En los capítulos siguientes de este libro desarrollaremos detalladamente temas que tienen relación con la vida después de la muerte, la esjatología y la vida eterna. El desarrollo de estas tesis se hace de acuerdo con la enseñanza de los santos Padres de la Iglesia, los cuales, naturalmente, expresan la enseñanza ortodoxa, puesto que son portadores de la divina Apocálipsis. Y donde es necesario, también se hace referencia a las tesis de la filosofía.
Consideramos que la ayuda ideal para conducir a nuestro lector a las tesis del tema “la vida después de la muerte” es la famosa parábola del Rico y del Lázaro que dijo Cristo. Por eso a continuación la analizaremos de la manera más sencilla.
La parábola del Rico y de Lázaro
Había un hombre rico, que vestía púrpura y lino y celebraba cada día espléndidos banquetes. Por el contrario, un pobre, por nombre Lázaro, estaba tendido junto a su portal, cubierto de úlceras, y deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico; hasta los perros venían y lamían sus úlceras. Sucedió, pues, que murió el pobre, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico, y fue sepultado. Y estando en el infierno, levanta sus ojos, en medio de tormentos, y ve a Abraham a lo lejos y a Lázaro en su seno. Y levantando la voz, dijo: Padre Abraham, ten piedad de mí y manda a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en estas llamas. Dijo Abraham: Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro recibió males; ahora, en cambio, él es aquí consolado y tú eres atormentado. Además, entre nosotros y vosotros hay un gran abismo, de manera que los que quieran pasar de aquí a vosotros no puedan, ni tampoco de ahí pasan a nosotros. Y dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también ellos vengan a este lugar de tormento. Dice Abraham: Tienen ya a Moisés y a los profetas, que los escuchen. Él dijo: No, padre Abraham, sino que, si fuere a ellos alguno de la legión de los muertos, harán metania, penitencia. Le dijo: Si a Moisés y a los profetas no escuchan, tampoco se rendirán si alguno resucitase de entre los muertos. (Lc 16, 19-31).
Análisis interpretativa de la parábola
Uno puede observar muchas cosas estudiando esta fenomenal parábola de Cristo. Puede reducir su dimensión sociológica o aún sacar muchas conclusiones éticas. Pero insistiremos más en los temas que tienen relación sobre la vida después de la muerte, es decir, veremos el análisis esjatológico de la parábola.
Primero. Tal como se ve en esta parábola no se habla sobre la vida después de la Segunda Parusía (Presencia) de Cristo, sino para la vida de la psique que se interpone entre la muerte del hombre, es decir, de la salida de la psique y la Segunda Presencia de Cristo. Se trata del espacio aquel que se llama situación o estado medio de las psiques. Otros logos de Cristo se refieren a Su Segunda Presencia, cuando vendrá a juzgar a los hombres, ya que antes se hará la resurrección de los cuerpos y las psiques se introducirán de nuevo en los cuerpos, de modo que el hombre disfrute aquellas cosas que ha hecho en su vida.
Segundo. Se refiere que en la vida del hombre existe la muerte. El Rico y el pobre Lázaro murieron. Muerte es la separación de la psique del cuerpo. Este estado se llama también dormición, porque la muerte fue anulada por la Resurrección de Cristo. Cristo con Sus Padecimientos, la Cruz y la Resurrección anuló ontológicamente la muerte y ha dado poder al hombre a superarla viviendo dentro de la Iglesia. El que la muerte es dormición o sueño, un estado provisional se ve de la manera que mueren los santos, ya que todos ellos tienen la esperanza en Cristo, tal como también se ve en sus incorruptibles y milagrosas reliquias.
Dios no ha creado la muerte, sino que la muerte es interpuesta en la naturaleza, porque es el fruto del pecado del hombre y de su alejamiento de Dios. Existe la muerte física y la psíquica. Muerte psíquica es el levantamiento o reducción de la Jaris (Gracia increada) de Dios de la psique, y la muerte somática es la separación de la psique del cuerpo.
