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Sep 24 2021

Fe, Esperanza y Agapi

Fe, Esperanza y Agapi

Catequesis de Athos Αγιον Ορος Agion Oros,

Hieromonje Gregorio del Kelion-Caseta san Juan el Teólogo

 

Capítulo 6. La trinidad de las virtudes Fe, Esperanza y Agapi

La fe, la esperanza y la agapi son las tres virtudes básicas del Cristiano: Ahora quedan estas tres la Fe, la Esperanza y la Agapi, «pero yo os muestro un camino más excelente todavía, el camino de la agapi», 1Cor 13,13  (agapi-amor divino incondicional y energía increada). “Estas son las virtudes fundamentales… y de estas emanan como de varias fuentes inagotables todas las demás virtudes que conducen al perfeccionamiento cristiano” (San Nectario “Ortodoxa catequesis” pag. 147/8). San Juan el Clímaco con una imagen representativa indica el lazo estrecho que existe en esta triada puntal de las virtudes: “Una la veo como rayo, la otra como luz y la tercera como disco solar, y juntas como un destello y una luminosidad, (San Juan Clímaco “Escalera Logos 30,1 pag 373).

 

a) La fe

El hombre por la fe acepta el Misterio de la Divina Economía. Es decir, la fe es nuestra contribución al misterio de nuestra sotiría (redención, sanación y salvación). “No es posible salvarnos de otra manera sino sólo por la fe”. San Gregorio Palamás distingue: “Una cosa es creer en Dios y otro cosa creer a Dios”. Creo en Dios significa que considero ciertas y verdaderas las promesas que nos ha dado. Mientras que creer a Dios significa que opino, confieso y creo ortodoxamente, correctamente sobre Él. Debemos tener las dos… El creer verdaderamente en Dios, es decir, que reconocemos como ciertas y verdaderas Sus promesas hacia nosotros, y esperamos que se manifiesten rápido, esto se demuestra por nuestras obras buenas y por la aplicación y cumplimiento de los divinos logos-mandamientos. El creer ortodoxamente a Dios… se demuestra por estar de acuerdo nosotros con los teoforos (portadores de la luz increada) Padres” (San Crisóstomo, A los Romanos 8,1, PG 60,453). Sobre esta segunda fe hemos hablado ya en la primera parte de este libro. Aquí nos referiremos más sobre la fe primera, la que se confirma por la aplicación y cumplimiento de los logos-mandamientos divinos.

Para que nuestra fe sea verdadera y viva debe ser acompañada de obras. Dice en su carta el Apóstol Santiago: “La fe sin obras por sí misma es muerta” (Snt 2,17-9). Este tipo de fe muerta tienen también los demonios: “También los demonios creen, tiemplan y titiritan” (Mrc 1, 24). Los Cristianos que creen a Dios y no cumplen ni aplican Sus logos se parecen a los demonios, los cuales con palabras confiesan a Cristo pero con sus obras niegan Su soberanía y la debida obediencia y agapi a Él. A estos cristianos conviene el logos del apóstol Pablo: “Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra” Tit 1,16

La praxis siempre es más fidedigna que la palabra o logos para representar la verdad. El que no trabaja los logos-mandamientos de Cristo, si sostiene que ama a Cristo, es mentiroso, en cambio, el que los trabaja demuestra que ama a Cristo, incluso si está callado. Según el logos de san Gregorio el Teólogo: “Obra sin voz es mayor que el logos sin praxis” (Logos éticos 33, PG 37, 929ª).

La aplicación y cumplimiento de los logos de Cristo es la demostración de la agapi hacia Él: «El que cumple mis mandamientos y los tiene interiorizados, ése es el que me ama; y al que me ama, lo amará mi Padre y yo también lo amaré y me revelaré a él, mediante la iluminación interior por la energía increada» (Jn 14,21) Y el Cristo quiere que nuestra fe sea acompañada por la agapi. Dice san Máximo el Confesor: “No digas que la fe fina a nuestro Señor Jesús Cristo puede salvarte. Esto es imposible, si no logras también la agapi hacia Él por el trabajo de las virtudes” (Filocalía t,2 Capítulos sobre la agapi 1,39).

