TEOLOGÍA EMPÍRICA DOGMÁTICA DE LA SANTA IGLESIA CATÓLICA ORTODOXA DE HELADE-GRECIA
Por John Romanidis y Metropólita Ierotheo Vlajos
Capítulo E´ Tomo 2
La Iglesia como Cuerpo de Cristo y comunión de zéosis
E.5 Perfeccionamiento espiritual de los Cristianos pág 281-362
E.5a Dulos-siervo, asalariado e hijo
E.5b Catarsis, iluminación y zéosis
- Interpretación eclesiástica de los estadios del perfeccionamiento espiritual
- Definición de la catarsis
- Definición de la iluminación del nus
- Definición de la zéosis
E.5c Los deificados o glorificados son el cimiento de la vida eclesiástica
(Los términos θέωσις zéosis, θεοπτία zeoptía, δοξασμός doxasmós, zeoría φωτισμός fotismós, καθάρσις catarsis, θεοπρεπές zeoprepés, ενεργεια ακτιστος energía increada y creada etc., son entregados por san Pablo a san Dionisio ver “sobre divinos nombres”, y gracias a Dios y a la Santa Parádosis entrega y tradición divina ortodoxa, profética, apostólica y patrística, estos términos teológicos tienen el mismo sentido y significado hasta hoy en día).
E.5 Perfeccionamiento espiritual de los Cristianos pág 281-362
(Lo que está entre comillas es de Romanidis y lo que no tiene comillas es de Ierotheo Vlajos alumno y conocedor de Romanidis, quien hizo la recolección de sus homilías en la Universidades de todo el mundo, que mucha de su gran obra está en Ingles, ya que cuando tenía seis meses sus padres Capadocios emigraron en Estados Unidos por tanto el inglés fue la legua con la que ha crecido y por eso perfecto conocedor de la teología occidental, la escolástica etc.)
El hombre al ser creado de Dios ha recibido el “como imagen y como semejanza”. Lo de “como imagen” está dado y no ha desaparecido por su caída, sino que solamente se ha obscurecido, entenebrecido, mientras que el “como semejanza”, que se identifica con la zéosis, el algo que el hombre debe llegar con la energía increada Jaris-Gracia y la sinergia* del mismo. El camino desde el “como imagen” hacia el “como semejanza”, que es el propósito o finalidad más profunda del hombre, se llama perfeccionamiento espiritual, este perfeccionamiento se realiza en la Iglesia, el Cuerpo real de Cristo. Algunas posiciones básicas sobre este tema tan importante serán recalcadas a continuación. (Συνέργεια co-energía, cooperación y colaboración de la energía increada de la voluntad de Dios con la energía creada de la voluntad del hombre, “hágase o sea nacida tu voluntad en mí”.)
E.5a Δούλος dulos-siervo, asalariado e hijo
Una enseñanza característica que uno encuentra en la Santa Escritura, donde se ve el cómo se logra el perfeccionamiento espiritual del hombre es lo relacionado con el paso del hombre por las situaciones o estados del dulos-siervo, del asalariado y del hijo-amigo.
El hombre cuando fue creado por Dios, se encontraba en la iluminación, tenía un contacto consciente y estrecho con el Dios, su nus estaba iluminándose de la Luz increada de Dios y de este tropo (modo, forma, manera o método) en todo su cuerpo, pero también la creación recibía destellos de esta Jaris (energía increada). Pero después de la caída el nus fue obscurecido, entenebrecido y el hombre perdió su comunicación con el Dios y fue esclavizado a los pazos y al ambiente del mundo. Como esclavo, pues, adora y alaba la creación en vez del creador, y así ha creado dioses falsos.
La humanización o encarnación de Cristo aspiraba o ambicionaba la liberación del hombre de la esclavitud y su retorno al ahijamiento o adopción por la Jaris. Así el hombre, en su camino hacia la zéosis, al principio se comporta como esclavo, a continuación como asalariado y finalmente se hace amigo-hijo de Dios.
Esto lo encontramos en toda la enseñanza patrística. El hombre como dulos-siervo lucha para cumplir los logos-mandamientos de Dios, para evitar el Infierno; como asalariado aplica y cumple la voluntad de Dios para ganar el Paraíso y como hijo-amigo de Dios aplica las enseñanzas de Sus logos sin esperar ninguna recompensa, nada a cambio.
El Cristo un poquito antes de Su pazos-pasión, dijo a Sus discípulos: “Pero vosotros, por los que yo me sacrifico, sois mis amigos y seréis siempre mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo más siervos, porque el siervo no conoce lo que hace su señor. Os he llamado y llamo amigos míos, porque todas las cosas que he oído de mi Padre os las he dado a conocer. (Por lo tanto, tenéis mucha gnosis-conocimiento de lo que yo hago y sabéis la causa por la que lo realizo, es decir, para que con pleno conocimiento seáis colaboradores y continuadores de mi obra.)
Con nuestra creación de Dios éramos creaciones-formaciones y con nuestro nacimiento y recreación nos hemos convertido y hecho hijos de Dios, hemos adquirido la adopción. San Juan el Evangelista proclama: “Pero los que le aceptaron y creyeron, como Redentor, Sanador y Salvador, les dio potestad, valor y fortaleza para poder renacerse y estar convirtiéndose y haciéndose (continuamente) en hijos de Dios, a los que creen en su nombre. Los cuales no son engendrados de sangre de mujer, ni de deseo, ni de voluntad de varón, sino de Dios renacen” (Jn 1, 12-13). La adopción por la Jaris es fruto y resultado del renacimiento en Cristo. El Apóstol Pablo se refiere a esta adopción que conecta y enlaza con la zéosis del hombre: “y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo” (Rom 8,23).
En otra epístola enlaza la adopción con la interior noerá oración del corazón:
«Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del dulos-siervo, aunque es señor de todo; sino que está bajo tutores y administradores de su herencia hasta el tiempo señalado por el padre en el testamento. Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo. Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiera a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió el Espíritu de su Hijo a vuestros corazones el cual clama: ¡Abba, Padre!» (Gal 1-6).
Los que son como niños (espiritualmente) son dulos-siervos subyugados de los elementos del mundo, en cambio los hijos de Dios se liberan de todo dominio, esclavitud y sienten la agapi (amor, energía increada) de Dios, por tanto, son hijos de Dios, por eso guardan y proclaman en el interior de sus corazones al Padre. Esto se hace porque han recibido en el interior de sus corazones el Espíritu del Hijo de Dios, y en nombre de este Espíritu, oraban cordialmente, por lo tanto no son dulos-siervos, sino hijos, y como hijos herederos del reinado de la Realeza increada de Dios.
Esta enseñanza es clarísima. El hombre con la Jaris (energía increada) de Dios, viviendo en la Iglesia, debe pasar estas tres situaciones o estados de dulos-siervo hacerse asalariado y a continuación hijo de Dios.
«El destino y la finalidad de todos los fieles es la zéosis. Esta zéosis es también el destino y la finalidad de todos. Por eso el Cristiano debe caminar de doxa en doxa, o sea, el dulos-siervo hacerse asalariado y después hijo de Dios y miembro fiel de Cristo. Esto se hace en la Iglesia.»
Los amigos reales de Cristo son los santos, que son llamados θεούμενοι (zeúmeni) deificados, divinizados o glorificados. Ellos realmente se han unido con Cristo y participan de Su doxa-gloria increada.
«La θέωσις zéosis o θεοπτία zeoptía-visión divina o θέα-zéa expectación, contemplación de la doxa-gloria divina e increada de Cristo presupone un cambio radical de la situación o estado espiritual del hombre. De siervo o de asalariado o de enemigo, por la Jaris increada y la sinergia del hombre debe modificarse mediante la reconciliación del hombre con Dios, a través del misterio de la Cruz y de la Resurrección.»
Amigos de Dios había también al Antiguo Testamento, lo único es que estaban bajo el dominio de la muerte.
«La memoria incesante de Dios, la zeoría contemplación y la agapi altruista, desinteresada, no egocéntrica, la que metamorfoseó a los Profetas en amigos de Dios, estaba ya desde el principio en funcionamiento férreo antes de la encarnación del Logos. De todas formas, la zeoría y la zéosis, antes de la encarnación era tipo y forma provisional de zéosis, aunque era una realidad, desde entonces aún los amigos de Dios estaban bajo el dominio del castigo de la muerte y con la muerte de sus cuerpos permanecían con sus psiques al Hades (en estado de muerte), junto con todas las psiques de todos los muertos. Y aquellos los que serían resucitados por Cristo y también aquellos que finalmente serían condenados, permanecían juntos al Hades hasta la encarnación y la Resurrección de Cristo.»
La metábole, cambio o modificación del hombre de la esclavitud o de dulos-siervo a la adopción por la Jaris y la anulación, abolición de la muerte es la esencia de la encarnación de Cristo y de la presencia de la Iglesia en el mundo. Esto en realidad se hace con la metábole modificación de la filaftía-egolatría del hombre en filoteía (amistad con Dios), de la agapi interesada y egocéntrica en agapi desinteresada y altruista.
«El dulos-siervo hace la voluntad de Dios por miedo del infierno, el asalariado trabaja por sueldo, en cambio el amigo siempre actúa y hace por fruto de la agapi desinteresada, altruista y no egocéntrica. Por la zéosis o zeotpía-visión de la luz divina, el amigo de Dios llega cerca del estado de impecabilidad, finalmente llega en esto y sube in-terminantemente hacia los superiores estadios de perfeccionamiento, y así trae mucho fruto y el fruto permanece.»
La situación como siervo se expresa principalmente por el miedo de la muerte, en cambio la agapi es una situación o estado del por la Jaris hijo de Dios. El Apóstol Pablo define la humanización de Cristo como la liberación del miedo a la muerte. «Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.» (Heb 2,14-15)
«El hombre sin la participación del misterio de la Cruz y de la Resurrección de Cristo, por lo cual –por la catarsis, iluminación y zéosis- supera el miedo a la muerte, la cual muerte por la filaftía-egolatría está arraigada profundamente, es imposible llegar a la participación de la deificante agapi (amor, energía increada) de Dios, por la que se hace amigo.»
Sólo entonces expulsa el miedo a la muerte: “En la agapi-amor no hay temor o miedo, sino que la perfecta agapi echa fuera el temor; porque el temor o miedo lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en la agapi” (1Jn 4,18). Los deificados son por excelencia amigos de Dios, porque han superado todas las dependencias aduladoras y situaciones y son llevados hacia al “interminable perfeccionamiento”.
«Quien consigue por el misterio de la Cruz y de la Resurrección la catarsis de los pazos y la liberación de las energías y efectos demoníacos, superando por la zéosis la iluminación del Bautismo y hecho amigo de Dios, es por excelencia teólogo y Padre Espiritual, ya que por el Espíritu, Paráclito de la verdad es conducido “a toda la verdad”, tal y como sucedió con los Apóstoles en el Pentecostés.»
Antes nos hemos referido al pasaje de san Pablo de la epístola a los Galatas (4,1-6), donde enlaza la por la Jaris adopción con la noerá oración del corazón.
«El Apóstol Pablo dice: “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiera a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos. Y (Gal 1-6). Y cuál es esta adopción: “por cuanto sois hijos, Dios envió el Espíritu de su Hijo a vuestros corazones el cual clama: ¡Abba, Padre!”
Es decir, esto significa que aquel que ha recibido el Espíritu Santo ora en su interior. No es esto, que hacemos muchos, de ir simplemente al cura y decirnos algo, yo qué sé, digamos que recibir el Espíritu Santo mágicamente. El Espíritu Santo ya ora en nuestro interior, no nosotros. Es decir, nosotros co-oramos con el Espíritu, pero el Espíritu es lo que ora, clamando “abba, el padre”.
Así que “no es dulos-siervo, sino hijo”. Entonces dejas de ser dulos-siervo y te has hecho hijo. Esto significa adopción, es decir, la noerá oración del corazón. “Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo” (Gal 4, 4-7).»
Las situaciones de dulos-sirviente, de asalariado y de hijo-amigo de Dios conectan o enlazan estrechamente con otras subidas espirituales por las que se habla en toda la tradición bíblico-patrística, como catarsis, iluminación y zéosis.
«En los estadios de dulos-siervo y de asalariado el hombre participa de la perfección de Dios por la participación de la catártica purgadora o sanadora, de la iluminadora y de la deificante o divinizante Jaris (energía increada) del misterio de la Cruz, el cual misterio, limpia, purga y sana los pazos e ilumina y santifica al hombre entero y hace, con la sinergia del hombre, posible la obediencia hasta la muerte a la voluntad Dios, por la cual obediencia la Jaris de Dios cambia el interés propio o egolatría hipostática (substanciada) en agapi desinteresada y altruista y así el hombre es deificado o divinizado y se hace amigo y cooperante, sinergizante de Dios y también hermano o co-rey por la Jaris de Cristo e hijo adoptivo de la Virgen la Zeotokos.»
Sobre la catarsis, la iluminación y la zéosis hablaremos a continuación. El hecho de que los amigos-hijos de Dios son aquellos que llevan Su voluntad, estos son los conductores, guías del pueblo de Dios y a estos debemos obedecer.
- 5b Catarsis, iluminación y zéosis
En toda la tradición bíblico-patrística se habla sobre el perfeccionamiento del hombre, para el camino del como imagen hacia al como semejanza. Antes de la caída el hombre se encontraba en la iluminación del nus y con la caída su nus se ha oscurecido, entenebrecido, como hemos visto en otro capítulo. Ahora el nus bebe hacer su catarsis limpieza, purgación y sanación y retornar al estado que estaba Adán en el Paraíso y desde allí llegar a la zéosis-zeoría contemplación o expectación de la doxa-gloria increada de Dios.
Dentro de este marco se habla sobre catarsis, iluminación y zéosis. Este camino es calificado como metania como cambio, metamorfosis del nus. (ver sobre término metania en https://www.logosortodoxo.com/12-lexis-apocalipticas/)
La metania es posible en el hombre por la Jaris (gracia, energía increada) de Dios, porque el asalto se hizo de afuera por el diablo. El hombre no ha generado el mal, sino que su libre voluntad aceptó el asalto y estímulo del diablo.
«Esto significa que el hombre sufrió un ataque por el diablo de afuera de su naturaleza humana, de tal amera que él con su libre voluntad recibió su metamorfosis, transformación del nus de su estado energético es un estado pasivo y no porque no podía resistir. El estado energético consiste en que esté ocupado solamente con la zeoría contemplación o la memoria incesante de Dios, el cual estado energético o activo ilumina y santifica su lógica y su cuerpo de tal manera que así sea alimentado y mantenido por el mismo Dios. El estado pasivo es el hombre estar recibiendo la sustitución de la zeoría o memoria incesante de Dios por la introducción de su preocupación para el cuerpo y la creación material, separando así el sí mismo o su yo de la fuente de la vida y que esta situación es la muerte.
Como medio la metania y siempre con la dependencia de la ayuda de Dios, el hombre se hace capaz de revocar la situación inicial, e incluso de las seguidas derrotas que sufre por el diablo, alcanzar la obtención de la memoria incesante de Dios y de la zéosis y la metamorfosis, conversión de su filaftía-egolatría en agapi divina que no busca nada para sí misma y así hacerse vencedor contra el satanás.»
El diablo no puede hacer su metania o arrepentirse, igual que lo hace el hombre.
«En cambio, para el diablo y los ángeles caídos no puede haber metania y salvación, porque son incorpóreos y fueron creados en la dimensión de los siglos, pero para el hombre hay metania a causa de su naturaleza, porque “el poder de metania o arrepentimiento el hombre lo debe a la debilidad de su cuerpo”».
- Interpretación eclesiástica de los estadios del perfeccionamiento espiritual
El Cristo dijo: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mt 5,48). Esto significa que el Cristiano con la Jaris (gracia, energía increada) de Dios debe estar subiendo continuamente a los grados o categorías del perfeccionamiento espiritual.
Por supuesto que cuando hablamos de estadios de perfeccionamiento no entendemos a unos puntos fijos, unos estadios crónicos o locales, sino que se trata del cómo opera la Jaris increada de Dios al hombre. La Jaris increada de Dios opera en toda la creación y en el hombre. Cuando la Jaris de Dios catartiza o hace la catarsis se llama energía catártica, cuando le ilumina se llama iluminadora y cuando le lleva a la zéosis se llama energía deificante o zeótica.
Esto lo vemos en la Santa Escritura donde se habla sobre la catarsis del hombre: “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, catarizémonos limpiémonos y purguémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (2Cor 7,1). Un pasaje característico en el que se ven los estadios del perfeccionamiento espiritual existe en la 1 Epístola a los Corintios del Apóstol Pablo: “pero habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (1Cor 6,11). Lo “habéis sido lavados” es la catarsis, lo “habéis sido santificados” es la iluminación y lo “habéis sido justificados” es la zéosis.
Después el Cristo es Luz increada y los que son conectados con Él, reciben la Luz increada y están resplandecientes. El Cristo dijo a Sus discípulos: “Vosotros sois la luz del mundo” y “así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mt 5,16).
Dentro de estos marcos se mueven los santos Padres. San Dionisio el Areopagita habla sobre la catarsis, la iluminación y la zéosis. San Máximo el Confesor habla continuamente sobre filosofía práctica, zeoría-contemplación natural divina y teología mística. San Simeón el Nuevo Teólogo sobre capítulos llamados “prácticos y teológicos”, san Gregorio Palamás habla sobre capítulos físicos, teológicos, éticos y prácticos, etc.
El hombre en su trayectoria hacia la zéosis, en principio participa de la energía catártica, después de la iluminante y finalmente de la deificante energía increada de Dios. Y por supuesto que hay fluctuaciones u oscilaciones en esta trayectoria. La catarsis consiste en la expulsión de los loyismí del corazón del hombre, de modo que allí quede sólo un logismós, el nombre de Cristo. Simultáneamente es catartizada, sanada la parte pasional de la psique, es decir, el anhelo o deseo y la ira. A continuación, la iluminación del nus cuando el nus del hombre está separado de la lógica-diania (mente, intelecto) y es alumbrado por la Jaris increada de Dios, entonces tiene noerá oración del corazón y el nus iluminado dirige la parte pasional de la psique.
Ya que existe una trayectoria de subida de la catarsis a la iluminación y a la zéosis, a la vez puede haber también una trayectoria de bajada. Es decir, la experiencia de zeoptía-visión divina permanece por más o menos de tiempo y el hombre a continuación baje a la iluminación. Y existe también la posibilidad que el hombre perder la iluminación y negar a Cristo en praxis, entonces está incluido entre los que están en metania o arrepentidos.
En líneas generales esta es la enseñanza de los Padres sobre los estadios o grados del perfeccionamiento espiritual. A continuación será analizada más esta trayectoria espiritual.
A pesar de que uno no puede negar que la teología sobre el perfeccionamiento espiritual está difusa y extensa en la tradición bíblico-patrística, sin embargo algunos pretenden y simulan decir que los Apóstoles y los Padres fueron influenciados en esta sección o aspecto por la filosofía antigua helénica y principalmente del neo-platonismo, el cual se refería sobre estos temas.
Realmente el sentido y significado de la palabra catarsis se encuentra en la antigua tragedia helena, la cual aspiraba en la catarsis de la psique del espectador de los pazos, con misericordia, temor y a continuación conducir al espectador, como decía Aristóteles, en una situación o estado superior de aquel que se encontraba antes de ver y observar la tragedia. También el término “catarsis” lo utilizaba Plotino y generalmente el neo-platonismo, pero le definía como huída de la psique del mundo sensible y del cuerpo, para llegar al in-nacido mundo de la ideas; así la fortaleza catartiza o purga al hombre del miedo a la muerte y la generosidad o magnanimidad de las cosas corruptibles. También la palabra “alumbramiento” se encuentra en Platón, según el cual cuando el hombre se ocupa continuamente sobre la esencia-usía del bien, de repente se enciende una luz en la psique del hombre y adquiere la gnosis del bien; así que el alumbramiento y la iluminación según Platón y los Neo-platónicos, es la gnosis por el alumbramiento de los arquetipo de los seres o realidades que son las ideas in-nacidas.
«Hay una opinión de que la enseñanza sobre el perfeccionamiento, según los santos Padres de la Iglesia es de procedencia idólatra y que supuestamente los Padres de la Iglesia estaban influenciados de estas distinciones entre catarsis, iluminación y zéosis –porque paralelamente existen en Neo-platonismo también-, es decir, que está clara esta distinción de los estadios del perfeccionamiento. Y a causa de la semejanza de estos dos, algunos de los nuestros han adoptado este punto de vista que proviene de estudios que principalmente han hecho los Protestantes.
