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Nov 07 2021

LA ENSEÑANZA DE SAN GREGORIO PALAMÁS SOBRE LA PERSONA-HIPÓSTASIS

LA ENSEÑANZA DE SAN GREGORIO PALAMÁS SOBRE LA PERSONA-HIPÓSTASIS

Por el Metropólita Ierózeos Vlajos

 

Se han formulado muchos aspectos sobre el concepto de persona, los cuales en algunos puntos son contrarios entre sí, de modo que analizando la enseñanza de san Gregorio Palamás sobre el término προόσωπον (prósopon) persona sea posible a malinterpretar esta enseñanza. Pero todo en cuanto se va a decir, de modo de introducción, durante el período que precedió antes de san Gregorio, en relación con el tema que nos ocupa, como también sobre las condiciones o presuposiciones de las interpretaciones de los términos teológicos y especialmente el término persona-hipóstasis, definirán y expondrán, a medida de lo posible, la enseñanza de san Gregorio sobre este tema decisivo.

 

  1. La enseñanza sobre el término “προόσωπον (prósopon) persona” anterior de san Gregorio Palamás.

San Gregorio Palamás fue un teólogo componente e integrante, en el aspecto que conocía toda la teología de la Iglesia ortodoxa y a continuación la adaptaba a las necesidades de su época. Siempre los Santos Padres de la Iglesia han hecho una teología componente e integrante, estructurada y productiva. Esto significa que teniendo experiencia personal sobre Dios, afrontaron las corrientes teológicas de sus épocas dentro de sus propias experiencias, que en realidad eran experiencias de la Iglesia, y también utilizando la terminología de los heréticos de cada época, pero dando (por sus propia experiencias vividas) un contenido y significado distinto que ellos.

Para los antiguos Padres no había razón de utilizar la terminología aristotélica, por eso hablaban y escribían de acuerdo con la terminología del Antiguo y del Nuevo Testamento, creían al Logos increado y no encarnado, al Ángel de la Gran Voluntad, el cual según las profecías se encarnó del Espíritu Santo y la siempre virgen María para la sotiría redención, sanación y salvación del género humano. El Yahvé del Antiguo Testamento tomó cuerpo y se introdujo en la historia como Θεάνθρωπος (Zeánzropos, Dios y hombre) y se hizo Cristo. Los primeros Cristianos vivían el misterio de la encarnación del Hijo y Logos increado de Dios dentro en la vida mistiríaca (sacramental) y ascética (práctica espiritual) de la Iglesia, por lo tanto, no había problema para ocuparse de los conceptos esencia-usía, fisis-naturaleza, persona, hipostasis, en-hipostasiado, συμβεβηκός simvevikós acontecer o sucedido, etc.

Pero desde la antigua Iglesia aparecieron varios teólogos filosofantes, los cuales intentaban a comprender de manera racional el modo que se unen las Personas-Hipostasis de la Santa Trinidad y formular cómo funcionan las relaciones entre ellas, y qué relación tiene el Dios Trinitario con el mal que existe en el mundo. Dentro de estos marcos han hablado sobre lo superior y lo inferior de Dios, el cual creó al mundo. Afrontando estos aspectos unos teólogos filosofantes contrapusieron las distintas opciones sobre el monarquianismo (Pablo el Samosateus, Sabelios) introduciendo así la terminología esencia-naturaleza y persona-hipóstasis1. Pero las cosas se complicaban aún más, porque la utilización de estos términos para expresar el dogma sobre el misterio de la Santa Trinidad presuponía la experiencia de visión, contemplación o expectación de Dios en la naturaleza humana del Logos, porque de otra manera es posible alterar la enseñanza triadológica. Así con el concepto de persona daban a entender el  προσωπείο prosopío (máscara, careto), que el uno y único dios utilizaba para manifestarse en distintas fases históricas (Sabelios). Exactamente entonces los Padres, habiendo vivido la teología apocalíptica (de revelación), pasaron y desarrollaron creativamente y estructuradamente  esta experiencia, que  mediante la terminología de los teólogos filosofantes de su época alteraban el dogma triadológico con sus opiniones y aspectos.

Por lo tanto, en este punto debemos de hacer una distinción clara y diáfana. Una cosa es la teología como θεοπτία zeoptía (visión, expectación de la divina luz increada), tal como la analiza en muchos puntos san Gregorio Palamás, y otra cosa es la teología con el concepto de formulación y descripción de esta experiencia con términos de la época. El padre Juan Romanidis, para apuntalar esta diferencia de las teologías, habla de teología empírica y de teología dogmática-polémica. La primera requiere la visión, contemplación de la increada luz de Dios en la naturaleza humana del Logos y la segunda consiste en el intento de formular y describir esta experiencia para ser afrontados los heréticos que filosofaban sobre estos temas importantes de la fe.

Podemos examinar, después de estas aclaraciones, la enseñanza de tres Padres que se ocuparon con estos términos teológicos. Principalmente con el término “προόσωπον (prósopon) persona” por san Basilio el Grande, el Presbítero Teodoro de Raizú y san Juan Damasceno. Esto se hace porque san Gregorio Palamás ciertamente tenía en cuenta esta terminología estándar establecida sobre las personas-hipostasis de la Santa Trinidad desde san Dionisio el Areopagita. El trabajo que se había hecho durante los siglos anteriores y sobre todo de los Padres Santos, ha dado un pedestal exacto a la enseñanza Triadológica de san Gregorio y ciertamente también sobre la enseñanza de la “προόσωπον (prósopon) persona”, tal como veremos en este estudio.

a) San Basilio el Grande es de los primeros que se ocupó con el tema de discernimientos de la esencia y de las hipostasis en Dios, para afrontar así la herejía de Sabelios. En un punto escribe: “Esencia e hipóstasis es la diferencia que tiene lo común sobre lo cada uno, lo cual es la diferencia del animal sobre tal hombre. Por eso confesamos una esencia sobre la deidad2.

Entonces la esencia o naturaleza nos dan lo común, en cambio hipóstasis o persona define lo propio, lo particular de cada hombre. Común es la deidad y la bondad, en cambio lo propio, particular es lo no nacido o in-nacido del Padre,  y del Hijo lo propio, particular es el nacimiento y del Espíritu Santo lo propio, particular es la procedencia. No se identifica la esencia con la hipóstasis-persona. Cada uno con lo común de la esencia participa del ser, pero a la vez cada uno se discierne del otro3.

El discernimiento entre esencia e hipóstasis es necesario, porque los que identifican la esencia con la hipóstasis resultan a la herejía del Sabelio, el cual confundiendo y mezclando este concepto se esforzaba en dividir las personas4.

De esta exposición sinóptica de san Basilio se reducen dos conclusiones. Una es que no surge diferencia entre esencia e hipóstasis y que el término hipóstasis se da también con el término persona, porque en el texto que hemos expuesto sustituye el término hipóstasis por el de persona, dando en los dos el mismo significado. Lo segundo es que san Basilio intentando derogar la herejía de Sabelio sobre Dios Trina, habla de las hipostasis-personas de Dios, pero a la vez utiliza ejemplos de la antropología que significa que atribuye también al hombre los términos esencia y persona. Dentro pues, de estos marcos debemos ver su frase: “Cada uno de nosotros participa de lo común de la causa de nuestro ser y también sobre su particularidad cada uno es tal y tal”5. Cierto es que mientras utiliza la misma terminología, en cambio existe diferencia clara entre Personas (increadas) en Dios y la persona del hombre, tal como analizaremos en otra unidad.

b) San Gregorio Palamás influenciado por los Padres del siglo IV, particularmente de san Gregorio el Teólogo y san Basilio el Grande, está también el Presbítero Raizú con su famosa y maravillosa obra que se llama “Pre-preparación”, y por investigaciones que se han hecho parece que está escrito entre los años 537-5446. Se trata de un texto que se ha escrito para afrontar temas cristológicos y entre todo se analiza también los términos esencia-fisis (o naturaleza), y hipóstasis-persona que nos interesa en este estudio.

Al principio nos referiremos en la etimología de estos términos, que es importante para su comprensión.

El nombre de ουσία usía (esencia, sustancia) proviene del verbo ser. “Lo que es se llama esencia”. Es decir, la palabra usía-esencia muestra lo que existe y sobre todo lo que existe como auto-hipostasiado y no tiene necesidad de algún factor exterior para existir7.

El nombre de φύσις fisis (naturaleza) se produce del “πεφυκέναι pefikene se ha sembrado, engendrado, procreado, es decir, existe”. Por lo tanto los términos esencia y naturaleza manifiestan el mismo concepto8.