Todos los hombres saborean el terrible misterio de la muerte, puesto que todos heredan la corruptibilidad y la mortalidad, es decir, nacemos para morir. La muerte es el acontecimiento más seguro y cierto en nuestra vida. Hasta los filósofos existencialistas actuales dicen: “la existencia de la muerte” es el acontecimiento más verdadero.
Aunque la muerte es el acontecimiento más seguro, en cambio la hora y el día son inciertos. Nadie sabe cuando va a morir. El tema es que vivamos correctamente, de manera que el cómo de la muerte consista en la vida eterna.
En el texto de la parábola se dice: “…pasó que ha muerto el pobre…”, como también “ha muerto el rico y fue enterrado”. Así que el θάνατος (zánatos muerte) es el mayor demócrata porque no hace ninguna excepción.
Tercero. La psique de Lázaro, después de su salida del cuerpo, fue tomada por los ángeles y conducida por ellos al seno de Abraham. Esto significa que existen ángeles, y naturalmente, el ángel de la guarda para cada hombre, su vigilante personal, los cuales toman las psiques de los hombres justos y las conducen a Dios.
Al contrario, en otra parábola se dice que la psique de los pecadores no arrepentidos la toman los demonios. El insensato rico escuchó la voz de Dios: “Insensato, esta misma noche te pedirán tu psique, y todo lo que has acumulado ¿para quién será?” (Lc 12,20). El verbo “pedirán” manifiesta los demonios, los cuales piden la psique del hombre pecador, para tenerla eternamente.
Por lo tanto, la hora terrible de la muerte, durante la cual la psique se separa violentamente de la armonía con el cuerpo, pasan cosas terribles. Las psiques de los santos las toman los ángeles, y las de los pecadores, los demonios. En la enseñanza de los Padres de la Iglesia se habla de los llamados telonios (aduaneros), que son demonios, espíritus aéreos, quienes quieren y buscan a tener eternamente las psiques de todos los hombres. Naturalmente las psiques de los santos que se han unido con Cristo y tienen el sello del Espíritu Santo no pueden ser dominadas por los demonios.
Con los telonios (aduaneros), los Padres de la Iglesia dan a entender tanto el odio y la manía agresiva de los demonios, como también la existencia de los pazos que buscan su satisfacción, pero que no pueden realizarse a causa de la no existencia del cuerpo. Esta situación exactamente ahoga la psique del hombre que siente un malestar tremendo. Esta tortura, pena de la psique, es parecida al aislamiento pleno de un hombre, como en una la cárcel, sin tener la posibilidad de dormir, alimentarse, encontrarse con otro hombre, etc. Entonces realmente explotan los pazos y toda su existencia.
El hecho de que las psiques de los hombres están tomadas por los ángeles, como también por los demonios, tiene relación con el estado de los hombres. Tal como se dice por los Padres, los ángeles y las psiques son espíritus noerós (espirituales), en relación con el cuerpo material, pero en relación con Dios tienen algo material. Por eso los ángeles se llaman seres etéreos (de éter) y no son inmateriales en su integridad. Además, la psique es creada, es decir, constituida por Dios. Es inmortal por la Jaris (increada energía), puesto que la inmortalidad es un regalo de Dios a ella. Cada creación tiene principio y fin. La psique como creada tiene un principio concreto, pero no tiene fin, porque así lo quiso Dios.
Cuarto. Aunque la psique de Lázaro fue al seno de Abraham y la psique del Rico al hades, sin embargo, Cristo en la parábola dice que Lázaro fue al seno de Abraham y el Rico concreto fue al hades. A continuación dice que el Rico “ve a Abraham de lejos y a Lázaro en el seno de él”.
