Apocalipsis Unidades 51-60

Unidad 51 Apocalipsis 17, 1-5 La visión de la prostituta y de la bestia, 1ª parte La identidad de los teómacos, ateos

 

Homilía 67 Con la ayuda de Dios, entramos al 17º capítulo, donde se describe con detalles el juicio-krisis que se ha sido anunciado, y la catástrofe ya – que ya se señaló en los capítulos 14º y 16º  del imperio anticristiano en la persona o cara de la Babilonia-Roma. Así en los siguientes pasajes que veremos, es figurada especialmente la relación Babilonia-Roma sobre la Bestia y en el siguiente capítulo el juicio-crisis de la Babilonia-Roma y su catástrofe, destrucción.

Esta relación de Babilonia-Roma sobre a la Bestia os la leeré un poco alargada para que tengáis una imagen.

«Y vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete bombonas, y habló conmigo diciéndome: Ven que te voy a mostrar la sentencia, juicio y condena contra la gran ramera o prostituta, [la gran ciudad corrupta], la que está sentada sobre muchas aguas; con la cual han fornicado y se han prostituido los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se embriagaron con el vino de su fornicación y lujuria. Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia roja escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. Y la mujer estaba rodeada y revestida de púrpura y rojo escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones [de la idolatría], y de las impurezas de su fornicación que ensuciaban e infectaban la tierra; y en su frente un nombre escrito, un misterio: «Babilonia la grande, la madre de las rameras, prostitutas y de las abominaciones de la tierra». Vi a la mujer emborracharse de la sangre de los santos [los cristianos], y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé muy maravillado [de su apariencia majestuosa] y asombrado [de su fuerza destructora contra los fieles] (Ap 17,1-6). 

«Y vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete bombonas, y habló conmigo diciéndome: Ven que te voy a mostrar la sentencia, juicio y condena contra la gran ramera o prostituta, [la gran ciudad corrupta], la que está sentada sobre muchas aguas; con la cual han fornicado y se han prostituido los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se embriagaron con el vino de su fornicación y lujuria» (Ap 17, 1-2).

Estos dos versículos son el epígrafe o el preámbulo de todo lo que se va a describir en los capítulos 17º y 18º. Y en el 17º capítulo se refiere la relación de la Babilonia con la Bestia, y en el 18º capítulo su juicio y condena.

¿Por qué fue uno de estos ángeles y no algún ángel?

Quizás la presencia del ángel por la setena que se ha referido en las siete plagas, quiere enlazar las cosas anteriores con las siguientes, para indicar una unidad orgánica entre las siete últimas plagas y el juicio-krisis venidero.

Y entonces, el ángel dijo, ”ven para indicarte”, el lugar para ir era el desierto, donde allí se encontró en espíritu el divino Evangelista. La sentencia es el juicio al que viene esta gran ramera que prostituyó a todas las naciones de la tierra y ahora será juzgada.

Históricamente es la Babilonia-Roma que muchas veces nos hemos referido, pero podemos decir que hasta el fin de la Historia es también toda capital y autoridad anticristianas. Me quedo en la capital. Lo subrayo esto, porque tiene importancia, además lo dice Brasiotis en sus Notificaciones: “Capital y autoridad”.

La Babilonia-Roma es caracterizada, calificada como ramera, prostituta, como dice Ántimo de Jerusalén, siglo18º, “porque ha dejado a Dios y se ha adherido al Diablo, le ofreció sacrificio, adoración y culto en vez de ofrecerlo a Dios.

Es decir, es el fenómeno de la apostasía. Además, la calificación de prostituta esto significa. No en el sentido que la ciudad tiene en su interior mujeres fornicadoras, prostitutas -es otro asunto esto- pero la calificación de prostituta-ciudad se atribuye también por los Profetas del Antiguo Testamento, como por ejemplo por el Isaías, que se refiere a ciudad Tiro como prostituta-ciudad y Nahúm también dice lo mismo para Nínive (Nau 3,1-19). Pero muchas veces se refiere también la Jerusalén “ciudad-prostituta” (Sal 105,39, Is 1,21, etc.), porque abandonó al verdadero Dios, por lo tanto, se trata de una prostitución espiritual, es decir, de la apostasía. Además el mismo Señor calificó a su generación adúltera (Mt 12, 39 Mrc 8,38), exactamente para expresar el alejamiento del pueblo de Dios de Él. Por tanto, esta gran prostituta, ramera se sienta encima de muchas aguas. Esta calificación expresa la Babilonia histórica, porque el lugar geográfico donde se había construido estaba encima del río Éufrates y en concreto encima de canales que habían construido entonces los Babilonios.

Pero en pasaje 15º un poco más abajo, se hace interpretación por el ángel sobre qué significan las muchas aguas que encima de ellas se encuentra la ciudad, e interpretando dice a Juan: “Me dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera o prostituta se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas” (Ap 17,15). En consecuencia, se trata de la ciudad capital que influye a todos los pueblos de la tierra.

Por favor, si queréis pensar: “he aquí la sabiduría” (Ap 13,18). Cuáles son aquellas capitales o la  capital –son muchas- que influencian desfavorablemente a las pequeñas ciudades, a los pequeños estados, de modo que prediquen la apostasía y el ateísmo. Y en efecto la antigua Roma era también aquella gran ciudad-capital que con su cesarolatría, pero también por su variedad de corrupciones, que muchas veces os he dicho, influenciaba también a las demás naciones para imitarla. Consideraban diosa la Roma; era tanta la suciedad, tanta la idolatría tanta la prostitución espiritual, de modo que no sólo los emperadores sean deificados, sino también la misma ciudad. Se han salvado estatuas de la diosa Roma. Por tanto, todos los pueblos que estaban subyugados a Roma, la imitaban también en su idolatría, pero también en su corrupción.

Es digno de destacar que como os dije, se trata de un centro de apostasía y de corrupción que influye en todas las magnitudes y latitudes geográficas. Quiero que os acordéis de esto, cuando os marchéis de aquí que, como dice el texto sagrado, esta prostituta, la Babilonia-Roma es un centro. Lo dice más abajo que la ciudad-prostituta es la Babilonia, pero no dice la Roma, porque cuando escribe el evangelista Juan existía el imperio romano y por razones obvias esconde la palabra Roma, porque amados míos, de otra manera sería perseguida la Iglesia… mucho más. ¡Ya la perseguían, pero diría uno que se perseguiría mucho más aún si alguien de la Iglesia diría que se acerca el fin y la destrucción de la Roma, que la consideraban ciudad eterna! Así pues, Juan el evangelista dice sus grandes verdades con mucho cuidado, con oscurecimiento y en sombras. Hoy en día no existe la Roma en el sentido y significado que existía en la antigüedad, pero existen muchas otras Romas. Sabéis que existía también la Segunda Roma y la Tercera Roma. Los que conocéis un poco de Historia podéis entender muchas cosas, es decir, cuál se llamaba segunda Roma y etcétera. Sólo esto quiero que nos lo recordemos, lo tengamos bien en nuestra memoria, de que esto es el centro, la base.

El centro, otra vez lo hemos dicho, es Occidente, pero no en el sentido geográfico sino cultural. Occidente como centro por supuesto que ahora no es una ciudad, sino un concepto y significado y este concepto como Occidente, como cultura Occidental que influencia a todas las culturas de la tierra.

Una vez Paris se consideraba el centro de la moda, de la corrupción y de la perversión. Como alguna vez decían en la antigua Grecia “no puede todo el mundo navegar a Corinto”, Corinto no es para todos –no es para el bolsillo de todos, no alcanza – porque allí en Corinto era el centro de la perversión y de la corrupción de la antigüedad y necesitabas mucho dinero para ir allí en Corinto a divertirte. Lo mismo decían también para Paris en los años más recientes. Paris era (y es) la ciudad de la perversión y de la corrupción, era la fuente de la moda. ¡Lo que mandaba Paris, esto se hacía también moda en todo el universo! Y la moda no es la vestimenta que vamos a vestirnos; moda viene y es modo y quiere decir mentalidad, es el modo de pensamiento, conducta y actitud. El cómo uno simplemente se va a vestir es una faceta del modo que piensa y actúa el hombre. Por tanto, Paris una vez, como centro-capital, resplandecía, irradiaba en todo el mundo. Además así se llamaba: “la ciudad eterna y la ciudad de la luz! Lo que irradiaba como “luz” –¡luz diabólica!- esto debería aplicarlo y cumplirlo todos los pueblos de la tierra para que sean llamados civilizados o cultos!

Es sabido también que las llamadas novelas francesas han pervertido la humanidad. Ha quedado ya como un dicho o expresión popular, sin que ahora signifique que sólo Paris produce novelas pervertidas. Hoy en día… todo el mundo occidental produce novelas pervertidas. Todas aquellas revistas, revistas pornográficas… las sucias y repugnantes… no hay un final en que uno ya pueda parar en todo lo que circula. Hoy en día no las produce Paris, todas estas cosas las produce Occidente, pero ha quedado como expresión o dicho popular “novela francesa”, que significa novela pervertida, es decir, si lo lees te pervertirás y te corromperás. ¡Con este concepto y sentido veis qué significa centro!

Así que aquí un centro, diríamos por un momento, es esto que llamamos Occidente, cultura occidental. En toda nuestra tierra ya encontramos la cultura occidental. Y en lejano Oriente también allí encontramos cultura occidental. ¿Qué es esencialmente la cultura japonesa? En su fondo es cultura occidental.

(Ahora Babilonias-Romas, “putas, prostitutas” son todas las capitales del mundo y las grandes ciudades empezando por Atenas, Madrid, Barcelona (centro mundial del mariconeo), Berlín, Moscú, Nueva York, Londes, Buenos Aires,  Pekín, Sídney, África, Escandinavia, Asia, Américas,  etc…)

Y continuamos amados míos: «Con la cual han fornicado y se han prostituido los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se embriagaron con el vino de su fornicación y lujuria» (Ap 17,2).

Cuando, por ejemplo, se hizo la revolución francesa, no era simplemente una revolución social para la rectificación y apocatástasis de algunas cosas torcidas y equivocadas, sino que simultáneamente se predicó el ateísmo. Por tanto, la revolución francesa, más allá del carácter social es portadora del ateísmo. El porqué llegó a este punto, convertirse en portadora del ateísmo, no lo examino en este momento, examino sólo esto, el que Paris se hizo a la vez el centro del ateísmo, es decir, de la apostasía, o sea de la prostitución espiritual, esto que estamos diciendo tanto rato. Pero como las autoridades de la revolución francesa quedaron como base que encima de esta los pueblos determinaban sus trayectorias, independientemente del carácter social, -lo digo una vez más, no me interesa aquí el carácter social de la revolución- a la vez tomaron también este elemento del ateísmo.

No es casualidad, amados míos, -no sólo la revolución, sino también por los otros elementos- no es al azar que el ateísmo nació en Occidente. El ateísmo no ha existido nunca en Oriente, ¡Jamás! Nació en Occidente, en Europa. Con este concepto, sentido y significado la cultura occidental se hace portadora del ateísmo y de la variedad de corrupción y es la gran prostituta, ramera o puta, que se sienta como centro, como principio e influencia a todos los pueblos de la tierra.

¿En qué molestaría y perjudicaría la cultura tecnológica o de la tecnología? En nada, pero que no se convierta y se haga esta portadora del ateísmo. ¡Uno que utilice la corriente eléctrica, pero no en el nombre de la eléctrica y las obtenciones de cada ciencia uno predicar el ateísmo y diga que no existe Dios o que no tenemos necesidad de Dios! ¡Descubrimos un fármaco e inmediatamente decimos “no tenemos necesidad de Dios”! Llegamos en un planeta o a la luna y otra vez decimos “¡no tenemos necesidad de Dios”!  ¡Hemos descubierto la maravillosa energía, increíble e inimaginable en potencia y decimos “¡no tenemos necesidad de Dios”! No, hombre. ¡Hombres, si tuviésemos un poco de cordura… los diríamos… seres humanos si tuvieseis un poco de cordura… y veríais que todas estas cosas nos las ha dado Dios! Nosotros simplemente descubrimos y Le glorificamos, agradecemos y alabamos a Dios. No tiene la culpa la cultura tecnológica, simplemente se hace portadora del ateísmo. El ateísmo tiene profundidades muy hondas al hombre, situaciones muy profundas en el ser humano. El ateísmo comienza por la corrupción y de la perversión del corazón y del nus (espíritu de la psique humana).

De todas formas con lo “han fornicado y se han prostituido los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se embriagaron con el vino de su fornicación y lujuria”, vemos que los pueblos reciben estos efectos y aceptan estas influencias. Lo vemos continuamente también en nuestros días.

¡Observad con qué pazos-pasión y con qué embriaguez de la psique-alma reciben y aceptan nuestros semejantes, estos que están alrededor de nosotros, nuestros helenos, nosotros mismos cuando sale un baile nuevo, cuando venga un nuevo baile de Europa o de América, cuando se ha anunciado y oído algo nuevo, quizá una canción maravillosa o una teoría nueva o una nueva idea o un sistema filosófico nuevo, todos corremos como locos, no sólo nosotros sino todos los pueblos de la tierra, para arrebatar y abordar aquellas cosas que han salido de este centro! ¡Así hay una jactancia de quién va a llegar primero para incorporar todos estos subproductos de esta cultura y civilización contemporánea!

¡En Occidente amnistían el adulterio! ¡Y vamos nosotros también por ley a amnistiarlo, para que no se sientan, digamos, los adúlteros con sentimientos desagradables y molestos por esta mala costumbre de su carácter! ¡El mundo occidental tiene la homosexualidad y las demás perversiones en concreto como situaciones normales o naturales! ¡Vamos nosotros también a imitarlos! ¡Tiene occidente la pedagogía desquiciada, estropeada y desvencijada! ¡Tememos no vaya a ser que nos quedemos atrasados, si vamos con un poco de retraso y vamos corriendo a aplicar todo aquello que enseña occidente!

Me acuerdo, amados míos, alrededor del año 1950, cuando en Kifisiá, barrio de Atenas, habían venido ciudadanos americanos, muchos de ellos alquilaron muchas casas y sus hijos vivían bajo una pedagogía de este tipo… ¡que era para tirarte de los pelos! Y decíamos: ¡qué decaída qué desquiciamiento es esto! ¡Qué cosa más terrible! ¡Que entre una mujer americana en una tienda a comprar o en el colmado –y tenían una cosa buena, tenían muchos hijos- y los hijos se dediquen a un desvalijamiento –no robo- del local! ¡Uno llevarse o robar caramelos, otro llevarse macarrones, otro que robe azúcar!… ¡Veían los tenderos los hijos de los americanos y se extrañaban, se sorprendían, templaban sus corazones! ¡La madre no decía nada, no vaya ser que sus niños sufran algún complejo y depresión… los dejaba sueltos, libres! ¡Esta era la pedagogía de la libertad, del despilfarro! Y diríamos: ¿Qué clase de pedagogía es esta? ¡Allí en el barrio teníamos también colegio americano de enseñanza básica y de bachillerato y uno veía cómo se movían los chicos con las chicas! Esto en 1950-1955.

Amados míos, sabéis que los Americanos han suspendido estas teorías suyas y pensaron que las cosas no van bien. ¡En concreto en Inglaterra han comenzado a pensar que se debe volver al origen de sus padres y abuelos con algún azote! Y nosotros después de treinta años comenzamos a probar aquellas cosas que los otros probaron y ya superaron y vuelven atrás; ¡tan tontos somos! ¡Y uno hoy en día ve aquella pedagogía que tenían los americanos hace 30 años! ¿Pero tan tontos somos como pueblo? ¿No vemos los resultados? ¡Por fin no preguntamos qué resultados sacaron por las pruebas y los experimentos que hicieron y nosotros vamos a imitar el modo de sus vidas!

¡Por eso, amados míos, os dije que no sólo nosotros, sino los pueblos alrededor nuestro, todo lo sucio y podrido, lo más repugnante y más corrupto corren para imitarlo! Padecemos de esto, no sólo nosotros, sino también los otros pueblos, naciones, de un complejo de que somos atrasados en algo y debemos parecernos con los otros. No tenemos aquella dignidad nacional de decir: “Señores vosotros habéis probado estas cosas, pues, guardarlas para vosotros; esto en la realidad helénica es otra cosa, no lo queremos”. ¿Por qué no vamos a tener este sano orgullo helénico y decirlo? ¡Es… es terrible!

Continuaos: « Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia roja escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos» (Ap 17,3).

El divino evangelista Juan es transportado ahora espiritualmente y no realmente, como habéis oído, para ver la visión de la mujer prostituta.

En el Espíritu”, sobre esto, Arezas dice: “Ha sido transportado espiritualmente no realmente; ha visto la visión, escena, o sea que ha sido transportado en estado de éxtasis o contemplación espiritual (interior) no corporalmente. Vio visión, o sea, no ha sido transportado en un lugar en estado de éxtasis.

¿Pero qué significa que “ha sido transportado en espíritu?

Ántimo de Jerusalén hace una bella interpretación: “El espíritu de Dios apocalipta-revela, el Espíritu de Dios interpreta y en consecuencia son de inspiración divina (zeopnefstos), son visiones de revelación-apocálipsis espiritual”.

¿Cuál es este desierto donde fue transportado en espíritu el divino Evangelista?

Por supuesto que podemos decir que aquí recuerda algo del profeta Isaías, al capítulo 21º, una parte del capítulo, según la traducción de los Setenta, se escribe “visión del desierto”, mientras que el título general es “la destrucción de Babilonia”. Isaías es Profeta mucho antes que la destrucción de Babilonia, mucho antes.

Aquí vemos lo siguiente: Tal como describe allí el Profeta Isaías, Babilonia se separa de Palestina por el desierto sirio-árabe, por el cual una vez se oyese la caída de Babilonia, siempre proféticamente, llega la noticia a Jerusalén; por consiguiente la noticia viene desde el desierto. Esta icona-imagen de Isaías tiene delante de sus ojos también el evangelista Juan. Los Profetas se encuentran, amados míos, no lo olvidemos esto. Se encuentran, existe unidad orgánica, porque siempre todos profetizan facetas de un total, esto que llamamos Historia, tal y como el Dios entra en la Historia. Los Profetas por tanto interpretan facetas, aspectos; uno esto, el otro aquello y puede en el mismo objeto, al mismo punto o en el mismo aspecto o faceta que se refieran el segundo y el tercero Profeta.

Ahora el evangelista Juan es transportado al desierto para ver el fenómeno “Babilonia”.

Cuando presenta el desierto, quiere indicar el desierto o la soledad de la ciudad, por eso es transportada también la visión al espacio del desierto. Es decir, tiene significado alegórico, que la ciudad Babilonia quedará desierta, despoblada. En Isaías dice: “Ha caído Babilonia” (Is 21,9).

Y algo más que lo dice san Andrés de Kesarea: “Consideramos el desierto, pues, desierta de toda jaris (gracia) y de toda bendición de Dios, aunque esté con una alta densidad de población y porque tiene confusión y mareo espiritual y apostata de Dios. O sea que está desierta de jaris increada y de bendición de Dios. Y ya que es así, resultará también desierta por parte ya de presencia y de existencia.

Más o menos hoy en día las grandes ciudades del mundo algo así han llegado hacerse. Por supuesto que no debemos olvidar esto que dice en Espíritu Santo, al apóstol Pablo teniendo en cuenta a Corinto, al Corinto pecadora, la sucia Corinto que os decía antes. Corintia, corintiar y corintiarme, eran frases y palabras que manifestaban siempre suciedad. El apóstol Pablo era hebreo y en concreto Cristiano, cuando vio esta suciedad no podía quedar, tal como no podía quedarse tampoco en Atenas, viendo que la ciudad estaba llena de ídolos (Hec 17,16). Viene, pues, en Corinto, pero cuando ve la corrupción, la perversión y la suciedad (espiritual) y quiere marcharse, el Cristo le dice: “Pablo, quédate, en esta ciudad existe mucho pueblo mío” (Hec 18, 9-10). Y Pablo se queda dieciocho meses, amados míos, un año y medio y entonces se edificó la famosa Iglesia de Corinto. Había mucho pueblo. Y más tarde escribirá: “mas donde y cuando el pecado abundó, allí sobreabundó la jaris (gracia, energía increada) de Dios” (Rom 5,20). Y esto porque Dios viene a ayudar a los hombres pecadores, naturalmente si no han llegado a la depravación total de sus psiques-almas.

A pesar de esto, mientras que en cada ciudad existen los hombres escogidos de Dios, las ciudades contemporáneas se han convertido desiertas por parte de comunión humana. Las ciudades grandes están con psiques duras, frías, despiadadas, criminales, inhóspitas, crean miedos, con corazón duro y racionalista. ¡Te vas a una ciudad y nadie te dice buenos días! ¡Alquilas un piso en un edificio y no te conoce el que está al lado tuyo! En las ciudades pequeñas, en los pueblos allí donde no hay millones de hombres sino miles, caminas y encuentras conocidos a tu alrededor, dices buenos días, conversas sobre el camino, comentas tus dolores, tus problemas y el otro te sugiere o te da las soluciones. En las grandes ciudades ya no existe esto, sino que sólo existe el clima frío y duro. Por eso las ciudades contemporáneas, más o menos se llaman babilonias. He oído muchas veces que la gente llamen a Atenas Babilonia, porque se ha hecho una ciudad muy grande y cuando quieren ir a Atenas dicen: “Vamos a la contemporánea Babilona”.

Continuamos: Y en el desierto donde el ángel condujo a Juan “en espíritu”, allí el Evangelista vio una mujer sentada sobre una bestia roja escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez” (Ap 17,3), ¡espectáculo terrible! Y en concreto un poquito más abajo, veremos a esta mujer prostituta, puta tener en sus manos una copa de oro, llena de las suciedades de su prostitución emborrachándose con la sangre de los Mártires y de los Santos de Cristo. ¡Es una imagen asquerosa y repugnante!

¡Pero pensad qué antítesis hay entre esta mujer prostituta que se describe y aquella Mujer del 12º capítulo, que simboliza la Zeotokos y la Iglesia y está revestida del sol, pisa encima de la luna y tiene como corona las doce estrellas! ¡Qué diferencia entre estas dos mujeres! Una es la Zeotokos-Iglesia, y la otra la Babilonia-Roma y cada Babilonia de cualquier momento histórico, prostituta o ramera, apóstata de Dios. ¡Una y otra!

Sobre esto quería decir algo. ¡Si hoy en día presentamos estas dos visiones o escenas, la escena de la hiperaghía Zeotokos, la Mujer que está en cinta y tiene dolores de parto para dar a luz al Hijo varón, que el dragón lo espera para arrebatarlo –el Jesús Cristo- esta icona de la Zeotokos-Iglesia, es decir, también de la otra mujer prostituta, con las abominaciones de su prostitución, amados míos, si presentásemos estas dos imágenes-iconas y pidiésemos a los hombres a escoger (vosotros que os asustasteis, si os dijéramos “escoged”, ¿qué escogeríais?), la mayoría escogerían la icona-imagen de la mujer prostituta o ramera! Escogerían la ramera porque la prefieren, ya que da libertad en sus praxis y en sus pensamientos. Al contrario, la Madre de Dios, la Zeotokos y la Iglesia, que quiere la sencillez, la decencia y la continencia, como también la fe, no tienen ninguna disposición y ganas de aceptarla. Posiblemente que a lo mejor se asustarían viendo la icona-imagen de la prostituta pero los hombres la prefieren y la siguen. ¡Realmente es espantoso todo esto!

Y esta mujer prostituta, se sentaba encima de la Bestia roja. ¿Pero cuál es esta bestia?

Sabéis que en la historia de la interpretación muchas cosas se han buscado sobre esta Bestia roja escarlata. Es aquello que se describe en el 13º capítulo en el versículo 1º que ve el Profeta salir del Mar y es el Anticristo. Es el Dragón, el Anticristo o la primera Bestia y el Pseudoprofeta o la segunda Bestia que sale de la tierra, esta trinidad satánica, os la recuerdo. Por tanto, aquí es el Anticristo, la segunda persona de esta trinidad, es decir, la primera Bestia que emerge del mar. ¿Pero aquí esta Bestia es el histórico Anticristo? No. Será y estará también el Anticristo cuando venga, pero aquí principalmente es el espíritu anticristo de cada época, que encima de este se sienta la prostituta Babilonia. Por tanto, ya que históricamente es la Babilonia-Roma, entonces históricamente es el imperio imperium romano, que es también tipo o modelo del Anticristo y de las fuerzas antíteas, contrarias a Dios.

Incluso históricamente es la Roma que se entrelaza con el espíritu anticristo. Se sienta encima de la Bestia, tal como es jinete que se sienta encima del caballo, por lo tanto, la ciudad que se entrelaza con la Bestia, es decir, con el espíritu anticristo es la Roma.

Pero esto sería un error, es decir, si dijésemos que es sólo la Roma. San Andrés de Kesarea -7º siglo- dice: “Hace tiempo Roma ya no era así; debemos buscar a cada ciudad, capital de estado potente o de imperio que ejerce fuerzas que influencian a los pueblos más pequeños.

Pero hoy en día, tal como es conocido, existen los llamados estados superpotencias que controlan los estados más pequeños e influencian sobre estos, no sólo políticamente, sino también culturalmente, religiosamente, ideológicamente y filosóficamente.

Os recordaré, tomando así un ejemplo sencillo, el famoso Mercado Común o Comunidad Económica Europea CEE. ¿Qué dijimos? Comunidad Económica. ¡Sí, amados míos, en concreto, es de todo menos un organismo económico! Porque cuando impone a los miembros-estados la reformación del derecho familiar y dice que debemos coordinarnos con Europa y se impone el cambio de afrontamiento de la enseñanza y de la pedagogía, cuando se impone el cambio a toda la vida social… En corto tiempo se hará también ley y estarán libres hacer lo que les da la gana a los maricones u homosexuales… (1982, ahora 2020 ya es una realidad casi internacional esto). Y se hará ley que los amnistiará y protegerá. ¿Todo esto por y para qué? ¡Por qué están en Europa! Por tanto no es Comunidad Económica, sino que tiene proyecciones y extensiones. Lo que proyecta es el elemento económico, pero aquello que es esencialmente, es lo siguiente. Lo sabéis. Se dice que la lengua inglesa será la lengua oficial de Grecia; la helénica se olvidará. Después de lo monotónico (quitar las tildes y los espíritus de las palabras helénicas), vendrá el alfabeto latino, y después de esto dominará la lengua inglesa. ¡Nos hemos cegado!… ¿Amados míos, lo entendéis esto? Por tanto ya no es un Organismo Económico. Cuando en mi barrio hay una cooperativa, no me impone el modo de vida dentro en mi casa, simplemente encarece o rebaja el precio de los productos. No me impone un modo de vivir en mi casa. ¡Pero cuando estos Organismos imponen el modo de vida que viviremos en nuestras casas, entonces es una cosa distinta!

Por eso os dije que estas fuerzas, las superpotencias influyen a los pequeños estados y creo que toda esta historia no es otra cosa más que las capitales o los poderes, como dice Brasiotis, de grandes estados y superpotencias que ejercen influencias a los estados pequeños. Son los reyes de la tierra de los estados más pequeños que “se prostituyeron”, junto y según la prostituta Babilonia, es decir, han recibido y aceptado todas estas cosas que este poder impone a los pueblos. ¡Esto es lo terrible, amigos míos!

¡Y esta Bestia roja escarlata, para que sean expresados sus apetitos y expresadas sus disposiciones sangrientas y asesinas, su amor para el asesinato y el derrame de sangre!

San Andrés de Kesarea dice: Esto manifiesta que esta ciudad-capital, al final operará salvajemente de forma asesina para imponer sus voluntades ideológicas.

Y esto se está haciendo hoy en día también. Pensad un poco, buscad un poco y encontraréis. ¡Estas capitales-ciudades Babilonias-Romas imponen sus intereses ideológicos, sus voluntades ideológicas y si no se aceptan también matan y asesinan!

¿No se hace esto hoy?

Y si preguntáis: ¿Y el concepto de la libertad, que se hace con esto?

Amados míos… ¡muy bobito el mito de la libertad!… ¡Es un mito, un cuento! ¿Cuál libertad? Para esta libertad podemos hablar todos, pero nadie respeta la libertad del otro. Y lo más horroroso es que especialmente en nuestra época, en el nombre de la libertad del hombre pisoteamos y comprometemos a la misma persona-humano, su personalidad y su libertad. ¡En el nombre de la libertad pisoteamos la libertad! ¡Curioso! De todas formas, amados míos, que lo entendamos por una vez bien, que fuera de Cristo no existe libertad; fuera de Cristo la libertad es una quimera, es una utopía, es cosas inasibles, es mito, como os he explicado.

Pero, como bien entenderéis, todas estas cosas uno puede encontrarlas, señalarlas  y las filosofa, reflexiona dentro de la Historia, pero mejor dicho, es teologizar dentro de la Historia. Y entonces sólo una cosa tiene que hacer y ¿qué otra cosa puede hacer dentro en esta corriente impetuosa?, pues, permanece muy cerca en Jesús Cristo; nada más. Sólo muy cerca de Jesús Cristo y no aceptar nada de aquellas cosas que ya circulan y seguirán circulando, hasta que venga también el Anticristo persona, personalidad. Esto es: permanecer cerca de Jesús Cristo, salvarse a sí mismo, porque nos espera “tierra nueva y cielo nuevo, que allí habita la justicia, la virtud y la santidad” (2Ped 3,13), como dice el apóstol Pedro. ¡Este mundo pasará, se marchará pero debemos esperar aquel mundo nuevo, donde habita la justicia y la santidad!

Homilía 68 La bestia roja escarlata, como ya la ve el divino Evangelista, estaba “llena de nombres de blasfemia”. Ántimo de Jerusalén dice que “esta bestia ha enseñado a todos sus seguidores todas las blasfemias contra Dios”. Son todas estas blasfemias que se oyen hoy en día. Porque debemos decirlo, que el, la o lo bestia roja escarlata vive y se mueve y opera internacionalmente e influencia y afecta encima de todos los seres humanos, pequeños y grandes y de esta manera sus blasfemias se transmiten en toda la tierra. El punto culminante de la blasfemia es el conocido fenómeno del ateísmo.

El mundo antiguo, amados míos, no conocía el ateísmo, excepto de casos aislados. Esto es fenómeno y privilegio desgraciadamente  de los años modernos actuales.

La bestia tiene siete cabezas y diez cuernos. ¿Qué significa esto?

Como nuestro Profeta, el divino Evangelista, queda sorprendido por la visión de la Bestia y de la mujer prostituta, por eso el ángel le dice: “¿Por qué te asombras? Yo te diré y te explicaré las cosas por las que te asombras” (Ap 17, 7). En consecuencia esta explicación de las siete cabezas y los diez cuernos la veremos un poquito más abajo, tal como la interpreta el mismo ángel. 

Lo que se debe subrayar especialmente y que debemos entender muy bien, es que muchas cosas, como nos están descritas en el libro del Apocalipsis, ya podemos explicarlas hoy en día. Además esta es una posición hermenéutica, cuando san Andrés de Kesarea dice que “el tiempo y la experiencia apocaliptará-revelará a los nípticos o los que están en nipsis”. Conforme pasa la trayectoria del tiempo y llegamos hacia el fin, tenemos cumplimentación de las profecías, pero sólo los que están en nipsis, aquellos que tienen el Espíritu de Dios y limpieza, pureza catarsis del corazón (han hecho su catarsis, purgación), sólo ellos estarán entendiendo. Porque, si el libro del Apocalipsis es considerado que es un libro sellado con siete sellos (Ap 5,2·5) y que es un libro intocable y que en vano los Cristianos intentan tocarlo con sus manos y ocuparse, entonces os pregunto, ¿por qué se ha escrito? Creo que no se presenta mayor argumento que esta pregunta. ¿Por qué se escribió si no va a servir a la Iglesia? Por eso también está puesto dentro en el Nuevo Testamento, para que lo estudien los Cristianos. Sólo que, naturalmente, hace falta mucho cuidado y que exista principalmente el término humildad, de lo que interpreta la Iglesia y no nosotros. La Iglesia interpreta y nosotros recibimos y aceptamos la interpretación de la Iglesia, porque si ponemos nuestra interpretación nos engañaremos. El tiempo apocaliptará-revelará en aquellos que están en nipsis y entonces, sin duda,   cometeríamos un crimen contra nosotros mismos, si no estudiásemos el libro del Apocalipsis. Porque este libro tiene como propósito de avisarnos con antelación cómo debemos estar preparados frente a los anticristos de cada época y al ésjato-último Anticristo ya persona.

«Y la mujer estaba rodeada, revestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones [de la idolatría], y de las impurezas de su fornicación que ensuciaban e infectaban la tierra» (Ap 17,4). 

Como vemos, el divino Evangelista continúa aquí la descripción de su visión, sobre esta mujer prostituta, la Babilonia-Roma. Cada momento es la Babilonia-Roma.

Su color rojo escarlata de su modo de vestir, el oro y las perlas con las piedras preciosas que tiene encima de ella, indican su cualidad hegemónica, indica riqueza y poder. Se trata de la posición hegemónica de la capital-ciudad de una superpotencia y a la vez de la disposición anti-divina frente a la Iglesia.

He dicho de una superpotencia, es decir, de la ciudad-capital, de la Babilonia-Roma. ¡No vaya vuestro pensamiento que se refiere sólo a una superpotencia, porque como veremos, la Babilonia-Roma no es sólo una, hay muchas Babilonias-Romas de este tipo! Ahora otra cosa es que algunas puede que tengan poderes, cetros y esto en un momento concreto histórico. Un momento histórico puede ser tal ciudad y en otro momento histórico puede ser otra ciudad, u otras, esto lo veréis a continuación.

Llama la atención e impresiona la distinción que hace entre la púrpura y el rojo escarlata. Dice que: “La mujer estaba rodeada, revestida de púrpura y rojo escarlata”. Pero sabemos que púrpura es el rojo. En concreto el color púrpura el color μπορ­ντώ bordó burdeos, granate; las mujeres lo conocen. Es este vino francés de Burdeos, tal como lo llaman, y tiene este color. Vosotros lo sabréis mejor. Es rojo pero rojo fuerte oscuro. Por tanto atención: la distinción entre púrpura y rojo, la hace para indicar que con púrpura se refiere a la púrpura que es un animal del mar y de este animal tomaban el color que por extensión se llama púrpura. Y como en la antigüedad con esto teñían las vestimentas que vestían los ricos y los reyes, la prenda que tenía este color se llamó púrpura, mientras que su nominación inicial se refiere a un pequeño molusco del mar. Por tanto, prestad atención. Hay una distinción entre púrpura y rojo. ¡El color púrpura indica el poder de la prostituta, su riqueza y el rojo indica su sed, ansiedad por la sangre, de que se alegra por la sangre, lo sanguinario!

Tiene un cáliz de oro. Este contenido por lo menos de su cáliz, es el símbolo de las obras y de las acciones-energías de esta Babilonia-Roma. El cáliz tiene en su interior abominaciones, cosas asquerosas. La abominación, en la Santa Escritura, por regla general es sinónima a la idolatría. Posiblemente aquí pues, puede que contenga no sólo “los trabajos abominables contra Dios”, que dice san Andrés de Kesarea, que son las malas artes, o sea, la magia, el espiritismo, la adivinación, pero también  de la misma idolatría, porque estas cosas que os he referido son productos de la  idolatría. Por eso el que visita al mago, al adivino o al espiritista idolatra. Nunca lo olvidéis esto. Si leemos el Antiguo Testamento, esto lo veremos claramente. Idolatra aquel que va a los médium, a los magos, a las o los tarot, a los hechiceros… etcétera. ¡Habéis oído lo dije? ¡Idolatra! Y esta su idolatría va en contra del primer mandamiento que dice que sólo a nuestro Señor debemos adorar y rendir culto y no al Diablo.

Además, si las recogemos y las juntamos todas estas cosas que aquí escribe el libro del Apocalipsis, no son más que la guerra que se hace entre el culto a Dios y el culto al Diablo. Si os preguntan, ¿qué es el libro del Apocalipsis?, es esto: esta lucha, este combate dentro en la Historia. Es decir, el Diablo envidia a Dios y por su soberbia y orgullo quiere ser adorado. El Dios, el Dios Logos se hace hombre para salvarnos; el Diablo ataca y ofende al humanizado o hecho hombre Dios por la Cruz y, como el Cristo resucitó, ascendió al Cielo y se marchó, el Diablo se vuelve contra la Iglesia de CristoDios. Pero toda esta situación es pasajera. El triunfo de Cristo es seguro y la condena del Diablo también es segura. Este es todo el diagrama del libro del Apocalipsis.

Y las suciedades de “la prostitución de ella”, que dice el divino Evangelista, manifiestan cualquier cosa innombrable que se realiza éticamente.

Ántimo de Jerusalén dice: “Manifiesta que sus repugnancias y abominaciones por las que debería avergonzarse y esconderlas, esta mujer las hace de forma descarada y con la cabeza descubierta y alta”. Es decir, hace cualquier cosa asquerosa, la hace sin tener vergüenza y sin tapar nada.

Me ha llamado mucho la atención, amados míos, algo que he oído al mediodía en un programa en una conversación crítica del teatro y del cine. Un crítico del teatro, pues, decía que en situación difícil, en una problemática, no vienen aquellos que pasan y están con las perversiones y vicios, sino aquellos que se mueven fisiológicamente. Es decir, ¡hemos llegado al punto en que el hombre fisiológico se pregunte si es fisiológico!

Por tanto, veis que llegamos a los días ésjatos postreros, últimos que os dije, porque estas cosas una vez en los pueblos cristianos eran inconcebibles. Lo hemos sacado todo a subasta pública y todo a la luz pública. Aquellas cosas que alguna vez se hacían –y siempre se hacían los pecados, pero había vergüenza- hoy en día se hacen públicamente a la vista de todos y por supuesto tenemos el argumento de que somos más honestos que unas épocas antiguas, por eso lo sacamos todo a la luz pública. ¡No somos más honestos, sino muy descarados, muy desvergonzados! La desfachatez ya domina a los hombres, y no se avergüenzan de nada. Es aquello que dice el apóstol Pablo a los Filipenses “cuya gloria es su vergüenza, desfachatez” (Fil 3,19). Pero ellos, sobre las cosas que deberían avergonzarse, ellos se jactan y presumen.

«Y en su frente un nombre escrito, un misterio: «Babilonia la grande, la madre de las rameras o prostitutas y de las abominaciones de la tierra» (Ap 17,5). 

¿Qué significa que en su frente estaba su nombre? ¡Y su nombre es misterio! Su nombre era misterio y en concreto escrito en su frente y era nombre perifrástico (compuesto). No simplemente Roma, Babilonia-Roma, sino perifrástico que describe el contenido de la mujer.

Las rameras, prostitutas de Roma estaban obligadas a tener sus nombres en su frente, tal y como se hacía con los esclavos que se escapaban. A los esclavos cuando se escapaban y los capturaban, los obligaban poner encima de sus frentes la letra F, fugitivus, con el hierro candente. Esto significaba fugitivo y de esta manera todos sabían que la persona concreta era un fugitivo. Así también las rameras las ponían sus nombres en sus frentes.

Es conocido que si deseamos hacer una praxis deshonesta, debemos esconder nuestra cara. Si tenemos la cara descubierta tenemos que esconder nuestra praxis. Esto los hacemos en los carnavales, cuando empieza el Gran Cuaresma, que todos los hombres se enmascaran, se visten de mascarás, se ponen máscaras o caretos pintados. Por tanto me pongo una máscara quiere decir que mi rostro o cara ya que lo escondo, entonces no puedo abrir el desagüe o la cloaca de mi corazón, porque no tengo vergüenza, ya que mi cara está escondida. Por otro lado, si tengo que desvelar mi cara, entonces cerraré el desagüe o la cloaca de mi corazón.

¿Veis cómo nos movemos? Así hacemos y esto es muy claro también en los días que los hombres se disfrazan, por no decir que los hombres están siempre disfrazados.

Aún así las rameras o prostitutas en Roma ponían su título en el medio de sus frentes y no les importaba nada. ¡Nuestras rameras aquí por supuesto que no se ponen título, pero circulan de tal manera que uno entiende que estas mujeres –criaturas pobres y desgraciadas, pobres mujeres y encima bautizadas- se han hecho ya instrumentos del Satanás! ¡Estas mujeres ya son víctimas del Diablo, víctimas de los malos hombres y víctimas del sí mismo! Lo vemos cómo circulan, ¡no tienen vergüenza de nada! Esto indica que ya hemos llegado a una situación de depravación y embotamiento de la psique  y por lo que hasta ahora teníamos vergüenza, hoy en día ya no nos avergonzamos.

Arezas dice. “El que el nombre de la ramera, prostituta esté escrito a la frente, manifiesta que ya comete todas las asquerosidades, suciedades y abominaciones, sin tener vergüenza, sin que se ponga colorada, roja.

Es conocido que el ponerse colorado (rojo) hoy en día se considera como un defecto. La pedagogía contemporánea dice: “No ayudéis a vuestro hijo que se ponga rojo, colorado de vergüenza, es un complejo”. Y sin embargo los antiguos Helenos habían deificado la vergüenza, porque la vergüenza es un adorno al varón y también a la mujer, al joven y al anciano. ¡Si perdemos la vergüenza, entonces… entonces lo hemos perdido todo! La vergüenza es la verja que te ayuda a no cometer pecado, pero también incluso no transmitirlo, si se supone que en tu interior no vives virtuosamente pero tienes vergüenza. La vergüenza te impide a transmitir el pecado. Cuando ya llegas al punto de expulsar la vergüenza y te dejas a ti mismo libre, estás ya al punto de la contaminación ética.

¡Amados míos, hoy en día hemos llegado a decir que nuestros hijos no debemos criarlos con sentimientos de vergüenza, porque se hacen acomplejados! Porque se hacen hijos que no tienen el valor de la vida, son como si la vergüenza fuera un elemento inhibido que cohíbe nuestro éxito dentro en la vida. ¡A esto hemos llegado, amados míos!

De todas formas hoy en día la propaganda de la perversión y de la jactancia, lo insensato incluso también el anarquismo –el anarquismo es una insensatez, una negación de todo lo consagrado- todas estas cosas, amigos míos, se encuentran aquí; en que se ha marchado la vergüenza. ¡Vemos la sociedad y tenemos miedo de caminar, donde dudamos en hablar y decimos que nuestra sociedad ya se ha convertido en una jungla! No hablo sólo de la realidad helénica, sino para una realidad universal, porque el libro del Apocalipsis no se mueve en las fronteras de Grecia, sino que es un libro universal y esto en cada momento tenemos que recordarlo. Yo delante de mí, tengo todo el mundo, toda nuestra tierra, otra cosa es que algunas cosas tienen algo particular en nosotros. Todas estas cosas son porque se ha expulsado y marchado la vergüenza.

Y en la frente de esta ramera o prostituta mujer, la descarada, la sin vergüenza que no se pone colorada, estaba escrito: “Misterio: Babilonia la grande, la madre de las rameras o prostitutas y de las abominaciones de la tierra”.

La expresión “Misterio” dice mucho. Cuando el ángel llama a Juan y le dice “ven y te explicaré el misterio de la mujer”, está en el versículo siguiente el 7º, quizás allí entiende y quiere decir el misterio del mal y de la iniquidad, igual que el apóstol Pablo que se refiere al Anticristo, dice a los Tesalonicenses, “porque el misterio de la iniquidad ya opera” (2Tes 2,7). Es decir, tal como la salvación constituye un misterio, o sea, una profundidad inexorable e inconcebible.

Realmente podemos percibir y sentir esto lo inefable e incomprensible del “misterio de la iniquidad”. ¡Porque el que persista una existencia lógica, como es el Diablo, o como es el hombre –quien se hace ya órgano perfecto del Satanás- el que persista en el mal cuando está viendo que le espera el eterno Infierno, es realmente un misterio! El Diablo conoce que irá al Infierno, lo conoce muy bien. El Diablo ha leído todos los libros de nuestra Iglesia. Cuando vino el Cristo y expulsó los demonios del endemoniado, los demonios pidieron y rogaron que les permitiera ir en los cerdos y no al Infierno. “Has venido a atormentarnos y a castigarnos antes del tiempo” (Mt 8,29), dijeron a Cristo. Así que creen que serán castigados, atormentados y torturados, lo dice la Santa Escritura; los demonios “creen” y “tiemplan” (Sant 2,19). El Diablo conoce que irá al Infierno, ¿pero por qué no se arrepiente? ¿Por qué no cambia? ¡Es un misterio! ¡Es algo incomprensible y paradójico!

Quizás aún bajo la palabra “misterio”, que precede de todo el nombre compuesto de la mujer prostituta, el evangelista Juan quiere llamar y centrar la atención del lector en el contenido del nombre de la mujer. Es decir, si debía expresarlo esto con una expresión de persona o rostro, debería la persona tomar una posición especial, hacer morfasmos-gestos especiales. Pero como no tenemos persona, pone la palabra “misterio”, y así el lector o el oyente puede percibir y entender que aquí este punto algo tiene y debe tener cuidado, ya que se antepone la palabra “misterio”.

A continuación, la mujer es caracterizada como “Babilonia la grande, la madre de las rameras o prostitutas y de las abominaciones de la tierra”. Aquí “madre” significa metrópolis, es decir, un centro metropolitano, ciudad céntrica, tal como decimos que Atenas es la metrópolis de Grecia, la ciudad que está por encima de todas las ciudades de Helade-Grecia.

Arezas escribe, y por favor prestad atención a este punto especialmente, y en concreto os pido que no me toméis a mal, ni entenderme mal, porque no lo digo yo sino que lo dice el mismo san Arezas:

“El divino Evangelista, llamando madre de las prostitutas o rameras, cualquier ciudad que quieras poner, la antigua o la nueva Roma o cualquier otra ciudad, cuando irá viniendo el Anticristo, no creas ni pienses que estás fuera de la verdad, porque cada una de estas se encontró que es metrópolis y cada una de estas participaba a que se derramasen sangres de Santos” (San Arezas: “Recopilación de varios Santos sobre el Apocalipsis” PG 106, cap 53 pag 720Α).

¿Sabéis cuál es la “Nueva Roma? Es la Konstantinópolis. Así fue llamada y Arezas es del siglo 8º- 9º, es decir, tenemos a Konstantinópolis en toda su gloria. Me diréis: “¡Konstantinópolis!”, porque para Roma el tema está claro,  no hay duda, todos sabemos que era la metrópolis de las persecuciones contra los Cristianos. Todos lo sabemos. ¿Pero, y la nueva Roma, la Konstantinópolis?

La Konstantinópolis, amados míos, creó los Confesores de la Fe; ¿A cuáles empiezo a nombrar primero? ¿A quiénes? ¡Os digo san Teodoro el Studita, san Teodoro Graptós! Por dónde empezar y por donde acabar. ¡Qué torturas sufrieron, por los heréticos de Konstantinópolis que dominaban en Konstantinópolis!

Por tanto, ¡la antigua Roma ha dado la medida de su maldad por aquellos imperadores asesinos crueles que combatieron a la Iglesia y a los Santos de Cristo y dio –no sólo la Roma, sino también el I­m­p­e­r­i­um Romanum-Imperio Romano- todo aquel número de millones de Mártires!

Para la Nueva Roma os he explicado que son todos aquellos Confesores de la Fe que combatieron las herejías. ¡Cuántas herejías han dominado y cuántas persecuciones se hicieron contra los Santos de Dios, pero también contra los Ortodoxos! Os menciono a san Juan el Crisóstomo. Porque decía la verdad, le exiliaron y murió en el exilio. ¡Esto le sucedía al Patriarca, imaginaos más allá lo que podría pasar! Pero también el emperador Juliano el Apóstata con su presencia, su posición y su  actitud dio un resurgimiento de esta impiedad que dominó, aunque fuera por poco tiempo en Konstantinópolis; él también dio su medida ya que deseaba devolver la idolatría.

Estas cosas que yo os digo, como os las digo, no la dice solamente san Arezas, sino también san Andrés de Kesarea. Y habla precisamente también para Juliano el Apóstata, las herejías y etcétera. Pero no os voy a cansar más diciendo mi opinión.

Después de la caída de la Nueva Roma, el título de la Tercera Roma lo reivindicó Moscú, ¡la Ortodoxa Moscú! Quizás parezca raro, pero esto no es nuevo, es antiguo, desde la época de los Zares. Entonces dijo Moscú: “La Konstantinópolis, por gran tristeza y tribulación de la antigua Roma, se ha llamado Nueva Roma porque la antigua cayó. Resplandeció como Nueva Roma, Konstantinópolis. Pero ahora ha llegado el turno reivindicar Moscú el rol de la tercera Roma”. ¡Esto dijo el patriarcado de Moscú, el ortodoxo! La Konstantinópolis ha caído en el año 1453.

¿Se hizo la tercera Roma Moscú?

¡Se hizo por la otra parte, por la parte mala! Por la parte aquella, amados míos, que escribe el evangelista Juan, Moscú se hizo Babilonia-Roma, la tercera Roma, aquella, que también ha ofrecido también ella su dádiva u óbolo a la sangre de los Mártires y de los Santos del Jesús Cristo. ¡Cuántos han sido asesinados exactamente porque creían en Jesús Cristo! ¡He aquí la tercera Roma! No las digo yo estas cosas, las dice la Historia y los intérpretes.

Estaréis oyendo pocas cosas, y estaréis entendiendo muchas. Todas estas metrópolis son portadoras del ateísmo o de las fuerzas contrarias a Dios, sea claramente en plena vista, sea a escondidas. En concreto leía en alguna parte que la mayor herejía que por ella se ha vulnerado y falseado el Evangelio, fue el tercer matrimonio de un emperador Bizantino, León 61 el Sabio, que pidió casarse por cuarta vez y con el cuarto matrimonio entró la falsificación ya del Evangelio en todo el mundo Ortodoxo. (¡Fue León 6º el sabio (886-912), el que acudió en metodismos de modo que fuera aceptado por la Iglesia su cuarto matrimonio, cosa que lo consiguió sustituyendo al Patriarca Nicolaos el Místico por Eutimio,  el cual aceptó este matrimonio!) ¡Y estas cosas sucedieron en Konstantinópolis! No creéis que a nosotros los helenos nos regalamos; decimos también las nuestras, porque Konstantinópolis fue nuestra. No os sorprenda el hecho que allí existe el templo la Santa Sofía o que en Moscú existen grandes templos. No tiene importancia. Son las fuerzas antíteas, contrarias a Dios, que operan contra la Iglesia de Cristo.

Escribe pues, también san Andrés: “Y la madre de la prostitución psíquica tiene como maestro las ciudades soberanas, las que producen y generan las abominaciones y las iniquidades contra Dios”.

Así que esta “madre”, la metrópolis, es decir la Babilonia-Roma, que en cada época es alguna ciudad o algunas ciudades que son el centro de donde salen todas estas teorías materialistas, pecadoras y ateístas contrarias a Dios. Todas aquellas teorías que se refieren tanto a la cosmoteoría como también a la bioteoría; es decir, tanto por interpretar la vida del universo, como también la vida misma. Cosmoteoría y bioteoría; son términos de la filosofía mundana- pagana.

De todas formas con el nombre “madre” se desvela aún el mal ejemplo de la ciudad soberana hacia las ciudades gobernadas por ella, estas que están bajo su poder. Ella naturalmente, como madre que resplandece, la imitan sus hijas. Cuando la ciudad grande ofrece sus “luces”, el ateísmo y etcétera, ¿qué hacen las dos ciudades más pequeñas? Tomad como ejemplo Atenas. Cuando Atenas –que por supuesto tiene también muchas cosas buenas, sin duda- presenta toda su suciedad, por los medios de comunicación, ¿qué va hacer la provincia? ¿Decidme, qué harán las ciudades de la provincia? ¿No la van a imitar? Seguro que la imitarán.

Por eso amados míos, os hago llamamiento a vuestra agapi-amor: No os hagáis imitadores de las metrópolis del mal, de la corrupción y del ateísmo. ¡No las imitéis! Diría aún, que en cuanto aún está en pie la provincia, en lo que pueda quedarse en pie, pues, mantenedla en pie. Y la provincia debe estar en pie para dar sus elementos sanos a estas ya estropeadas y pervertidas ciudades o a la ya destrozada metrópolis. Me parece que muchas veces habréis oído de muchos decir: “¿A dónde vas? Voy en Atenas. “¡Ah, a la Babilonia!” Existe esta expresión común, porque realmente Atenas se ha convertido en una Babilonia, no de parte de población y circulación de coches y etcétera, sino por parte de suciedad ya. Amín.

 

Unidad 52 Apocalipsis 17,6 La visión de la prostituta y de la bestia, 2ª parte. La atadura del diablo y el regreso temporal a la idolatría

 

Homilía 68 (a partir de la mitad) «Vi a la mujer emborracharse de la sangre de los santos [los cristianos], y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé muy maravillado [de su apariencia majestuosa] y asombrado [de su fuerza destructora contra los fieles]» (Ap 17,6).

Realmente, por sus tantas iniquidades, esta ciudad Roma-Babilonia añade también la persecución y el asesinato de los Cristianos. De aquí uno ya ve mucho más claro que se trata de la antigua Roma, en este momento concreto que se escribía el libro del Apocalipsis. El divino Evangelista, cuando escribe el libro del Apocalipsis, tiene delante de él las persecuciones en concreto de la Roma histórica.

La “sangre y los mártires”, que dice, es un esquema hendíadis “uno mediante dos”, os lo digo esto para que lo sepáis.

De todas formas es característico esto que dice que “la prostituta o ramera estaba embriagada por la sangre de los Santos [los cristianos], y de la sangre de los Mártires”. Como sabréis, varios criminales, en algunos momentos de su pasión criminal, cuando en sus interiores sienten la necesidad –¡muy curioso eso!- de matar, es decir, sienten la sed y la embriaguez de la sangre. Veis que esto lo hacen sin que se sacien. Quieren, degollar, matar y matar… ¡Perdonadme por la imagen que os digo, sé que esto es muy repulsivo yo repugnante! ¡Eh, aquí pues, en este espectáculo repugnante está parado en pie el divino Evangelista, cuando ve la mujer prostituta bebiendo de la sangre de los Santos y de los Mártires y emborracharse! ¡Ella siente placer, hedonismo por la sangre de los Santos y de los Mártires!

Acordaos en la Antigua Roma, cuando Nerón ponía en un palo a los Cristianos –les ponía los palos y los colocaba clavados dentro en los jardines imperiales- los ungían con pisa y con grasa y por la noche los metían fuego para que iluminen los jardines y así Nerón disfrute de sus paseos!… ¡Cruel, frikiástica y terrorífica situación!!! Por tanto, el divino Evangelista ante este espectáculo, que es de una naturaleza fina, sutil y espiritual, se sorprende, queda asombrado y anonadado.

«Y el ángel me dijo: ¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la lleva y sostiene, la cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos» (Ap 17,7).

Aquí, por la pregunta que hace el ángel, prepara el campo para la interpretación más abajo, porque no espera que le responda algo Juan, pero el ángel directamente avanza y le pregunta por qué se asombra y etcétera.

Primero se hace interpretación de la escena, visión de la Bestia, ahora siempre por el ángel, y después la interpretación de la mujer. Pero antes que avancemos, debo señalaros que, a pesar que el ángel viene a interpretar la visión al sorprendido y asombrado Juan–por lo menos para nosotros- con la interpretación que hace, más bien ensombrece las cosas.

Es decir, pone tal tipo de limitaciones que, mientras vamos a explicar la cosa así, viene alguna otra cosa y después decimos que no es esto. Ensombrece la interpretación y en vez de ser apocaliptada-revelada, más bien se cubre. Esto lo veréis a continuación. Es este principio general que os dije, por lo menos para nosotros. Porque posiblemente el ángel haya interpretado al divino Evangelista las cosas claras, pero por razones obvias, como os decía también la vez anterior, el divino Evangelista ensombrece, oscurece esta interpretación, para que la Iglesia no sea aún perseguida más cruelmente. ¡Si se supone que se descubriese cuál es la ciudad sucia y repugnante y este sucio y repugnante Imperio Romano, que alimentó y regó a los pueblos de la tierra con su cesarolatría y su idolatría,  entonces imaginaos lo que sucedería!!! Por tanto, el divino Evangelista oscurece, ensombrece, pero el mismo debe conocer muchas cosas. Es exactamente esto que sucedió con Daniel. Existen profecías, amados míos, que el Dios las apocalipta-revela y son exclusivamente sólo para el Profeta, para que no sean publicadas. Por supuesto que existen otras que se publican. En cada profecía el Dios dice al Profeta qué se va a publicar, qué va hacer bien a la Iglesia, y qué no va a publicar.

Mientras tanto nosotros intentaremos decir lo que podemos, por las cosas tal y como se presentan, pero no esperéis muchas.

En principio debemos apuntar que aquí la Bestia –tal como interpreta más abajo- tiene cuatro características. Es decir:

«La bestia que has visto, estaba y ya no está; y ha de resurgir y va a subir del abismo y a encaminarse hacia su ruina, su perdición” (Ap 17,8).

Por tanto sus cuatro características son: “Estaba, ahora no está, volverá a estar, pero de nuevo se destruirá, será exterminada”. Estas son cuatro características para esta Bestia roja.

Sobre la Bestia existe también la interpretación histórica; es decir, ahora hacemos interpretación de la interpretación del ángel. Allí está la dificultad. Existe para la Bestia la interpretación histórica que se limita a la situación del imperio romano, pero existe también la interpretación esjatológica, que limita estas cualidades y características a los ésjatos últimos, postreros tiempos. Esta interpretación esjatológica la introduce también san Irineo, obispo de Lión…

Es decir, la interpretación histórica es cómo uno ve las cosas dentro de la Historia, en el momento que se escribió el libro del Apocalipsis. Es decir, cómo ve la Roma, la Roma histórica. San Irineo dice que no se refieren estas cosas tanto sobre la Roma histórica, como en aquellas cosas que sucederán en los ésjatos últimos tiempos de la Historia. Pero existen muchísimas opiniones y teorías sobre esta interpretación, del “estaba, ahora no está, volverá a estar, pero de nuevo se destruirá, será exterminada”.

