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Nov 13 2021

LA LUZ INCREADA EN SAN GREGORIO PALAMÁS Y EN EL YÉRONTAS SOFRONIO

LA LUZ INCREADA EN SAN GREGORIO PALAMÁS Y EN EL YÉRONTAS SOFRONIO

(Por Nikolaos Sajarof, monje, sacerdote y profesor de la Universidad de Oxford)

SUMARIOS DE LOS CONGRESOS INTERNACIONALES DE ATENAS Y LEMASOL DE CHIPRE

 

Introducción

San Gregorio Palamás y el Yérontas Sofronio (ahora santo 2021) son ejemplos preciosos sobre el carácter que debe tener la teología cristiana. Les separan muchos siglos, pero sus textos certifican en común que la teología ortodoxa era y es testimonio vivo de la Divina realidad y el resultado de la κοινωνία kinonía (participación, comunión y unión) ontológica con Dios. Bajo este prisma intentaremos a presentar la teología sobre la Luz Increada en san Gregorio Palamás1 y en el Yérontas Sofronio.

Las condiciones que se han escrito los textos de ellos son las mismas: sus experiencias vivas constituyeron la base para discernir las percepciones y concepciones equivocadas sobre la Luz Increada que resultaron de los intentos de racionalización de la inenarrable experiencia mística de Dios. San Gregorio Palamás critica los multi-cacareados logos de la filosofía2. Lo correspondiente al Yérontas Sofronio era la tendencia general del pensamiento de los intelectuales en la Rusia contemporánea3.

 

San Gregorio Palamás

El interés de san Gregorio Palamás era defender el carácter increado de la Luz que vieron los apóstoles en el Monte Tabor, en la cual los Santos contemplan a Dios, refutando los argumentos de Barlaam y los Akindinistas (del adversario Akíndinos). Ellos mediante el pensamiento racional insistían que si Dios, su esencia increada es invisible, entonces la Luz Tabórica es sólo un alumbramiento del invisible increado. San Gregorio Palamás entendía que esta herejía ponía en duda toda la economía de nuestra salvación: “en… la economía por la sarx (cuerpo y carne) blasfeman a Dios”4. Por consiguiente, era muy importante para él en teologizar sobre el discernimiento entre esencia y energías en Dios, y concluir seguidamente que la Luz, la que el hombre puede recibir experiencia no es simplemente un símbolo de la deidad o alguna luz de conocimiento o gnosis intelectual5, sino una inexpresable manifestación del mismo Dios mediante Sus energías increadas.

¿Pero por qué es importante que esta luz no sea tangible sino increada e inmaterial? La manifestación de la divina doxa (gloria, luz increada) en el Tabor significaba para san Gregorio Palamás la posibilidad y poder del creado participar al Increado, tal como el Increado Dios con Su encarnación co-participaba al creado. Esto significaba la posibilidad y poder real para la zéosis del hombre. Por esta razón, según el profesor G. Mantzaridis “la teoría sobre la Luz increada de la zéosis del hombre, es el corazón de la enseñanza de Palamás”6. La visión de esta Luz es en realidad la κοινωνία kinonía (participación, comunión y unión) del hombre con Dios7. Por esta razón san Gregorio Palamás apoyó con énfasis la presencia de las energías increadas en la creación; como también el poder de κοινωνία kinonía del hombre con Dios, no sólo con las fuerzas intelectuales sino también con la hipóstasis material: “El hombre entero es atravesado por las energías de Dios”8. Con este sentido aún el cuerpo divinizado/deificado puede reflejar como espejo la Divina Luz. Como san Gregorio Palamás insiste en el poder de participación de la materia al espíritu9, J. Meyendorff, califica este modo de pensar como “materialismo cristiano”10.

