EL NUEVO TESTAMENTO ORTODOXO
EPÍSTOLA DE PABLO A LOS HEBREOS – ΠΡΟΣ ΕΒΡΑΙΟΥΣ ΕΠΙΣΤΟΛΗ ΠΑΥΛΟΥ
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Índice de Contenido
- 1 Capítulo 1: El Hijo de Dios hecho hombre y habló por él, 1-4. El Hijo incomparablemente superior a los ángeles, 4-14.
- 2 Capítulo 2: La redención y salvación tan grande se realizó por Jesús Cristo y no por los ángeles, 1-18
- 3 Capítulo 3: Jesús es superior incomparablemente a Moisés, 1-6. La obcecación de los israelitas en el desierto y su castigo, 7-19.
- 4 Capítulo 4: Nuestro descanso cerca de Dios, 1-13. Jesús el gran Sacerdote, 14-16.
- 5 Capítulo 5: Cristo se constituyó gran Sacerdote por Dios Padre, 1-14.
- 6 Capítulo 6: Continuo progreso espiritual para evitar el endurecimiento y las caídas, 1-12. El juramento de Dios a Abraham, 13-20.
- 7 Capítulo 7: El sacerdocio de Melquisedec tipo de Cristo, 1-10. Prefiguración de la abolición del sacerdocio levítico, 11-19. Cristo, el sacerdote eterno y perfecto en todo, 20-28.
- 8 Capítulo 8: El gran Sacerdote y el nuevo altar, 1-5. El gran Sacerdote mediador del Nuevo Testamento, 6-13.
- 9 Capítulo 9: El primer tabernáculo simbólico, 1-12. El sacrificio de Cristo único e irrepetible, 13-28.
- 10 Capítulo 10: La insuficiencia de los sacrificios del Antiguo Testamento, 1-10. La infinita actividad y efectividad del sacrificio de Cristo, 11-18. Firmes en la nueva vida, 19-25. Advertencia al que peca deliberadamente, 26-31. Tal como en el pasado así también ahora que tengan paciencia, 32-39.
- 11 Capítulo 11: Ejemplos heroicos de la fe durante los años del Antiguo Testamento, 1-28. Grandes hazañas y admirables martirios y testimonios, 29-40.
- 12 Capítulo 12: Enseñanzas por el ejemplo de nuestros antecesores, 1-17. Los dos testamentos, 18-29.
- 13 Capítulo 13: Deberes generales de los fieles cristianos, 1-6. Fieles y obedientes a Dios, 7-19. Bendiciones y saludos, 20-25.
Capítulo 1: El Hijo de Dios hecho hombre y habló por él, 1-4. El Hijo incomparablemente superior a los ángeles, 4-14.
El Hijo de Dios hecho hombre y habló por él, 1:1-4.
1:1. Dios durante los antiguos años, es decir, el período antes de Cristo, habló muchas veces y en diversas formas y ha develado Su voluntad a nuestros antepasados por medio de los profetas; y en estos últimos días, nos ha hablado por medio de su Hijo unigénito,
- a quien Dios Padre ha constituido heredero, señor y rey de toda la creación, de las cosas y de las realidades terrenales y celestes, y por quien hizo todo en el tiempo.
- el cual ὢν on siendo el resplandor de su doxa (gloria, luz increada) y el carácter de su hipóstasis (base substancial) o persona, y quien sustenta todas las cosas con la dinami (potencia de la energía increada) de su logos, y por medio de sí mismo efectuando la catarsis de nuestros pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. [3 el cual, existía antes de la creación, ὢν on siendo el resplandor de su doxa (gloria, luz increada) de la fisis-naturaleza del Padre y el carácter de su hipóstasis (base substancial) o persona, es decir, era huella o estampa exacta e icona-imagen viva de la misma usía-esencia del Padre, o sea, idéntico al Padre; y quien sustenta todas las cosas con la dinami (potencia de la energía increada) de su logos; y una vez hecho hombre y por medio de sí mismo y por el sacrificio de su sangre efectuó la catarsis de nuestros pecados, se sentó a la diestra de la majestuosidad del Padre, es decir, fue honrado y glorificado por Dios también como hombre y se elevó en las alturas por encima de toda la creación, porque se sentó como hombre también al trono del Padre].
- llegando a ser superior a los ángeles, cuanto heredó un nombre más excelente que ellos, (paralelamente junto con el nombre de Hijo unigénito fue llamado Kirios-Señor de las realidades y existencias celestes, de las terrenales y de las subterráneas del ultramundo).
El Hijo incomparablemente superior a los ángeles, 4-14.
- En efecto, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios alguna vez: Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy, de forma sobrenatural te he dado naturaleza humana por y en Espíritu Santo y la Virgen María; y de nuevo en otro versículo de la Escritura: Yo seré el Padre del Jesús humanizado, y él será mi Hijo, en especial sentido y significado?
- Y de nuevo, cuando introdujo al Hijo primogénito en la οἰκουμένη icumeni toda tierra habitada, dijo: “Que le veneren y adoren todos los ángeles de Dios”.
- Mientras que discierne entre ángeles e hijo de Dios, y cuando habla de los ángeles, dice: “Dios hace a sus ángeles rápidos y finos como vientos, y a sus sirvientes con la energía increada, drástica y resplandeciente como llama de fuego”.
- y del Hijo, en cambio, afirma: “Tu trono, oh Dios, dura eternamente por los siglos de los siglos; y tu mando o vara real es mando y poder de rectitud y justicia.
- Has amado la justicia y odiado siempre la iniquidad; por eso Dios, tu Dios y Padre, por el Espíritu Santo te ha ungido, crismado con óleo de alegría más que tus compañeros que participan de la misma crismación-unción que tú; (es decir de los profetas, de los sacerdotes y de los reyes del Antiguo Testamento; aquellos recibieron en parte el Espíritu Santo, en cambio tu lo has recibido entero)”.
- Más todavía: “Señor, tú pusiste al principio los cimientos de la tierra, y los cielos son obra de tus manos.
- Ellos perecerán y perderán su forma actual, pero tú quedarás eternamente e inalterable, todo y todos envejecerán y se desgastarán como la ropa;
- tal como se dobla un manto tú los doblarás y cambiarán de forma; mas tú eres siempre el mismo y tus años no terminan nunca”.
- Y ¿a cuál de los ángeles dijo jamás: “Siéntate a mi derecha hasta que haga de tus enemigos estrado de tus pies?”
- ¿No son todos ellos espíritus encargados de un servicio, enviados de Dios al servicio de aquéllos que deben heredar la σωτηρία sotiría redención y salvación?
Capítulo 2: La redención y salvación tan grande se realizó por Jesús Cristo y no por los ángeles, 1-18
2:1. Como el Hijo es incomparablemente superior, exactamente por eso debemos prestar más atención a las enseñanzas recibidas por los Apóstoles, no sea que nos deslicemos del camino de la σωτηρία sotiría redención y salvación.
- Porque si la ley antigua, que se dijo a Moisés, fue dicha mediante el logos de los ángeles, se demostró que es fidedigno y fuerte hasta el punto de que toda transgresión y desobediencia recibió como recompensa su justo castigo,
- ¿cómo podríamos escapar nosotros el castigo si descuidamos una salvación tan grande? Esta salvación comenzó a ser enseñada por la predicación del mismo Señor, y nos ha sido transmitida con garantía por aquellos que le oyeron directamente de Su boca, es decir, los Apóstoles,
- y el kerigma de los Apóstoles lo confirmaba el mismo Dios con signos, prodigios y toda clase de milagros, y con los dones/carismas que el Espíritu Santo repartía a los fieles según la voluntad de Dios.
- Porque, esta superioridad de Cristo se ve también por el hecho que, no sometió a los ángeles la οἰκουμένη icumeni (toda tierra habitada) venidera o al mundo venidero, que se constituiría por el Mesías y sobre el mundo del cual ahora hablamos, sino que le sometió a Cristo.
- Alguien afirmó en cierto versículo en la Escritura: «¿Qué valor tiene el ser humano, para que de él te acuerdes; o el hijo del hombre, para que de él te preocupes y lo visites?
- Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de doxa-gloria y honor como rey de la creación.
- Todo lo sometiste bajo sus pies». Porque en cuanto el Dios Padre le sometió todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a él; pero ahora todavía no vemos que todas las cosas le sean absolutamente sometidas al Hijo de Dios hecho hombre.