San Andrés y san Arezas consideran que la Bestia es el Satanás o la energía del Satanás en el mundo. Permitidme tomar la opinión de estos dos santos, de Arezas y de Andrés, porque es muy importante y digna de especial atención, y después veremos si podemos ver las cosas, diríamos, en una interpretación mixta.

Esta bestia es el Satanás, que fue matado por la fuerza de la Cruz de Cristo”. No pasó a cero o a la nada, porque el Diablo no va a la inexistencia, sino que con la potencia de la energía increada de la Cruz se presenta como matado o muerto. De nuevo vendrá al final de la Historia, se dice que vendrá y estará operando con señales, prodigios, pseudomilagros y bestialidades de engaño con el Anticristo, señalando la negación de la Cruz de Cristo”, que por la Cruz fue matado.

O sea que, san Andrés nos explica: Y por eso estaba y tenía validez antes de la cruz”; es decir, antes de que venga el Cristo en el mundo; “pero ya no está, ya que fue debilitado por el Pazos-Pasión salvífico y perdió su poder que había adquirido por la idolatría contra las naciones”.

Vino el Cristo y debilitó la potencia de la energía del diablo, porque empezó la huida ya de la idolatría y a ser predicado el Evangelio, y el mundo conocido de entonces se hizo cristiano. Por consiguiente, la Bestia estaba, pero ahora no está. Estaba antes de la Cruz; ahora no está.

Y continúa san Andrés: “Y estará presente al final de la Historia, por el modo y forma que hemos dicho, porque éste el Anticristo, llevando al Diablo en su interior, se dedica a la catástrofe y exterminio de los hombres” y como cuando venga, el Diablo y el Anticristo y el Pseudoprofeta, vendrá a engañar toda la οἰ­κου­μέ­νη icumeni toda tierra habitada, “estará caminando hacia la perdición, el eterno Infierno”.

Por tanto, la Bestia estaba antes de la Cruz, pero ahora no existe, porque se está predicando el Evangelio. Vendrá de nuevo a remover al mundo con nueva idolatría y entonces será exterminado. Esta interpretación, como habéis visto, la hacen san Andrés y san Arezas.

Con esta perspectiva y opinión de san Andrés se puede combinar también la interpretación histórica; es decir, en la antigüedad rey y realeza o reinado eran conceptos que se identificaban. Si la “mujer” es la Babilonia-Roma, es decir, la histórica Roma, entonces la o lo “bestia”, como decíamos también la vez anterior, según la  interpretación histórica, es el imperio romano. Y su potencial estaba en vigencia antes de Cristo, porque en el Imperio Romano operaba el Satanás por la idolatría. Con el Nacimiento de Cristo se debilitó el Satanás, porque se delimitó la idolatría. Pero en la persona de Nerón, que es el tipo o modelo del Anticristo –ahora tenemos interpretación histórica- persigue a los Cristianos y es el primer emperador romano que lanzó persecución contra los Cristianos, revive la “bestia” que sube desde el “abismo”. Pero la culminación de esta “bestia”, del Nerón, será el Anticristo histórico, que finalmente caerá y será conducido a la “perdición”. Esta es una combinación de interpretación histórica y esjatológica.

«Y los habitantes de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que estaba y no está, y vuelve a reaparecer» (Ap 17,8). Pero la “perdición” que es la cuarta característica, no la ven. Y esto tiene mucha importancia, amados míos. Esta cuarta característica la ven sólo los fieles.

Los que ven sólo las tres características de la bestia son los hombres que sus nombres no han sido escritos en el libro de la vida. Lo dice claramente aquí. Son aquellos que aman vivir en la sombra del Satanás y por su propia preferencia y voluntad nunca quisieron someterse en Cristo. ¡Nunca, jamás! ¡Es la generación espiritual de Caín, con su racionalismo que siempre quiere racionalizar, única y exclusivamente porque así lo quiere! Para esta generación la metania es desconocida o más bien es una ridiculez, que supuestamente agota al hombre y le hace miserable e humilde. Así creen. Son amantes de la idolatría que sirve al Diablo. Este es el punto que quería deciros. Pero la idolatría, por la presencia de Cristo se agotó, pero no desapareció nunca de la cara de la tierra y en concreto por los pueblos cristianos. ¡Nunca!

Por tanto, es la Bestia, que estaba y ahora no está. Pero ellos, los hombres son amantes eternos de la idolatría, que ellos mismo se convierten es cambo para que vuelva la energía del Satanás encima de la tierra, por amar a la idolatría. Por consiguiente en ellos se debe esto “y ha de resurgir y va a subir del abismo”. ¡Ellos mismos los idólatras, se asombrarán y se sorprenderán de cómo, mientras que había muerto la idolatría, su gran amor, cómo ahora vuelve a vivir!

Homilía 69 Este tema naturalmente se pone siempre en los espacios de los pueblos cristianos, porque cuando hablamos de pueblos que no conocieron el Evangelio, pueblos que ya viven en la idolatría, para estos no es el caso o el tema. ¡Estas cosas cada momento son para los Cristianos, es decir, de que los Cristianos se harán nostálgicos de la idolatría! Por tanto ellos, como amantes y nostálgicos de la idolatría, verán que retorne la idolatría y se sorprenderán y dirán: “¿Así que no ha muerto la idolatría? ¡Vivan los dioses del Olimpo! ¡Vivan los dioses del Capitolio! Vivan los dioses que adoraron nuestros antepasados! ¡Por tanto, he aquí revive la idolatría!”

Históricamente, después de Cristo, las cosas son de la siguiente manera: Fue vencido el Diablo en la Cruz de Cristo. El Evangelio empieza a ganar campo y a retroceder la idolatría. Es decir, la oscuridad de la idolatría comenzó a retroceder. Esto se expresa por esto “y ahora no está la o lo Bestia”.

Aquí haremos una pequeña paréntesis hermenéutica o interpretativa, aún no hemos llegado allí, pero como interesa a muchos y este punto tiene su posición exactamente aquí, permitidme a hablaros de esto. Dice más abajo el libro del Apocalipsis, que el Satanás será atado mil años y después será desatado, pero para poco tiempo (Ap 20, 1-10). Y entonces cuando sea desatado, viendo que ya no le queda tiempo, volverá con ira contra los Cristianos y en general contra los hombres. Por tanto, ¡ya que el Diablo será atado por mil años, nosotros en la tierra tendremos mil años de reinado de la Realeza de Cristo! Esto lo dicen los Milenaristas, Testigos de Jehová. de que será atado el Diablo y viviremos mil años una vida bienaventurada, dichosa encima de la tierra con Cristo. Es el conocido por nosotros milenarismo o Testigos de Jehová.

Amados míos. Los mil años que será atado el Diablo es la frasecita “la bestia que has visto está y no está”. El “no está” significa que el diablo está atado, es decir, que la idolatría ha retrocedido, es decir, que domina el Cristianismo.

Por tanto, los mil años de atado –el mil es un número relativo- indican el reinado de los mil años de la Realeza de Cristo, es decir, la transmisión del Evangelio. Y como muy acertadamente dice san Andrés de Kesaria, es el tiempo del Evangelio que está incluido entre las dos Parusías.Presencias de Cristo (Ver san Andrés Kesarea, “En el Apocalipsis del Apóstol y Evangelista Juan el Teólogo, J.P. P.G. tomo 106, Logos 20, cap. 60, pag 409. Centro de ediciones Patrísticas, Atenas 2001. “Los mil años son el tiempo que empieza de la encarnación o humanización del Señor hasta la venida del Anticristo”). Pero en vísperas de la Segunda Parusía-Presencia de Cristo, entonces vendrá otra vez, se desatará el Diablo según dice otro versículo. Los actores y seguidores del Anticristo, de la idolatría, se maravillarán y dirán: “¡No ha muerto la idolatría!”

Es conocido que el imperio bizantino cultivó, o más bien extendió al Cristianismo. Se mandaron misioneros apostólicos en Occidente y en Oriente hasta India, hasta Rusia y hasta Abisinia –aunque lo último no es del imperio bizantino- hasta las islas británicas, tal como dicen los Padres de nuestra Iglesia, es decir, hasta Occidente. Esto es antes del imperio bizantino, pero hacia India, hacia el Norte y hacia el Sur es obra del imperio bizantino.

San Atanasio mandó a san Frumencio a Abisinia. San Cirilo y san Metodio, hermanos en carne y sangre, de Tesalónica, fueron a los Eslavos, en el siglo 10º y los cristianizaron. Por consiguiente, el imperio bizantino ha jugado un papel muy importante en la expansión del Evangelio. Pero en este imperio bizantino subyace y está subterráneamente siempre la idolatría; es decir, la Bestia estaba atada pero subyacía subterráneamente. Cuando dice que estaba atada, no significa que el Diablo había desaparecido, sino que no podía operar. Tal y como dice san Andrés y Arezas, se había desenhebrado o matado los nervios (como cuando matamos el nervio de un diente). La idolatría subyacía subterráneamente y un resurgimiento de esta idolatría es Juliano el Apóstata.

Más tarde, como no se podía vivir el núcleo del Evangelio, es decir, la negación del mundo en el sentido espiritual, en los capítulos de algunos sabios de Bizancio comenzó el pensamiento teológico de ellos a hacerse más y más de teológico a filosófico. Esto lo distinguimos en muchos sabios. Por supuesto que la educación de ellos era también pedagogía de las letras helénicas. Pero algunos se desviaban y se hacían amantes del antiguo espíritu.

Así se puso el tema básico, de que en el Cristianismo existe, digamos, prohibición de la satisfacción de los sentidos y de las pasiones, emociones. ¿Pero por qué bebe haber esta prohibición? ¿Por qué no vamos a alegrarnos de la vida tal como se nos ofrece, de manera natural? Por tanto, dentro en el Cristianismo, dijeron estos sabios, existe un renacimiento de un elemento dual. Dualismo significa algo que es doble. El elemento de la materia y el elemento espiritual, que vienen a una antítesis. Un representante principal de este espíritu era Plizon el Gemistós, que murió un año antes de la conquista y destrucción de Konstantinópolis, el año 1452, al pueblo Mistrá de Peloponeso. Pero tenemos otros similares como Plizon (Ver Dionisios Batistatos: “San Marcos el Amable”).

Por tanto, ¿por qué uno no va a tener una unificación de las fuerzas de la naturaleza? ¿Por qué no debe existir una unificación de la psique-alma y el cuerpo, sino que tenemos estas dos partes, psique y cuerpo en conflicto, que chocan? ¿Por qué el Cristianismo tiene que introducir al dualismo?

No hace falta que os diga que estas cosas para nada son correctas, porque, al contrario, el Cristianismo derogó todo elemento dual, porque acepta un Dios carne y espíritu. Si hay una antítesis entre carne, cuerpo y espíritu, como dice el apóstol Pablo, “¡miserable de mí!, ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?” (Rom 7,24), esto está en el hombre post caída. E inmediatamente más abajo el apóstol Pablo glorifica a Cristo, cuando exactamente le liberó de este elemento dual. (7:25 Gracias doy a Dios, por Jesús Cristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con el nus sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado). 

Por tanto, el dualismo, la dualidad no existe en el Cristianismo. Y si alguien dice “no comerás o allí harás continencia, autodominio”, no es porque existe algo malo a la materia, al cuerpo, sino por razones de ascesis-ejercicio o práctica espiritual, porque existe el hombre post caída, y que haya la lucha, el combate, para que podamos llegar al renovado nuevo hombre. Pero estas cosas, amados míos, no podían ser comprendidas.

Tomad el tema de la continencia, autodominio. Por decirlo así de crudo, no como lo dicen los hombres, porque yo las he tomado estas cosas filosóficamente. Os lo diré en crudo, simple y práctico: “¿Me he casado, dicen, y me prohíbes hacer sexo con mi mujer? ¿Por qué razón? ¿Es pecado?” Y cuando la esposa diga al marido: “¿Sabes, es cuaresma?”. Y él responde preguntando: “¿Para qué me he casado contigo? ¿Es pecado?”

No es pecado, hermano mío, porque no hay ninguna dualidad, no hay dualismo, pero te convertirás en carne, si te entregas a sí mismo a tus sentidos y pasiones. Nos lo dice la Historia. ¿Qué sucedió en la época del cataclismo de Noé? “No permanecerá mi espíritu para siempre a estos hombres porque ellos se han convertido en carne” (Gen 6,3). Se han hecho hombres carnales funcionando sólo por los instintos animales.

¿No lo entiendes esto, hermano mío, de que eres el hombre post caída y que tienes una sensibilidad y debilidad de ser atraído por los sentidos y las pasiones y te conviertes en tierra, polvo? Esto que dijo el Dios al Diablo, como serpiente: “Todos los días de tu vida estarás comiendo tierra, y arrastrándote del vientre…” (Gen 3,14).

Al Diablo lo dice esto. ¿Pero qué quiere decir? La serpiente es creación de Dios. Y que la serpiente antes no tenía pies y las perdió después, sino esto: “¡Diablo, nunca vas a levantar cabeza para ver algo espiritual, algo que está por encima de ti, siempre tendrás tu cabeza hacia abajo comiendo materia, comer el pecado, comer aquello que no deberías comer, eh Diablo!” Y tú, hombre, que has sido arrastrado por el Diablo, no lo entiendes, hermano mío. No existe dualidad. El Dios ha hecho el cuerpo, el Dios ha hecho también el Espíritu, el Dios también ha hecho la procreación. El apóstol Pablo, en su 1ª epístola a los Corintios, en el 6º capítulo, en su último versículo dice: “6:20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”.

Así estos filosofantes, poco teologizantes y más filosofantes, arrastrados por sus sentidos y pasiones comenzaron a decir: ¿Por qué no debe haber libertad, no haber unificación del cuerpo y de la psique?, ¿sino que viene el Cristianismo y dice: “no esto, no aquello, no lo otro? ¡Paranoia, mala interpretación! ¿Veis que la debilidad de la vida, de las experiencias, de la carne, cuando el hombres no vive cristianamente? ¡Veis qué dogmas, malos astutos, malignos y viles procrea, como dice san Crisóstomo!

Por tanto, ¿quién satisfará el tema de la unificación del espíritu y del cuerpo? ¡El antiguo espíritu helénico! Es decir, ¡retorno a la idolatría de la antigüedad! ¡Allí encontraremos otra vez la armonía y el equilibrio de la existencia humana! Así pues, os lo he explicado.

Este mismo espíritu existe hasta hoy en día y crece. Os dije que un representante de este espíritu era Plizon. Si leéis la Historia de aquella época, veréis que él mismo había ido en Italia, cómo las letras helénicas brillaron en Italia y etcétera… ¡y cómo así este espíritu que subyacía sucedáneamente se transportó en Occidente y se creó allí el conocido Renacimiento, que no era otra cosa más que estas subyacentes, sucedáneas ideas filosófico-teologizantes de Bizancio!

Resultado: Con estos amantes y aquellos de la antigüedad del Occidente –principalmente en Italia- comenzó a crearse el Renacimiento, la nostalgia de la idolatría, de la cual hijo de ella es nuestro Teófilo Caíris, apenas del siglo pasado que murió en la isla Siros. Era también clérigo de la isla de Andros y había creado un orfanato, que en realidad era una escuela. Reunía muchos estudiantes, centenares de alumnos de toda Grecia en su intento de dar solamente formación y estudios… Enseñaba todas las asignaturas, Matemáticas, Física, Filosofía, Griego… ¡Todas las clases las daba él solo!  Si leéis su vida –ya que la Iglesia le condenó, le anatematizó- veréis grandes personajes de la sociedad y de la política helénica que se habían simpatizado con él, porque se habían sintonizado con su espíritu.

¡Es cierto! Y no sólo esto, sino que intentó crear una nueva religión, un nuevo marco litúrgico, con himnos nuevos y oraciones nuevas. Por tanto, en el fondo es hijo del Renacimiento de Occidente, que este era hijo de los bizantinos amantes de la idolatría.

Con todas estas cosas que os dije, quiero que entendáis que la idolatría no ha muerto. Desgraciadamente Occidente, Europa, permaneció fiel en estos principios helénicos y ya desde mucho tiempo ha expulsado y dejado de lado al Cristianismo. ¡Desde hace mucho! Que no os sorprenda esto.

En Occidente también ha predominado y quedado casi siempre el Arrianismo. Muchos, muchísimos Cristianos europeos en realidad son Arrianistas, es decir, niegan la naturaleza  θε­αν­θρώ­πι­νη zeanzrópini divino-humana de Jesús Cristo. Desde el momento que uno niega la naturaleza  θε­αν­θρώ­πι­νη zeanzrópini dinio-humana de Jesús Cristo,  apenas dista un pasito de la idolatría. Leed el libro de san Justino Pópovits Ἄν­θρω­πος καί Θε­άν­θρω­πος ánzropos ke Zeánzropos hombre y Dios-Hombre y allí veréis gráficamente en relieve estas cosas que ahora os digo. ¿El resultado? ¡El espíritu de la idolatría comenzó a extenderse y fortalecerse en Europa y también en Helade-Grecia!

En Grecia, después de 1921, vino esta iluminación europea y después se llamó Iluminación Helénica. En Europa  tenemos grandes nombres famosos que eran idólatras e influenciaron en la Historia de Europa. ¡Bagner, este gran compositor era idólatra!  Parsifal, esta obra que hizo es idololátrica. Nitse, amante del espíritu helénico, era idólatra, y etcétera…

Si leéis su vida –ya que la Iglesia le condenó, le anatematizó- veréis grandes personalidades de la nación helénica que ya le habían simpatizado (a Nitse), porque se habían sintonizado con su espíritu. ¡Esto es muy cierto!

Apuntad aún que apenas hace diez años (esta homilías es del 1982), una personalidad o persona oficial de alto cargo me había dicho que se había constituido la asociación en Atenas con el propósito del renacimiento de los doce dioses del Olimpo! ¡Me asombré, y me santigüé, persigné continuamente! (Añadido por mí: hoy en día 20-2-2020) esta asociación y herejía idólatra y satánica ha crecido en Grecia y hace mucho ruido, por desgracia nuestra).

Aún se ha hecho un intento de hacer una asociación en el pueblo Mistrá de Peloponiso con el nombre de Plizon, la propuesta la hizo un profesor de filosofía de la Universidad de Atenas, que hace poco tiempo murió; bueno, no os digo su nombre. Es decir, quería revivir el espíritu de Plizon, quien era idólatra; es decir, había negado al Evangelio, al Cristianismo. Por supuesto que fue sepultado, si lo queréis saber, por el dogma cristiano, porque nunca dijo claro sus ideas, sino siempre a escondidas, porque sabía que sería perseguido.

¡Un libro de Plizon, “Las Leyes”, cayó en las manos de Georgios Escolarios que lo quemó! Quemó el libro porque se horrorizó cuando vio lo que allí dentro escribía Plizon. Allí escribía sus opiniones e ideas claramente…. Esto se publicó, pero sólo cayó en las manos de Georgios Scolarios, que más tarde fue Patriarca de Konstantinópolis; y esto lo digo para la Historia.

Por tanto, amados míos, todos estos, los nostálgicos, son aquellos que ven la Bestia de que “estaba y no está, y vuelve a reaparecer”. En concreto Plizon había dicho una frase característica: “Sin embargo, a pesar de esto, ¡un día Helade-Grecia retornará a la idolatría!” Cuando una vez leí esta frase, me quedó muy pero muy a dentro y me quedé mucho en pensarla. ¡Es verdad!… Lo confirma y certifica el libro del Apocalipsis. ¡De nosotros los Helenos-Griegos pocos quedaremos Cristianos correctos, ortodoxos!

No es casualidad, amigos míos, sino que es de inspiración divina lo que escribe el evangelista Juan y con esto acaba su primera epístola universal: “Hijitos míos, guardaos de los ídolos” (Jn 5,21). Esta es la última petición suya. “Hijitos míos, guardaos de los ídolos”.

La Masonería es pura idolatría, mezclada con el Hinduismo, el Gnosticismo y etcétera –es un camino hacia la idolatría. ¡Pobrecitos y desgraciados Cristianos Ortodoxos Griegos nuestros que están arrastrados por la Masonería!….

¿Y los Rótary, qué son? Son la antesala de la Masonería. Los Laions, los Zonta (que las mujeres), los Rotark (pequeño Rótary, que es para niños), todas estas cosas son hortícolas, son jardinitos que crean brotes, retoños para la Masonería y la idolatría.

Una vez en la Logia de Holanda o de Bélgica –no me acuerdo en este momento- quisieron desvelar los propósitos y las finalidades de la Masonería y la mala astuta Logia de Inglaterra –siempre fue y es mala astuta en su política- respondió: “¡Aún no ha llegado la hora!” ¡Es decir, se destaparía el que la Masonería trae esta nueva religión, la idolatría! ¡Sí amigos mío! ¡Sí y sí!

Nunca os reconciliéis con estas cosas, por mucho que os digan que no son. ¡Son mentirosos y falsos, estos hombres son también hipócritas! ¡Son falsos e hipócritas! Excepto ya si alguno de los Masones es tan tonto y bobo, y ha pasado sólo primer o segundo grado, no entiende muchas cosas; allí entró por intereses económicos, o para satisfacer sus ambiciones y sus ascensos, para progresar en la escala social y etcétera y no entienda. Pero es idolatría. Los treinta y tres grados o escalones, que ascienden los Masones, no son más que una iniciación en las profundidades y en lo más hondo de la idolatría, es decir, del Satanás.

Y el apóstol Pablo escribe en inspiración divina: “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías, ideas vanas y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo” (Col 2,8). Cuidado que no os engañe alguno con falsas filosofías y engaños huecos… Por tanto, esto los diríamos también nosotros, amados míos; si estos hombres son actores y seguidores de la idolatría, nosotros pues, tengamos mucho cuidado y vigilancia.

Aquellas cosas que interpreta el ángel a Juan –os acordáis de la vez anterior- son cosas recónditas, enigmáticas, misteriosas y ensombrecidas, a pesar de la interpretación, y como estas también hace falta interpretarlas, por eso allí señala el Evangelista Juan al capítulo 17 versículo 9; “He aquí el nus (espíritu de su psique) el que tiene sabiduría” y entenderá por los escritos del libro del Apocalipsis.

¿Cuál sabiduría?

San Andrés de Kesarea dice: “Tenemos necesidad de sabiduría espiritual en cosas espirituales, no mundana, no aquella que utilizamos en nuestras escuelas como conocimiento y sabiduría, sino la Sofía-Sabiduría divina del Espíritu Santo, para que podamos entender estas cosas espiritualmente”. (San Andrés, “En el Apocalipsis”, J.P. Migne, P.G., Tomo 106 Logos 18 cap 54 pag 380C, Centro de Ediciones Patrísticas, Atenas 2001).

La especificación, el estándar para esta sabiduría, lo pone Salomón en su libro Sabiduría Salomón en el capítulo 8º versículo 8, de la siguiente manera: “Si uno desea hacerse rico que busque mucha experiencia, multi-experiencia…” Veis que dice mucha experiencia, no dice mucha intelectualidad o mucho conocimiento, porque para los hebreos la sabiduría no es un producto del intelecto-mente, sino una gnosis-conocimiento del hombre entero.

Es conocido que muchas cosas no las conocemos por nuestra mente, intelecto sino por nuestro corazón. Hay muchas cosas que no las conocemos por nuestro pensamiento, sino por nuestro cuerpo. No es algo que conoceremos, por ejemplo, como es la luz. Nuestra diania-mente intelecto no puede conocer la luz; la luz la conoceremos por nuestros ojos, por nuestros ojos materiales. El sentido o sensación de caliente, de frío, de dolor, todo esto es gnosis, pero no es intelectual, es gnosis de los sentidos, del cuerpo. En consecuencia, cuando aquí dice multi-experiencia da a entender aquella gnosis que cubre todos aquellos elementos por los que puede el hombre adquirir gnosis, por la psique y por el cuerpo. Es decir, esta gnosis es rica, muy, demasiado rica.

“Si uno desea adquirir experiencia y gnosis, conoce las cosas antiguas e igualmente concluye sobres las posteriores y futuras” (Sab. Sal 8,8). ¿Cuál es esta gnosis “que conoce las antiguas y las futuras?  ¡Es la Sofía-Sabiduría enhipostasiada-personificada, la Sabiduría que es persona, Esta que después se hizo hombre! ¡Es el Dios Logos, el Jesús Cristo!  Conoce los logos (increados) difíciles de entender y las soluciones de las cosas opacas, conoce las señales o signos y los milagros extraordinarios antes que sucedan, pero también cuándo y cómo sucederán. ¡Lo sabe todo!

En consecuencia, Salomón quedando asombrado delante de la Sabiduría de Dios, toma la decisión de adherirse, adoptar y amar (filos) la Sofía-Sabiduría y dice: “He pensado y considerado pues, de tomar la Sabiduría amar (ser filos) y convivir junto con ella, porque será para mí el consejero de cosas buenas” (Sab Sal 8,9).

Es el nus espíritu de Cristo que dice el apóstol Pablo en 1Cor 2,16. Cuando tienes en tu interior a Cristo y tienes nus de Cristo, entonces aquello que se proyecta delante de ti, tú puedes entenderlo cuando otro no lo entiende.

Este nus espíritu de Cristo, esta Sofía-Sabiduría de Cristo, no creáis que nos hace falta en temas muy altos para comprenderlos, digamos que, de las cosas que van a suceder, estas realidades que nos describe el libro del Apocalipsis. Amados míos, este nus espíritu de Cristo nos hace falta y es necesario también para nuestra vida diaria. ¡La demostración es que cosas muy sencillas que las ve aquel que tiene nus espíritu de Cristo, los hombres que no tienen nus de Cristo no las ven, no las entienden! Por tanto, tenemos la necesidad de esta Sofía-Sabiduría de lo alto. Tenemos necesidad de Cristo que habite en nuestro interior, para poder con el nus espíritu de Cristo ver, razonar y juzgar (filosofar) todas las cosas de este mundo.

Os había dicho que los actores de la Bestia, dijeron: “estaba; ahora no está; estará”. Hay también un cuarto: “y a encaminarse hacia su ruina, su perdición”. Los Cristianos ven incluso los cuatro. Dicen: “Renacerá la idolatría y permanecerá. ¡Por fin, dicen, bastante nos ha incomodado y fatigado  el Cristianismo! ¡Demasiado nos ha atormentado y cansado! Que se vaya de lado ya. ¡Se ha probado y es inútil! Pero… en verdad la idolatría irá a la perdición y el Cristianismo resplandecerá y brillará y será el último combate que dará el Cordero contra las fuerzas del mal; esto lo veremos a continuación. Pero esto lo ve sólo aquel que tiene nus espíritu y mentalidad en y de Cristo.

Y el ángel continúa interpretando hacia Juan, que vio la mujer prostituta o ramera, la Babilonia-Roma, que se sienta en aquella bestia de siete cabezas: “Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta esta Mujer la prostituta” (Ap 17,9).

Es conocido que los antiguos estados eran principalmente ciudades, como era la ciudad de Atenas y diríamos el estado de Atenas, o la ciudad de Esparta, el estado de Esparta. Lo mismo era la Babilonia; esencialmente una ciudad. Y la Konstantinópolis esencialmente era una ciudad, pero era muy extendida –tomo la última- en un imperio inmenso, cuando empezaron a empequeñecerse los enemigos de la parte de oriente, los Turcos, los Árabes, y más y más reduciéndose y empequeñeciéndose… Al final quedó sólo una ciudad, que se llamaba imperio Bizantino. Pero ya no tenía campo, tierra.

Cuando el año 1453 cayó Konstantinópolis, antes de muchas decenas de años ya habían caído las otras de sus tierras. Es conocido que en Grecia –por lo menos Tesalia- fue esclavizada a los Turcos en el año 1423, si no me falla mi memoria, puede ser que me equivoque un poco, es decir, más o menos unos treinta años antes de la caída de Konstantinópolis. Esto indica que la tierra se había perdido, y a pesar de esto se llamaba imperio. En consecuencia se identificaba el imperio con una ciudad. Por consiguiente la Bestia con las siete cabezas, que es el imperio romano, se identifica con la Roma histórica, o sea, la Mujer prostituta, ramera.

Virgilio, este escritor Latino, llama la Roma, Septícolis Roma, es decir, Roma eptálofo-de las siete colinas. Así la interpretación del Ángel claramente alude a la Roma histórica, a los siete montañitas, porque Roma, la eptálofos Roma, estaba construida encima de siete colinas, montañitas.

Más tarde la Nueva Roma, la Konstantinópolis, a imitación de la antigua Roma, ella también se llamará Nueva Roma eptálofos. Por tanto tiene importancia, porque aquí el ángel claramente habla de eptálofos-siete colinas y es la Roma histórica, después la Nueva Roma y más tarde la tercera Roma, que os dije cuál es (Moscú).

Y los reyes siete son” (Ap 17,10), dice en el siguiente versículo.

Aquí con el número siete, se entrelaza también una cosa más, además de las siete colinas, montañitas de Roma, siempre según la interpretación del ángel, también son los siete reyes. Por lo tanto, la Mujer se sienta encima de las siete colinas, se sienta encima de la Bestia, que tiene las siete cabezas, es decir, en la ciudad. Pero la ciudad es la Mujer, se identifica. La ciudad, este punto, se identifica con la o lo Bestia. La mujer se sienta encima de la ciudad, en las siete colinas, en las siete cabezas de la Bestia; las siete cabezas son los siete reyes. Es decir, tenemos una faz y faceta nueva de interpretación. Es decir, el número siete no se delimita a las montañas, sino también a siete reyes. Aquí de nuevo ciudad y reyes coinciden.

Como os dije, sobre todo si leéis también la Historia, veréis que dicen: la Historia de Atenas, la Historia de Babilonia. La historia de Babilonia no es más que la historia de los reyes de Babilonia y no la historia de la ciudad de Babilonia. Si leéis las historias de los antiguos pueblos, son historias de los reyes de estos pueblos, porque el rey se identifica con la ciudad o con su estado. Por eso el evangelista Juan utiliza este lenguaje. Os hago esta apertura para que podamos entender el texto mejor, porque de otra manera es opaco para nosotros.

Nuevo misterio: “de ellos han caído; uno está, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo” (Ap 17,10). Los cinco reyes con sus reinados, los de antes de Cristo, han caído, uno aún está. Y el otro, el anticristo aún no ha venido. Y cuando venga su presencia será provisional y pasajera. Según el plan de Dios se quedará por poco tiempo y después se marchará.

Esta forma de formulación es una alteración noemática de sentido o consideración sobre la forma de la Bestia. Os acordaréis…” la bestia que estaba y no está, y vuelve a reaparecer desde el abismo y hacía la perdición se dirige”. Es una alteración noemática de sentido o consideración.

¿Quiénes son estos cinco reyes que han caído?

Aquí, amados míos, debo deciros que tenemos un pasaje muy opaco, por parte interpretativa, pasaje que se han formulado y escrito muchas cosas; pero tomo las interpretaciones más dominantes que se han dicho y son dos: La Histórica y la alegórica.

La interpretación histórica es que estos cinco reyes que han caído, son cinco imperios en el espacio del Mediterráneo, tal como los ha visto también Daniel con la forma de bestias. Es el Egipcíaco, exactamente no lo vio, porque ya había pasado; es el Asiríaco, el Babilónico y el Helénico-Griego. Estos imperios ya habían pasado cuando se escribía el Apocalipsis. Pasaron los imperios y este que “está” es el imperio Romano. Si queréis con exactitud, Daniel vio también el imperio Romano, porque vivió seiscientos años antes de Cristo, seiscientos años antes del Apocalipsis. ¡Por lo tanto, se refiere exactamente del imperio Babilónico, del Pérsico, del Helénico y del Romano. ¡Por tanto, el reinado o realeza que queda es un imperio, el Romano, la o lo Bestia! Y el reinado que vendrá será el reinado del Anticristo.

Pero, me diréis: ¿Desde el imperio Romano nos encontraremos al imperio del Anticristo”?. ¿Entre tanto en el medio no habrá otros imperios?

He aquí pues, ahora al lado de la interpretación histórica, que es importante, entrará también la alegórica, es decir, la interpretación relativa. El número siete es un número relativo. Esto simplemente quiere decir que el cumplimiento de los tiempos de las potencias antíteas contrarias a Dios. Se cumplirá el tiempo de todos aquellos imperios que se volverán contra Dios.

De todas formas la característica también de los siete (aquí ahora el número esquemático siempre, fuera de la posición histórica) es la temporalidad, el carácter pasajero, transitorio. Ahora ha pasado lo que son, se marchará también esto y vendrá alguno otro, y se marchará también esto. Es decir, es la temporalidad, la transitoriedad. Esto es muy importante, el que todos estos elementos cancerígenos, los cánceres anticristos, son pasajeros, transitorios dentro de la Historia, porque sencillamente también la Historia tiene fin.

Continúa el ángel: «La bestia que estaba, y no está, es también el octavo rey; y es de entre los siete, y va a la perdición» (Ap 17,11). 

Es un versículo puy opaco y de apariencia antifática-contradictoria. Os lo traduzco: Y la bestia que has visto, (pero hablaba anteriormente sobre siete cabezas de la Bestia,) que estaba y no está, éste es el octavo rey y es de los siete, ¿cómo es octavo ya que es de los siete? Si para los siete dijo lo que dijo, y va a la perdición.

Muy liado esto, no lo entiende nadie. Sin embargo, tiene la siguiente interpretación, amados míos, tal como escribe san Andrés de Kesarea: “La bestia es en realidad el Anticristo. Se llama octavo, en relación del tiempo con todos sus anteriores, que eran tipo, copias e iconas-imágenes del principal Anticristo. Esto que aparece contradictorio desde el primer aspecto es que lleva el espíritu de sus anteriores, los siete… finalmente después de esto será enviado a la gehena en la perdición” (san Andrés Kesarea, “En el Apocalipsis del Apóstol y Evangelista Juan el Teólogo, J.P. Migne P.G. tomo 106, Logos 18, cap. 54, pag 384A. Centro de ediciones Patrísticas, Atenas 2001).

En palabras sencillas os lo diré así: Habrá una serie de reinados de cada época, Babilonia-Roma, que se volverán enemigos contrarios a la obra y difusión del Cristianismo. El último será el Anticristo, que será igual de tropo modo, forma y manera que todos sus anteriores. O más preciso, aquellos como prefiguraciones de él, estarán absorbiendo su espíritu, porque detrás de todos estos está el Dragón-Diablo.

Este es el sentido y significado de los pasajes y todo este significado se esconde detrás de esta formulación de la letra en el libro del Apocalipsis.

Para que lo entendáis esto, os diré un caso, así de nuestra lengua, por la forma que pensamos nosotros los Helenos. Apuntad que existía la leyenda de que Nerón revivirá. Había muerto, y exactamente había sido expulsado por el Senado y se suicidó. Y en concreto, cuando se suicidaba, el loco de Nerón, como intentaba escribir poemas, este hombre loco e idiota, dijo: ¡Qué poeta pierde el mundo! Había, pues, una tradición que Nerón volverá a vivir y querrá vengarse de sus enemigos en Roma, estos que le expulsaron del Senado y que se aliaría con los enemigos de la parte de oriente, los Parthos, para venir a combatir contra la Roma para conquistarla otra vez. En realidad –veremos más abajo algunas cosas de este tipo un poco más abajo en el texto sagrado. Es lo siguiente. Había la sensación, percepción especialmente en el mundo cristiano, de que en la persona de Nerón seguro que vendrá el Anticristo.

En nuestra tradición y lengua, lo decimos de la siguiente manera: Cuando perdimos la Konstantinópolis, dijimos y hablamos sobre el rey petrificado (convertido en mármol). Y este rey petrificado, siempre de alguna manera, dentro de nuestros corazones resurge el anhelo de volver a retomar nuestras tierras perdidas. Por supuesto que no existe rey petrificado, por supuesto que no hay algún rey dormido, y por supuesto que ni habrá alguna resurrección de algún rey, sino que es una expresión popular, para indicar el anhelo y la agapi de nuestro pueblo de reconquistar otra vez sus tierras perdidas. Por tanto, así también aquí había esta fábula de renacimiento de Nerón, es decir, que vendrá el Anticristo.

Y finalmente resultará la Bestia a la perdición, nos lo dice el texto sagrado, es decir, al eterno Infierno, cosa que debe animar a los fieles. Que lo sepáis, amados míos; por muchas cosas que pasemos y nos sucedan, cualquier cosa que sea y se haga, todas son transitorias, pasarán. Y aún, si en nuestra propia vida no pasan, nuestra vida es transitoria y nunca debemos olvidar la delimitación de nuestra trayectoria: “porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir” (Heb 13,14).

«Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido aún reino; pero por una hora recibirán autoridad y poder como reyes y reinarán juntamente con la bestia. Estos tienen un mismo propósito, la misma opinión y disposición, y entregarán su poder, su fuerza y su autoridad a la bestia» (Ap 17, 12-13).

Este pasaje también es muy difícil de interpretar. ¿Quiénes son estos diez reyes?

En pasajes muy difíciles de interpretación del libro del Apocalipsis, muchas veces abunda el desenfreno y el desmadre de la fantasía de los intérpretes. A favor de la historia, os diré algo que lo leí hace dos años más o menos en un periódico.

En 1980 cuando Grecia se hizo miembro de la CEE Comunidad Económica Europea, entonces los teólogos Protestantes de América sostuvieron que se trata de la alianza de diez reyes estados que son vasallos y sometidos al Anticristo y por tanto entre nosotros se encuentra el Anticristo que vive y aceptará esta coalición, alianza para batallar contra el resto. Estas cosas las interpretaban los teólogos Protestantes. Si ahora España se hace el onceavo miembro y Portugal el doceavo, entenderéis, amados míos, cuan insostenible es una interpretación de este tipo. Es muy peligroso, pero muy peligroso una interpretación  de este tipo en definir interpretativamente estos datos y elementos. Por ninguna razón podemos decir esto.

Cuando habla sobre diez reyes, se trata de número esquemático de soberanos y aliados del Anticristo, es decir, de la cosmocratoría-gobierno mundial soberano antíteo, contrario a Dios que predomina cada vez. Y por una parte, por su sometimiento, subyugación manifiesta la frase “los cuales aún no han reinado…y entregarán su poder, su fuerza y su autoridad a la bestia”, y por otro lado, la alianza de ellos la expresa la frase: y reinarán juntamente con la bestia, estos tienen un mismo propósito, la misma opinión y disposición… y pelearán contra el Cordero”, todos juntos tendrán la misma opinión con el Anticristo, con la Bestia. Esto indica la alianza de ellos.

¿Ahora bien, estos gobernantes de los pueblos tienen sentido consciente o inconsciente? ¿Perciben y entienden que hacen alianza con el Diablo o no, no sé qué decir? ¡El caso, el tema es que muchos de estos que gobiernan, amados míos, -atención, en cada época- perciben y sienten al Cristianismo como insoportable!

Se dice que un político de los nuestros, con tal de llegar a tomar la gobernación de nuestro país, se fue en Olimpia de Peloponeso y ofreció ofrenda fuego a los dioses, evidentemente para tomar la bendición! Es decir, he aquí cómo los reyes se alían entre ellos en el espíritu del Anticristo para pelear y guerrear contra a la Iglesia y al Cristianismo.

Es esto que dice san Andrés de Kesarea: “Son todos esto que con el mismo espíritu de la mala alianza, se van alineando con el Anticristo para oponerse y combatir contra a Cristo”, (san Andrés Kesarea, “En el Apocalipsis del Apóstol y Evangelista Juan el Teólogo, J.P. Migne P.G. tomo 106, Logos 18, cap. 54, pag 384C. Centro de ediciones Patrísticas, Atenas 2001).

El que esta alianza de Europa, CEE, es una alianza, que en este momento, por lo menos para nosotros, intenta tirar todo lo divino y santo que tenemos, de esto no hay ninguna duda (¡porque no os creáis que los aliados quedarán a reforma del código y derecho de la familia que el que tenemos es válido; entrarán y pondrán, lo habido y por haber, barbaridades, monstruosidades y señales!). Todos estos que han gobernado y gobiernan, todos estos en realidad son vasallos y servidores del Anticristo, que están de acuerdo con su espíritu, para destruir al Cristianismo y la Iglesia.

Todas estas cosas podemos verlas en la Historia y nunca, amados míos, tenemos que ofrecer culto, seguir a estos hombres. Tengamos mucho cuidado, pero muy mucho cuidado, porque todos estos sirven al espíritu del anticristo y no sabemos qué nos impondrán mañana.

Homilía 70 Por tanto el Anticristo, la Bestia con los diez–numero esquemático- reyes girará y peleará contra el Cordero, pero con la diferencia que ahora esta guerra no será a favor del Anticristo.

Es decir, en la primera descripción de la Bestia, en el capítulo 13º, escribe: “Y se le permitió –la bestia por Dios es por concesión de la voluntad divina – hacer guerra contra los santos (los Cristianos), y vencerlos; y también se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación” (Ap 13,7).  Ahora las cosas cambian. La victoria del Anticristo contra los santos de Dios fue entonces por una concesión y por supuesto que no fue una derrota de los santos por no venerar al Anticristo, sino que fueron sometidos a persecuciones y martirios. No lo olvidemos cuando se refiere que vencerá la Bestia. Pero ahora el Cordero, Jesús Cristo, vence al Anticristo y las fuerzas antíteas, opuestas a Dios y esta victoria, como nos dice el divino Evangelista, se comparte con los fieles. Se trata de la victoria esjatológica de Cristo y Sus Santos.

El 2º Salmo describe perfectamente esta realidad histórica y esjatológica, por supuesto que a la vez es una realidad. Realmente vale la pena hacer un análisis de este Salmo. Por favor observad, ya que el Psaltiri en concreto lo leemos de manera que podamos concienciar aquellas cosas que leemos en este.

Versículo 1º: “¿Por qué las naciones se amotinan salvajemente, y los pueblos se sentaron y planificaron cosas vanas, vacías?”

El 2º Salmo, amigos míos, desde el primer versículo nos conduce al núcleo del libro del Apocalipsis, que es la guerra de las fuerzas antíteas, contrarias a Dios contra del Jesús Cristo y de Su Iglesia y se refiere a las naciones. ¿Por qué se horrorizaron las naciones? ¿Qué quieren sacar y ganar, ya que la esjatología como victoria sólo pertenece al Cordero, a Jesús Cristo, al Cristianismo, a la Iglesia? ¿Qué tienen que sacar y ganar con las deliberaciones sobre deliberaciones, ya que finalmente las naciones serán vencidas?

Versículo 2º: “Se levantaron y se amotinaron los reyes de la tierra, los  soberanos se reunieron y quedaron de acuerdo con la misma opinión para ir contra al Señor y Dios y contra al que Él ha ungido (profeta, sacerdote y rey) o contra Su cristo”.

Prestad atención aquí una distinción: Contra Dios y contra SU cristo o ungido. Muchos dicen: “Creo en Dios, pero no acepto a Jesús Cristo” El Cristo dijo: “El que no tiene al Hijo tampoco tiene al Padre” (1Jn 2,23). Esta distinción más o menos del siglo 10º antes de Cristo, es discernimiento entre Dios y Cristo. No que el Cristo no es Dios, sino que se refiere al encarnado, hecho hombre Hijo de Dios con el título de Mesías, Cristo.

Aquí vemos una alianza. Tal como leemos en el Apocalipsis, los reyes con la Bestia se reúnen; tienen la misma opinión contra Jesús Cristo, contra el Cordero. Es decir, tenemos una alianza con propósito malo. Y dijeron las naciones pecadoras e impías:

Versículo 3º: “Vamos a romper sus ligaduras de sumisión a ellos –a Dios y a Su cristo- y echemos de nosotros el yugo de ellos”.

Esto de “ellos” son el Señor y Su Cristo y Sus ligaduras son las leyes del Evangelio. Por consiguiente, cuando dicen “vamos a romper, se entiende vamos a descristianizar. Son todas aquellas deliberaciones de los pueblos, de los pueblos cristianos, para que sean descristianizados. Es algo que lo vemos especialmente en nuestra época. En ninguna otra época, amados míos, se ha señalado históricamente un intento de descristianización de un pueblo cristiano. Puede ser que un pueblo haya tomado forma herética, pero expulsar totalmente al Cristianismo no lo hizo. Naturalmente, cuando digo en nuestra época, apuntad que en Europa, por lo menos sucedió (no por el Protestantismo, porque el Protestantismo no es expulsión del Cristianismo, sino liberación del gobierno y de la administración de Roma) con el Renacimiento, el Renacimiento europeo. Tenemos un intento allí; es el comienzo de la expulsión o liberación supuestamente del yugo del Cristianismo. Es cierto que la administración eclesiástica cometió grandes y graves errores, esto no hay la mínima duda, no se pone entre dicho esto, sino que no significa que, según el dicho popular: “duele el ojo, saca el ojo y duele el diente, corta la cabeza”. Es decir, no significa que como la administración es corrupta debemos expulsar el Cristianismo; son dos cosas distintas.

En este caso uno ve aquí cómo piensan romper sus ligaduras de Cristo y de Dios y liberarse del yugo, es decir, del Cristianismo.

Versículo 4º: “El que habita en los cielos se reirá despreciativamente de ellos y el Señor se burlará de ellos”.

¡Diríamos que es una expresión irónica, que los hombres emprenden algo que es muy tonto!… Por tanto el Señor se burlará y los engañara por esto.

El verbo que aquí se utiliza metafóricamente “se reirá” es el μυ­κτη­ρί­ζω miktirisllso, quiere decir me toco las narices. Era una forma de desaprobar que la usaban los hebreos y aquí significa que los hombres son tan tontos que se pusieron contra el Cielo; es decir, en otras palabras, ¡son de risa!

Versículo 5º: “Luego hablará a ellos en su furor, y los removerá y turbará con su ira”.

Aquí indica que tenemos una preparación con antelación del Juicio-Krisis. Dice cómo se volverá contra ellos con ira y con furor para removerlos y sacudirlos. Esta frase insinúa las tres setenas de las plagas que el propósito que tienen es hacer a los hombres que vuelvan en sí, retornen a la metania y se arrepientan. Lo veremos un poquito más abajo.

Versículo 6º: “Pero yo he sido entronizado por Él en Su santo monte de Sión”.

“Yo el Cristo he sido entronizado por mi Dios Padre rey de Sión”, dice el Cristo. Os acordáis de aquella visión con el Cordero encima de Sión, con los ciento cuarenta y cuatro mil; es decir, “a pesar de la rabia y odio de los estados, yo predomino”. Y realmente vemos que, a pesar de las persecuciones contra la Iglesia, contra el Cristo, a pesar de la difamación contra el Cristo y las cosas que se dicen contra el Cristo, Él predomina y reina en los corazones de muchos millones de seres humanos.

Versículo 7º: “Pero yo a pesar de esto, dice el Cristo, YoSoY el Rey de la tierra y proclamo el decreto o mandamiento del Señor: Mi hijo eres tú; Yo te he parido hoy”.

El mandamiento del Señor será que el que proclama las cosas, las que proclama es el Θε­άν­θρω­πος Zeánzropos Dios-Hombre, en consecuencia Su naturaleza zeanzrópina divino-humana, además de lo trinitario de la deidad. Porque el kerigma es: “El Señor me dijo; tú eres mi hijo, yo hoy te he parido”, que significa que eres Θε­άν­θρω­πος Zeánzropos Dios-Hombre, se refiere a la naturaleza humana. El kerigma es de los dos dogmas: Lo trinitario de Dios y la naturaleza humana de Cristo…. ¿Porque, cómo el Padre se dirige a Su Hijo y cómo el Hijo se dirige al Padre? “Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies (Sal 109 (10), 1)

El Señor interpretando el Salmo, dice a los Fariseos, a los soberanos y a los jurídicos: ¿Si el Cristo es hijo de David, como decís, entonces cómo David en Espíritu Santo llama a Su descendiente Señor? ¿Es posible que el descendiente sea el Señor y diga el Señor a mi Señor? Se callaron los soberanos y los juristas. Aquí indica la naturaleza zeanzrópina-divino-humana de Jesús Cristo. Este es el kerigma, amados míos: Es la encarnación del Logos (increado) hecho hombre y lo tríadico de Dios. Esto es la médula del Cristianismo. Esto es, todas las demás son consecuencias y resultados.

Versículo 8º: “Pídeme, y te daré por herencia las naciones y como posesión tuya los confines de la tierra”, dice el Padre al Hijo, como Θε­άν­θρω­πος Zeánzropos Dios-Hombre.

Es decir, esto que antes hemos leído: “Señor de señores y Rey de reyes”, realmente y verdaderamente es sólo el Cristo, a pesar de la guerra que Le hace el Anticristo.

Versículo 9º: “Los pastorearás con vara de hierro; es decir tendrás poder, y podrás destruirlos exactamente como cuando uno rompe las vasijas del alfarero”. Es decir, el poder de Cristo es pantodínamos-omnipotente y todopoderoso, tanto históricamente como esjatológicamente.

Versículo 10º: “Y ahora, después de todo lo que se está haciendo, soberanos, sed prudentes, pedagogizaos-formaos e instruíos, todos vosotros que gobernáis como jueces la tierra”. En otras palabras es un llamamiento de retorno a Cristo, que se hace a los soberanos.

Versículo 11º: “Haceros servidores del Señor con temor y alegraos con temblor”. En otras palabras, haceros instrumentos de Cristo y de Su Realeza increada encima de la tierra.

Versículo 12º: “Arrebatad y hacerla propiedad vuestra lo que os regala la pedía-pedagogía, formación e instrucción del Señor, no vaya ser que se enoje el Señor porque os habéis alejado de Su justo camino y seréis perdidos”. En otras palabras, no dejéis las ocasiones de instruiros y formaros por aquellas pedagogías que os da el Dios, no vaya ser que venga Su ira definitiva y seáis destruidos.

La “παιδεί­α pedía-pedagogía, formación y educación” son las plagas del Apocalipsis. ¿Os acordáis? “Les dio aquella plaga y no volvieron a la metania, ni se arrepintieron. Les dio la otra plaga y blasfemaron por el dolor, pero no volvieron a la metania, ni se arrepintieron” (Ap 9, 20-21· 16, 9-11). Esto es el kerigma de retorno, el “arrebatad y hacerlo propiedad vuestra lo que os regala la παιδεία pedía-formación e instrucción del Señor, no vaya ser que se enoje el Señor porque os habéis alejado de Su justo camino y seréis perdidos”.

Versículo 13º: “Cuando se encienda rápidamente Su ira, furor como fragua, bienaventurados y felices serán todos los que tienen confianza, es decir, su fe en Jesús Cristo”.

Es decir, cuando llegue que ya no haya ninguna metania, ni arrepentimiento y venga en vosotros el juicio-krisis final, es decir, los impíos serán juzgados por Dios, y los piadosos todos serán makarios-bienaventurados y felices.

Este, amados míos, es el 2º Salmo. Os lo he analizado brevemente, porque es un epítome breve de todo el libro del Apocalipsis, así que cuando leemos este Salmo, tenemos que acordarnos el libro del Apocalipsis entero. Es muy útil. Y esto como una profecía; es decir, el 2º Salmo de forma muy profética se refiere al muy profético libro del Apocalipsis. Y si se tiene en cuenta que el Salmo 1º es una introducción a todo el libro del Psaltirion, entonces este Salmo 1º, esencialmente es el Salmo primero del Psaltirion. Y tiene un valor y una majestuosidad imperceptible, in-captable e incalculable, que con ese modo o esa manera abre este libro muy profético y muy variado que se llama Psaltirio.

Cerrando amados míos, este versículo 14º que hemos analizado, observamos que el título antiguo-testamental de Dios “Señor de señores y Rey de reyes” es atribuido a Yahvé, al Señor del Antiguo Testamento. Aquí el análisis que ahora hacemos, el título es atribuido al Cordero, es decir, a Jesús Cristo. ¡Esto significa que Jesús Cristo es el Yahvé! ¡Es decir, el Dios!

Si hemos conseguido decir a los Milenaristas Testigos de Jehová que Jesús Cristo es el Yahvé del Antiguo Testamento, entonces no tienen donde acogerse a ninguna parte. Porque todo el cimiento de su herejía se encuentra en este punto: ¡Decir que el Yahvé es el Dios, el uno, una persona, no existen tres, y que el Jesús es el primer dulos-esclavo, es creación! Pero si el Hijo, el Jesús Cristo, es el Yahvé, y esto se ve dentro de la misma Santa Escritura, ¿entonces que tendrían que decir?

Por eso os lo he comentado. Es un elemento apologético, pues, que debéis conocerlo. Naturalmente no es el único; existen multitud de pasajes dentro en la Santa Escritura que se refieren al Antiguo Testamento, y en el Antiguo que se refieren al Nuevo Testamento… Lo uno está escondido dentro de lo otro. ¡Sí, sí! El Nuevo Testamento está escondido en el Antiguo Testamento, y el Antiguo Testamento se apocalipta-revela dentro en el Nuevo Testamento, pero que el Nuevo Testamento apocalipta-revela lo tríadico o trinitario de Dios y devela que el Hijo, el Jesús Cristo es el Yahvé del Antiguo Testamento. Entonces para nosotros ya es verdad que el Dios es uno y tríadico o trinitario, una esencia con energía o energías, tres personas-hipostasis, y que la segunda persona-hipóstasis de la Santa Trinidad se ha encarnado, se hizo hombre.

Esto es el Α alfa y el Ω omega de nuestra fe y de nuestra religión, amados míos. Esto es. ¿Lo entendéis? Esto es; el que Dios es tríadico o trinitario –y lo diré por segunda vez- que el Hijo, la segunda persona-hipóstasis es el que se ha encarnado, hecho hombre; y permanece encarnado y permanecerá en los siglos de los siglos, porque tenemos la unión hipostática de la naturaleza divina con la humana. Una persona es, no son dos personas. Y esta naturaleza humana del encarnado Hijo es el mayor acercamiento de la creación con el mismo Dios… pero también la capacidad y posibilidad del ser humano en divinizarse o glorificarse, (es decir, conseguir la zéosis a través de la Χάρις Jaris Gracia, energía increada).

Aún, tal como hemos visto en el pasaje, los santos pelearán junto con el Cordero, permaneciendo firmes en la fe y en la virtud evangélica. Son calificados y caracterizados como los llamados, los escogidos y los fieles.

Sobre los adjetivos, llamado y escogido, es aquello que dijo el Señor: “Muchos son los llamados, pero pocos los escogidos” (Mt 20,16·22,14). Llamado es el invitado, llamado y escogido es aquel que corresponderá a la llamada, invitación de Dios y la valorará y explotará. Incluso se llaman “los fieles”. Tenemos este escalonamiento: Llamados, escogidos y fieles. Aquí fiel no significa que cree, sino que es fidedigno, digno de confianza. Es aquello que dice el Señor: “¡Muy bien, dulos-siervo bueno y fiel!  ¡Has sido fiel en lo poco y te confiaré lo mucho!, es decir, bravo siervo-dulos bueno y fidedigno. Por lo tanto estas tres características las tenemos en los santos, es decir, de que son llamados, escogidos y fieles. Estos pelearán junto con el Cordero, vencerá el Cordero y junto con Él vencerán ellos también. Y la victoria es que permanecerán derechos, en pie firmes, porque, realmente, si la agapi de Cristo los constituye en llamados, entonces aquellos, con Su propia fuerza, deben demostrarse escogidos y fieles, fidedignos. Y entonces ya habrán vencido, en cada época. No os creáis, os lo he dicho muchas veces, que cada época es esjatológica, sin que esto excluya que tenemos o estamos realmente en los ésjatos tiempos. Realmente estamos en los ésjatos, pero cada momento es un momento ésjatos último momento esjatológico y cada uno da un testimonio, da su batalla y pelea, da su presente, como llamado, como escogido y como fiel fidedigno. Amín.

 

Unidad 53 Apocalipsis 17, 15 y 18, 1-3 La visión de la prostituta y de la bestia 3ª Parte. La profecía de la caída y del castigo de la prostituta.

 

Homilía 70 a partir de la mitad «Me dijo también el ángel: Las aguas que has visto donde la ramera o prostituta se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas» (Ap 17,15)

Después de la descripción de la Bestia viene la descripción de la Mujer prostituta o ramera. Es muy valiosa, como veréis a continuación y tiene varias facetas que apocaliptarnos-revelarnos que nos interesa directamente. Y históricamente la Babilonia antigua, que es la Babilonia-Roma, estaba construida al lado del río Éufrates y rodeada de muchos canales. Por tanto, históricamente podríamos decir que la Babilonia estaba “sobre las aguas”,

Según la interpretación del ángel, como hemos visto, las aguas sobre las que se sienta esta prostituta Babilonia-Roma son pueblos, multitudes, naciones, lenguas, como acostumbra a relatar gráficamente a los pueblos, el Profeta, el sagrado evangelista Juan. Son los pueblos que fueron conquistados por Roma y constituyen el imperio romano. Pero obviamente estos pueblos que están bajo dominio del imperio romano, reciben y aceptan la corruptora energía operativa de Roma, que es la idolatría, la depravación y la degeneración ética.

Por eso el ángel continúa:

« Y los diez cuernos que viste y la bestia odiarán a la prostituta, y la dejarán desolada y desnuda; y comerán sus carnes, y la quemarán con fuego. (Ap 17,16). [17:16 Y los diez cuernos que viste [que simbolizan diez reyes o gobernantes] y la bestia [que los inspira], odiarán a la prostituta, [se rebelarán contra ella] y la dejarán desolada y desnuda [de sus riquezas y su gloria]; y comerán sus carnes, y la quemarán con fuego [es decir, compartirán entre ellas las regiones]»

¡Curioso comportamiento!