El nombre de hipóstasis se etimologiza del verbo υφεστάναι (ifestane, subsiste, sufre, experimenta y soporta como soporte base). Con una simple vista parece que etimológicamente y conceptualmente la hipóstasis conecta con la esencia, pero existe clara diferencia, puesto que esencia manifiesta sólo el ser, pero la hipóstasis manifiesta como se tiene el ser y cuál es el ser. Todos los existentes o seres no son lo mismo, porque cada uno tiene distintos atributos o cualidades, aunque todos participan del ser. De manera que la esencia significa lo común del ser y la hipóstasis lo particular, singular o especial9.

Persona es aquello que se hace manifiesto con sus energizaciones, operaciones, actos y atributos que lo disciernen de las demás existencias. Así, pues, persona llamamos aquello que adquirimos gnosis dentro de su energía y acción. Y como por el funcionamiento de la vista conocemos y separamos cada hombre de los demás hombres, por eso llamamos persona esto que se distingue de sus omoúsios (consubstánciales), mediante sus propios atributos, actos, operaciones y energizaciones o energías. Así pues, de la gnosis sensible (por la imposición de la vista) sobre el concepto se salió el nombre.

El término átomo (individuo) se etimologiza como indivisible. Por lo tanto, se llaman átomos-individuos también las personas exactamente porque no es posible que muchos sean Pedro o verse en muchos12.

De la etimología de estos términos esencia, fisis o naturaleza, hipóstasis, átomo/individuo se ve exactamente también el significado teológico que se dio por los Padres a estos términos, los cuales examinaremos aquí como base otra vez el Presbítero Teodoro de Raizú.

En la tradición teológica, tal como se expresa también en la «Pre-preparación» del Presbítero Teodoro de Raizú, se ve que se identifican por un lado los términos esencia y naturaleza, por otro lado hipóstasis, persona e individuo. Con estas presuposiciones Dios es una esencia y naturaleza, pero tres personas, hipostasis.

Especialmente para los términos hipóstasis, persona e individuo el Presbítero Teodoro de Raizú, aparte de lo que hemos descrito anteriormente, hace también las siguientes aclaraciones. El término hipóstasis manifiesta algún sujeto con base o soporte sometido, sufrido, soportado y esencia, “cosa y energía”, y la suma de lo συμβεβηκός simvevikós– acontecer/acontecido o sucedido. Así, por la suma de los aconteceres se conoce la hipóstasis de la ensencia14. La hipóstasis se separa de la esencia a causa de los aconteceres, por lo tanto, la hipóstasis es la esencia con los particulares aconteceres, o sea, los atributos, propiedades o cualidades. Acontecer/acontecido o sucedido se llama “todo lo que no es esencial, sino que soporta la sugestiva esencia y recibe la misma existencia o no existe sobre algo15. Por consiguiente, lo acontecer/acontecido o sucedido no es esencial, sino que existe, sufre, soporta la sugestiva esencia14.

Hipóstasis, persona y átomo/individuo se identifican entre sí, porque, tal como dice Teodoro de Raizú “hipóstasis y persona es una esencia original, parcial, átoma/indivisibles17. La persona y la hipóstasis no se dice como acusativo a otro, sino que es una esencia concreta, parcial, indivisible, inseparable y claro está con sus cualidades o atributos característicos.

Analizando más la diferencia entre esencia e hipostasis sostiene que sólo con la definición podemos representar la esencia. Es decir, intentando dar la definición del hombre decimos que es animal lógico, mortal etc, en cambio hipóstasis no podemos representarla con definición sino por la descripción. Podemos decir que Juan el Bautista es el hijo de Zacarías y Elisabeth, que se ha criado en el desierto de color blanco… vestido de piel de camello, tiene cinturón de piel en su cintura, que come langostas, miel salvaje…18

Observamos también en los escritos del Teodoro de Raizú lo que hemos visto en Basilio el Grande, que analizando excesivamente los términos esencia, fisis /naturaleza, persona, hipóstasis, átomo/individuo, utiliza ejemplos de Pedro, Pablo y Juan el Bautista, dándolos a la vez, estos términos también al hombre, aunque sea indirectamente.

c) Dentro de estos marcos se mueve también san Juan el Damasceno. En sus “Capítulos filosóficos” se refiere a los términos esencia, naturaleza, hipóstasis, persona, individuo ayudado por la preexistente discusión sobre estos términos. Al principio se refiere como hablaban sobre estos términos los “exo-filósofos”(los que filosofan sobre las cosas exteriores), los cuales hablaban entre esencia y fisis y ellos sostenían que la esencia simplemente es, en cambio la fisis es esencia generada por las diferencias esenciales y con el simple ser… Así los exo filósofos llamaron la esencia existencia simple, lo parcial hipóstasis y lo más católico o universal que supera las hipostasis lo llamaron fisis/naturaleza. Toda esta discusión de los exo-filósofos la caracteriza con la frase “la multitud de charlatanerías o burlas”19.

Al contrario que los exo-filósofos, los santos Padres, según san Juan el Damasceno, “el género más especial lo llamaron esencia, naturaleza y forma, como ángel, hombre, caballo, perro y los parecidos” y “lo parcial lo llamaron individuo, persona e hipóstasis, como Pedro, Pablo”. Ciertamente hablando sobre la hipóstasis damos a entender “esencia con sus aconteceres” y los aconteceres son “atributos característicos… los que caracterizan o califican la hipostasis”20.

Un versículo característico que resume la enseñanza de san Juan el Damasceno sobre estos términos es de su texto con el título “Introducción elemental sobre los dogmas”. En el primer capítulo de este libro se dice: “Esencia, fisis, y forma según los santos Padres es lo mismo”21.

Refiriéndose a la teología Trinitaria califica la esencia, la naturaleza y la forma como lo  υπερούσιο hiperusio o lo supra-esencial de Dios. “Porque por un lado la incomprensible deidad es supra-esencial esencia, naturaleza y forma, y por otro lado son las hipostasis y personas el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; porque cada una de ellas es perfecta hipóstasis y persona.”22

En el segundo capítulo habla de la relación entre persona, hipóstasis e individuo. Escribe: “Como los hombres son muchos, cada hombre es una hipóstasis. Tal como Adán es hipóstasis, lo mismo Eva es otra hipóstasis, igual Siz es otra. Lo mismo también sobre los demás, cada hombre es una hipóstasis distinta sobre los demás hombres, y también cada buey es una hipóstasis, y cada ángel es una hipóstasis. De modo que fisis/naturaleza, esencia y forma es lo común y contiene las consubstánciales-omoúsias hipostasis, en cambio persona, hipóstasis e individuo es lo particular o singular, es decir, cada una están contenidas por el mismo género”23.

De la enseñanza de san Juan el Damasceno, de los Padres anteriores y escritores, se hacen, pues, claras dos cosas. Primera es que durante la enseñanza patrística, se identifica la fisis/naturaleza, la esencia y la forma, como también se identifica la hipóstasis, la persona y el átomo (individuo). Segunda es que la terminología se utiliza al dogma triadológico para determinar las relaciones de las Personas de la Santa Trinidad, pero a pesar de esto se utilizan también como ejemplos en la antropología, ya que se habla de Pedro, Pablo, Juan. Cierto que hay diferencia entre creadas e increadas, tal como veremos más abajo, puesto que la naturaleza y la esencia de Dios se llaman hiperúsias supraesenciales para que se vea la plena debilidad de gnosis y participación en ellas por el hombre.

Por lo tanto, san Basilio el Magno el siglo IV, el Presbítero Teodoro de Raizú el siglo VI y san Juan el Damasceno el siglo VIII tienen la misma terminología y expresan con estos términos la misma experiencia apocalíptica.

 

  1. La persona y la hipóstasis según san Gregorio Palamás.

Antes de seguir al análisis de la enseñanza de san Gregorio Palamás sobre la προόσωπον (prósopon) persona de Dios y la persona del hombre, debemos de señalar algunos puntos improductivos para que sea mejor entendida la enseñanza sobre dicho tema. Principalmente  apuntaremos tres puntos.

Primero: San Gregorio Palamás conocía muy bien la terminología de los Padres anteriores sobre la persona-hipóstasis como también de los demás términos. A menudo en sus textos apela a san Basilio el Grande, a los demás Padres Capadocios, a san Juan el Damasceno etc. Pero principalmente utilizaba el término hipóstasis y no mucho el término persona. De esto se ve que el término hipóstasis es más teológico en el sentido que no contiene ningún peligro de malinterpretar como el término persona. Esto lo vemos más tarde en la teología occidental, cuando con el término persona y personalidad se entiende simplemente la libertad, la conciencia y muchas veces se da a entender los estados enfermizos de la psique, es decir, los pazos de la parte irascible o emocional de la psique.

