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Jul 31 2013

El uso de la noerá energía y de la energía lógica del hombre según san Gregorio Palamás

 

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Homilíía del congreso científico Internacional, Atenas Nov. 1998.

Nus y Lógica

El uso de la noerá energía y de la energía lógica del hombre, según san Gregorio Palamás

(Archimandrita Efrén, Yérontas del Monasterio Vatopedion Santa Montaña Athos)

Sugerimos también leer nuestros diccionarios https://www.logosortodoxo.com/alfa%cf%89mega-gran-lexico-ortodoxo/ y https://www.logosortodoxo.com/filocalia/minilexico-filocalico/).

 

Traducción repasada el 12-11-2023

Me embarga completamente el temor y el anhelo cuando estudio o debo hablar sobre el gran teólogo y Padre de nuestra Iglesia, San Gregorio Palamás. Anhelo porque este Santo expresa de forma única el pensamiento teológico de los Padres, respecto a la enseñanza analítica y precisa sobre los dogmas Triadológicos y Cristológicos. Pero sí, explica y apocalipta/revela descubrimientos muy difíciles sobre las verdades antropológicas humanas.

Siento temor sagrado, porque me da miedo que interprete mal algo de sus enseñanzas y de la vida carismática del Santo. Pero esperanzado en sus bendiciones, continúo en el desarrollo de un tema tan fino e importante que aborda la experiencia de la vida cristiana ortodoxa.

San Gregorio Palamás en su segunda homilía sobre la Presentación, donde nos presenta a la persona (prósopon-rostro) de la Zeotokos (madre de Dios) como modelo de la vida Hisijasta (Hesicasta) y habla detalladamente sobre las cinco dinamis (fuerzas y energías) de la psique: 1) νοῦς (nus), 2) Διάνοια diania (cerebro, mente, intelecto), 3) φαντασία (fantasía), 4) δόξα (doxa, gloria u opinión), 5) αίσθηση észisi (sentido, sentimiento, sensación o percepción sensible o espiritual).1

(1. San Gregorio Palamás, Discursos II; y sobre la distinción de los términos nus, intelecto, corazón, alma cf. Metropolita de Nafpacto Hierotheos, Psicoterapia Ortodoxa, donde se señala en las pp. 111-117 que los Padres a menudo alternan los términos calificando al nus, a veces como διάνοια diania (intelecto, mente cerebro) o energía noerá o espiritual de  la psique-alma, otras veces como οὐσία usía esencia/sustancia de la psique-alma. En la teología occidental el νοῦς nus siempre se entiende como intelecto, mente y razón. Para los teólogos occidentales, la noerá energía es «inexistente». A modo de ejemplo, se señala: «Se llama νοῦς nus la energía de la actividad que se compone de pensamientos, conceptos y significados. Nus es también la potencia o fuerza que energiza, opera  y actúa, que también es llamada corazón por las Escrituras. (Tres capítulos sobre la oración y la pureza del corazón, san Gregorio Palamás https://www.logosortodoxo.com/filocalia/tres-capitulos-sobre-la-oracion-pureza-y-catarsis-del-corazon/ )”. Pero cuando se nos pide decir qué es el nus y qué es la diania intelecto o mente, decimos que el nus es una esencia/sustancia, fuerza y energía, pero la diania intelecto o mente es una energía esencial… pero la diania nunca está sin el nus». También de Isaac el Sirio, Discurso 83: «Pues el nus es uno de los sentidos de la psique-alma; y el corazón (esencia) es lo que contiene y controla las percepciones y sensaciones internas. Este es la raíz». “Νοῦς” (nus) y “νοερά ενέργεια” (noerá energía, o energía espiritual del corazón). Se usan por los Padres con varios significados. El verbo es: “noῶ” (noó) que quiere decir “entender”, “significar”, “percibir” y “concebir”. “Nοερá ενέργεια” (noerá energía) significa energía humana espiritual, perceptiva y conductiva del corazón (psicosomático) espiritual. Nus es también la potencia o fuerza que energiza, opera  y actúa, que también es llamada corazón por las Escrituras». El nus es el principal ojo de la psique y su parte más limpia debe estar atento, en guardia, como un vigilante en la puerta de la psique e impedir la entrada de los malos loyismí. Su funcionamiento tiene una diferencia respecto con el ojo físico del cuerpo que ve todos los objetos pero no puede verse a sí mismo; en cambio el nus puede regresar a sí mismo y autovisionarse. El nus, según san Dionisio el Areopagita, funciona con tres movimientos: el directo, el espiral y el cíclico. Νο se debe confundir el nus con la diania (mente, intelecto o cerebro) que tiene la posibilidad de formalizar conceptos abstractos y a continuación llegar a conclusiones mediante silogismos productivos. https://www.logosortodoxo.com/alfa%cf%89mega-gran-lexico-ortodoxo/ 🙂

En esta obra, este gran maestro de la anatomía de la psique-alma humana aclara que la diania es una dinami (energía y potencia) lógica/racional que realiza y completa con diversos silogismos, (reflexiones, meditaciones) detallados la doxa-gloria, o sea, la opinión y que tiene su sede en el cerebro*. El nus por otro lado, es esencia autóctona con su energía principal llamada «noerá» (espiritual humana); pero cuando el nus decae de éste movimiento, se limita solo a la vida dianoítica (mental, intelectual y racional).

(*El gran Teólogo y Padre Romanidis, en su libro, “La religión es una enfermedad y la Ortodoxia su terapia y sanación”, dice: Dicha enfermedad consiste en que existe cortocircuito entre el espíritu del corazón del hombre (entre el nus o la noerá energía según los padres) y el cerebro. En la situación fisiológica, normal, la noerá energía se mueve cíclicamente como una manivela, orando dentro del corazón. En su situación enfermiza la noerá energía no se manivela o no se mueve cíclicamente. Pero estando desplegada y arraigada en el corazón, se pega en el enkéfalos-cerebro y crea un cortocircuito entre el cerebro (diania-mente, intelecto) y el corazón. Así los conceptos o nociones del cerebro, los cuales están tomados todos del ambiente, se convierten en conceptos o pensamientos de la noerá energía que siempre está sembrada, arraigada en el corazón. De este modo el paciente se convierte y se hace esclavo de su ambiente. A causa de esto, algunos conceptos o nociones que provienen de su ambiente los confunde con su dios o sus dioses… https://www.logosortodoxo.com/la-religion-es-una-enfermedad/ Lo siguiente podría ser una interpretación de la sección anterior de san Gregorio Palamás: ‘Cuando la energía del nus se atrapa en la percepción sensible o al logos-lógica intelectual, la energía de la actividad lógica o e intelectual actúa como un sustituto de la noerá energía del nus o del corazón y del entendimiento. La diania queda inferior del nus en potencial y capacidades, ya que siempre opera reflexionando, meditando o razonando (percepción mental, intelectual, cerebral), nunca de una manera intuitiva, (percepción del corazón).