Los diez cuernos, como vimos anteriormente, son los diez reyes, es decir, número simbático-convencional, relativo, que indica los reyes vasallos del imperio romano. La Bestia es el Satanás. Pero se entrelaza también unas veces el Anticristo y otras veces el Satanás. Porque tal como hemos visto en la interpretación oficial por el ángel, el número siete, que tenemos en las siete cabezas (Ap 17,7), unas veces es la ciudad que se encuentra encima de las siete colinas, la eptálofos Roma, y otras veces son los siete reyes. Es decir, con el mismo número se sirven dos interpretaciones. Por el ángel tenemos la interpretación oficial, que está depositada dentro en el mismo texto. Así también aquí, la Bestia unas veces es el Anticristo y otras veces es el Satanás, que opera y energiza a través del Anticristo. Es decir, todos estos, la Bestia, el Satanás y los diez reyes odiarán la Prostituta, es decir, la Roma. ¡Comportamiento curioso e inesperado!

Pero, amados míos, antes de interpretar las cosas de este comportamiento curioso, vamos a ver la descripción de la decadencia de la Prostituta.

Las naciones vasallas, sin cesar ni dejar de ser antíteas, contrarias a Dios se vuelven con sus revoluciones contra la Roma y la dejan en la ruina, devastada de su cetro, su orgullo soberano. Hablo históricamente.

Alarico, el Urlich, antes aliado de los Romanos, militar terrible, curiosamente era Cristiano, pero no entendía nada del Cristianismo –nos encontramos al final del siglo 4º y principios del 5º- jefe de  los Visigodos, atacó por segunda vez contra Roma, el año 410 después de Cristo, y literalmente la desnudó de su enorme riqueza.

Un pequeño paréntesis: El Alarico pidió pago de rescate, que los Romanos rodeados dentro en sus murallas, fueron obligados y lo dieron, es decir, dieron mucho oro y mucha plata. ¡Si leéis qué construcciones había en aquella época dentro en la gloriosa Roma, no te lo puedes imaginar! De lo que más se entristecieron fue de una estatua de oro a la diosa del Valor, que la fundieron para ofrecer el oro para Alarico. Se entristecieron mucho, porque era una verdadera obra de arte.

El Alarico vino también en Grecia y la conquistó. Era un militar, como os dije, era un invasor, antiguo aliado de los Romanos, transportaba consigo también mujeres y niños y descendía lentamente. Fue en Atenas, la devastó, fue a Corinto también la devastó. Todo lo antiguo que encontraba -sobre todo en Corinto, pero Atenas la respetó- donde veía un templo idólatra lo derrumbaba. El mismo creía que él era la mano iracunda y enfadada de Dios; esto decía el mismo de sí mismo. Realmente era una calamidad. Además él indicó el camino también a Atila; pero mejor que no avance más sobre esto.

El tema o caso es que las expresiones que utiliza el Apocalipsis para manifestar la catástrofe de Roma, como “odiarán a la prostituta, y la dejarán desolada y desnuda” o “comerán sus carnes” o “la quemarán con fuego”, todas estas cosas indican que Roma ya cayó y se cumplió históricamente al pie de la letra lo que se ha referido en el libro del Apocalipsis. ¡Nos sorprende la exactitud del cumplimiento de la profecía!   

Naturalmente esta catástrofe de Babilonia-Roma, constituye un prototipo, porque es un prototipo o modelo para cada Babilonia-Roma en el transcurso de la Historia hasta los ésjatos últimos tiempos. Apuntad en concreto que el divino Evangelista evita con finura y sutileza hacer esta descripción de la catástrofe de Roma.

Aquello que es curioso es que Roma, mientras estaba cimentada encima del Satanás, la Prostituta se sienta encima de la Bestia, esta ciudad que sirvió fielmente a los planes asesinos del Satanás contra los Cristianos, esta ciudad ahora recibe el ataque de sus aliados y el ataque del Diablo. ¡La misma Roma recibe el ataque del Diablo, de la Bestia!

¿Por qué esto? Parece muy extraño, demasiado raro, amados míos. ¡La Bestia se vuelve contra Roma! ¿Cómo os lo voy a decir? Vamos a representarlo de la siguiente manera: la Roma, la Mujer prostituta, se sienta en la espalda de la Bestia. ¡Por un momento las siete cabezas de la Bestia con los diez cuernos, vuelven y muerden al jinete, la Mujer prostituta y la devoran! Es curioso esto. ¿El Diablo hace esto?

¡Amigos míos… éste es el Diablo! Aquellos que conocen los métodos y las artimañas del Diablo no se sorprenden de esto para nada. El mismo Señor nos dijo que el Diablo desde el principio es el asesino del hombre (Jn 8,44) y esto significa que el Diablo en sus planes malignos nos utiliza, nos promete mucho, pero después nos manda la catástrofe. Es aquello que dijo el Señor con una frase: “El que no recoge conmigo, desparrama” (Mt 12,30 Lc 11,23). Una alteración conceptual, diríamos, de este logos del Señor es este dicho popular: “Cosechas o recogidas del diablo, son despilfarros del viento”, o si queréis: “cosechas o recogidas del viento, son despilfarros del diablo” ¡Lo segundo es lo mejor! ¿Cómo desparrama el Diablo? El Señor dijo “el que no recoge conmigo, desparrama”. Es decir, dentro de tus obras existe el elemento de la autodestrucción, de la auto-corrupción. ¡El Diablo esto es lo que hace; te pone alejarte de Cristo, y después te deja realmente que te auto-destruyas. ¡Este es el comportamiento del Diablo!

Y vengo a indicaros algunas cosas. Cuando el Diablo prometía al Señor, en el desierto, de que Le dará todos los reinados de la tierra si se postra a reverenciarle y a venerarle (Mt 4, 8-9 Lc 4, 5-7), era un engaño, porque el mismo Diablo querría engañar al Señor y a conducirLe a la catástrofe, porque en Su persona vio el enemigo contrario.

No vayáis lejos; ¿el Anticristo qué será? Será aquel que habrá aceptado y admitido venerar al Diablo, para tomar los reinados de la οἰ­κου­μέ­νη icumeni toda tierra habitada. Es decir, es aquello que dijo el Cristo en Sus tentaciones: “Vete, sal detrás Satanás; porque está dicho y escrito que sólo al Señor tu Dios venerarás y a Él sólo rendirás culto y adorarás (Mt 4,10 Lc 4,8). El Anticristo habrá llegado a tal tipo y magnitud de arrogancia y soberbia, que queriendo el mismo deificarse, estará reverenciando y venerando al Diablo y después él le abandona y el Anticristo se destruye.

También el Diablo pone a los magos, a los espiritistas y a los satanistas que los tiene en su mano como marionetas e instrumentos suyos, para que se vuelvan y se dirijan contra los hombres y destruirlos, ¿creéis que los que son escogidos del Satanás, los cuida? ¡A ellos también los conduce a la catástrofe!

Me acuerdo una vez a un soldado que nos narraba que él también estuvo presente en una demoníaca, diríamos, epíclisis o llamada al demonio que hizo un conocido suyo y le había llevado a él también consigo y era de noche. Los demonios, pues, le preguntaron a este conocido suyo que era mago: ¿Para qué le has traído este contigo? El soldado nos lo relataba en la celda 404 del Hospital Militar (que está aquí en nuestra ciudad Larisa). ¡Los demonios a este conocido suyo le pegaron mucho y el día siguiente por la mañana enseñaba su espalda al soldado y él vio que estaba llena heridas y llagas que se las habían hecho los demonios!

Amigos mío, ¿al demonio tomas como amigo? ¿Te vas a la puerta del Diablo para recibir informaciones, a decirte para esta u otra cuestión, si te vas a casar o no, si te pondrás bueno o no y etcétera? ¿A la puerta del Diablo? ¿El Diablo quiere tu bien? ¿Se puede tener amigo al Diablo? ¿Es posible esto alguna vez?

Pero… es  comparado aún, diría, también a la satanolatría actual a estos satanistas; leemos en los periódicos dónde resultan ellos mismos; acaban a la muerte, a las drogas y a todas estas cosas después de un culto satánico u orgia satánica. ¡Es friki-friki-friki horror-horror-horror la descripción de la satanolatría! ¡Y cuántos de estos mueren, se matan entre ellos o cualquier otra cosa, a pesar de que adoran al Diablo! El Diablo allí los conduce.

Acordaos aún, a un nivel más alto, la alianza entre Hitler y Stalin –en la segunda guerra mundial- tratando de destruir y devorar Polonia. Ya que Hitler tenía un acuerdo de alianza con Stalin para destruir Polonia, pero después se volvió contra Stalin.

¡Es decir, aquí uno ve un comportamiento demoníaco! ¡Esto lo hacen los demonios, y esto lo inspiran también a los jefes de los estados, es decir, de destruirse entre unos y a otros! Para el Diablo no existe alianza. ¡Si existe una alianza durará tanto para que sea preparada por antelación una matanza mutua entre unos y otros!

Os recuerdo aquella anécdota conocida que se refiere al Diablo y es por supuesto algo que concierne a todos nosotros los fieles. El Diablo utiliza tres instrumentos para tentar a los hombres: el punzón, la alfombra y la campanilla. Con el punzón te viene susurrando en la oreja y te dice: “Haz esto; ves allí; haz esta praxis, roba de allí, fornica más allá. ¡No tengas miedo, no temas! No tengas miedo, yo tengo alfombra buena y te cubriré. Si defraudes de la Caja particular o pública del estado, no temas; toma el dinero y yo te cubriré. No tengas miedo para nada, mi alfombra es grande”.

El hombre desgraciado se convence y apenas hace la praxis mala, el fraude o cualquier otra cosa, le cubre el Diablo, no le ve nadie, pero después el Diablo toma la campanilla, la toca y grita: ¡Venid! Aquí le tengo, por debajo de la alfombra, detenedle!…. ¡Este es el Diablo amados míos!

Así se explica esta descripción admirable que nos hace el divino Evangelista, cómo la Bestia se alía con los diez reyes para desnudar, destruir, desolar y quemar la Mujer prostituta que ha servido, como ninguna otra, los planes asesinos del Satanás.

Pero existe también algo más. El Dios deja las cosas que sean conducidas al mal. El mal es por concesión de Dios; el mal tiene en su interior los espermas-semillas de la autodestrucción.

¿Habéis visto qué dijo aquí el divino Evangelista? ¡Que se volvieron contra la Prostituta! ¿Qué sucede aquí? El Dios deja las cosas, porque también al Diablo le hizo libre y al hombre le hizo libre y cada uno prepara aquello que piensa, cree y quiere. Cuando el Diablo o el hombre preparan el mal, entonces lo toma el Dios el mal en Sus manos y lo hace instrumento de castigo para los mismos hombres o para el Diablo. Deja el Diablo a aliarse con los diez reyes, para volverse contra Roma; es decir, permite el Diablo destruir la Roma. Lo deja Dios. Es decir, esto indica cómo se mueve Dios, utilizando también el mal, para pedagogizar castigar o instruir. Es decir, que Su castigo sea pedagógico o condenatorio.

Y naturalmente debemos recalcar que el Dios no tiene absolutamente ninguna participación al mal. Ni el Dios prepara el mal, y que no pase nunca ningún pensamiento de este tipo en vuestra mente. Como dice el hermano de Dios, Santiago: “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces increadas, en el cual no hay cambio, ni sombra de variación (Snt 1,17). De Dios no viene ningún mal, no existe alguna alteración de sombra. No existe ningún mal en Dios; el Dios simplemente utiliza el mal existente,  y deja que el mal que preparan los demonios y los hombres y lo vuelve contra ellos para castigarlos.

He aquí cómo lo dice esto que os dije el divino Evangelista:

 «Porque el Dios, [que somete también a los malos en Sus planes], dio en sus corazones el ejecutar la opinión y la voluntad de Él: ponerse de acuerdo y con la misma opinión entre ellos entregar la soberanía de sus reinados a la bestia, hasta que se realicen plenamente los logos de Dios» (Ap 17,17). El Dios ha puesto en sus corazones –de la Bestia, del Satanás y de los reyes- a ejecutar y cumplir Su plan, es decir, que se pongan de acuerdo y entreguen sus soberanías a la Bestia hasta que se realicen plenamente los logos de Dios. Por lo tanto, que tengan la misma opinión y actitud sobre el mal, y en consecuencia también los reyes son fuerzas antíteas, contrarias a Dios.

Aquí observamos que de una manera y forma realmente majestuosa y muy sabia, el Dios utiliza el mal falseado por el Diablo y por los hombres.

Amados míos, toda la historia de Israel es exactamente esto. Cuando peca el laós.pueblo, el Dios manda otras tribus, digamos a los Babilonios, y dice “Os mandaré otras tribus del Norte y os castigaré” y los castiga. Y después dice el Dios: “¡Pero vosotros volveréis a la metania y al arrepentimiento y yo después castigaré a los que os han castigado!”. Pero el Dios no puso aquellos a castigar los Hebreos, porque simplemente los Babilonios tenían disposición rapaz y expansiva, querían crear una cosmocratoría– imperio mundial. Por tanto, el Dios deja que los Hebreos sean conquistados, porque pecaban delante de Dios, pero vuelven en sí mismos, se despiertan, vuelven a la metania y al arrepentimiento y a continuación el Dios castiga a los Babilonios y los destruye.

¡Veis cómo se mueve Dios! El Dios simplemente utiliza el mal existente en Sus manos, igual que el farmacéutico utiliza los venenos en sus manos, por supuesto que no con el propósito de envenenar, sino para “psicoterapiar”, curar, sanar.

Porque el Dios, [que somete también a los malos en Sus planes], ha dado en sus corazones el ejecutar la opinión y la voluntad de Él” (Ap 17,7); este “dio” de Dios significa esta concesión, permiso tal como vimos, y aquí observamos dos elementos: El cómo se cuida Dios para el mundo y el cómo el Dios gobierna al mundo. Providencia y gobernación del mundo es un misterio profundo de esta divina sabiduría increada, que en líneas generales se ha apocaliptado-revelado a los fieles en el libro del Apocalipsis.

El libro del Apocalipsis es una ventana para que veamos este misterio. Pero sólo para los que creen, ellos ven cómo se mueve el Dios dentro en la creación, cómo se mueve dentro en la Historia, ven en un diagrama general. Pero este plan de Dios se apocaliptará-revelará también en sus detalles cuando terminará la Historia y estaremos viviendo dentro en el reinado de la Realeza increada de Dios.

Los infieles tendrán ignorancia. Y sólo porque no perciben ni entienden que la Historia tiene fin y consideran la Historia cíclica o circular, es decir, que retorna, ellos no ven nada mediante el plan de Dios dentro de la Historia. ¡Aquello lo “los siglos se copian, se plagian entre unos a otros”, tiene su verdad hasta cierto grado, pero si aceptamos que por esta tesis los siglos son cíclicos, es decir, que retornan a las mismas cosas, entonces sin duda no damos un fin a la Historia y éste es el error grave!

Todo esto, “hasta que se realicen plenamente los logos de Dios”,  es decir, que se realicen las profecías de Dios. Es aquello que dijo Jesús Cristo: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis logos no pasarán” (Mt 24,35 Mrc 13,31 Lc 21,33) o “¡Amín amín, en verdad de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra,por lo tanto el cielo y la tierra pasarán- ni una yota (i latina) ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido!” (Mt 5,18). ¡Todo se hará!

¿Cómo se hará todo esto? El Dios concede, permite y deja el mal y cualquier otra cosa hasta que se haga todo. Y cuando se cumpla todo, entonces da el fin de la Historia.

«Y la mujer que has visto es la gran ciudad que tiene la soberanía sobre los reyes de la tierra» (Ap 17,18).

¡Con este último versículo, amados míos, del capítulo 17º y con la última interpretación del ángel –es último versículo de la interpretación del ángel– se hace clarísimo que la Prostituta que ocupó todo este capítulo, es la Roma, la histórica Roma, evidentísimo! “Es esta que es la reina de los reyes o soberanos”, esto relata. Y en aquella época no había ninguna ciudad de este tipo, que fuera capital sino sólo Roma era capital del inmenso imperio y estado romano. Naturalmente no nos delimitamos sólo a Roma, porque tal como ya hemos dicho, es cada ciudad grande, que está y es antítea, contraria a Dios e influye sobre las naciones, y en concreto aquella que será por excelencia antítea o contraria a Dios, es la ciudad del Anticristo, es decir, allí habitará también el último Anticristo como persona.

«Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder, y la tierra fue alumbrada con su doxa gloria luz increada. Y clamó con voz potente, diciendo: Cayó, cayó Babilonia la grande, y se hizo residencia que habitan los demonios y guarida, pocilga de todo espíritu sucio, inmundo, y nido, refugio de todo buitre inmundo, abominable y odioso» (Ap 18, 1-2).

La frase “después de esto”, como ya decíamos, indica el cambio de la visión. Aparece el nuevo Ángel que tiene mucho poder. Esto manifiesta no sólo la dinami (potencia de la energía divina increada) del Ángel, si se supone que este Ángel contribuyó a la catástrofe de Babilonia-Roma, pero principalmente y sobre todo indica el prestigio y lo fidedigno de la profecía sobre la caída de Roma. Dentro de este apogeo de doxa y poder, sería muy difícil para una persona sencilla del imperio romano imaginar que sería posible caer Roma.

Acordaos antiguamente, cuando los Alemanes conquistaban en Europa un país detrás del otro, ¿quién se imaginaría alguna vez que los Alemanes caerían? Y sin embargo han caído. Esto se hizo por la conquista alemana en Europa que duró solamente cuatro años. ¡Imaginaos ahora el imperio romano, que duró unos cuantos centenares de años, sólo para que tengáis una idea e imagen! Por tanto, ¿quién se podría imaginar la caída del imperio?

Así que, en una época que Roma se encuentra al apogeo de su doxa-gloria, viene el ángel a decir “¡cayó, cayó Babilonia la grande!” Este doble “cayó, cayó”,  indica, según modo profético, el toque por antelación de la caída de la Roma, y es una preparación por antelación de la crisis-juicio que se ha anunciado en el capítulo 14,8 y ahora retorna al capítulo 18º.

Homilía 71 Esta referencia gradual de la crisis-juicio no simplemente prepara al lector, tal como exactamente es acostumbrado según la filología hebraica, sino que pragmáticamente se realiza esta crisis gradual y progresiva dentro en la Historia. Además nunca una caída es de repente, sino progresiva. Quizás la antigua Babilonia haya caído en una noche, pero su caída se había planeado y diseñado no tanto porque ya la habían anunciado los Profetas Hebreos, Isaías y Jeremías; -Isaías es mucho más adelante, mucho antes que el cautiverio babilónico y Jeremías durante el cautiverio babilónico de los Hebreos- sino principalmente más porque había la corrupción de esta ciudad y ella estaba ya exactamente tal y como se había diseñado por antelación la caída de ella.

Lo mismo sucedió también en el imperio heleno de Alejandro el Magno y en el imperio romano y bizantino, pero también en todos estos imperios que alguna vez hubo encima de la tierra (y al español). La caída de estos fue diseñada por antelación, principalmente por la corrupción de estos. (Esto es de 1982 y entonces no había caído el imperio satánico Comunista de la URRS, que lo había profetizado el actual santo Paísios que caería como un una hoja del árbol. ¡Y sucedió tan rápidamente!).

En concreto, la caída de Konstantinópolis que sucedió el siglo 15º, no fue una caída de repente, –el que lee un poco de Historia, esto lo ve– pero fue una caída que se había pre-diseñado muchos decenios de años antes, por lo menos dos siglo antes. En concreto muchos ya habían observado también para Konstantinópolis, que como ciudad ya, no como imperio, caería. Lo pre-describían, lo veían. Porque como imperio había perdido todas sus tierras y había quedado sólo la ciudad Konstantinópolis; todo el imperio bizantino era sólo una ciudad, nada más. En consecuencia vemos que aquí no hay algo repentino.

Pero también la corrupción y la caída de Europa, es decir, de los estados europeos, también esta fue señalada ya desde el siglo pasado. ¡Spanguer, por ejemplo, dice que Europa ya se encuentra en su decadencia porque está bañada y mojada al alcohol, está al vicio, a la indecencia y a la inmoralidad! Es decir, pre-describe la corrupción y la caída de los pueblos europeos y esto por supuesto que lo vemos que Europa pasa realmente por una decadencia. También ya se señala por los mismos Americanos la caída de América. Existe mucha corrupción. Y hace uno años atrás leía que un senador, refiriéndose a la perversión y putrefacción de la juventud americana, mientras estaba hablando en la tribuna, se mareó y cayó al suelo por su pena y tristeza, viendo la América, los Estados Unidos estar conducidos ya a la catástrofe y a la corrupción.

¡Qué diríamos hoy en día -¡hoy en día!- todo el mundo está preparado a caer! ¡Todo el mundo! Tanto Oriente como Occidente, porque el elemento de la corrupción existe en todos los países de la tierra. La humanidad ha madurado a su caída y está preparada de ser conquistada por el Anticristo.

¿Cuáles son estos criterios que indican esta caída de los pueblos, como también de la antigua Babilonia y de la Babilonia-Roma? Es el ateísmo, la inmoralidad e indecencia, es decir, la ampliación del criterio de la ética y el στρῆ­νος strinos lujo en abundancia y arrogancia que lo refiere como criterio este texto más abajo -ya no existe el concepto de la ética, y dicen: ¿qué quiere decir ética? Dice que los comerciantes de la tierra se enriquecieron por el στρῆ­νος strinos lujo de la Babilonia, de esta ciudad prostituta.

La palabra στρῆ­νος strinos por sí misma es una palabra rara en el Nuevo Testamento, pero existe también el verbo καταστρηνιάζω katastriñasllso y os rogaría que la prestaseis atención porque es una palabra muy característica, que expresa la situación contemporánea de la humanidad. Así pues, στρῆ­νος strinos según el léxico-diccionario, quiere decir arrogancia, altanería de la vida vivida. Es el lujo y la abundancia, opulencia de los bienes materiales, es el derroche, siempre según el léxico es el vicio, el placer material, el disfrute y el hedonismo o la voluptuosidad. Y el tercer significado es el ardiente deseo y anhelo, pero el deseo inferior, el anhelo y deseo carnal. Que os acordéis de este análisis de la palabra στρῆ­νος strinos, es muy característica.

Siendo así, los elementos que predeterminan la caída de todos los pueblos de la tierra son tres: Ateísmo, inmoralismo –es decir, la falta de todo tipo de elemento ético- y el στρῆ­νος strinos. Porque todos estos elementos de la arrogancia de la vida, los tenemos, es decir, intentamos sobrepasar uno al otro en el lujo, en la abundancia de bienes materiales; -¿tienes coche? Tendré yo también y mejor si es posible. ¿Lo pasas bien tú?, ¡yo también lo pasaré bien”, o sea, en el derroche, en esto que decimos la sociedad consumista, este lujo y deleite. Y sólo ver una mujer cómo fuma su cigarro… sacaréis muchas conclusiones. Sólo esta imagen, es la muestra qué existe exactamente dentro en el mundo contemporáneo, es decir, como στρῆ­νος strinos.

Naturalmente la voz del Ángel que dijo “cayó, cayó Babilonia la grande” es un indefinido profético, porque no había caído, sino que caería. Históricamente la Roma cayó y en concreto a principios de siglo 5º, como os decía antes, el año 419 se había destruido en un grado superior por el militar Alarico, pero también por otros pueblos norteños, los Francos, Godos… y etcétera, que repetidamente la desvalijaron y la saquearon. Roma cayó, igual también que cada Babilonia-Roma en la Historia, es decir, pre-condenará por antelación su posición que toma frente a Dios y a Su Realeza increada e irá cayendo.

La caída de Babilonia-Roma no se delimita por supuesto sólo en la caída, sino que se transforma también a una residencia de demonios, como dice aquí el texto sagrado, y una cárcel, nido o una pocilga de todo espíritu inmundo, sucio, abominable y repugnante y de toda ave rapaz carnívora y jurídicamente buitre asqueroso.

Según la percepción y entendimiento hebraico, los desiertos siempre eran residencias de los espíritus malignos y astutos. Desde primera vista, quiere indicar que la ciudad quedaría desierta en tal grado que se convertiría en residencia de los demonios. Algo así, literalmente, amados míos, propiamente dicho, sucedió en la primera antigua Babilonia, en esta que el rey fue Nabucodonosor, que la glorió, la embelleció y la hizo grande realmente Nabucodonosor el mega-grande. Y esta antigua babilonia es el tipo de cada ciudad que imita la conducta propia de ella.

Realmente, esta antigua Babilonia se había convertido en un lugar de residencia de los demonios, “de todo espíritu sucio, impuro”. Quizás de esto nos nace la duda: “¿Cómo es posible que así sea? Bien, muchas veces vemos una ciudad que quedó desierta, pero tenemos muchísimas ciudades antiguas que no podemos saber ni siquiera su sitio exacto. Por casualidad alguna vez con una excavación o después de unas mediciones, si excavamos encontramos algo que ni siquiera sospechamos que posiblemente allí una vez hubo una ciudad. Por tanto, ¿aquel lugar es residencia de demonios?

Muchas veces, amados míos, algunos ascetas-practicantes, ascetas cristianos, encontraron los demonios en lugares desiertos, allí donde antes estaban instalados santuarios idololátricos, o incluso eran lugares de terrible viciosidad y perversidad. Estos lugares de exagerado vicio y de idolatría, presentan una especie o tipo de derechos adquiridos de los demonios en estos espacios, es decir, que los demonios tienen unos derechos conquistados en estos lugares. Así muchas veces vemos hombres, ascetas, como os dije, que esto lo han comprobado. Se iban al desierto, en un lugar que alguna vez allí había una ciudad antigua o un templo antiguo y allí encontraban multitud de demonios.

¡También puede que los demonios se instalen en un ser humano, incluso también en las reliquias, en sus huesos! Que no os asustéis por estas cosas que os digo, está claro pero son una realidad. Una vez un asceta encontró en el desierto una carabela, pero sin saber de quién era y la puso como almohada para dormir. Entonces en el momento que dormía oyó voces que salían de la carabela; eran demonios y el asceta abrió un diálogo con ellos. Según el testimonio de los demonios, pues, esta carabela pertenecía a un sacerdote idólatra y los demonios que estaban anidados allí indicaban sus derechos conquistados sobre las reliquias de este hombre.

Así realmente, podemos decir que es verdadero esto que dice el Evangelista en el Apocalipsis, que se convertirá en lugar de demonios e incluso “nido refugio de todo buitre inmundo, abominable y odioso…”  Jurídicamente o legalmente buitres abominables son por ejemplo los cuervos. Es cierto que el cuervo que no es un animal asqueroso, es un pájaro de Dios, pero según la Ley, pertenecía a los animales sucios, impuros. En este sentido se llama animal asqueroso, por parte de la ley y no ontológicamente.

Por tanto, este desierto se encuentra en aquel lugar que estaba lleno de idolatría y multitud de vicios. Pero existe también el desierto metafórico. Es el desierto de la jaris (energía increada, gracia) de Dios. Puede que la antigua ciudad todavía lo sufra, igual que si dijésemos la antigua Roma. Hoy en día existe también Roma, la capital de Italia y en concreto es una de las grandes ciudades del mundo. Aquí podríamos decir muchas veces que una ciudad está desierta de la jaris energía increada de Dios.

Pero quizás aquí escuche alguna protesta: “Es decir, ¿que la contemporánea Roma está desierta de la jaris de Dios?” No respondo; a continuación de la homilía quizás muestre algo.

En la antigua Roma, esta que era perseguidora de los Cristianos, se fundó la Iglesia de Roma, hacia la cual el apóstol Pablo en su nombre manda su epístola, la “a los Romanos”, con logos muy loables y elogiables. Pero la Iglesia que allí existía en esta gran ciudad, la famosísima Iglesia de Roma, en el transcurso de los siglos, ella podría enseñar a todas las otras Iglesias, incluso también hasta la Iglesia de Corinto, pero la Iglesia de Roma traicionó la misión apostólica, se olvidó de los mandamientos apostólicos. San Clemente de Roma -2º siglo- mandó dos epístolas hacia los Cristianos de Corinto porque en la Iglesia de Corinto sucedían muchos conflictos en la Iglesia y los recordaba la visita del gran Pablo, que constituyó la Iglesia de Roma y que en sus epístolas apunta el tema de la agapi (amor incondicional, divina energía increada), es decir: “Si hablo la lengua de los ángeles pero no tengo agapi…. Nada soy” (1Cor 13,1-2)

Y escribe hacia los Corintios san Clemente de Roma: “Os habéis olvidado la agapi que os la recuerda el Apóstol Pablo” (47, 1-5). Por tanto tenemos estas epístolas largas y bellísimas de san Clemente de Roma hacia la Iglesia de Corinto. ¡La Iglesia de Roma era famosísima! ¡Sacó muchos Santos, dio muchos Mártires… millares, millones de Mártires! ¡Os lo vuelvo a decir, era famosísima! ¡Y la mejor epístola del apóstol Pablo que se llama también el Evangelio según Pablo, es la epístola a los Romanos!

¡Pero dentro de los siglos, la Iglesia de Roma, traicionó su misión y su cometido, y ordenadamente olvidó y pasó de lado los mandamientos apostólicos –por supuesto no me quedaré en puntos históricos, no hace falta en este momento- y co-caminó con la Roma idolátrica y en concreto la conquista de ella por los Francos manifiesta realmente el ejemplo clásico de Iglesia secularizada! Por supuesto que la Iglesia no se debe secularizar, mundanizar, sino que el mundo debe eclesiasticarse, participar, ir a la Iglesia.

Este mismo camino, a través de un breve diagrama histórico, siguió también la Iglesia de la Nueva Roma, es decir, la Konstantinópolis. Muchas veces, amados míos, también la Konstantinópolis, la Nueva Roma, se juntó amorosamente con el poder mundano y a menudo, gracias y a favor de este poder y autoridad mundana traicionó su misión apostólica divina. Así muchas veces, persiguió y exilió importantes santos Padres y Patriarcas santos.

Me limito a referirme sólo dos ejemplos –por no decir tantos otros casos- el de san Juan el Crisóstomo y de san Gregorio el Teólogo. El mismo Arezas –del siglo 9º- llega a comparar la Nueva Roma, la Konstantinópolis, con la antigua Roma sobre el tema de la conducta y comenta que también la nueva Roma indica la misma conducta y actitud que indicó la antigua Roma, la idololátrica. Así la Nueva Roma poco a poco a través de los siglos se quedó desnuda de rebaño y llegamos a la época que ya no tiene campo para pastorear Iglesias. Ya desde el siglo 7º, amados míos, perdió las eparquías, regiones orientales…

Nos referiremos a Damasco, que es la región que san Juan el Damasceno, ya Cristiano y Padre muy importante, es decir, Siria que ya no está bajo dominio del imperio bizantino; pues, ella ya es Árabe.

¡Así la Nueva Roma, la Konstantinópolis, pierde sus tierras, es decir, pierde su rebaño y lo que ha quedado hasta hoy en día se convierte y se hace instructora, guía del Ecumenismo, de esta panherejía (la más grande de todos los siglos según los santos Padres) y del Cristianismo secularizado: se hace guía, instructora y arrastra engañando también a las otras Iglesias, Iglesias de la misma fe!

Todas estas cosas se hacen en nuestros días. Todas estas cosas y realidades las vemos en nuestros días. ¡No son cosas que para encontrarlas deberemos recorrer en los libros, ya suceden!

Lo mismo sucedió también en la tercera Roma, Moscú. Y aquella mientras el siglo 10º recibió y aceptó el Cristianismo, por su turno llegó a suceder la segunda y la primera Roma y aceptar la conducta y actitud de lo que era la segunda, pero ante todo la primera Roma, por las persecuciones de los Cristianos cuando dominó el Comunismo en nuestro siglo.

El obispo Ruso de la eparquía Novogorod, Inocencio escribió una pequeña obra, inmediatamente después de la revolución bolchevique rusa y la tradujo un archimandrita nuestro, Sofronio Ducas que era párroco en el Kísnobo de Rumanía. Se editó en Grecia el año 1935. En esta obra, amados míos, intenta interpretar sólo algunos puntos del libro del Apocalipsis –no el libro del Apocalipsis entero- y mostrar la realización de los acontecimientos que se refiere el libro del Apocalipsis, en relación con los acontecimientos que se hacen en nuestra época y en nuestro siglo – por la persecución de la Iglesia de Cristo- por aquellos poderes que existen como dinamis (potencias) antíteas, contrarias a Dios. Quiere indicar también algo más, es decir, una relación entre la Bestia roja y la Prostituta que monta a la Bestia roja y quien puede ser esta Prostituta. Pero mejor escuchar que os lo voy a leer y quedaréis sorprendidos.

Y en la página 9ª pues, escribe:

¿Qué representa esta Mujer adornada? ¡Esto no es serpiente, no es bestia, nada tiene en común con seres humanos, es decir, no es una organización la cual no tiene nada común con el Cristianismo, sino sólo es ser humano; y en concreto qué ser humano es! Es Mujer Lujosa, adornada todo tipo de lujos y con joyas muy selectas.

Y esta mujer significa organización cristiana, pero no desnuda, fea y paramorfoseada deformada; no es herética en general, no es protestante, sino lo contrario, está vestida con vestimenta de lujo, tiene instituciones especiales, tiene maravilloso culto y tipos o modelos. Sí, esta es la Iglesia Viva (la Prostituta). ¡Sí, sí! La Iglesia Viva. Esta organización apareció en los últimos tiempos en Rusia, en el dominio allí del Dragón rojo.

¿Qué es esta Iglesia Viva? Es la unión del Cristianismo con el Ateísmo rojo. ¡Unión! Desgraciadamente los considerados a sí mismos representantes del Cristianismo, liturgos-instrumentos de Dios –clérigos- se han hecho servidores del Satanás, en el tiempo que hacen ver que permanecen liturgos-órganos, instrumentos de Dios. Realmente aquí qué tiene que admirar uno. La Iglesia Viva se ha formado de esta manera:

Cuando en Rusia los ateos Socialistas proclamaron la guerra contra Dios y comenzaron a cerrar los Monasterios, a castigar, atormentar y disparar contra obispos y sacerdotes, indistintamente sin distinciones de dogma. Entonces algunos sacerdotes de la dominante anteriormente Iglesia Ortodoxa en Rusia, se dirigieron a la autoridad roja –a los Bolcheviques- con la siguiente pregunta: ¿Por qué se persigue el clero? La autoridad roja, respondió: Porque el clero servía la autoridad de los Zares y se presenta como enemiga de la autoridad roja comunista y enemiga del Socialismo.

Los sacerdotes que se presentaron respondieron que están de acuerdo para servir también a la autoridad soviética, basta que les concedan a ellos los derechos que tenían también por los zares.

La autoridad soviética entonces respondió que está de acuerdo a dar en ellos cualquier derecho, pero con la condición de que estos estarán trabajando para beneficio de la autoridad roja atea y en perjuicio de todos los enemigos de esta autoridad y para expulsión y desaparición de la religión cristiana. Los sacerdotes de la Iglesia dominante de antes respondieron que en todas estas cosas estarán de acurdo.

Así que, inmediatamente después de esto se separaron por el patriarca de Moscú Ticón y constituyeron por sí mismos la organización, comunidad y sociedad la cual llamaron Iglesia Viva. Y por este camino, esta Mujer adornada, se demostró que es la Prostituta sentada sobre el Dragón rojo. Los representantes o instrumentos de Cristo han hecho alianza con los servidores del Diablo para hacer desaparecer el Cristianismo.

La Iglesia Viva creó Sínodo, y la autoridad soviética atea en el Consejo Superior la confirmó, hoy se llama Despacho Político General o G.P.U, es decir, trinidad, consejo de tres Ateos, para que se comunique con el Sínodo, la cual estaba obligada a cumplir con mucho gusto y diligencia, y realizar todos los escritos y deseos de los rojos Ateos, es decir, del poder soviético Y la obra de la catástrofe, destrucción de las reliquias cristianas y de los sacerdotes del Cristianismo tomó la cuesta abajo, como decimos popularmente.

La triada de los Ateos, por ejemplo, expresa el deseo para que sean destruidos y cerrados todos los monasterios. El Sínodo de la Iglesia Viva ruega a la autoridad soviética cerrar todos los monasterios. Esta autoridad inmediatamente entra en la realización de esta petición del Sínodo. Empiezan a cerrar monasterios, perseguir y despedir monjes y monjas, las iglesias las transforman en hospitales, clubs, centros culturales, teatros y etcétera. Sollozos, llantos, lamentos, gemidos, lágrimas y gritos de desesperación y maldiciones se oyen por parte de los fieles. La autoridad roja tranquilamente respondió: Nosotros aquí no tenemos la culpa. Vuestro Sínodo requiere esto, nosotros sólo realizamos sus deseos.

Por tanto, por este camino cerraron muchas Iglesias, encarcelaron y exiliaron a trabajos forzados duros, dispararon contra millares de obispos, sacerdotes y fieles simples Cristianos.

La Iglesia Viva introdujo muchas novedades. A los sacerdotes viudos los permite casarse por segunda vez, manteniendo después de esto el grado del sacerdocio de ellos. Cada obispo y sacerdote de la Iglesia Viva es también espía y agente del Consejo Extraordinario –Autoridad Superior, G.Ρ.U G.– e informaban lo que conocían y denunciaban a todo pariente y extranjero, a todo el que hablaba algo malo contra la autoridad soviética de los ateos Comunistas.

Según el deseo de esta autoridad y contra los cánones eclesiásticos, derogaron al patriarca Ticón y le privaron hasta del mismo hábito de monje. ¡Y cuántos de estos entregaron a las uñas del Dragón rojo en martirio y muerte, es imposible enumerarlos! Todas las praxis sedientas de sangre del poder soviético y de la autoridad soviética la Iglesia Viva, con sus declinaciones, las aprueba y las bendice; en cambio a los enemigos de la Serpiente roja (los auténticos verdadero cristianos) los maldice.

Pero no debemos creernos que la Mujer pervertida y corrupta, la sentada sobre la Bestia roja, iconiza, representa sólo la Iglesia Viva de Moscú y los miembros de esta Iglesia. ¡No! Esto lo debemos entender  mucho más ampliamente. Bajo esta Prostituta se unen todos en general los Cristianos los cuales en cualquier parte que estén, aunque estos permanezcan cristianos, trabajan para la catástrofe, destrucción del Cristianismo y en beneficio de la Bestia roja del Ateísmo, sean laicos, sean sacerdotes, sea obispos, metropolitas, patriarcas y papas que sean estos. Los de este tipo se encuentran también en la Historia y en nuestros días” (Inocencio Nobagorod, pag 96). Y otras muchas cosas.

¡Qué vamos a añadir en estas cosas, amados míos! Las habéis oído, las vemos también en nuestros días. ¡Solo una cosa, que aquí en nuestra Grecia ya hemos empezado, y que Dios nos tenga misericordia! No digo nada más. Nosotros mismos traicionamos la Iglesia y esta mujer prostituta puede ser la según y por nombre Iglesia. El que puede ser, esto lo vemos, pero se puede también consolidar por muchos argumentos y sacar de datos, elementos, tanto geográficos como Patrísticos que os voy a comentar a continuación.

En el capítulo 11º del Apocalipsis quizás os acordáis del versículo: “Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que veneran en él [los que veneran al verdadero Dios y pertenecen a Cristo]. Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles, a las naciones idólatras [junto con los infieles hebreos los que no habrán creído en Cristo]; y ellos pisotearán la ciudad santa cuarenta y dos meses [es decir un espacio de tiempo definido por Dios]” (Ap 11, 1-2). 

¿Os acordáis de esto? Allí dijimos que la Iglesia según la interpretación de los Padres, es una ciudad santa, la Jerusalén. Por tanto, ahora el sagrado Evangelista recibe la orden de medir la ciudad, porque la medición, habíamos visto entonces, no es más que el símbolo de la protección bajo de la cual se encuentra sólo el templo y el altar, que estaba en el patio interior. El resto de la polis-ciudad-Iglesia no está protegido, porque allí están todos aquellos que efectivamente se han bautizado (laicos y clérigos), pero quedaron en una Iglesia secularizada.

El padre Justino Pópovits-Serbio (ahora Santo), sufrió muchos males y persecuciones, ya es difunto- escribe en su libro  Ἄν­θρω­πος καί Θε­άν­θρω­πος.

Lo copio: “…El Cristianismo sólo con la dinami potencia y energía teantrópina divino-humana es la sal de la tierra, sal la cual salvaguarda al hombre que no sea corrompido en el pecado y en el mal; pero si se dispersa y se derrama el Cristianismo en distintos humanismos, entonces se atonta, se hace sal sin sal, desalado y soso. El cual según el todo-verdadero logos del Salvador, no sirve más para nada, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres (Mt 5,13). Todo intento y atrevimiento de ser equiparado o igualado (gleichschalten) el Cristianismo con el espíritu de este siglo, con sus movimientos pasajeros fugaces de algunas épocas históricas y además con los regímenes políticos y partidos, de modo que se concilie, se alíe quedando de acuerdo, quita del Cristianismo aquel valor específico, que le constituye en única religión zeanzrópina-divino-humana en el mundo” (Justino Pópovits pag 131); ¡se convierte soso, en sal desalada!

Apuntaremos nosotros por nuestro turno que una Iglesia que sirve a un régimen ateo (sirve, no simplemente existe, porque también en la antigua Roma había idolatría, y bajo de la Roma estaba la Iglesia de las catacumbas), sino una Iglesia que sirve a los propósitos e intereses de un régimen ateo, no es posible que sea sembrada por Dios; y como dice el mismo Señor: “toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada” (Mt 15,18). Esta entre paréntesis o comillas Iglesia y estos entre paréntesis y comilla fieles son aquellos que son pisoteados por las naciones, tal y como se refiere en el Apocalipsis. “Será pisoteada cuarenta y dos meses, tres años y medio, será pisoteada por las naciones, no la midas. No está bajo mi protección una Iglesia de este tipo. No es Iglesia, ¡No es Iglesia!” dice el Dios. Es decir, allí no existe la bendición y la protección de Dios; es aparentemente Iglesia.

Y diré también esto: Primero: si de verdad fuera la Iglesia de Cristo, y en este caso concreto, en Rusia, ¿entonces por qué la verdadera Iglesia se esconde en las catacumbas y se persigue? Tenemos la Iglesia de arriba y la Iglesia de abajo. Si la Iglesia realmente fuera libre y no servía a los intereses del régimen ateo, ¿entonces para qué hace falta que exista también la segunda Iglesia escondida? Esta presencia de la Iglesia escondida indica que existe una Iglesia que ha traicionado su misión. Habéis entendido, pues, por qué el obispo Inocencio califica esta llamada -entre paréntesis y comillas- Iglesia como prostituta sobre la bestia roja.

Segundo: El Señor dijo: “y por haberse multiplicado la maldad, la agapi- amor de muchos se enfriará, se congelará” (Mt 24,12). Y dentro de estos muchos, por supuesto también habrá clérigos que no serán ya inspirados por la agapi de Cristo, sino por el interés material. ¡Cuándo existe el interés material estamos preparados para todo! Ya nada impediría a estos convertirse en traidores tanto de la Fe como de la Iglesia. Estos serán los traidores descendientes de Caín y de Judas.

El apóstol Pablo dice a Timoteo: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios” (2Tim 3, 1-4).

El Señor daba a entender la traición cuando decía a Sus Discípulos “el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y los harán morir” (Mt 10,21). Esta es la traición.

Traidores también –los primeros años cristianos, que habían las persecuciones- se llamaban aquellos que entregaban las Santas Escrituras en las manos de los perseguidores. La traición en esta sección o caso es de lo más asqueroso y terrible. Estos hombres como os dije, tienen el clero (herencia) de un Judas.

Tercero: San Cirilo de Jerusalén, en la 15ª Catequesis, habla sobre el Anticristo, y apunta: “Me da miedo, me asusta el odio de los hermanos” (Tomo 15, CE 18). Y hermanos da a entender tanto a los laicos Cristianos, como a los clérigos y en concreto a los obispos de los cuales era víctima. Fue una víctima, porque aquél obispo de Jerusalén que había ordenado a san Cirilo, éste se volvió Arriano y persiguió sin compasión y con odio a san Cirilo, porque permaneció en la Ortodoxia. Y dice: Me asusta el odio entre hermanos. Esto significa que entre nuestros clérigos, de todos los grados, tendremos traidores de la Fe, que constituirán siempre la “Iglesia-Prostituta” (que Dios me perdone que lo digo esto; pero la pongo entre paréntesis y comillas la palabra Iglesia), que se implica y se enreda ilícitamente con el Bestia roja y que no es sólo cada régimen ateo, sino también cada situación mundana, cualquier situación mundana, es decir, esta implicación ilícita de Iglesia y mundo.

Cuarto: San Cosme de Etolia en su profecía nº 56, dice lo siguiente: “Vendrá el tiempo que no habrá esta armonía que hay hoy en día entre clero y laós-pueblo fiel” (Pag 342). Y en la profecía nº 57 escribe: “Los clérigos se harán peores y serán los más impíos e incrédulos de todos”. Y en la profecía nº 108 apunta que: “Vendrá el tiempo que los cristianos se levantarán uno contra el otro”. Los Cristianos no en el sentido de partidos políticos y de los conflictos y adversidades políticas, sino en el sentido que uno permanecerá fiel y el otro será traidor. ¡El Cristiano traidor estará persiguiendo al Cristiano fiel!

Quinto: Los antiguos Padres, especialmente los ascetas, decían que los clérigos serán igual que los laicos. Es decir, tal y como se está moviendo un laico que mira sus propios intereses y nada más, así serán también los clérigos. Esto decían cuando les preguntaban muchas veces: “¿Qué sucederá después de esto?”

Sexto: “Esta realidad la leemos, amados míos, en la biografía del padre Dimitrio Gagastazis, un sacerdote que estaba aquí en Tríkala. Si leéis allí, veréis que el metropolita de Kozani, el que había entonces –hablamos de cosas contemporáneas, de nuestra época- que vivía según la situación de la época, perseguía al padre Demetrio para matarlo. ¿Quién? ¡El obispo al sacerdote! No os digo más; leed la biografía del padre Demetrio Gagastazis que tenía fama de hombre santo y veréis allí muchas cosas. (Es del pueblo Plátanos 10 km al lado del mío, y yo le conocí, y ahora conozco sus hijas e hijos, una es Yerontisa del Monasterio san Juan el Teólogo, que teníamos las cabañas a las fronteras con su pueblo y mi abuelo Cristos, analfabeto pero santo, le traía para bendecir a los animales y a las cabañas y decía: ¡éste sí que es un cura que vale, un cura santo!

¿Qué significan todas estas cosas amados míos?

¡Significan que, realmente, todas estas cosas dan el derecho, al lado de la interpretación de la Prostituta-Roma, poner también la Prostituta del Apocalipsis que representa la Iglesia secularizada o mundanizada! Y os lo dije esto no tanto porque me ha impresionado mucho, cuando leí éste librito pequeño que escribe estas cosas, sino porque realmente observamos que se vaya realizando este “misterio de la iniquidad” (2Tes 2,7). Es decir, los clérigos Cristianos Ortodoxos, (no digo Romanocatólicos, no digo Protestantes) vemos que están de acuerdo y se alían con situaciones y fuerzas ateas mundanas, y con cualquier régimen en concreto, sea de izquierda y derecha, rojos y verdes, amarrillos, negros y blancos, lo que sea, vemos que se juntos vayan co-navegando, están de acuerdo y traicionan la Iglesia.

Para san Cirilo de Jerusalén, esto es una señal de los tiempos, es decir, que el Anticristo viene, cuando los clérigos llegan a traicionar la misma Iglesia.

Homilía 72 Por tanto, nos hemos referido a la caída de Roma-Babilonia o Babilonia-Roma. La causa de esta caída la señala el divino escritor en su 18º capítulo, en el versículo 3º:

«Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado y se han prostituido con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de su lujo y hedonismo.»

Este versículo justifica la caída de babilonia-Roma. Indica aún las profundas influencias del mal también en todas estas naciones por Babilonia-Roma.

¡Los reyes de la tierra fornican, se prostituyen junto con Roma! Esto significa que aceptan sus influencias corruptoras y podridas. En concreto es la prostitución espiritual, es decir, participación a la posición negativa, al rol negativo que juega esta potencia.

Los comerciantes de la tierra se enriquecen, por la fuerza de su στρῆ­νος strinos lujo, hedonismo y arrogancia. Si quisiéramos comentar este éxito de las empresas de los comerciantes por la tensión y presión del στρῆ­νος strinos lujo, hedonismo y arrogancia de babilonia-Roma, diríamos que esto se hace en cada época y como os he explicado, especialmente en nuestra época. ¡Esta variedad del mal que existe en nuestra época se llama inmoralidad, vicio, corrupción y perversión! ¡Los magnates, los comerciantes especiales y los traficantes sobre distintas perversiones realmente se enriquecen! ¡Son sindicatos del mal! ¡Sindicatos fuertes y duros que pueden subir y bajar presidentes de los Estados Unidos, para que tengáis una imagen! ¡Terribles sindicatos del mal, sindicatos del crimen!

Así se enriquecen diríamos, con esta variedad del mal, con la inmoralidad, con la prostitución, con periódicos con distintos vicios y perversiones, con revistas porno, con el tabaco, el alcohol y los narcóticos o drogas… ¡Me decía uno que el dinero que tienen como capital los comerciantes traficantes de las drogas, es diez veces mayor que el presupuesto PIB de Estados Unidos! ¡Es una cosa tremenda! ¡Por tanto, entenderéis que potencia existe! Por eso como veréis a continuación, por la caída de Babilonia-Roma, los comerciantes se lamentan y lloran porque son perjudicados.

¡Aún la moda, en todos los aspectos y secciones de la vida! ¡En el lujo, las revistas con fotos de color, la música que circulan millones de discos, miles de canciones! Todas estas cosas son realmente catalizadoras de la sociedad y del ser humano y desgraciadamente se hacen objeto de enriquecimiento de los listos y viles del comercio.

Existe un refresco que se llama coca-cola y dicen que el que lo bebe vuelve a beber. ¡Por qué será que vuelve a beberla? ¡Uno diría, ingenuamente, simplemente porque es muy bueno! Pero no es esto. El que bebe, vuelve a beber, porque lleva dentro… drogas, es un refresco adictivo. Y esto se ha publicado en los periódicos helénicos. Existe una marca de tabaco –no digo el nombre- que dice que el que fuma vuelve a fumar. He oído que los que fuman esta marca de tabaco no pueden dejarla, porque han puesto dentro una pequeña dosis de droga. ¡Y los comerciantes del mal naturalmente se enriquecen!

El comercio, amados míos, es bueno, si queréis es también bendecido, cuando se hace aunque sea el móvil la ganancia, pero se hace portador verdadero de los bienes de la tierra hacia todos los hombres. Es decir, si os habéis fijado, cuando Dios creó nuestra tierra, nuestro planeta, en todos los puntos de nuestro planeta no ha puesto los mismos productos. En un punto ha puesto equis productos, en otro punto de la tierra ha puesto otros productos. Aquellos productos que son mediterráneos no son trópicos, y aquellos que son trópicos no son mediterráneos. El Dios repartió diríamos los productos de la tierra de tal manera que haya necesidad de transporte de bienes materiales de un lugar a otro y por supuesto el transporte lo hacen los comerciantes, aunque sea, lo repito, por ganancia.

Sobre todo en los antiguos tiempos, los comerciantes peligraban mucho en el transporte de sus mercancías. No pocas veces perdían sus mercancías por los ladrones o incluso del mal tiempo, o por un naufragio y etcétera. Cobrará el hombre que hace este trabajo, ¿pero qué se hace? El Dios ha repartido y colocado así las cosas para que haya comunión de agapi. Que vengan los bienes de África, por ejemplo las bananas, las nueces, los dátiles y otros y decir: “Mira estas cosas vinieron de África”. Nosotros vamos a mandar nuestro vino, nuestras pasas, nuestros higos… y que digan: “Mirad vinieron de allí. Y con el transporte de los bienes de la tierra se hace a la vez la comunicación entre los hombres. Es importante esto, amigos míos, pero por supuesto que el comercio se haga correctamente, si es bendecido.

Los comerciantes, seguro que son factores importantes, pero solamente bajo estas condiciones. Pero cuando entra el móvil de la ganancia avariciosa, el insaciable beneficio codicioso y llegan ya a no comerciar los bienes de la tierra, sino que se comercie lo sagrado y lo divino, que comercien incluso por la salud humana, con falsificaciones de fármacos, o como supuestos fármacos resultantitos que no hacen nada, comerciar aún con la libertad humana y comerciar incluso con la psique humana y la salvación humana, entonces creo que entendemos que todas estas cosas se ponen en la lista de la calificación del versículo hagiográfico que os he leído. Estos comerciantes se enriquecen por el στρῆ­νος strinos lujo, codicia, hedonismo y arrogancia de esta ciudad viciosa y pervertida.

El comercio ilegal y los beneficios ilegales hoy en día son considerados como inteligencia, grande inteligencia, sin embargo, amados míos, por la ley de Dios, un comercio de este tipo, sospechoso y sucio, no está bendecido y es condenado.

Os acordáis en relación del pasaje evangélico que el Señor permitió a los demonios que Le rogaban –a la persona del Gergesano- que pasasen y entrasen dentro en los cerdos y entonces dos mil cerdos que se encontraban allí se endemoniaron y fueron conducidos al precipicio cayendo al lago y se ahogaron, (Mt 8,32 Mrc 5,13 Lc 8,33).

Esto es conocido, por supuesto que intercaladamente os digo estas cosas ahora, de que los animales tienen cuidado con el agua como con el fuego. Si un animal no ama el agua no se acerca, en concreto mucho menos lo hace esto el cerdo que no ama el agua para nada. Por tanto, ¿cómo ahora dos mil cerdos corrieron caerse al agua y ahogarse. ¡El hombre se suicida, el animal no se suicida! ¿Qué tenían? ¿Qué cuestiones… problemas… y los cerdos se desesperaron y fueron a suicidarse y en concreto en grupo? ¡Esto es una razón que demuestra que existen los demonios! Sin embargo… a pesar de esto el Señor los castigó. Quizá algunos dijeron que ha perjudicado fortuna ajena. El Jesús Cristo es el Señor de todo; por tanto no puede uno decir y hablar sobre su fortuna, porque el Señor del todo es el Jesús Cristo.

¿Cuál es tú fortuna, hombre (des-graciado)? Realmente el Cristo te castiga y te castiga porque haces obras ilegales.  Por tanto, castigó a los Gergesenos porque exactamente hacían obra ilegal. La Ley prohibía también comer carne de cerdo y que críen cerdos para comer. Esta es la suerte de las obras ilegales.

Amados míos, es un ejemplo hagiográfico el caso de los cerdos que se ahogaron en el lago. Por tanto, os rogaría si alguna vez en vuestra vida os dicen, junto con el oficio que tenéis hacer algo, una hora, dos o tres del día, que sea ilegal, por ejemplo que estéis en una sala de juego de cartas para ayudar en algo o no sé en otros trabajos de este tipo… mover drogas, -ojalá que no sea- o no sé cualquier otra cosa, tened mucho cuidado: ¡Es ganancia no bendecida! ¡Que Dios nos guarde! ¡Entonces el hombre se hace semejante a los comerciantes de este pasaje del Apocalipsis que ahora estamos leyendo! Amín.

 

Unidad 54 Apocalipsis 18,4-5 Éxodo-salida. El tipo diacrónico y otros tipos de separación del cristiano de el mundo.

 

Homilía 72 «Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas y sus castigos [cuando será castigada la ciudad], porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus injusticias y maldades [de la ciudad]» (Ap 18, 4-5); Es decir, las ha visto y viene a castigar.

Después de la primera voz angelical se oye la segunda voz desde el cielo, con la consigna -he dicho, consigna, que la recordéis- el laós-pueblo de Dios que posiblemente habita en esta ciudad (y por supuesto que en todas las ciudades habitan hombres de Dios) salir de la ciudad,  y marcharse para que no seáis participes, tanto de los pecados de la ciudad, ni tampoco de su castigo.

Aquí amigos míos, tenemos una importante posición o tesis hagiográfica, que es paralela con lo que pre-anuncia, tanto el profeta Isaías 48,20· 48,8·52,11), como también el profeta Jeremías 15,1, como veremos más abajo.

El Dios aquí pide una salida-éxodo, la salida-éxodo de Su laós-pueblo fiel, que históricamente unas veces es trópica de un modo interior y otras veces abandono físico del lugar. Y el modo trópico interior da a entender el estar del laós de Dios en una ciudad pecadora, en Babilonia, pero que no sea partícipe a obras pecadoras de la Babilonia, a las obras pecadoras de los impíos e infieles.

Aquello que pide el apóstol Pablo, y es realmente admirable, cuando dice: “No os unáis ni co-caminéis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo existe entre la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión existe entre la luz y las tinieblas? ¿Y qué concordia existe entre Cristo con Belial? ¿O qué común puede haber entre el creyente con el incrédulo?” (2Cor 6,14-15).

Esto es muy indicativo, lo qué debe hacer un fiel para salir trópicamente interiormente, es decir, sobre el modo, sobre el comportamiento, conducta y actitud de cada uno y sobre la relación con los otros. Es muy importante esta tesis-posición, y la analizaré.

No os unáis ni co-caminéis en yugo desigual con los incrédulos”. Esto quiere decir que uno es el yugo del incrédulo y otro es el yugo tuyo. El yugo tuyo es el Evangelio. Dijo el Señor que Su yugo es “χρηστός jristós», útil, beneficioso, indulgente y bondadoso y el yugo de los incrédulos es el yugo del Diablo. Yugo se llama la madera que entra entre los animales, entre los dos bueyes, por ejemplo, cuando se trata de arar la tierra. Por tanto, “no os unáis ni co-caminéis en yugo desigual con los incrédulos”. Es decir, no vayáis a arar cuando sois dos personas diferentes.

