siglos”.
Esto de “antes de los siglos” tiene mucha importancia, porque no es lo mismo el tiempo y los siglos. Los Padres hacen una distinción entre los siglos y el tiempo, aunque no sabían de Física moderna. En la Física no tenemos ya el tiempo que teníamos al pasado. El tiempo del pasado se medía por el movimiento relativo de la tierra en relación con el sol y la luna. Pero ahora las percepciones sobre el tiempo han cambiado mucho.
Lo que es importante para nosotros, es que los padres distinguen claramente entre siglos y tiempo. Así que cuando Dios creó el mundo, dicen los Padres, primero creó los siglos, después los Ángeles y después creó este mundo, como también el tiempo. Es decir, los Padres sabían que el tiempo es una dimensión de una parte determinada del universo creado. Porque la primera creación que fue creada son los siglos y no el tiempo. El tiempo fue creado de Dios más tarde.
Por lo tanto, la principal diferenciación entre siglos y tiempo es que en el tiempo tenemos sucesión de los hechos, en cambio, en los siglos no tenemos necesariamente sucesión de los hechos, sino una coexistencia de los hechos en una coexistencia de cosas sin que necesariamente estén implicados los hechos o acontecimientos con la sucesión consecutiva entre sí. El hombre está limitado en la inter-sucesión de la experiencia de los hechos, debido a que está en el tiempo. El hombre no tiene experiencia de una existencia sin la inter-sucesión. Pero la adquiere sólo con la experiencia de la zéosis, debido que el tiempo queda abolido o suspendido.
Sólo aquel que ha llegado a la zéosis tiene experiencia de aquel modo que trasciende la existencia, existencia que transciende al tiempo, al espacio y al siglo, existencia que transciende la lógica, los dogmas, las leyes naturales, etc. Es decir, el deificado, glorificado o el que ha alcanzado la zéosis, posee la experiencia de lo increado, pero sin conocer gnoseológicamente o científicamente qué es este increado. Porque gnoseológica o científicamente lo increado permanece Misterio. Es decir, también el Dios cuando es apocaliptado-revelado al hombre deificado o glorificado, es decir, al que ha alcanzado la zéosis, permanece Misterio. Porque, aunque incurre en la percepción del nus, de la lógica, de los sentidos y del cuerpo del hombre, a pesar de esto Dios permanece Misterio, debido a que se escapa de los límites y el tropo (modo, método, manera, forma) de la gnosis del hombre.
Y esto sucede porque el cimiento o base de las gnosis humanas es la semejanza o similitud y la diferencia. Entre creado e increado no hay ninguna similitud.
Por ejemplo, vemos a un elefante, que para uno no sabe nada de elefantes es la primera vez que lo ve, no se parece con ninguna otra cosa. Simplemente es distinto que los otros animales. Después vemos dos elefantes y decimos, estos dos se parecen. Pero si los examinamos con cuidado, en el caso de que uno sea macho y el otro hembra, vemos así que difieren en ciertas partes del cuerpo. Pero a pesar de sus diferencias, existe una similitud general entre ellos, tanto es así, de modo que hablamos de nuevo sobre elefantes y los ponemos en la misma categoría de los otros elefantes.
Pero cuando uno tiene la experiencia de la zéosis, entonces hace una diferenciación, pero no puede distinguir la similitud, es decir, no puede encontrar alguna similitud entre lo increado con alguna cosa o realidad creada. Pero la diferenciación existe. Es decir, ve algo que jamás ha visto en su vida. Pero no hay ninguna similitud de aquello que le es apocaliptado-revelado con algo que ya conoce. ¿Por qué? Porque aquello que cae en la percepción del hombre deificado o glorificado difiere de todas las cosas creadas. Es diferente, se diferencia pero no se parece con nada, a ninguna creación conocida. ¿Por qué no se parece? Porque no tiene color, ni dimensiones, no es luz ni skotos u oscuridad, ni es grande ni pequeño, no tiene forma ni figura, ni género o tipo.
Por esta razón los Padres, cuando hablan sobre la doxa (gloria, luz increada) hablan como si fuera de algo ανείδεο (anideo) sin forma, ni figura o género. Por supuesto que lo de ανείδεο (anideo) “sin forma, ni idea” es un argumento de ataque contra los Platónicos. Debido a que los Platónicos creían que existe un mundo de las ideas. Pero cuando los santos Padres dicen que la doxa increada de Dios es ανείδεα (anidea) sin forma o no es idea, esto significa que no tiene ninguna relación con el mundo inteligible, concebible e imaginario de Platón. Y cada vez que los Padres califican la doxa increada de Dios como ανείδεα (anidea) sin forma, ni género, ni idea, cada vez que hacen esto, hacen un ataque directo al mundo imaginario, de las opiniones, ideas y de las doctrinas de Platón y de Aristóteles y en general contra la filosofía. Esto significa que la Teología de los Padres se escapa de todos los predicados del modo filosófico de pensar.
Por supuesto que para uno ocuparse con la filosofía no es malo, porque se ejercita el cerebro del hombre. Pero basta que no acepte la enseñanza de la filosofía cuando se trata sobre la existencia y la naturaleza de Dios. Esto lo dicen los padres Hisijastas, y también san Basilio el Grande, san Juan el Crisóstomo, y san Gregorio de Nicea, etc., quien es por excelencia filosofante. Incluso si uno lee a san Dionisio el Areopagita, verá que en él también hay la misma línea. Por lo tanto, concluimos que para el ejercicio de la mente, intelecto o cerebro humano no es malo ocuparse de la filosofía, sobre las cosas creadas, pero es tontería aceptar y admitir su enseñanza cuando se trata sobre los temas teológicos.
Sobre la filosofía de la Edad Media y la Teología Escolástica.
Nosotros sabemos que dentro de la Tradición Ortodoxa tenemos que hacer con la filosofía Helénica y Romana y no tenemos otro tipo de desarrollo filosófico. Pero en Occidente tienen una tradición filosófica diferente, la cual llaman filosofía de la Edad Media, es una filosofía tal como fue desarrollada por los conquistadores Germánicos de Europa (Normandos, Godos, Sajones, Lombardos, etc.). Los que se ocupan de esta filosofía son los llamados teólogos escolásticos de la Edad Media Occidental. Nosotros los llamamos Latinos. Son los Francos que decíamos antiguamente y ahora los llamamos Europeos occidentales.
Estos conquistadores del imperio romano Occidental tienen una especial tradición teológica que se llama Escolástica, la cual, tiene una especial tradición filosófica que se llama filosofía de la Edad Media, con este nombre se le nombra en los manuales de enseñanza de la historia de la filosofía. Estos manuales didácticos no se refieren ni se ocupan de la Teología de los Padres de Oriente, sino que se ocupan solamente de los Padres de Occidente, la cual enseña tal como entendieron los Francos la Teología. (Es decir noisiarjicamente, “primero mi mente y mi lógica”, racionalmente sin tener primero como la zéosis la increada luz energía Jaris-Gracia del Espíritu Santo en sus corazones). Por lo tanto, como nosotros para los Francos nos convertimos en heréticos, por eso quedamos fuera del desarrollo histórico de la filosofía y de la teología, después del Cisma o escisión del papa, (año 1054).
¡Es decir, después de la escisión del papismo, no existen Padres de Oriente para los Europeos! Si observáis sus Patrologías esto lo veréis. Dicen que el último Padre de la Iglesia fue San Juan el Damasceno (¡!) en Oriente, y en Occidente fue Isidoro de Sevilla. Después tenemos la llamada “teología, tiología” Escolástica y junto con ella aparece la filosofía de la Edad Media para los Occidentales, sin ninguna referencia absoluta para Oriente!
Los Occidentales no aceptan que la Teología Patrística es también la de San Gregorio Palamás. La línea de los Occidentales es que los Orientales no “comprendieron”(¡!) a los antiguos Padres de la Iglesia, en cambio ellos (los Occidentales) permanecieron fieles a la Tradición Patrística, la cual nosotros tergiversamos! Esta es la línea de los Francos. Cuando aparece como distinta y separada la Teología de los Francos, aparece con éste paradójico argumento, es decir, que los Francos permanecieron fieles a la Tradición Patrística, en cambio los Graeci (griegos) traicionaron la Tradición Helénica de los Padres!!! Graecus para los Occidentales significaba: hereje, mentiroso, estafador, impostor, <ver antiguas ediciones de diccionarios principalmente Franceses>.
Pero lo más digno de mencionar es que los Heleno-hablantes Romanos de Oriente, como también los Romanos de Occidente, principalmente en Italia, tienen una ininterrumpida continuación con su pasado, el histórico, el gnoseológico, el cultural y el teológico, en cambio en Occidente se observa una esclavitud o subyugación de los Romanos Ortodoxos y una transformación de los Romanos Ortodoxos en analfabetos. Esto ocurre en Francia y en España, que saben quiénes son los últimos escritores Romanos y saben cuáles son los escritores Francos. Es decir, saben quiénes son los últimos escritores que escriben en lengua latina y quiénes son los primeros Francos que escriben en lengua Latina.
Y lo paradójico es que en Francia y España cesan, se suspenden los tratados escritos o las obras Romanas y las suceden las obras o escritos de los Góticos y de los Francos. Y otra vez lo paradójico es que este cambio radical, que es una catástrofe étnica para los Romanos y el triunfo de las etnias Germánicas, trajo una disolución entre las dos partes, puesto que unos fueron esclavizados a los otros, junto con la larga esclavización de los Romanos en manos de los Godos y de los Germánicos, entonces se creó una nueva situación y los Romanos perdieron su antiguo contacto con Konstantinópolis y del resto del mundo Romano o Romanizado.
En cambio en Oriente sucede lo contrario, vemos que durante el mismo período no existe ninguna dispersión, ni disgregación, ningún corte del desarrollo histórico, sino que existe una ininterrumpida continuación también en la experiencia espiritual y la actividad dinámica escritora de obras o tratados de los Padres y en la Tradición de Sínodos Ecuménicos, etc.
¡Pero por despecho y cabezonería o terquedad contra la realidad, los Francos acusan a los Graeci-griegos!, es decir, ¡a los Romanos de oriente durante la mitad del siglo 9º, según ellos, de que los orientales no han permanecido fieles en la Tradición Patrística, y los Francos nos llaman a nosotros a creer que en la Tradición Patrística permanecieron los analfabetos Francos, que no sabían nada de Griego, ni si quiera sabían leer correctamente los textos Latinos! Y esto ocurre desde entonces hasta hoy en día continúan teniendo ésta arrogancia y altanería, o sea, creen que son ellos los que salvaron la Tradición Patrística (¡!) y sobre todo con la soberbia intelectual y espiritual creen que con la “teología, más bien tiología” escolástica (¡!) mejoraron la Tradición Patrística.
En contraposición con todo eso tenemos perpetuación y permanente por los siglos de la metodología de la tradición Ortodoxa espiritual y teológica. Además, vemos que ocurre también lo siguiente, en Occidente existía el mismo método teológico entre Ortodoxos Romanos como existe en Oriente. La experiencia de la zéosis e iluminación es la misma y por consiguiente es la misma Teología en las dos partes. Esto se verifica de los escritos, principalmente de los Romanos Occidentales sobre temas de la vida en ejercicios espirituales y teológicos, etc. Sucede también que hoy en día los Anglicanos, además de los Ortodoxos, han aceptado que los cimientos teológicos son los mismos y la Teología era la misma tanto en Occidente como en Oriente. Ellos, los Anglicanos, verificaron y demostraron cuando se hizo la diferenciación entre Occidente y Oriente sobre temas espirituales y teológicos.
Un signo distintivo y característico de esta diferenciación entre Occidente y Oriente es que en las regiones conquistadas de Occidente se abandonó la antigua tradición de elegir obispos de entre los iluminados y de los que tenían la zéosis, los glorificados. En ellos se elegían obispos no por razones espirituales, sino para causas administrativas o gubernamentales. Por lo tanto, en Occidente el padre o guía espiritual se transformó y pasó a ser gobernante político feudal, con poderes políticos y militares. Esto se hizo en la tradición Gótica y en la Franca, pero no tanto en la tradición Alemana, porque el feudalismo Germánico se distingue del feudalismo Gótico y del Normando. Eso porque la mayoría de los feudales Germanos no tenían como esclavos trabajadores Romanos, puesto que vivían en Alemania, donde no existían Romanos y sus esclavos simplemente eran prisioneros de guerra.
Por tanto, cuando el obispo se convierte en jefe del feudo empieza a ocuparse de la gobernación, administración y mando de los Romanos sirvientes, esclavos y villanos. Así ya no se ocupaba de temas espirituales ni de las letras teológicas o logos teológicos, sino con temas de administración, de política y gobierno. Y la Teología cayó en manos de unos monjes en los monasterios. Por lo tanto, la ciencia teológica se cultiva por costumbre ya en unos monasterios y estos monjes tampoco se ocupaban como llegar al estado de iluminación y zéosis, la cual ni siquiera la ansiaban. Porque realmente influenciados por la Teología de Agustín recibieron y aceptaron una percepción y una comprensión filosófica sobre la iluminación y la zéosis.
Vemos pues que en el campo de los conquistadores de los Romanos Occidentales la experiencia de la iluminación se filosofó y se introdujo a la instrucción de la iluminación la enseñanza del mundo imaginativo de Platón. Esta consideración tergiversada y manipulada sobre la iluminación se introdujo dentro del monaquismo de los Francos. Así el monaquismo de los Francos ya tiene un desarrollo particular y no es una continuación de la antigua espiritualidad que es la vida askítica practicante de la Iglesia, sino que se transformó en una tradición diferente.
Esta tradición no es totalmente nueva, pero sí que pertenece a la tradición de Agustín. Esto se debe al hecho de que los primeros teólogos Francos y sus padres o guías espirituales leían demasiado a Agustín y casi nada de los otros Padres de la Iglesia. Por lo tanto, dentro de estos marcos es muy paradójico el que sostengan e insistan los Occidentales que sólo ellos pueden comprender la tradición Patrística y que nosotros nos hemos desviado de ella. Por cierto, insisten mucho de que nosotros desde San Juan el Damasceno y después de él somos una forma idólatra del Cristianismo. Pero en honor de la verdad es que sucede exactamente todo lo contrario.
Dentro pues, en estos marcos como base, se hace en Occidente la conversación y discusión sobre varios acusativos de la Teología Patrística. En Occidente por alguna razón aceptaron que la esencia y energía de Dios es la misma cosa. Es decir, identifican la οὐσία (usía) esencia o sustancia con la energía de Dios. Desde luego existen grandes indicios que el mismo Agustín identificaba la esencia con la energía de Dios. Esto, por lo menos se ve en sus primeros escritos. Se ve claramente que de una manera filosófica identificaba la esencia y la energía de Dios. El mismo describe repetidas veces que Dios es una “substantia” (una esencia o substancia) y lo existente en Dios se identifica con esa “substantia”. Estas cosas las dice Agustín no solo una vez sino muchas veces.