San Gregorio Palamás, siguiendo la tradición de los Santos del Tomo Aghiorita, buscó confirmar y certificar el discernimiento entre la energía lógica y la energía noerá (del nus y el corazón psicosomático como esencia/sustancia espiritual de la psique). 

Al igual que en la Deidad distinguimos entre esencia y energía, lo mismo ocurre en el nus humano, donde existe una esencia y una energía: «una cosa es esencia del nus, otra es la energía». Según, san Gregorio Palamás, el nus en su estado natural se encuentra dentro del corazón* (centro psicosomático), en el centro interior como instrumento, no como si estuviera contenido en un envase;  según el Santo, el corazón es «el primer instrumento corporal (carnal) logístico». La noerá energía del hombre se manifiesta cuando el nus se une con el corazón después de desprenderse de todo tipo de loyismí, (pensamientos simples o unidos con la fantasía de su diania).

*(El hesicasta Kalistos Angelikoudis (segunda mitad del siglo XIV) en su obra «Contra Tomás» define el corazón como «el receptáculo de todas las dinamis (fuerzas y energías) y facultades de la psique-alma». San Nicodemo el Hagiorita en su “Manual de Consejos”, define el corazón como un centro natural, parafísico, sobrenatural”)

 

El hombre tiene dos ojos psíquicos. Uno es la diania (mente, intelecto, cerebro), de la cual su condición real es el conocimiento creado (gnosis). Con su diania, el hombre puede estudiar también lo Increado, ocuparse, bajo condiciones, con distintas «zeorias, contemplaciones, expectaciones», percepciones y conceptos espirituales*(6). La diania no constituye el principal ojo de la psique, porque no puede experimentar los tesoros celestiales de manera empírica. La diania puede por sí misma pensar, intelectualizar, meditar, juzgar, razonar y analizar por ello, las percepciones noerás (espirituales en el corazón) y las sensibles de los sentidos.

 (*6. La palabra «θεωρία zeoría, contemplación, teoría o consideración », la «ἄληκτος γνῶσις aliktos gnosis, inolvidable gnosis-conocimiento»  es altamente significativa en la terminología patrística. A veces significa la contemplación natural, la apocálipsis/revelación natural de Dios (no la analogia entis de la teología occidental), que se realiza a través de los de los seres (criaturas) con la lógica y es el modo catafático afirmativo positivo, un movimiento directo de la diania mente humana a través de la creación hacia Dios. Otras veces significa la visión de Dios, ya sea «como en espejo y como en un enigma” en la etapa de la iluminación, o «cara a cara» en la contemplación, y es el modo apofático afirmativo negativo, el movimiento helicoidal o circular del nus (espíritu del corazón de la psique) hacia Dios. La θεωρία zeoría se vuelve «automovida, autoiniciada» o «por imposición» cuando una persona por sí misma crea en su mente varias ideas que se derivan del conocimiento de las bendiciones y beneficencias de Dios, la muerte y el juicio, los seres sensibles e inteligibles, la economía encarnada de Dios y otros dogmas sobre Dios, inicialmente sin la participación de la Χάρις jaris Gracia increada, y «heteroiniciada o movida por otro» o «por concesión » cuando, a través de la Χάρις jaris Gracia que energiza y opera en el corazón, la diania mente es arrebatada zeoría contemplación sin la voluntad del ser humano. Para distinguir entre estas dos zeorías y la superioridad de la segunda, ver la obra de los santos Callisto e Ignacio Xanthopoulos, «Método y Regla Exacta,» Filocalía de los Santos Nípticos, tomo V, capítulo 68, que pronto traduciremos.)

El segundo ojo psíquico principal es el nus, es decir, la energía noerá en el corazón, el centro interior del hombre, a través de la cual se obtiene la visión divina, contemplación y gnosis (conocimiento empírico) de Dios, mediante Sus deificadoras energías increadas.8

Con la diania (mente, intelecto, cerebro), por la lógica, podemos comprender la existencia de Dios a través los logos de los seres, la causa de su existencia, la providencia y el discernimiento de sus logos. Pero no podemos con la diania unirnos con Dios. San Gregorio enfatiza que si queremos unirnos y tener a Dios en nuestro interior, debemos pasar necesariamente seguir el camino de la catarsis (purgación y sanación) del corazón y, a través de la virtud, superar cada sentido, loyismós, reflexión, pensamiento y conocimiento- gnosis. De esta manera, encontramos la energía noerá (el nus-espíritu) y, al permanecer en esta oración inmaterial, nos llenamos del esplendor sobrenatural del Espíritu Santo.

La Panaghía Virgen, como modelo Hisijasta, permaneciendo dentro del «Santo de los Santos o el altar de los altares», desprendiéndose de cada tipo de virtud, porque «ya no daban fruto para su extrema intimidad con Dios, investigaba las fuerzas psíquicas, consiguiendo así, de modo sobrenatural, la unión con Dios». Superando mientras tanto las cuatro restantes fuerzas psíquicas, el sentido (percepción sensible), la fantasía, la diania (la lógica), la gloria o la opinión, cuidando al nus y descubriendo la noerá energía a través del silencio noeró-espiritual (paz y serenidad en el corazón). Así mientras se desvinculó de cualquier relación materialista, «conjunta y gira su nus hacia sí mismo con cuidado y continua oración divina». Centrándose únicamente en la oración, superó todo lo creado, contempló la doxa gloria increada de Dios y experimentó la energía divina Jaris de una manera superior a la visión divina de Moisés.

San Gregorio Palamás habla de tres uniones, a) la unión esencial entre personas-hipostasis de la Santa Trinidad, b)la unión hipostática (base, fundamento subsistencial o substancial) de la naturaleza divina y la humana en la persona del Θεάνθρωπος Zeántropos Dios-Ηombre, el Logos, Cristo y c) la unión por energía entre Dios y los seres lógicos y noerós (espirituales). En ésta unión por la energía, que se crea a través de la relación personal de Dios con el hombre, Dios participa con Su energía increada principal y superior de Sus energías increadas, la divinizadora/deificadora, que se distingue de las otras energías increadas, que son la esenciadora, la vivificadora, la mantenedora o cohesiva y la creadora de sabiduría (sapiencial). Por su parte, el hombre contribuye con su energía noerá (espiritual humana) la más alta y superior energía creada, la del nus, porque sólo a través de ella se ha dado al hombre la posibilidad de conseguir la divina comunión, unidad, afinidad, vista, expectación y contemplación, es decir, la zéosis. Sólo así, el creado ser humano puede unirse con lo Increado.