La Ley antigua, amados míos, o sea del Antiguo Testamento, decía que no pondrás dos animales distintos en tu arado para arar (Lev 19,19 y otros). Por ejemplo no pondrás el burro con el buey (Deu 22,10), porque uno tiene mucha fuerza, pero el otro no tiene y naturalmente el yugo se va torciendo, y así uno de los animales irá tirando al otro.

Pero la llave de la interpretación, más allá del beneficio práctico de la cosa, nos la da el apóstol Pablo y dice: “¿Quizás Dios se interesa por los bueyes? ¿O quizás esto lo dice para nosotros?” (1Cor 9,9). Es una icona-imagen del reino animal, que debe ayudarnos a reflexionar que no debemos ser esto que ahora dice en el Nuevo Testamento el Apóstol Pablo. Es decir, que no entremos bajo el mismo yugo, nosotros los fieles, con un hombre incrédulo. ““No os unáis ni co-caminéis en yugo desigual con los incrédulos”. Y lo peor es que estando con ellos también nosotros finalmente traicionaremos nuestra Fe, ni tampoco el otro se beneficiará. “¿Y qué conveniencia, combinación y semejanza puede haber entre la justicia, la virtud, la santidad y la iniquidad?” Justicia aquí quiere decir virtud, santidad; en cambio iniquidad es el pecado, como dice el Evangelista Juan (1Jn 3,4). Por tanto, ¿existe alguna relación? “¿Qué comunión puede haber entre la luz y la oscuridad?”. ¡Qué conveniencia, qué combinación puede haber entre la luz y la tiniebla? ¿Y qué concordia existe entre Cristo con Belial? ¿Concuerdan? ¿O qué relación puede haber entre el creyente y el incrédulo? Ninguna, está claro.

Por tanto, esto si nuestros Cristianos consiguen entenderlo bien, entonces cada momento salen trópicamente interiormente de la ciudad pecadora en la que están habitando. Desde el tiempo que se ha predicado al mundo el Cristianismo, este éxodo-salida trópica de modo interior pide siempre el Evangelio a los fieles. Si me preguntarais, cómo se hará esto, os leeré un pasaje, un poco breve, de aquella famosa epístola “A Diógnito” que es producto del siglo 2º dC y allí veréis la respuesta, cómo se hace esta salida-éxodo trópica interior de los fieles.

Porque los Cristianos ni en la voz o lengua ni en las costumbres y tradiciones se distinguen de los demás hombres”. Los Cristianos no se distinguen de los demás hombres ni por la patria, ni por la lengua, -helena-griega, italiana, española, inglesa, lo que sea- ni por las costumbres, es decir, las costumbres y las tradiciones en una ciudad. Como, por ejemplo, cambiamos hoy la hora. Siguen este cambio de la hora naturalmente tanto los fieles como los infieles. Y un montón de muchas otras cosas que puedan existir en una ciudad, como por ejemplo, que debo conducir mi coche yendo por la derecha, o que cuando voy caminando por la ciudad y debo cruzar la calle por el paso de peatones y etcétera. Por tanto, sea uno fiel o no fiel, hará lo mismo. Por tanto, no se distinguen los Cristianos sobre estas cosas.

“Ni en ciudades propias habitan, ni otro dialecto paralelo necesitan…”. Ni en sus ciudades que habitan… Sería una utopía decir: “Venid, amados míos. ¿Quiénes de vosotros sois Cristianos? ¡Venid, vamos a construir una ciudad de propiedad nuestra, para que estemos solos! Eso es idealismo, utopía. ¿Habéis oído lo que dije? ¡Es utopía! Por tanto, no habitan en ciudades separados, ni otro dialecto e idioma distinto utilizan.

Escuchad ahora aquí y veréis  que, mientras están en las mismas ciudades, se mueven de distinta manera. Oídlo; es un trozo clásico en esta epístola “Hacia Diógnotio”. Es majestuoso y admirable. No obstante, os leeré un trozo, porque es más grande: “Por supuesto que habitan en la misma patria, pero como si fuesen extranjeros, pasajeros”. Por supuesto que cada uno habita en su ciudad. Éste es Tesalonicense, aquel es Ateniense, (el otro Madrileño o Barcelonés), pero cada uno mientras habita en su ciudad allí donde nació, sin embargo está como extranjero, pasajero. Nuestra patria real está en el cielo, según el Apóstol Pablo: “Porque no tenemos aquí patria o ciudad permanente, sino que anhelo e interés busquemos a ganar la futura y eterna” (Heb 13,14) es decir, el reinado de la Realeza increada de Dios; no nos atemos aquí con las formas y modelos antiguos y las cosas en general del mundo.

Todos participan como ciudadanos…” ¡Observad cuánto útil es esto! En las elecciones irán a votar, se moverán como todos los ciudadanos y tal como lo mandan las leyes, “…y todo lo soportarán y pasarán como extranjeros”, como si no fueran ciudadanos de aquella ciudad.

Toda patria extranjera es como patria y toda patria es extranjera para ellos…” Todo lugar extranjero es como patria y todo lugar o patria para ellos es extranjera. Aunque pertenezca aquí o allá, allí donde Dios me ha colocado para la vida presente; y seguro, me marcharé de esta vida presente.

En carne, cuerpo están, pero no viven según la carne. Encima de la tierra pasan la vida, pero se gobiernan como en el cielo en la tierra”. Por supuesto que con sus cuerpos están en este mundo, pero no viven carnalmente. Pasan su tiempo encima de la tierra, pero se gobiernan y se comportan celestialmente. Allí está la política de su gobierno. Dice el Apóstol Pablo: “nuestra política de auto-gobierno y comportamiento está en el cielo” (Fil 3,20). Puede que vayan a votar aquí en la tierra, pero la verdadera política de gobierno está en el cielo.

“Respetan y ceden ante ciertas leyes, y por sus propias vidas las trascienden… ¡Qué altura! Respetan las leyes del gobierno de la nación. ¿Qué dicen las leyes de la nación? Esto y esto. Sí, de acuerdo. Pero del modo que ellos viven transcienden las leyes. Es aquello que dice el apóstol Pablo: conociendo esto, conscientes de que la ley no es para el justo…”, escuchadlo bien esto. Para el justo, el santo no hay ley. ¿Por qué no hay ley? ¡Porque es santo! No hay oportunidad de transgredir nada, porque es santo. ¡Veis, pues! Se convencen y respetan las leyes de la nación, pero también las transcienden.

Es decir, amigos míos, soy soldado, ¿deben decirme que debo ser disciplinario? Hay un trabajo que se llama trabajo forzado o rollo pesado, es decir, un trabajo que hago tanto si quiero como si no quiero, a la fuerza, no es trabajo sino trabajo a la fuerza y castigo. Por ejemplo barrer el patio del cuartel, o lavar las calderas de comer. ¿Pero por qué es trabajo forzado? ¿Quién va a comer de las calderas y quién camina por el patio? ¿No somos nosotros mismos? Por tanto, ¿por qué debe ser trabajo forzado y no simple trabajo? Con la forma o modo que pienso y me muevo, transciendo el mandamiento de trabajo forzado y hago la limpieza, no como rollo a la fuerza sino como trabajo sencillo. Pero esto lo entiendo yo por mí mismo. Esto quiere decir transcendencia de las leyes. Transcendencia de las leyes por el modo y la forma que pienso y actúo.

“Lo pensaremos y lo diremos con dos palabras sencillas, tal y como está y es la psique en el cuerpo, así también son los Cristianos que viven dentro en el mundo”.

Y en concreto más abajo dice lo siguiente: El mundo tiene su razón de existir, porque tienen su  razón de existencia los Cristianos; y el mundo existe porque existen los Cristianos. ¡Si no existiesen los Cristianos, el mundo no tendría razón de existir!

Esto es también hagiográfico. Dentro en Sodoma y Gomorra, amados míos, si hubiesen diez –¡sólo diez!- hombres piadosos y creyentes, Dios tendría sus razones de mantener esta pentápolis y no destruirla. ¡Pero no había ni diez hombres! Esto significa que los fieles dentro en el mundo son realmente aquellos que crean razones de la existencia del mismo mundo-kosmos.

Es muy grande esto. Si alguna vez el mundo lo entendiera… Pero no lo entiende. Por eso el fiel vive a este drama, es decir, que vive en un mundo que no entiende. No entiende pero entiende el fiel y esto naturalmente aumenta su drama. El hombre santo vive el drama de este mundo. ¡Lo vive! Si uno realmente es santo, esto lo entiende.

Aún es conocido que el justo Lot vivía en Sodoma y Gomorra, cuando habían separado sus rebaños con su tío Abraham y aquel bajó a los campos y llanuras fértiles, -en aquella época año 2100 adC- de las llanuras del mar Muerto (Gen 13, 10-11). Pero Lot es llamado por la Santa Escritura del Nuevo y del Antiguo Testamento, justo, porque vivía en Sodoma, pero no vivía de modo y forma sodomita.

Nos dice el Apóstol Pedro, en su segunda epístola, las siguientes cosas: “y Dios libró al justo Lot, abrumado por la conducta lujuriosa de aquellos hombres desenfrenados que transgredían las leyes naturales. Y le libró porque el justo Lot permaneciendo entre ellos, viendo y escuchando sus obras ilícitas, se afligía diariamente su psique-alma, sabe el Señor librar de la tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio” (2Pe 2, 7-9). ¡Es una cosa terrible! Leed allí en Génesis, amados míos, para que veáis lo que ha sufrido realmente Lot, que veía los pecados antinaturales cometiéndose en esta ciudad de una forma y un modo repugnante, desvergonzante y descarada. ¡Muy desvergonzadamente, asquerosísimo! ¡Qué va a decir uno, qué puede decir! Llegaron estos hombres a ofender e insultar éticamente a los dos visitantes de Lot. Y Lot propuso entregar sus hijas en lugar de los visitantes, pero no lo aceptaron. ¡Persistían en pecar! Lot estas cosas las veía cada día y como dice aquí el apóstol Pedro, “sufría mucho”, pero “como sufría mucho” el Señor le liberó. Sufría y se dolía su psique-alma justa viendo estas obras ilícitas y asquerosas, pero el Señor conoce salvar sus piadosos, creyentes.

Por tanto, ¡habéis visto a Lot! Lot vivía en Sodoma, lo repito, y no vivía sodomitamente (mariconeadamente o homosexualmente). Esto quiere decir me salgo trópicamente-interiormente. Vino el momento que Lot tuvo que salir también físicamente del lugar; lo veremos un poco más abajo.

Esta salida-éxodo que la encomienda Dios, se encuentra en muchos puntos de la Santa Escritura. Os menciono a Isaías 52,11, a Ezequiel 20,34 y al apóstol Pablo en la 2ª epístola a los Corintios 6,17. Se trata de una salida-éxodo física del lugar y no trópica de un modo interior: “Por lo cual, salid de en medio de ellos, físicamente y apartaos, dice el Señor, y no toquéis nada de lo inmundo; y yo os recibiré y seré para vosotros como Padre, dice el Señor todopoderoso” (2Cor 6,17). ¡Separaos!

Como os acordaréis de la Historia sagrada, el éxodo de los Hebreos de Egipto hacia su patria tenía una delimitación física del lugar, es decir, se marcharon de Egipto y fueron a la tierra prometida. Allí en la tierra prometida, el Dios los dijo que no tengan ningún contacto y relación con las otras tribus que había alrededor de ellos. En concreto antes de que entrasen en la tierra prometida –es conocida esta historia- les llamaron los Mohabitas, exactamente para debilitarlos por la parte de resistencia espiritual y subyugarlos. ¡Esto que hacen también en nuestra patria, nos debilitan espiritualmente de varias maneras, para subyugarnos y hacernos desaparecer! Esto lo hacían los Mohabitas.

Por tanto, llamaron a los Hebreos en su fiesta: “Venid a ver nuestras costumbres y tradiciones”. ¡Qué más inocente que una fiesta! Pero sacrificaron y ofrentaron al dios Beelfegor y comieron de los ídolos que sacrificaron y ofrendaron y se prostituyeron con las chicas de los Mohabitas. Eso los Mohabitas ya lo hicieron a caso hecho para liarlos y engañarlos. Y entonces Dios se enfadó y vino la degollación, la matanza (Num 25, 11-18).

¡Terriblemente tremendo!, diría uno. No había otra terapia. Dice Hipócrates: “Lo que el fármaco no sana, lo sana el hierro; y lo que no sana el hierro lo sana el fuego, y lo que no sana el fuego se debe considerar como incurable” (Aforismos de Hipócrates). Por tanto, aquí debía sanar el hierro, es decir, la intervención quirúrgica. Y vino la degollación y la matanza, en aquel día fueron degollados veintitrés mil hombres, porque el mal se debía cortar y desaparecer.

Y dijo Moisés a los Hebreos: “Que os acordéis: un Madianita o Mohabita nunca se hará prosélito, porque intentaron a engañaros, debilitaros y conquistaros” (Num 25, 16-18)

Un pequeño paréntesis: ¡Rut era Madianita o Mohabita y es ancestro de Cristo! Es uno de los cuatro nombres de mujer que se refiere el evangelista Mateo. Estas cosas en paréntesis os las digo, porque después esto fue anulado, en el sentido ya de los pueblos, de que en Cristo todos pueden salvarse, también los Mohabitas o Madianitas pueden salvarse. Pero esto significa que no debemos hacer compañía con todos estos tipos que pueden debilitarnos espiritualmente y al final perder a Dios.
Así lo hebreos constituyen un ejemplo típico de un pueblo que físicamente está aislado. Esta salida- éxodo, ida diríamos que es física del lugar.

Pero tenemos también otro caso, que también es físico y también trópico interior. Es la partida, éxodo de muchos Cristianos –especialmente en los tres primeros siglos- que acuden en los desiertos y se repite esta salida-éxodo, dentro en la Historia y se repetirá seguro también en los ésjatos últimos tiempos. Lo dice el Apocalipsis.

La mujer que hemos visto en el 13º capítulo, que la persigue el Dragón y es la Mujer-Iglesia, ella acude al desierto, con el significado físico del lugar de la palabra desierto, es decir, en el concepto de tierra acude al desierto. Cuando decimos desierto, no damos a entender la arena, como diríamos el desierto de Sahara, sino los despoblados, en soledad, allí donde no habitan hombres. Es decir, allí acudirán los fieles, los creyentes en los desiertos solitarios. Allí llega el Dragón para conquistar la Mujer-Iglesia y ahogarla por el rio de agua –os acordaréis cuando decíamos estas cosas. Esto quiere decir que llegarán allí las ideas y las ideologías para ahogarla. Finalmente la Mujer-Iglesia se libra y se salva. Los fieles que conocen porqué se van de el mundo para salvarse y se salvan. Es esta, diríamos, la salida-éxodo heroica de los Cristianos. ¡Por supuesto que la salida-éxodo heroica de Mesolongui fue alabada, pero no sé quién puede alabar esta salida-éxodo de los Cristianos! Por supuesto que este éxodo la alaba el cielo.

Todas estas cosas que os he dicho sinópticamente, por este –éxodo-salida de Babilonia, que encomienda el Dios a Su laós-pueblo, tanto san Andrés de Kesarea como también san Areza, entienden “todo el mundo corrompido”, es decir, no tiene relación con el reinado de la Realeza increada de Dios y que tiene relación con el pecado. Y como decíamos también en la unidad anterior, es la Iglesia secularizada, mundanizada, es decir, aquellos fieles que viven un cristianismo tibio, sea como administración, sea como miembros de la Iglesia. Esta Iglesia no salva ni se salva, esta Iglesia es reprobada por Dios. Una Iglesia secularizada sin duda alguna es lo que dijimos; es el kosmos-mundo. Y ya que es kosmos-mundo, de esta Iglesia secularizada el laós de Dios debe salir, debe marcharse.

Y a continuación el texto sagrado dice: “Para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas y de sus castigos [cuando será castigada la ciudad] (Ap 18,4). Y todo esto para que no seáis partícipes de los pecados de esta ciudad y en consecuencia del castigo que ella recibirá.

Así como habéis visto, tenemos una serie de éxodo-salidas. Vale la pena que estudiemos estas salidas-éxodos, amados míos.

Tal como decíamos ahora, lo veréis a continuación, cada vez Dios indica también el modo de la salida, partida. Lo diré una vez más, porque debe ser muy bien impreso en vuestros oídos, porque nos hará falta: cada vez el Dios indica el modo o manera de salida-éxodo, partida. En este momento si me dijerais que debo marcharme y con qué modo o manera, os diría: “Lo desconozco”. Cuando venga la hora que debo marcharme, esto me lo indicará el Dios. Esto lo indicará única y exclusivamente a Su Iglesia. Oídlo.

Los modos o maneras que os diré en tiempo preceden; sólo queda aún un modo o manera esjatológica de partida, o salida-éxodo. Hablaremos sobre esto.

El primer éxodo-salida y modo de salvación fue la época de Noé, entonces que Noé se salvó por el arca. Noé era justo, mientras que en su época los hombres eran carnes. “No permanecerá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne” (Gen 6,3), dice el Dios. El Dios decide la catástrofe de los hombres, pero indica el modo de salvación de Noé diciéndole: “Construirás un arca y allí dentro te salvarás” (Gen 6, 13-21). Así vemos pues, que indica a Noé una salida-éxodo. Le dice también el modo de la salida: “Te marcharás de este laós-pueblo; ellos serán destruidos. Tú entrarás dentro en el arca”.

La segunda salida-éxodo es de Sodoma y Gomorra. Os dije anteriormente para el Lot que era justo y sufría viendo la pecaminosidad de los habitantes. El Dios destruye las ciudades, pero a Lot le salva por sacarlo fuera de la ciudad. Le dice: “Sal de esta región, para salvar tu psique-alma” (Gen 19,17).

Lot tiempla cuando se le está anunciando esto. Debe haber sido después de media noche esta historia, porque aquella noche recibió el ataque de los habitantes de la ciudad, que vivían para pecar con sus dos visitantes, y eran los Ángeles en tipo o figuración de la Santa Trinidad, y en concreto en tipo del Hijo y del Espíritu Santo (el otro ángel quedó con Abraham que simboliza al Padre que se queda en la montaña, es decir, en las altura,  al cielo ya que el Padre no baja en la tierra, sino el Hijo y el espíritu Santo bajarán después por Nacimiento y el Pentecostés, según los Padres)!

Y después de esta peripecia nocturna, los dos visitantes que aún no son conocidos a Lot, dicen: “Prepárate, el Señor lloverá fuego y azufre en esta ciudad; no quedará nadie. ¡Si tienes parientes y conocidos, diles también a ellos que se marchen! Sí, dijo Lot, tengo dos yernos, mis hijas están comprometidas y voy a decírselo”. Escuchad a este punto también, nos es útil. Entonces amados míos, en aquella misma noche no más tarde, va y dice a sus yernos: “El Dios va a destruir nuestra ciudad, debemos marcharnos”. Y dijeron los yernos: ¡“Nuestro suegro dice bromas o se ha vuelto loco”! Muchas veces estamos y estaremos diciendo a nuestro laós-pueblo que el Dios destruirá al mundo y los otros hombres se estarán riendo y diciendo: “¡Si es posible!… ¡Este predicador se ha vuelto loco, no está bien de la cabeza!” Y lo característico es que el Dios dice “y cualquier otro conocido tuyo, se puede salvar”. ¡Ay, qué oportunidad!

Finalmente nadie aceptó marcharse de la ciudad; es decir, no salieron de la ciudad. Lot sufrió un ataque nervioso… Templaban Lot, su mujer y sus dos hijas. ¡Templaban de miedo! Y les pasó aquello que nos pasa cuando vemos una catástrofe que viene y nos quedamos clavados en nuestro sitio y para nada los pies no se mueven para marcharse. Y entonces los dos Ángeles los cogieron de las manos para sacarlos fuera de la ciudad.

Amados míos, la mujer de Lot se perdió en el camino. ¡Cogida por la mano de Dios, y en concreto de forma sensible, sin embargo se ha perdido!… O sea que, ¡uno se puede perder incluso si el Dios le tiene tomado de la mano! ¡Sí, sí! ¡Se puede salvar sólo cuando el mismo hombre quiere salvarse. ¡La mujer del Lot volvió atrás para ver que ha sucedido en su casa, si se perdió su fortuna y su casa o no se perdió!

El tercer caso de éxodo-salida es la Nineví. ¡Aquí escuchad bien, por favor, porque quizás esto nos hará falta! Sabéis que el Dios ha mandado a Jonás a avisar que la ciudad será destruida, si no vuelve a la metania y al arrepentimiento. Y Jonás tres días circulaba en la gran ciudad de los Asirios diciendo que el Dios destruirá la ciudad. Y apuntad que en Nineví no creían a Dios, no era conocido; era una ciudad idólatra. Por tanto, un Judío importante viene ahora a decirlos allí esto y esto. Los Asirios muchas veces molestaban al reino Norte del Israel, que finalmente los conquistaron y los cautivaron y eran muy odiados en la psique de los Hebreos. Y Jonás por esta razón no quería ir a Nineví. ¡Ir a Nineví a decir que se salve Nineví, sus enemigos? No quería ir, pero el Dios le dice: “Irás”.

Y cuando se marchó para Tarsís, en España, el Dios le tomó de la oreja, fue tragado por una Ballena que le llevó y le sacó a las playas de Fenicia; y entonces el Dios le dijo: “¡Harás esto que te dije; irás a Nineví!” ¡Por tanto, allí predica la metania y la metania de Ninenví realmente fue ejemplar! ¡Un fenómeno sorprendente y admirable esto! Desde el rey hasta los animales, todos ayunaron tres días y pusieron en sus cabezas ceniza y sacos para indicar su luto.

Por supuesto que se arrepintió también Jonás que había ido, y dijo: “¡Señor, me has convertido en mentiroso, por qué no has destruido la ciudad! La historia más abajo la conocéis. Leed a Jonás. Es un pequeño librito, cuatro cinco capítulos. Leedlo esta noche.  Os beneficiaréis mucho. Nos os cuento la historia más abajo. Os gustará mucho, lo veréis.

Se evitó la catástrofe, la destrucción de Nineví. Y vinieron los Asirios, cautivaron el reino norte y pasaron años. Entre los cautivos estaba también Tobit con su familia, es decir, con su hijo, especialmente su mujer y su hijo Tobías. Tobit tuvo una gran peripecia y aventura con los Asirios; muy grande. Leed a Tobit; allí veréis una historia muy bella. Veréis lo siguiente:

Una vez que por supuesto fue restablecido también Tobit -y en concreto en Nineví se hizo muy rico- después de las angustias y sufrimientos que sufrió y etcétera… Sabéis que en la edad de cincuenta años quedó ciego, en ocho años se curaron sus ojos, y murió a la edad de ciento cincuenta y ocho años. Por tanto, se preparó para morir y dijo a su hijo (es el último capítulo de Tobit; digno de mencionar): “Hijo mío, mira, yo conozco que Jonás es verdadero Profeta y que estas cosas que dijo se harán. Puede que Nineví no haya sido destruida, porque volvió a la metania y se arrepintió, pero retornó a su maldad. Por eso te lo digo, que se realizará la catástrofe de Nineví” (Tob 14,8).

Así uno, como es Tobit, con manera o modo profético interpreta a su anterior Profeta, que es Jonás. Continúa pues y dice a su hijo: “Cuando me muera, que me entierres; morirá también tu madre y la enterrarás al lado mío. Y apenas entierres a mí y a tu madre, venderás todas tus existencias, -os dije que esto nos haría falta- te marcharás e irás allí donde está tu suegro, en Ekbatana de Midia, allí hay paz. Y verás que será destruida Nineví” (Tob 14, 4-11).

Murió Tobit, murió también su mujer, Tobías los enterró y cumplió el mandamiento de su padre. Creo que esto quiere decir en la profecía. Recogió todas sus existencias las vendió y se marchó a Ekbatana de Midia. Un poco antes de morir también Tobías, en la edad de ciento veintisiete años, supo de la catástrofe de Nineví, (Tob 14,15), que la destruyó, como sabemos, Nabucodonosor. La destruyó a un grado superlativo, de tal modo que ya Nineví no levantó más la cabeza y desapareció de la Historia.

¡Habéis visto que el Dios pre-avisó! ¡Ahora de qué manera? ¡El Padre pre-avisó al hijo! Después de años por supuesto fue destruida la ciudad. Debería marchar el hijo y se marchó. Este es otro modo o manera de partida, salida-éxodo de un lugar. Os dije: el Dios cada vez da la medida de la salida-éxodo de Su laós-pueblo fiel.

¡Finalmente es la salida-éxodo de Jerusalén, amados míos!… ¡De verdad esta ciudad προφητοκτόνος profitoktonos asesina de profetas, según el logos del Señor y χριστοκτόνος jristoktonos asesina, matadora de Cristo debería ser castigada! Pero dentro en la ciudad vivían también fieles Cristianos. ¡Cómo pues, serán castigados los buenos junto con los malos? ¿Cómo se hará esto? Escuchad ahora cómo avisa el Señor, oíd el modo o manera:

Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado. Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que estén en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella”. ¡Veis cosas concretas! ¿Cuándo, cómo y qué camino tienen que tomar y marcharse? ¡Escuchad con qué manera y qué rápido: y los que están en los campos y en sus terrenos que no entren en ella y los vean los ejércitos…ni que entren en la ciudad! ¡Los hombres están arando, por un momento oyen un ruido y ven de lejos el ejército. ¡Por tanto, que no entren en Jerusalén y se vayan a otra dirección desde sus campos! Esto está en el evangelio de Luca capítulo 21º. En otro Evangelista leemos: “Este que está encima de la terraza de su casa…” (Mt 24,17 Mrc 13,15). Las casas eran de una planta o dos y los hombres subían a sus terrazas, en la soladera, donde ponían sus frutos para secar o subían para tender la ropa lavada o cualquier otra cosa que hace cualquier ama de casa encima de su terraza. Por tanto, cuando uno vea desde la terraza que vienen soldados de ejércitos, entonces que no baje en su casa a tomar las cosas necesarias,  ni siquiera vaya a tomar una prenda, nada de nada, sino que baje de su escalera corriendo saliendo directamente hacia la puerta de salida de la ciudad, salir de la ciudad y se marche, porque cerrarán las puertas de entrada cuando vean los ejércitos venir, y entonces no les dará tiempo de marchar, será ya tarde.

Amados míos, el Señor dijo un logos digno de mencionar, que tiene su tesis o sitio, y siempre este logos tendrá su sitio. Cuando dijo estos logos para avisar, añadió: “Acordaos de la mujer de Lot” (Lc 17,32), es decir, acordaos lo qué le sucedió la mujer de Lot, que giró la cabeza hacia  atrás y miró sus pertenencias y se convirtió en columna de sal. Si vosotros volvéis para tomar vuestras pertenencias se cerrarán las puertas y os perderéis.

Entonces, amados míos, aquellos que creyeron en Cristo y se acordaron de Sus logos, cuando vieron a los ejércitos romanos, se marcharon de la ciudad. Al contrario que los pueblos de Judea que no creyeron a Cristo y no sabían Sus logos, entraron en Jerusalén para asegurarse, porque era una ciudad bien armada, y se perdieron. Allí se hizo el terrible asedio, el año 70 dC y se destruyó la ciudad a tal grado que no ha quedado en la memoria de la Historia similar catástrofe y destrucción como esta. Pero los creyentes fieles se salvaron porque se acordaron de los logos de Cristo que dijo: “Acordaos de la mujer de Lot”.

Homilía 73 Pero queda aún una salida-éxodo, amados míos: La esjatológica, la salida-éxodo de los ésjatos-postreros tiempos. Esta salida-éxodo es la que nos interesa, porque la medida de la salida-éxodo la han dado los tipos históricos que se refieren más arriba.

¿Pero cuáles son estos ésjatos? Aquí ahora quiero que prestéis mucha atención lo qué entendemos como ésjatos postreros tiempos y acontecimiento.

Y otra vez os he hablado, pero lo repetiré. Ésjatos últimos tiempos y acontecimientos tenemos y decimos estas cosas que son y están entre las dos presencias-parusías de Cristo, la primera y la segunda Parusía de Cristo. En cada momento dentro de este espacio del tiempo, desde la Primera Parusía de Cristo hasta Su segunda Parusía, tenemos ésjatos tiempos y acontecimientos.

En principio debo deciros que inmediatamente después de la Ascensión de nuestro Señor, tenemos los primeros ésjatos, es decir, el comienzo de los ésjatos últimos tiempos. Y desde entonces, cada momento, en cada época tenemos ésjatos tiempos. Sin embargo tenemos también algunas estaciones (etapas) ésjatas, que no podemos hacer otra cosa que señalarlas. Distinguimos los primeros ésjatos como una estación o etapa inmediatamente después de la generación de los Apóstoles y mientras aún vivían los dos Apóstoles, Juan el Evangelista y el hermano de Dios Judas, (todos demás ya no vivían, ni el apóstol Pedro), que señalan esta realización de los ésjatos tiempos y acontecimientos y de la que se refieren también el apóstol Pedro y el apóstol Pablo, en sus epístolas, se entiende.

Y el contenido de los ésjatos de estos dos Apóstoles, de Pedro y de Pablo, son dos: La herejía y la vida pervertida y corrupta.

Así Juan y Judas vendrán a señalar, históricamente ya, aquellos ésjatos que proféticamente el apóstol Pedro y el apóstol Pablo se refieren en sus epístolas, es decir, los Gnósticos y los Dokitas.

Por ejemplo, escribe el Evangelista Juan una muestra, por parte de la herejía, en su primera epístola 4,3: “y todo espíritu que no confiesa que Jesús Cristo ha venido en cuerpo y carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo”.

Atención a este punto. ¡Hoy en día sobre la persona de Jesús Cristo dicen que es filósofo, sociólogo, comunista, dicen todo tipo de cosas… excepto de que es Θε­άν­θρω­πος Zeánzropos Dios-Hombre! Cada uno literalmente, claramente y setencialmente, sin rodeos ni sombras, cada uno que no confiesa a Jesús Cristo que es el Hijo de Dios hecho hombre, que es el Θεάνθρωπος Zeánzropos Dios-Hombre, no es de Dios, no tiene a Dios. Y en la misma epístola el evangelista Juan le llama anticristo. Dice: “¿Quién es el anticristo? Aquel que no confiesa que el Jesús es Θεάνθρωπος Zeánzropos Dios-Hombre, y que es Dios y que vino en cuerpo y carne, éste es el anticristo” (1Jn 2,22 y 2Jn 7).

Por eso decimos también que los Testigos de Jehová son anticristos y no es abuso del término y de la calificación, sino que es la calificación exacta, ya que no aceptan la divina naturaleza de Cristo. Por esta razón son anticristos. Sea que neguemos la naturaleza divina –como los Arrianos y los Testigos de Jehová y Milenaristas- sea que neguemos la naturaleza humana –como los Monofisitas- somos anticristos, no son de Dios.

El padre Justino Pópovits (ahora santo) dice: “La medida de tu fe es el Θεάνθρωπος Zeánzropos Dios-Hombre”. ¿Crees en la θεανθρώπινη divino-humana naturaleza de Jesús Cristo? Tienes la medida de la Ortodoxia. Se acabó, esto es todo. ¡Así que cualquiera en nuestra época diría que “el Jesús Cristo es importante, pero… hombre, pero… sociólogo, pero filósofo… pero…”, que es este “pero…”, no tiene colocación correcta; os lo repito una vez más, este hombre no es de Dios!

Tenemos también la otra parte, es decir, lo de la vida corrupta. Os dije dos puntos que son recalcados por los apóstoles Pedro y Pablo; uno se refiere en temas de la Fe y el otro en temas de la vida corrupta y pervertida, es decir, las transgresiones de la ley ética evangélica. Vamos a decir un ejemplo:

El hermano de Dios Judas tiene en cuenta a los Nicolaítas que estaban dentro en la Iglesia y se enredaban con los Cristianos. Sabéis que los Nicolaítas eran hombres corruptos. Y hoy en día Nicolaítas hay muchísimos. ¡Multitud! Y sólo que uno sostenga la boda civil, es Nicolaíta. Con sólo que uno apoya que puede divorciarse y volver a casarse, este es Nicolaíta. [Por supuesto que aquí haré un paréntesis, para responder a la posible pregunta de algunos, es decir, en el “¿por qué la Iglesia vuelve a casar los divorciados?”. Hubo, pues, una época que la Iglesia hizo una concesión, como economía, pero mal hecho. El mandamiento de Dios es claro y preciso: Aquel que se casará, ya que se separa de su mujer, es adúltero; y aquel que se casaría con una divorciada o divorciado sería adúltero y ella es adúltera. ¡Lo dice muy claro y categóricamente! No hay ni sombra de duda aquí. Para nada, nada de nada. Sin embargo si se ha consolidado el matrimonio para los divorciados, por la Iglesia se entiende ahora, amados míos, os lo digo claramente otra vez, la Iglesia lo hizo, porque se estaba presionando y porque muchas veces, aquellos que la servían sus pastores no tenían entereza ni valentía y llegaron hacer las concesiones. ¡Y cuando se hace el principio de las concesiones, entonces también existe la cuesta abajo y el declive de las concesiones! Esto es la verdad pura.] Y san Crisóstomo dice: “Hermano mío, no serás juzgado por las leyes mundanas del estado, sino que serás juzgado por las leyes del Evangelio, cuando vendrá el Cristo Juez”.

Y el hermano de Dios Judas, escribe: “Estos son una vergüenza para vuestras comidas fraternas, que comiendo y bebiendo desvergonzadamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas” (Judas 12 y 13). Por tanto, participaban en las comidas fraternas, es decir, en los banquetes, comidas comunes, posiblemente también en el misterio de la Divina Efjaristía. Dice otras cosas también, pero yo las he omitido, para no alargar el tiempo.

Y el mismo Señor en el Apocalipsis escribe al ángel, al obispo de Éfeso: “Pero tienes esto, que odias las obras de los nicolaítas, las cuales yo odio también” (Ap 2,6). Y es la parte de la vida corrupta de las leyes éticas y de los cánones del Evangelio.

Por tanto, ahora prestad atención y  podréis seguir el hilo. Desde allí en adelante, desde entonces cuando se escribieron las epístolas y los evangelios, aparecería un dúo en la Historia eclesiástica: la Bestia de siete cabezas y diez cuernos (es decir, el precursor del Anticristo y finalmente el Anticristo) y la Bestia con las cabezas de carnero, (es decir, el precursor del Pseudoprofeta). Esto significa que en lo sucesivo existiría y quedaría abierta la puerta a la persecución, al engaño, o ambos juntos. En cada momento de la Historia, y en consecuencia también en nuestra época, si no consigue engañarte el Pseudoprofeta con la transgresión de la ley de Dios o de la verdad de la plena Fe Ortodoxa, entonces vendrá la otra bestia y lanzará persecución contra ti. Así pues, lo que uno no consigue por las buenas, lo consigue el otro afilando sus dientes y amenazas.

Este dúo actúa y estará operando en cada época y, en consecuencia, en cada época que aparece este dúo tenemos tiempos y acontecimientos ésjatos. Se llaman “ésjatos”, por supuesto, porque son una especial condensación de la perversión y de la verdad de la Fe y la vida ética, y esto se incrementa a medida que vayamos avanzando hacia el final de la Historia. Y como continuamente caminamos hacia el final de la Historia, tanto más tenemos una condensación de estas dos cosas. De este modo, el que queda y permanece firme creyente fiel, vivificado e imitando a Cristo, constituye el laós-pueblo de Dios que ahora recibe el aviso y la petición del «salir-éxodo».

¿Qué quiere decir, “salir”?

Desde la época de la Ascensión de Cristo, la «salida-éxodo» de cada época varía. No sólo significa un tropos interior, pues a veces también es físico exterior; es decir, que uno debe cambiar físicamente de lugar. Mirad que os hago memoria del capítulo 13, de la Mujer-Iglesia que sale y acude al desierto.

De esta manera, los creyentes fieles en cada época estarán recibiendo el mensaje de Cristo, que estará inspirando siempre a la Iglesia cómo se podrá llevar a cabo esta «salida-éxodo» física del lugar.

Para la «salida-éxodo» trópica interior tenemos la aplicación del logos de Dios al evangelio, y evitaremos mezclarnos con aquellos que tiene la conducta mundana-kósmika, y esto con un aislamiento. ¡Si estas cosas las oyen los hombres del mundo-kosmos nos llaman fanáticos o rígidos! ¡Pero tenemos el mandamiento de Dios de marcharnos y alejarnos en cada momento!
Pero para la «salida física» tenemos mensaje especial que lo da el Dios en cada época, a través de Su Iglesia, cosa que los fieles entienden y aplican, igual que hicieron al principio en Jerusalén. Y esto, por descontado, se aplica a los creyentes para que no se hayan de perder junto a los pecadores, y también a estos pecadores para que puedan también tener una «salida-éxodo» física.

¡Oíd un medio o manera en que se efectúa la «salida-éxodo» por las cosas que dijo el Señor y que muchas veces las leemos en el Evangelio, pero que no podemos organizarlas en nuestro interior ni entender qué significa esto que ha dicho el Señor!

Oíd: “Y a ellos dijo: Cuando os envié sin bolsa, sin alforja, y sin calzado, ¿os faltó algo? Ellos dijeron: Nada. Y les dijo: Pues ahora, el que tiene bolsa, toque la tome, y también la alforja; y el que no tiene espada, venda su abrigo y compre una espada… Entonces ellos dijeron: Señor, aquí hay dos espadas. Y él les dijo: Basta” (Lc 22, 35-38). Les dijo a ellos: “Las cosas ahora cambian y debéis ser prudentes y prevenidos porque encontraréis muchas dificultades. Aquel que tiene alforja que la lleve consigo porque le hará falta algo de dinero para su mantenimiento. Que también haga lo mismo el que tiene saco o bolso, que lo lleve lleno de alimentos. Y aquel que no tiene dinero para comprar espada, que venda sus prendas para comprar la espada». Dicho de otro modo, «con estas palabras no os quiero decir que os arméis con armas asesinas para resistir a vuestros enemigos, sino que os quiero dar a entender que de seguro encontraréis enemigos mortales por mi nombre frente a los cuales debéis comportaros con firmeza, valentía y prudencia».

Obviamente, amados míos, nos encontramos a la Cena Mística. Y ahora dice el Señor a Sus Discípulos: Cuando os he mandado a las ciudades y a los pueblos de dos en dos, a vosotros los doce y a los setenta Apóstoles –o sea, ochenta y dos hombres- y fuisteis y predicasteis el Evangelio del reinado de la Realeza increada de Dios, os he enviado sin monederos, sin mochilas de viaje y sin zapatos. (Entonces para que uno avance rápido se quitaba incluso los zapatos. Ahora por supuesto a nosotros nos es impensable cómo podemos andar descalzos. Entonces andaban descalzos los pobres, sobre todo aquellos que tenían prisa para caminar). “¿Quizás os habéis privado algo de estas cosas? Y los discípulos respondieron; nada Señor, no hemos sido privados de nada; Les dijo pues: pero ahora, aquel que tiene bolsa o cartera que la lleve consigo, es decir, tener dinero y haga lo mismo también el que tiene maleta de viaje, que la lleve consigo llena de alimentos y el que no tiene que venda su abrigo, la ropa exterior, y compre una navaja o espada. Y los discípulos dijeron; Señor, he aquí hay dos navajas. Y el Señor los respondió: basta.

Todas estas cosas indican un cambio. Es decir, el ambiente que encontrarán de aquí en adelante los Discípulos ya no será amistoso, sino enemigo, y en consecuencia no deberán esperar que sean hospedados, acogidos en filoxenía; deberán ocuparse los mismos para su mantenimiento. ¡Incluso deberán ocuparse también para sus defensas, es decir, vender incluso su prenda para compran una navaja o espada! La navaja es también instrumento de defensa y naturalmente también de ataque.

Encima de la mesa había dos navajas. Era una mesa, un comedor y había dos cuchillos. Los discípulos no entendieron la importancia de Sus logos y por eso Él los dijo “basta”. Esto no quiere decir que eran suficiente dos cuchillos o navajas, sino que “bastante os he dicho, no entendéis, basta”. Realmente el Señor no daba a entender que deberían comprar navaja o espada –que tengan, digamos, un revolver o una escopeta de cazar… por decirlo así un poco contemporáneamente- ¡que Dios nos guarde! No lo entendieron los discípulos, por eso parece que el apóstol Pedro llevaba consigo una espada o navaja (porque siempre los caminantes llevaban consigo una navaja, igual que llevan los campesinos, y cuando en Getsimaní, al momento que los soldados quisieron capturar al Señor, entonces el apóstol Pedro sacó su navaja y cortó la oreja de uno de ellos, en concreto allí se refiere ala oreja derecha; y entonces el Señor tomó la oreja cortada, y la volvió a colocar en su sitio y le sanó diciendo al apóstol: “El que ha utilizado navaja, con navaja se perderá. Pon tu navaja en su sitio” (Mt 18, 10-11 Lc 22, 50).

Por tanto, cuando el Señor dijo que “aquel que no tiene, que venda su abrigo o compre navaja”, no daba a entender que debe hacer ahorros, tener un revolver en su casa o una escopeta o una granada o no sé qué más, porque los tiempos son difíciles y curiosos!… ¡Que Dios nos guarde! Lo entendéis cuanto pausado sale esto por el texto sagrado. Por tanto quiere decir que el ambiente ya no es amistoso, será enemigo y que tomen sus medidas.

Una vez el Señor dijo lo siguiente: “¡Si os expulsan de una ciudad, no os quedéis, marchaos a otra ciudad; si os persiguen que os escondáis!” El mismo Señor muchas veces se escondía (Jn 8, 59; 12 36 y otros), cuando los hebreos querían matarle. Por supuesto que finalmente se fue a Su sacrificio, pero cuando llegó la hora de sacrificarse.

San Policarpo se escondía en una casa, pero cuando vino la hora que le detuviesen, es decir, había sido traicionado su escondite, es cierto que no trajo ninguna resistencia. Y no sólo no trajo ninguna resistencia, sino que rogó a los soldados y les dijo: “Os ruego mucho, esperad un poco, un momento por favor, esperadme”. Dos horas le esperaban, amados míos. Dio la orden que les preparase la mesa, les dio comida y vino él después de dos horas que hacía oración. ¡Y cuando terminó su oración, dijo a los soldados que está a la disposición de ellos!

Pero también en todos los ejemplos de los Mártires y de los Santos lo vemos esto, porque comprendieron correctamente esto que dijo el Señor, es decir, que se protegiesen y se escondiesen. No es heroísmo que uno no se esconda. Pero si es capturado, entonces mostrará su valentía y dirá aquello que decían también los antiguos Mártires: “¡Soy Cristiano! Se acabó, soy Cristiano; haced lo que queráis de mí, yoSoy Cristiano!!!”

Algo análogo profetiza también san Cosme de Etolia, a pesar de que las profecías de san Cosme de Etolia más bien tienen más dimensión nacional que naturaleza religiosa. Oídlo porque tiene importancia. El Señor dijo “no entréis en Jerusalén, sino que marchaos a las montañas” (Mt 24,16 Mrc 13,14 Lc 21, 20-21). Y san Cosme en su profecía nº 2 dice: ¿Oh bendita montaña, cuántas psiques de mujeres y de niños salvarás cuando vengan los tiempos arduos y difíciles” (Pag 336). Esto significa que se marcharían a la montaña para salvarse.

En su profecía nº 20 dice: “Vendrá de repente. Que tengáis en el saco trigo colgado en la puerta. Esto os impedirá cuando estaréis marchando, pero no lo dejéis; llevadlo con vosotros para que coman vuestros hijos” (pag 339)

Y en su profecía nº 95, dice: “Roguéis que sea día, no noche, verano y no invierno” (pag 348). Y el Señor sobre la huida de Jerusalén lo dijo: “Rogad que no sea Sábado- porque se prohibía andar uno más de dos millas –y “que no sea invierno” (Mt 24,20 Mrc 13,18), es decir en tiempo invernal.

Estos son los avisos, amigos míos, que quizás alguna vez hará falta también la salida-éxodo física del lugar. Estas cosas que os las recordéis, quizás os harán falta. Que las sepamos estas cosas, porque cuando hagan falta, no habrá ni un predicador ni el kerigma, sino lo que cada uno se acuerde. Y si las recuerdas bien y si las has digerido y concienciado bien, entonces uno las utilizará y actuará en consecuencia.

Y continúa el texto sagrado del Apocalipsis. Saldrá de Roma-Babilonia, el centro de corrupción y perversión, porque esta ciudad será castigada, para que no seáis castigados vosotros también. “Porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus injusticias y maldades [de la ciudad] (Ap 18,5). Porque los pecados de ella llegaron hasta el cielo y Dios se acordó de estos –es una expresión antropomorfa, de forma humana- de todas las injusticias de esta Babilonia-Roma.

Este versículo, amados míos, nos recuerda lo que habían dicho los tres ángeles que fueron hospedados en la filoxenía de Abraham, cuando se trataba que el Dios iba a destruir la pentápolis de Sodoma. ¿Qué habían dicho? “Entonces el Señor dijo: Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo, muy bella esta expresión, descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor o las voces que han venido hasta mí, son así o no” (Gen 18, 20-21).

Con esta expresión el omnisciente Dios quiere indicar que por las cosas que se hacían en Sodoma eran tan increíbles, tan anormales y antinaturales, tan miserables y tan infaustas, de modo que diga: “¿Es así? ¡Voy a ver! ¡He oído, pero voy a ver también con mis ojos, no vaya ser que no sea así!

Parece ser, amados míos, que en algunas épocas el pecado superaba todos los límites, supera la ley y la naturaleza. Y os dije otra vez, que la transgresión de la ley es caer en la lujuria, prostitución, fornicación pero que actúas según naturaleza. Cuando eres tan pervertido, homosexual o cualquier otra cosa, entonces transgredes también la naturaleza. Y aquí no estamos sólo contra la ley, sino que tenemos transgresiones extremadamente contra natura.

He aquí, apenas la semana pasada, un señor de vosotros me ha dado un recorte de periódico, en el cual escribe que dos mujeres se casaron, y en concreto con boda religiosa; ¡ellas no fueron al casamiento civil, veis! Un cura romanocatólico casó a estas dos mujeres. ¡Es decir… se casaron dos mujeres!

Igual que hace tiempo, de nuevo se había publicado en el periódico que se casaron dos hombres y los casó de nuevo un clérigo, me parece que es protestante. Por tanto aquí tenemos una situación que supera todo límite. Porque cuando uno con su boda hace oficial y público una situación así, entonces… ¡Esta perversión y corrupción ha habido siempre, pero el que uno saque a la luz pública su perversión y corrupción, esto ya ha superado todos los límites, es provocación al Cielo, provocas al Cielo!

En Atenas visité a un médico oftalmólogo; tenía allí encima de la mesita una revista, La eché una ojeada, la leí para tener un conocimiento sobre el tema y digo: ¡Kirie eléison! ¡Existe asociación de mujeres lesbianas, es decir, de mujeres homosexuales!  ¡Y en concreto, el periodista que tomó la entrevista escribió el artículo y lo mandó por correspondencia a la revista que lo publicó!

¿Decidme por favor, cuando oís que se casan hombre con hombre, se casan mujer con mujer, decidme, qué más hacían los Sodomitas? ¿Hacían algo más! ¿Qué nos espera a nosotros? Realmente  nos espera una verdadera catástrofe. Pero nosotros, no los griegos, no vaya vuestra mente en Grecia, esto no se limita en Grecia, está en el mundo Cristiano, digamos los Cristianos en general superamos a los Sodomitas, porque los Sodomitas en última instancia no tenían la Ley evangélica, ni conocían sobre el Evangelio y sobre la ética del Evangelio, eran idólatras. ¡Nosotros que hemos empezado con el Evangelio de Cristo, llegamos y resultamos a hacernos peores que los Sodomitas! ¡Sí amados míos, así es!!! Amín.

 

Unidad 55 Apocalipsis 18, 6-24 Veredicto, catástrofe, llanto y gozo. Reacción a la ruina por los reyes, comerciantes, marineros y santos

 

Homilía 73 a partir de la página 12 Y ahora viene el veredicto de Dios: «Dadle a ella como ella os ha dado con la misma moneda, y dadle doble como os ha hecho según sus obras [dobles catástrofes]; en el cáliz en que ella preparó y os invitó bebida, preparadle y dadle a ella el doble [castigo] (Ap 18,6).   Invitadle devolvedle y dadle vosotros a Babilonia-ciudad, el doble, o sea, doble castigo.

¿Pero a quién se dirige esta voz misteriosa? ¿Quizás hacia al laós-pueblo de Dios?, al cual el Dios dice “salid de la ciudad y marchaos para ser salvos”. ¡No amados míos; los Cristianos no se vengan! Lo diré una vez más: ¡los Cristianos no se vengan! Se vigilan y se protegen, pero no se vengan. Se entristecen, lloran, y sufren por la miseria y se alegran cuando ven a un ser humano de los pecadores que vuelva en metania y en sí mismo. ¡Este es el Cristianismo! Por tanto, no es posible ahora que el laós-pueblo de Dios devolver y dar lo doble contra este centro de corrupción de la Babilonia. La voz se dirige hacia los enemigos de la ciudad, como instrumentos de la divina justicia, igual que se hizo otras veces en la Historia.

Sobre la Roma histórica tenemos muchas hordas de este tipo de bárbaros, pero la más importante es la de Alarico, que ya nos habíamos referido anteriormente. Acordaos también de aquello que dice el libro del Apocalipsis sobre los diez reyes subyugados a Babilonia-Roma, que ahora se vuelven contra ella. Hacia estos se dirige, igual que en el antiguo Israel, que cuando el Dios castigaba, tenía Sus órganos, instrumentos castigadores, y para el reino del norte tenía los Asirios, y para el reino del sur tenía el reino de los Babilonios, a Nabucodonosor. Hacia estos se dirige y deja que se conviertan ellos en instrumentos, órganos castigadores de la divina pedagogía.

Pero aquí dice que el castigo divino se debe dar por doble. Es decir, has hecho un mal, dos veces o lo doble serás pagado por el mal.

¿Qué significa este doble?

San Andrés de Kesarea dice:

“Por el inmenso océano de la divina filantropía serán castigados terriblemente los pecadores tanto aquí en la tierra como en el cielo, serán castigándose tanto la psique como el cuerpo, por los cuales el pecado es común y según esto son castigados, o porque el inmenso océano de la filantropía de Dios se ha enfurecido lo doble” (J.P. M­i­g­ne, P.G., tom 106, logos΄, cap 55, pag 388D.) Exactamente porque existe en Dios la divina filantropía, que tolera… y tolera, cuando el mal persiste, entonces estalla la ira de Dios por doble en aquellos que pecan.

Todo este versículo que os he leído resuena en Salmo 136º, que psalmodiaban los hebreos, sentados en las orillas del río, cuando fueron cautivados en Babilonia: “Hemos colgado nuestros órganos y las arpas en los ramos de los sauces, porque ¿cómo vamos a cantar en un lugar extranjero? ¡Jerusalén… si me olvido de ti, que se olvide de mí mi mano derecha y quede paralizada! ¡Que se queda clavada mi lengua en mi laringe si me olvido de ti oh Jerusalén!

Y después giran hacia Babilonia que los había cautivado: “Oh, Babilonia desgraciada, bienaventurado el que te diere el pago correspondiente de la misma manera de lo que tú nos hiciste. Dichoso el que tomare y estrellare tus niños contra la peña”.

Pero nosotros que estudiamos también estos versículos, no sé cómo debemos sentirnos. Debemos sentir alegría, porque una vez que nos vamos a librar del mal que hay en nuestro alrededor, con el cual nunca nos hemos aliado y nunca nos hemos compartido y co-complacido, sino que sentimos también el miedo, porque el Dios es justo, el Dios lo ve todo y castiga a los pecadores.

Amados míos, cuando veis un ser humano a lado vuestro y es castigado, tened alegría, -lo diré otra vez-  regocijaos, porque el Dios ve vuestro bien y os lo recompensará, tened también el temor y cuando veis que es castigado el que está a lado vuestro que os asustéis, ya que todos lo saben que es pecador y de mal carácter, blasfemo y cualquier otra cosa, entonces asustaos y decid: “¡Existe el ojo de justicia, el Dios castiga! ¡Y si yo transgredo la voluntad de Dios lo que me espera! Así que debe haber este doble sentimiento de alegría, porque el Dios nos dará la alegría, y el temor, porque también nosotros podemos caer y entonces seremos castigados igual que es castigado el que está al lado nuestro.

«Cuanto ella se ha gloriado y entregado al lujo y a deleites, tanto dadle de tormento, duelo y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no conoceré duelo, tormento y llanto; por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, duelo, llanto y hambre, y ella será quemada totalmente con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la ha juzgado y condenado» (Ap 18, 7-8).

Es decir, de acuerdo con este versículo, amados míos, según la medida de la apostasía, de la depravación, del vicio y de la arrogancia, será también la tortura de este centro, de la Babilonia, por el cual centro sale toda catástrofe y pecado hacia toda nuestra tierra.

Aquello que dijo, “en el corazón de ella”, indica la medida de la auto-convicción y de la soberbia de los hombres corrompidos y pervertidos, en un grado realmente demoníaco.

Es el tipo del superhombre autodeificado, de este que cree que se ha convertido el centro del universo. ¡Con este antropocentrismo-humano-centrismo o egocentrismo, con esta autonomía y emancipación suya de Dios, que puede hacerse Dios sin Dios, repite el pecado ancestral, por y con el consejo del Dragón, del Diablo, de la “serpiente antigua” (Gen 3, 1-4, Ap 12,9), de que se hará súper-hombre y que él vale por sí mismo y no tiene necesidad de Dios, tiene necesidad de su cerebro, de su inteligencia y de sus manos, de Dios no tiene ninguna necesidad! Este súper-hombre cree en sí mismo, cree en la Ciencia, cree también en la Tecnología. Cree que venció o vencerá también hasta la misma muerte por la Ciencia y la Tecnología, que vencerá el hambre y con los sistemas sociológicos vencerá y sobre-superará la desigualdad y la desgracia. ¡ENGAÑO PURO!…

Éste súper-hombre que se ha autodeificado no necesita a Dios; más bien el Dios y la Iglesia le son impedimentos, por eso también Le expulsa de Su vida.

¡Aquel que ha creído todas estas cosas intenta con la fuerza y la violencia que estas cosas las crean también los demás, y mientras está proclamando libertad, en el nombre de esta libertad, diría de libertinaje, se hace más jefe duro y cruel de los demás!

¡Aquello que dice la Babilonia-Roma, “yo estoy sentada como reina”, indica el intento de las potencias antíteas, opuestas a Dios a dominar como sea a este mundo! Cualquieras que sean estas potencias antíteas, llámense como quieran,- llámense Masonismo, Budismo, ateismo… ismo… -ismo… -ismo, por cualquier cosa que se llame- quieren dominar como sea a este mundo. Pero este desgraciado ser humano autonomizado que no tiene ni protección ni bendición de Dios, de repente cae exactamente en resultados opuestos y contrarios de aquellos que anhelaba. ¿Qué consigue? Cree, por ejemplo, en la felicidad y la dicha de los pueblos por imposición, digamos, de los sistemas ateos y resulta al hambre y a la cartilla de racionamiento de los alimentos.

Predomina aún el crimen, el miedo y finalmente una guerra y en concreto nuclear. Dice a continuación el texto sagrado: “Y será quemado totalmente en fuego”, y este centro de las fuerzas antíteas, opuestas a Dios, será quemado totalmente. Es decir, ¡este centro destruye y desprecia a este desgraciado hombre que no tiene necesidad de Dios! ¡A Dios le exilió y le exilia también de los corazones de sus semejantes.

¿Y todo esto por qué? “Porque poderoso es Dios el Señor, que la ha juzgado y condenado”. Porque es potente el Dios que juzga y condena la Babilonia. Es Dios que da la respuesta. Su respuesta histórica la da Dios.

Hermanos míos, los hombres insultan, blasfeman a Dios y Le provocan. ¡Ay, ay, diría, qué nos espera! ¡Cuando veis cosas insólitas, nunca vistas, por supuesto que en la Historia de los Cristianos, cuando veis a nosotros mismos los cristianos que nos vamos convirtiendo vándalos en los templos, quemando los templos, cuando los alumnos de nuestras escuelas ennegrecen las iconas de Cristo y de la Panaghía, cuando quitan la icona de Cristo de la clase del colegio, de la cátedra del maestro y la emborronan y ponen un cigarro, para indicar que el Cristo fuma, lo habéis visto en los periódicos- ¿decidme, qué esperáis? Uno aquí ve… blasfemias de distintas dimensiones. ¿Metania? ¡En ninguna parte! ¿Persecución y eliminación del mal por el estado? ¡Inexistente! En concreto, sucede lo contrario. ¡Aplausos a favor de los pervertidos criminales!

¡Apenas anteayer supe que allí donde se hacía el juicio del criminal llamado dragón de Drama (ciudad del norte), se había reunido gente que estaba a favor del criminal dragón! No sé hasta qué punto es verdad esta información, pero lo escuché por mis propios oídos de una psicóloga por una correspondencia por la radio, que había preguntado a un niño de trece años, cómo ve al criminal dragón de Drama, y el niño respondió: “¡Para mí es un héroe! ¡Hace bien ser duro a las mujeres! ¡Es un hombre duro! Y cuando fue preguntado si quería parecerse a él, el trece añero alumno dijo: “¡Es mi ideal!” Las escuché estas palabras con mis propios oídos, amados míos; quizá vosotros también las habréis oído por la radio. Decidme pues, cuando existe esta situación, inaudita en las historias de nuestros Cristianos, cuando nosotros los mismos Cristianos pensamos así, tenemos este tipo de percepción pervertida, ¿decidme, qué esperáis? ¡Destrucción, catástrofe y sólo catástrofe que con nuestras propias manos realmente la preparamos y elaboramos!