- Pero a Jesús, que durante poco tiempo fue rebajado e inferior en relación a los ángeles, ya que padeció y murió en la cruz, le vemos coronado de gloria y dignidad por haber sufrido el cáliz amargo de la muerte; para que por la χάρις jaris-gracia energía increada de Dios gustase la muerte por la salvación de cada ser humano.
- Convenía, en efecto, a Dios por quien y para quien todo fue hecho, queriendo llevar a la gloria un gran número de hijos, hiciese perfecto, mediante los padecimientos, al jefe y causa de la salvación, o sea a Cristo, que debía guiarlos a la salvación y a la doxa-gloria luz increada.
- Porque Cristo el santificador y los santificados tienen todos el mismo origen de un Padre. Por esta razón el Cristo a los que llama a la salvación no se avergüenza de llamarlos también hermanos,
- diciendo: «Anunciaré y confesaré tu nombre a mis hermanos, en plena asamblea con mis hermanos te glorificaré y te alabaré».
- Y ora vez dice: «Yo el Mesías como hombre pondré mi confianza en Dios y Padre». Más todavía: «Aquí estoy yo con los hijos que Dios me ha dado».
- Y como los hijos de Dios han tomado todos la naturaleza humana con cuerpo, carne y sangre, enferma y corrupta, pues, de la misma manera también él tomó la naturaleza humana cuerpo, carne y sangre, pero sin pecado; se hizo hombre para aniquilar con su muerte al diablo, quien hasta hace poco tenía la fuerza y el poder de arrojar a los hombres a la muerte (física y espiritual) por causa de sus pecados,
- y librar a todos aquellos que, por miedo a la muerte, estaban sometidos durante toda su vida a la depresiva esclavitud de la agonía, del temor y terror ante la muerte.
- Porque, ciertamente, no vino en auxilio de los ángeles inmateriales, (entonces no hacía falta hacerse hombre) sino que vino en auxilio de la descendencia de Abrahán.
- Por lo cual debió hacerse en todo semejante a sus hermanos, -menos el pecado, por supuesto- para convertirse en gran sacerdote misericordioso y fiel ante Dios, que ofreció sacrificio e intercesión a Dios, para la expiación y el perdón de los pecados del pueblo.
- Pues por el hecho de haber padecido y haber sido probado, puede y quiere con agapi-amor increada sin límites y desinteresada a ayudar aquellos que están sometidos a la prueba y son tentados, fatigados y atormentados.
Capítulo 3: Jesús es superior incomparablemente a Moisés, 1-6. La obcecación de los israelitas en el desierto y su castigo, 7-19.
Jesús es superior incomparablemente a Moisés, 3:1-6.
3:1. Por eso, hermanos cristianos santos, miembros del pueblo de Dios, partícipes de la llamada celeste, considerad profundamente y entended bien a éste que Dios nos ha enviado como gran Sacerdote de nuestra fe, el Jesús Cristo,
- modelo de fidelidad a Dios, que le dio tal nombramiento como lo fue Moisés en todo el pueblo de Israel, que era la casa de Dios.
- Pero Cristo, en efecto, ha sido considerado digno de una gloria incomparablemente superior a la de Moisés, en la misma medida en que el valor y el honor del arquitecto de una casa supera a la casa misma.
- Toda casa ha sido construida por alguien, pero es Dios quien ha creado todas las cosas, visibles e invisibles.
- Y Moisés fue fiel en toda su casa, como administrador y sirviente de Dios, que había de dar testimonio de las cosas que se habían de decir y revelar al pueblo.
- Pero Cristo como Hijo, ha sido fiel incomparablemente superior al frente de toda la casa de Dios que también es suya. Y su casa somos nosotros los Cristianos, con tal que permanezcamos firmes e inquebrantables manteniendo nuestra confianza a Dios hasta el fin y en la esperanza que tenemos de que somos herederos de los bienes eternos.
La obcecación de los israelitas en el desierto y su castigo, 3:7-19.
- Por eso, como dice el Espíritu Santo: “Hoy, o sea, en la vida presente, si oís su voz y los mandamientos-logos de Dios,
- no os hagáis duros e insensibles en vuestros corazones y en contra de los logos-mandamientos divinos, como ocurrió en el tiempo de mi ira contra el pueblo de Israel, es decir, día de la rebelión y de la tentación en el desierto que se comportaron agresivamente contra mí,
- cuando vuestros padres me desafiaron y pusieron a prueba mi providencia, mi bondad y mi fuerza, sin embargo, yo entonces no los abandoné, aunque habían visto mis obras milagrosas durante cuarenta años que estaban en el desierto.
- Por eso me irrité contra aquella generación, porque no se arrepintieron y dije: “Su corazón siempre anda extraviado y engañado por sus deseos pecadores; pero ellos nunca quisieron conocer mis admirables formas y modos por los que les conducía y protegía.
- Y en mi indignación e ira, juré: No entrarán jamás en mi tierra de paz y descanso que los prometí”.
- Por tanto, hermanos, tened cuidado, que no haya entre vosotros un corazón tan malo, duro e incrédulo que se aparte del Dios vivo.
- Más bien, animaos mutuamente cada día mientras dura este “hoy”, o sea, la vida presente, de modo que ninguno de vosotros se endurezca por la seducción del pecado.
- Porque hemos llegado a ser partícipes en la vida y doxa-gloria luz increada de Cristo, si seguimos manteniendo hasta el fin inquebrantable nuestra fe inicial, por la que hemos tomado nueva hipóstasis base subsistencial y personalidad como hijos Dios.
- Cuando se dice: “Hoy, en la vida presente, si oís su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como ocurrió a los hebreos en la rebelión en el desierto,
- ¿quiénes fueron los que, después de haber oído, se rebelaron? ¿No fueron todos aquellos que salieron libres de Egipto conducidos por Moisés?
- Y ¿contra quién se irritó Dios durante cuarenta años? ¿No fue contra los culpables, que pecaron ante Dios y se endurecieron sus corazones, cuyos cadáveres cayeron en el desierto?
- Y ¿contra a quién juró Dios que no entrarían en su tierra prometida de descanso y paz, sino a aquellos que habían sido desobedientes y duros de corazón?
- Vemos, pues, que ellos a causa de su incredulidad no pudieron entrar a la tierra prometida.
Capítulo 4: Nuestro descanso cerca de Dios, 1-13. Jesús el gran Sacerdote, 14-16.
Nuestro descanso cerca de Dios, 4:1-13.
4:1. Por tanto, nosotros también teniendo en cuenta el castigo a los hebreos, no temamos de que, mientras sigue en vigor la promesa de entrar en el descanso eterno de su Realeza increada, alguno de vosotros parezca que ha retrasado y queda fuera.
- Porque también nosotros, como ellos, hemos recibido la divina promesa de la vida eterna, exactamente igual que aquellos habían recibido la promesa para la tierra de su descanso; pero a ellos no les aprovechó el logos que habían oído, porque al escucharlo no se unieron a él por la fe y la libre buena voluntad.
- Entremos, pues, nosotros, que hemos creído, en el descanso eterno del cielo, según lo que dijo Dios: «Y juré en mi indignación contra ellos: ¡No entrarán jamás en mi tierra de descanso que los prometí!», a pesar que las obras de Dios, y por consecuencia también la tierra del descanso, se hicieron desde que se constituyó el mundo-cosmos.
- Porque en cierto pasaje dijo acerca del séptimo día: «Y Dios descansó de todas las obras de su trabajo el séptimo día».
- Y de nuevo en la Escritura dice: «No entrarán en mi descanso», y realmente no entraron.
- Queda, pues, que algunos han de entrar en el descanso, y los primeros que recibieron la buena promesa no entraron a causa de su incredulidad y desobediencia,
- de nuevo Dios determina otro día, después de tantos siglos por boca de David, como se dijo: «¡Hoy, si oís la voz de Dios, no endurezcáis vuestros corazones por vuestra incredulidad y desobediencia!»
- Porque si Josué conducía aquellos hebreos de la desobediencia y los introdujo entonces en la tierra prometida del descanso, después de todo esto Dios no hubiese hablado de otro día de descanso. (Porque la tierra prometida que entraron los israelitas no era la tierra verdadera del descanso eterno, por eso Dios habla de otro descanso).
- Por tanto, queda otro descanso, el eterno, alegre y bienaventurado para el verdadero pueblo de Dios;
- porque aquel que entre en ese reposo o descanso eterno de Dios, en la realeza increada de los cielos, descansará también él de sus obras, como Dios de las suyas.
- Esforcémonos, pues, por entrar en este descanso celeste, para que nadie sucumba imitando aquel ejemplo de desobediencia de los hebreos.