La visión de la Increada Luz para san Gregorio Palamás constituye el testimonio vivo y existencial de la Divina economía para nuestra sotiría redención sanación y salvación; y esta Luz es la alianza y el principio “de la futura gloria revelada”11 e “hipóstasis de los futuros bienes”11. El presabor de la Realeza increada de Dios “dinamis venidera en potencia y energía” (Mc 9,1), cuando Dios se hará “todo en todos” (1ªCor 15,28)14.

No hace falta desarrollar más la teología de san Gregorio Palamás sobre la Luz que está basada en el discernimiento entre esencia y las energías de Dios. Además, ya se ha referido sobre este tema. Yo sólo querría recalcar que cuando san Gregorio hablaba sobre la Luz Tabórica, conocía que es vano transmitir la experiencia viva con pensamientos lógicos, racionalistas humanos. Esto se ha recalcado tanto que algunos intelectuales Occidentales como I. Tethowan y R. Wiliams consideran la teología de san Gregorio Palamás “racionalmente” vulnerable15. Es imposible que san Gregorio aceptase los argumentos de este tipo de críticas racionalistas, puesto que él mismo dice que: “aquel que saboreó el sentimiento de la percepción del alumbramiento divino no puede expresarlo a los que no han probado la misma experiencia, tal como la dulzura de la miel si no la has probado no se enseña con palabras”16. Palamás permanece fiel al versículo de Timoteo “el que habita en luz inaccesible…” (1 Tim 6,16)  y en la Himnografía Ortodoxa, donde esta Luz se llama “inaccesible, invisible o secreta”17. Es siempre un misterio. Los Apóstoles vieron en realidad “aquel alumbramiento divino e increado, permaneciendo Dios invisible en su supra-esencial escondite o refugio”18.

Parte de este misterio es la intensidad antinómica entre la trascendencia endocósmica (Del omnipresente y plenitud en todo) y esta Luz hipercósmica (Ven y habita en nosotros).

 

Desviaciones del neo-Palamismo de la Luz Increada.

Exactamente esta dimensión mística de san Gregorio Palamás la tergiversan algunos de sus intérpretes contemporáneos. Estos neo-Palamistas intentan adaptar la experiencia ontológica de κοινωνία kinonía (participación, comunión y unión) con Dios en un marco racionalista. Esta tendencia se observa en algunos contemporáneos teólogos Rusos. El abandono de la antinomia dentro en la Divina realidad a favor del racionalismo conduce a la tergiversación dogmática. Algunos contemporáneos neo-Palamistas subrayan endocósmica esta Luz en perjuicio de la absoluta admisión de su secretidad, ocultación. El resultado es que se considere esta Luz como siempre presente y visible con medios ascéticos; simplemente uno debe de hacer la catarsis y purgar y purificar sus sentidos para verla. Si el hombre no ve la Luz increada o la Luz increada le abandona, concluyen que esto ocurre como resultado de los pecados o de la percepción dogmática herética.

Este tipo de acercamiento era extranjero a san Gregorio Palamás. El padre G. Floroski correctamente observa que: “San Gregorio Palamás era diametralmente contrario a todo tipo de “teologías esenciales5, que no pueden reconocer la importancia de la libertad de Dios, del dinamismo de la Divina voluntad, de la realidad de las Divinas energías… Esto era la dificultad de la metafísica impersonal helénica”20. Dentro de este tipo de perspectiva tergiversada en que ve la Luz en términos impersonales y esenciales, la experiencia de θεοεγκατάλειψις (zeoengatálipisis, abandono divino) no va con el marco de los neo-Palamistas y se considera como un fenómeno occidental21. (Ver: 225. Zeoengatálipsi Θεοεγκατάλειψη (término teológico-patrístico) abandono de Dios o “levantamiento, reducción o pérdida de la Jaris”, https://www.logosortodoxo.com/alfa%cf%89mega-gran-lexico-ortodoxo/ .

