San Máximo el Confesor
Filocalía de los Santos Nípticos, tomo 2 (pag 123-146)
200 capítulos a Thalasio, sobre la teología y la Economía de la Encarnación del Hijo de Dios
Apunte por el traductor xX jJ Amigos míos en Cristo Dios jaris para vos y vuestras familias. Con mucho temor sagrado he traducido este capítulo de San Máximo, más la “Mystagogía” y el “Padre nuestro” que los he terminado, pero falta reparación y necesito también vuestra ayuda. La razón de esta traducción es que gran San Máximo es el gran desconocido en Occidente y he visto algunos comentarios por ahí de teólogos papistas de academia y protestantes que lo califican como filósofo diciendo que sigue a tal o cual filósofo; es una vergüenza, porque el mismo Santo lo dice y todos los Santos Padres hasta hoy en día que todos le siguen y afirman todo lo contrario, es imposible durante todos los siglos de la Ortodoxia que encuentres algún Santo o teólogo que no se refiera a San Máximo Confesor y Mártir:
Un apunte muy importante, traducido de los santos Padres:
{San Máximo, como también San Gregorio de Nicea, no se ocupan sólo de la dualidad “sensibles y νοητά noitá (concebibles o inteligibles)” sino también de lo más fundamental “seres increados y creados”, hacen un discernimiento radical entre el Dios el único increado y eterno y las creaciones formadas o creadas que tienen en el divino Logos increado sólo los logos, de acuerdo con los cuales han sido creados tomando existencia real. “Preguntas Filosóficas y Teológicas 159».
También san Máximo, en “Interpretación de logos 12 de san Gregorio el Teólogo, B, PG 35, 1084 BC, en preguntas y respuestas filosóficas y teológicas por san Máximo, pag. 237”, dicho por él mismo, no hace filosofía especulativa, ni dialéctica como hacían los filósofos helenos, no sigue a ningún filósofo sino que habla a través de su experiencia de zéosis y la de los santos Padres, y su Teología es continuación y auténtica expresión de la empírica teologización profética que es el Cristianismo ortodoxo.
Con los términos “filosofía práctica (de vida) y zeoría contemplación”, todos los Padres y también san Máximo se refieren como filosofía práctica=la Catarsis, el primer estado de la vida espiritual cristiana y con el término teológico zeoría contemplación= Iluminación, al segundo estadio, y el tercero es la zéosis.}
Segunda centuria
- El Dios es Uno, porque una es la deidad, sin principio, simple, suprasubstancial, sin partes e indivisible.
La misma deidad increada es mónada-unidad y trinidad. Mónada completa la misma, y Trinidad completa la misma.
Mónada completa según la esencia (increada) la misma, y Trinidad plena según las hipostasis la misma (bases substanciales o personas increadas).
Porque la deidad (increada) es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y la deidad es y está también al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Toda deidad en todo el Padre la misma, y todo el Padre en toda la misma.
Y toda la misma en todo el Hijo, y todo el Hijo en toda la misma;
Y toda, en todo el Espíritu Santo la misma deidad increada, y todo el Espíritu Santo en toda ella la misma.
Toda la deidad es Padre, es y está en todo el Padre; y el Padre es y está todo en toda la deidad; y toda ella está y es todo el Padre;
Y en la misma toda es y está todo el Hijo, y la misma toda está y es en todo el Hijo, y todo el Hijo es toda la deidad y en toda;
Y la misma es toda Espíritu Santo, y en todo Espíritu Santo; y el Espíritu Santo es todo toda la deidad; y en ella toda misma es y está todo el Espíritu Santo.
Porque no es deidad (increada) parcialmente en el Padre, ni es parcialmente Dios el Padre;
ni parcialmente la deidad es y está en el Hijo, ni es parcialmente Dios el Hijo;
ni parcialmente la deidad es y está en el Espíritu Santo, o el Espíritu Santo es Dios parcialmente.
Porque la deidad increada no se divide, ni es deficiente Dios el Padre o el Hijo o el Espíritu Santo, sino toda deidad es perfectamente la misma en el perfecto Padre y perfectamente en el perfecto Hijo la misma, y toda perfectamente la misma al perfecto Espíritu Santo.
Porque el Padre es y está todo perfectamente todo en el Hijo y en el Espíritu Santo;
y todo perfectamente en todo el Padre y el Espíritu está y es el Hijo;
y todo perfectamente en el Padre y el Hijo es y está el Espíritu Santo.
Por eso también es un Dios el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo; porque una es la esencia, la potencia y la energía increadas del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y no existe ni se entiende ninguna de las tres Hipostasis (Personas o bases substanciales) sin las otras.
- Cada noesis comprensión, intelección, pertenece a los seres y de las realidades o cosas que son comprendidas. Pero el Dios no es de los que entienden, ni de las realidades o cosas que son comprendidas, porque está por encima de todo esto. Si no fuera así, sería delimitado, por la necesidad de relación con lo comprendido o por estar sujeto o sometido naturalmente por esta relación con aquel que le comprende. Nos queda pues, admitir que el Dios no comprende (no piensa) ni es comprendido (ni es pensado). Porque estas cualidades o atributos pertenecen por naturaleza a los seres o realidades que están después de Él.
- Cada noesis comprensión, intelección, tiene ciertamente su propio lugar en alguna esencia como atributo o cualidad; así como tiene su movimiento determinado por la cualidad relativa a la esencia. Porque no es posible acogerla o recibirla algo que existe de por sí, absolutamente independiente y simple, porque la noesis no es independiente, libre y simple. El Dios, en cambio, siendo simple bajo ambos aspectos, -es decir, como usía-esencia increada no es algo que se comprende, y como noesis comprensión no tiene un sujeto dado-, entonces no es de aquellas realidades que comprenden y son comprendidas; por qué ciertamente el Dios está más allá de la esencia y la noesis comprensión, intelección.
- Igual que todas las líneas rectas que empiezan de un centro, este permanece totalmente indivisible al inicio de las líneas. Así también el que se ha hecho digno de encontrarse dentro de Dios, aprenderá y entenderá todos los logos de las creaciones que preexisten en Él, con una gnosis increada, indivisible y sencilla.
- Cuando la noesis comprensión toma forma de las cosas comprendidas (o pensadas), entonces una comprensión se convierte y se divide en varias comprensiones, porque toma forma de los aspectos o especies de las cosas comprendidas o pensadas. Pero, después de haber superado la multitud de las realidades sensibles y las comprensibles (inteligibles) que la dan forma, se convierte del todo sin forma, entonces el Logos (increado) que está por encima de toda comprensión (intelección) de modo adecuado se apropia de ella, y la quita o hace parar de las formas que por naturaleza la alteran mediante las formas de las compresiones conceptos y significados. Aquel que llega a este punto reposó de todas sus obras, como el Dios de Sus propias (Heb 4,10 · Gen 2,2).
- Aquel que ha alcanzado la perfección posible aquí abajo, fructifica por Dios “agapi-amor, alegría, paz, fe, magnanimidad, tolerancia…” (Gal 5,22). Los frutos del futuro son incorruptibilidad, eternidad y similares. Tal vez los primeros frutos corresponden para quien ha completado la práctica por la virtud, en cambio los segundos para quien con verdadera gnosis (increada) ha salido y está fuera de las creaciones.
- 7. Así como el resultado de la desobediencia es el pecado (enfermedad física, psíquica y espiritual), así la obra propia de la obediencia es la virtud. Y como la desobediencia sigue la transgresión de los mandamientos-logos y la separación de Dios que dio los mandamientos, así también a la obediencia sigue el cumplimiento y aplicación de los mandamientos y la unión con el Dios. Por tanto, aquel que con su obediencia ha aplicado y cumplido el mandamiento, también ha logrado la virtud, y mediante la agapi (amor, divina energía increada) no ha separado el sí mismo de la unión con el Dios.
- 8. Aquel que se concentra en la división que ha producido la transgresión, primero se aparta de los pazos y después de los loyismí pasionales e indecentes, luego de la naturaleza y los logos de la naturaleza, y a continuación de las comprensiones (conceptos) y la gnosis relativa a ellos. Y por último, una vez prosperando la multiplicidad de los logos sobre la Providencia, resulta de modo desconocido al logos sobre la Mónada; entonces el nus mientras ve su estabilidad y firmeza goza con felicidad y alegría inefable, porque ha recibido la paz de Dios que supera todos nus y que cuida constantemente de cada caída a quien ha sido hecho digno de recibirla; «Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús» (Fil 4,7).
- El temor del infierno hace a los principiantes a evitar el mal; el anhelo de la recompensa de los bienes a los que progresan, les regala el buen ánimo y la buena disposición para trabajar las virtudes. Pero el misterio de la agapi (amor desinteresado o increado y energía increada si es divina) eleva al nus por encima de las creaciones dejándole ciego para todo lo que viene después de Dios. Porque el Señor sólo hace sabios aquellos que se han vuelto ciegos respecto a todo lo que viene después de Dios mostrándoles las cosas más divinas.
- 10. El logos de Dios, el cual es similar a una semilla de mostaza (Mt 13,31), antes de ser cultivada se ve muy pequeña. Pero después de ser cultivada debidamente, se vuelve tan grande, de modo que los logos altos de las creaciones sensibles y concebibles o inteligibles como si fueran pájaros reposan en ella. Entonces se hacen comprensibles por él los logos de todas las cosas y realidades, pero él no es comprendido en ninguno de los seres. Por eso aquel que tiene fe como una semilla o granito de mostaza puede con el logos increado de Dios mover el monte que ha dicho el Señor (Mt 17,20), es decir, expulsar la fuerza del diablo, el cual está contra nosotros y moverla desde su base.