Es decir, los Protestantes, una vez que han desestimado y denegado al monaquismo y adoptaron el destino absoluto del Calvino o la enseñanza de Lutero sobre salvación del hombre por la fe sola etc. y están enfrente de un monaquismo tipo de la tradición Franco-latina, la cual está basada en recompensas por obras (dignas de salario) y puesto que descubrían la enseñanza sobre recompensas por obras, por esta razón denegaron también el celibato y el monaquismo. Junto con estas cosas Lutero y principalmente Calvino, tuvieron gran repercusión contra los estadios del perfeccionamiento. Después lo historiadores Protestantes se ocuparon mucho sobre este tema y se alegraron tanto y encontraron una falsa semejanza entre la enseñanza patrística y la enseñanza de los idólatras, y sostuvieron que los estadios del perfeccionamiento espiritual son de procedencia idólatra.
Por eso algunos de los nuestros que con tantas ganas y gusto van y estudian en Occidente –no digo que no vayan a estudiar, pero por lo menos que vayan con algunos criterios conocidos, porque van sin criterios y juicios justos- en las universidades extrajeras y ves que todos los escritos de ellos están llenos de estas cosas, en todos ves esta idea de que la Iglesia ha sido influenciada de los idólatras y concretamente sobre los Estadios del perfeccionamiento.»
Veremos a continuación que los Profetas, los Apóstoles y los Padres utilizaban estas palabras –catarsis, iluminación y zéosis- pero las daban un sentido y significado totalmente distinto de lo que las daban los antiguos filósofos. Además esto se hace también en muchos más términos, como usía-esencia, energía, persona, hipóstasis, apazia, lo tripartito de la psique, el Ser Supremo etc. Por lo tanto, no debemos investigar y examinar si estos términos fueron utilizados por la antigua filosofía, sino examinar y ver el sentido y significado más amplio que han dado a estos términos los Santos Padres Helénicos.
La enseñanza patrística sobre estos estadios o grados de perfeccionamiento espiritual difiere claramente de las análogas enseñanzas de los antiguos filósofos.
«Los Padres de la Iglesia no aceptan la realidad del perfeccionamiento humano de la teoría que está en el pensamiento platónico y agustiniano en relación con la felicidad efdemonía. El destino del hombre no es la satisfacción de los deseos egoístas que, por la posesión de estos a uno le hace feliz, sino más bien con la metamorfosis, conversión de la egolatría del sí mismo en agapi desinteresada, altruista y no egoísta, que no busca lo suyo o su propio interés egocéntrico; así el progreso hacia el perfeccionamiento es sin final en esta vida y en la que viene.
Esto significa que la zeoría o contemplación, teoría de por sí misma no es una garantía contra el pecado y de la caída en los primeros o posteriores estadios de ella; así es muy posible -sin que esto constituya una forma imperfecta contra Dios o sus creaciones- para el Satanás, los ángeles y el hombre, caer de un estado al inferior de nivel de zeoría-contemplación.»
La Iglesia aspira a la terapia del hombre, ya que se debe la filaftía-egolatría convertirse en filoteía y filantropía y la agapi interesada egoísta en agapi altruista, desinteresada. Esto se hace con la energía increada de Dios y la sinergia del hombre, es decir, el sentido teológico de la sinergia.
Si en cada ciencia es requerido el método para demostrar su objetivo, lo mismo sucede también en la vida eclesiástica. Para haber éxito, se requiere la correspondencia del hombre a la agapi (amor, energía increada) de Dios, y este propósito u objetivo se cumple con los estadios del perfeccionamiento espiritual.
«En cualquier ciencia tenemos una cohesión. Los astrónomos heredan de los astrónomos una tradición y la aumentan. Lo mismo hacen también los teólogos, los químicos, los médicos, etc. Cada ciencia tiene una tradición. El objetivo es la transmisión de la tradición a las futuras generaciones. El objetivo de cada ciencia es la transmisión de las gnosis sobre la ciencia. La transmisión de la ciencia es para conseguir ciertos resultados. El criterio básico es de cada ciencia es la consecución del propósito u objetivo de la ciencia. La cirugía cuando tiene éxito en las intervenciones quirúrgicas, la biología en la investigación y en el descubrimiento de los fenómenos biológicos. Cada ciencia tiene su objetivo.
Ahora bien, ¿la Ortodoxia qué objetivo y propósito tiene? En la teología patrística el objetivo es la μετάνοια metania del hombre. Pero metania en los Padres significa cambio de la mentalidad, cambio de la trayectoria del nus del hombre, la terapia del nus, catarsis, iluminación y zéosis. Y uno que no pasa por esta terapia no es considerado teólogo.
El criterio es el éxito. Si uno tiene la tradición que conduce a los hombres desde la catarsis y la iluminación a la zéosis, este hombre es continuador de la tradición, está dentro de los marcos de la tradición. Y conduciendo a los demás a la iluminación y a la zéosis, no sólo el mismo está en la tradición, sino que introduce también a los otros en esta tradición. Y así tenemos continuación de la tradición.
¿El criterio qué es? Pues, es la terapia “psicoterapia” del hombre. Es una instrucción terapéutica. Criterio de esta instrucción terapéutica es el éxito, el llegar a ser terapiados, sanados etc. Desde esta perspectiva la teología no difiere en nada de ninguna de las otras ciencias positivas. Todas las ciencias este objetivo tienen; el éxito en la investigación, el análisis y después el éxito de los resultados de esta investigación.»
El hombre debe reconciliarse, conciliarse con Dios, hacerse amigo de Él. No se reconcilia el Dios con el hombre, puesto que el Dios no se enemista con nadie, sino que el hombre se reconcilia con Dios y retorna a la amistad con Él.
«El primer estadio, en la catarsis, el hombre se marcha del pecado. Es decir, el hombre hace su lucha contra el pecado. Pero cuando llega al estadio de la iluminación empieza el mismo pecado marcharse del hombre. Y si ya llega a la zéosis que comienza con la iluminación del nus, donde el nus ya no es influenciado de la lógica, ni de los pazos, entonces ya el hombre no recibe las influencias y los efectos de la lógica, de los pazos y del ambiente, sino sólo de Dios, porque opera en su interior la energía increada de Dios, entonces el nus se hace residencia de Cristo y mediante a Cristo de la Santa Trinidad.»
Los santos Padres han interpretado el Antiguo Testamento dentro de las perspectivas de los estadios del perfeccionamiento espiritual. No se detenían sólo en algunos acontecimientos históricos, sino que veían el cómo los Profetas y los justos viven la catarsis, la iluminación y la zéosis.
Por cierto, se ha explicado en otros capítulos que existe diferencia ente el Antiguo y el Nuevo Testamento, ya que en el Antiguo Testamento aparece el Logos increado no encarnado, en cambio en el Nuevo Testamento aparece el Logos increado encarnado, y por el Cristo supera y vence la muerte. Pero no hay diferencia entre el tropo (manera, forma, modo o método) y el grado del perfeccionamiento.
«Estos estadios –catarsis, iluminación y zéosis- están claramente también en el Antiguo Testamento. Y si alguna vez os pensáis ocupar con la teología patrística, no por oído, sino dedicarse a los escritos mismos de los santos Padres, estas cosas las veréis repetidamente en los Padres de la Iglesia. No es casualidad, por ejemplo, san Gregorio de Nicea, queriendo escribir sobre el perfeccionamiento espiritual del hombre, escribió su libro “sobre la vida de Moisés”. Entonces como ejemplo o modelo de perfeccionamiento espiritual, en el cual puede alcanzar el hombre, Gregorio de Nicea propone la vida de Moisés. Pero Moisés está en el Antiguo Testamento.
Hoy en día (1980) hay un prejuicio o idea preconcebida que ha llegado también aquí en Helas-Grecia de los Protestantes, principalmente de los Luteranos de que existe una separación. El Antiguo Testamento es el libro de la Ley y el Nuevo es el libro de la divina Jaris (gracia). Entonces en el Antiguo Testamento los Hebreos tienen la Ley y nosotros en el Nuevo tenemos la divina Jaris (gracia, energía increada). Es decir, allí está el pecado, el pecado ancestral, todos los pecados del Antiguo Testamento y todo lo bueno en el Nuevo Testamento. Pero en la teología patrística la distinción es entre los estadios del perfeccionamiento.
Es decir, la ley vale tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. La Ley no está sólo en el Antiguo Testamento sino también en el Nuevo. ¿Por qué? Porque es pedagogo-instructor en Cristo; lo dice claramente el Apóstol Pablo: “De manera que la ley ha sido nuestro pedagogo en Cristo” (Gal 3,24). Pero cuando dice “pedagogo en Cristo” no da a entender lo que dicen los Luteranos y los otros, de que la ley del Antiguo Testamento es pedagoga del Nuevo Testamento. No, sino que la ley es nuestro pedagogo en el estadio de la catarsis.
Cuando uno se encuentra en el estadio de la catarsis, entonces la ley creada se convierte en su pedagogo hasta que el hombre llegue al estadio o situación de la iluminación. Y cuando llega a la iluminación o a la zeoría contemplación, entonces la ley como pedagoga ha introducido al hombre en Cristo y Cristo toma la posición de la ley en la vida del hombre, pero también se inscribe en el interior del corazón etc. Y ya no es la “ley en tablas de barro” sino “en tablas de corazón de carne” (2Cor 3,3), está en el interior del corazón, es decir, ley escrita.
Pero esto no está sólo en el Nuevo Testamento, está también en el Antiguo. Por eso el Nuevo Testamento cuando habla sobre el perfeccionamiento de los Profetas, no los priva del perfeccionamiento. Los Profetas llegaron a la perfección. Por eso san Gregorio de Nicea automáticamente pensó en Moisés para desarrollar cómo Moisés llegó a la suprema perfección. San Gregorio de Nicea demuestra sobre todo que Moisés alcanzó a la agapi increada la que “no busca ni pide lo suyo” (1Cor 13,5).
Por tanto, no existe más alta perfección que la increada agapi altruista, desinteresada y no egoísta, uno amar sin tener en cuenta el sí mismo, puesto que ya ha llegado también a la zéosis, la cual es imprescindible para llegar a este estadio o situación. Esto significa que el tropo (modo, método, forma y manera) de perfeccionamiento espiritual no existe sólo en Nuevo Testamento sino también en el Antiguo. Por lo tanto, la jaris (gracia, energía increada) del perfeccionamiento espiritual está en los dos Testamentos.
Ahora bien afrontamos continuamente el problema de que existen muchos pieto-voluntaristas, los que hacen de piadosos o hablan de piedad o moral separando los hombres en morales e inmorales, separan los hombres en buenos y malos. En la tradición ortodoxa la humanidad no se separa en buenos y malos, en morales e inmorales. No existe tal problema en la Iglesia Ortodoxa. En la Iglesia Ortodoxa existen estadios de perfeccionamiento, no existe moral- inmoral, bueno-malo.»
«Cualquier oficio que toméis veréis que todo el interés gira sobre las tres categorías, es decir, la catarsis, la iluminación y la zéosis. Estos son los cimientos; fuera de la catarsis, la iluminación y la zéosis no existe nada más; es decir, no existe teología.
Puede haber varios temas interesantes, es decir, uno puede interesarse qué hizo Nabucodonosor o Sansón o David y estas cosas tomarlas como historia. Pero estas cosas son históricas y pueden interesar al historiador a utilizar estas fuentes como históricas. Pero al ocuparse con estas personalidades, indistintamente de la ciencia de la teología ortodoxa, se puede hacer, pero están fuerza del objetivo de los textos.
El objetivo de los textos no es simplemente hacer historia, filología o relatar la historia de los reyes etc. El objetivo es relatar la trayectoria de un pueblo que se había dedicado hacer la voluntad de Dios. Y la voluntad de Dios la conocían de los hombres que se llamaban Patriarcas o Profetas. A ellos tenían como jefes.
Si uno lee atentamente el Antiguo Testamento para ver quiénes son estos Patriarcas y Profetas verá una cosa extraña. En las vidas de los Santos y en el Nuevo Testamento Patriarca o Profeta es aquel que ha llegado a la zéosis -los Padres la zéosis la llaman θεοπτία zeoptía (visión de la luz increada)- es decir, ha pasado de la catarsis y ha llegado a la iluminación.
Por tanto, los Padres de la Iglesia cuando leen el Antiguo Testamento, lo leen como en el Antiguo Testamento existiese ya la catarsis, la iluminación, la memoria perpetua de Dios, la noerá oración del corazón, etc., y así interpretan los salmos. Los Salmos son interpretados como salmos que expresan esta experiencia de catarsis, iluminación y zéosis.»
«Si uno lee con atención, por ejemplo, el Pentateuco o el Deuteronomio, todas las distribuciones sobre la ley etc., verá que la ley del Antiguo Testamento tiene un carácter ascético o práctico. No tiene ninguna relación con las teorías de Platón o de Aristóteles sobre la ley etc. Tiene solamente el objetivo ascético. Y el propósito u objetivo de estas cosas es llevar a los fieles a la catarsis. Sobre todo hay un énfasis sobre el tema de la catarsis en el Antiguo Testamento.
Las celebraciones sobre la catarsis, toda la ascética o práctica sobre la catarsis, el propósito que tienen es preparar al hombre a estar en memoria con Dios día y noche incluso cuando duerme; es decir, tener la memoria perpetua de Dios que significa la iluminación del nus, que ya existe en el Antiguo Testamento.
Lo paradójico es que cuando los Padres de la Iglesia hablan para el perfeccionamiento espiritual y quieren describir la trayectoria hacia el perfeccionamiento del hombre, toman como ejemplo a Moisés, por tanto tenemos “la vida de Moisés” por san Gregorio de Nicea. Si leéis este libro de san Gregorio sobre Moisés, veréis que Moisés pasó todos los estadios del perfeccionamiento y por la catarsis alcanzó la iluminación y la zéosis. ¿Por qué? Porque la zéosis según los Padres significa zeoptía-visión divina de la luz increada.
El que uno tenga la experiencia de la Santa Trinidad, esto también es apocálipsis-revelación, pero también el perfeccionamiento del hombre; así llegando uno a la zéosis, llega también a la perfección, por lo tanto, estas dos son interconectadas e insolubles. No puede haber zéosis sin el perfeccionamiento, ni puede uno llegar al perfeccionamiento sin haber llegado a la zéosis. En la Iglesia Ortodoxa nunca estas cosas se pueden separar.
Si uno cualquiera se sienta y escribe sobre el perfeccionamiento cristiano y no ha escrito sobre la iluminación del nus y no sabe nada sobre la zeoptía-visión divina, significa que no escribe sobre la perfección ortodoxa ni sobre el perfeccionamiento hagiográfico. Porque la Santa Escritura como perfeccionamiento tiene la zeoptía-visión de la luz increada, la cual visión es el grado supremo de la catarsis y de la iluminación del hombre. Para los Padres de la Iglesia el mismo Antiguo Testamento tiene los estadios del perfeccionamiento: catarsis, iluminación y zéosis. Y la experiencia de la zéosis es el cimiento del Antiguo Testamento. Por eso también los Padres recalcan que los Profetas llegaron a estos estadios.
Repito que, cuando los Padres quieren describir los estadios del perfeccionamiento toman a Moisés como ejemplo. Por supuesto que Moisés es antes de la encarnación. Esto significa que en el Antiguo Testamento, no sólo existe el perfeccionamiento espiritual del hombre, sino que existe también la reconciliación. Porque los Profetas del Antiguo Testamento son los amigos de Dios. Y uno para ser amigo de Dios debe tener la participación de la reconciliación con el Dios.
Según los Padres de la Iglesia Dios es siempre el amigo del hombre. Dios ama siempre al hombre y es Su amigo. La enemistad no es de Dios hacia el hombre sino del hombre hacia Dios. Es enemistad del hombre con Dios; ¿cómo el hombre se hace enemigo de Dios? El hombre se hace enemigo de Dios por el oscurecimiento de su nus. Cuando el nus está obscurecido entonces se vuelve inoperante, ya no obrara (para Dios) sino que actúa demoníaca-mente. Este hombre que tiene su nus y el intelecto obscurecido, éste es enemigo de Dios, en el sentido que no hace la voluntad de Dios, y esto porque se encuentra en la oscuridad.
Por tanto, la enemistad no es de Dios hacia el hombre, sino del hombre hacia Dios. Pero el hombre en el Antiguo Testamento también puede darse cuenta y volver en sí mismo de esta enemistad, hacer vida ascética o práctica y llegar a la catarsis y a la iluminación del nus. Entonces, si llega a la iluminación del nus, ya empieza la reconciliación con Dios, que significa que se va haciendo amigo de Dios. Y si llega a la zéosis, es ya amigo de Dios».
El atributo común de todos los Profetas, Apóstoles y santos/as es la oración noerá-espiritual en el corazón que es la demostración de que el hombre es templo del Espíritu Santo.
«Los Padres enseñan que la noerá oración del corazón no está sólo en el Nuevo Testamento; también está en el Antiguo. Es una tradición del Antiguo y del Nuevo Testamento y de toda la tradición cristiana.»
«El que uno sea templo del Espíritu Santo es una experiencia. Y si uno lee al Apóstol Pablo atentamente, no son palabras vacías lo que dice tantas veces describiendo el Espíritu Santo, el cual clama “en nuestros corazones: Abba el padre” (Gal 4,6), etc., que ora en el interior del corazón del hombre. Esta es la realidad. Y esta tradición existe también en el Antiguo Testamento no está sólo en el Nuevo.»
La diferencia es que en el Antiguo Testamento es testificada la experiencia del Logos increado no encarnado, en cambio en el Nuevo Testamento tenemos la experiencia del Logos encarnado.
«El nus del hombre se hace residencia de Cristo y, mediante de Cristo, de la Santa Trinidad. No sólo en el Nuevo Testamento sino también en el Antiguo se hace esta cosa, lo único que allí Cristo no es encarnado. Cuando Cristo habita en el interior del hombre está presente, por supuesto que sin Su cuerpo en el Antiguo Testamento, porque aún no se ha encarnado.»
Además, el objetivo de la Santa Escritura y de toda la vida eclesiástica es conducir al hombre a la zéosis. No hay otro objetivo o propósito, histórico o religioso.
«El único objetivo de la lengua de la Santa Escritura , de los santos Padres y de los Sínodos es que sean utilizados como medios espirituales mediante los cuales uno es conducido, bajo conductor o guía por Padre Espiritual o Yérontas (anciano sabio experimentado) a los estadios del perfeccionamiento; no tienen otro objetivo o finalidad».
Esto se ve en la distribución de la lectura de los libros de los Evangelios en el culto de la Iglesia.
«De todas formas, en la Santa Escritura existe claramente este discernimiento y por eso existe la análoga distribución del material de los Evangelios. Tenemos el Evangelio de Marco, en el cual su obra es claramente combate contra las energías y las acciones demoníacas, y todo el espíritu dominante en el Evangelio de Morco es sobre la catarsis. Lo mismo sucede con los Evangelios de Mateo y de Luca. Estos Evangelios se han escrito en la antigua Iglesia, fueron escritos porque se utilizaban antes del Misterio del Bautismo. Eran los manuales catequéticos de los catecúmenos los cuales se encontraban al estadio de la catarsis. Y una vez bautizados, después utilizaban el “Evangelio espiritual” que es el Evangelio para los que tienen el Espíritu.
Una vez que uno recibe el Espíritu Santo en el Bautismo y la Crismación o Unción, después de esto se hacía catequesis especial a base del Evangelio de san Juan. Por esta razón uno ve claro que el Evangelio de san Juan casi no se ocupa del diablo, en cambio, los llamados hoy en día Evangelios sinópticos se ocupan mucho de la catarsis, purgación, limpieza de las energías demoníacas y la expulsión de los demonios. Entonces inmediatamente se ve la misma organización del material de los Evangelios de que hay discernimiento claro de la enseñanza entre los que están yendo por el camino de la catarsis y de los que han recibido el Espíritu Santo y se encuentran en el estadio de la iluminación.
Por eso también al calendario eclesiástico vemos que estos tres Evangelios sinópticos son leídos e interpretados también todo el año, y cuando llegamos a la Pascua el Evangelio de la Pascua en la segunda Resurrección comienza: «1 Ἐν ἀρχῇ ἦν ὁ Λόγος…en arjí in o logos En el principio el Logos era, es y será eterna e infinitamente; y el Logos existía con Dios y está en Dios; y el Dios era y es el Logos.
- En el principio, en el espíritu infinito e increado de la creación espiritual y material existía siempre el Logos, como Hijo de Dios que nace siempre de-el Padre, como infinito y vivo Logos de Nus infinito, perfecto y sabio. El Logos como segunda hipóstasis o persona de la Santa Trinidad existía y está siempre inseparable de Dios, y el Logos es Dios, increado, perfecto e infinito, tal y como el Padre y el Espíritu Santo» (Jn 1,1). Ya desde la Segunda Resurrección de la Pascua hasta el Pentecostés se hace cada día interpretación del cuarto Evangelio. El Evangelio de Juan es principalmente apologético-dogmático y el objetivo que tiene es la iluminación, ya que como catecúmenos han pasado del estadio de la catarsis y se han hecho neo-iluminados. No es casualidad que el Evangelio de san Juan sea leído e interpretado desde la Pascua hasta el Pentecostés. Por eso los Padres de la Iglesia llaman a este Evangelio “Evangelio espiritual”. Y no es para todos, es para aquellos que se han bautizado etc. Estas cosas que algunos dicen de que están influenciados de la filosofía helénica etc., perdonadme la expresión, son tonterías y necedades.»