- Porque el logos de Dios es vivo y eficaz y más agudo que espada de dos filos; él penetra hasta la división de la psique-alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y tiene la fuerza de investigar y juzgar los sentimientos y los pensamientos, las intenciones y los conceptos más escondidos del corazón.
- Y no hay criatura alguna que esté oculta ante el invisible Dios, sino que todo está desnudo y descubierto a los ojos de aquel a quien debemos un día dar cuenta.
Jesús el gran Sacerdote, 4:14-16.
- Puesto que tenemos un gran sacerdote extraordinario, que ha penetrado en los cielos y se sentó a la derecha de Dios, el Jesús, el Hijo de Dios, permanezcamos firmes en la fe que profesamos.
- Pues no tenemos un gran Sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades éticas y espirituales, ya que fue probado en todo lo que pueda aguantar la naturaleza humana a semejanza nuestra, pero sin ser arrastrado en absoluto a ningún pecado.
- Acerquémonos, pues, con confianza inquebrantable al trono de la χάρις jaris-gracia increada, a fin de obtener misericordia increada y hallar la jaris-gracia increada que nos ayuda eficazmente en todas las tentaciones y peligros.
Capítulo 5: Cristo se constituyó gran Sacerdote por Dios Padre, 1-14.
5:1. Porque cada sacerdote que es elegido de entre los hombres, igual que sucede entre los judíos, se constituye y se hace sacerdote de los hombres para ofrecer ante Dios los dones y los sacrificios para el perdón de los pecados del pueblo,
- siendo capaz de mostrarse comprensivo con los ignorantes y extraviados al pecado, ya que él también lleva y está rodeado de debilidad humana;
- por esta razón debe ofrecer sacrificios por el perdón de sus pecados, así como lo hace por el perdón de los pecados del pueblo.
- Y ninguno se toma por sí este gran honor del axioma del sacerdocio, sino el que es llamado por Dios, como había sido llamado Aarón.
- Así también Cristo no se atribuyó la gloria de constituirse gran sacerdote por su cuenta, sino que lo recibió de Dios que le dijo: “Tú eres mi Hijo, yo hoy te he engendrado y dado la naturaleza humana”.
- Como dice la Escritura también en otro lugar: “Tú eres sacerdote para siempre, a la manera o tipo que proféticamente se dio en la persona de Melquisedec en el Antiguo Testamento.
- Él, Jesús Cristo, en los días de su humanización y su vida terrenal, ofreció oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas a Dios y Padre, el cual podría salvarlo del terrorífico martirio de agonía y muerte en la cruz, y fue escuchado gracias a su obediencia y piedad de beber pacientemente el cáliz de su muerte en la cruz;
- aunque era hijo de Dios, el unigénito y consubstancial-omoúsios del Padre, por experiencia personal aprendió como hombre de las cosas que padeció por la obediencia.
- así alcanzó la perfección en todo también como hombre, y se convirtió para todos aquellos que le obedecen la causa de la salvación eterna,
- pues fue proclamado por Dios gran sacerdote a la manera y orden de Melquisedec.
- Acerca de Melquisedec, tendríamos muchas cosas que decir, difíciles de explicar, porque sois torpes y lentos para comprender las grandes verdades de la fe.
- Porque debiendo ser ya maestros de los otros, ya que tanto tiempo escucháis los logos de Cristo, todavía tenéis necesidad de que se os enseñen cuáles son las fundamentales y elementales verdades de los logos de Dios, los cuales se enseñan a los primerizos al inicio de la fe en Cristo; y os presentáis como niños que tienen necesidad de leche, no de alimento sólido. Sois como niños en la fe y no maduros.
- Ahora bien, aquel que se alimenta de leche, es decir, el que recibe sólo las verdades elementales de la fe, aún no tiene experiencia y no conoce la enseñanza que conduce a la justificación, a la salvación y a la vida virtuosa. Desde el aspecto espiritual aún es niño.
- El alimento sólido, la profunda e iluminada enseñanza espiritual, es para los avanzados en la perfección, en los íntegros, aquellos que por el ejercicio o trabajo espiritual y costumbre tienen ejercitados y desarrollados los sentidos espirituales de la psique-alma para discernir fácilmente entre el bien y el mal.
Capítulo 6: Continuo progreso espiritual para evitar el endurecimiento y las caídas, 1-12. El juramento de Dios a Abraham, 13-20.
Continuo progreso espiritual para evitar el endurecimiento y las caídas, 6:1-12.
6:1. Por eso, como tanto tiempo habéis escuchado la enseñanza sobre Cristo y ya no debéis estar como niños espiritualmente, dejemos las enseñanzas elementales sobre Cristo y avancemos hacia las más perfectas, sin volver a echar los cimientos de la metania y del arrepentimiento de las obras muertas y de la fe en Dios,
- de la enseñanza sobre los bautismos, el cristiano y el de los judíos y de la imposición de las manos después del bautismo para la transmisión de los carismas del Espíritu Santo, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. Estas cosas las dijimos al principio.
- Y si Dios quiere, este progreso es lo que vamos a hacer ahora y avanzaremos a la enseñanza y vida espiritual superior.
- Debemos progresar continuamente porque hay el peligro del destructor retroceso. Porque es imposible los que una vez fueron catequizados al logos de Dios, bautizados e iluminados, que gustaron la dulzura de las donaciones de Dios y que fueron hechos partícipes de los carismas del Espíritu Santo,
- que saborearon personalmente la dulzura y la paz del logos de Dios y conocieron las fuerzas y energías sobrenaturales increadas y los milagros que se realizan en nombre de Cristo y se manifestarán con todo su esplendor en el siglo y mundo venidero,
- y que a pesar de todo recayeron, es imposible que se renueven otra vez por la metania, ya que de nuevo vuelven a crucificar por su cuenta al Hijo de Dios y le declaran infame a los ojos de los hombres como entonces los duros de corazón sumos sacerdotes y soberanos de Israel.
- Recibamos y aceptemos, pues, las donaciones de Dios con devoción para la fructificación. En efecto, la tierra que absorbe el agua caída repetidas veces sobre ella y que produce frutos abundantes para aquellos que la cultivan, recibe la bendición de Dios;
- pero la que produce espinas y abrojos es tierra estéril e inútil, será tierra maldita que su fin será el fuego que quemará las espinas y los abrojos; (Los fieles que reciben la jaris-gracia energía increada de Dios y progresan en la virtud, reciben cada vez más bendiciones divinas; peor los que se desvían en obras corruptas y malvadas y no se arrepienten de estas cosas, se hacen culpables de la maldición de Dios).
- Queridos hermanos, aunque hablamos de este modo, sin embargo, confiamos de vosotros, estamos convencidos de que vosotros estáis en una situación mejor y más favorable con respecto las cosas que conectan con la salvación eterna.
- Porque Dios no es injusto como para olvidar vuestras buenas obras y la agapi-amor desinteresada que habéis demostrado en nombre de Cristo, en el servicio que habéis prestado y seguís prestando hasta hoy en día a los creyentes cristianos.
- Deseamos solamente que cada uno de vosotros demuestre continuamente el mismo empeño por guardar intacta hasta el fin vuestra esperanza y certeza sobre los bienes eternos que esperamos,
- de modo que no os descuidéis por la negligencia y la pereza espiritual sino que sigáis el ejemplo de aquellos que por la fe y la perseverancia entran en posesión de las promesas, por la jaris-gracia increada de Dios.
El juramento de Dios a Abraham, 6:13-20.
- Dios, al hacer las grandes promesas a Abrahán, no teniendo otra persona mayor por quien jurar, juró por sí mismo que las va a cumplir,
- diciendo: «Sí, te colmaré de bendiciones y aumentaré tu descendencia en multitud innumerable de descendientes».
- Y así, por la perseverancia, Abrahán alcanzó la realización de la promesa. (Porque por una parte tuvo a Isaac, genarca y jefe de la nación, y por otra parte desde mundo espiritual vio la encarnación del Hijo de Dios, del bendito Salvador de los hombres).
- Porque los hombres, en efecto, por costumbre juran a Dios por lo que es más grande que ellos, y el juramento pone entre ellos fin a toda controversia y les sirve de confirmación.