El ejercicio o ascesis mediante las virtudes, tiene como finalidad la unión del hombre con Dios a través de Su energía increada Jaris (gracia). Con las virtudes podemos llegar a la semejanza de Dios, pero sin la consecución de la unión ontológica* a través de la energía increada Jaris no logramos, o » no experimentamos, no sufrimos» la zéosis. Las virtudes preparan el campo para recibir el don de la oración pura y lúcida que culmina en la divina unión. *(9 El uso del término «ὀντολογικὸς ontológico» se hace en el sentido de ‘real’, ‘sustancial’, ‘existencial’ y debe ser diferenciado de la ‘ontología’ de la teología occidental, donde generalmente se entiende la analogía del ser (analogia entis), a través de la cual el hombre puede elevarse desde el estudio de los seres a sus supuestos arquetipos que se encuentran en la esencia de Dios; esto refleja la influencia obvia de la metafísica del neoplatonismo en la teología occidental. Podemos hablar de ontología refiriéndonos a las relaciones y a los logos de los seres o criaturas (ver la ontología de San Máximo el Confesor), pero es arriesgado cuando hablamos de relaciones ontológicas con la Santa Trinidad. Ningún Padre lo ha intentado, ya que para los Padres, Dios no se considera tanto «ὄν ser», o «existencia’»,  sino principalmente como ‘no-ser’ (e increado), y, por lo tanto, no está sujeto a relaciones ontológicas conocidas, intelectuales y terrenales).

Una de las consecuencias del pecado ancestral/original fue la interrupción inmediata de la comunión entre Adán y Eva y Dios, que se hacía a través de la energía noerá de la psique-alma por parte del hombre y la divinizadora/deificadora energía increada Jaris por parte de Dios. Cuando los Padres hablan de «oscurecimiento de la imagen o del nus» del hombre después de la caída, no quieren decir que el hombre perdió su lógica, sino su noerá energía. La lógica, la independencia o libre voluntad y la libertad no se perdieron por la caída, pero fácilmente pueden equivocarse, engañarse y salir del camino correcto de la fe en Dios y funcionar de manera antinatural.

Después de la caída, las fuerzas psíquicas del hombre se perturbaron y se desintegraron*11.

*(11 Los romanocatólicos afirman que después de la Caída, la naturaleza humana permaneció intacta; es decir, que con la transgresión, se cometió un error desde la lógica del ser humano y la curación de la personalidad humana radica en corregir la lógica. (ver P. Ioannis Romanidis, El pecado original,1992, p. 156, y https://www.logosortodoxo.com/psicoterapia-ortodoxa/dogmatica-empirica-ii-la-caida-del-hombre/  por Romanidis y Vlajos). A partir de aquí, comienza el dominio de la lógica o racionalismo en la teología occidental, de modo que se acepta y dogmatiza la posición de Tomás de Aquino de que la lógica humana concuerda con la apocálipsis/revelación divina (ver St. Papadopoulos, Historia de la filosofía, obras tomistas y antitomistas en Bizancio, Atenas 1967, p. 126-127). Por otro lado, los protestantes, considerando que con la Caída la personalidad humana se corrompió por completo, incluso la libre voluntad, la independencia, se encaminan a una predestinación absoluta (Calvino, Lutero). Estas fuerzas psíquicas del ser humano, y sobre todo la energía noerá, deben ahora restablecerse y reunificarse mediante la energía increada de Dios y la sinergia o cooperación del hombre, y deben regresar al corazón, que es el centro espiritual de la persona humana y el trono de la energía divina Jaris. De esta manera, el hombre puede recuperar aquella belleza ancestral y admirable, “psicoterapiarse” y sanarse la persona*, personalidad humana y experimentar una terapia psicológica y espiritual14.*(14 «La llamada del Señor se dirige principalmente al corazón, el centro espiritual de la persona… La llama de la agapi (amor incondicional) atrae por completo el nus hacia el corazón, y así, mediante esta llama, el nus con su energía se reuni y se une al corazón en uno solo y contempla el Ser en la Luz de la Divina Agapi. El ser humano se ‘unifica’, se psicoterapia y se sana». – Archimandrita Sofronio el Athonita, «Contemplamos a Dios como Él es», Essex, Inglaterra, 1992, pág. 272-273).

La esencia del nus, que reside en el corazón, es intransitiva «nunca se deja o se abandona a sí misma», pero su energía se traslada y se derrama fuera, a través de los sentidos, sensaciones y los loyismí (pensamientos simples o unidos con la fantasía, reflexiones, meditaciones). El asceta o el atleta practicante intenta restablecer esta energía en la esencia con la oración noerá o del corazón o de Jesús, de manera que el nus regrese a sí mismo y luego unirse con Dios.

El hombre, con su lógica, reconoce que existe Dios y que se manifiesta a través de sus mandamientos; e intenta mediante su esfuerzo personal, conocer, amar, encontrar y conseguir la manera en que podrá unirse con Él. El esfuerzo máximo se hace en la oración. El hombre ora en contacto consciente con logos (lemas, frases) que se forman dentro de su diania (cerebro, mente, intelecto), teniendo conciencia clara de su debilidad, pecaminosidad y desacierto para lograr su destino.

A través de un profundo análisis, autojuicio, recogimiento y duelo (espiritual), uno se arrodilla ante Dios y pide Su misericordia y caridad. Dios da y da «en sentido, sensación, sentimiento», Su energía deificadora Jaris, a aquellos que ve que recibirán y asimilarán este regalo digna y gratamente. Con la llegada de la Jaris, sentida en el corazón, se hace la oración en este lugar. El hombre, caminando por la vía de la verdadera metania descubre la noerá energía en su corazón y así realiza la entrada del nus en su corazón. Empieza a perseguir y pedir del Señor la completa catarsis y sanación de su corazón de los pazos. La memoria de Dios domina toda su existencia, y el nombre de Jesús se fusiona y se hace uno con su corazón y respiración. Si el cristiano insiste en la metania, en ese estado bendito de oración, entonces Dios le otorga el carisma, don de oración continua, que es una oración auto-energizada, auto-operativa con la noerá energía dentro de su corazón, la noerá, la del corazón, la pura, la oración del Espíritu Santo dentro del corazón humano. Los términos son idénticos, cuando se utilizan por los Padres. El que tiene el don de la oración continua puede ocuparse con la monóloga oración o bendición, o sea, la memoria de Jesús dentro de su corazón, mientras que con su diania a la vez estudiar lo que desee.

