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Mar 07 2018

Dogmática empírica II – La caída del hombre

 

LA CAIDA DEL HOMBRE

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DOGMÁTICA EMPÍRICA IΙ DE LA IGLESIA CATÓLICA APOSTÓLICA ORTODOXA

 

(Entre comillas «» por Ioanis Romanidis y sin comillas por Ierotheo Vlajos)

La caída del hombre

En el capítulo anterior hemos visto analíticamente cómo fue creado el hombre y la creación, cómo funcionaban la psique y el cuerpo del hombre y quién es el hombre fisiológico después de su creación.

El zeoptis-divino-visionario Moisés en el librο del Génesis no describe sólo en relación de la creación del cosmos-mundo, sino también sobre los acontecimientos de la caída del hombre y las consecuencias de la caída para toda la creación. La creación no tenía la libertad de caer en la corrupción, pero fue arrastrada por el hombre caído. Dado que el hombre está constituido también del mundo sensible o físico, esto conlleva el que ha transmitido las consecuencias en toda la creación.

Antes de la creación, el nus del hombre tenía κοινωνία-kinonía conexión, participación y comunión con Dios y los ángeles, veía la doxa-gloria luz increada de Dios y dentro de esta perspectiva se metamorfoseaban todas las energías de la psique y del cuerpo. Todo tenía un curso, dirección y movimiento hacia Dios. Pero después de la caída estos datos y elementos se invirtieron, ya que el nus oscurecido no dirigía las energías de la psique y del cuerpo, la luz (increada) no resplandecía en la creación.

A continuación veremos qué sucedió después de la caída del hombre.

La vida de los primeros en ser creados antes de la caída

Tanto la situación o estado de los Primeros en ser creados antes de la caída como después de esta, está descrito en el libro del Génesis por el zeoptis-divino-visionario Moisés. El mismo adquirió “ojo espiritual”, vio al Ων (on Ser o existencia) y conoció en Espíritu todos los acontecimientos. A continuación los describió con logos y conceptos creados.

Pero también, antes que Moisés, esporádicamente son descritas situaciones similares por los Profetas y los Padres de antes de la Ley. Y aquellos adquirieron gnosis personal de estos acontecimientos.

Lo mismo se hace también por los Padres a través de los siglos. Leen los acontecimientos de la creación del hombre y de la caída por el libro del Génesis, pero los interpretan dentro de su experiencia personal. En otras palabras, con la experiencia personal que adquirieron, interpretan tanto al hombre antes de la caída como también al ser humano después de la caída.

Sobre el cómo era Adán antes de la caída hay dos tradiciones, la alejandrina y la antioquena. Los dos aspectos están descritos a la obra de san Juan el Damasceno.

«Hay una historia sobre la creación del hombre en el Génesis. Existe una interpretación o hermenéutica patrística de este capítulo de la creación, de la caída, etc.

En la teología patrística existen dos interpretaciones o hermenéuticas de la caída. Una predomina en Antioquía, y es que el hombre cuando fue constituido por Dios le puso en estado de iluminación y ha caído de la iluminación. En Capadocia, Alejandría y en otras partes de la antigua Iglesia existe la tradición de que el hombre se encuentra en estado de zéosis o glorificación. Y en otras tradiciones existe una combinación de estas dos.»

«Algunos Padres de la Iglesia creen que el nus de los Primeros en ser creados estaba en zeoptía visión divina de la luz increada. Esta tradición es de la escuela alejandrina y es muy fuerte. Pero en la teología antioquena había la memoria de Dios, de vez en cuando con la zeoptía, pero principalmente con la memoria y con su propia experiencia de la ascética, y que existen estos dos estadios en la zeoría contemplación espiritual. Un estadio es la iluminación, que es la oración incesante, y el otro es resplandor, visión, expectación, la continua visión que es la zeoptía que es la zéosis (o glorificatió en latín)

«San Juan el Damasceno nos describe los dos puntos de vista y consideraciones y no está a favor de ninguna tesis o posición sobre el tema; deja al lector que escoja lo que quiera.»

«He publicado un estudio que estoy haciendo una descripción de san Juan el Damasceno. San Juan Damasceno describe los Primeros en ser creados de dos maneras: es un caso tienen noerá oración del corazón y en el otro tienen la zéosis. Ahora bien, si tenían la zéosis o la noerá oración del corazón, es decir, si el nus de ellos tenía la memoria de Dios o el nus veía a Dios, son dos tradiciones. Cuál es la correcta no lo sabemos.»

Los Padres de la Iglesia interpretando el libro del Génesis «no se ocupan de Adán como Adán, sino con el nus de Adán, el cual Adán se ha enfermado porque se oscureció su nus». Por eso no son descritos analíticamente varios acontecimientos de la vida de los primeros en ser creados antes de la caída. A los Padres los interesa lo qué pasó después de la caída. En realidad se recalca el estado o situación del nus antes de la caída y su estado después, ya que básicamente el hombre fue creado para la zéosis.

«Esencialmente los santos Padres no se interesaban para los primeros en ser creados exactamente cuándo fueron creados, cómo fueron constituidos y en qué estado se encontraban, etc. ¿Pero qué hacían? Tomaban la experiencia presente de la zéosis y a base de ella hacían interpretación del Antiguo Testamento.

Conocían esta experiencia de la iluminación de los Profetas y del Nuevo Testamento, pero, principalmente de su propia experiencia, porque tenían Padre o Guía Espiritual en estado de iluminación, el cual en efecto, de vez en cuando se encontraba en estado de zéosis. Éste por su propia experiencia tenía hijos espirituales y los conducía de los Profetas del Antiguo Testamento y de los Apóstoles y hacían interpretación o hermenéutica correcta de la Santa Escritura.»