Y viene la hora que llorarán y estarán en luto, duelo, los que junto con esta ciudad Babilonia, han atribuido y co-elaborado al mal. Son los reyes y los gobernantes de la tierra, son los comerciantes y los marineros (armadores). Existen tres categorías que están en luto o duelo por Babilonia que se destruye: Reyes, comerciantes y marineros (o armadores de barcos). Para cada categoría existe un tropario fúnebre, de lamentación, pero el más largo de lamentación es el tropario que pertenece a los comerciantes, como veremos a continuación. Y primero los reyes y los gobernantes de la tierra. Escuchad cómo están en luto y se lamentan:

«Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella se han prostituido o fornicado y vivido en lujos y deleites, llorarán y se lamentarán sobre ella, cuando vean el humo de su incendio, parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio y condena!» (Ap 18, 8-10)

Está claro… y lo recuerdo esto, porque se escapa muchas veces de nuestra atención o de nuestra memoria, de que esta Babilonia-Roma es un centro de gran potencia y poder, que influye toda la tierra. Este centro o centros, riegan con su corrupción toda la tierra. Por supuesto que ya no es la Roma histórica. Una vez fue la Roma histórica, pero no es la Roma actual sin duda, lo entendéis; es el símbolo. Aquello que quería que entendieseis es que los concretos centros o centro son lugares físicos, porque también la catástrofe de estos lugares es física y porque están en luto, duelo los otros que están fuera de estos lugares. Si suponemos que es la antigua Babilonia, están en luto o duelo aquellos que están fuera de la babilonia que ha sido destruida.

¡Debo deciros que la antigua Babilonia, la potentísima Babilonia, este estado tan terrible que lo constituyó aquel terrible Nabucodonosor, cayó en una noche! ¡Aquella noche, cuando entraron en la Babilonia los Medopersas y la conquistaron, el rey, los centinelas y los otros, mientras bebían y disfrutaban estando de fiesta, fueron todos cautivados! Por tanto, existe al llamado antecedente histórico en el tipo o modelo de Babilonia. Es decir, son lugares, son espacios que los de alrededor se lamentan y están en duelo. (Igual que el comunismo Soviético).

¡Por tanto los reyes están en luto, duelo! ¿Volvieron a la metania, se arrepintieron? No, no volvieron a la metania ni se arrepintieron, pero están en duelo porque ya no tienen el modo o manera de recibir la conducción de la Babilonia-Roma. Por eso están en duelo, luto, por eso lloran. Como llorarían los prostitutos, los puteros, los fornicadores cuando se cerrarían los burdeles y dirían: “¡Ay, ay, se han cerrado los burdeles!” Este tipo de duelo, luto no tiene la dimensión de la metania, del arrepentimiento; es el duelo o luto según el mundo que conduce a la perdición y a la catástrofe.

El apóstol Pablo nos dice amados míos: “Porque la tristeza que es querida por Dios produce metania, arrepentimiento salvífico, para salvación, de la que no hay que lamentarse; pero la tristeza del mundo produce muerte” (2Cor 7,10). Si te has entristecido según Dios tu salvación es irrevocable. Si te has entristecido según el mundo, porque has perdido dinero, porque cerraron los burdeles, porque se ha destruido la corrupción de la ciudad por la que recibías consejo y orientación para ir de juerga y te divertías, ¡esto es la muerte para ti!

Los “reyes de la tierra”, que observan y siguen la destrucción de la Babilonia, quedan lejos de su tortura, porque temen que ellos también serán castigados. Pero es también la psicología de los hombres que tiene participación y comunión con el mal, pero cuando venga el castigo, entonces cada uno rompe su relación y su comunión y recurre a salvarse y posiblemente que eche también la responsabilidad y las culpas a los otros. Por regla general así se hace. Es la amistad de lobo, es decir, cuando los hombres se ponen de acuerdo tener comunión en el mal, pero en el momento del peligro, cuando capturan a uno, todos los otros corren a esconderse. Y si los capturan también a los otros, entonces empiezan a decir: “No lo hice yo, lo hizo aquel”. Es la demoníaca relación, comunión y conexión. Porque en la divina comunión cada uno asume su responsabilidad, pero tampoco tiene que demostrar cosas corruptas y feas; dice claramente: “Yo hice esto; vosotros haced lo que queráis. Yo soy responsable por lo que he hecho;  éste soy yo, o esto hice y es bueno”.

Llaman a Babilonia “ciudad fuerte”. Esto significa que nunca creían en su caída, o al fin de ella, o a la finalización de su arrogancia o el fin del lujo y del hedonismo de su vida. ¡Y todas estas cosas se perdieron en una noche! ¡Cuántos hombres de este tipo, amados míos, viven con el sueño de que la vida es siempre juvenil y vacaciones de verano!…

Muchas veces el Señor nos habló sobre lo repente de la catástrofe o de la Krisis-Juicio, por la icona-imagen del ladrón en la noche. “Vengo como el ladrón de la noche”, dijo (AP 3,3; 16,5. Mt 24, 43-44 Lc 12, 39-40; 1Tes 5,2; 2Ped 3,10). ¡Pero la catástrofe es de repente para los descuidados y los pecadores, pero los Cristianos que están en alerta, guardia y nipsis esperan, porque el Señor pre-avisó! ¡Por eso debemos estar en alerta, guardia y nipsis!

Homilía 74 Sigue el llanto de los comerciantes.

«Y los mercaderes, comerciantes de la tierra lloran, se lamentarán y estarán en luto, duelo por ella, porque ya ninguno compra sus mercaderías» (Ap 18,11).

¿Veis psicología de duelo o luto? Están en lamentación, duelo no porque ha sido destruida Babilonia, no se entristecen por la personas que habitaban allí y fueron destruidas, sino porque se cortaron sus negocios, sus trabajos y sin venta de sus mercancías! ¡Veis psicología de duelo o luto!

Es este luto o duelo insensible, que muchos de los hombres lo tienen, como por ejemplo, ha muerto la madre de alguien y está en luto, llora y se lamenta, no realmente porque está en duelo por ella, sino porque por su muerte se ha cortado la jubilación de ella! O aún algunos se inquietan y se entristecen porque ha caído el gobierno, no porque les interesa que caiga o no caiga, sino porque los servía para sus intereses. ¡Amados míos, este es el insensible luto o duelo” ¡Es individualista… y extremadamente egoísta!

Por tanto, los comerciantes ahora se lamentan porque no tienen a donde vender sus mercancías que el divino Evangelista más abajo las caracteriza como lujosas e inhumanas. Apuntad estas dos categorías de mercancías: Lujosas e inhumanas.

Así también hoy en día estarían en luto los comerciantes de centros nocturnos, de drogas, de alcohol, de tabaco y otras sustancia sucias, diríamos, y de trabajos oscuros. ¡Y por supuesto que no hace falta que suceda una catástrofe para que estén de duelo los comerciantes de este tipo de productos, basta con que la sociedad se haga más cristiana –yo diría más humana- para que comiencen a inquietarse que sus mercancías no se venden!

Así diríamos, hoy en día, que las escuelas catequéticas, en cada esfuerzo e intento cristiano que se hace en la parroquia, en la ciudad o en cualquier parte, para ellos es impedimento y se inquietan si en la población de una ciudad ven que se cultiva la virtud, el mensaje cristiano, porque entonces no tendrán las ganancias que esperan tener. Si se supone que todos los jóvenes fueran piadosos, se cerrarían los chiringuitos, las discotecas y las tabernas y no sé qué más. ¡No hay duda de esto! Por tanto, ¿no se inquietarían estos hombres? Claro que sí se inquietarían. ¿Qué quieren? Quieren hombres, especialmente jóvenes que estén al nivel de la pecaminosidad para que vayan bien sus negocios y sus trabajos.

El criterio lo veis, está claro, es la ganancia. Ahora bien, indistintamente, como veremos más abajo, si la calidad de la mercancía es catastrófica para la sociedad. Y como os he explicado, el divino Evangelista expone un catálogo –no acostumbrado en el libro del Apocalipsis- de géneros comerciales y en concreto la mayoría de estos son de lujo. Os leeré, sólo unos puntos.

«Mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol; y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, o líbano», son los famosos productos aromáticos de Oriente que en Europa eran carísimos y hubo una vez que se comerciaban por los barcos que los transportaban desde Oriente o de India a Europa etc… y también transportaban «vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, y caballos y carruaje lujoso, y esclavos y cuerpos que venden los proxenetas, y otras psiques-almas vivas de hombres» (Ap 18, 12-13).

Esta descripción detallada quiere indicar el lujo de la vida de Babilonia, de esta ciudad simbólica. Por tanto, los comerciantes están, como veis, alejados de Dios hombre, que intentan con cualquier manera a transportar el Paraíso de Dios en marcos materialistas y terrenales. Dicen, ¡aquí está el Infierno, aquí está también el Paraíso! ¡Tienes para comer! Has traído el infierno en la tierra.  ¿No tienes para comer? Has traído el Infierno en la tierra. No hay nada fuera de esto. Es el kerigma de los hombres que creen, piensan y viven exageradamente de modo materialista.

Por supuesto que, sobra que os diga que una posición así, y en concreto una vida lujosa es antievangélica. El hombre que no tiene orientaciones espirituales intenta llenar el vacío de su psique con este lujo de bienes materiales y en concreto de una abundancia y lujo inacabable. ¡El hombre no se detiene nunca y continuamente produce nuevas formas y nuevas figuras y formas de objetos materiales o de alimentos o de bebidas, os lo repito, porque cuando el hombre come y bebe no sacia ni llena el vacío de su psique y entonces busca nuevos sabores y nuevas experiencias! ¡No percibe ni entiende que por mucho que coma uno, por muchas variedades que tenga, por muchos lujos que crea e invente, no se saciará nunca su psique! Aún se quedará más vacía y más hambrienta aún. ¡La psique no come estas cosas, la psique quiere a Dios, y si no le falta Dios, entonces teniendo sólo el pan y la cebolla está feliz y contenta y también el corazón (psicosomático) del hombre está lleno! Los bienes materiales nos las ha dado Dios para disfrutarlas, pero que el corazón (psicosomático) también esté lleno. ¡El que el corazón esté vacío de Dios y el hombre se llene continuamente por los productos de la cultura, de la civilización y de su lujo, nunca le hace feliz, dichoso y bienaventurado!

Desde este largo catálogo del divino Evangelista podemos comentar los siguientes puntos:

Primero: Allí donde dice “caballos y ῥεδῶν redón carruaje, calesa”. Es el carruaje y cuando habla de carruajes indica lujo. Aquella época en los carruajes o calesas sólo entraban hombres ricos que tenían mucho dinero. Hoy en día por supuesto que el tema de calesa ya es común. Hoy tenemos el automóvil.

¿Es malo que uno tuviera carruaje en la época antigua? No. Era muestra de riqueza, sí, pero de todos modos no era malo. ¿Es malo que uno hoy en día tenga coche? No. ¿Es muestra de riqueza el automóvil? Hoy en día, no. No es necesario que un sea rico para tener un automóvil, por supuesto que se supone, si no es rico, que lo utilizará principalmente para sus necesidades profesionales. Principalmente. Pero aún, el que uno tenga un medio de transporte, amados míos, para salir un poco fuera de excursión al campo o a la montaña, sin duda no es pecaminoso. Que uno tome su familia y salga un poco fuera de estas Babilonias contemporáneas que ha creado nuestra cultura y civilización, por las poluciones y contaminaciones de los coches, con todos estos elementos que hace la vida cansada, agobiada e insoportable dentro en las ciudades por supuesto que no es malo.

Pero cuando el automóvil lo hemos cambiado en ídolo, y que con este sueño nos dormimos y con este nos levantamos, es decir, cómo lo compraremos, y se ha hecho nuestra prioridad, propósito y destino de nuestras vidas, tenerlo mejor que nuestros hijos, cuidarlo y mantenerlo más y mejor que los miembros de nuestra familia, o lo tenemos también para proyección social, entonces sin duda es arrogancia y vanidad, es una mercadería, es el carruaje que dice el divino Evangelista, que los hombres en esta Babilonia imaginable compran para pasarlo bien y de lujo.

Veis que esto no es el objetivo y el objeto, si no la posición y la actitud que tomaremos frente al objeto. Esto por supuesto que es válido para todo objeto y también para esta misma cultura y civilización. Pero el hombre espiritual, por supuesto sin dejar de utilizar los elementos y lo dado de su civilización, en sus exigencias no será interminable. Si por ejemplo, adquirió unos muebles para su casa, no acudirá después de uno o dos años a cambiar de muebles porque no están de moda.

¡Si algún amigo nos ha regalado unas sillas de madera, por decirlo así de groso modo, bonitas, talladas y labradas de madera especial de haya; y en mi duda, ¿por qué el amigo las regala, a él no le hacen falta?, ¿y la repuesta fue que, ya no están de moda! ¡No tenemos que hacer este derroche porque ya no están de moda!

Esto es lo malo. ¿Quieres hacer un tallado encima de tu mueble? Hazlo, pero cuando lo vas a comprar, lo tendrás para toda tu vida. Si se envejece, entonces cómprate uno nuevo. Pero si pasa de la moda, no te compres uno nuevo; debes dejar este mueble que había. ¡Se acabó! Y así habrá también la estabilidad económica, porque con esta persecución, es decir, la súper-producción que cubra el consumismo y el súper-consumismo que cubra la producción, ¿a dónde llegaremos?  Sin duda alguna, no soy economólogo; esto lo entiende hasta la mente más común de los mortales, llegaremos a la inflación. ¡Qué os creéis que es la inflación? Es esta persecución de producción y consumo. Por eso nuestra sociedad la llamamos consumista, a nivel mundial.

¿Qué es la estabilidad del mercado? San Basilio el grande dice: Estabilidad del mercado: ¡el ayuno! Cuando hayas aprendido a ser austero y sencillo, comerás lo que tienes necesidad, y te habrás acostumbrado a ayunar algunos días. He aquí un ejemplo muy pequeño. Importamos carne desde el extranjero porque no nos llega. ¡Somos de los pueblos más carnívoros, de todas las naciones de Europa! ¿Por qué, hermanos míos? Nosotros los Ortodoxos tenemos algunos cuaresmas que debemos ayunar. ¿Has ayunado, hermano mío, las cuaresmas (excepto de los enfermos y aquellos que no pueden ayunar; todo el pueblo debe ayunar) entonces, ¿decidme si tenemos necesidad de importar carne desde el extranjero? Sin duda alguna que no. Tendremos también estabilidad del mercado y etcétera, aquellas cosas de la economía que las conocéis.

Segundo: Dice “y cuerpos de hombres”. Dentro en el catálogo, en la lista de los objetos comerciales, habla también de cuerpos de los hombres. ¡Por eso os dije en principio que los productos de esta ciudad que comercia son lujosos, pero también son objetos que indican algo incomprensible, algo criminal! ¡Cómo lo va a calificar y caracterizar uno esto! ¡Nos imaginaríamos alguna vez que el cuerpo humano se podría convertir y ser objeto de mercancía de comercializar! ¡Y sin embargo, amados míos, el hombre que no aprendió o aprendió pero no acepta que es imagen-icona de Dios, cada ser humano es posible hacer esto también, es decir, comercializar con cuerpos humanos! Dije icona-imagen de Dios; y más en concreto icona-imagen de Cristo, porque también el cuerpo humano es parte de la icona-imagen de Cristo (Col 1,15).

No tenemos más que acordarnos un poco históricamente la época de Hitler, la época de la ocupación alemana en Europa, de la segunda guerra mundial. Os acordáis cuántos fueron matados por Hitler en los campos de concentración y exterminio, para que sus cuerpos no fueran en balde perdidos, los hacían jabón. ¡Tomaban la grasa y la hacían jabón!

Me dirá alguno: “Eh, uno tiene que ver en todo algún beneficio. A estos, por supuesto que los mataremos, por tanto, ya que los mataremos, ¿por qué enterrarlos y no tomar la grasa? ¡Para que engorden los daremos comida unas semanas y después la recuperamos, tomando la grasa de sus cuerpos!”

¡Macabro! ¡Macabro!… Y no sólo macabro, sino que indica también cómo puedes estimar al otro ser humano. Hermano mío, a tu padre, a tu madre, a tu hermano, si muriesen, ¿los pondrías al horno para quitarlos la grasa y decir que los has alimentado tanto tiempo para que te devuelvan la grasa y hacerla jabón? ¡Es posible esto alguna vez!… ¡Cosas macabras!… Esto indica el cómo el hombre puede estimar y apreciar al otro hombre.

Así, -vengo a unas realidades, que creo que todos estáis de acuerdo- muchas veces el hombre que está enfermo, se hace objeto de una explotación comercial por los médicos, que olvidan los juramentos que han dado y prometido.

Lo mismo también los comerciantes de los alimentos, que son indiferentes para la salud pública, y -tal como en ciertos tiempos sabemos o lo percibimos también nosotros- venden comidas alteradas para ganar. No les importa qué les va a pasar a los demás, no les importa la salud de los demás, si será perjudicada, basta que los mismos vendan sus mercancías y ganen.

Incluso también los industriales de bienes comestibles que utilizan sustancias colorantes, para fabricar sus objetos, así de atractivos o sustancias conservantes que ponen para que se conserve más tiempo su mercancía –yo diría que todo conservante es peligroso- que perjudican y dañan la salud y crean tantas y tantas enfermedades. Esto no les importa, basta que su mercancía sea bonita y atractiva en los ojos cuando se va a ofrecer a la venta, bien enrollada, con sus colores y etcétera. ¡Ahora bien, nosotros que lo comeremos qué nos va a suceder esto es otro párrafo o asunto!

También los industriales fabricantes de fármacos y medicinas hacen falsificaciones. No ponen las dosis adecuadas de aquellos elementos que son provistos para que sea compuesto un fármaco, y así la terapia de un enfermo es problemática. Voy mucho más atrás, quizás os lo recordáis; yo es cierto entonces que aún no vivía, no había nacido aún. ¡Una vez allá en el año 1920, cuando con las malarias daban al ejército quinina o a los habitantes de Macedonia los daban quinina para ser curados, ponían dentro harina en vez de quinina y los enfermos no se curaban! Esto es terrible. ¿Juegas, señor con la salud del laós-pueblo? ¡Juegas con la salud de la sociedad para que tú ganes mucho dinero y te enriquezcas! ¿A dónde vas? ¿Qué haces?

¡Incluso aún, son criminales verdaderamente también aquellos comerciantes que ponen narcóticos o drogas dentro en los cigarros o en los refrescos, como la Coca Cola, para que te tengan como cliente y no me da miedo denunciarlo, porque ha sido publicado! Anuncia diciendo que “el que bebe vuelve a beber o el que fuma vuelve a fumar”. Lo ideal sería que uno no fumase, porque si ha caído en este tipo de pazos, será objeto de este tipo de operaciones criminales por los comerciantes o mercaderes. ¡El que pongan dentro en un cigarro narcótico o droga para que conviertan en cliente al fumador… o pongan dentro en la Coca Cola sustancias adictivas para que lograr tener clientes… es indispensable, realmente incomprensible!

Estos hombres son realmente criminales, porque convierten a los pueblos poco a poco, lentamente, pero seguro, en drogodependientes. Y cuando los pueblos serán convertidos en drogodependientes, como sabréis, entonces podrán también algunos listos, como son los Sionistas, por ejemplo, a imponerse en estos pueblos y conquistarlos. Y entonces el Anticristo con gran facilidad reinará, ya que el Sionismo habrá traído al Anticristo.

Aún son también mercaderes o comerciantes sin escrúpulos estos que comercian con sustancias narcóticas y drogas, no poniéndolas en alguna cosa en pequeñas dosis, sino que ya las drogas las venden directamente que literalmente alteran y convierten a los hombres en muebles psíquicos y físicos y los destruyen totalmente. ¿Por qué lo hacéis esto? ¡”Para ganar dinero”….!

Todos estos es cierto que están en duelo, en luto por la caída de la Babilonia, porque se ha parado su comercio inmoral y asqueroso.

Hay también otra cosa, un tercer punto, que el objeto de sus comercios son también las psique humanas. El evangelista Juan dice: “psiques-almas y cuerpos humanos”. ¡Y la psique-alma o ánima, se puede hacer objeto de explotación comercial! Parece curioso, raro, pero es verdad y creo que exactamente allí están también las más grandes ganancias. Vamos a verlo:

En principio, la inducción a la prostitución de cualquier manera. La prostitución y la lujuria es un tema somático, corporal, pero principalmente es espiritual, es una cuestión o tema psíquico.

Por tanto, ¿qué existe como inducción a la prostitución y a la lujuria?

¡Y qué no existe!… Los editores de revistas inmorales, los productores de películas cinematográficas, los dueños de las salas cinematográficas, los responsables de la Televisión y la Radio, como también los editores de fotografías indecentes e inmorales. A cualquier parte que pongáis vuestros ojos, en el autobús, en cualquier espacio que os encontréis, veréis el cómo, es cuando anuncian algo y ponen también una imagen indecente y depravada, porque esto provoca y llama la atención. ¡Uno se fijará a una imagen indecente para ver también el producto anunciado! Por no decir sobre las imágenes especiales indecentes que circulan, que os diría que os jactéis en el Señor si no las habéis visto nunca y naturalmente no vayáis a verlas. ¡Y si alguna vez alguien os dice “ven que te enseño”, responderlo “no gracias, no quiero ver”! ¡Porque desde el momento que veremos estas fotografías indecentes de las que circulan, entonces entrará en nuestra psique el demonio de la fornicación y lujuria y nos irá atormentando y torturando, para lanzarnos en aquello que hemos visto en estas imágenes. ¡Estos hombres comercian con psiques-almas humanas!

¡Aún están también todos aquellos que inducen no sólo a la prostitución y a la lujuria sino también a las perversiones y deformaciones, para alterar y cambiar los hombres en Sodoma y Gomorra, y ellos ganar dinero! No conocen – ¡cómo lo van a conocer…!- o si lo conocen, son indiferentes totalmente y no tienen en cuenta que una psique-alma tiene un valor incalculable, por la cual el apóstol Pablo escribe: “¿Con qué derecho escandalizas una psique, por la que Cristo murió?” (c.f Rom 14,15 y 1Cor 8,11). ¿Y estos escandalizan sólo una psique? ¡Escandalizan pueblos enteros y los lanzan al Hades y al Infierno para que los mismos ganen dinero!

Aún son los filósofos también que arrastran millones de psiques a esta destrucción, como por ejemplo los contemporáneos existencialistas. ¡Os traigo como ejemplo a Sartre –son muchísimos- que con sus payasadas y sus artes filosóficos envenenó literalmente Europa! Este existencialismo negativo conduce al ateísmo, al nihilismo y por consiguiente al anarquismo. El anarquismo es el fruto, la cosecha. Si eres ateo y nihilista, serás por obligación también anarquista, desordenado, porque cada momento el impulso de tu psique, cuando ya no cree en nada, cuando todo lo pone a cero, lo nihiliza y anula, entonces cada valor, cada acción tuya por este impulso de la psique será transformada y alterada a una praxis desordenada, anárquica.

Son aún los sociólogos-filósofos, que a veces celebramos sus cincuenta, cien o doscientos años, que todos estos, junto con sus teorías filosófico-sociales nos alejan de Cristo o de las buenas costumbres y del verdadero humanismo y transforman las sociedades en mazas anónimas y junglas peores que las bestias.

Es también la trata de esclavos. No me refiero tanto en el antiguo comercio de trata de esclavos que había en aquella época, cuando compraban y vendían a los seres humanos, como en el contemporáneo comercio de trata de seres humanos. ¡Imaginaos que sólo en Grecia, según información de la policía, desaparecen doscientas o trescientas niñas y niños  o de edad joven! ¿Dónde van estos muchachos/as o niños? ¿Qué sucede con ellos? Son promocionados, niños y niñas, para varios deseos y codicias de aquellos que los compran, como hacían una vez los turcos, y etcétera. Niños y niñas, os vuelvo a recalcar, se promocionan a los mercados de esclavos de Oriente y se pierden para siempre. La policía nos lo ha dicho esto, ella es el testigo. Dos o tres centenares de helenitos se pierden cada año, desaparecen, ¡y qué sucede, es que se abre la tierra y los traga!

No me refiero, aún, ni en la falta de disposición propia de los pueblos, porque algunas potencias aspiran única y exclusivamente a sus intereses. “Seréis dulos-esclavos, seréis sirvientes, porque si os liberáis, son perjudicados y dañados nuestros intereses materiales”. No me refiero a estas cosas y a muchas otras que uno podría referirse; las omito y vuestro conocimiento que las complete. Y continuamos:

 

«Los frutos que tanto codiciabas y deseabas por tu psique-alma ya se han perdido para ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas ya perecieron para ti, y nunca más las encontrarás» (Ap 18,14).

La voz que habla desde el cielo, y escucha también el divino Evangelista, ahora se dirige hacia la ciudad y de modo resumido señala estas palabras: Y el fruto de la codicia de tu psique se ha perdido de ti, y todas las riquezas y lujos se marcharon de ti y ya no las volverás a encontrar.

Me gustaría quedar en dos tres puntos de esta frase. Es una frase importante y muy bella –es simita- “el fruto de tu codicia, deseo se ha perdido para ti”. Es una frase bonita.

Realmente, para llegar a madurar el fruto de un deseo, ciertamente hace falta también mucho esfuerzo, quizás también alguna vez una vida entera. ¿Y sabes lo qué significa, hermano mío, que al final de tu vida, te diga el Dios que todo el esfuerzo de tu vida se ha perdido? ¿Por esto que luchabas tantos años para realizarlo, es decir, que fructifique tu deseo, sabes qué quiere decir que al final se va a perder? ¡Es…tremendamente terrible!

Pensad que el ser humano ha creado toda esta cultura, civilización, esta que otra vez os dije, la llamada cultura occidental que ya no es más que un fenómeno físico, dejó de ser un fenómeno del lugar. La cultura occidental es una forma, manera o un modo que piensa el hombre y el modo y la forma que vive. Pues, que diga el Dios que “este fruto de tu deseo y codicia, hombre, hacer, hacer, hacer… Hacer cohetes, misiles, hacer cohetes-bus, ir a las estrellas, edificar rascacielos, crear y hacer todas estas cosas que son todo tu fruto, “el fruto de tu deseo y codicia”, te informo que se ha perdido para ti; no aguanta, no resiste para entrar a la Eternidad. No aguanta.

Pero pensad, amados míos, el Dios dirigiéndose personalmente a cada uno, ya que también la vida de cada ser humano es una micrografía de un intento –de hacer, comprar, construir, crear…- cuando ya habrá madurado este “deseo y codicia de su psique-alma, que una vez le diga el Dios: ¡«Se ha perdido de ti todo tu intento y esfuerzo; no aguanta en el día del Juicio-Krisis, en el fuego de aquel día; No puede entrar al reinado de la Realeza increada de Dios; no aguanta, no puede ser»!…

En un otro punto se refieren las cosas “sabrosas, ricas y brillantes” ¿Cuáles son estas cosas? Las sabrosas son las riquezas y las brillantes son las llamativas (como las joyas). Todas estas cosas para el hombre concreto han pasado, no volverá a encontrarlas.

Y realmente, amados míos, todas estas cosas pasan; pertenecen sólo a la realidad histórica; no se salvaguardan en el reinado de la Realeza increada de Dios.

¡Cuándo me entristecí y qué pena me dio cuando una vez me dijeron –no aquí en Larisa, en otro lugar- para una señora… ¡Ella se había quedado sola y había reunido todas sus joyas, muchísimas joyas y las tenía todas debajo de su almohada, todas! Estaba enferma en su cama y las tenía todas las joyas debajo de su almohada. Una vez murió –que otra cosa más la podía suceder- y por supuesto que consigo no se las ha llevado. Todas estas joyas brillantes, llamativas que una vez tenía puestas en los salones brillando y proyectándose, todo esto se ha perdido. ¡Se ha perdido!

¡Hermanos míos, podemos utilizar muchas cosas en nuestras vidas, pero no apeguemos, enganchemos allí nuestros corazones, no las pongamos debajo de nuestra almohada! No creernos que las llevaremos con nosotros. ¡No! Poner y guardad lo que hará falta, pero lo que realmente nos hará falta. Podemos tener un reloj para que nos indique la hora, y nada más. No lo vamos a llevar con nosotros, no nos hace falta en el reinado de la Realeza increada de Dios. ¿Qué vamos hacer con el reloj en la Realeza increada de Dios? ¡Nos hace falta mientras dura la Historia, mientras dura nuestra historia personal! “Las cosas gordas, ricas, brillantes y llamativas se marcharon de ti definitivamente e irrevocablemente” dice el Dios.

Y continúa el divino Evangelista:

De todos aquellos materiales que antes describió; «Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se detienen a lo lejos por el temor de su tormento, llorando, lamentando y en luto, y diciendo: ¡Ay, ay, de la ciudad grande, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de rojo escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas! Porque en una hora han sido devastadas tantas riquezas» (Ap 18, 15-16)

Lloran, se lamentan y están en duelo los que se han hecho ricos por esta ciudad, igual que los reyes así también los mercaderes o comerciantes que se han hecho ricos por su libertinaje y la apostasía de esta Babilonia. Ellos llorarán, se lamentarán y estarán en luto por la catástrofe y la tortura de ella.

Como veis, ellos también en su turno, la acusarán y se asombrarán por su desastre repentino y por la pérdida de tanta riqueza de ella.

Y ahora viene el turno de los marineros (o armadores de barcos) para lamentarla y estar en duelo por ella:

Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se detuvieron a lo lejos; y clamaban contemplando el humo de su incendio, diciendo: ¿Qué ciudad del mundo era semejante a esta gran ciudad? Y echaron polvo, tierra  sobre sus cabezas, y gritaban, llorando, lamentando y en duelo, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían navíos en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada! (Ap 18, 17-19)

Por tanto, vemos que también los que trabajan en el mar, que hacen los transportes de las mercancías, ellos también están de luto o duelo lamentándose, ellos lo mismo también repiten lo que hacen los anteriores, los reyes y los comerciantes

Si echamos una ojeada al llanto de todos estos, o al llanto de la tierra, por la pérdida de Babilonia –porque viene la hora del juicio-krisis de ella, viene el momento de su fin- percibiremos que el mal en el mundo es pasajero. El mal no puede ser eternizado, perpetuo, tiene su fin. Por tanto, una vez que acaba el mal, entonces los fieles deben perseverar y aguantar.

Si me decís “yo soy una fracción del tiempo de la Historia, del mal que se hace”… Sí, somos una fracción de la Historia universal, pero nuestra vida es muy corta. Y el Señor nos dijo que persistamos y aguantemos, porque dice “el que persevere y aguante hasta el fin, él se salvará” (Mt 10,22 Mrc 23,33). Y una cosa pensemos y digamos, amados míos: que lleguemos a ser ancianos y tener paciencia también en nuestra vejez, ancianidad, porque muchas veces allí en la vejez perdemos nuestra paciencia. Desde ahora debemos rogar a Dios que no nos prive de la paciencia en los momentos difíciles que puede ser que pasemos, de cualquier tipo  que sean; sea nuestros, es decir, si tenemos alguna enfermedad y etcétera, sea por una situación general que puede ser que vuelva contra nuestra cualidad cristiana.

Tal y como fue llamado una vez san Policarpo a negar a Cristo y a pesar de esto él dijo: “Ochenta y seis años sirvo al Señor Jesús Cristo y en nada me ha perjudicado ni ha sido injusto, ¿cómo pues ahora Le voy a negar?”. Ochenta y seis años servía a Cristo, tantos años Le conocía. ¡Son muchos años, así es! Llegó, pues, aquel anciano a ser realmente joven, con su conducta heroica y entera pudo quedarse de pie dentro en el estadio y confesar a Cristo. Y se escuchó una voz como trueno, “¡Fuerza, fortaleza, aguanta fuerte Policarpo como un héroe!” Y realmente quedó en su martirio con fortaleza y valentía.

Así debemos desear y rogar a Dios hasta nuestra profunda vejez, hasta que nos vayamos de este mundo –así…continuamente y con oración, todos de una manera así sentirnos- tener esta paciencia, porque, lo repito, el Señor dijo “el que persevera y aguanta hasta el fin se salvará”. No digamos que el mal es eterno, perpetuo; el mal es pasajero, pasa y se va. El libro del Apocalipsis nos lo indica y nos lo presenta.

Además esta situación, de que el mal pasa, nos lo recuerda el mismo Señor que dice a Sus Discípulos: “Amín, amín, en verdad de verdad os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis por mi muerte y el mundo, el alejado de Dios se alegrará”, porque se habrá liberado de mí. El mundo me crucificará y ellos estarán divirtiéndose; “pero vuestra pena y tristeza se convertirá en alegría y gozo” (Jn 16,20).

Nunca los discípulos pudieron imaginar que todo este procedimiento sería cuestión de tres días, nunca se imaginaron esto. Pero, amados míos, se les ha dado un testimonio, una prueba y testificación de que el Cristo ha resucitado, y les dio alegría en el corazón. Se dio un testimonio que les dio fortaleza y valor a aguantar toda su vida martírica y testimonial y llegar al puerto de la Realeza increada de Dios.

Después del llanto de los reyes de la tierra, de los comerciantes y de los marineros (armadores) por la pérdida de las ganancias, cuando se enriquecían por la situación antítea opuesta a Dios, continúa el texto sagrado del libro del Apocalipsis y dice:

«Alégrate sobre la justa catástrofe de ella, ¡oh cielo, y vosotros, santos, apóstoles y profetas, porque Dios al condenarla por vuestra causa os ha hecho justicia en ella» (Ap 18,20).

Según el texto hebraico, Jeremías en el capítulo 15º versículo 45, escribe: “Entonces se regocijará por Babilonia el cielo, la tierra y todo lo que hay en ella”. Esto era la Babilonia histórica, pero aquella se hizo símbolo de la corrupción; es el mundo corrompido.

Los santos son la calificación general y se refiere por una parte al Nuevo Testamento a los Apóstoles, y por otra parte, al Antiguo Testamento a los Profetas.

Esta voz del cielo que se oye, es una respuesta manifiesta a la pregunta agónica de las psiques de los degollados, que piden saber cuándo el Cristo se vengará de sus sangres injustamente derramadas.  Dicen: “¿Hasta cuándo, Soberano Señor, Santo y Verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre [que se derramó injustamente] en los que moran sobre la tierra?”. Os acordáis? Las psiques machacadas, es decir, los Mártires degollados no piden vengarse el Dios, sino que esto es equivalente con el cuándo van a resucitar. “Nos has prometido que no tengamos miedo si llegamos al martirio; nos has confirmado que ni un pelo de nuestra cabeza se perderá. ¿Cuándo, cuándo Señor se hará esto? Os acordáis allí cuando decíamos que “a cada uno le fue dada una túnica blanca, y les fue dicho que descansaran aún un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos, el de sus hermanos que debían ser asesinados también como ellos” (Ap 6,11).  Eh, pues, ha llegado la hora.

¡“Alégrate, ¡oh cielo, y vosotros, santos, apóstoles y profetas”, ha llegado la hora, la hora de la Resurrección! La hora que sea castigado el mal, que termine y se haga la resurrección de los muertos y los piadosos entrar en el reinado de la Realeza increada de Dios.

Por eso san Andrés de Kesarea dice: “No se alegran por lo que están viendo, es decir, que sea castigado el mundo pecador; no; se entristecen por el mundo, pero simplemente ven la interrupción del mal, que el mal ya no se perpetúa.

Algo análogo sucedió también a Tobías, que lo leemos al último capítulo, por la destrucción de Nínevi. Y la Nínevi era una ciudad también ella tipo-modelo, una ciudad-símbolo. Allí Tobit, el padre de Tobías, dijo a su hijo: “Márchate hijo mío, porque Nínevi será destruida”, ya que después de su retorno a la metania ha vuelto a repetir sus pecados y sobre todo peor aún”.

Es aquello que dice la Santa Escritura, son dos proverbios, no son míos, el Nuevo Testamento los utiliza, que el perro que vomitó por comer mucho, y vuelve a comer sus vómitos y cuando el cerdo que está limpio y lavado, vuelve otra vez al lodo. “Y el postrer ésjato estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero”, (Mt 12,45 Lc 11,26), son palabras del Señor. O tal como dice en su epístola a los Hebreos el apóstol Pablo, “aquel que ha probado a Cristo y Le ha negado, no puede volver atrás” (Heb 6, 4-8). Si esto lo prestamos atención, amados míos, a mantener la fe intacta, completa sin volver atrás, porque si volvemos atrás, no sé si podremos retornar en Cristo. No lo sé esto. Es una cosa muy peligrosa.

Por eso pues, Tobit viendo la ciudad que volvió a la metania y se arrepintió y no fue destruida por el kerigma de Jonás, que repita sus pecados después de la metania que mostró, dice a su hijo Tobías: “Hijo mío, cuando me muera, recoge todo, márchate y vete a Ektábana de Media”. Esto lo hizo y Tobías como dice aquí “murió en edad de ciento veintisiete años en Ektábana de Media; y antes de morir se enteró de la destrucción, perdición y de Nínevi, la cual cautivó Nabucodonosor y el Asiiro, y se alegró antes de morir por la noticia de Nínevi. Antes de morir, se enteró de la catástrofe de Nínevi, porque definitivamente fue conquistada, como sabéis, por los Babilonios y se perdió del mapa de la Historia. Pero también los Babilonios se perdieron de la escena de la Historia por los Medopersas. ¡Tobías por la noticia de la catástrofe de Nineví, se alegró! ¿Se alegró Tobías por la catástrofe de Nínevi? ¡Sí, así es! Es la alegría de los Santos, que el mal ya toma su fin. Pero incluso porque también el profeta Jonás ha sido demostrado verdadero. Es decir, tenemos el cumplimiento de las profecías.

Es aquello que decimos también en el Bautismo, en el Matrimonio y en la Ordenación: ¡“Isaía, baila”, es decir, salta de alegría, Isaías! Porque “la Parzenos-Virgen tuvo en su vientre y ha dado a luz a Emanuel”, porque tu profecía que has dicho de la Parzenos-Virgen dará a luz hijo, el Emanuel, el “Dios entre y con nosotros”, se ha hecho realidad.

Porque el Hijo ha nacido y por tanto ya no tienes más que alegrarte por el cumplimiento de tu profecía.

Así se alegran los Santos, no sólo porque entra el fin del mal, sino también porque se van cumpliendo las profecías. ¡Decidme, amados míos, quién no se va alegrar cuando en su época contempla que se van cumpliendo las profecías del Apocalipsis! ¿Quién fiel, creyente no se va alegrar? ¿Por qué? Porque existe también esta última profecía grande: El Cristo nos tomará en Su Realeza increada, una vez que nos haya resucitado de los muertos. ¡Puedes no alegrarte de esto!

«Y un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada, ni existirá» (Ap 18,21).

Realmente la filología hebraica es siempre muy querida no sólo la representación filológica de una verdad, de un fenómeno, sino también la presentación de una manera visible, de modo que se dé una imagen-icona viva a los ojos de este que recibe la profecía, además de las palabras.

El Señor, por ejemplo, dijo la parábola de la hoguera estéril sin fruto, pero a la vez secó una higuera, mientras pasaba por una calle de Jerusalén, y dijo: ¡“De ti que nadie coma higos en el siglo” (Mt 21,19 Mrc 11,14), e inmediatamente la higuera se secó! La parábola eran las palabras, el milagro era la enseñanza visible de la parábola. Y este atado da ya una información vital al espectador, de que aquello que se profetizó con palabras y visión se hará realidad. Así que logos y visión, como veis, siempre dan la materia de una profecía.

Y aquí el primer Ángel habla de la catástrofe de la Babilonia, lo que hemos dicho hasta ahora, mientras que el segundo, éste del que estamos hablando ahora, procede a una praxis alegórica. Es decir, hunde una piedra de molino al mar, para indicar la total, como os dije, desaparición del Babilonia.

San Andrés de Kesarea escribe: “¡Tal y como se hunde una roca grande y desaparece de la superficie del agua, así se hunde también Babilonia, para que no se vea ya ninguna huella de ella, no en la Historia sino al reinado de la Realeza increada de Dios!” (J.P. M­i­g­ne, P.G., tom. 106, logos 18΄, cap. 55΄, pag 393C.) En el mismo libro del Apocalipsis leemos que ninguna cosa sucia, ninguna abominación entra en el Reinado de la Realeza increada de Dios (Ap 21,27).

«Y voz de arpistas, de músicos, de flautistas y de trompeteros no se oirá más en ti [en tu región]; y ningún artífice de cualquier oficio y arte alguno se encontrará más en ti, ni ruido de molino se oirá más en ti [en tus ruinas]. Luz de lámpara no alumbrará más en ti [y en tu lugar], ni voz de esposo y de esposa se oirá más en ti; porque tus comerciantes [o capitalistas] eran los magnates de la tierra; pues, por tus φαρμακείᾳ farmakía (fármacos, medicinas, pastillas mágicas, maleficios, hechicerías) y los encantos (pecadores) fueron arrastradas y engañadas todas las naciones. Y en ella se encontró la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido degollados en la tierra [por la fe en el Cordero]» (Ap 18, 22-24).

Todos estos que se han referido, finalmente desaparecerán de esta imaginable e inteligible Babilonia. Ya no habrá las alegrías, las fiestas y los juegos. Todas estas cosas se acabarán, serán borradas, no tienen lugar en el reinado de la Realeza increada de Dios.

Tres puntos se distinguen aquí como causa de la catástrofe de Babilonia. Tiranía y opresión por dominio de la riqueza de los pueblos, el engaño hacia la corrupción y la persecución y todo tipo de mal trato a los Cristianos en la οἰκουμένη icumeni-toda tierra habitada.

Me gustaría comentar esto de “tus comerciantes eran los magnates (capitalistas) de la tierra”. Bella icona-imagen esta y muy, demasiado oportuna y actual. Los pueblos que alguna vez se hicieron cosmocrátores-dominadores del mundo, llegaron allí, es decir, llegaron a la sangría material de los pueblos. Este era el real propósito y objetivo conquistador, empobrecer, corromper, devastar y chupar la sangre de los pueblos, y llevarse sus bienes materiales. Pero, amados míos, cuando la riqueza se hace el principal objetivo entonces sigue la corrupción, la depravación y la perversión ética, el segundo elemento y dato. Y el Evangelio, como ya no es posible ser aceptado en una sociedad corrompida, ¿qué más le puede suceder que ser perseguido? Se persigue el Evangelio y los Cristianos son perseguidos, exiliados, degollados y matados. Y estas tres características las encontramos hoy en día en las grandes potencias de nuestra época que son representadas por la imaginable e inteligible Babilonia. Amín!!!

 

Unidad 56 Apocalipsis 19, 1-10 Diápsalmo y anunciación de la Boda del Cordero. El sentido y significado de la Historia.

 

Homilía 75 Después del llanto y clamor de los reyes, de los comerciantes o mercaderes y de los marineros (armadores), a lo referente a las cosas tan terribles que se han oído sobre la catástrofe de Babilonia, viene como oasis un diápsalmo celeste para ser escuchado como resonancia, tornavoz del Cielo. Es la voz de los Santos y de todos los seres celestes, y en concreto delante de lo que seguirá la última praxis del Apocalipsis, que es el Juicio-Krisis.

«Después de esto oí una gran voz de gran muchedumbre numerosa en el cielo, que decía: ¡Aleluya! [¡Alabad al Señor!], la salvación, la honra, la doxa-gloria y la dinamis [potencia y energía] son de nuestro Dios» (Ap 19,1).

Esta muchedumbre son los Ángeles, son los veinticuatro Presbíteros, los Santos y todo el Cielo. Todos psalmodian tres veces “aleluya”, es decir, cantad y alabad al Señor, en honra y doxa del Santo Dios Trinitario.

Tal como dice san Andrés de Kesarea “alaban por la hipóstasis tríadica, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo una deidad unitaria e indisoluble”. En doxa y honra del Santo Dios Trinitario, dicen tres veces el aleluya.

Aleluya, como sabréis es esta exclamación litúrgica glorificadora que encontramos veinticuatro veces en los Salmos y cuatro veces en el libro del Apocalipsis.

A continuación de la doxología es atribución a Dios, la doxa, la dinamis (potencia y energía) y la sotiría sanación, redención y salvación. La salvación es el resultado de la fuerza y energía increada de Dios, y en consecuencia reporta la doxa (gloria, luz increada y alabanza) de Dios.

«Porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran prostituta, ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación y prostitución, y él ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella» (Ap 19,2). Castigó la remera por la sangre de Sus siervos los Cristianos, que fue derramada por la mano de esta Mujer prostituta.

Esta posición es una respuesta que se da al logos profético del Señor Jesús, que está en los evangelios (en Luca 18,7), al cual a menudo me refiero paralelamente, para que así sea confirmado el prestigio y la validez del libro del Apocalipsis. Como el libro del Apocalipsis es atacado por muchos, no referimos paralelamente a los evangelios y al resto de la Santa Escritura, para que sea consolidado el libro del Apocalipsis.

¿Qué significa aquí que son justos y verdaderos los juicios-krisis de Dios y lo que ahora la gran Prostituta juzga, sentencia y toma venganza de la sangre de los Cristianos el Cristo?

Oíd ahora cómo lo dice en el evangelio según Luca, allí donde se refiere al tema de la oración persistente y perseverante, en la parábola del injusto juez. “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él con sus oraciones día y noche, aunque en muchos casos no responda inmediatamente, (con el propósito que a ellos apoyarlos en la fe y a los injustos llamándolos en metania)? Os digo que pronto vendrá la venganza y les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (Lc 18, 7-8). El Dios, cuando imploramos Su ayuda con nuestras oraciones, para liberarnos de Sus propios enemigos –nos referimos siempre en temas de la fe- no tardará en venir y está viniendo para cada fiel; lo dice el mismo: “vengo pronto, enseguida”.

Este “pronto, enseguida” es relativo. La Iglesia por ejemplo, rogaba a Cristo que la liberase de las persecuciones y por supuesto que la liberación vino a principios del siglo 4º. Me diréis: ¿cuántas generaciones han pasado hasta principios del 4º siglo? Sin duda alguna, muchas, pero este “pronto, rápidamente”, amados míos, no se mide por la vida humana, sino por la Eternidad; por la Historia y por la Eternidad. Porque también históricamente, ¿qué son cien, doscientos y trescientos años? No son nada. Esto que lo sepamos bien, porque muchas veces creemos que se debe medir las cosas de acuerdo con el tiempo de la vida humana.

Pero el Señor dice que el tema o caso no es aquí. El caso no es si el Dios se vengará de la sangre de Sus Mártires en la tierra. El tema o caso no es eso; el Dios es fiel (Sal 88,38; 144,13ª: 1Cor 1,9). Es imposible que el Dios diga mentiras, tal como vemos en la epístola a los Hebreos (Heb 6,8). Pero el tema o caso está en otra parte. Por eso dice aquí “pero….”. Es decir, estas cosas os las he confirmado, no pongáis el peso allí, en otra parte está el peso. “Pero cuando venga, retorne en la tierra el Hijo del Hombre para juzgar y recibir a Sus fieles; como dijo a Sus discípulos, “me marcharé y volveré y os recibiré” (Jn 14,289, “en encuentro en el aire” (1Tes 4,17), como dice el apóstol Pablo, ¿si acaso encontrará fieles? Allí está el tema o el caso; ¿encontrará fieles?

Amados míos, debéis estar seguros, el Dios nos salvará, pero para salvarnos debemos ser fieles, siendo firmes, derechos en pie y esperarle en cada momento.

Acordaos por favor de la parábola de las diez vírgenes. No habían guardado el aceite para la recepción del Novio. Se fueron a dormir, porque tuvieron sueño, porque el Novio tardaba en venir. ¿Sabéis qué son las diez vírgenes? Son todos los Cristianos/as; cinco vírgenes tontas y cinco prudentes. El que sean vírgenes y el diez significa que tienen la cualidad cristiana, también las cinco son tontas. Es decir, no habían trabajado bien sus vidas espirituales; no cultivaron bien la fe, la agapi y la esperanza. Esto significa que no tienen aceite; significa que no tienen Espíritu de Dios; no se cuidaron en sus vidas a tener el Espíritu de Dios. Las otras tenían aceite, tenían el Espíritu de Dios. Todas tuvieron sueño, porque tardaba de venir el Novio. Esto significa que una vida humana no puede esperar la venida de Cristo; se terminará esta vida. Morimos, y morimos… Todas pues se pusieron a dormir; ¡A dormir! ¡La muerte es el dormir, el sueño! Se oyó la trompeta por la noche: “¡He aquí viene el novio; salid a su encuentro!” ¡Se despertaron todas! Es la resurrección de todos, fieles e infieles. Los Cristianos imprudentes ¿qué hicieron? ¡En aquel momento andaban buscando aceite! No tenían nada de aceite. Las otras, las prudentes, es decir, los Cristianos que se ocuparon y se cuidaron en la vida presente, ¿qué hicieron? Inmediatamente encendieron sus candiles, ¿O sea, qué? Cada una presentó el fruto de su trabajo, presentó el Espíritu de Dios que tiene. Y entonces acudieron las otras a buscar -¡a buscar qué!…- y quedaron fuera de la casa del Novio.

Este es el tema o caso que nos interesa, amados míos, no si vendrá el Cristo, no si se vengará de la sangre de Sus Santos y de Sus Mártires, la sangre derramada sobre la tierra. ¡Esto se hará, porque es fiel, pero nosotros qué hacemos! Por eso dice el Señor, “¿cuando venga el Hijo del Hombre, cuando venga el momento, si acaso encontrará la fe?”

De todas formas, como os he leído anteriormente, el texto sagrado del Apocalipsis, cuando dice la muchedumbre “que son justos y verdaderos Sus juicios y sentencias”, es justificada la doxología a Dios, porque en Sus juicios y sentencias justas ha juzgado la asesina de santos la Babilonia. Y no omitiré de deciros por una vez más –muchas veces lo he dicho, y lo repetiré en el futuro- que, como dice san Arezas, Babilonia no es la ciudad antigua y vieja, ni Roma, ni antigua Roma, ni la Nueva Roma, sino el mundo corrompido. Por supuesto que los tipos o modelos del mundo corrompido eran la Antigua Babilonia y la Antigua Roma, pero es el mundo corrompido, que no acepta los Cristianos, no acepta el Evangelio y crea problemas a los Cristianos y persecuciones hasta con sangre.

« Y por segunda vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella [de la ciudad] sube por los siglos de los siglos» (Ap 19,3).

Esta calificación o caracterización supera la icona-imagen, porque una ciudad que se está quemando no es posible que se esté quemando “por los siglos de los siglos”. Por tanto, ¿qué significa aquí?

Vemos esto, que se repite la doxología delante de la expectación de la catástrofe de la Babilonia que ya no va a revivir nunca y repetir este comportamiento sucio de ella. El humo de esta ciudad quemada por fuego recuerda el humo de la quema de Sodoma y Gomorra y no es otra cosa más que el tipo o modelo del Infierno eterno, por eso dice “por los siglos de los siglos. Os dije que trasciende la icona-imagen, transciende el tiempo y va a la Eternidad, indicando que la Babilonia que se está castigando es el mundo que es echado al lago que se quema con fuego y azufre (Ap 19,20; 20·10·14·15), es decir, es el tipo, modelo del Infierno eterno.

«Y los veinticuatro Presbíteros y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y veneraron a Dios, que estaba sentado en el trono, diciendo: ¡Amén! ¡Aleluya!» (Ap 19,4).

Aquí, amados míos, vemos otra vez en escena esta icona-imagen querida de los veinticuatro Presbíteros y de los cuatro Seres vivientes que litúrgicamente rodean el trono de Dios. ¡Es tan amada esta icona-imagen… tan querida! Os dije icona-imagen litúrgica. ¿Queréis vivirla? Está en nuestra mano, estaos atentos a esto.

Cada Divina Liturgia es una repetición de la icona-imagen celeste. Es el trono de Cristo. Él es la santa Mesa o el santo Altar, el Cristo expuesto, el Cristo reposando, en Sus terrible Misterios, también en las especies del Pan y del Vino, Su Cuerpo y Su Sangre. Los ángeles rodean la santa Mesa o Altar, en honor del Cristo, del Cristo expuesto. Una psique-alma piadosa estas cosas las vive, porque conoce que así es. ¡Estas realidades se escapan de nuestros sentidos, pero una persona que quiere vivir litúrgicamente, todas estas realidades puede vivirlas, hasta puede llegar a sacudirse y conmocionarse! Y no son pocos los Santos que mientras celebraban la Divina Liturgia, como san Esperidón que co-celebraba con Ángeles, como dice su apolitikio.

Y san Juan el Crisóstomo dice: “Conozco alguien –parece ser que es el mismo, pero a caso hecho esconde el sí mismo- el cual, os aseguro que co-celebraba con Ángeles”. Sí, amados míos; el hombre fiel, cuando es contenido de sí mismo, retiene el sí mismo y se concentra en sí mismo y ama mucho al Señor, vive esta icona-imagen litúrgica del Cielo.

«Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, pequeños y grandes» (Ap 19,5).

Sobre esto escribe san Andrés de Kesarea: “La voz que salió del trono de Dios… es la voz de los Querubín y de los Serafín; es decir estas potencias celestes dicen: “Alabad a Dios”. Esta es la voz que salió. Y mandan a alabar y a cantar a Dios no sólo los grandes sino también los pequeños. ¿Quiénes son los grandes y quiénes son los pequeños? Son los grandes y los pequeños a las hazañas de la santidad, aquellos que lograron lo que han logrado en la vida presente; todos estos están dentro en el espacio del reinado de la Realeza increada de Dios (J.P. M­i­g­ne, P.G., tom. 106, logos  18΄, cap. 56, pag. 397Α.)

Y el logos de este llamamiento celeste, que dicen las potencias de los Querubines y de los Serafines para que se alabe a Dios, es que el Dios ya pone fin al mal y viene la hora del orden ético. Entró el pecado, el Diablo, y lo removió todo, pero ya entra el fin. ¡Por eso se pide por los Querubines y por los Serafines que se alabe a Dios y estos piden de los Santos del cielo que alaben a Dios!

Y continúa el divino Evangelista: «Y oí como voz de gran muchedumbre y como voz de muchas aguas, y como voz de fuertes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque ha reinado el Señor nuestro Dios el Todopoderoso-Pantocrátor! Alegrémonos y gocémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero [Cristo], y su esposa [Iglesia] está ya preparada y dispuesta» (Ap 19, 6-7).

Como respuesta a la voz angélica que salió del trono es toda la voz de la Iglesia, es una voz junto con las potencias celestiales, que el volumen de la voz se asimila con tres iconas-imágenes: Con la caída de muchas aguas,-¡habéis visto cuando vamos debajo de un catarata qué ruido hace!- después con la voz de la muchedumbre, por ejemplo, como cuando gritan en un campo de fútbol, y finalmente, como truenos fuertes. Así se asimilan las voces de la Iglesia entera y de los Ángeles que están llamados a alabar a Dios.

Amados míos, permitidme aquí a invitaros en algo, ya que dice “alegrémonos y gocémonos”: Venid y vamos a alegrarnos también nosotros esta concordancia de voz de todos los seres de Dios. ¡Veis todos los seres de Dios cómo se alegran! Todos a una voz dicen lo mismo y uno ve aquí una unidad admirable; ve que entre los bienes de la Realeza increada de Dios existe esta agapi expandida y esta concordancia de voz divulgada; no dice uno una cosa y el otro otra. El evangelista Luca escribe en los Hechos que, “¡la muchedumbre de los que habían creído era de un corazón y una psique-alma; y ninguno decía ser suyo propio nada…!” (Hec 4,32), cómo no, ya que esta muchedumbre está ya en el Cielo! La psique-alma y el corazón son uno, la voz es una. He aquí, cuál es esta unidad aquí, la unidad celestial que da realmente la alegría del reinado de la Realeza increada de Dios. ¿Queréis que lo probemos? ¡Os invito! Me diréis que es muy difícil, sin embargo yo os invito a una pequeña comunidad eclesiástica que es vuestra casa, “la iglesia en casa”. Cuando los cónyuges son de la misma actitud y opinión y los hijos también y todos dicen la misma cosa, todos están de acuerdo en las mismas cosas, decidme: ¿en aquella casa reina la Realeza increada?

Sé que quizás alguien me dirá: “¡Sería una cosa muy aburrida que exista la misma opinión y conducta; mientras que la antítesis es algo que da un tono en un equipo de hombres!”

No, amados míos; las antítesis-contraposiciones en este caso no tienen ninguna tesis-posición. Podemos tener una antítesis en otras cosas, como exactamente tenemos una variedad de colores que dentro de sus antítesis dan una belleza de toda la icona-imagen, pero esto allí es otra cosa. Igual que aquí tendríamos lo mismo dentro en la familia, es decir, es el padre que no es la madre y es la madre que no es ni son los hijos. Cada uno es un color, cada uno una voz, un sonido, pero estas voces o sonidos dan una armonía, todos estos colores dan un bonito cuadro pintado. Dentro de un cuadro pintado por supuesto que existen muchos colores, pero tenemos una bella armonía. Dentro en un concierto tenemos muchas voces, muchos sonidos, pero tenemos una armonía. No es aquella antítesis que tendríamos cuando cada uno hiciese su propia voluntad. No lo hacemos para dar si acaso vida y un tono en un grupo. ¡Esto es endiablado, endemoniado, frenético! Uno ve que dentro en grupos endemoniados de gente que allí en efecto gobierna el Diablo, veis a estos hombres que no pueden entenderse nunca entre sí; uno dice huevos y el otro dice calabazas; uno dice alfa y el otro dice omega.

¡Os rogaría que observaseis qué bella es esta icona-imagen cuando la casa es “la iglesia en casa”! ¡La ocupación de la antigua Iglesia era esta: Crear la “iglesia en casa”. ¡Y el conjunto de las “iglesias en casa” constituía la Iglesia!