Esto tiene un gran significado, porque significa que a pesar de la separación de la psique del cuerpo, no se anula la hipóstasis-persona del hombre. Cierto que, la psique no preexistía antes que el cuerpo, sino que se ha creado junto con el cuerpo, y aún, la psique sola no consiste al hombre, tampoco el cuerpo sólo consiste al hombre. Pero a pesar de la separación de la psique del cuerpo, la persona no se disuelve. Esto se ve por lo que la psique mantiene su conciencia, y aún, tal como explican los santos Padres, la psique del hombre conoce los elementos de su propio cuerpo, que permanecen en la tierra, y posiblemente se han esparcido o disuelto los elementos de los que estaban compuestos. Durante la Segunda Presencia, la psique con la Jaris de Dios volverá a unir los elementos del cuerpo, se reconstituirá el hombre entero, y naturalmente entonces los cuerpos, tanto de los justos como de los injustos serán espirituales, es decir, no tendrán necesidad de comida u otras limitaciones. La resurrección es un regalo que se dona a todos los hombres, justos e injustos.
Se debe de observar en esta parábola que Cristo se refiere al nombre del pobre, en cambio el nombre del Rico lo ignora. Esto indica que Lázaro como vivía con Dios, sotiriológicamente (de forma salvífica) era persona, verdadera hipóstasis, mientras que el Rico a pesar de que era hombre, sin embargo, sotiriológicamente no era hipóstasis. Esto significa que el hombre real es aquel que tiene psique, cuerpo y también la Jaris de Dios dentro de su psique y cuerpo. En cambio el hombre que no tiene el Espíritu Santo, es ontológicamente persona, pero no es persona en relación con Dios, por la sencilla razón que se ha esclavizado a las cosas. Su nus en vez de girar hacia Dios, gira hacia la materia y se esclaviza en ella.
Quinto. En esta parábola se dice que el Rico encontrándose en el hades vio a Abraham y a Lázaro en su seno. Con la persona de Abraham se entiende a Dios. El que uno se encuentre en el seno de Dios significa que está en comunión con Él.
En el seno, detrás del pecho, se encuentra el corazón del hombre. El corazón que es la fuente de la vida biológica, es el símbolo de la agapi. Cuanto más grande es la agapi, tanto más es la gnosis-conocimiento, puesto que conecta estrechamente con la agapi. Precisamente esta agapi consiste en estar en comunión y unión. Así que encontrarse uno en el seno, manifiesta que conecta con el amado, existe unión entre ellos.
La expresión, pues, que Lázaro se encontraba en el seno de Abraham, muestra representativamente su comunión con Dios, la cual conecta con la gnosis y la agapi. Hablando sobre la gnosis de Dios, entendemos esta con la comunión en existencia. No se trata de una gnosis encefálica o intelectual, sino de aquella que conecta con la agapi, con la misma vida.
Lázaro se ve que se entristece por la prueba horrible del Rico, no ve el Infierno, en cambio el Rico ve la doxa-gloria del Paraíso. Realmente aquel que vive dentro de la Luz increada, en la gran zeoría, contemplación de Dios, tal como dicen los Padres, se olvida del mundo. La luz es tan grande y ciega tanto que no deja ver otra cosa distinta. Esto no significa que los santos no rezan para todo el mundo. Ruegan y oran a Dios ya que tienen mayor comunión junto a Él. Pero se encuentran en una situación que no podemos entender. Sólo si la examinamos a través de las experiencias divinas de los santos la podemos captar y entender.
Sexto. Mientras que Lázaro estaba en el seno de Abraham, el Rico estaba ardiéndose en el hades. Sobre todo, ruega a Abraham que mande a Lázaro a refrescar su lengua, porque como dijo característicamente: “…estoy sufriendo en este fuego”.
Aquí se habla sobre el hades, no para el Infierno. Porque el Infierno empezará después de la Segunda Presencia de Cristo y el juicio futuro, en cambio, las psiques de los pecadores, después de su salida del cuerpo, viven en el hades. Según la enseñanza de los santos Padres, el hades es un lugar concebible e invisible, es un presabor del Infierno cuando el hombre recibe la energía cáustica, ardiente de Dios.