Respecto al discernimiento entre la energía lógica y la noerá, podemos explicar el siguiente fenómeno. Distinguidos científicos con una energía lógica extremadamente desarrollada, ya sean ateos o no, no hayan conocido a Dios empíricamente, porque no han descubierto la noerá energía. Por otro lado, hay ejemplos de ello, hombres casados o analfabetos o con enseñanza y estudios mínimos, que sean Santos de nuestra Iglesia, debido a que tenían la noerá energía extremadamente desarrollada, como San Antonio el Grande, nuestros contemporáneos Sabios Santos Yérontas José el Hisijasta, Jacobo Tsalikis, Porfirio el Kafsokalivita, Paisios el Athonita, Efrén Katunakiotis, San Siluán el Athonita, etc. En cambio algunos Santos/as, como Santa Katerina, San Máximo el Confesor, los grandes maestros y jerarcas como san Mega Atanasio el Grande, san Basilio el Grande, san Gregorio el Teólogo, San Juan el Crisóstomo, nuestro San Gregorio Palamás, y hoy en día nuestro bendito Sofronio el Athonita el de Essex, tenían extremadamente desarrollada a la vez la energía lógica y la noerá. Puede que en alguien funcione esta noerá energía, pero como no conoce la enseñanza Patrística de los Santos Padres, es posible no haya comprendido y concienciado que es lo que ocurre exactamente dentro de su corazón, pero seguro que experimente y tiene en el corazón sensaciones y sentimientos de divinas vivencias.

La unión del creado ser humano con el increado Dios, a través de la noerá energía en su corazón, no puede hacerse sin la energización y operación de la Jaris, (la energía increada de Dios). Tampoco por la existencia de su noerá energía, el hombre puede percibir la divina Jaris de Dios sin la operación energizadora y operativa de Ella*. Podemos decir que la noerá energía constituye el índice para el descubrimiento de la Jaris de Dios*. Aquel que participa y está en comunión con la energía deificadora conoce empíricamente a través de su experiencia la noerá energía de su psique-alma en su corazón durante la oración22. *(22 «La χάρις jaris (gracia, energía increada) de Dios se ve, se contempla noeramente (espiritualmente con el nus) y se conoce solo en sentido, sentimiento y percepción espiritual del nus en el momento de la oración», (Yérontas José el Hisijasta, Enseñanzas de Experiencia Monástica, 1992, p. 335).

El hombre se encuentra en el primer estadio de su perfeccionamiento espiritual, en el de la catarsis, cuando está en comunión empírica con la energía increada catártica o sanadora de Dios a través de la noerá energía en su corazón. En este estado, siente la energía Jaris como un «fuego consumidor» que purifica y sana su corazón de los pecados, conduciéndolo a la adquisición del divino eros (amor ardiente).  y siente la energía Jaris como «fuego consumidor. Esto lo motiva a vivir de acuerdo con los mandamientos de Dios y a cumplir Su voluntad.

Cuando el hombre asciende al segundo estadio, el de iluminación, que es la participación de la energía increada iluminadora de Dios. En este estado, vive en su estado natural, vive la libertad y el desapegado de sus propias pasiones, emociones y apegos (los pazos),antinaturales y perversos y hace uso adecuado de ellos. En ese estado perfecto y estable de iluminación, todas las facultades y fuerzas psíquicas y corporales adquieren su funcionamiento natural, por Dios, sobre todo el nus (espíritu) y la diania. Entonces, según los Santos Padres, el hombre se convierte y se hace realmente lógico y razonable en todas sus acciones, disposiciones y vivencias. Siente y percibe la Jaris como luz, como una llama ablandadora, suavizadora en su corazón, y, ¡experimenta una paz y dulzura admirables que dominan de su psique y cuerpo! Que «el cuerpo participa de esta manera con la energía Jaris energizada por el nus» y que las energías de la psique y del cuerpo son comunes, esta es en la enseñanza principal de San Gregorio Palamás. La luz increada, que es un símbolo natural de la Deidad, proporciona un conocimiento increado (gnosis), inconfundible, seguro y cierto, aunque la diania a menudo se ve cautiva por las proporcionadas «zeorías«, contemplaciones, expectaciones y visiones. (También San Gregorio dice que nuestro nus es el ojo principal y el único que puede verse a sí mismo interiormente y exteriormente).

Durante la zéosis, o sea, la participación en el perfeccionamiento de la deificadora e increada energía Jaris, ocurre un cese, una suspensión de todas las funciones del cuerpo y también de ésta noerá energía humana. La contemplación de la luz increada, «ésta luz, espléndida y brillante de la naturaleza divina, con la que Dios comulga y participa con los dignos» se realiza «en sentido» a través de la noerá energía del hombre, pero es superior y trasciende a todo sentido, logos y nus. Así es como ven los visionarios o videntes de Dios la divina luz increada. El practicante, viviendo el mandamiento de Cristo: » μετανοεῖτε metanoite, convertíos, arrepentíos y confesaos, cambiar de modo de vivir, porque la realeza increada de los cielos se ha acercado; ha llegado la vida santa y espiritual de la redención, bienaventuranza y felicidad(Mt 4,17),; (μετανοεῖτε metanoite, el verbo aquí en tiempo continuo, metania ininterrumpida, metá-nus, girar vuestro nus hacia vuestro interior, arrepentíos y confesaos) y esforzándose en la noerá oración del corazón, transforma el corazón de manera que se vuelve receptivo de la zeoría contemplación de la luz increada, cuando Dios lo desee y no cuando el hombre lo programe. Así en el momento que no lo espera, “durante la pausa total de toda noerá energía” contempla “la doxa=gloria de esta santa naturaleza, cuando Dios consiente y quiere introducirnos en los misterios espirituales”.