- 11. El grano de mostaza que es el Señor, quien con fe es sembrado espiritualmente en Espíritu (en energía increada) en los corazones de los que Le reciben y aceptan. Cuando uno lo cultiva con cuidado mediante las virtudes, puede mover la montaña de la actitud o conducta moral terrenal, expulsando con fuerza su propio hábito del mal, tan difícil de desplazar; y da lugar a que reposen en su interior, como los pájaros del cielo, los logos de los mandamientos y los tropos (maneras, modos o formas) de los logos-mandamientos, y también sus divinas energías y potencias increadas.
- 12. Encima del Señor, como cimiento de la fe, elevemos el edifico de los bienes, colocando oro, plata y piedras preciosas (1Cor3,12); es decir, teología pura y genuina, vida trasparente y luminosa, divinos loyismí y conceptos resplandecientes como perlas. Pero no leña, ni paja, ni caña, es decir, idolatría -me refiero el deseo con pazos indecente o pasión, emoción a las cosas y realidades sensibles-, ni una vida insensata e imprudente, ni pajas que son loyismí con pazos indecentes o pasionales privados de la sabia coherencia y lógica suprema.
- 13. Aquel que desea la gnosis (espiritual y la increada), que fije firmemente las bases de su psique al Señor, como dice el Dios a Moisés: “Tú quédate aquí junto a mi” (Deut 5,31). Debemos saber que hay diferencia entre los que están cerca del Señor, si en realidad los amantes del estudio no leen superficialmente el pasaje: “De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reinado de la realeza increada de Dios venido con poder” (Mc 9,1). Porque el Señor no se manifiesta siempre con doxa(gloria, luz increada) a los que están cerca de Él, sino que a los principiantes se les aparece en forma de dulos siervo (Fil 2,7); en cambio, a los que pueden seguirLe mientras sube al alto monte de la Metamorfosis, se manifiesta en forma de Dios (Mt 17, 1-9), con la que existía antes de la creación del mundo (Jn 17, 1-9). Por tanto, es posible que el mismo Señor no se manifieste de la misma manera a todos quienes se encuentran cerca de Él, sino que a unos de un modo y a otros de otro, según la medida de la fe de cada uno.
- Cuando el logos de Dios esté en nuestro interior, claro y esplendoroso, y su rostro brille como el sol, entonces se ven brillantísimas también sus vestiduras (Mt 17,2), es decir, los logos de los Evangelios se ven claros y ciertos, sin tener nada cubierto; pero también se presentan con él Elías y Moisés, es decir, los logos más espirituales de la Ley y de los Profetas.
- Tal como vendrá el Hijo del hombre, según la Escritura (Mt 16,27), junto con Sus ángeles, dentro de la doxa (gloria, luz increada) de Su Padre, así, a cada progreso de la virtud el Logos de Dios se metamorfosea, transforma para los son dignos de eso, viniendo con sus ángeles dentro de la doxa (luz increada) del Padre. Porque los logos más espirituales de la Ley y de los Profetas, los que prefiguran o pretipizan Moisés y Elías con la aparición de ellos en la Metamorfosis del Señor, mantienen su analogía de la doxa relevando su significado a los dignos, al grado que es comprensible a los que puedan entender.
- Quien ha sido, en cierta medida, algo enseñado e iniciado el logos místico de la mónada (unidad), por supuesto que ha conocido también los logos de la providencia y del juicio que están con él. Por eso decide, igual que Pedro, que es bueno hacer en su interior tres tiendas para las realidades que ha visto (Mt 17,4), es decir, las tres situaciones o estados de la sotiría redención, sanación y salvación, me refiero de la virtud, de la gnosis y de la teología. Porque la primera necesita de la fortaleza y la templanza en la praxis, de la que tipo (o modelo) era el bienaventurado Elías. La segunda necesita de las virtudes de la contemplación natural, la que manifestaba en sí mismo el gran Moisés. Y la tercera necesita la actitud extrema de la prudencia, la que mostraba el Señor. Han sido denominadas tiendas, porque hay otras situaciones (o estados) mejores y más gloriosas que estas, que recibirán en el siglo futuro quienes se han hecho dignos y merecedores de ello.
- 17. El que se ocupa de la práctica, se dice que provisionalmente habita en la carne (o cuerpo), porque va cortando mediante las virtudes la relación entre la psique y el cuerpo (carne) y aleja de sí el engaño de las cosas materiales. Al gnóstico o al que tiene conocimiento espiritual, incluso en la misma virtud se dice que habita provisionalmente, puesto que todavía contempla la verdad con imprecisión, como enigma y en espejo (1 Cor 13,12). Porque todavía no ha visto cómo son realmente el índole (o formas) de los bienes divinos en sí mismos subsistentes, y no las ha disfrutado viéndolas cara a cara. Cada santo pasa por las imágenes de los bienes caminando hacia el futuro, clamando: “Aquí soy forastero y un huésped igual que todos mis padres” (Sal 38,7 y 13).
- Aquel que ora no debe nunca detenerse en la ascensión sublime que conduce a Dios. Porque, tal como hay que ascender de potencia en potencia (Sal 83, 6-8), en el progreso de la práctica por la virtud, y ascender de doxa (luz increada) en doxa (2Cor 3,18) en las gnosis espirituales de la zeoría contemplación, y de la letra de la santa Escritura pasar al espíritu, así debemos hacer también cuando nos encontremos en el lugar o espacio de la oración; debemos elevar el nus de las cosas humanas y la actitud moral o el sentir de la psique hacia las cosas más divinas, para que el nus pueda seguir a Jesús, al Hijo de Dios, el cual ha traspasado los cielos (Heb 4,14) y se encuentra en todas partes. Él penetra a todas partes a favor nuestro por economía, para que nosotros siguiéndoLe penetrar en todas las que están después de Él y llegar a Él; pero con la condición de que le entendamos no de su forma humilde que ha tomado por condescendencia con Su encarnación, sino según la grandeza de Su infinitud natural.
- 19. Es bueno siempre dedicar nuestro tiempo a la búsqueda de Dios, como nos ha sido ordenado. Aunque a lo largo de nuestra vida presente no podemos llegar al fin o límite de la profundidad de Dios, tal vez, llegando a un punto podremos contemplar continuamente realidades más santas y más espirituales. Esto lo manifiesta el sumo sacerdote que entraba de lo santo, que es más santo que el patio, en el Santo de los Santos (altar de los altares), que es más divino que lo Santo (Lev 16, 12-15, Heb 9,12 y ss).
- 20. Cada logos increado de Dios no requiere muchas palabras, ni charlatanería, sino que es uno y está compuesto de distintas consideraciones (o conceptos), y cada una de estas es elemento y parte del Logos (increado). De modo que, quien habla por la verdad, aunque lo diga todo sin dejar nada, un logos de Dios habrá dicho.
- 21. En Cristo, como es Dios y Logos, habita por esencia toda la plenitud de la deidad (usía-esencia y energía increadas) corporalmente (Col 2,9). Pero en nosotros la deidad habita por la jaris (energía increada) en su plenitud, cuando hemos recogido y reunido en nosotros mismos toda virtud y sabiduría que no es falta de nada –a medida de lo posible al ser humano- de la exactitud de la imitación del arquetipo. Porque no es inadecuado que por tesis y no por fisis (natura) logos habite en nosotros la plenitud de la deidad (la energía increada) que es constituida de varias contemplaciones y consideraciones contempladas espiritualmente.
- 22. Tal como de nuestro interior el logos que procede naturalmente del nus, es mensajero o como ángel mensajero de los movimientos secretos del nus, así también el Logos increado de Dios, como conoce la esencia increada del Padre tal y como el logos increado conoce al nus que lo ha generado y formado –y sin Él ninguna de las creaciones o criaturas se puede acercar al Padre (Jn 14,6)- apocalipta, revela al Padre porque es Logos increado por naturaleza. Y en concordancia con esto se llama también “el Ángel mensajero de la Gran Voluntad” (Is 9,6).
- 23. Gran voluntad de Dios y Padre es: “según la revelación del misterio que se ha mantenido en la hisijía, oculto desde tiempos eternos” (Rom 16, 25) y misterio oculto y desconocido de la Divina Economía, el que el Hijo Unigénito apocaliptó-reveló mediante Su encarnación, siendo el mensajero o ángel de la gran voluntad de Dios y Padre. Se convierte en ángel o mensajero de la gran voluntad de Dios también el hombre que ha conocido el logos increado del misterio y en cada caso se eleva con el logos (creado) y con la obra, de manera incomprensible, hasta llegar hasta Aquel que tanto se ha bajado hacia él.
- 24. El Logos de Dios ha descendido por economía en las partes más inferiores de la tierra para beneficio nuestro y ha subido por encima de todos los cielos (Ef 4,9 y ss); -Él que es por naturaleza totalmente inmóvil-, actuando precedentemente en Sí Mismo como hombre, por economía, las realidades o cosas que sucederán en el futuro; pues, que observe con alegría mística aquel que ama ser amigo de la gnosis (increada), cuál es el fin prometido de aquellos que aman al Señor.
- 25. Si el Dios increado Logos y Padre se ha hecho hombre y también Hijo del hombre con el fin de hacer a los hombres dioses/as y hijos/as de Dios, debemos creer que llegaremos allá donde ahora está el mismo Cristo, como cabeza de todo el cuerpo (Col 1,18), que se hizo en beneficio nuestro precursor (Heb 6,20) del Padre con nuestra naturaleza (fisis). En efecto, en la asamblea de los dioses, es decir, de los que se salvarán, “Él será el Dios” (Sal 81,1), estará entre medio de ellos distribuyendo las recompensas de la felicidad o bienaventuranza celeste, sin que haya ninguna distancia entre Él y los dignos y merecedores.
