Confieso un solo bautismo para absolución de los pecados.
La Iglesia tiene sentido, significado y contexto en los Misterios. Por los Misterios de la Iglesia el Cristiano demuestra que es miembro del Cuerpo de Cristo, puesto que con ellos se une con el Θεανθρώπινο (zeantrópino) Cuerpo de Cristo y saborea la energía increada de la divina Jaris.
“Confieso un Bautismo”. El Santo Bautismo es y se llama Misterio introductorio, porque nos introduce en la Iglesia y nos convierte en miembros del Cuerpo de Cristo. El Bautismo nos injerta en la nueva vida. Antes del Bautismo en la Iglesia antigua venía la Catequesis, que preparaba al hombre y le daba la posibilidad de convertirse en miembro real del Cuerpo de Cristo. El estudio de las bendiciones u oraciones del Misterio del Bautismo muestra cual es su finalidad y el gran valor que tiene.
Cristo pidió a Su discípulos: “Id por todos los pueblos instruyendo a los hombres bautizándoles en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo enseñándoles a cumplir y aplicar todo lo que yo os he revelado” (Mt 28,19-20). Así pues, son llamados a convertir a los hombres en discípulos de Cristo bautizándolos y enseñándoles a cumplir Sus mandamientos.
Por lo tanto, el Bautismo necesario, pero también la ascesis, que no es otra cosa que el intento y esfuerzo de cumplir en nuestras vidas los mandamientos de Cristo. Misterios sin la ascesis no ayudan y la ascesis sin Misterios no significa comunión con Cristo.
Cristo dijo a Nicodemo: “Sí uno no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en la Realeza increada de Dios” (Jn 3,5). Según la interpretación de San Simeón el nuevo Teólogo, hay que conectar el bautismo del agua con el del Espíritu, que es la llegada de la energía increada de la Jaris divina en el corazón. Un ejemplo característico aparece en los Hechos de los Apóstoles. Los Cristianos de Samaria se habían bautizado en el nombre del Señor Jesús, pero no tenían el Espíritu Santo. Entonces Pedro y Juan fueron a Samaria y “pusieron las manos sobre ellos y recibían el Espíritu Santo” (Hech 8,14-17). La imposición de manos hoy está vinculada con el Santo Crisma o Crismación.
“Para absolución de los pecados”. El Santo bautismo otorga la absolución de los pecados, que no debe interpretarse como un juicio mundano jurídico, sino como una liberación de la culpabilidad del pecado original y también debe interpretarse terapéuticamente. Es decir, se limpia y se sana el “como imagen” del hombre, se ilumina el nus y vuelve a la vida natural. Con este sentido hablamos sobre absolución de los pecados. Además el pecado es el oscurecimiento del nus y del “como imagen.”
El Santo Bautismo es Misterio de iniciación, porque introduce al hombre en la Iglesia. La finalidad del Bautismo es conducir a la comunión del Cuerpo y Sangre de Cristo. Entonces la divina Efjaristía es el centro de todos los Misterios y la vida eclesiástica, como también de la vida espiritual del hombre. Sin la divina Efjaristía uno no puede vivir. Pero la participación en la divina comunión es análoga con el grado de la catarsis, la iluminación y la zéosis del hombre.