Hoy en día tenemos esta desgracia en nuestra Iglesia. Sentimos que las cosas se han desparramado, aflojado y devastado. Sabéis por qué, porque no hemos cultivado el espíritu de “la iglesia en casa”. Os hago un llamamiento a vuestra agapi-amor incondicional: Cada uno y cada una, (y en concreto si el marido y la esposa estáis aquí), conversarlo y reflexionarlo esto, cómo podéis hacer vuestra casa un paraíso, una esquina del Paraíso, una “iglesia en casa”. Os aseguro que vuestra contribución será muchísimo más positiva a la edificación y reavivación de nuestra Iglesia. El contenido de la doxología de todos estos hechos es la anunciación que ha reinado el Señor Dios el Pantocrátor-Todopoderoso, es decir, que el Dios se hace Señor de Su creación y éticamente también a Él pertenece el “aleluya”.

¿No es el Dios Señor de Su creación? Cuando el Señor nombra al Diablo como príncipe o soberano de este mundo (del pecador) y dice “que el príncipe de este mundo está echado fuera” (Jn 12,31), ¿no es el Dios Señor de Su creación?

Sí, amados míos, es y permanece el Señor de Su creación, pero cuando crea existencias libres, seres libres y cuando estos seres dan el sí mismo libremente a Dios, entonces Él gobierna también a los corazones. En consecuencia es el Kirios-Señor no sólo de la creación física y natural, sino que ahora lo es también éticamente el Kirios de los seres lógicos. Con este sentido y significado, ya que el mal definitivamente se limita y se echa al “fuego eterno”, como veremos en los capítulos siguientes, entonces ya los Santos no tienen más que alabar y glorificar a Dios, porque el Dios ya se hace Kirios-Señor Pantocrátor-Todopoderoso de esta Su creación y de los corazones de los seres lógicos.

Toda la Iglesia llama a sí mismo a alegrarse y dar doxa gloria y gracias a Dios por un grandísimo acontecimiento y esto es lo que constituye el significado también de la historia, es decir, las Bodas del Cordero con Su Novia Iglesia.

¡Por supuesto que esta Boda del Cordero con la Iglesia, os dije que es el significado de la Historia! Este sentido y significado tiene la Historia: la unión del encarnado Dios Logos con la Iglesia, es decir, de los fieles, de los hombres y por la Iglesia con el resto de la creación. Este es el sentido y significado de la encarnación del Hijo de Dios hecho hombre, esto es también el significado y sentido del cosmos-mundo, este es el significado y sentido de la Historia, este es el último grandísimo acontecimiento. Y por supuesto este acontecimiento nos hablará el divino Evangelista en el capítulo 21. Estos dos  tres últimos capítulos (20, 21, 22) del libro del Apocalipsis son la verdadera alegría y disfrute, es la crem de la crem de la espiritualidad, que allí uno ve este paso de la Iglesia desde la Historia a la Eternidad. Uno contempla incomparables iconas-imágenes que se describe la Iglesia de la Eternidad, es decir, de este reinado de la Realeza increada de Dios ya triunfante dentro en los siglos de los siglos. Por supuesto que allí el divino Evangelista hablará detalladamente sobre estas Bodas del Cordero con la Iglesia.

Mientras tanto ahora, por costumbre del Profeta, se hace una pre-anunciación que prepara al lector a entrar en el sentido y significado de las cosas y realidades. Cuando dice Boda del Cordero, ¿esto qué significa?

San Andrés de Kesarea dice: “Bodas del Cordero, dice la cohesión y la relación hacia Cristo”. Es la cohesión y la unión de Cristo e Iglesia, es decir, el Dios encarnado, hecho hombre, que se une con los hombres y (a través de los hombres con el resto de la Iglesia), y es ya Dios con Su creación, siempre inconfundiblemente y unido por los siglos de los siglos. Y el misterio de esta cohesión se expresa por la Boda.

La Boda, esto es otro misterio, este “mega-gran misterio” como dice también el apóstol Pablo, “Grande-mega es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia” (Ef 5,32), expresa el misterio de la unión de Cristo e Iglesia, esto de lo que ahora nos está hablando el libro del Apocalipsis.

Y la icona-imagen de este mega-misterio es el otro misterio, la unión dentro de la Boda de varón y mujer. Cuando estropeamos la icona-imagen, ofendemos el prototipo u original. Cuando destruimos un ser humano o insultamos a un ser humano, se ofende la icona-imagen de Dios y dentro de esta icona, esta hibris-insulto pasa al prototipo, al original. Y si disminuimos y despreciamos la Boda, pedimos el divorcio o vivimos el adulterio de cualquier forma, entonces insultamos el misterio de la unión de Cristo e Iglesia.

He aquí porqué el adulterio es un pecado muy grave y grande y no es simplemente un incidente. Pero los hombres que van como ciegos, los que hacen las leyes y hablan de una emancipación de la honestidad de la Boda y dicen que los hombres pueden moverse libremente en el Matrimonio y vivir el adulterio, es muy claro que no han podido nunca captar y entender el pedestal teológico del Misterio de la Boda. En el Misterio de la Boda ven sólo una unión natural y no una sobrenatural, pero la unión natural se hizo por gracia de la unión sobrenatural y no la sobrenatural a causa de la natural. ¡Y la consideración natural de la Boda o Matrimonio es como se hace con los animales, que los machos se aparean con muchas hembras, como por ejemplo, el macho cabrío que es para muchas cabras! La Boda tiene un sostén y pedestal sobrenatural, tiene un pedestal teológico; es esto que os dije: Es la icona-imagen del gran misterio de la unión de Cristo y la Iglesia, que se hará ya un inmenso campo manifiesto y claro en los ésjatos tiempos dentro en la Realeza increada de Dios.

Esta bella icona-imagen de la Boda o Matrimonio la encontramos y es conocida por el Antiguo Testamento y la utiliza ya san Juan el Bautista, pero también el Señor en los Evangelios.

Dice por ejemplo san Juan el Bautista: “El que tiene la novia es el novio; pero el amigo del novio el que está a su lado durante la boda y le oye, se alegra y goza mucho por las palabras de alegría del novio” (Jn 3,29). Así pues, esta es mi alegría y el gozo completo en mí. El que tiene la novia, la Iglesia, es el novio, el Cristo, y el amigo del novio, Juan, que está parado y Le oye, disfruta y se alegra con gran alegría por la voz del Novio. Yo soy el amigo del Novio, dice Juan el Bautista y me alegro mucho cuando oigo al Novio que tiene la Novia (me alegro con alegría, como expresión, es un hebraísmo).

El Señor cuando el grupo de Sus Discípulos fue acusado por los maliciosos Fariseos de que no ayunan, mientras que los discípulos de Juan y de los Fariseos ayunaban, respondió: “No pueden los hijos del novio estar en luto mientras está el novio con ellos”. ¿Es posible que estén en luto, duelo del novio? Porque ¿qué es el ayuno? Es duelo, luto. ¿Habéis escuchado lo qué es el ayuno? Es luto, duelo, ¿Pueden estar en luto, en el tiempo que el Novio está con ellos? YoSoY el Novio de la Iglesia, yo el Cristo, y estoy con ellos; ¿cómo pues, van a ayunar? Y más abajo dice: “¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el novio está con ellos? Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán” (Mt 9,15). ¿Veis cómo llama el Kirios-Señor aquí a Sí Mismo? Novio.

Pero donde tenemos una icona-imagen muy fuerte, en grado que uno se sorprende por la osadía de la cohesión de las iconas y la osadía de la cohesión de la Boda, es en el libro Cantar de los Cantares, este libro maravilloso, que si tuviera uno la capacidad y habilidad de analizarlo… Y mientras que, cuando uno lo va leyendo, parece que sea idilio amoroso, que en realidad no es más que esta unión de Cristo con la Iglesia.

Y la preparación de la Mujer del Cordero o sea que la Iglesia, como dice, en principio es la preparación crónica (en el tiempo). Cuando las psiques de los degollados por el testimonio-martirio de Jesús Cristo pidieron justicia, justificación –como leemos en el 6º capítulo del libro del Apocalipsis en el versículo 10- se les dio la respuesta que esperen un poco para que se añadan también sus otros hermanos que ellos también darán su sangre para el testimonio de Jesús Cristo. Por tanto, la primera preparación es en tiempo. Es cuestión de número, o sea, para completarse el número de los miembros de la Iglesia tanto cuanto más.

Pero tenemos también la preparación cualitativa de la Mujer del Cordero.

Dice el texto sagrado de nuevo:

«Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino son las virtudes y las obras de los santos [las cuales constituyen el ornamento resplandeciente de la Iglesia triunfante en los cielos]» (Ap 19,8). La vestimenta con sus colores y cualidades simboliza las virtudes de los santos. La mujer por supuesto es la Iglesia y el divino Evangelista, más exacto aún, el Ángel, interpreta que a ella ha sido dado por Dios para vestirse uniforme de gala o vestimenta resplandeciente.

Este color “lino fino” son las virtudes y los derechos de los Santos. Esta prenda de gala por la que está rodeada la Iglesia, de lino fino, limpio y resplandeciente, es en contraposición con la prenda de gala de la Mujer Prostituta la grande, como os acordaréis. Y uno ve que mientras allí la prenda o uniforme de gala de la Mujer prostituta se presenta con “nombres abominables” (Ap 17,4), aquí el colorido de su prenda y uniforme de gala de esta mujer, de la Iglesia son las virtudes de sus Santos, la santidad de sus Santos.

Realmente, amados míos, la santidad es una prenda que toman los Santos por el mundo mientras viven. Y es la única prenda que toman. Un Santo por mucho y muy bien que le adornemos, no tomará ropas más brillantes consigo, tanto si le hacemos un entierro brillante, como si no lo hacemos. Nada de todas estas cosas se llevará; una prenda brillante se llevará consigo: La santidad; la prenda de la santidad, la virtud de las virtudes. Por eso los Santos también se ocupaban durante sus vidas terrenales a tejer esta prenda que pueden pasarla por la aduana. Es la única prenda; nada más se pueden llevar.

Pero se refiere lo “y a ella se le ha concedido”. Esto significa que la santificación de los Santos de la Iglesia es el fruto, tanto personal de sus esfuerzos, como también de la divina jaris (gracia, energía increada). Nadie se hace santo sin la jaris increada de Dios. La santidad dentro en el espacio cristiano nunca es autónoma. Si os dicen que existen hombres importantes con mucha virtud, pero que no están en el espacio de la Iglesia, entonces estos no tienen ninguna santidad autónoma, es decir, separada de Dios. La virtud autónoma por un lado, no logra alcanzar alturas y por otro lado, no pasa la aduana de la muerte, no se salva, no entra en la Realeza increada de Dios.

Sabéis, esto lo he oído muchas veces, por eso os lo digo. Dice por ejemplo una mujer: “Mi marido es mucho más bueno que yo, pero no viene en la Iglesia”. ¿Y qué con esto? Esta bondad suya es in-operada e inútil. ¿Habéis oído lo qué dije? ¡Es inútil! No pasa a la Eternidad esta bondad suya. Y lo otro que vemos que se  dice: estos son Masones, pero son muy buenas personas. Por supuesto que no sé hasta qué punto son buenas personas o no son buenas, pero el tema o el caso es que es una bondad autonomizada. ¡Si se supone que existe una bondad, esta no tiene ninguna relación con la santidad de los Santos de la Iglesia, pero absolutamente ninguna relación! Nada de esta bondad se salvaguarda dentro en el reinado de la Realeza increada de Dios. Por tanto, que no os deslumbren este tipo de casos. Os lo dije, para que lo tengamos mucho en cuenta esto.

Aquí esto lo “ha sido concedido”, lo expresa muy bien el apóstol Pablo: “Porque Él nos ha hecho, somos creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que en nuestras vidas anduviésemos en ellas” (Ef 2,10). ¡Así que el propósito y objetivo que el Dios nos ha creado es que tengamos la santidad en Cristo!

Y continuamos el texto sagrado: «Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estos son los logos verdaderos de Dios» (Ap 19,9). Estas cosas y realidades dijo el Ángel a Juan.

Amados míos, ya que vino la hora de las bodas del Cordero, ya se va preparando el banquete de novios. Y cuando dice, “escribe”, da a entender que estas realidades que ve el Juan debe escribirlas, es decir, el Ángel guía e informa a Juan a escribir sobre esta cena bienaventurada, de modo que cuando será leída por los fieles de la Iglesia militante, por un lado, tener paciencia a conciencia sobre las tribulaciones del presente siglo, en este que se encuentran, pero simultáneamente por otro lado, se vayan preparando también para aquella cena celestial.

La expresión de la alegría del Cordero, es decir, de la unión, como os dije de Cristo e Iglesia, aquí se desvela con una cena de viaje de novios, es decir, con la presencia de la misma Realeza increada de Dios.

Muchas veces el Señor habló sobre esta cena en los evangelios, igual que es en “la cena de bodas del hijo del rey” (Mt 22, 1-14), en la cual cena niegan a venir tres categorías de hombres –“he comprado un terreno o campo….”, “he comprado cinco pares de bueyes…”, “acabo de casarme, y por tanto no puedo ir” (Lc 14, 16-24) – y en la parábola de las diez vírgenes (Mt 15, 1-12) y también en la parábola del hijo pródigo (Lc 15, 11-32). “Mata la ternera engordada y venid a alegrarnos”, en el fondo todas estas cosas y realidades, amigos míos, son preámbulos de aquella gran Cena. Pero por excelencia, es la última cena que hizo el Cristo encima de la tierra, esta la concedió a Sus Discípulos el Jueves Santo, la llamada “Cena Mística”. En concreto durante la duración presentó también el degollado por excelencia –santo- es decir, a Sí Mismo, Su Cuerpo y Su Sangre, es decir, el Misterio de la Divina Efjaristía. Todas estas cosas vienen a indicar la bienaventuranza y la felicidad de la Realeza increada de Dios. Es digno de destacar que el Señor no habla ni siquiera en este versículo del Apocalipsis que ahora hemos analizado, sobre la comida del mediodía, áriston-exquisito (sobremesa). En la antigua Grecia, como sabréis había el proáristo-desayuno, el áriston-exquisito es la comida del mediodía y la cena. En todas las parábolas que dijo el Señor, y ahora también aquí en el Apocalipsis, en todas partes habla sobre cena y no sobre áristo-comida del mediodía. ¿Os llama la atención esto? La razón es la siguiente:

“En Oriente los hombres trabajaban todo el día en el campo o en otros trabajos y por consiguiente no quedaba tiempo para reunirse ellos y sus amigos en una mesa. Cuando anochecía y acababan sus trabajos, todos juntos se encontraban en un banquete en una casa para cenar. Como conoceréis, por la noche se reúnen los hombres y hablan de sus cosas, sus novedades y sus temas. Esta es una buena costumbre que en concreto se ha cultivado más en Oriente, el sentarse en la mesa y hablar entre ellos. Nosotros creemos que un banquete es para divertirnos, beber vino, empezar a cantar y divertirnos. Esta es una percepción y comprensión equivocada, amigos míos. En una mesa o banquete, en concreto por la noche podemos sentar  a comer y hablar y en concreto hablar de temas y cosas serias e importantes. Cuando digo serias, no quiero decir los temas económicos, sino temas espirituales, temas serios. Así vemos que en el Oriente hablaban y conversaban, porque tenía delante suyo toda la noche y los hombres tenían la comodidad de conversar. No los apretaba el tiempo limitado de abrir por la tarde sus tiendas, y así ser limitado el tiempo del mediodía. Por eso aquí el texto sagrado habla de cena. Esto indica que también la Realeza increada de Dios se llama “Cena”, porque después del cansancio del día de esta vida, toda la familia de Dios se reúne para saborear la bienaventuranza y felicidad de la Realeza increada y tener la comodidad de la Eternidad.

San Andrés de Kesarea escribe: “La cena de Cristo es la fiesta de aquellos que se salvarán; es un gozo y una alegría en armonía de todos ellos que conseguirán su unión con el Salvador Cristo, cuando entren en Su eterna casa la del Novio.

¡En el mismo capítulo, un poquito más abajo, en los versículos 17 y 18, por el sagrado Evangelista se refiere aún una cena más, pero que es un banquete horroroso! Aquí lo mencionamos sólo como comparación.

Oídlo:

«Y después vi a un ángel puesto en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todos los buitres que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena [de la ira] de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, de magnates, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes [de todos aquellos que han venerado la bestia]» (Ap 19, 17-18). ¡Horrible, frikiástico! Llama a los buitres de la tierra a comer los cadáveres de aquellos hombres que fueron antíteos, opuestos a Dios. ¡Banquete horrible! El análisis de este pasaje lo haremos cuando lleguemos allí, si Dios quiere.

Estas dos cenas-banquetes simbolizan el Reinado de la Realeza increada de Dios y el Infierno eterno y recuerdan los logos del Señor que dijo: “E irán estos en el infierno eterno, en cambio los justos a la vida eterna” (Mt 25,46). Paralelamente recuerdan también la sentencia, la decisión condenatoria, de aquel Criterio que dice: “Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber” (Mt 25,42), y etcétera.

Sobre esto, muy bellamente escribe san Simeón el Nuevo Teólogo que traspasa el tema en la edificación espiritual de cada uno y escribe en su logos 57:

“Dice el Cristo a cada psique-alma, como tuve hambre de tu regreso y tu metania, y no me has dado de comer y pagar mi deseo, es decir, no te has arrepentido ni has vuelto a la metania por tus maldades; tuve sed, ansié por tu salvación y no me has dado beber, estaba desnudo de praxis tuyas virtuosas, y no me has revestido con ellas; estaba en la cárcel estrechísima, infectada y oscura de tu corazón, y no quisiste visitarme y sacarme a la luz; has visto donde estaba arrojado con tu propia enfermedad de tu negligencia y tu apraxia-inactividad, y no me has servido por tus buenas obras; por tanto, vete de aquí, lejos de mí, no te conozco”.

Amados míos, aquí vemos, en contraposición con los pecadores, que los justos no sólo habrán ejercido la agapi (amor incondicional), pero sobre todo y principalmente se habrán hecho instrumentos y recipientes honrados y de buen uso al Señor y los templos adornados para que habite allí el Santo Dios Triádico y sus miembros puros del Gran Cuerpo de Cristo, de la Iglesia.

Por eso también el Apocalipsis aquí los nombra como “bienaventurados” e “invitados o llamados”. Esta es la cuarta bienaventuranza del libro del Apocalipsis y verdaderamente considera bienaventurados aquellos que se harán partícipes del reinado de la Realeza increada de Dios.

En relación con la palabra: “invitados o llamados” es equivalente con la palabra: “escogidos”, que dijo el Señor que todos han sido invitados, llamados, pero no correspondieron todos, sino aquellos que han correspondido como invitados eran también escogidos. Por eso dice también el Ángel sobre la bienaventuranza de estos invitados: “Estos logos de Dios que te digo son verdaderos. Te digo la verdad, los logos son reales”.

Homilía 76 Por tanto el divino Evangelista deslumbrado y entusiasmado por esta victoria final y definitiva de la Iglesia, la definitiva y total condena del mal y del triunfo de los Santos, a pesar que provisionalmente serán vencidos por el Anticristo. Cae y se postra en los pies del ángel a reverenciarlo.

Y dice el divino Evangelista: «Yo me postré a sus pies para venerarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Venera a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía» (Ap 19,10).

Esta veneración que no la acepta el ángel, es lo que sucede, amados míos, cuando un grupo de hombres, que cuando reciben una noticia agradable, se abrazan entre ellos. Es decir, tanto se ha entusiasmado el evangelista Juan por la victoria final de los Santos, de modo que se postra a los pies del ángel para venerarlo. Sin embargo el Ángel no le deja venerarle.

Y sobre esto escribe san Andrés de Kesarea: “De esta conducta y actitud humilde de los ángeles que son humildes y no usurpan ni abusan de la divina doxa (gloria, luz increada) –como hacen los miserables e impíos demonios- sino que la doxa la ofrecen a Dios.

El ángel interviene de modo extremadamente blando y fino para impedir a Juan que no le venere, diciéndole “mira, no”. Esta escena es realmente una escena agraciada entre san Juan y el ángel.  Y la justifica, como os dije, en que es consiervo de Juan y de sus hermanos los espirituales, que todos juntos retienen firmemente el testimonio de Jesús Cristo.

Y el ángel se llama a sí mismo consiervo de Juan, porque también él, el ángel, sirve a la doxa-gloria de Dios y a la salvación de los hombres. No olvidemos que, como nos dice en su epístola a los Hebreos el apóstol Pablo, que los ángeles son espíritus co-celebrantes, litúrgicos que los manda el Dios para servir a la salvación de aquellos hombres que van ser herederos del reinado de la Realeza increada de Dios (Heb 1,14).

Pero con este pasaje tan agraciado, -un episodio es todo el texto- se hacen evidentes tres puntos:

Primero, se desvela la clarividencia del profeta Juan, cuando muestra con mucha sencillez una acción de él, por supuesto desacertada, que la arregla el ángel, y con todo su ánimo la escribe. Tal como vemos que sean escritas las debilidades de los Discípulos también en los evangelios, que son los mismos son escritores.

Os acordáis cómo Juan y Jacobo (Santiago) quisieron sentarse  a la izquierda y a la derecha del Señor y que este deseo lo cultivaban no sólo los dos sino también los otros diez apóstoles, ya que se exasperaron porque los dos fueron primeros y en concreto pusieron también su madre como medio –otro Evangelista lo dice esto- para que consigan este propósito suyo (Mt 20, 20-28 Mrc 10, 35-45 Lc 22, 24-27).

¡Y sin embargo, veis la sinceridad de ellos! ¡Los siglos leerían sus evangelios y sin embargo ellos escriben aquellas cosas que no tuvieron cuidado, tenían defectos o pasiones, pero escriben todas estas realidades! Esto quiere decir hago historia. Esto pues, es un punto que nos manifiesta que san Juan el Evangelista escribe con sinceridad. No embellece a sí mismo, no lo acaricia el sí mismo, sino que escribe, aunque se suponga que se trate de una caída suya, si por supuesto era una caída en este caso.

Segundo, desvela la altura religiosa y espiritual del libro del Apocalipsis que acepta sólo el culto a Dios. Parece que san Juan por su alegría ha ido a venerar al ángel, no obstante, el libro del Apocalipsis es de tan altura, que no acepta nada más que el culto a Dios. ¡Naturalmente esto no se contradice por honrar a los Santos, está claro e incluso cuando nos postramos delante de las iconas-imágenes de los Santos o a hombres, esto está claro! No se contradice porque, lo recalco, como dice san Juan el Damasceno, el honor, mediante de los Santos y las iconas-imágenes va al prototipo, a Jesús Cristo (San Basilio el Grande, Sobre el Espíritu Santo18.45.19-20, Cerf, Paris, 1968. San Juan Damasceno logos 88´, sobre iconas De Gruyter, Berlin, 1973).

Y un tercer punto es el modo indirecto que se rechaza toda angelatría culto a los ángeles, que ya arruinaba algunas Iglesias de Oriente. El apóstol Pablo tiene en cuenta este culto a los ángeles, por eso escribe también a los Colosenses: “Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal” (Col 2,18). Habían hecho religión de los ángeles, por tanto aquí, de un modo indirecto, este versículo viene a arreglar esta desviación de las Iglesias de Oriente, por supuesto no a todas, pero también a iglesias de otras partes.

Y lo “porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”, este pasaje interpretativamente se considera difícil y existen muchas interpretaciones. Os digo la apreciación más posible: Es como si dijera a Juan, “no te sorprendas por las cosas que se te han sido apocaliptadas-reveladas y vayas a venerarme, porque el que contiene la confesión de Jesús y está bien dispuesto, como estás también tú, a testificar sobre ella, éste es también poseedor del espíritu de la profecía que está contenido en este libro”.

Es decir, en otras palabras, podríamos decir que aquí se proclama y esto es una verdad, el lazo irrompible entre el testimonio de Jesús y la profecía. Aquel que llega a confesar a Cristo de modo martírico, allí, -no siempre, sino muchas veces-, ocurre que tenga y tome por el Espíritu Santo también el carisma profético. Muchas veces, sin aún haberse sucedido el martirio  existe una confesión heroica antes a Jesús Cristo, pero en la prognosis de que el martirio sucederá, el Cristo concede el espíritu de la profecía.

Tomad como ejemplo a san Cosme de Etolia. San Cosme de Etolia es un ejemplo típico. Porque san Cosme de Etolia era profeta. Y como confesaba a Cristo y por su confesión a Él llegó a ser martirizado a favor de Cristo.

Sobre esto escribe san Andrés de Kesarea: “Dice el divino ángel, no me veneres porque te profetizo, porque te digo sobre cosas futuras; porque la confesión para el Cristo, es decir, este testimonio es donador del espíritu profético”. ¡El donador del espíritu profético es la confesión, el martirio y el testimonio a favor de Cristo! Amín.

 

Unidad 57 Apocalipsis 19, 11-16 La icona bélica del Logos como caballo blanco llevando la espada-logos. El Cristo-Juez viniendo en la Historia

 

Homilía 76 Y entramos en un nuevo tema. Estamos en el capítulo 19, en el versículo 11.
«Y vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el jinete sentado sobre el caballo llamado Fiel y Verdadero, y en justicia juzga y hace la guerra; sus ojos son como llama de fuego, y lleva en su cabeza muchas diademas-coronas teniendo nombres escritos, y tenía un nombre escrito que ninguno ha conocido en su profundidad, sino que él solo conoce [porque se refiere a su deidad perfecta e infinita]. Está vestido con un manto teñido de sangre; y su nombre ha sido dado [desde la pre-eternidad, perpetuidad], es: el Logos de Dios» (Ap 19:11-13).
Tal y como intuiréis en lo que os he leído, tenemos una iconografía/imagen bélica que ahora se abre en el cielo. Entramos en la última praxis y desenlace de todo el drama de la lucha de Cristo y Su Realeza contra las potencias antíteas, antidivinas y del mal. Es digno de mucha atención y rogaría que prestéis especial atención a estas cosas que nos describirá el profeta Juan en los siguientes capítulos (19, 20 y la mitad más o menos del 21), porque no están supeditados en secuencia, concordancia y serie cronológica. Aquí uno ve que se va refiriendo a la primera Parusía-Presencia de Jesús; también se refiere a Su segunda Parusía en el pasado, en el presente y en el más inminente o remoto futuro. Todas estas cosas se sitúan sobre la superficie de una iconografía/imagen, es una sola superficie y no existe ninguna secuencia cronológica. Atención a este punto, porque será nuestra guía y la llave de la interpretación del texto que aparece más abajo.
En concreto, para que lo entendamos esto que os dije, observemos a una iconografía/imagen bizantina. Muchas veces en los iconos bizantinos, encima de la misma superficie y en el mismo espacio, tenemos multitud de pequeños iconos que marcan las fases de un acontecimiento. En el centro, por ejemplo, iconiza la forma de un Mártir y alrededor tiene pequeños iconos que muestran la historia de esa persona iconizada en el centro de la iconografía. Es una forma de representar la historia de esa persona o las fases de un acontecimiento.
Por ejemplo, en el Nacimiento de Cristo está la cueva, la Zeotokos, el niño Jesús, los animales. Al lado de José hay un pastor; más allá los Magos, que sabemos que lo visitaron después de un año. Al lado están los pastores y más allá los ángeles que salmodian “gloria en los cielos”. Todas estas realidades son fases de un acontecimiento en la misma iconografía/imagen; pero, como se concentran en el mismo icono, también hacen referencia a un mismo tiempo. Concretando, resulta que muchos creen que los Magos vinieron a venerar a Cristo apenas había nacido porque no pueden percibir que hay una iconografía donde hay una condensación del tiempo y todas estas realidades aparecen en un mismo plano iconográfico.
Lo que sucede en este icono son las realidades que presenta el pintor sin que se interese por la secuencia o la serie histórica y cronológica: esto se hizo primero, aquello segundo y lo otro tercero, sino que iconiza todas las realidades a un mismo nivel. San Juan el Evangelista hace lo mismo en los siguientes capítulos del libro del Apocalipsis. Los acontecimientos que narra no tienen una secuencia cronológica, sino que todos están a un mismo nivel.
Si quisiéramos interpretar los acontecimientos que se citan a continuación buscando la secuencia cronológica (qué cosa sucedió primera, qué segunda…), entonces correríamos el peligro de aceptar las posiciones milenaristas de los Testigos de Jehová, porque más abajo habla del reinado de mil años de Cristo. Y si se supone que aceptamos las cosas como son descritas en el texto sagrado, entonces caeríamos en la herejía de la percepción milenarista y de los Testigos de Jehová que la Iglesia ha condenado. La percepción milenarista T.J. dice que después del Anticristo reinará el Cristo sobre la tierra durante mil años (esto enseñan los Testigos de Jehová y otras herejías), y naturalmente esto no es aceptado por la Iglesia. La Iglesia no reconoce el Reinado milenario de Cristo; sitúa el Reinado milenario de Cristo en otro lugar, como veremos. Por lo tanto, si se supone que no interpretamos del modo que os he explicado, existe este peligro que os dije. Por eso he insistido mucho en la comprensión, en entender la llave de la interpretación que utilizaremos más abajo; aunque ahora que decimos estas cosas, esta es la llave de la interpretación de todo el libro del Apocalipsis.
Me gustaría daros uno o dos ejemplos. El versículo que os dicho hace referencia al Cristo-Juez. ¿Os acordáis de cuántas veces hemos hablado sobre Cristo-Juez hasta ahora? ¿Entonces cuándo viene el Cristo? ¿En aquel, en este o en otro caso o momento? ¿Cuándo viene el Cristo? No podemos decir: «entonces, entonces y entonces…» No obstante, en tanto que siempre viene, el Cristo vendrá al final de la Historia. Os recuerdo el tema de la batalla del Armagedón. ¿Os acordáis de aquella batalla? (Ap 16:16). Es el tipo o modelo, el símbolo. En aquella llanura no cabe la muchedumbre que habrá de tomar parte en esta guerra (Ap 9:16). El divino Evangelista hablará de nuevo un poquito más abajo de una guerra terrible, que será la batalla del Armagedón. Entonces preguntaréis, “¡cuál será la batalla de Armagedón? ¿Aquella o esta? ¿Serán dos batallas? ¿Será primero aquella y después la otra?”
No. Siempre es la misma, pero el evangelista Juan la cita muchas veces. Toma un tema, dice algo y va más allá. Toma otro tema y toma diez temas, y en cada uno vuelve al primero para volver a hablar del primer tema del segundo y del tercero.
Os lo dije como ejemplo, para que percibáis y entendáis que si en caso de cometer el error de poner los temas en orden para establecer qué sucederá primero o segundo, entonces nos quedaríamos fuera; también estaríamos errados en nuestra interpretación y dejaría de ser correcta. Posiblemente os haya cansado un poco con este punto, pero era necesario hacerlo para que sepamos cómo disponernos y situarnos en el tema.

Por tanto, amados míos, después de las tres setenas de las plagas y de las sucesivas iconas-imágenes del Apocalipsis, el divino Evangelista ve abierto el cielo, pero no como en el capítulo 4, que se encuentra en el período del presente. Allí el presente se refiere al estado de las siete Iglesias de Asia Menor y se abre el cielo para que el divino evangelista Juan vea “las cosas que deben realizarse, hacerse”, aquellas que se realizarán en el futuro. Aquí ahora, se abre el cielo para aparecer el Cristo-Juez y en concreto como Juez de toda la creación visible e invisible.

Esta icona-imagen majestuosa de Cristo-Juez, que os leído anteriormente, ya se había presentado por el mismo Señor en el evangelio de Mateo, en el capítulo 25, en los versículos 31 hasta 46. Allí vemos que el mismo Cristo dice que “cuando el Hijo del Hombre venga con toda Su doxa (gloria, luz increada”, -y todos los ángeles de Dios junto con Él- y se hará el Juicio universal de todos y etcétera. Aquella majestuosidad de Cristo-Juez ya aparece también aquí en el libro del Apocalipsis, de modo profético por el evangelista Juan.

Una buena interpretación da san Andrés de Kesarea por esta la apertura de los cielos. Dice: “Aquella apertura del cielo es para aparecer el Cristo-Juez, tal como se abre la escena para que aparezcan los jueces y anunciar una decisión y veredicto judicial”. Es decir, esta icona-imagen no la tenemos hoy en día exactamente así, se ve que era una imagen de la antigüedad, pero tenemos algo parecido así. Cuando se retiran los jueces y se van a otra habitación, (diríamos que corren el velo, las cortinas), toman y sacan la decisión, tenemos el veredicto del juicio, vienen otra vez en la mesa, abren las cortinas y anuncian la decisión, el veredicto del juicio. Esto lo dice ahora san Andrés de Kesarea, de que se abren los velos, las cortinas del cielo, aparece el Juez-Cristo para dar ya Su decisión sobre la Historia.

Porque como habréis visto en el Evangelio según Mateo, allí el Cristo no interroga, porque es Pantognostis-Omnisciente, sino que sólo dice la decisión y explica la causa: “Porque tuve hambre, tuve sed, y me atendisteis; por tanto, venid a mi Realeza”. En los otros con el mismo criterio, el mismo objeto de juicio y la misma ley dijo: “Porque tuve hambre, tuve sed, y no me atendisteis; por tanto, iros al Infierno” (Mt 25, 31-46). Veis que aquí tenemos ya tomada la decisión. No se hará una investigación, tal como tenemos en los juzgados mundanos, porque los jueces naturalmente no conocen al criminal ni nada; se sostienen en los testigos, en la interrogación, en la investigación y etcétera. Allí estas cosas no hacen falta, por eso también se abren los cielos y el Cristo-Juez juzga inmediatamente.

Y ahora, amados míos, venimos a verlo esto.

“Y he aquí un caballo blanco, y el jinete sentado sobre el caballo…” (Ap 19,11).

Éste no obstante, desde el principio os lo voy diciendo, es el Cristo-Juez. Hasta ahora en todas estas iconas-imágenes apocalípticas del Apocalipsis, el Cristo aparece como el (lo) Cordero y en concreto, el (lo) Espíritu Santo que en la lengua helénica es de género neutro. Sabéis que el género neutro, cuando lo decimos crea una sensación de neutralidad, un sentimiento estático. Pero en la lengua latina es lo contrario, es decir, el Logos es de género neutro y el Espíritu Santo en género masculino. De todas formas quiero deciros que cuando hablamos de un objeto de género neutro, tenemos la sensación de que es pasivo, y mucho más por la icona-imagen del Cordero, sin maldad y Cordero no combatiente, no conflictivo. Por tanto, hasta ahora el Cristo aparece como “degollado” pero “Cordero estando en pie”. Ahora ya no existe esta icona-imagen; ahora el Cristo aparece como hombre y en concreto como Capitán vencedor y como Rey. Esta cualidad Suya la indican Su caballo blanco y Sus múltiples diademas-coronas que veremos más abajo.

Sobre esto san Arezas escribe. “¡Y el caballo indica la velocidad, la rapidez; que viene el Juez!” Esto lo veremos un poquito más abajo. “Y el color blanco del caballo, indica lo divertido, alegre y agradable pero también lo que es justicia y lo que es sin sombras, es decir, que juzgará sin personalismos, juzgará con plena justicia todos los hombres y también a los ángeles”.

«He aquí un caballo blanco, y el jinete sentado sobre el caballo llamado Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y hace la guerra» (Ap 19, 11)

Estos dos adjetivos, “fiel y verdadero” en el libro del Apocalipsis se atribuyen a Jesús Cristo.

Arezas dice: “Fiel y Verdadero“, pues, es el jinete del caballo, por el Cual el apóstol Pablo dice que “es fiel y no es posible negarse a sí mismo nunca”, esto lo dice en su 2 epístola a Timoteo, 2,13. Nosotros Le negamos, pero Aquel no puede negarse a Sí Mismo. Esto significa que el “Fiel y Verdadero“, es decir, lo que el Cristo ha anunciado en los evangelios es seguro que se realizará porque es digno de creer, “Fiel y Verdadero“.

Amados míos, ¡esto es muy importante, muchísimo! Uno ve en esta icona-imagen presente del ésjato último Juez, que se hace una verificación profética de las cosas y realidades que dijo el Cristo. San Juan ve la icona-imagen y podía vivir a la vez esta profecía de Cristo –es decir, que regresará- por la apocálipsis/revelación de la icona-imagen de la profecía de Cristo de que regresará. Y esto nos da una seguridad; es decir, una profecía de la profecía o una visión de la profecía que se dijo anteriormente. Y diría Juan: “Es verdadero el Señor, es Fiel el Señor”. Y nosotros viviendo esta fidelidad y verdad de Cristo, tenemos mucha esperanza y en abundancia la alegría. El fiel, amados míos, vive con la esperanza y esta alegría de la espera, porque lo que se dijo por el Cristo se hará; y se hará, porque el Cristo es “Fiel y Verdadero“; es el y el Amín, como dice el apóstol Pablo (2Cor 1,20).

«Y en justicia juzga y hace la guerra» (Ap 19,11).

Esto lo “en justicia” castigo severo y erradicación de los infieles, impíos y de las fuerzas antíteas, opuestas a Dios es una cualidad del Mesías. Acordaos de 2º Salmo que dice que ““quebrantarás las naciones con vara de hierro” (Sal 2,9). Por tanto, este castigo y erradicación de los impíos “en justicia” es, lo digo una vez más, cualidad o atributo del Mesías.

Sobre esto Isaías en su capítulo 11 escribe: “sino que juzgará con justicia…, y argüirá con equidad…; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura” (Is 11, 4-5), está, diríamos, armado en Sus pleuras con la verdad.

Así que vemos aquí esto que dice Isaías que sea verificado inmediatamente más abajo por el Evangelista Juan. Veremos que el Cristo batallará, guerreará contra Sus enemigos –las fuerzas antíteas, antidivinas- con el jinete que le llama “logos de Dios” y es el Logos (increado) de Dios hecho hombre o encarnado que juzgará la tierra. Es aquello que dijo el mismo: “El Padre no juzga ni condena a nadie, sino que todo el poder de juzgar lo ha entregado al Hijo” (Jn 5,22).

Sobre esto, el evangelista Juan como habla sobre el logos de Dios, el apóstol Pablo escribe lo siguiente: “Porque el logos de Dios es vivo, dinámico y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir la psique-alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón; y no hay cosa creada –delante del Juez-Cristo– que sea escondida y no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta” (Heb 4, 12-13). No podría nunca juzgar con justicia si delante de Él hubiese una naturaleza ensombrecida y no diáfana.

Lo que es muy agraciado y agradable es esto que dice en la Sabiduría Salomón, en el 18º capítulo en los versículos 14-15. Oídlo, es maravilloso. Este versículo se refiere al castigo de Egipto que ha fatigado y torturado al laós-pueblo de Dios, los Israelitas. Nos encontramos en la última noche que permanecen los Hebreos en Egipto y que se trata de venir la décima y última plaga, es decir, la muerte de los primogénitos de Egipto: Lo leo: “Mientras que el absoluto silencio lo cubría todo y el tiempo de la noche, de repente tu logos pantodínamos-omnipotente saltó de los cielos y de los tronos reales, como un gurrero salvaje, en el medio de la designada destrucción del país, de la tierra”. ¡Maravilloso pasaje! Mientras había el silencio, habiendo caído la noche, allí más o menos en medianoche, el pantodínamos-omnipotente Logos increado de Dios, es decir, el Hijo de Dios, llegó de repente desde los cielos, diríamos de los palacios reales,  para pisotear y traer la catástrofe en una tierra que Le negó, en una tierra que permaneció en su pecado y en una tierra que perseveró en su insistencia y perseverancia.

Amados míos, este pasaje, debo deciros que es un tipo o modelo de los ésjatos últimos tiempos y acontecimientos, que indica cómo entrará de nuevo a la Historia el Logos increado de Dios que se ha encarnado. El Cristo dijo “de repente”. Dijo la icona-imagen “del ladrón por la noche”; ¡qué nadie estará esperando! Sólo los fieles estarán esperando, los infieles están en medianoche, en profunda oscuridad en sus corazones y espíritus no se enterarán de nada. Y en esta medianoche o profunda oscuridad e ignorancia, de repente, bruscamente y sorprendentemente se hará la segunda Parusía-Presencia de Cristo. La venida de Cristo y la resurrección de los muertos se hará, tal como dice el apóstol Pablo, “en un abrir y cerrar de los ojos” (1Cor 15,52). ¿Tenemos la sensación del tiempo que interviene por una abrir y cerrar de nuestras pestañas? ¿Perdemos la icona-imagen de delante nuestro cuando abrimos y cerramos los ojos? No, no la perdemos. Era una forma práctica que dar una imagen de los más rápido. Pero el apóstol Pablo habló también teoréticamente; dijo «ἐν ἀτόμῳ en átomo» que quiere decir indivisible, esto que no se parte más; no el átomo de la materia; es decir, el tiempo más pequeño que al apóstol Pablo lo representa con el abrir y cerrar de los ojos. Esto indica lo repente y sorprendente de la aparición de Cristo-Juez y de la resurrección de los muertos.

Por eso os dije que es una icona-imagen muy bella de la Sabiduría Salomón. Su valor no se encuentra en la descripción, sino a un antecedente histórico, es decir, en que esto sucedió aquella noche en Egipto. Es un tipo, modelo histórico. Tal como decíamos las diez plagas son tipos de las tres setenas de plagas que se ofrecen dentro en la Historia y sobre todo en los ésjatos últimos tiempos. Aquello que tiene mucho peso en el Cristianismo es el precedente histórico, el tipo modelo histórico, o figuración histórica.

Amados míos, el Cristianismo es apocálipsis-revelación, es historia, es precedente histórico y es una cosa hecha y tocada por las manos. Todas las demás religiones, como existen tantas que circulan y las llaman todas buenas, os digo que todas las otras religiones son invención humana. Si puedes falsea la profecía; ¿puedes? No puedes. Y el Cristianismo tiene y se sostiene sobre la profecía y en los acontecimientos; en hechos y en profecía. Todas las demás religiones son creaciones e invenciones de la mente humana.

«Sus ojos son como llama de fuego» (Ap 19,12, Ap 1,14); ¡Son fuego, llama que sale de sus ojos!

¡Curioso y raro! ¡Sale fuego de sus ojos!… Es un espectáculo terrible.

Sobre este tema san Andrés de Kesarea escribe: “¡Juzga con Sus ojos; es decir, es la fuerza y energía contemplativa del Dios Logos (increado), lo ve todo! Y esta llama que sale de los ojos, su cualidad iluminadora llega hasta los justos y les da doxa (gloria luz increada) sin la causticidad; la causticidad de esta llega a los pecadores, sin la luminosidad, sin la luz y da el infierno, el castigo” (J.P.M­i­g­ne, P.G., tomo 106, logos 20΄, cap.58, pag. 401ª). ¡Pasaje muy bello! Es cierto que lo ha tomado de san Basilio el Grande.

Es digno de destacar que esta llama candente sale de los ojos de Cristo y no de alguna otra parte del cuerpo. Esto significa que el Cristo cada momento ve, tanto los que están en la Realeza increada, como los que están en el Infierno. ¡En cada momento los ve! Si el Cristo retira Sus ojos, cesa y deja el Infierno de ser Infierno. ¡Viendo a los pecadores se convierte en Infierno! ¡Tremendamente terrible!

«Y lleva en su cabeza muchas diademas teniendo nombres escritos» (Ap 19,12). Y en Su cabeza muchas diademas, coronas reales, (de rey).

Estas “muchas diademas, coronas” son una icona-imagen que indica que es el verdadero y real Rey de reyes. Se entrelaza e intercambia por el príncipe provisional de este mundo, el Dragón y la o lo Bestia con las siete cabezas y las siete diademas-coronas.

Sobre esto san Arezas escribe: “Las muchas coronas indican que el Cristo es el Señor de las potencias celestiales, de los ángeles como también de los que están en la tierra y en el mundo subterráneo, infernal, los que están en el Hades”; es el Señor del todo. Aparecía el Anticristo como Señor del todo y el Dragón, pero no es. A estos el Cristo los capturará –lo veremos más abajo- y los tirará dentro al Infierno. ¿Qué miseria y desgracia!

«Teniendo nombres escritos». Obviamente escritos en la frente o en las coronas.

Los nombres del Mesías, según la costumbre oriental, se relacionan y corresponden siempre sobre la naturaleza y las cualidades que las expresan. Es decir, para que entendáis, Isaías en su 9 capítulo, escribe las siguientes cosas: y se llamará su nombre –se refiere al Mesías- ángel de la gran voluntad de Dios, admirable consejero, Dios fuerte, soberano de paz, Padre del futuro siglo” (Is 9,6).  Estos son nombres pero que expresan cualidades sobre quién es el Mesías.

«Y tenía un nombre escrito que ninguno ha conocido en su profundidad, sino que él solo conoce» (Ap 19,12).

Este versículo en contraposición con el anterior versículo que dice “nombres muchos escritos”, y en consecuencia bien legibles, pero simplemente quiere expresar que no son conocidos a las creaciones las realidades y cosas de conciernen a Dios.

Y en este caso en cuestión Arezas escribe, “lo desconocido de su nombre se refiere a la sustancia, esencia-usía de Dios que es lo no captado, es lo inescrutable y desconocido”. ¿Cuál es la usía-sustancia, esencia de Dios? Es desconocida. ¿Quién conoce la usía-esencia de Dios? ¡La conoce sólo Dios! Y continúa: “Pero por sus economías, Sus relaciones con el mundo es poliónimo, tiene muchos nombres: como Bondad, como Pastor, como Sol, como Luz, como Vida, como  Santificación, como Redención”. [Añadido por mí: El megadidáskalos San Gregorio Palamás: por la luz, energía increada sabemos que tiene usía-esencia pero no conocemos ni sabemos nada sobre la usía; no existe usía-esencia sin energía y viceversa energía sin esencia].

San Arezas dice aún, “y hablando de forma apofática (confirmación negativa, deductiva, sí lo que no es), igual apofáticamente tiene los nombres Incorruptible, Invisible, Inalterable,  pero la usía-esencia es anónima, no tiene nombre es sin nombre, y es conocida sólo a Dios y absolutamente a nadie más”.

Además de la usía-esencia, sustancia que es anónima, este nombre desconocido, es ya conocido en la Iglesia y es aquello que se refiere el divino Evangelista -¡atención a este punto!- en el prólogo de su evangelio (Jn 1,1), en el prólogo de la primera epístola universal (1Jn 1,1) e inmediatamente en el siguiente versículo, que dice: “Y su nombre [desde la pre-eternidad, perpetuidad] ha sido dado, es: El Logos de Dios”. Este nombre es conocido sólo a los fieles de la Iglesia.

Es cierto que también uno de afuera puede decir “el Logos de Dios”, pero no entenderá nada. El contenido de este nombre está desvelado sólo dentro en la Iglesia. Y es conocido que el nombre Logos es cierto que no expresa la usía-esencia, sustancia de Dios, pero expresa la trinidad de Dios, porque así nos informamos de las Tres Personas-Hipostasis de la Santa Trinidad. Pero retornaré al “logos de Dios”, porque está un poquito más abajo.

«Está vestido con un manto teñido de sangre» (Ap 19,13).

Esto significa que regresa vencedor de la guerra contra Sus enemigos, que los ha catapultado.

Escribe en esto Isaías, y por favor, prestad atención, porque es un poco largo:

“¿Quién es éste que viene de Edom, – Edom quiere decir rojo – la Idumea, la ciudad de Bosor, el país rojo y que sus vestimentas son rojas, éste que es tan hermoso con su vestimenta militar, que marcha en la grandeza de su poder?, pregunta el Profeta y responde el Mesías: YoSoY, el que hablo y juzgo en justicia grande y salvo. Y pregunta de nuevo el Profeta: ¿Por qué son rojas tus vestimentas y tus ropas como del que ha pisado y ha salido del lagar de uvas rojas?  Y responde: Sí, estoy todo mojado de los zumos de las uvas rojas que se están pisando en el lagar y nadie de los nacionales estaba conmigo y los catapulté por mi ira y los aplasté como polvo de tierra y los esparcí encima de la tierra y su sangre salpicó mis vestidos, y manché todas mis ropas. Porque el día de la venganza y del castigo vino encima de ellos y el momento de la redención y salvación de los fieles está aquí”.

Vino, dice el Señor y pisoteó a los nacionales, Sus enemigos –son las fuerzas antíteas, anti-divinas que catapultará el Cristo –porque vino el día de la venganza y el día de la redención; de venganza contra los impíos, infieles y la redención de los piadosos fieles.

Es muy bello esto que dice el profeta Isaías en su 63º capítulo. Prestad atención ahora a la interpretación de san Andrés de Kesarea: ¿Qué son las vestimentas rojas? “¡Son Su santísimo cuerpo, carne, el Cuerpo del Dios Logos que se hizo hombre, la incorrupta, que se pintó con Su propia sangre durante el Pazos-Padecimiento voluntario encima de la cruz para la redención de los hombres!” Es decir, se trata de la encarnación, humanización y el sacrificio expiatorio del Dios Logos.

«Y su nombre [desde la pre-eternidad, perpetuidad] ha sido dado, es: el Logos de Dios» (Ap 19,3).

Si se debería, amados míos, analizar este nombre, “el logos de Dios”, haría falta también mucho tiempo, pero sobre todo conocimiento-gnosis increada de los misterios de Dios, es decir, verdadera teología. Por esta razón me limitaré en muy pocos puntos. Sólo os recuerdo que nuestra Iglesia el día honradísimo de la Pascua, como lectura evangélica tiene el primer capítulo del evangelio según Juan, exactamente para indicar y proyectar el Dios Logos (increado) se hizo hombre. Por eso lo hace nuestra Iglesia esto. Y nos dirá que “el Logos se hizo sarx cuerpo con carne, sangre y hueso” (Jn 1,1).

No obstante, oíd una interpretación bellísima de san Andrés de Kesarea: “¿Cómo, ya que es anónimo y en todos desconocido, se llama Logos de Dios?” Y tiene tres puntos. Primero, “sale tal y como nuestro logos, nuestra voz y expresa al nus, así también el Nacimiento de Dios Logos, del Hijo, por el Padre es sin pazos-pasión y se llama Logos. Segundo, “porque en Su interior el Dios Logos lleva los logos de todos los seres”. Las existencias son todos los seres; los logos son las causas. Las causas de los seres, se llaman logos de los seres. Y se llama Logos, porque Aquel creó al mundo y en Su interior tiene los logos de los seres. ¡Qué bello es esto! Los que lo entendéis… ¡Majestuosidad! Que veas a Jesús Cristo en todo dentro en la creación, porque todos los logos de los seres los encontramos dentro en el Dios Logos que “se hizo hombre de manera sobrenatural y plantó su tienda o acampó entre nosotros y nosotros hemos contemplado su δόξα (doxa gloria, luz increada) como unigénito de la misma naturaleza del Padre, pleno de Χάρις (Jaris, Gracia energía increada) y de Verdad.

Y tercero, “se llama Logos, porque anuncia la Sofía-sabiduría y la dinami potencia y energía increada paternal. Viene a decir lo que tenía que decir el Padre; es el logos del Padre, por eso se llama Logos.

Amados míos, a este Logos de Dios, que Sus “vestimentas” son “rojas”, festejamos los días hacia la Pascua. Cuando más profundizamos en los Profetas, y en general en el concepto y significado de la Santa Escritura, tanto más descubrimos quién es este Logos increado de Dios, que se hizo hombre y que es el “Verdadero y Fiel”.

Homilía 77 La icona-imagen de Cristo-Juez no concierne realmente el Juicio-Krisis definitivo, sino al juicio-krisis dentro en la Historia. Además hasta ahora, en el libro del Apocalipsis, repetidamente hemos visto que existe esta intervención de Cristo-Juez dentro en la Historia. Cuando, por ejemplo, el Dios con un conflicto bélico castiga con hambre o sequía y etcétera, vemos la intervención de Cristo-Juez dentro de la Historia. Por supuesto que no es el Jucicio-Krisis definitivo que entonces toda la humanidad verá al Juez-Cristo. Por tanto, uno de estos juicios-krisis, dentro en la Historia, es también aquel que ve el evangelista Juan que se abre el cielo y el Cristo-Juez aparecer como jinete y que Su nombre es “el Logos de Dios”.

Y continúa la descripción. Nos encontramos al 19º capitulo, al versículo 14.

«Y los ejércitos celestiales le acompañaban sobre caballos blancos, vestidos de lino fino, blanco y limpio» (Ap 19,14).

Ya que es cierto que la icona-imagen del Juez-Cristo es polémica-bélica, para la complementación de esta icona bélica se hace mención sobre ejércitos celestes.

Y escribe san Arezas: “Todas estas cosas y realidades, se presentan así como icona-representación, porque el divino Escritor no podría de otra manera a declararlas y escribirlas”. Es decir, presenta a Cristo como jinete, como guerrero que es seguido por ejércitos. Pero se trata de las fuerzas celestes que sirven a la obra del juicio-krisis. Y por supuesto que, como os dije, aún no tenemos el Juicio-Krisis definitivo, pero no molesta si tenemos un sabor sobre el cómo aparecerá y se manifestará este Juicio-Krisis.

Por eso el evangelista Mateo menciona los logos del mismo Señor: “Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reinado a todos los que sirven de tropiezos, escándalos y a los que hacen iniquidad” (Mt 13,41). Así que el Cristo mandará, pues, a Sus ángeles. Sí, mandará las potencias celestes que recogerán de Su Reinado todos los escándalos, todos los impíos, infieles, aquellos que realizan la iniquidad y el pecado. Por tanto, aquí vemos que las potencias celestes realmente sirven a la obra del juicio.

El mismo Señor dice al mismo Evangelista: “Cuando el Hijo del Hombre venga en su doxa (gloria, luz increada) y todos los santos ángeles con él…” (Jn 25,31). Por tanto este es el ejército que sigue a Cristo. Y como, vuelvo a decirlo una vez más, es una icona bélica, polémica y su dependencia, por eso habla sobre ejército. Son los ángeles, son las fuerzas celestiales.

Sobre la palabra βύσσινον vísinon guinda, lino fino se refiere a la vestimenta de los ángeles, de las potencias celestiales que se sientan encima de caballos blancos, es una planta –se llama βύσσος guinda- que no tiene ninguna relación con el color de guinda o carmesí, sino que de este se fabrica una tela lujosa, que por la planta se llama también lino fino o de guinda. Por tanto es lino, tela lino, que en su estado natural es sub-amarrillo. Aquí dice que es tela blanca clara de lino fino, es decir, de guinda.

Los caballos blancos y estos uniformes indican la habilidad de movimiento, la pureza y la santidad de las potencias angelicales que siguen Cristo-Juez.

Y continúa el divino Evangelista:

«De su boca [del Juez-Cristo, el jinete] sale una espada bien afilada de doble fila [que es su logos], para herir con ella a las naciones, y él las pastoreará y las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor de la ira [con la potencia del logos] del Dios Pantocrátor-Todopoderoso» (Ap 19,15). Es decir, como percibís y entenderéis, continúa esta descripción de la dependencia bélica de Cristo-Juez.

Es característica la procedencia de la espada, -de la espada de doble filo y bien afilada- que con ella golpea las naciones opuestas. Atención a esto.

¡La espada que sale de la boca de Cristo-Juez es Su logos!

Isaías escribe: “Y regirá y castigará la tierra por el logos de su boca” (Is 11,4). Golpeará la tierra por Su logos.

Del mismo modo catapultará y castigará también al Anticristo por Su logos. El apóstol Pablo en su 2ª epístola a los Tesalonicenses 2,8, señala: “Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor, Jesús Cristo matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida”. Es decir, que lo destruirá con Su logos.

Este mismo logos se hará el juez también de los hombres.

Y el apóstol Pablo dice: “Porque el logos de Dios es vivo, activo y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir la psique-alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne y se hace juez de los invisibles pensamientos y de las intenciones del corazón” (Heb 4,12).

¡Este es el logos de Dios! Y el mismo Cristo dice: “Cuando regrese, yo no juzgaré el mundo, sino el logos que he dicho éste juzgará al mundo” (Jn 12,48).

Amados míos, quizás aquí nos liamos alguna vez y decimos “el logos juzgará”. ¿Qué es exactamente esto, el logos?

Es lo mismo que dice el libro del Génesis: “Dijo el Dios; hágase la luz y se hizo la luz” (Gen 1,3). Es decir, “por el logos de Dios se cimentaron los cielos” (Sal 32,6). ¿Cómo se hizo la luz? “Por su logos”, “dijo el Dios”. Pero este “dijo” es el mismo Logos de Dios, es la segunda Persona-Hipóstasis de la Santa Trinidad. En otras palabras, el Jesús Cristo opera y energiza todo. Opera y energiza la creación del mundo y el castigo y erradicación de los impíos, infieles; juzgará cada ser humano, cambiará la creación y la hará nueva. Como veremos más abajo, el Cristo dirá: “He aquí yo lo hago todo nuevo” (Ap 21,5). Aquel que dijo que se haga la luz, Aquel ahora crea la nueva luz, la increada luz, la energía increada que ilumina la creación antigua que será restaurada y renovada, (no el sol sino la divina doxa-gloria).

El 2º Salmo que es muy mesiánico, nos informa que realmente pastoreará: “Los pastorearás con vara de hierro; es decir tendrás poder, y podrás destruirlos exactamente como cuando uno rompe las vasijas del alfarero”. Igual que nos dice aquí el evangelista Juan, “y él las pastoreará y las regirá con vara de hierro” (Ap 19.15), tanto si lo quieren como si no lo quieran las naciones. Y el Salmo dice: “Exactamente como cuando con un martillo uno rompe las vasijas del alfarero y las rompe con mucha facilidad, con la misma facilidad destruye un pueblo que se opone a la voluntad de Dios”.

Esta icona indica la facilidad por la que castiga el Dios a sus contrarios y en consecuencia el dominio del mal no es resultado de debilidad de Cristo, sino de su magnanimidad y tolerancia.