Segundo: San Gregorio Palamás hace discernimiento claro y correcto, tal como hacen los santos Padres de la Iglesia, principalmente san Juan el Damasceno entre los tres modos de uniones, es decir: La unión por esencia, la unión por hipostasis y la unión por energía. Dios, según san Gregorio, tiene esencia, energía y divinas hipostasis. Hablando sobre la unión del hombre con Dios entendemos sólo la unión y comunión por energía (increada) para los dignos y merecidos, puesto que la unión por esencia se refiere sólo a las tres hipostasis-personas de Dios, y la unión por hipóstasis se refiere sólo a la persona de Cristo.24

Cierto que en este versículo habla para la comunión y unión de las Hipostasis Trinitarias, la unión de la divina fisis, (naturaleza) y la humana en la hipóstasis del Logos, y la comunión y unión de la hipóstasis humana con Dios Trinitario “en la persona de (Jesús) Cristo”  (2ªCor 2,10). Esta diferencia de las uniones muestra también la diferencia de la hipostasis. Una cosa es la hipóstasis de Dios y otra es la del hombre, Dios es increado en cambio el hombre es creado y está claro que no existe ninguna similitud entre creado e increado. Así la persona de Dios es increada, en cambio las personas de los hombres son creadas. Esto significa que no se puede atribuir todo lo que ocurre a Dios también al hombre. Este punto lo veremos más detalladamente más abajo cuando hablaremos sobre el hombre o humano-persona, cómo se entiende por san Gregorio Palamás.

Tercero: San Gregorio Palamás conoce muy bien no sólo la teología de los Padres anteriores, sino también la terminología que utilizaban los filósofos, especialmente Aristóteles. Es cierto que no se basa a la filosofía aristotélica, sino a los Padres, los cuales tomaron los términos filosóficos y los han dado un concepto y significado distinto. Así san Gregorio no era filósofo cuando analizó estos serios asuntos dogmáticos, no hacía filosofía puesto que era Padre θεόπτης (zeoptis, visionario de la luz divina) que presentó y explicó de manera creativa la experiencia apocalíptica de la Iglesia, derogando y derrumbando los aspectos de la teología escolástica, tal como los describía Barlaam.

El aghiorita san Gregorio Palamás y después Obispo de Tesalónica, siguió el método terapéutico tradicional de psicoterapia, sanación y zéosis, que es la catarsis del corazón, la iluminación del nus y llegó a la zéosis por la  Χάρις Jaris (gracia energía increada). Además, el mismo presentando sinópticamente la enseñanza de la Iglesia sobre el hombre y su zéosis, nos habla sobre capítulos prácticos, físicos/naturales y teológicos25. Vivió el hisijasmo en toda su profundidad. Dentro del modo de vida hisijasta que en realidad es catarsis, iluminación y zéosis, llegó a la experiencia de la luz increada y vio a Dios. Y si pensamos que la visión de Dios es la κοινωνία kinonía comunión y unión con Dios, la comunión es la zéosis y la zéosis es gnosis (increada) superior a la gnosis (creada) humana, entonces podemos entender que adquirió la verdadera gnosis de Dios. Por supuesto, después de su intento de luchar contra el agnosticismo de Barlaam, tal como lo enseñaba la teología escolástica, utilizó los términos usía o esencia, energía, hipóstasis, atributos hipostáticos, aconteceres, tal como lo hacían todos los santos Padres de la Iglesia.

Esto significa que Dios no se identifica con los términos hipóstasis, persona, esencia y energía. Estos son los acusativos humanos que han ido utilizando los Padres de la Iglesia, porque tenían la gnosis pragmática de Dios por experiencia, para derrocar las teorías de los heréticos que utilizaron esta terminología filosófica. Tiene que hacerse entendido que los Padres hablando sobre la persona-hipóstasis no hacían filosofía, no intentaban entender a Dios con los acusativos del pensamiento racional, sino derrocar las acusaciones de los heréticos, puesto que tenían experiencia de Dios dentro del modo de vida hisijasta, tal como describe admirablemente san Gregorio Palamás. El Padre Ionanis Romanidis analiza ortodoxamente y patrísticamente que una cosa es la teología empírica y otra cosa es la teología polémica. Por supuesto, también los términos hipóstasis, persona, esencia, energía que es resultado de la llamada teología polémica, hoy constituyen una riqueza de nuestra tradición eclesiástica que nadie puede superar fácilmente. Pero se tiene que concebir y comprender que Dios no se identifica con estos términos, no podemos concebir a Dios con la razón, la lógica utilizando esta terminología, puesto que Dios se escapa de todos los acusativos humanos; sino que Dios se conoce en la θεοπτία zeoptía (visión de la increada luz divina). Exactamente entonces el hombre percibe y entiende que Dios no es ni hipóstasis, ni persona, tal como tenemos en nuestra mente estas imágenes sensibles y conceptos filosóficos, sino que es ών (on) existente o el Ser real, una existencia que ama al hombre, es el Yahvé, tal como lo han visto todos los Profetas y los Padres de la Iglesia, y que es misericordioso, filántropo, (amigo del hombre), justo etc.

Esto como introductorio es imprescindible para poder nosotros entender la enseñanza de san Gregorio Palamás sobre la persona προόσωπον (prósopon) divina y la humana. Por supuesto que volveremos sobre esto más abajo.

 

  1. La persona προόσωπον (prósopon) en Dios Trinitario.

Las presuposiciones y condiciones de san Gregorio Palamás difieren claramente de las de Barlaam y sus seguidores. Por supuesto que san Gregorio Palamás está llevado, investido y saciado por la teología de la Tradición ortodoxa, la cual presupone experiencia, es decir, visión de Dios en la naturaleza humana del Logos. Al contrario, Barlaam y sus semejantes teologizan filosóficamente, tienen en cuenta en sus perspectivas la teología meditativa y escolástica de Occidente, la cual por supuesto tenía razones, aspectos y motivos de la teología del divino Agustino. Realmente sus razones y aspectos sobre que la Luz de Dios se hace y deshace o se crea y descrea y que los Profetas eran inferiores a los filósofos, puesto que los primeros veían a Dios mediante creaciones exteriores, en cambio los segundos (los filósofos) adquirían gnosis de Dios mediante su razón que es el elemento más elegante de la existencia humana etc., son teorías básicas de Agustín.26

Así en la enseñanza de san Gregorio Palamás observamos que cuando habla sobre Dios lo hace de dos maneras. Unas veces habla dentro de su experiencia personal utilizando la lengua y la terminología bíblica, y otras para afrontar a Barlaam y sus semejantes utiliza la terminología patrística tal como ella se desarrolló por el esfuerzo de los padres de la Iglesia en afrontar los teólogos filosofantes de sus épocas.

Al principio de las luchas teológicas cuando refutó las afirmaciones persistentes de los latinos sobre la procedencia del Espíritu Santo, no sólo de la hipóstasis del Padre sino también de la hipóstasis del Hijo, ora incesantemente a Dios para que le ilumine en su intento a presentar ortodoxamente la enseñanza sobre la procedencia del Espíritu Santo de sólo del Padre y el envío en el tiempo por el Hijo. En esta oración es representada y expuesta la enseñanza de san Gregorio Palamás para Dios Trinitario, pero dentro de su gnosis personal y la utilización de la terminología bíblica.

Refiriéndose a la Santa Trinidad dice. “La única trinidad principiante suprema” que domina, reina el universo, es Dios, quien es “el único dador y guardián de la verdadera filosofía como también de los logos, conceptos y dogmas de ella27.

Hablando sobre el Padre lo califica como principio “supra-principiante, la única mónada sin causa, de la cual ha provenido y procedido intemporalmente sin motivo el Hijo y el Espíritu”28. El Padre es el único sin nacimiento, sin procedencia y causa sin causa29. Califica al Padre como “el único origen de la deidad”, el cual es el proyectante del Hijo por nacimiento, y el santo Espíritu procede, el cual es procedencia y no creación u obra del Padre30.

Hablando sobre la segunda Persona de la Santa Trinidad, es decir, el Hijo, dice que es hijo unigénito “teniendo de Dios Padre su existencia por nacimiento”, el cual es hijo unigénito, pero no proyector, y quien es colmado en plenitud mediante el Espíritu Santo al corazón de los hombres y habita en ellos “invisiblemente visible”. También el Espíritu Santo, la tercera persona-hipóstasis de la Santa Trinidad, “que tiene su existencia por procedencia del Padre”, se da, se envía y se ve mediante el Hijo en aquellos que creen ortodoxamente”31. Pero la Santa Trinidad es “un poder o estado, una potencia o energía, la creadora de las creadas y de las luces que provienen de sus manos, la dadora de toda gnosis…”32.

En esta oración que redacta san Gregorio Palamás se distingue fácilmente la terminología bíblica, puesto que según los logos del Mismo Cristo, el Padre engendra al Hijo y procede el Espíritu Santo, y el Espíritu Santo se origina o procede del Padre y se envía a los hombres por el Hijo también, (ver Juan 15,26).

