TEOLOGIA Y EXPERIENCIA EL MENSAJE DE SAN GREGORIO PALAMÁS
Por Georgios Galitis, Profesor de la universidad teológica de Atenas
Nos encontramos al final de nuestro congreso internacional, donde yérontas inspirados y sabios compañeros han expuesto el fruto de sus investigaciones y sus experiencias espirituales. Puesto que hemos subido en alturas de la teología de san Gregorio Palamás difíciles de contemplar, ahora estamos llamados en esta mesa redonda para que aterricemos y transmitir los conceptos finos, el pensamiento y la tradición del santo a nuestra época llana.
Es cierto que para un gran Santo que selló su época con su vida santa y con su enseñanza divino-inspirada, y que también influyó decisivamente en los siglos siguientes hasta nuestra época. Un padre santo por el cual se han ocupado multitud de genios sabios y por el cual se han escrito innumerables cantidades de obras, un teólogo asceta a quien se ha dedicado un congreso con tres decenas de introducciones, cualquier cosa que se diga, en tan poco tiempo que tiene en su disposición el que os está hablando, es como una gota de agua al océano.
A pesar de esto, me atrevo a los siguientes pensamientos que están concentrados sólo en un punto: El mensaje de san Gregorio Palamás a nuestra época y especialmente en la teología actual, puesto que este congreso se dirige principalmente a teólogos.
- No hace falta mucho esfuerzo, ojeando a las obras de éste grandísimo teólogo, en darse cuenta que su teología expira el aroma de la experiencia. Realmente san Gregorio Palamás es el teólogo de la experiencia y su teología podría llamarse por eso teología empírica. Esto significa que su teología no es una creación intelectual, sino expresión de la vivida experiencia existencial. No es fruto de una ocupación intelectual piadosa sobre las realidades divinas, sino testimonio de la alteración ontológica del hombre padecido /sufridor o receptor de las divinas realidades y cosas. Con este sentido y significado el mensaje de san Gregorio Palamás en nuestra época, como en cada época, tiene un significado existencial para cada hombre, y particularmente para los teólogos.
¿Cuál, pues, es este mensaje?
Creo que la respuesta debemos de buscarla en los campos que se ha movido san Gregorio Palamás. Y estos son, por un lado el campo de la zeoría (contemplación espiritual), es decir, el pensamiento teológico, y por otro lado en la praxis, es decir, en la vida espiritual practicante.
- En el campo zeorítico contemplativo en nuestra época san Gregorio Palamás puede hablar, primero como teólogo. Esto porque su pensamiento teológico, tal como está formulado en la multitud de sus escritos, que casi la mayoría están a salvo, ha sellado el camino de la teología de los siguientes siglos hasta hoy; y contribuyó a la formulación del dogma ortodoxo, poniéndole a la línea de los grandes teólogos que empieza de Orígenes, pasa por los Capadocios y san Juan el Damasceno y culmina a nuestro santo, el último de los grandes teólogos. Tal como se observó, después del parrón de muchos siglos san Gregorio Palamás consiguió renovar la terminología teológica y dar nuevas direcciones al pensamiento teológico1.
El lugar tan importante que tiene en el cuerpo teológico san Gregorio, se debe en su mayor parte a su enseñanza sobre el discernimiento entre esencia y energía (increadas) a Dios. Este discernimiento no es un descubrimiento de san Gregorio, sino que se encuentra en muchos Padres de la Iglesia Oriental. La atribución de san Gregorio está en que él primero profundizó y desarrolló con certeza y claridad esta enseñanza, combatiendo fuertemente y con muchos argumentos contra los dudaban de esta.
- Aparte de teólogo en el cambo zeorítico contemplativo, san Gregorio tiene mucha importancia para nuestra época, también es ejemplo de combatiente de la Ortodoxia. Sus luchas se desarrollaron al principio en el campo puramente dogmático, donde ha dado duros combates, por escrito y oralmente, contra el patriarca de espíritu latino Juan Becos que apoyaba el filioque y el calabrés Barlaam quien rechazaba el filioque, pero Barlaam esto no lo hacía basado en la fe ortodoxa sino en conceptos intelectuales de artificios y tendencias agnósticas.