Los Misterios de la Iglesia son el centro de su vida, son el núcleo de la tradición y la expresión de la vida interior. Pero todos los Misterios aspiran a que suba el Cristiano al camino del perfeccionamiento, es decir, de la catarsis, la iluminación y la zéosis. Lo mismo vemos en toda la tradición litúrgica.
«El que la Ortodoxia tiene una base que se identifica con la metodología que es utilizada en las ciencias positivas, esto se debe valorar correctamente, es decir, localizar esta realidad y ponerla como centro, base del interés de los Ortodoxos, allí donde debe estar.
En efecto, tenemos nuestra tradición litúrgica. La tradición litúrgica es una expresión de esta tradición y no expresa nada más que la catarsis, la iluminación y la zéosis. Tomad todos los oficios, vigilia, matinales, Divina Liturgia, los oficios del Bautismo, de la Crismación y el oficio de “hacer el crisma o la mirra” que hacen los Obispos el Jueves Santo, la ordenación del monje, oficio de la Boda o Matrimonio, todos hablan sobre la catarsis, la iluminación y la zéosis».
Este método de perfeccionamiento no es algo exterior, algo interpuesto, sino que es la trayectoria natural del hombre, porque aspira al re-funcionamiento reactivación del nus, que es un instrumento u órgano que tienen todos los hombres. Es decir, no se trata de algo psicológico, sentimental, emocional o religioso.
«Existe el órgano o instrumento que se utiliza en la teología ortodoxa y es el elemento imprescindible de la teología ortodoxa sin el cual no se puede hacer teología ortodoxa. Es el órgano que se llama energía noerá o nus, pero este instrumento u órgano no es añadido como se añade en la ciencia, sino que es el único instrumento que hace falta para la zeoptía-visión divina de la luz increada.
Es decir, igual que en las otras ciencias construimos un telescopio, un microscopio, una balanza de pesar o otros órganos o instrumentos, en la teología ortodoxa no construimos ningún instrumento, es decir, el instrumento u órgano lo tenemos ya hecho, que es la parte de la personalidad del hombre, el cual no lo construimos o montamos nosotros. Lo único que hacemos es ponerlo en liturgia-funcionamiento. Nosotros hacemos la catarsis, y provocamos o producimos la iluminación y la zéosis. Provocamos no la realizamos la iluminación y la zéosis. El Dios es quien realiza la iluminación y la zéosis. La iluminación y la zéosis son regalos de Dios. Pero la catarsis es obra del hombre, con la ayuda de la energía increada catártica purgadora o sanadora de Dios.
Porque a fin de cuentas, para realizarse la catarsis del nus, es decir, para expulsar los loyismí no hace falta que uno sea Cristiano. Porque esto lo hace también el monje hinduista. Para esta gimnasia o ejercicio no hace falta que uno sea Cristiano. Pero una cosa es la catarsis de los loyismí y otra la catarsis de los pazos. Entonces aquello que produce o provoca la venida de la Jaris, la energía increada es la catarsis no sólo del nus sino también de los pazos del corazón o del hombre entero.»
Hay casos que toda esta tradición patrística sobre catarsis, iluminación y zéosis es tergiversada, diferenciada, alterada y secularizada o mundanizada.
«De todas formas, se marchó o se quitó de medio y se tergiversó el sentido, el significado y la percepción patrística sobre la catarsis, iluminación y zéosis, ya que nuestros oficios están llenos de catarsis e iluminación –tomad y observad cualquier oficio- oramos continuamente para la catarsis, la iluminación y la zéosis; son todos los troparios. El oficio del Bautismo, de la Crismación o Unción, las paráklisis-súplicas las vigilias, los troparios, los salmos e himnos están llenos de esta enseñanza.
Pero con la persecución y la tergiversación de la interpretación patrística de estas cosas resultó que la catarsis sea una abstinencia del pecado que era por costumbre de cosas sexuales y morales, es decir, las mentiras, los robos, etc. Resultó ser un moralismo puro y no una terapia de la personalidad del hombre. Por lo tanto el hombre en vez de ocuparse con la terapia del núcleo de su personalidad, tal y como haría un psiquiatra, se ocupaba de las praxis exteriores junto con una disposición muy hipócrita. Uno simulaba que no tenía tentaciones mientras que las tenía; y creía que podía aniquilarlas pero veía que no podía. Entonces creía que los demás no tenían tentaciones y tiene remordimientos de culpa etc. Y estos chicos sufren un shock con las tentaciones que tienen.
En cambio, en la tradición patrística con la oración noerá del corazón estos problemas se solucionan. Es decir, una cosa es enseñar a uno cómo comportarse y otra es cómo encontrar la fuerza de comportarse de esta manera o modo. Entonces, ya que no puede conseguirlo, simula que lo puede conseguir. Estas cosas son graciosas. Porque hay mucha hipocresía, principalmente entre los Cristianos, y hoy en día, por muy piadosos que sean tanto más hipócritas son.»
San Máximo el Confesor en sus obras habla continuamente sobre la catarsis, la iluminación y la zéosis, hace también otra distinción, o sea, habla sobre la praxis y la zeoría. No se trata de una división distinta, si uno estudia y observa atentamente esta enseñanza suya, comprobará que él (y muchos Padres) con la palabra praxis da a entender la catarsis, por eso habla de filosofía práctica o praxis y con la palabra θεωρία zeoría comienza con la iluminación del nus o la noerá oración del corazón y cuando el hombre participa de la iluminadora energía increada Jaris de Dios, entonces con la complacencia de Dios, en momentos que no lo espera, llega a la expectación de Dios. Después del final de esta zéosis o zeoría contemplación, expectación, el hombre zeoptis-visionario de Dios retorna a la iluminación del nus, es decir, a la noerá oración; así, la praxis es la base de la zeoría contemplación, expectación. Sobre praxis o catarsis y zeoría contemplación o iluminación y zéosis se habla en todos los textos de los Padres, incluso de san Basilio el Grande, san Gregorio el Teólogo, san Juan el Crisóstomo etc.
Es cierto que en la edad media en occidente se han interpretado de distinta manera los términos praxis y θεωρία zeoría. Con la praxis daban a entender misión y con la palabra zeoría daban a entender la meditación, reflexión sobre temas teológicos.
Pero en la tradición Patrística praxis es la metania del hombre a través de la catarsis del corazón, y la zeoría es el alumbramiento-iluminación del nus y la expectación de la Luz increada por la zéosis del hombre.
«En el monaquismo de tipo occidental se hace una distinción entre la vida práctica y la vida contemplativa o teorética. La vida práctica es la dedicación de sí mismo a la misión, ir a África, China etc. o en la administración y gobernación de la Iglesia, hacerse obispo, en otras palabras, ser vicario en una parroquia o incorporarse en una orden o legión. Todos los Papas de Roma salen de los que viven prácticamente. Después, hay algunos –muy pocos- que en la Iglesia de los Francos que se llaman teoréticos o contemplativos y ellos se ocupan con la oración y la contemplación, la “contemplatión” de los Occidentales. La “contemplatión” es una meditación espiritual que es totalmente foránea respecto a la tradición ortodoxa. En la tradición ortodoxa tenemos la praxis y la zeoría contemplación, expectación.»
El estadio de la catarsis-praxis es el estadio de la metania y de la iluminación empieza la zeoría contemplación y expectación. Por eso también de la iluminación del nus empieza a ser desarrollada la teología. Pero cuando el hombre se encuentra al estadio de la iluminación, se llama teologante, y cuando sube a la zeoría-zéosis es teólogo real y verdadero.
«El teologante se encuentra en el estado de iluminación y teologiza a base de la depositada experiencia de los deificados, es decir, del Antiguo y Nuevo Testamento y de los textos de los Santos Padres de la Iglesia. Cuando el hombre alcanza el estadio de la iluminación utiliza las bendiciones, súplicas y oraciones que escucha en la Iglesia, es decir, el Espíritu Santo ora en el interior del hombre en estado de iluminación con las súplicas y oraciones de la tradición litúrgica. Y cuando uno se encuentra en estado de iluminación entonces teologiza. Por lo tanto hay una diferencia entre aquel que ha llegado a la zéosis que es el verdadero teólogo, y del teologante, es decir, de aquel que está al estado de la iluminación, aunque él también tiene un pequeño sabor de la experiencia de la zéosis. Entonces, teologiza el teólogo, pera también teologizan los teologantes.
Pero como teologizan también los teologantes, esto no significa que son teólogos. Teólogo en realidad será cuando llega al estadio de la zéosis y cuando vea el Cristo en doxa-gloria increada es la Verdad, entonces es apocaliptada-revelada toda la verdad, la que puede el hombre conocer en esta vida. El Cristo es la Verdad, la cual es enhipostasiada. Por tanto, hasta que no sea convertido en deificado es simplemente teologante, es decir, estudiante de la teología. Titulado de esta teología es el deificado, el que ha alcanzado la zéosis. Es cierto que hoy en día titulados de la teología son los que han adquirido y título o diploma de una escuela teológica o de alguna Universidad. Estos se autoproclaman teólogos, pero no tienen ninguna relación con los realmente teólogos de la tradición patrística.
Sobre el quién es verdaderamente teólogo, si uno utiliza los criterios del Apóstol Pablo como también de los Padres de la Iglesia, por ejemplo, de san Simeón el Nuevo Teólogo, entonces verá que la actual teología moderna ortodoxa, que está influenciada de la teología rusa, no es patrística, porque está escrita de hombres que no tenían las condiciones puestas anteriormente.»
Finalmente el paso del hombre por la catarsis, la iluminación y la zéosis es el propósito u objetivo real de la teología.
«Allí está el objetivo de la teología dicen los Padres. Uno es el propósito u objetivo de la teología: Catarsis, Iluminación y Zéosis”. La teología no tiene ningún otro fin u objetivo. ¿Me entendéis? Es catarsis, iluminación y zéosis. y nada más.» Esto es la verdadera “psicoterapia” del hombre.
Sin estos grados de perfeccionamiento espiritual no hay Ortodoxia.
«La Ortodoxia sin catarsis, iluminación y zéosis ¿qué es me lo puedes decir? No sé si puedes sacar esta conclusión. Porque la Iglesia no sacaba esta conclusión. Y por qué. Porque no habían Monasterios. Es decir, tal y como se hacía la catarsis, la iluminación y la zéosis desde el aspecto tradicional, poco a poco se hizo obra del monaquismo. Se sentaba el obispo, digamos, y gobernaba y dice: “Tengo cinco Monasterios, si queréis este tipo de vida iros al Monasterio, nosotros nos ocupamos de la gobernación o administración”».
Desgraciadamente esta tradición y en este punto se ve principalmente la secularización o mundanización.
«La catarsis se convirtió en liberación de faltas morales, de inmoralidades desde el aspecto ético, es decir, que el cerebro del Heleno-Griego se ve que el problema que tenía es con el sexo y ninguna otra cosa más. El problema del sexo se ha hecho monomanía en los Nuevo-helenos. Por tanto, la catarsis para los piadosos es no tener tentaciones sexuales.
La iluminación se hizo la escuela catequética, aprender la Santa Escritura, la historia eclesiástica, algunas vidas de los santos etc., es decir, llenar la lógica o diania del hombre. Mientras que la catarsis es la iluminación del nus del hombre, fueron hacer la iluminación de la lógica del hombre; en vez que sea iluminado el nus hoy en día se ilumina la lógica-diania.»
Debemos concienciarlo muy bien esto, de que uno no puede vivir la vida eclesiástica sin catarsis, iluminación y zéosis.
«Porque sin la catarsis y la iluminación no hay sotiría redención, sanación y salvación.»
Los santos conocen por experiencia que hay un transcurso o discurrir continuo entre los estadios del perfeccionamiento espiritual.
«Uno debe poner atención también al hecho que, para los Padres, la escalera de los perfeccionamientos no se separa uno de lo otro y no hay entre estos una distinción de perfecto e imperfecto, o terminado y no terminado. Más bien hay una escalera ascendente que no tiene fin. Así la catarsis es también un estado de perfeccionamiento, junto con el alumbramiento y la zeoría expectación o contemplación. E incluso dentro en la zeoría en la subida hacia perfeccionamientos superiores no hay fin. Así es este tema, no sólo para los hombres sino también para los ángeles; un punto de perfeccionamiento que muestra claramente que las enseñanzas de los Padres que conciernen el perfeccionamiento espiritual nada tiene que ver con los filósofos Helenos o cualquier filosofía.»
Se trata de una subida continua a la zeoptía-visión divina con la energía increada Jaris de Dios. Disminución de la Jaris tiene consecuencia en este camino.
«También se debe recalcar que la existencia de los estadios en la zeoría, no significa que cada estadio inferior respecto a uno superior es una imperfección, o incluso una imperfección relativa. La perfección es la misma, porque la doxa-gloria increada es separada-inseparablemente entre y dentro de sus participantes creados, es la misma. Aumento en la perfección sin fin es un aumento de más receptividad y más doxa-gloria para siempre.
Por supuesto que si la agapi de los glorificados paró de ser posesiva, en el inferior estadio de la zeoría, no hay un problema de más satisfacción de los deseos o más insatisfacción, sino más bien hay la realidad de ampliación de la eterna y creadora agapi altruista, desinteresada y no egoísta.»
Esto significa que no hay final en la agapi, sino un continuo eterno perfeccionamiento de ella.
En los siguientes capítulos se hará un análisis sobre lo qué es catarsis, iluminación y zéosis.
5,5b Catarsis, iluminación y zéosis
(Lo que está entre comillas es de Romanidis y lo que no tiene comillas es de Ierotheo Vlajos alumno y conocedor de Romanidis, quien hizo la recolección de sus homilías en la Universidades de todo el mundo, que mucha de su gran obra está en Ingles, ya que cuando tenía seis meses sus padres Capadocios emigraron en Estados Unidos por tanto el inglés fue la legua con la que ha crecido y por eso perfecto conocedor de la teología occidental, la escolástica etc.)
- Definición de la catarsis
En nuestra tradición no sólo se habla de la catarsis sino que se define también su sentido y significado que la discierne de cualquier otro tipo de catarsis, religiosa, social etc. Esto lo veremos en el siguiente análisis.
En principio se tiene que examinar qué es exactamente la catarsis. Por costumbre, los hombres hablan de la catarsis, limpieza de la sociedad y del estado. Por supuesto que se deben mejorar también las condiciones sociales de la vida. Pero la catarsis según la tradición ortodoxa es interior.
«Aquí en Helas-Grecia todos hablan sobre la catarsis, limpieza que significa que debemos limpiar el mecanismo del estado de los contrarios u opuestos; es decir, cuando los de la derecha hablan de catarsis del mecanismo del estado, pues, que se vayan los de la izquierda, y viceversa, etc… Por tanto, aquí en Helas-Grecia a nivel mundano catarsis significa expulsar a los enemigos políticos.
Pero nuestros enemigos con este sentido no son el diablo, ni los loyismí que no tiene ningún trabajo con la energía noerá, sino que aquí se hace una catarsis con la legislación y el seguimiento policíaco, es decir, catarsis expulsión y limpieza de los demás. Esta es la catarsis tal y como es observada en los regímenes totalitarios. Pero la catarsis verdadera y real no es con las leyes, ni con un seguimiento de uno al otro. La catarsis es una catarsis purgación, limpieza y sanación interior, “psicoterapia” ortodoxa.»
Al principio la catarsis tiene una orientación ética o moral.
«La catarsis esencialmente es la ascética o ejercicio espiritual que realiza uno para evitar hacer cosas malas y hacer buenas; es decir, empieza con una ética, con una orientación moral. Aprende a ayunar, a orar y todas estas cosas que son necesarias para ir avanzando en los primeros estadios.»
En efecto, como todo pecado y pazos es resultado de la energía demoníaca y de nuestra voluntad, por eso también la catarsis se consigue con la expulsión de las energías del diablo que están en la psique.
En los Evangelios vemos que el Cristo expulsa los demonios para liberar a los hombres que están bajo dominio y afecto del diablo. Medio este acercamiento hermenéutico podemos ver las terapias de los endemoniados.
Pero, es cierto, que los Padres concretan y delimitan la catarsis en la liberación del corazón y del nus que están bajo el dominio de los loyismí y de los pazos. Para que sea entendido qué quieren decir exactamente los santos Padres cuando hablan sobre la catarsis, se debe recalcar que lo que se ha dicho en otros capítulos, de que la psique del hombre tiene dos energías, la noerá (es decir, del nus o corazón) y la lógica o racional. El hombre con la noerá energía (nus) viene en κοινωνία kinonía (contacto consciente, comunión, y conexión) con el Dios y con la energía lógica tiene el conocimiento del mundo ambiental. En sus estados naturales, la noerá energía se encuentra en el corazón y tiene memoria incesante de Dios y la energía lógica se encuentra al enkéfalos (cerebro o mente) y forma los loyismí. Cuando estas energías se confunden y se mezclan y cuando los loyismí de la diania (mente, intelecto) ocupan al nus y bajan al corazón, es decir, a la parte pasional de la psique, donde la ira y el deseo o ansia, se crea la suciedad del nus y del corazón. Así la catarsis en la tradición ortodoxa se entiende como la liberación de le noerá energía (del nus) de los loyismí, no sólo los malos sino los buenos también.
«¿Qué es la catarsis? Catarsis es marcharse del nus todos los loyismí para permanecer sólo un loyismós. Y este loyismós es la memoria de Dios, la impresión o grabación de la memoria de Dios en el corazón del hombre, y estando allí ya trabaja las veinticuatro horas.»
En el estado de caída el nus está dominado de muchos loyismí, está fuera del funcionamiento natural y por eso debe reactivarse.
«Ponemos en funcionamiento algo que no funciona y este es el nus. Se hace la catarsis del corazón, lo limpiamos bien con esponja, quitamos las manchas, expulsamos todos los logos conceptos, nociones y los loyismí que están en el nus, y a éste nus le hacemos monólogo, es decir, se convierte en monólogo y no en polílogo (de muchos logos), se convierte en oración monóloga (noerá o de Jesús). Esta es la terapia del nus, y este es el retorno de la memoria; y así ya este nus readquiere la memoria continua que había perdido.»
Así de este modo comienza de las cosas exteriores, es decir, evita el pecado, pero a continuación avanza hacia su mundo interior.
«Vemos en los Padres que existe la catarsis y existe la iluminación. Y hemos recalcado que catarsis no es una catarsis en sentido de pura moral, sino que tiene un sentido y significado ascético, practicante. Por tanto, en los Padres es una situación práctica o ascética que se encuentra el hombre después de la lucha, no simplemente para evitar el pecado, porque evitar y huir del pecado es una parte inseparable de la ascesis o práctica, pero también catarsis del corazón.
La catarsis del corazón no es sólo evitar y huir del pecado. Catarsis es que se marche del corazón un loyismós y vaya a la lógica o diania (mente, intelecto) del hombre. Sean delimitados todos los loyismí y la forma o manera que piensa el hombre, es decir, llevados en la lógica o diania para permanecer el corazón sin loyismí. Quedarse sólo con un loyismós, sólo con la oración noerá. Esto tiene gran importancia. Se llama del noerá oración corazón, cuando haya adquirido también la oración monóloga. Es un logismós (pensamiento o logos monólogo) que es la misma noerá oración del corazón o de Jesús, que es la memoria perpetua de Dios, etc. Esta es la catarsis del corazón, según los Padres. No es simplemente evitar el pecado. Aquí en Helas-Grecia también en una parte por algunos se ha introducido también esta percepción puritana sobre el estado de pureza y lucidez del hombre.»
Es fundamental la enseñanza de los Padres de que se debe vaciar todos los loyismí que están en el nus, buenos y malos. Por supuesto que los loyismí, buenos y malos, deben haber en la lógica o diania, sino de otra manera el hombre no puede vivir en el ambiente; así cuando los Padres dicen que no debemos tener loyismí, no quieren decir que expulsamos los loyismí de la lógica o diania, intelecto, sino del nus que opera en el corazón.
«El nus del hombre deber ser catartizado purgado y sanado de todas las προλήψης supersticiones o pensamientos y pazos preformados, es decir, y esto es lo curioso, expulsar todos los loyismí.»
Algunos leen los textos patrísticos y no han percibido y entendido el discernimiento entre nus (espíritu humano) y diania (mente intelecto, cerebro o lógica), y creen que deben salir todos los loyismí viles y malignos de la lógica o diania y allí dejar solamente los buenos loyismí. Pero esta no es la interpretación correcta, ni se puede realizar.