- 26. Aquel que todavía satisface las ganas o apetitos pecadores de la carne, habita como idólatra y hacedor de ídolos, en la tierra de los caldeos. Paro una vez examinadas y limpiadas un poco las cosas y haya sentido los tropos (modos, maneras) que convienen a la naturaleza humana, entonces deja la tierra de los Caldeos y viene a Jarán de Mesopotamia (Gen 11, 31), es decir, en el estado o situación intermedia entre la virtud y la malicia, que no está todavía limpia y libre del engaño del sentido o de la percepción sensible; en efecto, esto significa Jarán. Pero en cuando ha sobrepasado la comprensión normal del bien que percibe mediante el sentido o la percepción sensible, entonces acudirá hacia la tierra buena, es decir, hacia el estado libre de toda malicia e ignorancia, la que el Dios que no miente, e indica y promete dar (Gen 12,1) como premio de la virtud a aquellos que Le aman.
- 27. Si el Logos de Dios ha sido crucificado para nosotros como hombre débil y resucitado con la fuerza de Dios (2 Cor 13,4), esto espiritualmente significa que siempre lo hace y padece para beneficio nuestro, porque se convierte y se hace todo para redimir, sanar y salvar a todos (1 Cor 9,22). Por tanto, hizo bien el divino Apóstol, entre los corintios débiles, en no aceptar que aprendan nada más que a Jesús Cristo, y a Éste crucificado (1 Cor 2,2). Pero a los Efesios, que eran perfectos, les escribe: “Nuestro Dios juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús” (Ef 2,6). Con esto el Logos de Dios dice que se hace en cada uno según su capacidad y la medida de su fuerza. Por tanto, para aquellos que son iniciados en la piedad o devoción es crucificado, clavando las energías malignas de los pazos indecentes con el temor divino. En cambio, resucita y sube a los Cielos para los que se han despojado enteramente del “hombre viejo” que se corrompe y se desgasta de los deseos indecentes y las ilusiones engañosas, y se han revestido del nuevo hombre que se crea a imagen de Dios mediante (la energía increada) del Espíritu (Ef 4, 22-24 y Col 3,10), y que han llegado al Padre con la jaris (gracia, energía increada) que está en el interior de ellos “por encima de todo principado, potestad, poder, fuerza y dominación y de todo nombre que se dice no sólo en el siglo presente sino también en el futuro (Ef 1,21). Puesto que todo lo que viene después de Dios, cosas, nombres y axiomas (o cargos) será sometido aquel que, mediante la jaris, llegará y se encontrará en Dios.
- 28. Antes de Su clara presencia en cuerpo (carne), el Logos de Dios inteligible y espiritualmente moraba en los Patriarcas y Profetas pretipizando o prefigurando los misterios de Su presencia y venida. Así también después de esta presencia, no viene solamente a los que todavía son niños para alimentarlos espiritualmente y conducirlos a la edad de la perfección según Dios, sino que también a los perfectos para delinear o imprimir en ellos, de antemano, las características de Su futura presencia.
- 29. Los logos de la Ley y de los Profetas, como precursores de la venida y presencia del Logos en carne, instruían o educaban las psiques a creer en Cristo (Gal 3,24). Así también el glorioso Logos de Dios con Su Encarnación se hizo precursor de Su presencia espiritual, educando las psiques con Sus logos, para que acojan Su manifiesta presencia divina, que Él siempre efectúa convirtiendo de carnales en espirituales, mediante la virtud, a los que son dignos y merecedores de ello, y que efectuará al final de este siglo, revelando clarividentemente los misterios hasta entonces inefables y místicos (secretos).
- 30. Mientras yo sea imperfecto e insumiso (rebelde) y no obedezco a Dios mediante la práctica y aplicación de los logos-mandamientos, y mientras no me convierta maduro y perfecto en el nus (1 Cor 14,20) sobre la gnosis (espiritual), en mi rostro se ve imperfecto e insumiso también el Cristo a causa mía. Porque yo Le disminuyo y mutilo, ya que no crezco junto a Él en el el espíritu, como cuerpo que soy de Cristo y uno de Sus miembros (1 Cor 12,27).
- 31. “Sale el sol y el sol se pone” (Ecl 1,5), dice la Escritura. Por tanto, también el logos a veces se ve alto, a veces bajo; es decir, de acuerdo con la dignidad y la analogía o del tropo (modo, manera, forma) de los que practican la virtud y se mueven alrededor de la gnosis divina. Pero bienaventurado y feliz aquel que tiene inextinguible (sin ocaso) en sí mismo, como Jesús de Naví (J. Na 10,12-13), el sol de justicia durante todo el día de su vida presente, sin que sea limitado por la malicia de la noche y de la ignorancia; y así legalmente pueda poner en fuga los demonios malignos y viles que se sublevan contra él.
- 32. El Logos de Dios cuando es elevado en nuestro interior mediante la praxis y la zeoría contemplación, atrae a todos hacia Sí Mismo (Jn 12,32), y también nuestros loyismí pensamientos, ideas y reflexiones sobre el cuerpo (carne), la psique y la naturaleza de los seres, incluso los mismos miembros del cuerpo, los santifica mediante la virtud y la gnosis, poniéndolos bajo Su propio yugo. Por tanto, quien contempla las cosas divinas, pues, que vaya subiendo con buen ánimo y predisposición, siguiendo al Logos increado hasta llegar al lugar donde Él se encuentra; en efecto, hasta allí le atrae, como dijo el Eclesiastés: “Y le atrae hasta Su lugar” (Ecl 1,5), se entiende a quienes le siguen como Gran Sacerdote y que los introduce a lo Santo de los Santos (Altar de los Altares), en el cual ha entrado Él mismo revistiéndose la naturaleza humana para beneficio nuestro.
- 33. Quien se ejercita a la filosofía de vida* práctica (la catarsis) en la piedad o devoción y se pone enfrente y refuta las potencias y energías invisibles, pues, que rece para que permanezcan en él también el discernimiento natural con su luz proporcionada y la Jaris (energía increada) iluminadora del Espíritu. Porque una instruye la carne en la virtud mediante la práctica (en la catarsis), y la otra sobreilumina el nus para que prefiera ante todo vivir con la sabiduría divina increada, con la que destruye las fortalezas de la malicia y de toda actitud que se levante soberbiamente contra la gnosis increada de Dios (2 Cor 10,5). Esto lo muestra Jesús de Naví, cuando con la oración pidió que el sol se detenga sobre la parte de Gabaón, es decir, que no se pusiera o que le acompañara sin ocaso la luz increada de la gnosis de Dios del monte de la contemplación noerá o espiritual; y que la luna se detenga en el valle (Jos 10, 12-13), es decir, el discernimiento natural que controla la debilidad carnal, permaneciendo inalterable y fieme en la virtud.
- 34. “Gabaón” es el nus vuelto hacia lo alto; el “valle” es la carne que se ha humillado por la muerte. El “sol” es el logos que ilumina y le da la potencia y energía para la zeoría contemplación y le libera de toda ignorancia; en cambio la “luna” es la ley natural que convence la carne a someterse de modo debido al espíritu para recibir el yugo de los mandamientos-logos. La “luna” es también símbolo de la naturaleza porque es mutable. Paro en los santos es inmutable porque han adquirido el hábito inalterable de la virtud.
- 35. Aquellos que buscan al Señor, no deben hacerlo afuera de sí mismos, sino en sus interiores con la energía de la fe operante en praxis. Porque dice la Escritura: “Cerca de ti está el logos, en tu boca y en tu corazón” (Rom 10,8); es decir, el logos de la fe, porque el logos (increado) buscado es el Cristo.
- 36. Y si pensamos la altura de la divina inmensidad, pues, no debemos desesperar por la filantropía de Dios, como si no llegara a nosotros a causa de estar tan alto; ni pensar en el enorme abismo que hemos caído con el pecado y faltar a la fe de que la virtud que se ha mortificado en nuestro interior no puede ser resucitada. Ambas cosas son posibles para el Dios: descender para iluminar nuestro nus con la luz increada de la gnosis; y también con resucitar de nuevo en nuestro interior la virtud y elevarnos junto a él con las obras de la virtud. Porque dice: “que no pase por tu mente el pensamiento que dice, ¿quién subirá al cielo, para hacer bajar de allí a Cristo? o bien, ¿quién bajará al abismo para hacer resucitar a Cristo de entre los muertos? (Rom 10, 6-7). Según otra interpretación, “el abismo” es todo lo que viene después de Dios, en todas las realidades mediante la providencia va todo el logos de Dios, como vida que sobreviene a los seres que están muertos; en efecto, todas las realidades que viven participando de la vida, de por sí mismas son muertas. En cambio, como “cielo” dio a entender el misterio natural de Dios, por el cual Él es incomprensible, no captable. Sin embargo, si alguien entendiese como cielo el logos de la teología, y por abismo el misterio de la divina Economía, a mi juicio, no diría algo impropio. Porque las dos son difíciles de captar y entender para aquellos que quieren escrutarlas con la lógica (el racionalismo o la mente, intelecto o cerebro); más bien, ambas realidades son totalmente inaccesibles cuando son escrutadas sin la energía increada operante de la fe.