Más tarde San Gregorio asumió y emprendió una lucha dura con epístolas, tratados escritos y homilías contra los anti-hisijastas, principalmente contra Akíndinos y Barlaam y muchos más. Combate que otra vez desde el principio tomó carácter dogmático, por mucho que parezca que la Hisijía concierne solamente la vida espiritual. Porque en la tradición ortodoxa dogma y vida espiritual son firmes e inquebrantablemente unidas, tal como muy representativamente había recalcado Isidoro el Pilusiotis: “El baile de las virtudes está ciego sino está conducido por el dogma correcto…”2
- La forma de realización y conducción de la lucha por la Ortodoxia de san Gregorio era el diáLogo. Palamás no evita el diáLogo, al contrario lo busca. Su intención era aclarar, iluminar y disolver malas interpretaciones y aclarar conceptos y enseñanzas que existían en la tradición ortodoxa, pero las condiciones de su época requerían más desarrollo y explicación. En su argumentación utiliza en abundancia los Padres anteriores que él, citando los mismos fragmentos de sus obras e intentando con perspicacia confirmar la verdad. Dialoga sin violencia y fanatismos, pero sin ceder ni dar un paso atrás convirtiéndose así un ejemplo del como dialogan los Ortodoxos.
Especialmente hoy que la ortodoxia dialoga con los heterodoxos, el ejemplo de san Gregorio Palamás es instructivo, didáctico por excelencia: San Gregorio tratándose de dialogar para un tema aparentemente práctico, como es el tema de la posibilidad y poder de la visión, expectación de la luz increada, proclama y desarrolla la enseñanza dogmática sobre esencia y energía (increadas) en Dios, considerando que este discernimiento es la clave para la solución del problema creado. Humildemente pienso y digo que es también la llave para el entendimiento y la solución de muchos problemas de los llamados diálogos que se están haciendo. Si este discernimiento se pusiera como la base de las discusiones y si los dialogantes con nosotros fueran capaces de aceptar este discernimiento, muchos obstáculos se hubiesen reducido y el camino del entendimiento sería más fácil.
Pero más sobre esto no es para ahora.
- Pero la importancia del mensaje de san Gregorio Palamás a nuestra época es incalculable también en el campo práctico. Y aquí no me refiero sólo de su vida santa por la cual se consagró como “la belleza monástica” y el guía para los que quieren subir al Sinaí espiritual; me refiero principalmente por su grandiosa contribución por la experiencia vivida de la incesable oración noerá o del corazón o de Jesús. Esta oración monóloga que con el humilde composkini (tipo rosario de nudos de cuerda) en la mano la practicaron y la practican miles de psiques (almas) divinizadas como los hisijastas de Athos y de Sinaí (Monasterio de Santa Caterina), de los ascetas del desierto y de los monasterios kinovios (de vida común), de los que están con las “alas del divino eros-amor” y “del incesante divino anhelo”. Pero también los que están dentro en los ruidos y tumultos del mundo entran en la caja registradora (el corazón psicosomático) donde con la oración monóloga del corazón encuentran su refugio y consuelo como refuerzo, energía y ayuda. Esta tradición de la oración noerá o del corazón, este tesoro grande de la Iglesia Ortodoxa oriental llegó y sobrevivió hasta nuestros días, porque la llama de su hogar se ha mantenido alimentándose de los grandes Padres Nípticos, que la mantuvieron con su experiencia vivida y también con sus textos. Así la contribución de san Gregorio Palamás constituye una estación o grado, de la línea que empieza de los Anacoretas, atraviesa por los monjes sin sueño (no dormidos) del siglo 5º, pasa por los santos Macario el Egipcio, Nilos, Diadoco de Fótica, Juan el Clímaco, Hisijio el Sinaíta, los Sirios Isaac y Efrén, Máximo el Confesor, Simeón el Nuevo Teólogo, Ignacio y Calistos los Xanzópuli, Nikiforo Cálistos, Gregorio el Sinaíta hasta el maestro espiritual de san Gregorio Palamás, san Teolepto de Filadelfia.