Los Padres de la Iglesia interpretaban las cosas sobre la creación de Adán y Eva y sus vidas en el Paraíso antes de la caída de la experiencia de la zéosis (zeótica) o de la visión, contemplación divina de la luz increada, la cual experiencia tenían los mismos o igual que la vieron los Padres divinizados o glorificados. Es decir, cuando veían santos que se había renovado, restaurado espiritualmente y tenían las experiencias de la iluminación y de la zéosis o glorificación, decían que así más o menos vivían los Primeros en ser creados en el Paraíso. Lo de “vivían más o menos” muestra que ahora con la encarnación de Cristo y la zéosis de la naturaleza humana en la hipóstasis del Logos, fue dada la facultad al hombre a unirse con Cristo y por lo tanto su zéosis sea más fuerte y potente y el divinizado o glorificado vivir el estado superior que aquel que vivía Adán y Eva en el Paraíso.

«Así que, los Padres toman al divinizado o glorificado y al iluminado o al que tiene zeoría contemplación divina tal y como están ahora y proyectan al actual hombre espiritual a la época de Adán y Eva. Es decir, los Padres toman el estado espiritual actual de zeoría que es la noerá oración del corazón y la zéosis, y dijeron que éste es el hombre, esta es la situación caída del hombre y esta es la situación resucitada del hombre. Por lo tanto cuando teologizan sobre Adán y Eva simplemente teologizan desde este punto de vista y aspecto.

Si Adán y Eva tenían oración noerá o la zéosis, es decir, si tenían zeoptía-visión divina u oración noerá, o puede ser que fuera lo uno o lo otro. De todas formas estaban en estado o situación de zeoría contemplación espiritual no hay ninguna duda. Si la zeoría era la memoria incesante de Dios o era zeoptíazéosis de otro tipo, esto es otro tema.»

También se debe apuntar que los Padres de la Iglesia analizaron el estado espiritual de los Primeros en ser creados dentro de la perspectiva de la renovación o reestructuración del hombre, es decir, de la terapia y no por una disposición de curiosidad, científica o espiritual.

«Decimos cómo eran los Primeros en ser creados. Y estaban con la oración noerá o con la zéosiszeoptía. Si estaban exactamente en noerá oración o en zéosis eso es indiferente no nos importa mucho. Aquello que tiene importancia es que el hombre así está y es psicoterapiado, sanado, curado. Y antes de enfermar, en su estado carismático, si estaba así o asá es indiferente. Pero el nus (espíritu de la psique) es un fenómeno antropológico.

Tal y como tenemos células, corazón, arterias, etc., así además de estos el hombre tiene este nus, el cual está oscurecido. Pero el nus no es un fenómeno teológico ni filosófico. Es un fenómeno antropológico, es un órgano, es una parte inseparable de la personalidad humana, igual que los ojos, los dientes, las orejas, la nariz etc. »

El pecado ancestral u original

Existen muchos tropos modos formas y maneras para poder entender en qué consiste el pecado ancestral desde el punto de vista y parte patrístico ortodoxo. A continuación será recalcada la esencia del pecado ancestral. Se han formulado muchas opiniones y puntos de vista en relación a este tema, en el cual se ve la diferencia entre la teología ortodoxa y las demás Confesiones.

La esencia del pecado ancestral es mucho más profunda de la que por costumbre se atribuye. En Principio los santos Padres enseñan de sus experiencias, de que el hombre tiene dos tipos de memoria, es la memoria de las células del cuerpo que ayudan a su funcionamiento bueno, y la memoria del corazón, en el cual se subscribe el nombre de Dios y se hace la noerá oración del corazón incesante.

«Hoy en día los científicos conocen que en el interior del hombre existen dos memorias. Existe la memoria celular que se llama DNA, que es como una cinta de un radio-casete y opera la renovación de las células del hombre con programados desarrollos de la célula. Y como existe la memoria, las células saben lo que hacen, es decir, saben cómo multiplicarse, como un ordenador electrónico, que realiza esta obra de la multiplicación de las células.

Aquí tenemos algo extraño, es decir, algo que se divide indivisiblemente (en individuales sin fraccionarse). Esta cosa es muy extraña, porque se parece al misterio de la presencia de Dios en el mundo que describen los Padres de la Iglesia, de que Dios se fracciona o se divide o indivisiblemente en los fracciones o (individualidades).

Esto lo hacen más o menos las células. Una célula se multiplica sin la misma perder su identidad, porque cada vez que se multiplica cada célula, es la célula entera, y son todos genes, todos lo mismo etc. Y dentro de estas células existe el DNA, el cual planifica todo este desarrollo y multiplicación de las células, etc. Esto no se podría hacer por la célula si no fuera constituida con memoria. Hay un sistema mnemónico o memorial en su interior que garantiza el desarrollo correcto de todas las existencias biológicas del mundo, de todos los animales.

Además de esta memoria que tienen las células, tenemos también la memoria que tiene el cerebro; la memoria que existe en la materia gris que tiene el mundo animal y el hombre. Incluso el mundo físico tiene memoria.

Ahora bien, además de estas memorias que conoce la ciencia hoy en día, en la tradición ortodoxa hay también la otra memoria que es la memoria incesante de Dios que su sede está en el corazón del hombre, pero es un sistema memorial que ha cesado de funcionar a causa de la caída del hombre. Y cuando los Padres hablan de caída, dan a entender una terminación del sistema memorial que había en los Primeros en ser creados.»

«La esencia del pecado ancestral es que el Dios ha creado al hombre con dos centros en su personalidad. Un centro es el sistema neurológico. En cabeza del sistema neurológico es el cerebro (enkéfalo), decir, la esencia gris que conecta con todo el sistema neurológico del hombre y dirige las relaciones del hombre hacia fuera de sí mismo. Después existe también el sistema celular del ser humano que finalmente ahora sabemos de los biólogos que constituye todo un sistema entero, es decir, como un ordenador de la memoria celular.»