Pero aquello que está bien claro y discernido en esta oración es que san Gregorio teologiza dentro de la gnosis de la θεοπτία zeoptía (visión de la luz divina) que tuvo. Para el Padre dice que es “el único padre de las luces innatas y homótimas/iguales semejantes”33, por lo tanto, se trata de tres luces, de las cuales las dos luces homótimas/iguales, es decir, el Hijo y el Espíritu Santo provienen de la primera luz del Padre, quien es “la fuente original de la deidad”. El Hijo es “invisiblemente sensible o visible” por el Espíritu Santo y el Espíritu Santo está dado, enviado y visto mediante el Hijo. Se utilizan verbos que tienen relación con la visión de las Luces y de las tres personas de la Santa Trinidad. Y terminando esta oración dice. “Alabamos y glorificamos a un Dios en una, simple, cómoda y riquísima deidad, por decirla de alguna manera, y contraglorificarnos de ti con la rica zéosis y el derrame de la luz trinitaria, ahora y siempre y a los inconcebibles los siglos”34. El hombre participa a la divina glorificación viendo invisiblemente la inundación de luz increada trinitaria mediante la zéosis. Se trata de la gnosis que se regala a medida de lo posible “sólo a los lógicos (de Dios) que han sufrido la indecible extraordinaria cristificación”35. Esta gnosis entera de Dios se ofrece por el Hijo, quien “como Dios ών (existente, o ser) preeterno o perpetuo, se ha hecho también teólogo para nosotros”36.

Pero en otros textos suyos, san Gregorio Palamás, teniendo por supuesto esta experiencia personal de Dios, se expresa con la riqueza de la tradición patrística que fue compuesta por la lucha de los Padres, tal como hemos dicho anteriormente, para afrontar a los heréticos. Así utiliza también los términos esencia, persona, hipóstasis, energía, acontecer/acontecido o sucedido, enhipostasiado etc,. Es cierto que se debe de recalcar que si uno no tiene experiencia personal de Dios, se hace sobre todo absolutista y utiliza e identifica a Dios únicamente con estos términos, entonces no sólo no conoce personalmente a Dios, sino que crea barreras a los demás que quieren adquirir la verdadera gnosis de Dios. Por eso es indispensable recalcar la verdad, que: Dios se encuentra más allá de los términos y no podemos adquirir gnosis de Dios con la concepción de la terminología (esencia, hipostasis, etc.) sino que se debe hacer con el verdadero método ortodoxo, que es el hisijasmo, el cual está concretado en la catarsis, la iluminación y la zéosis, para que uno pueda llegar a la visión de la Luz increada a la naturaleza humana del Logos.

En este punto creo que es bueno comentar un tema que tiene relación con el tema que nos ocupa. En los contemporáneos diálogos de los teólogos ortodoxos con teólogos de otras confesiones heterodoxas existe una confusión sobre los términos que se emplean. Los protestantes como han rechazado la Santa Tradición y se apoyan principalmente en la Santa Escritura, hablando sobre Dios utilizan términos que predominan en los textos bíblicos. Por eso no pueden percibir y entender la lengua teológica que utilizan los teólogos ortodoxos cuando siguen la tradición patrística y se refieren a los términos esencia, naturaleza, persona, hipóstasis etc., y creen que los teólogos ortodoxos simplemente filosofan y charlatanean. Exactamente por esta razón se debe de seguir el método de san Gregorio Palamás, quien unas veces expresaba su experiencia apocalíptica dentro de los términos bíblicos y otras veces cuando conversaba con teólogos filosofantes expresaba su experiencia dentro de la terminología patrística. Entonces cuando conversamos con Protestantes, debemos principalmente parar en la terminología de la Santa Escritura, tal como la interpretaron los santos Padres, y cuando conversamos con teólogos filosofantes debemos de utilizar los textos patrísticos, la terminología patrística conectándola con la teología bíblica. Un intento de este tipo hace el Padre Ioanis Romanidis en sus textos con resultados sorprendentes.

San Gregorio Palamás es considerado el teólogo por excelencia del hisijasmo y de la expresión de la enseñanza ortodoxa sobre el misterio de la discernida e indivisible esencia y energía de Dios. Pero se debe de entender bien que san Gregorio desarrolló toda esta enseñanza, empezando de su enseñanza sobre el Espíritu Santo, diciendo que el Espíritu Santo procede sólo del Padre, y se envía por el Hijo y que la preeterna o perpetua existencia del Espíritu Santo proviene por procedencia sólo del Padre, pero la venida en tiempo y manifestación se hace también por el Hijo. Por lo tanto, es comprendido que san Gregorio en sus textos se ocupó también de la enseñanza dogmática de la Iglesia sobre Personas-Hipostasis de la Santa Trinidad.

En una de sus cartas “Hacia Gabrás” dice que hemos heredado y aceptado a decir y respetar “un Dios en tres Personas-Hipostasis… y también existencia o ser pantocrator (todopoderoso), proveedor de todo, sabio, justo, bondadoso y de una palabra pantodínamos=omnipotente…”. Pero a la vez hemos sido enseñados a confesar una deidad “no sólo de una esencia suprema, las tres hipóstasis, sino también un poder increado, una providencia increada y todo lo demás”37 En Dios Trinitario existen una esencia, y sobre todo se califica como supraesencialidad, porque es totalmente desconocida, no es participada por el hombre es inaccesible, una energía increada (providencia, poder) pero también tres personas. Los ortodoxos aceptamos esencia y energía increadas, no como hacen los heréticos quienes separan y apartan “la súper-unida y omnipotente mónada en increada esencia y no algunas fuerzas y energías creadas que provienen y están en ella siempre”38. En Dios no existen energías increadas y creadas que provengan de las increadas y que viven dentro de ellas. Una enseñanza de este tipo, que constituye la enseñanza escolástica, crea muchos problemas no sólo en la teología sino también en la antropología y sotiriología (tratados de psicoterapia, sanación y salvación).

Así, no debemos de ver la teología de san Gregorio Palamás sólo por el lado de creada e increada esencia y energía de Dios sino también por el lado de las hipostásis-personas increadas y reverenciadas. Las divinas hipostasis conectan y están unidas entre sí y se enlazan coexistiendo circundantes dentro de sí, una dentro de las otras “naturales, totales, perpetuas e innatas y a la vez inconfundibles” de manera que una sea la energía increada de ellas. Así la increada divina energía de la divina esencia increada, energiza, actúa y opera por cada hipostasis. Una es la energía increada de la divina voluntad “causa principiante impulsada del padre, proyectada por el hijo y manifestada en el espíritu santo”. Esto, por supuesto, como apunta san Gregorio, no ocurre en ningún objeto creado39.

Hablando sobre la procedencia del Espíritu Santo del Padre, dice que no procede también de la hipóstasis del Hijo, a pesar de que el Hijo tiene la misma esencia que el Padre. Porque la sublime y reverenciada Trinidad es una naturaleza en tres hipostasis, esto significa que cada persona que tiene su hipóstasis de la esencia del Padre (aquí se entiende la hipóstasis del Espíritu Santo) no proviene también de las demás hipostasis. Utiliza un ejemplo de las cosas humanas. Cada uno de nosotros proviene de la esencia de Adán, puesto que tenemos la misma esencia que Adán, pero no provenimos de la hipóstasis de él. Eva era de la esencia y la hipóstasis de Adán. Caín provino de una esencia humana y la hipóstasis de Adán, pero el hijo de Caín puesto que ya había dos hombres por hipostasis provenía de la esencia de Adán, pero no de la hipóstasis de Adán, porque su padre era Caín40.

Así en Dios existe una esencia y energía que son increadas, y las tres hipostasis reverenciadas. La energía no energiza, opera o actúa independiente de las tres personas-hipostasis, sino que existe, energiza y opera por las personas-hipostasis. Por eso tal y como los demás Padres santos, san Gregorio Palamás, habla repetidamente para las energías enhipostasiadas de Dios. Son características las cosas que dice, en el “Tomo Agiorítico”, sobre este tema, es decir, la deificadora Jaris (gracia increada) de Dios que es su energía, además de que es increada y no nacida a la vez es y se llama enhipostasiada41. Aquí está claro que el término enhipostasiada se utiliza con distinto significado que daba Leontio Bizantio cuando hablaba de la toma de naturaleza humana del Logos. Esto significa que la energía de Dios no es autohipostasiada, es decir, no sufre o no se soporta por sí misma, sino que es enhipostasiada, es decir, energiza y opera por las divinas hipostasis-personas sin identificarse con ellas. Además, tal como dice san Juan el Damasceno, la energía es el esencial movimiento de la naturaleza, es decir, lo energético, dinámico y operativo es la naturaleza, pero el energizante u operante o el que hace el movimiento es la persona, la hipóstasis. Barlaam insistía que la imitación divina no es enhipostasiada, pero san Gregorio enseña que: «la energía de la fe que nos lleva a la adopción, los santos la llaman claramente enhipostasiada» 42. Por lo tanto, la esencia de Dios no tiene naturaleza o naturalezas, puesto que la divina esencia es la divina naturaleza, sino que tiene las “naturales e esenciales energías”. En este punto utiliza el versículo de san Máximo el Confesor, de acuerdo con el cual la esencia tiene “esenciales energías y voluntades naturales”, las cuales no molestan lo sencillo y lo uniforme de la divina esencia43. Y tal como hemos dicho anteriormente, la energía de Dios opera y se manifiesta en sus hipostasis, sin identificarse con ellas.