San Simeón el Nuevo Teólogo escribe que “por eso se hizo toda la Economía y la condescendencia del Hijo de Dios, de modo que con la fe hacia Él y con la aplicación y cumplimiento de Sus logos-mandamientos constituirnos en partícipes de Su Deidad y Realeza increadas-“ (Logos ético 3,12 SC 122, 418). La fe es el principio del camino que conduce al reinado de la Realeza increada, y a la vez la fuerza que apoya a cada fiel durante su camino. Según el logos de san Ignacio el teoforo, la fe y la agapi “son el principio y el final de la vida”. Principio es la fe y la agapi el final” (Hacia Efesios 14,1, B 2, 267). La fe y la agapi en común metamorfosean, transforman y convierten el hombre en dios por la Χάρις Jaris (gracia, energíaincreada).

 

b) La esperanza

La esperanza se sostiene a la agapi de Cristo hacia el hombre, y se refiere a cosas futuras.

El apóstol Pablo nos habla con la boca de san Nicodemo el Aghiorita: “Oh cristiano, por los carismas espirituales que ahora has recibido, cree también a los futuros. Y tal como al principio cuando has sido bautizado no has dado nada más que la fe, y has recibido de Dios grandes bienes, así también ahora esta misma fe trátala para la esperanza y la adquisición de los bienes futuros. La esperanza entonces es realmente esperanza, cuando espera aquellas cosas que no se ven, porque lo que uno ve ¿para qué hace falta esperanzarlo? Por supuesto que entonces la esperanza es sobrante e inútil” (San Nicodemo el Aghiorita, “Interpretación a las 14 epístolas, tomo I, pag. 198-9). Por esa razón la esperanza es la virtud de la vida presente.

Todo el misterio de la Divina Economía revela la infinita agapi-amor de Dios hacia el alejado, condenado y des-graciado hombre. En esta agapi está basada también nuestra esperanza para el futuro. Dice san Crisóstomo: “Cuando, una vez haberte tomado por muerto, cautivo y perdido, te hizo amigo, hijo, libre, justo y coheredero, y ofreció tantos bienes cuantos nunca alguno había esperanzado, ¿cómo más tarde te abandonará después de tan grande magnificencia y simpatía?” (En Romanos 14,6, PG 60, 532).

El logos del Salmista: “Esperanzó mi psique sobre al Señor desde la guardia de la mañana hasta la noche” (Sal 129,6), significa que debemos tener esperanza continuamente al Señor, sea cuando vivimos acontecimientos agradables, que se asimila con la mañana, sea cuando pasamos por aflicciones y desgracias que se asimilan con la noche. San Crisóstomo interpreta el logos del Salmo: “No hay nada más seguro para la salvación que entregarse y colgarse uno siempre por la esperanza a Dios… Esta esperanza es una pared indestructible… una torre invencible. Incluso aunque las circunstancias amenazan la muerte, el peligro y la debacle, no dejes de tener esperanza a Dios y esperar la salvación por Él. Porque para Él todas las cosas son fáciles y factibles” (En el Salmo 129, 3PG 55,376).

El Señor “no acepta ofrecer toda Su ayuda a aquel que unas veces tiene esperanza al dinero, a la vanagloria y a la fuerza humana, y otras veces a la esperanza en Él” (San Basilio el Grande, En Isaías 10, 245, B 56, 241-2). El Cristo quiere que tengamos esperanza siempre a Su Agapi y sólo en ella.

Tengo esperanza en Cristo significa que confío absolutamente a su providencia agapítica sobre mi vida. “Esperanza es que uno crea sin dudas y con toda su psique-alma que seguro que aquello que espera lo conseguirá” (San Pedro el Damasceno, Sobre la adquisición de las virtudes, Filocalía t.3, 75). “Esperanza es adquisición de tesoro antes de adquirirlo… Es la puerta de la agapi” (San Juan el Clímaco. Logos 30,16).