Hubo una gran discusión sobre estos temas en el Sínodo de Ferrara y Florencia y están salvados los aspectos y enseñanzas de san Marcos el Amable que son apocalípticas. El fuego, en el que se estaba quemando el Rico, no era el llamado fuego purgatorio de los Latinos que pasan todas las psiques de los hombres, no es un fuego creado, sino increado. Es decir, que los pecadores reciben los rayos de la Luz divina, pero como han muerto sin metania, sin arrepentimiento y confesión, sin sanarse, viven la energía ardiente, quemadora de la Luz. Así que, según el grado de terapia o enfermedad, los hombres reciben la misma Jaris como luz o como fuego.
Se debe observar aún que el Rico veía a Abraham y a Lázaro en su seno, veía la doxa-gloria de Abraham, pero no tenía participación de esta gloria. Al contrario, Lázaro veía y tenía participación. Esto es un punto muy importante porque muestra que en la otra vida todos verán a Dios, pero los justos estarán en comunión, participación, en cambio los pecadores, no. Un ejemplo característico es el logos (lo dicho) de Cristo sobre el juicio futuro. Allí todos verán al Juez, todos conversarán con Él, pero no todos disfrutarán de Su doxa-gloria, y los otros vivirán la energía cáustica, quemadora de la divina Jaris (increada energía).
Séptimo. El Rico se interesaba para con sus hermanos vivos en el mundo y rogaba a Abraham mandar a Lázaro para anunciarles la metania. Por lo tanto, mientras existe gnosis y comunión, la separación de la psique del hombre, en el mundo presente se manifiesta un interés por ello.
Este interés junto con otros datos muestra lo que decíamos anteriormente, que la parábola del Rico y el Lázaro no se refiere a la vida después de la Segunda Presencia de Cristo, sino a la vida después de la muerte hasta la Segunda Presencia. Está claro que se trata del llamado estadio medio de las psiques.
Los santos se interesan sotiriológicamente por el mundo. Por la Jaris de Dios escuchan las oraciones y las suben a Dios. Por eso nosotros oramos y pedimos a nuestros santos. Con las fiestas que hemos establecido para sus memorias, mostramos que son santos, se han unido con Dios y esperan también la resurrección de sus cuerpos, los cuales desde ahora reciben la incorruptibilidad, los preludios del siglo futuro. Nosotros también nos interesamos por los difuntos. Oramos a los santos para que recen por nosotros a Dios, pedimos sus intervenciones, mientras oramos para que reciban misericordia todos los difuntos. Esto aparte muestra la comunión entre nosotros y a la vez expresa algo más profundo.
Según la enseñanza de los santos Padres, cuando el hombre se haya introducido en la metania, el estadio de la catarsis (sanación, purificación), continuamente está evolucionando. Existe un continuo perfeccionamiento, tanto en el llamado estado medio de las psiques, como también de la vida después de la Segunda Presencia. Los grados de la vida espiritual son la catarsis, la iluminación y la zéosis. Por supuesto, que estos no se deben entender como situaciones fijas, sino como participación de la Jaris de Dios. Si el hombre lucha para sanarse, purificarse (es decir, hace la catarsis) entonces la Jaris (energía increada) de Dios se llama catártica (sanadora, purificadora). Cuando el nus está iluminado significa que recibe la Jaris, la energía increada de Dios que le ilumina y se llama iluminadora. Y cuando se encuentra en la zéosis o glorificación y esto se hace con la Jaris de Dios y se llama deificadora. El camino es continuo. Así los que han metanoizado, arrepentido y confesado, antes de que salga la psique del cuerpo, ellos evolucionan y se hacen con más cabida a la increada Jaris. Por eso, celebramos los oficios por la memoria de los difuntos y oramos por ellos.