- Por eso Dios, queriendo dar a los herederos de la promesa una prueba nueva de que su decisión era irrevocable, se comprometió con juramento para garantía,
- y así que por estas dos cosas inmutables, es decir, la promesa y el juramento, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos mayor ánimo y certeza los que nos refugiamos en la adhesión firme de la esperanza que se nos ha ofrecido;
- Esta esperanza es para nosotros como un áncora segura y firme de la psique-alma, que penetra y nos mantiene firmes unidos hacia el cielo, el cual cielo simbolizaba el más allá del velo del altar de los altares,
- donde, como precursor nuestro, entró Jesús por nosotros, convertido en gran sacerdote para siempre a la manera y orden de Melquisedec.
Capítulo 7: El sacerdocio de Melquisedec tipo de Cristo, 1-10. Prefiguración de la abolición del sacerdocio levítico, 11-19. Cristo, el sacerdote eterno y perfecto en todo, 20-28.
7:1. Realmente este Melquisedec prefiguraba a Cristo, Melquisedec era rey de la santa ciudad Salén/Jerusalén, sacerdote del Dios altísimo, que salió al encuentro de Abrahán cuando éste volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo,
- y a quien Abrahán dio la décima parte de todos los botines; (y la palabra Melquisedec traducida, en primero, es rey de justicia, después también rey de Salem, que es rey de la paz, porque Salem significa paz);
- la Escritura presenta a Melquisedec sin genealogía, sin padre, sin madre y sin antepasados; no se conoce ni su nacimiento ni su muerte, como si su vida no tuviese principio y fin; a semejanza del Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre. (Así que el Melquisedec como se llama “rey de la justicia” y es rey de la paz y es presentado sin principio y fin, se ha constituido tipo o modelo de Cristo, porque el Cristo es rey de la justicia, sin padre como hombre y sin madre como Dios, Sacerdote eternamente y único, sin tener alguno anterior que él ni posterior e igual a él).
- Considerad, pues, cuán grande era Melquisedec, a quien aun Abraham el patriarca por respeto y estima hacia él, le dio diezmos de todos los preciosos botines.
- Aquellos que de la tribu de Leví reciben el sacerdocio tienen el mandato de Dios de exigir al pueblo la décima parte de todos los ingresos, como define la Ley, es decir, a sus hermanos, aunque también ellos pertenezcan a la posteridad de Abrahán;
- sin embargo, Melquisedec que no desciende de él por generación, recibió la décima parte del botín conquistado por Abrahán y le bendijo porque era el portador de las promesas de Dios.
- Ahora bien, está fuera de duda que el inferior es bendecido por el superior. (Y Melquisedec al bendecir, según la voluntad divina, a Abraham, significa que era superior a él).
- Además, los que aquí reciben la décima parte son hombres mortales; mientras que allí Melquisedec recibió la décima por Abraham, de quien se afirma en la Escritura que vive, porque en ninguna parte se habla de su muerte.
- Y, por decirlo en breve, mediante Abraham y en la persona de Abraham los Levitas que reciben el diezmo, la décima parte de los bienes, ellos también dieron el diezmo a Melquisedec, ya que son descendientes de Abraham,
- porque Leví el genarca de los levitas estaba ya en las entrañas de su padre Abrahán cuando le salió al encuentro Melquisedec y recibió aquel diezmo.
- Por consiguiente, si la perfección ética y la reconciliación plena con Dios y la salvación hubiese sido realizada por el sacerdocio levítico -porque el pueblo, según la Ley mosáica, se había sostenido a ella- ¿qué necesidad habría entonces de que surgiese otro sacerdote a la manera y orden de Melquisedec, y que no fuese llamado sacerdote según el orden de Aarón?
- Ahora bien, cambiando el sacerdocio, se sigue necesariamente el cambio y la sustitución de la ley.
- El sacerdocio de los Levitas se ha sustituido, porque aquel de quien se dicen estas cosas y prefiguraba a Melquisedec, es decir, Jesús Cristo, proviene de otra tribu, de la cual ningún miembro como sacerdote nunca se acercó y sirvió al altar;
- porque es diáfano que nuestro Señor nació como el sol y provino de la tribu de Judá, la cual no es mencionada por Moisés al tratar del sacerdocio de los sacerdotes.
- Y esto se hace todavía más evidente de que es abolido el sacerdocio levítico y se traspasa, ya que a semejanza de Melquisedec surge y se presenta otro sacerdote
- que no ha llegado a serlo según la Ley, que contenía muchos mandatos referidos al cuerpo o carne, (como por ejemplo, circuncisión, expiaciones, promesas sobre bienes materiales, etc…), sino más bien se hizo sacerdote según la dinamis potencia de la energía increada, vivificante e imperecedera de Dios. (Y este sacerdote eterno es el Hijo de Dios hecho hombre, el Cristo).
- Porque de él se ha dado este testimonio por la Escritura: “Tú eres sacerdote para siempre, según el tipo y orden de Melquisedec”.
- Porque, ahora en la época de la jaris-gracia energía increada, queda abrogado y sustituido el orden anterior, es decir, de la ley mosáica, porque la Ley de Moisés no tenía la fuerza de salvar al hombre y por eso es infructuosa e inútil;
- porque nada perfeccionó la ley, en cambio ahora con el Nuevo Testamento en su lugar entra una esperanza mejor, por lo cual nos acercamos a Dios y conseguimos la redención y la bienaventuranza eterna.
- Esta superioridad incomparable de Cristo se ve también por el hecho de que no se realiza sin juramento. Mientras que aquéllos del Antiguo Testamento fueron instituidos sacerdotes sin juramento por parte de Dios;
- Pero el Cristo se hizo sacerdote con juramento por Dios que le dijo: “El Señor lo ha jurado y no se vuelve atrás: tú eres sacerdote para siempre, según la orden Melquisedec”.
- Esto es precisamente la garantía que hace que Jesús sea el fiador e intercesor superior del Nuevo Testamento.
- Además, que en la época de la Ley aquellos sacerdotes eran muchos porque la muerte les impedía permanecer para siempre como sacerdotes,
- Pero el Cristo como permanece en el siglo, posee un sacerdocio inmutable e insustituible, porque permanece para siempre.
- De ahí proviene que pueda salvar perfectamente a aquellos que por él se acercan a Dios, estando siempre vivo para interceder y orar a favor de ellos.
- Porque tal debería ser precisamente el sacerdote que nos convenía: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y elevado más alto que los cielos, a la derecha del Padre y Dios;
- que no necesita diariamente, como los sumos sacerdotes de la Ley, ofrecer sacrificios, primero por sus propios pecados y después por los del pueblo. Esto lo hizo él de una vez para siempre encima de la cruz cuando se ofreció a sí mismo.
- La ley de Moisés, en efecto, constituye sumos sacerdotes a hombres débiles y enfermos éticamente; pero el logos de la promesa por juramento, posterior a la ley, constituye sacerdote al Hijo de Dios, hecho perfecto hombre y permanece perfecto para siempre por los siglos de los siglos.
Capítulo 8: El gran Sacerdote y el nuevo altar, 1-5. El gran Sacerdote mediador del Nuevo Testamento, 6-13.
El gran Sacerdote y el nuevo altar, 8:1-5.
8:1. El punto culminante de lo que estamos diciendo es que tenemos un Sacerdote que se sentó a la derecha del trono de la majestuosidad divina en los cielos,
- y se hizo liturgo-servidor en los Altares del cielo y del verdadero tabernáculo (tienda) construido por el Señor, y no por un hombre.
- En efecto, todo sumo sacerdote es instituido para ofrecer regalos y sacrificios a Dios; por lo cual es necesario que éste, el Cristo, tenga también algo que ofrecer como sacrificio. Cosa que la hizo sacrificándose a sí mismo encima de la cruz.
- Porque, si Cristo fuera sacerdote aquí en la tierra, no sería sacerdote en modo alguno, porque ya había aquí encargados de ofrecer los regalos a Dios según la ley.
- Pero estos sacerdotes realizan un culto de modo simbólico, para que sean representadas así las realidades celestes, o sea el culto verdadero de nosotros los Cristianos, según le fue revelado divinamente a Moisés cuando iba a construir el tabernáculo o la tienda de sacrificio, que Dios le dice: “Mira y hazlo todo según el modelo que se te ha mostrado en la montaña Sinaí”.
El gran Sacerdote mediador del Nuevo Testamento, 8:6-13.
- Pero ahora nuestro gran Sacerdote, el Cristo, ha obtenido y realizado una liturgia incomparablemente superior y distinta, tanto más excelente cuanto mejor es el testamento del cual es mediador y se ha fundado para ofrecer a los fieles promesas más ventajosas y más perfectas.