La unión con la noerá energía, especialmente durante la iluminación y la unión sobrenatural con Dios, que está por encima del nus y de la percepción sensible del hombre, durante la zéosis, no se puede explicar intelectualmente, lógicamente, es incomprensible e ininteligible. Por eso los Santos Padres en estas etapas del crecimiento espiritual hablan de manera apofática (afirmación negativa, sí a lo que no es). Describiendo el estado de la zéosis San Gregorio palamás, dice que «nuestro nus se expande más allá de sí mismo uniéndose con Dios, pero se supera a sí mismo», pero también Dios «sale fuera de Sí mismo, sin salirse, y en ésta suprema unidad espiritual, se une con nosotros». Durante ésta unión, el visionario de Dios ve a Dios como luz increada «contempla la luz suprema sobrenaturalmente y conoce exactamente de quién y de dónde es lo que ve; en aquel momento no lo sabe pero tampoco puede investigar la naturaleza de ésta luz, ya que el Espíritu que está contemplando es inescrutable”. Y es cierto que solo «el que ha experimentado y aprendió por experiencia conoce las energías del espíritu». Esta experiencia no se consigue con la lógica racional de la mente o intelecto sino a través de una energía y fuerza inexplicable del Espíritu.

Es importante destacar que la energía lógica del ser humano, durante la investigación y búsqueda de lo divino Increado, puede llevar al engaño, cuando se considera como auténtica y  afectar a tres tipos de personas en sus vidas espirituales. Comencemos por el tipo más evidente y terminemos con el más sutil y difícil de discernir.

En el primer tipo de engaño, la lógica, la razón (de la diania-mente, intelecto) expulsa la fe. El hombre, aceptando como única realidad la que le dicta su lógica a través sw las leyes naturales y la ciencia, tal como él mismo vive la vida sensible de los sentidos, no puede recibir la semilla de la fe en su corazón. No puede comprender que existe un conocimiento y una realidad, la cual es superior al logos a la lógica o razón humana y superior a los sentidos y a la naturaleza humana. Porque, como dice san Gregorio Palamás, sólo la fe puede acercarse y hacerse receptiva de la verdad del supremo logos. Este niega lo sobrenatural en su vida y al haber desarrollado una lógica hipertrófica y sobrealimentada, pertenece al grupo de los ateos o incrédulos.

El segundo tipo de engaño que crea la lógica involucra a aquellos que creen en Dios, pero lo hacen de manera equivocada. Estos pueden ser los cristianos heterodoxos u otros tipos de creyentes religiosos.

La teología que han creado los heterodoxos cristianos es νοησιαρχική noisiarjikí (es súper-racionalista, empieza por su propio nus y diania (intelecto), por el espíritu del hombre sin tener la energía divina Jaris), no es empírica, no se basan en la experiencia y no es cosecha de la revelación/apocálipsis de Dios. El dios que es producto del creado hombre por la lógica, se mueve siempre en los límites de la creatividad y es un dios que él mismo fabrica como quiere, a su propia conveniencia, imagen y semejanza. San Gregorio Palamás, interpretando la causa de tantas malas interpretaciones, veneraciones, alabanzas y opiniones falsas y heréticas del escolástico* Barlaam26, nos dice que con la lógica y la filosofía natural Barlaam intentaba interpretar las cosas y realidades sobrenaturales y lógico-supremas.

*(El escolasticismo es el perfeccionismo intelectual, la madre de todas las imperfecciones y herejías. 2626El racionalista y neoplatonista Barlaam (1290-1350), obispo de Hierápolis (1341-1350) y erudito del Renacimiento italiano, aunque escribió en contra del Doctor Communis, Doctor Angelicus, Princeps Scolasticorum, Tomás de Aquino (†1274), se puede clasificar  entre los buenos teólogos escolásticos de Occidente, ya que tenía las bases filosóficas necesarias para ello (ver sobre el desarrollo de «La dialéctica escolástica» de las Escuelas en Occidente de E. Moutsopoulos). Así, la teología filosofante de Barlaam, que no era empírica ni demostrativa, condujo al agnosticismo y, finalmente, a la aceptación del Filioque, a la falta de discernimiento entre usía esencia/sustancia divina y energía, a la visión de la esencia/sustancia divina, a la Gracia creada y a muchas otras doctrinas herejes latinas. El sistema teológico-filosófico de Barlaam constituye una amalgama de herejías (véase «Declaración de blasfemias», Escritos, tomo II, pp. 579-586). Es evidente que Barlaam constituye un auténtico exponente y portador de la teología escolástica latina y, sin duda, no de la ortodoxia bizantina.)

En Occidente, desde la época de San Agustín28 hasta hoy, domina esta tentación de la razón en la teología, lo que ha llevado a la secularización o mundificación de la Iglesia occidental. La logicocracia, (egoísmo intelectual y espiritual), el racionalismo es la causa desde siempre de todo tipo de herejías y sectas.

(28 San Agustín (354-430), influenciado por la filosofía del neoplatonismo y sin conocimiento de la literatura de los Padres, cayó en errores al hablar sobre la predestinación, la jaris gracia divina y la Santa Trinidad, tratando de demostrar con silogismos la existencia de las personas a través del método de las analogías psicológicas. Continúa Anselmo de Canterbury (1033-1109), el más agudo de los dialécticos (fides quaerens intellectum), con su «Creo para entender» (credo ut intellectum) y Tomás de Aquino (†1274), santo de la Iglesia Latina, estableció como dogma que la lógica o razón humana puede alcanzar el conocimiento de la οὐσία usía esencia de Dios, que es la suprema bienaventuranza y felicidad; y llegamos a nuestra época actual, en la que teólogos occidentales contemporáneos (por ejemplo, R. Bultmann) hablan de la necesidad de la desmitificación (Entmythologisierung) de las Santa Escritura.)

Pero lo sorprendente en este tipo de racionalismo en la teología de Occidente es que, mientras alguien diría que tendría que estar de acuerdo y congeniar con la lógica de la ciencia, se encontraban y se encuentran continuamente en el lado opuesto29. Mencionamos la tesis de la Jerarquía de la Iglesia Romano Católica del César Papa, la cual, mediante su órgano oficial, la Santa Inquisición, condenaba a los científicos. Por ejemplo, el juicio de Galileo en 1631. Por otro lado, la Revolución Francesa (1789), inspirada en el espíritu Iluminador, sus pioneros degollaron a cientos de curas franco-latinos.