Pero aquellos que durante la salida de la psique del cuerpo no se han arrepentido y confesado, es decir, no están en metania, ellos como no tienen visión espiritual, viven sólo la energía cáustica, quemadora o ardiente de Dios y claro está, que no van a tener participación en el bien o la bondad. Pero oramos para todos, porque no conocemos el estado espiritual interior de ellos.
Octavo. En la parábola se dice que entre el lugar que se encontraba Adán y el hades donde estaba el Rico, había un gran abismo y no era posible para nadie traspasar hacia el otro lado.
Naturalmente, no se trata de un lugar particular, como hemos dicho antes, sino de una manera o modo particular de vida. Existe diferencia clara entre Paraíso e Infierno, como maneras de vida particulares.
El Paraíso y el Infierno por parte de Dios no existen, sino desde la perspectiva humana. Dios manda Su Jaris hacia todos los hombres, puesto que el sol amanece para justos e injustos y llueve sobre los buenos y los mal astutos. Si Dios da el mandamiento de amar a todos los hombres, aún hasta a nuestros enemigos, Él hace lo mismo. Es imposible que no ame a los pecadores. Pero cada hombre según su estado espiritual siente distintamente la agapi (amor increado) de Dios.
La luz tiene dos atributos, o sea, el iluminador y el quemador. Si un hombre tiene buena visión se beneficia del atributo iluminador del sol, de la luz y se alegra por toda la creación. Pero si está privado del ojo, no tiene visión, entonces siente el atributo quemador de la luz. Esto pasará en la vida futura, como también en la vida de la psique después de su salida del cuerpo. Dios estará amando también a los infernados, pero ellos no podrán sentir esta agapi como luz. La estarán sintiendo como fuego, porque no tienen ojo espiritual y visión espiritual.
Algo análogo, parecido pasa con la divina Efjaristía. Todos pueden tomarla, pero para los preparados y adecuados se hace luz y vida y para los que indignamente van a tomarla, sin prepararse, se convierte en pena y lástima.
Esto la Iglesia lo presenta en la iconografía de la Segunda Presencia. Allí vemos que del trono de Dios sale la luz, dentro de la cual se encuentran los santos, y del mismo trono emana el río de fuego, dentro del cual se encuentran los pecadores sin metania.
Por eso, en la Iglesia Ortodoxa damos gran importancia a la sanación del hombre. La Iglesia es el Hospital espiritual que sana el ojo espiritual que es el nus. El nus enferma y se debe de sanar. Esta es la obra de la Iglesia.
Noveno. En el ruego del Rico para que Abraham mande a Lázaro para anunciar la metania a sus hermanos, Abraham no correspondió y justificó su tesis diciendo: puesto que los hombres no escuchan a Moisés y los Profetas, entonces aunque uno se levante de los muertos tampoco lo creerán.
El hombre carnal no puede convertirse, arrepentirse y confesarse (metanoizar) por muchos milagros que haya visto en su vida. Vive dentro de un sueño mortal. Esto es una realidad. Si no se activa la libertad del hombre no hay metania. Todo se hace con la energía de Dios y la sinergia del hombre.
Además, el mayor acontecimiento dentro de la historia es la encarnación o humanización de Cristo, Su Resurrección y la constitución de la Iglesia, la cual es el Cuerpo del resucitado Zeántropos (Dios y hombre) Cristo. Si el hombre no puede inspirarse de esta realidad conmovedora, si no puede convencerse de la vida de tantos santos que son miembros del cuerpo resucitado de Cristo, no se convencerá ni con el mayor milagro.
La sanación, salvación y renacimiento del hombre no es una cuestión de energías y actos prestidigitadores, sino fruto de la libre expresión de su voluntad, fruto de mucho sufrimiento, lucha y sudor. Desgraciadamente muchos hombres en nuestra época se conforman con las magias y los hechos exteriores. El que uno se convenza sobre la existencia de la otra vida es cuestión de sensibilidad espiritual interior. Porque aunque resucite un hombre es probable que sea tomado como un fantasma.