Así se ve que las etnias Germánicas de la Edad Media adoptaron esta enseñanza. Por tanto, esta identificación de esencia y energía de Dios se puso ya como columna vertebral de la tradición Escolástica. Pero en esta línea existen también algunas variantes. Algunos de ellos disciernen entre esencia y atributos (atributtia) a Dios. En esta evolución de Occidente el representante de las tres corrientes dominantes por una parte es Tomás de Aquino, por otra parte Duns Scotus y por la tercera parte es Guillermo de Ockam. Duns Scotus, del cual sus seguidores se llaman Scotistas, hace un discernimiento entre atributos (attributia) y esencia-usía de Dios, que es parecido de alguna manera con el discernimiento Patrístico entre esencia-usía y energía de Dios. Se parece, pero no se identifica, porque su discernimiento es claramente filosófico, en cambio el discernimiento Ortodoxo es claramente empírico (por experiencia). Por eso éste discernimiento se llama también ontológico o metafísico.
En la antigua Iglesia este tipo de discernimientos, ontológicos o metafísicos, es decir, filosóficos entre esencia y energía de Dios, regularmente los hacían sistemáticamente los heréticos. Los fieles Ortodoxos de la antigua Iglesia también ellos hacían discernimiento, pero el de ellos era claramente empírico, puesto que estaban basados en la experiencia de la iluminación y de la zéosis.
Cómo teologizan los Padres.
¿Pero en la Tradición Ortodoxa cómo teologizan los Padres?
Primero, los Padres apelan a la Santa Escritura para apoyar la didascalía-enseñanza de la Iglesia. Además apelan también a la experiencia de la zéosis de los que están vivos, cuando aparece una herejía. Cuando apareció la herejía de Arrio, los Padres apelaron también la experiencia de la zéosis de los que vivían en la época del conflicto de la herejía de Arrio y sus seguidores.
Así tenemos dos clases o tipos de argumentos. Pero, para que sea algo Ortodoxo, deben éstas dos cosas ser compatibles entre sí, sea porque se identifican sea porque se complementan lo uno con lo otro, pero no conflictivos ni chocantes entre sí. La argumentología básica y fundamental emana de la Santa Escritura. Pero el sellado de ésta argumentología como también la ratificación de Su autenticidad, siempre se hace con base a la experiencia entregada de los Padres y de los Santos difuntos de la Iglesia, como también de la experiencia de los Santos vivos de cada época en que aparece una herejía.
Pero lo mismo ocurre en cada ciencia. Por ejemplo, en la Astronomía, si leemos los manuscritos Chinos, veremos que el 12 de Julio de 1054 hubo una gran explosión en el universo, la cual los astrónomos Chinos pudieron describirla. Durante dos semanas veían la luz de esta explosión. Es decir, aquí tenemos un escrito Chino que se refiere a éste hecho. Nosotros hoy lo leemos y podemos decir “vaya tonterías…”
Pero los astrónomos de hoy en día certificaron que realmente ocurrió ésta explosión (una supernova) y su resultado fue una nube que la dieron el nombre de Crab Nebula. Es decir, aquí vemos que tenemos una testificación escrita de un fenómeno, el cual está certificado por la experiencia de los actuales astrónomos.
En la Santa Escritura es algo similar, de la misma manera tenemos expuesta y descrita la experiencia de los Profetas y de los Apóstoles. ¿Pero cómo hoy en día se hará esta certificación o reconocimiento de estas experiencias de ellos? ¿Cómo nos aseguraremos que las cosas son así, tal como son descritas en la Santa Escritura cuando se trata sobre Dios y Cristo? Desde el punto de vista Patrístico, esto se hace a base de la experiencia personal de aquellos Santos vivos de cada época, los cuales llegaron a ver a Dios en doxa-gloria increada y los cuales pueden confirmar a los hombres de cada época la verdad referida en la Santa Escritura. Es decir, además de la experiencia personal de los Padres de la Iglesia, los cuales tuvieron la misma experiencia que los Profetas y los Apóstoles, tenemos la experiencia de los Santos que viven en cada época. Históricamente vemos que la tradición de la experiencia de la zéosis continúa totalmente viva hasta el final del dominio Turco y aún predomina en la conciencia de los Ortodoxos (helenos). Esta tradición continúa siendo la misma hasta hoy en día en las personas y rostros de los Santos vivos de la Iglesia Ortodoxa.
Así que existen Padres de la Iglesia que en su lucha contra los heréticos apelan también a sus experiencias personales de zéosis. Por ejemplo, San Gregorio el Teólogo en su lucha contra los Eunomianos apela también a su experiencia personal.
Pero la cuestión es que comprendamos la relación entre el texto escrito de la Santa Escritura y de la experiencia existente de hoy. Pero si la experiencia existente actual es correcta es otro tema que lo investigaremos en otro capítulo aparte.
Nuestro tema actual es el mismo que en la Astronomía. Existe la Astronomía escrita y existe también la Astronomía en praxis, la empírica por experiencia. La misma relación que existe entre la Astronomía registrada en textos y la Astronomía del telescopio actual existe también en la Santa Escritura, entre la experiencia registrada en la Santa Escritura sobre la zéosis o glorificación de los Profetas y de los Apóstoles por un lado, como de la experiencia registrada de la zéosis dentro de la tradición Patrística, por otro lado más, la experiencia de los Santos vivos.
Ahora bien, si ignoramos la existente experiencia actual de los Santos vivos, es como si ignorásemos la Astronomía empírica del telescopio y nos recreamos sólo en la registrada en los libros. Esto significa que si por algún motivo los astrónomos actuales se quedan sólo con lo que describen estos libros sobre Astronomía, sin tener la posibilidad de verificar observando por el Telescopio lo que dicen estos libros sobre la Astronomía; ¿esta será Astronomía ortodoxa o herética? Es obvio que es Astronomía herética, no es auténtica, ni verdadera. ¿En efecto, cómo podría ser auténtica, real, si no se puede verificar empíricamente por la observación? Además nunca una descripción puede atribuir plenamente la experiencia viva y real.
Lo mismo ocurre en todas las ciencias positivas y lo mismo sucede también en la teología. La experiencia viva es aquella que revisa la autenticidad o no, de la experiencia registrada de la tradición escrita u oral.
Una persona pregunta, desde el anfiteatro: ¿No es bastante el testimonio de la Santa Escritura? ¿Por qué es imprescindible la experiencia de la zéosis para la certificación o verificación de la verdad de la Santa Escritura?
Respuesta: Porque por la introducción de la teología Neo-helénica, hoy en día los Ortodoxos en Grecia se sientan y se ocupan de la Santa Escritura independientemente por separado de sus requisitos y presuposiciones. Y se ha convertido la Santa Escritura en un libro separado de la experiencia de los Profetas y de los Apóstoles. Mientras que la misma Santa Escritura habla de la experiencia de la zéosis de los Profetas y de los Apóstoles; la teología Neo-helénica no se ocupa, ni sabe que la Santa Escritura habla de este tema.
Como demostración de ello en los modernos escritos teológicos, no encontraréis en ningún lugar que hablen de zéosis y glorificación de los Apóstoles y Profetas. Es decir, ha desaparecido de la hermenéutica de la Santa Escritura de la Grecia actual (año 1983), ésta interpretación Patrística del Antiguo y Nuevo Testamento. ¿Por qué?
Porque los interpretadores de la Santa Escritura se han influenciado demasiado de los Rusos, de los Protestantes y de los Papistas, de forma que no tengan en cuenta el método Patrístico de interpretación o hermenéutica de la Santa Escritura.
Tenemos el Antiguo y el Nuevo Testamento, tenemos las decisiones de los Sínodos Ecuménicos y tenemos la tradición Patrística. Pero a pesar de todo esto, tenemos hoy en día personas en Grecia diciendo que son conservadores, los cuales aceptan la ciegamente Tradición, es decir, sólo por respeto y típicamente.
Si uno no conoce los cimientos de la experiencia Profética, la Apostólica y la experiencia Patrística, que son también los cimientos de los dogmas, ¿cómo podrá sostener los dogmas Ortodoxos sin hacer referencia a las experiencias de los Padres? ¿Sólo por lo que se refiere a la Santa Escritura? Si uno menciona solo la Santa escritura y no las experiencias Patrísticas, no podrá explicar cómo dogmatizaron los Padres y estará obligado a estar de acuerdo con los heterodoxos, los cuales insisten que los Padres filosofaban (¡!) cuando dogmatizaban con base a lo referido en la Santa Escritura. Pero la verdad es que los Padres dogmatizaron a base de sus experiencias de la zéosis y no con reflexión y meditación filosófica sobre lo referido de la Santa Escritura.
Así aparece la paradójica tradición que, cuando la “teología, tiología” Neoelénica se desvió de la tradición hisijasta, la cual se salvaba hasta el final del dominio Turco y se obligó, sin darse cuenta a tomar el camino de los Padres filósofos de la Iglesia (tipo Agustín, etc.). Efectivamente, éste camino falso de que los Padres aparezcan ya como filósofos, los cuales reflexionan y meditan filosóficamente teniendo como base al espíritu antiguo Heleno, para proyectar los dogmas, esta cosa no es la descripción de la tradición Patrística, sino que es una clara y pura caricatura.
Por lo tanto, en el aspecto claramente científico, se impone y es obligado el Ortodoxo a desenrollar la vía histórica de la teología Ortodoxa en base de la metodología Patrística, para poder comprender dónde nos encontramos hoy en día. Si esto no lo hace, la Ortodoxia no se puede sostener. Porque una Ortodoxia así, por parte científica es pura tontería. Esto porque aquel que conoce bien el método filosófico moderno, la historia de la filosofía, como también la historia de la Teología, (de la manera que se ocupan los heterodoxos), verá que la Ortodoxia sólo se puede sostener por las fuerzas estatales y no se puede convencer ningún hombre serio sobre la verdad y el valor de los dogmas Ortodoxos de esta forma.
El primero que no se convencería sería yo. Porque si la Ortodoxia fuera ésta que enseñan los manuales Neoelenos yo hoy sería ateo. (1980) La didascalía-enseñanza Ortodoxa cortada, separada de sus cimientos, es una pura tontería; junto a eso también está la Santa Trinidad, la Encarnación, etc. Porque ¿qué significa, por ejemplo, “una esencia-usía, tres hipostasis (bases fundamentales o subsistenciales)? Si esta formalidad está cortada, desconectada de la experiencia de la zéosis, es decir, de la Metamorfosis y del Pentecostés, lógicamente no significa nada.
¿Luego, cuál es la finalidad de la Teología? ¿Acaso es el que tenga un dogma divino y lo ponga en mi armario y le rinda culto; o si acaso tengo el dogma para hacer eticología (ética) o moralismo?
El tema es que por el aspecto y punto de vista Patrístico, el hombre está enfermo. No existe un hombre que esté normal, natural, excepto los Santos. Hoy lo que es un hombre normal, es algo que lo juzga cada uno con sus propios criterios. ¿Pero quién es realmente el hombre normal, natural? ¿Quién es el loco y quién no lo es? Hay algunos hombres que son tan anormales que los encierran en los manicomios. Porque son peligrosos para ellos mismos o para la sociedad. Existen también otros muchos que igualmente son peligrosos, pero no están encerrados en los manicomios.
¿Cómo pues podremos discernir quienes son normales y quiénes no son normales?
Viene pues la Teología Patrística y dice que nadie es normal y nos explica:
Dios dio al hombre la noerá energía (energía del nus que está co-tejida en todo el cuerpo y su mayoría está concentrada en el cerebro y su centro psicosomático es el corazón en esencia), la cual energía noerá es un constituyente o ingrediente fisiológico de la naturaleza-fisis humana; ésta energía noerá desgraciadamente no funciona en absoluto o funciona rudimentariamente en el hombre. Para que vuelva a funcionar esta energía noerá (del nus) es necesario que la preceda una terapia o sanación de la personalidad humana.
Estos parámetros, es decir, la necesidad de la terapia o sanación y el método de sanación o terapia de la personalidad humana, consisten la base esencial de la Tradición Ortodoxa. Pero no es solo la noerá energía de los Ortodoxos que se debe terapiar o sanar. La noerá energía no es Ortodoxa. Es decir, no es solo una necesidad de los Cristianos Ortodoxos, sino de todos los hombres. Nus tiene todo el mundo y éste nus se debe terapiar, curar y sanar.
Así que, cuando hablamos de espiritualidad Ortodoxa, tal como la conciben y comprenden los Padres de la Iglesia, significa que hablamos de terapia o sanación para todos los hombres. Es decir, la espiritualidad Ortodoxa es una instrucción terapéutica, la cual se dirige hacia todos los hombres y está programada y planeada para todos los hombres.
Se dice Ortodoxa, porque uno no se puede terapiar, sanarse, si no adopta el dogma Ortodoxo, es decir, si no tiene conciencia dogmática Ortodoxa. Aquí la finalidad del dogma no es subyugar, enjaular al hombre dentro de unos marcos religiosos, sino ayudar al hombre a terapiarse, sanarse, (y encontrar su auténtica libertad). El dogma de por sí mismo no tiene otra finalidad y propósito sino conducir al hombre hacia ésta terapia, sanación, “psicoterapia”. (El dogma es el medio, no la finalidad, es una condición igual que en la ciencia, un experimento para que tenga éxito, es necesario un orden y que se cumplan unas condiciones, reglas, dogmas, requisitos o leyes naturales. Desgraciadamente la palabra elénica dogma ha sido y es malinterpretada por muchos occidentales, en su significado Elénico Ortodoxo auténtico el dogma es el medio que conduce a la libertad).
Ahora bien, ¿cuál es la dificultad de la teología Neo-helénica? Está en que mientras los Padres reconocen la existencia del nus en todos los hombres121, como también la necesidad de su terapia o sanación. 121 Esto lo testifican los oficios de la Iglesia, en los cuales se ve claramente que la terapia del nus es una terapia o sanación que concierne a todos los hombres. ¡La teología Neo-helénica, la moderna Ortodoxia no reconoce ésta necesidad! Si no se vuelve a poner la instrucción terapéutica del nus en los cimientos de la moderna Ortodoxia, es decir, si no regresa el espíritu Patrístico, entonces no solo tenemos como consecuencia que el dogma se corta de sus raíces o cimientos y se vuelve sin fundamentos y es incomprensible, entonces tendremos una Ortodoxia que habrá salido de su principal objetivo, finalidad y propósito, fuera de su principal obra y no se podrá sostener (será como una religión más y ya está).
Será como un rascacielos, el cual no se asienta encima de cimientos, sino encima de una nube. Si un hombre común ve una imagen así, ¿qué dirá? ¡Dirá que esto es una tontería! ¿Y si existen algunos que creen que es posible que un rascacielos esté sentado encima de una nube, éstos no serán tontos? ¿Qué otra cosa puede ser? Así pues, si apartas o cortas el dogma de sus cimientos, resulta ser incomprensible desde el punto de vista de su procedencia.