Hablando sobre las divinas hipostasis, se debe decir que las hipostasis son el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y la manera de existencia de las personas de la Santa Trinidad es lo no nacido, lo nacido y lo procedido, que se llaman también propiedades o atributos hipostáticos, es decir, la paternidad es atributo hipostático de la primera persona de la Santa Trinidad, lo nacido es atributo hipostático de la segunda, y lo procedido es atributo hipostático de la tercera persona de la Santa Trinidad. Está claro que las hipostasis se diferencian entre sí, pero no sobre la esencia. Los atributos hipostáticos o cualidades no se dicen sobre Dios, sino entre ellas, las hipostasis. Y cierto que las hipostasis se diferencian entre sí, pero no sobre la esencia. El atributo hipostático de la primera persona es lo in-nacido y la paternidad, y se dice sobre las personas de la Santa Trinidad, pero la Santa Trinidad entera se llama también padre como referente sobre la creación; pero no de la manera que se dice pre-eterno, pre-principio, magno, bondadoso, sino en el sentido que la creación del mundo y el renacimiento del hombre son resultados de la energía increada común de las personas de la Santa Trinidad44.

La teología que expresó san Gregorio Palamás es de la Iglesia y sobre las personas de la Santa Trinidad no es teorética, ni filosófica, ni escolástica. Además, él mismo muchas veces en sus textos se contraría a la llamada teología analógica que es la teología del escolasticismo, pero su teología es empírica por experiencia. Tal como se dijo antes, él mismo conoció a Dios empíricamente, vio a Cristo en la luz increada, y a continuación expresó esta apocálipsis (revelación) y la teología empírica dentro de los términos hipóstasis, esencia y energía. Esto se ve claramente de la enseñanza de san Gregorio Palamás sobre la divina Luz, la cual, tal como enseña, es increada y enhipostasiada y se revela, manifiesta a los preparados para esta gran experiencia.

San Gregorio hablando sobre la fiesta de la Metamorfosis de Cristo, dice que aquella luz que vieron los alumnos encima del monte Thavor, era luz de la deidad e increada “no tomando lo que no era ni cambiando en algo que no era, sino manifestándose a sus discípulos lo que era, mientras que les abrió los ojos (físicos y los psíquicos) y de ciegos les hizo ver ”45 . No se trata de una tercera naturaleza de Cristo, sino que les manifestó aquel resplandor, fulgor que tenía pero que era invisible, escondido por la sarx (cuerpo y carne)45. Es decir, se trata de la luz de la deidad, la cual energiza u opera por la hipóstasis del Logos y hace reluciente, radiante el cuerpo que tomó de la Panayía (Santísima, Todasanta) y lo deificó.

Barlaam siguiendo a san Agustín insistía que la luz que vieron los discípulos encima del monte Thavor se hace y se deshace, es decir, es creada, espectro y no hipostasiada. San Gregorio enseña que: ”Por lo tanto, la luz de la metamorfosis del Señor no se hace y se deshace, ni se describe, ni tampoco cae en alguna fuerza sensible, aunque se ha visto por ojos somáticos por poco tiempo en la cima de alguna pequeña montaña…” 46..  “El hombre participa de esta Luz por analogía. “Porque aquella luz se mide y se divide sin fragmentarse indivisiblemente y es susceptible a lo mínimo y máximo; parte de ella se conoce ahora y parte será conocida después.“46.

Lo que nos interesa en este punto es que san Gregorio Palamás dice repetidamente que la luz que vieron los discípulos encima del monte Tabor es enhipostasiada, exactamente como la Jaris (gracia, energía increada) de Dios es enhipostasiada, puesto que energiza y opera por las hipostasis y no abstractamente. Esto lo decía porque el filósofo Barlaam que en realidad era un teólogo escolástico, insistía que la luz que vieron los discípulos encima del monte Tabor era sensible y fantasiosa, por eso era también inferior de la noisis (comprensión, concepción) de los filósofos. Refutando esta opción barlámico-escolástica y utilizando la enseñanza de san Máximo el Confesor y de san Macario el Egipcio, dice que las arras y la futura promesa, la jaris de la adopción, la deificadora o divinizadora donación del Espíritu es luz increada de la súper-inefable gloria-doxa increada que se contempla por los santos, “luz enhipostasiada, increada, siempre ser o existencia de la siempre existencia o ser, e inconcebible, ahora la vemos parcialmente pero en el futuro siglo será manifestada perfectamente a los dignos y Dios se manifestará en ellos”48. Aquí la luz increada se califica como enhipostasiada, es existencia o ser real y proveniente del siempre ser o existencia. Esta luz está enhipostasiada y no autohipostasiada que significa que se difunde por el Espíritu en una otra hipóstasis “en la cual es contemplada también”. Y dando esta característica de enhipostasiada, dice característicamente: La luz increada no es contemplada de por sí misma, ni por su esencia que es inaccesible, no participada y no contemplada, sino en la hipóstasis49.

Cierto que el término enhipostato o enhipostasiado tiene también un otro significado, según la enseñanza de san Gregorio Palamás, que analiza la enseñanza de los santos Padres dentro de su propia experiencia. Lo enhipostato no significa autohipóstato, es decir, que está en su propia hipóstasis. La llamada luz in-hipostasiada o sin hipóstasis, no sólo expresa el no ser o lo irreal y el espectro, sino también aquello que rápidamente se escapa y desaparece, tal como es el relámpago y el trueno, como también lo dicho y el significado. La divina luz no es ni autohipostasiada ni sin hipóstasis, sino enhipostasiada, es decir, fija en la hipóstasis.50

Uno estudiando la enseñanza de san Gregorio Palamás, principalmente las cosas que dice sobre la luz increada, comprueba que enseña correctamente bien, precisamente porque tiene experiencia personal de la visión de aquella luz increada. Barlaam utilizando distintos versículos de los Padres de la Iglesia, los malinterpreta y finalmente calumnia a los Padres, justamente porque interpreta filosóficamente sin tener experiencia personal de Dios y sin preguntar a Padres hisijastas, contemplativos, visionarios de visiones o expectaciones divinas y con discernimiento; en cambio san Gregorio interpreta auténticamente los versículos de los Padres, porque dispone también de experiencia personal51.

Por lo tanto, la enseñanza de san Gregorio Palamás no se refiere sólo en el discernimiento entre la no partícipe o no accesible esencia y la partícipe o accesible energía increada de Dios, sino también en la teología de la persona-hipóstasis, puesto que la persona-hipóstasis es constituida de esencia y con atributos o cualidades, y claro está que la esencia increada por supuesto que tiene energía increada, la cual es energizada, activada y operada por las hipostasis.

 

  1. La cualidad hipostática, substancial del άνθρωπος (ánzropos), ser humano, es decir, el hombre como persona.

 

Hoy se habla mucho para el hombre como persona por la filosofía, la sociología, la psicología y por supuesto con esto también se ocupa la teología occidental. Por esta razón examinaremos este tema también de parte de san Gregorio Palamás. Además, al haberse ocupado de la teología de la zéosis, la triadología y la cristología, lo hizo para la psicoterapia, sanación y salvación del hombre. Una teología que no supone la psicoterapia, sanación y salvación del hombre no es teología ortodoxa pragmática.

 

a) El hombre, hipostasis-persona

Repetidamente san Gregorio Palamás hablando sobre el hombre lo llama con el término bíblico ανθρωπος ánzropo ser humano, tal como lo hacían todos los Santos Padres de la Iglesia, particularmente las Padres Capadocios. El ántropos es creación constituida de Dios que participa de la esenciadora, la vivificadora, la sapiencial y la deificadora/divinizadora energía increada de Dios52. Así el término antropos-ser humano lo encontramos mucho en las obras de san Gregorio Palamás53.