«Aquel que hace esto al final se hace puritano o más bien camina hacia el sanatorio, es decir, estas cosas no se hacen así. El propósito no es expulsar los viles y malignos loyismí, en efecto, uno que no tiene viles y malignos loyismí, ¿cómo sabe lo que tiene que evitar? ¿Es decir, cómo expulsará los malignos loyismí?, ¿se puede hacer tal cosa?
Es como no pensar cosas malas, sino sólo buenas. Pero bien, ¿cómo serás Padre o Guía Espiritual y dirigirás la gente, si no tienes sano tu cerebro digamos, las cosas viles y astutas malignas, o sea, en el interior de tu lógica-diania debes saber qué son las cosas viles y malignas. Es decir, si no tienes la vileza y la astucia en tu cabeza y viene el diablo, te convertirás inmediatamente en víctima del diablo, en efecto, ya no conocerás ni sabrás discernir. Estas cosas no pueden ser.
Pero los Padres no hablan de expulsión de los loyismí de la lógica o diania, porque de allí no puedes expulsarlos, esto es imposible, porque la lógica está para razonar. Cuando decimos “logismós”, es esto que está en la lógica del hombre, pero la expulsión de los loyismí de la lógica-diania del hombre se hace por el nus del hombre. El nus debe catartizarse purgarse, limpiarse y sanarse de los loyismí y vaciarse totalmente, que significa que no sólo debe vaciarse de los buenos sino también de los malos, el nus del hombre debe quedar totalmente vacío; y sólo entonces, mientras que la lógica la lógica se ocupa de los cimientos o bases de la noerá oración del corazón, entonces la oración puede ir desde el nus a la lógica, una vez que se haya hecho la separación. Esto quieren decir los Santos Padres cuando hablan sobre la catarsis.»
Está claro que en la tradición patrística la catarsis de los loyismí se hace al nus, de modo que él opere en el corazón con un logos, la monóloga oración.
«Los Padres de la Iglesia, cuando hablan sobre la catarsis del nus, dan a entender el despojamiento kenosis vaciamiento del nus, no sólo de los buenos loyismí sino también de los malos. En efecto, cuando el nus está vaciado y los pazos del hombre sean vencidos, entonces viene el Espíritu Santo, hace Su visita y entonces el Espíritu asume y ora en el interior del corazón del hombre.»
«Cuando se hace el vaciamiento kenosis del nus, entonces se marchan todos los loyismí. ¿Entendéis? Esto no es un trabajo de un aficionado, esto lo hacemos como profesionales; es seguro que esto se hace.
Pero esto se hará mientas uno hace obediencia; una vez que tenga un Guía Espiritual o Yérontas experimentado que tiene la oración y su obediente hace obediencia verdadera y real, entonces sin duda llegará en esto también. Al final puede ser que vaya al infierno, pero de que adquirirá la oración noerá, esto es seguro.»
Es decir, el hombre cuando tiene un Padre Espiritual o Yérontas hisijasta conocerá la noerá oración del corazón, pero si cae en errores espirituales, perderá esta donación y será condenado.
«La oración del Espíritu Santo en el interior del hombre no puede venir al hombre si el nus antes no se ha quedado despojado, vacío. Debe vaciarse totalmente, tanto de los loyismí buenos como de los malos, de todos. ¿Por qué se llaman loyismí? En efecto, porque son energías de la lógica, las cuales han saltado al nus, pero no deben estar allí. La lógica sí que tiene loyismí; por eso deben marchar del nus y delimitarse en la lógica-diania.
En el nus debe existir únicamente la monóloga oración; un logismós nada más. Y esto es el principio o comienzo de la terapia del hombre. Monóloga oración significa que debe existir un logismós que es la memoria de Dios y nada más. La monóloga oración es: “Κύριε, Ιησού Χριστέ, ελέησόν με τον αμαρτωλόν, Kirie Jesús Cristo compadécete de mí que soy pecador». Un logismós que es el Kirios-Señor de la doxa-gloria luz increada en el interior del nus del hombre, por eso se llama oración monóloga.»
«Cuando uno ve con certeza y claridad el discernimiento entre nus y lógica-diania, mente, intelecto o cerebro, ve que la cultivación del nus del hombre medio la catarsis y la iluminación, no es independiente sin relación con la cultivación de la lógica. En efecto, la lógica se está cultivando junto, paralelamente, pero de tal manera que la catarsis del logos no es catarsis ética, no es una catarsis que su propósito es la moral. Es el propósito ascético o práctico de esta catarsis. ¿Por qué? Porque cuando se hace la catarsis del nus, desde la memoria se marchan los malos loyismí y también los buenos; se hace un despojo, vaciamiento kenosis.»
Lo importante es que el nus del hombre es el centro de los cinco sentidos. El nus expandiéndose a la creación es radiado en los cinco sentidos, se mancha y se ensucia. Pero cuando se ha catartizado purgado, limpiado y sanado de los pensamientos y de los pazos preconcebidos y preformados y de los distintos loyismí, entonces todos los sentidos se unifican y se hace la uniforme recogida y reunificación del nus. Esto consiste la catarsis del nus.
«Hoy en día cuando pensamos en estos temas creemos que la catarsis es detenerse de pecar, es decir, si somos ladrones, pues, parar de robar, si hacemos ciertas otras cosas dejar de hacerlas, si decimos mentiras, no mentir más, y así hemos delimitado el sentido y significado de la catarsis en las praxis pecaminosas. Es decir, la praxis pecaminosa es pecado y la catarsis del hombre es parar de hacer praxis pecaminosas, ¿es así o no? Desgraciadamente esta percepción predomina.
Pero, si ves a los Padres, no sólo esta cosa es la catarsis, esto es una parte de la ascética o práctica. El verdadero sentido y significado de la catarsis es que sea catartizado el mismo nus, que es el centro de todos los cinco sentidos, y allí al corazón del hombre y al nus los cinco sentido son un sentido y percepción. Allí se hace la unificación de los cinco sentidos y resultan en uno; por eso la energía del corazón debe estar y ser unificada. Unificada significa que debe tener el género de uno, dejar de ser cinco sentidos y ser ya un sentido unificado; y así de esta manera cuando ha reunificado o concentrado su nus al corazón, entonces puede cuidar y guardar sus sentidos, porque vigila y guarda a su nus. Y mientras el nus se ocupa sólo para la oración, una vez que el hombre haya llegado a esta reunificación unitaria de la energía del nus en el corazón, por esta razón se resuelven también los problemas de los sentidos. Se van todos los conceptos y nociones que están al corazón, al nus y lo que proviene de los sentidos y de la lógica-diania y este vaciamiento del nus es también catarsis del nus, esta kenosis vaciamiento o despojo del nus es la catarsis del nus. Después, una vez que se haya catartizado el nus por la memoria perpetua de Dios y por la oración noerá, la única cosa que le ocupa ya el nus es la memoria sobre Dios o la oración incesante y nada más.
Y cuando uno llega a este estado, ya resiste con alegría las tentaciones. Por eso se observa el fenómeno que los Padres ascetas o fieles practicantes, los que han llegado a tener la oración noerá, acostumbraban a entrar también hasta en los prostíbulos para salvar prostitutas, es decir, muchas de ellas estaban cautivas en los prostíbulos. ¿Por qué? Porque ellos estaban en este estado y no les afectaba el ambiente, ya no tenían influencia exterior por el ambiente. En vez de ser influenciados por el ambiente, ellos mismos influenciaban al ambiente, en vez de ser entenebrecidos por el ambiente, los mismo iluminaban al ambiente. Por eso ellos son llamados velas encendidas, estos Padres son las velas encendidas.»
Esto que en la Santa Escritura se llama corazón (interior-espiritual) es la parte de la psique que se llama παθητικό (pazitikó) pasional o padeciente u emocional, es decir, la parte anhelante (deseo, concupiscente) y la parte irascible (afectiva). En nus catartizado purgado, limpio y puro debe operar en esta parte de la psique y dirigirla correctamente, entonces el corazón está limpio, puro y lúcido. El nus catartizado limpio y lúcido no lleva al corazón (deseo e ira) las imágenes ni los pensamientos y pazos preconcebidos por las cosas de los sentidos. Simultáneamente el nus unificando todos los sentidos y pronunciando la oración, mueve también el corazón en agapi (amor) y celo hacia el Dios.
Los hinduistas conocen lo qué significa vaciamiento de la lógica, ya que rechazan todos los loyismí, pero no conocen qué significa catarsis del corazón y sobre todo no conocen cómo opera la Jaris (gracia, energía increada) de Dios en el corazón y qué significa que el hombre es convertido en templo del Espíritu Santo.
«Los hinduistas saben hacer la catarsis del nus; lo que no saben hacer es la catarsis del corazón. Hay una diferencia entre el nus y el corazón el cual es como una bomba (de agua) que trabaja. La parte del corazón debe ser catartizada limpiada, purgada y sanada para que este nus pueda estar orando en el interior del corazón. Los hinduistas hacen esta catarsis del nus y le vacían de todos los pensamientos, buenos y malos.
Es decir, cuando hablan sobre la catarsis del nus, le vacían y le hacen zeoría contemplación esto por ellos se llama “zeoría, contemplación”. En inglés lo llaman meditatión y lo llaman trascendal meditatión. Y lo hacen muchas veces al día, y otros dos o tres veces al día, así es un reposo, una calma y serenidad. Esto tiene consecuencias fisiológicas, porque calma los nervios y el hombre pasa mejor su día. Por ejemplo, no se pelea ni se enfada tanto con su mujer, hijos etc. No hay duda que los hindúes son muy beneficiados de estos ejercicios que hacen. Pero lo curioso es que en la tradición hinduista no existe la oración del corazón. Nada. Simplemente hacen un vaciamiento del nus y delimitan los pensamientos en la lógica-diania del hombre.
Nuestros monjes, hacen exactamente la misma cosa, pero con esto hacen también la catarsis de los pazos que están anidados al corazón del hombre. Se realiza la catarsis del corazón. Y cuando el hombre está preparado, porque cree en el Cristo, en la tradición, etc., viene el Espíritu Santo y ora en el interior del hombre. En los hinduistas no se hace la misma cosa.»
En cambio en la tradición patrística hisijasta exteriormente perece que se vean algunas similitudes con la ascesis o práctica del hinduismo, a pesar de esto, hay gran diferencia. En la tradición ortodoxa la catarsis enlaza y conecta con el nus, con la catarsis de los pazos y la fe en Dios.
«Las ascesis o prácticas son acompañadas con la catarsis del nus, catarsis de los pazos, fe en Cristo y oración, todo esto va junto.»
La catarsis del nus y del corazón existía también en el Antiguo Testamento. Sobre todo al salmo 50, entre otras cosas pedimos de Dios: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”.
«Acordémonos del Antiguo Testamento que habla mucho de la catarsis del corazón y tenemos el salmo 50, que dicen los sacerdotes cuando inciensan, etc.… Y allí dentro veremos la oración entera para que no se marche el Espíritu Santo y para haber catarsis.
En este punto los Padres recalcan que, para que no se vaya el Espíritu Santo, significa que uno no pierda la noerá oración del corazón, porque los Padres enseñan que la noerá oración no está solamente en el Nuevo Testamento y en la tradición cristiana, ya que los Profetas tenían noerá oración del corazón.»
Por todas estas razones los Catecúmenos en la antigua Iglesia deberían primero aprender en la praxis cómo se hace la catarsis del nus y cómo retorna al corazón, de modo que el nus dirija el deseo y la ira en cómo caminar de manera natural y sobrenaturalmente.
«En la tradición patrística, que es de la Santa Escritura, se realiza la catarsis y después uno es bautizado, toma el bautismo por agua, son absueltos sus pecados y después se hace la Crismación.»
De todo lo anterior se ve que cada ser humano tiene la capacidad y poder de la catarsis del corazón.
«En la Ortodoxia el peor hombre puede realizar la catarsis y llegar a la iluminación.»
La catarsis del corazón “es un estadio de la teognosía, gnosis de Dios”. Y en esto ayuda efectivamente el dogma.
«Por esta razón el dogma es el guía, conductor para los que están pasando por la catarsis y sigue siendo conductor para los que continúan estando en la iluminación.»
Así que la catarsis del nus y del corazón orienta al hombre hacia la iluminación.
«La catarsis es una orientación, una orientación práctica que tiene una gran similitud con el orden ético que quieren los políticos y los filósofos, tiene una semejanza paralela con estas cosas. Pero cuando uno llega a este nivel de ascesis o práctica, después avanza y progresa también la iluminación.»
Desgraciadamente toda esta vida ascética y practicante, tal y como se vive en la vida eclesiástica y está definida en la enseñanza patrística, en Occidente se ha diferenciado por el Cristianismo occidental y esto es transmitido o se intenta traspasar también en nuestro espacio, en los ortodoxos.
«Por eso la catarsis hoy en día intentan pasarla también en Helas-Grecia como moral y el hombre catartizado hoy en día que sea el hombre ético.»
Esta diferenciación y alteración tiene consecuencias también en la vida litúrgica de la Iglesia.
«Con el pietismo que han traído e intentan imponerlo también en Helas-Grecia, se transforma la catarsis de ascética o practicante en catarsis moral. También decían algunos que los cánones que tenemos y nos dicen que comulguemos cada Domingo. Es decir, ya que somos catequizados y somos morales, debemos comulgar cada Domingo».
- Definición de la iluminación del nus
Después de la catarsis del corazón viene la iluminación del nus, que es el segundo estadio del perfeccionamiento espiritual del hombre. A continuación más allá de lo que se ha escrito sobre el tema, localizaremos qué es la iluminación del nus y cuáles son sus consecuencias para el hombre.
En principio se debe recordar que el hombre en el Paraíso, antes de la caída, se encontraba en el estado de la iluminación del nus, que es el primer estadio de zeoría contemplación de Dios. Se trata del estado paradisíaco del hombre.
Se ha recalcado anteriormente que la psique del hombre tiene dos energías paralelas, la noerá (del nus) y la lógica o racional. En el estado de caída (caótico) estas dos energías se identifican, por lo tanto, hablamos de entenebrecimiento, oscurecimiento del nus. Cuando estas energías son separadas y cuando la noerá energía funciona independiente de la energía lógica, esto es la iluminación del nus.
«¿Qué es la iluminación?. En esencia la iluminación no es iluminación de la lógica o diania. Por supuesto que hay iluminación de la lógica-diania, orar, ir a la Iglesia, ayunar, orientarse con la lógica para hacer lo correcto, liberar los esclavos, ayudar a los pobres, ir voluntario, dar sangre. etc., todas estas cosas.
La iluminación del nus para los Padres no es la iluminación de la lógica sino del corazón. La catarsis del corazón, la iluminación del corazón que no es iluminación lógica, es iluminación espiritual, esta es la iluminación. Por tanto esta es la terapia. La enfermedad es oscurecimiento del nus y la terapia es iluminación del nus.»
Según los Padres la iluminación se delimita al nus y no en la lógica-diania, porque si ocurriese esto el hombre no podría hacer ningún trabajo.
«El hombre debe ocuparse con las cosas necesarias para vivir, la familia, la sociedad, el trabajo, etc. Por lo tanto, el hombre puede orar lógicamente sólo durante espacios del día, es decir, maitines, vísperas, etc. El resto del día puede orar cuando está trabajando, pero si lo intenta mucho, por lo menos no será buen obrero. Le considerarán vago o gandul y que no es un trabajador correcto. Por tanto, aquello que tiene que conseguir es separar la energía noerá de la energía lógica. ¿Y cómo se hace esto? Expulsando de su noerá energía, de su nus todos los loyismí.
No hace falta que uno sea filósofo para aprender estas cosas. Por eso los Padres decían que para llegar a la iluminación uno no le hacen falta las letras o estudios académicos. No es la ciencia y las letras que conducirá al hombre a la iluminación del nus, sino la ascética o práctica. Y esto los Padres lo recalcan muy mucho.»
La iluminación del nus se define principalmente por el estado interior de la noerá oración del corazón. Cuando el nus es liberado de la lógica e iluminado de la Jaris (gracia, energía increada) de Dios, entonces ora incesantemente.
«Donde hay catarsis del nus, empieza la iluminación del nus. Es el nuevo-iluminado y después el iluminado y se supone que el iluminado es uno que tiene memoria perpetua de Dios, su nus se ha liberado de la lógica, de los pazos etc., y se ocupa solamente con la oración del corazón, la monóloga y tiene memoria de Dios.
En nuestra tradición la iluminación es la catarsis del corazón y la sustitución de la multitud de loyismí con sólo un logismós que es una oración simple o monóloga.
Esto es lo de “orad incesantemente” (Tes 5,17) de san Pablo. Esta es principalmente la iluminación. Es decir, esto que describe el Apóstol Pablo como iluminación. También en la Iglesia antigua esta era la iluminación.
La gnosis que viene al hombre a través de la iluminación no es gnosis filosófica, sino oración. No es gnosis lógica, es gnosis de la oración, porque la gnosis lógica permanece en la lógica-diania mente, intelecto o cerebro del hombre.
La iluminación es un estado in-interrumpible que dura las 24 horas incluso cuando uno duerme.
Todas las oraciones son logos, verbos y conceptos, entonces estos son utilizados en la experiencia de la iluminación por el mismo Espíritu Santo, el cual toma de las mismas palabras con las que nosotros oramos, salmos etc., toma estos mismos logos, dichos y verbos, y el Espíritu ora en nuestro interior con nuestras palabras.»
La liberación del nus de la lógica se llama libertad del cautiverio.
«La suspensión, refutación y liberación de este cautiverio se realiza con reestructuración de la memoria incesante de Dios al colofón de la psique que se llama nus, el cual es transformado por la cautivada dinami potencia de la energía pasional y maliciosa de los pazos.»
La iluminación del nus no es un método técnico o artificial, por la que se separa la energía noerá (del nus) de la energía lógica, sino un estado de visita del Espíritu Santo. Esto se hace con la energía increada del Espíritu Santo.
«Según los Padres de la Iglesia, aquel que tiene esta visita del Espíritu Santo, adquiere la iluminación del nus. El Espíritu Santo viene en el interior del corazón del hombre, independientemente de la lógica. El Espíritu Santo nos enseña la noerá oración del corazón y adquirimos esta oración, este culto noeró o espiritual. Nosotros damos a Dios el culto lógico.»
Además, la ausencia del Espíritu Santo es oscurecimiento del nus.
«¿Qué significa oscurecimiento del nus? Pues, que el nus no tiene el Espíritu Santo orando en su corazón.»
Iluminación del nus es la primera zeoría contemplación, de la que el hombre sube a la visión de la doxa-gloria increada de Dios.
«Generalmente estas experiencias sobre el Dios se distinguen entre el estadio de la iluminación y el estadio de la zéosis. El estadio de la zéosis no es un estado o situación fija en esta vida, pero dura una vez que uno llega a la zéosis y permanece en ella y después retorna a la iluminación. El estado o situación fija, la espiritual, es una situación de iluminación.»
La experiencia de la iluminación del nus se vive con la noerá oración del corazón, en efecto, si el hombre “tiene iluminación, tiene noerá oración del corazón”.
«Tenemos los θεόπνευστος zeópnefstos inspirados por Dios, son estos que se encuentran en situación de iluminación, los que tienen noerá oración del corazón, la oración o bendición noerá, la bendición u oración del Espíritu Santo en el interior del corazón. ¿Por qué estos son zeópnefstos inspirados de Dios? Porque el Espíritu Santo ora en el interior de ellos. Ya que esta oración no es de ellos, en efecto, es del Espíritu Santo que ora en el interior de ellos. Y esto es la θεοπνευστία zeopnefstía inspiración divina. Estas dos juntas en la terminología eclesiástica se llaman θεωρία zeoría contemplación.
Para los Padres de la Iglesia, la iluminación está constituida de logos, verbos y conceptos, pero en forma de oración. Entonces en las oraciones, en el estado de iluminación hay logos, verbos, conceptos y significados. Y el hombre que tiene la oración en estado de iluminación, es decir, la noerá oración en el corazón, esta oración ilumina al nus del hombre, ya ve con la fe y con el testimonio del Espíritu Santo cosas en el interior de su corazón, las cuales antes no veía, pero estas cosas y realidades las ve por la fe y los logos, verbos, conceptos y significados los entiende espiritualmente, no filosóficamente.»
Lee la Santa Escritura, tiene comprensión de los logos, verbos, conceptos y significados, no desde el aspecto del método filosófico, sino desde el aspecto de la metodología. ¿Por qué? Porque los logos verbos, dichos, conceptos y significados son considerados como fármacos del hombre. Es decir, igual que el hombre que está enfermo tiene fármacos o medicamentos, cuando llega a la salud y está curado suspende los fármacos, ¿o no es así? No damos medicamentos o fármacos a los hombres sanos, los damos a los enfermos, porque están enfermos. Y como el hombre está enfermo, por eso tiene también el fármaco o medicamento de la iluminación. Y esta iluminación está constituida de logos verbos, dichos, conceptos y significados en forma de oración, de incesante oración al corazón.