Todos ellos vivieron la oración del corazón o noerá y también añadieron con sus escritos, cada uno según su experiencia, la piedra de su contribución al edificio de la zeoría contemplación espiritual o expectación de la luz increada de la incesante oración del corazón o de Jesús. San Gregorio encontró ya formada la gran corriente espiritual que regó y sigue regando la vida espiritual de la Iglesia Ortodoxa. Su incalculable contribución consiste en que nuestro santo resumió y recapituló, formó, formalizó y salvó la enseñanza entregada sobre la oración noerá o del corazón, no teóricamente, ni intelectual y racionalmente, sino por vivencia propia y experiencia personal. No escribe sus experiencias como san Simeón el Nuevo Teólogo, sino que empezando de sus experiencias describe el estado o situación de la oración noerá o del corazón. No se refiere simplemente al método psicosomático del hisijasmo, pero, y eso es lo singular en él, recalca especialmente la posibilidad de visión, espectación de la luz increada, la θεοπτία zeoptía (dios o divina visión) que consiste en la zéosis del hombre (unión, divinización por la increada energía Jaris). Esta posibilidad y poder la sostuvo con muchos argumentos de la enseñanza de los padres de la Iglesia, en el discernimiento entre la esencia de Dios inaccesible, no participativa, invisible y las participativas energías increadas mediante las cuales se conoce a Dios. Según san Gregorio la expectación, visión de la luz increada es experiencia de θεοπτία zeoptía-visión divina y de zéosis. Así la zéosis del hombre no consiste en su perfeccionamiento ético, sino que es un acontecimiento, hecho ontológico y existencial. Este hecho lo ha vivido primero él, y la posibilidad, capacidad y poder vivir esto después lo apoyó con su logos y con la multitud de sus escritos combatiendo contra varios antihisijastas que dudaban esta posibilidad y poder.
Así san Gregorio Palamás, recapitulando la tradición hisijasta hasta su época, se ha convertido el genarca de nueva serie de hisijastas, la cual pasando por san Nicodemo el Aghiorita, san Macario el Notarás y los Kolivades, llega hasta nuestros días con los santificados, divinizados yérontas como los Padres Sofronio Sajarof, Justino Pópovits, san José el hisijasta, Paísios Porfirios etc (ahora 2021 santos, por limitarme a los difuntos), los cuales han enriquecido la teología hisijasta con sus valiosos escritos puesto que ellos primero vivieron la Hisijía.
- Hasta ahora hemos desarrollado la tradición de san Gregorio Palamás por separado, primero en lo zeorítico contemplativo y luego en lo práctico. Esta distinción que ciertamente es metodológica y planificada se ha hecho por razones claramente técnicos y nos conduce a un tema céntrico del pensamiento de san Gregorio: el tema de la relación entre zeoría (contemplación, expectación de la luz increada) y praxis o más exacto, entre teología y θεοπτία zeoptía-visión divina.
Nuestro santo es sobre esto categórico. Para él θεοπτία zeoptía-visión divina no se identifica con la teología. No es obvio que el teólogo es también θεόπτης zeoptis, (visionario de Dios). Por otro lado la teología encuentra el cumplimiento de su meta o propósito en la θεοπτία zeoptía (visión divina). La luz increada es para san Gregorio “incomparablemente superior” de la teología apofática, la cual es accesible para cada uno, puesto que cada hombre puede practicarla.3 La teología se diferencia de la unión con Dios y la expectación de Su doxa-gloria (luz increada) cosa que es algo “muy distinto y altísimo”. La teología dista de la θεοπτία zeoptía tanto en cuanto “el saber” del “tener o haber adquirido”, la gnosis de la adquisición. Porque como dice: hablar sobre Dios no es lo mismo que hablar con Dios.
La diferencia entre θεοπτία zeoptía y teología, san Gregorio Palamás fue obligado a sostenerla mucho contra los que negaban la posibilidad de expectación de la divina luz increada. Barlaam, Akíndinos y los demás antihisijastas por los cuales la θεοπτία zeoptía era una percepción intelectual de Dios, es decir, que la teología es como un trabajo intelectual, racional. Así en su segunda epístola hacia Barlaam escribe terminantemente: “se diferencia la θεοπτία zeoptía de la teología”6. Y para Akíndinos escribe en su “4º logos objetivo”, apelando también a su homónimo san Gregorio el Teólogo: “El Akíndinos no ha visto ninguna diferencia entre θεοπτία zeoptía y teología … porque ignora que aquella visión, expectación es superior de toda teología y no es sentido ni comprensión intelectual, sino inenarrable energía increada, vista invisiblemente y comprendida agnósticamente (sin saber como, desconocidamente,) para los dignos y merecidos de “ver y padecer o sufrir el esplendor de Dios”7.