- Porque si el primer testamento/alianza hubiese sido perfecto, no hubiese habido lugar para buscar un segundo.
- Sin embargo, les dice en tono de recriminación: “Vienen días dice el Señor, en que yo haré con la casa de Israel y la casa de Judá un testamento nuevo o una alianza nueva, es decir, con el nuevo Israel de la χάρις jaris-gracia increada, nuevo testamento;
- no como el testamento que hice con sus padres cuando los tomé de la mano para sacarlos libres de Egipto, testamento que ellos violaron y por eso los rechacé, dice el Señor.
- Por lo cual, este es el nuevo testamento/alianza que haré con la casa del nuevo Israel, el de la jaris-gracia increada, es decir, con los fieles en Cristo que constituirán la Iglesia, después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; yo seré su Dios, y ellos me serán mí por pueblo;
- Ya nadie tendrá que enseñar a su conciudadano, ni a su hermano, diciendo: Conoce quién es el Señor; porque todos me conocerán, desde el más pequeño hasta el mayor.
- Porque perdonaré sus injusticias y no me acordaré más de sus pecados e iniquidades.
- Al hablar de testamento “nuevo”, Dios ha declarado anticuado el primer testamento. Ahora bien, lo que se hace viejo y anticuado está a punto de desaparecer.
Capítulo 9: El primer tabernáculo simbólico, 1-12. El sacrificio de Cristo único e irrepetible, 13-28.
El primer tabernáculo simbólico, 9:1-12.
9:1. El primer testamento simbolizado por el tabernáculo o tienda de sacrificio, tenía una liturgia propia y un santuario terrestre.
- Porque el tabernáculo (o tienda estaba) dispuesto así: en la primera parte llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro, los panes de la proposición y la mesa sobre la que se hacía como sacrificio a Dios.
- Detrás del segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo o Santo de los Santos,
- el cual tenía un incensario de oro y el arca de la alianza o testamento cubierto de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que por milagro de Dios reverdeció, y las tablas del testamento que encima estaba escrito el decálogo;
- y sobre el arca había dos querubines de oro, que simbolizan la doxa-gloria luz increada de Dios, y que cubrían con su sombra el propiciatorio. No es éste el lugar y el tiempo para hablar de todo esto en detalle.
- Dispuestas así las cosas, los sacerdotes entran a diario en la primera parte del tabernáculo para celebrar el culto.
- En la segunda parte el Santo de los Santos, por el contrario, entra solamente el sumo sacerdote una vez al año, provisto de sangre, que ofrece por sus pecados y por los del pueblo, que habían cometido por ignorancia..
- El Espíritu Santo quería demostrar con esto simbólicamente que el camino del santuario no estaba abierto mientras subsistiese el primer tabernáculo.
- Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto al que practica ese culto y hacer la catarsis de la conciencia;
- se trata de normas externas referentes a los alimentos, a las bebidas y a los ritos purificatorios, válidos solamente hasta el establecimiento del nuevo orden de cosas, que por Cristo se realizaría la rectificación y el cambio radical.
- Cristo, por el contrario, se presentó realmente como gran sacerdote de los bienes venideros, a través de un tabernáculo más santo y más perfecto, no hecho por mano de hombre, es decir, no de esta creación, sino por la honrada y santa sangre de la siempre virgen María. (Este cuerpo sería el mayor y más perfecto tabernáculo o tienda del Dios)
- y entró de una vez para siempre en el santuario Santo celeste, ofreciendo sacrificio no con sangre de machos cabríos y de becerros, sino con su propia sangre, adquiriendo para nosotros los pecadores una redención y salvación eterna.
El sacrificio de Cristo único e irrepetible, 9:13-28.
- Porque si la sangre de los machos cabríos y de los becerros y la ceniza de la vaca, con las que se rocía a aquellos que están contaminados, los santifica procurándoles la pureza del cuerpo,
- ¿cuánto más la sangre de Cristo, que unido del Espíritu eterno se ofreció como sacrificio a sí mismo a Dios como víctima inmaculada, purificará nuestra conciencia de sus obras que conducen a la muerte eterna y dará la fuerza de dar culto ortodoxo al Dios vivo?
- Por eso exactamente Cristo es el mediador entre Dios y los hombres, para que sea constituido el nuevo testamento, a fin de que, consiguiendo con su muerte en la cruz el perdón de los delitos cometidos en el tiempo del primer testamento, aquellos que son llamados por Dios reciban la prometida herencia eterna .
- Porque donde hay testamento, para que se ponga en vigencia es necesario que sea constatada la muerte del testador.
- Un testamento no es válido sino en caso de muerte, porque no entra en vigor mientras vive el testador.
- Por eso, no se explica el hecho que el primer testamento que contrajo Dios con los hebreos, ni siquiera fue inaugurado, ya que no hubo derramamiento de sangre.
- Porque cuando se dio por Moisés, después de haber promulgado ante el pueblo todos los mandamientos según estaban escritos en la ley, entonces Moisés tomó la sangre de los sacrificados machos cabríos y de becerros, con agua, lana escarlata y el hisopo, y roció con ella el mismo libro de la Ley y a todo el pueblo,
- diciendo: “Ésta es la sangre del testamento que Dios ha establecido para vosotros”.
- Después roció también con sangre la tienda y todos los objetos del culto.
- Por lo demás, según la ley, casi todo es purificado con la sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón.
- Era, pues, necesario que las figuras que representaban las cosas celestes fuesen purificadas de esta manera, y las realidades mismas celestes lo fuesen también, pero con sacrificios superiores a los de aquí abajo del Antiguo Testamento.
- Porque Cristo no entró en un santuario hecho por mano de hombre, simple figura del verdadero, sino en el mismo cielo, para presentarse ahora ante Dios como embajador y mediador en favor nuestro.
- No para ofrecerse a sí mismo muchas veces, como lo hace el sumo sacerdote, que entra cada año en el santuario, con sangre de animales que se sacrifican;
- porque, de otro modo, hubiese tenido que padecer y sacrificarse en la cruz muchas veces desde la creación del mundo; pero ahora, al fin de los tiempos, se ha hecho hombre una vez y manifestado el Cristo, para abolir el pecado por su sacrificio.
- Y del mismo modo que está establecido para los hombres que mueran una sola vez y después haya un juicio y recompensa por sus obras,
- así también Cristo, después de haberse hecho hombre, murió una sola vez y se ofreció a sí mismo en sacrificio, para cargar encima suyo los pecados de los hombres, aparecerá una segunda vez gloriosamente, sin pecado, para dar la salvación a los que le esperan, pero sin estar cargado ya de los pecados de los hombres.
Capítulo 10: La insuficiencia de los sacrificios del Antiguo Testamento, 1-10. La infinita actividad y efectividad del sacrificio de Cristo, 11-18. Firmes en la nueva vida, 19-25. Advertencia al que peca deliberadamente, 26-31. Tal como en el pasado así también ahora que tengan paciencia, 32-39.
La insuficiencia de los sacrificios del Antiguo Testamento, 10:1-10.
10:1. Por tanto, no siendo la ley del Antiguo Testamento más que una sombra de los bienes venideros por Cristo y no la realidad misma de las cosas celestes, con los mismos sacrificios que ofrecen cada año los sacerdotes y el sumo Sacerdote, no pueden dar absolución de los pecados y redención y hacer perfectos a aquellos que se acercan al templo y al tabernáculo.
- Porque os pregunto, ¿si realmente estos sacrificios tenían la fuerza de hacer a los hombres santos y perfectos, no hubiesen cesado de ofrecerlos, supuesto que quienes ofrecían este culto, purificados una vez para siempre, no tendrían ya conciencia alguna de pecado?
- Por el contrario, estos sacrificios traen cada año a la mente el recuerdo de los pecados;
- porque es imposible que la sangre de toros y machos cabríos que se ofrecen de sacrificio, quite los pecados y elimine la culpa.
- Por eso, al entrar en este mundo, Cristo dijo al Padre: «No has querido sacrificios ni ofrendas como los del Antiguo Testamento pero en su lugar me has formado un cuerpo para ofrecerlo como sacrificio agradable a ti y de liberación para los hombres.
- No te han agradado los holocaustos ni los sacrificios que se ofrecen por el pecado.
- Entonces dije: Aquí estoy yo vine para hacer, oh Dios tu voluntad plena y perfectamente, como en el libro está escrito proféticamente de mí».
