Por: San Justino Popovits
Εn el ecumenismo contemporáneo todo está basado en la siguiente tesis, al axioma humanístico: la Iglesia no es una sino muchas. Es como si la Iglesia se hubiese troceado.
Pero la Iglesia no se puede dividir o trocear. De ella uno sólo puede caer y no separarse. En su esencia la Iglesia es un organismo teantrópino (divinohumano), un cuerpo divinohumano, la Persona-hipóstasis del Zeántropos (Dios y hombre) y por eso es siempre una, en todos los mundos una.
En esto consiste su ecumenidad o universalidad.
El contemporáneo ecumenismo no es más que falsos cristos, falsos mesías, falsos profetas, llenos de variedad de creencias, poca fe y finalmente total ausencia de fe.
La problemática del actual ecumenismo es claramente mundana, secular, política y en su esencia comunista-papista.
Todo se reduce en valores “sociales”, sobre todo terrenales y pasajeros. No existe el epicentro Zeanzrópino (Divino-humano), la problemática del Evangelio: no se busca “primero la Realeza de Dios” y Su justicia, sino el reino de este mundo y todo lo que es de este.
(Ιουστῖνος Πόποβιτς San Justino Popovits)
Traducido por: xX.jJ