Hoy se habla mucho sobre las experiencias moribundas. Unos insisten que la psique de ellos ha salido del cuerpo o se acercó hacia su salida y a continuación regresó al cuerpo. Cuentan las cosas terribles que vieron y afrontaron.
En la iglesia Ortodoxa decimos que han habido casos que la psique regresó al cuerpo, es decir, han resucitado por la fuerza de Cristo. Pero estos son acontecimientos excepcionales que no ocurren comúnmente. Hay santos que tuvieron experiencias terribles de este tipo, ya que vivieron en sus vidas personales qué es el Infierno y el Paraíso, han vivido las llamas del hades, vieron ángeles y demonios. Cuando regresaron a sí mismos vivieron la vida de la metania y proclamaban a los demás la metania. Pero cuando decimos que la mayoría de estas experiencias son demoníacas o son fruto de deseos y emociones reprimidas o fantasías, o aún, son resultado de fármacos tranquilizantes, narcóticos y drogas, que se dan para que no tengan dolor por una prueba horrible que están pasando por sus enfermedades. Realmente se necesita gran discernimiento para que uno pueda distinguir estos estados, si provienen de Dios, del diablo o de anomalías psicológicas o somáticas.
Nosotros en la Iglesia no esperamos resurrecciones de santos o experiencias de este tipo para creer, sino que tenemos la santa escritura, las vidas de los Profetas, de los Apóstoles y de los Santos, tenemos los logos de ellos y sus enseñanzas, también tenemos sus reliquias y creemos que existe la vida eterna. Algunas veces cada uno de nosotros se hace digno de Dios para vivir dentro de su corazón qué es el Infierno y qué es el Paraíso.
Más allá de todo esto cumplimos los mandamientos de Cristo para sanarnos, de modo que resolvemos muchos problemas existenciales, interpersonales, sociales y ecológicos. La aplicación de los mandamientos de Dios nos hace hombres equilibrados.
Décimo. En la Parábola del Rico y de Lázaro, también se ve la forma que debemos utilizar para sanarnos, y así después de la muerte y después de la Segunda Presencia de Cristo vivir a Dios como luz y no como fuego. Abraham dijo al rico: “Tienen a Moisés y los profetas, que les escuchen”. Debemos cumplir la ley y obedecer a los Profetas de cada época.
Profeta es aquel que con la Jaris (increada energía) de Dios ve los misterios del siglo futuro, saborea desde ahora la Realeza (increada) de Dios. Profetas de este tipo había tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo. Ellos recibieron la Apocálispsis (revelación), ellos vivieron la Realeza de Dios, conocieron los misterios de ella y a continuación los revelaron al pueblo.
Los Profetas que se identifican con los teólogos pragmáticos y los padres espirituales, hacen renacer a los hombres y los conducen hacia la vida. La conducción espiritual conecta y se identifica con el renacimiento espiritual del hombre. Realmente, uno no puede renacer si no conecta y se une con un hombre glorificado o divinizado, un Profeta.
Y en nuestra época existen Profetas que proclaman la metania, giran nuestro nus y mente hacia Dios, nos muestran otra manera de vivir y pensar. Y si no podemos encontrar un Profeta así, existen los logos (los dichos, discursos) de los Profetas y podemos, leyéndolos, aprender qué es la Realeza de Dios y qué debemos hacer para disfrutarla.
Estos pensamientos generales, que son los puntos básicos de la esjatología ortodoxa, se han formulado aquí muy sinópticamente de manera simple. El análisis detallado de estas tesis documentadas y probadas por la enseñanza de los santos Padres, puede encontrarlo el lector en los capítulos que siguen. Teniendo en cuenta estos puntos básicos, podrá comprender también lo que va a leer a continuación.
Esjatología diacrónica
Desde el principio del libro hemos manifestado que nos ocuparemos especialmente de la vida del hombre después de la muerte. Hemos observado la psique desde el momento que se separa del cuerpo, hasta la Segunda Parusía (Presencia) de Cristo, y la vida después del juicio futuro.
