Dijimos ya que el nus constituye el “ojo de la psique”. Pero su funcionamiento tiene una diferencia con el ojo del cuerpo. Es decir, que el ojo del cuerpo ve todos los objetos pero no puede verse a si mismo. Pero el nus funciona con tres movimientos, el directo, el cíclico y el espiral y puede regresar a sí mismo y verse el mismo. Vamos a ver simplemente que quiere decir San Dionisio el Aeropayita cuando habla sobre los movimientos del nus.
Con el movimiento directo, el nus del hombre ve las cosas y las personas con los sentidos o con sus imágenes, representaciones o símbolos que se crean en la fantasía o con varias ideas, nociones, conceptos que desarrolla y forma la diania (mente, intelecto, cerebro). Ella, mientras nuestro nus queda parado allí con su directo movimiento hace al nus sensible, emocional, hedónico, avaro, vanaglorioso, sarcólatra, cuerpólatra, pesado, bestial y demoníaco. Por ejemplo: el nus ve las creaciones de Dios, una mujer, un hombre y se cautiva, ve el dinero y se entrega. Ve la técnica de una máquina y se esclaviza y se hace sumiso de aquella cosa que le sometieron los sentidos. Finalmente el movimiento directo de nuestro nus reduce su belleza natural y lo transforma en terrenal y de barro, ya que se apega y se asimila con la fealdad y la repugnancia de los pazos.
¿Cuál es la belleza del nus? La primera creación bella con la que el Creador iluminó al hombre. Como reflejo de la divina belleza y bondad y de la gloria del Prósopon (Rostro) de Dios. Dentro del paraíso los primeros en ser creados estaban dotados con nus, el cual veía (contemplaba) a Dios, pero no siempre con el movimiento cíclico, sino con un tercer movimiento que se llama espiral, helicoidal.
El movimiento cíclico del nus es este. Cuando el nus regresa a sí mismo encuentra el cielo que dice el Señor “la realeza (energía increada) de los Cielos está en vuestro interior”. Con esta energía el nus es superior y se supera, transciende a sí mismo o usa como acceso el sí mismo para llegar a la unión, zeoría (contemplación, expectación) y vista de Dios (por la increada luz y energía de Dios).
Este movimiento cíclico del nus es inconfundible, fijo y no cae fácilmente en engaño y error por el diablo. Al contrario muchas veces el nus se cautiva por el movimiento espiral que es entre directo y cíclico. Con el movimiento cíclico el nus de los primeros en ser creados veía a Dios mediante las creaciones y Le alababa y veneraba. Pero el maligno astuto puso su trampa y hace traspasar al nus desde el Creador a lo creado, a la creación, al fruto del árbol e hizo a los primeros en ser creados apartarse del Creador y olvidar Su mandamiento. Así la caída del nus del hombre antes de Cristo fue una caída idólatra, empezando por el movimiento “espiral” hasta llegar al movimiento “directo” del nus, orientándose hacia las creaciones y no hacia el Creador.
La hegemonía por excelencia en Espíritu del energetizado nus sobre las otras fuerzas psíquicas aparece en los Padres de la Iglesia Ortodoxa que no sólo superaron la influencia del logos y del sentido, sensación sobre el nus sino que redujeron, limitaron su auto-acción. Entregaron al nus en la instrucción de la divina Energía increada, la cual les hizo participantes de los nuevos logos de la Verdad increada. “El Logos se hizo sarx… para que conozcamos en plenitud la (Luz y energía increada) Jaris y la Verdad”(Jn.1,14).
EL NUS
El hombre, este excelente ser creado por Dios, es el cenit de la Creación, es una constitución de materia y espíritu, cuerpo y ψυχή (psijí, psique, alma). La superación del mundo material hacia el inmaterial, y del sensible, sensual al super-sensitivo se hace con la fuerza de la psique, del nus. La fe básica de nuestra Iglesia es que el hombre constituye imagen del Dios Trinitario. El Dios Triádico es Nus (Padre), Logos (Hijo) y Espíritu.