Por lo tanto ¿qué hacen ahora los teólogos Neo-helenos? Han quitado la experiencia de la zéosis de los cimientos de los dogmas y en su lugar pusieron la Santa Escritura. Cierto es que la Santa Escritura en su interior describe la experiencia de la zéosis de los Profetas y de los Apóstoles. Es decir, dice que se glorificó éste y aquel, etc… Pero sí, es verdad que la Santa Escritura se refiere que todos los Profetas vieron la gloria de Dios, pero cuando no existe un control o inspección de esta experiencia que cita la Santa escritura, entonces cada uno empieza a interpretar lo que menciona la Santa Escritura según su fantasía e imaginación.
Por ejemplo, uno lee que Cristo ascendió al cielo dentro de una nube; por un lado si uno no es un hombre pensativo y no tiene ninguna relación con la zéosis, ni ha escuchado y leído nada relativo a esto, cuando vaya a leer sobre esto se reirá. O sea, dirá que ¿cómo es posible que un hombre se sienta encima de una nube? Por otro lado, si uno es un Ortodoxo supersticioso dirá: ¡ay, hizo también éste milagro nuestro Cristito (o niño Jesús)! Se sentó encima de una nube y ha subido al cielo; y esto lo creerá. ¡Otro quizás va a creer que Cristo durante Su Ascensión empezó a elevarse encima de una nube, tal como sube un ascensor!
Pero según los Padres ésta nube no es una nube creada, o sea, como una nube de vapor de agua. Esta nube es la doxa-gloria luz increada de Dios que se dice también nebulosa, luz y fuego. Cuando la Santa Escritura menciona la columna de fuego o columna nebulosa, la cual precedía a los Israelitas en el desierto; las dos son la misma cosa: es la doxa-gloria increada de Dios. Por lo tanto, Cristo no ascendió en los cielos dentro o encima de una nube de vapor, ni como en un ascensor, sino que ascendió en doxa-gloria increada, tal como dice el apolitíkio de la fiesta de la Metamorfosis. Es decir, que Cristo simplemente desapareció dentro de la increada gloria delante de los ojos de los Apóstoles.
Así pues, con el corte y separación de los dogmas de sus cimientos, los dogmas quedan insostenibles. Por eso hoy Grecia pasa una crisis (año 1983). Esto porque hoy no se puede ser sostenida una interpretación de la Santa Escritura sino está conectada con el método teológico de la Santa Escritura.
Efectivamente, el método teológico de la Santa Escritura se basa en la experiencia del doxasmós-glorificación y la zéosis.
¿De dónde y cómo sabemos esto?
Leed el Antiguo y el Nuevo Testamento, allí veréis repetidas veces que menciona cómo un Profeta ha sido glorificado, es decir, vio el Ángel de la doxa-gloria increada, vio a Dios, etc. Lo mismo ocurre con el Nuevo Testamento. Esta es la Santa Escritura, la descripción de las apocalipsis-revelaciones de Cristo antes y después de la Encarnación. Ahora bien, el tema es sí hacemos la correcta interpretación de la Santa Escritura; es decir, ¿cómo sabemos que una apocálipsis-revelación de Cristo, o sea, una zéosis que está descrita en la santa Escritura es verdadera? ¿Cómo discernimos de que aquél que dice que vio a Dios es un profeta o pseudoprofeta? El verdadero profeta es aquél que ha alcanzado la zéosis, según San Pablo. En contraposición, el pseudoprofeta es aquel que dice que ha alcanzado la zéosis sin haberla alcanzado.
Las cosas sobre la creación del mundo las sabe aquél que ha alcanzad la zéosis, porque en éste estado uno ve las cosas y realidades que son del Padre y las que son o provienen del no-ser o de la nada (las creadas). Es decir, ve aquellas cosas que son creadas del no-ser, pero que dependen de la voluntad de Dios; y ve también aquellas cosas y realidades que son de Dios (las increadas). Estas últimas son las tres Personas de la Santa Trinidad, la esencia-usía, la natural energía de la esencia increada, el reinado de la realeza increada, el poder, la doxa-gloria increada, la energía increada de Dios que se multiplica sin multiplicarse para los muchos, etc. Aquello que proviene y existe del Padre y no del no-ser, es increado; en cambio aquello que proviene del no-ser o de la nada es creado.
Con ésta experiencia de la zéosis se ha escrito sobre la creación del cosmos-mundo en la Santa Escritura. La Santa Escritura, de estas cosas que dice no las tomó “del cielo”, es decir, no se escribieron bajando del cielo, ni la Santa Escritura vino del cielo, tal y como dicen los musulmanes que vino el Corán, los cuales dicen y creen que es increado. Ni la Santa Escritura es una apocálipsis-revelación racional noisiárjika (principio de mi nus y de mi mente e intelecto, racionalista); es decir, separada de la experiencia de la zéosis.
La Santa Escritura habla de experiencias de los profetas, habla para doxasmós-glorificación y zéosis, habla para oración del Espíritu Santo.
Entonces, vemos que dentro de la Santa Escritura existe una tradición antes de la aparición de la Santa Escritura, es decir, antes de escribirse el Pentateuco por Moisés. La Santa Escritura aparece en un momento concreto dentro de la historia. Pero el núcleo de la Santa Escritura existe antes de su aparición como texto escrito.
¿Pero cuál es este núcleo?
Es la κοινωνία kinonia (comunión, conexión y unión) de los Patriarcas y de los Profetas con Dios. Por tanto, el eje central de la tradición Bíblica no es el libro de la Santa Escritura, sino las experiencias de la zéosis de los Patriarcas y de los Profetas.
¿Por tanto, qué es lo que hace la Santa Escritura?
Simplemente expone por escrito estas experiencias, las cuales, esencialmente no se pueden describir porque en realidad son indescriptibles, ya que superan y están por encima de lógica y la razón del hombre. La finalidad y propósito de la Santa Escritura no describir a Dios, ya que Dios es indescriptible; su finalidad es conducir al hombre a la unión con Dios. Por esta razón el lenguaje de la Santa Escritura es simbólico cuando habla sobre Dios. Debido a que el Profeta se ve obligado a utilizar conceptos, imágenes, figuras y marcos tomados de la experiencia humana para describir lo Increado que es indescriptible, inefable.
Las bases de la experiencia de zéosis
Ahora bien, ¿cuál es la base de la experiencia de la zéosis? Desde el punto de vista de discernimiento empírico, entre esencia-usía y energía increadas de Dios, está basado en el hecho que el Logos visto es la fuente de la doxa (gloria, luz increada) de Dios, en la cual el hombre participa por la jaris (gracia, energía increada), como también en que el hombre durante la participación o comunión nunca se hace dios por naturaleza, sino sólo dios por la jaris. La participación, comunión a la Divina doxa-gloria increada es un regalo de Dios al ser humano. Esto es el fundamento básico de cada experiencia de la zéosis. El otro cimiento es que no es lo mismo la doxa increada del Logos y Su esencia. Uno participando de la doxa increada del Logos increado no participa de la esencia-usía increada del Logos increado. Es decir, participa de la energía increada del Logos pero no participa del ser del Logos.
Pero este Logos increado que es la fuente de la doxa-gloria, luz increada, participa de la esencia del Arquetipo, que es el Padre, por lo tanto, la relación del Padre con el Logos es una relación esencial y no una relación por la jaris (gracia increada). Debido a que el Logos increado es Dios por naturaleza y no Dios por la jaris increada. Posee la doxa-gloria increada del Padre por naturaleza y no por la jaris increada. El Padre da Su doxa al Logos, pero no da Su paternidad al Logos.
Así que aquí tenemos una relación en la que el Padre es la fuente de la existencia del Logos, pero no es la fuente de la existencia de la doxa increada del Logos. Debido a que el Padre da Su propia doxa-gloria increada al Logos, por lo tanto el Logos se hace la fuente natural de la doxa increada. De modo que la doxa increada del Logos increado no sólo es del Logos sino también del Padre. Pero la existencia del Logos es desde Padre, pero no es la existencia del Padre. Uno es el Logos y otro es el Padre. Entonces tenemos Dios Logos y Dios Padre. Pero a pesar de esto no tenemos dos Dioses, sino que tenemos una Deidad, debido a que tienen la misma fisis-naturaleza y doxa.
Estos discernimientos están basados a la percepción del deificado o glorificado, de que el mismo deificado (o el que ha alcanzado la zéosis) no es Dios por naturaleza, por lo tanto, no participa en la existencia de Dios, sino de la energía increada de Dios, como también esta Jaris (gracia) de la zéosis es regalo de Dios al ser humano. El Logos participa a la doxa del Padre por naturaleza no por la Jaris. Pero el hombre participa por la Jaris. Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, el Logos increado participa de la doxa increada del Padre por naturaleza. Pero con la Encarnación interviene también la naturaleza humana del Logos, la cual está unida con el Logos no por la jaris, sino por la fisis-naturaleza. Tenemos a la persona de Cristo unión física, natural, unión hipostática de las dos naturalezas de Cristo, de la Divina y de la humana. No es una unión carismática. Es decir, el Cristo del Antiguo Testamento no es un Profeta 124, sino el mismo Logos increado que se ha hecho hombre. 124 Es decir, como un gran Mistis (iniciador sobre los misterios o la mística, como sostiene la teosofía y en general el New Hage o Nueva Era actual.
Por tanto, esta gnosis (conocimiento) increada que procede de la experiencia de la zéosis, durante la cual el hombre se une con la doxa (gloria, luz increada) del Logos y por la doxa del Logos con la doxa del Padre, este discernimiento obliga la Iglesia hacer discernimiento claro y preciso entre esencia increada y energía increada de Dios. Así que el hombre se hace dios/a por la jaris (gracia, energía increada) cuando es deificado o glorificado, por otra parte, el Dios tiene relaciones con el ser humano por energía increada y por voluntad, pero no tiene con él relaciones por esencia-usía, ni relación física.
Dios sólo en la Encarnación tiene unión natural y hipostática con la fisis-naturaza humana en el encarnado Logos, es decir, en Cristo. La unión entre increado y creado en la persona o rostro de Cristo no es por la Jaris (gracia) sino por la fisis, naturaleza. El Cristo es Dios por naturaleza-fisis. Es decir, en la persona, rostro de Cristo no tenemos que hacer con una unión carismática, sino una unión natural de la fisis o naturaleza Divina y la fisis humana. Pero simultáneamente esta unión es hipostática, debido a que con la fisis-naturaza humana no se ha unido la hipostasis del Padre ni la hipóstasis del Espíritu Santo, sino la hipóstasis del Logos increado (del Hijo). ¿Pero esto cómo lo sabemos? Por la experiencia de la zéosis o glorificación. Mediante y por la experiencia de la zéosis se comprueba que la naturaleza o fisis humana de Cristo está unida con el Logos increado y no con el Padre ni con el Espíritu Santo.
Tenemos pues, primero que, viendo a Cristo, vemos la fuente de la doxa-gloria, luz increada y segundo que de las Personas-Hipostasis de la Santa Trinidad sólo es encarnado el Logos y no el Padre ni el Espíritu Santo. Por tanto, si tomamos estas experiencias desde el punto de vista esférico, que son claramente Bíblicas, vemos inmediatamente por qué la Iglesia con el paso del tiempo fue forzada u obligada a hablar sobre una esencia-usía y tres hipostasis como también de una natural energía de la esencia en Dios.
Debido a que el Logos se encarnó y no el Padre ni el Espíritu Santo, existe alguna diferencia entre las tres hipostasis desde el punto de vista de la Encarnación, la cual es una diferencia ακοινώνητος akinónitos insociable o no común. Entonces tenemos en la Santa Trinidad las cosas insociables o no comunes, es decir, las cosas que no son comunes que son las tres Personas-Hipostasis, es decir, la Paternidad, la Filiación y el Espíritu Santo. Las tres Personas de la Santa Trinidad son insociables entre sí (o no comunes).
Es cierto que aquí en Helas-Grecia hay algunos escritos que hablan de comunión o de lo común de Personas-Hipostasis de la Santa Trinidad. Pero los Padres nunca hablan de común, comunidad o comunión de Personas de la Santa Trinidad. Al contrario, hablan sobre lo no común, insociable, de la no comunión o de lo no común de la Santa Trinidad. Comunión o común tenemos sólo en la esencia y en la energía natural de la esencia de las Personas-Hipostasis. Es decir, la esencia y la energía increadas son lo común en la Santa Trinidad. Las hipostasis son lo insociable o lo no común. Este no común o insociable de las hipostasis son las características de cada hipóstasis.
¿Y todas estas cosas por qué? Porque el Padre es la causa de la existencia del Logos y del Espíritu Santo (del Logos por nacimiento y del Espíritu Santo por procedencia). Es decir, da existencia al Logos y al Espíritu Santo, a Sus hipostasis, pero no da existencia a la esencia-usía y a la natural energía de la esencia del Logos y del Espíritu Santo. Es decir, la esencia y la natural energía de la esencia del Padre comulga con la esencia y energía natural de la esencia del Logos, como también con las del Espíritu Santo. Pero el Padre es la causa de la existencia de la hipóstasis del Logos y de la hipóstasis del Espíritu Santo.
Desde el punto de vista de expresiones los Padres podrían utilizar también otras terminologías para expresar a estos Misterios, los cuales esencialmente son inexpresables. Sin embargo, la terminología que predominó en la Iglesia fue aquella que había sido utilizada para sus luchas contra las herejías que ha afrontado. En función del nacimiento de las herejías, la Iglesia hacía siempre un ajuste y una adaptación a la terminología para aclarar y fundamentar la enseñanza contra las herejías concretas. De ahí también la terminología de su enseñanza fue desarrollada siempre en relación con las nacientes herejías y no por algún deseo de los teólogos de la Iglesia a profundizar en la Teología Ortodoxa. Es decir, los Padres no hacían metafísica. En la Teología de la Tradición Patrística no existe una profundización intelectual racional. Simplemente hay un esclarecimiento, una aclaración precisa a la terminología y a la descripción de los Misterios de la Iglesia, pero no un intento de profundización intelectual en ellos.
Por lo tanto, la historia de la teología Ortodoxa no es una historia de esfuerzo de algunos teólogos que filosofan sobre los dogmas. La única profundización a los dogmas, desde el punto de vista Ortodoxo, es el uso de estos sobre el esfuerzo que uno realiza para alcanzar el estadio de la iluminación. Esta es la profundización Ortodoxa en los Misterios Ortodoxos y en los dogmas, y no una profundización intelectual racional de la mente, intelecto o cerebro con el propósito de uno a comprender los Misterios o los dogmas, o para introducirse uno al fondo de estos. Los dogmas no se comprenden. Los dogmas son abolidos, suspendidos en la experiencia de la zéosis o glorificación, porque son sustituidos por la misma verdad viviente, la cual expresan. Los dogmas son los simples conductores, guías hacia Dios. Cuando uno ve a Dios, entonces el dogma queda abolido, derogado.