Este tema de la presencia del mal dentro en la Historia, ha creado un problema muy grande y los hombres no pudieron solucionar el problema, lo qué es el mal. El mal no es persona, no es esencia o sustancia; el mal está en la predisposición, preferencia y voluntad. Pero, ya que no es persona ni esencia, no es posible que sea eterno, como es el Dios, el Cual es Esencia Bondadosa. Por esta razón el Cristo aniquilará y destruirá el mal. Llegará el día que el mal ya no existirá. Los hombres fieles pues que se alegren por esto, no tiene importancia el que no se va hacer mientras vivamos; porque, ya que viviremos la resurrección de los muertos, ¿pensad si el mal continuara? El mal ya no existirá, el mal se habrá pisoteado y erradicado.

Es esto que decimos el Jueves Santo. Yo mientras leo el evangelio del Jueves Santo, esto se apodera de mí, porque yo mismo lo leo (y por supuesto que si lo escuchara sería lo mismo). ¡Uno ve a los enemigos de Cristo que vuelven contra Él del modo más miserable; Le abofetean, Le escupen, Le agreden, se burlan de Él y Le crucifican y el Cristo que no hable! Y después de cada lectura evangélica, decimos “¡Doxa-gloria a Tu magnanimidad y tolerancia, Señor!” ¿Lo habéis observado esto? Porque nosotros los lectores y los oyentes nos enfadamos y decimos: “¡Pero Señor, por qué no has levantado Tu mano para castigarlos y quebrantarlos!” No lo hace. ¿Y qué hacemos nosotros? Glorificamos, alabamos a Cristo y Le decimos: “¡Doxa-gloria y gracias a Tu magnanimidad y tolerancia, Señor! Eres magnánimo y toleras a aquellos que Te hieren de esta manera”.

Pero las cosas no son ilimitadas. Las cualidades de Dios coexisten y unas veces el Dios una de sus cualidades o atributos lo manifiesta más y otras veces más otra cualidad. Ahora es el período de Su agapi (amor incondicional, energía increada), de Su magnanimidad y tolerancia, porque el Dios “quiere que todos los hombres se salven y vengan en reconocimiento de la verdad” (1Tim 2,4). ¡Pero vendrá también la hora de la justicia, porque el Dios es perfecto en su agapi, pero también perfecto en su justicia; y vendrá la justicia de Dios y entonces ay de aquel que le caiga en sus manos la justicia de Dios!

Queda un tercer punto, que “y él pisa el lagar del vino del furor de la ira [con la potencia de la energía increada del logos] del Dios Pantocrátor-Todopoderoso”. Pero esto ya lo hemos analizado.

Lo que es digno de prestar atención en este pasaje que os dije, es la repetición del pronombre “y él…”, es decir, “y él las pastoreará y regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor de la ira [con la potencia del logos] del Dios Pantocrátor-Todopoderoso”.

Esto significa que todo se refiere a Jesús Cristo, es decir, que la obra entera del Juicio-Krisis se la carga sobre sus hombros el Jesús Cristo. El mismo dijo, y todas estas realidades que dijo no son contradicciones sobre las que os dije anteriormente: “El Padre no juzga a nadie, todo el juicio lo ha dado al Hijo” (Jn 5,22) que significa esto “y él…”, “y él…”, que el Cristo se carga sobre sus espaldas toda la creación tanto de los hombres como de los demonios y en consecuencia no existe otro sino solamente Él.

«Y sobre su manto sobre la parte que cubre su muslo tiene escrito el nombre: Rey de reyes y Señor de señores» (Ap 19,16).

Esta expresión “en su manto que cubre su muslo” es hendíadis o uno por dos, es decir, es la misma cosa con dos expresiones. Es un esquema que lo utiliza muy a menudo el evangelista Juan en el libro del Apocalipsis, pero también en general en la Santa Escritura, sobre todo en el Antiguo Testamento.

Esto indica que sobre el manto que está rodeando en la parte del muslo, está escrito el nombre “Rey de reyes y Señor de los señores”. Se ve también que el epigonatio, que está en la parte de las vestiduras de los sacerdotes y de los obispos, en nuestro culto Ortodoxo, y no es sin relación con este pasaje, donde allí por costumbre se imprime o se borda Cristo el Pantocrátor. Encima del epigonatio, sobre todo en los antiguos epigonatios –que podéis encontrarlos en un museo eclesiástico, o en un museo monástico- veréis que allí está pintado o bordado el rostro o cara de Cristo Pantocrátor. Ahora ponemos una cruz.

El nombre “Rey de reyes y Señor de señores”, es el título que conviene y se atribuye al Dios del Antiguo Testamento. ¡Es decir, al Yahvé, pero aquí vemos que el título es atribuido a Jesús Cristo, que significa que el Jesús Cristo es el Yahvé, o sea, el Señor!

Aquí os haré un paréntesis, para que os vayáis edificando, para que podáis afrontar a los Testigos de Jehová milenaristas. Por supuesto que los T. J., los milenaristas son el mosaico de las herejías. Amados míos, si os dicen algo contra las iconas-imágenes, contra la Iglesia, contra las vestiduras sacerdotales, contra los sacerdotes, contra… contra… no entréis en diálogo con ellos para nada sobre estas cosas; os volveréis locos, no sacaréis nada claro con estos, sólo perderéis tiempo. ¡El punto principal de la herejía de los Testigos de Jehová es que niegan la deidad de Jesús Cristo y por consiguiente rechazan lo trinitario de la deidad! Dicen: “Uno es el Dios y una su persona; se acabó; el Jesús Cristo es creación, es dulos-esclavo, sirviente, es el arcángel Miguel que se humanizó”, como también muchas más cosas blasfemas.

Sobre todas estas cosas podríamos hablar, pero en concreto de lo último que dicen, que Jesús Cristo es un ángel, nos referimos a la epístola a los Hebreos, en el 1º capítulo que el apóstol Pablo dice: “Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, yo te he engendrado hoy, y otra vez: Yo seré a él Padre, y él me será a mí hijo?… ¿A quién de los ángeles dijo esto?” (Heb 1, 5·14). Por tanto el Jesús Cristo no es ángel en el sentido y significado de la creación.

De todas formas el tema es de la siguiente manera: el punto principal de la herejía de los Testigos de Jehová es que niegan la deidad de Jesús Cristo y dicen: “Solo el Dios, el Padre, es decir, es Señor y se llama Yahvé; el Jesús Cristo no es el Señor”. Pero si los demostramos que el Jesús Cristo es el Señor, es decir, Yahvé, entonces el alfa es equivalente al alfa como decimos en las matemáticas. ¡Tenemos identidad, porque el Jesús Cristo es Yahvé, es el Señor y no es creación!

Por tanto esto que os digo tanto rato “Rey de reyes y Señor de señores” se refiere a Dios del Antiguo Testamento, es decir, a Yahvé, y el mismo título se refiere aquí a Jesús Cristo, por tanto el Jesús Cristo es el Yahvé, es el Señor.

Tipo de pasajes que se demuestra que el Jesús Cristo es el Yahvé, existe en abundancia en la Santa Escritura, basta que uno las preste atención. Y si este punto lo entendierais, y podéis con facilidad a distinguirlo dentro en la Santa Escritura, os aseguro que ningún Testigo de Jehová podrá quedar delante de vosotros.

Y lo volveré a decir una vez más Y si os dicen los T.J., “¿por qué tenéis iconas; y por qué…”, responder firmemente con valor: “Deja estas cosas, estas son detalles; no son interesantes. Lo importante es: ¿aceptas que Jesús Cristo es Dios? Si lo aceptas, entonces ven y hablamos sobre otras cosas. Las otras cosas son consecuencias en el que si Cristo es Dios o no. Porque me dices que la icona es ídolo. Si el Cristo es creación, entonces por supuesto que la imagen-icona es ídolo; pero si el Cristo es Dios, entonces la icona no es ídolo, porque venerando la imagen-icona, el honor sube, como dice san Juan Damasceno, al original o al prototipo, a Jesús Cristo que es Dios. El Cristo es reverenciado y venerado y es reverenciada y venerada Su naturaleza humana, porque tenemos una hipóstasis, una persona, dos usías-esencias o sustancias, la divina y la humana. Y ya que la persona-hipóstasis es una, -¡una!- que une estas dos usías-esencias, en consecuencia también la naturaleza humana es venerada y reverenciada y por consiguiente la icona no es ídolo.

Pero no vamos a tomar y empezar por el tema de la icona, empezaremos por Jesús Cristo, que es el Yahvé. Por eso os dije si esto los tenemos concienciado y apropiado, tenemos la llave de la respuesta.

De todas formas, el libro del Apocalipsis por lamarLe “Rey de reyes y Señor de señores”, indica que el Jesús Cristo, es decir, el Cristo-Juez, por Su cuenta tendrá la victoria definitiva, perfecta y triunfante sobre la Historia y en toda la creación visible e invisible. Amín!!!

 

Unidad 58 Apocalipsis 19, 17-21 Armagedón. La cena de los buitres contra la cena de Dios.

 

Homilía 77 a partir de página 9. Y avanzamos más abajo: Los versículos que os leeré son del capítulo 19, versículos 17-19:

«Y después vi a un ángel puesto en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todos los buitres que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena [de la ira] de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, de magnates, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes [de todos aquellos que han venerado la bestia]. Y vi a la bestia, y a los reyes de la tierra y a sus ejércitos reunidos para hacer la guerra contra el que estaba montado en el caballo, y contra su ejército [celestial]» (Ap 19, 17-19).

Os rogaría mucho, que prestéis atención aquí a las cosas que vamos a decir y aquellas que vamos a decir más abajo. ¡Atención, por favor! En este pasaje que os leído, se hace una segunda referencia a la terrible guerra del Armagedón, el último de la Historia. La primera referencia de esta famosa y renombrada guerra del Armagedón, que los heréticos la explotan, abusan y hablan tan a menudo de ella, se hizo en el 16º capítulo. Tendremos también una tercera referencia que será inmediatamente después, en el siguiente capítulo al 20.

Por eso os dije la vez anterior, que no debemos esperar cadena sucesiva de los acontecimientos descritos. No podemos tomar y decir que ahora habla sobre esto en el Apocalipsis, por tanto esto se hará. Después habla de algo más abajo; y que después de este primero se hará lo segundo. No, no es esto.

Os había dicho un ejemplo. En la misma icona-imagen, como también en la hagiografía, iconografía bizantina tenemos al mismo espacio, al mismo nivel, condensados tanto el espacio como el tiempo. Así también aquí, dentro en una icona-imagen filológica, es decir, icona con palabras, tenemos condensación, compresión del tiempo y del espacio, a donde no podemos sacar nada claro ordenado y decir que esto es primero y esto es segundo. Los que han dicho “esto primero y esto segundo” se han equivocado, no acertaron y han metido la pata. Y un poco más abajo veremos aquel pasaje renombrado y famoso que ha creado herejías sobre herejía en la Historia, sobre los mil años del Reinado de la Realeza de Cristo. No existe cadena sucesiva histórica, pero el Evangelista –ya lo habéis entendido esto- se refiere al mismo acontecimiento, tanto en la primera como en la segunda y en la tercera vez, no le interesa ni le importa el orden cronológico.

Os habéis fijado que en el evangelio según Juan, tenemos una repetición de las mismas frases. Avanza y otra vez retorna en las primeras frases y de nuevo más abajo y otra vez retorna. Es una costumbre del Evangelista; es el modo o manera por el que escribe. Así que no debemos tomar las cosas en serie y orden, sino que debemos examinar sobre qué se trata, para ver estas realidades en su conjunto juntas y no separadas, que pertenecen en un momento histórico del tiempo.

Por tanto, os recuerdo aquello que ya habíamos analizado al 16º capítulo; os lo leo y los conectaremos con lo que os he leído ahora, son los versículos Ap 16, 13-16:

«13Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos, sucios, como ranas; 14pues son espíritus de demonios, que hacen señales y prodigios, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso. 15He aquí, yo vengo como ladrón; bienaventurado el que está en vela y nipsis, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean sus vergüenzas. [15He aquí, yo vengo de repente como ladrón, dice el Señor; bienaventurado, dichoso el que está en vela, en alerta y nipsis y guarda sus ropas de su psique, para que no ande desnudo de buenas obras, y vean los ángeles del cielo la fealdad de su desnudez ética]. 16Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón. [Y entonces aquellos espíritus demoníacos reunieron los reyes con sus ejércitos en el lugar que en hebreo se llama Armagedón]».

Por tanto, lo que dice en el 16 capítulo y lo que dice en el 19 capítulo ahora es exactamente la misma cosa.

Ni allí en el 16º capítulo, ni aquí en 19º capítulo, se hace referencia detallada de esta última batalla, guerra tremenda de la Historia. Brasiotis escribió un memorándum sobre el libro Apocalipsis durante la Ocupación Alemana de nuestro país. Durante aquellos días tenebrosos y terribles hicieron un círculo y estudiaban el libro consolador del Apocalipsis; así recogió todos aquellos datos que entonces tenía como apuntes y los editó en el libro que tenemos con el título “memorándum al Apocalipsis”. Allí pues Brasiotis escribe literalmente las siguientes cosas:

“No se refieren detalles sobre la batalla del Armagedón, ni en el 16 capítulo ni tampoco al 19 capítulo, puede ser por la sensibilidad de los lectores, o puede ser por la velocidad como relámpago de esta guerra, por tanto no quedan márgenes de descripción. O sea, dice que si hiciera la descripción de la batalla del Armagedón, los lectores se desmayarían, o porque esta guerra se hará tan rápida que no habrá márgenes de descripción.

No debe ser cuestión de sensibilidad, porque el mismo Brasiotis, como vemos aquí y lo comenta en el libro del Apocalipsis, nos habla sobre el desenlace de la guerra y habla de modo crudo y real. El que allí el ángel llama a los buitres del cielo y los dice “¡venid a comer los cuerpos, las carnes!”, no creo que sea una imagen muy fina y blanda y no creo que es una icona-imagen que no chocaría a la sensibilidad de los lectores. Por tanto, no es esto, sino que es por la velocidad que se hará esta guerra que no deja márgenes, amados míos, para que sean descritos acontecimientos. Os diré un ejemplo:

Tenemos la guerra del año 1940-41. Decimos, nos han atacado los Italianos, se hace una movilización general, vamos a Albania, los hemos echado fuera de la ciudad de Arta y ahora tomamos de una en una ciudad. Los más avanzados de edad (yo me recuerdo, era niño y me acuerdo) cada vez que tomábamos una ciudad, la Koritsá, el Tepeleni, los Santos Cuarenta, sonaban las campanas de las Iglesias de modo festivo. Entonces salíamos fuera y preguntábamos ¿Qué sucede, qué sucede? ¡No, no es una alerta o alarma, (¡porque por las campanas se hacía también alerta, alarma!) sino que hemos tomado Tepeleni! ¡Hemos retomado Koritsá! ¿Hemos reconquistado los Santos Cuarenta, el puerto!, y etcétera. Y la guerra duró desde el 28 de Octubre hasta el Abril que entraron los Alemanes; es decir, en meses, eran acontecimientos que podemos describirlos.

Digamos ahora que Italia proclama la guerra contra Grecia. Me refiero al mismo acontecimiento, la misma guerra, 28 Octumbre 1940, pero en vez de que Italia mandara un ultimátum, en vez de hacer lo que sea, de desembarcar tropas del ejército, digamos, tropas en Albania y etcétera, toma una bomba de muchos megatones, atómica, nuclear y viene y la lanza aquí en Larisa que es el centro de Grecia, y si fuera posible que ocupe desde las fronteras hasta Kreta y en pocos segundos que no haya nada encima del espacio de Grecia. ¿Tenemos acontecimiento? No, no tenemos acontecimiento. ¿Por qué? Porque la bomba nuclear no ha dejado márgenes para que se crean acontecimientos. ¿Lo habéis oído? La velocidad de la catástrofe no ha dejado márgenes para acontecimientos.

Estas cosas, pues, las escribía Brasiotis, por supuesto que entonces no podía discernir la posibilidad y capacidad de una guerra tan rápida, a pesar de que hace dos años más o menos que ha muerto (1982).

¡Por tanto, hoy en día podríamos decir que una guerra mundial si se empezara, podría durar veinticuatro horas, lo máximo una semana! ¿Cuántos muertos podrían dejar en los campos de batalla un ataque así de este tipo, sin que haya sangres y etcétera? ¡La tercera parte de la tierra! ¡Puede ser que uno o dos billones de seres humanos, amados míos, que se caigan muertos en la superficie de la tierra en veinticuatro horas! Las potencias no tienen nada más que hacer que presionar unos botones y la tierra se convierta en un inmenso tanatorio!

¡No existen descripciones! Sólo podemos describir el resultado.

¿Decidme, qué acontecimientos tendríamos que describir en Hiroshima? ¡Diríamos que los hombres recibieron con miedo el avión que comenzó poco a poco a caerse, y después comenzaron a paralizarse de golpe una vez! ¡Describiríamos sólo los resultados a partir de lo posterior!

Por tanto, ahora también el divino Evangelista, no por sensibilidad, sino a causa de la velocidad de esta guerra, nos dice los resultados. Es decir, toda la tierra será cubierta de cadáveres. Esta es la guerra del Armagedón. ¡Tremendamente terrible! En el siguiente capítulo, el 20º veréis nuevos detalles.

No obstante, cuando aquí dice: “Venid, y congregaos a la gran cena [de la ira] de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, de magnates, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes [de todos aquellos que han venerado la bestia], indica que en el campo de batalla están muertos también pequeños y grandes. Simplemente que no son sólo aquellos que batallan, sino que está también la muchedumbre, la población, porque cuando se caen este tipo de bombas, amados míos, no se matarán sólo los que están en los frentes, sino que serán matados todos.

¡Por supuesto que, permitidme aquí deciros que cuando oís hablar de paz y que se hacen manifestaciones de paz, son exactamente para que sean evitados estos resultados, se trata de una terrible hipocresía y creerlo si queréis! Nadie cree en la paz. Los muchos, la mayoría de los seres humanos creen esto, pero los que mueven los hilos de la Historia y de las guerras no creen en la paz. ¡Claman y gritan sobre la paz, pero sólo para alargar el tiempo de armarse y nada más! En alguna hora o momento empezarán a bailar estas bombas encima de nuestras cabezas y entonces se habrá hecho la gran carnicería y masacre de la humanidad. ¡Nadie cree en la paz! Las grandes potencias que son antíteas, antidivinas, opuestas a Dios, no creen en la paz. Lo vuelvo a decir una vez más: ¡Es HIPOCRESÍA pura! Es hipocresía y dan tiempo para que se vayan armando más.

También Hitler esto decía: “¡Yo hacer la guerra!”. También Champerlen, el primer ministro de Inglaterra –no hago ni hablo de política, pero os digo estas cosas para no olvidar la historia- decía que “tendremos paz”. Y en todas partes él hablaba sobre la paz y faltó poco para que los ingleses perdieran la guerra. Porque los Alemanes por un lado se estaban armando y no hablaban, y los otros por otro lado eran engañados sobre la supuesta paz.

Los hombres de la tierra no creen en la paz. ¡No creen! Y no creen porque no tienen el Jefe de la Paz que es el Jesús Cristo. Sólo aquel que cree en Jesús Cristo y aquel que primero tiene la paz con Dios, puede hablar de la paz real. Y para que uno tenga paz con el Dios, no debe estar pecando. Entonces sí que puede hablar sobre la paz y no de todas las otras cosas.

De todas formas esta guerra del Armagedón por supuesto que será el fruto de la apostasía de los hombres, la cual el Dios permitirá. Por eso señala san Andrés de Kesarea: “Existen en Dios dos voluntades; es la voluntad precedente y la por complacencia; que significa aquella muy anhelada cena que habíamos analizado hace algún tiempo. ¡Es la cena del Cordero, la cena en el reinado de la Realeza increada de Dios y es “bienaventurado aquel que se sentará en esta cena, en la cena del reinado de la Realeza increada de Dios, será bienaventurado, dichoso y feliz”! Y la otra, la segunda voluntad de Dios, la llamada “siguiente voluntad” o “voluntad por concesión/permiso” es la que serán castigados aquellos que se incitan y se arrastran al infierno a sí mismos. Es decir, que el Dios lo permite.

Por tanto, esta guerra será el fruto de la apostasía de los hombres.

Aquello que llama la atención e impresiona es que tenemos estas dos cenas interpuestas que son contrapuestas. La cena de Dios y la cena de los buitres.

¿Qué quieres, hermano mío, sentarte a la cena de la Realeza increada de Dios o que te coman los cuervos? ¡Y esto será icona-imagen que indica cómo te estarán comiendo los cuervos en el Infierno! El Infierno no tiene cuervos o buitres, pero entendemos que allí estará devorándose uno sin ser consumido.

Y se llama “mega-grande, sublime cena de Dios”, porque es el resultado del juicio-krisis de Cristo-Juez de las potencias antíteas, antidivinas, opuestas a Dios.

Debemos apuntar que se hará también esta tercera referencia a la batalla del Armagedón, pero… vamos a ver aquí cómo exactamente nos lo dice más abajo el texto 19, 19-21:

«Y vi a la bestia, y a los reyes de la tierra y a sus ejércitos reunidos para hacer la guerra contra el que estaba montado en el caballo [de Cristo-Juez], y contra su ejército [celestial]. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso-pseudoprofeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado y extraviado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían venerado su imagen. Estos dos fueron arrojados vivos ambos al lago de fuego que arde incesantemente con azufre. Y los demás fueron matados con la espada que salía de la boca del que montaba en el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos» (Ap 19, 19-21).

Amados míos, ¿cómo debemos entender esta batalla? Esto que os dije es una icona. ¿Cómo debemos entenderlo? Si debemos hacer una pizarra pintada, algo como estas que están en la Santa Montaña Athos, con varias iconas-imágenes del Apocalipsis, iconografiadas, pintadas en la pared, ¿cómo lo representaríamos esto? ¿O sea, lo representaríamos algo así como arriba en las nubes el Cristo-jinete y Sus ejércitos, los ángeles-jinetes y los hombres que estén bajo en la tierra? Por supuesto que no. ¡Seguro que no! Esto es una icona-imagen. Por eso os pregunto, ¿cómo debemos entender esta batalla entre las naciones, que la estará conduciendo el Anticristo y el Pseudoprofeta contra el jinete-Cristo?

Posiblemente que sea como lo describe proféticamente el profeta Ezequiel, en sus famosos capítulos 38 y 39. ¡Aquí atención, por favor! Apuntad que estas cosas que escribe Ezequiel, casi literalmente también con los mismos nombres, las menciona y escribe también el evangelista Juan en el siguiente capítulo, que es la tercera referencia a la batalla del Armagedón y se refiere al rey Gog y a Mogog (que quiere decir tierra de Gog). Gog es el nombre del rey y Magog es el país del rey Gog. Por lo tanto, se trata de la misma batalla del Armagedón y las cosas que nos escribe Ezequiel; se trata de identidad, es la misma cosa. Y es cierto que allí escribe, como más abajo os leeré aquí ahora, de que se vuelve contra Israel y esto históricamente se realizó, pero el tipo o modelo histórico no se agota. En el fondo de este tipo, modelo histórico, en relación con las realidades profetizadas, existe una ésjata última guerra de la Historia, es decir, la batalla del Armagedón. Oíd cómo lo dice esto el profeta Ezequiel:

“Esto dice el Señor a Gog: “…En aquel tiempo, cuando venga Gog contra la tierra de Israel”, es decir, estas cosas dice el Señor glorioso a Gog; y será en aquel día cuando baje desde el norte Gog en la región de Israel…   Entonces realmente tuvimos la bajada de los Escitas, pero ahora el Israel es el nuevo Israel, es la Iglesia; es la bajada de Gog que es el representante de todas las potencias antíteas, antidivinas del mundo contra la Iglesia. Y continúa: “Dice el Señor, subirá muchísimo mi ira y mi enojo y provocaré gran temor; saldrá espada contra su hermano…” (Ez 38,17-21). Es decir, ¡se hará una guerra civil! O sea, ¡los ejércitos de Gog pelearán y batallarán entre sí mismos!

Esto sucedió. No existió rey Gog, es un nombre simbólico. El profeta Ezequiel dice tres nombres. El primer nombre es el nombre Ros y todos los intérpretes, antiguos y contemporáneos, dicen que son los habitantes que están alrededor del río Volga, esto que hoy también llamamos Rusia, es decir, los Rusos. ¡No lo digo yo esto! Leed la interpretación de Joel Gianakópulos (38º y 39º capítulos) en sus comentarios abajo, y esto lo veréis. Y tiene otros dos nombres que son los pueblos que habitan alrededor del Mar Negro, con el nombre general Escitas.

Los Escitas eran tremendos arqueros, una horda pragmática y hombres incultos. Entonces bajaron contra Asia Menor, de Israel y de Egipto. Ahora os cuento historia no profecía. ¡A Israel le pasaron por el tamiz! Llegaron a las afueras de Egipto, pero los Egipcios dieron muchos tesoros y regalos preciosos a los Escitas para que no entren en Egipto. Así los Escitas mientras retornaban, hubo una batalla contra ellos, con el resultado que sean sobrecogidos de miedo y al final sufrir tal pánico que perdieron su norte, sus cabezas, es decir, se volvieron locos y empezaron a combatir el uno contra el otro, sin saber quién es el enemigo o si es amigo de ellos. Peleaban y batallaban entre ellos y se autodestruyeron. Para el mantenimiento histórico, que pasó la horda de los Escitas por el país de Israel, se llamó una ciudad Skitópolis que entonces estaba en Palestina. Por eso se llamó así, para recordar el temor y terror de los Israelitas por la bajada de los Escitas. Pero la profecía no se agota allí, la profecía tiene también profundidad esjatológica, y es la batalla del Armagedón bajo el nombre de Ros o los ejércitos de Gog.

Exactamente no son los Rusos; es un tipo o modelo histórico, pero no son los Rusos. ¡Son todas las potencias antíteas, antidivinas, de Oriente y de Occidente!

¿Cómo pueden guerrear entre sí en la batalla del Armagedón y autodestruirse? Os lo diré: Es el ateo Comunismo de Oriente que domina, es el ateo Materialismo de Occidente y el ateo Sionismo, de los hebreos.

¿Coinciden sus intereses? ¡Sus intereses coinciden sólo en un punto: en pelear y combatir a Cristo y la Iglesia! Sólo en este punto. ¡Por eso veis que también en Grecia sucede esto; por tal que sea atacada y golpeada la Iglesia, se alían las potencias ocultas y tenebrosas! En otros temas no están de acuerdo, porque cada sección tiene sus intereses. Una cosa es el ateo Comunismo de Oriente, y otra cosa es el Materialismo de Occidente. Y así exactamente diríamos que Oriente con Occidente presionarán los botones para que vengan las bombas, los cohetes y los misiles.

Por tanto esto es el Oriente con el Occidente; exactamente eso es; esta es la guerra civil. Pero guerra civil respecto a las potencias antíteas, antidivinas, que estarán unidas contra Cristo, pero no están unidas porque sus intereses no están unidos, no son los mismos.

Continuación homilía 78 ¿Por tanto, cómo debemos entender esta batalla del Armagedón, que será una batalla entre las naciones? Guía conductor será el Anticristo y el Pseudoprofeta contra Jesús Cristo; o sea, ¿cómo debemos entenderlo esto históricamente?

Posiblemente, tal como os decía antes, sea tal y como nos lo describe proféticamente el profeta Ezequiel en aquel famoso capítulo 39 que dice las siguientes cosas:

“Esto dice el Señor a Gog: “… y en aquel tiempo, cuando venga Gog contra la tierra de Israel, dice el Señor Señor, subirá muchísimo mi ira y mi enojo y provocaré gran temor; saldrá espada contra su hermano…” (Ez 38,17-21). Apuntad que un poco más abajo en el capítulo 20 del libro del Apocalipsis es mencionado el Gog y el Magog.

Cuando dice que “saldrá espada contra su hermano…”, manifiesta que será una matanza entre hermanos.

Y dice: “juzgaré y condenaré a muerte a Gog…, y fuego y azufre haré llover sobre él”. Por supuesto que esto es también un acontecimiento esjatológico, es el eterno Infierno, pero antes del eterno Infierno de las fuerzas antíteas, antidivinas y del Anticristo y del Pseudoprofeta, de cualquier manera es la guerra aquella que entonces no se podía entender, pero hoy en día podemos entenderla, el que si en una guerra, la Santa Escritura nos habla de azufre y fuego, nosotros podemos entender la potencia espantosa de la energía nuclear, que por supuesto es mucho más que el azufre y el fuego. Además que en la época aquella no tenían otras representaciones para indicar la fuerza impetuosa de la cosa. Y aún dice que, “haré llover sobre él o sea sobre Gog, sobre sus tropas y sobre los muchos pueblos, naciones que están con él, lluvia impetuosa, y piedras de granizo, fuego y azufre”, y junto con él todas las naciones que le siguen. Es una alusión indirecta de que se trata de una guerra mundial.

Y continúa el profeta Ezequiel: “Esto ha dicho el Señor: di a las aves de toda especie, y a toda fiera del campo: juntaos, y venid; reuníos de todas partes a mi víctima que sacrifico para vosotros… y comeréis carne y beberéis sangre, comeréis grosura hasta saciaros, y beberéis hasta embriagaros de sangre de las víctimas que para vosotros sacrifiqué. Y os saciaréis sobre mi mesa, de caballos y de jinetes fuertes y de todos los hombres de guerra, dice el Señor” (Ez 39, 17-20).

Esta icona-imagen es paralela con esto que nos dice el evangelista Juan, de que el Ángel que estaba en el sol –esto manifiesta un fenómeno universal, porque el sol lo ven todos –dice “venid los buitres del cielo a comer cadáveres” (Ap 19, 17-18), y no nos refiere el contenido de la batalla, cómo se hará, porque como os expliqué antes, parece ser que esta guerra será repentina, breve, rápida, muy rápida y no quedarán márgenes de descripción, sino que habla sobre los resultados, de que la tierra se llenará de cadáveres de pequeños y grandes.

Observamos que los jefes de estos ejércitos serán el Anticristo y el Pseudoprofeta y como los soldados serán heteróclitos, es decir, de todas las naciones, por eso se llaman ejércitos, en contraposición con el ejército del jinete-Cristo, que indica una unidad y son las potencias angelicales.

Y señala: “Y la bestia fue apresada, y con ella el pseudo-falso profeta… Estos dos fueron arrojados vivos ambos al lago de fuego que arde incesantemente con azufre” (Ap 19,20). 

El Anticristo fue capturado, junto con él el Pseudoprofeta.

¿De quién fue capturado? ¿Y cómo fueron arrojados vivos ambos al lago de fuego –en el Infierno- que arde incesantemente con azufre”?

¡El Anticristo y el Pseudoprofeta son capturados, en el sentido y significado que opera el Dios sobre la Historia, de tal manera que son matados pero después de su muerte van directamente al Infierno!

Para que esto lo entendamos, el cómo son matados y cómo exactamente son arrojados al Infierno directamente, es decir, “vivos”, el apóstol Pablo nos dice que “Jesús, el Señor, hará desaparecer con el soplo de Su boca y aniquilará con el resplandor de su venida” (2Tes 2,8). Destruirá al Anticristo y junto con él al Pseudoprofeta, pero la perdición de ellos será conectada con el Infierno.

O sea que en concreto: tenemos una icona-imagen, la icona de la catástrofe de Sodoma y Gomorra. Los habitantes por la mañana se despertaron para ir a sus trabajos y cayó fuego y azufre y obviamente los quemó a todos, es decir, murieron. Pero esta muerte no era natural, era muerte violenta. Y esta muerte violenta es iconizada aquí con el que son transportados al Infierno. El Infierno es fuego y azufre (Ap 20,10; Mt 3,10· 18,8· 25,41), pero en Sodoma, ya históricamente (Gen 19,24), llovió fuego y azufre, que indica que se encuentran por el tipo al prototipo, por el fuego y el azufre histórico, en el fuego y azufre del Infierno. Por supuesto que murieron, pero fue tan rápida la muerte, que pasan desde el tipo al prototipo, como si no interviniese aquello que sucede a todos los demás seres humanos, es decir, morir e ir al Hades, al presabor del Infierno, y después, cuando se haga la resurrección de los muertos se encuentren al Infierno. Esto quiere decir, amados míos, que fueron capturados el Pseudoprofeta y el Anticristo. Es decir, obviamente serán asesinados y matados en esta guerra, y así, allí se demostrará que el Pseudoprofeta será cualquier otra cosa menos inmortal–y todas estas cosas por tres años y medio- y a continuación se encontrarán directamente al Infierno también el Pseudoprofeta y el Anticristo.

De todas formas lo que tiene importancia es que el Anticristo y el Pseudoprofeta se van de la escena y del escenario de la Historia. ¡Se acabaron! Diríamos que los fieles respiran. Pero esperad, que estamos al final del fin.

Toda la icona-imagen del castigo indica una prisa, mientras que aún no se ha hecho el Juicio-Krisis. Aquí tiene prisa e indica que no existe sucesión, secuencia y concordancia histórica. Esto lo subrayo; no interpretaremos una sucesión y concordancia; es peligroso. Pero esperad, lo veréis más abajo.

“Y los otros el resto de los ejércitos fueron matados”. ¿De qué manera? Con la espada de doble filo bien afilada, que procede de la boca del jinete-Cristo; es decir, que el Cristo permitirá. Esto indica la destrucción mutua de las potencias antíteas, contrarias a Dios.

Así que, tal como vemos, toda esta icona-imagen del Armagedón, no como contenido, sino como resultado, posiblemente aluden e insinúan las siguientes palabras del Señor. Os las leo rápidamente  Mateo 24, 24-27:

“Porque se levantarán falsos cristos, y falsos profetas, -se refiere también al Anticristo y al Pseudoprofeta”- y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. He aquí, ya os lo he dicho antes. Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis. Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas”.

Este pasaje es un poco difícil. Trémpelas, en el Nuevo Testamento que lo interpreta, lo atribuye literalmente de la siguiente manera: “Porque allí donde está el cuerpo muerto, el cadáver, allí se juntarán las águilas para que se sacien de este. En otras palabras, cuando la putrefacción y la podredumbre del mundo llegue al no va más, entonces inevitablemente vendrá y en todos claramente vendrá el juicio-krisis y castigo desde el cielo”. Es decir, resuena la batalla del Armagedón, resuena aquella cena de los buitres, que dice el divino evangelista Juan en el libro del Apocalipsis, “venid buitres a comer cadáveres” (19,17).

Posiblemente, a esta miseria del Armagedón insinúa también el hermano de Dios Jacobo o Santiago 5, 1-3, cuando dice:

1 Y vosotros los ricos, llorad y aullad por las miserias y desgracias que os vendrán. Vuestras riquezas, donde habéis puesto vuestra esperanza, como se han adquirido injustamente, están podridas, y vuestras ropas que están en vuestros armarios están apolilladas. A causa de vuestra dureza e interés propio, vuestro oro y plata que habéis acumulado están roñosos; y su roña testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado tesoros para vuestra condena en los días postreros, del Juicio final…” ¡A esto insinúa el “venid buitres a comer; oros, liras, euros…” todas estas cosas estarán de forma dispersa, los tesoros… todo… cuando los hombres, es decir, los hombres ricos estarán tumbados muertos y los estarán comiendo los buitres! El Dios estas cosas las guarda mediante la Historia para los últimos ésjatos días.

Y continuamos: “5habéis vivido encima de la tierra en deleites, placeres y júbilos, y habéis sido derrochadores e hijos pródigos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza. Y como día de matanza y desastre estallará el justo juicio de Dios, he aquí el Juez está en vuestra puerta” (Snt 5, 1-9). Es decir, han vivido como aquellos animales que cuando alcanzan a engordarlos bien, los llevan al matadero para degollarlos. Y por supuesto que aquí quizás habla especialmente sobre los ricos, pero podía ser que, amados míos, que se hable también en el sentido y significado general para algunas naciones y pueblos de la tierra, que tienen abundancia de bienes. Y hoy en día tenemos esta abundancia, en concreto en relación también con otros pueblos que sufren hambre. Amín

 

Unidad 59 Apocalipsis 20, 1-3 Período Evangélico: “y le ató durante mil años”

 

Homilía 78 a partir de la página 6 «1Vi a un ángel que descendía del cielo, que tenía la llave del abismo y una gran cadena en la mano. 2Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el Diablo y Satanás el que engaña la icumeni-toda tierra habitada, y le ató por mil años; [2Y capturó al dragón, la serpiente antigua, que arrastró al pecado a los primeros en ser creados, y el cual es el diablo, el satanás que su obra es calumniar a Dios y seducir y arrastrar al pecado a la icumeni-toda tierra habitada. Y lo ató para que permanezca atado e impotente para perjudicar por cierto período de tiempo que es simbolizado por mil años.] 3y lo arrojó al abismo, y lo ató, y puso su sello encima de él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo [de acuerdo con la voluntad de Dios]» (Ap 20, 1-3)

Aquí tenemos uno de los pasajes más difíciles de los pasajes del libro del Apocalipsis, y si no tenemos cuidado existe el peligro de encontrarnos en el engaño de los Milenaristas y de los Testigos de Jehová, pues especialmente este capítulo los Testigos Jehová y los Milenaristas (o los “estudiosos” de las Escrituras como se hacen llamar) lo interpretan extrayendo conclusiones equivocadas sobre el reinado de los mil años de Cristo en la tierra. Por tanto, prestad atención.
El divino Evangelista, como habéis visto, nos refiere un encadenamiento/encarcelación provisional del Satanás. Un poco más abajo, en concreto en el versículo 10 del mismo capítulo, el divino Evangelista nos referirá a la condena definitiva del Satanás siendo arrojado al eterno Infierno junto con el Anticristo y el Pseudoprofeta.

En una primera lectura parece (y aquí nos ayudaremos de la hermenéutica, de la interpretación) que el Pseudoprofeta y la Bestia preceden al Diablo en su castigo definitivo del Infierno. Nos limitaríamos a decir: «¡En la batalla del Armagedón muere el Anticristo y muere también el Pseudoprofeta, porque estos son seres humanos que gobernarán al mundo y los pueblos! Mueren y son arrojados al Infierno. Ahora aquí opera y energiza el Diablo. Queda atado por mil años, es desatado por poco (veremos por cuánto tiempo y por qué será desatado) y después también es arrojado al Infierno».

¡Pero no es así! En una primera lectura parece que sea así, pero no lo es porque sencillamente vemos que sólo hay un icono-imagen durante todo el tema y el divino Evangelista ve el icono-imagen y atribuye lo que ve sin sucesión y concordancia histórica. No existe sucesión, secuencia y concordancia histórica. Lo veremos también a continuación del capítulo porque aquí acaba toda la historia y después entramos en el reinado de la Realeza increada de Dios, y ya no existe el Diablo y el Anticristo. Que no hay sucesión y concordancia histórica lo vemos también en los evangelios. Allí, cuando se haga el Juicio-Krisis, dirá el Cristo a los pecadores (y entre ellos está también el Anticristo y el Pseudoprofeta): “id al Infierno eterno que ha sido preparado para el Diablo” (Mt 25:41). Por lo tanto, el castigo es simultáneo para el Diablo, el Anticristo, el Pseudoprofeta y los pecadores/infieles. No tenemos sucesión y concordancia de tiempo, es decir, no podemos decir que ahora estos irán al Infierno y después irán los otros; es cosa simultánea. Aunque la lectura indica que existen espacios intermedios, no existen. No sé si lo habéis entendido. ¡Es un elemento y dato muy importante, es muy interesante!

El libro del Apocalipsis menciona y habla como del pasado en relación con el tiempo futuro de su redacción escrita, y en un presente que se refiere también al futuro por la forma de redactarlo. Por consiguiente, en todas estas cosas y realidades, cuando están mezcladas, no sabemos cuál o qué es presente, pasado o futuro.

Apunto esto que dice el mismo Señor en el capítulo 1º del Apocalipsis al evangelista Juan: “Escribe las cosas y las realidades que has visto”, es decir, como pasadas, “las que son ahora”, como presentes, “y las que van suceder y hacerse después de estas”, es decir, las futuras.

¡Pasadas, presentes y futuras en un mismo icono! Por eso esto requiere especial cuidado en la interpretación. Persisto en el modo de interpretación o hermenéutica. Sobre este punto del Infierno, que aparentemente parece que precede el Anticristo y el Pseudoprofeta, escribe san Andrés de Kesarea:
«Está claro que estos no mueren por muerte común, es decir, tal y como morimos todos, sino que, adquiriendo muy rápidamente cuerpo incorrupto, son condenados a la segunda muerte dentro en el lago del fuego… con cuerpo ya incorrupto, después de la abolición de sus dominios dinásticos por Dios».

Atención. Tendrán el mismo cuerpo que tendrán cuando vivan. El mismo apóstol Pablo dice que “nosotros que vivimos no moriremos cuando venga el Cristo, sino que nos transformaremos. No probaremos la muerte” (1Tes 4,15: cf 1Cor 15, 52-53). Esto indica que el Anticristo, para cambiar de corruptible a incorruptible y encontrarse directamente al Infierno, se encuentra en los últimos ésjatos (tiempos) de los últimos ésjatos (tiempos) de la Historia; exactamente en este punto terminará la Historia porque tendremos la resurrección de los muertos. Los hombres tomarán los cuerpos incorruptos; los vivos serán cambiados en incorruptos e inmortales. Por tanto, no queda margen después del Anticristo a que vengan otros mil años….

¡Y en nuestros libros Ortodoxos, algunos teólogos ortodoxos señalan hermenéuticamente que después del Anticristo vendrán mil años! Esto es un error. Claramente Brasiotis apunta a que existen dos opciones, opiniones o aspectos en los Ortodoxos; pero esta opción y opinión que dice que después del Anticristo seguirán mil años no está de acuerdo con el espíritu de la Santa Escritura, de toda la Santa Escritura. Por eso también la Iglesia no lo acepta. ¡La Iglesia acepta que el Anticristo, el Pseudoprofeta y el Satanás serán juzgados en el día que sean juzgados también los hombres, el día del Juicios-Krisis, y no tenemos después de esto ningún período milenario! ¡Fin de la Historia, punto y final! Nada más.

Pero en relación con esta interpretación, os referiré a Ecumenio. Ya os he referido a san Andrés de Kesarea, a san Arezas y ahora a Ecumenio. Apuntad que estos tres se copian de los antiguos grandes Padres, lo que coincide exactamente con la interpretación de la Iglesia. También os lo dije al principio cuando empezamos a interpretar el libro del Apocalipsis; pobre de mí, ciertamente no hago ninguna interpretación mía. Dice, pues, Ecumenio:
«Estas cosas y realidades las ve el evangelista Juan como si tuviese delante suyo una pizarra de pintar estas cosas que se han operado-energizado por el Señor contra el Diablo. Ahora bien, el evangelista Juan ve una parte de la pizarra pintada y la describe. Se va mas allá, ve otra parte de la pizarra y también la describe. Pero ahora estas realidades las describe con letras, en un libro. El que lee tiene la impresión que hay sucesión, secuencia y concordancia histórica. No hay concordancia y sucesión histórica, sino todo es a la vez. ¡Sucede todo a la vez, simultáneamente, y lo subrayo esto!».

Y el Padre Jarálmpos Vasilópulos, que escribió cinco tomos de interpretación del Apocalipsis, dice la misma cosa. También Ántimo de Jerusalén dice lo mismo. Todos dicen lo mismo. Es decir, ¡es la interpretación/hermenéutica de la Iglesia, y subrayo esto!
De distinta manera, hay peligro de caer en la herejía del Milenarismo, sea en la forma gruesa de los Milenaristas T.J. (“viviremos, beberemos y comeremos con cucharas de oro”), o en la forma espiritual que algunos Padres de nuestra Iglesia —no os digo nombres— hablaron del sentido espiritual del reinado de mil años. Pero la Iglesia no ha aceptado su enseñanza.
Así que el encarcelamiento/reclusión del Satanás en principio no es castigo, pues su castigo será en el Infierno. El arrojamiento/lanzamiento del Satanás al abismo no es el Infierno. ¡Uno no entra al Infierno y vuelve a salir de nuevo desde el Infierno! No es el Infierno, no es el castigo final y definitivo del Satanás. Sólo el Anticristo y el Pseudoprofeta aparentemente le preceden. El Diablo no es castigado, sino que sólo permanece detenido. ¿Qué significa esta reclusión/confinamiento y dónde empieza? Empieza en la Resurrección de Cristo. ¿Y dónde acaba? Termina en el fin de la Historia. Estos son los mil años.

Veremos ahora cómo se ata a Satanás. Aquí, en el Apocalipsis, esto lo expresa el divino Evangelista usando el icono-imagen de la llave del abismo, la gran cadena, la detención del Satanás, su atadura, su encierro y el sello de la boca del abismo. Es como si el Abismo se pareciera como un pozo y sellamos la parte de arriba de la apertura, la boca para que esté adentro el Satanás y no pueda salir. Prestad atención, esto es un icono-imagen.
La derrota y destrozo del Satanás se ha hecho en tres fases. Dos ya se realizaron y queda la tercera.

La primera derrota y destrozo del Satanás la sufrió siendo Ángel de la luz, cuando pensó enorgullecerse e imaginó que podría derrotar y destrozar a Dios. Como nos dice la Santa Escritura, cayó de la fuente de la luz increada, cayó de la divina doxa-gloria (luz increada).
Esto lo dice el mismo Señor; a pesar de que se refiera a algo que está presente, pertenece al pasado. Cuando regresaron los Setenta y le dijeron “Señor en Tu nombre se someten los demonios”, subrayad esto: “que los demonios se someten» (¡son atados!), y el Señor dijo: “Yo contemplaba, veía a Satanás caer del cielo como un rayo” (Lc 10:18). Es decir, veía al Satanás con la velocidad de un rayo caerse del cielo. ¿Dónde cayó? En la tierra. Esto sucedió antes de la creación del hombre y posiblemente también antes de que se hiciera el mundo material. Posiblemente.

Esto mismo que dice el Señor lo cita también el divino Evangelista en el Apocalipsis: Lo hemos visto en el capítulo 12, versículos 7-9. Os lo leo: “Después se hizo una gran guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón (el Satanás); y también el dragón y sus ángeles combatieron; pero no pudieron triunfar, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue precipitado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero [o extravía a toda la icumeni-tierra habitada]; fue precipitado a la tierra, y sus ángeles fueron precipitados con él”. Cayó sobre la tierra, es decir, dentro en la creación, no al cielo. Lo mismo nos dice el Evangelista con este icono-imagen, de esta forma.
Así que os lo vuelvo a decir una vez más: es la primera caída del Satanás antes de la creación de los primeros en ser creados y quizás también antes de la creación de toda la creación material.
La segunda derrota/destrozo del Satanás es esta que nos describe ahora en el capítulo 20, con el icono-imagen del atado. Es esto que escribe Ántimo de Jerusalén no es difícil de entenderlo, y tiene unos doscientos años más o menos. Os lo leo:
«Este pasaje indica el encarcelamiento del Satanás que después hizo Cristo, y la parálisis de sus fuerzas y anulación de sus obras por cuyas cosas sufrió nuestro Señor cuando se hizo hombre”. Es decir, tanto por la Resurrección de Cristo como por la vida pública de Cristo. “Porque antes de la encarnación el diablo tenía fuerza y energía potentes, grandes y obligaba a los hombres a venerar, a ofrendar y a sacrificar ídolos, pero cuando se encarnó (cuando se hizo hombre el Hijo de Dios siendo mucho más fuerte que él), «Éste Hombre que Viene» o «el que siempre viene», ahora vence al Diablo. Es la segunda derrota y destrozo del Santanás” (Ecumenio).

De esta segunda derrota del Satanás los evangelios (lo vemos rápidamente, porque son muchos los puntos), hablan estos logos de Cristo (os dais cuenta que tomo el Apocalipsis de los evangelios para el sostenimiento de una demostración):
Mateo 12:29 “Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no logra primero atar al fuerte? Sólo así podrá ya saquear su casa”. Yo vine para vencer al Diablo.

Y el evangelista Juan: “Para esto se manifestó el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo” (1Jn 3:8). ¿Cómo iba el Cristo a disolver las obras del Diablo aunque Él es más fuerte que el Diablo? De esta forma: debe atar al Diablo para arrebatar su casa, es decir, su botín, sus presas; es decir, los seres humanos.

Mirad aquella mujer encorvada (Lc 13, 10-17). ¿Qué hace el Cristo? La libera de su inclinación, de aquella joroba suya. ¿Y qué dijo? “La había atado el diablo dieciocho años”. ¿Ahora qué hace el Cristo? Ata al Diablo y libera la mujer.

Acordaos del endemoniado de Gergesá. El Cristo expulsa los demonios liberando al hombre. Pero para expulsar a los demonios el Señor ató al fuerte, al Diablo. Cuando los demonios le dijeron “no nos envíes al abismo, sino mándanos en estos cerdos” (Mt 8, 28-34 cf Mrc 1,24-26 Lc 4, 34-35), el Cristo lo hizo; es decir, ató al Diablo. Esta es la atadura del abismo que dice el evangelista Juan.

Y en otra parte dice otra vez Luca 10,17: Regresan los setenta y dicen: “Señor, también los demonios se someten a Tu nombre”.

También Lucas 11:21-22: Dice el Señor: “Cuando un hombre fuerte armado guarda su palacio (como hace el Diablo) queda asegurado lo que posee. Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas y sus armaduras en que confiaba, y arrebata y reparte el botín”. Esto hizo el Cristo, saqueó al Diablo tanto aquí en la tierra como abajo en el Hades; le quitó todos los muertos en y por el siglo. Se entiende que le quitó todos los justos.

En otra parte Juan 12:31: El Cristo un poco antes de Su Pazos-Padecimiento dice: «Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo pecador será arrojado fuera». Ahora que seré crucificado, será juzgado este mundo y se separarán los fieles de los infieles. Ahora se derrocará el poder del satanás, el príncipe de este mundo pecaminoso, y será echado fuera. Este “ahora” es literalmente ahora. ¡Ahora mismo! ¿Cuándo? “Ahora mismo que yo hablo, yo el Jesús que estoy hablando ahora en este mismo momento”; ¿cuándo ahora? “Cuando ahora sea crucificado en la cruz, ocurrirá el último gemido y desgarro de la bestia, del Dragón. Me colgará en la cruz, pero yo saquearé su Hades, lo venceré y lo destrozaré”. Por consiguiente, la atadura del Satanás comienza con la Resurrección de Cristo. Aquí empiezan los mil años. El Diablo será atado por mil años. Me diréis: “Han pasado dos mil años”. Más abajo os lo explicaré, pues este número es simbólico o esquemático.

La tercera derrota/destrucción del Satanás (la última y definitiva derrota del Satanás), se describe en este mismo capítulo, el 20, en el versículo 10. Y dice allí: “Y el diablo que los engañaba [los pueblos, las naciones] fue lanzado en el lago de fuego y azufre, [es decir, el Infierno] donde estaban la bestia [es decir, el Anticristo] y el pseudo-falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos [es decir, eternamente]”. Las expresiones “día y noche y siglos de siglos”, indican la Eternidad. Sin final, sin fecha de caducidad. Esta es la tercera derrota y destrucción del Satanás, la definitiva, la última.

Aún el Señor en los evangelios, para la tercera derrota/destrucción del Satanás, dice: “Apartaos de mí malditos e iros al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” (Mt 25:41).
Es un fuego preparado para eso. Para que los impíos/infieles junto al Diablo y los demonios vayan al Infierno que es la destrucción, la derrota definitiva. Así que no tenemos otros márgenes, no tenemos otro lapso de tiempo como dicen los Milenaristas y los T.J. Este tema no lo agoto ahora, lo discutiremos otra vez; ¡es un tema muy grande! Ahora en plan rápido os digo algunas cosas, porque hemos encontrado las palabras “mil años”.

Por tanto, la atadura del Satanás consiste simplemente en que el Diablo permanece inactivo, des-energizado. Prestad atención a esto. No desaparece, sino que permanece des-energizado, inoperativo, con la potencia de su energía mutilada, amputada. ¡El Diablo delante de un hombre fiel tiembla entero! Por eso dicen, y el Señor lo dijo y los Padres lo dicen: “No tengas miedo o temor al Diablo, no te puede hacer nada. Tienes el sello de Cristo, la Santa Cruz, el Crisma, el Bautismo. No temas al Diablo”. El Diablo se mueve (este es el abismo), pero queda des-energizado/inoperativo para los fieles, como veremos.

Pero prestad atención: esta amputación, este bloqueo, os dije que dura mil años. Es el tiempo del kerigma evangélico dentro en la Iglesia.

Pero quizás surja la siguiente pregunta: ¿Cómo y hasta qué punto se verifica históricamente “lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello encima él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años”? ¿Históricamente cómo vemos esto?

¡Atención! ¡Aquí prestad mucha atención, mucho cuidado! El Cristo trajo la σωτηρία sotiría sanación, redención y salvación para todos los hombres; ató a Satanás para todos los hombres porque Dios quiere que todos los hombres se salven y vengan al reconocimiento y gnosis de la verdad” (1Tim 2,4). Trajo los mil años de la atadura del Diablo para todos los hombres, pero con la condición que la σωτηρία sotiría se haga propiedad de cada uno por la Metania, el Bautismo, la fe y la vida cristiana. (verhttps://www.logosortodoxo.com/metania/)

No todos los hombres aceptarán el Evangelio, como tampoco lo aceptarán todos los pueblos. ¡Para los que no han creído, el Diablo no está atado! El Diablo tiene toda la potencia de su energía para ellos y en ellos ejerce la energía catalizadora. Si no te has bautizado, no has creído y no vives cristianamente, el Diablo ejerce toda la potencia de su energía sobre de ti. Pero para aquellos que se encuentran dentro en la Iglesia, el Diablo es impotente a operar y energizar.

Oíd cómo lo dice el Cristo, en Luca 10,19: “He aquí os doy poder de pisar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, (que es el Diablo) y nada os dañará ni perjudicará”. ¿Por qué? Porque yo he pisoteado al Diablo y vosotros pisáis encima del Diablo, ya que lleváis mi nombre y mi fe.

Así que el Diablo está atado para los fieles, pero no está atado para los infieles o para estos que viven vida pecadora y corrupta. Además, esta incredulidad, esta infidelidad que habrá en el mundo al final (en los últimos ésjatos, postreros tiempos), soltará al Diablo del abismo para engañar a los hombres una vez más.

En realidad, no sólo los que recibieron y aceptaron el Evangelio, sino desgraciadamente también los fieles que tienen libre voluntad, preferencia o predisposición aflojarán, el agapi de ellos se desentonará y también la fe de ellos se enfriará, congelará y aflojará (cf Mt 24,12)
Tal y como el Diablo, amados míos, entró en la vida de los primeros en ser creados y se le ha dado la potestad sobre ellos para castigo de los primeros en ser creados, así también entonces, en los ésjatos últimos tiempos y acontecimientos (a pesar del ofrecimiento evangélico y los Misterios de la Iglesia, y ya que los hombres pecan), será permitido de nuevo que domine sobre ellos el Diablo. ¡Esto significa que el Diablo será desatado! Y comenzará otra vez su obra catalizadora, igual que antes de Cristo, con la potencia de su energía y fijación impetuosa (cf Ap 12,12).

El mismo sentido y significado tiene también aquello de “debe desatarse”. No sólo el «δεῖ debe» como profecía, que por supuesto se hará, sino también como una consecuencia de la vida ética y moral de los Cristianos que habrán aflojado en su vida espiritual y la fe (serán tibios). El Cristo dijo que “¿cuándo venga encontraré fe en la tierra?”. ¿No dijo el mismo Cristo que la agapi-amor incondicional de los muchos –¡de los Cristianos! -se congelará, entrará en la nevera? A estos el Diablo los encontrará en su flojera, en su tibieza, y el Cristo permitirá como castigo que domine sobre ellos el Diablo, es decir, será desatado.

Es digno de observar y destacar que el Diablo engaña a todas las naciones, tal y como lo dice el texto que más arriba hemos leído (Ap 20,3), y esto indica que su influencia y efecto no sólo será en las personas, sino también en las naciones; y no sólo en la naciones que están alejadas de Cristo, sino también a las naciones llamadas cristianas. ¡Y en nuestro pueblo helénico me temo que el Diablo se ha sentado en su cuello!… ¡Mucho me temo esto! ¿Y por qué tengo que decirlo yo? ¡Vosotros también lo veis por vosotros mismos!

Por tanto, el poco tiempo que quedará desatado el Diablo es el tiempo que traerá al Anticristo. Así que aquello de “poco tiempo será desatado” (Ap 20,3) es el tiempo del Anticristo; entonces vendrá el Anticristo.

Pero aquí se ven los acontecimientos por adelantado porque habla otra vez sobre «el Anticristo”. Pero os lo he explicado.
Escribe Ántimo de Jerusalén:
“Después de finalizar este espacio del tiempo que sólo conoce el Dios, vendrá el Anticristo”, es decir, después de estos mil años que sólo conoce Dios (al ser número simbólico, sólo Dios sabe cuánto terminará), entonces vendrá el Anticristo. Así que los mil años abarcan desde la primera Parusía-Presencia de Cristo (la Resurrección de Cristo), hasta el día de la venida del Anticristo. Por lo tanto, estos son los mil años. Después será desatado el Diablo y traerá al Anticristo. Pero será por espacio de tiempo corto.

Y continúa: “Y reinará poco tiempo, como se predijo en el libro de Daniel el profeta; tiempo y tiempos y mitad del tiempo”, es decir, un año y dos y la mitad del año, o sea, tres años y medio. Algunos dicen que no son tres y medio sino siete. ¡Otros dicen treinta, otros cincuenta! Sin embargo, son tres años y medio. “Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados, tal como predijo el Señor” (Mt 24,22). Es decir, los días se acortarán, el espacio del tiempo será pequeño, corto. Lo dijo el Cristo. Esto significa que el lapso de tiempo del Anticristo será pequeño.

“Por tanto, ya que en este corto espacio del tiempo se multiplicará y abundará el pecado (aquí ahora está la llave) Dios concederá/permitirá que se libere el Diablo para hacer aquellas mismas cosas que también hacía antes de la Encarnación de Cristo”; esto escribe Ántimo de Jerusalén y lo mismo dice también san Andrés de Kesarea.

