Βασιλεία τοῦ Θεοῦ/τῶν ουρανῶν (vasilía tu Zeú/ton uranón) Realeza de Dios/de los cielos, el nombre Reino no está en ninguno de los originales Elénicos. Realeza increada (cualidad, atributo) es el elemento básico de las enseñanzas de Jesús y el tema central de los libros del Nuevo Testamento, donde con esta expresión se manifiesta una nueva época que se inaugura con la obra de Χριστός (Jristós) Cristo y en la cual domina en vez de odio el amor, en vez de la oscuridad tinieblas luz, en vez de la incredulidad la luz de la fe, en vez de la desesperación la esperanza. La nueva época se anuncia ya como actual presente, pero también esperada por completo en el futuro con la segunda Presencia de Cristo. La realeza de Dios es el predominio entero de la voluntad de Dios en la vida de los hombres, tanto en la personal «la realeza de los cielos está dentro, en vuestro interior» Lc 17,21, como en la vida social «que venga tu realeza en nosotros, hágase tu voluntad en la tierra, tal como en el cielo, Mt 6,10». La realeza de Dios, como realidad terrenal del presente, se materializa en las personas por la vida santa de los cristianos, «los hijos de la realeza” (Mat.8,12), entonces coincide con la institución de la Iglesia. Realeza, doxa-gloria, jaris-gracia increadas son sinónimas y se interrelacionan como luz y energía increadas. San Máximo el Confesor nos dice que la realeza es el Espíritu Santo que percibimos su increada energía Jaris y la zeoría, contemplación de la increada Luz, la cual hemos perdido por la desobediencia a Dios. Porque, nombre de Dios y Padre en persona-hipostasis (base o principio subsistencial), es el Hijo Unigénito y la realeza de Dios y Padre en persona-hipostasis es el Espíritu Santo procedente del Padre. (Filocalía).