 

El Yérontas Sofronio

Bajo este prisma la contribución del Yérontas Sofronio se presenta especialmente importante. Aunque escribe de su experiencia personal y por eso está sin duda profundamente arraigado en la tradición de san Gregorio Palamás. Concretamente subraya que: “La Divina Luz es la vida eterna, la Realeza increada de Dios, la energía increada de la Deidad”22. Con esta Luz el hombre se hace partícipe de Dios.

El Yérontas Sofronio, en su logos “En la Metamorfosis” utiliza iconas, imágenes y símbolos del Nuevo Testamento, para describir su experiencia personal sobre la Luz Increada 23. Tal como exactamente los Apóstoles se habían ensombrecido por la nube divina y escucharon la voz-testificación del Padre, así también el hombre durante la visión de la Luz está extáticamente rodeado de Dios y en kinonía-comunión con Él24.

Junto con la presentación tradicional del tema observamos al Yérontas Sofronio un apunte teológico importante que indirectamente arregla las desviaciones contemporáneas y devuelve el misterio en la antinomia de la Luz. Nos recuerda que la visión de la Luz Tabórica en la vida del cristiano no excluye sino que condiciona mucho más el abandono de Getszimaní. ¿Pero cómo es posible esto?

El profesor Mantzaridis acertadamente llama al Yérontas Sofronio teólogo del principio hipostático25. La coexistencia de lo endocósmico y la secretidad (ocultación) de la Luz, la visión de Dios y la zeongatálipsis (abandono de la Jaris o de Dios, o divino abandono) dentro en el mismo plano teológico fue posible a causa del énfasis que se dio por el Yérontas Sofronio en el principio Hipostático. El Yérontas Sofronio conecta y une la visión de la Luz con una praxis personal, la visita de Dios, la donación de Dios, la sinergia de Dios26, y la correspondencia del hombre. Esta sinergia (co-energía, cooperación) con Dios es resultado de la voluntad divina personal y no un flujo o emanación de la divina esencia. En el Yérontas Sofronio la dimensión personal se subraya como puente teológico entre dos experiencias de la visión de la Luz increada y el abandono. La dimensión personal de la experiencia de la Luz increada interpreta su aparición y su salida. “El Espíritu por donde quiere sopla” (Jn 3,8). Esta experiencia alterna del divino abandono puede coexistir antinómicamente con la omnipresente presencia de la Luz increada. “La Luz (Cristo) que ilumina a todo hombre…” (Jn 1,9).

Recapitulando, el Yérontas Sofronio interpreta la experiencia de la Luz increada bajo el prisma del principio hipostático. La presentación del tema por el Yérontas Sofronio no deja espacio para interpretaciones impersonales del fenómeno de la Increada Luz: la Luz increada jamás es “algo”, sino siempre el amado “Tú”.

Pero sería un error presentar la teología del Yérontas Sofronio sobre la Luz increada como una “innovación” esencial. La misma dimensión personal existe sin duda también en san Gregorio Palamás que algunas veces se salta o se ignora por sus intérpretes contemporáneos. San Gregorio Palamás califica la Luz increada como “hipostática”27. Sobre todo en su logos “objeción” hacia Akíndinos (7,11,36), describe que la experiencia de la Luz energetiza, activa al hombre su principio hipostático, cuando el hombre como hipóstasis se convierte y se hace principio unitario y centro de la unidad de todo and intra et ad extra. Durante la experiencia de la visión de la Luz increada el hombre se eleva hacia Dios y “desde él comparece todo género de la creación (a Dios)” 28.

A pesar de todo esto no deberíamos despreciar la contribución del Yérontas Sofronio. Aunque la experiencia de la Luz increada en san Gregorio Palamás y en el Yérontas Sofronio tiene la misma dimensión personal, observamos que esta descripción creativa extrema no se desarrolla por san Gregorio Palamás al mismo grado que al Yérontas Sofronio. Al Yérontas Sofronio la enseñanza sobre el principio hipostático proporciona la indispensable formulación conceptual para una clara integración de esta dimensión personal dentro en el marco uniforme de la tradición teológica ortodoxa. Vamos a examinar pues las cosas más detalladamente.