Por tanto, dentro de estos marcos tenemos los discernimientos Patrísticos entre esencia y energía increada, como también entre las hipostasis de Dios. También tenemos la terminología de Tres hipostasis, Una esencia, Natural energía de la esencia, Divina Jaris (Gracia increada), Omousios-consubstancial, Nacimiento, Procedencia etc. ¿Estos son discernimientos filosófico, es decir, ontológicos o metafísicos? La respuesta es un no rotundo, porque son discernimientos θεοειδείς de forma divina. Se hacen θεοπρεπώς zeoptepós, (término teológico: de manera o de modo divino o tal como Dios manda). Estos discernimientos desde el punto de vista de la experiencia de la zéosis no tiene ninguna relación con reflexión intelectual filosófica. Los que hicieron y hacen meditación intelectual o reflexión filosófica sobre estos temas han caído y caen en herejías y errores.
El discernimiento Patrístico y el filosófico entre sustancia y energía.
Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre el discernimiento filosófico οὐσία (usía, esencia o sustancia) y energía, y el discernimiento Patrístico entre esencia y energía?
Uno de los mayores problemas que afrontó la Iglesia antigua fue la filosofía de Aristóteles y especialmente la enseñanza de Aristóteles sobre ἐντελέχεια (enteléjιa)*. La entelequia dice que en cada cosa variable existe en δυνάμι (dinami, potencia, fuerza y ἐνεργεία energía). Por ejemplo, la semilla es en dinami potencia árbol. Por lo tanto, la semilla no es perfecta sino imperfecta. La semilla se perfecciona cuando se siembra, se riega, crece y se desarrolla en árbol. El perfeccionamiento de la semilla es su arbolización o realizarse en árbol. *La ἐντελέχεια (enteléjιa) a) entelequia en la filosofía antigua: formalización completa de la idea, realidad entera, completa; b) filosofía nueva: el principio vital y dinámico que rige y transforma los entes o seres orgánicos y 3º Antiguamente y después según el contexto significa duración.
En todas las cosas o entes variables existe, según Aristóteles, esta entelequia, por lo tanto lo variable se perfecciona pasando de dinami potencia en energía y operación. Esto Aristóteles lo observó en todas cosas variables o transformables. Separó las invariables de las variables. Es decir, los μετά τά φυσικά (metá tá fisiká), después de los físicos o naturales, en los cuales no existe éste cambio de dinami potencia en energía, los cuales por eso son incambiables o inmutables. Son invariables o inmutables porque son perfectos según su naturaleza. ¿Por qué son perfectos según su naturaleza? Debido a que no son físicos-naturales, no cambian, no mutan.
Para Aristóteles entre las cosas meta-físicas están también las estrellas que son visibles y las cuales, por aquellos entonces eran también invariables o inmutables, porque creían que se movían inmutable o invariablemente. Son invariables por ser perfectos sobre su fisis-naturaleza. Como no son físicos-naturales, no cambian. Esta filosofía Aristotélica causó unos cuantos problemas serios a los Cristianos, porque decían los filósofos que el Dios de los Cristianos no es Dios porque es variable, mutable. Es decir, como los Cristianos decían que alguna vez el mundo no existió, eso para los filósofos suponía que el Dios de los Cristianos era en dinami en potencia creador del mundo, y se hizo después de la Creación en energía creador del mundo. O sea, que el Dios de los Cristianos era imperfecto, porque para hacerse perfecto crea al mundo, debido a que necesita al mundo para perfeccionarse.
Por lo tanto, decían los Aristotélicos que el Dios de los Cristianos no puede existir sin el mundo. Y cuando los Cristianos decían que el Dios ama a los seres humanos, aquellos lo interpretaban según el espíritu de Platón, es decir, que Dios tiene eros para el mundo. Pero el eros para los Platónicos es una debilidad. Porque según ellos, cuando uno tiene eros a algo, es porque lo necesita, porque es falto de esto; es decir, dicen que si algo no lo necesitas, no tienes eros para ello. Por tanto, Dios tiene necesidad del mundo, por eso tiene eros-amor para el mundo.
Dentro de estos marcos, se creó la necesidad por parte de los Cristianos contestar a los argumentos de los Aristotélicos y recurrían al discernimiento que hacían los santos Padres entre esencia y energía. Los cristianos respondían diciendo a los Aristotélicos que Dios según Su esencia-usía no es ni en dinami potencia, ni en energía Creador. Dios según Su esencia es invariable o inmutable. Pero, debido a que Dios es absolutamente libre, no se identifica la voluntad de Dios con la esencia de Dios, porque si se identificara la voluntad de Dios con Su esencia-usía, entonces no sería Dios libre. Pero como Dios es libre, no se identifican en Dios esencia y energía, por esto Dios hace y crea todo por y según voluntad, pero nunca según o por esencia.
Porque, si hubiese creado y hecho las cosas por o según esencia, entonces Dios estaría esclavizado a una necesidad. Por lo tanto, si Dios fuera en dinami potencia creador por esencia y después se hiciera en energía y acción creador por o según esencia, tendrían razón los Aristotélicos decir que Dios tiene necesidad del mundo.
Así los Cristianos refutaron y afrontaron con gran éxito ésta argumentología por sus antílogos o réplicas hacia los Aristotélicos. Por tanto, con base a ésta argumentología contestaban que, puesto que Dios no crea nada por o según esencia, sino que todo lo crea por Su voluntad, entonces Dios es libre. Por lo tanto Dios, podría no haber creado el mundo, porque el mundo no añade nada a Dios. Dios es por esencia el que es y hace lo que hace no por o según esencia sino por voluntad, es decir, con absoluta libertad, sin ser obligado y forzado por nada.
Por tanto, algunos Cristianos tomaron, pues, de los Padres el discernimiento entre esencia y energía en Dios y la filosofaron con la forma anterior. Y decimos que filosofaron, porque todo esto que hemos dicho tiene que ver con el discernimiento filosófico entre energía y esencia en Dios. Es importante de señalar que éste fenómeno, éste discernimiento filosófico entre esencia y energía se ha convertido el fundamento y la fuente de muchas herejías y errores.
Pero el discernimiento Patrístico entre esencia y energía no tiene ninguna relación con la reflexión filosófica intelectual, sino que proviene de la experiencia de la zéosis. Se ve que los Padres de la Iglesia no se habían impresionado tanto por los argumentos contra los Aristotélicos, los cuales, propuso la banda de los heréticos (Pablo de Samosata etc.), porque la propia forma de los Padres de afrontar el dogma sobre la creación del mundo, no era filosófico. Esto porque conocían el discernimiento entre esencia y energía increada por la experiencia de la zéosis y sabían que la Santa Escritura no hace filosofía cuando habla sobre la creación del mundo. Sin embargo, se ve que éste discernimiento filosófico entre esencia y energía en Dios, fue la causa (hoy en día también) de que muchísimos Cristianos hayan sido convertidos en idólatras.
Así que la fuerza de este discernimiento era muy grande y continúa siendo muy grande. Porque yo también usaba éste discernimiento por muchos años. En el libro “el Pecado Original” en su primera edición estaba basado en éste discernimiento filosófico entre esencia y energía, desde el principio del libro hasta el final, pero en la nueva edición se arreglará el libro sobre éste tema. (1983). Pero a muchos heterodoxos también, que no podían comprender el discernimiento empírico (por experiencia) entre esencia y energía en Dios, los convencí y sugerí en la necesidad que se realice éste discernimiento, o sea, usando el discernimiento filosófico entre esencia y energía en Dios. Cierto que los convencí, pero de manera equivocada sobre este tema. Porque después descubrí que los Padres no hacen discernimiento filosófico entre esencia y energía sobre Dios, sino discernimiento empírico. Es decir, el discernimiento Bíblico que es basado en la experiencia de la zéosis glorificación y no en la filosofía.
Orígenes, en estos temas es muy Ortodoxo. Es herético en otros temas, porque aceptó la preexistencia de la psique-alma de Cristo, la apocatástasis-restablecimiento de todos por y en esta forma herética de enseñanza, la preexistencia de las psiques de los hombres, etc. Orígenes tenía algunas ideas supersticiosas de éste tipo. Pero no es Orígenes el Padre del Arrianismo. El padre de la herejía del Arrianismo es claramente Pablo de Samosata.
La fuente del mal, primero fueron los dinamistas Monarquianos (Pablo de Samosata, etc.) y después los tropistas Monarquianos. De los dinamistas Monarquianos salió una parte de los Arrianos (Ario, Colucianistas, etc.), de los cuales su aparición se debe a Luciano y por otra parte los que se hicieron heréticos en temas Cristológicos (Diódoro de Tarso, Teodoro Mopsuestías, Nestorio), es decir, los Nestorianos. Los cimientos filosóficos del Arrianismo y del Nestorianismo son exactamente los mismos. Y los dos son basados en el discernimiento filosófico-intelectual entre esencia y energía en Dios (y no en el empírico a través de la experiencia de la zéosis).
Hace unos años dominaba la impresión que inicialmente sólo los Padres Capadocios hacían discernimiento limitado entre esencia y energía increadas a Dios, basado en sus experiencias de la zéosis y más tarde sólo San Gregorio Palamás hizo la aclaración detallada, esclarecida y limpia sobre el discernimiento entre energía y esencia increadas en Dios. Pero Arrio también hace discernimiento entre esencia y energía en Dios. Por lo tanto, se descubrió que aparte del discernimiento Patrístico entre energía y esencia increadas, que está basado en la experiencia de la zéosis, existe también el discernimiento herético entre esencia y energía que es filosófico intelectual y lo hemos descrito antes.
Aquí tenemos un ejemplo clásico, el que uno puede recibir una enseñanza de la Iglesia, que está basada sobre la experiencia de la zéosis y hacer filosofía sobre ésta didascalía-enseñanza y al final salir perjudicado y convertirse en fuente de muchas herejías. (Este error, herejía tan sutil y muy difícil de discernir, caí yo también el traductor y enfermé gravemente, porque no tenía Yéronta, ahora sí gracias a mi Yérontas- Padre espiritual, o guía experimentado, del Monte Santo Athos me estoy enderezando. Ahora experimento y comprendo lo que me decían los Monjes de la Santa Montaña, Jristos filosofía o meditación no, noerá oración del corazón sí, si quieres sanarte).
Así también éste discernimiento filosófico intelectual entre esencia y energía sobre Dios fue convertido la base de la herejía de Pablo de Samosata y de Luciano, que es uno de los seguidores de Pablo de Samosata, de sus nietos que fueron los Arrianos y de los bisnietos que fueron los Nestorianos. Así tenemos el fenómeno digno de mencionar que en los tres primeros Sínodos Ecuménicos se ocupan de los mismos discernimientos filosóficos, que salían y brotaban de los tres tipos o formas de herejía que hemos descrito anteriormente.
En la región de Antioquia donde se fue formalizando ésta línea filosófica, y que se basó sobre el discernimiento entre esencia y energía en Dios, que hacían los antiguos Hebreos y también los antiguos Cristianos. A base de este discernimiento filosófico intelectual entre esencia y energía de Dios fueron afrontados los Aristotélicos y los Platónicos por los Cristianos de la antigua Iglesia y se ve claro que los aplastaron con éstos argumentos.
Detalles de éstos argumentos uno los encontrará en las obras escritas, las que cuales son atribuidas a Justino el Filósofo y Mártir, pero se ha demostrado que algunos no son suyos. Este tipo de argumentos encontramos también al tratado de Orígenes “Contra Celso”, quién contestó a un idólatra filosofante, el cual se estaba burlando de las enseñanzas Cristianas. Uno de los puntos que se estaba burlando este idólatra era sobre la enseñanza Cristiana sobre la creación del mundo.
Es cierto que hoy en día quizás pueda parecer como una broma para un cristiano que se ha criado y educado en un ambiente Ortodoxo y está protegido por la Ortodoxia; pero puede ser que él mismo no entienda la fuerza de éste pensamiento filosófico, como también la objeción y refutación de la enseñanza Ortodoxa sobre la creación del mundo. Pero éste tema ha ocupado todos los teólogos Escolásticos y fue decisivo en el desarrollo de la tradición Escolástica. Ocupó a los filósofos Meta-escolásticos de Occidente y aún hasta nuestros días ocupa algunos filosofantes y “tiólogos”, teólogos intelectuales de academia sin práctica ascética ni experiencia de la zéosis, los cuales se ocupan de estos temas.
Sobre la existencia de Dios y acerca de la creación del cosmos-mundo.
Este tema en cierto modo está entretejido y entrelazado, pero al mismo tiempo es independiente del problema filosófico sobre la existencia de Dios. Los argumentos filosóficos de los idólatras contra la existencia del Dios Cristiano eran los mismos con sus argumentos filosóficos contra el dogma sobre la creación.
Es decir, los idólatras decían que: los Cristianos dicen que existe Dios creador y que este Dios es perfecto. Pero si Dios fuera perfecto, ¿qué necesidad tenía Dios de crear al mundo? La creación del mundo demuestra filosóficamente que Dios sin el mundo es distinto que el Dios con el mundo. Porque, si Dios fuera perfecto y totalmente ευδαίμων efdemon feliz Consigo Mismo, es decir, si tuviera autoagapi o autoamor -por supuesto si utilizamos predicados cristianos sobre la agapi- no tendría la necesidad de crear el mundo. Pero, debido a que no es perfecto, por esta razón ha creado el mundo. Este uso de argumentos filosóficos contra la fe Cristiana fue basado en el discernimiento filosófico entre esencia y energía en Dios.
Pero el discernimiento eclesiástico ortodoxo no es filosófico, sino que procede de la Apocálipsis-Revelación de Dios al hombre. Es decir, es empírico (por la experiencia vivida de la zéosis). Así que la Iglesia Ortodoxa demuestra el discernimiento entre esencia y energía en Dios. Porque está basada en la experiencia de los deificados o glorificados, de los que han alcanzado la zéosis. Similarmente demuestra también la existencia de Dios. Para los Padres de la Iglesia Ortodoxa quizás el único argumento, para demostrar la existencia de Dios, es un hecho o acontecimiento y no una demostración dialéctica racional. ¿Cuál acontecimiento o hecho? Es que existe un grupo de personas que se llaman Profetas, Apóstoles y Santos, los cuales han visto a Dios. Para un filósofo o científico, sea ateo o no, esta afirmación, de que los Profetas, los Apóstoles y los Santos han visto a Dios, hace falta un planteamiento. Uno no puede saltarlo siendo indiferente sin importarle nada.
Es decir, creerá y aceptará que estos hombres han visto a Dios, o conversará sobre el tema, si efectivamente el estado de iluminación y de zéosis es una realidad o no. Pero para que esto suceda, hacen falta unas condiciones determinadas, o sea, que existan unos criterios comunes y determinados. Pero una conversación científica correcta y seria no se puede hacer con hombres charlatanes, de palabrería y eslóganes, porque este tipo de hombre ya de antemano dirá si o no; es decir, antes de comenzar el diálogo prejuzgará y condenará de antemano el resultado.