Además de este centro de la personalidad humana, hay también otro centro que su sede está en el corazón, es el centro espiritual de la personalidad humana. Así que la caída del hombre es el cese de su sistema memorial espiritual. Esto tuvo consecuencias éticas, pero también fue y es un problema ontológico.

«Muchos hoy en día consideran la caída como una caída moral, en cambio cuando san Simeón el Nuevo Teólogo habla sobre la caída, no da a entender la caída moral, porque san Simeón el Nuevo Teólogo no tiene o no entiende de moral; él es asceta. Enseña la ascética y no la ética y piensa ascéticamente y no moralmente. Entiende que los hombres no tienen noerá oración del corazón; esto da a entender.»

Este finiquito o cese del sistema memorial del corazón, por los Santos Padres se llama “oscurecimiento del como imagen”, “oscurecimiento del nus” “nus imprudente”. En todos los escritos patrísticos el tema de la caída es el hombre que tiene el nus oscurecido, entenebrecido. “El hombre caído es el que tiene el nus oscurecido; se acabó”.

Simultáneamente este nus caído es caracterizado o calificado como “in-energizado, inoperativo”, es decir, ha dejado de funcionar fisiológicamente, tal y como fue creado de Dios.

Tal como se dijo anteriormente, los Santos Padres estudiaban “la descripción histórica de la caída que refiere la Santa Escritura”, pero interpretaban estos acontecimientos medio de sus experiencias personales, ya que conocían qué es el nus iluminado.

«La iluminación del hombre es el residir del Espíritu Santo en el corazón del hombre, entonces el hombre se convierte en templo del Espíritu Santo y el mismo Espíritu Santo (increado) de Dios energiza, opera (con la energía increada) en el nus (espíritu creado de la psique) del hombre y lo ilumina.»

«Pero nosotros, ¿cómo sabemos que el nus de Adán fue oscurecido? Simplemente porque conocemos que nosotros mismos ahora tenemos nus oscurecido».

Entonces, la experiencia del nus oscurecido y del iluminado condujo a los santos Padres a interpretar tanto la situación de antes de la caída como también de la post caída de Adán. Esto es importante e imprescindible ser recalcado para que percibamos y entendamos que los santos Padres no hablaban filosóficamente ni fantasiosamente o imaginativamente, sino empíricamente.

Después de esta explicación se debe localizar en qué consiste lo inoperativo y oscurecido del nus, es decir, investigar lo qué es “nus in-energizado o inoperativo”.

El nus del hombre, tal y como fue creado de Dios, debería moverse hacia Él, ser distinguido por el llamado “movimiento sobrenatural”. Pero con la caída ha perdido este movimiento sobrenatural y se mueve “por el natural” y “el contra natural”. Es decir, la energía del nus es defectuosa y esto se manifiesta y se expresa por lo que el hombre se convierte y se hace fílaftos (ególatra, excesivo amor a sí mismo y al cuerpo), gira hacia su cuerpo en vez de tener agapi incondicional, desinteresada, tiene agapi interesada, egocéntrica.

«En la situación o estado de caída existe el nus y este nus está in-energizado o inoperativo, tiene energía mínima, embrionaria y esto debe ponerse en funcionamiento».

In-energizado nus o inoperativo se dice cuando el nus no funciona correctamente.

«La responsabilidad de la caída del nus está en nosotros, es decir, cuando el nus ha dejado de funcionar. Esta es la caída.»

El funcionamiento no fisiológico del nus significa que no recibe la energía increada de la Luz increada de Dios, entonces el nus se obscurece y por eso hablamos de oscurecimiento del nus, que es la cualidad o atributo más característico de la caída. Nus oscurecido significa que la energía noerá del corazón del hombre no opera ni funciona correctamente. Y esto es el pecado. “Pecado es el oscurecimiento del nus, la oscuridad o tiniebla en el interior del corazón del hombre. Todos los Padres hablaron sobre el oscurecimiento del nus.

«Leed cualquier Padre que queráis; todos se refieren a los primeros en ser creados y a los sucesores de ellos, que tienen el nus oscurecido, se ha oscurecido el nus de ellos. Lo decimos también en el Himno Acathisto. De todas formas este nus oscurecido es la diagnosis, de que el nus se oscurece y la terapia es la iluminación de este nus.»

Los deificados, que alcanzaron la zéosis, interpretan el pecado como enfermedad.

«En la tradición de Agustín apareció el pecado de una forma moral, en cambio en los Padres de la Iglesia el pecado tiene forma de enfermedad y aparece la eliminación del pecado en forma de terapia. Por tanto, tenemos enfermedad y tenemos terapia. El pecado es enfermedad del hombre, no es una trastada o travesura del hombre, el cual no obedece a Dios como un subordinado, etc… Porque el pecado no es praxis y transgresión de los mandamientos de Dios, como se hace con las leyes del estado etc. Existen leyes, un transgresor de la ley deber ser castigado por la ley etc. Agustín entendió el pecado de esta manera, es decir, que el Dios ha dado mandamientos, el hombre ha transgredido el mandamiento de Dios y analógicamente fue castigado.»

Los Padres conocen que con la caída el hombre se ha enfermado, ya que la enfermedad es el oscurecimiento y mal funcionamiento del nus (espíritu de la psique). Por eso hablan de diagnosis y terapia.

«La diagnosis es que el hombre sufre de esta enfermedad que se llama pecado, que es el oscurecimiento del nus; este término “oscurecimiento del nus”, uno muchas veces encuentra esto continuamente en los Padres. A donde quieras leer algo de cualquier Padre, todos hablan sobre el oscurecimiento del nus.

Por tanto, este oscurecimiento del nus es el diagnostico. ¿Y la terapia qué es? Es la iluminación del nus. Tenemos oscurecimiento e iluminación; es la misma terminología. Oscuridad y luz, este es todo el tema.»

Como Dios es Luz increada y la falta de Luz crea oscuridad, por eso cuando el nus no es iluminado de Dios se oscurece, es decir, se entenebrece, está negro.