 

La Luz increada y la kenosis (vaciamiento) a la persona

El resultado importante de este acercamiento personal es que la visión de la Luz increada conecta con la kénosis-vaciamiento (despojarse) de la persona. El Yérontas subraya que frecuentemente la Luz increada viene después de mucha oración de metania. Cuando el hombre baja al Hades (infierno) de la metania y se vacía a sí mismo, su oración llega a los ésjatos (extremos) profundos de autocondena, de manera que “se está empequeñeciendo al absoluto cero”. Entonces se abre en su interior el “espacio” infinito para recibir en su hipóstasis al Absoluto Dios. Por ejemplo, en el caso de san Siluán la visión de la Luz increada conecta con el estado de vaciamiento o kenótico de la en Cristo humildad. Esto ocurre cuando se vacía a sí mismo al nivel de la forma divina de humildad y así se acerca a un estado de imitación a Cristo. En su experiencia personal san Siluán recibió la Luz increada de Cristo, mientras antes se hundió en el vaciamiento de la zeoengatálipsis (divino abandono)29. También al Yérontas Sofronio encontramos que el rayo de la Divina Luz le tocó después de su vaciamiento en su oración30. Este vaciamiento prepara al hombre a recibir la plenitud de Dios: “La plenitud de la kénosis-vaciamiento pre-trabaja la plenitud del perfeccionamiento”31. Tal como escribe el Yérontas Sofronio esto es también la plenitud de kinonía-comunión y participación a Dios.

 

Πρόσωπον πρός πρόσωπον prósopon a prósopon persona a persona o cara a cara.

El Yérontas Sofronio sostiene aún que la teoría de la contemplación de la Luz increada contiene un elemento de “información” personal. “Es imposible no reconocer a Dios en aquella Luz increada por la que estamos hablando”32. La visión de la Luz increada no se considera como un alumbramiento místico de los sentidos espirituales, cosa que se encuentra en algunas tradiciones misticistas o espiritistas no cristianas 33, sino como el contacto personal más estrecho con el Ον On, el YoSoY o el Ser hipostático. Con este significado el Yérontas Sofronio sostiene que “en esta Luz se encuentra la kinonía comunión personal junto a Él, cara a Cara, persona a Persona”34. La Luz increada llama a Sí Mismo, “Εγώ ειμί egó imí YoSoY35. Aunque el Yérontas Sofronio utiliza las palabras θεωρία36 (zeoría, espectación, contemplación) y όρασις37 (órasis, visión, vista o avistamiento), pero prefiere hablar sobre visita, venida y retirada dolorosa, penosa de la Divina Luz increada 38 que se acompaña por el dolor y la pena de la Θεοεγκατάλειψις (Zeoengatálipsis, divino abandono, o abandono de la energía increada Jaris).

El Yérontas Sofronio también recalca que la Luz increada se hace perceptible por el principio hipostático del hombre. “Cuando esta Luz increada por la complacencia de Dios nos ensombrece, entonces sólo se energetiza, se activa en nosotros el por el nacimiento principio hipostático y se hace digno de ver a Dios”39. Esto tiene como resultado que el Yérontas hable sobre “omnipotente o todopoderoso sentido del Dios vivo”40, en vez de la zeoría (contemplación) práctica. Así, aunque admite los métodos técnicos hisijastas no los propone en la oración, sino en su lugar recalca la necesidad de la relación del hombre metanoizado (el que está en metania) con Dios.

 

La agapi-amor incondicional y desinteresada, más energía increada divina.