- 37. Al que se ocupa de la práctica (de la catarsis), el Logos increado se engorda con el ejercicio de las virtudes y se convierte “cuerpo”, al hombre contemplativo se convierte sutil con los conceptos y significados espirituales y se hace aquello que era desde el principio, Dios Logos increado junto con el Padre (Jn 1, 1-2).
- 38. Hace cuerpo al logos aquel que con ejemplos y palabras más materialistas, según la capacidad de comprensión de los oyentes, enseña la parte ética del logos. Al contrario, convierte en espíritu al logos, quien con consideraciones y contemplaciones sublimes expresa la teología mística.
- 39. Aquel que teologiza catafáticamente (afirmación positiva), convierte al logos cuerpo, porque no conoce a Dios más que como causa de las cosas de las que vemos y palpamos. Pero aquel que teologiza apofáticamente (afirmación por deducción, resta o negativa, o sí a lo que no es) utilizando eliminaciones, convierte en espíritu el logos, porque era Dios en el principio. Y conoce bien y correctamente el Supradesconocido sin la utilización absoluta de alguna cosa como base de las que pueden ser conocidas.
- 40. Aquel que ha aprendido a abrir como hicieron los Patriarcas, mediante la praxis y la zeoría contemplación, los pozos (Gen 26, 15-19) de la virtud y de la gnosis que está en su interior, encontrará allí dentro a Cristo, la fuente de la vida, de la que la sabiduría nos mueve beber con las siguientes palabras: “Bebe agua de tus propias cisternas y brota de la fuente de los pozos” (Pr 5,15); y haciendo esto encontraremos sus tesoros que están dentro de nosotros.
- 41. Aquellos que viven como las bestias con los instintos animales o las percepciones sensibles solamente, ellos convierten en carne el logos, con gran peligro para ellos abusan de las creaciones de Dios para satisfacción de sus propios pazos perversos e indecentes, y no entienden la sabiduría que se manifiesta en todas las creaciones para que conozcan y glorifiquen a Dios por Sus obras, y perciban desde dónde y para qué hemos sido hechos y hacia dónde debemos dirigirnos a través las cosas visibles, sino que pasan esta vida en las tinieblas, palpando con las dos manos la ignorancia respecto de Dios.
- 42. Quienes se detienen sólo en la letra de la Escritura y comprometen el axioma (o decoro, dignidad) de la psique al culto corporal de la ley, convierten en sí mismos carne el logos, de modo reprochable creen que el Dios se complace con sacrificios de animales irracionales. Ellos cuidan mucho la limpieza exterior del cuerpo, descuidando la belleza de la psique, manchada por los pazos, puesto que es precisamente para la psique para la que ha sido dada toda la fuerza y energía de las cosas visibles y han sido dados todos los divinos logos y la ley.
- 43. El santo Evangelio dice que el Señor será la causa de caída y resurrección de muchos en Israel (Lc 2,34). Por tanto, tengamos cuidado no vaya ser que la causa de la caída de los que sólo con el sentido físico o percepción sensible observan la creación visible, y se atienen y siguen sólo la letra de la Escritura, porque no son capaces de pasar y llegar al nuevo espíritu de la jaris (gracia, energía increada) a causa de su insensatez e idiotez; y por otro lado, posiblemente sean la causa de resurrección de aquellos que contemplan, oyen y consideran espiritualmente las creaciones y los términos o dichos de Dios, y de tropos (modos, maneras, formas) adecuados se ocupan sólo para la divina imagen que está en sus psiques.
- 44. El logos que dice que el Señor será la causa de caída y resurrección de muchos en Israel, cuando es entendido sólo positivamente, se refiere para la caída de los pazos y de los viles y malignos loyismí que están en el interior de cada uno de los creyentes, y en la resurrección de las virtudes y de cada loyismós agradable a Dios.
- 45. Aquel que contempla y considera al Señor creador sólo de las cosas que nacen y se corrompen, Le confunde con el jardinero, tal como María Magdalena. Por eso, el Señor para beneficio de éste, evita que le toque, porque no ha podido aún subir junto con Él al Padre, y le dice: “no me toques” (Jn 20,15-17). Porque el Señor conoce que es perjudicado aquel que viene hacia Él con este tipo de idea demasiado baja.
- 46. Aquellos que por miedo a los judíos quedaron sentados en el cenáculo en Galilea y cerraron las puertas, es decir, aquellos que por temor a los espíritus del mal han ascendido con seguridad a la altura de las divinas contemplaciones, al país de las Apocalipsis (revelaciones) y cerraron como puertas los sentidos físicos, reciben el Logos increado de Dios y Dios, que sobreviene y se presenta en ellos de modo desconocido sin que intervenga la percepción sensible. En ellos, concediendo la paz, les regala la apazia (impasibilidad, sin pazos), y soplando sobre ellos les concede también (la energía increada) del Espíritu Santo (Jn 20, 19-22), y el poder contra los espíritus malignos (Mc 16,17) y también les muestra los símbolos de Sus misterios.
- 47. Para quienes escrutan según la carne el logos sobre a Dios, el Señor no sube hacia al Padre. Pero para aquellos que le buscan espiritualmente, con sublimes contemplaciones, Él sube hacia al Padre. No retengamos, pues, siempre aquí abajo a Aquel que vino por filantropía y amor a nosotros, sino subamos a lo alto junto con Él hacia al Padre, después de haber dejado la tierra y las cosas terrenales, para que no diga también a nosotros aquello que dijo a los irremediables judíos: “A donde yo voy vosotros no podéis venir” (Jn 8,21). Porque sin el Logos es imposible llegar al Padre del Logos increado.
- 48. La tierra de los caldeos es la vida con pazos (pazos indecentes, vida pasional), en la cual se fabrican y se adoran los ídolos de los pecados. La Mesopotamia es el comportamiento inestable que oscila entre extremos opuestos. La tierra prometida es el estado de ser rebosante de todo bien. Por tanto, el que descuida la práctica (por la catarsis) y el hábito por la virtud, es de nuevo arrastrado a la esclavitud de los pazos, privado de la libertad que le había sido entregada.
- 49. Debemos apuntar que ninguno de los Santos parece que ha ido voluntariamente a Babilonia. Porque no es correcto, ni sensato que prefieran los males a los bienes aquellos que aman a Dios. Pero algunos de estos han sido conducidos por la fuerza allí junto con el pueblo (4 Re 25). Con estos, entendemos a los que dejaron al logos más alto de la gnosis increada no voluntariamente, sino inducidos por las circunstancias, para la salvación de los que necesitan ser conducidos y que se dedican a la enseñanza que se refiere a la sanación, terapia de los pazos. Por este motivo también el gran Apóstol razonaba que sería más útil quedándose en el cuerpo o carne, es decir, en la enseñanza ética, a favor y beneficio de los alumnos, a pesar de que deseara dejar la enseñanza ética y estar con el Dios (Fil 1,23) mediante la zeoría contemplación ultra-cósmica, espiritual y sencilla.
- 50. Como a Saúl le ahogaba el espíritu malo, el bendito David le calmaba salmodiando con su guitarra (1 Re 16, 12), así cada logos espiritual que es endulzado con contemplaciones y consideraciones de la gnosis divina (increada), serena y regocija al nus (y el corazón) que está influenciado de los demonios y lo libera de la conciencia vil y maligna que le está atormentando y ahogando.
- 51. Rubio y con ojos bellos es, como estaba David (1 Re 17,42), aquel que junto con el esplendor de la vida según Dios, tiene también el brillo de la luz de la gnosis (increada), de los cuales (esplendor y brillo de la luz increada) toma la existencia la praxis y la zeoría contemplación. La praxis es resplandecida con los tropos (modos, maneras o formas) de la virtud, y la zeoría contemplación es iluminada con conceptos y significados divinos.
- 52. El reino de Saúl es la imagen del culto corporal de la Ley, el cual el Señor abolió porque nada ha cumplido y llevado a la perfección. En efecto, dice: “Porque la ley no ha llevado cosa alguna a la perfección” (Heb 7,9). Pero el reino del gran David es pretipización (prefiguración o símbolo) del culto evangélico, porque contiene perfectamente en el corazón todas las voluntades de Dios.
- 53. Saúl es la ley natural que en el principio fue dada por el Señor para que el hombre pudiera dominar y gobernar su naturaleza humana. Puesto que él con su desobediencia no cumplió el mandamiento, perdonando a Agag, rey de Amalec (1Re 15, 8-28), es decir, el cuerpo, y se deslizó en los pazos, es echado del reino, para quien acoja a Israel sea David como rey, es decir, la ley del espíritu que engendra la paz; y esta paz divina construye para el Dios el todo-luminoso templo de la zeoría contemplación (2Re 7,13).
- 54. Samuel significa obediencia a Dios. Por tanto, en cuanto en nuestro interior el logos oficia la obediencia, aunque si Samuel perdonara a Agag, es decir, la conducta terrenal, pero le mata el logos sacerdote y reprende al nus amante del pecado haciéndole pasar vergüenza, como transgresor de los divinos mandamientos-logos (1 Re 15,22-33).
- 55. Cuando el nus, a través de la soberbia u orgullo, desprecia el logos de la enseñanza, al cual le ha ungido como rey contra los pazos, y deje de dirigirle preguntas adecuadas sobre lo que tiene que hacer o no, entonces seguro que queda dominado de los pazos a causa de la ignorancia. Con los pazos se va separando gradualmente de Dios, siendo así, camina hacia las involuntarias aflicciones, sufrimientos y dolores; y entonces convierte en Dios su panza o estómago para agrado de los demonios, buscando allí consuelo de sus males que le oprimen. Pues, que te convenza de esto Saúl, que no toma a Samuel como consejero en todo y a consecuencia de esto se vuelve en idólatra y condescendía a preguntar la ventrílocua como si fuera dios (1 Re 28, 7-19).