Un fiel Ortodoxo que se ha creado en la Ortodoxia, con convicción absoluta estando en la Iglesia, teniendo Yérontas-anciano guía sabio experimentado, participando en los Divinos Misterios ortodoxamente, en el culto Ortodoxo, tomando la Divina Efjaristía, etc. no tiene problema, incluso puede llegar a ser sacerdote etc…hasta santo si Dios quiere, no tiene ninguna duda sobre todo esto, incluso muestra un gran celo. Pero un fiel así, no tiene las condiciones sobre un diálogo científico sobre estos temas. Pero existen también fieles, clérigos, hieromonjes, etc… que son científicos y estudiosos que están preparados para estos temas.
Pero no son sólo los piadosos ortodoxos o los Cristianos celotes que tienen absoluta convicción sobre su religión, sino que existen también los no Cristianos, por ejemplo, los Musulmanes, quienes creen que si guardan su fe ortodoxa, Dios los regalará un bienestar material y emocional, ευδαιμονία efdemonía etc…
Pero cuando uno se mueve fuera del espacio de Helas-Grecia, allí las cosas son diferentes. Cada Iglesia vive en su propio espacio con sus propias fuerzas y hace una lucha a base de convicciones e ideas. En el extranjero las Iglesias de Occidente, de la tradición Escolástica y de la Tradición Protestante, estos últimos años se encuentran en un callejón sin salida y se observa un gran giro e interés hacia la Ortodoxia.
Sólo en Alemania hay doscientos mil Alemanes que se han hecho Ortodoxos. Pero esto por costumbre, muchos van a la Iglesia Rusa. Según los cánones de la Iglesia cada obispo es el responsable bajo su jurisdicción conducir a los heréticos o los no cristianos en la Ortodoxia, no hacer proselitismo. Está obligado hacerlo esto. Si un obispo niega a aceptar un herético, que está en metania, en la Iglesia Ortodoxa, con base a los cánones es cesado de obispo….
De todos modos, en estas partes fuera de Helas-Grecia los problemas sobre la creación del mundo y el punto de vista filosófico del problema juegan un papel muy grande. Basta que uno estudie filosofía en Occidente de los años después del período Escolástico hasta la época contemporánea, y verá y observará que repetidamente se ocupan con este sencillo problema desde el punto de vista filosófico. Es decir, del cómo puede el perfecto Dios puede ser considerado como creador del mundo, como también qué significa creación desde la nada o cero, en el sentido de que el cero o la nada son inexistentes y Dios ha traído los seres desde la inexistencia o la nada, mientras que el Mismo siempre existía y existe.
El predicado básico de la teología ortodoxa en este caso es lo creado y lo increado. Lo creado es lo que proviene de la inexistencia, del no ser, en cambio lo increado es aquello que no es creación y el cual siempre existía y siempre existirá. Todas las realidades increadas existían y siempre existirán, en cambio todas las cosas y realidades creadas procedieron de la inexistencia y existirán en el futuro, siempre y cuando Dios quiera que existan.
Esta enseñanza es enseñanza de la Santa Escritura como también de la tradición hebraica, es decir, antes de que fuera escrito el Antiguo Testamento, como también la enseñanza de la Iglesia. Pero desde el momento que uno intentará a filosofar sobre esta enseñanza, entonces encuentra las dificultades que hemos descrito. Es decir, las dificultades provienen de la filosoficación de esta enseñanza.
Pero quizás uno pregunte: ¿de dónde sabían los Profetas, los Apóstoles y los Santos de estos dogmas sobre la creación de la nada o del cero, sobre creado, increado, etc.?
Primero los sabían de Santa Escritura una vez que fue escrita.
¿Pero durante el período de antes de la Santa Escritura de dónde los Profetas sabían estos dogmas? ¿Qué existe antes de la Santa Escritura?
Existe la tradición oral hebraica desde Adán hasta Moisés. ¿Cuál es el núcleo de esta tradición oral? ¿Quiénes son las personas que son portadores de esta tradición?
Son los Patriarcas y los Profetas. Los Patriarcas existían antes del texto escrito del Antiguo Testamento.
¿Pero por qué ellos eran los portadores de la Tradición? ¿Y en qué se diferenciaban de los demás hombres?.
Pues, ellos se diferenciaban porque tenían θεοπτία (zeoptía) visión avistamiento de Dios o visión de la luz increada de Dios. Ellos vieron a Dios. Incluso Adán y Eva eran zeoptes visionarios de Dios. El núcleo de esta Parádosis (entrega y tradición divina) es la θεοπτία (zeoptía) visión avistamiento de Dios o visión de la luz increada de Dios, es decir, es el encuentro de Dios con Sus amigos, que son los Patriarcas y los Profetas. Por tanto, el núcleo de esta tradición divina tiene relación con alguna experiencia.
Conocemos de la experiencia de los Padres de la Iglesia y de los Santos, es decir, la experiencia de sus vidas, de que ellos verificaron y constataron durante la experiencia de la zéosis de que entre lo creado e increado no hay ninguna similitud y que Dios es autoexistente, puesto que no tiene ninguna similitud con ninguna de las cosas creadas y no tiene la causa de Su existencia en nada; «YoSoY el Ser, Existente Εγώ ειμί ο ων». 128 la ley de la causa efecto o causado es anulada, abolida. Existe de Su existencia el Dios Padre; También de que la Luz arquetipa u riginal increada es la causa de la existencia del Logos increado o de la imagen-icona encarnada de la Luz increada, es decir, de Cristo, como también del Espíritu Santo. Y también durante la experiencia de la zéosis verificaron también que una es la doxa (gloria, luz increada) de las tres Hipostasis-Personas de la Santa Trinidad y una esencia increada de Sus Hipostasis.
Ciertamente que los Padres y los Santos no tienen la experiencia de la esencia-usía de Dios, porque ningún ser humano jamás tuvo alguna vez experiencia de la esencia increada de Dios, sino sólo la experiencia de la natural energía increada de la esencia de Dios, que es la doxa-gloria luz increada de Dios; 130 por supuesto que el término usía-esencia es de la Tradición y no de la Santa Escritura. Es decir, dentro de sus experiencias de sus zéosis verificaron que tenemos Deidad tri-luz en una Deidad o en una Luz, las cuales tres luces no son tres luces separadas. Es decir, el que alcanzó la zéosis, el glorificado o deificado, en una Luz mediante la otra Luz ve la Luz arquetipa u original. Esta era y es la base de sus experiencias.
Pero también verificaron y constataron que todos los seres y entes creados provienen del no ser o de la nada. Todo lo creado que existe proviene por voluntad de Dios, pero no de Dios, es decir, del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, sino que provienen desde el no ser o de la nada “ex nihilo”. Y esto es verificado por la experiencia de la zéosis.
Por tanto, vemos que existe identidad en la experiencia de los Patriarcas y de los Profetas con los Padres de la Iglesia Ortodoxa y de los Santos. Todos verificaron y constataron las mismas verdades. Así que los discernimientos que existen entre las hipostasis de Dios, entre esencia y energía increada de Dios, entre el Logos encarnado y Dios y entre la experiencia de la zéosis del encarnado Logos en relación con la zéosis de los hombres, todas estas diferenciaciones y variaciones que después tomaron forma de terminología dentro en la Iglesia, todas estas cosas tienen como cimiento básico la experiencia de la zéosis. Por eso el discernimiento entre esencia y energía de Dios el que hace la Iglesia Ortodoxa no es filosófico, sino discernimiento puramente empírico, por experiencia vivida.
Los heréticos y sus enseñanzas
Los heréticos, tal y como hemos dicho, hacían discernimiento filosófico entre esencia y energía increada de Dios, debido a que tomaron el discernimiento Aghiográfico que no es filosófico, sino empírico, y lo filosofitizaron. Estos son: Pablo de Samosata, Luciano, los Sukucianos, es decir, los Arrianos y después los Nestorianos los cuales siguieron la misma tradición de los anteriores.
Pablo de Samosata enseñaba que en Cristo no hay unión natural de las dos fisis-naturalezas, sino que hay unión por voluntad o por energía o, como el mismo se refiere en algunos puntos, “unión por o según cualidad”. Es decir, no se ha hecho unión de la fisis-naturaleza de Dios con la fisis-naturaleza humana del Logos, sino unión de la energía increada de Dios con la energía de la fisis-naturaleza humana del Logos. Así que Pablo de Samosata fue condenado como hereje.
Pero era herético no sólo en la forma o modo con que hacía discernimiento entre esencia-usía en Dios, sino también era herético en la Triadología. Es decir, negaba la existencia de las tres Personas-Hipostasis de la Santa Trinidad. No creía que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son discernimientos fijos, estables en Dios, sino que eran discernimientos provisionales y que en Dios existe sólo una esencia-usía y una hipóstasis, la cual tiene energía. Esta energía bien puede ser el Logos o el Espíritu Santo.
Por lo tanto, tenemos la hipóstasis del Dios Padre con la energía del Logos y la energía del Espíritu Santo. Por consiguiente, el Logos y el Espíritu Santo se convierten en dos energías increadas de Dios. Es decir, para Pablo de Samosata tenemos Encarnación de la energía de Dios y no de la hipostasis del Divino Logos. Por lo tanto, el Cristo no es el encarnado Dios, sino un hombre θεόπνευστος zeópnefstos inspirado de Dios, es decir, un hombre en el cual en su interior reside Dios. Por eso, Pablo de Samosata fue condenado como herético no sólo de su Cristología, sino también de su Triadología. Es decir, es doblemente herético.
Pero después su discípulo Luciano hizo una modificación de la enseñanza del Pablo de Samosata. Y esto uno puede reconocerlo sólo si tiene en cuenta de que Pablo de Samosata era herético. Luciano hizo una adaptación en la enseñanza anterior, debido a que Pablo de Samosata fue condenado. Es decir, los seguidores de Pablo de Samozata (Luciano y sus discípulos, que son los Arrianos) añadieron en Dios las dos hipostasis, es decir, del Hijo y del Espíritu Santo, que Pablo de Samosata no aceptaba y esto para que no tuvieran también ellos la misma suerte que su maestro y sean condenados también ellos como heréticos.
El que se haya hecho esta adaptación, la información la tenemos de los escritos de los Arrianos, que son discípulos de Luciano, porque no tenemos escritos de Luciano. Es decir, sobre esto nos estamos informando de Arrio, de Eusebio de Nicomedia. etc. Por tanto, debido a que Pablo de Samosata fue condenado, porque no aceptaba la por esencia unión en Cristo con la hipóstasis del Logos, como tampoco la unión por fisis-naturaleza de Cristo con la esencia de Dios, aquellos añadieron encarnación por y según la fisis-naturaleza y por y según la hipóstasis.
Por lo tanto, los Colucianistas enseñan que Dios tiene tres Hipostasis, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que el Cristo es Dios y hombre y que la unión de las dos fisis-naturalezas en Cristo es natural y sobre todo por esencia. Si uno observa de primera vista esta adaptación, dice:
¡Qué pasa aquí; ellos enseñan lo mismo que los Ortodoxos! ¿De qué nos podemos quejar de ellos y del discípulo de ellos Arrio?
Y esto, debido a que también Arrio decía que el Logos nace del Padre antes de los siglos, cosa que también lo dicen todos los santos Padres de la Iglesia. Entonces, ¿por qué los Arrianos y Arrio son heréticos?
Sin embargo, debido a que los Arrianos, es decir, los Colucianistas hacían discernimiento filosófico entre esencia y energía en Dios, llegaron a ser conducidos a enseñar que no puede haber relación por esencia entre el Padre y el Hijo. Porque relación por esencia significa relación por necesidad. Por eso Dios no puede hacer nacer o engendrar por naturaleza al Logos, sino que Dios crea el Logos por energía y por voluntad, debido a que Dios no puede tener relaciones forzadas u obligadas por necesidad con cosas heterusias o de otra distinta esencia. Es decir, puesto que los Arrianos aceptaron que el Logos es hipóstasis y el Padre también es hipóstasis, entre las dos hipostasis, cuando son hipostasis pre-creadas, es decir, las hipostasis que existen antes de la creación del mundo-cosmos, o sea, entre Dios Padre y la hipóstasis del Logos no puede haber relaciones por esencia, sino que las relaciones deben ser por energía y por voluntad. El Dios Padre, decían ellos, con todas las hipostasis, con todos los seres tiene relaciones por energía y por voluntad, pero no por esencia. Debido a que Dios es absolutamente libre y no está sujetado a ninguna necesidad u obligatoriedad. Así, puesto que lo por esencia significa por necesidad u obligatoriedad, por eso el Padre no hace nacer o no engendra el Logos por esencia, sino por energía y por voluntad.
Este es el corazón de la enseñanza de Arrio. Pero esta teoría procede de Pablo de Samosata, el cual no aceptaba el dogma sobre la Santa Trinidad ni la encarnación real. Porque para Pablo de Samosata, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no expresan ni manifiestan tres hipostasis. El nombre del Padre indica una esencia, aquella del Padre. Por lo tanto, en Dios sólo hay una hipóstasis y una esencia-usía. Y esta una hipóstasis, es decir, la esencia de Dios tiene una energía, que se llama Logos y una otra energía que se llama Espíritu Santo. Para él el Logos es la energía lógica de Dios y el Espíritu Santo es la energía agapítica de Dios.
Por lo tanto, en la enseñanza de Pablo de Samosata tenemos una hipóstasis, una usía, con una energía, la cual es lógica, creativa, mantenedora, agapítica etc. Pero estas son energías de Dios y que están basadas en el discernimiento filosófico que hace Pablo de Samosata entre esencia y energía de Dios. Ciertamente que hace este discernimiento, pero también hace lo siguiente: identifica el Padre con la esencia, con la hipóstasis, y separa la energía, que son el Logos y el Espíritu Santo.
Para Pablo de Samosata, como Dios no tiene relaciones por esencia con nada, y no se crea un problema sobre la energía del Logos y de la energía del Espíritu Santo, porque estas energías son increadas según Pablo de Samosata. Pero el problema se crea con la Encarnación.
¿Cómo se encarna Dios?
Debido que aquí tenemos encarnación de la energía increada de Dios que se llama Logos y nace un hombre de la Virgen, que se llama Cristo y que en el interior de este hombre habita este Logos. ¿Quién Logos? El Logos increado. ¿Y quién es este Logos increado? Según Pablo de Samosata es la energía de Dios.
Por tanto según él, el Cristo tiene Su propia especial naturaleza humana e hipóstasis, y en Su interior habita la energía de Dios que se llama Logos. Por esto Cristo es el Logos. Pero no es la Encarnación de la hipóstasis y de la naturaleza, sino que es la Encarnación de la energía de Dios.
Cierto que cuando vivía Pablo de Samosata, esencia-usía y hipóstasis no significaban la misma cosa. Porque este discernimiento es posterior, es decir, entre la esencia y la hipóstasis, como también entre naturaleza-fisis e hipóstasis. Por tanto, Pablo de Samosata fue condenado por dos Sínodos en Antioquía en el año 277 más o menos. Y fue condenado porque no aceptaba la verdad de las tres Personas de la Santa Trinidad. Debido a que rebajaba las dos Personas en energías y no admitía la en Cristo unión por esencia de las dos fisis-naturalezas.