- Ya que más arriba dice que “no ha querido sacrificios ni ofrendas y que no le han agradado los holocaustos y los sacrificios por el pecado”, que se te ofrecen según la Ley mosáica;
- y luego añade: «Aquí estoy yo vine para hacer, oh Dios tu voluntad plena y perfectamente», con lo que deroga el primer régimen para fundar el segundo que se refiere al sacrificio de Cristo.
- Y en virtud de esta voluntad de Dios, sobre la humanización y sacrificio de su Hijo, nosotros somos santificados, de una vez para siempre, por la ofrenda del cuerpo de Jesús Cristo, que se hizo una vez para siempre.
La infinita actividad y efectividad del sacrificio de Cristo, 10:11-18.
- Y mientras todo sacerdote del Antiguo Testamento se presenta diariamente, oficiando y ofreciendo en el altar muchas veces los mismos sacrificios, los cuales no tienen poder alguno para perdonar y quitar los pecados,
- pero Jesús Cristo, por el contrario, habiendo ofrecido un solo sacrificio por la remisión de los pecados, se sentó para siempre a la derecha del trono de Dios,
- esperando desde entonces que sus enemigos vencidos sean colocados como estrado de sus pies.
- Porque por un sacrificio y una ofrenda única, es decir, por sí mismo en la cruz, ha hecho perfectos para siempre a aquellos que piden y se santifican por él.
- Esto mismo nos atestigua también el Espíritu Santo; porque después de lo dicho antes, dice:
- “Éste es el testamento que haré con ellos después de estos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; para que así queden imborrables”;
- 17. y a continuación añade: “y no me acordaré más de sus iniquidades, de sus pecados y de las transgresiones de la Ley”.
- Ahora bien, donde hay perdón y eliminación de los pecados no hay necesidad de sacrificio por los pecados.
Firmes en la nueva vida, 10:19-26.
- Así pues, hermanos, puesto que tenemos la gozosa esperanza de que la entrada en los Santos Altares realmente está libre, es decir, a la realeza increada de los cielos, en virtud de la sangre de Jesús,
- y este camino nuevo que conduce a la entrada nueva nunca vista y a la vida eterna, la abrió e inauguró a favor nuestro el Jesús Cristo a través de la cortina, es decir, con su cuerpo honrado que sacrificó;
- por tanto, ya que tenemos un nuevo gran sacerdote, el Jesús Cristo, Señor y jefe instalado encima de la casa de Dios, es decir, a la Iglesia,
- comparezcamos con un corazón sincero y honesto, con fe iluminada e inquebrantable, por la sangre redentora, purificados los corazones de toda mancha y de todo remordimiento que tengamos en la conciencia, a causa de nuestras obras malignas y astutas,
- y lavados en el cuerpo, es decir, por el Santo Misterio del Bautismo, mantengamos firmemente la esperanza que profesamos sobre los bienes que esperamos; y esto porque es verdadero y fidedigno aquel que nos ha dado estas inestimables promesas.
- y miremos de entendernos los unos por los otros, como hermanos espirituales que somos para estimularnos en la agapi-amor desinteresada y en las obras buenas;
- Apartar todo impedimento que se presenta y no abandonéis vuestras santas asambleas, como algunos tienen por costumbre hacer, sino más bien reforzaos y animaos mutuamente, y esto tanto más cuanto que veis acercarse el gran día de la Segunda Presencia del Señor.
Advertencia al que peca deliberadamente, 10:26-31
- Porque si pecamos deliberadamente, despreciando así el sacrificio redentor de Cristo, después de haber recibido el conocimiento claro de la verdad, ya no queda sacrificio alguno para la remisión de nuestros pecados,
- sino que debemos esperar, una horrenda expectación y terror del juicio de Dios, y de hervor de fuego increado de la ira de Dios, que devora aquellos que voluntariamente y sin metania resisten a la voluntad de Dios y la pisotean con desprecio. (Fuego increado, según los santos Padres, es la misma luz increada que opera infernalmente como fuego consumador sin consumirse contra los malvados y pecadores, en cambio para los salvados opera como luz paradisíaca).
- Pues si el que viola la ley de Moisés es condenado irremisiblemente a muerte por el testimonio de dos o tres testigos,
- ¿de cuánto mayor castigo pensáis vosotros que será digno quien haya menospreciado y pisoteado al Hijo de Dios y haya tratado como cosa profana e indigna la sangre del testamento por el cual fue santificado, y haya blasfemado, ultrajado y despreciado el Espíritu Santo que concede la χάρις la jaris-gracia energía increada?
- Porque conocemos bien a aquel que ha dicho: “A mí la venganza, yo recompensaré a cada cual lo que merezca”. Y otra vez: “El Señor juzgará a su pueblo”.
- Es espantoso para uno caer como culpable en las manos del Dios vivo.
Tal como en el pasado así también ahora que tengan paciencia, 10:32-39.
- Recordad, en cambio, aquellos primeros días en que, después de haber sido catequizados a la verdad y haber sido iluminados por el santo Misterio del Bautismo, aguantasteis firmemente y heroicamente la lucha de las persecuciones, de los sufrimientos y de los padecimientos.
- unas veces expuestos públicamente a ultrajes, torturas y sufrimientos por los perseguidores de nuestra fe, y otras veces haciéndoos solidarios y cariñosos de aquellos que eran así tratados y con cualquier ayuda co-participabais en los sufrimientos y persecuciones de ellos.
- Porque también en las cadenas cuando yo estaba en la cárcel, habéis mostrado cariño y simpatía y vosotros habéis compartido las penas de los presos, habéis aceptado con alegría el que os quitaran vuestros bienes, siendo conscientes de que estáis en posesión de una riqueza incomparablemente mejor y permanente.
- Por tanto, no perdáis vuestra esperanza y fe cierta y heroica, de la que por parte de Dios tendrá una gran recompensa para vosotros.
- Es necesario que seáis constantes y tener paciencia hasta el fin de vuestras vidas en el cumplimiento de la voluntad de Dios, para que disfrutéis de la recompensa que ha prometido Dios.
- Cultivar y entonar vuestra paciencia porque dentro de poco, muy poco tiempo, el Señor el que ha de venir y siempre viene, llegará de nuevo sin retrasos para juzgar a vivos y muertos,.
- Tal como dice Dios: “Mi justo ganará la vida eterna por su fe operativa e iluminada; pero si se acobarda y se aparta de la lucha espiritual, sabed que dejará de agradarme su psique-alma”.
- Nosotros, sin embargo, no somos de aquellos que se retiran cobardemente para la perdición, sino que somos hombres de la fe viva e iluminada para así ganar y salvar nuestras psiques-almas.
Capítulo 11: Ejemplos heroicos de la fe durante los años del Antiguo Testamento, 1-28. Grandes hazañas y admirables martirios y testimonios, 29-40.
Ejemplos heroicos de la fe durante los años del Antiguo Testamento, 11:1-28.
11:1. La fe es la convicción firme y garantía de las cosas que se esperan, la prueba de aquellas que no se ven por los ojos físicos.
- A causa de esta fe viva recibieron el buen testimonio de parte de Dios los antiguos, los justos del Antiguo Testamento.
- Por esta fe nos informamos y entendemos bien que el mundo fue creado en el tiempo por el logos increado y omnipotente de Dios, de modo que lo visible tiene la causa de lo invisible.
- Gracias a la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más perfecto que el de Caín; por ella fue proclamado justo, dando el mismo Dios testimonio en favor de sus regalos de sacrificio, gracias a la fe, aunque muerto, se sigue hablando de él continuamente honrado y elogiado como justo.
- Por la fe fue traspasado de este mundo Henoc sin experimentar la muerte; nadie lo pudo encontrar, porque lo había arrebatado Dios. Y la Escritura dice que antes de ser arrebatado en toda su vida había agradado a Dios.
- Ahora bien, sin la fe es imposible para el hombre agradar a Dios; porque aquel que se acerca a Dios debe creer que existe y que recompensará a aquellos que lo buscan y cumplen su voluntad.
- Por la fe Noé divinamente advertido acerca de las cosas que todavía no se veían, pero que vendrían, es decir, el cataclismo, movido de un religioso temor, construyó un arca para salvar a su familia; por la fe inquebrantable confirmó y demostró que el mundo de su época pecador e infiel era digno de condena; y gracias a esta fe no sólo se salvó del cataclismo sino que se convirtió heredero de la justicia y de la salvación que concede Dios a los fieles.
- Por la fe Abrahán, obedeciendo la llamada divina, partió de su patria para ir a un país que recibiría por Dios como herencia suya, y realmente partió sin saber a dónde iba.