En algunos de sus textos encontramos también el término ántropos espiritual, con el cual se califica también al que tiene el Espíritu Santo. No se trata de triple composición del antropos-ser humano, puesto que el ántropos es de doble composición, constituido de psique-alma y soma (cuerpo), sino que con el término espíritu se entiende el carisma, el Espíritu Santo. Analizando el versículo apostólico: “El espiritual interroga, instruye a todo, pero él por nadie está interrogado o instruido…” (1ªCor 2,15), escribe: Aquel que cree en sus propios loyismí (pensamientos, reflexiones), análisis e investigaciones no puede conocer completamente, ni puede creer las cosas del hombre espiritual. Derrocando la teoría de Barlaam de que uno puede aprender las realidades sobrenaturales y conocer las profundidades de Dios con la gnosis natural y con la diania (mente, intelecto o cerebro), dice que estas profundidades son conocidas sólo al Espíritu Santo, y los carismas del espíritu son conocidos sólo a los espirituales que tienen nus de Cristo54.

Otras veces, pero menos, san Gregorio Palamás expone la enseñanza de otros Padres, como san Macario el Egipcio que en algunos puntos se refiere a la persona55 con el término hipóstasis. Entre los dos términos utiliza más el término hipóstasis, como veremos en los siguientes análisis. Sobre todo algunas veces utiliza la icona/imagen del hombre como hipóstasis para presentar la enseñanza de Dios sobre persona. La utilización se hace como ejemplo, porque san Gregorio tal como verificaremos, recalca epigramáticamente que hay diferencia entre Dios-persona y ántropos (ser humano)-persona.

Presentando la enseñanza de que una esencia si no tiene energía es distinta de ella, entonces es totalmente in-hipostasiada sin hipóstasis y solamente es teoría de la diania (mente), dice que esto ocurre también con el antropos-ser humano. El ántropos que no tiene energía, “en absoluto para nada es antropos”, no piensa, no ve, no huele, no habla, no escucha, no camina, no respira, no come y como no tiene energía que sea diferente de la esencia la cual existe en la hipóstasis, está totalmente in-hipostasiado (sin hipóstasis). Al contrario, sobre todo el ántropos-hombre que tiene innata la energía una o más, la cual es distinta de la esencia, de esto se conoce que el hombre tiene y es hipostasis y no sin ella. Como estas energías se manifiestan en miríadas de antropos-seres humanos, por eso muestran que el ser de ántropos-ser humano es de miríadas hipostasis56. En este versículo se ve que el término ántropos está unido con la hipóstasis y diciendo hipóstasis sobre todo entendemos la esencia con la energía en una distinta y concreta existencia. Lo de “en absoluto para nada es ántropos” es generalmente el ántropos sin hipóstasis, en cambio el ántropos “en hipóstasis” se mueve, trabaja ejecuta muchos trabajos, generalmente existe personalmente.

Precisamente la enseñanza sobre esencia y energía en Dios, san Gregorio la introdujo también al antropos-ser humano. Lo que es válido para la hipóstasis-persona en Dios, vale analógicamente en el antropos. La esencia y energía son inseparables en Dios y a pesar de esto, en nosotros los creados, cabe sólo la energía, la cual se separa inseparablemente sin fragmentarse, en cambio la fisis/naturaleza permanece totalmente inseparable, nos dice, según los teólogos. Así la divina Χάρις Jaris increada es cabida en cada uno de nosotros, y se separa inseparablemente sin fragmentarse57. Para presentar esta verdad san Gregorio utiliza un ejemplo de la hipóstasis humana. El nus (el ojo del corazón de la psique, atención fina y energía) es la esencia y la diania (cerebro, intelecto o mente) es la esencial energía, que son distintos pero no se separan y nunca está el nus sin la diania58.

En una de sus homilías san Gregorio Palamás, refiriéndose a la salvación, dice que Cristo mediante los misterios “hipostáticamente nos justificó y nos salvó” y claro está que aquí no se entiende lo como hipóstasis, puesto que la unión hipostática se hizo sólo en Cristo, sino que se entiende la sanación y salvación de cada ántropos personalmente en Cristo Jesús. Cristo estableció el bautismo, puso leyes terapéuticas y salvadoras, predicó la metania y nos transmitió Su propio cuerpo y sangre. Y a continuación escribe muy característicamente: “Porque no sólo la naturaleza, sino la hipóstasis de cada uno de los creyentes también recibe el bautismo y es gobernado por sus mandamientos divinos y se convierte en participe del pan y del cáliz divinizante o glorificante59.

Realmente Cristo con su humanización/encarnación deificó la naturaleza humana que tomó en Su hipóstasis, de la cual naturaleza humana hipóstasis se hizo el Logos, pero con el ofrecimiento de los divinos misterios y la energía de los mandamientos se sana, se santifica y se diviniza la hipóstasis humana y cada ántropos personalmente. Vemos en este punto que hablando sobre el ser humano le califica como hipóstasis-persona.

 

b) Presuposiciones o condiciones para calificar al άνθρωπος ánzropos ser humano como persona.

Pero, la referencia de san Gregorio Palamás a la persona humana no se hace sin condiciones. Conoce sin duda que el hombre es característico de hipóstasis-persona analógicamente, por economía. Aún cuando utiliza ejemplos de la antropología para la Triadología y de la Triadología para la antropología, lo hace con extrema condescendencia, simplemente para que sea de una manera algo entendido el dogma sobre el misterio de la Santa Trinidad, sobre la unión de las divinas hipostasis. Por cierto, se tiene que apuntar debidamente que una cosa es el misterio de la Santa Trinidad que se apocalipta (revela) parcialmente a los sanados y purificados del corazón, y otra cosa es el dogma sobre el misterio de la Santa Trinidad. Lo primero presupone camino adecuado por el hisijasmo y el segundo presupone entendimiento de los términos que se utilizan para la definición de esta experiencia apocalíptica. Podemos exponer muchos argumentos de la teología del santo aghiorita que apoyan este punto de vista, pero nos limitaremos sólo en algunos versículos característicos.

En principio se tiene que recalcar que existe diferencia enorme entre la hipóstasis divina y la humana, porque no existe ninguna similitud entre naturaleza increada y creada. Es fundamental la enseñanza de los santos Padres de la Iglesia, de acuerdo con la cual no hay ninguna similitud entre naturaleza increada y creada. La teología escolástica que se sostiene en la metafísica, de la cual el dogma central es la Analogía Entis y la Analogía Fideis, según esta teoría semejanza existe entre las inmortales y no nacidas ideas y el mundo, no tiene ninguna relación con la teología ortodoxa, tal como la vivieron y enseñaron los santos Padres y san Gregorio Palamás al que examinamos aquí. Además, san Gregorio Palamás en sus textos se pone en contra de la analogía escolástica de Barlaam, el cual es portador del espíritu escolástico de Occidente.

Un versículo característico donde se ve esta gran diferencia caótica entre naturaleza increada y creada, y por lo tanto, entre hipóstasis divina y humana es el de san Máximo el Confesor que lo expone san Gregorio Palamás. Dice san Máximo que todo lo mortal y la misma inmortalidad, todo lo vivo y la misma vida, todo lo santo y la misma santidad, todo lo virtuoso y la misma virtud, todo lo bondadoso y la misma bondad, y todos los seres o existencias y la misma existencia, evidentemente todos son de Dios. Pero hay una diferencia enorme entre ellos, puesto que los primeros, es decir, inmortales, vivos, santos, virtuosos y bondadosos tienen comienzo crónicamente, o sea, tienen un comienzo concreto, hubo un tiempo que no existían, son creados; En cambio inmortalidad, vida, santidad, virtud, bondad, existencia, estos no son iniciados crónicamente, puesto que no hay un tiempo que no existían ya que no tienen tiempo de comienzo, o principio crónico de tiempo, sino que existen siempre eternamente. Cierto que los primeros se refieren a la naturaleza creada, en cambio los segundos a la naturaleza increada. Esto significa que las personas de la Santa Trinidad son increadas y las personas de los humanos creadas. Por lo tanto no hay ninguna similitud entre estas dos hipostasis, sólo abusivamente, fraudulentamente y forzosamente podemos hablar para persona humana, sin otorgar los atributos de las divinas hipostasis en las personas antrópinas-humanas.

En este punto utilizaremos tres tesis teológicas de la enseñanza de san Gregorio Palamás, para sostener esta perspectiva, es decir, que existe gran diferencia entre las hipostasis-personas divinas y las humanas.

La primera tesis teológica proviene de la manera de interrelación e interconexión o cohexistencia entre sí de las divinas hipostasis. Las tres hipostasis en Dios, es decir, Padre, Hijo y Espíritu Santo coexisten entre sí una dentro de la otra “físicamente, enteramente,  improcedentemente y eternamente” pero a la vez coexisten o se inter-circundan entrelazando una la otra “sin mezclarse, ni confundirse.” El Padre vive dentro al Hijo y al Espíritu Santo, igual el Hijo dentro al Padre y al Espíritu Santo, como también el Espíritu Santo dentro al Padre y al Hijo, teniendo también las tres personas la energía común sin que pierdan el atributo hipostático. Es decir, que hay coexistencia eterna y entera y a la vez in-mezclable e inconfundible. Lo que ocurre con las personas de la Santa Trinidad no ocurre a la kinonía-comunión y relación de las personas-hipostasis creadas61. La misma energía se manifiesta en todos los del mismo género, pero es energía particular de cada hipóstasis, cuando actúa por sí misma. Utiliza el ejemplo de la creación constituida. Los nidos son semejantes, pero cada nido está construido de distinta golondrina, como también las páginas de cada libro son iguales y se constituyen de los mismos elementos, pero cada página está escrita por otro escritor. Pero en Dios Trina son distintas puesto que una es la energía y el acto de la divina voluntad “previamente impulsada desde el Padre, desarrollada por el Hijo y en Espíritu Santo evidenciada o manifestada”62.