Por tanto, esta situación de iluminación es contacto consciente del hombre con el Dios, es la primera κοινωνία kinonía conexión y comunión con el Dios, entonces el hombre se hace templo del Espíritu Santo. ¿Por qué? Porque el Espíritu Santo ora en el interior del corazón.
Si tomáis las epístolas del Apóstol Pablo y las leéis desde este aspecto, poco a poco entenderéis que es esta realidad según el Apóstol Pablo. Y cuando habla de “glosolaliá clamor en lengua” esta realidad da a entender. Cuando dice “oraré con el nus” (1Cor 14,15), significa que oraré lógicamente en contacto consciente con Dios, porque tenemos también la oración lógica, pero también oraré espiritualmente o noerá. Y con el corazón ora incesantemente, en cambio con la oración lógica el hombre ora de vez en cuando en cortos espacios de tiempo, porque los otros momentos u horas la lógica está ocupada con sus trabajos diarios.»
Mientras la noerá oración en el adulto opera con palabras que conoce, sin embargo a los niños opera sin palabras ni frases. El nus ora con las palabras que ofrece la lógica-diania. Pero cuando la lógica en los niños que no tienen integradas las palabras enteras, entonces ora de modo que es expresada la lógica no constituida o desarrollada aún en el niño.
«No tiene relación ninguna cuál es la forma de las palabras, basta que sean de salmos, himnos y oraciones de la Iglesia etc. Lo mismo que tú dices con la lógica, con esto mismo el Espíritu Santo ora. Igual que el niño pequeño que aún no ha concienciado las palabras. En el niño se hace la iluminación sin palabras, no es necesario que estas cosas sean palabras, simplemente hay la memoria. Entonces los niños tienen esta memoria. Por eso cuando tomen un niño y lo enseñéis crear lógicamente, puede ser santo. En sus dos o tres años le puedes enseñar también la noerá oración.»
De todas formas la noerá oración en el corazón no es un acontecimiento sentimental u emocional, es una experiencia real.
«La bendición u oración noerá o monóloga en el corazón es un fenómeno empírico, porque el hombre cuando tiene la monóloga o noerá oración en su corazón, la escucha, es decir, es testigo que tiene esta experiencia, no es una fantasía. La iluminación es experiencia, la zéosis es experiencia.
Después tenemos un fenómeno otro, un otro aspecto del tema. Es la parte religiosa del tema. El hombre tiene la energía que la llamamos energía noerá y no es la energía lógica o racional. La energía lógica o racional tiene como centro el sistema neurológico, en cambio la noerá energía tiene como centro el corazón del hombre. De modo que, cuando es separada la energía noerá de la energía lógica y tiene la oración del corazón y la energía noerá (o del nus) está delimitada en el espacio del corazón y el corazón se sienta a hacer de sacerdote o de salmista las 24 horas, entonces a causa de esta experiencia tenemos al hombre siendo templo del Espíritu Santo.
Es decir, para que se vayan marchando los loyismí, el hombre debe ponerse bajo la vigilancia y cuidado de un Padre o Guía Espiritual, el cual podrá conducirlo de modo que pueda convertirse y hacerse templo del Espíritu Santo y llegar a tener la oración noerá o monóloga en el interior de su corazón y así hacerse templo del Espíritu Santo. Y esta es principalmente la iluminación en los Padres de la Iglesia; la oración o bendición, es decir, la situación o estado de la oración esta es la iluminación.
Y cuando se encuentra en este estado, entonces la oración puede ser completa, puede ser que no. En la antigua Iglesia no era sólo decir el ““Κύριε Ιησού Χριστέ, ελέησον με τόν αμαρτωλόν Señor, Jesús Cristo, eleisón me, que soy pecador”, etc. En Occidente la noerá oración se hacía con salmos del Antiguo Testamento. Y se ve por el Apóstol Pablo en la epístola a los Efesios que dice “hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones” (Ef 5,19). Allí “con himnos y cánticos” no es solamente el moderno salmodeo o cantar que se hace en la Iglesia. En efecto, en la antigua Iglesia se llamaba salmista porque cantaba salmos. Y de allí viene que al que recita o canta se llame salmista. Entonces cuando dice con himnos y cánticos”, hoy en día diríamos sólo “cánticos”. Pero esto lo diríamos también “salmos o salmodiando” y es lo mismo hoy que cántico o cantando. Pero entonces había discernimiento “entre himnos o cánticos y salmos. Lo de salmodiar son los salmos.»
«Y cuando un hombre es restablecido (apocatástasis) en este estado, entonces está iluminado y entonces se hace un hombre fisiológico, tiene κοινωνία kinonía comunión, conexión y unión con el Dios. Este es el hombre fisiológico.»
Algunos hacen una confusión entre la oración lógica y la noerá oración del corazón. La oración con el komposkini (rosario ortodoxo con nudos) no es oración noerá.
«He escuchado monjas que dicen: “ahora hago oración noerá”; es decir, se sienten toman el komposkini y creen que esto es la oración noerá. Basta con hacer la oración con el komposkini y creen tener oración noerá. No entienden que la oración debe estar también en el corazón y no sólo en el komposkini y en el cerebro. Porque no conocen la diferencia entre el culto lógico y el culto noeró o espiritual; no es la misma cosa, cada una es distinta.»
Al inicio uno empieza con la repetición de la oración “Κύριε Ιησού Χριστέ, ελέησον με Señor, Jesús Cristo, eleisón me” con la boca, la lógica y de vez en cuando es introducida al corazón.
«El principiante, como esto no lo puede conseguir, porque aún no hay el discernimiento entre oración lógica y la noerá o espiritual, por eso se sienta y ora lo que puede con la lógica bajo la conducción del Padre Espiritual y a continuación ora hasta el día que esta oración que está haciendo con la lógica comienza hacerla poco a poco con su nus en el interior del corazón.»
Y lo sorprendente es que, cuando el nus se introduce en el corazón y ora, entonces la lógica-diania está por fuera observando cuándo el nus se introduce y cuándo sale del interior el corazón.
«Se ve claramente esto que dicen los Padres, es decir, cuándo el nus ora y cuándo se está saliendo e introduciendo en el interior del corazón, entonces el logos íntimo (vocecita de la conciencia) sentado, le está observando, es decir, con la lógica-diania le observa. El hombre llega hasta el punto que, cuando hace la ascesis o práctica, donde su lógica-diania puede ver también al nus introduciendo y saliendo del corazón, porque tiene ya control de la situación. Y cuando el hombre quiere concentrarse, toma su nus y lo mete en su corazón, es decir, esto que la lógica-diania del hombre está observando.
Y cuando este nus ora incesantemente, esto se hace biológicamente, fisiológicamente, aquí dentro en el espacio o región interior del corazón, es decir, literalmente esta cosa se hace en el interior del corazón del hombre, y el logos íntimo innato, se sienta y encima se alegra. Es decir, el logos puede no estar orando, y estar orando solamente el corazón. Y cuando uno va a la Iglesia ora el corazón y ora también la lógica, y lo uno más o menos puede estar independiente de lo otro. Y así se sienta el logos y observa al corazón y al nus y también escucha.
Por tanto estas cosas que uno encuentra esparcidas en los Padres de la Iglesia ortodoxa, de un modo muy admirable las encontraréis en este escrito o tratado: “Las peripecias de un peregrino”, el cual peregrino a dónde iba, oraba desde el interior de su corazón, llevaba consigo en su corazón la oración. Es un fenómeno tremendo y admirable.»
La situación o estado de la iluminación del nus, que es expresado con la noerá oración interior incesante, no es un estado o situación abstracta, sino que es comprobada y controlada por el Padre Espiritual o Yérontas y es comprobada de aquellos que tienen esta misma experiencia.
«La participación en la Iglesia en estado de iluminación, es una experiencia que se puede comprobar y demostrar. Existe el diagnóstico para esta situación. Un Padre Espiritual o Yérontas conoce y sabe quién está en este estado o situación.»
El Padre Espiritual que tiene experiencia de la noerá oración ayuda a los hijos espirituales a adquirir la noerá oración del corazón.
«¿Cómo llega el Cristiano a la iluminación, cuando tiene Padre Espiritual o Yérontas? El Padre Espiritual es el que conduce a la iluminación, es decir, el Catequista.»
«Después tenemos la iluminación del corazón, que es esta situación o estado de la oración del nus o la monóloga oración. Por lo tanto, en la tradición patrística, la iluminación es una situación o estado concreto que se debe comprobar si hay la oración o bendición del corazón o no. Esto sólo se puede comprobar o verificar por el Padre Espiritual o Yérontas.
Pero también el psicólogo y el psiquiatra están obligados a ocuparse de este tema. Porque es una situación psíquica, la cual tiene algunas consecuencias. No sólo existe la monóloga oración del corazón, sino que produce ciertos resultados.»
Sobre todo los que tienen la experiencia espiritual de la iluminación del nus entienden, leyendo varios textos si su escritor tiene experiencia de esta situación.
«Algunos monjes dicen lo siguiente: cuando estudian a un Padre de la Iglesia, saben que el Padre de la Iglesia escribe varias situaciones o estados; se encuentra en un estado o situación y cada vez que escribe, pueden reconocer cuándo escribe en situación de zéosis o de iluminación. Porque el estado de zéosis no es fijo; dura un corto espacio del tiempo, puede ser unos días y puede ser zéosis continua, puede ser un alumbramiento y no ser una visión y después retorna a la iluminación. Y de nuevo la noerá oración del corazón. Y cuando está en zéosis, no tiene oración queda suspendida, etc. Por tanto, dicen que uno que ha pasado por estas situaciones, cuando lee a un escritor, sabe en qué situación se encuentra cuando escribía.
Y después puede entender si estaba sólo en iluminación y nunca había llegado a la zéosis, y si no estuvo nunca en iluminación uno también esto lo entiende. Por eso no podemos escondernos de los Padres Espirituales o Yérontas.»
La iluminación del nus no es una situación psicológica abstracta, sentimental o emocional, sino que es inspirada por el Espíritu Santo y se vive, experimenta como oración incesante que tiene consecuencias en todo el organismo psicosomático del hombre, tiene consecuencias en toda su existencia. Localizaremos algunas de estas.
La noerá oración se llama también resurrección del nus, porque el nus oscurecido o entenebrecido se ilumina y se hace operativo. Por eso se distingue claramente de las correspondientes técnicas y estados orientales.
«El éxtasis o resurrección del nus en el estado del alumbramiento con la oración incesante o la memoria de Dios, y también en el estado de la zeoría contemplación, nada tiene que ver con los éxtasis de los filósofos místicos y las religiones que buscan la liberación de la psique del cuerpo y de los pazos.
Entre los Cristianos Ortodoxos, situaciones de alumbramientos y zeorías de la diania (mente, intelecto, cerebro), de la memoria y de las energías físicas de la psique y del cuerpo, no sólo no dejan de funcionar, sino que se limpian y se purgan, se iluminan y se deifican o glorifican también. La totalidad del hombre participa de la catarsis, de la iluminación y de la unión o zeoría o zéosis o glorificación. Los últimos cuatro términos indican la misma realidad apocalíptica-revelativa espiritual.»
El hombre iluminado no depende del mundo y no está conectado con los bienes materiales.
«Una de las cosas necesarias para que uno llegue a la iluminación espiritual es la insolvencia o pobreza material, no tener posesiones.
Si uno no está sin tierras, posesiones, no puede alcanzar la zéosis. Esto es imposible.»
Adquiere libertad de los pazos y del ambiente.
«La noerá oración del corazón es la resurrección del nus, la liberación del nus de la lógica-diania y de los pazos, del cuerpo y del ambiente. Porque el fin o propósito de la existencia del nus es tener comunicación y comunión con el Dios. Y el propósito de la existencia de la lógica-diania es que se vaya adaptando el hombre con el ambiente, con las creaciones y poder vivir en armonía con el ambiente.»
El ambiente no tiene ninguna influencia sobre el hombre que se encuentra en estado de iluminación.
«La oración noerá no sólo era para las torturas de las persecuciones. Por eso los monjes con sus prácticas o ascéticas de esta manera tenían también la noerá oración y se convertían ya domadores de los elementos de la naturaleza. Los elementos de la naturaleza no tenían la misma influencia que tienen en cada hombre.»
El iluminado, aunque se ocupa con su lógica o diania con asistencias y ocupaciones biológicas, a pesar de esto, su nus ora incesantemente.
«San Basilio el Grande escribe que el templo de Dios es el hombre aquel que no tiene ninguna interrupción de la perpetua memoria de Dios por ocupaciones diarias, es decir, esto que decimos “despojémonos de toda preocupación biológica”. ¿En la tradición cómo son comprendidas estas cosas enseñadas por san Basilio? ¿Cómo es? En efecto, es la noerá oración, es decir, el hombre debe adquirir la iluminación del nus de modo que cuando se ocupa de las asistencias o necesidades biológicas estas no interrumpan la continua memoria de Dios. ¿Por qué? Porque con la lógica o diania se ocupa de las necesidades biológicas, en cambio el nus está ocupado incesantemente con la memoria de Dios. Estas cosas suceden simultáneamente, a la vez y no una después de la otra.»
Además, como está en comunión con Dios, tiene en su interior el Espíritu Santo, no siente nunca soledad, es decir, de que está solo.
«Por eso el monje nunca está sólo, porque tiene en su interior el Espíritu que ora y le mantiene en compañía en la soledad, en el desierto, etc. Además de esto, cuando hace falta y Dios juzga que es para su bien se le va apocaliptando-revelando.»
El hombre iluminado está liberado también de la ley, porque en este estado la ley real, el Espíritu Santo, se ha introducido en su existencia. Sin embargo, cuando no hay muchos iluminados que tengan el Espíritu Santo solucionan también el llamado problema social, componen una comunidad perfecta, como vemos en el libro de los Hechos de los Apóstoles.
“En esta κοινωνία kinonía sociedad en comunión y unión o del Monasterio que todos casi por lo menos han llegado en situación o estado de iluminación, en principio primero se ha suspendido o superado la ley. En efecto, entre los que se encuentran en el estado de la iluminación no hace falta ya la ley. Porque en sus interiores funcionan ya la ley increada de Dios que es la energía increada y operación del Espíritu Santo.
Entonces, la ley para estas personas es el mismo Cristo en Espíritu que habita en el interior de sus corazones y ora, son conducidos por el mismo Dios. Estos seres humanos no necesitan de la ley ni tienen necesidad de juicios y cárceles. Por esta razón el juez en la parroquia es el Obispo; tenemos un juicio separado para las necesidades de los Cristianos.
Por esta razón en la antigüedad no era permitido que el Cristiano acudiera a los jueces y a los juzgados políticos mundanos. Porque estaba considerado que los Cristianos que habían llegado a la iluminación no tienen necesidad de juzgados políticos o del estado. ¿Por qué? Porque ya han superado las leyes de la sociedad, incluso las leyes del Antiguo Testamento, según el estado espiritual en el que se estaban encontrando. Entonces, una parroquia o un Monasterio con este tipo de Cristianos, es una sociedad idónea, esta es la sociedad adecuada, eficaz e inteligente.»
El hombre que se encuentra en el estado de iluminación se metamorfosea, se transforma y se convierte íntegramente.
«Esto tiene también el aspecto terapéutico. Porque el hombre que no llega a la iluminación es egocéntrico, está esclavizado y dominado del instinto de la autoconservación, se auto-subyuga haciéndose ególatra, avaricioso, ambicioso y codicioso, busca riquezas para estar seguro y todas estas situaciones de su co-humano semejante que le pueden llevar hasta matar, robar, mentir etc.
Estas situaciones no se sanan simplemente con una fe en el Evangelio. Hay muchos que creen en el Evangelio, los curas se sientan y pasan desde por la mañana hasta la noche y nos dicen que tengamos agapi uno con el otro y nadie nos dice cómo tenerla esta agapi o cómo adquirirla. La agapi “no pide ni busca lo suyo” (1Cor 13,5), como uno puede adquirir esta agapi, es decir, cómo y con qué método se hace esto.
Los psicólogos y psiquiatras algo ya han entendido, ya que intervienen digamos con ciertas terapias en la personalidad del hombres y para sanarlo de las situaciones anómalas, tanto lo uno como lo otro, es decir, para llevarlo a ser más fisiológico. Y lo de “más fisiológico” es una definición que ellos dan sobre lo qué es lo fisiológico del hombre desde el aspecto social y desde las relaciones con los demás hombres.»
«Cuando empieza esta iluminación del nus y de la diania (mente intelecto, cerebro) y se hace un estado unificado y estable, entonces la filaftía-egolatría y el egocentrismo gradualmente son sustituidos por la agapi que no busca no pide lo suyo (1Cor 13,5).
Cuando llega a este nivel, entonces ha llegado a la zeoría contemplación y está en el escalón de la zéosis, mas con la voluntad y con la Jaris (energía increada) de Dios puede adquirir un éxtasis del nus, de donde la perpetua memoria de Dios sin esperarse es sustituida por la zéosis, para conocer la visión de Dios, primero con un alumbramiento de la doxa increada de Dios, después con la expectación o visión de la divina doxa increada, y finalmente cuando el cuerpo muere más allá de la tumba, está con continuas visiones, expectaciones de la divina doxa-gloria increada que resplandece de la naturaleza humana de Cristo en éste y en los santos.»
El hombre iluminado logra ser altruista o desinteresado, es decir, transforma la agapi de interesada y egocéntrica en desinteresada, altruista y no egocéntrica y deja de ser esclavo de la filaftía egolatría.
«Ahora bien, la importancia de la oración del corazón para el cultivo de la personalidad humana es grande. Esto no tiene sólo importancia esjatológica sobre el día del juicio, durante la cual veremos a Dios como Luz increada y no como fuego, para la evitación del Infierno y nuestra participación del Paraíso etc. Esta cosa no tiene sólo importancia esjatológica, tiene también unas consecuencias sociales. Porque el hombre que tiene esta oración tiene relaciones con sus semejantes que no son relaciones distintas de los demás. Porque en principio, no es poseído de miramiento o interés propio, está poseído de desinterés propio o altruismo.
Por lo tanto un hombre sin miramiento o interés propio es formado de este método, que significa que este tiene consecuencias sociales y consecuencia en la terapia de la personalidad humana. Porque hoy en día los psiquiatras y los psicólogos no han llegado a la conclusión, están buscando tantos años a encontrar al hombre fisiológico, es decir, qué es el hombre fisiológico. Se han escrito muchos libros, han hecho investigaciones, etc., y, es cierto que cada uno ve más o menos que es más bien hombre enfermo y no se puede describir como un hombre normal.»
«El esclavo en el pecado es enfermo, porque padece su personalidad por el hecho de que su noerá energía no funciona bien o funciona ordinariamente. El perfeccionamiento de la agapi se hace con la aparición de Cristo “en doxa-gloria luz increada” en el hombre que está en nipsis. Llega a la zéosis y viene la agapi y perfecciona. Estos son los santos de la Iglesia. No son hombres que han hecho praxis éticas y morales, sino que son hombres que han sido terapiados, sanados “psicoterapiados” en el centro o base de su personalidad.»
No basta que el hombre haga obras buenas, sino que debe tener también la agapi desinteresada, altruista y no egocéntrica.
«Así interpretan los Padres la higuera secada que estaba llena de hojas pero no tenía frutos. Y las hojas son las obras buenas del hombre. Por lo tanto, aquel que tiene buena sobras, pero no tiene el fruto de la agapi desinteresada, altruista y no egocéntrica, que es el fruto también del estado de iluminación y zéosis, este árbol el Cristo lo maldecirá. Por eso este árbol es inservible. Las hojas, las obras buenas no bastan para la sotiria redención, sanación y salvación del hombre.»
La noerá oración cambia toda la personalidad del hombre de manera positiva. Se trata de una alteración real del hombre, porque con la energía increada del Espíritu Santo se hacen los cambios interiores, de la forma de pensar, de las energías u operaciones y de los comportamientos.
«Aquel que llega a la noerá oración del corazón no sólo tiene la metábole o cambio de la agapi egocéntrica e interesada, no tiene esto que lo podríamos llamar parte ética o moral, sino que tiene un cambio psíquico-biológico en su percepción.»
«El que exista la noerá energía no tiene ninguna relación con la teología, porque todo el mundo tiene la noerá energía. En unos funciona y en otros no.
Ahora bien, aquí tenemos este fenómeno extraño, donde existe la avenencia básica o enlace básico, aquí en este punto, entre la teología patrística o teología bíblica, mejor llamarla así, y la ciencia médica. Esto debe ser investigado, en efecto, existe una energía en el hombre que se puede poner en acción y funcionar y hacer algo concreto, tiene consecuencias en la formación de la personalidad humana, y esto tiene consecuencias en la sociedad y con la forma por la que el hombre se comporta hacia los demás seres humanos. Se sofoca la agresividad, se va el salvajismo y son sustituidas todas estas cosas por una agapi desmesurada para el hombre.
