¿Qué es la Iglesia?
La Iglesia, según la única definición que existe y es del Apóstol Pablo, es el Cuerpo mistiríaco del Θεάνθρωπος (zeántropos Dios y hombre) Cristo. Es una realidad que es indefinible, si no se vive no se puede definir. Y se vive también de la persona que se incorpora y permanece incorporada orgánicamente en Ella.
Se debe recalcar desde el principio que, cuando utilizamos el término Iglesia, entendemos la Iglesia Ortodoxa y sólo Ella.
Ninguna otra, de las llamadas “Iglesias”, es la verdadera Iglesia, puesto que Una es la Iglesia que ha fundado el Cristo. Sólo ella ha mantenido sin cambiar nada, totalmente enteros, los dogmas de los siete Sínodos Ecuménicos y también la Santa Παράδοση (parádosi, divina entrega y tradición; que son la Santa escritura, los Santos Cánones, los escritos de los Santos Padres, el Culto, los Misterios o Sacramentos, la Iconografía y generalmente la ética, conducta moral y dogmas ortodoxos).
Cuando se vive el Misterio de la Iglesia, a través de la fe viva, la “energetizada, operada por la agapi (energía increada)”, entonces el creyente conoce verdaderamente lo que es la Iglesia.
Cuando decimos Iglesia, la mayoría pensamos el templo, los clérigos o la jerarquía. Por supuesto que estos pertenecen a la Iglesia, pero no son la Iglesia. La Iglesia tiene como Cabeza Suya a nuestro Cristo y todos nosotros Sus miembros, bautizados ortodoxos Cristianos, Clérigos y Laicos, quienes vivimos ortodoxamente dentro de ella, es decir, vivimos la vida ascético-hisijasta de ella, como también nuestra participación frecuente en la Divina Jaris (gracia, energía increada) mediante Sus santos misterios: La Santa Confesión y la Divina Comunión o Efjaristía.
La primera Iglesia, sin principio ni fin, increada y pre-eterna, es la Santa Trinidad, las Bienaventuradas Tres Personas. Miembros de la Iglesia son todos los santos del Antiguo y del Nuevo Testamento, todos los fieles que han vivido y han muerto ortodoxamente y todas las Potencias Angelicales las no caídas, como también todos los luchadores y creyentes ortodoxos “en esta vida aquí”.
La Iglesia ha conducido ya a los santos que han muerto y continúa conduciendo Sus miembros a vivir como una realidad y sociedad θεανθρώπινα (zeanzrópina, divino-humana), y comunión de la zéosis o glorificación. Los fieles centrados al Cuerpo del Θεάνθρωπος (zeántropos) Dios y hombre, Señor, nos sanamos, nos iluminamos y nos deificamos o logramos la zéosis. Esto ha logrado también “el contemporáneo Starets de Atenas” san Porfirios.
Índice de Contenido
Extracto del libro: La terapia de la psique
Según el Yérontas Porfirio
1. La eclesiología correcta, es decir, la fe ortodoxa sobre lo qué es la Iglesia y cómo funciona, está conectada estrictamente con la terapia de la psique del hombre.
La Iglesia es el Cuerpo de Cristo unido inquebrantablemente con El Mismo, que es la cabeza de Ella. Verdad (dogma) y vida (ética, conducta y actitud moral) es el Cristo, según Su logos inequívoco: «YoSoY el camino, la verdad y la vida» (Jn 14,6).
D. Tseleguidis, teólogo dogmático de Thesalónica, nos dice: «Según la Παράδοση (parádosi, santa entrega y tradición) Ortodoxa, la teología y la vida espiritual o experiencia son unidas inquebrantablemente. Porque para la Iglesia la verdad (dogmática) y la vida espiritual son una y la misma persona, es decir, la persona de Cristo. Y como es impensable romper la única persona del Θεάνθρωπος Dios y hombre, tanto más impensable es disgregar y tergiversar también el contenido de la fe, de el contenido de la vida, dentro al uno e indivisible cuerpo mistiríaco de Cristo, la Iglesia.
El resultado de la teología constituye la experiencia espiritual de la Iglesia. El mantenimiento seguro de la vida espiritual de la Iglesia garantiza la formulación del contenido de la fe de los Sínodos Ecuménicos.
Así que cada alteración y descosideración incluso de la experiencia de la Iglesia, invalida y tergiversa el contenido de la fe, mientras que cualquier alteración y desconsideración de la enseñanza dogmática de la Iglesia significa alteración y desprecio de la espiritualidad de Ella, que en resumidas cuentas, está resumida en la sanación, salvación y zéosis o deificación del hombre… Los dogmas de la Iglesia Ortodoxa… como redacciones de la fe constituyen monumentos y cánones (reglas) auténticos de la fe, paralelamente condensan también el contenido de su vida. Por eso, el sujeto de la fe de la Iglesia es también el sujeto de la vida. Es decir, la Iglesia no sólo cree al Dios Trinitario sino que es también el cuerpo mistiríaco de Cristo, que vive en Espíritu Santo y revela la doxa=gloria del Dios Padre en sus gloriados miembros. En otras palabras, la verdad dogmática se entiende como plenitud de la vida y la libertad». (D. Tseleguidis, “La teología y espiritualidad Occidental).