«¿Qué es la diagnosis? Es que el corazón del hombre se ha oscurecido. Es decir, esto que llamamos nus en el lenguaje posterior de los Padres, este corazón se ha oscurecido y a causa de la caída ha perdido la memoria de Dios, etc. y debe volver la memoria o recuerdo de Dios.»

Existe una analogía entre el nus y la lente del telescopio. Cuando la lente del telescopio tiene problema, no puede pasar la luz dentro de este y el hombre pueda ver. Así también cuando el nus del hombre se oscurece, el hombre no puede ver a Dios.

«Los ojos increados que tiene el hombre, es decir, la Jaris (energía increada gracia) que habita en el nus, en el corazón del hombre, pues, esta jaris increada se ha ennegrecido por las manchas en la lente que se llama nus. Y como en este telescopio la lente no está pulida ni abrillantada, por eso la luz no brilla mediante esta lente o no deja pasar la luz para que uno pueda utilizar el telescopio y ver correctamente las estrellas.

De modo semejante sucede con la lente que se llama nus o corazón del hombre que se ha ennegrecido y por eso el hombre no ve la divina Jaris energía increada o la realeza increada de Dios que está en su interior. Y esto se llama ceguera. El hombre está ciego, fue creado para estar viendo a Dios, pero no Le ve. Por lo tanto, desde este aspecto el hombre está ciego y no ve la Luz increada.»

Cuando hablamos de oscurecimiento, ennegrecimiento del nus, no damos a entender el oscurecimiento de la lógica. En el capítulo anterior se ha hecho un discernimiento entre nus y logos (lógica); así que con la caída de Adán a la lógica no le ha pasado nada, sino al nus.

«El nus estaba en zeoptía-conexión y visión con la divina Luz increada y se obscureció, no la lógica. Y el que tiene conocimiento de la ciencia moderna, ve que el hombre en su cerebro funciona muy bien.

El hombre, mientras que puede ser muy inteligente según su lógica, se ve que a causa de la caída de los Primeros en ser Creados no parece que haya sufrido algo, porque cuando los Padres dicen que se oscureció el nus, no dan a entender la lógica del hombre. Si el nus se identifica con la lógica, uno llegará a la conclusión que, si se había oscurecido el nus hace tres millones de años, cuando el hombre tenía la cabeza pequeña con volumen de setecientos centímetros cúbicos, mientras que ahora tiene mil cuatrocientos, pensará que hemos comenzado con el nus obscurecido y ahora está muy iluminado de lo que estaba al principio.

Cuando los Padres dicen que el nus de los primeros en ser creados se ha ennegrecido u obscurecido, no dan a entender el logos o lógica del cerebro mente, sino otra energía de la psique que tiene como centro el corazón (espiritual).

Uno puede ser una persona muy importante en las ciencias positivas, pero desde el punto de vista de la teología es analfabeto, porque su nus está ennegrecido u obscurecido. Su lógica está iluminada pero de las ciencias positivas. Por lo tanto, a causa de la caída del hombre, su lógica no le ha pasado nada. Aquello que sufrió daño es el nus del hombre, el nus se ha obscurecido o ennegrecido.»

Los Padres conocen el oscurecimiento del nus incluso de sus experiencias, pero también de su experiencia pastoral cuando conducen y guían sus hijos espirituales. Por lo tanto, desde este aspecto, los hombres se separan en aquellos que tienen el nus obscurecido y en los que tienen el nus iluminado.

Junto con el oscurecimiento del nus, el pecado ancestral es también confusión del nus con la lógica, los pazos y el ambiente. El nus antes de la caída se movía con ímpetu hacia Dios, libre de la energía de la lógica, de los pazos y del ambiente, pero cuando permaneció inoperativo e in-energizado se identificó con la lógica, los pazos y el ambiente. Esto caracteriza la caída.

«Después de la caída el nus está obscurecido. ¿Por qué? Porque está lleno de loyismí. ¿Cuándo sucede esto, o sea, oscurecerse el nus por los loyismí? Sucede cuando los loyismí de la diania (cerebro, mente, intelecto) bajan al corazón y se convierten en loyismí del nus. Es decir, existen loyismí que no deben estar allí, porque pertenecen al campo de la lógica-diania. El nus debe estar totalmente vacío de loyismí, de modo que pueda venir el Espíritu Santo a residir y permanecer en el interior del hombre.

La caída del hombre desde el punto de vista patrístico es la identificación de las energías del nus con las energías de la lógica (diania).

Cuando el nus sea oscurecido, entonces el oscurecido nus con su energía se identifica con la lógica y los pazos.»

Cuando la noerá energía no funciona correctamente, entonces es engañado y vaga por aquí y por allá y se ha fusionado con la lógica del hombre, es decir, esta energía del nus la llamaron “noerá energía”, y es el nus del hombre y no es logos del hombre.

El nus en este estado no trabaja, sino que se ha hecho cautivo de la lógica, es decir, de los loyismí, entonces no funciona regular, normal.

Por lo tanto, pecado ancestral u original es el nus inoperativo o in-energizado, el oscurecimiento del nus y su identificación con la lógica, los pazos y el ambiente.

Consecuencias de la caída

Las consecuencias de la caída no son simplemente éticas, espirituales, psicológicas y sociales, sino antropológicas, ontológicas. Como el nus se distorsiona, por eso se cambian todas las fuerzas psíquicas del hombre. Cuando el nus que dirige al mundo psíquico interior del hombre, se hace inoperativo o in-energizado y oscurecido, entonces se desorganiza también toda la composición psíquica del hombre. Entonces el hombre se convierte en enemigo de Dios. El apóstol Santiago habla sobre los enemigos de Dios “¡Oh psiques-almas adúlteras y traidoras! ¿No sabéis que la amistad del mundo pecaminoso es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo pecaminoso, se hace enemigo de Dios” (St 4,4). Según la interpretación patrística no es el Dios enemigo del hombre, sino el hombre se hace enemigo de Dios.