El hombre es icona (imagen) trinitaria de Dios y él también es nus, logos y espíritu. En esta creación trinitaria por la infinita divina agapi-amor (por imagen) y en la zéosis* por la jaris-gracia energía increada (por semejanza), se encuentra su grandeza infinita. En esta grandeza se ve la incomparable diferencia del hombre en relación con los animales. *(zéosis es comunión y unión por la increada energía jaris de Dios acción que opera el mismo Dios).
La psique, según los Santos Padres, está constituida de tres fuerzas o partes: lo logístico, lo anhelante (deseo, ilusión) y lo irascible (afectuoso, emocional, sentimental). El instrumento con el que se energetiza y opera lo logístico es el nus.
Preguntó uno a un Yérontas eremita: ¿qué es el nus? Y él contestó: Mira, si falta el capitán de un barco ¿crees que llegará al puerto? Las olas lo romperán. Así también el nus es el capitán.
San Gregorio Palamás “también llama nus la propia energía del mismo, que consiste en loyismí, juicios, silogismos, nociones, conceptos y significados. Pero estos no son el mismo nus, sino energías de él. Nus también es la potencia, fuerza que energitiza y activa a todos estos. Nus (como energía) en la Santa Escritura se llama también corazón (psicosomático, como esencia). El corazón es la principal fuerza de todas las demás de la psique y de esta fuerza se caracteriza nuestra psique” (Logos sobre oración).
Pero el nus es también la capacidad de su unión y participación con Dios. En otro sitio se llama la capacidad para zeoría, contemplación o visión de Dios, es exactamente la misma cosa. El que vea uno a Dios es unión con Dios. He aquí el nus según la terminología patrística se llama “el ojo de la psique” “ojo noerós espiritual” “zeoriticós, contemplativo” o parte “logística” de la psique. El hombre es como icona, imagen de Dios, porque tiene nus. Pero es trágico cuando al nus falta el sentido gnóstico (de conocimiento) y distintivo. Se ciega y adquiere relaciones absolutas con las creaciones, con el sentido de la naturaleza de los entes, en cambio su substancia o esencia es noerá-espiritual. Nada en un mar de vanagloria y engreimiento, deja de ser “nus en energía” y se hace sólo nus en “dínamis, fuerza o potencia” o sea se animaliza. Se convierte como aquellos que construyen sin cerebro, como las flores plásticas sin fragancia, como máquinas ciegas. Según una expresión de un Yérontas asceta contemporáneo: “El nus del hombre, parece como un pájaro del cielo que a veces vuela en las alturas y a veces se arrastra como ruin en la tierra”.
Por un lado, el nus con las voladuras del ascenso y por otro lado con sus caídas en lugares inferiores de la tierra, en los cuales el nus se revuelca por la activación de los pazos, Este tema es tratado por los Santos Padres Filocálicos.
La autoconcentración o “recogimiento” del nus de los que se ocupan de la llamada “yoga” de las religiones orientales no cristianas, puede realizarse pero es infructuosa e inactiva y te deja con las manos vacías. Allí el nus se queda en el método, hasta aquí se puede considerar como un método elogiable, pero y sólo como intención y esfuerzo humano, por eso desde el principio está condenado. El nus allí se detiene a mitad del camino, desde “Jerusalén a Jericó, cayendo en bandidos que le desnudarán, dejándole heridas y medio muerto”.
Eso ocurre porque allí el nus no tiene objetivo, busca una iluminación inexistente y se engaña “autoengaño deplorable y lamentable”; Puesto que en realidad se une con un espíritu demoníaco, el cual logra presentar la mentira como verdad y la verdad como mentira “se transforma, metamorfosea en ángel de luz” como dice San Pablo.
Yérontas Ioanikios
El hombre, este excelente ser creado por Dios, es el cenit de la Creación, es una constitución de materia y espíritu, cuerpo y ψυχή (psijí, psique, alma). La superación del mundo material hacia el inmaterial, y del sensible, sensual al super-sensitivo se hace con la fuerza de la psique, del nus. La fe básica de nuestra Iglesia es que el hombre constituye imagen del Dios Trinitario. El Dios Triádico es Nus (Padre), Logos (Hijo) y Espíritu.