- Gracias a esta fe vino a habitar en la tierra que le había prometido Dios como en un país extranjero, viviendo en tiendas de campaña, con Isaac y Jacob, coherederos con él de la misma promesa de Dios.
- Porque él esperaba con fe y esperanza la ciudad celeste de sólidos y eternos cimientos, cuyo arquitecto y constructor es el mismo Dios.
- Por la fe recibió también Sara el poder de concebir, fuera de la edad propicia, porque creyó en la fidelidad de aquel que se lo había prometido que tendría un hijo.
- Precisamente por esta fe de Sara y Abraham, de un solo hombre, ya casi muerto por la vejez, nació una descendencia tan numerosa como las estrellas del cielo y los incontables granos de arena que hay en las playas del mar, imposible de contar.
- Todos éstos murieron en la fe y en la esperanza que nace de la fe, sin haber obtenido la realización de las promesas, pero las han visto y saludado de lejos y las aceptaron con toda su psique-alma y confesaron con sus obras y sus logos que eran extranjeros y peregrinos en la tierra.
- Ahora bien, aquellos que hablan así demuestran claramente que no reposan en la patria terrenal, sino que buscan la patria fija y alegre, es decir, la celeste.
- Y si ellos hubiesen pensado en aquella patria de la que habían salido, hubiesen tenido oportunidad para volver a ella.
- Ellos, en cambio, ahora aspiran a una patria mejor, es decir, la celeste. Por eso Dios no se avergüenza de ellos, de llamarse “su Dios”, porque les ha preparado una ciudad celeste y bienaventurada.
- Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido y creído firmemente a las promesas, ofrecía su unigénito sacrificio,
- a aquel de quien le había sido dicho: De Isaac saldrá una descendencia que llevará tu nombre.
- Porque pensaba que Dios tiene poder incluso para resucitar a los muertos. Por esta fe recobró a su hijo, de modo que Isaac se hizo para nosotros la pre-figurización o símbolo del sacrificio y la resurrección de Cristo, del unigénito hijo de Dios.
- Por la fe Isaac creyó a las promesas de Dios, bendijo a Jacob y a Esaú respecto a las cosas que iban a suceder en el futuro.
- Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los dos hijos de José y se postró ante Dios apoyándose en la empuñadura de su bastón.
- Por la fe José, al fin de su vida, refiriéndose al éxodo de los israelitas de Egipto, dio órdenes de llevarse consigo sus restos mortales.
- Por la fe de los padres de Moisés, apenas nacido, fue ocultado por sus padres durante tres meses, porque vieron que el niño era agraciado y hermoso y no temieron el edicto del rey quien impuso a que sean matados los recién nacidos varones de los hebreos.
- Por la fe Moisés, siendo ya mayor, no quiso ser tenido por hijo de la hija del Faraón,
- escogiendo más bien ser maltratado y fastidiado con el pueblo de Dios que disfrutar de las delicias pasajeras del pecado como príncipe en el palacio;
- teniendo por mayores riquezas ser maltratado, despreciado y vituperado, igual que más tarde el vituperio de Cristo, que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada con fe en la recompensa que le daría Dios en los cielos.
- Gracias a la fe huyó de Egipto sin temor a las iras del rey y se mantuvo firme en la fe y la esperanza de la ayuda de Dios invisible, al que le sentía presente como si le viese con los ojos físicos.
- Por la fe celebró la pascua, el sacrificio del cordero y roció con sangre las puertas de las casas de los hebreos para que el ángel exterminador no tocase a los primogénitos de Israel.
Grandes hazañas y admirables martirios y testimonios, 11:29-40.
- Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados por el mar.
- Por la fe cayeron los fuertes muros de Jericó, después de dar la vuelta a su alrededor los israelitas durante siete días.
- Por la fe Raab, la prostituta, no fue exterminada con los incrédulos conciudadanos, por haber dado asilo a los espías que había mandado Jesús de Naví.
- ¿Y qué más diré? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, lo mismo que de Samuel y los profetas,
- los cuales por la fe combatieron y vencieron reinos, ejercieron la justicia, alcanzaron las promesas de Dios, cerraron la boca de los leones, como Daniel,
- apagaron fuegos impetuosos como los tres jóvenes, evitaron de ser degollados por la espada como Elías, sacaron fuerzas de debilidad y se curaron de enfermedades, se hicieron fuertes en batallas de guerras y pusieron en fuga ejércitos extranjeros
- Gracias a la fe algunas mujeres recuperaron sus muertos resucitados. Otros se dejaron torturar, no aceptando la liberación que les ofrecían sus torturadores si negasen la fe y aguantaron el martirio hasta la muerte, para obtener una resurrección mejor que la vida presente.
- Otros soportaron burlas y latigazos, incluso cadenas y cárceles;
- fueron apedreados, torturados, aserrados, pasados a filo de espada, anduvieron errantes, cubiertos con pieles de ovejas y de cabras, desprovistos de todo, oprimidos y maltratados.
- De este tipo de santos no era digno el mundo tenerlos, que andaban errantes por los desiertos, por las montañas, por las cavernas y por las cuevas de la tierra.
- Y todos éstos, mártires de la fe que agradaron a Dios no disfrutaron plenamente de la redención y de la realeza increada celeste,
- porque Dios había previsto para nosotros algo superior y sublime, y aquéllos no debían llegar sin nosotros a la plena perfección y bienaventuranza, pero todos juntos como un cuerpo espiritual disfrutaremos durante la segunda parusía-presencia o venida la felicidad y bienaventuranza de la realeza increada de los cielos.
Capítulo 12: Enseñanzas por el ejemplo de nuestros antecesores, 1-17. Los dos testamentos, 18-29.
Enseñanzas por el ejemplo de nuestros antecesores, 12:1-17
12:1. Precisamente por eso también nosotros, envueltos como estamos en una gran nube de testigos, que fueron martirizados y testimoniaron sobre la fe, debemos liberarnos de todo aquello que es un peso depresivo para nosotros y sobre todo del pecado, que fácilmente nos seduce, y con paciencia y perseverancia corramos el combate de la prueba que se nos pone por delante,
- puestos los ojos en el autor y perfeccionador de nuestra fe, Jesús, de quien absorbemos el ánimo y la fuerza; el cual, Cristo, por su χάρις jaris-gracia potencia de la energía increada y su alegría nos instruye al camino del perfeccionamiento. Él en vez de la bienaventuranza que tenía delante suyo como Dios y en vez del gozo que tenía derecho a disfrutar, como hombre impecable agradó en todo al Padre, prefirió y soportó la muerte por la cruz por nosotros, sin hacer caso de la ignominia y deshonor, por eso ahora está sentado a la diestra del trono de Dios.
- Pensad, pues, continuamente en aquel que soportó tan grande contradicción y martirio de parte de los pecadores, para que no desfallezcáis perdiendo el ánimo, quedando vuestras psiques-almas paralizadas.
- Todavía no habéis resistido duramente hasta el derramamiento de sangre si hace falta en la lucha contra el pecado.
- Habéis olvidado la exhortación y el consuelo que os dirige Dios cuando os habla como a hijos: Hijo mío, no desprecies, ni descuides la corrección y la pedagogía del Señor, ni te desalientes cuando eres revisado y reprendido de Él;
- porque el Señor pedagogiza-educa y corrige al que ama, y le disciplina con castigos pedagógicos al que recibe como hijo.
- El castigo pedagógico que soportáis os sirve para educaros. Dios os trata como a hijos. ¿Hay algún hijo que no sea educado y corregido de varias formas por su padre?
- Si estuvieseis sin esta pedagogía, a la que a todos los verdaderos hijos de Dios participaron y saborearon, no seríais hijos auténticos, sino bastardos.
- Además, si nosotros respetábamos a nuestros padres cuando nos corregían, ¿con cuánta mayor razón debemos someternos a Dios, el creador y padre de todas las existencias espirituales, y así ganarnos la vida eterna?
- Nuestros padres nos educaron lo mejor que pudieron para un tiempo limitado, mientras que Dios lo hace para nuestro verdadero provecho e interés, para que nos hagamos partícipes de su santidad y de su doxa-gloria-luz increada.
- Es cierto que todo castigo pedagógico, en el momento de recibirlo, es desagradable y motivo de disgusto; pero después, en los que se han ejercitado y educado en él, produce frutos de paz, de santidad y de justicia.
- Por lo cual, enderezad vuestras manos abatidas y vuestras rodillas debilitadas,
- dirigid vuestros pasos por caminos llanos para que el pie cojo en lugar de dislocarse se cure.