Es decir, se hace una alteración real del hombre. El hombre cambia, es transformado esencialmente. No tenemos ya un hombre fisiológico en el sentido de cada hombre. Es un hombre que se transforma en su psico-síntesis de tal manera que se hace otro hombre, este hombre se convierte en otra cosa. Tiene “agapi que no busca ni pide lo suyo”. Tiene un comportamiento con los demás hombres que no es moralismo. Esto no es de una “ley ética o moral”. No es porque ha ido en la catequesis del colegio y ha aprendido cosas y enseñanzas buenas sobre Cristo y nuestros santos y va a imitarlos. No, sino que sobreviene una alteración al centro del carácter del hombre.
Es decir, se hace una alteración sustancial. Se hace un cambio real y este cambio es en el interior. No es exterior, porque ponemos y obligamos leyes y decimos no hagas esto, no hagas aquello. Por tanto, el hombre entonces ya energiza y opera natural y espontáneamente y juzga de distinta manera las cosas que cualquier otro ser humano. Es un cambio real. Entonces en este espacio, al corazón, donde hay una alteración de la personalidad del hombre, allí los Padres dicen que empieza la teología; ¡en éste espacio!»
En el estado de iluminación el hombre adquiere la libertad del espíritu.
«Por esta razón, como teníamos estos hombre durante la turcocracia (bajo el imperio othomano), por esto no ha sido borrada la Ortodoxia. Si los ortodoxos de entonces bajo la turcocracia fueran los que son hoy en día, la Ortodoxia hubiera sido borrada. Esto es un hecho histórico amargo.
Por tanto, el libre según la Iglesia Ortodoxa es aquel que se encuentra en estado de iluminación. Por eso decimos en La Iglesia “Paz para todos”, porque así tiene la paz. “Me voy y os dejo la paz, os doy mi profunda y verdadera paz; no como este mundo la da, que es una paz hipócrita, engañosa e inestable. No estéis angustiados, ni tengáis temores interiores, tampoco estéis acobardados en vuestros corazones por miedos y amenazas exteriores” (Jn 14,27). Cuando dice que os doy mi paz, significa que os doy el Espíritu Santo, oración del corazón y así el hombre se pacifica, tiene la justificación y la reconciliación con Dios, comienza a hacerse amigo de Dios con la iluminación y después en la zéosis ya es 100% amigo de Dios y libre.
Esta es la libertad del hombre, cuando llega a liberarse, no sólo del interés personal o provecho propio, igual en el estado de la iluminación, pero también en el estado de la zéosis es liberado de la esclavitud y de los elementos de la naturaleza, porque es alimentado del mismo Dios y en este estado si continúa puede llegar a estar meses y años etc. Entonces el mejor estudio es volver a las vidas de los santos para ver allí y entender que el pecado es la falta de iluminación, y la libertad es por la iluminación a la zéosis. Estas cosas son sencillas y son la terapia “psicoterapia” de la personalidad del hombre. Por eso digo que si hoy en día apareciera la Ortodoxia en su esplendor y no en su decaída, sería considerada siempre como una ciencia positiva y sería más que las ciencias de psicología y psiquiatría.»
El hombre teniendo la Luz increada de Dios dentro de su ser y siendo el mismo luz, entonces es válido el logos de Cristo: “vosotros sois la luz del mundo” (Mt 5,14).
«El Cristo cuando dice “vosotros sois la luz del mundo” significa que vosotros los que estáis en el estado de la iluminación, sois la luz del mundo y los Cristianos que no sois la luz del mundo simplemente es porque no creéis en Cristo».
Teniendo la luz increada de Dios uno conoce qué es tradición ortodoxa y transmite la tradición e ilumina o alumbra a otros.
«La esencia de la ΙΕΡΑ ΠΑΡΑΔΟΣΙΣ (Parádosis, divina entrega y tradición), cuando decimos Santa Parádosis, el centro base de ella es la iluminación, la transmisión de la luz de una vela a otras, es decir, es uno que está hecho como una vela encendida, ilumina, alumbra y transmite la luz a los otros.
Por lo tanto, la esencia del Cristianismo es la iluminación; el iluminado alumbra, ilumina. Transmisión de la Luz increada, este es el Cristianismo, no es otra cosa. El Cristianismo no es el cura, los obispos o el patriarca etc. El cristianismo es radiar, pasar la Luz increada (como de una vela a otra vela), es decir, diagnóstico y terapia “psicoterapia”. La terapia “psicoterapia” es la iluminación del hombre. Por esta razón hoy decimos que “has sido justificado, crismado con mirra e iluminado”. Algunas veces este “has sido iluminado” resulta que sea una burla mala astuta, muchas veces también de algunos cristianos.»
Uno siendo iluminado de la Luz increada de Dios ve simultáneamente la energía increada y operación de Dios en toda la creación.
El hombre ama a Dios desinteresadamente sin esperar nada a cambio, se convierte y se hace amigo de Dios.
«En este estado de iluminación el hombre ya supera el miedo y el interés o miramiento propio y llega al punto que comienza a amar a Dios y a su semejante sin tener miramiento de sí mismo, sin esperan nada a cambio, ni pensar en su propio interés y su egoísmo.
Y cuando uno llega a ser amigo de Dios y riñe con Dios –no sé si lo digo bien- el amigo pelea con Dios para su semejante, tal como hizo Abraham o Moisés. ¿Por qué? En efecto, el hombre se hace co-reinante de Cristo. Co-rey significa que cesa de ser esclavo. Esto significa que el hombre se hace por la Jaris (energía increada) dios/a. Entonces en la sociedad ortodoxa no tenemos servilismo.»
La fe se discierne en fe por oído y fe por zeoría contemplación. Esta segunda fe la tiene el hombre que se encuentra en la iluminación del nus, por eso también la confiesa así, los cristianos iluminados soportaban todos los martirios, ya que la Luz increada de Dios se había introducido en sus existencias. Cuando uno no soportaba los martirios, no confesaba la fe, no quería ser mártir y confesor, esto es una muestra de que no se encontraba en el estado de iluminación del nus.
«Pero lo fisiológico o normal era, que a base de la experiencia de la iluminación, no doblegarse y pasar o sufrir de los martirios. En los tiempos de turcocracia (esclavitud turca u otomana) tenemos la misma tradición con los Neomártires.
Los que habían negado a Cristo y se habían convertido en turcos o también los que habían nacido turcos y se hacían Cristianos, los recogían y se fugaban en los Monasterios, pasaban de la áskisis-práctica para que después pudieran ir a predicar y confesar la fe en Cristo públicamente y ser mártires sin doblegarse. El martirio de ellos era la gran fiesta de la Iglesia, porque esto era un testimonio de la verdad de Cristo continúa existiendo.
Esta percepción sobre el martirio está escrita claramente en la vida de san Ignacio de Antioquía. Y si uno lee con atención a san Ignacio, se ve claramente que se trata de la noerá oración del corazón y camino hacia el martirio, con esta convicción en su interior iban al martirio.»
El mismo Cristo hablando sobre el martirio que sufrirían los Apóstoles dijo: “Ellos dijeron: Podemos. Jesús les dijo: A la verdad, del cáliz que yo bebo, beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados” (Mar 10,39). El martirio es el Bautismo y el fruto es la noerá oración del corazón y la zeoría contemplación de Dios.
«El que uno llegaba a negar a Cristo, era una demostración de que no era un hombre en estado de iluminación. Porque si estuviese en estado de iluminación, que es la noerá oración del corazón, no podría de ninguna manera negar a Cristo. Sólo el hecho de haber negado a Cristo, era porque aún no estaba en estado de noerá oración del corazón, por tanto, no estaba en estado de iluminación, por eso no podía comulgar. No porque la Iglesia quería castigarlo. Simplemente era un reconocimiento de que no estaba en estado de iluminación.»
«En la antigua Iglesia aquel que era doblegado de una persecución por castigos para negar a Cristo, se consideraba que no estaba en la situación o estado de iluminación. Por tanto, significa que aquel que ha sido preso del miedo de ser mutilado su cuerpo y ha negado a Cristo por miedo, esto es una demostración de que no posee la Jaris (energía increada), y por consiguiente, éste no estaba en estado de iluminación y no debería comulgar.»
Por supuesto que por encima de todo, aquel que tiene su nus iluminado que se llama primera zeoría contemplación, tiene la facultad, si Dios lo quisiera, ver también la doxa-gloria increada de la deidad.
«Si no llego a la iluminación, no estoy preparado para estar en frente cara a cara con la doxa increada de Dios.»
Esto lo vemos también en los Apóstoles. Habían sido iluminados de Dios y por esto apareció en ellos el Cristo resucitado.
«Aparece el Cristo resucitado para el perfeccionamiento de ellos, igual que hace con todos los que llegan a la iluminación y van hacia la zéosis.»
Esto significa que este hombre participa de la santidad.
La iluminación del nus se demuestra también de las reliquias que dejan los santos, ya que la Jaris increada de Dios se esparce por el nus también al cuerpo del hombre.
«Si uno ha llegado a la iluminación y a la noerá oración del corazón, significa que, si es fiel hasta el final, deja reliquias santas o divinizadas.»
«Pues ahora me pregunto: ¿Puede haber catarsis e iluminación sin haber reliquias santas? En efecto, el resultado de la catarsis e iluminación es la reliquia santa; porque, aquel que está en estado de iluminación, aquel que llega a la otra vida o en esta también en la zéosis, que es la zeoptía-visión divina, éste también deja reliquias santas que perfuman, sanan, etc. Entonces, aquí tenemos un testimonio empírico sobre el estado espiritual del hombre cuando vivía. Deja la reliquia santa o divinizada que perfuma, sana y obra milagros.»
Esta es la teología de la Iglesia sobre iluminación del nus. Pero desgraciadamente, en Occidente la iluminación se ha enlazado y unido con la lógica o diania. Esto ha influenciado también a muchos ortodoxos que conectan la iluminación con el cultivo de la lógica o diania, en vez de considerar que la iluminación enlaza y conecta con el nus y la noerá oración del corazón.
«Para Agustín el nus no se ocupa de la noerá oración del corazón, sino con los arquetipos. Esta es la iluminación para Agustín. Desde el aspecto ortodoxo esto es terrible es un engaño horroroso».
Con tal de adquirir uno la iluminación del nus y la incesante noerá oración, que es visita del Espíritu Santo, es imprescindible la presencia del Padre Espiritual, que conoce estos temas empíricamente, por experiencia propia y puede conducir espiritualmente al hombre.
«Aquello que hace falta al hombre para poder adquirir la noerá oración del corazón es tener un Padre Espiritual o Yérontas que posee la noerá oración. Porque es imposible o por lo menos casi imposible uno aprender la noerá oración, sólo leyendo sobre ella. Con la lectura no sale nada. Uno debe tener Padre Espiritual. Esto es muy cierto.»
El Padre espiritual se llama también Catequista, quien con la energía increada del Espíritu Santo conduce al hombre a pasar de la catarsis a la iluminación, e incluso que sea nombrado didáscalos-maestro.
Con este sentido uno puede ser guía o conductor Espiritual, aunque no sea clérigo. Es decir, no se trata sobre el Misterio de la Confesión, sino de la conducción espiritual, a fin de llegar el hombre a la noerá oración del corazón.
«Y cuando uno está en la iluminación, es Padre Espiritual aunque no sea ordenado. Uno puede haber matado hombres, pero se purga, limpia y sana o realiza la catarsis en su corazón y se ha iluminado, esta iluminación le hace igual que todos los demás.
Y el que uno espiritualmente es igual que el otro, no significa que obligatoriamente será ordenado. Sin embargo puede llegar a ser gran santo de la Iglesia. No es un monopolio de los clérigos esta terapia. La terapia “psicoterapia” se puede hacer de cualquiera que tiene la noerá oración del corazón, mientras que el Clérigo es el oficiante de los Misterios. Una cosa es esto y otra cosa lo otro. Por eso siempre en la Ortodoxia estas cosas se separaban o se discernían. Teletúrgicamente está el teleturgo (oficiante ordenado para el oficio). Pero el Padre Espiritual será aquel que ha llegado a la iluminación».
Esta es una tradición viva en la Iglesia Ortodoxa. Siempre hay seres vivos espirituales, los cuales el hombre que pretende encontrarlos en esta vida, debe buscar.
«Pero uno que no entiende sobre la iluminación y la zéosis, aunque sea teólogo de academia, profesor de Universidad y lee, dirá: “Eh deja estas cosas, no vale la pena ocuparnos son supersticiones, cuentos”, etc. Si es así, entonces se va al trasto o de paseo la Santa Escritura y Moisés no tiene ningún valor etc.
Paro tenemos los mismos seres vivos semejantes. Hay hombres de este tipo que son vivos, con la noerá oración del corazón y llegan a las zeoptías-visiones divinas, a la zéosis, y estas experiencias son realidades. Pero para que uno sepa que son realidades verdaderas, debe el mismo ir a buscar a estos hombres. Si no existen estos hombres y desaparece esta tradición, esto significa que ha desaparecido una ciencia.
Es decir, hoy en día si desaparecen los médicos y quedan solo sus libros y las leemos y no tenemos tradición de la medicina, no es posible resucitar de nuevo la medicina como es hoy en día. Lo mismo para todas las ciencias, si desaparece la tradición viva. Por eso también para la Ortodoxia será olvidada, si desaparece la tradición viva. Igual que en Occidente ha desaparecido, se ha olvidado»
Las realidades sobre la noerá oración del corazón están descritas en el bello libro de “Peripecias de un peregrino ruso”. (Este pequeño libro existe en español traducido y está puesto en internet, buscadlo)
«Si queréis tener una percepción sinóptica, breve y muy rápida sobre este tema, os ruego mucho, hasta incluso os lo puedo obligar como parte de esta lección para vosotros los estudiantes y después os haré preguntas para examinaros sobre este libro muy pequeño que se llama: “Peripecias de un peregrino”, por favor, os lo ruego, por lo menos el primer libro, porque son dos pero no es seguro que son del mismo escritor. Era un peregrino Ruso, uno de estos que hoy en día le describiríamos como analfabeto, pero muchas veces los analfabetos son más alfabetizados que los alfabetos o los que tienen estudios. Y encontró a éste Padre espiritual o Yérontas y aprendió la noerá oración del corazón y nos describe cómo la adquirió. Este hombre simple tenía este tipo de tradición, que leía la “Filocalía” la que circuló antes de la revolución del 1921 contra el imperio Otomano y a pesar de que los helenos estaban bajo este imperio cruel, fue divulgada también fuera de Helas-Grecia en otras partes de la romanidad como Epíro, Macedonia, Creta, Capadocia y en todo Oriente Medio, hasta al Danubio y hasta Besarabia de Rusia.» (homilía año 1980).
«Después hay otro libro también de san Siluán el Athonita. Y este libro es muy importante también, porque está lleno de teología patrística, es todo patrístico, es decir, allí dentro tiene los más profundos problemas gnosiológicos sin que él lo viere. El mismo, como no sabía de filosofía ni de historia de la filosofía, psicología, psiquiatría etc., no las conoce estas cosas, por eso el mismo está en situación de valorar las cosas que ha dicho. Pero las cosas y realidades que dice y escribe tienen una importancia sorprendente para la historia de la filosofía y la gnosiología, etc. Importancia admirable y sorprendente.
Pero me temo mucho que aquí en Helas-Grecia, los que leen las “Peripecias de un peregrino” y a san Suluán el Athonita, estos libros los leen pietísticamente y sentimental o emocionalmente. El mayor error es este, que estos libros sean leídos sentimental o emocional y pietísticamente, porque estos libros no son para sentimentalismos ni para pietismo ni la una ni la otra cosa. Estos libros son muy serios desde el aspecto psiquiátrico, de psicología y filosofía etc., y uno debe leerlos y estudiarlos con seriedad, no hacer disfrutar la imaginación o la fantasía de los piadosos o devotos.
Esto se hace de algunos aquí en Helas. Los piadosos leen, pero también puede ser que lean algún Kigegart o algún Franchesco, después algún Inglés o un algún Alemán sobre la oración, o de algún Italiano, puede que lean la vida de Cristo y también ”Las peripecias del pelegrino” y a san Siluán el Athonita y no entiendan que hay diferencia y lo hacen todo uno, lo mezclan todo como una ensalada y todo el paquete va junto.
Puede que tomen un libro sobre piedad que sea escrito por el mismo diablo y no haber captado y entendido que es del diablo. Por eso hace falta mucho cuidado, atención y mucha oración. Por tanto la άκρίβεια akríbia precisión y exactitud de la oración tiene una importancia enorme hoy en día. Amín.»
- Definición de la zéosis
Después de la catarsis del corazón y de la iluminación del nus continúa la θέωσις zéosis del hombre, que es el tercer estadio en el camino hacia el perfeccionamiento. La zéosis se enlaza o conecta con la θεωρία zeoría contemplación, es decir, la contemplación, o avistamiento de la doxa increada de Dios. Por lo tanto, cuando hablamos sobre la zéosis, entendemos la expectación-zeoría de la increada energía de Dios que es vista como doxa-gloria, como Luz increada. Por eso es imprescindible que preceda la catarsis, es decir, despojo y expulsión de todos los loyismí que están al corazón y la metamorfosis, conversión de la parte pasional de la psique (deseo e ira), pero también la iluminación del nus, o sea, la oración noerá o del corazón.
En principio se debe recalcar que la zéosis es una experiencia, no es una meditación o reflexión filosófica.
«La zéosis es un estado o situación empírica, no tiene ninguna relación con la metafísica.»
El hombre no tiene por sí mismo la capacidad de llegar a esta situación o estado, sino que se está fortificando de Dios y por eso la zéosis es regalo de Dios al hombre que ha luchado por cumplir la enseñanza de Sus logos-mandamientos. El Salmista escribe: en tu luz (increada) contemplamos la luz (increada), (Sal 35,10).
«El hombre no tiene ninguna capacidad de conocer a Dios, es decir, esto es excluido e imposible, sólo el hombre que se encuentra dentro de la Luz increada ve, contempla la Luz increada. Es decir, uno debe estar en Dios para ver a Dios, por el Dios el hombre ve a Dios.»
Esta facultad para uno ver a Dios, en la tradición patrística se llama “ojo auto-visionario increado άκτιστον αύτοοπτικόν όμμα”. Existen muchas palabras que expresan lo qué es la zéosis. El deificado, en este astado espiritual, ve la Luz increada de Dios, participa de la Luz increada, y esto se llama δοξασμός (doxasmós) glorificación. Entonces el hombre participa de la doxa-gloria increada de Dios. La zéosis es participación de la doxa increada de Dios, en la Luz increada, por eso se llama unión del hombre con el Dios.
«Aquí unión significa zéosis o θεοπτία zeoptía visión divina.»
Cuando el hombre participa de la Luz, de la doxa increada de Dios, entonces adquiere la unión con el Dios y esto proporciona gnosis increada que es muy superior de la gnosis humana; la inolvidable e increada gnosis como nos dice san Máximo el Confesor en su obra “Mystagogía”.
«La misma unión en la tradición se llama “δοξασμός doxasmós glorificación”. Cuando el hombre es glorificado, significa que ve la doxa dentro de la que se encuentra. Ahora bien, esta experiencia de glorificación llena las páginas del Antiguo y del Nuevo Testamento. Algunas veces algún profesor quede aquí de Atenas que iba de listo, me decía: ¿Dónde encuentras tú la zéosis en el Antiguo Testamento? No está en ninguna parte, no existe en ningún sitio. No existe la palabra zéosis pero existe “δοξασμός doxasmós glorificación”. “Εδοξάσθη edoxaszi fue glorificado, dice el Apóstol Pablo. Cuando uno es glorificado, debemos alegrarnos, dice, con aquel que es glorificado (1Cor 12,26). ¿Quién es el glorificado?»
Es aquel que es deificado, en efecto, el hombre entonces es santificado, divinizado por la Jaris (gracia, energía increada) de Dios.
«La santificación o divinización del hombre significa zéosis, participación de la doxa increada.»
También la zéosis es calificada como θεοπτία zeoptía-visión o avistamiento de Dios.
«Para los Padres de la Iglesia la zéosis es zeoptía-visión divina, nada más. Cuando los Padres dicen zéosis o δοξασμός doxasmós glorificación es una zeoptía-visión de la doxa-gloria increada de Dios. Cuando uno ve la doxa de Dios significa zéosis. Por tanto, en cuanto los Profetas del Antiguo Testamento ven la doxa increada de Cristo, esto significa que llegan a la zéosis. Ya que existe zéosis en el Antiguo Testamento y existe también zéosis en el Nuevo Testamento.»