- 56. Aquel que ora para recibir al pan sobresubstancial (Mt 6,11), por supuesto que no lo recibe entero, tal y como es el pan normal, sino según la propia capacidad de recibirlo; el Pan de vida, se da a Sí Mismo a todos los que lo piden «YoSoY el pan de la vida…» (Jn 6,35), como filántropo que es, pero no a todos del mismo modo; de modo superior a los que han realizado grandes obras de virtud, y menos a los que han hecho inferiores. A cada uno según la fuerza y la capacidad que pueda recibir su nus.
- 57. El Señor, unas veces está ausente, otras veces está en nuestro interior. En la zeoría contemplación y consideración, cara a cara, está en nuestro interior; en la zeoría y consideración, como en espejo, de manera que queden enigmas (1 Cor 13,12), está ausente.
- 58. Al práctico que está en la catarsis, el Señor está presente con las virtudes. A quien no le importa para nada la virtud, Él está ausente. Y también para quien se ocupa de la zeoría contemplación Él está presente mediante (la luz increada o energía) de la verdadera gnosis de los seres, pero está ausente en quien por algún motivo se ha desviado de esta gnosis divina.
- 59. Se aleja de la carne (2 Cor 5,8) aquel que ha pasado de la práctica al estado de la gnosis (increada). Éste es raptado, por los conceptos y significados más elevados, al aire diáfano de la zeoría contemplación mística, donde puede estar siempre junto con el Señor (1 Tes 4,17). En cambio se aleja del Señor (2 Cor 5,6) aquel que todavía no puede sin las energías de los sentidos y con nus limpio y lúcido contemplar los conceptos y significados, dentro de lo posible, y no puede recibir el logos increado del Señor sencillo y sin enigmas.
- 60. El Logos de Dios es llamado “carne o cuerpo” (Jn 1,14) no sólo porque se ha encarnado, sino también por otra causa. Cuando se entiende simplemente como Dios Logos increado que es desde el principio junto con el Padre (Jn 1, 1-2) que posee claros y despojados los prototipos (o estándares, formas o símbolos) de la verdad para todas las cosas y realidades, entonces no contiene parábolas y enigmas, ni historias que requieran interpretación alegórica. Sin embargo, cuando llega a los hombres que no pueden acercarse desnudos a las concebibles o inteligibles y espirituales, entonces Él se presenta, hablando de modo familiar y acostumbrado en ellos, es decir, con una variedad de relatos, historias, frases enigmáticas, parábolas y logos difíciles de comprender, se vuelve carne. Porque en el primer contacto, nuestro nus no puede acercarse al logos desnudo, sino al logos encarnado, es decir, en la variedad de las palabras que son logos por naturaleza, pero carne en su apariencia, de modo que muchos lo ven y lo creen como carne, aunque realmente es logos. El sentido y significado de la Escritura no es aquello que muchos creen, sino distinto de lo que parece. Porque el logos se hace carne con cada uno de los términos escritos.
- 61. El inicio del aprendizaje de los hombres en la piedad se hace por la carne. Porque en nuestro primer intento para la divina piedad encontramos la letra y no el espíritu. Pero progresando escalonadamente en el espíritu y afinando el espesor de las palabras con las contemplaciones y consideraciones más sutiles, llegamos purgados y limpios claramente al puro Cristo, dentro de lo posible para el hombre. Entonces podemos decir como el Apóstol Pablo: “y aunque si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así” (2 Cor 2,5), es decir, a causa del inmediato contacto del nus con el Logos increado sin los velos que lo cubren, porque hemos progresado desde la gnosis del Logos como carne, hasta la gnosis (increada) de Su doxa (gloria, luz increada) que tiene como Unigénito del Padre (Jn 1,14).
- 62. Aquel que ha vivido la vida en Cristo, ha sobrepasado con justicia tanto la ley como también la naturaleza. Esto mostrándolo el divino Apóstol, dice: “En la nueva vida de la κοινωνία (kinonía, comunión, conexión y unión) con Cristo no sirve la circuncisión ni la in-circuncisión” (Gal 5,6). Con la circuncisión manifiesta la justicia según la ley, y con la in-circuncisión la igualdad natural.
- 63. Unos renacen con agua y espíritu (energía increada) (Jn 3,5), otros reciben el bautismo con el Espíritu Santo y fuego (Mt 3,11). Con estos cuatro, agua, espíritu, fuego y el Espíritu Santo, me refiero el uno y único Espíritu de Dios. Para unos el Espíritu Santo (y Su energía increada) es agua porque los limpia de las infecciones exteriores del cuerpo. Para otros es espíritu (energía divina increada), porque opera con la energía increada las buenas obras de la virtud. Para otros es fuego, porque hace la catarsis, purga y sana las manchas que están en las profundidades de la psique. Para otros según dice el gran Daniel (Dan 5,11), Santo Espíritu porque concede sabiduría y gnosis increadas. De Sus operaciones y energías increadas que son distintas para cada uno, el mismo y uno Espíritu (por el resultado de la energía increada) toma también distintas denominaciones.
- 64. Dice que la Ley ha dado el sábado para que descanse tu animal buey y tu sirviente (Ex 29,10). Ambos aluden el cuerpo. Porque el cuerpo es el “animal” del nus práctico que está obligado a la fuerza a llevar las cargas del ejercicio práctico de las virtudes. En cambio para el nus contemplativo, el cuerpo es “siervo”, porque se ha convertido y hecho ya lógico con las contemplaciones y sirve lógicamente a las órdenes del nus que empiezan de la divina gnosis increada. Y para ambos el sábado es la finalización de los bienes que ellos operan, tanto en la praxis como en la contemplación, y ofrece así a cada uno el descanso adecuado.
- 65. Aquel que cultiva la virtud con la gnosis adecuada, tiene como sostén el cuerpo y lo conduce lógicamente a la realización de las cosas adecuadas. Como sirviente tiene el tropo (método, modo, manera, forma) de praxis para la virtud, es decir, éste modo gracias al cual se adquiere la virtud, que ha comprado, como con dinero, por medio de los loyismí de la virtud del discernimiento. Para él, el sábado es el estado sin pazos, impasible y pacífico de la psique y del cuerpo, es decir, el hábito inalterable de la virtud.
- 66. El logos de Dios, para los que se preocupan sobre los aspectos corporales de la virtud, se vuelve en paja y hierba que alimenta la parte pasional de la psique para servir las virtudes. Para los que se han elevado en la zeoría contemplación de la verdadera comprensión de las realidades divinas, es pan que alimenta la parte noerá (el nus) de la psique y le eleva a la perfección divina. Por esto vemos a los Patriarcas, en sus viajes, se proveen de panes y forraje para sus animales (Ex 42, 25-27). Y el Levita, del libro de los Jueces, que fue hospedado por el anciano Gabaón, le dijo: “Tenemos pan para nosotros y paja para nuestros asnos, y no falta nada para tus sirvientes” (Juec 19,19).
- 67. El logos increado de Dios se llama y es como rocío (Deut. 32,2), “agua” “fuente” (Jn 4,14) y río (Jn 7,38), tal y como dice la Escritura, es decir, es y se vuelve tal según la capacidad, fuerza y energía de aquellos que le reciben y aceptan (es decir, la energía increada). Para unos, es “rocío”, porque apaga el ardor y la energía de los pazos que vienen al cuerpo por el exterior. Es “agua” para los que arden en las profundidades de su psique por causa del veneno del mal, y no sólo destruye el mal como adversario, sino que transmite fuerza y energía (increada) vital que conduce a la felicidad y a la bienaventuranza. En aquellos que brota el hábito de la zeoría contemplación es fuente porque, el logos (increado) es donador de sabiduría increada. El logos (increado) es como “río” para quienes como torrentes de río difunden la enseñanza piadosa, correcta, redentora, sanadora y salvadora; es río también porque riega o abreva abundantemente a los hombres, a las bestias, a las fieras y a las plantas. Así también los hombres serán divinizados o glorificados, ya que serán elevados con los conceptos y significados de dichos logos (increados); y aquellos que con los pazos se han vuelto como bestias, volverán otra vez a ser seres humanos con la adquisición exacta de la vida virtuosa, y retomarán la lógica natural; y aquellos que con los hábitos malignos, viles y con praxis malas se han convertido como fieras, una vez domesticados con una exhortación moderada y suave, volverán de nuevo a la mansedumbre natural; y aquellos que son insensibles a los bienes como las plantas, una vez que con la entrada del logos (increado) hayan suavizado sus profundidades, recibirán la fertilidad del logos que los alimenta, adquiriendo sentido, fuerza y energía para fructificar.
- 68. El logos (increado) de Dios es camino (Jn 14,6) para los que durante la práctica de la ascesis o catarsis corren correctamente y con vigor en el estadio de la virtud, sin volverse y caerse a la diestra con la vanagloria y a la siniestra por la inclinación a los pazos, mientras que dirigen sus pasos de acuerdo con la voluntad de Dios. Esto por no haberlo aplicado y cumplido hasta el fin, se dice que Asa el rey Juda que hasta la vejez se había vuelto enfermo de los pies (3Re 15,23), porque se había debilitado en la carrera de la vida según el Dios.