Todos estos temas están incluidos en el término “esjatología”. Es conocido que la esjatología y todos los acontecimientos de los ésjatos ocupan demasiado al hombre de nuestra época. Uno puede sostener que aparte de una búsqueda saludable es una moda contemporánea en dejar las cosas presentes y ocuparnos de las futuras. Quizá esto sea una muestra de decadencia moral. Realmente, en épocas que ha existido decepción por distintos acontecimientos sociales, los hombres giraban con agonía hacia las cosas futuras para informarse sobre ellas. Generalmente, cuando los sistemas sociales humanocéntricos tenían bases fuertes y fijas, los hombres se apegaban a estas y no buscaban las cosas futuras. Al contrario, en épocas que todo esto tambaleaba, los hombres buscaban en encontrar algo más profundo. Así por parte humana hoy se está desarrollando la ciencia de la futurología, la cual investiga el futuro de la tierra e intenta investigar las condiciones de vida de los hombres.
Pero el tema es que hoy se hace una tremenda confusión sobre esta búsqueda. Muchos Cristianos mezclan la teología ortodoxa con la esjatología y con otras interpretaciones heréticas, y aún más, se ocupan de una manera que lo haría un seguidor de otra religión o un humanista. Los temas se enredan, no se colocan en su dimensión real, y por eso es necesario ver el tema de la esjatología por parte ortodoxa. Sólo de esta manera escaparemos de la tentación de mezclar elementos extranjeros, los cuales perjudican a la Apocálipsis.
El término “esjatología diacrónica” manifiesta que las cosas ésjatas en la Tradición Ortodoxa no son simplemente las futuras, es decir, no conectan exclusivamente con el tiempo, sino con la manera de vivir. Así la esjatología es a la vez pasado, presente y futuro. Hablando, pues, de parte ortodoxa debemos siempre tener en cuenta que las ésjatas que ocurrirán en el futuro son como las iniciales (las primeras) y las intermedias.
1. Interpretación del término εσχατολογία (esjatología)
El término εσχατολογία (esjatología), manifiesta el logos (tratado) sobre las cosas o acontecimientos ésjatos, es decir, hablar sobre ellas. Tal como el término Cristología manifiesta el logos sobre Cristo, y el término Eclesiología manifiesta el logos sobre la Iglesia, lo mismo ocurre con el término esjatología.
La palabra ésjato se utiliza con muchos significados. En principio, claro está, significa el último y las últimas cosas o acontecimientos, y esto se toma por parte del lugar, el grado (superior-inferior), el estado o situación, la persona y el tiempo. Así que, podemos hablar sobre lugar ésjato, sobre el hombre inferior, sobre hombre humilde y hombre falso, y acontecimientos que pasarán en el futuro.
En el Nuevo Testamento siempre que leemos la palabra ésjato manifiesta muchas cosas. Me gustaría mencionar algunos ejemplos muy característicos.
Cristo hablando sobre la doxa-gloria de los Santos Apóstoles que abandonaron todo y Le siguieron, dijo: «Μuchos de los primeros serán ésjatos (últimos) y los ésjatos primeros» (Mt 18,30). Esto se dice por parte del valor. Los apóstoles que se consideraban los últimos en relación con los sabios y los fuertes de su época, se han destacado los primeros en valor. Con este significado existen muchos pasajes en la Santa Escritura.
En otro caso Cristo refiriéndose a los banquetes, decía que el hombre debe escoger el último lugar, de manera que si hace falta, el dueño de la casa le destaque: «Cuando seas invitado, vete y siéntate en el ésjato (último) lugar, para que cuando venga el que te convidó te diga: Amigo, sube más arriba» (Lc 14,10). Aquí el término, en contraposición con la parte anterior, también significa la parte inferior. Además, de otras cosas se expresa también la humildad que debe distinguir los alumnos de Cristo. Por eso el Señor les aconsejaba en otra parte: «…Si alguno quiere ser el primero, que sea el ésjato (último) de todos y el servidor de todos» (Mc 9,35).