El hombre es icona (imagen) trinitaria de Dios y él también es nus, logos y espíritu. En esta creación trinitaria por la infinita divina agapi-amor (por imagen) y en la zéosis* por la jaris-gracia energía increada (por semejanza), se encuentra su grandeza infinita. En esta grandeza se ve la incomparable diferencia del hombre en relación con los animales. *(zéosis es comunión y unión por la increada energía jaris de Dios acción que opera el mismo Dios).
La psique, según los Santos Padres, está constituida de tres fuerzas o partes: lo logístico, lo anhelante (deseo, ilusión) y lo irascible (afectuoso, emocional, sentimental). El instrumento con el que se energetiza y opera lo logístico es el nus.
Preguntó uno a un Yérontas eremita: ¿qué es el nus? Y él contestó: Mira, si falta el capitán de un barco ¿crees que llegará al puerto? Las olas lo romperán. Así también el nus es el capitán.
San Gregorio Palamás “también llama nus la propia energía del mismo, que consiste en loyismí, juicios, silogismos, nociones, conceptos y significados. Pero estos no son el mismo nus, sino energías de él. Nus también es la potencia, fuerza que energitiza y activa a todos estos. Nus (como energía) en la Santa Escritura se llama también corazón (psicosomático, como esencia). El corazón es la principal fuerza de todas las demás de la psique y de esta fuerza se caracteriza nuestra psique” (Logos sobre oración).
Pero el nus es también la capacidad de su unión y participación con Dios. En otro sitio se llama la capacidad para zeoría, contemplación o visión de Dios, es exactamente la misma cosa. El que vea uno a Dios es unión con Dios. He aquí el nus según la terminología patrística se llama “el ojo de la psique” “ojo noerós espiritual” “zeoriticós, contemplativo” o parte “logística” de la psique. El hombre es como icona, imagen de Dios, porque tiene nus. Pero es trágico cuando al nus falta el sentido gnóstico (de conocimiento) y distintivo. Se ciega y adquiere relaciones absolutas con las creaciones, con el sentido de la naturaleza de los entes, en cambio su substancia o esencia es noerá-espiritual. Nada en un mar de vanagloria y engreimiento, deja de ser “nus en energía” y se hace sólo nus en “dínamis, fuerza o potencia” o sea se animaliza. Se convierte como aquellos que construyen sin cerebro, como las flores plásticas sin fragancia, como máquinas ciegas. Según una expresión de un Yérontas asceta contemporáneo: “El nus del hombre, parece como un pájaro del cielo que a veces vuela en las alturas y a veces se arrastra como ruin en la tierra”.
Por un lado, el nus con las voladuras del ascenso y por otro lado con sus caídas en lugares inferiores de la tierra, en los cuales el nus se revuelca por la activación de los pazos, Este tema es tratado por los Santos Padres Filocálicos.
La autoconcentración o “recogimiento” del nus de los que se ocupan de la llamada “yoga” de las religiones orientales no cristianas, puede realizarse pero es infructuosa e inactiva y te deja con las manos vacías. Allí el nus se queda en el método, hasta aquí se puede considerar como un método elogiable, pero y sólo como intención y esfuerzo humano, por eso desde el principio está condenado. El nus allí se detiene a mitad del camino, desde “Jerusalén a Jericó, cayendo en bandidos que le desnudarán, dejándole heridas y medio muerto”.
Eso ocurre porque allí el nus no tiene objetivo, busca una iluminación inexistente y se engaña “autoengaño deplorable y lamentable”; Puesto que en realidad se une con un espíritu demoníaco, el cual logra presentar la mentira como verdad y la verdad como mentira “se transforma, metamorfosea en ángel de luz” como dice San Pablo.
Yérontas Ioanikios
(Editado por SANTO HISIJASTIRION PARADONAS)
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