Yérontas Porfirios
Fuente:hristospanagia5
Hisijía y Teología Ortodoxas
Cap. F) El templo increado y el templo creado (pág. 238, 239, 249)
Lo dicho anteriormente es válido también para el templo creado e increado. El culto se hace dentro de un Templo concreto, pero simultáneamente con la oración noerá y la teología empírica el hombre puede introducirse en un Templo increado, el Templo de la Deidad.
El Apóstol Pablo habla sobre la tienda creada de Moisés y la tienda increada del Logos. Tienda creada es la que construyó Moisés por mandamiento de Dios e increada es el misterio que vive uno con la encarnación del Hijo y Logos de Dios. (Ver la epístola a los Hebreos 8,1-2 y 9,11).
Templo increado es la contemplación de Dios que los Profetas se hacen dignos y merecedores de ver. En el libro del Apocalipsis, San Juan el Evangelista analiza y explica todo el Templo increado en el que se hizo merecedor de entrar, mientras se encontraba dentro de la cueva de la Apocalipsis en la isla de Patmos. Allí vio a la Iglesia celeste, a Cristo con Sus Santos, los Apóstoles, los Mártires y los Confesores de la fe. Vio la Realeza increada de Dios, el Paraíso, en el cual no había ningún Templo creado, porque el Templo real era el Mismo Cristo. Es cierto que este estado lo describe con imágenes y conceptos creados, pero a la vez las descripciones transcienden la creatividad y muestran a qué estado espiritual es elevado el Profeta. San Gregorio Palamás dice que Moisés subió al monte y “allí vio la tienda inmaterial” que es la fuerza y energía injcreada de Dios y la “auto-hipostasiada” sabiduría de Dios. Entró dentro del gnofos (lit. conocimiento de la luz increada; gnofos es luz que supera toda luz, y desconocimiento de la esencia de Dios, según los Padres) y “todo dentro del gnofos es sencillo, absoluto e inalterable”. Pero la tienda que construyó y todas las cosas que se encuentran dentro de ella, la Santidad y todo lo que se hace alrededor de ella son símbolos sensibles “de las visiones… del gnofos”. Así, mientras lo visto en el interior del gnofos es sencillo, absoluto e inalterable, los símbolos al ser separados y sensibles, son cambiables, compuestos adjuntos a los seres, es decir, a lo creado (San Gregorio Palamás E.P.E t. 2º pág.616-618)
Esto, los tres discípulos lo han vivido también encima del monte Tabor. En algún momento en que veían la visión de la gloria de Dios en la persona (hipóstasis) del Logos, el Apóstol Pedro dijo: “Señor, qué bien se está aquí. Si quieres hago tres tiendas, una para Ti, otra para Moisés y otra para Elías” (Mat. 17,49). Mientras Pedro pedía hacer tres tiendas creadas con la mano, Cristo les reveló la tienda increada, porque según lo dicho por el Evangelista “mientras les estaba hablando una nube luminosa los cubrió y una voz desde la nube dijo: Éste es mi hijo bienamado, en quién tengo complacencia, escuchadlo” (Mat. 17,5). El Dios-hombre Cristo, que muestra Su deidad a los hombres, es la real tienda espiritual increada, que alivia y da descanso a los hombres; por eso el Evangelista Juan certifica: “Y el Logos se hizo sarx (cuerpo y carne) y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como unigénito hijo del Padre, lleno de Gracia y verdad” (Jn 1, 14). En su Apocalipsis San Juan el Teólogo, refiriéndose al nuevo cielo y la nueva tierra, dice que escuchó una voz potente desde el cielo que decía: “… He aquí la tienda de Dios junto a los hombres; Él fijará su tienda entre ellos, ellos serán Su pueblo y el mismo Dios estará con ellos como Dios suyo.” (Apoc. 21,3).
Esto significa que desde la tienda creada debemos de caminar hacia la tienda increada, que es la visión de Dios en la persona de Jesús Cristo. Se trata de la vivencia de la zéosis por la Gracia, que conecta con la visión de la Luz increada. Los que se introducen en esta tienda increada constituirán el nuevo Israel de la Gracia, el pueblo espiritual de Dios.
Así pues, todo lo dicho hasta ahora muestra que la Iglesia mediante los Padres glorificados y los Misterios, el culto y toda la tradición de ascesis, conduce a sus miembros a la zéosis y la santificación. La zéosis es la participación de la increada Gracia de Dios, la cual conduce al hombre a los misterios del espíritu, los que han sido revelados gradualmente en la historia por el Logos no encarnado y por el Logos encarnado. La lecturas de la Santa Escritura, que fueron determinadas por los Santos Padres para ser leídas en las fiestas Soberanas y en las de las de la Madre de Dios, están estrechamente relacionadas con esta realidad, es decir, con la relación entre Santa Escritura y experiencia de Profetas y Apóstoles, entre Logos no encarnado y el Logos encarnado, entre los logos inefables y los logos-conceptos creados, y entre el Templo creado y Templo increado.
Ierotheo Vlajos