Entonces, en aquellos Sínodos fue utilizada la expresión “por o según esencia-usía”. Ciertamente después, cuando se hizo la diferenciación entre esencia y hipóstasis, fue utilizado el término más correcto que es hipóstasis. Por eso los Padres hablan para unión por hipóstasis, como también sobre unión por fisis-naturaleza, en cambio la unión por esencia no es utilizada demasiado. Por supuesto que uno puede utilizar el término unión por esencia, es correcto, debido a que existe unión por esencia en Cristo de la fisis-naturaleza Divina y de la humana, pero principalmente la unión es por hipóstasis, ya que sólo el Logos se ha encarnado.
El argumento básico de los Antiguos Cristianos contra los Aristotélicos, que ya nos hemos referido, tenía tanto éxito, (al ser utilizado de muchos cristianos heréticos contra los idólatras,) de modo que, a pesar de que Pablo de Samosata fue condenado, porque utilizaba este discernimiento filosófico entre la esencia y la energía de Dios, este discernimiento filosófico de nuevo siembra y brotan nuevas formas de herejía. Así comprobamos el hecho de que los cimientos de la doctrina de Pablo de Samosata, del Arrianismo y del Nestorianismo son los mismos. Esto significa que la argumentología de ellos contra los idólatras era tan fuerte, de manera que fueron arraigados muy profundamente en la tradición Cristiana. Debido a que fueron la causa de convertirse en Cristianos muchos paganos o idólatras.
Pablo de Samosata fue condenado por dos cosas:
- Porque no aceptó el Logos hipostático.
- Porque no aceptó la Encarnación real de la esencia de Dios, es decir, la unión por esencia de las dos naturalezas en Cristo.
Estos son los cimientos de la herejía de los Arrianos.
Por tanto, debido a que Pablo de Samosata fue condenado, sus nietos los Arrianos hicieron un reajuste, tal y como hemos dicho, quizás para que no pierdan sus posiciones y los correspondientes beneficios que disfrutaban en la Iglesia. ¿Pero qué hace Arrio más allá del ajuste que hizo Luciano para que no sea condenado, y que lo hemos descrito anteriormente?
Pues, añade el Logos hipostático, pero mantiene paralelamente al Logos in-hipóstato o sin hipostasis. Por lo tanto, en el Arrio tenemos Logos increado in-hipóstato o sin hipostasis, es decir, la energía increada de Dios, que se llama Logos, y que es una característica de la antigua enseñanza, la cual es mantenida, pero se añade también un Logos hipostático, el cual es creación y este es el que se encarna y el cual, sin embargo, tiene relaciones por esencia con Dios, es decir, tiene por necesidad relaciones con Dios, porque depende de Dios. Pero Dios no tiene por o según esencia relaciones con esta hipóstasis del Logos, sino sólo por energía y por voluntad. Entonces Dios está libre frente al Logos hipostático. Pero este Logos hipostático frente a Dios no está libre. Es un subordinado, es un dulos-sirviente o esclavo, se convierte en órgano de la creación, es creado, etc.
Esta hipóstasis del Logos, esta creación de Dios es la que se encarna según Arrio. Y por supuesto que se encarna por necesidad y no por voluntad y se une este Logos hipostático por esencia con la fisis-naturaleza humana de Cristo. Pero para Arrio la naturaleza humana de Cristo no es toda entera la fisis-naturaleza humana de Cristo, porque la posición del nus de Cristo la ocupa el Logos hipostático. Entonces el hombre Cristo tiene nus, diania (mente, intelecto, cerebro) y psique creados, pero Su creado logos humano no es el logos normal que tiene cada ser humano, sino que la posición del logos humano creado en Cristo la ocupa el Logos hipostático, el de antes de los siglos creado Logos hipostático.
131 Es decir para Arrio el Cristo no es Θεάνθρωπος zeánzropos Dios-Hombre, sino un υπεράνθρωπος hiperánzropos súperhombre.
Así que de esta manera los Arrianos escapan provisionalmente de la condena que sufrió Pablo de Samozata, porque a simple vista, de apariencia aceptan las tres hipostasis y también aceptan lo según o por naturaleza, la unión por esencia-usía en el dogma Cristológico. Pero para hacer esto interponen entre la hipóstasis del Padre y del Logos hipostático una energía que se llama Logos increado. Esta energía es la que crea, forma al Logos hipostático. Es decir, Dios crea o forma Su Logos hipostático mediante Su energía increada, o sea, mediante Su Logos increado. Entonces Dios por energía y por voluntad crea al Logos hipostático. Quiere decir que efectivamente entre la hipóstasis del Padre y la hipóstasis del Logos intermedia la energía de Dios.
Así el Hijo de Dios, es decir, el Logos hipostático es hijo de voluntad o Hijo de energía. Este es el dogma fundamental de los Arrianos. Es decir, igual que todo el mundo creado es resultado de la energía increada de Dios, así también el Logos hipostático es resultado de la energía increada de Dios. Por lo tanto, la diferencia entre Ortodoxos y Arrianos es que los Ortodoxos rechazan la idea de que el Logos puede ser resultado de una energía del Padre, porque el Logos contiene todas las energías increadas del Padre. Para los Ortodoxos no hay ninguna energía del Padre que no sea energía del Logos. Por lo tanto, los dos contienen por la identidad Sus energías y no es el uno resultado de la energía del otro. Pero para los Arrianos el Logos hipostático es producto de la energía del Padre y el resultado de ella.
De todas formas para la Iglesia era muy difícil descubrir la herejía de Arrio. Había muchos Ortodoxos que no entendieron el principio de la herejía de Arrio. Esta herejía apareció y se manifestó principalmente de dos causas:
a) Arrio decía que el Padre forma, crea y hace nacer el Logos hipostático antes de los siglos, pero de la nada o del cero, es decir, no de el Padre. Pero según la percepción Patrística no hay nada de antes de los siglos que exista de la nada o del cero. Todo lo de antes de los siglos es increado y de el Padre. Cuando se crean los siglos, entonces comienza la creación desde el cero o de la nada. Después siguen los Ángeles y después continúa el tiempo.
En la Tradición Agustinea existe la idea de que Dios es el eterno presente, que en Dios todo está presente siempre también las cosas o realidades pasadas y futuras. Es decir, en Dios el pasado y el futuro es un continuo presente. Por lo tanto, en Agustín y sus seguidores, en la tradición Papista, se dio la oportunidad de pensar y creer que el hombre si se libera del tiempo, entonces podría captar en continuo presente, el eterno presente. ¡Como también que, cuando lo capta, entonces puede captar también lo increado, incluso, como no, hasta la esencia de Dios también! Toda esta consideración sobre el tiempo de Agustín fue la línea determinante de la tradición Escolástica.
Pero en la Parádosis patrística (entrega y tradición divina) existe un discernimiento claro entre siglos y tiempo. Por lo tanto, el tiempo existe en los siglos, pero no todas las creaciones están limitadas en el tiempo. Porque existen determinadas creaciones, -como los ángeles, los demonios y las psiques de los dormidos o difuntos), los cuales son independientes del tiempo, porque viven dentro de los siglos y no dentro del tiempo. Por esta razón se mueven con velocidad de rayo. Por esta razón los ángeles, los demonios y las psiques de los Santos dormidos o difuntos se mueven tan rápidamente, de modo que parezca que se encuentren en muchas partes a la vez. Es decir, no están limitados al espacio y al tiempo.
b) De la herejía de Arrio sobre la Encarnación.
Durante el conflicto entre los Ortodoxos y los Arrianos había determinados puntos de contacto entre los dos. Es decir, que sólo Dios conoce Su esencia-usía, y que Dios tiene energía esencial, la cual no se identifica con Su esencia, (discernimiento entre esencia y energía). Por esta razón Dios cuando crea el mundo, no lo crea por o según esencia, sino por voluntad y por energía. Por consiguiente existe unión de la energía increada de Dios con las creaciones.
Ciertamente entre sí las diversas formas de la energía increada de Dios no se identifican. Porque no es la misma cosa la energía creativa de Dios con la mantenedora o conservadora energía increada de Dios o con las otras energías divinas increadas como la catártica, la iluminadora, la deificadora o glorificadora, la cohesiva, la sapiencial etc. Entre ellas no hay identidad, porque si hubiera identidad, entonces todas las creaciones participarían y comulgarían con la zeótica (deificadora, glorificadora, divinizadora) energía increada de Dios. Todas estas realidades proceden de la experiencia de la zéosis de los Padres y son los cimientos de sus enseñanzas contra los heréticos. Es decir, el punto de partida de la enseñanza Patrística es la diferenciación y discernimiento claro entre las energías increadas de Dios.
Estas realidades las tomaron los Arrianos y las filosofetizaron. Aceptaron el discernimiento entre esencia-usía y energía y hicieron el combate contra la Iglesia y dijeron que el Logos no conoce la esencia de Dios. La demostración evidente de esto es que dijeron que no tiene todas las energías de Dios. La demostración de esto, dicen que, no conoce el día del Juicio, es decir, que ignora algunas cosas, las cuales sólo conoce el Padre. Por lo tanto, puesto que no posee toda la gnosis, esto significa que ni tampoco tiene la esencia del Dios.
Dentro de esta controversia los Arrianos y los Ortodoxos tomaron toda la Escritura, la separaron e hicieron tres columnas, en las cuales registraron una por una las energías de cada Persona de la Santa Trinidad que son referidas en la Santa Escritura. Es decir, dijeron que estas son energías del Padre, estas del Logos y estas del Espíritu Santo. Es decir, hicieron una clasificación. Los Ortodoxos de esta manera encontraron que todas las energías que tiene el Padre las tiene también el Hijo y todas las energías que tienen el Padre y el Hijo las tiene también el Espíritu Santo. Estas cosas dijeron los Ortodoxos. Por lo tanto, son identificadas las energías del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Por lo tanto, se identifica la energía de Ellos. Porque estas energías son energías naturales de la esencia. Por lo tanto, entre las tres hipostasis hay κοινωνία (comunión, conexión y unión) de esencia-usía y de la energía esencial. Esta es la enseñanza de los Padres.
Pero aparece Arrio y dice: Stop; no es así. El Padre tiene todas estas energías, pero el Logos no tiene todas estas energías. El Logos tiene sólo algunas o ciertas energías. Después dice que ni el Espíritu Santo tiene todas las energías que tiene el Logos. Así fue creada la controversia polémica que duró todos estos años desde el primer I Sínodo Ecuménico 325 dC hasta el segundo II Sínodo Ecuménico 381 dC.
Los Padres de la Iglesia respondieron a los arrianos, que la esencia no significa por necesidad u obligatoriedad como ellos apoyaban, y por tanto el que el Padre engendra o hace nacer el Logos por esencia no tiene ninguna relación con el problema filosófico planteado por Arrio. Porque, al igual que lo “por voluntad” no significa lo “por necesidad en Dios, así tampoco lo “por esencia” significa lo “por necesidad” en Dios. Y cuando hablamos sobre “por esencia”, hablamos desde el punto de vista de la experiencia de la zéosis y no desde el punto de vista de problema filosófico.
Pero, incluso, aunque fuera problema filosófico, dado que sabemos no hay ninguna similitud entre lo increado y lo creado, aquello que existe en la creación no significa que existe también en Dios. Nosotros hablamos sobre Dios con el lenguaje humano y con conceptos humanos. Pero esto no significa que estos son aplicados a Dios literalmente. Por la sencilla razón que en la experiencia de la zéosis son abolidas o suspendidas todas las profecías y las interpretaciones de la Santa Escritura, todas las lenguas o idiomas y los conceptos, como también toda la gnosis humana que concierne a Dios. Porque el Dios trasciende todos los predicados, realidades y cosas humanas.
Hay un trozo muy bonito en san Dionisio el Areopagita quien dice que: ¡en la experiencia de la zéosis el hombre discierne que el Dios no es ni Monas-Unicidad, ni Trinidad, ni Uno ni es Dios, ni Agapi etc! Porque no hay nombres o conceptos que pueden ser atribuidos en lo qué es Dios. El hombre no puede captar a Dios; esto de ninguna manera se puede, es imposible. Los conceptos y las palabras se utilizan sólo como conductores, guías hacia Dios y no para que atribuyan o expliquen algo de Dios.
La esencia de la enseñanza Arriana es que lo “por esencia” y lo “por fisis-naturaleza” significan “por necesidad u obligatoriedad”, en cambio lo “por energía” y lo “por voluntad” significan libertad en Dios. Entonces, como Dios es libre, se hace de ellos el discernimiento entre esencia y energía en Dios para ser perseverada y salvaguardada la libertad en Dios. Así, cuando Dios crea el mundo, lo crea absolutamente libre, sin que sea de Su esencia o de Su naturaleza-fisis necesidad de crear el mundo. Es decir, ha creado el mundo sólo porque lo quiso. Si no lo quisiera no crearía el mundo.
Así que no son válidos los argumentos Platónicos y Aristotélicos, -porque Dios no está obligado a crear algo para que el mismo sea perfeccionado- como tampoco los argumentos de los Gnósticos con sus resultados de emanaciones caídas o caóticas desde el ser supremo, donde la creación resulta ser una caída hacia abajo desde el altísimo ser o una negación o debilidad o una ignorancia etc.
Por tanto, esta línea filosófica que fue establecida por los heréticos en la región de Antioquía era demasiado fuerte. Por eso se convirtieron en Cristianos muchos paganos e idólatras a causa de esta argumentología. A pesar de esto la Iglesia rechazó esta línea.
¿Pero por qué la rechazó?Arrio acusa a san Atanasio el Grande de que introduce necesidad en Dios, cuando dice que el Padre engendra o hace nacer al Logos “por naturaleza-fisis” y no “por voluntad”, como sostenía Arrio. Es decir, le acusa de que con lo que dice, es como si dijera que el Padre “por necesidad” engendra o hace nacer al Logos y procede el Espíritu Santo. Pero los Padres consideran que el nacimiento del Logos y la procedencia del Espíritu Santo que son de la naturaleza-fisis de Dios; y no de la voluntad de Dios. Por supuesto que la Encarnación es de la voluntad de Dios, por lo tanto tenemos esta unión natural de las dos naturalezas de Cristo.
Entonces, ¿por qué los Padres rechazaron esta interpretación de Arrio?
¿Cuál era el problema de Arrio?
Arrio estaba de acuerdo con la Teología Apofática de que el hombre no puede conocer la esencia de Dios. En la tradición Patrística Dios en in-captable, inaccesible, inefable y desconocido sobre Su esencia-usía. En la tradición Occidental valía lo mismo a excepción de Agustín. Cuando los Padres dicen que Dios es conocido por la energía increada, no significa que tenemos una gnosis-conocimiento racional de la energía increada de Dios, sino que esta energía increada es participada y comulgada por los iluminados y los deificados (glorificados, divinizados o los que alcanzaron la zéosis). Según los Padres, pueden ser conocidas ciertas energías de Dios desde el punto de vista racional, por los resultados de Dios encima de la naturaleza creada. Pero la gnosis pragmática de las energías increadas de Dios se encuentra en la experiencia de la iluminación y de la zéosis y no en la gnosis racional, el cual conocimiento es por observación y reflexión intelectual filosófica sobre las influencias o efectos de Dios en la creación.