 

c) La agapi

Entre esta tríada de las virtudes puntales la primera posición la tiene la agapi: “la mayor de estas la agapi”. La fe es control de las cosas invisibles. Por tanto no tiene lugar en la vida futura, porque entonces se nos apocaliptarán-revelarán las cosas que no se ven; lo mismo, tampoco la esperanza tiene lugar en la vida futura, porque lo que uno ve tiene esperanza. La virtud que permanece en la vida futura es la agapi, (1Cor 13,13- Ef 11,1- Rom 824)). San Máximo el Confesor escribe que la agapi es la consumación de la fe y de la esperanza, “abrazando completamente todo ésjato-extremo deseado, es decir, a Dios y proporcionando en la fe y en la esperanza el cese del movimiento de ellas hacia Dios” (Capítulos Teológicos y sobre economía 1,2, PG 90, 1189 AB).

Los santos Padres dudaban hablar sobre la agapi, porque “la agapi es el Dios, y el que intenta dar una definición a Dios parece al ciego que cuenta en el abismo los granos de la arena” (san Juan el Clímaco, logos 30,2). Pero a pesar de esto, movidos por la agapi, nos transmitieron sus experiencias espirituales. “La agapi sobre su cualidad es semejanza con el Dios, ya que “el Dios agapi es”, por supuesto a la medida de lo posible a los hombres.  Sobre su energía es embriaguez de la psique-alma. Y sobre sus cualidades o atributos es fuente de la fe, mar de humildad y abismo de magnanimidad y tolerancia! (san Juan el Clímaco, logos 30,3).

La agapi del hombre hacia Dios es la respuesta a la agapi de Dios hacia el hombre. La agapi de Dios se manifiesta en la creación del hombre y en los innumerables bienes materiales y espirituales que le ha preparado. Sin embargo, la culminación de la divina agapi es la humanización de Cristo y Su sacrificio cruciforme. Dice san Juan Crisóstomo: “Tienes Soberano más caritativo que padre, te cuida mucho más que la madre, te ama con el eros (amor ardiente) mayor que aquel que hay entre un novio y una novia, tu salvación la considera reposo Suyo… y te muestra todo tipo de agapi… es inexplicable la providencia de Dios e ininteligible la protección de Él, es inexpresable Su bondad e inescrutable Su filantropía” (Hacia los escandalizados…, 8, PG 52, 498).

A esta agapi de Dios, el hombre corresponde con el ofrecimiento completo de su propia agapi. Movido por agradecimiento, aplica el primer mandamiento de Dios: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu psique-alma, y con toda tu mente” (Mt 22,37). “Este mandamiento debe tener el primer lugar en los corazones de los cristianos… cualquier otro mandamiento debe hacerse por este” (San Nicodemo el Aghiorita, Ejercicios espirituales, estudio 17,1) El Cristo recalcó que la agapi es el propósito y finalidad de toda la ley Mosáica. En el mandamiento de la agapi depende toda la ley y los profetas (Mt 22,40).

El mandamiento-logos de la agapi es doble: “Y este mandamiento hemos recibido de Él: que quien ama a Dios, ame también a su hermano” (1Jn 4,21). El Evangelista de la agapi recalca: “Pero si alguno dice que ama a Dios y odia a su hermano, es un mentiroso. El que no ama a su hermano, al que ve, ¿cómo puede amar a Dios, al que no ve?” (1Jn 4,20). El fiel ve en la persona del hermano a mismo Dios. “¿Has visto tu hermano? ¡Ha visto a tu Dios!” recalcaban los Padres del desierto, (Gran Gerontikón tomo 3, pag 383). Por tanto, la agapi al prójimo es fruto de la agapi a Dios.