(29 El racionalismo en teología, considerando la diania (mente, intelecto, cerebro) como autoridad, a través de la filosofía, la Escolástica, la teología académica no empírica ha entrado también en la teología contemporánea. Para la identificación del racionalismo académico con las Actas del Congreso de San Gregorio Palamás de 1984, ver la ponencia de N. Matsoukas, «La doble metodología teológica de San Gregorio Palamás», pp. 75-105, en la cual el profesor N. Matsoukas distingue indirectamente entre la energía lógica y la noerá energía, ya que la teología patrística tiene un método teológico dual, la teología carismática, en la cual se experimenta lo increado (con el nus como órgano de la divina intuición y percepción), y la científica que se lleva a cabo a través de la lógica (divina). Por otro lado, la teología escolástica tiene un solo método teológico, que es a través de la razón. Para un análisis detallado de la metodología teológica, consulte al P. Ioannis Romanidis, «Teología Dogmática y Simbólica de la Iglesia Ortodoxa», tomo I, 1983, pp. 10-20 y pp. 65-109. Ver en español: I DOGMÁTICA EMPÍRICA https://www.logosortodoxo.com/category/teologia-ortodoxa/page/3/)

Paralelamente, los sistemas filosófico-religiosos de procedencia asiática expresan su fe en un Dios impersonal, mediante ejercicios que generalmente se proyectan en el camino de enganche al yoga y al dialoyismo *, ofreciendo a sus seguidores, la consecución de una alta situación intelectual, que muchos llaman actitud o estado mental que conduce al hombre a la autorrealización, autodeificación, autozeosis. *(Yoga -yo ya- dialoyismo, engreimiento, meditación, dialogo solo consigo mismo, el centro yo, meditación yoga=aumento del egoísmo llegando al egocentrismo y la egolatría).

En ese engaño de auto-deificación, el hombre se disuelve dentro del abismo del absoluto de una «Fuerza Cósmica» o «Súper conciencia» impersonal, (tipo nirvana,  perdido al caos). Las experiencias espirituales que ofrecen estos grupos y que seducen a aquellos que no han vivido la Divina energía Jaris dentro de la Iglesia de Cristo, se basan en métodos psicotécnicos de máximo desarrollo de la diania (mente, intelecto), que les conducirá a éstas supuestas experiencias y visiones. El corazón de ellos permanece lleno de pazos, emocionalmente y patológicamente perturbado y ciertamente no puede abrir el camino a la entrada de la noerá energía y a la Jaris, la energía increada de Dios31. Con el ejercicio del dialogismo-meditación trascendental, con la invocación de mantras tipo zen, ram, om, so-jam e.t.c., se expresa un individualismo orgulloso, eosfórico (luciférico, demoníaco), que conduce al error, al autoengaño de la autodeificación o autozeosis. En cambio, la práctica de la noerá oración en el corazón, que tiene como base la metania, revela humildad en acción (mente y corazón sensatos y humildes). La oración de Jesús alimenta y mantiene al divino eros (amor ardiente), la agapi (amor incondicional y  desinteresado) hacia el prójimo y conduce a la zéosis de la persona humana.

*(31 La apertura del corazón y la entrada del nus (energía noerá) en él se hace únicamente en presencia de la Jaris Gracia divina. Las situaciones y experiencias espirituales descritas por el Misticismo Oriental, como temblores del corazón, estados mentales, éxtasis, visiones de luces espirituales, o son movimientos emocionales del corazón o intelectuales, mentales y fantasiosas o, finalmente, una visión de luces creadas por la mente humana y los demonios, no son de ninguna manera una experiencia de la deificante jaris gracia increada. Estas «experiencias» no solo no son inofensivas para la salud psicofísica del ser humano, sino que en muchos casos han llevado incluso a la muerte (ver Antonios Alevizopoulos, «Oración o Meditación», Atenas 1993, pp. 197-198).

La tercera clase de engaño se relaciona con los Ortodoxos de nombre y de tipo. Este tipo de engaño (autoengaño) es muy fino y difícil de distinguir. Se observa en aquellos que creen en la existencia de lo increado y lo sobrenatural, en la realidad de la lógica suprema, pero debido a su lógica, razón y emociones sobrealimentadas (o sobreatrofiadas), pazos pasiones y patologías que habitan «en lugar sagrado» en su corazón, no han logrado alcanzar la unidad esencial de su corazón con lo sobrenatural e increado, que es Dios. En ésta categoría pertenecen los que tienen una relación intelectual con Dios, se recrean en ello y creen que conocen a Dios. Pero no han logrado la unidad divina que se relaciona con toda su existencia y, sobre todo, con la noerá energía en su corazón. Son aquellos que puede que tengan exteriormente una vida ética, pero en esencia desconocen profundamente que significa κάθαρσις kázarsis (limpieza, purgación y purificación,) del corazón, desconfían de los milagros de los Santos, ni siquiera se han conocido a sí mismos. La entrada de la noerá energía en el corazón contribuye a la unificación de las fuerzas y energías de la psique-alma y pone en evidencia la catarsis (purgación, sanación) del nus, como recalca san Gregorio Palamás. Entonces el hombre anhela y trabaja cada virtud en armonía con su naturaleza y se mueve con dificultad para toda maldad. Así se hace digno de recibir los divinos dones: la perspicacia, la clarividencia, el presagio y el prever. Paralelamente, autognosis autoconocimiento lo tiene aquel que ha conocido empíricamente, por experiencia la noerá energía; pues, esta es a la que se refiere el Apóstol Pablo cuando dice «¿quién de los hombres conoce las cosas humanas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en su interior?» (1 Corintios 2:11). Este, «espíritu del hombre», es la noerá energía dentro del corazón del hombre, que participa, conecta y comulga con el Espíritu de Dios y le indica los errores que comete en sus relaciones con el prójimo y las faltas y excesos que comete en su vida, lo controla y revisa por cada desviación operativa e intelectual de los mandamientos de Dios, le incita hacia la metania y le consuela.

A esta tercera categoría también pertenecen los que hablan y escriben sobre Dios, teologizan, pero no Le conocen empíricamente, por experiencias vividas. Gregorio Akindinos, en principio discípulo de san Gregorio Palamás y después su gran acusador y seguidor del escolástico Barlaam, teologizaba y sabía de las letras Patrísticas, pero no tenía la previa y necesaria experiencia de la energía increada Jaris, por eso cayó en tantas malas interpretaciones. La verdadera e inconfundible teología emana de la participación en las energías increadas deificadoras/divinizadoras, de esta sobrenatural unión y «solo de ella proviene el teologizar de manera segura y cierta». San Gregorio Palamás llamó a Barlaam «maestro sin práctica ni experiencia», porque no tenía experiencia viva de la oración y de la divina unión. Además, según san Gregorio, el diablo es un experto de las Escrituras, puede meditar, dialogar, pregonar y hablar extensamente sobre Ellas.