«El hombre se hace enemigo de Dios por el oscurecimiento del nus. Cuando el nus está oscurecido, entenebrecido, entonces queda inoperativo, no funciona, está in-energizado. Este hombre que tiene el nus oscurecido, es enemigo de Dios, en el sentido que no realiza la voluntad de Dios y esto sucede porque se encuentra dentro de la tiniebla, en la oscuridad.»

Después, al hombre que la energía noerá no funciona o funciona embrionariamente está enfermo y esclavo de del pecado.

La consecuencia básica del pecado ancestral fue la muerte, según el logos de Dios a Adam: “Y el Señor Dios dio a Adam este mandamiento: «De cualquier árbol del jardín podéis comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comeréis, porque el día que comiereis de él, por la muerte moriréis, es decir, perderéis el derecho de la inmortalidad, moriréis somáticamente o corporalmente y os separaréis de mi que os he dado la vida” (Gen 2,16-17).

Así que después del pecado vino en la existencia del hombre la muerte, primero la espiritual que es la pérdida de la Χάρις jaris (energía increada jaris) y después la muerte somática o corporal. La muerte espiritual es el oscurecimiento del nus y la interrupción de la relación del nus de la psique con el Dios.

«Muerte de la psique es la falta de la zéosis, que significa θεοπτία-zeoptía percepción y visión de la Luz increada».

El nus dejó de moverse hacia Dios, cesó de ser iluminado por la Luz increada de Su doxa-gloria, se obscureció y transmitió este oscurecimiento también al cuerpo y en toda la creación.

Después del pecado, por la Providencia particular de Dios, Adam y Eva se vistieron las prendas de piel. Según la enseñanza patrística las prendas de piel es la corrupción y la forma de vida de los animales irracionales, o sea, con los instintos animales. Así que la forma de concepción, gestación y nacimiento del hombre está incluida en las consecuencias de la caída. Era natural que la muerte psíquico-espiritual fuera transmitida también al cuerpo, así el hombre ha probado qué significa muerte corporal o somática.

«El Dios no es el causante de la muerte. El hombre ha traído la muerte de sí mismo, por la razón de él ha separado el sí mismo de la doxa increada Dios, que es la fuente de su vida. Por consiguiente, el Dios no impuso la muerte al hombre como castigo de cualquier culpa hereditaria. Más bien el Dios permitió la muerte a causa de Su bondad y agapi (amor incondicional, energía increada), así de modo que el pecado y el mal al hombre no se conviertan y sean inmortales.»

Así también la muerte es enfermedad, pero también la vejez que conduce inevitablemente a la muerte es enfermedad. Esto ya hoy en día es sostenido también por la ciencia.

«Finalmente se ha demostrado que la vejez es enfermedad, no es fisiológico al hombre doblarse, envejecerse. Y hoy en día con experimentos se han conseguido cosas espectaculares, que cortan trozos de los animales, de sus glándulas, los ponen en los congeladores, calculan los años que vive un animal que puede ser 15 años. Después de diez años sacan las glándulas y así consiguen alargar la vida de algunos animales del experimento, es decir, alargan la vida del hombre 30% 50%. Y ahora los gerontólogos te están diciendo si la muerte es enfermedad; es decir, se ha demostrado que la vejez es enfermedad».

«Aquí tenemos el fenómeno extraño, que las células normales por regla general se multiplican y se renuevan cada siete meses. Cada siete meses todas las células del cuerpo han cambiado, excepto las células de los huesos que sufren un cambio completo cada siete años. Mientras que en una parte cambian cada siete días y a la otra cada siete años y tienen una renovación plena, excepto las glándulas. Y aquí está el fenómeno extraño: las glándulas no se renuevan, sino que se mortifican poco a poco, mueren.

Y ahora en la gerontología, hace más o menos 12 años (1980) que se ha desarrollado esta ciencia, se ocupan de la vejez y de la muerte, quieren ver si son fisiológicas o son enfermedades. A lo que respecta a la vejez, han llegado a la conclusión de que es una enfermedad. Sobre la muerte no están seguros si es enfermedad o muerte o es un fenómeno fisiológico. Sin embargo, la vejez no es un fenómeno fisiológico. Y esto se deduce porque controlan la vejez del hombre, se ve de las glándulas. Allí no se hace renovación de las células. Mientras que todas las demás células se renuevan, cambian cada equis tiempo, incluso hasta la sangre, todo cambia, se hace renovación plena y no se ve la diferencia de las células de un hombre de ochenta años y de uno de veinte años, las células son las mismas, pero las glándulas sufren un debilitamiento.

Así que, todos estos experimentos les han convencido que la vejez es una enfermedad que concierne el sistema de las glándulas. Y una de estas glándulas es el cerebro del hombre, es una parte del sistema neurológico del hombre. Por lo tanto, esto que continuamente decían los Padres de que la muerte y las vejez es una enfermedad, la mitad casi se ha demostrado y ha sido aceptado, mientras que antiguamente, leían algún Padre de la Iglesia que decía que estas cosas son enfermedad, pero ellos decían que es una situación fisiológica. Hoy en día se ha demostrado que la vejez es una enfermedad, no es un estado fisiológico. Por consiguiente, los Padres en este aspecto también demostraron que son modernos. Nunca aceptaron la vejez como un desarrollo fisiológico, sino como una enfermedad del hombre. Los Padres aceptan la muerte como una situación anormal, no natural, mientras que los gerontólogos están discutiendo este tema.

En el hombre existe el DNA, que es una cinta espiral. En cada célula existe el DNA y se hace la multiplicación también del DNA junto con la célula, cuando se multiplican las células. La teoría dominante de ahora es que esta cinta, es como la cinta de un ordenador, es decir, una maquina del tipo que la cinta tiene cierta longitud y cuando corre la cinta se acaba también. Por tanto, de esta manera corre la vida del hombre, se multiplican continuamente las células, etc., y cuando acaba la cinta de la multiplicación, el hombre muere.