La palabra ésjato se utiliza también por la parte geográfica, para manifestar el último punto, límite del horizonte o de la tierra. Cristo anunció a Sus alumnos: «pero recibiréis una fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los esjatos (confines) de la tierra» (Hec 1,8). Con este logos Cristo anuncia que recibirán el Espíritu Santo y se convertirán en testigos Suyos en todo el mundo.
Cierto que el término esjatología se utiliza principalmente para expresar el final del tiempo. Y con este significado hay muchos pasajes dentro del Nuevo Testamento. Por eso a continuación veremos algunos de estos, sin referirnos en los pasajes que expresan otros conceptos de la palabra ésjato.
En Sus homilías, Cristo conecta los ésjatos con la resurrección de los cuerpos, y naturalmente con el Juicio que le sigue. Hablando hacia los Judíos entre otras cosas decía: «Y esta es la voluntad del Padre que me ha enviado: que yo no pierda ninguno de todos los que él me ha dado, sino que les resucite gloriosamente aquel ésjato-último gran día (de la Parusía, Presencia universal.)» (Jn 6,39). Esta era también la convicción de los Judíos, por eso también la hermana de Lázaro, Marta, en la certificación de Cristo que “tu hermano resucitará”, contestó: «…sé que resucitará durante la resurrección de aquel gran ésjato (último) día» (Jn 11, 23-24). Tal como hemos dicho antes, la resurrección de los muertos conecta con el Juicio que seguirá. Por eso Cristo decía: «El que me rechaza y no recibe los logos de mi enseñanza, tiene ya quien lo juzgue; El logos que yo he hablado, lo condenará en el ésjato o último gran día del Juicio universal» (Jn 12,48).
Los ésjatos se refieren también al período antes de la segunda venida de Cristo para juzgar a los hombres, es decir, en el final del tiempo, cuando los hombres se endurecerán y el mal llegará a su mayor exaltación. Por eso, el Apóstol Pablo afirma a Su alumno Timoteo: «Has de saber que en los ésjatos-últimos días sobrevendrán tiempos difíciles» (2ªTim 3,1). En la misma perspectiva se encuentra también el Apóstol Pedro cuando hace un recordatorio sobre esta verdad: «Y ante todo debéis saber que en los ésjatos-postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias…» (2ªPed 3,3).
Por lo tanto, el término esjatología se utiliza para expresar los ésjatos tiempos, el final del cronos (tiempo) y los tiempos aquellos que aparecerá Cristo para juzgar a los hombres y todo lo que seguirá antes y después de esta aparición. Pero podemos añadir que la esjatología se refiere también a la salida de la psique del cuerpo, por lo tanto, aquí empieza inmediatamente el juicio parcial de los hombres.
De estas pocas introducciones se ve que no es tan fácil delimitar la esjatología en un espacio de tiempo, porque en la percepción ortodoxa sobre el tiempo, vivimos el pasado, el presente y el futuro, puesto que en los santos, que son los miembros verdaderos de la Iglesia, las pasadas, las presentes y las futuras, se viven como presentes. Por eso podemos hablar para esjatología diacrónica, puesto que las esjatas son como las primeras y las intermedias.
Metropolita Ierózeos Vlajos
Traductor: xX.jJ
1 comentario
Luis
3 julio, 2020, a las 2:25 pm (UTC 0) Enlace a este comentario
Doy gracias a Dios de haber encontrado este bendito sitio web.
Particularmente este artículo me ha resultado definitivamente esclarecedor. Es muy oportuno, porque hay un preocupante avance de las sectas y de las doctrinas heréticas, que me da la impresión que, lejos de perseguir el propósito de «evangelizar», lo que procuran es apartar de la fe verdadera, confundir y extraviar.
Volveré pronto a este sitio, porque ya he notado que hay otros artículos que me resultan muy necesarios. Aquí hay verdadero alimento espiritual.
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