Por tanto, Arrio es seguidor de la teología Apofática e insiste en que Dios es inaccesible, inefable, in-captable y desconocido según Su esencia-usía, sobre todo en tal punto que diga que el mismo Logos no conoce la esencia-usía de Dios. Pero si decimos que ni siquiera el Logos conoce la esencia-usía de Dios, entonces a base de esta suposición, es decir, ya que Dios no tiene por esencia relaciones ni con el Logos, ¿por qué lo “por esencia” (según Arrio) debe significar obligatoriamente por necesidad a Dios, porque esto sucede en la semilla, es decir, a la naturaleza-fisis?
Sin embargo, mientras tanto había aparecido también la herejía de los Nestorianos. Y mientras según los Arrianos, Dios no puede tener relación por esencia con otra existencia de distinta esencia, es decir, con otra hipóstasis, Teodoro de Mopsuestia decía que Dios tiene relaciones por esencia con la hipóstasis del Logos, como también con la hipóstasis del Espíritu Santo, pero no con las creaciones, las cuales son o provienen de la nada o de cero. Entonces aceptó que dentro de la Santa Trinidad el Padre tiene relaciones con el Logos y con el Espíritu Santo, pero no la Santa Trinidad con las creaciones. Por esta razón aceptó una forma triadológica por la cual más o menos era Ortodoxa, pero fracasó totalmente en la Encarnación. Porque no podía aceptar que en Cristo el Logos se unió por hipóstasis y por naturaleza-fisis con Su naturaleza-fisis humana. Es decir, rechaza la por naturaleza unión de las dos naturalezas en Cristo. Debido a que mantuvo la condición o presuposición filosófica de que las relaciones “por esencia” de Dios son relaciones por necesidad y aceptó que sólo son libres las relaciones “por energía” y “por voluntad”. Esta es la herejía del Nestorianismo, la cual no acepta la unión “por naturaleza” del Logos con Su naturaleza-fisis humana, sino la unión por voluntad y por condescendencia.
Hasta este punto tenemos una uniformidad de los argumentos contra los heréticos. Los Padres de la Iglesia contra los Arrianos y contra los Nestorianos objetaron que lo “por naturaleza-fisis” no significa lo “por necesidad”, es decir, no significa por presión u obligatoriedad. ¿Pero por qué motivo?
Por la razón de que la semilla de un árbol ¿puede decir alguna vez, puesto que está regada y cuidada, de que yo no voy a crecer? Por supuesto que no.
Porque existe dentro de la semilla, según Aristóteles, la entelequia interior, de modo que espontáneamente la semilla se desarrolla en árbol bajo condiciones apropiadas, tanto si lo quiere como no. La semilla así funciona por naturaleza-fisis, por esencia. Es decir, hay una necesidad interior que lo empuja a convertirse en árbol perfeccionado, cuando las condiciones climáticas lo favorecen.
Aristóteles tomó este ejemplo de la enseñanza de la fisis-natura creada y los atribuyó a lo increado de Dios. Pero desde el momento que uno toma los predicados de la fisis-realeza creada y los atribuye a la increada fisis-naturaleza, es engañado. Este es el error. Así que en esta argumentología que emplearon y proyectaron los paganos contra la Iglesia, es decir, que Dios tiene necesidad del mundo-cosmos para perfeccionarse y lo ha creado para perfeccionarse, se opuso la argumentología de los heréticos, los cuales afrontaron la anterior argumentología de los paganos, pero basados en el discernimiento filosófico intelectual entre esencia-usía y energía en Dios. Con base a esta“libraron” a Dios de la presión, necesidad o obligatoriedad de crear el mundo-cosmos, cosa que constituye a Dios libre, si quiere crear, y le difiere de la semilla, que tanto si quiere como no, será desarrollada en árbol, porque no puede hacer de otra manera. Pero esta argumentología, la que empleó y proyectó el grupo de Pablo de Samosata y de Arriano, los Padres la rechazaron.
¿Pero por qué?
Según los Arrianos lo “por voluntad” significa energía libre, en cambio lo “por esencia” significa energía obligada, forzada. Teodoro de Mopsuetia dijo que quedan exentos de esta regla o canon las omousios-consubstanciales. Es decir, cuando existen omousias-consubstanciales, como las tres Personas de la Santa Trinidad, entonces estas pueden tener relaciones por esencia-usía, ya que Dios es el ser necesario, es decir, aquello que existe forzosamente u obligatoriamente.
Así los Nestorianos aceptaban que en la Santa Trinidad el Padre por esencia engendra o hace nacer el Hijo y por esencia procede el Espíritu Santo. Pero en la Encarnación, decían que no puede haber por esencia relación del Logos con la fisis-natura humana de Cristo y por eso la Encarnación es sólo por condescendencia y por energía. Por eso fueron también condenados.
Arrio fue condenado porque insistía en el “no por esencia”, sino en la relación “por energía” del Padre con el Logos y el Espíritu Santo. Los Nestorianos fueron condenados porque no aceptaron la relación natural, es decir, la unión hipostática del Logos en Cristo con la fisis-naturaleza humana de Cristo. Es decir, los Nestorianos, mientras hacía excepción del dogma de la Santa Trinidad, mantuvieron en su Cristología este principio filosófico, para poder mantener su filosofía para los fines misioneros con los paganos, como parece ser. Pero vino la Iglesia y los dijo no sólo en la Santa Trinidad, sino tampoco en la Cristología se puede sostener esta argumentología, es decir, lo “por esencia” no puede ser aplicado y que esto significa lo por necesidad u obligatoriedad.
Por tanto, ¿cómo uno puede juzgar y rechazar la afirmación persistente de los heréticos de que lo “por esencia” significa lo “por necesidad u obligatoriedad en Dios y lo “por voluntad” y lo “por energía” significan libertad?
Esta argumentología cubre un período hasta el V Sínodo Ecuménico y vuelve aparecer en la teología escolástica, la cual siguió la Teología de Agustín. Y esta problemática vemos que es mantenida en los Sínodos Ecuménicos, en el espacio filosófico, como también en la historia de la filosofía Occidental, hasta nuestros días. Existen muchos seres humanos los cuales no aceptan la enseñanza Cristiana sobre la creación del mundo, debido a que ellos no pueden imaginar que Dios no tenga alguna necesidad para crear el mundo-cosmos. Por lo tanto, el tema de la libertad es una cuestión muy grande.
Los Padres hablan para los dogmas Ortodoxos en una lengua demasiado sencilla. Sin embargo se hacen difíciles y duros cuando empiezan a ocuparse de las herejías. Por tanto, ¿cómo los Padres afrontaron a los Arrianos y a los Nestorianos sobre este tema? ¿Cuál fue la respuesta de san Atanasio el Grande de Alejandría, como también de Cirilo de Alejandría contra de Teodoro de Ciro y de Nestorio sobre estos temas? Sucede que la misma respuesta es dada para todos los heréticos. La misma respuesta es dada también en los Sínodos Ecuménicos I, II, III, IV y V contra los heréticos.
Y la respuesta es la siguiente:
Los predicados como necesidad y libertad que están tomados del mundo creado, no tienen ninguna relación con Dios. Es decir, ya que no hay ninguna similitud entre Dios y las creaciones, entonces no existe el problema filosófico que pone Aristóteles sobre en potencia y en energía de situaciones o estados en Dios. Los predicados Aristotélicos filosóficos están tomados de la naturaleza-fisis. En la naturaleza-fisis, una vez dadas las condiciones apropiadas, aquello que es en potencia se convierte en energía. ¿Por qué? Debido a que su naturaleza es así de este tipo. Es decir, esto significa que hay una obligatoriedad o necesidad en el interior de la naturaleza para desarrollarse y evolucionar en su forma final o definitiva. Entonces, ya que no hay similitud entre creado e increado, sucede también que en la Santa Escritura y en la Teología, que intentan describir las experiencias de la apocálipsis-revelación de lo increado, que se haga un intento y esfuerzo a describir las realidades indescriptibles. Pero esto literalmente no se puede hacer.
Dios es indescriptible, por lo tanto, no podemos tomar el modelo o prótipo filosófico sobre la entelequia de Aristóteles, que está basado en observaciones de la naturaleza-fisis creada ni referirnos en reglas o cánones de la filosofía de Aristóteles, que están tomadas de las cosas visibles y creadas o también de sus metafísicas (después o detrás de los físico), algunas de las cuales también son visibles y aplicarlas a Dios, es decir, a Alguien que no se asimila ni se parece con las creaciones.
Por ejemplo, decimos que aquel hombre está libre, el cual hace unas cosas por naturaleza, -es decir, no puede hacer de otra manera, o sea no hacerlas- y otras cosas las hace por voluntad, las cuales quiere y las hace. Pero en la vida del hombre se ve claramente este discernimiento entre lo “por naturaleza-fisis” y lo “por voluntad”. Por ejemplo, si un hombre quiere hacer hijos, aquí tenemos una combinación del “por naturaleza-fisis” y del “por voluntad”. Pero no puede hacer hijos sólo por voluntad, es decir, sólo por su mente o cerebro. Su decisión de hacer hijos no crea automáticamente hijos. Sino que debe haber una combinación de voluntad y praxis. Aquí el hombre no actúa sólo por naturaleza-fisis, sino que se energiza u opera silogísticamente, a base de la gnosis y del análisis de las condiciones, las necesidades y los deseos que tiene y así hace una elección. Sólo en el creado mundo-kosmos lógico existe la característica de uno hacer una cosa por naturaleza y otra cosa por voluntad. Pero en Dios no se pueden atribuir estos predicados. Esta es la respuesta.
Por lo tanto, el discernimiento filosófico entre esencia y energía en Dios, el que está basado en los predicados Aristotélicos, no tiene sentido ni noción tratándose sobre la cuestión de Dios. No se puede aplicar o adaptar esto a Dios. El discernimiento entre esencia y energía increada de Dios, el que hacen los Padres, proviene de la experiencia de la zéosis.
La esencia fundamental de la herejía de todas estas corrientes heréticas y tendencias filosóficas es el rechazo y negación de la Teología Apofática. Es decir, entre los creado y lo increado no hay ninguna similitud. Por tanto, no podemos atribuir a Dios predicados tomados de la Aristotélica o anti-Aristotélica filosofía. Con el término filosofía anti-Aristotélica aquí entendemos aquella filosofía que efectivamente se hace con base el discernimiento entre esencia-usía y energía increada de Dios que proviene de la experiencia de la zéosis, la cual experiencia la convierten en filosofía, es decir, por los heréticos se filosofitiza o es filosofeada. En ellos, el discernimiento Patrístico de empírico se convierte en discernimiento ontológico o metafísico.
Pero el discernimiento Patrístico no tiene ninguna relación con la ontología o metafísica. Esto uno lo entenderá si lee a san Dionisio el Areopagita, el cual dice que, ¡cuando uno llega a la zéosis, entonces entiende que Dios no es ni Mónada-Unidad, ni es Trinidad, ni es Dios! Es decir, todos los nombres y conceptos que utiliza el hombre durante el camino hacia la zéosis, todos estos quedan abolidos, debido a que Dios no es identificado con ninguno de los nombres o conceptos, nociones y significados que Le atribuye el hombre. Esta gnosis (increada) procede de la experiencia de la zéosis o glorificación. Esto lo describe muy bien y claro san Pablo, diciendo: “Cuando venga lo perfecto, entonces desaparecerá lo parcial e imperfecto. Pero, las profecías que hay ahora como dones del Espíritu Santo desaparecerán, las lenguas cesarán y las gnosis, conocimientos caducarán, quedarán abolidos” (1 Cor 23, 8-10). Esto lo dice san Dionisio el Areopagita.
Por tanto, los Padres con base la Teología Apofática refutaron y derogaron al Arrianismo y al Nestorianismo. Y el Arrianismo que parece ser como apofático, ¡y esto lo recalco!, en realidad no lo es. Porque cuando Arrio dice que, ni el Logos conoce la esencia de Dios, ¿esto qué significa? Bien, el Logos no conoce la esencia de Dios; ¿pero Arrio de dónde lo sabe que lo “por esencia” significa lo “por necesidad u obligatoriedad en Dios? Es decir, el mismo Arrio se traiciona a sí mismo, debido a que, ¿de dónde Arrio aprendió que la esencia de Dios es el ser obligado o necesario?
En la Teología Escolástica es donde hablan del ον on ser obligado o necesario o por necesidad, el cual para ellos es el Dios. Pero en la Teología Patrística este manera u modo de pensar no existe, porque, ya que no conocemos la esencia de Dios, por tanto ni tampoco podemos atribuir el predicado ον on ser obligado o necesario o por necesidad.
Por eso los Padres dicen que si las cosas y realidades creadas son ον on (ser, ente), entonces Dios es no ον on ser. Y si Dios es ων on ser, entonces las realidades creadas son no ον on seres. Que significa que no hay ninguna similitud entre creado e increado. Este dogma es el dogma más fundamental de la Teología Ortodoxa y es consecuencia del resultado de la zéosis y no pensamiento de la filosofía intelectual. La Teología Apofática no es filosofía, sino que es idéntica, igual con la experiencia de la zéosis y nada más.
La argumentología de los Padres de la Iglesia, que es la base por la que intentaron demostrar que el Logos conoce la esencia-usía del Padre y tiene toda la energía del Padre, estaba basada en unos determinados cánones o reglas generales, los cuales siguieron los Arrianos y también los Ortodoxos.
Ambos estaban de acuerdo de que esencia-usía de Dios se discierne de la energía de Dios. Y los dos heredaron de la Parádosis (entrega y tradición divina) el discernimiento entre esencia y energía increadas, es decir, que la esencia increada de Dios es inaccesible, no participada de las creaciones, pero la energía increada de Dios es participada, comulgada por determinadas creaciones. Pero no en todas sus formas -porque la una energía es distinguida en muchas energías parciales-, pero en las que Dios permite que participen las creaciones. Por ejemplo, todas las creaciones participan la energía increada creadora y en la energía increada providencial de Dios (Divina Providencia). Pero sólo determinadas creaciones participan además de las anteriores también de las energías increadas de Dios la gnóstica o la deificante o glorificante zeótica. La energía increada zeótica es la energía mediante la cual el ser humano ve a Dios.
En la tradición Patrística hay dos zéosis o glorificaciones. Una zéosis es esencial, es decir, es de la esencia de Dios. Existe posesión de la esencia de Dios; y en esta participan sólo el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, porque la esencia-usía de la Santa Trinidad es conocida sólo en la Santa Trinidad.
Pero la única creación que tiene participación en esta zéosis o glorificación es la naturaleza humana de Cristo. Por lo tanto Cristo como Dios, pero también como hombre tiene como zéosis la esencia del Dios. Es decir, la naturaleza-fisis humana de Cristo no solamente participa de las energías increadas de Dios sino que participa también de la esencia-usía increada de Dios. Por eso la en Cristo unión de las dos naturalezas, la Divina y la humana es también unión por hipostasis, por esencia-usía y por naturaleza-fisis. Esta terminología uno la encuentra en los Padres de la Iglesia.