Sí es verdad, el hombre está programado y cuando termina, se acabó. Excepto si muere por un accidente de coche o cualquier otra complicación en el cuerpo, pero existe la muerte fisiológica, es decir, del viejo anciano».

Los justos y los Profetas del Antiguo Testamento, a pesar de que llegaban a la zeoptía-visión de la divina Luz increada o de Dios, sin embargo esta situación era provisional, porque la naturaleza humana antes de ser tomada por la naturaleza divina en la hipóstasis del Logos de Dios, estaba enferma y no podía detener y mantener por mucho esta Jaris (energía increada, gracia) de Dios. Así también los justos y los Profetas morían corporalmente y también psíquicamente, porque bajaban al Hades, al espacio de la muerte.

«Los que vieron la doxa-gloria luz increada del Logos, morían psíquica y corporalmente.»

La herencia del pecado

Los Padres de la Iglesia, cuando hablaban sobre la herencia del pecado ancestral, no dan a entender la herencia de la culpa de los Padres ancestrales, o sea, el pecado ancestral no era un ataque u ofensa a Dios, sino enfermedad del hombre. El hombre se alejó de Dios, con la consecuencia, como hemos visto, que la psique pierda la Jaris (energía increada gracia) de Dios y el cuerpo morir.

También hemos visto que el cuerpo del hombre fue creado de la tierra y la psique fue creada por el soplo del aliento de Dios. Esto se repite con la concepción de cada hombre. San Máximo el Confesor enseña que la psique y el cuerpo de los hombres se crean por Dios simultáneamente, pero cada uno de forma distinta; es decir, de una forma es el nacimiento del cuerpo de la materia sujeta, y de otra forma es el nacimiento de la psique que resulta del soplo divino y vivificante. Esto significa que la psique está limpia, el nus está iluminado, pero el cuerpo hereda de los padres la corruptibilidad y la mortalidad, es decir, la vejez y la muerte. Es cierto que la creación y la unidad psique y cuerpo, existe simultáneamente con la concepción del hombre.

Así que, la herencia del pecado ancestral en realidad es la herencia de las consecuencias de la caída, que es la corruptibilidad y la mortalidad, las llamadas “prendas de piel”. Desde la muerte corporal, que se encuentra en las células, se distribuye la parte pasional de la psique, durante el crecimiento del hombre, y así se desarrollan los pazos somáticos, corporales y se oscurece, entenebrece también el nus del hombre.

Es característico el logos del Apóstol Pablo: “Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi nus (espíritu de la psique), y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.  ¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?” (Rom 7, 22-24)

En el pasaje del Apóstol Pablo se ve claramente que el nus se satisface con la ley de Dios, pero la otra ley, la ley de la muerte del cuerpo se opone a la ley del nus y le cautiva; así los pazos de la φιλάργυρία filarguiría-avaricia o amor, codicia al dinero, de la φιληδονία filidonía amor al placer o al hedonismo y el de la φιλοδοξία filodoxía amor a la gloria vanidosa, que conectan con la corruptibilidad y la mortalidad, cautivan, oscurecen y entenebrecen el nus del hombre.

Se ha recalcado en el capítulo anterior que el hombre dispone de memoria de corazón-noerá y de memoria del cerebro. Por lo tanto la memoria del cerebro que conecta con las células neuróticas y con el desarrollo del cerebro, se desarrolla poco a poco, en cambio la memoria del cordial del corazón/nus existe desde el principio de la existencia de la psique del hombre.

«La Panaghía-Santísima en la edad de tres años alcanzó la zéosis. El niño pequeño es susceptible. Aún no ha sufrido el endurecimiento del corazón, no se ha hecho vil. La caída del niño se hace por el ambiente, por los padres, por los tíos, por los amigos, etc. Si el niño está en un ambiente bueno, este niño puede crecer sin problema, con la noerá oración del corazón. El niño tiene menos problema que los mayores. Aprende más rápido. El niño lo destruye el ambiente.

Por eso los Padres recalcan que cada uno nace como Adán y Eva, y cada uno pasa por la misma caída. El oscurecimiento del nus se hace en cada uno. En el embrión donde está el nus del hombre aún no está oscurecido el nus. Cada uno sufre la caída de Adán y Eva a causa del ambiente.»

La herencia del pecado original o ancestral, según los Padres, es principalmente la herencia de las consecuencias de la caída, que es la corruptibilidad, la pasionalidad o emocionalidad y la mortalidad, cosa que tiene consecuencias también en la psique.

«Nuestra percepción sobre el pecado original, sobre la herencia etc., es lo que es en la ciencia médica de hoy en día, por ejemplo, ahora con el DNA. Y ahora han encontrado la forma de verificar los defectos hereditarios por la escalera helicoidal del DNA, etc., pero saben también la composición del DNA, qué elementos deben encontrarse y saben el seguimiento que debe haber. Y cuando examinan hombres que nacen con seis dedos en las manos y en los pies o con tres ojos, con un ojo, con media nariz, sin orejas, etc., examinan la composición de la célula y ven la anomalía que hay en el DNA, por eso ha nacido de esta manera el hombre.»

Por consecuencia, la introducción de la muerte en nuestra vida no se hizo como castigo de Dios, sino que fue como resultado de la pérdida de la divina Jaris (energía increada gracia), como alejamiento del hombre de la Luz increada de Dios y como enfermedad de la naturaleza humana, y como enfermedad necesita terapia. Aquí está sostenida toda la instrucción pastoral de la Iglesia Ortodoxa.

Al contrario, en Occidente, que se influenció también en este tema por Agustín, “al que consideran como el mayor teólogo, el mayor estudioso de la divina Jaris (Gracia), sobre la caída etc.,” la herencia del pecado ancestral fue interpretado totalmente de distinta manera, con el resultado que fuera alterada la instrucción pastoral de la Iglesia. Agustín tuvo puntos de vista e ideas platónicos sobre la creación y la caída del hombre.