Además, el que la interrelación coexistente que pasa en Dios no se encuentra en los hombres, en las hipostasis humanas se ve también por el hecho que la hipóstasis humana no puede vivir, energizar y actuar dentro en la otra hipóstasis, tal como pasa en la Santa Trinidad, precisamente porque el hombre tiene soma (cuerpo) y sobre todo mortal, padeciente o sufridor, con todas las consecuencias de su mortandad. Hay también un otro parámetro sobre esta enseñanza. San Gregorio Palamás, en su esfuerzo de refutar a Barlaam en su error de que el Espíritu Santo procede también del Hijo, y sobre todo para apoyar la verdad teológica y apocalíptica, que el Espíritu Santo procede del Padre solamente, tal y como el Hijo solamente nace o es engendrado por el Padre, utiliza un versículo de san Gregorio de Nicea que muestra la diferencia entre la persona divina y la humana. Escribe san Gregorio de Niza: “Las personas humanas no tienen directamente la existencia de la misma persona, porque junto con los causados, las causas son también muchas y distintas; a pesar de que tienen común la esencia/sustancia, provienen de distintas personas, puesto que cada persona es causa de alguna otra persona e inmediatamente de alguna otra. Pero sobre la Santa Trinidad no es lo mismo. No ocurre lo mismo en las Personas de la Santa Trinidad, porque uno y la misma persona, es decir, el Padre es del quien nace o es engendrado el Hijo y procede el Espíritu Santo. Por eso tenemos el atrevimiento de decir que uno es Dios y el uno es causa junto con sus causados63.

La segunda tesis teológica de san Gregorio Palamás, que muestra la diferencia entre las hipostasis divinas y humanas y tiene relación con la manera de nacimiento y comunión de cada hipóstasis-persona. El hijo se engendra o se nace antes de los siglos perpetuamente de sublime Padre pero permanece perpetuamente e inseparablemente unido con el Padre y que tiene la misma naturaleza que el progenitor. Pero no ocurre lo mismo con el hombre. Aunque la naturaleza del hijo nace del padre y se diferencia con el progenitor, en cambio el hijo nacido del hombre no permanece al progenitor, es decir, el hombre nacido después del nacimiento no permanece viviendo dentro del progenitor64.

La tercera tesis teológica de la enseñanza de san Gregorio Palamás tiene relación con el término teológico συμβεβηκός (simvevikós) acontecer o sucedido. Las definiciones del acontecer son muchas, tal como los presenta san Juan el Damasceno. En principio considera que los aconteceres o sucesos son componentes de la hipóstasis65. El acontecer/acontecido o sucedido no puede existir por sí mismo, pero tiene su existencia en una otra cosa. Por ejemplo, el cuerpo es la esencia, el acontecer o sucedido es el color del cuerpo. La psique es la esencia pero su acontecer o sucedido es la sensatez o templanza66. Según otra interpretación lo acontecer o sucedido es el atributo o propiedad de lo que se hace y deshace, es decir, aparece y desaparece sin que se desgaste el sujeto. Como también lo acontecer o sucedido es el atributo aquel que es eventual que exista o no en el mismo hombre, es decir, es posible el hombre que sea blanco o no, igualmente alto, listo o tonto67.

Se citó esta enseñanza de san Juan el Damasceno sobre lo acontecer o sucedido, la cual enseñanza también san Gregorio Palamás conocía, para sostener el aspecto de que las divinas personas se diferencian de las humanas, exactamente porque las divinas personas no tienen aconteceres o sucedidos, cosa que las personas humanas sí tienen. Dice san Gregorio Palamás que lo acontecer o sucedido es lo que se hace y deshace por el cual entendemos también sus inseparables aconteceres o sucesos. El acontecer o sucedido, de una manera es el tributo natural puesto que crece y decrece, tal como la gnosis de la psique lógica. Cada hombre puede aumentar y reducir su gnosis. Pero lo que ocurre en las hipostasis humanas no ocurre en las divinas. Pero en Dios nada de esto ocurre, en todo permanece in-cambiable, inalterable porque no existen aconteceres o sucedidos en él68.

En la divina hipóstasis no se observa cambio o alteración exactamente porque esto es atributo característico de su naturaleza increada, en cambio en la hipóstasis humana hay cambio o alteración precisamente porque es hipóstasis creada.

Uno podría referirse en muchos ejemplos de la enseñanza de san Gregorio Palamás sobre la persona humana, pero nos ocuparemos en tres puntos que se presentarán aquí en resumen en relación con el estudio original donde existe análisis detallado y las correspondientes citaciones, puesto que no es posible incluir aquí debido a los márgenes cortos. Todo el estudio se publica en mi libro “Entre dos siglos”.

 

Un punto es la referencia que hace san Gregorio Palamás sobre el llamado προσωπείο (prosopío, careto, máscara) el cual conecta con el oscurecimiento del nus, y su esparcimiento al ambiente por los sentidos. El hombre en estado caído tiene un horrible careto, máscara, la cual percibe, conoce y entiende cuando el hombre haya hecho la metania y regresa su nus y su energía al corazón. Escribe san Gregorio: Cuando el nus se haya alejado de cada cosa sensible y sea levantado del cataclismo que le crea el tumulto y la ocupación de esas cosas, entonces se dará cuenta de las aventuras de abajo, entonces se apresura por el luto (espiritual) a la nipsis (ver 146. Nipsis Νήψηs https://www.logosortodoxo.com/alfa%cf%89mega-gran-lexico-ortodoxo/). Y a continuación describe la manera o método hisijasta completo de regreso del nus, de la catarsis del corazón, de la visión, de la contemplación de los grandes misterios y la adquisición de la paz existencial.

El segundo punto dice que el camino del hombre es desde el “como a imagen” al “como a semejanza”. Este camino realiza y completa el principio hipostático y la culminación del hombre. Es camino que aleja al hombre del careto o máscara y le constituye persona. Por supuesto que careto no significa total alteración del hombre y su desaparición, sino que se pone un careto (rostro) deformado y repugnante que no es elemento de la personalidad del άνθρωπος ánzropos ser humano, tal como fue creado por Dios. Entonces, la catarsis del “como a imagen” y el camino hacia el “como a semejanza” es en realidad camino del hombre hacia la culminación de su finalidad inicial de su creación. Además, la aureola que en la iconografía rodea los rostros de los santos, muestra los santos que vieron la Luz increada de Dios y que está en-hipostasiada, vieron la doxa-gloria de la deidad del Trinitario Dios en la naturaleza humana del Logos.

Tercer punto de la enseñanza de san Gregorio Palamás sobre la persona es toda su teología sobre el hisijasmo, y sobre todo la presentación de la persona de la Zeotokos y la manera o método que ella utilizó para llegar a la zéosis por la Jaris increada y hacerse persona, por la cual Cristo se humanizó/encarnó. Aquello que se debe de apuntar es que la zéosis del άνθρωπος ánzropos ser humano no se consigue con la analogía meditativa, filosófica, es decir, la teología escolástica que está basada en la metafísica y de la cual portador era Barlaam, sino con el método de psicoterapia espiritual y sanación hisijasta y el modo de vida hisijasta.

 

Conclusiones.

En este estudio hemos intentado ver la enseñanza de san Gregorio Palamás sobre la Persona de Dios y de los hombres. Al final podríamos presentar algunas conclusiones que son tesis básicas del texto que ha prevenido.