Vale la pena elogiar a los teólogos académicos contemporáneos que subrayan, que «la llave» para la comprensión de las ideas finas y sutiles de los dogmas ortodoxos, el camino para la auténtica teología es la experiencia y vivencia de la divina energía Jaris, la experiencia que se conseguirá por la áskisis ascesis, práctica espiritual ortodoxa, la persecución y cuidado de la catarsis del corazón38. El punto central y esencial de la enseñanza de San Gregorio Palamás es que la zéosis del hombre no constituye un hecho moral basado en la lógica, en la razón del hombre, sino que es un hecho ontológico, un hecho empírico que concierne a toda la existencia del hombre. Se trata de la participación personal en las energías increadas del Dios personal.

(38 Como ejemplo, mencionamos al profesor G. Manzaridis en el ámbito puramente académico, quien, tomando prestado el término «comprensiva» de la Sociología (Max Weber), habla de una teología académica «comprensiva». Según esta perspectiva, el investigador no solo no excluye de su investigación la experiencia teológica, que es una experiencia de lo increado, sino que también trata, en la medida de lo posible, de comprenderla y presentarla. La comprensión en este contexto no tiene un carácter puramente intelectual, sino que tiene un carácter más profundo y espiritual. No se trata de un enfoque intelectual, sino de una aproximación espiritual, que se lleva a cabo con la energía del nus y de la mente humana, como se destaca en la antropología bíblica y patrística. Además, se enfatiza que «la práctica se convierte en un método de conocimiento teológico o de ciencia teológica. Y el método de la ciencia teológica es esencialmente idéntico al método de la culminación ascética… La pureza del corazón, de hecho, es el requisito previo para la visión de Dios, que es la fuente de la teología empírica» (Georgios Manzaridis, «Persona y Normas», Salónica 1997, pp. 64 y 73). Ver también la sección de San Juan Clímaco: «la purificación del alma es el fundamento de la teología» («Logos 30», ed. I. M. Parakletos, Oropos, Ática, 1978, p. 376).

En la vida monástica la tentación de la lógica y razón se manifiesta a través d la obediencia, que discierne y muestra la existencia de las pasiones pazos como la soberbia, la cobardía y la mezquindad. Pero el verdadero obediente obedece libremente e independientemente, sin distinción; no examina, ni razona los mandatos del Yérontas (anciano sabio guía experimentado e iluminado, guía Espiritual). Los primeros frutos que saboreará de este trabajo suyo son la humildad y la capacidad de afrontar sin miedo las penas, aflicciones y tentaciones. La discreta obediencia traerá la catarsis del nus y conducirá al monje o persona desapegado en la adquisición de la oración limpia, pura y lúcida, como habitualmente nos insta en sus obras el Yérontas Sofronio de Esex (1896-1993). Porque el monje o cristiano fiel desapegado, limitando su energía lógica y cortando libremente su propia voluntad (la energía egoísta de su voluntad y del yo), descubre la noerá energía en su corazón, la oración noerá o del corazón o de Jesús. Por extensión, también cada cristiano cuando libremente identifica su voluntad con la de Dios y la aplica de manera práctica en cada circunstancia, adquiere experiencia de la vida en Dios y hace de la vida en Dios su propia vida. Es entonces cuando el hombre realmente se convierte en lógico, actúa con sensatez y virtuosamente, hace uso correcto de su independencia (libre voluntad) en cada decisión y acción. Cada infracción y desviación de la voluntad de Dios, cualquier intencionalidad lógica humana a la que el propio hombre obedezca, es esencialmente ilógica, insensata, engañosa y pecaminosa (enfermedad espiritual).

En Occidente, y para aquellos que se han dejado influir por la teología, la filosofía y las corrientes sociales de Occidente, la lógica a menudo se opone a la fe, lo natural se contrapone a lo sobrenatural y viceversa. Esto sucede porque estos hombres no distinguen entre la noerá energía espiritual humana que es receptora de la gnosis inolvidable e increada de Dios, y la energía lógica del hombre, que es el instrumento de la creada gnosis-conocimiento. La teología ortodoxa, comprendida y percibida correctamente sin influencias escolásticas, nunca puede chocar con la ciencia y la filosofía, ni pide ningún sacrificio de la lógica que se ocupa de la gnosis creada. Pero la lógica que quiere de forma auténtica conocer y hacer objeto de su estudio lo Increado la rechaza, al igual que la lógica escolástica.  Dogma o regla de la teología ortodoxa es «expresar a Dios es difícil, comprenderlo aún más difícil», según san Gregorio el Teólogo. La práctica, ascesis ortodoxa proporciona al hombre la capacidad y poder de metamorfosis, transformación y conversión de su lógica sobrealimentada, atrofiada y caída.

Cuando el hombre descubre y reconoce la noerá energía espiritual en su corazón y se hace merecedor de ella mediante la práctica y ascesis de la tradición de la Iglesia Ortodoxa, solamente entonces hará buen uso de su lógica, dada por Dios. Entonces el hombre, que es “en potencia», persona, personalidad-hipostasis, empezará a convertirse «en energía» persona, cuando la energía Jaris de Dios se manifiesta y se convierte «el hombre escondido en el corazón». Cuando el «repugnante rostro, mascarás» cae, en su lugar se descubre el prosopon-rostro, persona o personalidad Crística. La zéosis convierte al hombre en persona, prósopon-rostro como a imagen del absoluto prósopon-rostro, persona de Cristo.

Durante la zéosis del hombre, que testifica la comunión de prosopos-rostros, personas discernidas y entrelazados entre los muchos del género humano y la Santa Trinidad, el hombre con la noerá energía manifestada dentro en su corazón, se une con la deificadora energía increada Jaris. El prósopon-rostro, persona fundamenta, infunde cada valor, virtud y la noerá energía, pero también infunde la energía lógica. Sólo el hombre que se convierte en prósopon, persona por la Jaris la energía increada de Dios puede hacer un buen uso de la lógica, porque, encontrándose en el estadio de la iluminación, se ha liberado de las cadenas de las pasiones, emociones patológicas, los pazos y sobre todo de la soberbia y el orgullo que se manifiesta por la lógica sobrealimentada, atrofiada (egoísmo intelectual y orgullo espiritual, las madres de todos males).