- 69. El Logos increado de Dios se llama “puerta” (Jn 10, 9) porque introduce a la divina gnosis (increada e inolvidable) aquellos que han pasado con éxito el camino de las virtudes, en la carrera intachable de la práctica de la catarsis o ascesis, y como luz increada indica los todoesplendorosos tesoros de la sabiduría (increada). Porque el mismo es camino, puerta, llave y realeza (increada). Es camino, en cuanto guía; llave, porque el mismo es abierto y abre a los dignos de las cosas divinas; puerta, porque introduce; realeza o reinado de realeza (increada) porque es heredado y participado de todos.
- 70. El Señor se llama luz increada, vida, resurrección y verdad (Jn 8,12 · 25 · 14,6). Se llama “Luz” increada porque convierte y hace las psique brillantes, espléndidas e ilustres, y expulsa la tiniebla de la ignorancia e ilumina al nus para que conciba y comprenda los misterios o las realidades secretas e indica los misterios que sólo los pueden ver aquellos que han hecho la catarsis y están purgados y sanados. Se llama “Vida” porque proporciona el movimiento hacia las realidades y cosas divinas que corresponde a las psiques que aman al Señor. Se llama “Resurrección” porque hace resucitar el nus del apego a las cosas materiales, convirtiéndolo limpio de toda corrupción y mortalidad. Y “Verdad”, porque regala, a los que son dignos, el hábito inmutable y estable de realizar los bienes.
- 71. Dios y Logos (increado) de Dios y Padre se encuentra místicamente en cada uno de Sus mandamientos o logos. Y Dios Padre se encuentra por naturaleza todo e indiviso en todo el Logos. Aquel, pues, que acoge y acepta un divino mandamiento o logos y lo realiza en praxis, recibe el Logos increado de Dios que está dentro de este. Aquel que ha acogido y aceptado el Logos increado mediante los mandamientos o logos, a través de Él recibió también al Padre que existe por naturaleza dentro de Él, como también el Espíritu Santo que por naturaleza existe dentro de Él. Porque dice: «Amín, amín, de verdad en verdad os digo, aquel que recibe al que yo enviare, a mí me recibe. Y aquel que recibe y acepta a mí, recibe al que me ha enviado. Por lo tanto, aquel que os recibe y acepta como discípulos y apóstoles míos, es como si recibiese a mí y a mi Padre» (Jn 13,29). Pues, el que ha recibido y aceptado un mandamiento o logos y lo ha aplicado y cumplido, ha recibido y posee también místicamente la Santa Trinidad.
- 72. Glorifica y alaba a Dios en su persona, no solamente quien lo honra con palabra, sino aquel que sufre y soporta por Dios los esfuerzos y padecimientos gracias a la virtud. Y éste a su vez, es glorificado y divinizado de Dios con la doxa (gloria, luz increada) que se encuentra en Dios, recibiendo por participación, como premio de la virtud, la jaris de la apazia (sin pazos, impasibilidad). Porque, cada uno que en su persona glorifica a Dios, mediante los esfuerzos de la práctica ascética a favor de la virtud, es a su vez glorificado dentro de Dios mediante la impasible y apacible iluminación de las realidades divinas durante la zeoría contemplación. En efecto, el Señor, llegando hacia Su Pazos (Pasión), decía: «Ahora es glorificado el Hijo del hombre y el Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, y enseguida le glorificará» (Jn 13, 31-32). Y por esto es evidente cómo los carismas divinos siguen los esfuerzos y sufrimientos por causa de la virtud.
- 73. Mientras nosotros veamos el Logos increado de Dios encarnado en la letra de la santa Escritura con distintos enigmas, todavía no habremos visto intelectivamente o espiritualmente al Padre incorpóreo, sencillo, eterno, unitario y uno, como Él es en el incorpóreo, sencillo, unitario, eterno y único Hijo, según lo dicho: «Jesús le dijo: «Felipe, ¿tanto tiempo hace que estoy con vosotros y todavía no me conoces? El que me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: Muéstranos al Padre? 9Jesús le dijo: Felipe ¿llevo tanto tiempo con vosotros y todavía no me conoces quién soy sobre mi divina naturaleza? Es decir, que yo soy el Hijo de Dios y Dios, como el Padre. El que me ha visto a mí y se ha introducido al misterio de mi encarnación, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: Muéstranos al Padre? 10¿Tú no crees que yo estoy unido en el Padre y el Padre en mí? La sabiduría de los logos que yo os hablo y enseño no los digo de mí mismo, sino el Padre que permanece unido en mí, él energiza, opera y realiza las obras» (14, 9-10).
Hace falta, pues, mucha gnosis (espiritual creada e increada), para que después, una vez de haber penetrado bajo los términos que cubren al Logos increado, se pueda ver o contemplar con el nus desnudo y claro al puro Logos increado, tal y como es de por sí mismo, indicándonos claramente, dentro de lo posible a los hombres, al Padre que está en Su interior. Por tanto, es necesario que quien busca con piedad y devoción a Dios, no sea entretenido por algún término o sentencia de la Escritura, para que no sea engañado tomando, en vez a Dios, a lo que está alrededor de Dios; es decir, en vez del Logos increado, recibiendo y aceptando equivocadamente la letra de la Escritura, mientras que el Logos increado se ha escapado del nus (el ojo espiritual o espíritu como energía del corazón como esencia y de la psique humana como naturaleza espiritual), creyendo que tiene incorporado al Logos incorpóreo e increado por medio de las vestiduras o la envoltura. Y sucede como la egipcia que no había tomado o detenido a José sino sus vestiduras o prendas (Gen 39,12), y como con los antiguos hombres, que deteniéndose sólo a la belleza de las cosas visibles, no se dieron cuenta que adoraban y glorificaban la creación y no al Creador, (Rom 1,25).
- 74. El logos de la santa Escritura, una vez desvestido o despojado de las palabras complejas que están sobre él dándole forma corpórea, a causa de los conceptos y significados más elevados, se revela en el nus clarividente como voz con sonido de aura fina, el cual nus mediante el absoluto abandono de sus operaciones y energías naturales ha podido recibir y capturar sólo la percepción espiritual de la sencillez, que de alguna manera hace conocer o revelar el logos; tal como el gran Elías que fue hecho digno y merecedor de ver esta acción en la cueva de Jorib. Jorib significa “tierra recién arada o arado nuevo”, que se interpreta como la adquisición fija de las virtudes con el nuevo espíritu de la jaris (la energía increada). La “cueva” es el lugar secreto de la sabiduría del nus*, en el cual cuando habrá llegado, percibirá y sentirá místicamente la gnosis increada que trasciende o rebasa la percepción sensible; en esta gnosis que se dice que se encuentra el Dios. Por tanto, quien busca verdaderamente, como el gran Elías, no llegará solamente a Jorib, o sea, en el hábito y posesión de las virtudes como práctico, sino también a la cueva que está en Jorib, es decir, como contemplativo, llegará al lugar secreto de la sabiduría increada, la que se encuentra solamente en el hábito y posesión de las virtudes.
* (Nus es el espíritu o energía u ojo del corazón de la psique, dónde el intelecto o mente con atención describe con logos o términos creados la percepción espiritual o lo que es percibido allí en el fondo interior de la psique, en este caso, la divina sabiduría increada y así unido con la jaris adquiere la gnosis increada).
- 75. Cuando el nus se haya desprendido de sus muchas opiniones y nociones que tiene sobre los seres, entonces el logos (increado) de la verdad se le revela claramente, dándole enseñanzas de la verdadera gnosis increada y elimina las anteriores percepciones falsas y pasionales, como escamas de sus ojos, tal como le sucedió al gran Apóstol Pablo (Hec 9,18). Porque realmente son “escamas” las opiniones o nociones que son basadas solamente en la letra de la Escritura y en las zeorías contemplaciones y consideraciones falsas y pasionales percibidas de las cosas visibles, que se asientan en la parte intelectual o mental de la psique e impiden el paso al logos puro de la verdad.
- 76. El divino Apóstol Pablo dijo tener una gnosis parcial del Logos increado (1 Cor 13,9), en cambio el gran Evangelista Juan dice que ha visto Su doxa increada que la tiene natural del Padre: «…y nosotros hemos contemplado su δόξα doxa (gloria, luces de luz increada) como unigénito de la misma naturaleza del Padre, pleno de Χάρις (Jaris, Gracia energía increada) y de Verdad» (Jn 1,14). Quizás san Pablo dijo tener parcial la gnosis increada del Logos de Dios, porque solamente de Sus energías increadas y operaciones se conoce en cierta medida, en cambio la gnosis de la usía-esencia increada y Su hipostasis (base substancial) es igualmente inaccesible, tanto a los ángeles, como a los hombres. San Juan de nuevo, iniciado perfectamente –dentro de lo posible al hombre- al logos de la encarnación del Logos increado, dijo que ha visto la doxa (gloria, luz increada) del Logos, es decir, ha visto al logos y el propósito por el que el Dios se hizo hombre lleno de jaris (gracia, energía increada) y verdad. Porque el Unigénito se ha llenado de jaris como Dios que es según su usía-esencia y consubstancial con Dios Padre, conforme a la economía se ha hecho hombre natural y consubstancial con nosotros, y se ha llenado de jaris para nosotros que tenemos necesidad de ella. Y de la plenitud de Su jaris recibimos siempre en cada progreso nuestro la jaris correspondiente. De modo que quien ha guardado al logos totalmente puro en su interior, recibirá la doxa-luz increada la que está llena de jaris (energía increada) y verdad del Dios Logos que se ha encarnado para nosotros y que como hombre se ha glorificado y santificado en Sí mismo para nosotros durante Su parusía-presencia terrenal. Porque dice: “Conocemos que cuando se manifieste seremos semejantes a Él” (1 Jn 3,2).