«Agustín, en principio comienza con presuposiciones platónicas, abandona algunas tesis de los platónicos y después intenta adaptar otra vez a Platón en el Cristianismo. Por lo tanto, ya sus contradicciones son inevitables.

Agustín introdujo en el dogma de la Santa Trinidad las percepciones platónicas. Introdujo la idea de que Adán y Eva tenían plena y toda la gnosis humana que uno puede tener. Por supuesto ya que para Agustín la gnosis humana consiste en contemplación de los arquetipos y cuando uno conoce los arquetipos conoce a Dios, entonces conoce la esencia de Dios. Adán y Eva conocían todos los arquetipos, por tanto tenían la gnosis que puede tener un hombre.

E imaginaron los occidentales que los Primeros en ser Creados eran hombres perfectos, pero perfectos según el modo platónico. Es decir, cuando los Primeros en ser Creados perdieron la memoria de estos arquetipos, por eso Agustín en toda su vida daba importancia en la memoria del hombre. Cree que dentro en la memoria de los hombres está impresa la memoria sobre la gnosis de Dios. Ahora bien, cómo combina estas cosas con la enseñanza sobre preexistencia de la psiques, la que al final rechazó, esto es un gran problema en el pensamiento de Agustín.

La iluminación del hombre según Agustín, significa simplemente que el nus debe conocer los arquetipos, esta es la iluminación. Y después la zéosis del hombre según él, es cuando el hombre se ha deificado y ve directamente con la lógica (intelecto) los arquetipos.»

Luego Agustín, según las percepciones de Platón, considera que al hombre después de la caída se añade la parte pasional de la psique, es decir, lo anhelante y lo irascible.

«Agustín tiene esta idea, de que el hombre era perfecto y tenía la divina Jaris (energía increada gracia), no tenía la parte anhelante e irascible en la psique, y la parte logística-racional se encontraba en efdemonía-dicha o placer, etc. Pero a causa de la caída aparece lo anhelante y lo irascible de la psique.»

A continuación enseña que el pecado ancestral fue asalto y ofensa a la justicia de Dios y por eso el hombre fue castigado. La muerte no la toma como enfermedad, que fue resultado de la perdición de la vida divina, sino como castigo de Dios al hombre.

«Lo que tiene importancia es que Agustín piensa que la muerte es como castigo de Dios. Todos son castigados de Dios, porque tienen la culpa.»

Con estas condiciones y presuposiciones debemos ver el punto de vista de Agustín sobre el pecado original como ofensa a la justicia divina, como también la interpretación jurídica e inculpación del pecado, el cómo esta culpa ha pasado al género humano y cómo este punto de vista y aspecto se conecta con el destino absoluto.

«Según Agustín, cuando Adán y Eva pecaron contra la justicia de Dios y ofendieron a Dios infinito. Por consiguiente, ya que todos heredan el pecado el pecado de Adán y Eva, la culpa, esto significa que todos deben ser castigados según el merecimiento y valor. Por lo tanto, por merecimiento y valor estamos castigados de Dios, sin embargo como Dios así lo quiere entre estos condenados al Infierno eterno, ha escogido un grupo para la salvación.

Entonces de esta manera, aquellos que no han sido escogidos para la salvación no pueden tener ninguna queja, porque son castigados por su valor y merecimiento. Entonces también deben alegrarse porque predomina la justicia divina. Pero aquellos que se salvarán ellos tampoco pueden decir que se salvarán por su merecimiento y valor, porque la salvación para ellos es absolutamente gratis, sin ningún valor y merecimiento de parte de ellos. Entonces ellos no pueden jactarse.

Dentro de estos marcos, una muestra de que uno está predestinado, es que es buena persona. Es decir, para los Protestantes, significa que es continente, no roba, no miente, no va con mujeres y es buena persona. Así separan los hombres en buenos y malos.

Además de esto, principalmente en el mundo anglosajón y entre los Francos, a causa de la enseñanza de Agustín, hubo también el apoyo al racismo; por lo tanto, destinado para la salvación, digamos, debe ser blanco, alto, rubio, etc… es decir, una persona bonita. Uno si en su cara es feo, pobre, desgraciado, un villano, un esclavo o sirviente, un inválido, etc. para los Francos no es posible que sea predestinado.»

Es normal entonces que los puntos de vista y opiniones de Agustín sobre pecado original o ancestral han sido conectados con la teoría sobre el destino absoluto del hombre, que tergiversa, distorsiona la agapi de Dios hacia el hombre, la finalidad del sacrificio crucificante de Cristo y toda la pastoral de la Iglesia.

«Todos fueron castigados de Dios, porque todos tienen la culpa. El problema es cómo tienen la culpa, o sea, es la culpa hereditaria de forma biológica o si la culpa es de forma representativa, donde Adán y Eva, como representantes del género humano, pecaron y, por consiguiente, no fueron castigados solamente los representantes sino también el género humano.

Otra aproximación es que simplemente como representantes han perdido algo en perjuicio del género humano. Tal y como un padre hace tonterías y pierde su fortuna y causa del padre ya los hijos nacen pobres. Son hijos pobres, porque el padre que era rico ya ha perdido su fortuna. Existe también esta percepción. Depende de lo que cada uno quiere sacar de Agustín sobre estos temas. Pero aquello que tiene importancia desde el aspecto de Dios, es cómo son estos temas.

Agustín acepta la enseñanza sobre el destino absoluto. Entonces, introduce la idea que todos los hombres, según su valor y merecimiento, están condenados para el infierno. Esta condena es según el valor del hombre. Pero Dios, que es también agapi no deja que sea perdida su obra totalmente y ha predestinado ciertos hombres para la salvación. Una parte de la humanidad está predestinada para la salvación.