¡Por consiguiente, volverá la idolatría! Y ya ha comenzado a regresar otra vez la idolatría y en nuestra patria, específicamente en su forma burda.

Sin agotar el tema, ahora vamos a ver en pocas palabras estos “mil años”.
Escribe san Andrés de Kesarea:

Por supuesto que los mil años es bueno que no lo pensemos en relación con el número, no se trata del número mil… Así que suponemos que simplemente manifiesta la cantidad o el número perfecto, pues el número mil es un número perfecto. El mil no tiene raíz cuadrada, sino que es un número perfecto. Con este sentido y significado es número perfecto. Diez por diez son cien; diez por cien son mil, pero no tiene cuadrado.

Y continúa: “Son bastantes estos años para que sea predicado el Evangelio y sea arraigada la piedad en todo el mundo…» Por tanto, los mil años (esto que os estoy diciendo ahora que os lo acordéis) es el lapso de tiempo desde la Humanización o Encarnación del Cristo hasta el tiempo en que vendrá el Anticristo. Estos son los mil años. Es un número simbólico, esquemático o relativo.

E interpretando a san Andrés de Kesarea, Ántimo de Jerusalén, apunta que:
“Los mil años aquí no significa las diez centenas, sino una perfección del tiempo, y el cumplimiento o complementación de todos los espacios aritméticos, unidades, décadas y centenares, o sea de todo el tiempo del kerigma evangélico, y la cumplimentación de la cantidad de los piadosos”.

¿Qué significa esto?

El Cristo en Sus parábolas dijo “diez vírgenes” (Mt 25, 11-13”, “cien ovejas” (Mt 18, 12-14), “diez dracmas” (Mt 25, 14.30), cinco y cinco talentos, “diez talentos” (Mt 25, 14,30). Todos estos números que el Cristo dijo, los dijo como símbolos y están por debajo del mil. Ahora bien, cuando decimos mil, aquí Ántimo de Jerusalén lo explica (y lo toma de Andrés de Kesarea) dando a entender que dentro del número mil, es decir, dentro del lapso de tiempo del Evangelio, se habrá cumplido lo que el Dios provee para la sotiría/salvación de los hombres. Es decir, se habrá terminado la salvación de los hombres y nada seguirá después de esto; ahí se acabó todo. Este es el significado del número mil, que expresa las centenas, las decenas y las unidades: el cumplimiento de la cantidad de los fieles/piadosos.

Para el cumplimiento de la cantidad de los fieles/piadosos, os acordaréis allí que aquellos Mártires dicen: “¿Hasta cuándo, Soberano Señor, Santo y Verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre [que se derramó injustamente] en los que moran sobre la tierra? Y el Señor los responde, “hasta que se complete el número de sus consiervos, el de sus hermanos que debían ser asesinados también como ellos”. Hasta que se cumpla el número de los Justos de los Mártires, número que sólo es conocido por Dios; entonces, amados míos, terminará el período de los mil años, es decir, el período del Evangelio.

Todas estas cosas que os dije las encontramos incluso en una frasecita del 17 capítulo versículo 8 que habíamos analizado. El Ángel dice al evangelista Juan: “La bestia que has visto, estaba y ya no está; y ha de resurgir y va a subir del abismo y a encaminarse hacia su ruina, perdición”. Ahora lo entenderéis muy bien. La Bestia que has visto, en el cual se sienta la Mujer prostituta, la Babilonia-Roma, estaba y no está y tratará de resurgir y subir desde el abismo y va hacia la catástrofe, la perdición. ¡Ahora entendemos muy bien qué es este abismo!

Por tanto, “la Bestia que estaba” significa que actuaba y operaba antes de Cristo. ¡Ahora vino el Cristo y “no está”! Es decir, está en el Abismo “pero vendrá el tiempo que saldrá del Abismo” (que son estos tres años y medio), y entonces operará a través del Anticristo y del Pseudoprofeta, ¡pero por poco tiempo porque después va a la perdición, es decir, al eterno Infierno ya definitivamente!

He aquí el versículo: “La bestia que has visto, estaba y ya no está; y ha de resurgir y va a subir del abismo y a encaminarse hacia su ruina, perdición”. Muy bellamente y muy de acuerdo con la Santa Escritura, Antiguo y Nuevo Testamento, uno ve que los evangelios y el libro del Apocalipsis están del todo de acuerdo de forma exacta a esto que ha aceptado nuestra Iglesia sobre los mil años.

(El texto continua de la página 4 de la Homilía 79) Persistiré de nuevo en lo: “y ha de resurgir y va a subir del abismo” porque es importante. Esto sucederá un poquito antes del fin por causa de la infra-valorización de la fe y espiritualidad de los Cristianos…

¿No dijo en Señor que “la agapi de los muchos se congelará” (Mt 24,12), se pondrá en la nevera? Se enfriará, se congelará la agapi (amor incondicional) de los muchos, es decir, los hombres habrán dejado las puertas de sus psiques abiertas para que vuelva a entrar el Diablo. Esto aquí indica que ya el Dios concede, permite que sufran los hombres la influencia del Diablo, es decir, aquí vemos que es desatado del Abismo.

Para que lo entendáis. Cuando los primeros en ser creados estaban en el Paraíso, el Diablo no podía molestarlos y tentarlos. En nada podía tentarlos, ni influenciarlos y afectarlos malamente de ninguna manera. Pero desde el momento en que con sus propias voluntades y preferencias no tuvieron cuidado y escucharon el consejo del Diablo, entonces dejaron las puertas de sus psiques-almas abiertas para que fueran conquistados por el Satanás. Es decir, Dios concedió que sean conquistados por el Diablo porque con sus propias libres voluntades y preferencias aceptaron la opción y opinión del Diablo.

Esto también sucederá entonces a los Cristianos, pues de los Cristianos estamos hablando. Comenzarán a congelar sus vidas espirituales aceptando al Satanás. Es decir, empezará el Diablo a ganar y reconquistar de nuevo a los Cristianos y Dios concederá y permitirá que sean conquistados. Esto corresponde con la desatadura del Diablo que estaba atado por mil años en el Abismo. Es decir, ahora opera sobre la humanidad tal y como operaba antes de la Muerte cruciforme de Cristo. Eso es lo que significa “debe desatarse” el Diablo. Ese “debe” indica la necesidad de ser desatado el Diablo, porque al haber retrocedido los hombres en sus vidas espirituales, deberá conquistarlos. Es decir, deben ser castigados por esto que hacen. Se sabe que el hombre que está alejado de Dios está dominado por el demonio; este es su castigo.

Repito que en este capítulo, especialmente en estos cuatro primeros versículos, se ha cometido una terrible confusión, hermenéutica malentendida, especialmente por parte de los heréticos, o sea, los Milenaristas y los Testigos de Jehová, etc.

 “Cuando sean cumplidos y terminados los mil años…”
Aquí se habla claramente de que el Diablo será desatado transcurridos los mil años, actuará por poco tiempo e inmediatamente después será arrojado el Infierno eterno. ¡Así es! Esto no significa que hay otros mil años después de ser desatado Satanás. Es decir, es desatado, es dejado un poco y es arrojado al Infierno, sin que después sigan otros mil años como quieren los Milenaristas. Es cierto y claro que los mil años son previos al desatar de Satanás y, como dijimos, según el logos de san Andrés de Kesarea, es el tiempo del Evangelio; es decir, el tiempo entre las dos Parusías-Presencias de Cristo, la primera y la segunda. Exactamente, tal y como dice de nuevo él mismo, es el tiempo de la primera Parusía de Cristo y la parusía-presencia del Anticristo; es decir, es entre las dos Parusías-Presencias, excepto los tres años y medio. Estos son los mil años. Y sucede antes de ser desatado del Satanás. ¡Antes! Precede, lo subrayo
San Andrés de Kesarea relata dos casos interpretativos que naturalmente no acepta, sólo los cita y el principal de estos os lo leeré y es una teoría, la interpretación que han guardado los milenaristas. Oídla:

Miden los años desde Adán y Eva y dicen que son seis mil años. Estos años será atado el Diablo y vendrán también los mil años, donde dicen que reinará visiblemente el Cristo en la tierra”. Atención, tened cuidado para que no os liéis; estas cosas las dicen antiguos intérpretes heréticos y los contemporáneos Milenaristas tipo Testigos de Jehová, y la Iglesia no ha aceptado estas cosas, y por consiguiente todos los años son siete milenios, siete mil años, según los siete días de la creación. Y cuando se cumplan los seis mil años, sólo resucitarán los Santos, no los pecadores. “Resucitarán únicamente los Santos, estos que han pasado por la vida presente, Mártires y etcétera, para que disfruten de los bienes de la tierra”. Por eso los milenaristas y Testigos de Jehová, en sus panfletos de anuncios y propaganda, presentan frutos, verduras, animales que se mueven todo muy bonito, hombres sonriendo, guitarras, pianos y etcétera…. Todas estas cosas las tienen los Santos mil años para alegrarse en la tierra. Después, cuando pasen los mil años, entonces resucitarán también los pecadores.

Aquí añado lo qué dicen los Milenaristas y los T.J: “Les preguntará Dios: ¿os arrepentís? Y ellos no se arrepentirán. (¿Qué idiota haría esto?) ¡Dios los anulará, pasarán al cero, a la nada o inexistencia!” Esto dicen. Es decir, ¡para los milenaristas no existe el Infierno; no, no existe el Infierno para ellos!

Sobre esta línea herética, la milenarista, san Andrés dice: “Es superfluo decirlo: nuestra Iglesia no acepta nada de esto”. ¿Habéis visto lo qué dice nuestra Iglesia? No acepta ninguna de estas cosas. ¡Nada de nada! Nada, estas cosas son interpretaciones heréticas.
A continuación dice san Andrés:
“Por tanto, nosotros escuchamos al Señor decir a los Saduceos que, ‘tal como son los ángeles en el cielo, así serán también los justos’, y el Apóstol que dijo que ‘la Realeza increada de Dios no es comida ni bebida’, y así entendemos este tiempo milenario del kerigma evangélico”. ¿Qué dijo el Cristo a los Saduceos? En el cielo los justos serán como los ángeles de Dios. Y el Apóstol Pablo dijo que la Realeza increada de Dios no es estar comiendo y bebiendo. Por consiguiente, ¿cómo resucitarán los Santos comiendo y bebiendo y serán también inmortales? Por tanto, ya que no comemos ni bebemos en el reinado de la Realeza increada de Dios, ¿cómo es posible que tengamos esta resurrección? Nosotros hemos percibido y entendido así el tiempo milenario, de que es el tiempo del kerigma evangélico.

Y continúa: “Porque como os he escrito más arriba, no es necesario que calculemos los mil años usando este tipo de número (no tomar literalmente al pie de la letra la interpretación de los mil años) y después de los mil años vendrá el hijo de la perdición, el hombre de la iniquidad, el Anticristo”. Y en concreto allí (no copio todo lo que dice san Andrés para no cansaros) hace alusión a los pasajes del Nuevo y del Antiguo Testamento para indicar que es un número simbólico.Atención, porque también en interpretaciones sobre el Evangelio, una de las interpretaciones que circulan, dice que después del Anticristo comenzarán los mil años. Pero es equivocada y la Iglesia esta interpretación la ha condenado. Os lo vuelvo a decir otra vez. Aún con su mejor interpretación espiritual, podríamos decir que es una doxasía-creencia y opinión herética. La Iglesia no la acepta.

Y después de los mil años dice san Andrés de Kesarea, vendrá “el hijo de la perdición, el hombre de la iniquidad, el Anticristo, para que sean juzgados todos estos que no creyeron en la verdad, sino que aceptaron y crecieron en la injusticia”. Después viene el Juicio-Krisis y nada más; no existen otros mil años. Y del mismo modo que abunda frenéticamente el Milenarismo, permitidme, sobre estas cosas que os dije, decir y añadir dos comentarios más.

Habéis visto que el Milenarismo es muy antiguo. Esto que os he leído es del siglo 5. Es cierto que el primer Milenarista, como sabéis, fue Kerinto, quien era también contemporáneo de san Juan el Evangelista. Aún vivía san Juan. Había circulado y se había publicado su Apocalipsis y Kerinto, este Judío, tergiversó de inmediato las cosas interpretativamente, porque sencillamente quería dar un matiz cristiano a la percepción mesiánica materialista de los Hebreos. Es por esto que los Milenaristas son Hebreos, son Sionistas, por eso utilizan a este Kerinto, porque estos hombres irreparables e in-corregibles permanecen aún a la percepción del Mesías con dimensiones materialistas. Los primeros seguidores entusiastas de Kerinto fueron los Hebionitas y los Nazarenos y en nuestra época los contemporáneos Milenaristas Testigos de Jehová y otros.

Esta mala interpretación del Apocalipsis la combatieron Orígenes, Dionisio de Alejandría, san Basilio el Grande, san Gregorio el Teólogo y en Occidente san Jerónimo y san Agustín, pero principalmente esta interpretación o hermenéutica, sobre el reinado milenario de Cristo aquí en la tierra después del Anticristo, la condenó el tercer Sínodo en Éfeso.

Pero me gustaría que esto lo consolidemos. La separación de los justos e injustos antes del Juicio definitivo, donde los Santos resucitarán (sin que resuciten los pecadores) y vivirán inmortalmente mil años encima de la tierra, viene en contradicción con la parábola de la red (Mt 13, 47-50), donde el Señor dijo que recoge en la red pescados buenos y malos. Se arrastra la red a la playa y allí se hace la selección. Los pescados buenos entran en los recipientes, en las tinajas, en cambio los malos se tiran. Así se hará también, dijo el Cristo, cuando se acabe la Historia. Este es el fin del siglo; es decir, que vendrán los ángeles y separarán los astutos malignos y viles de entre los justos. Así que la separación de los justos y de los pecadores se hará al final de la Historia. Por tanto, no hay una separación anterior (Mt 13,49).

Incluso dicen que el Cristo reinará visiblemente en la tierra con los Justos mil años hasta que se haga este Juicio final y definitivo; por tanto, sabemos dónde se encuentra el Cristo hasta que se haga este Juicio final y no va a aparecer en la tierra hasta entonces. Nos lo dice el Apóstol Pedro en los Hechos 3,21:
“El Jesús Cristo, quien os fue anunciado antes; a quien, según las profecías, es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración/apocatástasis de todas las cosas, de las que habló Dios por boca de sus santos profetas a través de los siglos”. Es decir, hasta la resurrección de todos los muertos, con sus cuerpos, hasta entonces el Cristo estará en el cielo. Por consiguiente también por este aspecto no tendremos aparición visible de Cristo por mil años sobre la tierra. Es decir, tal como veis, existe la gran mala interpretación o hermenéutica de estos pasajes por los heréticos.

Continuamos: “Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión” (Ap 20,7).

Cuando oímos que se ata y se desata el Satanás, no se vaya a creer que Dios representa un teatro con el Diablo y los hombres como actores, atando y desatando. Se trata de iconos-imágenes que presentan las fluctuaciones/oscilaciones frente al Evangelio. Atención, tenedlo mucho en cuenta y cuidado. Es el comportamiento de los hombres ante el Evangelio.
¿Qué dijo el Señor? “La agapi de los muchos se congelará”, entrará en la nevera. Es decir, la agapi es representativa de la vida práctica. Es la fe y la agapi. La agapi es praxis de la fe, y la manifestación de la fe en praxis. La agapi se congelará, dijo el Señor, por tanto, ya que se congelará, significa que muchos se alejarán del Evangelio. Este alejamiento de el Evangelio traerá el remover de la divina jaris (gracia, energía increada); se marchará la jaris divina. Y ya que se marcha la divina jaris, entonces el Diablo encontrará la posibilidad y habilidad de influenciar adversamente a los hombres. Es decir, se repetirá lo que sucedió entonces en el Paraíso con los primeros en ser creados.

Los primeros en ser creados tenían comunión, conexión y comunicación con Dios. Cuando pecaron, ¿quién tuvo la culpa? La culpa la tenían ellos mismos, ellos pecaron. Por tanto, ya que pecaron libremente ante Dios, creyendo al Diablo, se marchó la jaris (gracia, energía increada) de Dios. Cuando se retiró la jaris de Dios que los protegía, saltó impetuosamente el Diablo y los conquistó. ¡Desde entonces los primeros en ser creados se hicieron potestad, jurisdicción del Satanás!

La misma cosa sucederá también después: “se congelará la agapi de los muchos”, y permitirán la entrada al Diablo que entre en sus vidas y en las comunidades de los hombres. Tal como veis, el único responsable es el hombre. Por lo tanto, Dios no está representando una obra de teatro.

Debemos incluso entender que este ser desatado de Satanás (atención a este punto) no será una concesión brusca de Dios; es decir, no se deja al Diablo en el abismo como si fuese el genio de la botella con un tapón sobre la boca por la parte de arriba, y de repente se abre y de allí salta el Diablo y empieza hacer su obra en la orbe de toda la tierra habitada. No es así, porque el comportamiento de los hombres frente al Evangelio, en tanto fríos, duros, es algo progresivo. En consecuencia, la conquista que tendrá el Diablo sobre los hombres y las naciones también será progresiva.

Tomad por ejemplo a Grecia. Veis que Grecia se hizo cristiana cuando los Apóstoles vinieron aquí a Grecia, el Apóstol Pablo, el Apóstol Andrés y cualquier otro que pudiera haber venido a Grecia. Pero, poco a poco, poquito a poquito, Grecia empieza a expulsar aquello que una vez aceptó, es decir, su cualidad cristiana, y quiere retornar a la idolatría. No os impresione y extrañe esto, porque hay algunas cosas son raras y curiosas, pero las leemos y las vemos en los textos; nos hemos vuelto nostálgicos con la idolatría como otros Julianos apóstatas, y nuestra vida está corrupta. Veis, vamos progresivamente a que nos conquiste Satanás. Por tanto, esta conquista de Satanás es progresiva.

Pero aquí dice que será suelto por tres años y medio. Estos tres años y medio serán la cúspide, la culminación de la acción del Satanás en la persona del Anticristo. Es decir, que no se vaya a creer que todas estas cosas vendrán; ya están presentes, ya han empezado. Nos encontramos dentro de una situación que nos apocalipta-revela ahora el logos de Dios.

(El siguiente texto es de la página 5 de la homilía 79). Por tanto estos mil años es el tiempo del Evangelio y será suelto el Diablo un poco antes que termine, es decir, un poquito antes del fin de la Historia. Un poquito antes. Por tanto, este poco, ¿cuándo será? Lo dice aquí: “Debe ser suelto por poco tiempo”. Será en la culminación, la cúspide de los tres años y medio. Sólo tres años y medio, pero en la cúspide. El desatado del Satanás no es instantáneo, los hombres no lo reciben y aceptan de repente, es decir, mañana por la mañana no le dicen “pasa para conquistar nuestra psique-alma”, sino que será cosa progresiva. Esta aceptación/admisión progresiva del Satanás, durará muchos años. Pero su conquista literal de todo, de todos los hombres igual que antes de la Cruz, sólo durará tres años y medio, y esto corresponde a la parusía-presencia del Anticristo.

Que lo sepáis, la trayectoria del Satanás es la misma y los mil años de los Milenaristas y Testigos de Jehová en esto consiste, y no hay otros mil años durante los que los hombres estarán viviendo en el bienestar material y deleite, como sostienen insistentemente. No existen otros mil años; estos son los años del Evangelio con sentido y significado espiritual y no material. Esta interpretación/hermenéutica es exactamente la interpretación de nuestra Iglesia, la interpretación/hermenéutica de nuestra Iglesia Ortodoxa; cualquier otra cosas que oigáis, rechazadla.

Así os acordaréis de este versículo 17,8 que es muy importante y paralelo al libro del Apocalipsis: “La bestia que has visto, estaba y ya no está; y ha de resurgir y va a subir del abismo y a encaminarse hacia su ruina, perdición.” Amín.

 

Unidad 60 Apocalipsis 20 4-6 El Juicio-Krisis durante el período Evangélico. El sello de Cristo o del Anticristo lo tomamos en la época que vivimos

 

Continúa, pues, el sagrado Evangelista en el 20º capítulo por el 4º versículo:

«Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos, los que recibieron poder y facultad de juzgar; y vi a las psiques-almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por el logos de Dios, los que no habían venerado a la bestia ni a su imagen o ídolo, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo [que se simboliza] mil años. Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección [espiritual]. Bienaventurado y santo el que tiene parte en esta primera resurrección [espiritual]; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos [es decir, la plena y eterna separación de Dios], sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años» (Ap 20, 4-6. Estos que se sentaron eran Mártires y Confesores.

Me diréis que es un pasaje excelentemente enigmático, incógnito e incomprensible. Veréis cómo poco a poco será resuelta vuestra interrogante y duda en cada punto de este pasaje. ¿Únicamente hace falta mucho cuidado y atención!

En principio debemos entender que todo este pasaje que nos dice el divino Evangelista, es co-realizado dentro de los mil años. ¿Lo habéis visto? Lo dice repetidamente. “Reinan junto con Él mil años”. Por tanto, debemos así considerarlo, de que se trata de una situación que está dentro de los marcos de los mil años, es decir, una situación que está entre la primera y la segunda Parusía-Presencia de Cristo, no es futura. Pero ahora vivimos los  mil años porque estamos dentro del espacio de las dos Parusías-Presencias de Cristo, sin duda la icona-imagen que aquí nos dice está dentro de la época que vivimos, es decir, dentro en el espacio del Evangelio, de los mil años.

¿Quiénes son estos tronos?

Es conocido que el trono es un símbolo: Primero, del maestro/didáskalos. Acordaos cómo se llamaba la cátedra de enseñanza o el trono de Moisés, “cátedra de Moisés”. El Señor dijo que los Gramatís-Escribas o los Intelectuales (teólogos de academia) se sentaron en la cátedra de Moisés (Mt 23,2). Por tanto, es el símbolo del maestro. Segundo, es aún el símbolo de la doxa (gloria). Tercero es el símbolo del magistrado, juez y del juicio-krisis.

San Andrés de Kesarea escribe: “Y ya los santos Apóstoles se les conceden tronos de maestros/didaskálikos, por los cuales se han iluminado y se iluminan las naciones” (J.P. Migne, P.G., tomo 106, logos 21 ΚΑ΄, cap. 61΄, pag 412Α).

¿Y quiénes son los primeros, es decir, la primera categoría de estos que ve el Evangelista que están sentados en tronos?

Primeros, antes que nadie son los Apóstoles, los Santos, los Mártires y los Confesores, y están desde entonces que comienza el kerigma evangélico hasta el final de la Historia. En toda esta duración, los que pertenecían a la categoría que dijimos, existen y existirán. Todos estos se sientan en tronos y esto indica que primero ante todo son los Apóstoles que se sentaron al trono del maestro, son los maestros/didáskalos de la Icumeni-toda la tierra habitada.

Se sientan también según la promesa del Señor que dijo a Sus Discípulos: “Amín, amín, de cierto os digo que en la regeneración, cuando renacerá el mundo, y el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel” (Mt 19,28. cf Lc 22,30). Lo dijo el Señor: ¡Sentaréis en tronos!

Pero no son sólo los Apóstoles, como os dije; son también los Santos. ¿Cómo lo sabemos esto? Escuchadlo proféticamente, que Daniel lo dice en su 7º capítulo, en el versículo 22, y apunta: “Hasta que vino el Anciano de los días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo para que juzguen; y llegó el tiempo también, y los santos recibieron el reinado de la realeza increada”. Así que el Altísimo ha dado, pues, facultad y poder a los Santos, el Dios de los días antiguos, e incluso, cuando llegó el tiempo, les ha dado la Realeza increada.

Aquí un pequeño paréntesis: ¡Y nosotros sentaremos en estos tronos! ¡Desde ahora! No os asombre esto. Por eso, por favor, prestad mucha atención y cuidado. A los que el Dios complacerá o que los mismos querrán, podrán sentarse en estos tronos. Pero esperad.

Uno aquí ve: Trono del poder tribunal, trono de doxa-gloria real.

El apóstol Pablo escribió a los Corintios en su 1 Epístola, cuando allí se produjo un tema de tribunal o de juzgado. Sabéis que los Corintios, ya Cristianos, iban a los jueces y tribunales idólatras para solucionar sus asuntos. Y entonces los escribió: “¡No tenéis vergüenza,  no tenéis vergüenza que vosotros Cristianos, que sois superiores a los idólatras, vais que os solucionen vuestras diferencias los idólatras!”. Y allí los dice que: “¡Sabéis que los Santos juzgarán el mundo!”. Según el Nuevo Testamento, Santo es el fiel, el Cristiano. Así que “los santos juzgarán al mundo”. He aquí por dónde sabemos que no son sólo los Apóstoles: son también los Santos.

Pero son también los “decapitados, degollados”, como se ha referido el versículo, es decir, los Mártires, pero también están los “que no han venerado la bestia, aquellos que los han puesto a venerar, reverenciar la Bestia y dijeron no. Venero, reverencio a la Bestia quiere decir que acepto el espíritu del Anticristo, acepto a conciliarme, estar de acuerdo, confesar, estipular y reconciliarme con el espíritu del Diablo y del Anticristo. Esto puede costarme muchísimo, muchas cosas, incluso la vida. Por tanto, este es el Confesor. Así las categorías que se sentaron en los tronos son los Apóstoles, los Santos, los Mártires y los Confesores.

Con el sentido y significado del trono de la doxa (gloria, luz increada) y que co-reinarán con el Cristo durante los mil años –es decir, mientras exista la Historia- es honor y doxa que disfrutan los Santos, tanto en el cielo como también en la tierra.

Así que amados míos, esta doxa-gloria de los Santos, pues, ya está presente. ¡Vemos que los Santos, los Confesores, los Apóstoles y los Mártires disfrutan de esta doxa-gloria desde la vida presente, desde ahora mismo! Tenemos las memorias de los Santos, las fiestas, tenemos himnografía dedicada a los que honramos y honramos a los Santos. ¿Veis cuantas personas históricas  importantes han pasado? Tomo el espacio helénico-griego, tal como Alejandro Magno, importantes filósofos, grandes hombres. Los recordamos simplemente como historia. ¿A quiénes  honramos especialmente? ¡A los Santos y a los Mártires; veis cómo los honramos! He aquí pues, que se sientan al trono de la doxa-gloria.

¿Cómo lo dijo esto el Cristo? “Aquel que me sirve con fe y es mi discípulo, que me siga con abnegación, imitándome; y donde yo estoy después de mi resurrección en la doxa (gloria, luz increada) y eterna, allí estará también mi servidor. A quien me sirve, mi Padre le honrará y le glorificará en el futuro eterno” (Jn 12,26).

¿Pero cómo desde la vida presente aún disfrutan los Santos la honra y la doxa-gloria?

¡Los milagros que hacen los Santos, son los que delimitan al Satanás; los Santos expulsan a los demonios y hacen tantos milagros! ¡Son honrados y glorificados por el laós-pueblo de Dios, por el mundo! ¡Son glorificados! Por tanto, esta es la doxa; son glorificados y alabados junto con el Cristo, son co-glorificados.

Veis que cuando hacemos la Divina Liturgia, glorificamos a Cristo y a la vez honramos también el Santo de cada día; hoy éste Santo, mañana el otro Santo y etcétera. Esta es la doxa y la honra y es esto que nos interesa. Aún el fiel también desde la vida presente muchas veces disfruta la honra y la doxa.

San Andrés de Kesarea apunta: “Hasta la segunda presencia cuando el Cristo venga otra vez, cuando acabe el mundo, co-reinarán con el Cristo”. ¿Después? Después mucho más, pero entonces no será el mundo tal y como es, para decir que se atribuye honor a los Santos; todos los que estarán al reinado de la Realeza de Dios, -tal y como nos lo dice un poquito más abajo- son los sacerdotes y los reyes, es decir, “nación santa, sacerdocio real” (Ex 23,22; 1Ped 2,9; Ap 20,6). Por tanto este es el honor para ellos que viven en el mundo presente, y obviamente se trata de vivos y de dormidos (difuntos) y tiene mucha importancia.

Sobre el juicio de los Apóstoles, y en general de los Santos, -según lo “ellos los que recibieron facultad de juzgar”- tenemos que apuntar esto. Es conocido que el Juez es sólo el Cristo. ¿Cómo pues los Santos juzgarán al mundo, ya que el Juez es sólo el Cristo? Os llamará la atención.

La presencia de los Santos en el día del Juicio-Krisis, cuando se sientan en sus tronos, esta misma presencia de ellos, será el criterio de los infieles y de los pecadores. ¿Dónde estará o será el criterio? Está en que “nosotros en nuestra época hemos creído, pero vosotros no habéis creído. ¿Cuál es vuestra justificación? ¿El que… qué?  Nosotros hemos creído. Así pues, la presencia silenciosa (¡presencia silenciosa y tronante!) será el juicio y la condena de los pecadores, de los infieles y de los impíos.

¿Sabéis cómo lo dijo esto Cristo? Cuando a nuestro Señor no le daban importancia muchos de los soberanos, los dijo: “El día del Juicio resucitarán los Ninevitas junto con vosotros, con esta generación; y entonces los Ninevitas os juzgarán, porque aquellos sólo escucharon un kerigma, este del Jonás, creyeron y volvieron a la metania, se arrepintieron. Aquí es algo mucho más que el kerigma de un Jonás y vosotros no me creéis y no volvéis a la metania, ni os arrepentís. El día del Juicio resucitará la reina de Sabá, que se marchó de muy lejos para venir a escuchar la sabiduría de Salomón, os juzgará y os dirá: “Yo hice tanto camino para venir a escuchar la sabiduría de Salomón”. Y aquí es algo más que la sabiduría de Salomón; yo soy la Autosofía-Autosabiduría” (Lc 24, 30-32). Así que estos juzgarán a los contemporáneos de Cristo; serán aquellos que en una época tenían las menores posibilidades para recibirLe  y Le han recibido y aceptado.

¿Queréis aún algo más que os hará templar? Me limitaré sólo a san Nectario, aunque son muchos los Santos contemporáneos, conocidos y desconocidos, igual que san Sabas de la isla de Kalimno, el santo alfa, o beta… En concreto hace unos días otra vez se ha proclamado un Santo en la isla de Kefalonia, otro en Etolia y etcétera. Yo tomo sólo a san Nectario, porque os es muy conocido. Resucitará pues, san Nectario durante el día del Juicio-Krisis y sentará en trono de doxa-gloria y juicio. Nosotros seremos juzgados, y cuando el Cristo nos juzgue, le diremos: “¡Pero, Señor, no entiendes!… ¿Sabes en qué época vivíamos nosotros, Señor? En el siglo veinte. ¿Sabes qué significaba siglo veinte? ¡Era muy pecador el siglo veinte! ¿Cómo quieres, Señor, que pudiéramos aplicar Tu Evangelio? ¿Sería posible alguna vez a aplicarse Tu Evangelio en el siglo veinte?”. ¿Lo podremos decir esto? ¡En el trono del juez estará sentado aquel que ha vivido en el siglo veinte, san Nectario, y nos tapará la boca! No vamos a poder decir nada. Es decir, la presencia de san Nectario que ha vivido al mismo siglo que nosotros, nos juzgará. Con este sentido y significado “los santos juzgarán el mundo”, (Ántimo de Jerusalén).

¡Debemos señalar aún algo que os rogaría especialmente que lo tengáis mucho cuidado y atención! Lo he dicho y repetido muchas veces en toda la duración de la interpretación del libro del Apocalipsis, pero lo digo una vez más. Son los decapitados, degollados, es decir, estos que fueron degollados, a estos que cayó sobre ellos el hacha, es decir, el martirio, estos que son santos Mártires. Esto, -lo dice claramente el texto- no veneraron la imagen de la Bestia, ni tomaron “la marca” en sus frentes y en sus manos, como a estos que se los ponía el Anticristo, la Bestia, en su época. Sí, pero sabemos que esto no es posible, porque el Anticristo aún no ha venido, vendrá entonces. Es decir, es una observación por adelantado y anacrónica, por decirlo así de esta manera. Por tanto, ¿cómo se hace este adelantado? Los Santos y los Mártires vivieron desde la época de Cristo, viven continuamente dentro de los siglos; pero el Anticristo no ha venido; ¿cómo, pues, se propuso que veneren su imagen y negaron? Esto es lo que quiero deciros.

Existe este engaño que muchos creen que el Anticristo, cuando venga… ¿Y los ves que se les pone el pelo de punta!… ¡Amados míos, el espíritu del Anticristo está difuso muy extendido! El sagrado evangelista Juan dijo que “habéis oído que el Anticristo viene, y ahora muchos anticristos se han convertido y hecho” (1Jun 2,16). ¿Cómo viene, mientras existen los anticristos?  Significa que viene el Anticristo como persona concreta, pero sus precursores representan el espíritu del Anticristo. Y el espíritu del Anticristo es cualquier cosa que nos aleja del Evangelio de Cristo. ¿Nos aleja la moda? ¡Veneramos, reverenciamos la imagen del Anticristo! ¿Nos aleja el mundo? ¡Veneramos la imagen del Anticristo! ¿Aceptamos los placeres, hedonismos de este mundo? ¡Veneramos la imagen del Anticristo! ¿Dudamos sobre la zeantrópina-divino-humana naturaleza de Cristo? ¡Veneramos la imagen del Anticristo y a la vez aceptamos en nuestra frente y en la mano su sello! (Veneramos Hollywood, sus actores y sus alfombras rojas)

Alguna vez podemos decir a una persona, y en concreto en estados avanzados de endemoniamiento: ¡“Santíguate”, y le es imposible a esta persona hacerlo! ¡Santíguate, haz la cruz! ¡Imposible! ¿Por qué? Porque su mano está sellada por el Diablo, por tanto, ¿cómo se santiguará haciendo la señal de la cruz?, su cuerpo está sellado por el Diablo, ¿cómo se santiguará haciendo la señal de la cruz?

¿Lo habéis entendido, amados míos! No esperéis que venga el Anticristo y digáis: ¡Que me muera yo y después que venga el Anticristo! ¡El Anticristo está presente! Sólo vendrá como persona cuando venga, como culminación del mal. ¡Esto es todo!

Sobre esto en concreto san Arezas apunta que podemos ver exactamente el sello o la marca del Anticristo encima de las frentes, rostros de la gente, porque se pondrá en la frente y en la mano. Me ha impresionado y llamado mucho la atención esto, por eso os leeré una parte, porque escribe algo más:

“La marca, quiere decir la cualidad. Y el Cristo pone el sello o la marca y el Anticristo también pone la marca o sello. La marca del fiel es que se imprime encima de nosotros la señal de Cristo, la luz (increada) de Cristo, con la santa Cruz. ¡Pero igual que allí en los fieles existe la luz en el rostro, así también en los impíos infieles se marca en sus frente la desfachatez, el descaro y desenfreno!”

Atención a este punto. Uno ve al hombre piadoso tener algo en su rostro, algo especial, particular. No es que es bello o feo, sino que tiene algo, es decir, su rostro/cara se altera. Los ángeles ven algo mucho más de lo que nosotros podríamos ver entre nosotros. Los Santos pueden ver esto más. Muchas veces ven la luz de la divina doxa increada en la persona/rostro de Cristo, pero los hombres no la ven. ¡No la ven pero existe!

Cuando en Getszimaní fueron a detener al Señor y se acercaron a Él, antes que aquellos hicieran cualquier cosa, el Señor (aquí es la naturaleza humana de Cristo, no lo olvidéis) pregunta: “¿A quién buscáis?… A Jesús de Nazaret… ¡Yo soy…”

Cuando oyeron el “YoSoY”, hicieron pasos hacia atrás, nos dice el Evangelista y cayeron al suelo. Se levantaron otra vez y volvieron a ir delante, “¿Os pregunté a quién buscáis?… A Jesús de Nazaret”. ¡Otra vez pasos atrás y otra vez al suelo! (Jn 18, 4-7).

¿Qué fue aquello que los hizo hacer pasos atrás? ¡Llevaban palos, porras! Imaginaos que fueran policías, digámoslo así, y tomaran el camino delante de un supuesto malhechor. ¡Es curioso! Estaba desarmado. Este malhechor no llevaba nada. Y en concreto tuvo toda la bondad que es él mismo, el que buscaban. ¡He aquí los veis, pues, a estos que vuelvan hacia atrás y que caigan al suelo! ¿Qué los hizo volver atrás? ¿Qué los tiraba al suelo? Este algo… Este algo en esta Persona o Rostro. ¡Esto que tienen los Santos, lo tienen los piadosos! Es una alteración que se imprimió al rostro,  a la cara ya que anteriormente se hizo dentro en el corazón. Y esta alteración informa que tenemos frente de nosotros a un hombre sereno que encima de su rostro se ha señalado la luz (increada) de Cristo, se ha marcado la luz (increada) de Cristo.

Además que esto lo pedimos en nuestras oraciones, que se señale la luz de Su rostro/cara en nosotros. “Cristo, la luz (increada) verdadera, el que ilumina y santifica a cada hombre que viene en el mundo, que sea señalada en nosotros la luz de tu rostro…” Es la oración de la primera Hora que decimos: “Que sea señalada la luz de tu rostro….!”, es decir, que se marque, se selle en nuestra frente, en nuestra existencia, la luz de Su rostro/cara.

¿Cómo se mete el sello del Anticristo?

Oídlo: ¡“Vemos una persona descarada, un rostro desenfrenado, una persona que la caracterizamos como “persona oscura, tenebrosa”! ¡Nos impresiona! Descarada, destapada e incontenible, se ve su rostro que tiene el sello del Anticristo ¡Y más claramente la ven los otros sobre sus praxis que llevan el sello del Anticristo!”. Esto es lo que nos dice san Arezas.

Amados míos, el sello de Cristo o del Anticristo, lo toman los hombres en la época que viven. Por tanto, no creamos y pensemos que es una situación futura, porque esta situación está presente en cada momento. Creo que he sido claro y preciso. Y ruego, que lo entendamos esto y no traspasemos las cosas, porque si lo hacemos esto, entenderéis que al final haremos para nosotros mismos el daño y perjuicio sin sospechar nada.

«Y vivieron y reinaron con Cristo mil años»

Son los Santos que ha vivido aquí en la tierra según Cristo, como os dije, y continúan viviendo en el cielo con el Cristo y se encuentran en el Paraíso. Como os he explicado, son los vivos y los dormidos; es decir, los Santos que aún están en este mundo y los Santos que ya se han ido y están en el Paraíso.

¿Y los mil años qué son?

Tal como lo dice san Andrés de Kesarea: “Es el tiempo desde la encarnación del Señor hasta el tiempo de la venida del anticristo”. Esto que lo sepan y lo recuerdan bien, por favor. Os ruego que lo selléis bien en vuestro corazón, para no ser engañados nunca. Es el tiempo desde la encarnación de Cristo hasta que venga y aparezca el Anticristo. Estos son los mil años.

Y esto, porque después del juicio-crisis, cuando ya habrán terminado los mil años, los Santos ya no están en el Paraíso, es conocido. El Paraíso se vaciará. Ahora tiene sólo las psiques-almas de los Justos. ¡Allí está también el buen ladrón, al Paraíso, puso la llave de la metania, abrió y entró! Puso la llave del “Acuérdate de mí Señor” (Lc 23,42) de la fe y de la metania, se irá cuando se hará la resurrección de los muertos y el Paraíso se vaciará. Entonces se llenará el reinado de la Realeza increada de Dios, porque en el Paraíso están sólo las psiques, en cambio la Realeza increada de Dios estará plena de hombres. La realeza increada de Dios está sólo el Cristo, porque resucitó con Su cuerpo, y nuestra Iglesia cree que está también la Zeotokos, que resucitó. Otro en la Realeza increada de Dios no está. Los justos sólo como psiques están en el Paraíso, no están en la Realeza increada de Dios.

Es digno de destacar aún que no se refiere ni al cielo ni a la tierra; “vi tronos”, dice. ¿Dónde? Evidentemente al cielo, pero no dice ni cielo ni tierra, porque podemos decir que habla de los Santos existentes en la tierra, de estos que no se han marchado aún.

¿No os impresiona y llama la atención que el divino Evangelista no se refiere para nada del lugar? Porque la Realeza increada de Dios no es terrenal ni material, tal y como admitían los antiguos Judíos que tenían percepciones mesiánicas materialistas y después de estos los contemporáneos Milenaristas y Testigos de Jehová. Además que el milenarismo no es nuevo. ¿Sabéis la antigüedad del Milenarismo? Pues, es desde cuanto está el Cristianismo.

¿Queréis que os diga una percepción milenarista que por un momento proyectaron los Discípulos? Está en el primer capítulo de los Hechos de los Apóstoles. “Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” (Hec 1,6). Tú serás el Rey… Es decir, la percepción materialista. Naturalmente el Señor los rectificó; naturalmente vino el Pentecostés; naturalmente lo dijeron esto bajo el espíritu de la tradición de su pueblo, que se escaparon de la interpretación correcta de las profecía y tenían estas percepciones. Pero el espíritu milenarista está disperso y nuestros conocidos, los Testigos de Jehová y otras sectas Milenaristas, dicen estos cuentos. Por eso he insistido mucho y os las constato y subrayo estas cosas para que las entendáis.

«Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección [espiritual]» (Ap 20,5).

¿Quiénes son estos?

Aquí entra un paréntesis de san Juan en el texto, porque retornará. Es la costumbre de san Juan hacer estas intervenciones; de alguna manera tiene prisa. Quiere indicar la suerte de aquellos que no creyeron a Jesús Cristo; estos son considerados como muertos, pero obviamente se trata de los muertos espiritualmente. Por tanto, estos no vivieron hasta que terminen los mil años. ¿Es decir qué?

En la vida presente alguno habrá quedado infiel, no habrá creído. Cuando murió, fue al Hades. El Hades se acabará también él cuando acaben los mil años, es decir, cuando retorne el Cristo al mundo y el Paraíso y el Hades serán abolidos. “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh hades, tu victoria?”, ¡esto nos dice el apóstol Pablo en su 1ªepístola a los Corintios al capítulo 15 versículo 55. Esto lo dice también Isaías: “15:55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh hades, tu victoria? ¿Dónde está? ¿Dónde está hades… que los has recogido todos?” No habrá el Hades; entregará sus muertos, se hará la resurrección y entonces van al Infierno (cf Ap 20, 13-15). Por consecuente esto significa lo “hasta que se cumplieron mil años”. ¿Por qué? Porque en el hades no hay metania, ni la posibilidad y facultad de decir “cambiaremos”. No hay esta posibilidad y capacidad. Muertos espiritualmente quedarán hasta que terminen los mil años, estos los que eran espiritualmente muertos mientras vivían.

El Señor lo dijo de la siguiente manera: “Y esta es la vida eterna: que los hombres te conozcan a ti, único verdadero Dios y al que tú has enviado, Jesús Cristo. [3 Esta es la vida eterna, que los hombres te conozcan a ti, único verdadero Dios con tres hipostasis-personas y al que tú has enviado Jesús Cristo con dos naturalezas y voluntades, física y divina. Y con esta gnosis progresen espiritualmente, disfrutando de tus infinitas perfecciones, en comunión y colaboración estrecha con la agapi-amor hacia ti, y también conozcan a Jesús Cristo al cual tú has enviado al mundo;] (Jn 17,3). Por tanto los que no creen, ya que se han privado de esta vida la eterna, ya que no creen, se consideran muertos.

Y el Isaías dice en su Oda: “Los muertos no verán la vida” (Is 24,16). (Añadido por mí: dejad los muertos que entierren sus muertos, Lc 9, 60).

Pero, como veis y como percibiréis y entenderéis, amados míos, aquí no tenemos sólo esta necrosis que dice, sino la necrosis espiritual. Tenemos una primera resurrección, tenemos una segunda resurrección; tenemos una primera muerte, y también segunda muerte. ¿Qué son estos pasajes que os he leído antes, en el trozo 4 hasta el 6?

(Continuación a la página 1 de la homilía 80) El divino Evangelista refiriéndose en que los Santos, vivos y dormidos reinarán mil años junto con Cristo, añade y dice:

“Esta es la primera resurrección [espiritual]. Bienaventurado y santo el que tiene parte en esta primera resurrección [espiritual]; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos [es decir, la plena y eterna separación de Dios], sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años” (Ap 20 5-6).

Tal como percibiréis y entenderéis, hasta ahora se ha hecho una referencia a la primera resurrección y en la segunda muerte. ¿Qué es esta primera resurrección y la segunda muerte?

Tened en cuenta que los heréticos, especialmente los Milenaristas, han malinterpretado horriblemente estos pasajes y han dicho cosas volubles, variables que las veremos en breve. Como quería que tuvieran y adquirieran una opinión fidedigna (que es lo que hago siempre, porque nunca digo algo mío, siempre tengo como guía conductor a los Padres de nuestra Iglesia, es decir, allí donde existe auténtica interpretación/hermenéutica), por eso permitidme a seguir a san Andrés de Kesarea, a decirnos sobre lo qué es esto.

Por la Escritura conocemos dos muertes y dos resurrecciones. La primera vida es esta que tenían los primeros en ser creados después de la transgresión del mandamiento de Dios, y es la vida provisional y carnal; y la segunda es la eterna, esta que se ha anunciado a los santos, si aplican y cumplen los mandamientos de Dios”. Por tanto la primera vida es esta que vivimos desde el momento que nacemos hasta que morimos y la segunda es esta que disfrutamos en la Realeza increada de Dios después de nuestra muerte, si aplicamos y cumplimos los mandamientos de Dios. Por consiguiente tenemos dos vidas, la provisional y la eterna.

Y continúa el santo: “Y similarmente tenemos también dos muertes. Una muerte es la del cuerpo, la provisional y la otra muerte es la espiritual, esta que tiene uno por los pecados y es eterna; conduce a la otra vida pero que es el Infierno, la gehena del fuego”. Este Infierno se llama θάνατος zánatos muerte”. Por tanto son dos las muertes: Una muerte es la biológica y la otra es la vida en el Infierno.

Avanzamos: “Tenemos discernimiento entre los muertos. Es decir, son estos que debemos evitarlos, (para los que Isaías dice que estos muertos no conocerán la vida, es decir, sus praxis contienen mal olor, podredumbre y necrosis) y son también aquellos que se jactan y se elogian, porque mortificaron sus cuerpos por la gracia de Cristo y fueron crucificados junto con el Cristo y para el mundo son muertos. El primer caso de los muertos es aquello que se crea por las obras muertas de sus pecados; son pestilentes y se refiere a los pazos; todas estas cosas en la vida presente. El segundo caso  es este que dice el apóstol Pablo: “Mortificad o haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría…” (Col 3.5) y etcétera”. Esta necrosis/mortificación es elogiable necrosis, esta que debemos buscar, es decir, mortificar nuestros miembros que encima de ellos habita el pecado.

Por tanto, ya que existen dos muertes, es necesario aceptar también tantas resurrecciones. Dos muertes y dos resurrecciones. Primera muerte, pues, es la muerte del cuerpo, que se dio a causa de la desobediencia de los primeros en ser creados y la segunda muerte es el infierno eterno”. La primera muerte es la biológica y es herencia de todos los hombres por la transgresión de los primeros en ser creados, según lo: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez” (Heb 9,27). Es la muerte carnal. La segunda muerte es el Infierno eterno, dice san Andrés de Kesarea. Y continúa: “La primera resurrección es esta que se hace por evitar las obras muertas”. Es decir, una vez que hayamos mortificado en nosotros mismos de la parte de los pecados, entonces morimos y entonces podemos tener una primera resurrección. Es decir, es la vivificación o despertar espiritual que tendremos, ya que nos habremos marchado de las obras muertas. Es la vivificación o despertar espiritual. Esta es la primera resurrección. Es el hombre que resucita espiritualmente, el pecador que vuelve a la metania y se arrepiente y deja sus obras malignas y astutas, las muertas.

En la parábola del Hijo pródigo, el padre, por tal que su hijo mayor entienda que debe condescender también él y participar en la alegría de la casa, le dice: “Hijito mío, tu hermano estaba muerto y revivió, estaba perdido y se encontró” (Lc 15,24) ¿Habéis visto? Estaba muerto por las obras. ¡Muerto! Es decir, ¡vivía al pecado; se había mortificado en el pecado y ahora resucitó! Revivió, es decir, volvió a la metania, al arrepentimiento, expulsó el pecado. Esto se llama primera resurrección.

Y continúa san Andrés: “La segunda resurrección es entonces cuando el ángel sonará la trompeta y resucitarán los muertos, pero resucitarán para la vida eterna, de la corrupción de los cuerpos a la transformación a la incorruptibilidad”. Esta será la segunda resurrección.

Pero en este caso, el pasaje que os he leído, dice: “Esta es la primera resurrección; y es bienaventurado, dichoso, feliz y santo el que tiene la primera resurrección”, es decir, este que ha resucitado, despertado espiritualmente, este que ha dejado la vida antigua y se hizo hombre espiritual. Sobre este, dice que la segunda muerte, es decir, el Infierno, no tiene poder. Este reinará junto con Cristo por mil años. Lo veremos más abajo.

Paro vamos a ver la primera y la segunda resurrección y sobre la primera y la segunda muerte y paralelamente los pasajes de la Santa Escritura. Es necesario verlo para poder reforzar y apuntalar esta interpretación, porque como os dije, se ha hecho un uso abusivo y terrible por parte de los heréticos, y en concreto de los Milenaristas y los Testigos de Jehová.

La primera muerte es aquella, la provisional que dice Dios en el Génesis a los primero en ser creados, “el día en que comáis por la muerte moriréis” (Gen 2,17).

La primera muerte se dice por el mismo Cristo: “Amín, amín, en verdad de verdad os digo: el que escucha el logos de mi enseñanza y cree en el Padre que me ha enviado, (admite y acepta la enseñanza de los logos de Cristo y cree) éste ha ganado la vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte (espiritual del pecado) a la vida eterna. [Es decir, ha pasado de la vida de las obras muertas a la vida espiritual]

25 Amín, amín, en verdad de verdad os digo: viene la hora, y en ella estamos, en que los hombres muertos (espiritualmente) escucharán la voz del Hijo de Dios y los que escuchen y acepten los logos de su enseñanza vivirán (por los siglos de los siglos cerca de Dios) (Jn 5, 24-29).

¿Quiénes muertos? ¡Los muertos espiritualmente! Estos que hasta el momento que el Cristo hablaba estaban muertos, pero si Le escuchan y creen, vivirán. Esta es la primera resurrección: la vida espiritual.

Sobre esto quería deciros esto que dice el Apóstol Pablo a los Efesios 5,15: “Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y resucítate de los muertos, y el Cristo te colmara y te alumbrará de luz (increada)”.

Habla para los muertos espiritualmente. ¡Levántate! Levántate, ponte en pie, muévete. No te duermas en el sueño del pecado y de las obras muertas; despiértate, resucítate y vive espiritualmente y el Cristo te iluminará. Pero tenemos la segunda resurrección.

A continuación de los logos del Señor que os he leído –se trata de la segunda resurrección ontológica que se refiere al cuerpo- dice: “28 No os extrañéis de esto, porque llega la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz; 28. No os asombréis de todo esto que os he dicho. Ocurrirán cosas aún más admirables que estas, porque llegará la hora en que todos los muertos que en aquel momento estén en los sepulcros oirán la voz del Hijo de Dios y los ordenará resucitar;

29 y saldrán fuera, y los que han obrado bien, pasarán a la resurrección de la vida eterna y feliz. Y los que han obrado mal, para la resurrección de juicio y condena” (Jn 5, 28-29). Esta hora que viene es la hora de la segunda Parusía-Presencia de Cristo, que se hará la resurrección de los muertos. Estos que están en los sepulcros… ¡Habéis visto realismo! No os creáis y pensáis que se trata de simbolismo y alegoría. El Ángel sonará la trompeta y la voz de Cristo resucitará a los muertos (cf 1Cor 15,52) y saldrán de las tumbas/sepulcros; y estos que han hecho bienes tomarán sus cuerpo, resucitarán para que entren al reinado de la Realeza increada de Dios –esta es la segunda resurrección. Pero aquellos que han cometido obras y praxis malas y viles, estos resucitarán, pero para ser juzgados. Esta es la muerte segunda.

Por tanto, creo que estas cosas y realidades han sido bien percibidas y comprendidas. Todo esto debéis recordarlo bien. ¡Son cosas y realidades muy…importantes! Para la segunda muerte el Cristo dijo las siguientes cosas: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno” (Mt 10,28). Es decir, no temáis la primera muerte, la biológica, que os provocarán vuestros perseguidores, porque no pueden matar a vuestra psique-alma. Pero temed a Dios que tiene la fuerza de poner tanto vuestra psique como vuestro cuerpo a la gehena. Es decir, que tengáis miedo y temor a la segunda muerte.

Aún un punto más sobre la segunda muerte por el Apocalipsis 21,8. Veis que insisto para que se vaya toda duda, de modo que podamos ponernos frente a los heréticos. Leemos pues: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y los φαρμακοί  farmakí envenenadores (los fabricantes de fármacos, venenos y cócteles) y los hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos, tendrán su parte en el lago que arde incesantemente con fuego y azufre, que es la muerte segunda” (Ap 21,8). Así que el infierno es la muerte segunda y la Realeza increada de Dios es la segunda resurrección.

Por supuesto que habéis visto cómo esta quinta bienaventuranza bienaventuriza, le hace feliz y bendice aquel que participa de la primera resurrección. “Bienaventurado y santo el que tiene parte en esta primera resurrección [espiritual]” (Ap 20,5), es decir, aquel que ha renacido espiritualmente… Sabéis que las bienaventuranzas dentro en el Apocalipsis son siete, y esta que os he leído es la quinta.

Amados míos, con dolor de mi psique y con mucha congruencia de corazón, os digo esto: Los que escuchan el logos de Dios, tanto yo como vosotros, todos juntos… tenemos que renacernos espiritualmente. ¡Os ruego mucho esto, por favor… que despertamos y renazcamos espiritualmente! Que tengamos parte en la primera resurrección. Cuando nos vayamos de este mundo, no vendremos en juicio. Decimos: una psique se juzga. ¿Qué quiere decir que se juzga? Los demonios piden la psique, cuando ella no estaba cerca de Dios. “Rico insensato los demonios a tu psique piden en esta noche, ¿todo esto que has preparado y reunido para quién quedará” (Lc 26,20), lo dice la parábola.

¿Quiénes piden? Los demonios piden la psique. En cambio de aquel pobre Lázaro, –otra vez la parábola del Rico y del Lázaro- los ángeles tomaron su psique-alma (Lc 16, 19-31). Esto significa que Lázaro no pasó por juicio-krisis. Sino que pasó de la vida a la otra sin juicio. El otro, el rico de la parábola, el Rico Insensato, pasa por juicio, es decir, va con los demonios; los demonios le llevan al Hades.

Una psique antes que se venga la segunda Parusía-Presencia de Cristo, conoce lo qué va a suceder con ella; esto es conocido. Si, ojalá que así no sea, se encuentra en el Hades, conoce ya que se ha juzgado, se ha terminado su juicio. Conoce que cuando se hará la resurrección de los muertos y retomará su cuerpo, no estará en el reinado de la Realeza increada de Dios. Si se encuentra en el Paraíso, conoce que cuando se haga la resurrección de los muertos estará en el reinado de la Realeza increada de Dios. Diríamos que el juicio final (-es decisión, ¿cómo lo diremos)-, es el solemne, festivo.

Es exactamente cuando se examinan los estudiantes de una clase, o los estudiantes de la universidad y ahora el título lo toman como una fiesta. Aquella hora lo toman solemnemente como festejo, pero esencialmente el título lo tienen desde cuando salieron los resultados de los exámenes, antes hace unos días. Por eso no digamos dónde y cómo; en nuestra muerte se juzga si nos salvaremos o no. En nuestra muerte biológica, allí se juzga. Por tanto, podemos conocer muy bien si nos hemos salvado o no.

En esta bienaventuranza si os habéis fijado, a aquel que le tiene por feliz, bienaventurado le llama también santo: “Bienaventurado y santo el que tiene parte en esta primera resurrección [espiritual]”. Le llama santo. Esto lo “santo” con el sentido litúrgico o ceremonial, es decir, que está separado ya de las cosas comunes y sucias, y también en el sentido ético, es decir, que tiene plenitud de virtud y de santidad.

Y como señala el evangelista Juan, en el Apocalipsis 1,6: “y nos ha dado a conocer su propia realeza (increada) espiritual y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre”. Cuando Juan el evangelista dice “a nosotros”, él aún vive. No está en el cielo, está en la tierra.

Y el apóstol Pedro dice: “Mas vosotros sois linaje selectivo, escogido, sacerdocio real, nación santa…” (1Ped 2,9).

Por tanto, me gustaría, amados míos, sobre este punto, a preguntaros: ¿Todas estas cosas y realidades que escuchamos y se nos apocaliptan-revelan, que nos las desenrolla el logos de Dios, todas estas nos conmocionan? Cuando, por ejemplo, yo leí que este co-reinado no es sólo de los Santos del Cielo, sino también de los Santos en la tierra, y que realmente reinan sobre los Cristianos, -¡realmente reinan los Santos desde la vida presente, realmente los Santos juzgan desde la vida presente!- ¿toda esta situación, amados míos, os produce y provoca el deseo de vivirla, experimentarla? Por eso os rogaría, tal como os dije antes, que todas estas cosas se conviertan en móvil, motivo y se hagan causa detonante y chispa para la santidad. Es necesario. El logos de Dios es verdadero, y lo que dice el Dios es el “” y el “Amín” (2Cor 1,20). Amín.

Yérontas Atanasio Mitilineos

Copyright: Monasterio Komnineon de “Dormición de la Zeotocos” y “san Demetrio” 40007 Stomion, Larisa. Fax y Teléfono 0030. 24950.91220

Traducción Χρῆστος Χρυσούλας (Jristos Jrisulas) 9/6/2020  www.logosortodoxo.com

 

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