- 77. Mientras la psique va avanzando de dinamis potencia y de energía en potencia y energía (2Cor 3,18) y de doxa (gloria, luz increada) en doxa (Sal 83,8), es decir, realizando un progreso mayor de virtud en virtud y elevación más alta de gnosis en gnosis, no ha cesado de vivir aquí provisionalmente, de acuerdo con el logos. “Mucho tiempo ha morado mi psique” (Sal 119,6); en efecto, es mucha la distancia y la multitud de las gnosis que ella debe pasar hasta llegar al lugar de la tienda admirable, hasta la casa de Dios, con voz exultante de alabanza y de cantos festivos (Sal 41, 5), agregando siempre voz a las voces espirituales con el progreso de las divinas zeorías contemplaciones, junto con el gran deleite y gozo del nus, -es decir, la alegría y el agradecimiento adecuado por las cosas y realidades que se han contemplado. Porque así son las fiestas celebradas para los que han recibido el espíritu de la jaris (energía increada) en sus corazones y claman: “!Abba Padre!” (Gal 4,6).
- 78. “El lugar de la tienda admirable” es el hábito por la virtud, libre de pazos indecentes y malignos, en la que el Logos de Dios viniendo adorna la psique, que es como la tienda, con varias bellezas de las virtudes. La casa de Dios es la gnosis (increada) compuesta de muchas y distintas contemplaciones y consideraciones, por el que el Dios viene a la psique y la colma con el cáliz de la divina sabiduría increada. La voz exultante es la emoción del estremecimiento de la psique por la riqueza de las virtudes. La confesión es el agradecimiento por la gloria del banquete de la sabiduría divina. Y el sonido es la continua alabanza, doxología que se produce por la composición de ambas, es decir, del deleite y de la confesión.
- 79. Aquel que ha triunfado luchando con coraje contra los pazos indecentes del cuerpo y ha combatido bastante los sucios espíritus y ha expulsado sus conceptos de la región de su psique, pues, que ore para que le sea concedido corazón puro y sea instalado en su interior un espíritu ortodoxo y de rectitud (Sal 50,12). Es decir, rece para que sea completamente vaciado de los malos loyismí y para ser llenado de conceptos divinos a través de la jaris (energía increada), de modo que sea metamorfoseado o transformado en cosmos-mundo espiritual de Dios, esplendoroso y grande, constituido de contemplaciones y consideraciones éticas, naturales y teológicas.
- 80. Aquel que ha hecho la catarsis del corazón, no solamente conocerá los logos altos de las cosas y de los seres que vienen después de Dios, sino que después de haberlo trascendido todo, ve de algún modo a Dios mismo, y esto es el límite extremo de todos los bienes. Entonces, cuando el Dios venga en este corazón, se digna a grabar allí Sus letras mediante el Espíritu, como si fueran las placas de Moisés (Ex 31,18); en la medida en que él se ha dedicado a la praxis y a la zeoría contemplación, conforme al mandamiento que, místicamente, ordena: “Creced” (Gen 35,11).
- 81. Se llama corazón puro, probablemente aquel que de ninguna manera tiene un movimiento natural hacia algo; y en este corazón viene el Dios, y por su gran sencillez, escribe en él Sus propias leyes, como en una tabla pulida.
- 82. Corazón puro es aquel que presenta a Dios la memoria totalmente liberada de cualquier imagen y forma, lista para ser sellada solamente de Sus signos, mediante los cuales sucede que el Dios se manifiesta.
- 83. El nus de Cristo, al que los santos adquieren, de acuerdo con aquel que dijo: “Nosotros tenemos nus de Cristo” (1 Cor 2,16), no se crea en nosotros con la privación de la potencia y energía del nus que está en nosotros, ni como un suplemento agregado a nuestro nus, ni tampoco viene como si Cristo lo hiciera pasar como esencia y hipostasis a nuestro nus, más bien, con Su divina cualidad1 (es decir, con la energía y luz increadas) relumbra la dinami (potencia y energía) de nuestro nus y conduce en la energía del nus la misma suya energía increada. Yo digo que nus de Cristo tiene aquel que percibe y piensa como el Cristo y a través de todas las cosas y realidades percibe y entiende a Él.
(1Aquí tenemos el cómo se consigue la υπερλογική hiperlógica o energía lógica suprema o divina increada del έλλογος elogos en-logitizado Λόγος Logos increado hecho hombre, Cristo, el Θεάνθρωπος zeánzropos Dios-Hombre. Esto es el Logonost de san Justino Pópovits. La acción la hace el Dios como en la zéosis no el hombre.)
- 84. Nosotros decimos que somos cuerpo de Cristo, según el logos: “Nosotros somos cuerpos de Cristo y cada uno por su parte es miembro de ese Su cuerpo” (1 Cor 12, 27). Y nos convertimos en aquel cuerpo no porque excluimos nuestros cuerpos, ni tampoco porque Cristo esté entre nosotros hipostáticamente (substancialmente) o subdividido en miembros, sino porque, a semejanza del cuerpo (carne) del Señor, nosotros sacudimos de encima nuestro la corrupción del pecado. Como el Cristo, entendido como hombre era por naturaleza también impecable en el cuerpo y en la psique, así también nosotros que hemos creído en Él, podemos estar sin pecado.
- 85. En la Escritura encontramos también siglos temporales que contienen la consumación de otros siglos, según el logos: “pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre, para abolir el pecado por su sacrificio etc…” (Heb 9,26). También hay otros siglos no de naturaleza temporal, después del siglo presente que comenzó con la consumación de los siglos, según el logos: “para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su energía increada jaris-gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús, etc.” (Ef 2,7). Pero también son siglos de los siglos (Sal 83,5), y siglo del siglo (Sal 9,6), tiempos eternos (2Tim 1,9) y generaciones que enlazan con los siglos (Gen 9,12). Y para que no nos detengamos a distinguir ahora, estando fuera de nuestro tema, diciendo qué quiere manifestar el logos con los siglos temporales, los años o tiempos eternos, las generaciones, y de nuevo quiénes son simplemente siglos y quiénes son siglos de los siglos y quién es el siglo del siglo, volvamos al objetivo por el cual hemos expuesto todo esto, dejando a los estudiosos que indaguen sobre estas cosas.
- 86. Nosotros conforme la Escritura conocemos el supra-siglo (eternidad) y lo que está más allá del siglo. Y que exista, lo dice, pero qué cosa es no lo ha especificado ni nombrado, como en el versículo: “El Señor reina según el siglo y al siglo y más allá” (Ex 15,18). Por lo tanto, el imperturbable reinado de la realeza increada de Dios es algo que trasciende y está más allá de los siglos; porque no es permitido y lícito decir que la realeza increada de Dios se haya iniciado o aparecido con o de los siglos o los tiempos. Nosotros creemos que esta es la herencia de los que se salvan, más el lugar y la residencia, tal como lo entrega el verdadero logos, porque es la finalidad de aquellos que por su anhelo se mueven hacia al deseado ésjaton (último, extremo) de sus anhelos. Llegados allí en esto, reciben el cese de cualquier movimiento, porque ya no existe el tiempo o el siglo que deben recorrer; ya han llegado a Dios que existe de antes de todos los siglos y a quien no puede alcanzar la naturaleza de los siglos.
- 87. Por todo el tiempo en que uno está en esta vida, aunque aquí hubiese llegado al final de la praxis y la zeoría contemplación, posee sólo parcialmente la gnosis, la profecía y la alianza del Espíritu Santo, pero no la misma plenitud entera. Pero vendrá una vez después de la finalización de los siglos en el desenlace perfecto que se muestra cara a cara (1Cor 13,12) a quienes son dignos de la verdad en sí mismo, de modo que ya no tendrá una parte de la plenitud, sino que recibe por participación toda la plenitud de la jaris (gracia, energía increada). Porque dice el divino Apóstol que alcanzarán, se entiende los salvados, a convertirse y hacerse hombres perfectos a la medida de la plenitud de Cristo (Ef 4,13), en el cual están escondidos todos los tesoros de las increadas sabiduría y gnosis (Col 2,3); y cuando esto se manifiesta, todo lo parcial será abolido.
- 88. Algunos buscan saber cómo será la situación o estado de quienes se habrán hecho dignos de la perfección del reinado de la realeza increada de Dios. ¿Cuál de los dos, implicará el estado de progreso y traspaso, o una condición estática y permanente? ¿Y cómo debemos pensar que serán las psiques y los cuerpos? Alguien podría responder con certeza con un ejemplo: para la vida del cuerpo es doble el motivo del alimento. Uno para el crecimiento del cuerpo y el otro para la conservación. Hasta que se complete nuestro desarrollo corporal, nos alimentamos para crecer, pero cuando el cuerpo ya deja de crecer se alimenta sólo para la conservación. Del mismo modo, también para la psique es doble la razón de la alimentación. Porque ella mientras progresa, se alimenta con las virtudes y las zeorías contemplaciones hasta que, una vez sobrepasados todos los seres y realidades intermedias, llega a la edad de la plenitud del Cristo. Y al llegar allí, cesa todo progreso y crecimiento mediante estos medios y es alimentado de modo inmediato de esto que trasciende la comprensión. Por esto, este tipo de alimento incorruptible sobrepasa el desarrollo y es para que sea mantenida la perfección deiforme que fue dada a la psique y a manifestar los esplendores infinitos e increados de ese alimento. Por este alimento la psique recibe la ευδεμονία efdemonía bien estar feliz que ha venido a ella, y se convierte y se hace dios con la participación de la divina jaris (energía increada), cesando toda energía del nus y del sentido o percepción sensible, junto con las energías físicas del cuerpo, puesto que el cuerpo también se ha divinizado junto con la psique durante la participación de la zéosis que le corresponde. De tal modo que se manifiesta y se ve sólo el Dios a través de la psique y también del cuerpo porque sus cualidades o atributos naturales han sido apartados mediante la excesiva doxa (gloria, luz increada).