Pero esta predestinación sobre una parte de la humanidad, no se debe en merecimientos y recompensas del hombre, porque, según su valor, los hombres deben ir al Infierno. Por lo tanto, aquel que recibirá la divina Gracia para salvarse, no puede jactarse de que con sus obras se ha salvado, sino que ha sido salvado por la predestinación que tiene de Dios, con la voluntad. Por eso debe ser humilde, estarse quieto y no creer que él es mejor que los demás desde el aspecto de valor. Pero si un hombre que no está predestinado, tampoco éste debe tener queja alguna, porque éste es castigado por su valor y merecido.

Desde este punto de vista y aspecto, Agustín tiene otra idea curiosa, de que, cuando decimos que Dios ama los pecadores, no significa que Dios ama a todos los pecadores. Simplemente que Dios ama aquellos pecadores que están predestinados. A los otros pecadores no los ama Dios; por tanto Su agapi está limitada.

Adán y Eva pecaron y la culpa pasó en todo el género humano. Y a causa de esta culpa, cada hombre merece el infierno. Por tanto, si existen algunos que están predestinados para la salvación, a estos los ama porque así lo quiere. Los otros no pueden tener queja alguna, porque son castigados según su valor y merecimiento. No pueden exigir salvarse, porque según el valor y el merecimiento de ellos están perdidos. Porque están perdidos a causa de Adán y Eva.

Los que se salvan, son salvados no por su valor y merecimiento, sino a causa de la agapi de Dios que los ha escogido. Por eso no deben enorgullecerse, sino tener humildad. Así se ha creado la curiosa distinción de que Dios ama a los pecadores que están predestinados. No los ama como pecadores, sino como si fueran hombres perfectos. Porque Dios no ama a los pecadores.

Luego, el Cristo ha muerto para que se salven los hombres. Pero el Cristo no ha muerto para todos los hombres; ha muerto para algunos. Estos pasajes existen en los textos de Agustín y a causa de estos pasajes los Francos tienen una fuerte tendencia en creer al destino absoluto.»

Si uno coteja y compara estos puntos de vista y aspectos de Agustín con toda la enseñanza de los Padres, tal y como sinópticamente se ha expresado anteriormente, ve claramente la diferencia. El Dios ama justos e injustos, pero se salvarán los que se sanan, se psicoterapian y los que corresponden libremente a la agapi incondicional de Dios y adquieren agapi incondicional, altruista o desinteresada; esto se hace con la potencia de la energía increada de CristoDios.

Antiguo y Nuevo Adán

La caída de Adán ha provocado enfermedad en toda la humanidad y la humanización o encarnación del Hijo y Logos de Dios, el nuevo Adán, Él ha sanado, terapiado la naturaleza humana. Esta es la enseñanza básica de la Iglesia sobre caída del hombre y su terapia.

En nuestro interior tenemos la enfermedad del antiguo Adán, como caída de la Luz increada de la doxa-gloria de Dios y como oscurecimiento del nus, pero debemos percibir y sentir también la vida del nuevo Adán como nuestro retorno a la perspectiva de la iluminación y la zéosis.

«Uno no puede hacerse Cristiano, decimos nosotros los Ortodoxos, si cada uno no destruye de su interior al antiguo Adán. Debe convertirse y hacerse nuevo Adán para poder ser un ser humano correcto. Lo dicen los Padres. ¿Pero cómo se hace nuevo Adán? ¿Cómo se destruye el viejo Adán? Al antiguo Adán fue oscurecido el nus, y por eso se hizo lo que se hizo antiguamente.

“Antiguo hombre” significa el hombre aquel que no se ha convertido en nuevo hombre en Cristo. Por tanto ya que es antiguo hombre, significa que no es cristiano es antiguo hombre.

La vida inicial de Adán era vida de la iluminación y de la zéosis. Con el pecado el hombre ha perdido el “como semejanza” y se ha ennegrecido, oscurecido el “como imagen” y el hombre ha caído de la vida divina. Ahora se requiere pasar a través de la catarsis del corazón, llegar a la iluminación del nus y experimentar y vivir la zéosis. Esto lo vemos en la vida de los Santos, pero se ve más claro aún en los Mártires.

«Los mártires son los que habían alcanzado a la noerá oración del corazón o de Jesús, tenían memoria perpetua de Dios, funcionaba ortodoxamente su nus (espíritu de la psique), es decir, el corazón de ellos había llegado a la catarsis, tenían la monóloga oración y la memoria perpetua de Dios, de tal forma que, cuando fueron o llos levaron al martirio, pasaron por torturas y la oración era la que los guardó y protegió a no negar y no negaron a Cristo.

¿Cómo sufrieron y soportaron este martirio? Cuando el hombre se encuentra en este estado espiritual, es influenciado sólo por la oración que domina toda su existencia y no sucumbe a la tortura ni a las mutilaciones. Convertirse y hacerse uno Mártir, pasar por torturas esto no es una hazaña humana, sino que es por la Jaris (energía increada gracia) de Dios que hace esta cosa. Por esta razón, en la antigua Iglesia, aquel que en una persecución había negado a Cristo, iba a la Iglesia exteriormente y sólo le daban la última comunión.»

Este camino de desde la catarsis del corazón a la iluminación del nus y a la zéosis es el propósito y la finalidad de la humanización del Hijo y Logos de Dios, pero también la obra de la Iglesia, como veremos en los capítulos siguientes.

La conclusión de este capítulo es que los Santos Padres conocieron la caída de Adán empíricamente, vivieron “el llanto adámico”, puesto que conocieron personalmente la participación de la doxa-gloria (luz increada) de Dios en la Luz increada en la hipostasis del Logos. Dentro de este marco los Padres interpretaron las cosas y realidades sobre la vida del hombre antes de la caída y post caída. Amín.

Ioannis Romanidis e Ierotheo Vlajos

Traducido por XX.JJ

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