La agapi interpersonal aparece como el estribillo básico de estas experiencias suyas41. Así escribe: “… Me amas… Sí Señor, Tú has visto que Te amo”42. “En esto consiste todo el significado, toda la sabiduría, la Luz Increada – todo”44. Explica la importancia de la imitación de la divina agapi, porque la expectación de la Luz Increada conecta con la oración hipostática. En la oración hipostática la persona está rodeada de todo, incluso hasta sus enemigos y también los que nos odian. “Por la influencia de esta Luz increada durante la oración por todo el mundo una profunda tristeza y pena dominó mi existencia entera”44. La agapi humana se une con la eterna divina agapi45. En san Siluán el Yérontas Sofronio iguala la Luz increada con la hipostática agapi. El mandamiento de Cristo para la agapi hacia los enemigos se describe como “aquella Luz Divina Increada que alumbró a los Apóstoles en el Tabor”46.

 

La Luz Increada y Personal y las luces creadas impersonales.

El carácter hipostático de la Luz increada permitió al Yérontas Sofronio a dar un énfasis en el discernimiento entre la visión de la Luz Increada, (cuando el hombre es “el objeto que recibirá y reflejará esta luz increada”)47, y la luz impersonal creada del nus humano (cuando el mismo ser humano es la fuente del sentido luminoso). En este tema el Yérontas Sofronio se hace eco del discernimiento que señala san Gregorio Palamás entre la Divina Luz increada y la luz de la gnosis/conocimiento intelectual. Este discernimiento no es desconocido en la tradición anterior. Lo encontramos por ejemplo a san Macario y a Evagrio48.

La divina Luz increada “no está incluida física o naturalmente en el hombre”49, en cambio la luz natural existe dentro del nus humano. Entre las “luces humanas”, el Yérontas Sofronio incluye también la luz natural del nus, cuando la energía intelectual se ve como luz50. El Yérontas Sofronio nos da una explicación importante sobre la existencia de esta luz natural del nus: «nuestro nus es “como el Primer Nus”, el cual es Luz»51. Por eso “el mundo de las meditaciones noerás espirituales o intelectuales es ilustre, luminoso de una manera particular”52. Este fenómeno interpreta también la existencia de otras luces naturales, como la luz de inspiración artística, de la meditación filosófica y de la gnosis científica53. Este discernimiento es muy importante para nuestra época que está caracterizada de búsqueda espiritual y que la Iglesia está provocada por distintas enseñanzas místicas extranjeras. La divina Luz increada no puede “apocaliptarse/revelarse” en nosotros con esfuerzos humanos54, en cambio la luz natural del nus puede hacerse visible con distintos métodos técnicos que se encuentran en tradiciones místicas no cristianas. En estas tradiciones la luz natural del nus frecuentemente se toma como la divina Luz.

 

Conclusión

San Gregorio Palamás y el Yérontas Sofronio demuestran la importancia de la conservación de la dimensión existencial en la teología. La experiencia vivida de la realidad divina nos permite discernir cualquier deformación racionalista de esta, y constituye al teólogo sensible a cualquier otra disonancia. Así la enseñanza del Yérontas Sofronio nos recuerda el carácter místico de la enseñanza de san Gregorio Palamás sobre la Luz Increada ensomatizando, incorporando su experiencia viva dentro al marco de su teología sobre la persona. Los textos de san Gregorio Palamás, como los del Yérontas Sofronio, manifiestan que los divinos misterios no constituyen un tema de estudio filosófico, sino experiencia ontológica profunda. Aunque en distintos períodos crónicos se ha escrito la semejanza de las experiencias que expresan sus escritores, se confirma la profunda unidad de la tradición Ortodoxa Oriental en la cual “Jesús Cristo ayer hoy y en los siglos el Mismo”55. Amín.

Nikolaos Sajarof

SUMARIOS DE LOS CONGRESOS INTERNACIONALES DE ATENAS Y LEMASOL DE CHIPRE.

Traducido por Χρῆστος Χρυσούλας (Jristos Jrisulas) www.logosortodoxo.com, heleno-griego nativo, instruido en la Santa Parádosi-Tradición y en la lengua (katharévousa) del Nuevo Testamento la que actualmente se habla en el pueblo fiel heleno-ortodoxo.

 

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