Por lo tanto, Cristo conoce la esencia de la Santa Trinidad y Cristo es la fuente la doxa-gloria luz increada de Dios, es decir, es fuente de las energías increadas del Padre y del Espíritu Santo, puesto que existe unión hipostática del Logos con la naturaleza-fisis humana de Cristo. Porque cada persona de la Santa Trinidad es una fuente natural de las energías increadas, debido a que también las tres Personas tienen la esencia-usía increada del Padre.
Por supuesto el Logos y el Espíritu poseen la misma esencia increada del Padre. También junto con la esencia increada tienen la esencial energía y dinami (potencia, poder) del Padre. Y no participan por la jaris (gracia, increada) a la esencia increada del Padre. Porque el Padre los ha dado lo que el mismo tiene. Todo lo que tiene el Padre lo ha dado también al Logos y al Espíritu Santo.
Por lo tanto, el Padre es hipóstasis y tiene el mismo tropo (modo, manera, forma) de Su existencia, que es lo “no nacido o in-nacido”. Pero tiene también Su esencia increada, como también la esencial energía increada de la esencia. En el Logos el Padre es la causa de la existencia del Logos como hipóstasis, pero no es la causa de la existencia de la esencia increada del Logos o de la energía increada del Logos. Porque el Padre ha dado al Logos Su propia esencia increada y la esencial energía increada. Por lo tanto el Logos por naturaleza tiene la esencia y energía increada del Padre. Es decir, hay identidad de esencia y energía increada al Padre y al Logos. Pero el Logos tiene también Su existencia de él Padre. Es decir, la existencia de Su hipóstasis. Pero de distinto tropo (modo, manera, forma) del que tiene la esencia y la energía. La hipóstasis del Logos se nace. Por esta razón por los Padres el tropo modo de existencia de la hipóstasis del Logos como también del Espíritu Santo se discierne de la comunión de la esencia y energía increada. La hipóstasis del Logos se nace de él Padre, en cambio la hipóstasis del Espíritu Santo se procede de él Padre.
Por lo tanto, en las tres Personas de la Santa Trinidad existe κοινωνία (kinonía) comunión o unión de esencia y energía increada, pero no hay comunión de las tres hipostasis. Por eso dicen los Padres que hay comunión de la esencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, pero no hay κοινωνία (kinonía) comunión (pegadas en común) de las Personas. Es decir, las Personas-Hipostasis son ακοινώνητα insociables no comunes. Esto requiere una atención especial, porque hay en circulación escritos que hablan κοινωνία kinonía de comunión (o común, sociabilidad) de Personas de la Santa Trinidad, es decir, de comunión o de lo común de tres hipostasis. Y se está haciendo un intento de edificar a base de esta terminología una sociología de la fe Cristiana. La Santa Trinidad naturalmente no tiene ninguna relación con la Sociología humana. Si creamos una sociología que pretenda tener una relación con las Personas de la Santa Trinidad, deberíamos decir que los Padres enseñan anti-Sociología, es decir, anti-comunión o anti-sociabilidad o no común de las Personas, puesto que lo dicen claramente que las Personas de la Santa Trinidad son ακοινώνητα akinónita no comunes insociables (in-comulgadas no son unidas o pegadas en común).
Arrio estos discernimientos no los aceptaba, debido a que para Arrio existe κοινωνία (kinonía) comunión y unión en la energía, pero parcial. Porque esta κοινωνία (kinonía) no es simplemente una κοινωνία (kinonía) sino una participación. Es decir, el Hijo participa tanto en la Deidad del Padre, cuanto el Padre puede participar al Hijo. Es decir, igual que un hombre que, cuando es deificado o glorificado puede participar de la Deidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, pero el hombre no se convierte en fuente de Dios por esencia. Se convierte sólo fuente por la jaris (gracia increada) la energía increada y por condescendencia; pero nunca por esencia. Por lo tanto, los Santos que llegaron a la zeosis no son la misma cosa con Cristo. Debido a que la zéosis de los Santos es la increada energía y acción de Dios. Sin embargo, la zéosis de Cristo es la esencia de Dios. Pero esta realidad los heréticos no la entendieron.
Dentro de la controversia Arriana salieron algunos marcos o tipos del carácter de la terminología que entonces utilizaron los Padres, los cuales son utilizados también por todos los Padres de la Iglesia después del I Sínodo Ecuménico. Antes de este Sínodo I había ambigüedad sobre estos temas. Pero después del I Sínodo Ecuménico existe una aclaración, pero no completa. La aclaración definitiva se hizo en el II Sínodo Ecuménico, cuando ya es introducido el discernimiento entre esencia-usía e hipostasis. Pero antes de este Sínodo II los únicos que sostenían claramente el discernimiento entre esencia e hipóstasis, como también de esencia y energía increada fueron los Padres Capadocios de la Iglesia (San Basilio el Grande, San Gregorio el Teólogo, san Juan el Crisóstomo, san Gregorio de Niza etc.), mientras que en el resto de los Padres había ambigüedad sobre este tema.
Por esta razón lo ομοούσιο (omousio) consubstancial no fue del agrado de muchos Padres Ortodoxos “conservadores”, los cuales resistieron al consubstancial, porque lo consideraban peligroso, no vaya a ser que su significado fuera identificado con lo ταυτούσιον (taftúsion) que significaría que el Padre se identifica con el Hijo. Porque, cuando fue condenado Pablo de Samosata, en aquella época lo omousio consubstancial significaba ταυτούσιον (taftúsion). Pero con la diferenciación hecha entre esencia y hipostasis, el peligro de lo ομοούσιο (omousio) consubstancial a significar ταυτούσιον (taftúsion) desapareció y a partir de entonces es utilizado el término ομοούσιο (omousio) consubstancial con el sentido de que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo poseen identidad de esencia-usía, pero no identidad o misma hipóstasis. Porque el Padre es hipóstasis, el Hijo es Hipóstasis y el Espíritu Santo es hipóstasis. Las tres Personas tienen común la esencia y la esencial energía increada. Por lo tanto ομοούσιο (omousio) consubstancial no se refiere a la hipóstasis, sino en que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo tienen la esencia-usía común. Así que, una vez que es aclarado este tema de esta manera lo ομοούσιο (omousio) consubstancial fue aceptado también de los Padres “conservadores” de la Iglesia, debido a que aceptaron el discernimiento entre esencia-usía y hipostasis.
Así con todos estos argumentos de los Padres se ve que los Arrianos fueron derrotados suficientemente. Pero después apareció un grupo de Arrianos, los cuales se separaron de la línea de los Arrianos. Estos, más bien, utilizaron argumentos Aristotélicos contra la enseñanza de la Iglesia. Estos fueron el Aetio y el Evnomio o Eunomio. Contra Eunomio ha escrito también san Basilio el Grande, pero principalmente su hermano Gregorio de Nicea, quien ha escrito la mejor y bella obra contra Eunomio. Pero también san Gregorio el Teólogo ataca contra los escritos Eunomio.
Eunomio se separó de su posición de los Arrianos en determinados puntos críticos. A diferencia de la enseñanza de Arrio, Eunomio, quien era obispo de la Iglesia, identificó la esencia increada de Dios con la energía increada de Dios y separó las creadas energías de Dios de la esencia increada de Dios. Es decir, mientras que en Arrio tenemos esencia increada y energía increada que son discernidas entre sí, en Eunomio tenemos esencia-usía increada y energía increada que se identifican entre sí (son la misma cosa), pero se disciernen de las energías creadas. Y de este tipo de energías hay muchas.
Eunomio sostiene que cada energía debe ser simétrica con el resultado. Es decir, tiene toda la dinami (potencia y energía), pero no utiliza toda la dinami que posee, sino que crea energías, las cuales son inferiores de la dinami (potencia y energía) de Dios y las cuales son simétricas con sus resultados. Por tanto la energía que ha traído al Logos en la existencia es la superior energía de las creadas que existe de Dios. Así todas las creaciones entran en un orden bajando hacia las energías cualitativamente inferiores. Según Eunomio siempre, el Logos y el Espíritu Santo no son géneros o especies, pero todas las creaciones son géneros o especies y cada una tiene su propia energía.
San Gregorio de Nicea acusa a Evnomio de que, en vez de tener Santa Trinidad tenemos Santa Quinquena (¡), porque inserta las energías creadas del Logos y del Espíritu Santo. Pero así el Padre pragmático del Logos no es la Primera Esencia, sino que es una energía creada. El Espíritu Santo proviene directamente del Hijo, pero es obra de una energía creada del Hijo. ¡Así primero tenemos a Dios, después la energía “Padre”, después el Logos, después la energía “Logos”, después el Espíritu Santo y finalmente todas las energías de las especies o géneros! En otras palabras Eunomio tomó los relativos pasajes de los Padres y los tergiversó. Dijo que el Dios, del cual según los Padres la energía esencial «se divide sin ser dividida en partes divididas», es una esencia que tiene muchas energías creadas.
Desde el punto de vista de la filosofía Aristotélica, ya que Eunomio identifica esencia increada con energía increada, esto significa que Dios esencialmente no tiene relaciones directas con el mundo, sino que las relaciones de Dios con el mundo se desarrollan mediante las energías creadas. Por lo tanto, ahora se crea una nueva situación, dice Eunomio. De que no es correcto aquello que sostienen Arrio y los Arrianos, es decir, que la esencia de Dios no es conocida. ¡Eunomio sostiene que la esencia de Dios es conocida y sobre todo puede ser también accesible e inteligible o captable!
El mismo Eunomio sostiene que la esencia-usía de Dios es conocida por el Logos. En cambio los Padres son los que añaden que él dijo también que es accesible por el Logos. Efectivamente dijo también que la esencia-usía de Dios es captable y accesible no sólo por el Logos sino también por los hombres. Y esto, porque según Eunomio, el mismo Dios ha revelado los nombres de Su esencia. En cambio el nombre principal de Su esencia es «no nacida αγέννητος-aghénitos». Pero también los “sin principio y sin fin y lo interminable” dice que son también nombres que han sido revelados-apocaliptados a los hombres por el mismo Dios.
Después de todo esto, le toma y le refuta san Gregorio de Niza y le dice: ¿Dónde tú has encontrado lo «no nacida αγέννητος»? ¡Porque este nombre no existe en ninguna parte en la Santa Escritura! Pero también el nombre de “Padre” según Eunomio es un nombre de la energía de Dios y no de la esencia de Dios. Pero Eunomio es acusado de los Padres de que identifica oficialmente el nombre Padre con la esencia de Dios. Pero el mismo dice que lo identifica con la energía de Dios. Qué es lo exactamente ocurre aún nos es conocido.
Por tanto, según Eunomio, Dios tiene muchas energías. El Logos no lo crea o forma con Su energía increada, es decir, por esencia, porque Eunomio no acepta las relaciones por esencia del Padre con el Logos. ¿Pero qué hace? Intercede entre la esencia increada de Dios y la naturaleza del Logos una energía creada. Por lo tanto, después de la esencia de Dios existe una energía creada, la que sigue la esencia increada del Padre y mediante esta energía creada Dios crea (forma o constituye) el Logos. Después intercede también la otra energía creada, la que crea (forma o constituye) el Espíritu Santo. Estas energías son simples energías. Es decir, una energía es para el Logos y la otra es para el Espíritu Santo. Esta es la causa que según Eunomio existe un Logos y un Espíritu Santo.
Pero en lo concerniente a las creaciones, existen según Eunomio muchas energías del Espíritu Santo. ¿Por qué razón? Porque existe una energía creada para cada género o especie. De otra manera no existirían muchos géneros o especies. Igual que existe una energía que trajo en la existencia el Logos, del mismo modo existe el Espíritu Santo, debido a que lo ha traído una energía y existen muchas energías de este mismo Espíritu Santo para el mundo. Porque, si existiese sólo una energía del Espíritu Santo para el mundo, existiría en el mundo sólo un género o especie.
Aquí vemos que la enseñanza Patrística sobre la una sencilla energía increada del Espíritu Santo, la cual «« Se fracciona sin fraccionarse en fracciones o se divide sin ser dividida en partes divididas μερίζεται αμερίστως εν μεριστοίς», en qué estado miserable resulta, cuando esta enseñanza es tomada y tergiversada por la filosofía.
Es por naturaleza imposible para uno tratar de ocuparse con Eunomio, si no conoce bien a san Gregorio de Nicea, porque la controversia entre Eunomio y san Basilio el Grande en algunos puntos no habían sido aclarados. Sólo en la segunda obra de san Basilio el Grande las cosas son aclaradas. Pero esto se ha perdido, pero en su esencia la respuesta a Eunomio se encuentra en san Gregorio de Nicea hermano de san Basilio (debido a la muerte de san Basilio).
ΤΕΛΟΣ ΚΑΙ ΤΩ˛ ΘΕΩ˛ ΔΟΞΑ Fin por la Doxa y Gracia a Dios.
“TEOLOGÍA PATRÍSTICA”, editado por las ediciones ΠΑΡΑΚΑΤΑΘΗΚΗ-parakataziki en Tesalónica, Agosto del año 2004.
Traducido por: Jristos Jrisoulas Χρῆστος Χρυσούλας www.logosortodoxo.com (en español)
1 comentario
Gianluca
17 septiembre, 2016, a las 12:11 am (UTC 0) Enlace a este comentario
¡Si busca la tradición Papista (del cesar papa) o la Protestante, éste título para el Cristo, como médico, no existe en ninguna parte! El Cristo, sólo en la tradición Ortodoxa se le llama “médico de nuestras psiques y cuerpos” (Divina Liturgia).
Yo soy de tradicion occidental y confirmo que la idea de que Cristo es un médico no pertenece a nuesta tradicion. Al mismo tiempo admito que esta idea es la clave para tener una comprension mas profunda y verdadera del Cristianismo (y evitar el moralismo y la teologia filosofica del sistema «escolastico»).
Muy interesante todo el discurso sobre Catarsis, Iluminacion y Zeosis. La Luz de Cristo es percebida como bella por parte de los van a salvarse, mientras es percebida como fuego consumidor por parte de los condenados. Esta idea no existe en la tradicion catolica romana. Es una idea que abre la puerta a un nuevo nivel de comprension. Creo que la primera vez en la que escuché esta frase era cuando vì la pelicula «Ostrov» que trata de la vida de un monje ruso. Se abriò en mi otra manera de percebir las cosas.
Solo los que han alcanzado un estado de iluminacion, por lo menos parcial, en esta vida pueden ver la Luz de Cristo en la otra vida es una idea que nos invita a praticar la Askesis como ensenan los Santos de cada epoca. Es muy dificil de actuar. Espero tener bastante fuerza.
Vuestro sito es muy profundo y iluminador, Qué Dios os bendiga! Os lo agradezo de lo mas profundo de mi corazon!
Gianluca