- De todo lo anterior se resume que, san Gregorio Palamás es el santo que vivió la teología y teologizó con su experiencia vivida. Aún más claro, para san Gregorio Palamás, teología es “padecer las divinas realidades y cosas”, es decir, tal como decía san Gregorio el Teólogo: “Estar continuamente adquiriendo a Dios, convirtiéndose y haciéndose propiedad o heredad de Dios”. La teología para él encuentra su culminación en la oración incesante que conduce a la θεοπτία zeoptía, según Evagrio que se atribuye a san Nilos: “Si eres teólogo orarás de verdad. Y si oras de verdad, realmente eres teólogo”. Ver: https://www.logosortodoxo.com/filocalia/tomo-i/153-reflexiones-sobre-la-oracion-del-corazon/. .
Esta interrelación circundante y coexistente de teología y oración, teología y experiencia, es el mensaje de san Gregorio Palamás en nuestra época. Hoy si nuestra Teología padece de algo nos es por falta de teólogos – gracias a Dios las Escuelas teológicas están llenas- ni falta de escrituras teológicas- gracias a Dios las ediciones se suceden una tras de otra y uno no tiene tiempo de observarlas a todas. La gran enfermedad de nuestra teología hoy es su autonomización, su consideración y estimación independientemente de su principio vivificador que es la experiencia espiritual, y su racionalización, mundificación (institucionalización como una nomeclatura de leyes mundanas) que ocurre cuando ella se aparta de su lugar natural, la Iglesia Ortodoxa. Una teología mundanizada puede sentirse cómoda en los salones cósmicos-mundanos y considerar como ambiente suyo y familiar de ella las universidades de Occidente; pero juzgada por las medidas de los patrones de san Gregorio Palamás y puesta al lugar espiritual ortodoxo, parece más bien charlatanería de razonamientos sutiles sobre Dios que constituyen una kakofonía molesta, si no se conoce o se desprecia como una simpleza insignificante.
- En nuestra época para que uno sea teólogo es muy fácil. Y siempre era fácil.
¿Pero realmente uno es teólogo aunque tenga el certificado escrito, el título de una escuela teológica? (¿O es un tiólogo/teólogo logos de tíos?, añadido por el traductor.)
Los padres y primero san Gregorio Palamás contestan categóricamente, no. Para san Gregorio la verdadera teología es la θεοπτία zeoptía visión, expectación divina. Los pocos que tienen esta experiencia son realmente teólogos. El resto de nosotros los supuestos teólogos, queda pendiente la lucha de manera que nuestra teología sea empírica y vivida.
No hace falta alargar mi logos desarrollando donde y cómo se adquiere esta experiencia y vivencia. Está claro que el espacio donde encuentra atesorada la jaris-gracia energía increada de Dios, dónde se adquiere la experiencia de Dios y donde se vive Dios es la Iglesia Ortodoxa. La teología fuera de la Iglesia es, según dijo un antiguo teólogo, una piedra fría, si es que no es un veneno mortal. Eventualmente puede ser irreprochable académicamente, pero no se diferencia de un museo o un centro anatómico. Sólo en la Iglesia Ortodoxa encuentra la teología su plenitud y el fin o finalidad de su existencia. Esto no reduce su condición científica, al contrario da material a su trabajo, guía el método de su investigación y la conduce a la meta, la finalidad de su trabajo.
Por muy mundanizada (racionalizada, institucionalizada) o mejor dicho, como nuestra época precisamente es mundanizada y materialista tiene necesidad de la teología ortodoxa. Pero una teología intelectual y racional es débil, no puede dar respuestas y soluciones a las preguntas existenciales y a los problemas del mundo contemporáneo. La teología debe ser vivida y experimentada, servidora de la obra de la Iglesia, trabajo de psicoterapia, sanación, salvación y zéosis del hombre. Una teología de este tipo hace falta en nuestra época, una teología que pueda estar a lado del hombre como ayudante y paráclitos (consolante, suplicante), protectora y conductora.
Este es el mensaje de san Gregorio Palamás a nuestra época.
Georgios Galitis, Profesor de la universidad teológica de Atenas
SUMARIOS DE LOS CONGRESOS INTERNACIONALES DE ATENAS Y LEMASOL DE CHIPRE.
Traducido por Χρῆστος Χρυσούλας (Jristos Jrisulas) www.logosortodoxo.com, heleno-griego nativo, instruido en la Santa Parádosi-Tradición y en la lengua (katharévousa) del Nuevo Testamento la que actualmente se habla en el pueblo fiel heleno-ortodoxo.