«Esta zeoptía es la zéosis o zeoría-contemplación. En efecto el hombre sin haber llegado a la zeoptía, a la zéosis no puede ver a Dios. Por el Dios ve a Dios»
«El momento más seguro sobre el Dios es la zéosis. Es decir, la zéosis supera la noesis-comprensión, por eso dice san Gregorio el Teólogo: “Comprender a Dios es imposible”. Y aquel que llega a la zéosis ni este comprende a Dios, por eso san Gregorio no dice “comprender a Dios es imposible” sólo a los infieles y a los no filósofos; sino “comprender a Dios es imposible” para todos los hombres, incluidos los deificados o divinizados.
Por eso aquel que llega a la zéosis no entiende a Dios y entiende que no entiende. Por eso que conoce desconocidamente, entiende incomprensiblemente, ve invisiblemente etc. Es decir, toda esta terminología patrística cuando están hablando de zéosis, es terminología que está basada en la realidad increada.»
Por lo tanto, la experiencia de Dios como Luz increada se llama θέωσις zéosis o divinización, δοξασμός doxasmós glorificación, θεοπτία zeoptía visión divina, ένωση enosi unión, γνώσις gnosis (increada).
«Cada zéosis es repetición del pentecostés para nosotros y nada más. Por lo tanto, aquellos que llegan a la zéosis tienen igual la jaris que los Apóstoles del Pentecostés. Desde el aspecto patrístico no hay ninguna diferencia.»
La zéosis se enlaza y conecta con la σωτηρία sotiría redención, sanación y salvación del hombre.
«El hombre ha sido creado para la zéosis. Hoy decimos que la zéosis es σωτηρία sotiría redención, sanación y salvación. Pero el hombre ha caído del estado o situación de la zéosis.»
Igual que en otro punto se ha recalcado que existen los grados de la zéosis.
«¿La θεωρία zeoría contemplación, qué es en la tradición patrística? La zeoría contemplación tiene dos estadios. Zeoría contemplación es la iluminación, es decir, la oración noerá o del corazón y la zéosis; las dos se llaman zeorías y son los dos estadios. Solamente cuando ha llegado a la iluminación o a la zéosis, principalmente a la iluminación, que es el primer grado de la zeoría es permitido teologizar y ser maestro de los demás, es decir, Padre o Guía Espiritual.»
«Pero la zeoría contemplación tiene dos estadios, uno es el estado de la oración noerá o monóloga, pero zeoría se llama también el alumbramiento, iluminación y expectación y continua expectación. El alumbramiento o iluminación es el principio de la zéosis, por lo tanto es el estadio inferior de la zeoría contemplación pero aún no hay zéosis. La zéosis está en los estadios superiores.
Y los momentos que uno se encuentra en la zéosis, la oración del corazón o noerá cesa, queda suspendida. La posición o sitio de la oración la toma la misma zeoptía-visión divina, y, cuando se detiene la experiencia de la zéosis, retorna otra vez en la oración del corazón. Por consiguiente, el estado o situación de zeosis no es una situación fija.
Hace poco salió un libro y en un capítulo sobre la zéosis da la impresión que la zéosis es una situación fija; pero no es así, no es fija. Porque la zéosis puede ser un alumbramiento que dure unos segundos, es decir, puede ser una zéosis que dure cinco minutos, media hora, yo qué sé, después puede ser que dure cuarenta días y noches, no lo sé, puede que llegue al año, dura lo que el Dios quiere, y esta se llama zéosis continua. Pero la zéosis se acaba.»
«Hay una zeoría contemplación de la zéosis y la zeoría contemplación de la iluminación. Pero estos dos estados o situaciones son θεοπνευστία zeopnefstía inspiración divina. Pero el estado de zéosis nos es fijo. Puede ser un alumbramiento, una expectación simple que dure unos segundos, unos minutos cinco, diez no sé. Pero también puede ser una zéosis continua. Pero nunca es fija, en efecto, retorna otra vez a la iluminación que es la que conduce y lleva a la zéosis.
Y existen aquellos que están en la iluminación y que nunca llegan a la zéosis, porque no tenían la necesidad espiritual de ir a la zéosis. La zéosis es dada de Dios, no sólo por necesidad del divinizado o deificado, pero por regla general es dada por la necesidad de los otros.»
Durante la zéosis divinización-zeoría contemplación-zeoptía visión divina-doxasmós glorificación, participa el hombre entero que está constituido de psique y cuerpo. Es decir, no se trata de un estado o situación psicológica, emocional y psíquica; también el cuerpo del hombre es deificado o divinizado.
Mientras que en la enseñanza patrística se habla continuamente sobre la zéosis y define lo que es, es decir, la conecta o enlaza con la glorificación, visión, expectación de la increada doxa de Dios, la visión divina, la unión, la κοινωνία kinonía comunión y la gnosis increada, a pesar de esto, de distintos Cristianos se observa una tergiversación o interpretación errónea de esta experiencia de visión, expectación de la luz increada.
«Agustín no tenía ni idea sobre lo que es la iluminación y la zéosis. En estos temas estaba totalmente fuera del tema y lugar, porque había seguido el camino de los Platónicos. Los Francos le copiaron, le leían, etc., y así se introdujo en la teología toda la espiritualidad y piedad de Agustín hasta la época moderna.»
«Aquellos que han llegado a la zéosis son los Apóstoles que vieron a Cristo en doxa increada. Aquí hay un problema, en efecto, existe la ocupación y dedicación rusa moderna sobre el tema de la zéosis, y ha influenciado una parte también aquí a nosotros los helenos de Helas-Grecia, (esto es de 1970, ahora se ha rectificado sobre esta influencia), es decir, imaginan la zéosis como una inyección de deidad, es decir, tomamos la vacuna y la ponemos dentro en el hombre y le conocemos como deidad, esto es algo que entra en nuestro interior, es decir, por los Misterios etc.
Pero esto no es la zéosis según los Padres; en efecto, la zéosis, según los Padres, es que uno vea a Cristo en doxa increada. Viendo a Cristo en doxa, esta es la zéosis. Por lo tanto, en el Antiguo Testamento tenemos el caso que un Profeta ha visto a Cristo en doxa y esto es la zéosis del Profeta.»
«De todos modos hay una confusión sobre estas cosas.
Ahora la zéosis la han borrado de la teología neohelénica (1970) y si ves los antiguos raramente encontrarás alguna palabra sobre la zéosis. Sólo cuando se refieren a los Padres hablan de vez en cuanto sobre la zéosis; y este término teológico se ha sustituido con la palabra αγιασμός agiasmós santificación.»
Zéosis existe también en el Antiguo Testamento, pero hay diferencia entre zéosis del Antiguo y del Nuevo Testamento.
«Tenemos en el Antiguo Testamento también la zéosis, la glorificación-doxasmós, en efecto, ¿cómo uno puede esconder de que se trata de glorificación-doxasmós, cuando el Profeta se encuentra dentro de la doxa increada de Dios?»
Pero existe diferencia, porque en el Antiguo Testamento los que tenían visión divina eran conducidos al Hades, ya que aún no se había anulado la muerte.
También, la gran diferencia entre zéosis en el Antiguo Testamento y la zéosis del Nuevo Testamento se encuentra en el tema de la naturaleza humana de Cristo.
«Cuando el hombre al Antiguo Testamento llega a la zéosis, tiene visión o expectación divina, pero no ve a Cristo en cuerpo y carne, porque aún no se ha encarnado. Ve a Cristo no encarnado llevando en Espíritu Santo al Padre. Por consiguiente, la experiencia de la zéosis significa apocálipsis-revelación de la Santa Trinidad en la experiencia de la zéosis, la pregunta esencial es: ¿Qué es la diferencia entre Antiguo y Nuevo Testamento?
Por supuesto que la diferencia esencial es que, una vez que el Logos aparece en el Antiguo Testamento no está encarnado, en cambio en el Nuevo Testamento interviene la encarnación. Después de la encarnación es imposible uno llegar a la zéosis, a la visión divina-zeoptía sin la naturaleza humana de Cristo.»
«En el Antiguo Testamento existe la zéosis, sin la naturaleza humana de Cristo. Cada Profeta llegó a la zéosis sin contemplar la naturaleza humana de Cristo, ya que el Logos increado no era cuerpo-sarx. Pero cada Profeta conocía al mismo Cristo. Y habló con el mismo Cristo como amigo que habla al amigo. Entonces, el Cristo aparece en Sus amigos, no sólo después de Su encarnación, sino también antes de Su encarnación el Cristo se encuentra ya en κοινωνία (kinonía comunión, conexión y unión) con Sus amigos del Antiguo Testamento.»
Zeoría contemplación de Dios también había en el Antiguo Testamento y antes del Pentecostés.
«Según los Padres que interpretan la Santa Escritura, la experiencia del Pentecostés es la experiencia superior de la zéosis antes de la Segunda Parusía-Presencia. No hay nada superior que el Pentecostés. ¿Por qué? Porque la zéosis que existe en el Antiguo Testamento no tiene encarnación ni sotiría-salvación. Esta es la zéosis sin sotiría-salvación, por esta razón los deificados o divinizados morían; estaban dominados de la muerte. Sotiría-salvación no había en el Antiguo Testamento, pero ahora en el Pentecostés tenemos la encarnación.»
De todos modos, el fin o propósito de la creación del hombre es llegar a la zeoptía-visión divina, a la zeoría contemplación de la doxa increada de Dios, la zéosis.
«El hombre se ha creado para estar encontrado en estado de iluminación o de zéosis.»
«El fin y propósito de la Santa Escritura es conducir al hombre a la zeoptía-visión divina, a la zéosis, es decir, ver a Cristo en doxa increada (no creada que es demoníaca)»
Todo hombre puede llegar a este estado o situación.
«Os diré algo: tal y cómo se han desarrollado las cosas, uno puede sospechar y confiar que hoy en día es más fácil para uno llegar a la zéosis que en el Monasterio. Porque hay Monasterios y Monasterios, monjes y monjes; es decir, este es el problema.»
Durante la experiencia de la zéosis-zeoría se hacen varios cambios en la composición psicosomática del hombre. Es decir, el hombre permanece el mismo, no cae en una situación o estado exterior, sino que el mismo es metamorfoseado, transformado y vive la situación de Adán antes de la caída y la situación de los santos después de la Segunda Parusía de Cristo.
«Aquel que está divinizado o deificado transciende los logos, conceptos y verbos y ve la realidad increada que no tiene ninguna similitud con estas cosas.
Si uno ve una creación, cree que ve a Dios, entonces significa que no llegará nunca en la zéosis, porque ha llegado a ver las creaciones, las cuales son de energías demoníacas y cree que ve a Dios. Sólo cuando ve la Luz increada ha llegado en la zéosis.»
Durante la zeoría contemplación la Santa Escritura queda suspendida, los dogmas y la misma oración noerá o del corazón.
«Todo durante la zéosis es suspendido. Por supuesto que uno cuando retorna de la zéosis, cuando ha parado ya de tener zeoptía-visión divina, de nuevo continúa con los dogmas, su oración y de nuevo el Espíritu Santo ora igual que antes en su interior. Esta vida en estado o situación de zéosis no es fija.»
El Apóstol Pablo a los Corintios se refiere a “las visiones y apocalipsis-revelaciones del Señor, o sea, su arrebatamiento al Paraíso, donde escuchaba logos inenarrables (2Cor 12, 1-6).
También escribe que durante la zeoptía son suspendidas las profecías, la gnosis y la oración se detiene. “La agapi-amor nunca deja de ser; pero las profecías se suspenderán, y cesarán las lenguas, y la gnosis se suspenderá. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte será suprimido” (1Cor 13,8-10).
«Según la teología patrística, en la zéosis está suspendida la oración del corazón o noerá. Ya no hay oración, mientra está durando la zéosis, pero cuando se acaba o cesa la zéosis otra vez retorna la oración.
Pero también la gnosis es suspendida; y también es suspendida la teología. Porque cuando aquí dice gnosis no se refiera a cualquiera gnosis, sino que se entiende solamente la gnosis sobre Dios, no toda gnosis. La gnosis es suspendida, porque uno ya ve a Cristo “cara a cara”, en efecto, ve al mismo Dios. Pero no está suspendida la gnosis que tiene uno de las creaciones, porque no pierde sus sentidos. Y el Apóstol Pablo quedó ciego por la Luz increada, pero estando en esta situación hablaba, oía y en tres días no bebió agua ni comió, porque había sido suspendida esta parte de funcionamiento natural etc. Pero cuando retornó, vuelve de nuevo a empezar la oración del corazón y la profecía, continúa y edifica; uno hace kerigmas y enseña, teologiza, etc.»
«Cuando de vez en cuanto uno llega también a la zéosis, una o dos veces, yo qué sé, en esta experiencia de la zéosis está suspendida la oración del corazón, por tanto, se suspende también la gnosis, es decir, la gnosis lógica de la fe y la gnosis de la iluminación quedan suspendidas porque mediante Dios ve a Dios, por la Luz increada ve la Luz increada, mediante Dios ve a Dios.
El hombre solo por sí mismo no puede ver a Dios, porque el Dios sólo por la apocálipsis-revelación puede ser visto, pero ve con una visión que transciende la vista, escucha con oído que transciende el oído, olfatea con olfato que trasciende el olfato, etc. Porque no es una situación fisiológica, no pertenece a las gnosis creadas del hombre, pero tampoco en la apocálipsis-revelación sobrenatural, en el sentido occidental de la revelación sobrenatural, porque no hay comprensión.»
«En la experiencia de la zéosis no hay noerá oración, está parada. Y cuando cesa la experiencia de la zéosis o la zeoptía-visión divina, de nuevo comienza la oración noerá o del corazón. Y cuando uno se encuentra en el estado de iluminación, profetiza y teologiza, es decir, con la teología y la Santa Escritura, etc. Pero cuando llega a la zéosis ya no conoce a Dios en profecías, en gnosis y en oraciones, sino que Le conoce directamente.»
Mientras que durante la zéosis frena la oración noerá, porque el nus ve la doxa increada de Dios, la oración lógica no queda suspendida. Puede ser que el visionario sea encontrado en la Divina Liturgia y a la vez estar viendo la increada realidad. Es decir, en la zeoptía-visión divina no existe ni surge el éxtasis neoplatónico.
«En la zéosis la oración noerá o del corazón está suspendida y cuando uno habla con su compañero” en estado de zéosis utiliza los nombres. Pero puede el mismo también encontrado en estado de zéosis liturgizando (estar funcionando) y estar diciendo las oraciones lógicas de la Iglesia normalmente.
Aquello que se ha suspendido en su interior es la oración del Espíritu Santo con estas palabras, porque está viendo la Luz increada. Cuando está viendo la Luz increada entonces en su interior la oración del corazón está suspendida, pero el culto lógico no se suspende ni se detiene, el hombre puede participar con normalidad en la liturgia.»
Hay una relación entre praxis y zeoría contemplación.
«Tenemos la praxis que es completada en la zeoría. Pero durante la zeoría, nunca se abandona la praxis, nunca. Quizá el ejemplo clásico de la zeoría ortodoxa es san Simeón el Nuevo Teólogo, que allí en su vida, que la escribió san Nikitas Sizatos, vemos lo siguiente paradójico. Tal como el Apóstol Pablo, primero padeció la zéosis y después se bautizó, que esto es un fenómeno paradójico, porque primero vió la increada doxa, en el camino hacia Damasco subió hasta el tercer cielo, como el mismo escribe…, y después de la experiencia de la zéosis se bautizó el Apóstol Pablo; y en san Simeón el Nuevo Teólogo sucedió algo parecido, el cual primero tuvo la experiencia de la zéosis y después se hizo monje.
Y esto significa que cuando uno llega a la zéosis y durante la zéosis se detiene la ascesis o práctica etc., porque se encuentra en este estado. No come ni bebe, ni duerme, perdonadme, tampoco va al lavabo, porque hay una suspensión de las funciones naturales del cuerpo, mientras se encuentra en el estado de zeoría de la doxa increada de Dios. Pero cuando retorna de este estado de estar, de nuevo continúa la ascesis o práctica. También ayuna, ora, hace vigilia y tiene oración noerá o del corazón. Pero en la zéosis es suspendida o detenida la oración noerá, la monóloga de Jesús, la memoria, ya que tenemos al mismo Dios y la comunión de la zéosis. Ya se va la memoria no hace falta.
Esto significa que la suprema zeoría, que es la zéosis, no es una situación fija, sea en forma de alumbramiento o en forma de visión , que puede durar cuarenta días y noches, como en el caso de Moisés, pero retorna al estado de iluminación, a pesar de que tiene oración noerá, etc., hace la ascesis o práctica, hace ayuno, continencia etc. La ascesis o practica no queda suspendida o detenida.»
Aquí no se hace una suspensión de la energía lógica, a pesar de esto quedan suspendidas las energías corporales o somáticas. Los santos enseñan de su experiencia que durante la zeoptía-visión divina quedan suspendidos los pazos naturales y no perversos, como también el diablo queda inoperante, anulado y debilitado.
«De la experiencia de Moisés en Sinaí y de los santos, los cuales igual que Moisés llegaron a la zeoría antes de la muerte del cuerpo, conocemos que durante esta experiencia de la zéosis, los pazos naturales y no perversos quedan suprimidos de tal manera que no hay hambre, sed, cansancio, miedo, inquietud y sueño. Así de este tipo es la situación de perfeccionamiento que el diablo queda en gran medida, por no decir totalmente, impotente y débil.»
El divinizado o glorificado cuando se encuentra en la zéosis vive dentro de la doxa de Dios, siente la suspensión de las energías naturales del cuerpo, pero no las de la psique, permanece fisiológico.
«Sobre lo demás es fisiológico, habla y camina etc., en este estado también enseña, hasta que sea detenida la zeoptía-visión divina y retorne otra vez a la iluminación. Entonces de nuevo comienza la oración noerá que se había suspendido durante la zéosis y este es nuestro santo. Tenemos enorme diferencia con los hinduistas; no existe ninguna relación. La única similitud con los hinduistas es un discernimiento entre el nus y la lógica o diania. Tampoco existe alguna relación con el éxtasis de las religiones mistiríacas, místicas o con el Neoplatonismo.
Ahora bien, esto no interesa al dietólogo; de que es posible que esta situación dure un año sin comer, sin dormir, sin beber y sin ir al lavabo. Una situación así puede durar una semana, un mes, cuarenta, cincuenta días y hasta un año entero.»
Todas estas cosas no son teoréticas, sino que están escritas en las vidas de los santos, los llamados Sinaxarios de la Iglesia, los cuales son realmente la historia de la vida eclesiástica.
«Repetidamente en las vidas de los santos, no sólo en Oriente, sino también en Occidente, en los santos occidentales, Romanos de Occidente, existe este fenómeno, es decir, la zéosis con la suspensión de las energías somáticas o corporales. Ahora bien, si va a durar un día, una semana, un año o incluso años, esto depende sólo de lo que el Dios quiere que uno permanezca en este estado y qué necesidades tiene éste y su ambiente.»
Los llamados eremitas y estelitas vivieron de una manera paradójica para el fenómeno de la lógica humana y retornaron al estado de antes de la caída, pero también subieron más alto y vivieron situaciones esjatológicas, es decir, pre-saboreaban la vida de los santos en el Paraíso.
«Allá en el desierto donde estaban los monjes, qué hacían. Tenemos estos troparios sobre los desiertos, sobre las lágrimas que regaron al desierto y allí donde no había comida éste hombre vivía. ¿Cómo vivía? Los estilitas (que estaban en una columna) ¿qué eran? Veían a un Daniel el estilita y cada invierno estaba cubierto por el hielo, por la nieve y no sabían si le encontrarían vivo la primavera. ¿Él cómo vivía en el hielo y las nieves? Los desnudos que estaban en las montañas, ¿cómo lo hacían?»
La zeoptía, zeoría ofrece la teología verdadera y ortodoxa. La verdadera teología es expresión de la experiencia zeótica. Esto significa que uno comienza a teologizar cuando llega a la iluminación. Si por Dios se hace digno de llegar a la zeoptía-visión divina, en la expectación de la energía increada de Dios, entonces en aquella hora de la zeoptía es detenida la teología, porque ve al mismo Dios. Cuando es suspendida la experiencia zeótica entonces comienza la teología.
Por lo tanto, la teología es expresión, descripción y formulación de la increada realidad con logos, conceptos y verbos creados.
«Uno debe parar ya de hacer distinción entre teología occidental y oriental, como por costumbre se hace, debe ir a la búsqueda sobre qué es el resultado de la teología. Allí donde existe la zéosis allí inevitablemente hay teología correcta. Donde no existe zéosis allí más bien no hay teología, aunque se llamen Ortodoxos los que propulsan este tipo de teologías.
Entonces, los criterios no deben ser típicamente dogmáticos sino terapéuticos claros. La teología terapéutica, y sólo esta, es la teología correcta. Esta es la teología como es expresada en las vidas de los santos.»
«En la teología patrística la oración noerá o del corazón es el cimiento de la teología, la base del teologizar. En la antigua Iglesia era permitido a uno teologizar sólo cuando había llegado o alcanzado la iluminación. Teólogo se llamaba cuando llegaba a la zéosis. Entonces uno teologiza cuando tiene la oración noerá o del corazón, y teólogo se llama cuando llega a la zéosis. Este es el uso histórico de estos términos.»