- Buscad afanosamente la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor;
- vigilad para que nadie sea privado de la χάρις jaris-gracia energía increada de Dios, para que ninguna raíz amarga vuelva a brotar y os perturbe, lo cual contaminaría la masa contaminando a muchos;
- que nadie sea lujurioso ni desprecie la piedad ni sea tibio, como Esaú, quien, por una comida, vendió sus derechos de primogénito.
- Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.
Los dos testamentos, 12:18-29.
- Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, como era Sinaí, al torbellino, a la densa oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad,
- al sonido estremecedor de la trompeta y al clamor de voz de los logos de Dios, que aquéllos, los judíos oyeron allí al Sinaí, fueron poseídos de miedo y suplicaron a Dios que no se les hablase más,
- porque no podían soportar esta amenaza de Dios: “El que pise la montaña, incluso si es una bestia, será apedreado”.
- Y el espectáculo era tan terrible que proyectó a sus ojos, de modo que el mismo Moisés dijo: “Estoy lleno de terror y temblor”.
- Vosotros, en cambio, os habéis acercado a la montaña de la nueva Sión, a la ciudad espiritual del Dios vivo, la Jerusalén celestial y a millares de ángeles,
- iglesia de los primogénitos y asamblea festiva de los escogidos hijos de Dios, los que ya están escritos como ciudadanos de la realeza increada de los cielos; os habéis acercado a Dios, juez universal, y a los espíritus de los justos, que han sido hechos perfectos y esperan la bienaventuranza perfecta y definitiva.
- Y aún os habéis acercado a Jesús, mediador del nuevo testamento, en la sangre de su sacrificio por la que os ha rociado y habéis recibido la redención y la santificación, la que habla por nosotros cerca de Dios y nos ayuda, y que habla más elocuentemente que la de Abel.
- Cuidado con no escuchar y negar al bondadoso Dios que os habla; pues si aquéllos, los hebreos de la época antigua, que negaron a obedecer a Moisés, al que hablaba por parte de Dios, no escaparon del castigo, ¡con cuánta mayor razón no escaparemos nosotros si volvemos la espalda a aquel que habla desde el cielo!
- A Dios cuya voz conmovió entonces la tierra y ahora nos ha hecho esta promesa por el profeta diciendo: “Una vez más conmoveré no sólo la tierra, sino también el cielo”.
- Este logos: “una vez más”, indica que las cosas serán movidas y cambiadas, que como cosas creadas y corruptas son movidas y alterables, para que subsistan aquellas que son inmutables, inamovibles y eternas, que existen en los cielos.
- Por eso, ya que recibimos la herencia que es la realeza increada, inconmovible y eterna que nos ofrece Cristo, guardemos la jaris-gracia increada agradeciendo continuamente a Dios. Y con esta gratitud ofrezcamos a Dios un culto agradable con reverencia y con respeto.
- Porque nuestro Dios es fuego increado devorador sin consumirse que devora y extermina todo impío y desvergonzado.
Capítulo 13: Deberes generales de los fieles cristianos, 1-6. Fieles y obedientes a Dios, 7-19. Bendiciones y saludos, 20-25.
Deberes generales de los fieles cristianos, 13:1-6.
13:1. Perseverad firmes en el amor fraterno en vuestros corazones y no olvidéis de la φιλοξενία-hospitalidad a los hermanos,
- ya que, gracias a la φιλοξενία-hospitalidad, algunos, sin saberlo, hospedaron a ángeles, como Abraham y Lot.
- Acordaos de los presos, de los que sufren torturas, como si estuvieseis en su mismo cuerpo.
- Que el matrimonio sea tenido en gran honor y el lecho conyugal esté sin mancha, porque Dios juzgará y condenará a los lujuriosos y a los adúlteros.
- Vuestro comportamiento y disposición de vuestra psique-alma sea libre de todo tipo de tendencia a la avaricia y la codicia; contentaos y agradecidos con lo que tenéis, confiaos siempre a Dios porque el mismo ha dicho: “No te dejaré nunca ni te abandonaré”;
- de modo que podemos decir con confianza y alegría: «El Señor es mi ayudante y no temeré nada y nadie. ¿Qué podrán hacerme los hombres?»
Fieles y obedientes a Dios, 13:7-19.
- Acordaos de vuestros guías conductores espirituales, aquellos que os anunciaron el logos de Dios; y, considerad cuál haya sido el resultado de su conducta y el fin de su vida, e imitad su fe y conducta.
- Jesús Cristo es el mismo ayer y hoy, y siempre por los signos de los siglos, es el mismo e inalterable, y su enseñanza es eterna y verdadera; mantenedla firme;
- No os dejéis engañar y arrastrar por enseñanzas extrañas y distintas de la enseñanza de Jesús Cristo; porque es mejor y más edificante que se afiance y se fundamente el corazón en la enseñanza ortodoxa con la χάρις jaris-gracia increada, y no a las falsas enseñanzas de los hebreos, que con alimentos puros o impuros de nada beneficiaron y provecharon aquellos que se fijaban en las distinciones de las comidas.
- Tenemos, los Cristianos, un altar santísimo, la Santa Mesa, encima de la cual se expone el alimento divino, el santo cuerpo y la sangre del Señor, y de la Mesa no tienen derecho a comer los que siguen y sirven en el antiguo tabernáculo, es decir, los sacerdotes y los sumos sacerdotes del Antiguo Testamento.
- Y simbólicamente se representa esta prohibición en el Antiguo Testamento; porque los cuerpos de los sacrificios, cuya sangre introduce el sumo sacerdote en el santuario para el rito de la expiación y la absolución de los pecados, no se comían por los sacerdotes, sino que eran quemados fuera del campamento de Israel.
- Por eso, según este simbolismo profético, también Jesús Cristo, para santificar al pueblo por su propia sangre, murió fuera de la ciudad de Jerusalén.
- Por tanto, salgamos al encuentro de Cristo, fuera del campamento, o sea, fuera de la mentalidad y religión judaica, soportando y compartiendo los ultrajes que primero sufrió Cristo por nosotros.
- No nos atemos a viejas formas y cosas del mundo; porque no tenemos aquí abajo ciudad y patria permanente, sino que busquemos a ganar la futura y eterna, es decir, el reinado de la realeza increada y celeste del Señor.
- Por él ofrezcamos a Dios sin cesar un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre. [15. Así que, por medio de nuestro Señor, como sacerdote y mediador, ofrezcamos hacia Dios siempre doxología y gratitud, es decir, sacrificio que como fruto y expresión de agradecimiento ardiente y culto a Dios, estará saliendo de nuestros labios glorificando a su santo nombre].
- No os olvidéis de hacer el bien y de compartir vuestros bienes que os da Dios con los demás, pues ésos son los sacrificios que agradan a Dios y no sacrificios de animales.
- Obedeced a vuestros guías conductores espirituales y obedecedlos, porque ellos velan y cuidan de vuestras vidas, de las cuales deberán dar cuenta a Cristo por vosotros, para que os guíen espiritualmente con alegría y no con gemidos por vuestra desobediencia, lo que no os beneficiaría nada y traerá sobre vosotros la ira de Dios.
- Orad por nosotros. Sabemos que tenemos la conciencia tranquila que nos proporciona la buena y justa información, tanto en el pasado como ahora, queremos siempre y en todo comportarnos bien con todos.
- Os ruego encarecidamente que lo hagáis para mí, para que cuanto antes pueda estar con vosotros.
Bendiciones y saludos, 13:20-25.
- El Dios de la paz, quien resucitó de entre los muertos y ascendió a los cielos a su derecha al gran pastor de sus ovejas lógicas, a nuestro Señor Jesús Cristo, quien ofreció sobre la cruz como sacrificio redentor su sangre para contraer y confirmar su testamento eterno,
- os haga aptos para toda obra buena, de modo que cumpláis siempre su voluntad, obrando en vuestros corazones lo que le es agradable a sus ojos por la mediación de Jesús Cristo, a quien pertenece la doxa-gloria por los siglos de los siglos. Amén.
- Hermanos, os ruego que aceptéis en vuestros corazones estos logos de exhortación y consuelo, acompañados de estas breves líneas que os escribí.
- Sabed que nuestro hermano Timoteo ha sido puesto en libertad. Si viene pronto, iré a veros con él.
- Saludad a vuestros guías conductores espirituales y a todos los creyentes. Los de Italia os saludan.
- ¡Que la χάρις jaris-gracia energía increada de Dios esté con todos vosotros! Amén.