Se hace un buen uso de la lógica cuando el hombre empíricamente por experiencia, ha conocido el discernimiento entre su energía lógica y su energía noerá, del nus; no deja entonces que su lógica preceda en su experiencia en Dios. En esta relación empírica con Dios, la noerá energía del hombre, el nus como único instrumento εποψίας (epopsías) de visión, percepción, expectación y contemplación de Dios, se une con la energía increada y deificadora/divinizadora, común en las personas de la Divina Trinidad. En el nus se revelará Dios; la lógica como energía será aquella que formulará y expresará las experiencias del nus. Esta sobrenatural apocálipsis/revelación de Dios al hombre, mediante la noerá energía, nos indica el nivel superior, que ilumina el nivel inferior de la vida terrenal, la natural apocálipsis/revelación que se hace con la lógica. Entonces, en la diania (mente-intelecto) del hombre, se mueven varias teorías, consideraciones y nociones, como las beneficencias de Dios, estudio de la muerte, juicio y paraíso, entendimiento, reconocimiento y estudio de la vida de Cristo en la tierra y Sus Santos, zeoría contemplación sobre las creaciones sensibles y espirituales de Dios, los Ángeles, estudio sobre la kénosis vaciamiento del Dios Logos increado, reconocimiento y percepción de las ideas finas inalterables Cristológicas y Triadológicas, o sea, los dogmas. El cristiano encontrándose en esta situación espiritual expresa en energía la imagen lógica de Dios y sin duda hace un uso correcto también de los miembros de su cuerpo. Sólo así se rinde en reverencia a Dios «en espíritu y verdad» y se ofrece el «culto lógico» del creyente. Entonces el creyente, por experiencia, entra en el camino empírico de la teología. Adquiere la visión de Dios, la vivencia y experiencia de la Divina Energía Jaris mediante la noerá energía y después teologiza auténticamente e inconfundiblemente mediante su energía lógica. Si la teología permanece en el nivel intelectual de la diania (mente, intelecto) y no es emanación, resultado de visión de Dios (o de la Jaris), un gran abismo las separa, dice San Gregorio Palamás; es como hablar de algo que no has visto y no has adquirido. El carismático teólogo tiene desarrollada de manera extrema su energía, tanto la lógica como la noerá.

El hombre contemporáneo encerrado en la logicocracia, en el racionalismo, el intelectualismo, la tecnocracia,  los tecnicismos y el realismo humanizado que caracteriza nuestra época, es injusto consigo mismo. Abandona el espacio de la libertad del espíritu al nivel de lo mundano y terrenal. San Gregorio Palamás pone de relieve y proyecta al hombre contemporáneo la verdad y la vida que abre la persona humana a la eternidad. Así, la vida en la tierra se convierte en preparación para la eternidad y el hombre consciente y libremente, con la Jaris, la energía increada de Dios, se convierte y se metamorfosea en eterna persona e imagen de Dios.

Afrontar correctamente los rápidos avances tecnológicos sobre todo la genética y la información, así como ante una amenaza de catástrofe ecológica, sólo se puede hacer por científicos y políticos que sean portadores y tengan desarrollada, junto con su lógica, también la noerá energía, la inmediata y directa experiencia, participación, unión, conexión y comunión con Dios. Por el contrario, con sólo la lógica, razón y cualquier moralismo racionalista (que empieza por el nus y la diania humana), estos hombres permanecen impotentes en los grandes desafíos actuales, tanto de los éxitos científicos contemporáneos como del consumismo insaciable.

El hombre, «cansado y cargado en su corazón» de sus debilidades, errores y pecados, estrés, ansiedad de bienestar y modo materialista de vivir, busca de forma directa e indirecta ver y vivir él mismo aquella vivencia que le reposará y le aliviará la muy pesada conciencia y le llenará de cualquier tipo de vacío existencial. Nosotros le proponemos y le sugerimos la vivencia conforme con la Tradición Patrística de los Sabios Santos Padres. El retorno a los Padres, el «slogan» que empezó otra vez a predominar hace unos años en la conciencia de la Iglesia, no significa la persecución y enriquecimiento de saberes por la literatura Patrística que se hace con la lógica y razón de la diania (mente, intelecto), sino aplicación sobre todo, de la experiencia Patrística, que se manifiesta con el descubrimiento de la noerá energía en el corazón del hombre por la energía increada Χάρις Jaris de Dios.

Cuando se desprecia la grandeza de la antropología cristiana ortodoxa, se falsea la vida cristiana. Este desprecio no es demostración de sensatez y humildad, sino engaño, error y gran pecado que excluye el verdadero acercamiento a la metania (giro del nus hacia su interior, confesión y arrepentimiento). El pensamiento y la razón de que nosotros no somos merecedores y dignos de las experiencias espirituales de los Santos, manifiesta una inmadurez espiritual e inferioridad, una bajeza. Dentro de la Ortodoxia existen muchos escalones, grados de experiencias del Increado y pueden vivirlas los que las anhelan, sólo falta que conozcan el camino, el modo que conduce a ellas sin que moleste a Dios.

San Gregorio Palamás, maestro de la iniciación e instrucción y mensajero de la energía increada Jaris, refiriéndose a los elementos constitutivos de la existencia humana, escribe: «el hombre espiritual se compone de tres cosas, jaris de Espíritu celestial, psique-alma lógica y cuerpo terrenal». Por lo tanto el hombre espiritual, si tiene que conocer con claridad todos los miembros de su cuerpo, tiene la obligación de conocer la energía increada y deificadora Χάρις Jaris, cuáles son Sus cualidades y naturaleza, cual es Su relación y como se consigue por el hombre, que cualidades la favorecen y cuáles la alejan. Paralelamente el hombre espiritual debe conocer las fuerzas y energías de su psique-alma, sobre todo cómo descubrirá y explotará la noerá energía que le hace partícipe de la deificadora Χάρις Jaris, la energía increada de la Santa Trinidad y como dice San Gregorio Palamás, sin principio ni fin, eterno, pero también nuevo hombre, renovada creación, por la energía increada Χάρις Jaris de Dios. Amén.

Archimandrita Efrén, Yérontas del Monasterio Vatopedion Santa Montaña Athos

SUMARIOS DE LOS CONGRESOS INTERNACIONALES DE ATENAS Y LEMASOL DE CHIPRE

Traducido por Χρῆστος Χρυσούλας (Jristos Jrisulas) www.logosortodoxo.com, heleno-griego nativo, instruido en la Santa Parádosi-Tradición y en la lengua (katharévusa) del Nuevo Testamento la que actualmente se habla en el pueblo fiel heleno-ortodoxo.

 

 

 

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