«Uno empieza a hacerse teólogo cuando se hace templo del Espíritu Santo. Porque sin que uno sea convertido en templo del Espíritu Santo, ¿cómo se hará teólogo? El teólogo por excelencia de la Iglesia es aquel que ha llegado a la zéosis, éste es el teólogo.»
Por eso también en nuestra Iglesia a medida muy reducida damos este título de teólogo, hasta la constitución del estado Neo-heleno. Porque antes de que fuera constituida la universidad de Atenas, los teólogos de la Iglesia eran san Juan el Teólogo, san Gregorio el Teólogo, san Simeón el Nuevo Teólogo y después dentro de la Iglesia encontramos 5-6 más que se llaman teólogos. La principal característica del por qué se llaman teólogos es que han llegado a la zéosis, a la zeoptía-visión divina. Éste es el teólogo por excelencia. Porque en el estado de la zéosis es suspendida la teología.»
«La teología de la Iglesia es expresión de la experiencia de la zéosis, de la glorificación-doxasmós del hombre, cuando llega en la apocálipsis-revelación. Porque la teología es sacada o producida de la zeoptía-visión divina de los Profetas, los Apóstoles, de los santos/as etc., de los que han llegado a convertirse en deificados, dioses/as (por la jaris, energía increada).
Es expresión de inexpresable realidad, la cual expresión no puede ser comprendida con la lógica de la mente-diania, pero su propósito es terapéutico y nada más. No tiene otro propósito la teología ortodoxa, su fin es terapéutico y no filosófico. Nunca tuvo propósito filosófico.»
«La teología es un medio. No es este el propósito de por sí mismo. Los logos, conceptos y significados no son el propósito o fin de por sí mismos, sino los medios.»
«Teología ortodoxa significa que uno vea, y, con base la zeoptía, zéosis teologizar. ¿Qué ve en la zéosis?, pues, todos los dogmas.»
«Teólogo esencialmente es uno que la teología se ha abolido o cesado, ya que ha llegado a la experiencia de la zéosis. En éste la teología queda abolida, y como vive en la situación de iluminación, él sabe que el propósito de la teología y de la oración es la misma cosa. Uno que ora teologiza y aquel teologiza ora. Es la misma cosa teología y oración.»
La teología queda suspendida durante la experiencia, porque lo que ve el zeoptis es indescriptible con los datos de la gnosis humana.
De todos modos aquello que ve el zeoptis es que el Dios es increado, que significa que no tiene ninguna relación con las creadas realidades y cosas.
«Uno, pues, que llega a la zéosis no ha visto nunca el Espíritu Santo creado ni ha visto al Logos creado. Sabe que la increada doxa de la Santa Trinidad es la doxa natural de la increada energía de Dios, porque el Logos tiene la doxa de el Padre y no por la jaris (gracia), también el Espíritu Santo tiene la doxa increada de el Padre, no por la jaris, sino por naturaleza.
Todos estos elementos básicos y centrales, que son el todo para la teología ortodoxa, todas son de la experiencia de la zéosis. Por tanto, los Padres cuando teologizan no sólo teologizan de la Santa Escritura sino también de su propia experiencia.»
Sólo a través de la zeoptía uno puede llegar a la gnosis de Dios.
Después de la experiencia de la zeoptía, el teólogo zeoptis utiliza palabras creadas, símbolos, para expresar a la medida de lo posible la increada realidad.
«Por eso las expresiones sobre Dios son simbólicas. Y así tenemos este término “teología simbólica” y utilizamos símbolos para hablar sobre el Dios. Pero el propósito de estos símbolos no es que comprendamos a Dios, sino que mediante los símbolos ser conducidos a la unión con el Dios, que es la zéosis que supera la noesis-comprensión.»
Con esta divina gnosis zeóptica el hombre zeóptico-visionario de Dios se hace Pnevmatikós-Guía Espiritual, porque conoce el tropo (modo, forma o manera) de “psicoterapiar” sanar al hombre y conducirlo a la zéosis. Enfermedad es el alejamiento del hombre de Dios y la salud es la κοινωνία (kinonía comunión, conexión y unión) con Él, la zeoptía.
«Existe esta interpretación de que teólogo es el que “ha transcurrido la zeoría”, es aquel que ha llegado a la iluminación o a la zéosis y éste es también el Padre Pnevmatikós-Espiritual, es aquel que conoce también la terapia, entonces la gnosis y la terapia son la misma cosa. Gnosis es terapia y terapia es gnosis, esto va junto.»
«El zeoptis-visionario de Dios tiene logos-verbos de inspiración divina para conducir a sus hijos espirituales a la zéosis. Los conduce e instruye de modo que lleguen “por la catarsis a la iluminación y finalmente a la zéosis”.»
La experiencia de la zéosis, además de la teología tiene también otras consecuencias para el deificado o divinizado. Una de estas es que el zeoptis es liberado de toda esclavitud de las creaciones.
«En el estado de la zéosis es liberado de la esclavitud y de los elementos de la naturaleza, porque es alimentado por el mismo Dios, y en esta situación, si continúa, puede llevar años y meses etc.
Para los Padres de la Iglesia la libertad plena es la zéosis y el principio de la libertad es la catarsis y la iluminación.»
El zeoptis adquiere agapi (amor desinteresado, altruista y no egocéntrica) que no busca nada suyo.
«La zéosis, el perfeccionamiento del hombre a base de una agapi “que no busca lo suyo” (1Cor 13,5) no es lo mismo que una agapi que tiene un hombre bueno. Puede ser que tengan similitudes, pero no es la misma cosa.»
Como es liberado de los pazos, y el mayor pazos es la filaftía (excesivo amor a sí mismo y al cuerpo) egolatría, por eso adquiere la filoteía (amistad con Dios) y la filantropía (amistad con el hombre). Todos los hombres deificados adquieren una igualdad en la energía noerá. Con los datos o elementos humanos no puede haber igualdad, porque en lo referente al grado de lógica y los carismas hay diferencia. Pero los deificados adquieren igualdad sobre le energía noerá y la teología, es decir, tiene la misma gnosis (increada). Pero a la vez se despojan y se liberan de los bienes materiales y se igualan con los pobres.
«Nunca hemos dejado de creer en la igualdad de los hombres, ¿por qué? Mirad el tema de la igualdad. La igualdad de los hombres de parte ortodoxa, está basada en que cada uno tiene la noerá energía, la que es distinta y separada de la energía lógica. Por tanto, cada ser humano puede llegar a las alturas de la noerá energía, a la zéosis, y en su energía lógica ser un cero.
Este tropario que decimos en el Pentecostés, de la Santa Trinidad: “bendito eres Cristo Dios nuestro…”, el Cristo tomó pescadores y los elevó a las alturas de la zéosis, los cuales superaron todos los hombres en la zéosis. ¿Quiénes? Pues, los analfabetos pescadores. Esto quiere decir, elevación en la noerá energía hasta la experiencia del Pentecostés, y desde el aspecto de la lógica nada de nada. Si uno diera un problema matemático a Apóstol Pedro es seguro que no lo resolvería nunca, ni matemáticas, ni geofísicas, ni políticas etc. Pero a pesar de esto es el puntal de los Apóstoles.
Por otra parte uno puede llagar a las alturas de la lógica intelectual y estar plenamente embotado u oscurecido de la noerá energía y haber llegado a la depravación del corazón. Por otro lado, también uno puede tener y llegar a las alturas de la noerá o perfección espiritual y del perfeccionamiento lógico, porque tiene una buena educación y estudios; las dos en las alturas.
Por otro lado, puede llegar al límite inferior de la lógica, ser totalmente tonto y tener depravación del corazón. Por otro lado, uno puede ser hasta medio loco y que su lógica o diania no trabaje bien correctamente, pero puede tener un Yérontas-Anciano Guía espiritual experimentado y liberarle de las dificultades o debilidades que tiene por la lógica y este hombre puede llegar hasta la zéosis, aunque sea un tonto o analfabeto a nivel de estudios.
Por tanto, desde el aspecto de la igualdad espiritual existe la igualdad absoluta de los hombres, porque todos los hombres tienen la noerá energía y percepción. Y las alturas de la teología no tienen relación con la energía lógica. ¿Me seguís? Por tanto, desde este aspecto, la teología ortodoxa tiene una igualdad que no existe en ninguna otra sección. Porque la energía lógica del hombre tiene relación con la esencia o sustancia gris, con los problemas hereditarios que tiene de sus padres etc. Esto que hacemos que uno es examinado para entrar en la Universidad y aprueba y otro aunque se examine veinte veces no aprueba; uno saca el título del bachillerato y otro no etc. Se ve de estas cosas que no hay igualdad, pero en la teología existe la igualdad. Entonces, nosotros los teólogos ortodoxos conocemos y sabemos más sobre la igualdad de lo que saben los otros de la sociedad.
Después igualdad en la perfección significa también igualdad en las riquezas. Porque se hace rico aquel que llega a la zéosis, pero según el mundo se hace pobrecito. Entonces como pobre es equiparado e igualado con todos los pobres del mundo. Por tanto, no hay problema social desde este aspecto, porque no se identifica nunca con el rico sino con el pobre. Esto en la teología ortodoxa es automático y no se puede hacer y ser de otra manera. Porque aquel que se identifica con los ricos es la demostración que no tiene oración noerá. Para tener oración noerá debe identificarse con los pobres.»
Una otra consecuencia de la zéosis-zeoptía es que el cuerpo del deificado o divinizado se convierte en reliquia. Porque en la zéosis-zeoptía participa todo el hombre. Como en la zéosis-zeoptía participa todo el hombre, por eso es deificada o divinizada la psique y el cuerpo. Cuando la psique es separada del cuerpo, entonces la Jaris (gracia, energía increada) de Dios permanece inseparablemente también en la psique y en el cuerpo, y así tenemos las reliquias.
«Las reliquias son el resultado de la zéosis. Porque aquel que ha alcanzado la zéosis se encuentra en un estado grandioso, entre corrupción e incorrupción.
Entonces, cuando muera no hay corrupción del cuerpo, porque se mantiene. Pero hay un poco corrupción pero es salvada la identidad celular en mucho pero no totalmente. Pero no es ni cuerpo incorruptible ni corruptible totalmente, aquí con la palabra corruptible en sentido de disolución total no en sentido moral.»
«Según los Padres de la Iglesia, ¿qué es reliquia santa? La reliquia santa es un estado en el que llega el zeoptis-visionario de Dios que llega a la zéosis. Está entre incorrupción y mortalidad, tenemos corrupción e incorrupción. Por tanto, uno que llega a la zéosis, no se ha hecho incorrupto, pero ha vivido la incorruptibilidad, porque la experiencia de la zéosis se describe como la incorruptibilidad por la jaris (energía increada), es la por jaris incorrupta zéosis.
Aquel que ha pasado de esta experiencia, éste deja reliquias santas, los cuales mantienen sus signos biológicos, las células, ya hay la piel, célula, todo está allí, ¡así es! No ha pasado de la corrupción pero tampoco es incorrupción, porque la incorrupción es vivir el órgano. Pero esto está muerto, pero no está disuelto, este es el fenómeno.
Ahora bien, no es una momia, ni está hecho esto por un fármaco, tampoco porque ha sido enterrado a un suelo seco que no pueda disolverse, porque estos muchas veces se encuentran en suelos muy húmedos.»
Cuando uno llega a la visión, expectación de la doxa increada, adquiere la κοινωνία (kinonía) comunión y unión con Dios. Después de la zeoría retorna al estado de la iluminación del nus y se hace operativa de nuevo la oración noerá o del corazón. Pero si no tiene cuidado existe el caso o posibilidad que pueda llegar hasta la negación de Dios.
«En el pasado hubo una disputa grande entre los “Cátaros” y los otros Ortodoxos, porque los Cátaros decían que aquel que en las persecuciones ha negado a Cristo morirá sin comunión. Le dejaban en las manos de Dios.
Los demás Ortodoxos tenían el pretexto que: ¿cómo el Apóstol Pedro ya que el mismo pasó de la zéosis primero en la Metamorfosis y después de la zéosis negó a Cristo? Es decir, ¿cómo el Cristo después de la Resurrección le restableció y le volvió hacer Apóstol y sobre todo Apóstol de los puntales? Entonces vemos que no sólo después de la iluminación, sino también después de la zéosis uno puede doblegarse y negar.»
La zéosis es el perfeccionamiento del hombre y este es el propósito o finalidad de su creación. Entonces el hombre trasciende todo lo humano y vive como ángel en cuerpo. Los hombres que tienen conducta mundana no pueden pensar y entender esta situación, porque hacen vida parafísica o contra-natura.
«Para el mundo, los locos no son solamente los que está en el psiquiátrico, sino también los que están en la zéosis son considerados como locos.
Entonces, por esta razón no nos sorprende el hecho que algunos Ortodoxos aún consideran loco, de una manera, a san Simeón el Nuevo teólogo. Porque, si uno lee a san Simeón el Nuevo Teólogo y tiene una orientación de las cosas que escribe, porqué las escribe y en qué estado se encuentra cuando las escribe, no difícil que uno crea o piense que san Simeón era un loco, (pero con el don del loco por Cristo).»
Pero esta locura, según la mentalidad de los hombres mundanos, es la vida natural, según la razón y el propósito de su creación.
- c) Los divinizados, deificados o glorificados son el cimiento de la vida eclesiástica.
Los deificados o divinizados que participan de la doxa de Dios, es decir, los Profetas, los Apóstoles, los santos/as son el cimiento y la base de la vida eclesiástica. La Iglesia no es una organización humanocéntrica, sino el deificado Cuerpo de Cristo y κοινωνία kinonía comunión de zéosis. Su cabeza es el Cristo y sus miembros son los de distintos grados partícipes de la zéosis, que se llaman divinizados, zeópticos, deificados o glorificados.
Los que tienen experiencia, son realmente miembros de Dios, son los miembros reales de la iglesia, ya que la Iglesia “no es una idea abstracta” sino “los que tienen experiencia”. Los miembros de la Iglesia no son definidos por su composición moral, sino en cuánto o a qué medida participan a la zéosis y están deificados o divinizados.
«Por tanto, no tenemos ya un hombre, el cual es bueno o malo, tenemos hombres que son iluminados o no, son deificados o no.»
Los divinizados o deificados son la autenticidad de la Iglesia, porque han adquirido la verdadera y sin engaño gnosis increada de Dios. El laós-pueblo que sigue a los deificados tiene fe verdadera. Una cosa es la gnosis increada de Dios y otra la fe sobre el Dios.
«Si uno llega a la iluminación y a la zéosis, entonces tendrá la misma experiencia que tienen todos los deificados y, por tanto la misma gnosis que tienen los deificados y por eso existe la identificación de la gnosis que tienen los deificados y por eso hay identificación de gnosis de Dios de todos los divinizados o deificados de la historia.
Aquellos que tienen las gnosis sobre Dios, mediante los deificados, son aquellos que tienen la fe ortodoxa correcta sobre el Dios. Pero la fe correcta sobre Dios no significa también gnosis de Dios. Otra cosa es conocer a Dios “cara a cara” y otra cosa es creer correctamente sobre Dios, porque tenemos conductores a los divinizados o deificados. Es como el alumno astrónomo con el científico astrónomo que ve con el telescopio. Exactamente la misma relación hay.»
Los deificados son inconfundibles maestros en la Iglesia, y en sus enseñanzas nos sostenemos para conocer nosotros también por experiencia. La enseñanza de los deificados son los logos, verbos y conceptos creados de la experiencia increada que han vivido.
«El mismo deificado tiene una gnosis que trasciende la gnosis, pero utiliza logos, dichos y conceptos para hablar a los demás. Por eso no es suspendida la Santa Escritura por los mismos deificados o divinizados, porque son los logos, dichos y conceptos con los que los demás son conducidos a la misma experiencia etc.»
Como los deificados son los auténticos didáscalos-maestros, por eso también vienen y se reúnen en Sínodos Locales o Ecuménicas, describen y formulan sin engaño ni confusión, inspirados divinamente la enseñanza de la Iglesia.
«Por eso encontramos santos deificados no sólo en oriente sino también en occidente, por siglos enteros. Estos hombres que se reunían en los Sínodos, inmediatamente conocían qué es la enseñanza de la Iglesia.»
Como el criterio en la Iglesia que determina la veracidad de sus miembros son los deificados, por eso en la antigua Iglesia se observa el hecho que de estos deificados y Profetas eran elegidos los Obispos y los Presbíteros. Esto lo vemos en los “Hechos de los Apóstoles” durante la elección de Matías, que tomó la posición del Judas. Debería ser testigo de la Resurrección de Cristo.
Además que los clérigos deberían ser deificados, porque entonces eran verdaderos médicos, conocían “psicoterapiar” sanar a los hombres y de la oscuridad del nus conducirlos a la iluminación del nus y la zéosis. El propósito o fin de la Iglesia y su misión es hacer a los hombres deificados. La Iglesia, como a aquí se dice repetidamente se asimilaba como un hospital y los Clérigos con los médicos.
Con esta perspectiva debemos ver la virtud de la obediencia. No obedecemos en toda enseñanza que aparece, sino a los deificados que tienen la experiencia de Dios, porque de esta manera la obediencia conducirá a la zéosis, a la participación de la doxa-luz increada de Dios.
«En la Iglesia Ortodoxa nunca se ha interpretado la obediencia como una obediencia ciega a una autenticidad por una ordenación, porque uno es obispo, o abad, etc., No! La autenticidad es la autenticidad espiritual.
Cuando uno es deificado, glorificado o iluminado, practicado y experimentado en la conducción de los demás hombres en la terapia “psicoterapia, en él hasta llegar a cierto punto tendremos una obediencia para aprender el método; en él tendremos obediencia, no a cualquiera.»
Obediencia a los “iniciados con experiencia” es necesaria para el camino hacia la zéosis. Esto no significa que se subvierte, se desconsidera y se deja de lado la institución canónica de la Iglesia.
Incluso también la oración a los santos tiene importancia, porque ellos permanecen deificados, divinizados, son amigos de Dios y tienen presencia en Él, con el resultado de tener intercesiones con su energía increada y acción.
«El deificado o divinizado cuando se va hacia al Señor, permanece deificado no deja de ser divinizado y participa de la doxa increada de Dios, en la zeoptía-visión divina. Por este motivo nosotros hacemos oraciones e imploramos a estos hombres que intercedan por nosotros.»
Por consiguiente, los deificados son la base y el cimiento de la vida eclesiástica, los que tienen la vida de los Primeros en ser creados antes de la caída, pero participan también del Cuerpo deificado de Cristo. Los Padres interpretan temas teológicos por experiencia propia y no por meditaciones y filosofías.
Se ha creado la impresión de que la historia de la Iglesia son los distintos acontecimientos que tienen relación con la acción exterior de sus miembros, con las persecuciones, con los Sínodos Locales y Ecuménicos, con cismas y divisiones, con las herejías y sus combatientes etc. Esto es una sección de la historia que se enseña en las escuelas teológicas y en los colegios como una clase o crédito especial.
Pero la historia verdadera eclesiástica es la vida de los santos, la energía increada y operación del Espíritu Santo en el corazón de los fieles, camino desde el Domingo de quesos (que empieza el ayuno de carne, etc.) hasta la Pascua y de allí al Pentecostés y la fiesta de todos los Santos. Estos acontecimientos no son exteriores, sólo históricos, sino son todos los hechos de siempre, pero se repiten en la vida de cada fiel, el cual con la metania y la catarsis del corazón llega al Pentecostés, es decir, participa de la energía increada de Dios y celebra durante la fiesta de todos los Santos.
«Esto se ve por el calendario de las fiestas de la Iglesias, que tenemos el día de la Pascua. Precedieron los bautismos el Sábado Santo o Grande. Después llegamos hasta el Pentecostés, con el Evangelio de san Juan, que es el “evangelio espiritual” de la Iglesia, para los que se han bautizado. Después llegamos hasta el día del Pentecostés, y después es el Domingo de todos los Santos. Este es el fin o propósito del Pentecostés.
Pues, estos son los kerigmas vivos de la Ortodoxia, por eso nuestra Ortodoxia está basada en las vidas de los santos. Entonces el Eortologio-Calendario de fiestas era la cοlumna vertebral de la teología ortodoxa.» Amín.
John Romanidis e Ierotheno Vlajos, Metropolita de Lepanto
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Traducido por Jristos Jrisoulas Χρῆστος Χρυσούλας www.logosortodoxo.com
Jaris increada para conseguir la catarsis, la iluminación y la zéosis, es decir, convertirnos en dioses/as o santos/as.
La Iglesia como Cuerpo de Cristo y comunión de zéosis
1 comentario
Gianluca
11 julio, 2020, a las 10:06 pm (UTC 0) Enlace a este comentario
Un texto que aclara muchissimo el verdadero sentido de vida cristiana