 

  1. Se ha comprobado que persona pragmática, real es Dios. San Gregorio Palamás habla sobre Dios dentro de su experiencia espiritual personal, la apocálipsis (revelación) de Dios, que el mismo recibió, utilizando términos bíblicos. Pero para afrontar a los heréticos de su época utilizó también los términos persona, hipóstasis, esencia, energía etc. Ciertamente sabían que Dios no se identifica absolutamente con estos términos, puesto que la experiencia supera la terminología. Durante la zeoría, contemplación de Dios todo queda anulado o suspendido, toda gnosis que proviene de lo sensible y de los sentidos, por lo tanto también toda terminología que proviene de la filosofía. Los términos de una manera nos pueden ayudar a la formulación de la experiencia, son las señales o signos del camino para nuestra permanencia al modo o método de terapia, pero conocemos con seguridad que “hablar sobre Dios es difícil y conceptuarlo por nuestro logos más difícil aún” según san Gregorio el Teólogo.69

 

  1. Existe gran diferencia o mejor dicho, no hay ninguna similitud entre la naturaleza/fisis increada y la creada. San Máximo el Confesor dirá característicamente: “Sobre Dios la diferencia es tanta y distinta como el infinito entre increado y creado”70. En esta perspectiva se mueven todos los santos Padres de la Iglesia, como san Atanasio, san Gregorio de Nicea71, san Juan el Crisóstomo y san Máximo el Confesor. Además, este discernimiento claro, cierto y seguro es el elemento y el atributo básico de la Teología Ortodoxa, que la distingue del Neoplatonismo en el cual no existe ninguna diferencia entre Dios y las existencias o seres. El profesor Panagiotis Jristu hace un análisis importante de esta enseñanza de los Padres de la Iglesia72.

Generalmente, lo increado no tiene principio, ni cambio o alteración, tampoco fin, en cambio lo creado tiene principio, cambio y tendría que tener fin, pero Dios quiso sobre el hombre que no tenga fin. Entonces, la inmortalidad del hombre es por la Χάρις Jaris (gracia increada) y no por naturaleza. Jamás se puede identificar absolutamente lo creado con lo increado. Así se explican las luchas de los Padres de la Iglesia para mantener inalterada la enseñanza sobre la deidad increada del Logos y las increadas energías de Dios, en contraposición de la enseñanza de los Arrianos y de los Barlamitas-escolásticos sobre el Logos creado de los primeros y las energías creadas de Dios de los segundos. El Apóstol Pablo, cuando llegó a la expectación de Cristo, distinguió la diferencia entre creado e increado, de acuerdo con sus logos que existen en sus epístolas como también en su apología a Agripa: “Al mediodía vi en el camino, oh rey, una luz venida del cielo, más brillante que el sol, que me envolvió a mí y a los que iban conmigo…” (Hec 26,13). Discernió claramente la diferencia de las dos luces, o sea, la increada y la creada. Esto lo vemos también en los testimonios escritos de todos “los instruidos por experiencia” y últimamente al gran Yérontas el athonita Sofronio Sajarof.

 

  1. El único puente que hay entre lo creado e increado es el Logos, la Segunda Persona de la Santa Trinidad, el Cual se hizo άνθρωπος anzropos ser humano, se humanizó para la sotiría “psicoterapia espiritual”, redención, sanación y salvación del hombre y la santificación de toda la creación. En Cristo se han unido las dos naturalezas, la divina y la humana, “inalterablemente, inconfundiblemente, indivisiblemente e inseparablemente”. Es muy característico el canon del cuarto Sínodo Ecuménico: “…conocemos el uno y el mismo Cristo, hijo, Señor, unigénito, en dos naturalezas inalterablemente, inconfundiblemente, indivisiblemente e inseparablemente, de ninguna manera anulamos la diferencia de las naturalezas por la unión, más bien queda salvada la cualidad o atributo de cada naturaleza y en una persona y una hipóstasis contribuyente que viene por la unión de las dos naturalezas, no dos personas separadas, sino uno y el mismo hijo unigénito, Dios Logos, Señor Jesús Cristo…”. El Θεάνθρωπος zeántropos Dios-Hombre, Cristo superó o trascendió las cinco distinciones, como dice san Máximo el Confesor, o sea, discernimientos entre creado e increado, espiritual y sensible, cielo y tierra, paraíso e icumeni (mundo), femenino y masculino. En la Persona de Cristo está unido lo creado con lo increado, lo mortal con lo inmortal, lo padeciente o pasional con lo in-padeciente, sin que haya una confusión de estas dos realidades, puesto que, tal como dice san Juan Damasceno en su Theotokio: “No sufren alteración, cambio, división, sino que conserva las dos esencias y cada una salva su cualidad”.
  2. Los santos participan de Cristo, son miembros del cuerpo de Cristo. Esto significa que los santos participan del divinizado, deificado cuerpo de Cristo y mediante Él son conectados, unidos y comulgados con Dios Trinitario, pero nunca llegan a la participación de la increada naturaleza o esencia. Cada santo zeóptis (visionario de la luz divina) ve invisiblemente, escucha sin oír inauditamente, participa in-participadamente de Dios. Hemos visto al texto que precedió que existen tres uniones y comuniones, o sea, la “por esencia” que ocurre a las Personas de la Santa Trinidad, la por hipóstasis que ocurre a la Persona de Cristo y la “por energía increada” que ocurre a las personas y vidas de los santos. Los santos nunca llegan a la unión por esencia con Dios Trinitario, porque entonces dejaría de ser de tres hipostasis y sería de múltiples o miríadas. Tampoco llegan jamás a la unión y comunión con Cristo en su unión hipostática, la cual se hizo una vez para siempre en la historia en la Persona de Cristo. Esto quiere decir que toda la tradición patrística, los santos/as se llaman dioses/as por la jaris increada o por la jaris increada deificados/divinizados, pero nunca θεάνθρωπος zeántropos (dios y hombre), porque uno es el Θεάνθρωπος Zeántropos dentro de la historia. Dicho de otra manera, la unión hipostática de la naturaleza divina y humana que se hizo de Cristo no se repite en ningún otro hombre. En Cristo la hipóstasis de la naturaleza humana es el Logos, en cambio, nosotros uniéndonos con Cristo, recibimos en nuestra hipóstasis humana la Χάρις Jaris (gracia increada) y energía increada de Dios Trinitario, en la Persona de Jesús Cristo. Nunca en el estado de visión divina puede perderse la hipóstasis humana y en su lugar ponerse la Hipóstasis divina.

 

  1. En toda la creación existen los llamados “modelos trinitarios”, como también el hombre creado como imagen-icona y semejanza de Dios, tiene naturaleza trinitaria, es decir, tiene nus, logos y espíritu. Pero en este punto vemos la diferencia. El nus, el logos y el espíritu vivificador del hombre no tienen hipostasis, como ocurre al Dios Trinitario, sino que son energías de la psique. Dentro de estos marcos teologiza san Gregorio Palamás, y no como enseñaba el divino Agustino, influenciado por el neoplatonismo, que Dios es nus y califica al Padre memoria, al Hijo gnosis y el Espíritu Santo agapi-amor. Precisamente porque san Gregorio tenía presuposiciones, condiciones y bases ortodoxas por eso no resultó al filioque como los occidentales, sino que concluyó contra el filioque. Por lo tanto, el que el hombre sea como a imagen de Dios no quiere decir para nada que lleva a su interior hipostáticamente a Dios, o que existen analogías entre creado e increado. Además, tal como está escrito también en el libro Sinódico de la Ortodoxia y en la enseñanza de los Padres, la Iglesia condenó la metafísica clásica, las ideas de Platón, es decir, la Analogía Entis y la Analogía Fidei. Barlaam estaba influenciado de la metafísica por eso fue condenado y echado de la Iglesia.

 

  1. Como en la Iglesia Ortodoxa no aceptamos la analogía filosófica, la cual no sana ni hace psicoterapia al hombre, por eso sostenemos que no existe ninguna analogía entre lo increado de Dios y lo creado del άνθρωπος ánzropos ser humano. Por lo tanto, no existe ninguna analogía entre la persona de Dios y la persona humana. Simplemente por condescendencia, como en ejemplos, y presentando las indispensables condiciones, hablan sobre el hombre de que es persona-hipóstasis, sin olvidarse que existen grandes diferencias entre la persona de Dios y la persona del άνθρωπος ánzropos ser humano.

Con estas condiciones el hombre que es en dinami-potencia persona puede hacerse en energía persona-hipóstasis sin identificarse absolutamente con Dios, siguiendo el método de la hisijía ortodoxa, tal como la explicó san Gregorio Palamás superando su propia creatividad o constitucionalidad y mortandad, con todas sus consecuencias, por la Jaris (gracia) increada de Dios. Porque sólo con la energía increada de Dios podemos superar nuestra constitucionalidad, hacernos dioses/as por la Jaris increada y adquirir a través de la Jaris esto que Dios es por naturaleza y por participación participar a lo que Dios es por esencia. Dentro de la zéosis por la Jaris increada podemos vivir algunos atributos o cualidades de la persona-hipóstasis. Amín.

Por el Metropólita Ierózeos Vlajos

SUMARIOS DE LOS CONGRESOS INTERNACIONALES DE ATENAS Y LEMASOL DE CHIPRE

Traducido por Χρῆστος Χρυσούλας (Jristos Jrisulas) www.logosortodoxo.com, heleno-griego nativo, instruido en la Santa Parádosi-Tradición y en la lengua (katharévousa) del Nuevo Testamento la que actualmente se habla en el pueblo fiel heleno-ortodoxo.

 

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