El apóstol Pablo alabó la agapi en Cristo y enumeró sus características en la I Epístola a los Corintios:

Capítulo 13 Canto a la agapi increada, amor divino, incondicional y desinteresado

«1 Aunque hable las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo agapi-amor no soy más que una campana que suena o como unos platillos o címbalos resonantes.

2 Aunque tenga el don de profecía y conozca todos los misterios y las voluntades de Dios y toda la ciencia, y aunque tenga tanta fe que traslade las montañas, si no tengo agapi-amor, no soy nada.

3 Aunque reparta todos mis bienes entre los pobres, y entregue mi cuerpo a las llamas para gloriarme, sino tengo agapi-amor, de nada me sirve.

4 La agapi-amor aleja la ira, es magnánima, paciente, tolerante; la agapi no tiene envidia, no es presumida, ni se infla de orgullo y prepotencia,

5 no hace nada feo e indebido, no es grosera ni egoísta y no busca sus intereses, no piensa mal para su prójimo, ni se irrita, no toma en cuenta el mal del otro;

6 La agapi-amor no se alegra por la injusticia; se alegra y goza cuando domina la verdad,

7 todo lo disimula, sufre y aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera.

8 La agapi-amor jamás decae y nunca falla; Pero, las profecías que hay ahora como dones del Espíritu Santo desaparecerán, las lenguas cesarán y las gnosis, conocimientos caducarán.

9 Todo esto en la vida futura quedará abolido, porque parcialmente conocemos y profetizamos.

10 Cuando venga lo perfecto, entonces desaparecerá lo parcial e imperfecto.»

 

(Αγάπη  (agapi)  amor, cariño. “Ὁ θεός γάπη στίν Dios es agapi-amor… Porque la agapi proviene de Dios” (1 Jn 4,7-8). La Αγάπη (agapi) cristiana en su faceta divina y como término teológico ortodoxo es la primera y superior energía increada de las energías increadas de la Jaris de Dios. Se aproxima más a la misericordia increada y perdón de Dios que enseñaba Cristo Dios. La agapi está vinculada y unida estrictamente con la libertad y la verdad. Cada una depende y se enlaza con la otra, fuera de esta interrelación ninguna es auténtica. Dicen los Santos Padres Ortodoxos: Nadie puede conocer la increada agapi como energía increada de Dios si no es a través de la energía increada Χάρις (Jaris, Gracia) del Espíritu Santo. La agapi cristiana en su faceta secular, mundana se refiere al amor desinteresado, altruista o cariño, amor al cónyuge, a los padres, a los amigos, a los jefes y trabajadores, como también a las comunidades sociales y toda la creación.

Éste es el propósito de la psicoterapia de la Iglesia Ortodoxa, el convertir, mediante la constante metania (introspección, arrepentimiento y confesión), la φιλαυτία (filaftía, egolatría, excesivo amor a sí mismo y al cuerpo) que es el creado amor interesado egocéntrico y enfermizo a uno mismo y al cuerpo y convertirla en agapi desinteresada divina e increada de Dios. Ésta comprende tres estadios: catarsis, iluminación y zéosis o glorificación.

(Ver también sobre este término en nuestro libro “12 Léxis apocalípticas” https://www.logosortodoxo.com/12-lexis-apocalipticas/

también

http://www.logosortodoxo.com/el-yerontas-mitilineos-responde-a-dudas-y-preguntas/#AGAPI_amor_increado_y_desinteresado

2 AGAPI amor increado y desinteresado 2.1 ¿Qué es la agapi? 2.2 La doble dimensión de la agapi

2.3 ¿Cómo se manifiesta la agapi al prójimo cuando el no es tan creyente como nosotros? 

2.4 El cristiano ama al mundo, pero, ¿en qué exigencias del mundo debe decir no?  2.5 Libertad y Agapi en Cristo

1 comentario

  1. Gianluca

    Muy claro y muy importante. Ahora entiendo porque San Pablo pone la Agapi come la virtud mas importante.

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