- 89. Algunos estudiosos buscan saber de qué modo serán diferenciados los alojamientos eternos y los bienes que ha prometido el Dios. ¿Por una hipostasis (base substancial) local o por una configuración espiritual según la cualidad y la cantidad que aviene en cada casa espiritual? Unos creen la primera y otros la segunda. Pero aquel que ha conocido qué quiere decir «la realeza increada está en vuestro interior» (Lc 17,21), y qué quiere decir: «En la casa de mi Padre hay sitio y muchas habitaciones…» (Jn 14,2), más bien aceptará la segunda opinión.
- 90. Algunos buscan saber qué diferencia hay entre reinado de la realeza increada de Dios y la realeza increada de los cielos. Si la diferencia entre ellas es sustancial, conceptual o espiritual. A ellos debemos decirlos que la diferencia no es sustancial ni conceptual sino espiritual. Porque la realeza increada de los cielos es la comprensión íntegra de la preexistente gnosis increada de los seres que se encuentra en Dios, en consonancia con sus propios logos o causas. Mientras que la realeza increada de Dios es la transmisión por la jaris (gracia, energía increada) de los bienes y las bondades que Dios tiene por naturaleza. La primera sucederá durante el final de los seres, en cambio la otra será espiritual (noerá) después del final de los seres.
- 91. El logos: “se ha acercado la realeza de los cielos” (Mt 3,2 · 4,17), creo que no significa tiempo limitado. Porque ella no comienza de manera que sea observada, ni dirán: “He aquí, o he allí;” (Lc 17,20-21), sino que se refiere a la relación de los dignos y merecedores de ella según sus estados o situaciones. Porque dice: “la realeza increada de Dios está en vuestro interior” (Lc 17,21).
- 92. La realeza increada de Dios se encuentra como energía increada en todos los que creen pero se energiza o se hace operativa en aquellos que voluntariamente han expulsado la vida natural de su psique-alma y del cuerpo y han adquirido sólo la vida del Espíritu y pueden decir: “ya no vivo yo, pues es Cristo el que vive en mi interior” (Gal 2,20).
- 93. Algunos dicen que la realeza increada de los cielos es la vida de los dignos y los merecedores de ella en los cielos. Otros dicen que es el estado espiritual de los que se salvan, similar al de los ángeles. Otros más dicen que es la forma misma de la belleza divina de los que se han revestido la imagen celestial (1 Cor 15,49). A mí me parece que estas tres opiniones coinciden con la verdad. Porque en todos se concede la futura jaris (energía increada) analógicamente, de acuerdo con la calidad y la cantidad de la justicia que están en ellos.
- Mientras que uno, mediante la filosofía práctica (la catarsis), pase con fortaleza los combates divinos, puede retener cerca de sí al Logos, quien ha venido de parte del Padre al mundo por medio de los mandamientos o logos. Pero cuando una vez se ha liberado de la lucha contra los pazos, como se ha demostrado vencedor de los pazos y de los demonios, y con la zeoría contemplación haya sobrepasado la filosofía gnóstica, permite al Logos increado místicamente dejar de nuevo el mundo e ir hacia el Padre. Por eso el Señor dice a Sus discípulos: «y esto porque el Padre mismo os ama, ya que vosotros me habéis amado a mí, y habéis creído que yo nací de Dios y he sido enviado por Él al mundo. Salí del Padre, y he venido al mundo; de nuevo dejo el mundo y voy al Padre.
- Salí del Padre, como hijo unigénito y vine al mundo, por mi encarnación; de nuevo, por mi muerte, dejo el mundo y por mi ascensión yo voy al Padre y como hombre recibo la doxa infinita (gloria, luz increada) que también como Dios la tengo perpetuamente» (Jn 16, 27-28).
“Cosmos-mundo” probablemente llama al trabajo fatigoso de la práctica para las virtudes, y “padre” ese estado del nus que trasciende el mundo y es libre de toda actitud materialista, en el cual estado viene en nuestro interior el Logos increado de Dios y hace cesar la batalla contra los pazos y los demonios.
- 95. Aquel que mediante la ascesis práctica (catarsis) ha podido mortificar los miembros que desean las cosas terrenales (Col 3,5) y vencer mediante los mandamientos o logos (de Cristo) el mundo de los pazos que se encuentra en su interior, de ahora en adelante no tendrá ningún sufrimiento y aflicción, porque ha dejado el mundo y se ha unido con el Cristo que ha vencido el mundo de los pazos y es donador de toda paz. Aquel que no ha dejado el apego enfermizo a las cosas materiales, tendrá continuamente tristeza y sufrimiento, porque su disposición, ánimo y sentimiento cambiará junto con las cosas materiales que por su naturaleza cambian. Por eso dice el Señor. “Os he dicho estas cosas, para que tengáis paz en mí; en el mundo tendréis tribulaciones; pero confiad y tened ánimo, yo he vencido al mundo.
- Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí, mediante la comunión y unión conmigo. Puesto que estáis en el mundo tendréis tristezas, fatigas y tribulaciones; pero tened ánimo y confiad en mí, yo he vencido al mundo y con esta victoria he asegurado también vuestra victoria y la doxa (gloria, luz increada) para vosotros». (Jn,16,33)
Es decir, en mí, el Logos increado de la virtud, tenéis la paz, libres de cualquier torbellino y perturbación de los pazos y de las cosas materiales. Pero en el mundo, o sea, en el apego enfermizo a las cosas materiales, tendréis tribulación por sus cambios constantes. En efecto, ambos tienen tribulación, aquel que trabaja la virtud a causa de la fatiga que la acompaña, y aquel que ama al mundo tendrá tribulación a causa de la desilusión por fracasar a lograr cosas materiales. Pero uno tiene tribulación sana y salvífica, en cambio el otro, funesta y ruinosa. Y de ambos el alivio y reposo es el Señor. Al primero, le hace reposar de las fatigas por las virtudes con la apazia (impasibilidad, sin pazos malos) durante la zeoría contemplación; y del segundo sustrae el apego a las cosas materiales por medio de la metania.
- 96. La formulación de acusación contra el Salvador en la inscripción de la Cruz, ha mostrado claramente como el Crucificado es el Señor y rey de la práctica, de la filosofía natural y de la teológica. Porque se dice que esta frase estaba escrita en la lengua hebrea, la romana-latina y la helénica-griega (Jn 19,20). Yo con la romana-latina entiendo la filosofía práctica de la virtud, ya que el reino romano, según Daniel, era definido como el más fuerte de todos los reinos del mundo (Dan 2,40); con la inscripción helena-griega considero la zeoría contemplación natural, ya que el pueblo heleno se dedicó a la filosofía natural más que ningún otro pueblo; y con la inscripción hebrea, yo entiendo la mystagogía (iniciación e instrucción divina) teológica, porque es evidente cómo este pueblo, por medio de los Patriarcas, estaba desde los orígenes dedicado a Dios.
- 97. No debemos ser solamente matadores de los pazos somáticos (corporales), sino también destructores de los loyismí malignos y enfermizos de la psique, de acuerdo con el santo que dice: “Cada mañana aniquilaba todos los pecadores de la tierra, para extirpar de la ciudad del Señor a todos aquellos que hacían obras malas” (Sal 100,8)., es decir, los pazos del cuerpo y los impíos y sucios loyismí de la psique.
- 98. Aquel que ha mantenido intacto el camino de las virtudes, con gnosis piadosa y correcta, sin desviarse hacia la diestra o hacia la siniestra, éste mediante la apazia (sin pazos, impasibilidad) conocerá la presencia de Dios en él. Porque dice el Salmista: “Salmodiaré y comprenderé el camino de la perfección, cuando vengas a mí” (Sal 100,2). Con este salmo se manifiesta la praxis virtuosa; en cambio, con la “compresión” se refiere a la ciencia de la gnosis espiritual que es producida por la virtud y que con ella uno siente conscientemente la divina presencia (es decir, la energía increada). Y aquel que espera al Señor en la vigilia de las virtudes, es bueno y fiel.
- 99. Quien es principiante en la práctica de la piedad no debe ser conducido hacia la praxis de los mandamientos sólo con la bondad, sino que también con el recuerdo de los juicios justos de Dios, y debe luchar con violencia, severidad y densidad, de modo que no sólo ame las cosas divinas con anhelo sino también que se abstenga del mal por el temor. Porque dice: “Voy a cantar Tu misericordia, amor y justicia, Señor” (100,1). Así también por el anhelo cantará con agrado a Dios y dará vigor a su canto, templado por el temor.
- 100. Aquel que mediante la virtud y la gnosis ha armonizado el cuerpo con la psique, se ha convertido guitarra, flauta y templo de Dios. Guitarra porque ha cumplido y guardado en buena armonía las virtudes. Flauta, porque con las divinas zeorías contemplaciones recibe la inspiración del Espíritu Santo. Y templo, porque a causa de haber hecho la catarsis del nus se ha hecho residencia del Logos increado. Amín.
Filocalía de los Santos Nípticos, tomo 2 (pag 123-146)
Traducido por Χρῆστος Χρυσούλας Jristos Jrisoulas